DESCODIFICACION BIOLOGICA GINECOLOGIA Y EMBARAZO CHRISTIAN FLECHE
La emoción tiene un fundamento biológico
La
emoción
surge en un instante de inconsciencia, se puede decir que en un momento de separación con uno mismo. En efecto, no es que caigamos enfermos o que sea como quedarse embarazado o caerse de una escalera. Esto toma una fracción de segundo. Llega en un lugar y en un momento preciso que se trata de encontrar. ¿Por qué? Es la única manera de hacer volver a nuestro consciente lo que se ha encarnado con un síntoma. Si nosotros no revivimos este instante, ese bio-shock, no podremos encontrar el sentido biológico de la enfermedad. Se trata, en nuestra manera de ver el resentir, de reencontrar aquella primera vez en que se sintió inconscientemente. El bioshock es un momento de reencuentro entre el mundo exterior y el mundo interior. Este reencuentro produce o una satisfacción, o una insatisfacción. Estas dos reacciones nos son perceptibles gracias a las emociones. La emoción es el trazo consciente de una actividad interna, es el índice de una función biológica satisfecha o no. Si hemos comido, nos sentimos satisfechos. Si no ha podido ser, nos encontraremos frustrados, en cólera, con sensación de carencia, etc. La emoción aparece siempre en un instante, de manera involuntaria, incontrolada y adaptada a una situación exterior. Se sitúa en nuestro cuerpo de una manera muy precisa (calor en el vientre, tensión en la garganta, peso sobre los hombros, molestias sobre las piernas, picores en cualquier parte del cuerpo.) La emoción por lo tanto ¿es nuestra amiga?... Para responder habría que preguntarse: cuál es la más potente de las energías. Es la emoción. Es nuestro carburante, la esencia misma de nuestra vida, el combustible de base. La emoción sola nos permite avanzar, nos da la energía para levantarnos por la mañana, para actuar, nos permite escoger o hacer elecciones e ir en la dirección que más nos conviene. La emoción provoca un reencuentro o aislamiento. Está en el origen de todas nuestras decisiones impulsivas. ¿Cómo sería vuestra vida sin emociones? Hay dos motores:
Ir hacia o mantener una emoción positiva
Alejarse o eliminar una emoción negativa Las emociones traducen a nivel consciente lo que se ha vivido a nivel biológico celular, ya que la emoción tiene como función transmitir al consciente una emoción biológica satisfecha o insatisfecha.
GINECOLOGÍA Introducción
La ginecología es el estudio de los diferentes órganos propios de la mujer encargados de acoger y transmitir la vida después de la maternidad: ovarios, trompas uterinas, útero, vagina y senos.
OVARIOS
Las mujeres tienen dos ovarios, derecho e izquierdo, situados dentro de la cavidad pelviana. Cada uno tiene una forma ovoide de aproximadamente 4x2 cm. El
ovario
(lat.
ovum
, huevo; gr.
