Conde Carmen - Poemas (Selección)
Conde Carmen - Poemas (Selección)
Conde Carmen - Poemas (Selección)
(1907 - 1996)
Seleccin
Llamado al hijo
Cuando tu me llamas todos los pjaros cantan; la mar y sus caracolas
al corazon lo levantan. Cuando t me llamas el cuerpo se sobresalta: que es un romero sin sed y no necesita el agua. Cuando t no me llamas la vida se me desgana. Se convierte en un erial que ya no produce nada.
El pjaro ruiseor
A mi me canta en el pecho un pajaro ruiseor. A ti te canta en la boca el beso que te doy yo. Cuntas aves se renen para hacerse una cancin! Abro la mano y espero que se pose el ruiseor. Cierras la boca y en ella se mete mi corazn.
Amante
Es igual que reir dentro de una campana: sin el aire, ni orte, ni saber a qu hueles. Con gesto vas gastando la noche de tu cuerpo y yo te transparento: soy t para la vida No se acaban tus ojos; son los otros los ciegos. No te juntan a m, nadie sabe que es tuya esta mortal ausencia que se duerme en mi boca, cuando clama la voz en desiertos de llanto. Brotan tiernos laureles en las frentes ajenas, y el amor se consuela prodigando su alma. Todo es luz y desmayo donde nacen los hijos, y la tierra es de flor y en la flor hay un cielo Solamente t y yo (una mujer al fondo de ese cristal sin brillo que es campana caliente), vamos considerando que la vida..., la vida puede ser el amor, cuando el amor embriaga; es sin duda sufrir, cuando se est dichosa; es, segura, la luz, porque tenemos ojos. Pero rer, cantar, estremecernos libres de desear y ser mucho mas que la vida...?
Primer amor
Qu sorpresa tu cuerpo, qu inefable vehemencia! Ser todo esto tuyo, poder gozar de todo sin haberlo soado, sin que nunca un ligero esperar prometiera la dicha. Esta dicha de fuego que vaca tu testa, que te empuja de espaldas, te derriba a un abismo que no tiene medida ni fondo. Abismo y solo abismo de ti hasta la muerte! Tus brazos! Son tus brazos los mismos de otros das, y tiemblan y se cierran en torno de su cuerpo. Tu pecho, el que suspira, ajeno, estremecido de cosas que t ignoras, de mundos que lo mueven... Oh pecho de tu cuerpo, tan firme y tan sensible que un vaho lo pone turbio
y un beso lo traspasa! Si nunca nadie dijo que as se amaba tanto! Podas t esperar que ardieran tus cabellos, que toda cuanta eres cayeras como lumbre en un grito sin cifra, desde una cordillera gritada por la aurora? Ceniza t algn da? Ceniza esta locura que estrenas con la vida recin brotada al mundo? T no te acabas nunca, t no te apagas nunca! Aqu tenis la lumbre, la que lo coge todo para quemar el cielo subindole la tierra.