Mandrie Si Prejudecata Spaniola

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orgullo y prejuicio

jane austen
Publicado: 1812
Categora(s): Ficcin, Romance
Etiqueta(s): comedy
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I Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero,
poseedor
de una gran fortuna,necesita una esposa.Sin embargo, poco se sabe
de los sentimientos u opiniones de un hombre de tales
condicionescuando
entra a formar parte de un vecindario. Esta verdad est tan arraigada
en las mentes de algunas de lasfamilias que lo rodean, que algunas le
consideran de su legtima propiedad y otras de la de sus hijas.Mi
querido
seor Bennet le dijo un da su esposa, sabas que, por fin, se ha
alquiladoNetherfield Park?El seor Bennet respondi que no.Pues as
es insisti ella; la seora Long ha estado aqu hace un momento y
me lo hacontado todo.El seor Bennet no hizo ademn de contestar.
No quieres saber quin lo ha alquilado? se impacient su esposa.
Eres t la que quieres contrmelo, y yo no tengo inconveniente en
orlo.Esta sugerencia le fue suficiente.Pues sabrs, querido, que la
seora
Long dice que Netherfield ha sido alquilado por un jovenmuy rico
del norte de Inglaterra; que vino el lunes en un land de cuatro caballos
para ver el lugar; y quese qued tan encantado con l que
inmediatamente
lleg a un acuerdo con el seor Morris; que antes de SanMiguel
vendr a ocuparlo; y que algunos de sus criados estarn en la casa a
finales
de la semana que viene.Cmo se llama?Bingley.Est casado
o soltero?Oh!, soltero, querido, por supuesto. Un hombre soltero y de
gran fortuna; cuatro o cinco millibras al ao. Qu buen partido para
nuestras hijas!Y qu? En qu puede afectarles?Mi querido seor
Bennet contest su esposa, cmo puedes ser tan ingenuo?
Debes saberque
estoy pensando en casarlo con una de ellas.Es ese el motivo
que le ha trado?Motivo! Tonteras, cmo puedes decir eso? Es
muy
posible que se enamore de una de ellas, ypor eso debes ir a visitarlo tan
pronto como llegue.No veo la razn para ello. Puedes ir t con las
muchachas
o mandarlas a ellas solas, que tal vezsea mejor; como t eres tan
guapa como cualquiera de ellas, a lo mejor el seor Bingley te prefiere a
ti.Querido, me adulas. Es verdad que en un tiempo no estuve nada
mal, pero ahora no puedopretender ser nada fuera de lo comn.
Cuando
una mujer tiene cinco hijas creciditas, debe dejar de pensaren su propia
belleza.En tales casos, a la mayora de las mujeres no les queda
mucha
belleza en qu pensar.Bueno, querido, de verdad, tienes que ir a
visitar
al seor Bingley en cuanto se instale en elvecindario.No te lo
garantizo.
Comment: Fiesta que se celebrael 29 de septiembre, que enInglaterra
representa el primer daoficial del cuarto trimestre, en elque vencen
cienos
pagos ycomienzan o terminan losarrendamientos de propiedades.
Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot33Pero piensa en
tus hijas. Date cuenta del partido que sera para una de ellas. Sir Willam
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y ladyLucas estn decididos a ir, y slo con ese propsito. Ya sabes que
normalmente no visitan a los nuevosvecinos. De veras, debes ir, porque
para nosotras ser imposible visitarlo si t no lo haces.Eres
demasiado
comedida. Estoy seguro de que el seor Bingley se alegrar mucho de
veros; yt le llevars unas lneas de mi parte para asegurarle que
cuenta
con mi ms sincero consentimiento paraque contraiga matrimonio con
una de ellas; aunque pondr alguna palabra en favor de mi pequea
Lizzy.Me niego a que hagas tal cosa. Lizzy no es en nada mejor que
las
otras, no es ni la mitad deguapa que Jane, ni la mitad de alegre que
Lydia.
Pero t siempre la prefieres a ella.Ninguna de las tres es muy
recomendable
le respondi. Son tan tontas e ignorantes comolas dems
muchachas; pero Lizzy tiene algo ms de agudeza que sus hermanas.

Seor Bennet! Cmo puedes hablar as de tus hijas? Te encanta


disgustarme. No tienescompasin de mis pobres nervios.Te
equivocas,
querida. Les tengo mucho respeto a tus nervios. Son viejos amigos
mos.
Hacepor lo menos veinte aos que te oigo mencionarlos con mucha
consideracin.
No sabes cunto sufro!Pero te pondrs bien y vivirs para
ver venir a este lugar a muchos jvenes de esos de cuatro millibras al
ao.No servira de nada si viniesen esos veinte jvenes y no fueras a
visitarlos.Si depende de eso, querida, en cuanto estn aqu los veinte,
los visitar a todos.El seor Bennet era una mezcla tan rara entre
ocurrente,
sarcstico, reservado y caprichoso, que laexperiencia de veintitrs
aos no haban sido suficientes para que su esposa entendiese su
carcter.
Sinembargo, el de ella era menos difcil, era una mujer de poca
inteligencia,
ms bien inculta y detemperamento desigual. Su meta en la vida
era casar a sus hijas; su consuelo, las visitas y el cotilleo.CAPTULO IIEl
seor Bennet fue uno de los primeros en presentar sus respetos al
seor
Bingley. Siempre tuvola intencin de visitarlo, aunque, al final, siempre
le aseguraba a su esposa que no lo hara; y hasta la tardedespus de
su
visita, su mujer no se enter de nada. La cosa se lleg a saber de la
siguiente
manera:observando el seor Bennet cmo su hija se colocaba un
sombrero, dijo:Espero que al seor Bingley le guste, Lizzy.Cmo
podemos saber qu le gusta al seor Bingley dijo su esposa
resentida
si todava nohemos ido a visitarlo?Olvidas, mam dijo Elizabeth
que lo veremos en las fiestas, y que la seora Long haprometido
presentrnoslo.
No creo que la seora Long haga semejante cosa. Ella tiene
dos sobrinas en quienes pensar; esegosta e hipcrita y no merece mi
confianza.Ni la ma tampoco dijo el seor Bennet y me alegro de
saber que no dependes de susservicios. La seora Bennet no se dign
contestar; pero incapaz de contenerse empez a reprender a una desus
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hijas.Comment: Diminutivo deElizabeth.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot44Por el amor de Dios, Kitty no sigas tosiendo as!
Ten compasin de mis nervios. Me los estsdestrozando.Kitty no es
nada discreta tosiendo dijo su padre. Siempre lo hace en momento
inoportuno.A m no me divierte toser replic Kitty quejndose.
Cundo es tu prximo baile, Lizzy?De maana en quince das.
S, as es exclam la madre. Y la seora Long no volver hasta
un da antes; as que le serimposible presentarnos al seor Bingley,
porque
todava no le conocer.Entonces, seora Bennet, puedes tomarle la
delantera a tu amiga y presentrselo t a ella.Imposible, seor
Bennet,
imposible, cuando yo tampoco le conozco. Por qu te burlas?
Celebro
tu discrecin. Una amistad de quince das es verdaderamente muy
poco.
En realidad, alcabo de slo dos semanas no se puede saber muy bien
qu
clase de hombre es. Pero si no nos arriesgamosnosotros, lo harn
otros.
Al fin y al cabo, la seora Long y sus sobrinas pueden esperar a que se
les presentesu oportunidad; pero, no obstante, como creer que es un
acto
de delicadeza por su parte el declinar laatencin, ser yo el que os lo
presente.Las muchachas miraron a su padre fijamente. La seora
Bennet
se limit a decir:Tonteras, tonteras!Qu significa esa enftica
exclamacin?
pregunt el seor Bennet. Consideras lasfrmulas de
presentacin como tonteras, con la importancia que tienen? No estoy
de
acuerdo contigo eneso. Qu dices t, Mary? Que yo s que eres una
joven
muy reflexiva, y que lees grandes libros y losresumes.Mary quiso
decir algo sensato, pero no supo cmo.Mientras Mary aclara sus
ideas
continu l, volvamos al seor Bingley.Estoy harta del seor
Bingley!
grit su esposa.Siento mucho or eso; por qu no me lo dijiste
antes? Si lo hubiese sabido esta maana, nohabra ido a su casa. Mala
suerte! Pero como ya le he visitado, no podemos renunciar a su amistad
ahora.El asombro de las seoras fue precisamente el que l deseaba;
quizs
el de la seora Bennetsobrepasara al resto; aunque una vez acabado
el alboroto que produjo la alegra, declar que en el fondo eralo que ella
siempre haba figurado.Mi querido seor Bennet, que bueno eres!
Pero
saba que al final te convencera. Estaba segurade que quieres lo
bastante
a tus hijas como para no descuidar este asunto. Qu contenta estoy!
Y qubroma tan graciosa, que hayas ido esta maana y no nos hayas
dicho nada hasta ahora!Ahora, Kitty, ya puedes toser cuanto quieras
dijo el seor Bennet; y sali del cuarto fatigadopor el entusiasmo de
su
mujer.Qu padre ms excelente tenis, hijas! dijo ella una vez
cerrada
la puerta. No s cmopodris agradecerle alguna vez su amabilidad,
ni yo tampoco, en lo que a esto se refiere. A estas alturas, osaseguro
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que no es agradable hacer nuevas amistades todos los das. Pero por
vosotras
haramos cualquiercosa. Lydia, cario, aunque eres la ms joven,
apostara a que el seor Bingley bailar contigo en elprximo baile.
Estoy tranquila dijo Lydia firmemente, porque aunque soy la
ms joven, soy la ms alta.El resto de la tarde se lo pasaron haciendo
conjeturas sobre si el seor Bingley devolvera prontosu visita al seor
Bennet, y determinando cundo podran invitarle a cenar.Comment:
Kitty: Diminutivo deCatherine.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot55CAPTULO
IIIPor ms que la seora Bennet, con la ayuda
de sus hijas, preguntase sobre el tema, no conseguasacarle a su
marido
ninguna descripcin satisfactoria del seor Bingley. Le atacaron de
varias
maneras: conpreguntas clarsimas, suposiciones ingeniosas, y con
indirectas;
pero por muy hbiles que fueran, l laseluda todas. Y al final se
vieron obligadas a aceptar la informacin de segunda mano de su
vecina
ladyLucas. Su impresin era muy favorable, sir William haba quedado
encantado con l. Era joven, guapsimo,extremadamente agradable y
para
colmo pensaba asistir al prximo baile con un grupo de amigos. No
podahaber nada mejor. El que fuese aficionado al baile era
verdaderamente
una ventaja a la hora de enamorarse;y as se despertaron vivas
esperanzas
para conseguir el corazn del seor Bingley. Si pudiera ver a
unade mis hijas viviendo felizmente en Netherfield, y a las otras igual de
bien casadas, ya no deseara ms enla vida le dijo la seora Bennet a
su
marido.Pocos das despus, el seor Bingley le devolvi la visita al
seor
Bennet y pas con l diezminutos en su biblioteca. l haba abrigado la
esperanza de que se le permitiese ver a las muchachas decuya belleza
haba
odo hablar mucho; pero no vio ms que al padre. Las seoras fueron
un poco msafortunadas, porque tuvieron la ventaja de poder
comprobar
desde una ventana alta que el seor Bingleyllevaba un abrigo azul y
montaba un caballo negro.Poco despus le enviaron una invitacin para
que fuese a cenar. Y cuando la seora Bennet tenaya planeados los
manjares
que daran crdito de su buen hacer de ama de casa, recibieron una
respuesta queechaba todo a perder. El seor Bingley se vea obligado a
ir
a la ciudad al da siguiente, y en consecuenciano poda aceptar el honor
de su invitacin. La seora Bennet se qued bastante desconcertada.
No
podaimaginar qu asuntos le reclamaban en la ciudad tan poco tiempo
despus de su llegada a Hertfordshire; yempez a temer que iba a
andar
siempre revoloteando de un lado para otro sin establecerse
definitivamentey
como es debido en Netherfield. Lady Lucas apacigu un poco
sus temores llegando a la conclusin deque slo ira a Londres para
reunir
a un grupo de amigos para la fiesta. Y pronto corri el rumor de
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queBingley iba a traer a doce damas y a siete caballeros para el baile.
Las
muchachas se afligieron porsemejante nmero de damas; pero el da
antes
del baile se consolaron al or que en vez de doce haba tradoslo a
seis, cinco hermanas y una prima. Y cuando el da del baile entraron en
el saln, slo eran cinco entotal: el seor Bingley, sus dos hermanas, el
marido de la mayor y otro joven.El seor Bingley era apuesto, tena
aspecto
de caballero, semblante agradable y modales sencillosy poco afectados.
Sus hermanas eran mujeres hermosas y de indudable elegancia.
Su cuado, el seorHurst, casi no tena aspecto de caballero; pero fue
su
amigo el seor Darcy el que pronto centr la atencindel saln por su
distinguida personalidad, era un hombre alto, de bonitas facciones y de
porte aristocrtico.Pocos minutos despus de su entrada ya circulaba el
rumor de que su renta era de diez mil libras al ao. Losseores
declaraban
que era un hombre que tena mucha clase; las seoras decan que era
mucho ms guapoque Bingley, siendo admirado durante casi la mitad
de
la velada, hasta que sus modales causaron taldisgusto que hicieron
cambiar
el curso de su buena fama; se descubri que era un hombre orgulloso,
quepretenda estar por encima de todos los dems y demostraba su
insatisfaccin con el ambiente que lerodeaba; ni siquiera sus extensas
posesiones
en Derbyshire podan salvarle ya de parecer odioso ydesagradable
y de que se considerase que no vala nada comparado con su amigo.
El seor Bingley enseguida trab amistad con las principales personas
del saln; era vivo y franco,no se perdi ni un solo baile, lament que la
fiesta acabase tan temprano y habl de dar una l enNetherfield. Tan
agradables cualidades hablaban por s solas. Qu diferencia entre l y
su
amigo! El seorDarcy bail slo una vez con la seora Hurst y otra con
la
seorita Bingley, se neg a que le presentasen aninguna otra dama y se
pas el resto de la noche deambulando por el saln y hablando de vez
en
cuandocon alguno de sus acompaantes. Su carcter estaba
definitivamente
juzgado. Era el hombre ms orgullosoy ms antiptico del mundo
y todos esperaban que no volviese ms por all. Entre los ms ofendidos
conLibrodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot66Darcy estaba la
seora Bennet, cuyo disgusto por su comportamiento se haba
agudizado
convirtindose enuna ofensa personal por haber despreciado a una de
sus hijas.Haba tan pocos caballeros que Elizabeth Bennet se haba
visto
obligada a sentarse durante dosbailes; en ese tiempo Darcy estuvo lo
bastante cerca de ella para que la muchacha pudiese or
unaconversacin
entre l y el seor Bingley, que dej el baile unos minutos para
convencer
a su amigo de quese uniese a ellos.Ven, Darcy le dijo, tienes
que
bailar. No soporto verte ah de pie, solo y con esa estpidaactitud. Es
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mejor que bailes.No pienso hacerlo. Sabes cmo lo detesto, a no ser
que conozca personalmente a mi pareja. Enuna fiesta como sta me
sera
imposible. Tus hermanas estn comprometidas, y bailar con cualquier
otramujer de las que hay en este saln sera como un castigo para
m.No deberas ser tan exigente y quisquilloso se quej Bingley.
Por lo que ms quieras!Palabra de honor, nunca haba visto a tantas
muchachas
tan encantadoras como esta noche; y hay algunasque son
especialmente
bonitas.T ests bailando con la nica chica guapa del saln
dijo el seor Darcy mirando a la mayorde las Bennet.Oh! Ella es
la
criatura ms hermosa que he visto en mi vida! Pero justo detrs de ti
estsentada
una de sus hermanas que es muy guapa y apostara que muy
agradable. Deja que le pida a mi parejaque te la presente.Qu
dices?
y, volvindose, mir por un momento a Elizabeth, hasta que sus
miradas
secruzaron, l apart inmediatamente la suya y dijo framente: No
est mal, aunque no es lo bastante guapacomo para tentarme; y no
estoy
de humor para hacer caso a las jvenes que han dado de lado otros.
Esmejor
que vuelvas con tu pareja y disfrutes de sus sonrisas porque ests
malgastando el tiempo conmigo.El seor Bingley sigui su consejo. El
seor
Darcy se alej; y Elizabeth se qued all con sus nomuy cordiales
sentimientos hacia l. Sin embargo, cont la historia a sus amigas con
mucho humor porqueera graciosa y muy alegre, y tena cierta
disposicin
a hacer divertidas las cosas ridculas.En resumidas cuentas, la velada
transcurri agradablemente para toda la familia. La seora Bennetvio
cmo su hija mayor haba sido admirada por los de Netherfield. El seor
Bingley haba bailado con ellados veces, y sus hermanas estuvieron
muy
atentas con ella. Jane estaba tan satisfecha o ms que su madre,pero
se lo
guardaba para ella. Elizabeth se alegraba por Jane. Mary haba odo
cmo
la seorita Bingleydeca de ella que era la muchacha ms culta del
vecindario. Y Catherine y Lydia haban tenido la suerte deno quedarse
nunca sin pareja, que, como les haban enseado, era de lo nico que
deban
preocuparse en losbailes. As que volvieron contentas a Longbourn,
el pueblo donde vivan y del que eran los principaleshabitantes.
Encontraron
al seor Bennet an levantado; con un libro delante perda la nocin
del tiempo; yen esta ocasin senta gran curiosidad por los
acontecimientos
de la noche que haba despertado tantaexpectacin. Lleg a creer
que la opinin de su esposa sobre el forastero pudiera ser desfavorable;
peropronto se dio cuenta de que lo que iba a or era todo lo contrario.
Oh!, mi querido seor Bennet dijo su esposa al entrar en la
habitacin.
Hemos tenido unavelada encantadora, el baile fue esplndido.
Me habra gustado que hubieses estado all. Jane despert
taladmiracin,
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nunca se haba visto nada igual. Todos comentaban lo guapa que
estaba,
y el seor Bingley laencontr bellsima y bail con ella dos veces. Fjate,
querido; bail con ella dos veces. Fue a la nica detodo el saln a la
que
sac a bailar por segunda vez. La primera a quien sac fue a la seorita
Lucas. Mecontrari bastante verlo bailar con ella, pero a l no le gust
nada. A quin puede gustarle?, no crees? Sinembargo pareci
quedarse
prendado de Jane cuando la vio bailar. As es que pregunt quin era,
se
lapresentaron y le pidi el siguiente baile. Entonces bail el tercero con
la
seorita King, el cuarto con MaraLucas, el quinto otra vez con Jane, el
sexto con Lizzy y el boulanger Comment: Boulanger: Bailetradicional
francs.Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot77Si hubiese
tenido alguna compasin de m grit el marido impaciente no
habra
gastadotanto! Por el amor de Dios, no me hables ms de sus parejas!
Ojal se hubiese torcido un tobillo en elprimer baile!Oh, querido mo!
Me tiene fascinada, es increblemente guapo, y sus hermanas
sonencantadoras.
Llevaban los vestidos ms elegantes que he visto en mi vida. El
encaje del de la seoraHurst Aqu fue interrumpida de nuevo. El seor
Bennet protest contra toda descripcin de atuendos.Por lo tanto ella se
vio obligada a pasar a otro captulo del relato, y cont, con gran
amargura
y algo deexageracin, la escandalosa rudeza del seor Darcy.Pero
puedo asegurarte aadi que Lizzy no pierde gran cosa con no ser
su tipo, porque esel hombre ms desagradable y horrible que existe, y
no
merece las simpatas de nadie. Es tan estirado y tanengredo que no
hay
forma de soportarle. No haca ms que pasearse de un lado para otro
como
un pavoreal. Ni siquiera es lo bastante guapo para que merezca la
pena bailar con l. Me habra gustado quehubieses estado all y que le
hubieses dado una buena leccin. Le detesto.CAPTULO IVCuando
Jane
y Elizabeth se quedaron solas, la primera, que haba sido cautelosa a la
hora deelogiar al seor Bingley, expres a su hermana lo mucho que lo
admiraba.Es todo lo que un hombre joven debera ser dijo ella,
sensato, alegre, con sentido delhumor; nunca haba visto modales tan
desenfadados,
tanta naturalidad con una educacin tan perfecta.Y tambin
es guapo replic Elizabeth, lo cual nunca est de ms en un joven.
De modo quees un hombre completo.Me sent muy adulada cuando
me sac a bailar por segunda vez. No esperaba semejantecumplido.
No te lo esperabas? Yo s. sa es la gran diferencia entre nosotras.
A ti los cumplidos siemprete cogen de sorpresa, a m, nunca. Era lo ms
natural que te sacase a bailar por segunda vez. No pudopasarle
inadvertido
que eras cinco veces ms guapa que todas las dems mujeres que
haba en el saln. Noagradezcas su galantera por eso. Bien, la verdad
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que es muy agradable, apruebo que te guste. Te hangustado muchas
personas
estpidas.Lizzy, querida!Oh! Sabes perfectamente que tienes
cierta tendencia a que te guste toda la gente. Nunca ves undefecto en
nadie.
Todo el mundo es bueno y agradable a tus ojos. Nunca te he odo
hablar
mal de un serhumano en mi vida.No quisiera ser imprudente al
censurar a alguien; pero siempre digo lo que pienso.Ya lo s; y es
eso
lo que lo hace asombroso. Estar tan ciega para las locuras y tonteras
de
losdems, con el buen sentido que tienes. Fingir candor es algo
bastante
corriente, se ve en todas partes. Peroser cndido sin ostentacin ni
premeditacin,
quedarse con lo bueno de cada uno, mejorarlo aun, y no decirnada
de lo malo, eso slo lo haces t. Y tambin te gustan sus hermanas,
no es as? Sus modales no separecen en nada a los de l.Al
principio
desde luego que no, pero cuando charlas con ellas son muy amables.
La seoritaBingley va a venir a vivir con su hermano y ocuparse de su
casa. Y, o mucho me equivoco, o estoy segurade que encontraremos en
ella una vecina encantadora.Elizabeth escuchaba en silencio, pero no
estaba
convencida. El comportamiento de las hermanasde Bingley no haba
sido a propsito para agradar a nadie. Mejor observadora que su
hermana,
con untemperamento menos flexible y un juicio menos propenso a
dejarse influir por los halagos, Elizabeth estabaLibrodot Orgullo y
prejuicio
Jane AustenLibrodot88poco dispuesta a aprobar a las Bingley. Eran,
en efecto, unas seoras muy finas, bastante alegres cuando nose las
contrariaba
y, cuando ellas queran, muy agradables; pero orgullosas y engredas.
Eran bastantebonitas; haban sido educadas en uno de los mejores
colegios de la capital y posean una fortuna de veintemil libras; estaban
acostumbradas a gastar ms de la cuenta y a relacionarse con gente
de rango, por lo quese crean con el derecho de tener una buena
opinin
de s mismas y una pobre opinin de los dems.Pertenecan a una
honorable
familia del norte de Inglaterra, circunstancia que estaba ms
profundamentegrabada
en su memoria que la de que tanto su fortuna como
la de su hermano haba sido hecha en elcomercio.El seor Bingley
hered
casi cien mil libras de su padre, quien ya haba tenido la intencin
decomprar
una mansin pero no vivi para hacerlo. El seor Bingley pensaba
de la misma forma y a vecespareca decidido a hacer la eleccin
dentro de su condado; pero como ahora dispona de una buena casa
yde
la libertad de un propietario, los que conocan bien su carcter tranquilo
dudaban el que no pasase elresto de sus das en Netherfield y dejase la
compra para la generacin venidera.Sus hermanas estaban ansiosas de
que l tuviera una mansin de su propiedad. Pero aunque en
laactualidad
no fuese ms que arrendatario, la seorita Bingley no dejaba por eso
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de estar deseosa de presidirsu mesa; ni la seora Hurst, que se haba
casado
con un hombre ms elegante que rico, estaba menosdispuesta a
considerar la casa de su hermano como la suya propia siempre que le
conviniese.A los dos aos escasos de haber llegado el seor Bingley a
su
mayora de edad, una casualrecomendacin le indujo a visitar la
posesin
de Netherfield. La vio por dentro y por fuera durante mediahora, y
se dio por satisfecho con las ponderaciones del propietario, alquilndola
inmediatamente.Ente l y Darcy exista una firme amistad a pesar de
tener
caracteres tan opuestos. Bingley habaganado la simpata de Darcy
por su temperamento abierto y dcil y por su naturalidad, aunque no
hubieseuna forma de ser que ofreciese mayor contraste a la suya y
aunque
l pareca estar muy satisfecho de sucarcter. Bingley saba el respeto
que Darcy le tena, por lo que confiaba plenamente en l, as como en
subuen
criterio. Entenda a Darcy como nadie. Bingley no era nada tonto,
pero Darcy era mucho msinteligente. Era al mismo tiempo arrogante,
reservado y quisquilloso, y aunque era muy educado, susmodales no le
hacan nada atractivo. En lo que a esto respecta su amigo tena toda la
ventaja, Bingleyestaba seguro de caer bien dondequiera que fuese, sin
embargo Darcy era siempre ofensivo.El mejor ejemplo es la forma en la
que hablaron de la fiesta de Meryton. Bingley nunca habaconocido a
gente ms encantadora ni a chicas ms guapas en su vida; todo el
mundo
haba sido de lo msamable y atento con l, no haba habido
formalidades
ni rigidez, y pronto se hizo amigo de todo el saln; yen cuanto a la
seorita Bennet, no poda concebir un ngel que fuese ms bonito. Por
el
contrario, Darcyhaba visto una coleccin de gente en quienes haba
poca
belleza y ninguna elegancia, por ninguno de elloshaba sentido el ms
mnimo inters y de ninguno haba recibido atencin o placer alguno.
Reconoci quela seorita Bennet era hermosa, pero sonrea
demasiado.
La seora Hurst y su hermana lo admitieron, peroaun as les gustaba y
la
admiraban, dijeron de ella que era una muchacha muy dulce y que no
pondraninconveniente en conocerla mejor. Qued establecido, pues,
que
la seorita Bennet era una muchacha muydulce y por esto el hermano
se
senta con autorizacin para pensar en ella como y cuando quisiera.
CAPTULO VA poca distancia de Longbourn viva una familia con la
que los Bennet tenan especial amistad. SirWilliam Lucas haba tenido
con anterioridad negocios en Meryton, donde haba hecho una regular
fortunay se haba elevado a la categora de caballero por peticin al rey
durante su alcalda. Esta distincin se lehaba subido un poco a la
cabeza
y empez a no soportar tener que dedicarse a los negocios y vivir en
unapequea ciudad comercial; as que dejando ambos se mud con su
10
familia a una casa a una milla deMeryton, denominada desde entonces
Lucas Lodge, donde pudo dedicarse a pensar con placer en su
propiaimportancia,
y desvinculado de sus negocios, ocuparse solamente de ser
amable con todo el mundo. Porqueaunque estaba orgulloso de su
rango,
no se haba vuelto engredo; por el contrario, era todo atenciones
paraComment:
tanto su fortunacomo la de su hermano haba sidohecha en
el comercio: Lashermanas Bingley, como otragente rica de la poca,
seavergonzaban
de saber que lafortuna de la familia proceda delos beneficios
del comercio.Pertenecan a una clase social quecrea que era
humillante
trabajarpara ganarse la vida y hubieranpreferido que su dinero se
derivasede los intereses de inversiones o derentas de fincas.Comment:
los dos aos escarosde haber llegado el seor Bingleya su mayora de
edad : Losingleses alcanzaban la mayora deedad al cumplir los
veintin
aos.El seor Bingley estaba entre losveintids y los veintitrs.
Comment: se haba elevado ala categora de caballero porpeticin
al Rey durante sualcalda : El alcalde (elegidoanualmente) presentaba
un saludode lealtad al Rey cuando stevisitaba la ciudad o se lo enviaba
aLondres con motivo de unacelebracin real o nacional. Elseor Lucas,
como alcalde deMeryton, haba expresado dichosaludo en nombre de
susconciudadanos y, en recompensa,el Rey le otorg el ttulo
decaballero,
por lo que pas allamarse sir William Lucas.Librodot Orgullo y prejuicio
Jane AustenLibrodot99con todo el mundo. De naturaleza inofensivo,
sociable y servicial, su presentacin en St. James le habahecho
adems,
corts.La seora Lucas era una buena mujer aunque no lo bastante
inteligente para que la seora Bennetla considerase una vecina valiosa.
Tenan varios hijos. La mayor, una joven inteligente y sensata de
unosveinte
aos, era la amiga ntima de Elizabeth.Que las Lucas y las Bennet se
reuniesen para charlar despus de un baile, era algo
absolutamentenecesario,
y la maana despus de la fiesta, las Lucas fueron a Longbourn para
cambiar impresiones.T empezaste bien la noche, Charlotte dijo
la seora Bennet fingiendo toda amabilidadposible hacia la seorita
Lucas.
Fuiste la primera que eligi el seor Bingley.S, pero pareci
gustarle ms la segunda.Oh! Te refieres a Jane, supongo, porque
bail
con ella dos veces. S, parece que le gust; s,creo que s. O algo, no
s,
algo sobre el seor Robinson.Quiz se refiera a lo que o entre l y el
seor Robinson, no se lo he contado? El seorRobinson le pregunt si
le
gustaban las fiestas de Meryton, si no crea que haba muchachas muy
hermosasen el saln y cul le pareca la ms bonita de todas. Su
respuesta
a esta ltima pregunta fue inmediata: Lamayor de las Bennet, sin duda.
No puede haber ms que una opinin sobre ese particular.No me
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digas! Parece decidido a Es como si Pero, en fin, todo puede
acabar
en nada.Lo que yo o fue mejor que lo que oste t, verdad,
Elizabeth?
dijo Charlotte. Merece msla pena or al seor Bingley que al seor
Darcy, no crees? Pobre Eliza! Decir slo: No est mal. Te suplico
que no le metas en la cabeza a Lizzy que se disguste por Darcy. Es un
hombre tandesagradable que la desgracia sera gustarle. La seora
Long
me dijo que haba estado sentado a su lado yque no haba despegado
los
labios.Ests segura, mam? No te equivocas? Yo vi al seor Darcy
hablar con ella.S, claro; porque ella al final le pregunt si le gustaba
Netherfield, y l no tuvo ms remedio quecontestar; pero la seora Long
dijo que a l no le hizo ninguna gracia que le dirigiese la palabra.La
seorita
Bingley me dijo coment Jane que l no sola hablar mucho, a no
ser con susamigos ntimos. Con ellos es increblemente agradable.No
me creo una palabra, querida. Si fuese tan agradable habra hablado
con
la seora Long.Pero ya me imagino qu pas. Todo el mundo dice que
el
orgullo no le cabe en el cuerpo, y apostara a queoy que la seora
Long
no tiene coche y que fue al baile en uno de alquiler.A m no me
importa
que no haya hablado con la seora Long dijo la seorita Lucas,
perodeseara que hubiese bailado con Eliza.Yo que t, Lizzy
agreg
la madre, no bailara con l nunca ms.Creo, mam, que puedo
prometerte
que nunca bailar con l.El orgullo dijo la seorita Lucas
ofende siempre, pero a m el suyo no me resulta tanofensivo. l tiene
disculpa.
Es natural que un hombre atractivo, con familia, fortuna y todo a
su favor tengaun alto concepto de s mismo. Por decirlo de algn modo,
tiene derecho a ser orgulloso.Es muy cierto replic Elizabeth,
podra
perdonarle fcilmente su orgullo si no hubiesemortificado el
mo.El orgullo observ Mary, que se preciaba mucho de la solidez
de sus reflexiones, es undefecto muy comn. Por todo lo que he
ledo,
estoy convencida de que en realidad es muy frecuente que lanaturaleza
humana sea especialmente propensa a l, hay muy pocos que no
abriguen
un sentimiento deautosuficiencia por una u otra razn, ya sea real o
imaginaria. La vanidad y el orgullo son cosas distintas,Comment: su
presentacin enSt. James : Significa supresentacin en la Corte Real
delpalacio de St. James, en Londres,para ser nombrado
caballeropersonalmente
por el Rey. En laactualidad, tales ceremonias sellevan a cabo en
el palacio deBuckingham, pero se sigueutilizando la expresin Corte
deSt. James desde los tiempos enlos que el palacio de St. James erala
residencia
oficial de los Reyes.Comment: Coche de alquiler:La seora Bennet
consideraba queera una muestra de categora socialinferior acudir a
un baile en cochede alquiler en vez de en uno propioLibrodot Orgullo y
12
prejuicio Jane AustenLibrodot1010aunque muchas veces se usen como
sinnimos. El orgullo est relacionado con la opinin que tenemos
denosotros
mismos; la vanidad, con lo que quisiramos que los dems pensaran
de nosotros.Si yo fuese tan rico como el seor Darcy, exclam un
joven Lucas que haba venido con sushermanas, no me importara
ser
orgulloso. Tendra una jaura de perros de caza, y bebera una botella
devino
al da.Pues beberas mucho ms de lo debido dijo la seora
Bennet y si yo te viese te quitara labotella inmediatamente.El nio
dijo
que no se atrevera, ella que s, y as siguieron discutiendo hasta que se
dio porfinalizada la visita.CAPTULO VILas seoras de Longbourn no
tardaron en ir a visitar a las de Netherfield, y stas devolvieron lavisita
como es costumbre. El encanto de la seorita Bennet aument la estima
que la seora Hurst y laseorita Bingley sentan por ella; y aunque
encontraron
que la madre era intolerable y que no vala la penadirigir la
palabra a las hermanas menores, expresaron el deseo de profundizar
las
relaciones con ellas enatencin a las dos mayores. Esta atencin fue
recibida
por Jane con agrado, pero Elizabeth segua viendoarrogancia en su
trato con todo el mundo, exceptuando, con reparos, a su hermana; no
podan
gustarle.Aunque valoraba su amabilidad con Jane, saba que
probablemente
se deba a la influencia de la admiracinque el hermano senta
por ella. Era evidente, dondequiera que se encontrasen, que Bingley
admiraba
a Jane;y para Elizabeth tambin era evidente que en su hermana
aumentaba la inclinacin que desde el principiosinti por l, lo que la
predispona a enamorarse de l; pero se daba cuenta, con gran
satisfaccin,
de que lagente no podra notarlo, puesto que Jane unira a la fuerza
de sus sentimientos moderacin y una constantejovialidad, que
ahuyentara
las sospechas de los impertinentes. As se lo coment a su amiga, la
seoritaLucas.Tal vez sea mejor en este caso replic Charlotte
poder
escapar a la curiosidad de la gente;pero a veces es malo ser tan
reservada.
Si una mujer disimula su afecto al objeto del mismo, puede perderla
oportunidad de conquistarle; y entonces es un pobre consuelo pensar
que los dems estn en la mismaignorancia. Hay tanto de gratitud y
vanidad
en casi todos, los carios, que no es nada conveniente dejarlos ala
deriva. Normalmente todos empezamos por una ligera preferencia, y
eso
s puede ser simplementeporque s, sin motivo; pero hay muy pocos que
tengan tanto corazn como para enamorarse sin haber sidoestimulados.
En nueve de cada diez casos, una mujer debe mostrar ms cario del
que
siente. A Bingley legusta tu hermana, indudablemente; pero si ella no le
ayuda, la cosa no pasar de ah.Ella le ayuda tanto como se lo
permite
su forma de ser. Si yo puedo notar su cario hacia l, l,desde luego,
13
sera tonto si no lo descubriese.Recuerda, Eliza, que l no conoce el
carcter
de Jane como t.Pero si una mujer est interesada por un hombre
y no trata de ocultarlo, l tendr que acabar pordescubrirlo.Tal vez
s, si l la ve lo bastante. Pero aunque Bingley y Jane estn juntos a
menudo,
nunca espor mucho tiempo; y adems como slo se ven en fiestas con
mucha gente, no pueden hablar a solas. Asque Jane debera
aprovechar
al mximo cada minuto en el que pueda llamar su atencin. Y cuando lo
tengaseguro, ya tendr tiempopara enamorarse de l todo lo que
quiera.
Tu plan es bueno contest Elizabeth, cuando la cuestin se trata
slo de casarse bien; y siyo estuviese decidida a conseguir un marido
rico,
o cualquier marido, casi puedo decir que lo llevara acabo. Pero esos
no son los sentimientos de Jane, ella no acta con premeditacin.
Todava
no puede estarsegura de hasta qu punto le gusta, ni el porqu. Slo
hace quince das que le conoce. Bail cuatro vecescon l en Meryton; le
vio una maana en su casa, y desde entonces ha cenado en su
compaa
cuatro veces.Esto no es suficiente para que ella conozca su carcter.
Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot1111No tal y como
t lo planteas. Si solamente hubiese cenado con l no habra
descubierto
otra cosaque si tiene buen apetito o no; pero no debes olvidar que
pasaron cuatro veladas juntos; y cuatro veladaspueden significar
bastante.
S; en esas cuatro veladas lo nico que pudieron hacer es averiguar
qu clase de bailes lesgustaba a cada uno, pero no creo que hayan
podido
descubrir las cosas realmente importantes de sucarcter.Bueno
dijo Charlotte. Deseo de todo corazn que a Jane le salgan las
cosas
bien; y si secasase con l maana, creo que tendra ms posibilidades
de
ser feliz que si se dedica a estudiar su carcterdurante doce meses. La
felicidad
en el matrimonio es slo cuestin de suerte. El que una pareja
crea queson iguales o se conozcan bien de antemano, no les va a traer
la
felicidad en absoluto. Las diferencias sevan acentuando cada vez ms
hasta hacerse insoportables; siempre es mejor saber lo menos posible
de
lapersona con la que vas a compartir tu vida.Me haces rer, Charlotte;
no tiene sentido. Sabes que no tiene sentido; adems t nunca
actuarasde
esa forma.Ocupada en observar las atenciones de Bingley para con su
hermana, Elizabeth estaba lejos desospechar que tambin estaba
siendo
objeto de inters a los ojos del amigo de Bingley. Al principio, elseor
Darcy apenas se dign admitir que era bonita; no haba demostrado
ninguna
admiracin por ella en elbaile; y la siguiente vez que se vieron, l
slo se fij en ella para criticarla. Pero tan pronto como dej claroante s
mismo y ante sus amigos que los rasgos de su cara apenas le
gustaban,
empez a darse cuenta deque la bella expresin de sus ojos oscuros le
14
daban un aire de extraordinaria inteligencia. A estedescubrimiento
siguieron
otros igualmente mortificantes. Aunque detect con ojo crtico ms
de un fallo enla perfecta simetra de sus formas, tuvo que reconocer que
su figura era grcil y esbelta; y a pesar de queafirmaba que sus
maneras
no eran las de la gente refinada, se senta atrado por su naturalidad y
alegra. Deeste asunto ella no tena la ms remota idea. Para ella Darcy
era el hombre que se haca antipticodondequiera que fuese y el
hombre
que no la haba considerado lo bastante hermosa como para sacarla
abailar.
Darcy empez a querer conocerla mejor. Como paso previo para hablar
con ella, se dedic aescucharla hablar con los dems. Este hecho llam
la atencin de Elizabeth. Ocurri un da en casa de sirLucas donde se
haba reunido un amplio grupo de gente.Qu querr el seor Darcy
le dijo ella a Charlotte, que ha estado escuchando miconversacin
con el coronel Forster?sa es una pregunta que slo el seor Darcy
puede contestar.Si lo vuelve a hacer le dar a entender que s lo que
pretende. Es muy satrico, y si no empiezosiendo impertinente yo,
acabar
por tenerle miedo.Poco despus se les volvi a acercar, y aunque no
pareca tener intencin de hablar, la seoritaLucas desafi a su amiga
para
que le mencionase el tema, lo que inmediatamente provoc a Elizabeth,
quese volvi a l y le dijo:No cree usted, seor Darcy, que me
expres muy bien hace un momento, cuando le insista alcoronel
Forster
para que nos diese un baile en Meryton?Con gran energa; pero se
es
un tema que siempre llena de energa a las mujeres.Es usted severo
con nosotras.Ahora nos toca insistirte a ti dijo la seorita Lucas.
Voy a abrir el piano y ya sabes lo quesigue, Eliza.Qu clase de
amiga
eres? Siempre quieres que cante y que toque delante de todo el mundo.
Sime hubiese llamado Dios por el camino de la msica, seras una
amiga
de incalculable valor; pero como noes as, preferira no tocar delante de
gente que debe estar acostumbrada a escuchar a los mejores msicos
pero como la seorita Lucas insista, aadi: Muy bien, si as debe
ser ser y mirando framente aLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot1212Darcy
dijo: Hay un viejo refrn que aqu todo el mundo
conoce muy bien, gurdate el aire para enfriarla sopa, y yo lo
guardar
para mi cancin.El concierto de Elizabeth fue agradable, pero no
extraordinario.
Despus de una o dos canciones yantes de que pudiese
complacer las peticiones de algunos que queran que cantase otra vez,
fuereemplazada al piano por su hermana Mary, que como era la menos
brillante de la familia, trabajabaduramente para adquirir conocimientos
y habilidades que siempre estaba impaciente por demostrar.Mary no
tena
ni talento ni gusto; y aunque la vanidad la haba hecho aplicada,
15
tambin le habadado un aire pedante y modales afectados que
desluciran
cualquier brillantez superior a la que ella habaalcanzado. A Elizabeth,
aunque haba tocado la mitad de bien, la haban escuchado con ms
agrado por susoltura y sencillez; Mary, al final de su largo concierto, no
obtuvo ms que unos cuantos elogios por lasmelodas escocesas e
irlandesas
que haba tocado a ruegos de sus hermanas menores que, con alguna
de lasLucas y dos o tres oficiales, bailaban alegremente en un extremo
del saln.Darcy, a quien indignaba aquel modo de pasar la velada,
estaba callado y sin humor para hablar; sehallaba tan embebido en sus
propios pensamientos que no se fij en que sir William Lucas estaba a
su
lado,hasta que ste se dirigi a l.Qu encantadora diversin para la
juventud, seor Darcy! Mirndolo bien, no hay nada como elbaile. Lo
considero como uno de los mejores refinamientos de las sociedades
ms
distinguidas.Ciertamente, seor, y tambin tiene la ventaja de estar
de
moda entre las sociedades menosdistinguidas del mundo; todos los
salvajes
bailan.Sir William esboz una sonrisa.Su amigo baila
maravillosamente
continu despus de una pausa al ver a Bingley unirse algrupo
y no dudo, seor Darcy, que usted mismo sea un experto en la
materia.
Me vio bailar en Meryton, creo, seor.Desde luego que s, y me
caus un gran placer verle. Baila usted a menudo en Saint James?
Nunca, seor.No cree que sera un cumplido para con ese lugar?
Es un cumplido que nunca concedo en ningn lugar, si puedo evitarlo.

Creo que tiene una casa en la capital. El seor Darcy asinti con
la cabeza.Pens algunas veces en fijar mi residencia en la ciudad,
porque
me encanta la alta sociedad;pero no estaba seguro de que el aire de
Londres le sentase bien a lady Lucas.Sir William hizo una pausa con la
esperanza de una respuesta, pero su compaa no estabadispuesto a
hacer
ninguna. Al ver que Elizabeth se les acercaba, se le ocurri hacer algo
que le pareci muygalante de su parte y la llam.Mi querida seorita
Eliza, por qu no est bailando? Seor Darcy, permtame que le
presente
aesta joven que puede ser una excelente pareja. Estoy seguro de que
no puede negarse a bailar cuando tieneante usted tanta belleza.Tom a
Elizabeth de la mano con la intencin de pasrsela a Darcy; quien,
aunqueextremadamente
sorprendido, no iba a rechazarla; pero Elizabeth le
volvi la espalda y le dijo a sir Williamun tanto desconcertada:De
veras,
seor, no tena la menor intencin de bailar. Le ruego que no suponga
que he venidohasta aqu para buscar pareja.El seor Darcy, con toda
correccin le pidi que le concediese el honor de bailar con l, pero
fueen
vano. Elizabeth estaba decidida, y ni siquiera sir William, con todos sus
argumentos, pudo persuadirla.Comment: Gurdate el airepara enfriar
16
la ropa: Traduccindel dicho popular ingls keepyour breath to cool
your porridge,que an se utiliza en Inglaterra yque se atribuye a
personas
quehablan demasiado irritando a losdems.Librodot Orgullo y prejuicio
Jane AustenLibrodot1313Usted es excelente en el baile, seorita
Eliza, y es muy cruel por su parte negarme lasatisfaccin de verla; y
aunque
a este caballero no le guste este entretenimiento, estoy seguro de que
notendra inconveniente en complacernos durante media hora.El
seor
Darcy es muy educado dijo Elizabeth sonriendo.Lo es, en efecto;
pero
considerando lo que le induce, querida Eliza, no podemos dudar de
sucortesa; porque, quin podra rechazar una pareja tan
encantadora?
Elizabeth les mir con coquetera y se retir. Su resistencia no le haba
perjudicado nada a los ojosdel caballero, que estaba pensando en ella
con
satisfaccin cuando fue abordado por la seorita Bingley.Adivino por
qu est tan pensativo.Creo que no.Est pensando en lo
insoportable
que le sera pasar ms veladas de esta forma, en una sociedadcomo
sta;
y por supuesto, soy de su misma opinin. Nunca he estado ms
enojada.
Qu gente tan inspiday qu alboroto arman! Con lo insignificantes que
son y qu importancia se dan. Dara algo por or suscrticas sobre
ellos.Sus conjeturas son totalmente equivocadas. Mi mente estaba
ocupada
en cosas ms agradables.Estaba meditando sobre el gran placer que
pueden causar un par de ojos bonitos en el rostro de una
mujerhermosa.
La seorita Bingley le mir fijamente deseando que le dijese qu dama
haba inspirado talespensamientos. El seor Darcy, intrpido, contest:

La seorita Elizabeth Bennet.La seorita Bennet! Me deja atnita.


