SIN LÍMITES
La ContraRéplica (96) de La ContraCrónicavaloraciones:
Longitud:
46 minutos
Publicado:
6 ene 2025
Formato:
Episodio de podcast
Descripción
Mal ha empezado el año el primer ministro británico Keir Starmer. Por si no tuviese ya suficientes problemas con la crisis económica que atraviesa el país, la semana pasada el magnate tecnológico Elon Musk la emprendió en su red social X contra él. Le acusó de haber ocultado información hace años, cuando era jefe de la fiscalía de la Corona, sobre una serie de casos de abuso sexual que se produjeron en el norte de Inglaterra. En el curso de varios días Musk ha ido publicando decenas de tuits contra Starmer y su Gobierno, metiéndole en serios apuros ya que tanto la oposición conservadora como los identitarios de Reform UK se ha subido al carro.
Pero los conservadores son aquí unos meros convidados de piedra. Todos miran a Reform UK, cuyo líder, Nigel Farage está desde hace tiempo a partir un piñón con Donald Trump. Se han visto muchas veces. Hace sólo unas semanas, a finales de diciembre, se reunieron en Mar-a-Lago, la residencia de Trump en Florida, donde se pudo ver también con Elon Musk. Tras el encuentro Farage reveló que Musk está considerando una donación al Reform UK, lo que fortalecería al partido que hoy es el que más crece del Reino Unido. Se ha hablado de cien millones de dólares, pero la cantidad exacta que entregará es un misterio. La reunión culminó con una fotografía de ambos bajo un retrato de Trump que Farage se apresuró a compartir en las redes sociales recordando el lema de su partido: “el Reino Unido necesita reformas” a lo que Musk respondió “absolutamente”.
Farage lleva desde el año pasado trabajándose a Trump a fondo. Le acompañó durante la campaña electoral y parece que las puertas de la Casa Blanca las va a tener abiertas de par en par. Este detalle es importante ya que la “relación especial” que une a británicos y estadounidenses acarrea siempre consecuencias políticas. Sus Gobiernos suelen estar alineados en lo principal y van siempre de la mano. Pero tan pronto como Trump tome posesión del cargo el día 20 esa relación especial se va a agriar ya que ni a Trump le gusta Starmer, ni a Starmer Trump.
A diferencia de lo que sucede en Estados Unidos, la legislación británica fija unos límites muy estrictos sobre el gasto electoral, pero los partidos pueden aceptar donaciones ilimitadas, siempre que provengan de empresas británicas. Musk podría sortear esto último efectuando la donación desde las filiales de Tesla o Starlink en el país, pero necesitaría la aprobación previa de los accionistas. En Westminster, entretanto, los laboristas están estudiando el modo de evitar que Musk intervenga de un modo tan directo en la política británica. Quieren reformar la ley de financiación electoral para limitar las donaciones de las filiales de las empresas extranjeras.
A Farage ese dinero le viene realmente bien. Tiene sólo cinco escaños en los Comunes y el partido está en pleno despliegue nacional. Cualquier donación será importante para él. Su objetivo a corto plazo es superar al partido Conservador y convertirse así en la alternativa para los laboristas en las elecciones que, en principio, no se celebrarán hasta 2029. Farage es bien conocido por los británicos desde hace años, cuando era eurodiputado de UKIP, pero pocos le tomaban realmente en serio. Hoy es según varios sondeos de opinión el político más valorado del país, en algunos de ellos ha superado ya en esperanza de voto a los conservadores, que atraviesan una crisis muy aguda tras perder el poder el julio.
La guerra entre Elon Musk y Keir Starmer parece que va para largo, todos tienen claro que vendrán más batallas en el futuro. Musk arguye que está interesado en la política británica porque su abuela era de Liverpool, su segunda esposa es británica y se deja ver por el país con relativa frecuencia. No parece demasiado como para el esfuerzo que está haciendo, por lo que muchos lo ven como una operación de altos vuelos que anticipa el enfriamiento de las relaciones británico-estadounidenses durante el segundo mandato de Trump.
En La ContraRéplica:
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Pero los conservadores son aquí unos meros convidados de piedra. Todos miran a Reform UK, cuyo líder, Nigel Farage está desde hace tiempo a partir un piñón con Donald Trump. Se han visto muchas veces. Hace sólo unas semanas, a finales de diciembre, se reunieron en Mar-a-Lago, la residencia de Trump en Florida, donde se pudo ver también con Elon Musk. Tras el encuentro Farage reveló que Musk está considerando una donación al Reform UK, lo que fortalecería al partido que hoy es el que más crece del Reino Unido. Se ha hablado de cien millones de dólares, pero la cantidad exacta que entregará es un misterio. La reunión culminó con una fotografía de ambos bajo un retrato de Trump que Farage se apresuró a compartir en las redes sociales recordando el lema de su partido: “el Reino Unido necesita reformas” a lo que Musk respondió “absolutamente”.
Farage lleva desde el año pasado trabajándose a Trump a fondo. Le acompañó durante la campaña electoral y parece que las puertas de la Casa Blanca las va a tener abiertas de par en par. Este detalle es importante ya que la “relación especial” que une a británicos y estadounidenses acarrea siempre consecuencias políticas. Sus Gobiernos suelen estar alineados en lo principal y van siempre de la mano. Pero tan pronto como Trump tome posesión del cargo el día 20 esa relación especial se va a agriar ya que ni a Trump le gusta Starmer, ni a Starmer Trump.
A diferencia de lo que sucede en Estados Unidos, la legislación británica fija unos límites muy estrictos sobre el gasto electoral, pero los partidos pueden aceptar donaciones ilimitadas, siempre que provengan de empresas británicas. Musk podría sortear esto último efectuando la donación desde las filiales de Tesla o Starlink en el país, pero necesitaría la aprobación previa de los accionistas. En Westminster, entretanto, los laboristas están estudiando el modo de evitar que Musk intervenga de un modo tan directo en la política británica. Quieren reformar la ley de financiación electoral para limitar las donaciones de las filiales de las empresas extranjeras.
A Farage ese dinero le viene realmente bien. Tiene sólo cinco escaños en los Comunes y el partido está en pleno despliegue nacional. Cualquier donación será importante para él. Su objetivo a corto plazo es superar al partido Conservador y convertirse así en la alternativa para los laboristas en las elecciones que, en principio, no se celebrarán hasta 2029. Farage es bien conocido por los británicos desde hace años, cuando era eurodiputado de UKIP, pero pocos le tomaban realmente en serio. Hoy es según varios sondeos de opinión el político más valorado del país, en algunos de ellos ha superado ya en esperanza de voto a los conservadores, que atraviesan una crisis muy aguda tras perder el poder el julio.
La guerra entre Elon Musk y Keir Starmer parece que va para largo, todos tienen claro que vendrán más batallas en el futuro. Musk arguye que está interesado en la política británica porque su abuela era de Liverpool, su segunda esposa es británica y se deja ver por el país con relativa frecuencia. No parece demasiado como para el esfuerzo que está haciendo, por lo que muchos lo ven como una operación de altos vuelos que anticipa el enfriamiento de las relaciones británico-estadounidenses durante el segundo mandato de Trump.
En La ContraRéplica:
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Publicado:
6 ene 2025
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Episodio de podcast
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