Siempre que hago quesada me viene a la memoria la imagen de una calle de Santillana del Mar, en Cantabria, donde los vecinos salían a las puertas de sus casas para venderte un trocito de quesada pasiega y una vasito de leche bien fría que te sabían a gloria. Cuando llegabas a la plaza donde se erige la colegiata románica de Santa Juliana estabas ya en el séptimo cielo.
Os hablo de hace un montón de años, cuando Santillana del Mar era una villa tranquila, sin esas masas de turistas que se pertrechan de souvenirs absurdos y que captan cuanto ven a base de píxeles. Ya no es lo mismo. Sólo pervive el recuerdo. Gracias a él suelo hacer este postre rico, sabroso y fácil de elaborar incluso para principiantes. No es un postre únicamente cántabro pues en el norte de las provincias de Burgos y Palencia también se suelen hacer quesadas.
RECETA
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INGREDIENTES
4 huevos.
1 Yogurt natural.
2 vasos de yogurt de azúcar.
1 vaso y 1/2 de yogurt de harina.
Ralladura de limón.
1/2 l de leche entera.
1/2 cucharadita de canela.
2 cucharadas de mantequilla a temperatura ambiente (50 g).
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PREPARACIÓN
Poner en un cuenco los huevos y el azúcar, con unas varillas batir hasta que la mezcla esté blanquecina y espumosa.
Añadir el yogurt y la harina y mezclar bien con una espátula.
Incorporar la mantequilla, la leche, la ralladura de limón y la canela y batir de nuevo toda la mezcla.
Untar un molde con mantequilla y meter en el horno precalentado a 180º durante 30 o 40 minutos, siempre dependiendo del horno. Comprobar si está hecha con una brocheta. El molde de la fotografía es de 22x30 cms.