Opinión

Nochevieja, parte de guerra

La Firma de Guillermo Flores

Nochevieja, parte de guerra

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Palencia

Pasada la nochevieja, el evento más fiestero del año junto con los días de San Antolín, es momento de hacer “el parte de guerra”. Se da por asumido que los bares y también las calles de la ciudad y el mobiliario urbano han de sufrir destrozos porque es algo normal, y no lo es. Me sigue sin parecer normal que la gente mee en las fachadas de locales, viviendas o cocheras e incluso en los contenedores.

Yo mismo he sufrido esto en el portal de mi casa y de un almacén. Al menos en esta última ocasión, el chaval reconoció que lo que hacía estaba mal y pidió perdón, otras veces me he encontrado con gente violenta que además te amenaza. Esto de mear en cualquier sitio por la calle no es exclusivo de los hombres, antes de anoche nos encontramos con dos chicas con el culo al aire entre dos coches haciendo “pipí” a escasos 5 metros de una concurrida cola en la discoteca Quasar.

Está claro que la necesidad y/o el alcohol te hace perder la vergüenza. Tampoco es comprensible como quedan las calles de los bares atestadas de basura cuando lo lógico sería depositarlo en papeleras o contenedores o dejarlo en el propio bar. Siendo autocritico pienso que el espacio inmediato de la fachada de los bares debería quedar al menos barrido al cierre del local cada día y no como se muestran muchos llenos de colillas y basura.

Como vecino no me gusta encontrarme eso por las mañanas porque no siempre lo limpia el servicio de limpieza municipal. Los destrozos en papeleras, jardineras, etc. ya son cosas mayores y propias de salvajes sin que el hecho de haber bebido sea ninguna excusa porque hay que saber beber.

En el interior de los bares nocturnos, aunque ocurre también en el día, algunos aseos se vuelven impracticables, la puntería brilla por su ausencia y en muchos casos el suelo queda encharcado o condesastres escatológicos. Cisternas, interruptores, bombillas, dispensadores de papel y otros accesorios y decoración sufren destrozos o hurtos.

Pero en el día y con clientes fuera de toda sospecha también te encuentras cosas poco éticas.

Clientes que se llevan la vajilla o la rompen por mal uso y sin mediar disculpa alguna quieren que les repongas la consumición sin coste y te amenazan con no volver o el abuso en el uso de papel higiénico o servilletas algo con lo que también contamos. Pero bien distinto es que un cliente se lleve todo el taco de servilletas al bolso para su casa y al ser recriminado por el camarero, haga caso omiso. Tal vez piense que esas cosas que uno se encuentra en un bar nos las regalan o pueden disponer de ellas a su antojo.

Por suerte la gran mayoría de los clientes de hostelería, son personas cívicas y agradecida. Feliz año para todos y feliz trimestre para los autónomos

 
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