Loncongüé, los fusilados de Sarmiento
()
Información de este libro electrónico
Gracias a los celos e intereses que enfrentaban a Bartolomé Mitre con el presidente, el hecho llegó al conocimiento público, sobre el que tuvo un profundo impacto. La Nación Argentina lo describió como un acto "atroz, inaudito, único en la historia del derecho militar".
Relacionado con Loncongüé, los fusilados de Sarmiento
Libros electrónicos relacionados
Santiago de Liniers Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Tata Dios: La matanza ritual que estremeció a toda una sociedad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¿Volverá el peronismo? Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Punteros, malandras y porongas: Ocupación de tierras y usos políticos de la pobreza Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una historia de la emancipación negra: Esclativud y abolición en la Argentina Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Peronismo y liberación nacional Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos pueblos indígenas y la cuestión nacional: Valentin Sayhueque y la constitución del Estado en la Patagonia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCómo hicimos el 17 de octubre Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFacundo Quiroga: De la leyenda a la historia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDe mar a mar: El Wallmapu sin fronteras Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas voces de la represión: Declaraciones de perpetradores de la dictadura argentina Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRodolfo Walsh, de dramaturgo a guerrillero Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMapuche, colonos y el Estado Nacional Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBuscando a Carmen Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Semana Trágica y la perspectiva del catolicismo sobre la cuestión social en el Río de la Plata, 1880-1919 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAlmanaque Histórico Argentino 1955-1976: Proscripción, represión e insurrección Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPeronistas, populistas y plebeyos: Crónicas de cultura y política Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa izquierda peronista: transitando los bordes de la revolución : 1955-1974 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos hijos del poder: de la élite capitular a la Revolución de Mayo: Buenos Aires 1776-1810 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¡Viva el bajo pueblo!: La plebe urbana de Buenos Aires y la política entre la Revolución de Mayo y el rosismo (1810-1829) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuando Monte Caseros pintó en la historia: La sublevación de Aldo Rico en 1988 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRosas estadista: La cabeza de Goliat Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAbril: Un editor italiano en Buenos Aires, de Perón a Videla Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesIntelectuales, peronismo y universidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesArchivos del silencio: estado, indigenas y violencia en la Patagonia central 1878-1941 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn maldito Derecho: Leyes, jueces y revolución en la Buenos Aires republicana, 1810-1830 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentas pendientes: Los cómplices económicos de la dictadura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl enigma Belgrano: Un héroe para nuestro tiempo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Actas capitulares desde el 21 hasta el 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Política para usted
La Política Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cómo Invertir En El Mercado De Valores Para Principiantes Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las venas abiertas de América Latina Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Illuminati: los amos que controlan el mundo Calificación: 4 de 5 estrellas4/51984 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Generación idiota: Una crítica al adolescentrismo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Gaza: Crónica de una Nakba anunciada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Teorías de Conspiración que han Impactado al Mundo: Descubre las Teorías Conspirativas que más han Hecho Dudar a la Humanidad Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Dignos de ser humanos: Una nueva perspectiva histórica de la humanidad Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La batalla cultural: Reflexiones críticas para una Nueva Derecha Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El poder: Un estratega lee a Maquiavelo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Manual de Marketing Político: Estrategias para una campaña exitosa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los cárteles no existen: Narcotráfico y cultura en México Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Historia de la corrupción en el Perú. Tercera edición Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Lo que pasó Calificación: 3 de 5 estrellas3/5LA VERDADERA CARA DE LOS ILLUMINATI: LA VERDAD Y LOS MITOS SOBRE EL SECRETO. Sociedad envuelta en el misterio - ¡Secretos de los Illuminati revelados! Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNuestras 95 tesis. A quinientos años de la reforma Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los intelectuales y el poder: Las enconadas polémicas de finales del siglo XX. Octavio Paz, Carlos Monsiváis, Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze ( Y algunos otros) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa gran adicción Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El manifiesto de Josías: El antiguo misterio y la guía para el fin de los tiempos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesConfesión Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Haciendo la Paz con el Pasado: Cómo Dejar de Mirar Atrás y Finalmente Vivir tu Vida Plenamente y sin Prejuicios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuando El Divorcio Nos Separa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5CeroCeroCero: Cómo la cocaína gobierna el mundo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El odio a los ricos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa pasión del poder Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La enfermedad de escribir Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cómo ganar tu elección a diputado: Manual de campaña electoral Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Categorías relacionadas
Comentarios para Loncongüé, los fusilados de Sarmiento
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Loncongüé, los fusilados de Sarmiento - Sergio F. Carciofi
Sobre este libro
Por fin se escribe algo así. Algo que se había callado siempre. Además, nos descubre un Sarmiento que había sido ocultado. Este libro debe difundirse, lo merece. Y merece el tema conocerse hasta en los institutos de enseñanza. Cumple todos los principios de una investigación absolutamente honesta y científica.
Osvaldo Bayer
Índice
Sobre este libro
Loncogüé
I. Introducción
II. Loncogüé
Lugar de la cabeza
El escenario
Territorio de conflictos
Se establece el fortín
III. Los hechos
¡Arriba los entrerrianos y mueran los porteños!
Fuentes y versiones
La versión de Maguire
IV. La decisión del Gobierno Nacional
Proceda a diezmarlos
Contradicciones a la vista
Otro caso: el fusilamiento de Zacarías Segura
V. Línea dura
La violencia en todo
Perfiles de Sarmiento
Continuidades y rupturas del proyecto liberal
VI. Al amparo de la legislación monárquica
La premeditación
¿Un buen diablo
?
Ataques y defensas
Dedicación personal
VII. La responsabilidad de Sarmiento en los fusilamientos
Acusaciones en la prensa
En el Senado
VIII. El contingente
Cuestión de ley
El rol de Urquiza
Nuevas modalidades
IX. El aliado inesperado
Enemigos leales
Ahora sí que me siento presidente
X. El pacto
La interna sale a la luz
Urquiza excluido
XI. La derrota de Mitre
Los hechos de San Juan
El debate en el Senado de la Nación
Mitre acusa al gobierno nacional
La polea loca
Murder
no es homicidio, es asesinato
La derrota ha sido tremenda
XII. La investigación
XIII. ¿Cómo fueron reclutados?
Elementos de desorden
Chamorro reclutado
XIV. ¿Quiénes fueron?
La palabra de Carriego
José Chamorro y sus compañeros
XV. El debate en los medios de prensa
El inicio
Reacción del diario oficialista
Contraataque en La Nación Argentina
Sigue El Nacional
La Tribuna contra Sarmiento
¿Motín o simple tentativa de evasión?
XVI. Repercusión y opinión entre los entrerrianos
Una resistencia muy cara
Las venganzas del tirano
Provocaciones periodísticas
Final de juego
XVII. Conclusiones
Fuentes bibliográficas
Periódicos y diarios
Archivos y bibliotecas
© Punto de Encuentro 2021
Avenida de Mayo1110
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
(54–11) 4304-1630
Buenos Aires, Argentina
Prólogo:
Corrección: Raúl Blanco
Diseño y diagramación: Cristina Angelini
Conversión a eBook: Daniel Maldonado
www.puntoed.com.ar
Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723
Libro de edición argentina.
No se permite la reproducción total o parcial, el almacenamiento, el alquiler, transmisión o la transformación de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos, sin el permiso previo y escrito de la editorial.
Sergio Fabio Carciofi
Loncogüé
Los fusilados de Sarmiento
Historia y Pensamiento latinoamericano
Si los muertos no hablan, deber de los que sobreviven es pedir reparación sobre sus restos inanimados o al menos solicitar de sus representantes de la ley una garantía de que no prevalecerá en el futuro la sangrienta doctrina que fusila sin proceso y procesa extendiendo y firmando primero la sentencia de muerte
.
Diario La Nación Argentina, 12 de mayo de 1869
Nunca pues, en tiempo alguno, ni por causa alguna estaremos por fusilamientos, ni los defenderemos aun cuando nazcan de la ley. Los condenaremos siempre porque el hombre no debe morir por mano del hombre. Harto horrorosa es la guerra para matar en la paz
.
Diario La Tribuna, 7 de abril de 1869
Llegará el día en que desapareciendo las sombras sólo queden las verdades, que no dejarán de conocerse por más que quieran ocultarse entre el torrente oscuro de las injusticias
.
Juan Manuel de Rosas, 1857
I. Introducción
El 26 de marzo de 1869, un grupo de entrerrianos enviados por Urquiza a la frontera oeste para sumar soldados a los regimientos de línea fueron fusilados en Loncogüé, sin juicio previo y sin sentencia judicial alguna. Este hecho ocurrido como consecuencia del ¿motín?, ¿levantamiento?, ¿sublevación?, ¿intento de fuga? tuvo un profundo impacto público en los primeros años del gobierno de Sarmiento. Se lo consideró como el más grave suceso de estos tiempos
.1 El diario La Nación Argentina lo describió como un hecho atroz, inaudito, único en la historia del derecho militar que ha conmovido tan profundamente la sociedad
.2 Tanto es así que los hechos llegaron a ser debatidos en el Congreso Nacional. En la sesión del Senado de la Nación del 15 de junio de 1869, el senador Salustiano Zavalía los calificó de actos atroces practicados por los que manejan la fuerza pública de la Nación
. Y días más tarde, en la sesión del 19 de junio del mismo año, el ex-presidente de la Nación y entonces senador Bartolomé Mitre, en referencia a hechos de estas características sostuvo: La ejecución de un preso o prisionero sea o no delincuente político, sea bandolero o beligerante, yo la califico de asesinato […] Es un asesinato, porque todo hombre que no es muerto por sentencia de su juez natural, está mal muerto; y porque, aun cuando pueda serlo con motivo, no lo es con justicia y con legalidad
.3
Sin embargo, lejos de ser tratado por nuestra historia con la atención que un acontecimiento de ese tenor se merece, fue más bien soslayado y, con el correr del tiempo, olvidado. ¿Por qué? ¿Es posible que estos entrerrianos enviados a Loncogüé para engrosar las filas de la milicia de frontera no fueran criminales, convictos o malentretenidos, sino federales opositores a Urquiza? ¿Cuál habrá sido el rol del gobernador entrerriano en este hecho, cuál su connivencia con Sarmiento? ¿Es posible entender el fusilamiento de los entrerrianos en Loncogüé como un crimen político, de abuso de autoridad, como el fusilamiento de los peones patagónicos en 1921-1922, o el de los obreros en los basurales de José León Suárez en 1956, o de los presos políticos en la cárcel de Trelew en 1972? ¿Acaso la responsabilidad del presidente Sarmiento fue tal que hoy los hechos merecerían ser caratulados como un crimen de lesa humanidad?
1. Gálvez, Manuel, Vida de Sarmiento. El hombre de autoridad, Buenos Aires, Tor, 1957, pág. 304.
2. La Nación Argentina, Cuestiones de derecho militar, a propósito de las ejecuciones en Loncogüé
, 1869.
3. Diario de sesiones del Senado de la Nación correspondiente al año 1869, Biblioteca del Congreso de la Nación.
II. Loncogüé
Lugar de la cabeza
Loncogüé, o Loncagüe, es un paraje ubicado en el partido de 9 de Julio, en el oeste de la provincia de Buenos Aires, llamado así por sus habitantes originarios. Según Estanislao Zeballos, quiere decir lugar de la cabeza
;4 según John W. Maguire significa cabeza de caballo
5, y según José P. Thill y Jorge A. Puigdomenech "es un topónimo aborigen de raíz araucana que significa donde hay un bajo o lugar del bajo".6
En la mayoría de las fuentes oficiales, bibliográficas y documentales consultadas –partes militares, notas periodísticas y relatos de la época– encontramos el lugar referenciado como Loncagüe
. Zeballos toma nota del supuesto mal uso del topónimo y señala: Estábamos en la laguna de Loncohué, punto que muchos años después adquirió notoriedad histórica con el nombre vulgar de Loncagüe
.7
Sin embargo, ambas denominaciones tienen su asidero. Ana Fernández Garay, especialista en lenguas aborígenes patagónicas, informa que la palabra loncogüé proviene del mapudungun o araucano. El término sería, fonéticamente, /longkowe/: longko significa cabeza
, también cacique
; y we es un sufijo que indica lugar de
o lugar donde hay
. De modo que Zeballos no estaba equivocado al traducirlo como lugar de la cabeza
. Tal vez también tenga razón Zeballos en que la adopción de la palabra por los europeos haya popularizado el uso de Loncagüe, dado que, como indica Fernández Garay, puede ser el resultado de una contracción de dos palabras: longko (cabeza) y kawellú (caballo). En efecto, al ser pronunciado en un tempo presto se producía la reducción del sintagma longko kawellú: algunas sílabas se perdían dando por resultado loncawe. Por lo tanto, la traducción hecha por Maguire, que conoció la opinión de Zeballos y aun así prefiere llamar al lugar Loncagüe, también sería correcta: cabeza de caballo
. Respecto de la traducción dada por Thill y Puigdomenech, sólo coincide en el significado del sufijo we, no así con el de la palabra longko, que interpretan como bajo
, quizá porque la zona también se conoce como laguna de Loncogüé
. Asimismo, Federico Barbará registra en su vocabulario de la lengua pampa de 1856 Loncahue como el nombre de una laguna cuyo significado sería profundidad de quebrada
.5 Actualmente, los pobladores y lugareños denominan al lugar Loncagua.
Las denominaciones del lugar, entonces, son muy dispares. En este trabajo hemos optado por la forma Loncogüé, que se asimilaría más a la fonética original del araucano.
El escenario
En los tiempos de Zeballos, Loncogüé era una encrucijada estratégica de los caminos, a una jornada de tropas livianas de los campos de la Blanca Grande hacia el sur, de Junín y Rojas por el norte y de la Cruz de Guerra, por el centro
.8
Maguire cuenta que Loncogüé era una verde lomada cubierta de pasto fino con cañadas que bordeaban una gran laguna de agua dulce.9 La descripción es exacta: hoy se puede verificar que la lomada aún conserva las mismas características que encontró el primer poblador cristiano, Diego Gaynor, que asentó allí la cabecera de su estancia con instalaciones que aún conservan en su estado original sus descendientes y actuales propietarios, los hermanos Marcela y Alfredo García Robin Maguire.
Thill y Puigdomenech establecen la ubicación del fortín
(...) a 23 km de Tres Lagunas o Clalafquén (9 de Julio) y a 7 leguas del fortín Médanos de Illescas. En el cuartel 10º de 9 de Julio, al sureste de la estación Bacacay del ferrocarril Belgrano, en la propiedad de María Young en 1865, Alicia Wallace de Gaynor en 1882 y Juan Bazterrica y Murgaza en 1954. Entre las propiedades de Bazterrica y Luis Artola en 1986.10
Sin embargo, aunque la ubicación exacta del fortín se desconoce, preferimos seguir las indicaciones de Maguire, para quien el campamento propiamente dicho se habría instalado en dirección oeste y a una distancia no mayor a diez kilómetros del casco de la estancia Loncagua de García Robin.11 Además, como sucedió en la mayoría de las estancias de la época ubicadas en la línea de frontera, la misma fue fortificada y la azotea del casco sirvió como mirador.
Maguire, además, sostiene que Loncogüé fue adjudicado por el gobierno nacional en 1860 a tres estancieros: don Diego Gaynor, y dos amigos y vecinos suyos, que instalaron allí su establecimiento agropecuario, en una extensión que no superaba las doce leguas. Buenaventura Vita informa, con más exactitud, que la fundación del pueblo de 9 de Julio, el 12 de febrero de 1864, atrajo el interés de los pioneros por los campos de la zona ganados como resultado del avance de la frontera y que fue Diego Gaynor quien pobló a siete leguas del pueblo el paraje que los indios llamaban Laguna de Loncagüe.12 Estos comentarios dan la pauta de que, si enseguida los pobladores de Loncogüé pidieron la adjudicación de esas tierras, las instalaciones de la actual estancia que se conoce con el nombre de Lancagua existían desde antes de la fundación de lo que hoy es la ciudad de 9 de Julio, cabecera del partido homónimo, en la provincia de Buenos Aires.
Los emprendimientos agropecuarios de los pioneros eran temerarios. En esos tiempos los malones de Calfucurá controlaban y arreciaban total y permanentemente el área. Estanislao Zeballos recuerda en sus crónicas su experiencia ante el ataque de un malón de esta manera:
¡He sido despertado en la estancia fortificada de los Desmochados por la alarida de los indios, y al abrir los ojos espantados veía a las mujeres trémulas, con el rosario en la mano, preparando las joyas, la ropa y los víveres, que con los niños eran depositados en el Mirador, en la ciudadela, en el último baluarte, a la expectativa del combate empeñado sobre los fosos!
Territorio de conflictos
Al ser un lugar de cruce estratégico de varios caminos, antes de que los cristianos decidieran poblarlo, Loncogüé fue lugar de diferentes episodios de sublevaciones y luchas entre los habitantes originarios, como también de asiento de los vivacs y campamentos que estaban de paso por la zona.
Uno de los sucesos que recuerda Santiago Avendaño en sus memorias es el conflicto iniciado en 1831 entre las tribus ranqueles, que lideraban, por un lado, el cacique Yanguelén y, por el otro, el cacique y jefe supremo de los ranqueles, Yanquetruz. Los yanguelenes se sublevaron contra el jefe ranquel y se presentaron al Gobierno de Buenos Aires ofreciendo sus servicios como aliados y auxiliares de la frontera
.13 El gobierno nacional tenía una política de indios amigos
, a los que les asignaba en propiedad territorios para que se sumaran al ejército nacional. Buscaba así reforzar los puntos estratégicos de la línea de frontera interna con las demás tribus, y de ese modo defender las posiciones de avanzada. Uno de los indios amigos más famosos fue el cacique Ignacio Coliqueo, que se estableció con su tribu en agosto de 1862, en la llamada tapera de Díaz
, hoy Los Toldos. Otro indio amigo, de decisiva participación en la defensa de las fronteras cristianas, fue el cacique Cipriano Catriel, "a quien Sarmiento había dado el grado de cacique general, con uso de uniforme.14 También fue beneficiado con asignación de tierras por prestar servicios en defensa de la frontera el cacique Andrés Raninqueo,
hermanastro de Ignacio Coliqueo",15 que se estableció en el paraje de laguna La Verde en 1867, cercana a la comandancia de Loncogüé.
El cacique Yanguelén se puso, entonces, al servicio de los cristianos. Zeballos dice que semejante traición a la Barbarie traía indignados a los indios de Tierra Adentro […] contra el pueblo Yanguelén
.16 Así las cosas, nos informa Avendaño que, en ocasión en que los caciques Pichuiñ y Painé llevaban adelante un malón contra el destacamento de Rojas, los yanguelenes, motivados por su rol de protectores de los puestos cristianos de esa frontera, los sorprendieron en la retaguardia y les tomaron 1341 caballos, el hijo y la hija de Pichuiñ, el hijo de Painé, Panguithruz (a quien su padre no volvería ver y que luego llegaría a ser el cacique Mariano Rosas) Esto no fue perdonado y Pichuiñ y Painé prepararon la carnicería más atroz que jamás hayan visto los indios
,17 que terminó con el degüello de todos los yanguelenes. El lugar de encuentro para los preparativos de la batalla fue en la laguna de Loncogüé.
Se establece el fortín
En 1863 se estableció en la zona un fortín que sirvió de apoyo a la comandancia de Clalafquén o Tres Lagunas, que fuera instalada a raíz del nuevo avance de la línea de frontera llevado a cabo por el coronel Julio de Vedia, Jefe de la Frontera Oeste
18 y luego fundador de 9 de Julio. Ya, en abril de 1864, para proteger la fundación del pueblo, Loncogüé formaba parte de los cantones de vigilancia y defensa guarnecido con 30 hombres
.19
El coronel Nicolás Granada, el jefe de frontera, informó el 17 de abril de 1867 que la dotación del fortín Loncagüé era de un alférez, un sargento primero y 11 soldados.20 Un año antes ya había propuesto la formación de un "Regimiento de Húzares de la Frontera Oeste Nº…" para asegurar y garantir las fronteras de las invasiones de los indios
Y sugiere que este cuerpo puede formarse en enganchados, destinados o voluntarios
.21 Cosa que luego tendrá muy en cuenta Sarmiento.
En el marco del proyecto de adelantamiento de las fronteras con el indio, establecido por el Congreso Nacional el 13 de agosto de 1867, mediante aprobación de la Ley Nº 215, que dispuso el avance