Desde cundo es su favorita? Y dgame, cundo tendrque darle la
enhorabuena?sa es exactamente la pregunta que esperaba que me
hiciese.
La imaginacin de una dama vamuy rpido y salta de la admiracin
al amor y del amor al matrimonio en un momento. Saba que me darala
enhorabuena.Si lo toma tan en serio, creer que es ya cosa hecha.
Tendr usted una suegra encantadora, deveras, y ni que decir tiene que
estar siempre en Pemberley con ustedes.l la escuchaba con perfecta
indiferencia,
mientras ella segua disfrutando con las cosas que ledeca; y al
ver, por la actitud de Darcy, que todo estaba a salvo, dej correr su
ingenio
durante largo tiempo.CAPTULO VIILa propiedad del seor Bennet
consista casi enteramente en una hacienda de dos mil libras al ao,la
cual, desafortunadamente para sus hijas, estaba destinada, por falta de
herederos varones, a un parientelejano; y la fortuna de la madre,
aunque
abundante para su posicin, difcilmente poda suplir a la de sumarido.
Su padre haba sido abogado en Meryton y le haba dejado cuatro mil
libras.
La seora Bennet tena una hermana casada con un tal seor
17
Phillips que haba sido empleado desu padre y le haba sucedido en los
negocios, y un hermano en Londres que ocupaba un respetable lugar
enel comercio.El pueblo de Longbourn estaba slo a una milla de
Meryton,
distancia muy conveniente para lasseoritas, que normalmente tenan
la tentacin de ir por all tres o cuatro veces a la semana para visitar a
suta y, de paso, detenerse en una sombrerera que haba cerca de su
casa.
Las que ms frecuentaban Merytoneran las dos menores, Catherine y
Lydia, que solan estar ms ociosas que sus hermanas, y cuando no se
lesComment: Una hacienda destinada, por falta de herederosvarones,
a un pariente lejano: Paraevitar que la propiedad pasase aotras familias,
slo ciertaspersonas (normalmente, comoaqu, varones) podan
heredardicha
propiedad. Si a las hijas seles permita heredar, la propiedadpasara
a las familias de susmaridos o a parientes ms lejanosque ellas mismas
podan nombrar asu voluntad en caso de permanecersolteras. Pero
si el propietariohaba establecido que los herederosfuesen varones, y no
tena hijos,como en el caso del seor Bennet,las hijas resultaban
perjudicadas,
puesto que la propiedad pasaba amanos del heredero varn
msprximo,
que en esta circunstanciaresultaba ser un pariente lejano, elseor
Collins.Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot1414ofreca
nada mejor, decidan que un paseto a la ciudad era necesario para
pasar
bien la maana y as tenerconversacin para la tarde; porque, aunque
las
noticias no solan abundar en el campo, su ta siempre tenaalgo que
contar.
De momento estaban bien provistas de chismes y de alegra ante la
reciente llegada de unregimiento militar que iba a quedarse todo el
invierno
y tena en Meryton su cuartel general.Ahora las visitas a la seora
Phillips proporcionaban una informacin de lo ms interesante. Cadada
aadan algo ms a lo que ya saban acerca de los nombres y las
familias
de los oficiales. El lugar dondese alojaban ya no era un secreto y pronto
empezaron a conocer a los oficiales en persona.El seor Phillips los
conoca
a todos, lo que constitua para sus sobrinas una fuente de
satisfaccininsospechada.
No hablaba de otra cosa que no fuera de oficiales. La
gran fortuna del seor Bingley, de laque tanto le gustaba hablar a su
madre,
ya no vala la pena comparada con el uniforme de un alfrez.
Despus de or una maana el entusiasmo con el que sus hijas
hablaban
del tema, el seor Bennetobserv framente:Por todo lo que puedo
sacar en limpio de vuestra manera de hablar debis de ser las
muchachasms
tontas de todo el pas. Ya haba tenido mis sospechas algunas
veces, pero ahora estoy convencido.Catherine se qued desconcertada
y
no contest. Lydia, con absoluta indiferencia, siguiexpresando su
admiracin
por el capitn Carter, y dijo que esperaba verle aquel mismo da,
18
pues a lamaana siguiente se marchaba a Londres.Me deja
pasmada,
querido dijo la seora Bennet, lo dispuesto que siempre ests a
creer
quetus hijas son tontas. Si yo despreciase a alguien, sera a las hijas de
los
dems, no a las mas.Si mis hijas son tontas, lo menos que puedo
hacer
es reconocerlo.S, pero ya ves, resulta que son muy listas.Presumo
que ese es el nico punto en el que no estamos de acuerdo. Siempre
dese
coincidircontigo en todo, pero en esto difiero, porque nuestras dos
hijas menores son tontas de remate.Mi querido seor Bennet, no
esperars
que estas nias .tengan tanto sentido como sus padres.Cuando tengan
nuestra edad apostara a que piensan en oficiales tanto como nosotros.
Me acuerdo de unapoca en la que me gust mucho un casaca roja,
y la verdad es que todava lo llevo en mi corazn. Y si unjoven coronel
con cinco o seis mil libras anuales quisiera a una de mis hijas, no le dira
que no. Encontrmuy bien al coronel Forster la otra noche en casa de
sir
William.Mam dijo Lydia, la ta dice que el coronel Forster y el
capitn
Carter ya no van tanto a casade los Watson como antes. Ahora los ve
mucho en la biblioteca de Clarke.La seora Bennet no pudo contestar al
ser interrumpida por la entrada de un lacayo que traa unanota para la
seorita Bennet; vena de Netherfield y el criado esperaba respuesta.
Los
ojos de la seoraBennet brillaban de alegra y estaba impaciente por
que
su hija acabase de leer.Bien, Jane, de quin es?, de qu se trata?,
qu
dice? Date prisa y dinos, date prisa, cario.Es de la seorita Bingley
dijo Jane, y entonces ley en voz alta:Mi querida amiga:Si tienes
compasin
de nosotras, ven a cenar hoy con Louisa y conmigo, si no, estaremos
enpeligro de odiarnos la una a la otra el resto de nuestras vidas, porque
dos mujeres juntas todo el da nopueden acabar sin pelearse. Ven tan
pronto como te sea posible, despus de recibir esta nota. Mi hermano
ylos otros seores cenarn con los oficiales. Saludos,Caroline Bingley.
Comment: Un regimientomilitar: Traduccin de a militiaregiment.
En el ejrcito britnicoestos regimientos estabanformados por soldados
voluntariosque slo se entrenaban enocasiones en tiempo de paz,
peropodan
ser movilizados para ladefensa de la patria en tiempos deguerra.
En la poca en la que fueescrita Orgullo y prejuicio, elejrcito regular
britnico
estabaluchando contra Napolen en elcontinente, por lo que
estosregimientos
fueron movilizados yenviados a diversosacuartelamientos
estratgicos en elpas, entre los cuales figurabaMeryton.Comment:
me
gust muchouna casaca roja : Hasta que lasguerras del siglo XX
demostraronque
el color rojo converta a lossoldados britnicos en un blancofcil
para el enemigo, las casacasrojas formaban parte del uniformede
muchos regimientos. Entiempos de paz el colorido de estascasacas
haca
19
que los hombresresultasen particularmenteatractivos para las chicas.
Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot1515Con los
oficiales!
exclam Lydia. Qu raro que la ta no nos lo haya dicho!
Cenar fuera! dijo la seora Bennet. Qu mala suerte!
Puedo llevar el carruaje? pregunt Jane.No, querida; es mejor
que vayas a caballo, porque parece que va a llover y as tendrs
quequedarte
a pasar la noche.Sera un buen plan dijo Elizabeth, si estuvieras
segura de que no se van a ofrecer paratraerla a casa.Oh, los seores
llevarn el land del seor Bingley a Meryton y los Hurst no tienen
caballospropios.Preferira ir en el carruaje.Pero querida, tu padre
no
puede prestarte los caballos. Me consta. Se necesitan en la granja.
Noes
as, seor Bennet?Se necesitan ms en la granja de lo que yo puedo
ofrecerlos.Si puedes ofrecerlos hoy dijo Elizabeth, los deseos de
mi madre se vern cumplidos.Al final anim al padre para que admitiese
que los caballos estaban ocupados. Y, por fin, Jane sevio obligada a ir a
caballo. Su madre la acompa hasta la puerta pronosticando muy
contenta
un dapsimo.Sus esperanzas se cumplieron; no haca mucho que
se haba ido Jane, cuando empez a llover acntaros. Las hermanas se
quedaron intranquilas por ella, pero su madre estaba encantada. No
par
dellover en toda la tarde; era obvio que Jane no podra volver
Verdaderamente, tuve una idea muy acertada repeta la seora
Bennet.
Sin embargo, hasta la maana siguiente no supo nada del resultado
de su oportuna estratagema.Apenas haba acabado de desayunar
cuando
un criado de Netherfield trajo la siguiente nota para Elizabeth:Mi
querida
Lizzy:No me encuentro muy bien esta maana, lo que, supongo, se
debe a que ayer llegue calada hastalos huesos. Mis amables amigas no
quieren ni orme hablar de volver a casa hasta que no est
mejor.Insisten
en que me vea el seor Jones; por lo tanto, no os alarmis si os enteris
de que ha venido avisitarme. No tengo nada ms que dolor de garganta
y dolor de cabeza. Tuya siempre,Jane.Bien, querida dijo el seor
Bennet una vez Elizabeth hubo ledo la nota en alto, si Janecontrajera
una enfermedad peligrosa o se muriese sera un consuelo saber que
todo
fue por conseguir alseor Bingley y bajo tus rdenes.Oh! No tengo
miedo de que se muera. La gente no se muere por pequeos resfriados
sinimportancia. Tendr buenos cuidados. Mientras est all todo ir de
maravilla. Ira a verla, si pudiesedisponer del coche.Elizabeth, que
estaba
verdaderamente preocupada, tom la determinacin de ir a verla. Como
nopoda disponer del carruaje y no era buena amazona, caminar era su
nica alternativa. Y declar sudecisin.Cmo puedes ser tan tonta?
exclam su madre. Cmo se te puede ocurrir tal cosa? Con elbarro
20
que hay! Llegaras hecha una facha, no estaras presentable!Estara
presentable para ver a Jane que es todo lo que yo deseo.Es una
indirecta
para que mande a buscar los caballos, Lizzy? dijo su padre.
Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot1616No, en absoluto.
No me importa caminar. No hay distancias cuando se tiene un motivo.
Sonslo tres millas. Estar de vuelta a la hora de cenar.Admiro la
actividad de tu benevolencia observ Mary; pero todo impulso del
sentimientodebe estar dirigido por la razn, y a mi juicio, el esfuerzo
debe
ser proporcional a lo que se pretende.Iremos contigo hasta Meryton
dijeron Catherine y Lydia. Elizabeth acept su compaa y lastres
jvenes
salieron juntas.Si nos damos prisa dijo Lydia mientras caminaba,
tal vez podamos ver al capitn Carterantes de que se vaya.En
Meryton se separaron; las dos menores se dirigieron a casa de la
esposa
de uno de los oficialesy Elizabeth continu su camino sola. Cruz
campo
tras campo a paso ligero, salt cercas y sorte charcoscon impaciencia
hasta que por fin se encontr ante la casa, con los tobillos empapados,
las
medias sucias yel rostro encendido por el ejercicio.La pasaron al
comedor
donde estaban todos reunidos menos Jane, y donde su presencia
caus gransorpresa. A la seora Hurst y a la seorita Bingley les
pareca
increble que hubiese caminado tres millassola, tan temprano y con un
tiempo tan espantoso. Elizabeth qued convencida de que la hicieron de
menospor ello. No obstante, la recibieron con mucha cortesa, pero en
la
actitud del hermano haba algo ms quecortesa: haba buen humor y
amabilidad. El seor Darcy habl poco y el seor Hurst nada de nada.
Elprimero fluctuaba entre la admiracin por la luminosidad que el
ejercicio
le haba dado a su rostro y la dudade si la ocasin justificaba el que
hubiese venido sola desde tan lejos. El segundo slo pensaba en
sudesayuno.
Las preguntas que Elizabeth hizo acerca de su hermana no fueron
contestadas favorablemente. Laseorita Bennet haba dormido mal, y,
aunque se haba levantado, tena mucha fiebre y no estaba
encondiciones
de salir de su habitacin. Elizabeth se alegr de que la llevasen a verla
inmediatamente;
y Jane,que se haba contenido de expresar en su nota cmo
deseaba esa visita, por miedo a ser inconveniente o aalarmarlos, se
alegr muchsimo al verla entrar. A pesar de todo no tena nimo para
mucha conversacin.Cuando la seorita Bingley las dej solas, no pudo
formular ms que gratitud por la extraordinariaamabilidad con que la
trataban en aquella casa. Elizabeth la atendi en silencio.Cuando acab
el
desayuno, las hermanas Bingley se reunieron con ellas; y a Elizabeth
empezarona
parecerle simpticas al ver el afecto y el inters que mostraban
por Jane. Vino el mdico y examin a lapaciente, declarando, como era
21
de suponer, que haba cogido un fuerte resfriado y que deban hacer
todo
loposible por cuidarla. Le recomend que se metiese otra vez en la
cama
y le recet algunas medicinas.Siguieron las instrucciones del mdico
al pie de la letra, ya que la fiebre haba aumentado y el dolor decabeza
era ms agudo. Elizabeth no abandon la habitacin ni un solo instante
y
las otras seoras tampocose ausentaban por mucho tiempo. Los
seores
estaban fuera porque en realidad nada tenan que hacer all.Cuando
dieron
las tres, Elizabeth comprendi que deba marcharse, y, aunque muy
en contra de suvoluntad, as lo expres.La seorita Bingley le ofreci el
carruaje; Elizabeth slo estaba esperando que insistiese un pocoms
para
aceptarlo, cuando Jane comunic su deseo de marcharse con ella; por
lo
que la seorita Bingley sevio obligada a convertir el ofrecimiento del
land
en una invitacin para que se quedase en Netherfield.Elizabeth acept
muy agradecida, y mandaron un criado a Longbourn para hacer saber
a la familia que sequedaba y para que le enviasen ropa.CAPTULO
VIIIA
las cinco las seoras se retiraron para vestirse y a las seis y media
llamaron
a Elizabeth para quebajara a cenar. sta no pudo contestar
favorablemente
a las atentas preguntas que le hicieron y en las cualestuvo la
satisfaccin
de distinguir el inters especial del seor Bingley. Jane no haba
mejorado nada; alLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot1717orlo,
las hermanas repitieron tres o cuatro veces cunto lo lamentaban,
lo horrible que era tener un malresfriado y lo que a ellas les
molestaba estar enfermas. Despus ya no se ocuparon ms del asunto.
Y
suindiferencia hacia Jane, en cuanto no la tenan delante, volvi a
despertar
en Elizabeth la antipata que enprincipio haba sentido por
ellas.En realidad, era a Bingley al nico del grupo que ella vea con
agrado.
Su preocupacin por Janeera evidente, y las atenciones que tena con
Elizabeth eran lo que evitaba que se sintiese como una intrusa,que era
como los dems la consideraban. Slo l pareca darse cuenta de su
presencia.
La seorita Bingleyestaba absorta con el seor Darcy; su hermana,
ms o menos, lo mismo; en cuanto al seor Hurst, queestaba sentado
al lado de Elizabeth, era un hombre indolente que no viva ms que para
comer, beber yjugar a las cartas. Cuando supo que Elizabeth prefera
un
plato sencillo a un ragout, ya no tuvo nada de quhablar con ella.
Cuando
acab la cena, Elizabeth volvi inmediatamente junto a Jane. Nada
ms salir delcomedor, la seorita Bingley empez a criticarla. Sus
modales
eran, en efecto, psimos, una mezcla deorgullo e impertinencia; no
tena
conversacin, ni estilo, ni gusto, ni belleza. La seora Hurst opinaba
lomismo y aadi:En resumen, lo nico que se puede decir de ella es
que es una excelente caminante. Jamsolvidar cmo apareci esta
22
maana. Realmente pareca medio salvaje.En efecto, Louisa. Cuando la
vi, casi no pude contenerme. Qu insensatez venir hasta aqu!
Qunecesidad haba de que corriese por los campos slo porque su
hermana
tiene un resfriado? Cmo traa loscabellos, tan despeinados, tan
desaliados!S. Y las enaguas! Si las hubieseis visto! Con ms de
una
cuarta de barro. Y el abrigo que sehaba puesto para taparlas, desde
luego,
no cumpla su cometido.Tu retrato puede que sea muy exacto, Louisa
dijo Bingley, pero todo eso a m me pasinadvertido. Creo que
la seorita Elizabeth Bennet tena un aspecto inmejorable al entrar en el
saln estamaana. Casi no me di cuenta de que llevaba las faldas
sucias.
Estoy segura de que usted s que se fij, seor Darcy dijo la seorita
Bingley; y me figuroque no le gustara que su hermana diese
semejante
espectculo.Claro que no.Caminar tres millas, o cuatro, o cinco,
o las que sean, con el barro hasta los tobillos y sola,completamente
sola! Qu querra dar a entender? Para m, eso demuestra una
abominable
independencia ypresuncin, y una indiferencia por el decoro propio
de la gente del campo.Lo que demuestra es un apreciable cario por
su
hermana dijo Bingley.Me temo, seor Darcy observ la seorita
Bingley a media voz, que esta aventura habrafectado bastante la
admiracin
que senta usted por sus bellos ojos.En absoluto respondi
Darcy; con el ejercicio se le pusieron aun ms brillantes.A esta
intervencin
sigui una breve pausa, y la seora Hurst empez de nuevo.
Le tengo gran estima a Jane Bennet, es en verdad una muchacha
encantadora,
y deseara contodo mi corazn que tuviese mucha suerte. Pero
con semejantes padres y con parientes de tan poca clase,me temo que
no va a tener muchas oportunidades.Creo que te he odo decir que su
to es abogado en Meryton.S, y tiene otro que vive en algn sitio
cerca
de Cheapside.Colosal! aadi su hermana. Y las dos se echaron a
rer
a carcajadas.Aunque todo Cheapside estuviese lleno de tos suyos
exclam Bingley, no por ello seranlas Bennet menos agradables.
Comment: Ragout: Asado decarne con verduras, de saborfuerte.
Comment: Cheapside: Puedeentenderse como zona (side) barata(
cheap), lo que provoc la burla delas hermanas Bingley.Librodot Orgullo
y prejuicio Jane AustenLibrodot1818Pero les disminuir las
posibilidades
de casarse con hombres que figuren algo en el mundo
respondi Darcy.Bingley no hizo ningn comentario a esta
observacin
de Darcy. Pero sus hermanas asintieronencantadas, y estuvieron un
rato divirtindose a costa de los vulgares parientes de su querida amiga.
Sin embargo, en un acto de renovada bondad, al salir del comedor
pasaron
al cuarto de la enfermay se sentaron con ella hasta que las
23
llamaron para el caf. Jane se encontraba todava muy mal, y
Elizabethno
la dejara hasta ms tarde, cuando se qued tranquila al ver que estaba
dormida, y entonces le parecique deba ir abajo, aunque no le
apeteciese
nada. Al entrar en el saln los encontr a todos jugando al loo,
einmediatamente
la invitaron a que les acompaase. Pero ella, temiendo que estuviesen
jugando fuerte, noacept, y, utilizando a su hermana como excusa,
dijo que se entretendra con un libro durante el pocotiempo que podra
permanecer abajo. El seor Hurst la mir con asombro.Prefieres
leer a jugar?le dijo. Es muy extrao.La seorita Elizabeth Bennet
dijo la seorita Bingley desprecia las cartas. Es una granlectora y
no
encuentra placer en nada ms.No merezco ni ese elogio ni esa
censura
exclam Elizabeth. No soy una gran lectora yencuentro placer en
muchas
cosas.Como, por ejemplo, en cuidar a su hermana intervino
Bingley, y espero que ese placeraumente cuando la vea
completamente
repuesta.Elizabeth se lo agradeci de corazn y se dirigi a una mesa
donde haba varios libros. l seofreci al instante para ir a buscar otros,
todos los que hubiese en su biblioteca.Deseara que mi coleccin
fuese
mayor para beneficio suyo y para mi propio prestigio; pero soyun
hombre
perezoso, y aunque no tengo muchos libros, tengo ms de los que
pueda llegar a leer.Elizabeth le asegur que con los que haba en la
habitacin
tena de sobra.Me extraa dijo la seorita Bingley que mi
padre haya dejado una coleccin de libros tanpequea. Qu estupenda
biblioteca tiene usted en Pemberley, seor Darcy!Tiene que ser
buena
contest; es obra de muchas generaciones.Y adems usted la
ha
aumentado considerablemente; siempre est comprando libros.No
puedo comprender que se descuide la biblioteca de una familia en
tiempos
como stos.Descuidar! Estoy segura de que usted no descuida nada
que se refiera a aumentar la belleza deese noble lugar. Charles, cuando
construyas tu casa, me conformara con que fuese la mitad de bonita
quePemberley.Ojal pueda.Pero yo te aconsejara que comprases
el
terreno cerca de Pemberley y que lo tomases comomodelo. No hay
condado
ms bonito en Inglaterra que Derbyshire.Ya lo creo que lo hara.
Y comprara el mismo Pemberley si Darcy lo vendiera.Hablo de
posibilidades,
Charles.Sinceramente, Caroline, preferira conseguir Pemberley
comprndolo que imitndolo.Elizabeth estaba demasiado absorta
en lo que ocurra para poder prestar la menor atencin a sulibro; no
tard
en abandonarlo, se acerc a la mesa de juego y se coloc entre Bingley
y su hermana mayorpara observar la partida.Ha crecido la seorita
Darcy desde la primavera? pregunt la seorita Bingley. Ser
yatan
alta como yo?Comment:Loo: juego de cartas en el que losjugadores
24
deban pagar prendacada vez que perdan.Librodot Orgullo y prejuicio
Jane AustenLibrodot1919Creo que s. Ahora ser de la estatura de la
seorita Elizabeth Bennet, o ms alta.Qu ganas tengo de volver a
verla!
Nunca he conocido a nadie que me guste tanto. Qu figura,qu
modales
y qu talento para su edad! Toca el piano de un modo exquisito.
Me asombra dijo Bingley que las jvenes tengan tanta paciencia
para aprender tanto, ylleguen a ser tan perfectas como lo son todas.
Todas las jvenes perfectas! Mi querido Charles, qu dices?S,
todas. Todas pintan, forran biombos y hacen bolsitas de malla. No
conozco
a ninguna que nosepa hacer todas estas cosas, y nunca he odo hablar
de una damita por primera vez sin que se me informarade que era
perfecta.Tu lista de lo que abarcan comnmente esas perfecciones
dijo Darcy tiene mucho deverdad. El adjetivo se aplica a mujeres
cuyos
conocimientos no son otros que hacer bolsos de malla o forrarbiombos.
Pero disto mucho de estar de acuerdo contigo en lo que se refiere a
tu estimacin de las damas engeneral. De todas las que he conocido,
no
puedo alardear de conocer ms que a una media docena que
seanrealmente
perfectas.Ni yo, desde luego dijo la seorita Bingley.
Entonces observ Elizabeth debe ser que su concepto de la mujer
perfecta es muy exigente.S, es muy exigente.Oh, desde luego!
exclam
su fiel colaboradora. Nadie puede estimarse realmente perfecto
sino sobrepasa en mucho lo que se encuentra normalmente. Una mujer
debe tener un conocimiento profundode msica, canto, dibujo, baile y
lenguas modernas. Y adems de todo esto, debe poseer un algo
especial
ensu aire y manera de andar, en el tono de su voz, en su trato y modo
de
expresarse; pues de lo contrario nomerecera el calificativo ms que a
medias.Debe poseer todo esto agreg Darcy, y a ello hay que
aadir
algo ms sustancial en eldesarrollo de su inteligencia por medio de
abundantes lecturas.No me sorprende ahora que conozca slo a seis
mujeres perfectas. Lo que me extraa es queconozca a alguna.Tan
severa
es usted con su propio sexo que duda de que esto sea posible?Yo
nunca he visto una mujer as. Nunca he visto tanta capacidad, tanto
gusto,
tanta aplicacin ytanta elegancia juntas como usted describe.La seora
Hurst y la seorita Bingley protestaron contra la injusticia de su implcita
duda,afirmando que conocan muchas mujeres que respondan a dicha
descripcin, cuando el seor Hurst lasllam al orden quejndose
amargamente de que no prestasen atencin al juego. Como la
conversacinpareca
haber terminado, Elizabeth no tard en abandonar el saln.
Elizabeth dijo la seorita Bingley cuando la puerta se hubo cerrado
tras ella es una de esasmuchachas que tratan de hacerse
25
agradables al sexo opuesto desacreditando al suyo propio; no dir que
nod resultado con muchos hombres, pero en mi opinin es un truco vil,
una mala maa.Indudablemente respondi Darcy, a quien iba
dirigida
principalmente esta observacin hayvileza en todas las artes que
las damas a veces se rebajan a emplear para cautivar a los hombres.
Todo
loque tenga algo que ver con la astucia es despreciable.La seorita
Bingley
no qued lo bastante satisfecha con la respuesta como para continuar
con eltema. Elizabeth se reuni de nuevo con ellos slo para decirles
que
su hermana estaba peor y que no podadejarla. Bingley decidi enviar a
alguien a buscar inmediatamente al doctor Jones; mientras que
sushermanas,
convencidas de que la asistencia mdica en el campo no serva
para nada, propusieron enviar aalguien a la capital para que trajese a
uno de los ms eminentes doctores. Elizabeth no quiso ni or hablar
deesto
ltimo, pero no se opona a que se hiciese lo que deca el hermano. De
manera que se acord mandar aLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot2020buscar
al doctor Jones temprano a la maana siguiente si
Jane no se encontraba mejor. Bingley estababastante preocupado y sus
hermanas estaban muy afligidas. Sin embargo, ms tarde se consolaron
cantandounos dos, mientras Bingley no poda encontrar mejor alivio a
su preocupacin que dar rdenes a su amade llaves para que se
prestase
toda atencin posible a la enferma y a su hermana.CAPTULO
IXElizabeth
pas la mayor parte de la noche en la habitacin de su hermana, y
por la maana tuvo elplacer de poder enviar una respuesta satisfactoria
a las mltiples preguntas que ya muy temprano venarecibiendo, a
travs
de una sirvienta de Bingley; y tambin a las que ms tarde reciba de
las dos elegantesdamas de compaa de las hermanas. A pesar de la
mejora,
Elizabeth pidi que se mandase una nota aLongbourn, pues quera
que su madre viniese a visitar a Jane para que ella misma juzgase la
situacin.
Lanota fue despachada inmediatamente y la respuesta a su contenido
fue cumplimentada con la mismarapidez. La seora Bennet,
acompaada de sus dos hijas menores, lleg a Netherfield poco
despus
deldesayuno de la familia.Si hubiese encontrado a Jane en peligro
aparente,
la seora Bennet se habra disgustado mucho;pero quedndose
satisfecha
al ver que la enfermedad no era alarmante, no tena ningn deseo
de que serecobrase pronto, ya que su cura significara marcharse de
Netherfield. Por este motivo se neg a atender lapeticin de su hija de
que se la llevase a casa, cosa que el mdico, que haba llegado casi al
mismo
tiempo,tampoco juzg prudente. Despus de estar sentadas un rato
con Jane, apareci la seorita Bingley y lasinvit a pasar al comedor. La
madre y las tres hijas la siguieron. Bingley las recibi y les pregunt por
26
Janecon la esperanza de que la seora Bennet no hubiese encontrado
a su
hija peor de lo que esperaba.Pues verdaderamente, la he encontrado
muy mal respondi la seora Bennet. Tan mal queno es posible
llevarla
a casa. El doctor Jones dice que no debemos pensar en trasladarla.
Tendremos queabusar un poco ms de su amabilidad.Trasladarla!
exclam Bingley. Ni pensarlo! Estoy seguro de que mi hermana
tambin seopondr a que se vaya a casa.Puede usted confiar, seora
repuso la seorita Bingley con fra cortesa, en que a la
seoritaBennet
no le ha de faltar nada mientras est con nosotros.Estoy segura
aadi de que, a no ser por tan buenos amigos, no s qu habra
sido
de ella,porque est muy enferma y sufre mucho; aunque eso s, con la
mayor paciencia del mundo, como hacesiempre, porque tiene el
carcter
ms dulce que conozco. Muchas veces les digo a mis otras hijas que
novalen
nada a su lado. Qu bonita habitacin es sta, seor Bingley, y qu
encantadora vista tiene a lossenderos de jardn! Nunca he visto un lugar
en todo el pas comparable a Netherfield. Espero que nopensar dejarlo
repentinamente, aunque lo haya alquilado por poco tiempo.Yo todo lo
hago repentinamente respondi Bingley. As que si decidiese dejar
Netherfield,probablemente me ira en cinco minutos. Pero, por ahora,
me
encuentro bien aqu.Eso es exactamente lo que yo me esperaba de
usted
dijo Elizabeth.Empieza usted a comprenderme, no es as?
exclam Bingley volvindose hacia ella.Oh, s! Le comprendo
perfectamente.
Deseara tomarlo como un cumplido; pero me temo que el
que se me conozca fcilmente eslamentable.Es como es. Ello no
significa
necesariamente que un carcter profundo y complejo sea ms omenos
estimable que el suyo.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot2121
Lizzy exclam su madre, recuerda dnde ests y deja de
comportarte con esa conductaintolerable a la que nos tienes
acostumbrados
en casa.No saba que se dedicase usted a estudiar el carcter de las
personas prosigui Bingleyinmediatamente. Debe ser un estudio
apasionante.S; y los caracteres complejos son los ms apasionantes
de
todos. Por lo menos, tienen esaventaja.El campo dijo Darcy no
puede proporcionar muchos sujetos para tal estudio. En un pueblose
mueve uno en una sociedad invariable y muy limitada.Pero la gente
cambia tanto, que siempre hay en ellos algo nuevo que observar.Ya
lo
creo que s exclam la seora Bennet, ofendida por la manera en la
que
haba habladode la gente del campo; le aseguro que eso ocurre lo
mismo
en el campo que en la ciudad.Todo el mundo se qued sorprendido.
Darcy la mir un momento y luego se volvi sin decir nada.La seora
Bennet crey que haba obtenido una victoria aplastante sobre l y
27
continu triunfante:Por mi parte no creo que Londres tenga ninguna
ventaja sobre el campo, a no ser por las tiendasy los lugares pblicos.
El
campo es mucho ms agradable. No es as, seor Bingley?Cuando
estoy
en el campo contest no deseo irme, y cuando estoy en la ciudad
me pasa lomismo. Cada uno tiene sus ventajas y yo me encuentro
igualmente
a gusto en los dos sitios.Claro, porque usted tiene muy buen carcter.
En cambio ese caballero dijo mirando a Darcyno parece que
tenga muy buena opinin del campo.Mam, ests muy equivocada
intervino Elizabeth sonrojndose por la imprudencia de sumadre,
interpretas mal al seor Darcy. l slo quera decir que en el campo no
se
encuentra tantavariedad de gente como en la ciudad. Lo que debes
reconocer
que es cierto.Ciertamente, querida, nadie dijo lo contrario, pero
eso de que no hay mucha gente en estavecindad, creo que hay pocas
tan
grandes como la nuestra. Yo he llegado a cenar con veinticuatro
familias.
Nada, si no fuese su consideracin por Elizabeth, podra haber hecho
contenerse a Bingley. Suhermana fue menos delicada, y mir a Darcy
con
una sonrisa muy expresiva. Elizabeth quiso decir algopara cambiar de
conversacin y le pregunt a su madre si Charlotte Lucas haba estado
en Longbourn desdeque ella se haba ido.S, nos visit ayer con su
padre.
Qu hombre tan agradable es sir William! Verdad, seorBingley?
Tan distinguido, tan gentil y tan sencillo! Siempre tiene una palabra
agradable para todo elmundo. Esa es la idea que yo tengo de lo que es
la
buena educacin; esas personas que se creen muyimportantes y nunca
abren la boca, no tienen idea de educacin.Cen Charlotte con
vosotros?
No, se fue a casa. Creo que la necesitaban para hacer el pastel de
carne. Lo que es yo, seorBingley, siempre tengo sirvientes que saben
hacer
su trabajo. Mis hijas estn educadas de otro modo. Perocada cual que
se juzgue a s mismo. Las Lucas son muy buenas chicas, se lo aseguro.
Es una pena que nosean bonitas! No es que crea que Charlotte sea
muy
fea; en fin, sea como sea, es muy amiga nuestra.Parece una joven
muy
agradable dijo Bingley.Oh! s, pero debe admitir que es bastante
fecha.
La misma lady Lucas lo dice muchas veces, yme envidia por la belleza
de Jane. No me gusta alabar a mis propias hijas, pero la verdad es
que no seencuentra a menudo a alguien tan guapa como Jane. Yo no
puedo ser imparcial, claro; pero es que lo dicetodo el mundo. Cuando
slo
tena quince aos, haba un caballero que viva en casa de mi
hermanoGardiner
en la ciudad, y que estaba tan enamorado de Jane que mi cuada
aseguraba que se declarara antesde que nos furamos. Pero no lo
hizo. Probablemente pens que era demasiado joven. Sin embargo,
leescribi
unos versos, y bien bonitos que eran.Librodot Orgullo y prejuicio
28
Jane AustenLibrodot2222Y as termin su amor dijo Elizabeth con
impaciencia. Creo que ha habido muchos que lovencieron de la
misma
forma. Me pregunto quin sera el primero en descubrir la eficacia de la
poesa paraacabar con el amor.Yo siempre he considerado que la
poesa
es el alimento del amor dijo Darcy.De un gran amor, slido y
fuerte, puede. Todo nutre a lo que ya es fuerte de por s. Pero si essolo
una inclinacin ligera, sin ninguna base, un buen soneto la acabara
matando
de hambre.Darcy se limit a sonrer. Sigui un silencio general que
hizo temer a Elizabeth que su madrevolviese a hablar de nuevo. La
seora
Bennet lo deseaba, pero no saba qu decir, hasta que despus de
unapequea
pausa empez a reiterar su agradecimiento al seor Bingley por
su amabilidad con Jane y sedisculp por las molestias que tambin
pudiera
estar causando Lizzy. El seor Bingley fue corts en surespuesta, y
oblig a su hermana menor a ser corts y a decir lo que la ocasin
requera.
Ella hizo su papel,aunque con poca gracia, pero la seora Bennet,
qued satisfecha y poco despus pidi su carruaje. Al oresto, la ms
joven
de sus hijas se adelant para decir algo. Las dos muchachitas haban
estadocuchicheando durante toda la visita, y el resultado de ello fue que
la ms joven deba recordarle al seorBingley que cuando vino al
campo
por primera vez haba prometido dar un baile en Netherfield.Lydia era
fuerte, muy crecida para tener quince aos, tena buena figura y un
carcter
muy alegre.Era la favorita de su madre que por el amor que le tena
la haba presentado en sociedad a una edad muytemprana. Era muy
impulsiva y se daba mucha importancia, lo que haba aumentado con
las
atenciones quereciba de los oficiales, a lo que las cenas de su ta y sus
modales sencillos contribuan. Por lo tanto, era lams adecuada para
dirigirse
a Bingley y recordarle su promesa; aadiendo que sera una vergenza
ante elmundo si no lo mantena. Su respuesta a este repentino
ataque fue encantadora a los odos de la seoraBennet.Le aseguro
que
estoy dispuesto a mantener mi compromiso, en cuanto su hermana est
bien;usted misma, si gusta, podr sealar la fecha del baile: No querr
estar bailando mientras su hermana estenferma.Lydia se dio por
satisfecha:
Oh! s, ser mucho mejor esperar a que Jane est bien; y para entonces
lo ms seguro es que elcapitn Carter estar de nuevo en Meryton.
Y cuando usted haya dado su baile agreg, insistir paraque
den tambin uno ellos. Le dir al coronel Forster que sera lamentable
que no lo hiciese.Por fin la seora Bennet y sus hijas se fueron, y
Elizabeth
volvi al instante con Jane, dejando quelas dos damas y el seor
Darcy hiciesen sus comentarios acerca de su comportamiento y el de su
familia.Sin embargo, Darcy no pudo compartir con los dems la censura
29
hacia Elizabeth, a pesar de la agudeza dela seorita Bingley al hacer
chistes
sobre ojos bonitos.CAPTULO XEl da pas lo mismo que el anterior.
La seora Hurst y la seorita Bingley haban estado por lamaana unas
horas al lado de la enferma, que segua mejorando, aunque lentamente.
Por la tarde Elizabethse reuni con ellas en el saln. Pero no se dispuso
la mesa de juego acostumbrada. Darcy escriba y laseorita Bingley,
sentada
a su lado, segua el curso de la carta, interrumpindole repetidas veces
conmensajes para su hermana. El seor Hurst y Bingley jugaban al
piquet y la seora Hurst contemplaba lapartida.Elizabeth se dedic a
una
labor de aguja, y tena suficiente entretenimiento con atender a lo
quepasaba
entre Darcy y su compaa. Los constantes elogios de sta a la
caligrafa
de Darcy, a la simetra desus renglones o a la extensin de la carta,
as como la absoluta indiferencia con que eran recibidos,constituan un
curioso dilogo que estaba exactamente de acuerdo con la opinin que
Elizabeth tena decada uno de ellos.Comment: Piquet: Juego decartas,
para dos personas, de 32naipes.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot2323
Qu contenta se pondr la seorita Darcy cuando reciba
esta carta!l no contest.Escribe usted ms deprisa que nadie.
Se equivoca. Escribo muy despacio.Cuntas cartas tendr
ocasin
de escribir al cabo del ao! Incluidas cartas de negocios. Cmolas
detesto!
Es una suerte, pues, que sea yo y no usted, el que tenga que
escribirlas.
Le ruego que le diga a su hermana que deseo mucho verla.Ya se
lo he dicho una vez, por peticin suya.Me temo que su pluma no le va
bien. Djeme que se la afile, lo hago increblemente bien.Gracias,
pero
yo siempre afilo mi propia pluma.Cmo puede lograr una escritura
tan uniforme?Darcy no hizo ningn comentario.Dgale a su hermana
que me alegro de saber que ha hecho muchos progresos con el arpa; y
leruego
que tambin le diga que estoy entusiasmada con el diseo de mesa
que hizo, y que creo que esinfinitamente superior al de la seorita
Grantley.
Me permite que aplace su entusiasmo para otra carta? En la presente
ya no tengo espacio params elogios.Oh!, no tiene importancia.
La ver en enero. Pero, siempre le escribe cartas tan largas
yencantadoras,
seor Darcy?Generalmente son largas; pero si son encantadoras o
no, no soy yo quien debe juzgarlo.Para m es como una norma,
cuando
una persona escribe cartas tan largas con tanta facilidad nopuede
escribir
mal.Ese cumplido no vale para Darcy, Caroline interrumpi su
hermano,
porque no escribe confacilidad. Estudia demasiado las palabras.
Siempre busca palabras complicadas de ms de cuatro slabas,no es
as,
Darcy?Mi estilo es muy distinto al tuyo.Oh! exclam la seorita
Bingley. Charles escribe sin ningn cuidado. Se come la mitad delas
30
palabras y emborrona el resto.Las ideas me vienen tan rpido que no
tengo tiempo de expresarlas; de manera que, a veces, miscartas no
comunican
ninguna idea al que las recibe.Su humildad, seor Bingley
intervino Elizabeth, tiene que desarmar todos los reproches.
Nada
es ms engaoso dijo Darcy que la apariencia de humildad.
Normalmente
no es otracosa que falta de opinin, y a veces es una forma indirecta
de vanagloriarse.Y cul de esos dos calificativos aplicas a mi
reciente
acto de modestia?Una forma indirecta de vanagloriarse; porque
t, en realidad, ests orgulloso de tus defectoscomo escritor, puesto que
los atribuyes a tu rapidez de pensamientos y a un descuido en la
ejecucin,
cosaque consideras, si no muy estimable, al menos muy interesante.
Siempre se aprecia mucho el poder dehacer cualquier cosa con rapidez,
y
no se presta atencin a la imperfeccin con la que se hace. Cuando
estamaana
le dijiste a la seora Bennet que si alguna vez te decidas a dejar
Netherfield, te iras en cincominutos, fue una especie de elogio, de
cumplido
hacia ti mismo; y, sin embargo, qu tiene de elogiablemarcharse
precipitadamente dejando, sin duda, asuntos sin resolver, lo que no
puede
ser beneficioso para tini para nadie?Comment: palabras de
cuatroslabas:
Las palabras de ms detres slabas en ingls proceden ensu mayor
parte del latn o delgriego, son cultas y su usoexcesivo es signo de
pedantera.Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot2424No!
exclam Bingley. Me parece demasiado recordar por la noche las
tonteras que sedicen por la maana. Y te doy mi palabra, estaba
convencido
de que lo que deca de m mismo era verdad,y lo sigo estando ahora.
Por lo menos, no adopt innecesariamente un carcter precipitado para
presumirdelante de las damas.S, creo que estabas convencido; pero
soy yo el que no est convencido de que te fueses tanaceleradamente.
Tu
conducta dependera de las circunstancias, como la de cualquier
persona.
Y si, montadoya en el caballo, un amigo te dijese: Bingley, qudate
hasta
la prxima semana, probablemente lo haras,probablemente no te
iras,
y bastara slo una palabra ms para que te quedaras un mes.Con
esto slo ha probado dijo Elizabeth que Bingley no hizo justicia a
su
temperamento.Lo ha favorecido usted ms ahora de lo que l lo haba
hecho.Estoy enormemente agradecido dijo Bingley por convertir lo
que dice mi amigo en uncumplido. Pero me temo que usted no lo
interpreta
de la forma que mi amigo pretenda; porque l tendramejor opinin
de m si, en esa circunstancia, yo me negase en rotundo y partiese
tan rpido como me fueseposible.Considerara entonces el seor
Darcy reparada la imprudencia de su primera intencin con
laobstinacin
de mantenerla?No soy yo, sino Darcy, el que debe
31
explicarlo.Quieres que d cuenta de unas opiniones que t me
atribuyes,
pero que yo nunca he reconocido.Volviendo al caso, debe recordar,
seorita Bennet, que el supuesto amigo que desea que se quede y
queretrase
su plan, simplemente lo desea y se lo pide sin ofrecer ningn
argumento.
El ceder pronto y fcilmente a la persuasin de un amigo, no
tiene ningn mrito para usted. El ceder sin conviccin dice poco en
favor de la inteligencia de ambos.Me da la sensacin, seor Darcy,
de
que usted nunca permite que le influyan el afecto o laamistad. El
respeto
o la estima por el que pide puede hacernos ceder a la peticin sin
esperar
ninguna razno argumento. No estoy hablando del caso particular que
ha supuesto sobre el seor Bingley. Adems,deberamos, quiz,
esperar a
que se diese la circunstancia para discutir entonces su comportamiento.
Peroen general y en casos normales entre amigos, cuando uno quiere
que
el otro cambie alguna decisin, verausted mal que esa persona
complaciese
ese deseo sin esperar las razones del otro?No sera aconsejable,
antes de proseguir con el tema, dejar claro con ms precisin
quimportancia
tiene la peticin y qu intimidad hay entre los amigos?
Perfectamente dijo Bingley, fijmonos en todos los detalles sin
olvidarnos de compararestatura y tamao; porque eso, seorita Bennet,
puede tener ms peso en la discusin de lo que parece. Leaseguro que
si
Darcy no fuera tan alto comparado conmigo, no le tendra ni la mitad del
respeto que letengo. Confieso que no conozco nada ms imponente
que
Darcy en determinadas ocasiones y endeterminados lugares,
especialmente
en su casa y en las tardes de domingo cuando no tiene nada que
hacer.El seor Darcy sonri; pero Elizabeth se dio cuenta de que se
haba
ofendido bastante y contuvo larisa. La seorita Bingley se molest
mucho
por la ofensa que le haba hecho a Darcy y censur a suhermano por
decir tales tonteras.Conozco tu sistema, Bingley dijo su amigo.
No te gustan las discusiones y quieres acabarsta.Quiz. Las
discusiones
se parecen demasiado a las disputas. Si t y la seorita Bennet
posponisla
vuestra para cuando yo no est en la habitacin, estar muy
agradecido; adems, as podris decir todo loque queris de m.Por
mi
parte dijo Elizabeth, no hay objecin en hacer lo que pide, y es
mejor
que el seorDarcy acabe la carta.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot2525Darcy
sigui su consejo y acab la carta. Concluida la tarea,
se dirigi a la seorita Bingley y aElizabeth para que les deleitasen
con algo de msica. La seorita Bingley se apresur al piano, pero
antesde
sentarse invit cortsmente a Elizabeth a tocar en primer lugar; sta,
con igual cortesa y con todasinceridad rechaz la invitacin; entonces,
la
seorita Bingley se sent y comenz el concierto.La seora Hurst cant
32
con su hermana, y, mientras se empleaban en esta actividad, Elizabeth
nopoda evitar darse cuenta, cada vez que volva las pginas de unos
libros
de msica que haba sobre elpiano, de la frecuencia con la que los
ojos de Darcy se fijaban en ella. Le era difcil suponer que fueseobjeto
de
admiracin ante un hombre de tal categora; y aun sera ms extrao
que
la mirase porque ella ledesagradara. Por fin, slo pudo imaginar que
llamaba
su atencin porque haba algo en ella peor y msreprochable, segn
su concepto de la virtud, que en el resto de los presentes. Esta
suposicin
no la apenaba.Le gustaba tan poco, que la opinin que tuviese sobre
ella, no le preocupaba.Despus de tocar algunas canciones italianas,
la seorita Bingley vari el repertorio con un aireescocs ms alegre; y
al
momento el seor Darcy se acerc a Elizabeth y le dijo:Le
apetecera,
seorita Bennet, aprovechar esta oportunidad para bailar un reel?Ella
sonri y no contest. l, algo sorprendido por su silencio, repiti la
pregunta.
Oh! dijo ella, ya haba odo la pregunta. Estaba meditando
la respuesta. S que ustedquerra que contestase que s, y as habra
tenido
el placer de criticar mis gustos; pero a m me encantaechar por tierra
esa clase de trampas y defraudar a la gente que est premeditando un
desaire. Por lo tanto,he decidido decirle que no deseo bailar en
absoluto.
Y, ahora, desireme si se atreve.No me atrevo, se lo aseguro.Ella,
que
crey haberle ofendido, se qued asombrada de su galantera. Pero
haba
tal mezcla dedulzura y malicia en los modales de Elizabeth, que era
difcil
que pudiese ofender a nadie; y Darcy nuncahaba estado tan
ensimismado
con una mujer como lo estaba con ella. Crea realmente que si no
fuera por lainferioridad de su familia, se vera en peligro.La seorita
Bingley
vio o sospech lo bastante para ponerse celosa, y su ansiedad porque
serestableciese su querida amiga Jane se increment con el deseo de
librarse de Elizabeth.Intentaba provocar a Darcy para que se
desilusionase
de la joven, hablndole de su supuestomatrimonio con ella y de la
felicidad
que esa alianza le traera.Espero le dijo al da siguiente mientras
paseaban por el jardn que cuando ese deseadoacontecimiento tenga
lugar, har usted a su suegra unas cuantas advertencias para que
modere
su lengua; ysi puede conseguirlo, evite que las hijas menores anden
detrs de los oficiales. Y, si me permite mencionarun tema tan delicado,
procure refrenar ese algo, rayando en la presuncin y en la
impertinencia,
que sudama posee.Tiene algo ms que proponerme para mi
felicidad
domstica?Oh, s! Deje que los retratos de sus tos, los Phillips, sean
colgados en la galera de Pemberley.Pngalos al lado del to abuelo
suyo, el juez. Son de la misma profesin, aunque de distinta categora.
Encuanto al retrato de su Elizabeth, no debe permitir que se lo hagan,
33
porque qu pintor podra hacer justiciaa sus hermosos ojos?Desde
luego, no sera fcil captar su expresin, pero el color, la forma y sus
bonitas
pestaaspodran ser reproducidos.En ese momento, por otro sendero
del jardn, salieron a su paso la seora Hurst y Elizabeth.No saba
que estabais paseando dijo la seorita Bingley un poco confusa al
pensar
quepudiesen haberles odo.Os habis portado muy mal con nosotras
respondi la seora Hurst al no decirnos que ibaisa salir.
Comment: Reel: Es uno de losvigorosos bailes nacionalesescoceses.
Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot2626Y, tomando el
brazo libre del seor Darcy, dej que Elizabeth pasease sola. En el
camino
slocaban tres. El seor Darcy se dio cuenta de tal descortesa y dijo
inmediatamente:Este paseo no es lo bastante ancho para los cuatro,
salgamos a la avenida.Pero Elizabeth, que no tena la menor intencin
de
continuar con ellos, contest muy sonriente:No, no; qudense donde
estn. Forman un grupo encantador, est mucho mejor as. Una
cuartapersona
lo echara a perder. Adis.Se fue alegremente regocijndose al
pensar, mientras caminaba, que dentro de uno o dos das msestara
en
su casa. Jane se encontraba ya tan bien, que aquella misma tarde tena
la
intencin de salir un parde horas de su cuarto.CAPTULO XICuando las
seoras se levantaron de la mesa despus de cenar, Elizabeth subi a
visitar
a suhermana y al ver que estaba bien abrigada la acompa al saln,
donde sus amigas le dieron la bienvenidacon grandes demostraciones
de contento. Elizabeth nunca las haba visto tan amables como en la
hora quetranscurri hasta que llegaron los caballeros. Hablaron de todo.
Describieron la fiesta con todo detalle,contaron ancdotas con mucha
gracia y se burlaron de sus conocidos con humor.Pero en cuanto
entraron
los caballeros, Jane dej de ser el primer objeto de atencin. Los ojos
de laseorita Bingley se volvieron instantneamente hacia Darcy y no
haba
dado cuatro pasos cuando ya tenaalgo que decirle. El se dirigi
directamente
a la seorita Bennet y la felicit cortsmente. Tambin el seorHurst
le hizo una ligera inclinacin de cabeza, dicindole que se alegraba
mucho; pero la efusin y el calorquedaron reservados para el saludo
de Bingley, que estaba muy contento y lleno de atenciones para conella.
La primera media hora se la pas avivando el fuego para que Jane no
notase el cambio de unhabitacin a la otra, y le rog que se pusiera al
lado
de la chimenea, lo ms lejos posible de la puerta. Luegose sent junto
a ella y ya casi no habl con nadie ms. Elizabeth, enfrente, con su
labor,
contemplaba laescena con satisfaccin.Cuando terminaron de tomar el
t, el seor Hurst record a su cuada la mesa de juego, pero fueen
vano;
ella intua que a Darcy no le apeteca jugar, y el seor Hurst vio su
34
peticin rechazadainmediatamente. Le asegur que nadie tena ganas
de
jugar; el silencio que sigui a su afirmacin parecicorroborarla. Por lo
tanto, al seor Hurst no le quedaba otra cosa que hacer que tumbarse
en
un sof ydormir. Darcy cogi un libro, la seorita Bingley cogi otro, y la
seora Hurst, ocupada principalmente enjugar con sus pulseras y
sortijas,
se una, de vez en cuando, a la conversacin de su hermano con la
seoritaBennet.
La seorita Bingley prestaba ms atencin a la lectura de
Darcy que a la suya propia. No paraba dehacerle preguntas o mirar la
pgina que l tena delante. Sin embargo, no consigui sacarle
ningunaconversacin;
se limitaba a contestar y segua leyendo. Finalmente, angustiada
con la idea de tener queentretenerse con su libro que haba elegido
solamente porque era el segundo tomo del que lea Darcy,bostez
largamente y exclam:Qu agradable es pasar una velada as! Bien
mirado, creo que no hay nada tan divertido comoleer. Cualquier otra
cosa
en seguida te cansa, pero un libro, nunca. Cuando tengauna casa
propia serdesgraciadsima si no tengo una gran biblioteca.Nadie dijo
nada. Entonces volvi a bostezar, cerr el libro y pase la vista
alrededor
de lahabitacin buscando en qu ocupar el tiempo; cuando al or a su
hermano mencionarle un baile a la seoritaBennet, se volvi de repente
hacia l y dijo:Piensas seriamente en dar un baile en Netherfield,
Charles? Antes de decidirte te aconsejaraque consultases con los
presentes,
pues o mucho me engao o hay entre nosotros alguien a quien un
baile leparecera, ms que una diversin, un castigo.Librodot Orgullo y
prejuicio Jane AustenLibrodot2727Si te refieres a Darcy le contest
su hermano, puede irse a la cama antes de que empiece, silo
prefiere;
pero en cuanto al baile, es cosa hecha, y tan pronto como Nicholls lo
haya
dispuesto todo,enviar las invitaciones.Los bailes me gustaran
mucho
ms repuso su hermana si fuesen de otro modo, pero esaclase de
reuniones suelen ser tan pesadas que se hacen insufribles. Sera ms
racional
que lo principal enellas fuese la conversacin y no un baile.
Mucho ms racional s, Caroline; pero entonces ya no se parecera en
nada a un baile.La seorita Bingley no contest; se levant poco
despus
y se puso a pasear por el saln. Su figuraera elegante y sus andares
airosos;
pero Darcy, a quien iba dirigido todo, sigui enfrascado en la lectura.
Ella, desesperada, decidi hacer un esfuerzo ms, y, volvindose a
Elizabeth,
dijo:Seorita Eliza Bennet, djeme que la convenza para que siga
mi ejemplo y d una vuelta por elsaln. Le aseguro que viene muy
bien despus de estar tanto tiempo sentada en la misma postura.
Elizabeth se qued sorprendida, pero accedi inmediatamente. La
seorita
Bingley logr lo que sehaba propuesto con su amabilidad; el
35
seor Darcy levant la vista. Estaba tan extraado de la novedad deesta
invitacin como poda estarlo la misma Elizabeth; inconscientemente,
cerr
su libro. Seguidamente, leinvitaron a pasear con ellas, a lo que se neg,
explicando que slo poda haber dos motivos para quepaseasen por
el saln juntas, y si se uniese a ellas interferira en los dos. Qu
querr
decir? La seoritaBingley se mora de ganas por saber cul sera el
significado
y le pregunt a Elizabeth si ella podaentenderlo.En absoluto
respondi; pero, sea lo que sea, es seguro que quiere dejarnos
mal, y
la mejorforma de decepcionarle ser no preguntarle nada.Sin embargo,
la
seorita Bingley era incapaz de decepcionar a Darcy, e insisti, por lo
tanto, enpedir que les explicase los dos motivos.No tengo el ms
mnimo
inconveniente en explicarlo dijo tan pronto como ella le
permitihablar.
Ustedes eligen este modo de pasar el tiempo o porque tienen
que hacerse alguna confidencia opara hablar de sus asuntos secretos, o
porque saben que paseando lucen mejor su figura; si es por loprimero,
al
ir con ustedes no hara ms que importunarlas; y si es por lo segundo,
las
puedo admirar muchomejor sentado junto al fuego.Qu horror!
grit la seorita Bingley. Nunca he odo nada tan abominable.
Cmopodramos darle su merecido?Nada tan fcil, si est dispuesta
a
ello dijo Elizabeth. Todos sabemos fastidiar ymortificarnos unos a
otros. Brlese, rase de l. Siendo tan ntima amiga suya, sabr muy
bien
cmohacerlo.No s, le doy mi palabra. Le aseguro que mi gran
amistad
con l no me ha enseado cules sonsus puntos dbiles. Burlarse de
una persona flemtica, de tanta sangre fra! Y en cuanto a rernos de l
sinms mi ms, no debemos exponernos; podra desafiarnos y
tendramos
nosotros las de perder.Que no podemos rernos del seor Darcy!
exclam Elizabeth. Es un privilegio muyextrao, y espero que siga
siendo extrao, no me gustara tener muchos conocidos as. Me
encanta
rerme.La seorita Bingley respondi Darcy me ha dado ms
importancia
de la que merezco. Elms sabio y mejor de los hombres o la
ms sabia y mejor de las acciones, pueden ser ridculos a los ojos
deuna
persona que no piensa en esta vida ms que en rerse.Estoy de
acuerdo
respondi Elizabeth, hay gente as, pero creo que yo no estoy
entre
ellos.Espero que nunca llegue a ridiculizar lo que es bueno o sabio. Las
insensateces, las tonteras, los caprichosy las inconsecuencias son las
cosas
que verdaderamente me divierten, lo confieso, y me ro de ellas
siempreque
puedo. Pero supongo que stas son las cosas de las que usted carece.
Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot2828Quiz no
sea posible para nadie, pero yo he pasado la vida esforzndome para
evitar
estasdebilidades que exponen al ridculo a cualquier persona
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inteligente.Como la vanidad y el orgullo, por ejemplo.S, en efecto,
la vanidad es un defecto. Pero el orgullo, en caso de personas de
inteligenciasuperior,
creo que es vlido.Elizabeth tuvo que volverse para disimular
una sonrisa.Supongo que habr acabado de examinar al seor
Darcy dijo la seorita Bingley , y le ruegoque me diga qu ha sacado
en conclusin.Estoy plenamente convencida de que el seor Darcy
no
tiene defectos. l mismo lo reconoceclaramente.No dijo Darcy,
no
he pretendido decir eso. Tengo muchos defectos, pero no tienen que
vercon
la inteligencia. De mi carcter no me atrevo a responder; soy demasiado
intransigente, en realidad,demasiado intransigente para lo que a la
gente le conviene. No puedo olvidar tan pronto como debera
lasinsensateces
y los vicios ajenos, ni las ofensas que contra m se hacen. Mis
sentimientos
no se borran pormuchos esfuerzos que se hagan para cambiarlos.
Quiz se me pueda acusar de rencoroso. Cuando pierdo labuena
opinin
que tengo sobre alguien, es para siempre.se es realmente un
defecto
replic Elizabeth. El rencor implacable es verdaderamente
unasombra
en un carcter. Pero ha elegido usted muy bien su defecto. No
puedo rerme de l. Por mi parte, estusted a salvo.Creo que en todo
individuo hay cierta tendencia a un determinado mal, a un defecto
innato,
queni siquiera la mejor educacin puede vencer.Y ese defecto es la
propensin a odiar a todo el mundo.Y el suyo respondi l con una
sonrisa es el interpretar mal a todo el mundointencionadamente.
Oigamos un poco de msica propuso la seorita Bingley, cansada
de
unaconversacin en la que no tomaba parte. Louisa, no te importar
que despierte al seor Hurst?Su hermana no opuso la ms mnima
objecin,
y abri el piano; a Darcy, despus de unosmomentos de recogimiento,
no le pes. Empezaba a sentir el peligro de prestarle demasiada
atencin aElizabeth.CAPTULO XIIDe acuerdo con su hermana,
Elizabeth
escribi a su madre a la maana siguiente, pidindole queles mandase
el coche aquel mismo da. Pero la seora Bennet haba calculado
que sus hijas estaran enNetherfield hasta el martes en que hara una
semana
justa que Jane haba llegado all, y no estaba dispuestaa que regresara
antes de la fecha citada. As, pues, su respuesta no fue muy favorable
o, por lo menos, nofue la respuesta que Elizabeth hubiera deseado,
pues estaba impaciente por volver a su casa. La seoraBennet les
contest
que no le era posible enviarles el coche antes del martes; en la posdata
aada que si elseor Bingley y su hermana les insistan para que se
quedasen
ms tiempo, no lo dudasen, pues poda pasarmuy bien sin ellas.
Sin embargo, Elizabeth estaba dispuesta a no seguir all por mucho que
se lo pidieran;temiendo, al contrario, resultar molestas por quedarse
ms
37
tiempo innecesariamente, rog a Jane que lepidiese el coche a Bingley
en
seguida; y, por ltimo, decidieron exponer su proyecto de salir de
Netherfieldaquella misma maana y pedir que les prestasen el coche.La
noticia provoc muchas manifestaciones de preocupacin; les
expresaron
reiteradamente sudeseo de que se quedasen por los menos hasta el da
siguiente, y no hubo ms remedio que demorar laLibrodot Orgullo y
prejuicio Jane AustenLibrodot2929marcha hasta entonces. A la seorita
Bingley le pes despus haber propuesto la demora, porque los celos
yla
antipata que senta por una de las hermanas era muy superior al afecto
que senta por la otra.Al seor de la casa le caus mucha tristeza el
saber
que se iban a ir tan pronto, e intentinsistentemente convencer a Jane
de
que no sera bueno para ella, porque todava no estaba
totalmenterecuperada;
pero Jane era firme cuando saba que obraba como deba.A
Darcy le pareci bien la noticia. Elizabeth haba estado ya bastante
tiempo
en Netherfield. Leatraa ms de lo que l quera y la seorita Bingley
era descorts con ella, y con l ms molesta que nunca.Se propuso
tener
especial cuidado en que no se le escapase ninguna seal de admiracin
ni nada quepudiera hacer creer a Elizabeth que tuviera ninguna
influencia
en su felicidad. Consciente de que podahaber sugerido semejante
idea, su comportamiento durante el ltimo da deba ser decisivo
paraconfirmrsela
o quitrsela de la cabeza. Firme en su propsito, apenas le
dirigi diez palabras en todo elsbado y, a pesar de que los dejaron
solos
durante media hora, se meti de lleno en su libro y ni siquiera lamir.El
domingo, despus del oficio religioso de la maana, tuvo lugar la
separacin
tan grata para casitodos. La cortesa de la seorita Bingley con
Elizabeth
aument rpidamente en el ltimo momento, ascomo su afecto por
Jane. Al despedirse, despus de asegurar a esta ltima el placer que
siempre le daraverla tanto en Longbourn como en Netherfield y darle
un tierno abrazo, a la primera slo le dio la mano.Elizabeth se despidi
de todos con el espritu ms alegre que nunca.La madre no fue muy
cordial
al darles la bienvenida. No entenda por qu haban regresado
tanpronto
y les dijo que hacan muy mal en ocasionarle semejante contrariedad,
estaba segura de que Janehaba cogido fro otra vez. Pero el padre,
aunque era muy lacnico al expresar la alegra, estabaverdaderamente
contento de verlas. Se haba dado cuenta de la importancia que tenan
en
el crculofamiliar. Las tertulias de la noche, cuando se reunan todos,
haban
perdido la animacin e incluso elsentido con la ausencia de Jane y
Elizabeth.Hallaron a Mary, como de costumbre, enfrascada en el
estudio
profundo de la naturaleza humana;tenan que admirar sus nuevos
resmenes
y escuchar las observaciones que haba hecho recientementesobre
38
una moral muy poco convincente. Lo que Catherine y Lydia tenan que
contarles era muy distinto. Sehaban hecho y dicho muchas cosas en el
regimiento desde el mircoles anterior; varios oficiales habancenado
recientemente
con su to, un soldado haba sido azotado, y corra el rumor
de que el coronel Forsteriba a casarse.CAPTULO XIIIEspero, querida
dijo el seor Bennet a su esposa; mientras desayunaban a la maana
siguiente,
que hayas preparado una buena comida, porque tengo motivos
para pensar que hoy se sumar uno ms anuestra mesa.A quin te
refieres,
querido? No tengo noticia de que venga nadie, a no ser que a
CharlotteLucas se le ocurra visitarnos, y me parece que mis comidas
son
lo bastante buenas para ella. No creo que ensu casa sean mejores.La
persona de la que hablo es un caballero, y forastero.Los ojos de la
seora
Bennet relucan como chispas.Un caballero y forastero? Es el seor
Bingley, no hay duda. Por qu nunca dices ni palabra deestas cosas,
Jane?
Qu cuca eres! Bien, me alegrar mucho de verlo. Pero, Dios mo,
qu mala suerte!Hoy no se puede conseguir ni un poco de pescado.
Lydia,
cario, toca la campanilla; tengo que hablar conHill al instante.
Comment: un soldado habasido azotado : La flagelacin erauna
forma habitual de castigar alos soldados de ms bajo rango delejrcito.
Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot3030No es el seor
Bingley dijo su esposo; se trata de una persona que no he visto en
mi
vida.Estas palabras despertaron el asombro general; y l tuvo el placer
de ser interrogado ansiosamente por sumujer y sus cinco hijas a la
vez.Despus de divertirse un rato, excitando su curiosidad, les explic:

