SIN LÍMITES
Esplendor, declive y RECUPERACIÓN
a primera gran época del Camino de Santiago comienza en el siglo XI y coincide aproximadamente con lo que los historiadores suelen denominar la Plena Edad Media, un periodo de crecimiento y eclosión en todos los órdenes del Occidente europeo que se extiende hasta el siglo XIII. La atribuye al rey Sancho III el Mayor de Pamplona (cuyos dominios e influencia abarcaban desde Sobrarbe y Ribagorza, pasando por Aragón y Navarra, hasta Castilla y León) el paso decisivo para la configuración de la ruta jacobea como la conocemos, desviándola de su curso anterior (que entraba por Irún y discurría junto a la costa cantábrica hasta Oviedo) a un nuevo trazado situado más hacia al sur, y que tomaba como referencia la antigua ruta romana entre Burdeos y Astorga, que pasaba por Pamplona, Burgos y León (“capitales” respectivas de Navarra, Castilla y León). Este nuevo trazado se consolidará definitivamente en la segunda mitad del mismo siglo XI como el “camino francés” por antonomasia, en gran medida gracias al apoyo público decisivo de dos monarcas coetáneos, Alfonso VI de León y Castilla y Sancho I Ramírez de Navarra y Aragón: ambos suprimieron peajes y tributos de tránsito en sus respectivos reinos y promovieron o favorecieron la construcción de hospitales y albergues para la asistencia a los peregrinos, a quienes también procuraron ofrecer, en cuanto
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