Me llamo Paka Díaz y soy empática. Mucho. Quizá en exceso. Mi tendencia natural a conectar con los sentimientos de otras personas me ha proporcionado momentos mágicos, pero también algún lío. Mis amigas no suelen tener problema en convencerme para casi cualquier cosa, siempre que yo sienta que me necesitan. También he acabado llorando en alguna entrevista porque me arrollaba el dolor de la otra persona. Y a veces he dudado si me gustaba un chico de verdad o sólo por notar sus ganas. Por eso, no es de extrañar que en COSMOPOLITAN pensaran en mí para descubrir qué es la ecpatía (spoiler: todo lo contrario de la empatía). Además, me propusieron un reto: pasar una semana entera siendo ecpática. Ya os digo que no lo veo…
Pensar en ti misma vs. pensar en otros
Tras hablar con mi jefa, hice lo primero que haríamos todas: ‘ecpatía’. Laacabar sintiendo los sentimientos de otra persona como propios, con todos los riesgos que eso puede conllevar», alerta.