ooforon
) es la gónada femenina productora y secretora de
hormonas sexuales y óvulos. Son estructuras pares con forma de almendra, con medidas de
1
x
2
x
3 cm en la mujer fértil (aunque varía durante el ciclo), y un peso de unos 6 a 7 gramos, de
color blanco grisáceo, fijados a ambos lados del útero por los ligamentos uteroováricos y a la
pared pelviana por los infundíbulos pelvianos. Los ovarios femeninos son el equivalente a los testículos masculinos. la ovulación - liberación de un óvulo por un ovario- es el evento más importante de un ciclo fértil; ocurre sólo una vez en un momento de dicho ciclo, aún cuando sea liberado más de un óvulo. El proceso ovulatorio también produce las dos hormonas ováricas, estradiol y
progesterona. El estradiol es producido únicamente por el folículo en desarrollo antes de la ovulación; estimula las glándulas del cuello uterino (cervix) para que segreguen un tipo especial de
sustancia mucosa (“moco con características fértiles”), la cual es esencial para que el esperma
atraviese el cervix y alcance el óvulo. El estradiol también estimula el engrosamiento del endometrio que reviste internamente el útero (matriz). Después de la ovulación, a partir de la ruptura del folículo se forma el cuerpo lúteo, el cual segrega estradiol y progesterona. Esta última causa el cambio brusco en las características del moco, lo cual ocurre inmediatamente después de la ovulación y define el síntoma del Día Cúspide. La progesterona coadyuva a la preparación del endometrio previamente iniciada por el estradiol para la implantación del posible óvulo fecundado. En ausencia de un embarazo, la producción de estradiol y progesterona comienza a declinar aproximadamente 7 días después de la ovulación, lo cual se traduce en el desprendimiento del endometrio como sangrado menstrual a los 11 hasta 16 días posteriores a la ovulación. Los cambios cíclicos en la actividad ovárica están controlados por la secreción de dos hormonas en la glándula pituitaria, la hormona folículo-estimulante (FSH) y la hormona
luteinizante (LH). La producción de estas dos hormonas está a su vez controlada por un área
del cerebro denominada hipotálamo. El hipotálamo actúa como una computadora, analizando
las señales nerviosas de otras áreas del cerebro, incluyendo aquellas que son generadas por las emociones y los factores ambientales, como la luz y la oscuridad; también analiza las señales hormonales generadas en los ovarios y otras glándulas endócrinas y que son transmitidas por el torrente sanguíneo. El ciclo ovárico progresa a través de una serie bien ordenada de eventos. Durante la última mitad del ciclo precedente, se suprime la producción de FSH y LH por la glándula pituitaria debido a la elevada secreción de estradiol y progesterona actuando por vía del hipotálamo. El cuerpo lúteo al final de dicho ciclo produce niveles decrecientes de estradiol y progesterona, lo que elimina esta supresión y eleva los niveles circulantes de FSH. Los folículos del ovario tienen un nivel mínimo en sus requerimientos de FSH, por debajo del cual no se produce ninguna estimulación. Inicialmente los valores de FSH están por debajo de
este nivel de umbral, pero se elevan lentamente hasta pasarlo y entonces un grupo de folículos es estimulado hacia un activo crecimento. Se requieren algunos días de crecimiento antes que los folículos empiecen a producir estradiol, el cual es secretado al torrente sanguíneo y alcanza el hipotálamo dando la señal que se alcanzó el nivel de umbral. Hay también un nivel intermedio de producción de FSH que debe ser excedido antes que un único folículo sea finalmente impulsado para completar el proceso íntegro de la ovulación; y un nivel máximo que no debe ser excedido pues de otra manera se estimularían demasiados folículos ocurriendo una ovulación múltiple. Este nivel máximo está sólo un 20% por encima del nivel de umbral por lo que la producción de FSH requiere un preciso control de retroacción por el estradiol producido por los folículos. Tan pronto como el folículo dominante se lanza hacia la ovulación, se producen niveles
rápidamente crecientes de estradiol. Este estimula la producción del moco cervical y también suprime la producción de FSH en la carrera hacia la ovulación. La caída de FSH también inicia un mecanismo de maduración dentro del folículo dominante que lo vuelve receptivo a la segunda gonadotrofina producida por la pituitaria, la hormona LH. Los altos niveles de estradiol también activan un mecanismo de retroacción positivo en el hipotálamo, el cual causa que la glándula pituitaria libere una masiva cantidad de LH. Este brusco aumento de LH es el disparador que inicia la ruptura del folículo (ovulación) aproximadamente 37 horas después o 17 horas después que se alcanza el valor máximo de LH (pico de LH). La producción ovárica de estradiol cae bruscamente durante este intervalo previo a la ovulación. Después de la ovulación el folículo roto se transforma en un cuerpo lúteo y la producción de la segunda hormona ovárica progesterona, aumenta rápidamente, junto con más estradiol. La progesterona causa el abrupto cambio en las características del moco cervical, lo que define el síntoma del Día Cúspide. Cuando la progesterona decrece hacia el final del ciclo se produce como consecuencia el sangrado menstrual.