Hace un mes recib esta carta, y la contest hace unos quince das,
porque pens que se tratabade un tema muy delicado y necesitaba
tiempo
para reflexionar. Es de mi primo, el seor Collins, el que,cuando yo
me muera, puede echaros de esta casa en cuanto le apetezca.Oh,
querido!
se lament su esposa. No puedo soportar or hablar del tema.
No mencionesa ese hombre tan odioso. Es lo peor que te puede pasar
en
el mundo, que tus bienes no los puedan heredartus hijas. De haber sido
t, hace mucho tiempo que yo habra hecho algo al respecto.Jane y
Elizabeth
intentaron explicarle por qu no les perteneca la herencia. Lo haban
intentadomuchas veces, pero era un tema con el que su madre perda
totalmente la razn; y sigui quejndoseamargamente de la crueldad
que
significaba desposeer de la herencia a una familia de cinco hijas, en
favorde
un hombre que a ninguno le importaba nada.Ciertamente, es un
asunto muy injusto dijo el seor Bennet, y no hay nada que
puedaprobar
la culpabilidad del seor Collins por heredar Longbourn. Pero si
escuchas su carta, puede que sumodo de expresarse te tranquilice un
39
poco.No, no la escuchar; y, adems, me parece una impertinencia
que
te escriba, y una hipocresa.No soporto a esos falsos amigos. Por qu
no
contina pleiteando contigo como ya lo hizo su padre?Porque parece
tener algn cargo de conciencia, como vas a or:Hunsford, cerca de
Westerham, Kent, 15 de octubre.Estimado seor:El desacuerdo
subsistente
entre usted y mi padre, recientemente fallecido, siempre me ha
hechosentir
cierta inquietud, y desde que tuve la desgracia de perderlo, he
deseado zanjar el asunto, pero durantealgn tiempo me retuvieron las
dudas, temiendo ser irrespetuoso a su memoria, al ponerme en
buenostrminos
con alguien con el que l siempre estaba en discordia, tan poco
tiempo despus de su muerte. Peroahora ya he tomado una decisin
sobre
el tema, por haber sido ordenado en Pascua, ya que he tenido lasuerte
de ser distinguido con el patronato de la muy honorable lady Catherine
de Bourgh, viuda de sirLewis de Bourgh, cuya generosidad y
beneficencia
me ha elegido a m para hacerme cargo de la estimadarectora de
su parroquia, donde mi ms firme propsito ser servir a Su Seora
con
gratitud y respeto, yestar siempre dispuesto a celebrar los ritos y
ceremonias
instituidos por la Iglesia de Inglaterra. Por otraparte, como sacerdote,
creo que es mi deber promover y establecer la bendicin de la paz en
todas lasfamilias a las que alcance mi influencia; y basndome en esto
espero
que mi presente propsito de buenavoluntad sea acogido de buen
grado, y que la circunstancia de que sea yo el heredero de Longbourn
seaolvidada
por su parte y no le lleve a rechazar la rama de olivo que le
ofrezco. No puedo sino estarpreocupado por perjudicar a sus
agradables
hijas, y suplico que se me disculpe por ello, tambin quiero darfe de mi
buena disposicin para hacer todas las enmiendas posibles de ahora en
adelante. Si no se opone arecibirme en su casa, espero tener la
satisfaccin
de visitarle a usted y a su familia, el lunes 18 denoviembre a las cuatro,
y puede que abuse de su hospitalidad hasta el sbado siguiente, cosa
que puedohacer sin ningn inconveniente, puesto que lady Catherine de
Bourgh no pondr objecin y ni siquieradesaprobara que estuviese
ausente
fortuitamente el domingo, siempre que hubiese algn otro
sacerdotedispuesto
para cumplir con las obligaciones de ese da. Le envo afectuosos
saludos para su esposa e hijas,su amigo que le desea todo
bien,William Collins.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot3131
Por lo tanto, a las cuatro es posible que aparezca este caballero
conciliador dijo el seorBennet mientras doblaba la carta. Parece
ser
un joven educado y atento; no dudo de que su amistad nosser valiosa,
especialmente si lady Catherine es tan indulgente como para dejarlo
venir
a visitarnos.Ya ves, parece que tiene sentido eso que dice sobre
40
nuestras hijas. Si est dispuesto aenmendarse, no ser yo la que lo
desanime.
Aunque es difcil observ Jane adivinar qu entiende l por
esa reparacin que cree quenos merecemos, debemos dar crdito a sus
deseos.A Elizabeth le impresion mucho aquella extraordinaria
deferencia
hacia lady Catherine y aquellasana intencin de bautizar, casar y
enterrar
a sus feligreses siempre que fuese preciso.Debe ser un poco raro
dijo. No puedo imaginrmelo. Su estilo es algo pomposo. Y
ququerr
decir con eso de disculparse por ser el heredero de Longbourn?
Supongo
que no tratara de evitarlo,si pudiese. Pap, ser un hombre astuto?
No, querida, no lo creo. Tengo grandes esperanzas de que sea lo
contrario. Hay en su carta unamezcla de servilismo y presuncin que lo
afirma. Estoy impaciente por verle.En cuanto a la redaccin dijo
Mary, su carta no parece tener defectos. Eso de la rama deolivo no
es
muy original, pero, as y todo, se expresa bien.A Catherine y a Lydia, ni
la carta ni su autor les interesaban lo ms mnimo. Era
prcticamenteimposible
que su primo se presentase con casaca escarlata, y haca ya unas
cuantas semanas que no sentanagrado por ningn hombre vestido de
otro color. En lo que a la madre respecta, la carta del seor Collinshaba
extinguido su rencor, y estaba preparada para recibirle con tal
moderacin
que dejara perplejos a sumarido y a sus hijas.El seor Collins lleg
puntualmente a la hora anunciada y fue acogido con gran cortesa por
todala familia. El seor Bennet habl poco, pero las seoras estaban
muy
dispuestas a hablar, y el seor Collinsno pareca necesitar que le
animasen
ni ser aficionado al silencio. Era un hombre de veinticinco aos deedad,
alto, de mirada profunda, con un aire grave y esttico y modales
ceremoniosos.
A poco de habersesentado, felicit a la seora Bennet por tener
unas hijas tan hermosas; dijo que haba odo hablar mucho desu
belleza,
pero que la fama se haba quedado corta en comparacin con la
realidad;
y aadi que nodudaba que a todas las vera casadas a su debido
tiempo. La galantera no fue muy del agrado de todas lasoyentes; pero
la
seora Bennet, que no se andaba con cumplidos, contest en seguida:

Es usted muy amable y deseo de todo corazn que sea como usted
dice, pues de otro modoquedaran las pobres bastante desamparadas,
en
vista de la extraa manera en que estn dispuestas lascosas.Alude
usted,
quiz, a la herencia de esta propiedad?Ah! En efecto, seor. No
me negar usted que es una cosa muy penosa para mis hijas. No
leculpo;
ya sabe que en este mundo estas cosas son slo cuestin de suerte.
Nadie
tiene nocin de qu va apasar con las propiedades una vez que tienen
que ser heredadas.Siento mucho el infortunio de sus lindas hijas;
pero
voy a ser cauto, no quiero adelantarme yparecer precipitado. Lo que s
41
puedo asegurar a estas jvenes, es que he venido dispuesto a
admirarlas.
Demomento, no dir ms, pero quiz, cuando nos conozcamos mejor
Le interrumpieron para invitarle a pasar al comedor; y las muchachas se
sonrieron entre s. No sloellas fueron objeto de admiracin del seor
Collins: examin y elogi el vestbulo, el comedor y todo elmobiliario; y
las ponderaciones que de todo haca, habran llegado al corazn de la
seora
Bennet, si nofuese porque se mortificaba pensando que Collins vea
todo aquello como su futura propiedad. Tambinelogi la cena y suplic
se le dijera a cul de sus hermosas primas corresponda el mrito de
haberlapreparado.
Pero aqu, la seora Bennet le ataj sin miramiento dicindole
que sus medios le permitan teneruna buena cocinera y que sus
hijas no tenan nada que hacer en la cocina. El se disculp por
haberlaLibrodot
Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot3232molestado y ella, en
tono muy suave, le dijo que no estaba nada ofendida. Pero Collins
continuexcusndose
casi durante un cuarto de hora.CAPTULO XIVEl seor
Bennet apenas habl durante la cena; pero cuando ya se haban
retirado
los criados, creyque haba llegado el momento oportuno para
conversar
con su husped. Comenz con un tema que creasera de su agrado, y
le
dijo que haba tenido mucha suerte con su patrona. La atencin de lady
Catherine deBourgh a sus deseos y su preocupacin por su bienestar
eran extraordinarios. El seor Bennet no pudohaber elegido nada mejor.
El seor Collins hizo el elogio de lady Catherine con gran elocuencia. El
temaelev la solemnidad usual de sus maneras, y, dndose mucha
importancia,
afirm que nunca haba visto uncomportamiento como el suyo
en una persona de su alcurnia ni tal afabilidad y condescendencia. Se
habadignado dar su aprobacin a los dos sermones que ya haba
tenido
el honor de pronunciar en su presencia;le haba invitado a comer dos
veces
en Rosings, y el mismo sbado anterior mand a buscarle para
quecompletase
su partida de cuatrillo durante la velada. Conoca a muchas
personas que tenan a ladyCatherine por orgullosa, pero l no haba
visto
nunca en ella ms que afabilidad. Siempre le habl como lohara a
cualquier
otro caballero; no se opona a que frecuentase a las personas de la
vecindad, ni a queabandonase por una o dos semanas la parroquia a fin
de ir a ver a sus parientes. Siempre tuvo a bienrecomendarle que se
casara
cuanto antes con tal de que eligiese con prudencia, y le haba ido a
visitar
a suhumilde casa, donde aprob todos los cambios que l haba hecho,
llegando hasta sugerirle alguno ellamisma, como, por ejemplo, poner
algunas repisas en los armarios de las habitaciones de arriba.Todo
eso est muy bien y es muy corts por su parte coment la seora
Bennet.
Debe seruna mujer muy agradable. Es una pena que las grandes
42
damas en general no se parezcan mucho a ella.Vive cerca de usted?

