CAPITULO X

Correrias del Hudscar.-Sorpresa

del

Matias y captura del Rimac.

I Combate del Huiiscar y la Magallanes en Iquique. I1 El Hudscar en 10s puertos del norte de Chile. 111 El Escuadr6n de Carabineros de Yungay parte a Antofagasta. IV El Cochrane y la partida del Rimac. V Viaje y captura del Rimac. VI Ansiedad y agitaci6n en Chile. Influencia que tuvo la pkrdida del Rimac.

I.
Reparado el Hudscar en el Callao de 10s principales desperfectos que le cam6 el combate de Iquique, salic5 el de julio a campafia, y el 9 fonde6 en Arica para ponerse en comunicaci6n con el Presidente y recibir instrucciones. Desde el regreso de Williams del Callao la Escuadra chilena estaba distribuida en do? divisiones, cuidando respectivamente Antofagasta e Iquique. A principios de jullin, permanecia en la primera de esas radas el Blanco con el Almirante, y estaban encargados del bloqueo de Iquique, Simpson con el Codirane, Srinchen cain el Abtao, Latorre con la Magallanes y u n capidn de la marina mercante del rol de la compaiiia Sudamericana con el Matias. El jefe de bahia era Simpsoni. Todos 10s buques salian en la noche a cruzar por temor a Prado lo manda sar 10s torpedos, y el hnico que quedaba en el fondeadero era piender el Abtao en Iquique el Abtao que tenia su miquina en reparacicin. Las autoridades de tierra que Vivian pendientes de cuanto pasaba en la Escuadra notaron esa circunstancia y se la comunicaron a Prado por telbgraio, asi es que cuando Grau se le present6 a pedirle instrucciones, lo despach6 a Iquique drindole la orden de penetrar en la bahia de noche, espolonear a1 Abtao, y huir a relugiarse bajo 10s cafiones de Arica. El Huciscar se hallaba bien preparado para una empresa asi. Estaba pintado de azul verdoso, color de mar; tenia carb6n inglbs que arrojaba poco humo, y sus miquinas y fondos limpios. Grau naveg6 pegado a la costa ocultindose en la s o m b i ~ de ~ 10s cerros, y pas6 a Pisagua a averiguar si el Abtao pernianecia en el rnismo fondeadero y a ordenar por tel6grafo que esa noche no se encendieran luces en la playa. De Iquique se le contest6 que el Abtao estaba en el punto que Prado le habia cornunicado, porque hasta esa hora era asi, y en este concept0 sali6 de Pisagua, rodehdose de cuanto precauci6n podia, para no ser visto. Pero la guerra desbarata 10s planes mejor combinados. La falta de alumbrado llam6 la atencicin del caviloso y precavido SAnche7, y como casualmente
JfLliO 9. Huiiscar en Arica

