SIN LÍMITES
HOMBRES
Eveline es una víctima «culpable» de la Alemania derrotada, una joven perdida tanto en las calles arrasadas por los bombardeos como en los salones de baile y las villas de lujo. Y, por otro lado, los hombres siempre ocupan una posición de poder (y la ejercen), y van convirtiéndose, gradualmente, en su único universo.
EL CAPITÁN DE CORBETA ALEMÁN
Cuando yo tenía catorce años, mi madre solía asegurar que era muy inmadura para mi edad. Y no sólo físicamente.
Esta afirmación me ofendía muchísimo, sobre todo cuando la exteriorizaba ante terceros. Pero mi madre parecía alegrarse, e incluso estar orgullosa de ello. Sólo mucho más tarde comprendí sus razones. Temía lo que podría ocurrir cuando fuese mayor.
Yo no podía más de impaciencia por llegar a desarrollarme. Mis piernas y brazos, largos y delgados; mis estrechas caderas y mi delgadísimo cuello me hacían desgraciada. Llena de amargura, me ponía ante el espejo y me comparaba con mis compañeras de colegio, todas parecían ya encantadoras jovencitas.
Me indignaban mis rígidos vestidos, que me llegaban hasta las huesudas rodillas y ocultaban el poco pecho que empezaba a tener. Me indignaba, pero no me atrevía a llevar chalecos de lana ajustados. Temía las sonrisas de las personas mayores y los murmullos de las de mi edad. Por esta razón cuidaba de mi pecho como de un tesoro oculto.
Asistía a un severo colegio católico femenino. Llevaba un uniforme negro muy poco favorecedor y medias negras y largas. Mi pelo, que rizaba todas las noches con gran esmero, debía llevarlo recogido
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