Rosings Park, residencia de Su Seora, est slo separado por un


camino de la finca en la queest ubicada mi humilde casa.Creo que
dijo
usted que era viuda. Tiene familia?No tiene ms que una hija, la
heredera de Rosings y de otras propiedades extenssimas.Ay!
suspir la seora Bennet moviendo la cabeza. Est en mejor
situacin
que muchasotras jvenes. Qu clase de muchacha es? Es guapa?
Es realmente una joven encantadora. La misma lady Catherine dice
que, haciendo honor a laverdad, en cuanto a belleza se refiere, supera
con mucho a las ms hermosas de su sexo; porque hay en
susfacciones
ese algo que revela en una mujer su distinguida cuna. Por desgracia es
de constitucin enfermiza,lo cual le ha impedido progresar en ciertos
aspectos
de su educacin que, a no ser por eso, seran muynotables, segn
me ha informado la seora que dirigi su enseanza y que an vive con
ellas. Pero es muyamable y a menudo tiene la bondad de pasar por mi
humilde residencia con su pequeo faetn y sus jacas.Ha sido ya
presentada
en sociedad? No recuerdo haber odo su nombre entre las damas
de lacorte.El mal estado de su salud no le ha permitido,
desafortunadamente,
ir a la capital, y por ello,como le dije un da a lady Catherine,
ha privado a la corte britnica de su ornato ms radiante. Su
Seorapareci
muy halagada con esta apreciacin; y ya pueden ustedes comprender
que me complazco endirigirles, siempre que tengo ocasin, estos
pequeos
y delicados cumplidos que suelen ser gratos a lasdamas. Ms de
una vez le he hecho observar a lady Catherine que su encantadora hija
pareca haber nacidopara duquesa y que el ms elevado rango, en vez
de
darle importancia, quedara enaltecido por ella. Estaclase de cosillas
son
las que agradan a Su Seora y me considero especialmente obligado a
tener con ellatales atenciones.Comment: Faetn: Carruajeabierto tirado
por un par decaballos.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot3333
Juzga usted muy bien dijo el seor Bennet, y es una suerte
que tenga el talento de saberadular con delicadeza. Puedo preguntarle
si esos gratos cumplidos se le ocurren espontneamente o si sonel
resultado
de un estudio previo?Normalmente me salen en el momento, y
aunque a veces me entretengo en meditar y prepararestos pequeos y
elegantes cumplidos para poder adaptarlos en las ocasiones que se me
presenten, siempreprocuro darles un tono lo menos estudiado posible.
Las suposiciones del seor Bennet se haban confirmado. Su primo
era tan absurdo como l crea.Le escuchaba con intenso placer,
conservando,
no obstante, la ms perfecta compostura; y, a no ser poralguna
mirada que le lanzaba de vez en cuando a Elizabeth, no necesitaba que
43
nadie ms fuese partcipe desu gozo.Sin embargo, a la hora del t ya
haba
tenido bastante, y el seor Bennet tuvo el placer de llevar asu husped
de nuevo al saln. Cuando el t hubo terminado, le invit a que leyese
algo en voz alta a lasseoras. Collins accedi al punto y trajeron un
libro;
pero en cuanto lo vio se notaba en seguida que erade una biblioteca
circulante se detuvo, pidi que le perdonaran y dijo que jams lea
novelas. Kitty lemir con extraeza y a Lydia se le escap una
exclamacin.
Le trajeron otros volmenes y tras algunasdudas eligi los sermones
de Fordyce. No hizo ms que abrir el libro y ya Lydia empez a
bostezar,
y antesde que Collins, con montona solemnidad, hubiese ledo
tres pginas, la muchacha le interrumpi diciendo:Sabes, mam,
que
el to Phillips habla de despedir a Richard? Y si lo hace, lo contratar
elcoronel
Forster. Me lo dijo la ta el sbado. Ir maana a Meryton para
enterarme de ms y para preguntarcundo viene de la ciudad el seor
Denny.Las dos hermanas mayores le rogaron a Lydia que se callase,
pero
Collins, muy ofendido, dej ellibro y exclam:Con frecuencia he
observado
lo poco que les interesan a las jvenes los libros de temas serios,
apesar de que fueron escritos por su bien. Confieso que me asombra,
pues no puede haber nada tan ventajosopara ellas como la instruccin.
Pero no quiero seguir importunando a mi primita.Se dirigi al seor
Bennet y le propuso una partida de backgammon. El seor Bennet
acept
eldesafo y encontr que obraba muy sabiamente al dejar que las
muchachas
se divirtiesen con susfrivolidades. La seora Bennet y sus hijas se
deshicieron en disculpas por la interrupcin de Lydia y leprometieron
que ya no volvera a suceder si quera seguir leyendo. Pero Collins les
asegur que no estabaenojado con su prima y que nunca podra
interpretar
lo que haba hecho como una ofensa; y, sentndose enotra mesa con
el seor Bennet, se dispuso a jugar al backgammon.CAPTULO XVEl
seor
Collins no era un hombre inteligente, y a las deficiencias de su
naturaleza
no las habaayudado nada ni su educacin ni su vida social. Pas
la mayor parte de su vida bajo la autoridad de unpadre inculto y avaro; y
aunque fue a la universidad, slo permaneci en ella los cursos
meramentenecesarios
y no adquiri ningn conocimiento verdaderamente til.
La sujecin con que le haba educadosu padre, le haba dado, en
principio,
gran humildad a su carcter, pero ahora se vea contrarrestada por
unavanidad obtenida gracias a su corta inteligencia, a su vida retirada y
a los sentimientos inherentes a unarepentina e inesperada prosperidad.
Una afortunada casualidad le haba colocado bajo el patronato de
ladyCatherine de Bourgh, cuando qued vacante la rectora de
Hunsford,
y su respeto al alto rango de la seoray la veneracin que le
44
inspiraba por ser su patrona, unidos a un gran concepto de s mismo, a
su autoridadde clrigo y a sus derechos de rector, le haban convertido
en una mezcla de orgullo y servilismo, depresuncin y modestia.Puesto
que ahora ya posea una buena casa y unos ingresos ms que
suficientes,
Collins estabapensando en casarse. En su reconciliacin con la familia
de
Longbourn, buscaba la posibilidad de realizarComment: Biblioteca
circulante:
Tales bibliotecas estaban de modaen el siglo XVIII y a menudoservan
de lugares de encuentropara la gente ociosa. Erancosteadas por las
cuotas quepagaban sus socios. En aqueltiempo los libros eran muy
caros
yno existan bibliotecas pblicas.Las bibliotecas circulantes eran elnico
recurso que tena la gente demedios limitados para acceder alibros
nuevos.
Comment: Los sermones deFordyce: Se refiere a lossermones del
reverendo JamesFordyce (17201796), unpredicador escocs muy
conocidoque
sirvi como ministro en unaiglesia de Londres desde 1760
a1782.Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot3434su proyecto,
pues tena pensado escoger a una de las hijas, en el caso de que
resultasen
tan hermosas yagradables como se deca. ste era su plan de
enmienda,
o reparacin, por heredar las propiedades delpadre, plan que le pareca
excelente, ya que era legtimo, muy apropiado, a la par que muy
generoso
ydesinteresado por su parte.Su plan no vari en nada al verlas. El
rostro encantador de Jane le confirm sus propsitos ycorrobor todas
sus estrictas nociones sobre la preferencia que debe darse a las hijas
mayores;
y as,durante la primera velada, se decidi definitivamente por
ella. Sin embargo, a la maana siguiente tuvo quehacer una alteracin;
pues antes del desayuno, mantuvo una conversacin de un cuarto de
hora
con laseora Bennet. Empezaron hablando de su casa parroquial, lo
que le llev, naturalmente, a confesar susesperanzas de que pudiera
encontrar
en Longbourn a la que haba de ser seora de la misma.
Entrecomplacientes
sonrisas y generales estmulos, la seora Bennet le hizo
una advertencia sobre Jane: Encuanto a las hijas menores, no era ella
quien deba argumentarlo; no poda contestar positivamente, aunqueno
saba que nadie les hubiese hecho proposiciones; pero en lo referente a
Jane, deba prevenirle, aunque, alfin y al cabo, era cosa que slo a ella
le
incumba, de que posiblemente no tardara en comprometerse.Collins
slo tena que sustituir a Jane por Elizabeth; y, espoleado por la seora
Bennet, hizo elcambio rpidamente. Elizabeth, que segua a Jane en
edad
y en belleza, fue la nueva candidata.La seora Bennet se dio por
enterada,
y confiaba en que pronto tendra dos hijas casadas. Elhombre de quien
el da antes no quera ni or hablar, se convirti de pronto en el objeto
de su ms altaestimacin.El proyecto de Lydia de ir a Meryton segua
en
45
pie. Todas las hermanas, menos Mary, accedierona ir con ella. El seor
Collins iba a acompaarlas a peticin del seor Bennet, que tena ganas
de deshacersede su pariente y tener la biblioteca slo para l; pues all
le
haba seguido el seor Collins despus deldesayuno y all continuara,
aparentemente ocupado con uno de los mayores folios de la coleccin,
aunque,en realidad, hablando sin cesar al seor Bennet de su casa y de
su jardn de Hunsford. Tales cosas ledescomponan enormemente. La
biblioteca
era para l el sitio donde saba que poda disfrutar de su tiempolibre
con tranquilidad. Estaba dispuesto, como le dijo a Elizabeth, a soportar
la estupidez y el engreimientoen cualquier otra habitacin de la
casa, pero en la biblioteca quera verse libre de todo eso. As es
queemple
toda su cortesa en invitar a Collins a acompaar a sus hijas en su
paseo; y Collins, a quien se ledaba mucho mejor pasear que leer, vio el
cielo abierto. Cerr el libro y se fue.Y entre pomposas e insulsas frases,
por su parte, y corteses asentimientos, por la de sus primas,pas el
tiempo
hasta llegar a Meryton. Desde entonces, las hermanas menores ya no
le prestaron atencin.No tenan ojos ms que para buscar oficiales por
las
calles. Y a no ser un sombrero verdaderamenteelegante o una muselina
realmente nueva, nada poda distraerlas.Pero la atencin de todas las
damiselas
fue al instante acaparada por un joven al que no habanvisto antes,
que tena aspecto de ser todo un caballero, y que paseaba con un oficial
por el lado opuesto dela calle. El oficial era el seor Denny en persona,
cuyo regreso de Londres haba venido Lydia a averiguar,y que se inclin
para saludarlas al pasar. Todas se quedaron impresionadas con el
porte del forastero y sepreguntaban quin podra ser. Kitty y Lydia,
decididas
a indagar, cruzaron la calle con el pretexto de quequeran comprar
algo en la tienda de enfrente, alcanzando la acera con tanta fortuna que,
en ese precisomomento, los dos caballeros, de vuelta, llegaban
exactamente
al mismo sitio. El seor Denny se dirigidirectamente a ellas y les
pidi que le permitiesen presentarles a su amigo, el seor Wickham,
que
habavenido de Londres con l el da anterior, y haba tenido la bondad
de aceptar un destino en el Cuerpo. Estoya era el colmo, pues
pertenecer
al regimiento era lo nico que le faltaba para completar su encanto.
Suaspecto
deca mucho en su favor, era guapo y esbelto, de trato muy afable.
Hecha la presentacin, el seorWickham inici una conversacin con
mucha soltura, con la ms absoluta correccin y sin pretensiones.An
estaban
todos all de pie charlando agradablemente, cuando un ruido de
caballos atrajo su atencin yvieron a Darcy y a Bingley que, en sus
cabalgaduras,
venan calle abajo. Al distinguir a las jvenes en elgrupo, los
dos caballeros fueron hacia ellas y empezaron los saludos de rigor.
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Bingley habl ms que nadiey Jane era el objeto principal de su
conversacin.
En ese momento, dijo, iban de camino a Longbourn parasaber cmo
se encontraba; Darcy lo corrobor con una inclinacin; y estaba
procurando
no fijar su miradaen Elizabeth, cuando, de repente, se quedaron
paralizados al ver al forastero. A Elizabeth, que vio elLibrodot Orgullo y
prejuicio Jane AustenLibrodot3535semblante de ambos al mirarse, le
sorprendi
mucho el efecto que les haba causado el encuentro. Los doscambiaron
de calor, uno se puso plido y el otro colorado. Despus de una
pequea vacilacin, Wickham sellev la mano al sombrero, a cuyo
saludo
se dign corresponder Darcy. Qu podra significar aquello?
Eraimposible
imaginarlo, pero era tambin imposible no sentir una gran curiosidad
por saberlo.Un momento despus, Bingley, que pareci no haberse
enterado de lo ocurrido, se despidi ysigui adelante con su amigo.
Denny y Wickham continuaron paseando con las muchachas hasta
llegar a la puerta de la casa delseor Philips, donde hicieron las
correspondientes
reverencias y se fueron a pesar de los insistentes ruegosde
Lydia para que entrasen y a pesar tambin de que la seora Philips
abri
la ventana del vestbulo y seasom para secundar a voces la invitacin.
La seora Philips siempre se alegraba de ver a sus sobrinas. Las dos
mayores fueron especialmentebien recibidas debido a su reciente
ausencia.
Les expres su sorpresa por el rpido regreso a casa, del quenada
habra
sabido, puesto que no volvieron en su propio coche, a no haberse
dado la casualidad deencontrarse con el mancebo del doctor Jones,
quien
le dijo que ya no tena que mandar ms medicinas aNetherfield porque
las seoritas Bennet se haban ido. Entonces Jane le present al seor
Collins
a quiendedic toda su atencin. Le acogi con la ms exquisita cortesa,
a la que Collins correspondi con msfinura an, disculpndose
por haberse presentado en su casa sin que ella hubiese sido
advertidapreviamente,
aunque l se senta orgulloso de que fuese el parentesco
con sus sobrinas lo que justificabadicha intromisin. La seora Philips
se
qued totalmente abrumada con tal exceso de buena educacin.Pero
pronto tuvo que dejar de lado a este forastero, por las exclamaciones y
preguntas relativas al otro. Laseora Philips no poda decir a sus
sobrinas
ms de lo que ya saban: que el seor Denny lo haba trado deLondres
y que se iba a quedar en la guarnicin del condado con el grado de
teniente. Agreg que lo habaestado observando mientras paseaba por
la
calle; y si el seor Wickham hubiese aparecido entonces,tambin Kitty y
Lydia se habran acercado a la ventana para contemplarlo, pero por
desgracia,
en aquellosmomentos no pasaban ms que unos cuantos oficiales
que, comparados con el forastero, resultaban unossujetos estpidos y
47
desagradables. Algunos de estos oficiales iban a cenar al da siguiente
con los Philips,y la ta les prometi que le dira a su marido que visitase
a
Wickham para que lo invitase tambin a l, si lafamilia de Longbourn
quera venir por la noche. As lo acordaron, y la seora Philips les
ofreci
jugar a lalotera y tomar despus una cena caliente. La perspectiva de
semejantes
delicias era magnfica, y las chicasse fueron muy contentas. Collins
volvi a pedir disculpas al salir, y se le asegur que no eran necesarias.
De camino a casa, Elizabeth le cont a Jane lo sucedido entre los dos
caballeros, y aunque Jane loshabra defendido de haber notado algo
raro,
en este caso, al igual que su hermana, no poda explicarse
talcomportamiento.
Collins halag a la seora Bennet ponderndole los modales y la
educacin de la seora Philips.Asegur que aparte de lady Catherine y
su hija, nunca haba visto una mujer ms elegante, pues no slo
lerecibi
con la ms extremada cortesa, sino que, adems, le incluy en la
invitacin
para la prxima velada,a pesar de serle totalmente desconocido.
Claro que ya saba que deba atribuirlo a su parentesco con ellos,pero
no
obstante, en su vida haba sido tratado con tanta amabilidad.CAPTULO
XVIComo no se puso ningn inconveniente al compromiso de las
jvenes
con su ta y los reparos delseor Collins por no dejar a los seores
Bennet ni una sola velada durante su visita fueron
firmementerechazados,
a la hora adecuada el coche parti con l y sus cinco primas hacia
Meryton. Al entrar en elsaln de los Philips, las chicas tuvieron la
satisfaccin
de enterarse de que Wickham haba aceptado lainvitacin de su
to y de que estaba en la casa.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot3636Despus
de recibir esta informacin, y cuando todos haban
tomado asiento, Collins pudo observartodo a sus anchas; las
dimensiones
y el mobiliario de la pieza le causaron tal admiracin, que confes
habercredo encontrarse en el comedorcito de verano de Rosings. Esta
comparacin no despert ningnentusiasmo al principio; pero cuando la
seora Philips oy de labios de Collins lo que era Rosings y quinera su
propietaria, cuando escuch la descripcin de uno de los salones de
lady
Catherine y supo que slo lachimenea haba costado ochocientas libras,
apreci todo el valor de aquel cumplido y casi no le habramolestado
que
hubiese comparado su saln con la habitacin del ama de llaves de los
Bourgh.Collins se entretuvo en contarle a la seora Philips todas las
grandezas de lady Catherine y de sumansin, haciendo mencin de vez
en cuando de su humilde casa y de las mejoras que estaba efectuando
enella, hasta que llegaron los caballeros. Collins encontr en la seora
Philips una oyente atenta cuya buenaopinin del rector aumentaba por
momentos con lo que l le iba explicando, y ya estaba pensando
48
encontrselo todo a sus vecinas cuanto antes. A las muchachas, que no
podan soportar a su primo, y que notenan otra cosa que hacer que
desear
tener a mano un instrumento de msica y examinar las imitaciones
dechina de la repisa de la chimenea, se les estaba haciendo demasiado
larga la espera. Pero por finaparecieron los caballeros. Cuando
Wickham
entr en la estancia, Elizabeth not que ni antes se habafijado en l ni
despus lo haba recordado con la admiracin suficiente. Los oficiales
de
la guarnicin delcondado gozaban en general de un prestigio
extraordinario;
eran muy apuestos y los mejores se hallabanahora en la presente
reunin. Pero Wickham, por su gallarda, por su soltura y por su airoso
andar era tansuperior a ellos, como ellos lo eran al rechoncho to
Philips,
que entr el ltimo en el saln apestando aoporto.El seor Wickham era
el hombre afortunado al que se tornaban casi todos los ojos femeninos;
yElizabeth fue la mujer afortunada a cuyo lado decidi l tomar asiento.
Wickham inici la conversacin deun modo tan agradable, a pesar de
que se limit a decir que la noche era hmeda y que
probablementellovera
mucho durante toda la estacin, que Elizabeth se dio cuenta de que
los tpicos ms comunes, mstriviales y ms manidos, pueden resultar
interesantes si se dicen con destreza.Con unos rivales como Wickham y
los dems oficiales en acaparar la atencin de las damas,Collins
pareca
hundirse en su insignificancia. Para las muchachas l no representaba
nada. Pero la seoraPhilips todava le escuchaba de vez en cuando y
se
cuidaba de que no le faltase ni caf ni pastas.Cuando se dispusieron las
mesas de juego, Collins vio una oportunidad para devolverle
susatenciones,
y se sent a jugar con ella al whist.Conozco poco este juego, ahora
le dijo, pero me gustara aprenderlo mejor, debido a misituacin en
la vida.La seora Philips le agradeci su condescendencia, pero no
pudo
entender aquellas razones.Wickham no jugaba al whist y fue recibido
con verdadero entusiasmo en la otra mesa, entreElizabeth y Lydia. Al
principio pareci que haba peligro de que Lydia lo absorbiese por
completo,
porquele gustaba hablar por los codos, pero como tambin era
muy aficionada a la lotera, no tard en centrar todosu inters en el
juego
y estaba demasiado ocupada en apostar y lanzar exclamaciones
cuando
tocaban lospremios, para que pudiera distraerse en cualquier otra cosa.
Como todo el mundo estaba concentrado en eljuego, Wickham poda
dedicar
el tiempo a hablar con Elizabeth, y ella estaba deseando escucharle,
aunqueno tena ninguna esperanza de que le contase lo que a ella ms
le
apeteca saber, la historia de su relacincon Darcy. Ni siquiera se
atrevi
a mencionar su nombre. Sin embargo, su curiosidad qued satisfecha
deun modo inesperado. Fue el mismo seor Wickham el que empez el
49
tema. Pregunt qu distancia haba deMeryton a Netherfield, y despus
de or la respuesta de Elizabeth y de unos segundos de titubeo,
quisosaber
tambin cunto tiempo haca que estaba all el seor Darcy.Un mes
aproximadamente contest Elizabeth.Y con ansia de que no acabase
ah el tema, aadi:Creo que ese seor posee grandes propiedades
en
Derbyshire.Comment: slo la chimeneahaba cortado Soo libras:
Serefiere
a la pieza exterior de lachimenea, que desde el siglo XVIhasta el
XVIII solan seresculpidas por expertos artesanos;las ms antiguas, en
madera, y lasdel siglo XVIII, en mrmol.Muchas de estas chimeneas
seconservan
ahora como antigedadesvaliosas en museos o encolecciones
particulares.Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot3737S
repuso Wickham, su hacienda es importante, le proporciona diez
mil libras anuales.Nadie mejor que yo podra darle a usted informes
autnticos
acerca del seor Darcy, pues he estadoparticularmente relacionado
con su familia desde mi infancia.Elizabeth no pudo evitar demostrar
su sorpresa.Le extraar lo que digo, seorita Bennet, despus de
haber visto, como vio ustedprobablemente, la frialdad de nuestro
encuentro
de ayer. Conoce usted mucho al seor Darcy?Ms de lo que
deseara contest Elizabeth afectuosamente. He pasado cuatro
das
en lamisma casa que l y me parece muy antiptico.Yo no tengo
derecho
a decir si es o no es antiptico continu el seor Wickham. No
soy elms indicado para ello. Le he conocido durante demasiado tiempo
y demasiado bien para ser un juez justo.Me sera imposible ser
imparcial.
Pero creo que la opinin que tiene de l sorprendera a cualquiera y
puedeque
no la expresara tan categricamente en ninguna otra parte. Aqu
est usted entre los suyos.Le doy mi palabra de que lo que digo aqu
lo
dira en cualquier otra casa de la vecindad, menosen Netherfield. Darcy
ha disgustado a todo el mundo con su orgullo. No encontrar a nadie
que hable mejorde l.No puedo fingir que lo siento dijo Wickham
despus de una breve pausa. No siento que lni nadie sean
estimados
slo por sus mritos, pero con Darcy no suele suceder as. La gente se
ciega con sufortuna y con su importancia o le temen por sus
distinguidos
y soberbios modales, y le ven slo como a lse le antoja que le vean.
Pues yo, a pesar de lo poco que le conozco, le tengo por una mala
persona.Wickham se limit a mover la cabeza. Luego agreg: Me
pregunto
si pensar quedarse en estecondado mucho tiempo.No tengo ni
idea; pero no o nada de que se marchase mientras estuvo en
Netherfield.
Esperoque la presencia de Darcy no alterar sus planes de permanecer
en la guarnicin del condado.Claro que no. No ser el que me vaya
por culpa del seor Darcy, y siempre me entristece verle,pero no tengo
50
ms que una razn para esquivarle y puedo proclamarla delante de todo
el mundo: undoloroso pesar por su mal trato y por ser como es. Su
padre,
seorita Bennet, el ltimo seor Darcy, fue elmejor de los hombres y
mi mejor amigo; no puedo hablar con Darcy sin que se me parta el alma
con miltiernos recuerdos. Su conducta conmigo ha sido indecorosa;
pero
confieso sinceramente que se loperdonara todo menos que haya
frustrado
las esperanzas de su padre y haya deshonrado su memoria.Elizabeth
encontraba que el inters iba en aumento y escuchaba con sus cinco
sentidos,
pero landole delicada del asunto le impidi hacer ms preguntas.
Wickham empez a hablar de temas ms generales: Meryton, la
vecindad,
la sociedad; y parecasumamente complacido con lo que ya conoca,
hablando especialmente de lo ltimo con gentil perocomprensible
galantera.El principal incentivo de mi ingreso en la guarnicin del
condado continu Wickham fue laesperanza de estar en constante
contacto con la sociedad, y gente de la buena sociedad. Saba que era
unCuerpo muy respetado y agradable, y mi amigo Denny me tent,
adems,
describindome su actualresidencia y las grandes atenciones y
excelentes
amistades que ha encontrado en Meryton. Confieso que mehace
falta un poco de vida social. Soy un hombre decepcionado y mi estado
de nimo no soportara lasoledad. Necesito ocupacin y compaa. No
era mi intencin incorporarme a la vida militar, pero lascircunstancias
actuales me hicieron elegirla. La Iglesia debi haber sido mi profesin;
para ella meeducaron y hoy estara en posesin de un valioso rectorado
si no hubiese sido por el caballero de quienestaba hablando hace un
momento.
De veras?Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot3838
S; el ltimo seor Darcy dej dispuesto que se me presentase
para ocupar el mejor beneficioeclesistico de sus dominios. Era mi
padrino
y me quera entraablemente. Nunca podr hacer justicia a subondad.
Quera dejarme bien situado, y crey haberlo hecho; pero cuando el
puesto qued vacante, fueconcedido a otro.Dios mo! exclam
Elizabeth.
Pero cmo pudo ser eso? Cmo pudieron contradecir sutestamento?
Por qu no recurri usted a la justicia?Haba tanta informalidad
en los trminos del legado, que la ley no me hubiese dado
ningunaesperanza.
Un hombre de honor no habra puesto en duda la intencin
de dichos trminos; pero Darcyprefiri dudarlo o tomarlo como una
recomendacin
meramente condicional y afirm que yo haba perdidotodos
mis derechos por mi extravagancia e imprudencia; total que o por
uno o por otro, lo cierto es que larectora qued vacante hace dos aos,
justo cuando yo ya tena edad para ocuparla, y se la dieron a otro; yno
es
menos cierto que yo no puedo culparme de haber hecho nada para
51
merecer perderla. Tengo untemperamento ardiente, soy indiscreto y
acaso
haya manifestado mi opinin sobre Darcy algunas veces, yhasta a l
mismo, con excesiva franqueza. No recuerdo ninguna otra cosa de la
que
se me pueda acusar.Pero el hecho es que somos muy diferentes y que
l
me odia.Es vergonzoso! Merece ser desacreditado en pblico.Un
da u otro le llegar la hora, pero no ser yo quien lo desacredite.
Mientras
no pueda olvidara su padre, nunca podr desafiarle ni desenmascararlo.
Elizabeth le honr por tales sentimientos y le pareci ms atractivo
que nunca mientras losexpresaba.Pero continu despus de una
pausa, cul puede ser el motivo? Qu puede haberleinducido a
obrar
con esa crueldad?Una profunda y enrgica antipata hacia m que no
puedo atribuir hasta cierto punto ms que alos celos. Si el ltimo seor
Darcy no me hubiese querido tanto, su hijo me habra soportado mejor.
Pero elextraordinario afecto que su padre senta por m le irritaba, segn
creo, desde su ms tierna infancia. Notena carcter para resistir aquella
especie de rivalidad en que nos hallbamos, ni la preferencia que
amenudo
me otorgaba su padre.Recuerdo que un da, en Netherfield, se
jactaba
de lo implacable de sus sentimientos y de tenerun carcter que no
perdona. Su modo de ser es espantoso.No debo hablar de este tema
repuso
Wickham; me resulta difcil ser justo con l.Elizabeth reflexion
de nuevo y al cabo de unos momentos exclam:Tratar de esa
manera
al ahijado, al amigo, al favorito de su padre!Poda haber aadido: A un
joven, adems, como usted, que slo su rostro ofrece
sobradasgarantas
de su bondad. Pero se limit a decir:A un hombre que fue
seguramente
el compaero de su niez y con el que, segn creo que ustedha dicho,
le unan estrechos lazos.Nacimos en la misma parroquia, dentro
de la misma finca; la mayor parte de nuestra juventud lapasamos juntos,
viviendo en la misma casa, compartiendo juegos y siendo objeto de los
mismos cuidadospaternales. Mi padre empez con la profesin en la
que
parece que su to, el seor Philips, ha alcanzadotanto prestigio; pero lo
dej todo para servir al seor Darcy y consagr todo su tiempo a
administrar
lapropiedad de Pemberley. El seor Darcy lo estimaba mucho y
era su hombre de confianza y su ms ntimoamigo. El propio seor
Darcy reconoca a menudo que le deba mucho a la activa
superintendencia
de mipadre, y cuando, poco antes de que muriese, el seor Darcy
le prometi espontneamente encargarse de m,estoy convencido de
que
lo hizo por pagarle a mi padre una deuda de gratitud a la vez que por el
cario queme tena.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot3939
Qu extrao! exclam Elizabeth. Qu abominable! Me
asombra que el propio orgullo delseor Darcy no le haya obligado a ser
52
justo con usted. Porque, aunque slo fuese por ese motivo,
esdemasiado
orgulloso para no ser honrado; y falta de honradez es como debo llamar
a lo que ha hecho conusted.Es curioso contest Wickham, porque
casi
todas sus acciones han sido guiadas por el orgullo,que ha sido a
menudo
su mejor consejero. Para l, est ms unido a la virtud que ningn
otro sentimiento.Pero ninguno de los dos somos consecuentes; y en su
comportamiento hacia m, haba impulsos inclusoms fuertes que el
orgullo.
Es posible que un orgullo tan detestable como el suyo le haya
inducido alguna vez a haceralgn bien? S; le ha llevado con
frecuencia
a ser liberal y generoso, a dar su dinero a manos llenas, a
serhospitalario,
a ayudar a sus colonos y a socorrer a los pobres. El orgullo de familia,
su orgullo de hijo,porque est muy orgulloso de lo que era su padre,
le ha hecho actuar de este modo. El deseo de demostrarque no
desmereca
de los suyos, que no era menos querido que ellos y que no echaba a
perder la influenciade la casa de Pemberley, fue para l un poderoso
motivo.
Tiene tambin un orgullo de hermano que, unidoa algo de afecto
fraternal, le ha convertido en un amabilsimo y solcito custodio de la
seorita
Darcy, y oirdecir muchas veces que es considerado como el ms
atento y mejor de los hermanos.Qu clase de muchacha es la
seorita
Darcy?Wickham hizo un gesto con la cabeza.Quisiera poder decir
que
es encantadora. Me da pena hablar mal de un Darcy. Pero ahora
separece
demasiado a su hermano, es muy orgullosa. De nia, era muy cariosa
y
complaciente y me tena ungran afecto. Las horas que he pasado
entretenindola!
Pero ahora me es indiferente. Es una hermosamuchacha de
quince o diecisis aos, creo que muy bien educada. Desde la muerte
de
su padre vive enLondres con una institutriz.Despus de muchas pausas
y muchas tentativas de hablar de otros temas, Elizabeth no pudo
evitarvolver
a lo primero, y dijo:Lo que me asombra es su amistad con el seor
Bingley. Cmo puede el seor Bingley, que esel buen humor
personificado,
y es, estoy convencida, verdaderamente amable, tener algo que
ver con unhombre como el seor Darcy? Cmo podrn llevarse bien?
Conoce usted al seor Bingley?No, no lo conozco.Es un hombre
encantador,
amable, de carcter dulce. No debe saber cmo es en realidad
elseor Darcy.Probablemente no; pero el seor Darcy sabe cmo
agradar
cuando le apetece. No necesitaesforzarse. Puede ser una compaa
de amena conversacin si cree que le merece la pena. Entre la gente
desu
posicin es muy distinto de como es con los inferiores. El orgullo no le
abandona nunca, pero con losricos adopta una mentalidad liberal, es
justo,
sincero, razonable, honrado y hasta quiz agradable, debido enparte a
su fortuna y a su buena presencia.Poco despus termin la partida de
53
whist y los jugadores se congregaron alrededor de la otra mesa.Collins
se
situ entre su prima Elizabeth y la seora Philips. Esta ltima le hizo las
preguntas de rigor sobreel resultado de la partida. No fue gran cosa;
haba
perdido todos los puntos. Pero cuando la seora Philips leempez a
decir cunto lo senta, Collins le asegur con la mayor gravedad que no
tena ningunaimportancia y que para l el dinero era lo de menos,
rogndole
que no se inquietase por ello.S muy bien, seora le dijo, que
cuando uno se sienta a una mesa de juego ha de someterseal azar, y
afortunadamente
no estoy en circunstancias de tener que preocuparme por
cinco chelines.Indudablemente habr muchos que no puedan decir lo
mismo, pero gracias a lady Catherine de Bourghestoy lejos de tener que
dar importancia a tales pequeeces.A Wickham le llam la atencin, y
despus de observar a Collins durante unos minutos lepregunt en voz
baja a Elizabeth si su pariente era amigo de la familia de
Bourgh.Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot4040Lady
Catherine de Bourgh le ha dado hace poco una rectora contest.
No
s muy bien quinlos present, pero no hace mucho tiempo que la
conoce.
Supongo que sabe que lady Catherine de Bourghy lady Anne
Darcy eran hermanas, y que, por consiguiente, lady Catherine es ta del
actual seor Darcy.No, ni idea; no saba nada de la familia de lady
Catherine. No tena nocin de su existencia hasta hacedos das.Su
hija,
la seorita de Bourgh, heredar una enorme fortuna, y se dice que ella y
su primo unirnlas dos haciendas.Esta noticia hizo sonrer a Elizabeth al
pensar en la pobre seorita Bingley. En vano eran, pues,todas sus
atenciones,
en vano e intil todo su afecto por la hermana de Darcy y todos
los elogios que de lhaca si ya estaba destinado a otra.El seor
Collins
dijo Elizabeth habla muy bien de lady Catherine y de su hija; pero
poralgunos detalles que ha contado de Su Seora, sospecho que la
gratitud
le ciega y que, a pesar de ser suprotectora, es una mujer arrogante y
vanidosa.Creo que es ambas cosas, y en alto grado respondi
Wickham. Hace muchos aos que nola veo, pero recuerdo que nunca
me gust y que sus modales eran autoritarios e insolentes. Tiene fama
deser juiciosa e inteligente; pero me da la sensacin de que parte de
sus
cualidades se derivan de su rango y sufortuna; otra parte, de su
despotismo,
y el resto, del orgullo de su sobrino que cree que todo el que
estrelacionado
con l tiene que poseer una inteligencia superior.Elizabeth reconoci
que la haba retratado muy bien, y siguieron charlando juntos
hasta que lacena puso fin al juego y permiti a las otras seoras
participar
de las atenciones de Wickham. No se podaentablar una conversacin,
por el ruido que armaban los comensales del seor Philips; pero sus
54
modalesencantaron a todo el mundo. Todo lo que deca estaba bien
dicho
y todo lo que haca estaba bien hecho.Elizabeth se fue prendada de
l. De vuelta a casa no poda pensar ms que en el seor Wickham y en
todolo que le haba dicho; pero durante todo el camino no le dieron
oportunidad ni de mencionar su nombre, yaque ni Lydia ni el seor
Collins
se callaron un segundo. Lydia no paraba de hablar de la lotera, de
lo quehaba perdido, de lo que haba ganado; y Collins, con elogiar la
hospitalidad de los Philips, asegurar que nole haban importado nada
sus prdidas en el zvhist, enumerar todos los platos de la cena y
repetirconstantemente
que tema que por su culpa sus primas fuesen apretadas,
tuvo ms que decir de lo quehabra podido antes de que el carruaje
parase
delante de la casa de Longbourn.CAPTULO XVIIAl da siguiente
Elizabeth
le cont a Jane todo lo que haban hablado Wickham y ella.
Janeescuch
con asombro e inters. No poda creer que Darcy fuese tan indigno
de la estimacin de Bingley; y,no obstante, no se atreva a dudar
de la veracidad de un hombre de apariencia tan afable como
Wickham.La mera posibilidad de que hubiese sufrido semejante
crueldad
era suficiente para avivar sus ms tiernossentimientos; de modo que
no tena ms remedio que no pensar mal ni del uno ni del otro, defender
laconducta de ambos y atribuir a la casualidad o al error lo que de otro
modo no poda explicarse.Tengo la impresin deca de que
ambos
han sido defraudados, son personas, de algnmodo decepcionadas por
algo que nosotras no podemos adivinar. Quiz haya sido gente
interesada
entergiversar las cosas la que los enfrent. En fin, no podemos
conjeturar
las causas o las circunstancias quelos han separado sin que ni uno
ni otro sean culpables.Tienes mucha razn; y dime, mi querida Jane:
Qu tienes que decir en favor de esa genteinteresada que
probablemente
tuvo que ver en el asunto? Defindelos tambin, si no nos veremos
obligadasa hablar mal de alguien.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot4141
Rete de m todo lo que quieras, pero no me hars
cambiar de opinin. Querida Lizzy, ten encuenta en qu lugar tan
deshonroso sita al seor Darcy; tratar as al favorito de su padre, a
alguien
al quel haba prometido darle un porvenir. Es imposible. Nadie
medianamente
bueno, que aprecie algo el valorde su conducta, es capaz de
hacerlo. Es posible que sus amigos ms ntimos estn tan engaados
respectoa l? Oh, no!Creo que es ms fcil que la amistad del seor
Bingley sea impuesta que el seor Wickhamhaya inventado semejante
historia con nombres, hechos, y que la cuente con tanta naturalidad. Y
si
no esas, que sea el seor Darcy el que lo niegue. Adems, haba
sinceridad
en sus ojos.Es realmente difcil, es lamentable. Uno no sabe qu
55
pensar.Perdona; uno sabe exactamente qu pensar.Las dos jvenes
charlaban en el jardn cuando fueron a avisarles de la llegada de
algunas
de laspersonas de las que estaban justamente hablando. El seor
Bingley
y sus hermanas venan para invitarlospersonalmente al tan esperado
baile
de Netherfield que haba sido fijado para el martes siguiente. LasBingley
se alegraron mucho de ver a su querida amiga, les pareca que haba
pasado un siglo desde quehaban estado juntas y continuamente le
preguntaban
qu haba sido de ella desde su separacin. Al resto dela familia
les prestaron poca atencin, a la seora Bennet la evitaron todo lo que
les fue posible, conElizabeth hablaron muy poco y a las dems ni
siquiera
les dirigieron la palabra. Se fueron en seguida,levantndose de sus
asientos
con una rapidez que dej pasmado a su hermano, salieron con
tanta prisa queparecan estar impacientes por escapar de las
atenciones
de la seora Bennet.La perspectiva del baile de Netherfield resultaba
extraordinariamente
apetecible a todos losmiembros femeninos de la familia.
La seora Bennet lo tom como un cumplido dedicado a su hija mayory
se senta particularmente halagada por haber recibido la invitacin
del seor Bingley en persona y no atravs de una ceremoniosa tarjeta.
Jane
se imaginaba una feliz velada en compaa de sus dos amigas y conlas
atenciones del hermano, y Elizabeth pensaba con deleite en bailar todo
el tiempo con el seor Wickhamy en ver confirmada toda la historia
en las miradas y el comportamiento del seor Darcy. La felicidad
queCatherine y Lydia anticipaban dependa menos de un simple hecho
o
de una persona en particular, porque,aunque las dos, como Elizabeth,
pensaban bailar la mitad de la noche con Wickham, no era ni
muchomenos
la nica pareja que poda satisfacerlas, y, al fin y al cabo, un baile era
un baile. Incluso Mary lleg aasegurar a su familia que tampoco a ella le
disgustaba la idea de ir.Mientras pueda tener las maanas para m
dijo, me basta. No me supone ningn sacrificioaceptar
ocasionalmente
compromisos para la noche. Todos nos debemos a la sociedad, y
confieso que soyde los que consideran que los intervalos de recreo y
esparcimiento
son recomendables para todo el mundo.Elizabeth estaba tan
animada por la ocasin, que a pesar de que no sola hablarle a Collins
ms quecuando era necesario, no pudo evitar preguntarle si tena
intencin
de aceptar la invitacin del seorBingley y si as lo haca, si le pareca
procedente asistir a fiestas nocturnas. Elizabeth se qued
sorprendidacuando
le contest que no tena ningn reparo al respecto, y que no tema
que el arzobispo ni ladyCatherine de Bourgh le censurasen por
aventurarse al baile.Le aseguro que en absoluto creo dijo que un
baile como ste, organizado por hombre decategora para gente
56
respetable, pueda tener algo de malo. No tengo ningn inconveniente
en
bailar yespero tener el honor de hacerlo con todas mis bellas primas.
Aprovecho ahora esta oportunidad parapedirle, precisamente a usted,
seorita Elizabeth, los dos primeros bailes, preferencia que confo que
miprima Jane sepa atribuir a la causa debida, y no a un desprecio hacia
ella.Elizabeth se qued totalmente desilusionada. Ella que se haba
propuesto
dedicar esos dos bailestan especiales al seor Wickham! Y ahora
tena que bailarlos con el seor Collins! Haba elegido malmomento
para
ponerse tan contenta. En fin, qu poda hacer? No le quedaba ms
remedio
que dejar sudicha y la de Wickham para un poco ms tarde y
aceptar la propuesta de Collins con el mejor nimoposible. No le hizo
ninguna gracia su galantera porque detrs de ella se esconda algo
ms.
Por primera vezse le ocurri pensar que era ella la elegida entre todas
las
hermanas para ser la seora de la casa parroquialde Hunsford y para
asistir a las partidas de cuatrillo de Rosings en ausencia de visitantes
ms
selectos. EstaLibrodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot4242idea
no tard en convertirse en conviccin cuando observ las crecientes
atenciones
de Collins para conella y oy sus frecuentes tentativas de elogiar
su ingenio y vivacidad. Aunque a ella, el efecto que causabansus
encantos
en este caso, ms que complacerla la dejaba atnita, su madre pronto
le dio a entender que laposibilidad de aquel matrimonio le agradaba en
exceso. Sin embargo, Elizabeth prefiri no darse poraludida, porque
estaba
segura de que cualquier rplica tendra como consecuencia una seria
discusin.Probablemente el seor Collins nunca le hara semejante
proposicin,
y hasta que lo hiciese era una prdidade tiempo discutir por
l.Si no hubiesen tenido que hacer los preparativos para el baile de
Netherfield, las Bennet menoreshabran llegado a un estado digno de
compasin, ya que desde el da de la invitacin hasta el del baile lalluvia
no ces un momento, impidindoles ir ni una sola vez a Meryton. Ni ta,
ni oficiales, ni chismes quecontar. Incluso los centros de rosas para el
baile
de Netherfield tuvieron que hacerse por encargo. La mismaElizabeth
vio su paciencia puesta a prueba con aquel mal tiempo que suspendi
totalmente
los progresos desu amistad con Wickham. Slo el baile del martes
pudo hacer soportable a Catherine y a Lydia un viernes,sbado,
domingo
y lunes como aquellos.CAPTULO XVIIIHasta que Elizabeth entr
en el saln de Netherfield y busc en vano entre el grupo de
casacasrojas
all reunidas a Wickham, no se le ocurri pensar que poda no hallarse
entre los invitados. La certezade encontrarlo le haba hecho olvidarse
de lo que con razn la habra alarmado. Se haba acicalado con
msesmero
que de costumbre y estaba preparada con el espritu muy alto
57
para conquistar todo lo quepermaneciese indmito en su corazn,
confiando
que era el mejor galardn que podra conseguir en elcurso de la
velada. Pero en un instante le sobrevino la horrible sospecha de que
Wickham poda haber sidoomitido de la lista de oficiales invitados de
Bingley para complacer a Darcy. se no era exactamente elcaso. Su
ausencia
fue definitivamente confirmada por el seor Denny, a quien Lydia
se dirigiansiosamente, y quien les cont que el seor Wickham se
haba
visto obligado a ir a la capital para resolverunos asuntos el da antes y
no
haba regresado todava. Y con una sonrisa significativa aadi:No
creo que esos asuntos le hubiesen retenido precisamente hoy, si no
hubiese
querido evitarencontrarse aqu con cierto caballero.Lydia no oy estas
palabras, pero Elizabeth s; aunque su primera sospecha no haba sido
cierta,Darcy era igualmente responsable de la ausencia de Wickham,
su antipata hacia el primero se exasper detal modo que apenas pudo
contestar con cortesa a las amables preguntas que Darcy le hizo al
acercarse
aella poco despus. Cualquier atencin o tolerancia hacia Darcy
significaba una injuria para Wickham.Decidi no tener ninguna
conversacin
con Darcy y se puso de un humor que ni siquiera pudo disimular
alhablar con Bingley, pues su ciega parcialidad la irritaba.Pero el mal
humor
no estaba hecho para Elizabeth, y a pesar de que estropearon todos
sus planespara la noche, se le pas pronto. Despus de contarle sus
penas
a Charlotte Lucas, a quien haca unasemana que no vea, pronto se
encontr con nimo para transigir con todas las rarezas de su primo y
sedirigi
a l. Sin embargo, los dos primeros bailes le devolvieron la angustia,
fueron como una penitencia. Elseor Collins, torpe y solemne,
disculpndose
en vez de atender al comps, y perdiendo el paso sin darsecuenta,
le daba toda la pena y la vergenza que una pareja desagradable puede
dar en un par de bailes.Librarse de l fue como alcanzar el xtasis.
Despus tuvo el alivio de bailar con un oficial con el que pudo hablar
del seor Wickham,enterndose de que todo el mundo le apreciaba. Al
terminar este baile, volvi con Charlotte Lucas, yestaban charlando,
cuando de repente se dio cuenta de que el seor Darcy se haba
acercado
a ella y leestaba pidiendo el prximo baile, la cogi tan de sorpresa que,
sin saber qu haca, acept. Darcy se fueacto seguido y ella, que se
haba
puesto muy nerviosa, se qued all deseando recuperar la calma.
Charlottetrat
de consolarla.Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot4343
A lo mejor lo encuentras encantador.No lo quiera Dios! sa
sera la mayor de todas las desgracias. Encontrar encantador a
unhombre
que debe ser odiado! No me desees tanto mal.Cuando se reanud el
baile, Darcy se le acerc para tomarla de la mano, y Charlotte no pudo
58
evitaradvertirle al odo que no fuera una tonta y que no dejase que su
capricho
por Wickham le hiciese parecerantiptica a los ojos de un hombre
que vala diez veces ms que l. Elizabeth no contest. Ocup su
lugaren
la pista, asombrada por la dignidad que le otorgaba el hallarse frente a
frente con Darcy, leyendo en losojos de todos sus vecinos el mismo
asombro al contemplar el acontecimiento. Estuvieron un rato sin
decirpalabra;
Elizabeth empez a pensar que el silencio iba a durar hasta el final
de los dos bailes. Al principioestaba decidida a no romperlo, cuando
de pronto pens que el peor castigo para su pareja sera obligarle
ahablar,
e hizo una pequea observacin sobre el baile. Darcy contest y volvi
a quedarse callado. Despusde una pausa de unos minutos, Elizabeth
tom la palabra por segunda vez y le dijo:Ahora le toca a usted decir
algo, seor Darcy. Yo ya he hablado del baile, y usted debera
haceralgn
comentario sobre las dimensiones del saln y sobre el nmero de
parejas.
l sonri y le asegur que dira todo lo que ella desease escuchar.
Muy bien. No est mal esa respuesta de momento. Quiz poco a
poco me convenza de que losbailes privados son ms agradables que
los
pblicos; pero ahora podemos permanecer callados.Acostumbra
usted
a hablar mientras baila?Algunas veces. Es preciso hablar un poco,
no cree? Sera extrao estar juntos durante mediahora sin decir ni una
palabra. Pero en atencin de algunos, hay que llevar la conversacin de
modo que nose vean obligados a tener que decir ms de lo preciso.
Se
refiere a usted misma o lo dice por m?Por los dos replic Elizabeth
con coquetera, pues he encontrado un gran parecido ennuestra
forma
de ser. Los dos somos insociables, taciturnos y enemigos de hablar, a
menos
que esperemosdecir algo que deslumbre a todos los presentes y pase
a la posteridad con todo el brillo de un proverbio.Estoy seguro de que
usted no es as. En cuanto a m, no sabra decirlo. Usted, sin duda, cree
queme ha hecho un fiel retrato.No puedo juzgar mi propia obra.l no
contest, y pareca que ya no abriran la boca hasta finalizar el baile,
cuando l le pregunt siella y sus hermanas iban a menudo a Meryton.
Elizabeth contest afirmativamente e, incapaz de resistir latentacin,
aadi:Cuando nos encontr usted el otro da, acabbamos
precisamente
de conocer a un nuevo amigo.El efecto fue inmediato. Una intensa
sombra de arrogancia oscureci el semblante de Darcy. Pero no dijouna
palabra; Elizabeth, aunque reprochndose a s misma su debilidad,
prefiri
no continuar. Al fin, Darcyhabl y de forma obligada dijo:El seor
Wickham est dotado de tan gratos modales que ciertamente puede
hacer
amigos confacilidad. Lo que es menos cierto, es que sea igualmente
capaz de conservarlos.l ha tenido la desgracia de perder su amistad
59
dijo Elizabeth enfticamente, de tal formaque sufrir por ello toda
su
vida.Darcy no contest y se not que estaba deseoso de cambiar de
tema.
En ese momento sir WilliamLucas pasaba cerca de ellos al atravesar la
pista de baile con la intencin de ir al otro extremo del saln y alver al
seor
Darcy, se detuvo y le hizo una reverencia con toda cortesa para
felicitarle
por su modo debailar y por su pareja.Estoy sumamente complacido,
mi estimado seor tan excelente modo de bailar no se ve confrecuencia.
Es evidente que pertenece usted a los ambientes ms distinguidos.
Permtame decirle, sinLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot4444embargo,
que su bella pareja en nada desmerece de usted, y
que espero volver a gozar de este placer,especialmente cuando cierto
acontecimiento muy deseado, querida Elizabeth (mirando a Jane y a
Bingley),
tenga lugar. Cuntas felicitaciones habr entonces! Apelo al seor
Darcy. Pero no quiero interrumpirle,seor. Me agradecer que no le
prive
ms de la cautivadora conversacin de esta seorita cuyos
hermososojos
me estn tambin recriminando.Darcy apenas escuch esta ltima
parte de su discurso, pero la alusin a su amigo pareciimpresionarle
mucho, y con una grave expresin dirigi la mirada hacia Bingley y Jane
que bailabanjuntos. No obstante, se sobrepuso en breve y, volvindose
hacia Elizabeth, dijo:La interrupcin de sir William me ha hecho
olvidar
de qu estbamos hablando.Creo que no estbamos hablando. Sir
William no podra haber interrumpido a otra pareja entodo el saln que
tuviesen menos que decirse el uno al otro. Ya hemos probado con dos o
tres temas sinxito. No tengo ni idea de qu podemos hablar ahora.
Qu piensa de los libros? le pregunt l sonriendo.Los libros!
Oh, no! Estoy segura de que no leemos nunca los mismos o, por lo
menos,
nosacamos las mismas impresiones.Lamento que piense eso;, pero
si as fuera, de cualquier modo, no nos faltara tema.
Podemoscomprobar
nuestras diversas opiniones.No, no puedo hablar de libros en un
saln
de baile. Tengo la cabeza ocupada con otras cosas.En estos lugares
no
piensa nada ms que en el presente, verdad? dijo l con una mirada
deduda.S, siempre contest ella sin saber lo que deca, pues se le
haba ido el pensamiento a otraparte, segn demostr al exclamar
repentinamente:
Recuerdo haberle odo decir en una ocasin que ustedraramente
perdonaba; que cuando haba concebido un resentimiento, le era
imposible aplacarlo. Supongo,por lo tanto, que ser muy cauto en
concebir
resentimientos Efectivamente contest Darcy con voz firme.
Y no se deja cegar alguna vez por losprejuicios? Espero que
no.Los que no cambian nunca de opinin deben cerciorarse bien
antes
de juzgar.Puedo preguntarle cul es la intencin de estas
60
preguntas?Conocer su carcter, sencillamente dijo Elizabeth,
tratando
de encubrir su seriedad. Estoyintentando descifrarlo.Y a qu
conclusiones ha llegado?A ninguna dijo meneando la cabeza.
He
odo cosas tan diferentes de usted, que no consigoaclararme.
Reconozco contest l con gravedad que las opiniones acerca
de m pueden ser muydiversas; y deseara, seorita Bennet, que no
esbozase
mi carcter en este momento, porque tengo razonespara temer que
el resultado no reflejara la verdad.Pero si no lo hago ahora, puede
que
no tenga otra oportunidad.De ningn modo deseara impedir
cualquier
satisfaccin suya repuso l framente.Elizabeth no habl ms, y
terminado
el baile, se separaron en silencio, los dos insatisfechos,aunque en
distinto grado, pues en el corazn de Darcy haba un poderoso
sentimiento
de tolerancia haciaella, lo que hizo que pronto la perdonara y
concentrase
toda su ira contra otro.No haca mucho que se haban separado,
cuando la seorita Bingley se acerc a Elizabeth y conuna expresin de
amabilidad y desdn a la vez, le dijo:Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot4545As que, seorita Eliza, est usted encantada con
el seor Wickham. Me he enterado por suhermana que me ha hablado
de
l y me ha hecho mil preguntas. Me parece que ese joven se olvid
decontarle,
entre muchas otras cosas, que es el hijo del viejo Wickham, el
ltimo administrador del seorDarcy. Djeme que le aconseje, como
amiga,
que no se fe demasiado de todo lo que le cuente, porque esode que el
seor Darcy le trat mal es completamente falso; por el contrario,
siempre
ha sidoextraordinariamente amable con l, aunque George Wickham
se ha portado con el seor Darcy de lamanera ms infame. No conozco
los pormenores, pero s muy bien que el seor Darcy no es de
ningnmodo
el culpable, que no puede soportar ni or el nombre de George
Wickham y que, aunque mi hermanoconsider que no poda evitar
incluirlo
en la lista de oficiales invitados, l se alegr enormemente de verque
l mismo se haba apartado de su camino. El mero hecho de que haya
venido aqu al campo es unaverdadera insolencia, y no logro entender
cmo se ha atrevido a hacerlo. La compadezco, seorita Eliza,por este
descubrimiento de la culpabilidad de su favorito; pero en realidad,
teniendo
en cuenta su origen, nose poda esperar nada mejor.Su culpabilidad
y su origen parece que son para usted una misma cosa le dijo
Elizabethencolerizada;
porque de lo peor que le he odo acusarle es de ser
hijo del administrador del seor Darcy,y de eso, puedo asegurrselo, ya
me haba informado l.Le ruego que me disculpe replic la seorita
Bingley, dndose la vuelta con desprecio.Perdone mi
entrometimiento;
fue con la mejor intencin.Insolente! dijo Elizabeth para s. Ests
61
muy equivocada si piensas que influirs en m contan mezquino ataque.
No veo en l ms que tu terca ignorancia y la malicia de
Darcy.Entonces
mir a su hermana mayor que se haba arriesgado a interrogar a
Bingley
sobre el mismoasunto. Jane le devolvi la mirada con una sonrisa tan
dulce, con una expresin de felicidad y de tanta satisfaccinque
indicaban
claramente que estaba muy contenta de lo ocurrido durante la velada.
Elizabeth leyal instante sus sentimientos; y en un momento toda la
solicitud hacia Wickham, su odio contra losenemigos de ste, y todo lo
dems desaparecieron ante la esperanza de que Jane se hallase en el
mejorcamino
hacia su felicidad.Quiero saber dijo Elizabeth tan sonriente
como su hermana lo que has odo decir del seorWickham. Pero
quiz has estado demasiado ocupada con cosas ms agradables para
pensar en una tercerapersona Si as ha sido, puedes estar segura de
que te perdono.No contest Jane, no me he olvidado de l, pero
no tengo nada grato que contarte. El seorBingley no conoce toda la
historia
e ignora las circunstancias que tanto ha ofendido al seor Darcy,
peroresponde de la buena conducta, de la integridad y de la honradez
de
su amigo, y est firmementeconvencido de que el seor Wickham ha
recibido
ms atenciones del seor Darcy de las que ha merecido;y siento
decir que, segn el seor Bingley y su hermana, el seor Wickham dista
mucho de ser un jovenrespetable. Me temo que haya sido imprudente y
que tenga bien merecido el haber perdido la consideracindel seor
Darcy.El seor Bingley no conoce personalmente al seor
Wickham?No, no lo haba visto nunca antes del otro da en Meryton.

De modo que lo que sabe es lo que el seor Darcy le ha contado.