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esa tarde se habian terminado las reparaciones de su buque, zarp6 de la bahia en sentido opuesto del rumbo que pensaba tomar en la noche. Penetrb el Hudscar a la bahia y se Eu6 derechamente a1 punto que se le habia indicado en Pisagua y no encontrando a1 Abtao, se echb a buscarlo y acercb a pasar a1 costado de u n buque que reconoci6 ser el Matias. Grau estuvo en duda si echarIO a pique o tomarlo a remolque. Su primera intencibn fuC aquella, y con bocina grit6 a1 capitzin del Matins: Capitcin, nrrie botes y salve la gente q u e lo voy a echar a pique. is El capitin obedecib. El Hudscar le disparb a boca de jaryo u 1 1 caiionazo que le perlor6 el casco y se embot6 en la carbonera. A1ruido de 10s disparos se aproxim6 unit luz, y Grau SOYLatorre te v n sobre pechando que fuese alguno de 10s buques bloqueadores sarl Hudscar lib a reconocerla. Era Latorre con la Mcigallanes que siempre estaba en el puesto de su deber, y que habiendo oido 10s tiros acudia a saber lo aue ocurria. A1 reconocer a1 monitor peruano Latorre se le fub encima a quitarle la presa, sin tomar en cuenta que mandaba un baiquichuelo en comparaci6n del Huriscar. El primer impulso de Grau fuC huir urcyendo que fuera el Cochrane, pero al reconocer la dCbil corbeta se volvi6 contra e l k , pensantlo probablemente que la suerte le deparaba la ocasi6n de aprehender. no ya wii transporre com3 el Matias, sino u n buque de guerra, y una tripulacibn joven y ufana. Los adversarios estaban a trescientos metros. Los fuegos se rompieron de ambos lados; fueg9 de cafibn, de rifles, de ametralladosa, de revdlvei, porqixe todos se em pearon, incluso el hltimc, El Huciscar se precipit6 sohre su atlversario queriendo partirlo con el espolbn, pero Latorre con perfecta serenidad cape6 la embestida, con la destreza y sangre fria del que gobierna en un dia de maniobras. El monitor pas6 por el costado de la Magallanes sin hacerle ninginn daiio. Errado el primer espolonazo, el Nuciscar gir6 en redontlo para acometerla de nuevo, y 10s buques volvieron a cruzarse en sentido contrario, lanzdndose por segunda vez andanadas de proyectiles de todas dimensiones. Grau repiti6 el movimiento una vez mis, el que esquiv6 Latorre con la Noche feliz de misma sangre fria. Un caiionazo de a 115 de la Mngallanes Latorre perforb el blindaje del Hzidscar y choc6 en la torre de combate. Varias veces repitib Grau la maniobra del espol6n, y siempre la esquiv6 Latorre con suma destreza y valor. Este drama, tan glorioso para el Comandante chileno, dur6 poco, porque a1 ruido de 10s caiionazos acudieron el Coclzrane y el Abtao. Grau a1 verlos se pus0 en fuga, y aunque fud perseguido durante varias horas pudo llegar a Arica sin novedad.
Esta es la noche feliz de Latorre, escribe el Cornandante L6pez del Rlanco, porque puso de manifiesto todas las cualidades que es dado exigir a un hombre de <Terra, vigilancia, previsibn, pericia, sangre fria, valor y una calma a toda prueba (1).

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Sin exageraci6n p e d e decirse que Latorre quit6 esa noche a1 halc6n el ave que tenia en sus garras. Su conducta fui. aplaudida en el pais como u n acto de heroismo, y el nombre del afortunado combatiente de Chipana pas6 a ser simbolo de previsi6n y de victoria.
(I) Mis recuerdos de la guerra del Pacifiro, del coniandante don Juan E:teban L6pez.

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11.
Julio 7. WiL1iams en Iquique

El Almirante fonde6 en Antofagasta cl 7 de julio con la l? divisi6n de la Escuadra rompuesta del Blanco, la Chacabuco y el transporte L.oa armado en guerra, dejando la 23 a cargo del bloqueo de Iquique. El comhate que acabo de narrar ocurrib en su ausencia. El 8 sup0 que el Hzidscar y la U n i d n habian zarpado del Callao en viaje para el Sur, y lo avisb por telkgrafo a la Comandancia General de Marina. El 13 el vapor de la carrera del Norte le di6 noticia del encuentro de la Magallanes con el Hudscar, y como era muy cuidadoso de sus buques Williams creyb necesario ir en persona a tomar la direcci6n del bloqueo. Llegado a Iquique el 16 de julio, despachb a Simpson a Antofagasta con el blindado que mandaba y el Matias. Quedb entonces sosteniendo el bloqueo, el Blanco, la Magallnnes, el A b t a o y el Limari. La guerra maritima habia cambiado de faz. A 10s asaltos irancos de naves, o a las audaces correrias, sucedia ahora el ataque con torpedos que el Per 6 se habia proporcionado recientemente e introducido en Iquique, mientras el bloqueo estuvo suspendido despues del combnte del 21 de mayo. Una vez la plaza habia intentado hacer volar a1 Coclzrane sin kxito. En la noche del dia que el Almirante lleg6 a Iquique con la la divisibn, se vi6 pasar entre 10s buques u n bote largo, de forma singular, que navegaba sin remos. Era una segunda tentativa de lia misma clase, dirigida esta vez contra el Blanco. El centinela del buque almirante dib la alarma, e instanthneamente todos 10s demhs rompieron sus fuegos de rifles y de ametralladoras contra la sutil embarcacicin que se deslizaba entre ellos. El Almirante crey6 necesario hacer sentir a la ciudad la responsabilidati Idc esas reiteradas, agresiones, y orden6 que el Blanco y la Magallanes rompieseln 10s fuegos contra ella esa misma noche. El BEanco disparb de seis a ocho granadas sobre la Aduana, y la Magallanes tres sobre el extremo norte de la poblacicin (2). En Iquique hubo un sAlvese J u l z O 16. quien pueda. Los habitantes huyeron despavoridos a protede Zquique a media gerse en la cerrillada del oriente, yendo muchos sin vestirnoche se por haberlos sorprendido el cafioneo estando en cama. Los C6nsules se piresentaron a1 dia siguiente a bordo del Blanco a formular protestas, acusando al Almirante de haber violado el compromiso que contrajo de no ejercer actos de hostilidad sin aviso previo para que pudieran ponerse a salvo 10s intereses neutrales, pero desentendiendose por completo de que las sucesivas agresiones partian de la plaza, y de que Iquique habia cornprometido su inmunidad, probablemente con la complicidad de ellos, colocando una bateria contra la Esineralda mientras Csta se batia con el Heidscar. Y el Perli alentado por la actitud de esos ccinsules estall6 en indignacibn contra el aleve enemigo que disparaba sus cafiones a media noche sobre una ciudad indefensa.

