RESCATAR EL ABANDONO

PERSEGUIDOS POR LA POLICÍA, algunos muchachos neoyorquinos iniciaban el grafiti pintando en muros y vagones de tren y metro en los años sesenta. Perseguidos también, pero por la crítica, los fotógrafos que empleaban el color huían de los chillones anuncios de productos en el auge de la sociedad de consumo norteamericana. Estos dos movimientos artísticos reivindicaban, en el mismo marco temporal y geográfico, los espacios del margen, convirtiéndose en los pioneros de una tendencia ahora perfectamente extendida y muy en boga.

“Perfectly boring” es como Hilton Kramer, crítico de arte de The New York Times, calificó la primera exposición de fotografía a color propiamente dicha jamás celebrada, que tuvo lugar en el MoMA en 1976. Titulada Photographs by William Eggleston, la muestra actuaba como una retrospectiva del canónico fotógrafo norteamericano, ganándose también el título de “la exposición más odiada del año”.