Estoy satisfecha. Y qu dicede la rectora?No recuerda exactamente
cmo fue, aunque se lo ha odo contar a su amigo ms de una vez;pero
cree que le fue legada slo condicionalmente.No pongo en duda la
sinceridad
del seor Bingley dijo Elizabeth acaloradamente, peroperdona
que no me convenzan sus afirmaciones. Hace muy bien en defender a
su amigo; pero comodesconoce algunas partes de la historia y lo nico
que sabe se lo ha dicho l, seguir pensando de los doscaballeros lo
mismo
que pensaba antes.Dicho esto, ambas hermanas iniciaron otra
conversacin
mucho ms grata para las dos. Elizabethoy encantada las felices
aunque modestas esperanzas que Jane abrigaba respecto a Bingley, y
le dijo todoLibrodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot4646lo que
pudo para alentar su confianza. Al unrseles el seor Bingley, Elizabeth
se retir y se fue a hablarcon la seorita Lucas que le pregunt si le
haba
agradado su ltima pareja. Elizabeth casi no tuvo tiempopara contestar,
porque all se les present Collins, dicindoles entusiasmado que haba
62
tenido la suerte dehacer un descubrimiento importantsimo.He sabido
dijo, por una singular casualidad, que est en este saln un
pariente
cercano demi protectora. He tenido el gusto de or cmo el mismo
caballero
mencionaba a la dama que hace loshonores de esta casa los nombres
de su prima, la seorita de Bourgh, y de la madre de sta, lady
Catherine.De qu modo tan maravilloso ocurren estas cosas! Quin
me
iba a decir que habra de encontrar a unsobrino de lady Catherine de
Bourgh en esta reunin! Me alegro mucho de haber hecho
estedescubrimiento
a tiempo para poder presentarle mis respetos, cosa que voy a hacer
ahora mismo. Confo enque me perdone por no haberlo hecho antes,
pero mi total desconocimiento de ese parentesco me disculpa.No se
ir a presentar usted mismo al seor Darcy?Claro que s! Le pedir
que me excuse por no haberlo hecho antes. No ve que es el sobrino
delady
Catherine? Podr comunicarle que Su Seora se encontraba muy
bien la ltima vez que la vi.Elizabeth intent disuadirle para que no
hiciese
semejante cosa asegurndole que el seor Darcyconsiderara el que
se dirigiese a l sin previa presentacin como una impertinencia y un
atrevimiento, msque como un cumplido a su ta; que no haba ninguna
necesidad de darse a conocer, y si la hubiese, lecorrespondera al seor
Darcy, por la superioridad de su rango, tomar la iniciativa. Collins la
escuchdecidido
a seguir sus propios impulsos y, cuando Elizabeth ces de
hablar, le contest:Mi querida seorita Elizabeth, tengo la mejor
opinin
del mundo de su excelente criterio en todaclase de asuntos, como
corresponde a su inteligencia; pero permtame que le diga que debe
haber
una grandiferencia entre las frmulas de cortesa establecidas para
los laicos y las aceptadas para los clrigos;djeme que le advierta que
el
oficio de clrigo es, en cuanto a dignidad, equivalente al ms alto rango
delreino, con tal que los que lo ejercen se comporten con la humildad
conveniente. De modo que permtameque siga los dictados de mi
conciencia
que en esta ocasin me llevan a realizar lo que considero un deber.
Dispense, pues, que no siga sus consejos que en todo lo dems me
servirn constantemente de gua, perocreo que en este caso estoy ms
capacitado,
por mi educacin y mi estudio habitual, que una joven comousted,
para decidir lo que es debido.Collins hizo una reverencia y se
alej para ir a saludar a Darcy. Elizabeth no le perdi de vista paraver la
reaccin de Darcy, cuyo asombro por haber sido abordado de
semejante
manera fue evidente. Collinscomenz su discurso con una solemne
inclinacin,
y, aunque ella no lo oa, era como si lo oyese, puespoda leer en
sus labios las palabras disculpas, Hunsford y lady Catherine de
Bourgh. Le irritabaque metiese la pata ante un hombre como Darcy.
63
ste le observaba sin reprimir su asombro y cuandoCollins le dej
hablar
le contest con distante cortesa. Sin embargo, Collins no se desanim
y
siguihablando. El desprecio de Darcy creca con la duracin de su
segundo
discurso, y, al final, slo hizo unaleve inclinacin y se fue a otro
sitio. Collins volvi entonces hacia Elizabeth.Le aseguro le dijo
que no tengo motivo para estar descontento de la acogida que el
seorDarcy
me ha dispensado. Mi atencin le ha complacido en extremo y
me ha contestado con la mayorfinura, hacindome incluso el honor de
manifestar que estaba tan convencido de la buena eleccin de
ladyCatherine,
que daba por descontado que jams otorgara una merced sin que
fuese merecida.Verdaderamente fue una frase muy hermosa. En
resumen,
estoy muy contento de l.Elizabeth, que no tena el menor inters
en seguir hablando con Collins, dedic su atencin casipor entero a su
hermana y a Bingley; la multitud de agradables pensamientos a que sus
observacionesdieron lugar, la hicieron casi tan feliz como Jane. La
imagin
instalada en aquella gran casa con toda lafelicidad que un matrimonio
por verdadero amor puede proporcionar, y se sinti tan dichosa que
creyincluso
que las dos hermanas de Bingley podran llegar a gustarle. No
le cost mucho adivinar que lospensamientos de su madre seguan los
mismos derroteros y decidi no arriesgarse a acercarse a ella para
noescuchar
sus comentarios. Desgraciadamente, a la hora de cenar les toc
sentarse una junto a la otra.Elizabeth se disgust mucho al ver cmo su
madre no haca ms que hablarle a lady Lucas, libre yabiertamente, de
su
esperanza de que Jane se casara pronto con Bingley. El tema era
arrebatador,
y laLibrodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot4747seora
Bennet pareca que no se iba a cansar nunca de enumerar las ventajas
de
aquella alianza. Slo conconsiderar la juventud del novio, su atractivo,
su riqueza y el hecho de que viviese a tres millas deLongbourn nada
ms, la seora Bennet se senta feliz. Pero adems haba que tener en
cuenta lo encantadasque estaban con Jane las dos hermanas de
Bingley,
quienes, sin duda, se alegraran de la unin tanto comoella misma. Por
otra parte, el matrimonio de Jane con alguien de tanta categora era
muy
prometedor parasus hijas menores que tendran as ms oportunidades
de encontrarse con hombres ricos. Por ltimo, era undescanso, a su
edad,
poder confiar sus hijas solteras al cuidado de su hermana, y no tener
que
verse ellaobligada a acompaarlas ms que cuando le apeteciese. No
haba
ms remedio que tomarse estacircunstancia como un motivo de
satisfaccin,
pues, en tales casos, as lo exige la etiqueta; pero no habanadie
que le gustase ms quedarse cmodamente en casa en cualquier
poca
de su vida. Concluy deseandoa la seora Lucas que no tardase en ser
64
tan afortunada como ella, aunque triunfante pensaba que no
habamuchas
esperanzas.Elizabeth se esforz en vano en reprimir las palabras de
su madre, y en convencerla de queexpresase su alegra un poquito ms
bajo; porque, para mayor contrariedad, notaba que Darcy, que
estabasentado
enfrente de ellas, estaba oyendo casi todo. Lo nico que hizo su madre
fue reprenderla por ser tannecia.Qu significa el seor Darcy para
m? Dime, por qu habra de tenerle miedo? No le debemosninguna
atencin especial como para sentirnos obligadas a no decir nada que
pueda molestarle.Por el amor de Dios, mam, habla ms bajo! Qu
ganas con ofender al seor Darcy? Lo nicoque conseguirs, si lo
haces,
es quedar mal con su amigo.Pero nada de lo que dijo surti efecto. La
madre sigui exponiendo su parecer con el mismodesenfado. Elizabeth
cada vez se pona ms colorada por la vergenza y el disgusto que
estaba
pasando. Nopoda dejar de mirar a Darcy con frecuencia, aunque cada
mirada la convenca ms de lo que se estabatemiendo. Darcy rara vez
fijaba sus ojos en la madre, pero Elizabeth no dudaba de que su
atencin
estabapendiente de lo que decan. La expresin de su cara iba
gradualmente
del desprecio y la indignacin a unaimperturbable seriedad.Sin
embargo, lleg un momento en que la seora Bennet ya no tuvo nada
ms que decir, y ladyLucas, que haba estado mucho tiempo
bostezando
ante la repeticin de delicias en las que no vea laposibilidad de
participar,
se entreg a los placeres del pollo y del jamn. Elizabeth respir. Pero
esteintervalo de tranquilidad no dur mucho; despus de la cena se
habl de cantar, y tuvo que pasar por el malrato de ver que Mary, tras
muy pocas splicas, se dispona a obsequiar a los presentes con su
canto.
Conmiradas significativas y silenciosos ruegos, Elizabeth trat de
impedir
aquella muestra de condescendencia,pero fue intil. Mary no poda
entender lo que quera decir. Semejante oportunidad de demostrar su
talentola
embelesaba, y empez su cancin. Elizabeth no dejaba de mirarla
con una penosa sensacin, observabael desarrollo del concierto con
una
impaciencia que no fue recompensada al final, pues Mary, al recibirentre
las manifestaciones de gratitud de su auditorio una leve insinuacin
para
que continuase, despus deuna pausa de un minuto, empez otra
cancin.
Las facultades de Mary no eran lo ms a propsito parasemejante
exhibicin; tena poca voz y un estilo afectado. Elizabeth pas una
verdadera
agona. Mir aJane para ver cmo lo soportaba ella, pero estaba
hablando
tranquilamente con Bingley. Mir a lashermanas de ste y vio
que se hacan seas de burla entre ellas, y a Darcy, que segua serio e
imperturbable.
Mir, por ltimo, a su padre implorando su intervencin para
que Mary no se pasase toda la nochecantando. El cogi la indirecta y
65
cuando Mary termin su segunda cancin, dijo en voz alta:Nia, ya
basta. Has estado muy bien, nos has deleitado ya bastante; ahora deja
que se luzcan lasotras seoritas.Mary, aunque fingi que no oa, se
qued
un poco desconcertada. A Elizabeth le dio pena de ella ysinti que su
padre hubiese dicho aquello. Se dio cuenta de que por su inquietud, no
haba obrado nadabien. Ahora les tocaba cantar a otros.Si yo dijo
entonces
Collins tuviera la suerte de ser apto para el canto, me gustara
muchoobsequiar a la concurrencia con una romanza. Considero que la
msica es una distraccin inocente ycompletamente compatible con la
profesin de clrigo. No quiero decir, por esto, que est bien el
consagrarLibrodot
Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot4848demasiado
tiempo a la msica, pues hay, desde luego, otras cosas que atender. El
rector de una parroquiatiene mucho trabajo. En primer lugar tiene que
hacer un ajuste de los diezmos que resulte beneficioso paral y no sea
oneroso para su patrn. Ha de escribir los sermones, y el tiempo que le
queda nunca es bastantepara los deberes de la parroquia y para el
cuidado
y mejora de sus feligreses cuyas vidas tiene la obligacinde hacer lo
ms llevaderas posible. Y estimo como cosa de mucha importancia que
sea atento y conciliadorcon todo el mundo, y en especial con aquellos a
quienes debe su cargo. Considero que esto es indispensabley no puedo
tener en buen concepto al hombre que desperdiciara la ocasin de
presentar
sus respetos acualquiera que est emparentado con la familia de
sus bienhechores.Y con una reverencia al seor Darcy concluy su
discurso
pronunciado en voz tan alta que lo oyla mitad del saln. Muchos
se quedaron mirndolo fijamente, muchos sonrieron, pero nadie se
habadivertido
tanto como el seor Bennet, mientras que su esposa alab en
serio a Collins por haber habladocon tanta sensatez, y le coment en un
cuchicheo a lady Lucas que era muy buena persona yextremadamente
listo.A Elizabeth le pareca que si su familia se hubiese puesto de
acuerdo
para hacer el ridculo en todolo posible aquella noche, no les habra
salido mejor ni habran obtenido tanto xito; y se alegraba mucho deque
Bingley y su hermana no se hubiesen enterado de la mayor parte del
espectculo
y de que Bingley nofuese de esa clase de personas que les importa
o les molesta la locura de la que hubiese sido testigo. Ya erabastante
desgracia que las hermanas y Darcy hubiesen tenido la oportunidad
de burlarse de su familia; y nosaba qu le resultaba ms intolerable: si
el
silencioso desprecio de Darcy o las insolentes sonrisitas de lasdamas.El
resto de la noche transcurri para ella sin el mayor inters. Collins la
sac
de quicio con suempeo en no separarse de ella. Aunque no consigui
convencerla de que bailase con l otra vez, leimpidi que bailase con
66
otros. Fue intil que le rogase que fuese a charlar con otras personas y
que seofreciese para presentarle a algunas seoritas de la fiesta.
Collins
asegur que el bailar le tena sin cuidadoy que su principal deseo era
hacerse
agradable a sus ojos con delicadas atenciones, por lo que
habadecidido
estar a su lado toda la noche. No haba nada que discutir ante tal
proyecto. Su amiga la seoritaLucas fue la nica que la consol
sentndose
a su lado con frecuencia y desviando hacia ella laconversacin de
Collins.Por lo menos as se vio libre de Darcy que, aunque a veces se
hallaba
a poca distancia de elloscompletamente desocupado, no se acerc a
hablarles. Elizabeth lo atribuy al resultado de sus alusiones aWickham
y se alegr de ello.La familia de Longbourn fue la ltima en marcharse.
La seora Bennet se las arregl para quetuviesen que esperar por los
carruajes
hasta un cuarto de hora despus de haberse ido todo el mundo,
locual les permiti darse cuenta de las ganas que tenan algunos de los
miembros de la familia Bingley de quedesapareciesen. La seora Hurst
y
su hermana apenas abrieron la boca para otra cosa que para quejarse
decansancio;
se les notaba impacientes por quedarse solas en la casa. Rechazaron
todos los intentos deconversacin de la seora Bennet y la animacin
decay, sin que pudieran elevarla los largos discursos deCollins
felicitando a Bingley y a sus hermanas por la elegancia de la fiesta y por
la hospitalidad y finezacon que haban tratado a sus invitados. Darcy no
dijo absolutamente nada. El seor Bennet, tan calladocomo l,
disfrutaba
de la escena. Bingley y Jane estaban juntos y un poco separados de los
dems, hablandoel uno con el otro. Elizabeth guard el mismo silencio
que la seora Hurst y la seorita Bingley. InclusoLydia estaba
demasiado
agotada para poder decir ms que Dios mo! Qu cansada estoy! en
medio degrandes bostezos.Cuando, por fin, se levantaron para
despedirse,
la seora Bennet insisti con mucha cortesa en sudeseo de ver pronto
en Longbourn a toda la familia, se dirigi especialmente a Bingley para
manifestarleque se veran muy honrados si un da iba a su casa a
almorzar
con ellos en familia, sin la etiqueta de unainvitacin formal. Bingley
se lo agradeci encantado y se comprometi en el acto a aprovechar la
primeraoportunidad que se le presentase para visitarles, a su regreso de
Londres, adonde tena que ir al dasiguiente, aunque no tardara en
estar
de vuelta.Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot4949La
seora
Bennet no caba en s de gusto y sali de la casa convencida de que
contando el tiemponecesario para los preparativos de la celebracin,
compra de nuevos coches y trajes de boda, iba a ver a suhija instalada
en
Netherfield dentro de tres o cuatro meses. Con la misma certeza y con
considerable,aunque no igual agrado, esperaba tener pronto otra hija
67
casada con Collins. Elizabeth era a la que menosquera de todas sus
hijas,
y si bien el pretendiente y la boda eran ms que suficientes para ella,
quedabaneclipsados por Bingley y por Netherfield.CAPTULO XIXAl
da siguiente, hubo otro acontecimiento en Longbourn. Collins se
declar
formalmente.Resolvi hacerlo sin prdida de tiempo, pues su permiso
expiraba el prximo sbado; y como tena plenaconfianza en el xito,
emprendi
la tarea de modo metdico y con todas las formalidades que
considerabade rigor en tales casos. Poco despus del desayuno
encontr
juntas a la seora Bennet, a Elizabeth y a unade las hijas menores, y se
dirigi
a la madre con estas palabras:Puedo esperar, seora, dado su
inters
por su bella hija Elizabeth, que se me conceda el honorde una
entrevista
privada con ella, en el transcurso de esta misma maana?Antes de
que Elizabeth hubiese tenido tiempo de nada ms que de ponerse roja
por la sorpresa, laseora Bennet contest instantneamente:Oh,
querido!
No faltaba ms! Estoy segura de que Elizabeth estar encantada y de
que notendr ningn inconveniente. Ven, Kitty, te necesito arriba.Y
recogiendo
su labor se apresur a dejarlos solos. Elizabeth la llam diciendo:
Mam, querida, no te vayas. Te lo ruego, no te vayas. El seor Collins
me disculpar; pero notiene nada que decirme que no pueda or todo
el mundo. Soy yo la que me voy.No, no seas tonta, Lizzy. Qudate
donde ests. Y al ver que Elizabet, disgustada y violenta,estaba a punto
de marcharse, aadi:Lizzy, te ordeno que te quedes y que escuches
al
seor Collins.Elizabeth no pudo desobedecer semejante mandato. En
un
momento lo pens mejor y crey mssensato acabar con todo aquello lo
antes posible en paz y tranquilidad. Se volvi a sentar y trat
dedisimular
con empeo, por un lado, la sensacin de malestar, y por otro, lo que
le diverta aquel asunto. Laseora Bennet y Kitty se fueron, y entonces
Collins empez:Crame, mi querida seorita Elizabeth, que su
modestia,
en vez de perjudicarla, viene a sumarsea sus otras perfecciones. Me
habra parecido usted menos adorable si no hubiese mostrado esa
pequearesistencia.
Pero permtame asegurarle que su madre me ha dado licencia
para esta entrevista. Ya debesaber cul es el objeto de mi discurso;
aunque su natural delicadeza la lleve a disimularlo; mis intencioneshan
quedado demasiado patentes para que puedan inducir a error. Casi en
el
momento en que pis esta casa,la eleg a usted para futura compaera
de
mi vida. Pero antes de expresar mis sentimientos, quiz seaaconsejable
que exponga las razones que tengo para casarme, y por qu vine a
Hertfordshire
con la idea debuscar una esposa precisamente aqu.A Elizabeth
casi le dio la risa al imaginrselo expresando sus sentimientos; y no
pudo
aprovecharla breve pausa que hizo para evitar que siguiese adelante.
68
Collins continu:Las razones que tengo para casarme son: primero,
que la obligacin de un clrigo encircunstancias favorables como las
mas,
es dar ejemplo de matrimonio en su parroquia; segundo, que
estoyconvencido
de que eso contribuir poderosamente a mi felicidad; y tercero,
cosa que tal vez hubiese debidoadvertir en primer trmino, que es el
particular consejo y recomendacin de la nobilsima dama a quientengo
el honor de llamar mi protectora. Por dos veces se ha dignado
indicrmelo,
aun sin habrselo yoLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot5050insinuado,
y el mismo sbado por la noche, antes de que saliese
de Hunsford y durante nuestra partida decuatrillo, mientras la seora
Jenkinson arreglaba el silletn de la seorita de Bourgh, me dijo:
SeorCollins, tiene usted que casarse. Un clrigo como usted debe
estar
casado. Elija usted bien, elija pensandoen m y en usted mismo; procure
que sea una persona activa y til, de educacin no muy elevada,
perocapaz
de sacar buen partido a pequeos ingresos. ste es mi consejo. Busque
usted esa mujer cuanto antes,trigala a Hunsford y que yo la vea.
Permtame, de paso, decirle, hermosa prima, que no estimo como
lamenor
de las ventajas que puedo ofrecerle, el conocer y disfrutar de las
bondades
de lady Catherine deBourgh. Sus modales le parecern muy por
encima de cuanto yo pueda describirle, y la viveza e ingenio deusted le
parecern a ella muy aceptables, especialmente cuando se vean
moderados
por la discrecin y elrespeto que su alto rango impone inevitablemente.
Esto es todo en cuanto a mis propsitos generales enfavor del
matrimonio;
ya no me queda por decir ms, que el motivo de que me haya
dirigido directamente aLongbourn en vez de buscar en mi propia
localidad,
donde, le aseguro, hay muchas seoritas encantadoras.Pero es el caso
que siendo como soy el heredero de Longbourn a la muerte de su
honorable
padre, que ojalviva muchos aos, no estara satisfecho si no eligiese
esposa entre sus hijas, para atenuar en todo lo posiblela prdida
que sufrirn al sobrevenir tan triste suceso que, como ya le he dicho,
deseo
que no ocurra hastadentro de muchos aos. ste ha sido el motivo,
hermosa prima, y tengo la esperanza de que no me hardesmerecer en
su
estima. Y ahora ya no me queda ms que expresarle, con las ms
enfticas
palabras, lafuerza de mi afecto. En lo relativo a su dote, me es en
absoluto
indiferente, y no he de pedirle a su padrenada que yo sepa que no
pueda cumplir; de modo que no tendr usted que aportar ms que las
mil libras alcuatro por ciento que le tocarn a la muerte de su madre.
Pero
no ser exigente y puede usted tener lacerteza de que ningn reproche
interesado saldr de mis labios en cuanto estemos casados.Era
absolutamente
necesario interrumpirle de inmediato.Va usted demasiado de
69
prisa exclam Elizabeth. Olvida que no le he contestado.
Djemeque
lo haga sin ms rodeos. Le agradezco su atencin y el honor que su
proposicin
significa, pero nopuedo menos que rechazarla.S de sobra
replic Collins con un grave gesto de su mano que entre las
jvenes
es muycorriente rechazar las proposiciones del hombre a quien, en el
fondo, piensan aceptar, cuando pide supreferencia por primera vez, y
que la negativa se repite una segunda o incluso una tercera vez. Por
esto
nome descorazona en absoluto lo que acaba de decirme, y espero
llevarla
al altar dentro de poco.Caramba, seor! exclam Elizabeth. No
s
qu esperanzas le pueden quedar despus demi contestacin! Le
aseguro
que no soy de esas mujeres, si es que tales mujeres existen, tan
temerarias
quearriesgan su felicidad al azar de que las soliciten una segunda
vez. Mi negativa es muy en serio. No podrahacerme feliz, y estoy
convencida
de que yo soy la ltima mujer del mundo que podra hacerle feliz
a usted.Es ms, si su amiga lady Catherine me conociera, me da la
sensacin que pensara que soy, en todos losaspectos, la menos
indicada
para usted.Si fuera cierto que lady Catherine lo pensara dijo
Collins
con la mayor gravedad peroestoy seguro de que Su Seora la
aprobara. Y crame que cuando tenga el honor de volver a verla,
lehablar
en los trminos ms encomisticos de su modestia, de su economa
y de sus otras buenascualidades.Por favor, seor Collins, todos los
elogios
que me haga sern innecesarios. Djeme juzgar porm misma y
concdame
el honor de creer lo que le digo. Le deseo que consiga ser muy
feliz y muy rico, yal rechazar su mano hago todo lo que est a mi
alcance
para que no sea de otro modo. Al hacerme estaproposicin debe
estimar
satisfecha la delicadeza de sus sentimientos respecto a mi familia, y
cuandollegue la hora podr tomar posesin de la herencia de
Longbourn
sin ningn cargo de conciencia. Por lotanto, dejemos este asunto
definitivamente
zanjado.Mientras acababa de decir esto, se levant, y estaba a
punto de salir de la sala, cuando Collins levolvi a insistir:La prxima
vez que tenga el honor de hablarle de este tema de nuevo, espero
recibircontestacin
ms favorable que la que me ha dado ahora; aunque estoy
lejos de creer que es usted cruelconmigo, pues ya s que es costumbre
incorregible
de las mujeres rechazar a los hombres la primera vezLibrodot
Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot5151que se declaran, y puede
que me haya dicho todo eso slo para hacer ms consistente mi
peticin
comocorresponde a la verdadera delicadeza del carcter femenino.
Realmente, seor Collins exclam Elizabeth algo acalorada me
confunde usted en exceso.Si todo lo que he dicho hasta ahora lo
interpreta
como un estmulo, no s de qu modo expresarle mirepulsa para que
70
quede usted completamente convencido.Debe dejar que presuma, mi
querida prima, que su rechaz ha sido slo de boquilla. Las razonesque
tengo para creerlo, son las siguientes: no creo que mi mano no merezca
ser aceptada por usted ni que laposicin que le ofrezco deje de ser
altamente
apetecible. Mi situacin en la vida, mi relacin con la familiade
Bourgh y mi parentesco con usted son circunstancias importantes en mi
favor. Considere, adems, que apesar de sus muchos atractivos, no es
seguro
que reciba otra proposicin de matrimonio. Su fortuna es tanescasa
que anular, por desgracia, los efectos de su belleza y buenas
cualidades.
As pues, como no puedodeducir de todo esto que haya procedido
sinceramente
al rechazarme, optar por atribuirlo a su deseo deacrecentar mi
amor con el suspense, de acuerdo con la prctica acostumbrada en las
mujeres elegantes.Le aseguro a usted, seor, que no me parece
nada
elegante atormentar a un hombre respetable.Preferira que me hiciese
el
cumplido de creerme. Le agradezco una y mil veces el honor que me ha
hechocon su proposicin, pero me es absolutamente imposible
aceptarla.
Mis sentimientos, en todos los aspectos,me lo impiden. Se puede
hablar
ms claro? No me considere como a una mujer elegante que
pretendetorturarle,
sino como a un ser racional que dice lo que siente de todo corazn.
Es siempre encantadora! exclam l con tosca galantera. No
puedo dudar de que miproposicin ser aceptada cuando sea
sancionada
por la autoridad de sus excelentes padres.Ante tal empeo de
engaarse
a s mismo, Elizabeth no contest y se fue al instante sin decirpalabra,
decidida, en el caso de que Collins persistiese en considerar sus
reiteradas
negativas como unfrvolo sistema de estmulo, a recurrir a su padre,
cuyo rechazo sera formulado de tal modo que resultarainapelable y
cuya actitud, al menos, no podra confundirse con la afectacin y la
coquetera
de una damaelegante.CAPTULO XXA Collins no lo dejaron mucho
tiempo meditar en silencio el xito de su amor; porque la seoraBennet
que se haba quedado en el vestbulo esperando el final de la
conversacin,
en cuanto vio queElizabeth abra la puerta y se diriga con paso
veloz a la escalera, entr en el comedor y felicit a Collins,
congratulndose por el venturoso proyecto de la cercana unin.
Despus de aceptar y devolver esasfelicitaciones con el mismo
alborozo,
Collins procedi a explicar los detalles de la entrevista, de cuyoresultado
estaba satisfecho, pues la firme negativa de su prima no poda provenir,
naturalmente, ms que desu tmida modestia y de la delicadeza de su
carcter.
Pero sus noticias sobresaltaron a la seora Bennet. Tambin ella
hubiese querido creer que su hijahaba tratado nicamente de animar a
Collins al rechazar sus proposiciones; pero no se atreva a admitirlo,y
as
71
se lo manifest a Collins.Lo importante aadi es que Lizzy
entre
en razn. Hablar personalmente con ella de esteasunto. Es una chica
muy terca y muy loca y no sabe lo que le conviene, pero ya se lo har
saber
yo.Perdneme que la interrumpa exclam Collins, pero si en
realidad es terca y loca, no s si,en conjunto, es una esposa deseable
para
un hombre en mi situacin, que naturalmente busca felicidad en
elmatrimonio.
Por consiguiente, si insiste en rechazar mi peticin, acaso sea mejor
no forzarla a que meacepte, porque si tiene esos defectos, no
contribuira
mucho que digamos a mi ventura.Me ha entendido mal dijo la
seora Bennet alarmada. Lizzy es terca slo en estos asuntos.En
todo
lo dems es la muchacha ms razonable del mundo. Acudir
directamente
al seor Bennet y nodudo de que pronto nos habremos puesto de
acuerdo con ella.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot5252Sin
darle tiempo a contestar, vol al encuentro de su marido y al
entrar en la biblioteca exclam:Oh, seor Bennet! Te necesitamos
urgentemente.
Estamos en un aprieto. Es preciso que vayas yconvenzas a
Elizabeth de que se case con Collins, pues ella ha jurado que no lo har
y
si no te das prisa,Collins cambiar de idea y ya no la querr.Al entrar su
mujer, el seor Bennet levant los ojos del libro y los fij en su rostro
con
unacalmosa indiferencia que la noticia no alter en absoluto. No he
tenido
el placer de entenderte dijocuando ella termin su perorata.
De qu ests hablando? Del seor Collins y Lizzy. Lizzy dice que
nose
casar con el seor Collins, y el seor Collins empieza a decir que no
se casar con Lizzy.Y qu voy a hacer yo? Me parece que no tiene
remedio.
Hblale t a Lizzy. Dile que quieres que se case con
l.Mndale que baje. Oir mi opinin.La seora Bennet toc la
campanilla
y Elizabeth fue llamada a la biblioteca.Ven, hija ma dijo su padre
en cuanto la joven entr. Te he enviado a buscar para un
asuntoimportante.
Dicen que Collins te ha hecho proposiciones de matrimonio,
es cierto?Elizabeth dijo que s.Muy bien; y dicen que las has
rechazado.
As es, pap.Bien. Ahora vamos al grano. Tu madre desea que lo
aceptes. No es verdad, seora Bennet?S, o de lo contrario no la
quiero
ver ms.Tienes una triste alternativa ante ti, Elizabeth. Desde hoy en
adelante tendrs que renunciar auno de tus padres. Tu madre no quiere
volver a verte si no te casas con Collins, y yo no quiero volver averte si
te
casas con l.Elizabeth no pudo menos que sonrer ante semejante
comienzo;
pero la seora Bennet, que estabaconvencida de que su marido
abogara en favor de aquella boda, se qued decepcionada.Qu
significa,
seor Bennet, ese modo de hablar? Me habas prometido que la
obligaras
acasarse con el seor Collins.Querida ma contest su
72
marido, tengo que pedirte dos pequeos favores: primero, que
medejes
usar libremente mi entendimiento en este asunto, y segundo, que me
dejes disfrutar solo de mibiblioteca en cuanto puedas.Sin embargo, la
seora
Bennet, a pesar de la decepcin que se haba llevado con su marido,
ni aunas se dio por vencida. Habl a Elizabeth una y otra vez,
halagndola
y amenazndola alternativamente.Trat de que Jane se pusiese de
su parte; pero Jane, con toda la suavidad posible, prefiri no meterse.
Elizabeth, unas veces con verdadera seriedad, y otras en broma, replic
a sus ataques; y aunque cambi dehumor, su determinacin
permaneci
inquebrantable.Collins, mientras tanto, meditaba en silencio todo lo
que haba pasado. Tena demasiado buenconcepto de s mismo para
comprender qu motivos podra tener su prima para rechazarle, y,
aunque
heridoen su amor propio, no sufra lo ms mnimo. Su inters por su
prima era meramente imaginario; laposibilidad de que fuera merecedora
de los reproches de su madre, evitaba que l sintiese algn pesar.
Mientras reinaba en la familia esta confusin, lleg Charlotte Lucas
que vena a pasar el da conellos. Se encontr con Lydia en el vestbulo,
que corri hacia ella para contarle en voz baja lo que estabapasando.

