Entramos en la vida perteneciendo a un sistema de relaciones necesarias para nuestra supervivencia y nuestro desarrollo y formamos parte de diferentes sistemas a lo largo de ella, sea forzosamente o por libre elección: la familia de origen (nuestros padres y hermanos, los conozcamos o no), la red familiar formada por los demás parientes, las relaciones de amistad, las de pareja, las de compañeros de estudio, trabajo, vecindad, deporte… Es, decir somos seres relacionales.
Incluso teniendo en cuenta que hay personas que no han conocido a sus padres biológicos o que hoy en día, gracias a los avances científicos, las posibilidades de llegar a la vida se han diversificado, la realidad es que pertenecemos a un sistema familiar de origen, compuesto por otros sistemas que se unieron, y que llevamos en nosotros información tanto física como emocional de aquellos que nos precedieron.
La mirada sistémica tiene en cuenta esta información heredada del sistema originario, sobre todo, la que ha quedado en un lugar inconsciente, ya que determina de manera invisible las relaciones futuras.
Para poder acompañar y poner luz en aquellos patrones automáticos, creencias o lealtades inconscientes que pueden estar influyendo de manera limitante para la persona consultante, se utilizan varios principios y herramientas sistémicos.
PRINCIPIOS BÁSICOS
Bert Hellinger (1925 – 2019), creador de las constelaciones sistémicas, postuló los principios básicos como condiciones a tener en cuenta para conseguir que el amor en todas nuestras relaciones crezca y