LOS DETRACTORES DEL EMPERADOR ADRIANO DICEN QUE TENÍA UN CARÁCTER ESQUIVO, EXTRAVAGANTE Y TIRÁNICO, PERO LA VERDAD ES QUE FUE UN EMPERADOR QUE GOBERNÓ CON MANO DE HIERRO Y GUANTE DE SEDA, Y QUE DURANTE MÁS DE DOS DÉCADAS OFRECIÓ AL IMPERIO UNA PRÓSPERA PAZ Y UNA ADMINISTRACIÓN EFICAZ. Adriano fue el tercero de los cinco buenos emperadores (Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío y Marco Aurelio), nació en Hispania y fue un gran admirador de la cultura griega, hasta el punto de que Trajano, su padre adoptivo, le llamaba “graeculus” (pequeño griego).
Fue precisamente la admiración por la cultura griega lo que llevó a Adriano a engalanar las principales ciudades del Imperio romano y a construir importantes infraestructuras para parecerse en riqueza a Grecia. Esta fascinación hizo que visitara la Península helénica en, al menos, dos ocasiones, participando e iniciándose en los misterios de Eleusis.
Como luego veremos, una vez