Me alegro de que hayas venido, porque hay un jaleo aqu ! Qu


crees que ha pasado estamaana? El seor Collins se ha declarado a
Elizabeth
y ella le ha dado calabazas.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot5353Antes
de que Charlotte hubiese tenido tiempo para contestar,
apareci Kitty, que vena a darle lamisma noticia. Y en cuanto entraron
en el comedor, donde estaba sola la seora Bennet, ella
tambinempez
a hablarle del tema. Le rog que tuviese compasin y que intentase
convencer a Lizzy de quecediese a los deseos de toda la familia.
Te ruego que intercedas, querida Charlotte aadi en tono
melanclico,
ya que nadie estde mi parte, me tratan cruelmente, nadie se
compadece de mis pobres nervios.Charlotte se ahorr la respuesta,
pues
en ese momento entraron Jane y Elizabeth.Ah est continu la
seora
Bennet, como si no pasase nada, no le importamos un bledo,
sedesentiende
de todo con tal de salirse con la suya. Te voy a decir una cosa:
si se te mete en la cabeza seguirrechazando de esa manera todas las
ofertas
de matrimonio que te hagan, te quedars solterona; y no squin te
va a mantener cuando muera tu padre. Yo no podr, te lo advierto.
Desde
hoy, he acabado contigopara siempre. Te he dicho en la biblioteca que
no volvera a hablarte nunca; y lo que digo, lo cumplo. No leencuentro el
gusto a hablar con hijas desobedientes. Ni con nadie. Las personas que
como yo sufrimos delos nervios, no somos aficionados a la charla.
Nadie
sabe lo que sufro! Pero pasa siempre lo mismo. A losque no se quejan,
73
nadie les compadece.Las hijas escucharon en silencio los lamentos de
su
madre. Saban que si intentaban hacerlarazonar o calmarla, slo
conseguiran
irritarla ms. De modo que sigui hablando sin que nadie
lainterrumpiera,
hasta que entr Collins con aire ms solemne que de costumbre.
Al verle, la seora Bennetdijo a las muchachas:Ahora os pido que
os callis la boca y nos dejis al seor Collins y a m para que
podamoshablar
un rato.Elizabeth sali en silencio del cuarto; Jane y Kitty la
siguieron, pero Lydia no se movi, decidida aescuchar todo lo que
pudiera.
Charlotte, detenida por la cortesa del seor Collins, cuyas preguntas
acercade ella y de su familia se sucedan sin interrupcin, y tambin
un poco por la curiosidad, se limit aacercarse a la ventana fingiendo no
escuchar. Con voz triste, la seora Bennet empez as su
conversacin:
Oh, seor Collins!Mi querida seora respondi l, ni una
palabra ms sobre este asunto. Estoy muy lejoscontinu con un
acento
que denotaba su indignacin de tener resentimientos por la actitud de
su hija.Es deber de todos resignarse por los males inevitables; y es
especialmente
un deber para m, que he tenidola fortuna de verme tan joven
en tal elevada posicin; confo en que sabr resignarme. Puede que
mihermosa prima, al no querer honrarme con su mano, no haya
disminuido
mi positiva felicidad. Heobservado a menudo que la resignacin
nunca es tan perfecta como cuando la dicha negada comienza aperder
en
nuestra estimacin algo de valor. Espero que no supondr usted que
falto
al respeto de su familia,mi querida seora, al retirar mis planes acerca
de su hija sin pedirles a usted y al seor Bennet queinterpongan su
autoridad
en mi favor. Temo que mi conducta, por haber aceptado mi rechazo
de labios desu hija y no de los de ustedes, pueda ser censurable. Pero
todos somos capaces de cometer errores. Estoyseguro de haber
procedido
con la mejor intencin en este asunto. Mi objetivo era procurarme una
amablecompaera con la debida consideracin a las ventajas que ello
haba
de aportar a toda su familia. Si miproceder ha sido reprochable, les
ruego que me perdonen.CAPTULO XXILas discusiones sobre el
ofrecimiento
de Collins tocaban a su fin; Elizabeth ya no tena quesoportar
ms que esa sensacin incmoda, que inevitablemente se deriva de
tales
situaciones, y, de vez encuando algunas alusiones puntillosas de su
madre.
En cuanto al caballero, no demostraba estar turbado, niabatido, ni
trataba de evitar a Elizabeth, sino que expresaba sus sentimientos con
una actitud de rigidez ycon un resentido silencio. Casi no le hablaba; y
aquellas asiduas atenciones tan de apreciar por su parte, lasLibrodot
Orgullo
y prejuicio Jane AustenLibrodot5454dedic todo el da a la seorita
Lucas que le escuchaba amablemente, proporcionando a todos y en
74
especiala su amiga Elizabeth un gran alivio.A la maana siguiente, el
mal humor y el mal estado de salud de la seora Bennet no
habanamainado.
El seor Collins tambin sufra la herida de su orgullo. Elizabeth
crey que su resentimientoacortara su visita; pero los planes del seor
Collins no parecieron alterarse en lo ms mnimo. Habapensado desde
un principio marcharse el sbado y hasta el sbado pensaba quedarse.
Despus del almuerzo las muchachas fueron a Meryton para averiguar
si Wickham habaregresado, y lamentar su ausencia en el baile de
Netherfield. Le encontraron al entrar en el pueblo y lasacompa a casa
de su ta, donde se charl largo y tendido sobre su ausencia y su
desgracia
y laconsternacin que a todos haba producido. Pero ante Elizabeth
reconoci
voluntariamente que su ausenciahaba sido premeditada.Al
acercarse el momento dijo me pareci que hara mejor en no
encontrarme
con Darcy,pues el estar juntos en un saln durante tantas horas
hubiera sido superior a mis fuerzas y la situacin podahaberse hecho
desagradable, adems, a otras personas.Elizabeth aprob por completo
la conducta de Wickham y ambos la discutieron
ampliamentehacindose
elogios mutuos mientras iban hacia Longbourn, adonde Wickham y otro
oficial acompaaron alas muchachas. Durante el paseo Wickham se
dedic
por entero a Elizabeth, y le proporcion una doblesatisfaccin: recibir
sus cumplidos y tener la ocasin de presentrselo a sus padres.Al
poco rato de haber llegado, trajeron una carta para Jane. Vena de
Netherfield y la joven laabri inmediatamente. El sobre contena una
hojita
de papel muy elegante y satinado, cubierta por laescritura de una
hermosa y gil mano de mujer. Elizabeth not que el semblante de su
hermana cambiaba alleer y que se detena fijamente en determinados
prrafos.
Jane se sobrepuso en seguida; dej la carta y tratde intervenir
con su alegra de siempre en la conversacin de todos; pero Elizabeth
senta tanta curiosidadque incluso dej de prestar atencin a Wickham.
Y
en cuanto l y su compaero se fueron, Jane la invitcon una mirada a
que la acompaase al piso de arriba. Una vez en su cuarto, Jane le
mostr
la carta y ledijo:Es de Caroline Bingley; su contenido me ha
sorprendido
muchsimo. Todos los de la casa hanabandonado Netherfield y a estas
horas estn de camino a la capital, de donde no piensan regresar. Oye
loque
dice.Jane ley en voz alta el primer prrafo donde se manifestaba
que haban decidido ir con suhermano a Londres y que tenan la
intencin
de comer aquel mismo da en la calle Grosvenor, donde elseor
Hurst tena su casa. Lo siguiente estaba redactado de la siguiente
forma:
No siento dejarHertfordshire ms que por ti, queridsima amiga; pero
espero volver a disfrutar ms adelante de losdeliciosos momentos que
75
pasamos juntas y entre tanto podemos aminorar la pena de la
separacin
concartas muy frecuentes y efusivas. Cuento con tu correspondencia.
Elizabeth escuch todas estas soberbiasexpresiones con impasibilidad
por la desconfianza que le merecan. Le sorprenda la precipitacin con
laque se haban marchado, pero en realidad no vea por qu lamentarlo.
No poda suponerse que el hecho deque ellas no estuviesen en
Netherfield
impidiese venir a Bingley; y en cuanto a la ausencia de las damas,
estaba segura de que Jane se consolara con la presencia del
hermano.
Es una lstima le dijo despus de una breve pausa que no hayas
podido ver a tus amigasantes de que se fueran. Pero no podemos
tener
la esperanza de que ese ms adelante de futura felicidadque tu
amiga tanto desea llegue antes de lo que ella cree y que esa estupenda
relacin
que habis tenidocomo amigas se renueve con mayor satisfaccin
como hermanas? Ellas no van a detener al seor Bingleyen Londres.
Caroline dice que decididamente ninguno volver a Hertfordshire
este invierno. Te lo leer:Cuando mi hermano nos dej ayer, se
imaginaba
que los asuntos que le llamaban a Londres podrandespacharse
en tres o cuatro das; pero como sabemos que no ser as y
convencidas,
al mismo tiempo, deque cuando Charles va a la capital no tiene prisa
por
volver, hemos determinado irnos con l para que notenga que pasarse
las horas que le quedan libres en un hotel, sin ninguna comodidad.
Muchas
de nuestrasComment: La calle Grovesnor:En aquel tiempo una calle
muy demoda en el oeste de Londres. Lacalle Grovesnor va de la calle
NewBond a Park Lane. Ahora laocupan principalmente oficinas ytiendas
y en la plaza del mismonombre se encuentra lo que loslondinenses
denominan
de formasarcstica ala pequea Amrica,conjunto de edificios de
laEmbajada de Estados Unidos.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot5555relaciones
estn ya all para pasar el invierno; me gustara
saber si usted, queridsima amiga, piensa hacer lomismo; pero no lo
creo posible. Deseo sinceramente que las navidades en Hertfordshire
sean
prdigas enlas alegras propias de esas festividades, y que sus galanes
sean tan numerosos que les impidan sentir laprdida de los tres
caballeros
que les arrebatamos.Por lo tanto, es evidente aadi Jane que
el seor Bingley no va a volver este invierno.Lo nico que es evidente
es que la seorita Bingley es la que dice que l no va a volver.Por
qu
lo crees as? Debe de ser cosa del seor Bingley: No depende de nadie.
Pero no losabes todo an. Voy a leerte el pasaje que ms me hiere. No
quiero ocultarte nada. El seor Darcy estimpaciente por ver a su
hermana,
y la verdad es que nosotras no estamos menos deseosas de verla.
Creoque Georgina Darcy no tiene igual por su belleza, elegancia y
76
talento, y el afecto que nos inspira a Louisa ya m aumenta con la
esperanza
que abrigamos de que sea en el futuro nuestra hermana. No s si
alguna vezle he manifestado a usted mi sentir sobre este particular;
pero
no quiero irme sin confirselo, y me figuroque lo encontrar muy
razonable.
Mi hermano ya siente gran admiracin por ella, y ahora tendr
frecuentesocasiones de verla con la mayor intimidad. La familia de
Georgina
desea esta unin tanto como nosotras, yno creo que me ciegue la
pasin
de hermana al pensar que Charles es muy capaz de conquistar el
coraznde
cualquier mujer. Con todas estas circunstancias en favor de esta
relacin y sin nada que la impida, nopuedo equivocarme, queridsima
Jane,
si tengo la esperanza de que se realice el acontecimiento que traerala
felicidad a tantos seres.Qu opinas de este prrafo, Lizzy?
pregunt Jane al terminar de leer. No est bastanteclaro? No
expresa
claramente que Caroline ni espera ni desea que yo sea su hermana,
que estcompletamente convencida de la indiferencia de su hermano, y
que si sospecha la naturaleza de missentimientos hacia l, se propone,
con toda amabilidad, eso s, ponerme en guardia? Puede darse
otrainterpretacin
a este asunto?S se puede. Yo lo interpreto de modo muy
distinto. Quieres saber cmo?Claro que s.Te lo dir en pocas
palabras.
La seorita Bingley se ha dado cuenta de que su hermano
estenamorado
de ti y ella quiere que se case con la seorita Darcy. Se ha ido a
la capital detrs de l, con laesperanza de retenerlo all, y trata de
convencerte
de que a Bingley no le importas nada.Jane lo neg con la cabeza.
As es, Jane; debes creerme. Nadie que os haya visto juntos puede
dudar del cario de Bingley.Su hermana no lo duda tampoco, no es tan
tonta. Si hubiese visto en Darcy la mitad de ese afecto hacia ella,ya
habra
encargado el traje de novia. Pero lo que pasa es lo siguiente: que no
somos
lo bastante ricas ni lobastante distinguidas para ellos. Si la seorita
Bingley tiene tal afn en casar a la seorita Darcy con suhermano, es
porque
de este modo le sera a ella menos difcil casarse con el propio Darcy;
lo que me pareceun poco ingenuo por su parte. Pero me atrevera a
creer
que lograra sus anhelos si no estuviese de pormedio la seorita de
Bourgh. Sin embargo, t no puedes pensar en serio que por el hecho de
que la seoritaBingley te diga que a su hermano le gusta la seorita
Darcy, l est menos enamorado de ti de lo que estabael jueves al
despedirse;
ni que le sea posible a su hermana convencerle de que en vez de
quererte a ti quieraa la seorita Darcy.Si nuestra opinin sobre la
seorita
Bingley fuese la misma repuso Jane, tu explicacin
metranquilizara.
Pero me consta que eres injusta con ella. Caroline es incapaz de
engaar
a nadie; lo nicoque puedo esperar en este caso es que se est
77
engaando a s misma.Eso es. No poda habrsete ocurrido una idea
mejor, ya que la ma no te consuela. Supn que seengaa. As
quedars
bien con ella y vers que no tienes por qu preocuparte.Pero Lizzy,
puedo ser feliz, aun suponiendo lo mejor, al aceptar a un hombre
cuyas
hermanas yamigos desean que se case con otra?Librodot Orgullo y
prejuicio
Jane AustenLibrodot5656Eso debes decidirlo t misma dijo
Elizabeth,
si despus de una madura reflexinencuentras que la desgracia
de disgustar a sus hermanas es ms que equivalente a la felicidad de
ser sumujer, te aconsejo, desde luego, que rechaces a Bingley.Qu
cosas
tienes! dijo Jane con una leve sonrisa. Debes saber que aunque me
apenaramucho su desaprobacin, no vacilara.Ya me lo figuraba, y
siendo as, no creo que pueda compadecerme de tu situacin.Pero si
no vuelve en todo el invierno, mi eleccin no servir de nada. Pueden
pasar tantas cosasen seis meses!Elizabeth rechazaba la idea de que
Bingley
no volviese; le pareca sencillamente una sugerencia delos interesados
deseos de Caroline, y no poda suponer ni por un momento que
semejantes
deseos, tanto silos manifestaba clara o encubiertamente, influyesen en
el animo de un hombre tan independiente.Expuso a su hermana lo ms
elocuentemente que pudo su modo de ver, y no tard en observar
elbuen
efecto de sus palabras. Jane era por naturaleza optimista, lo que la fue
llevando gradualmente a laesperanza de que Bingley volvera a
Netherfield
y llenara todos los anhelos de su corazn, aunque la dudala asaltase
de vez en cuando.Acordaron que no informaran a la seora Bennet
ms
que de la partida de la familia, para que nose alarmase demasiado; pero
se alarm de todos modos bastante; y lament la tremenda desgracia
de
quelas damas se hubiesen marchado precisamente cuando haban
intimado
tanto. Se doli mucho de ello, perose consol pensando que Bingley
no tardara en volver para comer en Longbourn, y acab declarando
que apesar de que le haban invitado a comer slo en familia, tendra
buen cuidado de preparar para aquel dados platos de primera.
CAPTULO XXIILos Bennet fueron invitados a comer con los Lucas, y
de nuevo la seorita Lucas tuvo laamabilidad de escuchar a Collins
durante
la mayor parte del da. Elizabeth aprovech la primeraoportunidad
para darle las gracias.Esto le pone de buen humor. Te estoy ms
agradecida
de lo que puedas imaginar le dijo.Charlotte le asegur que se
alegraba de poder hacer algo por ella, y que eso le compensaba
elpequeo
sacrificio que le supona dedicarle su tiempo. Era muy amable de su
parte, pero la amabilidad deCharlotte iba ms lejos de lo que Elizabeth
poda sospechar: su objetivo no era otro que evitar que Collinsle
volviese
a dirigir sus cumplidos a su amiga, atrayndolos para s misma. ste era
78
el plan de Charlotte, ylas apariencias le fueron tan favorables que al
separarse
por la noche casi habra podido dar por descontadoel xito, si
Collins no tuviese que irse tan pronto de Hertfordshire. Pero al concebir
esta duda, no hacajusticia al fogoso e independiente carcter de
Collins;
a la maana siguiente se escap de Longbourn conadmirable sigilo y
corri
a casa de los Lucas para rendirse a sus pies. Quiso ocultar su salida a
sus primasporque si le hubiesen visto habran descubierto su intencin,
y
no quera publicarlo hasta estar seguro delxito; aunque se senta casi
seguro
del mismo, pues Charlotte le haba animado lo bastante, pero desde
suaventura del mircoles estaba un poco falto de confianza. No
obstante,
recibi una acogida muy halagea.La seorita Lucas le vio llegar
desde
una ventana, y al instante sali al camino para encontrarse con lcomo
de casualidad. Pero poco poda ella imaginarse cunto amor y cunta
elocuencia le esperaban.En el corto espacio de tiempo que dejaron los
interminables
discursos de Collins, todo quedarreglado entre ambos con
mutua satisfaccin. Al entrar en la casa, Collins le suplic con el
corazn
quesealase el da en que iba a hacerle el ms feliz de los hombres; y
aunque semejante solicitud deba seraplazada de momento, la dama no
deseaba jugar con su felicidad. La estupidez con que la naturaleza
lahaba
dotado privaba a su cortejo de los encantos que pueden inclinar a
una mujer a prolongarlo; a laLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot5757seorita
Lucas, que lo haba aceptado solamente por el puro y
desinteresado deseo de casarse, no leimportaba lo pronto que este
acontecimiento
habra de realizarse.Se lo comunicaron rpidamente a sir William
y a lady Lucas para que les dieran suconsentimiento, que fue otorgado
con la mayor presteza y alegra. La situacin de Collins le converta
enun partido muy apetecible para su hija, a quien no podan legar ms
que una escasa fortuna, y lasperspectivas de un futuro bienestar eran
demasiado
tentadoras. Lady Lucas se puso a calcular seguidamentey con
ms inters que nunca cuntos aos ms podra vivir el seor Bennet, y
sir William expres suopinin de que cuando Collins fuese dueo de
Longbourn sera muy conveniente que l y su mujer hiciesensu
aparicin
en St. James. Total que toda la familia se regocij muchsimo por la
noticia.
Las hijas menorestenan la esperanza de ser presentadas en sociedad
un ao o dos antes de lo que lo habran hecho de no serpor esta
circunstancia.
Los hijos se vieron libres del temor de que Charlotte se quedase
soltera. Charlotteestaba tranquila. Haba ganado la partida y tena
tiempo
para considerarlo. Sus reflexiones eran en generalsatisfactorias. A decir
verdad, Collins no era ni inteligente ni simptico, su compaa era
pesada
y su cariopor ella deba de ser imaginario. Pero, al fin y al cabo,
79
sera su marido. A pesar de que Charlotte no tenauna gran opinin de
los hombres ni del matrimonio, siempre lo haba ambicionado porque
era la nicacolocacin honrosa para una joven bien educada y de
fortuna
escasa, y, aunque no se pudiese asegurar quefuese una fuente de
felicidad,
siempre sera el ms grato recurso contra la necesidad. Este recurso
era lo queacababa de conseguir, ya que a los veintisiete aos de edad,
sin
haber sido nunca bonita, era una verdaderasuerte para ella. Lo menos
agradable de todo era la sorpresa que se llevara Elizabeth Bennet,
cuya
amistadvaloraba ms que la de cualquier otra persona. Elizabeth se
quedara
boquiabierta y probablemente no loaprobara; y, aunque la decisin
ya estaba tomada, la desaprobacin de Elizabeth le iba a doler mucho.
Resolvi comunicrselo ella misma, por lo que recomend a Collins,
cuando regres a Longbourn a comer,que no dijese nada de lo
sucedido.
Naturalmente, l le prometi como era debido que guardara el secreto;
pero su trabajo le cost, porque la curiosidad que haba despertado su
larga ausencia estall a su regreso enpreguntas tan directas que se
necesitaba
mucha destreza para evadirlas; por otra parte, representaba paraCollins
una verdadera abnegacin, pues estaba impaciente por pregonar
a los cuatro vientos su xitoamoroso.Al da siguiente tena que
marcharse,
pero como haba de ponerse de camino demasiado tempranopara
poder ver a algn miembro de la familia, la ceremonia de la despedida
tuvo lugar en el momento enque las seoras fueron a acostarse. La
seora
Bennet, con gran cortesa y cordialidad, le dijo que sealegrara mucho
de verle en Longbourn de nuevo cuando sus dems compromisos le
permitieran
visitarles.Mi querida seora repuso Collins, agradezco
particularmente esta invitacin porquedeseaba mucho recibirla; tenga la
seguridad de que la aprovechar lo antes posible.Todos se quedaron
asombrados, y el seor Bennet, que de ningn modo deseaba tan
rpidoregreso,
se apresur a decir:Pero, no hay peligro de que lady Catherine
lo desapruebe esta vez? Vale ms que seanegligente con sus parientes
que corra el riesgo de ofender a su patrona.Querido seor
respondi
Collins, le quedo muy reconocido por esta amistosa advertencia,y
puede
usted contar con que no dar un solo paso que no est autorizado por
Su Seora.Todas las precauciones son pocas. Arrisguese a
cualquier
cosa menos a incomodarla, y si creeusted que pueden dar lugar a ello
sus
visitas a nuestra casa, cosa que considero ms que posible,
qudesetranquilamente
en la suya y consulese pensando que nosotros no nos ofenderemos.
Crame, mi querido seor, mi gratitud aumenta con sus afectuosos
consejos, por lo que leprevengo que en breve recibir una carta de
agradecimiento por lo mismo y por todas las otras pruebas
80
deconsideracin que usted me ha dado durante mi permanencia en
Hertfordshire.
En cuanto a mis hermosasprimas, aunque mi ausencia no ha
de ser tan larga como para que haya necesidad de hacerlo, me tomar
lalibertad
de desearles salud y felicidad, sin exceptuar a mi prima Elizabeth.
Despus de los cumplidos de rigor, las seoras se retiraron. Todas
estaban igualmentesorprendidas al ver que pensaba volver pronto. La
seora Bennet quera atribuirlo a que se proponaComment:
Presentadas
ensociedad. Normalmente lapresentacin en sociedad de lasjvenes
damas se efectuaba en laCorte en el transcurso de unarecepcin real
a cargo de unaseora casada que a su vez yahaba sido presentada en
la
Corte.La reina Isabel II aboli estacostumbre.Librodot Orgullo y prejuicio
Jane AustenLibrodot5858dirigirse a una de sus hijas menores, por lo
que determin convencer a Mary para que lo aceptase. Esta, enefecto,
apreciaba a Collins ms que las otras; encontraba en sus reflexiones
una
solidez que a menudo ladeslumbraba, y aunque de ningn modo le
juzgaba
tan inteligente como ella, crea que si se le animaba aleer y a
aprovechar
un ejemplo como el suyo, podra llegar a ser un compaero muy
agradable. Pero a lamaana siguiente todo el plan se qued en agua de
borrajas, pues la seorita Lucas vino a visitarles justodespus del
almuerzo
y en una conversacin privada con Elizabeth le relat el suceso del
da anterior.A Elizabeth ya se le haba ocurrido uno o dos das antes la
posibilidad de que Collins se creyeseenamorado de su amiga, pero que
Charlotte le alentase le pareca tan imposible como que ella misma
lohiciese.
Su asombro, por consiguiente, fue tan grande que sobrepas todos
los lmites del decoro y no pudoreprimir gritarle:Comprometida con
el seor Collins! Cmo es posible, Charlotte?Charlotte haba contado
la
historia con mucha serenidad, pero ahora se senta
momentneamenteconfusa
por haber recibido un reproche tan directo; aunque era lo que se
haba esperado. Pero se recuperpronto y dijo con calma:De qu te
sorprendes, Elizabeth? Te parece increble que el seor Collins haya
sido
capaz deprocurar la estimacin de una mujer por el hecho de no haber
sido afortunado contigo?Pero, entretanto, Elizabeth haba recuperado
la calma, y haciendo un enorme esfuerzo fue capaz deasegurarle con
suficiente firmeza que le encantaba la idea de su parentesco y que le
deseaba
toda lafelicidad del mundo.S lo que sientes repuso Charlotte.
Tienes que estar sorprendida, sorprendidsima, haciendotan poco
que el seor Collins deseaba casarse contigo. Pero cuando hayas
tenido
tiempo de pensarlo bien,espero que comprenders lo que he hecho.
Sabes
que no soy romntica. Nunca lo he sido. No busco msque un hogar
confortable, y teniendo en cuenta el carcter de Collins, sus relaciones y
81
su posicin, estoyconvencida de que tengo tantas probabilidades de ser
feliz con l, como las que puede tener la mayora dela gente que se
casa.
Elizabeth le contest dulcemente:Es indudable.Y despus de una
pausa algo embarazosa, fueron a reunirse con el resto de la familia.
Charlotte
semarch en seguida y Elizabeth se qued meditando lo que acababa
de escuchar. Tard mucho en hacerse ala idea de un casamiento tan
disparatado. Lo raro que resultaba que Collins hubiese hecho
dosproposiciones
de matrimonio en tres das, no era nada en comparacin con el
hecho de que hubiese sidoaceptado. Siempre crey que las teoras de
Charlotte sobre el matrimonio no eran exactamente como lassuyas,
pero
nunca supuso que al ponerlas en prctica sacrificase sus mejores
sentimientos
a cosasmundanas. Y al dolor que le causaba ver cmo su amiga se
haba desacreditado y haba perdido mucha dela estima que le tena, se
aada el penoso convencimiento de que le sera imposible ser feliz con
la suerteque haba elegido.CAPTULO XXIIIElizabeth estaba sentada
con
su madre y sus hermanas meditando sobre lo que haba escuchado ysin
saber si deba o no contarlo, cuando apareci el propio Sir William
Lucas,
enviado por su hija, paraanunciar el compromiso a la familia. Entre
muchos cumplidos y congratulndose de la unin de las doscasas,
revel
el asunto a una audiencia no slo estupefacta, sino tambin incrdula,
pues la seora Bennet,con ms obstinacin que cortesa, afirm que
deba
de estar completamente equivocado, y Lydia, siempreindiscreta y a
menudo mal educada, exclam alborotadamente:Librodot Orgullo y
prejuicio
Jane AustenLibrodot5959Santo Dios! Qu est usted diciendo,
sir William? No sabe que el seor Collins quierecasarse con Elizabeth?
Slo la condescendencia de un cortesano poda haber soportado,
sin enfurecerse, aquelcomportamiento; pero la buena educacin de sir
William estaba por encima de todo. Rog que lepermitieran garantizar la
verdad de lo que deca, pero escuch todas aquellas impertinencias con
la msabsoluta correccin.Elizabeth se sinti obligada a ayudarle a salir
de tan enojosa situacin, y confirm sus palabras,revelando lo que ella
saba por la propia Charlotte. Trat de poner fin a las exclamaciones de
su madre y desus hermanas felicitando calurosamente a sir William, en
lo que pronto fue secundada por Jane, ycomentando la felicidad que se
poda esperar del acontecimiento, dado el excelente carcter del
seorCollins
y la conveniente distancia de Hunsford a Londres.La seora
Bennet estaba ciertamente demasiado sobrecogida para hablar mucho
mientras sirWilliam permaneci en la casa; pero, en cuanto se fue, se
desahog
rpidamente. Primero, insista en nocreer ni una palabra; segundo,
estaba segura de que a Collins lo haban engaado; tercero, confiaba
82
en quenunca seran felices juntos; y cuarto, la boda no se llevara a
cabo.
Sin embargo, de todo ello se desprendanclaramente dos cosas: que
Elizabeth
era la verdadera causa de toda la desgracia, y que ella, la
seoraBennet,
haba sido tratada de un modo brbaro por todos. El resto del
da lo pas despotricando, y no hubonada que pudiese consolarla o
calmarla.
Tuvo que pasar una semana antes de que pudiese ver a Elizabethsin
reprenderla; un mes, antes de que dirigiera la palabra a sir William o
a lady Lucas sin ser grosera; ymucho, antes de que perdonara a
Charlotte.
El estado de nimo del seor Bennet ante la noticia era ms tranquilo;
es ms, hasta se alegr,porque de este modo poda comprobar, segn
dijo,
que Charlotte Lucas, a quien nunca tuvo por muy lista,era tan tonta
como su mujer, y mucho ms que su hija.Jane confes que se haba
llevado
una sorpresa; pero habl menos de su asombro que de sussinceros
deseos de que ambos fuesen felices, ni siquiera Elizabeth logr hacerle
ver que semejante felicidadera improbable. Catherine y Lydia estaban
muy lejos de envidiar a la seorita Lucas, pues Collins no erams que
un
clrigo y el suceso no tena para ellas ms inters que el de poder
difundirlo
por Meryton.Lady Lucas no poda resistir la dicha de poder desquitarse
con la seora Bennet manifestndole elconsuelo que le supona tener
una hija casada; iba a Longbourn con ms frecuencia que de costumbre
paracontar lo feliz que era, aunque las poco afables miradas y los
comentarios
mal intencionados de la seoraBennet podran haber acabado
con toda aquella felicidad.Entre Elizabeth y Charlotte haba una barrera
que les haca guardar silencio sobre el tema, yElizabeth tena la
impresin
de que ya no volvera a existir verdadera confianza entre ellas. La
decepcinque se haba llevado de Charlotte le hizo volverse hacia su
hermana
con ms cario y admiracin quenunca, su rectitud y su delicadeza
le garantizaban que su opinin sobre ella nunca cambiara, y
cuyafelicidad
cada da la tena ms preocupada, pues haca ya una semana que
Bingley se haba marchado ynada se saba de su regreso.Jane contest
en
seguida la carta de Caroline Bingley, y calculaba los das que poda
tardar
enrecibir la respuesta. La prometida carta de Collins lleg el martes,
dirigida al padre y escrita con toda lasolemnidad de agradecimiento que
slo un ao de vivir con la familia poda haber justificado. Despus
dedisculparse
al principio, proceda a informarle, con mucha grandilocuencia,
de su felicidad por haberobtenido el afecto de su encantadora vecina
la seorita Lucas, y expresaba luego que slo con la intencinde gozar
de
su compaa se haba sentido tan dispuesto a acceder a sus amables
deseos
de volverse a ver enLongbourn, adonde esperaba regresar del lunes
en quince das; pues lady Catherine, agregaba, aprobaba
83
tancordialmente su boda, que deseaba se celebrase cuanto antes, cosa
que confiaba sera un argumentoirrebatible para que su querida
Charlotte
fijase el da en que habra de hacerle el ms feliz de los hombres.La
vuelta de Collins a Hertfordshire ya no era motivo de satisfaccin para la
seora Bennet. Alcontrario, lo deploraba ms que su marido: Era muy
raro que Collins viniese a Longbourn en vez de ir acasa de los Lucas;
resultaba
muy inconveniente y extremadamente embarazoso. Odiaba tener
visitas dadoLibrodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot6060su mal
estado de salud, y los novios eran los seres ms insoportables del
mundo.
stos eran los continuosmurmullos de la seora Bennet, que slo
cesaban
ante una angustia an mayor: la larga ausencia del seorBingley.
Ni Jane ni Elizabeth estaban tranquilas con este tema. Los das
pasaban
sin que tuviese ms noticiaque la que pronto se extendi por Meryton:
que los Bingley no volveran en todo el invierno. La seoraBennet
estaba indignada y no cesaba de desmentirlo, asegurando que era la
falsedad
ms atroz que or sepuede.Incluso Elizabeth comenz a temer, no
que Bingley hubiese olvidado a Jane, sino que sushermanas pudiesen
conseguir apartarlo de ella. A pesar de no querer admitir una idea tan
desastrosa para lafelicidad de Jane y tan indigna de la firmeza de su
enamorado,
Elizabeth no poda evitar que con frecuenciase le pasase por la
mente. Tema que el esfuerzo conjunto de sus desalmadas hermanas y
de
su influyenteamigo, unido a los atractivos de la seorita Darcy y a los
placeres de Londres, podan suponer demasiadascosas a la vez en
contra
del cario de Bingley.En cuanto a Jane, la ansiedad que esta duda le
causaba
era, como es natural, ms penosa que la deElizabeth; pero sintiese lo
que sintiese, quera disimularlo, y por esto entre ella y su hermana
nunca
sealuda a aquel asunto. A su madre, sin embargo, no la contena igual
delicadeza y no pasaba una hora sinque hablase de Bingley,
expresando
su impaciencia por su llegada o pretendiendo que Jane confesase
que,si
no volva, la habran tratado de la manera ms indecorosa. Se
necesitaba
toda la suavidad de Jane paraaguantar estos ataques con tolerable
tranquilidad.
Collins volvi puntualmente del lunes en quince das; el recibimiento
que se le hizo en Longbournno fue tan cordial como el de la primera
vez. Pero el hombre era demasiado feliz para que nada le hiciesemella,
y por suerte para todos, estaba tan ocupado en su cortejo que se vean
libres
de su compaa muchotiempo. La mayor parte del da se lo pasaba
en casa de los Lucas, y a veces volva a Longbourn slo con eltiempo
justo
de excusar su ausencia antes de que la familia se acostase.La seora
Bennet se encontraba realmente en un estado lamentable. La sola
mencin
de algoconcerniente a la boda le produca un ataque de mal humor,
84
y dondequiera que fuese poda tener por seguroque oira hablar de
dicho
acontecimiento. El ver a la seorita Lucas la descompona. La miraba
con
horrory celos al imaginarla su sucesora en aquella casa. Siempre que
Charlotte vena a verlos, la seora Bennetllegaba a la conclusin de que
estaba anticipando la hora de la toma de posesin, y todas las veces
que
lecomentaba algo en voz baja a Collins, estaba convencida de que
hablaban
de la herencia de Longbourn yplaneaban echarla a ella y a sus hijas
en cuanto el seor Bennet pasase a mejor vida. Se quejaba de
elloamargamente
a su marido.La verdad, seor Bennet le deca, es muy duro
pensar que Charlotte Lucas ser un da laduea de esta casa, y que yo
me ver obligada a cederle el sitio y a vivir vindola en mi lugar.
Querida, no pienses en cosas tristes. Tengamos esperanzas en cosas
mejores. Animmonos conla idea de que puedo sobrevivirte.No era
muy consolador, que digamos, para la seora Bennet; sin embarg, en
vez de contestar,continu:No puedo soportar el pensar que lleguen a
ser dueos de toda esta propiedad. Si no fuera por ellegado, me traera
sin cuidado.Qu es lo que te traera sin cuidado?Me traera sin
cuidado
absolutamente todo.Demos gracias, entonces, de que te salven de
semejante estado de insensibilidad.Nunca podr dar gracias por nada
que se refiera al legado. No entender jams que alguienpueda tener la
conciencia tranquila desheredando a sus propias hijas. Y para colmo,
que el heredero tengaque ser el seor Collins! Por qu l, y no
cualquier
otro?Lo dejo a tu propia consideracin.Librodot Orgullo y prejuicio
Jane AustenLibrodot6161CAPTULO XXIVLa carta de la seorita
Bingley
lleg, y puso fin a todas las dudas. La primera frase ya comunicabaque
todos se haban establecido en Londres para pasar el invierno, y al final
expresaba el pesar del hermanopor no haber tenido tiempo, antes de
abandonar el campo, de pasar a presentar sus respetos a sus amigos
deHertfordshire.No haba esperanza, se haba desvanecido por
completo.
Jane sigui leyendo, pero encontr pocascosas, aparte de las
expresiones
de afecto de su autora, que pudieran servirle de alivio. El resto de la
cartaestaba casi por entero dedicado a elogiar a la seorita Darcy.
Insista
de nuevo sobre sus mltiplesatractivos, y Caroline presuma muy
contenta
de su creciente intimidad con ella, aventurndose a predecirel
cumplimiento
de los deseos que ya manifestaba en la primera carta. Tambin
1e contaba con regocijoque su hermano era ntimo de la familia Darcy, y
mencionaba con entusiasmo ciertos planes de este ltimo,relativos al
nuevo mobiliario.Elizabeth, a quien Jane comunic en seguida lo ms
importante de aquellas noticias, la escuch ensilencio y muy indignada.
Su corazn fluctuaba entre la preocupacin por su hermana y el odio a
85
todos losdems. No daba crdito a la afirmacin de Caroline de que su
hermano estaba interesado por la seoritaDarcy. No dudaba, como no
lo
haba dudado jams, que Bingley estaba enamorado de Jane; pero
Elizabeth,
que siempre le tuvo tanta simpata, no pudo pensar sin rabia, e incluso
sin desprecio, en aquella debilidadde carcter y en su falta de decisin,
que le hacan esclavo de sus intrigantes amigos y le arrastraban
asacrificar
su propia felicidad al capricho de los deseos de aquellos. Si no
sacrificase
ms que su felicidad,podra jugar con ella como se le antojase;
pero se trataba tambin de la felicidad de Jane, y pensaba que
ldebera
tenerlo en cuenta. En fin, era una de esas cosas con las que es intil
romperse
la cabeza.Elizabeth no poda pensar en otra cosa; y tanto si el inters
de Bingley haba muerto realmente,como si haba sido obstaculizado
por la intromisin de sus amigos; tanto si Bingley saba del afecto
deJane,
como si le haba pasado inadvertido; en cualquiera de los casos, y
aunque
la opinin de Elizabethsobre Bingley pudiese variar segn las
diferencias,
la situacin de Jane segua siendo la misma y su paz sehaba
perturbado.
Un da o dos transcurrieron antes de que Jane tuviese el valor de
confesar sus sentimientos a suhermana; pero, al fin, en un momento en
que la seora Bennet las dej solas despus de haberse irritadoms
que
de costumbre con el tema de Netherfield y su dueo, la joven no lo pudo
resistir y exclam:Si mi querida madre tuviese ms dominio de s
misma!
No puede hacerse idea de lo que meduelen sus continuos comentarios
sobre el seor Bingley. Pero no me pondr triste. No puede durar
mucho.Lo olvidar y todos volveremos a ser como antes.Elizabeth,
solcita
e incrdula, mir a su hermana, pero no dijo nada.Lo dudas?
pregunt Jane ligeramente ruborizada. No tienes motivos. Le
recordarsiempre
como el mejor hombre que he conocido, eso es todo. Nada
tengo que esperar ni que temer, y nadatengo que reprocharle. Gracias a
Dios, no me queda esa pena. As es que dentro de poco tiempo,
estarmucho
mejor.Con voz ms fuerte aadi despus:Tengo el consuelo
de pensar que no ha sido ms que un error de la imaginacin por mi
parte
yque no ha perjudicado a nadie ms que a m misma.Querida Jane!
exclam Elizabeth. Eres demasiado buena. Tu dulzura y tu
desinters
sonverdaderamente angelicales. No s qu decirte. Me siento como si
nunca te hubiese hecho justicia, o comosi no te hubiese querido todo lo
que mereces.Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot6262Jane
neg vehementemente que tuviese algn mrito extraordinario y
rechaz
los elogios de suhermana que eran slo producto de su gran afecto.
No dijo Elizabeth, eso no est bien. Todo el mundo te parece
respetable y te ofendes si yohablo mal de alguien. T eres la nica a
86
quien encuentro perfecta y tampoco quieres que te lo diga. Notemas
que
me exceda apropindome de tu privilegio de bondad universal. No hay
peligro. A poca gentequiero de verdad, y de muy pocos tengo buen
concepto.
Cuanto ms conozco el mundo, ms me desagrada,y el tiempo me
confirma mi creencia en la inconsistencia del carcter humano, y en lo
poco que se puedeuno fiar de las apariencias de bondad o inteligencia.
ltimamente he tenido dos ejemplos: uno que noquiero mencionar, y el
otro, la boda de Charlotte. Es increble! Lo mires como lo mires, es
increble!
Querida Lizzy, no debes tener esos sentimientos, acabarn con
tu felicidad. No tienes enconsideracin las diferentes situaciones y la
forma
de ser de las personas. Ten en cuenta la respetabilidaddel seor Collins
y el carcter firme y prudente de Charlotte. Recuerda que pertenece
a una familianumerosa, y en lo que se refiere a la fortuna, es una boda
muy deseable, debes creer, por el amor de Dios,que puede que sienta
cierto afecto y estima por nuestro primo.Por complacerte, tratara de
creer lo que dices, pero nadie saldra beneficiado, porque sisospechase
que Charlotte siente algn inters por el seor Collins, tendra peor
opinin
de su inteligenciade la que ahora tengo de su corazn. Querida Jane,
el seor Collins es un hombre engredo, pedante, cerril ymentecato;
lo sabes tan bien como yo; y como yo tambin debes saber que la mujer
que se case con l nopuede estar en su sano juicio. No la defiendas
porque
sea Charlotte Lucas. Por una persona en concreto nodebes trastocar el
significado de principio y de integridad, ni intentar convencerte a ti
misma
o a m, de queel egosmo es prudencia o de que la insensibilidad ante
el peligro es un seguro de felicidad.Hablas de los dos con demasiada
dureza repuso Jane, y espero que lo admitirs cuandoveas que
son
felices juntos. Pero dejemos esto. Hiciste alusin a otra cosa.
Mencionaste
dos ejemplos. Yas de qu se trata, pero te ruego, querida Lizzy, que
no
me hagas sufrir culpando a esa persona y diciendoque has perdido la
buena opinin que tenas de l. No debemos estar tan predispuestos a
imaginarnos quenos han herido intencionadamente. No podemos
esperar
que un hombre joven y tan vital sea siempre tancircunspecto y
comedido.
A menudo lo que nos engaa es nicamente nuestra propia vanidad.
Las mujeresnos creemos que la admiracin significa ms de lo que
es en realidad.Y los hombres se cuidan bien de que as sea.Si lo
hacen
premeditadamente, no tienen justificacin; pero me parece que no
hay tantapremeditacin en el mundo como mucha gente se figura.No
pretendo atribuir a la premeditacin la conducta del seor Bingley; pero
sin querer obrar malo hacer sufrir a los dems, se pueden cometer
errores
y hacer mucho dao. De eso se encargan lainconsciencia, la falta de
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atencin a los sentimientos de otras personas y la falta de decisin.
Achacas lo ocurrido a algo de eso?S, a lo ltimo. Pero si sigo
hablando, te disgustar diciendo lo que pienso de personas que
testimas.
Vale ms que procures que me calle.Persistes en suponer, pues,
que las hermanas influyen en l?S, junto con su amigo.No lo
puedo
creer. Por qu iba a hacerlo? Slo pueden desear su felicidad; y si l
me
quiere am, ninguna otra mujer podr proporcionrsela.Tu primera
suposicin
es falsa. Pueden desear muchas cosas adems de su felicidad;
puedendesear que aumente su riqueza, con lo que ello trae consigo;
pueden
desear que se case con una chica quetenga toda la importancia que
da el dinero, las grandes familias y el orgullo.O sea que desean que
elija
a la seorita Darcy replic Jane; pero quiz les muevan
mejoresintenciones
de las que crees. La han tratado mucho ms que a m, es lgico
que la quieran ms. Perocualesquiera que sean sus deseos, es muy
poco
probable que se hayan opuesto a los de su hermano. QuLibrodot
Orgullo
y prejuicio Jane AustenLibrodot6363hermana se creera con derecho
a hacerlo, a no ser que hubiese algo muy grave que objetar? Si
hubiesenvisto
que se interesaba mucho por m, no habran procurado separarnos;
y si l estuviese efectivamente taninteresado, todos sus esfuerzos
seran
intiles. Al suponer que me quiere, slo consigues atribuir un
malcomportamiento
y una actitud errnea a todo el mundo y hacerme a m
sufrir ms todava. No meavergenzo de haberme equivocado y si me
avergonzara, mi sufrimiento no sera nada en comparacin conel dolor
que me causara pensar mal de Bingley o de sus hermanas. Djame
interpretarlo
del mejor modoposible, del modo que lo haga ms explicable.
Elizabeth no poda oponerse a tales deseos; y desde entonces el
nombre
de Bingley pocas veces sevolvi a pronunciar entre ellas.La seora
Bennet segua an extraada y murmurando al ver que Bingley no
regresaba;
y aunqueno pasaba da sin que Elizabeth le hiciese ver claramente
lo que suceda, no pareca que la madre dejase deextraarse. Su hija
intentaba
convencerla de lo que ella misma no crea, dicindole que las
atenciones deBingley para con Jane haban sido efecto de un capricho
corriente
y pasajero que ces al dejar de verla;pero aunque la seora Bennet
no vacilaba en admitir esa posibilidad, no poda dejar de repetir todos
los dasla misma historia. Lo nico que la consolaba era que Bingley
tena que volver en verano.El seor Bennet vea la cosa de muy distinta
manera.De modo, Lizzy le dijo un da, que tu hermana ha tenido un
fracaso amoroso. Le doy laenhorabuena. Antes de casarse, est bien
que
una chica tenga algn fracaso; as se tiene algo en qu pensar,y le da
cierta
distincin entre sus amistades. Y a ti, cundo te toca? No te gustara
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ser menos que Jane.Aprovchate ahora. Hay en Meryton bastantes
oficiales
como para engaar a todas las chicas de lacomarca. Elige a Wickham.
Es un tipo agradable, y es seguro que te dar calabazas.Gracias,
pap,
pero me conformara con un hombre menos agradable. No todos
podemosesperar
tener tan buena suerte como Jane.Es verdad dijo el seor
Bennet, pero es un consuelo pensar que, suceda lo que
suceda,tienes
una madre cariosa que siempre te ayudar.La compaa de Wickham
era de gran utilidad para disipar la tristeza que los ltimos ydesdichados
sucesos haban producido a varios miembros de la familia de
Longbourn.
Le vean a menudo,y a sus otras virtudes uni en aquella ocasin
la de una franqueza absoluta. Todo lo que Elizabeth habaodo, sus
quejas
contra Darcy y los agravios que le haba inferido, pasaron a ser del
dominio pblico; todoel mundo se complaca en recordar lo antiptico
que siempre haba sido Darcy, aun antes de saber nada detodo aquello.
Jane era la nica capaz de suponer que hubiese en este caso alguna
circunstancia atenuantedesconocida por los vecinos de Hertfordshire.
Su
dulce e invariable candor reclamaba indulgenciaconstantemente y
propona
la posibilidad de una equivocacin; pero todo el mundo tena a
Darcy por elpeor de los hombres.CAPTULO XXVDespus de una
semana,
pasada entre promesas de amor y planes de felicidad, Collins tuvo
quedespedirse de su amada Charlotte para llegar el sbado a Hunsford.
Pero la pena de la separacin sealiviaba por parte de Collins con los
preparativos
que tena que hacer para la recepcin de su novia; puestena
sus razones para creer que a poco de su prximo regreso a
Hertfordshire
se fijara el da que habra dehacerle el ms feliz de los hombres. Se
despidi
de sus parientes de Longbourn con la misma solemnidadque la
otra vez; dese de nuevo a sus bellas primas salud y venturas, y
prometi
al padre otra carta deagradecimiento.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot6464El lunes siguiente, la seora Bennet tuvo el placer
de recibir a su hermano y a la esposa de ste,que venan, como de
costumbre,
a pasar las Navidades en Longbourn. El seor Gardiner era un
hombreinteligente y caballeroso, muy superior a su hermana por
naturaleza
y por educacin. A las damas deNetherfield se les hubiese hecho difcil
creer que aquel hombre que viva del comercio y se hallaba
siempremetido
en su almacn, pudiera estar tan bien educado y resultar tan
agradable. La seora Gardiner, bastantems joven que la seora
Bennet y
que la seora Philips, era una mujer encantadora y elegante, a la que
sussobrinas
de Longbourn adoraban. Especialmente las dos mayores, con
las que tena una particular amistad.Elizabeth y Jane haban estado
muchas
veces en su casa de la capital. Lo primero que hizo la
89
seoraGardiner al llegar fue distribuir sus regalos y describir las nuevas
modas. Una vez hecho esto, dej de llevarla voz cantante de la
conversacin;
ahora le tocaba escuchar. La seora Bennet tena que contarle
susmuchas
desdichas y sus muchas quejas. Haba sufrido muchas humillaciones
desde la ltima vez que vio asu cuada. Dos de sus hijas haban estado
a punto de casarse, pero luego todo haba quedado en nada.No
culpo a Jane continu, porque se habra casado con el seor Bingley,
si
hubiese podido;pero Elizabeth Ah, hermana ma!, es muy duro
pensar
que a estas horas podra ser la mujer de Collins sino hubiese sido por
su
testarudez. Le hizo una proposicin de matrimonio en esta misma
habitacin
y lorechaz. A consecuencia de ello lady Lucas tendr una hija casada
antes que yo, y la herencia deLongbourn pasar a sus manos. Los
Lucas son muy astutos, siempre se aprovechan de lo que
pueden.Siento
tener que hablar de ellos de esta forma pero es la verdad. Me pone muy
nerviosa y enferma que mipropia familia me contrare de este modo, y
tener vecinos que no piensan ms que en s mismos. Menosmal que
tenerte
a ti aqu en estos precisos momentos, me consuela enormemente;
me encanta lo que noscuentas de las mangas largas.La seora
Gardiner,
que ya haba tenido noticias del tema por la correspondencia que
mantenacon
Jane y Elizabeth, dio una respuesta breve, y por compasin a sus
sobrinas, cambi de conversacin.Cuando estuvo a solas luego con
Elizabeth,
volvi a hablar del asunto:Parece ser que habra sido un buen
partido para Jane dijo. Siento que se haya estropeado.Pero estas
cosas
ocurren tan a menudo! Un joven como Bingley, tal y como t me lo
describes, se enamoracon facilidad de una chica bonita por unas
cuantas
semanas y, si por casualidad se separan, la olvida con lamisma
facilidad.
Esas inconstancias son muy frecuentes.Si hubiera sido as, sera un
gran consuelo dijo Elizabeth, pero lo nuestro es diferente. Loque
nos
ha pasado no ha sido casualidad. No es tan frecuente que unos amigos
se
interpongan y convenzana un joven independiente de que deje de
pensar
en una muchacha de la que estaba locamente enamoradounos das
antes.
Pero esa expresin, locamente enamorado, est tan manida, es
tan ambigua y tan indefinida,que no me dice nada. Lo mismo se aplica a
sentimientos nacidos a la media hora de haberse conocido, quea un
cario
fuerte y verdadero. Explcame cmo era el amor del seor Bingley.
Nunca vi una atraccin ms prometedora. Cuando estaba con Jane
no prestaba atencin a nadiems, se dedicaba por entero a ella. Cada
vez
que se vean era ms cierto y evidente. En su propio bailedesair a dos
o
tres seoritas al no sacarlas a bailar y yo le dirig dos veces la palabra
sin
obtener respuesta.Puede haber sntomas ms claros? No es la
90
descortesa con todos los dems, la esencia misma del amor?De esa
clase de amor que me figuro que senta Bingley, s. Pobre Jane! Lo
siento
por ella, puesdado su modo de ser, no olvidar tan fcilmente. Habra
sido
mejor que te hubiese ocurrido a ti, Lizzy; t tehabras resignado ms
pronto. Pero, crees que podremos convencerla de que venga con
nosotros
aLondres? Le conviene un cambio de aires, y puede que descansar
un poco de su casa le vendra mejor queninguna otra cosa.A Elizabeth
le
pareci estupenda esta proposicin y no dud de que su hermana la
aceptara.Supongo aadi que no la detendr el pensar que
pueda
encontrarse con ese joven.Vivimos en zonas de la ciudad opuestas,
todas
nuestras amistades son tan distintas y, como t sabes,salimos tan poco,
que es muy poco probable que eso suceda, a no ser que l venga
expresamente
a verla.Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot6565Y
eso es imposible, porque ahora se halla bajo la custodia de su amigo, y
el
seor Darcy nopermitira que visitase a Jane en semejante parte de
Londres.
Querida ta, qu te parece? Puede que Darcyhaya odo hablar de
un lugar como la calle Gracechurch, pero creera que ni las abluciones
de
todo un messeran suficientes para limpiarle de todas sus impurezas, si
es que alguna vez se dignase entrar en esa calle.Y puedes tener por
seguro
que Bingley no dara un paso sin l.Mucho mejor. Espero que no se
vean nunca. Pero, no se escribe Jane con la hermana?Entonces, la
seorita
Bingley no tendr disculpa para no ir a visitarla.Romper su amistad
por completo.Pero, a pesar de que Elizabeth estuviese tan segura sobre
este punto, y, lo que era an msinteresante, a pesar de que a Bingley
le impidiesen ver a Jane, la seora Gardiner se convenci, despus
deexaminarlo
bien, de que haba todava una esperanza. Era posible, y a veces
crea que hasta provechoso,que el cario de Bingley se reanimase y
luchara contra la influencia de sus amigos bajo la influencia msnatural
de los encantos de Jane.Jane acept gustosa la invitacin de su ta, sin
pensar en los Bingley, aunque esperaba que, comoCaroline no viva en
la
misma casa que su hermano, podra pasar alguna maana con ella sin
el
peligro deencontrarse con l.Los Gardiner estuvieron en Longbourn una
semana; y entre los Philips, los Lucas y los oficiales,no hubo un da sin
que tuviesen un compromiso. La seora Bennet se haba cuidado tanto
de prepararlotodo para que su hermano y su cuada lo pasaran bien,
que ni una sola vez pudieron disfrutar de unacomida familiar. Cuando el
convite era en casa, siempre concurran algunos oficiales entre los
queWickham no poda faltar. En estas ocasiones, la seora Gardiner,
que
senta curiosidad por los muchoselogios que Elizabeth le tributaba, los
observ a los dos minuciosamente. Dndose cuenta, por lo que vea,de
91
que no estaban seriamente enamorados; su recproca preferencia era
demasiado
evidente. No se quedmuy tranquila, de modo que antes de irse
de Hertfordshire decidi hablar con Elizabeth del asuntoadvirtindole de
su imprudencia por alentar aquella relacin.Wickham, aparte de sus
cualidades,
saba cmo agradar a la seora Gardiner. Antes de casarse,diez o
doce aos atrs, ella haba pasado bastante tiempo en el mismo lugar
de
Derbyshire donde Wickhamhaba nacido. Posean, por lo tanto, muchas
amistades en comn; y aunque Wickham se march pocodespus del
fallecimiento
del padre de Darcy, ocurrido haca cinco aos, todava poda
contarle cosas desus antiguos amigos, ms recientes que las que ella
saba.
La seora Gardiner haba estado en Pemberley y haba conocido al
ltimo seor Darcy a laperfeccin. ste era, por consiguiente, un tema
de
conversacin inagotable. Comparaba sus recuerdos dePemberley con
la
detallada descripcin que Wickham haca, y elogiando el carcter de su
ltimo dueo, sedeleitaban los dos. Al enterarse del comportamiento de
Darcy con Wickham, la seora Gardiner crearecordar algo de la mala
fama
que tena cuando era an muchacho, lo que encajaba en este caso; por
fin,confes que se acordaba que ya entonces se hablaba del joven
Fitzwilliam
Darcy como de un chico malo yorgulloso.CAPTULO XXVIA seora
Gardiner hizo a Elizabeth la advertencia susodicha puntual y
amablemente,
a la primeraoportunidad que tuvo de hablar a solas con ella. Despus
de haberle dicho honestamente lo que pensaba,aadi:Eres una
chica demasiado sensata, Lizzy, para enamorarte slo porque se te
haya
advertido queno lo hicieses; y por eso, me atrevo a hablarte
abiertamente.
En serio, ten cuidado. No te comprometas, nidejes que l se vea
envuelto
en un cario que la falta de fortuna puede convertir en una imprudencia.
Nadatengo que decir contra l; es un muchacho muy interesante,
y si tuviera la posicin que debera tener, meComment: La
calleGracechurcb:
En el actual barriofinanciero de Londres, que enaquel tiempo estaba
ocupadoprincipalmente por comercios.Librodot Orgullo y prejuicio
Jane AustenLibrodot6666parecera inmejorable. Pero tal y como estn
las
cosas, no puedes cegarte. Tienes mucho sentido, y todosesperamos
que
lo uses. Tu padre confa en tu firmeza y en tu buena conducta. No vayas
a defraudarle.Querida ta, esto es serio de veras.S, y ojal que t
