20 Poemas Ilustrados
20 Poemas Ilustrados
20 Poemas Ilustrados
Las nubes iban pasando sobre el campo juvenil... Yo vi en las hojas temblando las frescas lluvias de abril. Bajo ese almendro florido, todo cargado de flor -record-, yo he maldecido mi juventud sin amor. Hoy en mitad de la vida, me he parado a meditar... Juventud nunca vivida, quin te volviera a soar! VIDA Vivir como una isla, lleno por todas partes de ti, que me rodeas ya presente o distante con un temblor de luz primera, sin pulir, sin arista de tarde, ni sombra de jardn. Y ngeles en espejos guardando tu mirada para hacerse verdades y noches estrelladas.
LA LUNA, SIEMPRE Redonda, hinchada de frotarse contra el cielo rasga mi piel con su delgada luz Cae sobre mi pelo con la levedad de una sirena que no se hubiera dado cuenta que no posee piernas Solivianta mi sangre me enciende de locura me regala una piel fosforescente y me convierte aceite hirviendo en fauna (cascos y cuernos y cabello desbocado bajo el lbrico soplo de lo oscuro)
SPLICA Por hoy dame la mano para engaarme Dame tu cuerpo para saciar mi sed Por hoy slo por hoy ensame a mentir como te mientes cuando repites que nicamente el vuelo de un ave migratoria te une a m
LA NIA ROSA, SENTADA... La nia rosa, sentada. Sobre su falda, como una flor, abierto, un atlas. Cmo la miraba yo viajar, desde mi balcn! Su dedo, blanco velero, desde las islas Canarias iba a morir al mar Negro. Cmo la miraba yo morir, desde mi balcn!. La nia, rosa sentada. Sobre su falda, como una flor, cerrado, un atlas. Por el mar de la tarde van las nubes llorando rojas islas de sangre. EL AMOR Estar nuestro querer
QUIEN NO ESTUVIERE EN PRESENCIA... Quien no estuviere en presencia, no tenga fe en confianza, pues son olvido y mudanza las condiciones de ausencia. Quien quisiere ser amado, trabaje por ser presente, que cuan presto fuere ausente, tan presto ser olvidado: y pierda toda esperanza quien no estuviere en presencia, pues son olvido y mudanza las condiciones de ausencia.
RBOL De ti una sombra se desprende que la ma muerta parece si al movimiento oscila o rompe azulinas aguas frescas a orillas del napo, al que vuelvo esta noche en que marzo lunar me incit, rico ya de alas y de hierbas. No slo de sombra vivo, que tierra y sol y dulce don de agua nuevos follajes te dieron en tanto yo me inclino y seco palpo en mi rostro tu corteza.
gozndose en s mismo al pasmo de un instante no soado. Vivido. Sin pedir ni dar nada ver mi fondo en tu fondo. Ser objeto e imagen como el agua del pozo. Beatitud de lo cierto: aquiescencia de Dios. Nescencia de la duda: presencia de tu amor.
LA PLEGARIA DE UN PAGANO No dejes morir tus llamas; Caldea mi sordo corazn, Voluptuosidad , cruel tormento! Diva! supplicem exaud! Diosa en el aire difundida, Llama de nuestro subterrneo, Escucha a un alma consumida Que alza hacia ti su frreo canto, Voluptuosidad, s mi reina! Toma mscara de sirena Hecha de carne y de brocado, O virteme tus hondos sueos En el licor informe y mstico, Voluptuosidad, fantasma elstico! EN UN RETRATO Cuando, bajo el montn cuadrangular de tierra fresca que me ha de enterrar, y despus de ya mucho haber llovido, cuando la hierba avance hacia el olvido, an, amigo, mi mirar de antao, cruzando el mar vendr, sin un engao, a envolverte en un gesto enternecido, como el de un pobre perro agradecido.
CUANDO CUENTO LAS SEMILLAS Cuando cuento las semillas sembradas alla abajo para florecer as, lado a lado; cuando examino a la gente que tan bajo yace para llegar tan alto; cuando creo que el jardn que no vern los mortales siega el azar sus capullos y sortea a esta abeja, puedo prescindir del verano, sin queja.
LA RATA ES BREVE LOCATARIA La rata es breve locataria. No paga renta. Repudia las obligaciones y persigue sus combinaciones Jugando con nuestra astucia se esconde o se esquiva el odio no daa. A ese enemigo tan reciente ningn decreto puede escluirlo tiene su ley, el equilibrio.
LA PALOMA Se equivoc la paloma, se equivocab a. Por ir al norte fue al sur, crey que el trigo era el agua. Crey que el mar era el cielo que la noche la maana. Que las estrellas roco, que la calor la nevada. Que tu falda era tu blusa, que tu corazn su casa. (Ella se durmi en la orilla, t en la cumbre de una rama.)
MORIR NO DUELE MUCHO Morir no duele mucho: nos duele ms la vida. Pero el morir es cosa diferente, tras la puerta escondida: La costumbre del sur, cuando los pjaros antes que el hielo venga, van a un clima mejor. Nosotros somos pjaros que se quedan: Los temblorosos junto al umbral campesino, que la migaja buscan, brindada avaramente, hasta que ya la nieve piadosa hacia el hogar nos empuja las plumas. EL AMOR Y LA SIERRA
Cabalgaba por agria serrana, una tarde, entre roca cenicienta. El plomizo baln de la tormenta de monte en monte rebotar se oa. Sbito, al vivo resplandor del rayo, se encabrit, bajo de un alto pino, al borde de la pea, su caballo. A dura rienda le torn al camino. Y hubo visto la nube desgarrada, y, dentro, la afilada crestera de otra sierra ms tenue y levantada -relmpago de piedra pareca-. Y vio el rostro de Dios? Vio el de su amada. Grit: Morir en esta sierra fra!
DEL SILENCIO Mientras el cuerpo nos protege del desastre y un turbin hace cauce en nuestras venas y se nos cubren los ojos de races agrias mi alma sabe que all del otro lado en la esquina o tienda o consultorio tambin t te sufres en la oscuridad con los brazos abiertos para recibirme.
LOS ESPINOS Verdor nuevo los espinos tienen ya por la colina, toda de prpura y nieve en el aire estremecida. Cuntos cielos florecidos les has visto; aunque a la cita ellos sern siempre fieles, t no lo sers un da. Antes que la sombra caiga, aprende cmo es la dicha ante los espinos blancos y rojos en flor. V. Mira. SIN FE Tienes ojos oscuros. Brillos all que oscuridad prometen. Ah, cun cierta es tu noche, cun incierta mi duda. Miro al fondo la luz, y creo a solas. A solas pues que existes. Existir es vivir con ciencia a ciegas. Pues oscura te acercas y en mis ojos ms luces sintense sin mirar que en ellos brillen. No brillan, pues supieron. saber es alentar con los ojos abiertos. Dudar...? Quien duda existe. Slo morir es ciencia.
CAE LA NOCHE Cae la noche entre tus brazos no hay ningn temor la tempestad es msica celestial Las paredes me protegen, tus manos tambin. Es momento de cerrar los ojos y dormir, dormir para siempre y soar que este momento nunca dejar de existir.
LA LLUVIA He aqu la lluvia: los aires callados remece, y las golondrinas -gaviotas de mnimos peceslas aguas oscuras, tranquilas, rizan en los lagos. Un olor de heno satura recintos y campos. Y el ao se va sin dar un lamento, ni lanzar un grito, que un da ms pudiera ganar de improviso.