0% encontró este documento útil (0 votos)
227 vistas7 páginas

6-Historias Al Vesre

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1/ 7

HISTORIAS AL VESRE

de Margarita Eggers Lan


Maximiliano era un chico que lea y lea sin parar. En la biblioteca de su pueblo, no haba un solo libro que no hubiera pasado por sus ojos. Hasta la gua de telfonos, los prospectos de remedios y las recetas de cocina, se lea. Si segus leyendo tanto te van a quedar los ojos abiertos y no los vas a poder cerrar ms le deca su mam.

Historias al vesre de Margarita Eggers Lan. En Rayuela 4, Editorial Stella. Margarita Eggers Lan Ilustraciones: Monica Pironio Diseo de tapa y coleccin: Campaa Nacional de Lectura Coleccin: De la biblioteca a tu casa Ministerio de Educacin, Ciencia y Tecnologa Unidad de Programas Especiales Campaa Nacional de Lectura Pizzurno 935. (C1020ACA) Ciudad de Buenos Aires. Tel: (011) 4129-1075 [email protected] - www.me.gov.ar/lees Repblica Argentina, 2007

Un da de esos en los que no pasaba nada, Maxi caminaba por las calles vacas del pueblo. Era la hora de la siesta, y un vientito polvoriento enrulaba remolinos de hojas amarillentas aqu y all. Aburrido, pateaba una piedrita sonza, como todas las cosas sonzas de este mundo. Pero de pronto, la piedrita se meti por debajo de un alto cerco. Ah, no! No te vas a ir as noms dijo Maxi. Toc el lugar por donde se haba perdido la piedrita, y dos de las maderas se hundieron. Intrigadsimo, Maxi pas por el hueco. En medio de un gran jardn, pudo ver un edificio muy antiguo, que tena un cartel gastado con la palabra: ACETOILBIB Maximiliano, que entre sus cosas siempre tena un espejito, lo puso frente al cartel. Aj! dijo con voz de detective Con que estamos al revs
2

Los escalones que conducan a la puerta de entrada bajaban en lugar de subir, as que nuestro amigo tuvo que pegar un salto para introducirse en el extrao lugar. Adentro, el espectculo era sorprendente. Del techo colgaban estantes en los que libros de los ms brillantes colores se apilaban sin caerse. Una gran lmpara dorada en el medio del piso, iluminaba los lomos azules, rojizos, amarillos y violetas de los ocupantes de las bibliotecas. De pronto, uno de los libros se desprendi de su sitio y fue a dar justo, justo, en las manos de Maxi. Con letras fosforescentes, poda leerse: AJOR ATICUREPAC. Al fin algo distinto! El chico abri apresurado las tapas, y comenz a leer: AJOR ATICUREPAC. Caperucita Roja estaba, como siempre, jugando a romper viejas muecas. Iba tirando con fastidio los pedacitos por el patio, mientras cantaba:
5

Caperucita Roja Para el que no escucha: Mi tapado es blanco Y no tiene capucha En eso apareci su madre y le dijo: Caperucita, necesito que vayas a lo de tu abuela. Pero ojo! no quiero que le pegues al lobo cuando lo encuentres. Ufa, qu aburrido! -dijo la nia. Su mam prosigui: Por favor, no metas araas ni sapos adentro de la canasta porque a tu abuela le puede dar un soponcio. As fue como Caperucita sali con la canasta vaca y de muy mal humor rumbo a lo de su abuelita. Cuando el lobo se enter que la nia terrible vena cruzando el bosque, parti a toda carrera hacia lo de la ancianita. Abue, abue, ayudme! Viene Caperucita y me va a pegar! Si me esconds debajo de la cama, yo te prometo que por dos meses no aullar en las noches de luna llena. La abuelita, que aunque estaba un poco sorda, las noches que gritaba el lobo no poda pegar un ojo, decidi esconderlo debajo de la cama. Caperucita pate la puerta y grit:
6

Abrme, abuelaaaaaaa! Solo abrir si me promets que no meters vboras ni bichos feos en mi casa -dijo la abuelita. Maximiliano, muerto de risa, ley hasta el final el cuento y luego tom otro, y otro, y otro, bajndolos de los estantes del techo. As, pudo conocer la historia de Cenicienta, que mandaba a

fregar a sus hermanas, y a la que su prncipe jams logr ponerle el zapatito porque calzaba como cuarenta. Y la de Blancanieves que, muerta de envidia, envenen a la madrastra porque era ms linda que ella, y la de la Bella Durmiente que en realidad sufra de insomnio Maxi aprendi que, cuando se acaba un cuento, lo que sigue corre por cuenta de su imaginacin. Y como nunca ms pudo encontrar el camino que haba hecho aquel da, se dedic a dar vuelta las historias para contrselas a sus amigos. Cuentan los que pasan por ese pueblo, que la gente duerme de da y lee de noche, que los chicos se ren cuando les ponen inyecciones y que los maestros juegan a la rayuela mientras los chicos les ensean todo lo que quieren saber. Lo que nadie puede, jams, es aburrirse

MARGARITA EGGERS LAN


Naci en Buenos Aires en 1955. Trabaj en radios, peridicos y en distintos proyectos. Paralelamente escribe cuentos para chicos y adolescentes. En el ao 2003 obtuvo dos premios de la Cmara Argentina de Publicaciones. Impuls proyectos de declaracin para incluir en la currcula escolar la defensa del patrimonio cultural. Fue la autora de Historias bajo las baldosas, un proyecto de rescate de la memoria subterrnea de la Ciudad de Buenos Aires. Actualmente est dedicada a la promocin de la lectura. Entre sus obras figuran: Color de Ciruela 2 (1996), Un castillo para Marlene y otros cuentos (1997), Con olor a canela (1997), El volcn de Miguel y otros cuentos (1997), Que siga huyendo (1998), Rayuela 4, 5 y 6 (1998/99), Mi pap es filsofo (2001), Nunca pierdas de vista tu sombra (2001), Historias bajo las baldosas (2002).

Ejemplar de distribucin gratuita. Prohibida su venta.

También podría gustarte