tambin te lo tomes en serio.Bueno, no te alarmes. Me cuidar de
Wickham. Si lo puedo evitar, no se enamorar de m.Elizabeth, no
ests
hablando en serio.Perdname. Lo intentar otra vez. Por ahora, no
estoy enamorada de Wickham; es verdad, no loestoy. Pero es, sin
comparacin,
el hombre ms agradable que jams he visto; tanto, que no me
importaraque se sintiese atrado por m. S que es una imprudencia.
92
Ay, ese abominable Darcy! La opinin que mipadre tiene de m, me
honra;
y me dara muchsima pena perderla. Sin embargo, mi padre es
partidario
delseor Wickham. En fin, querida ta, sentira mucho haceros sufrir
a alguno de vosotros; pero cuando vemosa diario que los jvenes, si
estn enamorados suelen hacer caso omiso de la falta de fortuna a la
hora
decomprometerse, cmo podra prometer yo ser ms lista que tantas
de mis congneres, si me viera tentada?O cmo sabra que obrara
con
inteligencia si me resisto? As es que lo nico que puedo prometerte es
queno me precipitar. No me apresurar en creer que soy la mujer de
sus
sueos. Cuando est a su lado, no ledemostrar que me gusta. O sea,
que
me portar lo mejor que pueda.Tal vez lo conseguiras, si procuras
que
no venga aqu tan a menudo. Por lo menos, no deberasrecordar a tu
madre
que lo invite.Como hice el otro da repuso Elizabeth con maliciosa
sonrisa. Es verdad, sera lo msoportuno. Pero no vayas a imaginar
que viene tan a menudo. Si le hemos invitado tanto esta semana,
esporque
t estabas aqu. Ya sabes la obsesin de mi madre de que sus visitas
estn constantementeacompaadas. Pero de veras, te doy mi palabra
de
que tratar siempre de hacer lo que crea ms sensato.Espero que
ahora
estars ms contenta.Su ta le asegur que lo estaba; Elizabeth le
agradeci
sus amables advertencias, y se fueron. Suconversacin haba
constituido
un admirable ejemplo de saber aconsejar sin causar resentimiento.
Poco despus de haberse ido los Gardiner y Jane, Collins regres a
Hertfordshire; pero como fue acasa de los Lucas, la seora Bennet no
se
incomod por su llegada. La boda se aproximaba y la seoraBennet se
haba resignado tanto que ya la daba por inevitable e incluso repeta,
eso
s, de mal talante, quedeseaba que fuesen felices. La boda se iba a
celebrar
el jueves, y, el mircoles vino la seorita Lucas ahacer su visita de
despedida. Cuando la joven se levant para irse, Elizabeth,
sinceramente
conmovida, yavergonzada por la desatenta actitud y los fingidos buenos
deseos de su madre, sali con ella de lahabitacin y la acompa hasta
la
puerta. Mientras bajaban las escaleras, Charlotte dijo:Confo en que
tendr noticias tuyas muy a menudo, Eliza.Las tendrs.Y quiero
pedirte
otro favor. Vendrs a verme?Nos veremos con frecuencia en
Hertfordshire, espero.Me parece que no podr salir de Kent hasta
dentro
de un tiempo. Promteme, por lo tanto, venira Hunsford.A pesar de
la poca gracia que le haca la visita, Elizabeth no pudo rechazar la
invitacin
deCharlotte.Mi padre y Mara irn a verme en marzo aadi
Charlotte y quisiera que losacompaases. Te aseguro, Eliza, que
sers
tan bien acogida como ellos.Se celebr la boda; el novio y la novia
partieron
hacia Kent desde la puerta de la iglesia, y todo elmundo tuvo algn
93
comentario que hacer o que or sobre el particular, como de costumbre.
Elizabeth notard en recibir carta de su amiga, y su correspondencia fue
tan regular y frecuente como siempre. Pero yaLibrodot Orgullo y
prejuicio
Jane AustenLibrodot6767no tan franca. A Elizabeth le era imposible
dirigirse a Charlotte sin notar que toda su antigua confianzahaba
desaparecido,
y, aunque no quera interrumpir la correspondencia, lo haca
ms por lo que su amistadhaba sido que por lo que en realidad era
ahora.
Las primeras cartas de Charlotte las recibi con muchaimpaciencia;
senta mucha curiosidad por ver qu le deca de su nuevo hogar, por
saber
si le habraagradado lady Catherine y hasta qu punto se atrevera a
confesar que era feliz. Pero al leer aquellas cartas,Elizabeth observ
que
Charlotte se expresaba exactamente tal como ella haba previsto.
Escribaalegremente,
pareca estar rodeada de comodidades, y no mencionaba
nada que no fuese digno de alabanza.La casa, el mobiliario, la vecindad
y las carreteras, todo era de su gusto, y lady Catherine no poda ser
mssociable
y atenta. Era el mismo retrato de Hunsford y de Rosings que haba
hecho el seor Collins, aunquerazonablemente mitigado. Elizabeth
comprendi que deba aguardar a su propia visita para conocer el resto.
Jane ya le haba enviado unas lneas a su hermana anuncindole su
feliz
llegada a Londres; ycuando le volviese a escribir, Elizabeth tena
esperanza
de que ya podra contarle algo de los Bingley.Su impaciencia por
esta segunda carta recibi la recompensa habitual a todas las
impaciencias:
Jane llevaba una semana en la capital sin haber visto o sabido nada de
Caroline. Sin embargo, se loexplicaba suponiendo que la ltima carta
que le mand a su amiga desde Longbourn se habra perdido.Mi ta
continu ir maana a esa parte de la ciudad y tendr ocasin de
hacer
una visita aCaroline en la calle Grosvenor.Despus de la visita
mencionada,
en la que vio a la seorita Bingley, Jane volvi a escribir:
Caroline no estaba de buen humor, pero se alegr mucho de verme
y me reproch que no le hubiesenotificado mi llegada a Londres. Por lo
tanto, yo tena razn: no haba recibido mi carta. Naturalmente,
lepregunt
por su hermano. Me dijo que estaba bien, pero que anda tan ocupado
con el seor Darcy, que ellaapenas le ve. Casualmente esperaban a
la seorita Darcy para comer; me gustara verla. Mi visita no fuelarga,
pues Caroline y la seora Hurst tenan que salir. Supongo que pronto
vendrn a verme.Elizabeth movi la cabeza al leer la carta. Vio
claramente
que slo por casualidad podra Bingleydescubrir que Jane estaba
en Londres.Pasaron cuatro semanas sin que Jane supiese nada de l.
Trat
de convencerse a s misma de queno lo lamentaba; pero de lo que no
poda estar ciega ms tiempo, era del desinters de la seorita
94
Bingley.Despus de esperarla en casa durante quince das todas las
maanas
e inventarle una excusa todas lastardes, por fin, recibi su visita;
pero la brevedad de la misma y, lo que es ms, su extraa actitud
nodejaron
que Jane siguiera engandose. La carta que escribi entonces a su
hermana demostraba lo quesenta:Estoy segura, mi queridsima Lizzy,
de que sers incapaz de vanagloriarte a costa ma por tu buenjuicio,
cuando te confiese que me he desengaado completamente del afecto
de
la seorita Bingley. Detodos modos, aunque los hechos te hayan dado
la
razn, no me creas obstinada si an afirmo que, dado
sucomportamiento
conmigo, mi confianza era tan natural como tus recelos. A pesar de
todo,
no puedocomprender por qu motivo quiso ser amiga ma; pero si las
cosas
se volviesen a repetir, no me cabe lamenor duda de que me engaara
de nuevo. Caroline no me devolvi la visita hasta ayer, y entretanto
norecib
ni una nota ni una lnea suya. Cuando vino se vio bien claro que
era contra su voluntad; me dio unaligera disculpa, meramente formal,
por no haber venido antes; no dijo palabra de cundo volveramos
avernos
y estaba tan alterada que, cuando se fue, decid firmemente poner fin
a nuestras relaciones. Me dapena, aunque no puedo evitar echarle la
culpa
a ella. Hizo mal en elegirme a m como amiga. Pero puedodecir con
seguridad que fue ella quien dio el primer paso para intimar conmigo.
De cualquier modo, lacompadezco porque debe de comprender que se
ha portado muy mal, y porque estoy segura de que lapreocupacin por
su hermano fue la causa de todo. Y aunque nos consta que esa
preocupacin
esinnecesaria, el hecho de sentirla justifica su actitud para conmigo,
y como l merece cumplidamente que suhermana le adore, toda la
inquietud
que le inspire es natural y apreciable. Pero no puedo menos
quepreguntarme
por qu sigue teniendo esos temores, pues si l se hubiese
interesado por m, nos hubisemosvisto hace ya mucho tiempo. El sabe
que estoy en la ciudad; lo deduzco por algo que ella misma dijo;
ytodava
pareca, por su modo de hablar, que necesitaba convencerse a s
misma
de que Bingley estrealmente interesado por la seorita Darcy. No lo
entiendo. Si no temiera juzgar con dureza, casi dira queLibrodot Orgullo
y prejuicio Jane AustenLibrodot6868en todo esto hay ms vueltas de lo
que parece. Pero procurar ahuyentar todos estos penosos
pensamientos,
y pensar slo en lo que me hace ser feliz: tu cario y la inalterable
bondad de nuestros queridos tos.Escrbeme pronto. La seorita Bingley
habl de que nunca volveran a Netherfield y de que se desharan dela
casa, pero no con mucha certeza. Vale ms que no mencione estas
cosas.
Me alegro mucho de que hayastenido tan buenas noticias de nuestros
amigos de Hunsford. Haz el favor de ir a verlos con sir William yMara.
95
Estoy segura de que te encontrars bien all. Tuya,Jane.A Elizabeth le
dio un poco de pena esta carta, pero recuper el nimo al pensar que al
menos ya novolvera a dejarse tomar el pelo por la seorita Bingley.
Toda
esperanza con respecto al hermano se habadesvanecido por completo.
Ni siquiera deseaba que se reanudasen sus relaciones. Cada vez que
pensaba enl, ms le decepcionaba su carcter. Y como un castigo
para l
y en beneficio de Jane, Elizabeth deseabaque se casara con la
hermana
del seor Darcy cuanto antes, pues, por lo que Wickham deca, ella le
haraarrepentirse
con creces por lo que haba despreciado.A todo esto, la
seora Gardiner record a Elizabeth su promesa acerca de Wickham, y
quiso sabercmo andaban las cosas. Las noticias de Elizabeth eran
ms
favorables para la ta que para ella misma. Elaparente inters de
Wickham haba desaparecido, as como sus atenciones. Ahora era otra
a
la queadmiraba. Elizabeth era lo bastante observadora como para darse
cuenta de todo, pero lo vea y escriba deello sin mayor pesar. No haba
hecho mucha mella en su corazn, y su vanidad quedaba satisfecha
concreer
que habra sido su preferida si su fortuna se lo hubiese permitido.
La repentina adquisicin de diez millibras era el encanto ms notable de
la joven a la que ahora Wickham renda su atencin. Pero Elizabeth,
menos perspicaz tal vez en este caso que en el de Charlotte, no le
ech en cara su deseo de independencia.Al contrario, le pareca lo ms
natural del mundo, y como presuma que a l le costaba algn
esfuerzorenunciar
a ella, estaba dispuesta a considerar que era la medida ms sabia
y deseable para ambos, y podadesearle de corazn mucha felicidad.
Le comunic todo esto a la seora Gardiner; y despus de relatarle
todos los pormenores, aadi:Estoy convencida, querida ta, de que
nunca he estado muy enamorada, pues si realmente hubiese
sentidoesa
pasin pura y elevada del amor, detestara hasta su nombre y le
deseara
los mayores males. Pero noslo sigo aprecindolo a l, sino que no
siento
ninguna aversin por la seorita King. No la odio, no quierocreer que es
una mala chica. Esto no puede ser amor. Mis precauciones han sido
eficaces;
y aunque misamistades se preocuparan mucho ms por m, si yo
estuviese locamente enamorada de l, no puedo decirque lamente mi
relativa
insignificancia. La importancia se paga a veces demasiado cara.
Kitty y Lydia setoman ms a pecho que yo la traicin de Wickham. Son
jvenes an para ver la realidad del mundo yadquirir la humillante
conviccin
de que los hombres guapos deben tener algo de qu vivir, al igual
que losfeos.CAPTULO XXVIISin otros acontecimientos importantes
en la familia de Longbourn, ni ms variacin que los paseosa Meryton,
unas veces con lodo y otras con fro, transcurrieron los meses de
96
enero y febrero. Marzo era elmes en el que Elizabeth ira a Hunsford. Al
principio no pensaba en serio ir. Pero vio que Charlotte lo dabapor
descontado,
y poco a poco fue hacindose gustosamente a la idea hasta decidirse.
Con la ausencia, susdeseos de ver a Charlotte se haban acrecentado
y la mana que le tena a Collins haba disminuido. Elproyecto entraaba
cierta novedad, y como con tal madre y tan insoportables hermanas,
su casa no leresultaba un lugar muy agradable, no poda menospreciar
ese cambio de aires. El viaje le proporcionaba,adems, el placer de ir
a dar un abrazo a Jane; de tal manera que cuando se acerc la fecha,
hubiese
sentidotener que aplazarla.Pero todo fue sobre ruedas y el viaje se
llev a efecto segn las previsiones de Charlotte. Elizabethacompaara
a
sir William y a su segunda hija. Y para colmo, decidieron pasar una
noche
en Londres; elplan qued tan perfecto que ya no se poda pedir
ms.Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot6969Lo nico que
le daba pena a Elizabeth era separarse de su padre, porque saba que
la
iba a echar demenos, y cuando lleg el momento de la partida se
entristeci
tanto que le encarg a su hija que leescribiese e incluso prometi
contestar a su carta.La despedida entre Wickham y Elizabeth fue muy
cordial, an ms por parte de Wickham.Aunque en estos momentos
estaba
ocupado en otras cosas, no poda olvidar que ella fue la primera
queexcit
y mereci su atencin, la primera en escucharle y compadecerle y
la primera en agradarle. Y en sumanera de decirle adis, desendole
que
lo pasara bien, recordndole lo que le pareca lady Catherine deBourgh
y
repitindole que sus opiniones sobre la misma y sobre todos los dems
coincidiran siempre, hubotal solicitud y tal inters, que Elizabeth se
sinti
llena del ms sincero afecto hacia l y parti convencida deque siempre
considerara a Wickham, soltero o casado, como un modelo de simpata
y sencillez.Sus compaeros de viaje del da siguiente no eran los
ms indicados para que Elizabeth seacordase de Wickham con menos
agrado. Sir William y su hija Mara, una muchacha alegre pero de
cabezatan
hueca como la de su padre, no dijeron nada que valiese la pena
escuchar;
de modo que orles a ellos erapara Elizabeth lo mismo que or el
traqueteo del carruaje. A Elizabeth le divertan los despropsitos,
perohaca
ya demasiado tiempo que conoca a sir William y no poda decirle
nada nuevo acerca de lasmaravillas de su presentacin en la corte y de
su ttulo de Sir>, y sus cortesas eran tan rancias como susnoticias.El
viaje era slo de veinticuatro millas y lo emprendieron tan temprano que
a medioda estaban yaen la calle Gracechurch. Cuando se dirigan a la
puerta de los Gardiner, Jane estaba en la ventana del
salncontemplando
su llegada; cuando entraron en el vestbulo, ya estaba all para darles la
97
bienvenida.Elizabeth la examin con ansiedad y se alegr de
encontrarla
tan sana y encantadora como siempre. En lasescaleras haba un tropel
de
nias y nios demasiado impacientes por ver a su prima como para
esperarla
enel saln, pero su timidez no les dejaba acabar de bajar e ir a su
encuentro, pues haca ms de un ao que nola vean. Todo era alegra
y
atenciones. El da transcurri agradablemente; por la tarde callejearon
yrecorrieron las tiendas, y por la noche fueron a un teatro.Elizabeth
logr
entonces sentarse al lado de su ta. El primer tema de conversacin fue
Jane;despus de or las respuestas a las minuciosas preguntas que le
hizo
sobre su hermana, Elizabeth se quedms triste que sorprendida al
saber
que Jane, aunque se esforzaba siempre por mantener alto el nimo,
pasaba por momentos de gran abatimiento. No obstante, era razonable
esperar que no durasen muchotiempo. La seora Gardiner tambin le
cont detalles de la visita de la seorita Bingley a Gracechurch, y
lerepiti
algunas conversaciones que haba tenido despus con Jane que
demostraban
que esta ltima habadado por terminada su amistad.La seora
Gardiner consol a su sobrina por la traicin de Wickham y la felicit
por lo bien que lohaba tomado.Pero dime, querida Elizabeth
aadi, qu clase de muchacha es la seorita King?
Sentiramucho
tener que pensar que nuestro amigo es un cazador de dotes.A ver,
querida ta, cul es la diferencia que hay en cuestiones matrimoniales,
entre los mvilesegostas y los prudentes? Dnde acaba la discrecin
y
empieza la avaricia? Las pasadas Navidades temasque se casara
conmigo
porque habra sido imprudente, y ahora porque l va en busca de una
joven con slodiez mil libras de renta, das por hecho que es un cazador
de dotes.Dime nada ms qu clase de persona es la seorita King, y
podr formar juicio.Creo que es una buena chica. No he odo decir
nada
malo de ella.Pero l no le dedic la menor atencin hasta que la
muerte de su abuelo la hizo duea de esafortuna Claro, por qu
haba
de hacerlo? Si no poda permitirse conquistarme a m porque yo no
tenadinero, qu motivos haba de tener para hacerle la corte a una
muchacha
que nada le importaba y que eratan pobre como yo?Pero resulta
indecoroso que le dirija sus atenciones tan poco tiempo despus de ese
suceso.Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot7070Un
hombre
que est en mala situacin, no tiene tiempo, como otros, para observar
esaselegantes delicadezas. Adems, si ella no se lo reprocha, por
qu hemos de reprochrselo nosotros?El que a ella no le importe no
justifica a Wickham. Slo demuestra que esa seorita carece desentido
o
de sensibilidad.Bueno exclam Elizabeth, como t quieras.
Pongamos
que l es un cazador de dotes yella una tonta.No, Elizabeth, eso
98
es lo que no quiero. Ya sabes que me dolera pensar mal de un joven
quevivi
tanto tiempo en Derbyshire.Ah!, pues si es por esto, yo tengo
muy mal concepto de los jvenes que viven en Derbyshire,cuyos
ntimos
amigos, que viven en Hertfordshire, no son mucho mejores. Estoy harta
de todos ellos.Gracias a Dios, maana voy a un sitio en donde
encontrar
a un hombre que no tiene ninguna cualidadagradable, que no tiene ni
modales ni aptitudes para hacerse simptico. Al fin y al cabo, los
hombresestpidos
son los nicos que vale la pena conocer.Cuidado, Lizzy!
Esas palabras suenan demasiado a desengao.Antes de separarse por
haber
terminado la obra, Elizabeth tuvo la inesperada dicha de que sus tosla
invitasen a acompaarlos en un viaje que pensaban emprender en el
verano.Todava no sabemos hasta dnde iremos dijo la seora
Gardiner,
pero quiz nos lleguemoshasta los Lagos.Ningn otro proyecto
poda serle a Elizabeth tan agradable. Acept la invitacin al instante,
sumamente agradecida.Querida, queridsima ta exclam con
entusiasmo,
qu delicia!, qu felicidad! Me hacesrevivir, esto me da fuerzas.
Adis al desengao y al rencor! Qu son los hombres al lado de las
rocas y delas montaas? Oh, qu horas de evasin pasaremos! Y al
regresar
no seremos como esos viajeros que noson capaces de dar una idea
exacta de nada. Nosotros sabremos adnde hemos ido, y recordaremos
lo quehayamos visto. Los lagos, los ros y las montaas no estarn
confundidos
en nuestra memoria, ni cuandoqueramos describir un paisaje
determinado nos pondremos a discutir sobre su relativa situacin.
Quenuestras primeras efusiones no sean como las de la mayora de los
viajeros!CAPTULO XXVIIIAl da siguiente todo era nuevo e interesante
para Elizabeth. Estaba dispuesta a pasarlo bien y muyanimada, pues
haba
encontrado a su hermana con muy buen aspecto y todos los temores
que su salud leinspiraba se hablan desvanecido. Adems, la
perspectiva
de un viaje por el Norte era para ella unaconstante fuente de dicha.
Cuando dejaron el camino real para entrar en el sendero de Hunsford,
los ojos de todos buscabanla casa del prroco y a cada revuelta crean
que iban a divisarla. A un lado del sendero corra la empalizadade la
finca de Rosings. Elizabeth sonri al acordarse de todo lo que haba
odo
decir de sus habitantes.Por fin vislumbraron la casa parroquial. El jardn
que se extenda hasta el camino, la casa que sealzaba en medio, la
verde
empalizada y el seto de laurel indicaban que ya haban llegado. Collins
yCharlotte aparecieron en la puerta, y el carruaje se detuvo ante una
pequea
entrada que conduca a la casaa travs de un caminito de gravilla,
entre saludos y sonrisas generales. En un momento se bajaron todos
delland,
alegrndose mutuamente al verse. La seora Collins dio la
99
bienvenida a su amiga con el ms sinceroagrado, y Elizabeth, al ser
recibida
con tanto cario, estaba cada vez ms contenta de haber venido.
Observ al instante que las maneras de su primo no haban cambiado
con el matrimonio; su rigida cortesaera exactamente la misma de antes,
y la tuvo varios minutos en la puerta para hacerle preguntas sobre
todaComment:
Los Lagos: Se refiereal Distrito de los Lagos, situadoen
los condados del noroeste deInglaterra Cumberland,Westmorland y
Lancashire.
Seasocian con los Poetas de losLagos que se fueron a vivir all
acomienzos del siglo XIX, comoWordsworth y otros.Librodot Orgullo y
prejuicio Jane AustenLibrodot7171la familia. Sin ms dilacin que las
observaciones
de Collins a sus huspedes sobre la pulcritud de laentrada,
entraron en la casa. Una vez en el recibidor, Collins con rimbombante
formalidad, les dio porsegunda vez la bienvenida a su humilde casa,
repitindoles
punto por punto el ofrecimiento que su mujerles haba hecho
de servirles un refresco.Elizabeth estaba preparada para verlo ahora en
su ambiente, y no pudo menos que pensar que almostrarles las buenas
proporciones de la estancia, su aspecto y su mobiliario, Collins se
dirigaespecialmente
a ella, como si deseara hacerle sentir lo que haba perdido
al rechazarle. Pero aunque todopareca reluciente y confortable,
Elizabeth
no pudo gratificarle con ninguna seal de arrepentimiento, sinoque
ms bien se admiraba de que su amiga pudiese tener una aspecto tan
alegre
con semejante compaero.Cuando Collins deca algo que forzosamente
tena que avergonzar a su mujer, lo que suceda no pocasveces,
Elizabeth volva involuntariamente los ojos hacia Charlotte. Una vez o
dos pudo descubrir que stase sonrojaba ligeramente; pero, por lo
comn,
Charlotte haca como que no le oa. Despus de estarsentados durante
un rato, el suficiente para admirar todos y cada uno de los muebles,
desde el aparador a larejilla de la chimenea, y para contar el viaje y
todo lo que haba pasado en Londres, el seor Collins lesinvit a dar un
paseo por el jardn, que era grande y bien trazado y de cuyo cuidado se
encargaba lpersonalmente. Trabajar en el jardn era uno de sus ms
respetados
placeres; Elizabeth admir la seriedadcon la que Charlotte hablaba
de lo saludable que era para Collins y confes que ella misma lo
animaba ahacerlo siempre que le fuera posible. Guindoles a travs de
todas las sendas y recovecos y sin dejarlesapenas tiempo de expresar
las
alabanzas que les exiga, les fue sealando todas las vistas con
unaminuciosidad
que estaba muy por encima de su belleza. Enumeraba los campos
que se divisaban en todasdirecciones y deca cuntos rboles haba
en cada uno. Pero de todas las vistas de las que su jardn, o lacampia,
o
todo el reino poda enardecerse, no haba otra que pudiese compararse
a
100
la de Rosings, que sedescubra a travs de un claro de los rboles que
limitaban
la finca en la parte opuesta a la fachada de sucasa. La mansin
era bonita, moderna y estaba muy bien situada, en una elevacin del
terreno.
Desde el jardn, Collins hubiese querido llevarles a recorrer sus dos
praderas, pero las seoras noiban calzadas a propsito para andar por
la
hierba an helada y desistieron. Sir William fue el nico que
leacompa.
Charlotte volvi a la casa con su hermana y Elizabeth, sumamente
contenta probablemente porpoder mostrrsela sin la ayuda de su
marido.
Era pequea pero bien distribuida, todo estaba arreglado conorden y
limpieza, mrito que Elizabeth atribuy a Charlotte. Cuando se poda
olvidar
a Collins, se respirabaun aire ms agradable en la casa; y por la
evidente
satisfaccin de su amiga, Elizabeth pens que deberaolvidarlo
ms a menudo.Ya le haban dicho que lady Catherine estaba todava en
el campo. Se volvi a hablar de ellamientras cenaban, y Collins,
sumndose
a la conversacin, dijo:S, Elizabeth; tendr usted el honor de ver
a lady Catherine de Bourgh el prximo domingo en laiglesia, y no
necesito
decirle lo que le va a encantar. Es toda afabilidad y condescendencia,
y no dudo quela honrar dirigindole la palabra en cuanto termine el
oficio
religioso. Casi no dudo tampoco de que ustedy mi cuada Mara sern
incluidas en todas las invitaciones con que nos honre durante la
estancia
deustedes aqu. Su actitud para con mi querida Charlotte es
amabilsima.
Comemos en Rosings dos veces a lasemana y nunca consiente
que volvamos a pie. Siempre pide su carruaje para que nos lleve, mejor
dicho,uno de sus carruajes, porque tiene varios.Lady Catherine es
realmente
una seora muy respetable y afectuosa aadi Charlotte, yuna
vecina muy atenta.Muy cierto, querida; es exactamente lo que yo
digo: es una mujer a la que nunca se puedeconsiderar con bastante
deferencia.
Durante la velada se habl casi constantemente de Hertfordshire y
se repiti lo que ya se habadicho por escrito. Al retirarse, Elizabeth, en
la
soledad de su aposento, medit sobre el bienestar deCharlotte y sobre
su
habilidad y discrecin en sacar partido y sobrellevar a su esposo,
reconociendo
que lohaca muy bien. Pens tambin en cmo transcurrira su visita,
a qu se dedicaran, en las fastidiosasinterrupciones de Collins y en
lo que se iba a divertir tratando con la familia de Rosings. Su
vivaimaginacin
lo plane todo en seguida.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot7272Al
da siguiente, a eso de las doce, estaba en su cuarto
preparndose para salir a dar un paseo,cuando oy abajo un repentino
ruido que pareci que sembraba la confusin en toda la casa. Escuch
unmomento y advirti que alguien suba la escalera apresuradamente y
la llamaba a voces. Abri la puerta yen el corredor se encontr con
Mara
101
agitadsima y sin aliento, que exclam:Oh, Elizabeth querida! Date
prisa, baja al comedor y vers! No puedo decirte lo que es.Corre, ven
en
seguida!En vano pregunt Elizabeth lo que pasaba. Mara no quiso
decirle
ms, ambas acudieron alcomedor, cuyas ventanas daban al camino,
para ver la maravilla. sta consista sencillamente en dosseoras que
estaban
paradas en la puerta del jardn en un faetn bajo.Y eso es todo?
exclam Elizabeth. Esperaba por lo menos que los puercos
hubieseninvadido
el jardn, y no veo ms que a lady Catherine y a su hija!Oh,
querida! repuso Mara extraadsima por la equivocacin. No es
lady Catherine. Lamayor es la seora Jenkinson, que vive con ellas. La
otra es la seorita de Bourgh. Mrala bien. Es unacriaturita. Quin
habra
credo que era tan pequea y tan delgada!Es una grosera tener a
Charlotte
en la puerta con el viento que hace. Por qu no entra esaseorita?
Charlotte dice que casi nunca lo hace. Sera el mayor de los favores
que la seorita de Bourghentrase en la casa.Me gusta su aspecto
dijo
Elizabeth, pensando en otras cosas. Parece enferma ymalhumorada.
S,
es la mujer apropiada para l, le va mucho.Collins y su esposa
conversaban
con las dos seoras en la verja del jardn, y Elizabeth se divertade lo
lindo viendo a sir William en la puerta de entrada, sumido en la
contemplacin
de la grandeza quetena ante s y haciendo una reverencia cada
vez que la seorita de Bourgh diriga la mirada hacia donde lestaba.
Agotada la conversacin, las seoras siguieron su camino, y los dems
entraron en la casa. Collins,en cuanto vio a las dos muchachas, las
felicit por la suerte que haban tenido. Dicha suerte, segn
aclarCharlotte,
era que estaban todos invitados a cenar en Rosings al da siguiente.
CAPTULO XXIXLa satisfaccin de Collins por esta invitacin era
completa. No haba cosa que le hiciese msilusin que poder mostrar la
grandeza de su patrona a sus admirados invitados y hacerles ver la
cortesa
conla que esta dama les trataba a l y a su mujer; y el que se le diese
ocasin para ello tan pronto era unejemplo de la condescendencia de
lady Catherine que no sabra cmo agradecer.Confieso dijo que
no
me habra sorprendido que Su Seora nos invitase el domingo atomar
el
t y a pasar la tarde en Rosings. Ms bien me lo esperaba, porque
conozco
su afabilidad. Pero,quin habra podido imaginarse una atencin como
sta? Quin podra haber imaginado que recibiramosuna invitacin
para cenar; invitacin, adems, extensiva a todos los de la casa, tan
poqusimo tiempodespus de que llegasen ustedes?A m no me
sorprende
replic sir William, porque mi situacin en la vida me ha
permitidoconocer el verdadero modo de ser de los grandes. En la corte
esos ejemplos de educacin tan elegante sonmuy normales.En todo el
da
102
y en la maana siguiente casi no se habl de otra cosa que de la visita a
Rosings.Collins les fue instruyendo cuidadosamente de lo que iban a
tener
ante sus ojos, para que la vista deaquellas estancias, de tantos criados
y de tan esplndida comida, no les dejase boquiabiertos.Librodot
Orgullo
y prejuicio Jane AustenLibrodot7373Cuando las seoras fueron a
vestirse,
le dijo a Elizabeth:No se preocupe por su atavo, querida prima.
Lady Catherine est lejos de exigir de nosotros laelegancia en el vestir
que a ella y a su hija corresponde. Slo querra advertirle que se ponga
el
mejor trajeque tenga; no hay ocasin para ms. Lady Catherine no
pensar
mal de usted por el hecho de que vayavestida con sencillez. Le gusta
que se le reserve la distincin debida a su rango.Mientras se vestan,
Collins
fue dos o tres veces a llamar a las distintas puertas, pararecomendarles
que se dieran prisa, pues a lady Catherine le incomodaba mucho
tener que esperar paracomer. Tan formidables informes sobre Su
Seora
y su manera de vivir haban intimidado a Mara Lucas,poco
acostumbrada
a la vida social, que aguardaba su entrada en Rosings con la misma
aprensin que supadre haba experimentado al ser presentado en St.
James.
Como haca buen tiempo, el paseo de media milla a travs de la finca
de Rosings fue muyagradable. Todas las fincas tienen su belleza y sus
vistas, y Elizabeth estaba encantada con todo lo que ibaviendo, aunque
no demostraba el entusiasmo que Collins esperaba, y escuch con
escaso
inters laenumeracin que l le hizo de las ventanas de la fachada, y la
relacin de lo que las vidrieras le habancostado a sir Lewis de
Bourgh.Mientras suban la escalera que llevaba al vestbulo, la
excitacin
de Mara iba en aumento y ni elmismo sir William las tena todas
consigo.
En cambio, a Elizabeth no le fallaba su valor. No haba ododecir nada
de lady Catherine que le hiciese creer que posea ningn talento
extraordinario
ni virtudesmilagrosas, y saba que la mera majestuosidad del
dinero y de la alcurnia no le hara perder la calma.Desde el vestbulo de
entrada, cuyas armoniosas proporciones y delicado ornato hizo notar
Collinscon entusiasmo, los criados les condujeron, a travs de una
antecmara,
a la estancia donde se encontrabanlady Catherine, su hija y la seora
Jenkinson. Su Seora se levant con gran amabilidad para recibirlos.
Ycomo la seora Collins haba acordado con su marido que sera ella
la que hara las presentaciones, stastuvieron lugar con normalidad, sin
las excusas ni las manifestaciones de gratitud que l habra
juzgadonecesarias.
A pesar de haber estado en St. James, sir William se qued tan
apabullado ante la grandeza que lerodeaba, que apenas si tuvo nimos
para hacer una profunda reverencia, y se sent sin decir una palabra.
Suhija, asustada y como fuera de s, se sent tambin en el borde de
una
103
silla, sin saber para dnde mirar.Elizabeth estaba como siempre, y pudo
observar con calma a las tres damas que tena delante. LadyCatherine
era
una mujer muy alta y corpulenta, de rasgos sumamente pronunciados
que debieron de habersido hermosos en su juventud. Tena aires de
suficiencia
y su manera de recibirles no era la ms apropiadapara hacer olvidar
a sus invitados su inferior rango. Cuando estaba callada no tena nada
de terrible; perocuando hablaba lo haca en un tono tan autoritario
que su importancia resultaba avasalladora. Elizabeth seacord de
Wickham, y sus observaciones durante la velada le hicieron comprobar
que lady Catherine eraexactamente tal como l la haba
descrito.Despus
de examinar a la madre, en cuyo semblante y conducta encontr en
seguida
ciertoparecido con Darcy, volvi los ojos hacia la hija, y casi se
asombr tanto como Mara al verla tan delgada ytan menuda. Tanto su
figura como su cara no tenan nada que ver con su madre. La seorita
de
Bourgh eraplida y enfermiza; sus facciones, aunque no feas, eran
insignificantes;
hablaba poco y slo cuchicheabacon la seora Jenkinson, en
cuyo aspecto no haba nada notable y que no hizo ms que escuchar lo
que lania le deca y colocar un cancel en la direccin conveniente para
protegerle los ojos del sol.Despus de estar sentados unos minutos, los
llevaron a una de las ventanas para que admirasen elpanorama; el
seor
Collins los acompa para indicarles bien su belleza, y lady Catherine
les
informamablemente de que en verano la vista era mucho mejor.La
cena
fue excelente y salieron a relucir en ella todos los criados y la vajilla de
plata que Collinsles haba prometido; y tal como les haba pronosticado,
tom asiento en la cabecera de la mesa por deseo deSu Seora, con lo
cual pareca que para l la vida ya no tena nada ms importante que
ofrecerle.Trinchaba, coma y lo alababa todo con deleite y alacridad.
Cada
plato era ponderado primero por l yluego por sir William, que se
hallaba
ya lo suficientemente recobrado como para hacerse eco de todo lo
queComment: Cancel: Traduccinlibre de la palabra inglesa screen(
pantalla), que en este caso serefiere a una pequea pantallamvil,
colocada
sobre un caballete,que se utilizaba para proteger losojos del resplandor
y el calor de lachimenea.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot7474deca
su yerno, de tal modo, que Elizabeth no comprenda
cmo lady Catherine poda soportarlos. Perolady Catherine pareca
complacida con tan excesiva admiracin, y sonrea afable
especialmente
cuandoalgn plato resultaba una novedad para ellos. Los dems casi no
decan nada. Elizabeth estaba dispuesta ahablar en cuanto le dieran
oportunidad; pero estaba sentada entre Charlotte y la seorita de
Bourgh, y laprimera se dedicaba a escuchar a lady Catherine, mientras
104
que la segunda no abri la boca en toda lacomida. La principal
ocupacin
de la seorita Jenkinson era vigilar lo poco que coma la seorita
deBourgh, pidindole insistentemente que tomase algn otro plato,
temiendo
todo el tiempo que estuvieseindispuesta. Mara crey conveniente
no hablar y los caballeros no hacan ms que comer y alabar.Cuando
las
seoras volvieron al saln, no tuvieron otra cosa que hacer que or
hablar
a ladyCatherine, cosa que hizo sin interrupcin hasta que sirvieron el
caf,
exponiendo su opinin sobre todaclase de asuntos de un modo tan
decidido que demostraba que no estaba acostumbrada a que le
llevasen
lacontraria. Interrog a Charlotte minuciosamente y con toda
familiaridad
sobre sus quehaceres domsticos,dndole multitud de consejos; le
dijo que todo deba estar muy bien organizado en una familia tan
reducidacomo
la suya, y la instruy hasta en el cuidado de las vacas y las gallinas.
Elizabeth vio que no haba nadaque estuviese bajo la atencin de esta
gran dama que no le ofreciera la ocasin de dictar rdenes a losdems.
En los intervalos de su discurso a la seora Collins, dirigi varias
preguntas
a Mara y a Elizabeth,pero especialmente a la ltima, de cuya familia
no saba nada, y que, segn le dijo a la seora Collins, lepareca
una muchacha muy gentil y bonita. Le pregunt, en distintas ocasiones,
cuntas hermanas tena, sieran mayores o menores que ella, si haba
alguna
que estuviera para casarse, si eran guapas, dnde habansido
educadas,
qu clase de carruaje tena su padre y cul haba sido el apellido
de soltera de su madre.Elizabeth not la impertinencia de sus
preguntas,
pero contest a todas ellas con mesura. Lady Catherineobserv
despus:
Tengo entendido que la propiedad de su padre debe heredarla el
seor Collins. Lo celebro porusted dijo volvindose hacia Charlotte;
pero no veo motivo para legar las posesiones fuera de la lneafemenina.
En la familia de sir Lewis de Bourgh no se hizo as. Sabe tocar y
cantar,
seorita Bennet?Un poco.Ah!, entonces tendremos el gusto de
escucharla
en algn momento. Nuestro piano es excelente,probablemente
mejor que el de Un da lo probar usted. Y sus hermanas, tocan y
cantan
tambin?Una de ellas s.Y por qu no todas? Todas debieron
aprender. Las seoritas Webb tocan todas y sus padres noson tan ricos
como los suyos. Dibuja usted?No, nada.Cmo? Ninguna de
ustedes?
Ninguna.Es muy raro. Supongo que no habrn tenido oportunidad.
Su madre debi haberlas llevado a laciudad todas las primaveras
para poder tener buenos maestros.Mi madre no se habra opuesto,
pero
mi padre odia Londres.Y su institutriz sigue an con ustedes?
Nunca hemos tenido institutriz.Que no han tenido nunca institutriz!
Cmo es posible? Cinco hijas educadas en casa sininstitutriz!
105
Nunca vi nada igual. Su madre debe haber sido una verdadera esclava
de su educacin.Elizabeth casi no pudo reprimir una sonrisa al
asegurarle
que no haba sido as.Entonces, quin las educ? Quin las cuid?
Sin institutriz deben de haber estadodesatendidas.Comment: cuando
las seorasvolvieron al saln : Era unacostumbre social de la poca
quelas seoras abandonasen elcomedor antes que los
hombres,quienes
permanecan all duranteun rato bebiendo algo ms. Mstarde, los
seores
se unan a ellasen el saln, la pieza principal de lacasa.Librodot Orgullo
y prejuicio Jane AustenLibrodot7575En comparacin con algunas
familias, no digo que no; pero a las que queramos aprender, nuncanos
faltaron los medios. Siempre fuimos impulsadas a la lectura, y tenamos
todos los maestros que fuerannecesarios. Verdad es que las que
preferan
estar ociosas, podan estarlo.S, no lo dudo!, y eso es lo que una
institutriz
puede evitar, y si yo hubiese conocido a sumadre, habra insistido
con todas mis fuerzas para que tomase una. Siempre sostengo que en
materia deeducacin no se consigue nada sin una instruccin slida y
ordenada,
y slo una institutriz la puede dar.Hay que ver la cantidad de
familias a quienes he orientado en este sentido! Me encanta ver a las
chicasbien
situadas. Cuatro sobrinas de la seora Jenkinson se colocaron
muy bien gracias a m, y el otro damismo recomend a otra joven de
quien
me hablaron por casualidad, y la familia est contentsima con
ella.Seora Collins, le dije a usted que ayer estuvo aqu lady Metcalfe
para darme las gracias? Asegura que laseorita Pope es un tesoro.
Lady
Catherine me dijo, me ha dado usted un tesoro. Ha sido
yapresentada
en sociedad alguna de sus hermanas menores, seorita Bennet?S,
seora, todas.Todas! Cmo! Las cinco a la vez? Qu extrao! Y
usted
es slo la segunda. Las menorespresentadas en sociedad antes de
casarse
las mayores! Sus hermanas deben de ser muy jvenes S; la menor
no tiene an diecisis aos. Quiz es demasiado joven para haber sido
presentadaen sociedad. Pero en realidad, seora, creo que sera muy
injusto que las hermanas menores no pudierandisfrutar de la sociedad y
de sus amenidades, por el hecho de que las mayores no tuviesen
medios
o ganasde casarse pronto. La ltima de las hijas tiene tanto derecho a
los
placeres de la juventud como la primera.Demorarlos por ese motivo
creo
que no sera lo ms adecuado para fomentar el cario fraternal y
ladelicadeza
de pensamiento.Caramba! dijo Su Seora. Para ser usted
tan joven da sus opiniones de modo muyresuelto. Dgame, qu edad
tiene?Con tres hermanas detrs ya crecidas contest Elizabeth
sonriendo,
Su Seora no puedeesperar que se lo confiese.Lady Catherine
se qued asombradsima de no haber recibido una respuesta directa; y
106
Elizabethsospechaba que haba sido ella la primera persona que se
haba
atrevido a burlarse de tan majestuosaimpertinencia.No puede usted
tener
ms de veinte, estoy segura; as que no necesita ocultar su
edad.An no he cumplido los veintiuno.Cuando los caballeros
entraron
y acabaron de tomar el t, se dispusieron las mesitas de juego.Lady
Catherine, sir William y los esposos Collins se sentaron a jugar una
partida
de cuatrillo, y como laseorita de Bourgh prefiri jugar al casino,
Elizabeth
y Mara tuvieron el honor de ayudar a la seoraJenkinson a completar
su mesa, que fue aburrida en grado superlativo. Apenas se pronunci
una slaba queno se refiriese al juego, excepto cuando la seora
Jenkinson expresaba sus temores de que la seorita deBourgh tuviese
demasiado
calor o demasiado fro, demasiada luz o demasiado poca. La
otra mesa eramucho ms animada. Lady Catherine casi no paraba de
hablar
poniendo de relieve las equivocaciones desus compaeros de juego
o relatando alguna ancdota de s misma. Collins no haca ms que
afirmar
todolo que deca Su Seora, dndole las gracias cada vez que ganaba
y disculpndose cuando crea que suganancia era excesiva. Sir William
no deca mucho. Se dedicaba a recopilar en su memoria todas
aquellasancdotas
y tantos nombres ilustres.Cuando lady Catherine y su hija
se cansaron de jugar, se recogieron las mesas y le ofrecieron elcoche a
la
seora Collins, que lo acept muy agradecida, e inmediatamente dieron
rdenes para traerlo. Lareunin se congreg entonces junto al fuego
para
or a lady Catherine pronosticar qu tiempo iba a hacer alda siguiente.
En stas les avisaron de que el coche estaba en la puerta, y con
muchas
reverencias por partede sir William y muchos discursos de
agradecimiento
por parte de Collins, se despidieron. En cuantodejaron atrs el zagun,
Collins invit a Elizabeth a que expresara su opinin sobre lo que
haba visto enRosings, a lo que accedi, slo por Charlotte,
exagerndolo
ms de lo que senta. Pero por ms que seLibrodot Orgullo y prejuicio
Jane
AustenLibrodot7676esforz su elogio no satisfizo a Collins, que no
tard en verse obligado a encargarse l mismo de alabar aSu Seora.
CAPTULO XXXSir William no pas ms que una semana en Hunsford
pero fue suficiente para convencerse de quesu hija estaba muy bien
situada y de que un marido as y una vecindad como aqulla no se
encontraban
amenudo. Mientras estuvo all, Collins dedicaba la maana a
pasearlo en su calesn para mostrarle lacampia; pero en cuanto se fue,
la
familia volvi a sus ocupaciones habituales. Elizabeth agradeci que
conel
cambio de vida ya no tuviese que ver a su primo tan frecuentemente,
pues la mayor parte del tiempo quemediaba entre el almuerzo y la cena,
Collins lo empleaba en trabajar en el jardn, en leer, en escribir o
enmirar
107
por la ventana de su despacho, que daba al camino. El cuarto donde
solan
quedarse las seoras dabaa la parte trasera de la casa. Al principio a
Elizabeth le extraaba que Charlotte no prefiriese estar en elcomedor,
que era una pieza ms grande y de aspecto ms agradable. Pero pronto
vio que su amiga tenaexcelentes razones para obrar as, pues Collins
habra
estado menos tiempo en su aposento,indudablemente, si ellas hubiesen
disfrutado de uno tan grande como el suyo. Y Elizabeth aprob la
actitudde
Charlotte.Desde el saln no podan ver el camino, de modo que
siempre era Collins el que le daba cuenta delos coches que pasaban y
en
especial de la frecuencia con que la seorita de Bourgh cruzaba en su
faetn,
cosa que jams dejaba de comunicarles aunque sucediese casi todos
los das. La seorita sola detenerse enla casa para conversar unos
minutos
con Charlotte, pero era difcil convencerla de que bajase del carruaje.
Pasaban pocos das sin que Collins diese un paseo hasta Rosings y su
mujer crea a menudo undeber hacer lo propio; Elizabeth, hasta que
record
que poda haber otras familias dispuestas a hacer lomismo, no
comprendi el sacrificio de tantas horas. De vez en cuando les honraba
con una visita, en eltranscurso de la cual, nada de lo que ocurra en el
saln
le pasaba inadvertido. En efecto, se fijaba en lo quehacan, miraba sus
labores y les aconsejaba hacerlas de otro modo, encontraba defectos
en la
disposicin delos muebles o descubra negligencias en la criada; si
aceptaba
algn refrigerio pareca que no lo haca msque para advertir que
los cuartos de carne eran demasiado grandes para ellos.Pronto se dio
cuenta Elizabeth de que aunque la paz del condado no estaba
encomendada
a aquellagran seora, era una activa magistrada en su propia parroquia,
cuyas minucias le comunicaba Collins, ysiempre que alguno de los
aldeanos estaba por armar gresca o se senta descontento o desvalido,
ladyCatherine se personaba en el lugar requerido para zanjar las
diferencias
y reprenderlos, restableciendo laarmona o procurando la abundancia.
La invitacin a cenar en Rosings se repeta un par de veces por
semana,
y desde la partida de sirWilliam, como slo haba una mesa de juego
durante la velada, el entretenimiento era siempre el mismo.No tenan
muchos otros compromisos, porque el estilo de vida del resto de los
vecinos
estaba por debajodel de los Collins. A Elizabeth no le importaba, estaba
a gusto as, pasaba largos ratos charlandoamenamente con Charlotte;
y como el tiempo era estupendo, a pesar de la poca del ao, se
distraasaliendo
a caminar. Su paseo favorito, que a menudo recorra mientras
los otros visitaban a lady Catherine,era la alameda que bordeaba un
lado
de la finca donde haba un sendero muy bonito y abrigado que
nadiems
que ella pareca apreciar, y en el cual se hallaba fuera del alcance de la
108
curiosidad de lady Catherine.Con esta tranquilidad pas rpidamente la
primera quincena de su estancia en Hunsford. Seacercaba la Pascua y
la
semana anterior a sta iba a traer un aditamento a la familia de
Rosings,
lo cual, enaquel crculo tan reducido, tena que resultar muy importante.
Poco despus de su llegada, Elizabeth oydecir que Darcy iba a llegar
dentro de unas semanas, y aunque hubiese preferido a cualquier otra
de
susamistades, lo cierto era que su presencia poda aportar un poco de
variedad
a las veladas de Rosings y quepodra divertirse viendo el poco
fundamento de las esperanzas de la seorita Bingley mientras
observaba
laactitud de Darcy con la seorita de Bourgh, a quien, evidentemente, le
destinaba lady Catherine. Su SeoraComment: Calesn: Coche dedos
ruedas tirado por un solocaballo.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot7777hablaba
de su venida con enorme satisfaccin, y de l,
en trminos de la ms elevada admiracin; y parecaque le molestaba
que la seorita Lucas y Elizabeth ya le hubiesen visto antes con
frecuencia.
Su llegada se supo en seguida, pues Collins llevaba toda la maana
paseando con la vista fija enlos templetes de la entrada al camino de
Hunsford; en cuanto vio que el coche entraba en la finca, hizo
sucorrespondiente
reverencia, y corri a casa a dar la magna noticia. A la maana
siguiente vol a Rosings apresentarle sus respetos. Pero haba alguien
ms a quien presentrselos, pues all se encontr con dossobrinos de
lady Catherine. Darcy haba venido con el coronel Fitzwilliam, hijo
menor
de su to Lord; ycon gran sorpresa de toda la casa, cuando Collins
regres
ambos caballeros le acompaaron. Charlotte losvio desde el cuarto
de su marido cuando cruzaban el camino, y se precipit hacia el otro
cuarto para poneren conocimiento de las dos muchachas el gran honor
que les esperaba, y aadi:Elizabeth, es a ti a quien debo agradecer
esta
muestra de cortesa. El seor Darcy no habravenido tan pronto a
visitarme
a m.Elizabeth apenas tuvo tiempo de negar su derecho a semejante
cumplido, pues en seguida son lacampanilla anunciando la llegada
de los dos caballeros, que poco despus entraban en la estancia.El
coronel
Fitzwilliam iba delante; tendra unos treinta aos, no era guapo, pero
en su trato y supersona se distingua al caballero. Darcy estaba igual
que
en Hertfordshire; cumpliment a la seoraCollins con su habitual
reserva,
y cualesquiera que fuesen sus sentimientos con respecto a Elizabeth,
lasalud con aparente impasibilidad. Elizabeth se limit a inclinarse sin
decir palabra. El coronel Fitzwilliamtom parte en la conversacin con la
soltura y la facilidad de un hombre bien educado, era muy ameno;pero
su primo, despus de hacer unas ligeras observaciones a la seora
Collins
sobre el jardn y la casa, sequed sentado durante largo tiempo sin
109
hablar con nadie. Por fin, sin embargo, su cortesa lleg hastapreguntar
a
Elizabeth cmo estaba su familia. Ella le contest en los trminos
normales,
y despus de unmomento de silencio, aadi:Mi hermana mayor
ha pasado estos tres meses en Londres. No la habr visto, por
casualidad?
Saba de sobra que no la haba visto, pero quera ver si le traicionaba
algn gesto y se le notabaque era consciente de lo que haba ocurrido
entre
los Bingley y Jane; y le pareci que estaba un pococortado cuando
respondi
que nunca haba tenido la suerte de encontrar a la seorita Bennet.
No se hablms del asunto, y poco despus los caballeros se fueron.
CAPTULO XXXIEl coronel Fitzwilliam fue muy elogiado y todas las
seoras consideraron que su presencia sera unencanto ms de las
reuniones
de Rosings. Pero pasaron unos das sin recibir invitacin alguna,
como si, alhaber huspedes en la casa, los Collins no hiciesen ya
ninguna
falta. Hasta el da de Pascua, una semanadespus de la llegada de los
dos
caballeros, no fueron honrados con dicha atencin y aun, al salir de
laiglesia,
se les advirti que no fueran hasta ltima hora de la tarde.
Durante la semana anterior vieron muy poco a lady Catherine y a su
hija. El coronel Fitzwilliamvisit ms de una vez la casa de los Collins,
pero a Darcy slo le vieron en la iglesia.La invitacin, naturalmente, fue
aceptada, y a la hora conveniente los Collins se presentaron en elsaln
de
lady Catherine. Su Seora les recibi atentamente, pero se vea bien
claro
que su compaa ya nole era tan grata como cuando estaba sola; en
efecto, estuvo pendiente de sus sobrinos y habl con
ellosespecialmente
con Darcy mucho ms que con cualquier otra persona del saln.El
coronel
Fitzwilliam pareca alegrarse de veras al verles; en Rosings cualquier
cosa le pareca unalivio, y adems, la linda amiga de la seora Collins
le tena cautivado. Se sent al lado de Elizabeth ycharlaron tan
agradablemente
de Kent y de Hertfordshire, de sus viajes y del tiempo que pasaba
en casa, delibros nuevos y de msica, que Elizabeth jams lo haba
pasado tan bien en aquel saln; hablaban con tantaLibrodot Orgullo y
prejuicio Jane AustenLibrodot7878soltura y animacin que atrajeron la
atencin de lady Catherine y de Darcy. Este ltimo les haba mirado
yavarias
veces con curiosidad. Su Seora particip al poco rato del mismo
sentimiento, y se vio claramente,porque no vacil en preguntar:Qu
ests diciendo, Fitzwilliam? De qu hablas? Qu le dices a la seorita
Bennet? Djameorlo.Hablamos de msica, seora declar el
coronel
cuando vio que no poda evitar la respuesta.De msica! Pues
hgame
el favor de hablar en voz alta. De todos los temas de conversacin esel
que ms me agrada. Tengo que tomar parte en la conversacin si estn
ustedes hablando de msica. Creoque hay pocas personas en
Inglaterra
110
ms aficionadas a la msica que yo o que posean mejor gusto natural.Si
hubiese estudiado, habra resultado una gran discpula. Lo mismo le
pasara
a Anne si su salud se lopermitiese; estoy segura de que habra tocado
deliciosamente. Cmo va Georgiana, Darcy?Darcy hizo un cordial
elogio de lo adelantada que iba su hermana.Me alegro mucho de que
me des tan buenas noticias dijo lady Catherine, y te ruego que
ledigas
de mi parte que si no practica mucho, no mejorar nada.Le aseguro
que no necesita que se lo advierta. Practica constantemente.Mejor.
Eso nunca est de ms; y la prxima vez que le escriba le encargar
que
no lo descuide.Con frecuencia les digo a las jovencitas que en msica
no
se consigue nada sin una prctica constante.Muchas veces le he dicho
a
la seorita Bennet que nunca tocar verdaderamente bien si no practica
ms; yaunque la seora Collins no tiene piano, la seorita Bennet ser
muy bien acogida, como le he dicho amenudo, si viene a Rosings todos
los das para tocar el piano en el cuarto de la seora Jenkinson. En
esaparte
de la casa no molestar a nadie.Darcy pareci un poco avergonzado
de la mala educacin de su ta, y no contest.Cuando acabaron de
tomar
el caf, el coronel Fitzwilliam record a Elizabeth que le habaprometido
tocar, y la joven se sent en seguida al piano. El coronel puso su
silla a su lado. Lady Catherineescuch la mitad de la cancin y luego
sigui
hablando, como antes, a su otro sobrino, hasta que Darcy ladej y
dirigindose
con su habitual cautela hacia el piano, se coloc de modo que
pudiese ver el rostro de lahermosa intrprete. Elizabeth repar en lo que
haca y a la primera pausa oportuna se volvi hacia l conuna amplia
sonrisa y le dijo:Pretende atemorizarme, viniendo a escucharme con
esa seriedad? Yo no me asusto, aunque suhermana toque tan bien. Hay
una especie de terquedad en m, que nunca me permite que me intimide
nadie.Por el contrario, mi valor crece cuando alguien intenta
intimidarme.
No le dir que se ha equivocado repuso Darcy porque no cree
usted sinceramente que tenaintencin alguna de alarmarla; y he tenido
el placer de conocerla lo bastante para saber que se complace aveces
en
sustentar opiniones que de hecho no son suyas.Elizabeth se ri
abiertamente
ante esa descripcin de s misma, y dijo al coronel Fitzwilliam:
Su primo pretende darle a usted una linda idea de m ensendole
a no creer palabra de cuantoyo le diga. Me desola encontrarme con una
persona tan dispuesta a descubrir mi verdadero modo de ser enun lugar
donde yo me haba hecho ilusiones de pasar por mejor de lo que soy.
Realmente,
seor Darcy, esmuy poco generoso por su parte revelar las cosas
malas que supo usted de m en Hertfordshire, ypermtame decirle
que es tambin muy indiscreto, pues esto me podra inducir a
111
desquitarme y saldran arelucir cosas que escandalizaran a sus
parientes.
No letengo miedo dijo l sonriente.Dgame, por favor, de
qu le acusa exclam el coronel Fitzwilliam. Me gustara
sabercmo
se comporta entre extraos.Se lo dir, pero preprese a or algo muy
espantoso. Ha de saber que la primera vez que le vi fueen un baile, y en
ese baile, qu cree usted que hizo? Pues no bail ms que cuatro
piezas,
a pesar deLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot7979escasear
los caballeros, y ms de una dama se qued sentada por falta de
pareja.
Seor Darcy, no puedenegarlo.No tena el honor de conocer a
ninguna
de las damas de la reunin, a no ser las que meacompaaban.Cierto,
y
en un baile nunca hay posibilidad de ser presentado Bueno, coronel
Fitzwilliam,qu toco ahora? Mis dedos estn esperando sus rdenes.

