La literatura tiene que ver con las emociones, dice Juan Villoro al evocar al padre ausente y recuerda: “Me dio un solo beso en toda la vida, cuando yo cumplí los 21 años, la antigua mayoría de edad”.
Y en el recuento que hace sobre él, menciona que una vez le dijo: “Yo no merezco esto, yo no merezco que tú me quieras de esta manera, porque yo he sido un mal padre”.
En La figura del mundo, recién aparecido en la editorial Random House, el personaje principal es el destacado filósofo, profesor y ensayista Luis Villoro Toranzo.
“Quise entender muchos de sus actos que no iban acompañados de palabras, ni de apapachos ni de besos”, dice el autor de El testigo.
Y admite el también periodista:
“Yo conocía más a un padre público que a un padre privado. Este libro es una indagación de quién fue esa persona, de la que yo estuve tan cerca sin conocerla del todo.”
La literatura universal ha explorado durante siglos un territorio de de Paul Auster, de Harper Lee o de Víctor Hugo, quien apuntó que “el sueño del héroe es el de ser grande en todas partes y pequeño al lado de su padre”. Expresa Juan Villoro: