SIN LÍMITES
LUDOVICO EINAUDI PURA POESÍA
«A medida que estudiaba piano, más me daba cuenta de que la música era lo que realmente amaba. Era el territorio en el que podía expresarme y sacar a la luz las más bellas emociones. Fuera de los acordes, sentía que mi existencia era blanca y negra. Con ella, era en tecnicolor. Es mi religión. Me sirve para sintonizarme con una dimensión más profunda. Es lo único que he experimentado en mi vida que es capaz de llevarme al paraíso. En mi casa todo el espacio estaba ocupado por los libros -su padre fundó una de las editoriales más importantes del país-. Y la música era un rincón de libertad y de protección a la vez», cuenta con voz pausada, reflexiva y sincera Ludovico Einaudi (Turín, 1955). Para el pianista, la música es su manera de ver al mundo, su forma espiritual de acercarse al ser humano. Sus composiciones emotivas han puestohan sonado en el Ártico y conectan con los sentimientos de millones de personas de diferentes ámbitos y edades a escala planetaria. Porque, con cada pieza, le ofrece al público el espacio para pensar, sentir y respirar. Un paréntesis. Un descanso. Como con su nuevo trabajo, que, tras dos años gestándose (desde el confinamiento de 2020), es una oportunidad para ralentizar nuestras existencias atropelladas. Doce pistas sólo para piano que se alimentaron de la introspección y de la quietud reinante de esos meses. Salió a la venta el 21 de enero, tras lo cual hizo las maletas con vistas a una gira mundial que lo llevará por Barcelona (el 27 y el 28 de abril), Mérida (el 24 de septiembre) y Madrid (el 28 de septiembre).
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