La primera es muy querida en Argentina, la segunda también es venerada en nuestro país, pero sobre todo, en España. La primera es una reina de las aguas y su enorme basílica sobre el Río Paraná dan muestra de ello.
La segunda se originó en un monte sagrado de Jerusalén, donde se decía que los hombres podían hablar con Dios.
La Virgen, como sabemos es una sola, pero cada advocación nos recuerda los milagros y apariciones de María en tierras cercanas o lejanas, a miles de kilómetros de distancia.
Veneremos a la gran madre de todos. Virgen Santa y recemos con ella el Rosario o usando, como en el caso de la Virgen del Carmen, su escapulario.
Aquí les relatamos la historia de cada una de ellas y les explicamos cómo rendirles devoción y hacerles pedidos.