LOS "SANTOS" CANARIOS
El 6 de octubre de 1959, refugiados de un ataque pirata en el interior de una iglesia, un grupo de temerosos fieles contempla la milagrosa levitación de una mujer, mientras siglo y medio más tarde, en la intimidad de un convento y lejos de miradas indiscretas, una monja confiesa hablar asiduamente con Jesús y ser transportada físicamente por ángeles desde Gran Canaria a Tenerife.
Al otro lado del mundo, en febrero de 1651, un potente terremoto anuncia la llegada a Guatemala de un hombre santo nacido en Tenerife, precediendo en un siglo a las peripecias de un hermano Donato, natural de Fuerteventura, que logra curaciones milagrosas en Chile con solo aplicar extraños mejunjes mezclados con su propia saliva.
La silueta de una monja del siglo XVII parece dibujarse en una fotografía tomada 150 años más tarde; un lego franciscano vuela a plena luz por concurridas calles atestadas de gente; una niña llamada a la santidad devuelve la vida a otro infante accidentado; una monja sana a los enfermos absorbiendo sus males...
Estas y otras escenas forman parte de los fabulosos fenómenos descritos en las noticias y las biografías de diversos religiosos nacidos en Canarias, personajes aparentemente tocados por la divinidad que integran las creencias y la religiosidad de las islas. Una historia de encomiables virtudes y de presuntas proezas celestiales, pero también de conflictos mundanos, intrigas palaciegas y de piadosa credulidad.
Algunos de los capítulos que conforman esta parcela de la existencia en la que confluye lo humano y lo divino llegaron a ser escritos incluso antes de que las islas fueran conquistadas por los Reyes Católicos, como es el caso de las apariciones marianas ocurridas en tiempos de los guanches. Otros son de nuevo cuño, como sucede con los presuntos milagros que se evalúan actualmente dentro de los procesos de beatificación de varios canarios, o los modernos episodios de apariciones que algunos aseguran protagonizar hoy en día.
