PENÉLOPE CRUZ Cuadrante solar
Son las nueve y media de la mañana. París y Madrid ya están bien despiertos. Penélope Cruz está, me dice, en su cocina. ¿Quizás tiene una buena taza de café solo frente a ella? En París, es un té. El segundo confinamiento impone la distancia reglamentaria, en este caso de unos miles de kilómetros, entre Marie Claire y Penélope. El encuentro tiene lugar a ambos extremos de la línea (el shooting pudo realizarse en Madrid, con el equipo de Marie Claire). Hay que imaginar los gestos, las miradas, la ropa, y eso está bien. ¡Viva la imaginación! Penélope Cruz vive en una casa, con su esposo, el actor Javier Bardem, y sus dos hijos, los cuatro recluidos, pero no demasiado esta vez. Como en Francia, las escuelas están abiertas y el trabajo, autorizado. La actriz, que celebra sus diez años como embajadora de la marca Lancôme, debía aparecer este mes en The 355 (1), una película de acción cien por cien adrenalina, feminista y contundente, cuyo estreno ha sido pospuesto finalmente para el próximo año.
En este momento, Penélope está rodando su próximo papel, el número 52, con su viejo cómplice Pedro Almodóvar. Al teléfono, es conversadora, encantadora, abierta, aunque a veces preferiría no contestar a algunas preguntas.
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