En el último año una melodía triste resuena en mi cabeza. La muerte y la enfermedad me han golpeado cerca; ya no me quedan mayores por delante, he pasado a primera fila; la salud y la vitalidad no se corresponden con la imagen joven, de Enric Benito (los beneficios son para la Sociedad Española de Cuidados Paliativos). Me quedo con una afirmación del autor, “La muerte no existe… La muerte es un proceso bien organizado”, una idea que puede chocar, pero que es muy interesante y reconfortante. Probablemente, solo puede hacer esa afirmación quien ha superado el miedo a la muerte, lo que no es muy común. La muerte puede producir tristeza, nostalgia, pero también paz, agradecimiento y un recordatorio sobre el único tiempo que existe, el presente, el aquí y ahora. El latino muchas veces se ha malinterpretado como “hacer en cada momento lo que quiero, lo que me apetece”. La exhortación a aprovechar el momento no es una llamada a desvincularse de las responsabilidades, sino que, como yo misma escribía hace 10 años, “nos vincula profundamente con nuestra realidad y lo que la afecta y a quienes afecta”.
Vivir intensamente el momento presente
Oct 01, 2024
2 minutos
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