SIN LÍMITES
Soneto estadounidense para mi asesino del pasado y del futuro (Terrance Hayes, en la voz de Alejandro Méndez) de Orden de trasladovaloraciones:
Longitud:
3 minutos
Publicado:
19 ago 2020
Formato:
Episodio de podcast
Descripción
Y entonces llegó el futuro. Era libre de amar lo que se me antojara amar.
Había una hamaca y me subí y me hamaqué con vista al valle.
El eco de antiguas baladas llegaba a mis oídos: amantes desdeñades
y desdeñoses, madres diabólicas,
el cielo con su sarpullido incurable.
Del cuello para arriba, yo era ampliamente feliz como la línea de los árboles,
un poquito borracha por el drama estacional de las hojas, el olor de la nieve
en gestación apenas sobre el labio del horizonte.
En un sentido migratorio, estaba volviendo a mí misma,
una valija de cuero al lado del tobillo por decisión propia.
Todo tiene sentido cuando estás viva,
aunque no podría explicárselo a nadie que no lo estuviera:
los libros, la lluvia agria, volver a casa condenada al fracaso y contenta, con los ojos
como dos manzanas, y por ende tan rojas y con tanto frío, por tener piel.
Una calle que se llama principal. Una habitación que se llama cama.
La espalda de mi amante al amanecer,
que se me ofrece para que la rasque: un poco más abajo,
ahora más arriba, ahora más fuerte, sí, así.
Había una hamaca y me subí y me hamaqué con vista al valle.
El eco de antiguas baladas llegaba a mis oídos: amantes desdeñades
y desdeñoses, madres diabólicas,
el cielo con su sarpullido incurable.
Del cuello para arriba, yo era ampliamente feliz como la línea de los árboles,
un poquito borracha por el drama estacional de las hojas, el olor de la nieve
en gestación apenas sobre el labio del horizonte.
En un sentido migratorio, estaba volviendo a mí misma,
una valija de cuero al lado del tobillo por decisión propia.
Todo tiene sentido cuando estás viva,
aunque no podría explicárselo a nadie que no lo estuviera:
los libros, la lluvia agria, volver a casa condenada al fracaso y contenta, con los ojos
como dos manzanas, y por ende tan rojas y con tanto frío, por tener piel.
Una calle que se llama principal. Una habitación que se llama cama.
La espalda de mi amante al amanecer,
que se me ofrece para que la rasque: un poco más abajo,
ahora más arriba, ahora más fuerte, sí, así.
Publicado:
19 ago 2020
Formato:
Episodio de podcast
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