DELACROIX: PENETRANDO EN EL HARÉN
Aug 18, 2021
4 minutos
ANA ECHEVERRÍA ARÍSTEGUI
PERIODISTA
En 1832, dos años después de la ocupación francesa de Argelia, el conde de Mornay invitó a Eugène Delacroix a acompañarle en un viaje diplomático por el Magreb. No fue una mera cortesía. Se esperaba del pintor que plasmara en algún óleo monumental un acuerdo con Marruecos que no llegó a materializarse. Le avalaba su currículo como autor de dramáticas escenas orientalistas, como La masacre de Quíos (1824) o La muerte de Sardanápalo (1827). Este era, sin embargo, el primer viaje del francés a territorio musulmán.
La obsesión del artista era visitar un auténtico harén. Misión, en principio, imposible, ya.
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