Las propiedades curativas de la planta “que pica”
Un recurso imprescindible
Las ortigas eran para mí lo más cercano a una mala hierba hasta el día en que unos amigos naturistas nos invitaron a tomar, en una cena temprana, una increíble crema-puré de ortigas. Aquella receta sigue siendo un pequeño secreto, pero todos podemos imaginarla; de hecho, en este mismo artículo os proponemos hacerla. El caso es que hoy, algunos practicantes de la agricultura ecológica comentan que lo más razonable sería dejarnos de remotas semillas, plántulas y esquejes para pasar a transformar el huerto en una auténtica plantación de ortigas, porque a menudo puede resultar más que suficiente para cuidar a toda la familia.
Y también es de buen agrado para los animales: a todos les encantan las ortigas, empezando por las gallinas y las mariposas. De todas formas, según Künzle, un conocido naturópata y herborista suizo, la ortiga habría desaparecido hace mucho tiempo de la faz de la Tierra si no fuese porque pica para alejar a todos aquellos que pretenden comerla, es decir, todos los animales del mundo (incluidos los humanos)… Hoy la ortiga es, entre otras cosas, un torrente de calcio de buena asimilación y de origen vegetal, ideal para nuestra salud.
La planta y
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