MILAGROS Las huellas de su veracidad
NO SABEMOS SI JESÚS REALIZÓ MILAGROS, PERO SÍ QUE ADQUIRIÓ FAMA DE HACERLO. Los Evangelios están llenos de supuestos episodios sobrenaturales que fueron interpretados como prodigios o milagros. No en vano, se trata de obras escritas desde la fe, y con un claro afán proselitista, en las que se narra la vida de un personaje al que consideran divino. Desde una perspectiva racionalista y escéptica, nada de esto pasó: la mayoría de relatos de milagros del Nuevo Testamento son leyendas, y los que quizás no lo sean, no son milagros, sino curaciones reales o fenómenos explicables. Pero ni Jesús, ni sus seguidores, ni los cristianos actuales, ni los practicantes de cualquier otra religión lo ven así.
LA MAYORÍA DE RELATOS de milagros del Nuevo Testamento son leyendas, y los que quizás no lo sean, no son milagros, sino curaciones reales o fenómenos explicables.
Creer en dioses implica creer que estos pueden romper las reglas de la naturaleza en el momento en el que lo consideren oportuno. Todos los grandes hombres/dioses–Buda, Zoroastro o el propio Moisés–hicieron milagros.
Así lo expresó , uno de los grandes filósofos cristianos, que tenía bien claro que los milagros suceden fuera del margen del orden natural, el suave curso de la naturaleza, margen que sólo puede traspasar Dios., han propuesto que no es exactamente así: Dios no puede hacer nada en contra de la naturaleza porque todo lo que él haga es natural. El problema viene a ser que confundimos la naturaleza con el curso acostumbrado y conocido de lo que nos rodea.
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos