Cuando pensamos en las mujeres y la Guerra Civil, nos vienen a la cabeza las fotografías de aquellas republicanas que, nada más estallar el conflicto, decidieron armarse y movilizarse al frente junto con sus compañeros. Asimismo, esta imagen es incompleta y no representa del todo la auténtica realidad que vivieron tantas y tantas mujeres durante el mayor conflicto del siglo xx en nuestro país.
El papel de las mujeres, a menudo menospreciado, se ha basado en una perspectiva muy simplista de la bipolarización entre dos bandos, enfrentando a republicanas y franquistas como dos realidades homogéneas y contrapuestas. Nada más lejos de la realidad, en los dos bandos las experiencias fueron diversas, así como las demandas políticas de las mujeres movilizadas. Al igual que el resto de la sociedad, con la radicalización política que se vivió durante los últimos años de la República, los discursos femeninos también se volvieron cada vez más contundentes y violentos. convirtió en un mito para parte de la sociedad española. Fue la principal impulsora de la Asociación de Mujeres Antifascistas, entidad creada en 1933 y vinculada al Partido Comunista de España. Su contenido era más político que social, destacando la importancia del papel de la mujer fuera de los ámbitos del hogar, a favor de una participación más activa en la sociedad. Debido al estallido de la guerra, sus funciones se centraron en la asistencia en los frentes de batalla