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(2) El Almirante TYilliams me regal6 el Diario que llevaba mientras mand6 la Escuadra, en que se relatan minuciosamente 10s movimientos de 10s buques y las operaciones. Esti CFcrito con Ihpiz, probablcmente por alguno de 10s oficiales de su Estado Mayor. En la fecha 16 de julio se encuentran todos 10s detalles de lo ocurrido entonces en Iquique. F1 torpedo fui: i h t o desde el Blanco y t a m b i h de la Magallanes que le hizo fuego dc rifle a1 pasar. Ilse torpedo estaba en Iquique cuando sc rindi6 la ciudad y yo tuve ocaG6n de verlo botado en la playa algunos ailos d e s p u k Tenia la forma de u n gran cigarro, con el centro ancho y delgado en las eutremidade3. Creo necesnrio dar cstas cxplicaciones porque entonces se asegur6 por 10s peruanos y t a m b i h por algunos chilenos, que ese tor pedo fut. n n pretexto inventado por Williams para bombardear a Iquique.

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Este hecho tuvo estrecha c o n e x i h con la captura del Rimnc. Prado sup0 lo que habia ocurrido en Tcpique en 10s moEL ii~~cis~ar sale i* u mentos en que celebraba con Daza el aniversario de uno vtngar el bombardeo de 10s primeros hechos insurreccionales de AmPrica ocurrido en Bolivia en 1809, y bajo el calor de la indignacibn que le produjo la noticia, hizo que saliesen inmediatamente en convoy el Nudscar y la Unidn a bombardear a Antofagasta y 10s puertos chilenos situados a1 norte de Caldera. El bombardeo de Antoiagasta eta una operacibn inuy tentadora porque la miquina proveedora de agua estaba situada sobre el mar, y su destruccibn habria colocado a la ciudad en s i t u a c i h desesperante. Cuando Grau se pus0 en viaje estaban fondeados en Antofagasta el Lamar y el Itata, y si no ocurre la circunstancia casual de que fuera visto en Mejillones el dia antes, tanto aquellos transoortm como la miquina destiladora hahrian corrido serios peligros. Pero obligado a cambiar de plan por esa circunstancia, en vez de entrar a Antofagasta donde ya no podia contar con el efecto de la sorpresa, se dirigici a 10s puertos del Tiir y visit6 Chafiaial, C a r r i d , Pan de A7dcar y Huasco donde se ocup6 en destruir las embarcarbones menores que hacian el servicio de esos puertos. Ya se conocia en Antofaqasta y en Santiago su presericia en aquas chilenas. Primer0 por el subdelegado de Mejillones, cuyo aviso llegb el mismo dia que tenia luqar la renuncia de Arteaga, y despuPs por las autoridades de 10s puertos nombrados. Del Huasco, Grau se f u P a Caldera, poblacib'n que se puro en pie de defensa. Vinieron de Copiapci yoldados del batallbn Atacama en via de ormni7aci6n y prepararon algunos cafiones que estaban rnontados a la orilla del mar. Esto ocurria entre el 18 y el 21 de julio.