CON LA CONQUISTA DE ALEJANDRO MAGNO (CLÍO, 242) DE ORIENTE PRÓXIMO, CULMINÓ EL INICIO DE UN NUEVO PERÍODO EN LA HISTO-RIA DE OCCIDENTE… Y TAMBIÉN DE LA FILOSOFÍA. Hasta entonces, la filosofía era un patrimonio circunscrito a las escuelas surgidas en el ámbito ateniense, como el caso de la Escuela de Mileto (CLÍO, 253), que pretendía encontrar una explicación del mundo que nos rodea más allá del mito y a través de la razón. Pero con la inauguración del helenismo, la filosofía deja de ser un reducto característica de la Antigua Grecia para universalizarse como una cultura que podía estar al alcance de cualquier ciudadano libre. Como embrión de esta corriente de filosofía que influenciará decisivamente en la formación de la cultura occidental, encontramos no una, sino cuatro escuelas de pensamiento: el epicureísmo, el escepticismo, el escepticismo y el neoplatonismo. Puede afirmarse que, partir de estas corrientes, surge prácticamente todo el abanico de formas de pensamiento o “filosofías” que, incluso hoy, podemos encontrar viralizados en internet y que, aunque nos parezcan genuinas de esta época, no dejan de ser un “corta y pega” de los pensamientos que expresaron los hombres y mujeres de hace más de dos mil años…
CON LA INAUGURACIÓN DEL HELENISMO, LA FILOSOFÍA DEJA DE SER UN REDUCTO DE LA ANTIGUA GRECIA PARA UNIVERSALIZARSE COMO UNA CULTURA QUE PODÍA ESTAR AL ALCANCE DE CUALQUIER CIUDADANO LIBRE.
EPICUREÍSMO: EL PLACER ES LO PRIMERO
Solo una visión reduccionista es la que ha identificado el epicureísmo con el hedonismo o la simple búsqueda gratuita del placer. Pero, aunque son escasos los escritos que nos han llegado de (341-¿271? a.C.) –principalmente a través del que se considera discípulo (99-55 a.C.), y del historiador (siglo III d.C.)– los 37 libros (desaparecidos) de su enciclopédica versaron sobre casi todas las ramas del saber, anticipándose incluso a la física atomista de nuestros días. En su esencia, el epicureísmo pretende que el ser humano puede alcanzar el placer, soportando el dolor, y abrazar la felicidad. Antes, el epicureísmo se presentaba como una especie de tetraphármakos que garantiza liberar al ser humano de cuatro–. Pues, cuando existimos nosotros, la muerte no existe. Y cuando existe la muerte, nosotros ya no existimos”.