Puede que me habra juzgado mejor aadi Darcy si hubiese


solicitado que me presentaran.Pero no sirvo para darme a conocer a
extraos.
Vamos a preguntarle a su primo por qu es as dijo Elizabeth
sin dirigirse ms que al coronelFitzwilliam. Le preguntamos cmo es
posible que un hombre de talento y bien educado, que ha vividoen el
gran mundo, no sirva para atender a desconocidos?Puede contestar
yo
mismo a esta pregunta replic Fitzwilliam sin interrogar a Darcy.
Esoes porque no quiere tomarse la molestia.Reconozco dijo
Darcy
que no tengo la habilidad que otros poseen de conversar fcilmentecon
las personas que jams he visto. No puedo hacerme a esas
conversaciones
y fingir que me intereso porsus cosas como se acostumbra.Mis dedos
repuso Elizabeth no se mueven sobre este instrumento del modo
magistral conque he visto moverse los dedos de otras mujeres; no
tienen
la misma fuerza ni la misma agilidad, y nopueden producir la misma
impresin.
Pero siempre he credo que era culpa ma, por no haberme
queridotomar
el trabajo de hacer ejercicios. No porque mis dedos no sean capaces,
como los de cualquier otramujer, de tocar perfectamente.Darcy
sonri y le dijo:Tiene usted toda la razn. Ha empleado el tiempo
mucho
mejor. Nadie que tenga el privilegiode escucharla podr ponerle peros.
Ninguno de nosotros toca ante desconocidos.Lady Catherine les
interrumpi
preguntndoles de qu hablaban. Elizabeth se puso a tocar denuevo.
Lady Catherine se acerc y despus de escucharla durante unos
minutos, dijo a Darcy:La seorita Bennet no tocara mal si practicase
ms y si hubiese disfrutado de las ventajas de unbuen profesor de
Londres.
Sabe lo que es teclear, aunque su gusto no es como el de Anne. Anne
habra sidouna pianista maravillosa si su salud le hubiese permitido
aprender.Elizabeth mir a Darcy para observar su cordial asentimiento
al elogio tributado a su prima, peroni entonces ni en ningn otro
112
momento descubri ningn sntoma de amor; y de su actitud hacia la
seoritade
Bourgh, Elizabeth dedujo una cosa consoladora en favor de la
seorita Bingley: que Darcy se habracasado con ella si hubiese
pertenecido
a su familia.Lady Catherine continu haciendo observaciones sobre la
manera de tocar de Elizabeth, mezcladascon numerosas instrucciones
sobre
la ejecucin y el gusto. Elizabeth las aguant con toda la paciencia
queimpone la cortesa, y a peticin de los caballeros sigui tocando
hasta
que estuvo preparado el coche de SuSeora y los llev a todos a casa.
CAPTULO XXXIIA la maana siguiente estaba Elizabeth sola
escribiendo
a Jane, mientras la seora Collins y Marahaban ido de compras al
pueblo, cuando se sobresalt al sonar la campanilla de la puerta, seal
inequvocade alguna visita. Aunque no haba odo ningn carruaje,
pens
que a lo mejor era lady Catherine, y seapresur a esconder la carta que
tena a medio escribir a fin de evitar preguntas impertinentes. Pero
congran
sorpresa suya se abri la puerta y entr en la habitacin el seor
Darcy. Darcy solo.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot8080Pareci
asombrarse al hallarla sola y pidi disculpas por su intromisin
dicindole que crea queestaban en la casa todas las seoras.Se
sentaron los dos y, despus de las preguntas de rigor sobre Rosings,
pareci
que se iban aquedar callados. Por lo tanto, era absolutamente necesario
pensar en algo, y Elizabeth, ante esta necesidad,record la ltima
vez que se haban visto en Hertfordshire y sinti curiosidad por ver lo
que dira acerca desu precipitada partida.Qu repentinamente se
fueron
ustedes de Netherfield el pasado noviembre, seor Darcy! ledijo.
Debi de ser una sorpresa muy grata para el seor Bingley verles a
ustedes
tan pronto a su lado,porque, si mal no recuerdo, l se haba ido una
da antes. Supongo que tanto l como sus hermanas estabanbien
cuando
sali usted de Londres.Perfectamente. Gracias.Elizabeth advirti que
no iba a contestarle nada ms y, tras un breve silencio, aadi:Tengo
entendido que el seor Bingley no piensa volver a Netherfield.Nunca
le he odo decir tal cosa; pero es probable que no pase mucho tiempo
all
en el futuro.Tiene muchos amigos y est en una poca de la vida en
que
los amigos y los compromisos aumentancontinuamente.Si tiene la
intencin
de estar poco tiempo en Netherfield, sera mejor para la vecindad
que lodejase completamente, y as posiblemente podra instalarse otra
familia
all. Pero quiz el seor Bingley nohaya tomado la casa tanto por la
conveniencia de la vecindad como por la suya propia, y es de esperar
quela conserve o la deje en virtud de ese mismo principio.No me
sorprendera
aadi Darcy que se desprendiese de ella en cuanto se le
ofreciera unacompra aceptable.Elizabeth no contest. Tema hablar
113
demasiado de su amigo, y como no tena nada ms que decir,determin
dejar a Darcy que buscase otro tema de conversacin.l lo comprendi
y
dijo en seguida:Esta casa parece muy confortable. Creo que lady
Catherine la arregl mucho cuando el seorCollins vino a Hunsford por
primera vez.As parece, y estoy segura de que no poda haber dado
una prueba mejor de su bondad.El seor Collins parece haber sido
muy afortunado con la eleccin de su esposa.As es. Sus amigos
pueden
alegrarse de que haya dado con una de las pocas mujeres
inteligentesque
le habran aceptado o que le habran hecho feliz despus de aceptarle.
Mi amiga es muy sensata,aunque su casamiento con Collins me
parezca
a m el menos cuerdo de sus actos. Sin embargo, parececompletamente
feliz: desde un punto de vista prudente, ste era un buen partido
para ella.Tiene que ser muy agradable para la seora Collins vivir a
tan poca distancia de su familia yamigos.Poca distancia le llama
usted?
Hay cerca de cincuenta millas.Y qu son cincuenta millas de
buen camino? Poco ms de media jornada de viaje. S, yo a esolo llamo
una distancia corta.Nunca habra considerado que la distancia fuese
una de las ventajas del partido exclamElizabeth , y jams se me habra
ocurrido que la seora Collins viviese cerca de su familia.Eso
demuestra
el apego que le tiene usted a Hertfordshire. Todo lo que est ms all
deLongbourn debe parecerle ya lejos.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot8181Mientras hablaba se sonrea de un modo que
Elizabeth
crea interpretar: Darcy deba suponer queestaba pensando en Jane
y en Netherfield; y contest algo sonrojada:No quiero decir que una
mujer no pueda vivir lejos de su familia. Lejos y cerca son cosasrelativas
y dependen de muy distintas circunstancias. Si se tiene fortuna para no
dar importancia a losgastos de los viajes, la distancia es lo de menos.
Pero
ste no es el caso. Los seores Collins no viven conestrecheces, pero
no son tan ricos como para permitirse viajar con frecuencia; estoy
segura
de que mi amigano dira que vive cerca de su familia ms que si
estuviera
a la mitad de esta distancia.Darcy acerc su asiento un poco ms al de
Elizabeth, y dijo:No tiene usted derecho a estar tan apegada a su
residencia.
No siempre va a estar en Longbourn.Elizabeth pareci quedarse
sorprendida, y el caballero crey que deba cambiar de conversacin.
Volvi acolocar su silla donde estaba, tom un diario de la mesa y
mirndolo
por encima, pregunt con frialdad:Le gusta a usted Kent?A esto
sigui un corto dilogo sobre el tema de la campia, conciso y
moderado
por ambaspartes, que pronto termin, pues entraron Charlotte y su
hermana
que acababan de regresar de su paseo.El ttette las dej
pasmadas.
Darcy les explic la equivocacin que haba ocasionado su visita
114
a lacasa; permaneci sentado unos minutos ms, sin hablar mucho con
nadie, y luego se march.Qu significa esto? pregunt Charlotte
en
cuanto se fue. Querida Elizabeth, debe de estarenamorado de ti,
pues
si no, nunca habra venido a vernos con esta familiaridad.Pero cuando
Elizabeth cont lo callado que haba estado, no pareci muy probable, a
pesar de losbuenos deseos de Charlotte; y despus de varias
conjeturas
se limitaron a suponer que su visita habaobedecido a la dificultad de
encontrar
algo que hacer, cosa muy natural en aquella poca del ao. Todos
losdeportes se haban terminado. En casa de lady Catherine haba
libros
y una mesa de billar, pero a loscaballeros les desesperaba estar
siempre
metidos en casa, y sea por lo cerca que estaba la residencia de
losCollins,
sea por lo placentero del paseo, o sea por la gente que viva all, los dos
primos sentan la tentacinde visitarles todos los das. Se presentaban
en
distintas horas de la maana, unas veces separados y otrasveces
juntos, y
algunas acompaados de su ta. Era evidente que el coronel Fitzwilliam
vena porque seencontraba a gusto con ellos, cosa que, naturalmente,
le
haca an ms agradable. El placer que le causaba aElizabeth su
compaa
y la manifiesta admiracin de Fitzwilliam por ella, le hacan acordarse
de su primerfavorito George Wickham. Comparndolos, Elizabeth
encontraba
que los modales del coronel eran menosatractivos y dulces que
los de Wickham, pero Fitzwilliam le pareca un hombre ms culto.Pero
comprender por qu Darcy vena tan a menudo a la casa, ya era ms
difcil.
No deba ser porbuscar compaa, pues se estaba sentado diez minutos
sin abrir la boca, y cuando hablaba ms bien parecaque lo haca por
fuerza que por gusto, como si ms que un placer fuese aquello un
sacrificio.
Pocas vecesestaba realmente animado. La seora Collins no saba
qu pensar de l. Como el coronel Fitzwilliam se reaa veces de aquella
estupidez de Darcy, Charlotte entenda que ste no deba de estar
siempre
as, cosa quesu escaso conocimiento del caballero no le habra
permitido
adivinar; y como deseaba creer que aquelcambio era obra del amor y
el objeto de aquel amor era Elizabeth, se empe en descubrirlo.
Cuandoestaban
en Rosings y siempre que Darcy vena a su casa, Charlotte le
observaba atentamente, pero nosacaba nada en limpio. Verdad es que
miraba mucho a su amiga, pero la expresin de tales miradas
eraequvoca.
Era un modo de mirar fijo y profundo, pero Charlotte dudaba a veces
de que fuese entusiasta, yen ocasiones pareca sencillamente que
estaba
distrado.Dos o tres veces le dijo a Elizabeth que tal vez estaba
enamorado
de ella, pero Elizabeth se echabaa rer, y la seora Collins crey ms
prudente no insistir en ello para evitar el peligro de
engendraresperanzas
imposibles, pues no dudaba que toda la mana que Elizabeth le tena
115
a Darcy se disipara con lacreencia de que l la quera.En los buenos y
afectuosos proyectos que Charlotte formaba con respecto a Elizabeth,
entraba
aveces el casarla con el coronel Fitzwilliam. Era, sin comparacin,
el ms agradable de todos. Sentaverdadera admiracin por Elizabeth y
su posicin era estupenda. Pero Darcy tena un considerablepatronato
en
la Iglesia, y su primo no tena ninguno.Comment: Ttette Enfrancs
en el original.Conversacin privada.Comment: Todos los deportes
sehaban
terminado: Se refiere a losdeportes al aire libre. La caza erael ms
importante en la poca.Comment: Darcy tena unconsiderable patronato
en laiglesia: Tena el derecho denombrar a varios clrigos paradistintas
rectoras.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot8282CAPTULO
XXXIIIEn sus paseos por la alameda dentro de la finca
ms de una vez se haba encontrado Elizabethinesperadamente con
Darcy. La primera vez no le hizo ninguna gracia que la mala fortuna
fuese
a traerloprecisamente a l a un sitio donde nadie ms sola ir, y para
que no volviese a repetirse se cuid mucho deindicarle que aqul era su
lugar favorito. Por consiguiente, era raro que el encuentro volviese a
producirse,
y, sin embargo, se produjo incluso una tercera vez. Pareca que lo
haca con una maldad intencionada o porpenitencia, porque la cosa no
se
reduca a las preguntas de rigor o a una simple y molesta detencin;
Darcyvolva atrs y paseaba con ella. Nunca hablaba mucho ni la
importunaba
hacindole hablar o escuchardemasiado. Pero al tercer encuentro
Elizabeth se qued asombrada ante la rareza de las preguntas que
lehizo:
si le gustaba estar en Hunsford, si le agradaban los paseos solitarios y
qu opinin tena de la felicidaddel matrimonio Collins; pero lo ms
extrao
fue que al hablar de Rosings y del escaso conocimiento quetena
ella de la casa, pareci que l supona que, al volver a Kent, Elizabeth
residira
tambin all. Estarapensando en el coronel Fitzwilliam? La joven
pens que si algo quera decir haba de ser forzosamente unaalusin
por
ese lado. Esto la inquiet un poco y se alegr de encontrarse en la
puerta
de la empalizada queestaba justo enfrente de la casa de los
Collins.Relea
un da, mientras paseaba, la ltima carta de Jane y se fijaba en un
pasaje
que denotaba latristeza con que haba sido escrita, cuando, en vez de
toparse
de nuevo con Darcy, al levantar la vista seencontr con el coronel
Fitzwilliam. Escondi al punto la carta y simulando una sonrisa, dijo:
Nunca supe hasta ahora que paseaba usted por este camino.He
estado
dando la vuelta completa a la finca contest el coronel, cosa
que suelo hacertodos los aos. Y pensaba rematarla con una visita a la
casa del prroco. Va a seguir paseando?No; iba a regresar.En
efecto,
dio la vuelta y juntos se encaminaron hacia la casa parroquial.Se
van
116
de Kent el sbado, seguro? pregunt Elizabeth.S, si Darcy no
vuelve
a aplazar el viaje. Estoy a sus rdenes; l dispone las cosas como
leparece.
Y si no le placen las cosas por lo menos le da un gran placer el poder
disponerlas a su antojo.No conozco a nadie que parezca gozar ms
con el poder de hacer lo que quiere que el seor Darcy.Le gusta
hacer
su santa voluntad replic el coronel Fitzwilliam. Pero a todos nos
gusta.
Sloque l tiene ms medios para hacerlo que otros muchos, porque
es rico y otros son pobres. Digo lo quesiento. Usted sabe que los hijos
menores tienen que acostumbrarse a la dependencia y renunciar a
muchascosas.
Yo creo que el hijo menor de un conde no lo pasa tan mal
como usted dice. Vamos a ver,sinceramente, qu sabe usted de
renunciamientos
y de dependencias? Cundo se ha visto privado, porfalta de
dinero, de ir a donde quera o de conseguir algo que se le antojara?
sas son cosas sin importancia, y acaso pueda reconocer que no he
sufrido muchas privacionesde esa naturaleza. Pero en cuestiones de
mayor
trascendencia, estoy sujeto a la falta de dinero. Los hijosmenores no
pueden casarse cuando les apetece.A menos que les gusten las
mujeres
ricas, cosa que creo que sucede a menudo.Nuestra costumbre de
gastar
nos hace demasiado dependientes, y no hay muchos de mi rangoque se
casen sin prestar un poco de atencin al dinero.Se referir esto a
m?,
pens Elizabeth sonrojndose. Pero reponindose contest en
tonojovial:
Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot8383Y dgame,
cul es el precio normal de un hijo menor de un conde? A no ser que
el
hermanomayor est muy enfermo, no pedirn ustedes ms de cincuenta
mil libras l respondi en el mismo tono y el tema se agot. Para
impedir
un silencio que podra hacersuponer al coronel que lo dicho le haba
afectado, Elizabeth dijo poco despus:Me imagino que su primo le
trajo
con l sobre todo para tener alguien a su disposicin. Meextraa que
no se case, pues as tendra a una persona sujeta constantemente.
Aunque
puede que suhermana le baste para eso, de momento, pues como est
a su exclusiva custodia debe de poder mandarla asu gusto.No dijo
el
coronel Fitzwilliam, esa ventaja la tiene que compartir conmigo.
Estoyencargado,
junto con l, de la tutora de su hermana.De veras? Y dgame,
qu clase de tutora es la que ejercen? Les da mucho que hacer?
Laschicas de su edad son a veces un poco difciles de gobernar, y si
tiene
el mismo carcter que el seor Darcy,le debe de gustar tambin hacer
su
santa voluntad.Mientras hablaba, Elizabeth observ que el coronel la
miraba
muy serio, y la forma en que lepregunt en seguida que cmo supona
que la seorita Darcy pudiera darles algn quebradero de cabeza,
convenci a Elizabeth de que, poco o mucho, se haba acercado a la
117
verdad. La joven contest a supregunta directamente:No se asuste.
Nunca he odo decir de ella nada malo y casi asegurara que es una de
las mejorescriaturas del mundo. Es el ojo derecho de ciertas seoras
que
conozco: la seora Hurst y la seoritaBingley. Me parece que me dijo
usted
que tambin las conoca.Algo, s. Su hermano es un caballero muy
agradable, ntimo amigo de Darcy.Oh, s! dijo Elizabeth
secamente.
El seor Darcy es increblemente amable con el seorBingley y lo
cuida de un modo extraordinario.Lo cuida? S, realmente, creo que
lo
cuida precisamente en lo que mayores cuidados requiere.Por algo que
me cont cuando venamos hacia aqu, presumo que Bingley le debe
mucho.
Pero debopedirle que me perdone, porque no tengo derecho a suponer
que Bingley fuese la persona a quien Darcy serefera. Son slo
conjeturas.
Qu quiere decir?Es una cosa que Darcy no quisiera que se
divulgase, pues si llegase a odos de la familia de ladama, resultara
muy
desagradable.No se preocupe, no lo divulgar.Tenga usted en cuenta
que carezco de pruebas para suponer que se trata de Bingley. Lo
queDarcy me dijo es que se alegraba de haber librado hace poco a un
amigo de cierto casamiento muyimprudente; pero no cit nombres ni
detalles,
y yo sospech que el amigo era Bingley slo porque meparece un
joven muy a propsito para semejante caso, y porque s que estuvieron
juntos todo el verano.Le dijo a usted el seor Darcy las razones que
tuvo para inmiscuirse en el asunto?Yo entend que haba algunas
objeciones
de peso en contra de la seorita.Y qu artes us para separarles?
No habl de sus artimaas dijo Fitzwilliam sonriendo. Slo me
cont lo que acabo dedecirle.Elizabeth no hizo ningn comentario y
sigui
caminando con el corazn henchido de indignacin.Despus de
observarla
un poco, Fitzwilliam le pregunt por qu estaba tan pensativa.
Estoy pensando en lo que usted me ha dicho respondi Elizabeth.
La conducta de su primono me parece nada bien. Por qu tena
que ser l el juez?Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot8484
Quiere decir que su intervencin fue indiscreta? No veo
qu derecho puede tener el seorDarcy para decidir sobre una
inclinacin
de su amigo y por qu haya de ser l el que dirija y determine, a
sujuicio,
de qu modo ha de ser su amigo feliz. Pero continu, reportndose
,
no sabiendo detalles, noest bien censurarle. Habr que creer
que el amor no tuvo mucho que ver en este caso.Es de suponer dijo
Fitzwilliam, pero eso aminora muy tristemente el triunfo de mi primo.
Esto ltimo lo dijo en broma, pero a Elizabeth le pareci un retrato
tan exacto de Darcy que creyintil contestar. Cambi de conversacin
y
se puso a hablar de cosas intrascendentes hasta que llegaron a lacasa.
En
118
cuanto el coronel se fue, Elizabeth se encerr en su habitacin y pens
sin interrupcin en todo loque haba odo. No caba suponer que el
coronel
se refiriese a otras personas que a Jane y a Bingley. Nopodan existir
dos hombres sobre los cuales ejerciese Darcy una influencia tan
ilimitada.
Nunca habadudado de que Darcy haba tenido que ver en las medidas
tomadas para separar a Bingley y a Jane; pero elplan y el principal
papel siempre lo haba atribuido a la seorita Bingley. Sin embargo, si
su
propia vanidadno le ofuscaba, l era el culpable; su orgullo y su
capricho
eran la causa de todo lo que Jane haba sufrido ysegua sufriendo an.
Por l haba desaparecido toda esperanza de felicidad en el corazn
ms
amable ygeneroso del mundo, y nadie poda calcular todo el mal que
haba
hecho.El coronel Fitzwilliam haba dicho que haba algunas objeciones
de peso contra la seorita. Yesas objeciones seran seguramente el
tener un to abogado de pueblo y otro comerciante en Londres
Contra
Jane pensaba Elizabeth no haba ninguna objecin posible. Ella
es el
encanto y labondad personificados! Su inteligencia es excelente; su
talento,
inmejorable; sus modales, cautivadores.Nada haba que objetar
tampoco
contra su padre que, en medio de sus rarezas, posea aptitudes que
nodesdeara el propio Darcy y una respetabilidad que acaso ste no
alcanzase
nunca. Al acordarse de sumadre, su confianza cedi un poquito;
pero tampoco admiti que Darcy pudiese oponerle ninguna objecinde
peso, pues su orgullo estaba segura de ello daba ms importancia a
la falta de categora de los posiblesparientes de su amigo, que a su falta
de sentido. En resumidas cuentas, haba que pensar que le
habaimpulsado
por una parte el ms empedernido orgullo y por otra su deseo de
conservar
a Bingley para suhermana.La agitacin y las lgrimas le dieron a
Elizabeth un dolor de cabeza que aument por la tarde, ysumada su
dolencia
a su deseo de no ver a Darcy, decidi no acompaar a sus primos
a Rosings, dondeestaban invitados a tomar el t. La seora Collins, al
ver
que estaba realmente indispuesta, no insisti, eimpidi en todo lo
posible
que su marido lo hiciera; pero Collins no pudo ocultar su temor de que
ladyCatherine tomase a mal la ausencia de Elizabeth.CAPTULO
XXXIVCuando todos se haban ido, Elizabeth, como si se propusiera
exasperarse ms an contra Darcy,se dedic a repasar todas las cartas
que haba recibido de Jane desde que se hallaba en Kent. No
contenanlamentaciones
ni nada que denotase que se acordaba de lo pasado ni que
indicase que sufra por ello; peroen conjunto y casi en cada lnea faltaba
la alegra que sola caracterizar el estilo de Jane, alegra que, comoera
natural
en un carcter tan tranquilo y afectuoso, casi nunca se haba eclipsado.
Elizabeth se fijaba entodas las frases reveladoras de desasosiego,
119
con una atencin que no haba puesto en la primera lectura.
Elvergonzoso
alarde de Darcy por el dao que haba causado le haca sentir ms
vivamente
el sufrimiento desu hermana. Le consolaba un poco pensar que
dentro de dos das estara de nuevo al lado de Jane y podracontribuir a
que recobrase el nimo con los cuidados que slo el cario puede
dar.No
poda pensar en la marcha de Darcy sin recordar que su primo se iba
con
l; pero el coronelFitzwilliam le haba dado a entender con claridad que
no poda pensar en ella.Mientras estaba meditando todo esto, la
sorprendi
la campanilla de la puerta, y abrig laesperanza de que fuese el mismo
coronel Fitzwilliam que ya una vez las haba visitado por la tarde y a
lomejor iba a preguntarle cmo se encontraba. Pero pronto desech esa
idea y sigui pensando en sus cosasLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot8585cuando, con total sobresalto, vio que Darcy entraba
en el saln. Inmediatamente empez a preguntarle, muyacelerado, por
su salud, atribuyendo la visita a su deseo de saber que se encontraba
mejor.
Ella le contestcorts pero framente. Elizabeth estaba asombrada pero
no dijo ni una palabra. Despus de un silencio devarios minutos se
acerc a ella y muy agitado declar:He luchado en vano. Ya no
puedo
ms. Soy incapaz de contener mis sentimientos. Permtameque le diga
que la admiro y la amo apasionadamente.El estupor de Elizabeth fue
inexpresable. Enrojeci, se qued mirndole fijamente, indecisa ymuda.
El lo interpret como un signo favorable y sigui manifestndole todo lo
que senta por ella desdehaca tiempo. Se explicaba bien, pero no slo
de
su amor tena que hablar, y no fue ms elocuente en eltema de la
ternura
que en el del orgullo. La inferioridad de Elizabeth, la degradacin que
significaba paral, los obstculos de familia que el buen juicio le haba
hecho anteponer siempre a la estimacin. Hablabade estas cosas con
un
ardor que reflejaba todo lo que le heran, pero todo ello no era lo ms
indicado
paraapoyar su demanda.A pesar de toda la antipata tan profundamente
arraigada que le tena, Elizabeth no pudopermanecer insensible
a las manifestaciones de afecto de un hombre como Darcy, y aunque su
opinin novari en lo ms mnimo, se entristeci al principio por la
decepcin
que iba a llevarse; pero el lenguaje queste emple luego fue tan
insultante que toda la compasin se convirti en ira. Sin embargo, trat
decontestarle con calma cuando acab de hablar. Concluy
asegurndole
la firmeza de su amor que, a pesarde todos sus esfuerzos, no haba
podido
vencer, y esperando que sera recompensado con la aceptacin desu
mano. Por su manera de hablar, Elizabeth advirti que Darcy no pona
en duda que su respuesta serafavorable. Hablaba de temores y de
ansiedad,
pero su aspecto revelaba una seguridad absoluta. Esto laexasperaba
120
an ms y cuando l termin, le contest con las mejillas encendidas
por
la ira:En estos casos creo que se acostumbra a expresar cierto
agradecimiento
por los sentimientosmanifestados, aunque no puedan ser igualmente
correspondidos. Es natural que se sienta esta obligacin, ysi yo
sintiese gratitud, le dara las gracias. Pero no puedo; nunca he
ambicionado
su consideracin, y ustedme la ha otorgado muy en contra de su
voluntad. Siento haber hecho dao a alguien, pero ha
sidoinconscientemente,
y espero que ese dao dure poco tiempo. Los mismos sentimientos
que, segn dice, leimpidieron darme a conocer sus intenciones durante
tanto tiempo, vencern sin dificultad ese sufrimiento.Darcy, que estaba
apoyado en la repisa de la chimenea con los ojos clavados en el rostro
deElizabeth, pareca recibir sus palabras con tanto resentimiento como
sorpresa. Su tez palideci de rabia ytodas sus facciones mostraban la
turbacin de su nimo. Luchaba por guardar la compostura, y no
abriralos
labios hasta que creyese haberlo conseguido. Este silencio fue terrible
para Elizabeth. Por fin, forzandola voz para aparentar calma, dijo:Y
es
sta toda la respuesta que voy a tener el honor de esperar? Quiz
debiera
preguntar porqu se me rechaza con tan escasa cortesa. Pero no tiene
la
menor importancia.Tambin podra yo replic Elizabeth preguntar
por qu con tan evidente propsito deofenderme y de insultarme me
dice
que le gusto en contra de su voluntad, contra su buen juicio y
hastacontra
su modo de ser. No es sta una excusa para mi falta de cortesa,
si es que en realidad la hecometido? Pero, adems, he recibido otras
provocaciones,
lo sabe usted muy bien. Aunque missentimientos no hubiesen
sido contrarios a los suyos, aunque hubiesen sido indiferentes o
inclusofavorables,
cree usted que habra algo que pudiese tentarme a
aceptar al hombre que ha sido el culpable dearruinar, tal vez para
siempre,
la felicidad de una hermana muy querida?Al or estas palabras,
Darcy mud de color; pero la conmocin fue pasajera y sigui
escuchandosin
intencin de interrumpirla.Yo tengo todas las razones del mundo
para tener un mal concepto de usted continuElizabeth. No hay
nada que pueda excusar su injusto y ruin proceder. No se atrever
usted
a negar quefue el principal si no el nico culpable de la separacin del
seor Bingley y mi hermana, exponiendo al unoa las censuras de la
gente
por caprichoso y voluble, y al otro a la burla por sus fallidas esperanzas,
sumindolos a los dos en la mayor desventura.Librodot Orgullo y
prejuicio Jane AustenLibrodot8686Hizo una pausa y vio, indignada, que
Darcy la estaba escuchando con un aire que indicaba nohallarse en
absoluto
conmovido por ningn tipo de remordimiento. Incluso la miraba
con una sonrisa depetulante incredulidad.Puede negar que ha
hecho
121
esto? repiti ella.Fingiendo estar sereno, Darcy contest:No he de
negar que hice todo lo que estuvo en mi mano para separar a mi amigo
de su hermana,ni que me alegro del resultado. He sido ms amable con
l que conmigo mismo.Elizabeth desde aparentar que notaba esa
sutil
reflexin, pero no se le escap su significado, yno consigui conciliarla.

Pero no slo en esto se funda mi antipata continu Elizabeth . Mi


opinin de usted se formmucho antes de que este asunto tuviese
lugar.
Su modo de ser qued revelado por una historia que mecont el seor
Wickham hace algunos meses. Qu puede decir a esto? Con qu
acto
ficticio de amistadpuede defenderse ahora? Con qu falsedad puede
justificar en este caso su dominio sobre los dems?Se interesa usted
muy vivamente por lo que afecta a ese caballero dijo Darcy en un
tonomenos
tranquilo y con el rostro enrojecido.Quin, que conozca las penas
que ha pasado, puede evitar sentir inters por l?Las penas que ha
pasado! exclam Darcy despectivamente. S, realmente, unas
penasinmensas
Por su culpa! exclam Elizabeth con energa. Usted le
redujo a su actual relativa pobreza.Usted le neg el porvenir que, como
bien debe saber, estaba destinado para l. En los mejores aos de
lavida
le priv de una independencia a la que no slo tena derecho sino que
mereca. Hizo todo esto! Y anes capaz de ridiculizar y burlarse de sus
penas Y sa es grit Darcy mientras se paseaba como una
exhalacin
por el cuarto la opininque tiene usted de m! sta es la estimacin
en la que me tiene! Le doy las gracias por habrmeloexplicado tan
abiertamente. Mis faltas, segn su clculo, son verdaderamente
enormes.
Pero puedeaadi detenindose y volvindose hacia ella que estas
ofensas hubiesen sido pasadas por alto si nohubiese herido su orgullo
con mi honesta confesin de los reparos que durante largo tiempo me
impidierontomar una resolucin. Me habra ahorrado estas amargas
acusaciones
si hubiese sido ms hbil y le hubieseocultado mi lucha, halagndola
al hacerle creer que haba dado este paso impulsado por la razn,
por lareflexin, por una incondicional y pura inclinacin, por lo que
sea. Pero aborrezco todo tipo de engao y nome avergenzo de los
sentimientos
que he manifestado, eran naturales y justos. Cmo poda suponer
ustedque me agradase la inferioridad de su familia y que me
congratulase
por la perspectiva de tener unosparientes cuya condicin estn tan
por debajo de la ma?La irritacin de Elizabeth creca a cada instante;
aun as intent con todas sus fuerzas expresarsecon mesura cuando
dijo:
Se equivoca usted, seor Darcy, si supone que lo que me ha afectado
es su forma de declararse;si se figura que me habra evitado el mal rato
de rechazarle si se hubiera comportado de modo
122
mscaballeroso.Elizabeth se dio cuenta de que estaba a punto de
interrumpirla,
pero no dijo nada y ella continu:Usted no habra podido
ofrecerme su mano de ningn modo que me hubiese tentado a
aceptarla.
De nuevo su asombro era obvio. La mir con una expresin de
incredulidad
y humillacin almismo tiempo, y ella sigui diciendo:Desde el
principio, casi desde el primer instante en que le conoc, sus modales
me
convencieronde su arrogancia, de su vanidad y de su egosta desdn
hacia
los sentimientos ajenos; me disgustaron de talmodo que hicieron nacer
en m la desaprobacin que los sucesos posteriores convirtieron en
firmeLibrodot
Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot8787desagrado; y
no haca un mes an que le conoca cuando supe que usted sera el
ltimo
hombre en la tierracon el que podra casarme.Ha dicho usted
bastante,
seorita. Comprendo perfectamente sus sentimientos y slo me
restaavergonzarme de los mos. Perdone por haberle hecho perder
tanto
tiempo, y acepte mis buenos deseos desalud y felicidad.Dicho esto sali
precipitadamente de la habitacin, y Elizabeth le oy en seguida abrir la
puerta dela entrada y salir de la casa.La confusin de su mente le haca
sufrir intensamente. No poda sostenerse de pie y tuvo quesentarse
porque
las piernas le flaqueaban. Llor durante media hora. Su asombro al
recordar
lo ocurridocreca cada vez ms. Haber recibido una proposicin
de matrimonio de Darcy que haba estado enamoradode ella durante
tantos meses, y tan enamorado que quera casarse a pesar de todas las
objeciones que lehaban inducido a impedir que su amigo se casara con
Jane, y que debieron pasar con igual fuerza en supropio caso, resultaba
increble. Le era grato haber inspirado un afecto tan vehemente. Pero el
orgullo, suabominable orgullo, su desvergonzada confesin de lo que
haba hecho con Jane, su imperdonable descaroal reconocerlo sin ni
siquiera
tratar de disculparse, y la insensibilidad con que haba hablado de
Wickham apesar de no haber negado su crueldad para con l, no
tardaron
en prevalecer sobre la compasin que habasentido al pensar en su
amor.Sigui inmersa en sus agitados pensamientos, hasta que el ruido
del carruaje de lady Catherine lehizo darse cuenta de que no estaba en
condiciones de encontrarse con Charlotte, y subi corriendo a sucuarto.
CAPTULO XXXVElizabeth se despert a la maana siguiente con los
mismos pensamientos y cavilaciones con quese haba dormido. No
lograba
reponerse de la sorpresa de lo acaecido; le era imposible pensar en
otra cosa.Incapaz de hacer nada, en cuanto desayun decidi salir a
tomar
el aire y a hacer ejercicio. Se encaminabadirectamente hacia su paseo
favorito, cuando record que Darcy iba alguna vez por all; se detuvo y
enlugar de entrar en la finca tom otra vereda en direccin contraria a la
123
calle donde estaba la barrera deportazgo, y que estaba an limitada por
la empalizada de Rosings, y pronto pas por delante de una de
lasportillas
que daba acceso a la finca.Despus de pasear dos o tres veces a lo
largo
de aquella parte del camino, le entr la tentacin, envista de lo deliciosa
que estaba la maana, de pararse en las portillas y contemplar la finca.
Las cincosemanas que llevaba en Kent haba transformado mucho la
campia, y cada da verdeaban ms los rbolestempranos. Se dispona
a
continuar su paseo, cuando vislumbr a un caballero en la alameda que
bordeabala finca; el caballero caminaba en direccin a ella, y Elizabeth,
temiendo que fuese Darcy, retrocedi alinstante. Pero la persona, que
se
adelantaba, estaba ya lo suficientemente cerca para verla; sigui
andandode
prisa y pronunci su nombre. Ella se haba vuelto, pero al or aquella
voz en la que reconoci a Darcy,continu en direccin a la puerta. El
caballero la alcanz y, mostrndole una carta que ella
tominstintivamente,
le dijo con una mirada altiva:He estado paseando por la alameda
durante un rato esperando encontrarla. Me conceder elhonor de leer
esta carta?Y entonces, con una ligera inclinacin, se encamin de
nuevo
hacia los plantos y pronto se perdide vista.Sin esperar ningn agrado,
pero con gran curiosidad, Elizabeth abri la carta, y su asombro fue
enaumento al ver que el sobre contena dos pliegos completamente
escritos
con una letra muy apretada.Incluso el sobre estaba escrito.
Prosiguiendo
su paseo por el camino, la empez a leer. Estaba fechada enRosings
a las ocho de la maana y deca lo siguiente:Comment: Barrera de
portazgo:Barrera o portilla en las carreterasen las que los vehculos
tenan
quedetenerse para pagar por elderecho de paso. El dinero
asrecaudado
se destinaba almantenimiento de la carretera. Hoyen da apenas existen
en lascarreteras inglesas, aunque anpueden encontrarse en
algunospuentes.
Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot8888No se
alarme, seorita, al recibir esta carta, ni crea que voy a repetir en ella
mis
sentimientos o arenovar las proposiciones que tanto le molestaron
anoche.
Escribo sin ninguna intencin de afligirla ni dehumillarme yo insistiendo
en unos deseos que, para la felicidad de ambos, no pueden olvidarse
tanfcilmente; el esfuerzo de redactar y de leer esta carta poda haber
sido evitado si mi modo de ser no meobligase a escribirla y a que usted
la lea. Por lo tanto, perdneme que tome la libertad de solicitar
suatencin;
aunque ya s que habr de concedrmela de mala gana, se lo pido
en justicia.Ayer me acus usted de dos ofensas de naturaleza muy
diversa y de muy distinta magnitud. Laprimera fue el haber separado al
seor Bingley de su hermana, sin consideracin a los sentimientos
deambos;
y el otro que, a pesar de determinados derechos y haciendo caso
124
omiso del honor y de lahumanidad, arruin la prosperidad inmediata y
destru el futuro del seor Wickham. Haber abandonadodespiadada e
intencionadamente
al compaero de mi juventud y al favorito de mi padre,
a un joven que casino tena ms porvenir que el de nuestra rectora y
que
haba sido educado para su ejercicio, sera unadepravacin que no
podra
compararse con la separacin de dos jvenes cuyo afecto haba sido
fruto de tanslo unas pocas semanas. Pero espero que retire usted la
severa
censura que tan abiertamente me dirigianoche, cuando haya ledo
la siguiente relacin de mis actos con respecto a estas dos
circunstancias
y susmotivos. Si en la explicacin que no puedo menos que dar, me veo
obligado a expresar sentimientos que laofendan, slo puedo decir que lo
lamento. Hay que someterse a la necesidad y cualquier disculpa
seraabsurda.
No haca mucho que estaba en Hertfordshire cuando observ, como
todo el mundo, que el seorBingley distingua a su hermana mayor
mucho ms que a ninguna de las dems muchachas de la
localidad;pero
hasta la noche del baile de Netherfield no vi que su cario fuese formal.
Varias veces le haba vistoantes enamorado. En aquel baile, mientras
tena
el honor de estar bailando con usted, supe por primera vez,por una
casual informacin de sir William Lucas, que las atenciones de Bingley
para con su hermanahaban hecho concebir esperanzas de matrimonio;
me habl de ello como de una cosa resuelta de la queslo haba que
fijar
la fecha. Desde aquel momento observ cuidadosamente la conducta
de
mi amigo ypude notar que su inclinacin hacia la seorita Bennet era
mayor que todas las que haba sentido antes.Tambin estudi a su
hermana.
Su aspecto y sus maneras eran francas, alegres y atractivas como
siempre,pero no revelaban ninguna estimacin particular. Mis
observaciones
durante aquella velada me dejaronconvencido de que, a pesar del
placer con que reciba las atenciones de mi amigo, no le corresponda
conlos mismos sentimientos. Si usted no se ha equivocado con respecto
a
esto, ser que yo estaba en un error.Como sea que usted conoce mejor
a
su hermana, debe ser ms probable lo ltimo; y si es as, si movido
poraquel
error la he hecho sufrir, su resentimiento no es inmotivado. Pero no
vacilo en afirmar que el aspecto yel aire de su hermana podan haber
dado
al ms sutil observador la seguridad de que, a pesar de su
carcterafectuoso,
su corazn no pareca haber sido afectado. Es cierto que yo deseaba
creer en su indiferencia,pero le advierto que normalmente mis estudios
y mis conclusiones no se dejan influir por mis esperanzas otemores.
No la crea indiferente porque me convena creerlo, lo crea con
absoluta
imparcialidad. Misobjeciones a esa boda no eran exactamente las
que anoche reconoc que slo podan ser superadas por lafuerza de la
125
pasin, como en mi propio caso; la desproporcin de categora no sera
tan grave en lo queatae a mi amigo como en lo que a m se refiere;
pero
haba otros obstculos que, a pesar de existir tanto enel caso de mi
amigo
como en el mo, habra tratado de olvidar puesto que no me afectaban
directamente.
Debo decir cules eran, aunque lo har brevemente. La posicin
de la familia de su madre, aunquecuestionable, no era nada comparado
con la absoluta inconveniencia mostrada tan a menudo,
casiconstantemente,
por dicha seora, por sus tres hermanas menores y, en ocasiones,
incluso por su padre.Perdneme, me duele ofenderla; pero en medio
de lo que le conciernen los defectos de sus familiares msprximos y
de su disgusto por la mencin que hago de los mismos, consulese
pensando
que el hecho deque tanto usted como su hermana se comporten de
tal manera que no se les pueda hacer de ningn modolos mismos
reproches,
las eleva an ms en la estimacin que merecen. Slo dir que con
lo que pasaquella noche se confirmaron todas mis sospechas y
aumentaron
los motivos que ya antes hubieran podidoimpulsarme a preservar
a mi amigo de lo que consideraba como una unin desafortunada.
Bingley
semarch a Londres al da siguiente, como usted recordar, con el
propsito de regresar muy pronto.Falta ahora explicar mi intervencin
en el asunto. El disgusto de sus hermanas se habaexasperado tambin
y
pronto descubrimos que coincidamos en nuestras apreciaciones. Vimos
que no habaLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot8989tiempo
que perder si queramos separar a Bingley de su hermana, y decidimos
irnos con l a Londres. Nostrasladamos all y al punto me dediqu a
hacerle comprender a mi amigo los peligros de su eleccin. Se
losenumer
y se los describ con empeo. Pero, aunque ello poda haber
conseguido
que su determinacinvacilase o se aplazara, no creo que hubiese
impedido
al fin y al cabo la boda, a no ser por elconvencimiento que logr
inculcarle de la indiferencia de su hermana. Hasta entonces Bingley
haba
credoque ella corresponda a su afecto con sincero aunque no igual
inters. Pero Bingley posee una granmodestia natural y, adems, cree
de
buena fe que mi sagacidad es mayor que la suya. Con todo, no fue
fcilconvencerle
de que se haba engaado. Una vez convencido, el hacerle
tomar la decisin de no volver aHertfordshire fue cuestin de un
instante.
No veo en todo esto nada vituperable contra m. Una sola cosa entodo
lo que hice me parece reprochable: el haber accedido a tomar las
medidas
procedentes para queBingley ignorase la presencia de su hermana en
la ciudad. Yo saba que estaba en Londres y la seoritaBingley lo saba
tambin; pero mi amigo no se ha enterado todava. Tal vez si se
hubiesen
encontrado, nohabra pasado nada; pero no me pareca que su afecto
se
126
hubiese extinguido lo suficiente para que pudiesevolver a verla sin
ningn
peligro. Puede que esta ocultacin sea indigna de m, pero cre mi
deber hacerlo.Sobre este asunto no tengo ms que decir ni ms
disculpa
que ofrecer. Si he herido los sentimientos de suhermana, ha sido
involuntariamente,
y aunque mis mviles puedan parecerle insuficientes, yo
no losencuentro tan condenables.Con respecto a la otra acusacin
ms
importante de haber perjudicado al seor Wickham, slo lapuedo
combatir
explicndole detalladamente la relacin de ese seor con mi familia.
Ignoro de qu mehabr acusado en concreto, pero hay ms de un
testigo
fidedigno que pueda corroborarle a usted laveracidad de cuanto voy a
contarle.El seor Wickham es hijo de un hombre respetabilsimo que
tuvo
a su cargo durante muchosaos la administracin de todos los dominios
de Pemberley, y cuya excelente conducta inclin a mi padre
afavorecerle,
como era natural; el cario de mi progenitor se manifest, por lo
tanto, generosamente enGeorge Wickham, que era su ahijado. Coste
su
educacin en un colegio y luego en Cambridge, pues supadre,
constantemente
empobrecido por las extravagancias de su mujer, no habra podido
darle laeducacin de un caballero. Mi padre no slo gustaba de la
compaa del muchacho, que era siempre muyzalamero, sino que form
de l el ms alto juicio y crey que la Iglesia podra ser su profesin, por
lo queprocur proporcionarle los medios para ello. Yo, en cambio, hace
muchos aos que empec a tener deWickham una idea muy diferente.
La
propensin a vicios y la falta de principios que cuidaba de ocultar asu
mejor amigo, no pudieron escapar a la observacin de un muchacho
casi
de su misma edad que tenaocasin de sorprenderle en momentos de
descuido que el seor Darcy no vea. Ahora tendr que apenarlade
nuevo
hasta un grado que slo usted puede calcular, pero cualesquiera que
sean los sentimientos que elseor Wickham haya despertado en usted,
esta sospecha no me impedir desenmascararle, sino, alcontrario, ser
para m un aliciente ms.Mi excelente padre muri hace cinco aos, y
su afecto por el seor Wickham sigui tan constantehasta el fin, que en
su testamento me recomend que le apoyase del mejor modo que su
profesin
loconsintiera; si se ordenaba sacerdote, mi padre deseaba que se le
otorgase un beneficio capaz de sustentar auna familia, a la primera
vacante.
Tambin le legaba mil libras. El padre de Wickham no sobrevivi
muchoal mo. Y medio ao despus de su muerte, el joven Wickham me
escribi informndome que por fin habaresuelto no ordenarse, y que, a
cambio del beneficio que no haba de disfrutar, esperaba que yo le
diesealguna
ventaja pecuniaria ms inmediata. Aada que pensaba seguir la
carrera de Derecho, y que debahacerme cargo de que los intereses de
127
mil libras no podan bastarle para ello. Ms que creerle sincero,
yodeseaba
que lo fuese; pero de todos modos acced a su proposicin. Saba que
el seor Wickham no estabacapacitado para ser clrigo; as que arregl
el
asunto. l renunci a toda pretensin de ayuda en lo referentea la
profesin
sacerdotal, aunque pudiese verse en el caso de tener que adoptarla,
y acept tres mil libras.Todo pareca zanjado entre nosotros. Yo tena
muy mal concepto de l para invitarle a Pemberley o admitirsu
compaa
en la capital. Creo que vivi casi siempre en Londres, pero sus estudios
de Derecho no fueronms que un pretexto y como no haba nada que
le sujetase, se entreg libremente al ocio y a la disipacin.Estuve tres
aos sin saber casi nada de l, pero a la muerte del poseedor de la
rectora
que se le habadestinado, me mand una carta pidindome que se la
otorgara. Me deca, y no me era difcil creerlo, que sehallaba en muy
mala
situacin, opinaba que la carrera de derecho no era rentable, y que
estabaLibrodot
Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot9090completamente
decidido a ordenarse si yo le conceda la rectora en cuestin, cosa que
no dudaba que hara,pues saba que no dispona de nadie ms para
ocuparla
y por otra parte no podra olvidar los deseos de mivenerable padre.
Creo que no podr usted censurarme por haberme negado a complacer
esta demanda eimpedir que se repitiese. El resentimiento de Wickham
fue proporcional a lo calamitoso de suscircunstancias, y sin duda habl
de m ante la gente con la misma violencia con que me
injuridirectamente.
Despus de esto, se rompi todo tipo de relacin entre l y yo. Ignoro
cmo vivi. Pero elltimo verano tuve de l noticias muy desagradables.
Tengo que referirle a usted algo, ahora, que yo mismo querra olvidar
y que ninguna otracircunstancia que la presente podra inducirme
a desvelar a ningn ser humano. No dudo que me guardarusted el
secreto.
Mi hermana, que tiene diez aos menos que yo, qued bajo la custodia
del sobrino de mimadre, el coronel Fitzwilliam y la ma. Hace
aproximadamente
un ao sali del colegio y se instal enLondres. El verano
pasado fue con su institutriz a Ramsgate, adonde fue tambin el seor
Wickhamexpresamente, con toda seguridad, pues luego supimos que la
seora Younge y l haban estado encontacto. Nos habamos
engaado,
por desgracia, sobre el modo de ser de la institutriz. Con la complicidady
ayuda de sta, Wickham se dedic a seducir a Georgiana, cuyo
afectuoso
corazn se impresionfuertemente con sus atenciones; era slo una
nia
y creyendo estar enamorada consinti en fugarse. Notena entonces
ms
que quince aos, lo cual le sirve de excusa. Despus de haber
confesado
suimprudencia, tengo la satisfaccin de aadir que supe aquel proyecto
por ella misma. Fui a Ramsgate y lessorprend un da o dos antes de la
128
planeada fuga, y entonces Georgiana, incapaz de afligir y de ofender a
suhermano a quien casi quera como a un padre, me lo cont todo.
Puede
usted imaginar cmo me sent ycmo actu. Por consideracin al honor
y
a los sentimientos de mi hermana, no di un escndalo pblico,pero
escrib
al seor Wickham, quien se march inmediatamente. La seora
Younge,
como es natural, fuedespedida en el acto. El principal objetivo del seor
Wickham era, indudablemente, la fortuna de mihermana, que asciende
a treinta mil libras, pero no puedo dejar de sospechar que su deseo de
vengarse dem entraba tambin en su propsito. Realmente habra sido
una venganza completa.sta es, seorita, la fiel narracin de lo
ocurrido
entre l y yo; y si no la rechaza usted comoabsolutamente falsa, espero
que en adelante me retire la acusacin de haberme portado cruelmente
con elseor Wickham. No s de qu modo ni con qu falsedad la habr
embaucado; pero no hay que extraarsede que lo haya conseguido,
pues
ignoraba usted todas estas cuestiones. Le era imposible averiguarlas y
nose senta inclinada a sospecharlas.Puede que se pregunte por qu
no
se lo cont todo anoche, pero entonces no era dueo de mmismo y no
saba qu poda o deba revelarle. Sobre la verdad de todo lo que le he
narrado, puedo apelar altestimonio del coronel Fitzwilliam, quien, por
nuestro estrecho parentesco y constante trato, y an ms porser uno de
los albaceas del testamento de mi padre, ha tenido que enterarse
forzosamente
de todo losucedido. Si el odio que le inspiro invalidase mis
aseveraciones,
puede usted consultar con mi primo, contraquien no tendr usted
ningn motivo de desconfianza; y para que ello sea posible, intentar
encontrar laoportunidad de hacer llegar a sus manos esta carta, en la
misma maana de hoy. Slo me queda aadir: QueDios la bendiga.
Fitzwilliam Darcy.CAPTULO XXXVINo esperaba Elizabeth, cuando
Darcy le dio la carta, que en ella repitiese su proposicin, pero notena
ni
idea de qu poda contener. Al descubrirlo, bien se puede suponer con
qu rapidez la ley y cunencontradas sensaciones vino a suscitarle.
Habra
sido difcil definir sus sentimientos. Al principio creycon asombro
que Darcy querra disculparse lo mejor que pudiese, pero en seguida se
convenci firmementede que no podra darle ninguna explicacin que el
ms elemental sentido de la dignidad no aconsejaraocultar. Con gran
prejuicio contra todo lo que l pudiera decir, empez a leer su relato
acerca de losucedido en Netherfield. Sus ojos recorran el papel con tal
ansiedad que apenas tena tiempo deLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot9191comprender, y su impaciencia por saber lo que
deca
la frase siguiente le impeda entender el sentido de laque estaba
leyendo.
Al instante dio por hecho que la creencia de Darcy en la indiferencia de
129
su hermana erafalsa, y las peores objeciones que pona a aquel
matrimonio
la enojaban demasiado para poder hacerlejusticia. A ella le satisfaca
que no expresase ningn arrepentimiento por lo que haba hecho; su
estilo
norevelaba contricin, sino altanera. En sus lneas no vea ms que
orgullo
e insolencia.Pero cuando pas a lo concerniente a Wickham, ley
ya con mayor atencin. Ante aquel relato delos hechos que, de ser
autntico,
haba de destruir toda su buena opinin del joven, y que guardaba
unaalarmante afinidad con lo que el mismo Wickham haba contado, sus
sentimientos fueron an ms penososy ms difciles de definir; el
desconcierto,
el recelo e incluso el horror la opriman. Hubiese queridodesmentirlo
todo y exclam repetidas veces: Eso tiene que ser falso, eso no
puede ser! Debe de ser elmayor de los embustes! Acab de leer la
carta,
y sin haberse enterado apenas de la ltima o las dosltimas pginas, la
guard rpidamente y quejndose se dijo que no la volvera a mirar, que
no quera sabernada de todo aquello.En semejante estado de
perturbacin,
asaltada por mil confusos pensamientos, sigui paseando;pero no
sirvi de nada; al cabo de medio minuto sac de nuevo la carta y
sobreponindose
lo mejor quepudo, comenz otra vez la mortificante lectura
de lo que a Wickham se refera, dominndose hastaexaminar el sentido
de cada frase. Lo de su relacin con la familia de Pemberley era
exactamente
lo mismoque l haba dicho, y la bondad del viejo seor Darcy, a
pesar de que Elizabeth no haba sabido hasta ahorahasta dnde haba
llegado,
tambin coincidan con lo indicado por el propio Wickham. Por lo
tanto, unrelato confirmaba el otro, pero cuando llegaba al tema del
testamento
la cosa era muy distinta. Todo lo queste haba dicho acerca de su
beneficio eclesistico estaba fresco en la memoria de la joven, y al
recordarsus
palabras tuvo que reconocer que haba doble intencin en uno u
otro lado, y por unos instantes creyque sus deseos no la engaaban.
Pero
cuando ley y reley todo lo sucedido a raz de haber
rehusadoWickham
a la rectora, a cambio de lo cual haba recibido una suma
tan considerable como tres mil libras,no pudo menos que volver a
dudar.
Dobl la carta y pes todas las circunstancias con su
pretendidaimparcialidad,
meditando sobre las probabilidades de sinceridad de cada relato,
pero no adelant nada; deuno y otro lado no encontraba ms que
afirmaciones.
Se puso a leer de nuevo, pero cada lnea probaba conmayor claridad
que aquel asunto que ella no crey que pudiese ser explicado ms
que como una infamia endetrimento del proceder de Darcy, era
susceptible
de ser expuesto de tal modo que dejaba a Darcytotalmente exento de
culpa.Lo de los vicios y la prodigalidad que Darcy no vacilaba en
imputarle
a Wickham, la indignaba enexceso, tanto ms cuanto que no tena
130
pruebas para rebatir el testimonio de Darcy. Elizabeth no haba
odohablar
nunca de Wickham antes de su ingreso en la guarnicin del condado,
a lo cual le haba inducido suencuentro casual en Londres con un joven
a quien slo conoca superficialmente. De su antigua vida no sesaba
en Hertfordshire ms que lo que l mismo haba contado. En cuanto a
su
verdadero carcter, y a pesarde que Elizabeth tuvo ocasin de
analizarlo,
nunca sinti deseos de hacerlo; su aspecto, su voz y susmodales le
dotaron
instantneamente de todas las virtudes. Trat de recordar algn rasgo
de nobleza, algngesto especial de integridad o de bondad que pudiese
librarle de los ataques de Darcy, o, por lo menos, queel predominio de
buenas cualidades le compensara de aquellos errores casuales, que era
como ella seempeaba en calificar lo que Darcy tildaba de holgazanera
e
inmoralidad arraigados en l desde siempre.Se imagin a Wickham
delante
de ella, y lo record con todo el encanto de su trato, pero aparte de
laaprobacin general de que disfrutaba en la localidad y la
consideracin
que por su simpata haba ganadoentre sus camaradas, Elizabeth no
pudo
hallar nada ms en su favor. Despus de haber reflexionado largorato
sobre este punto, reanud la lectura. Pero lo que vena a continuacin
sobre
la aventura con la seoritaDarcy fue confirmado en parte por la
conversacin
que Elizabeth haba tenido la maana anterior con elcoronel
Fitzwilliam; y, al final de la carta, Darcy apelaba, para probar la verdad
de todo, al propio coronel,cuya intervencin en todos los asuntos de su
primo Elizabeth conoca por anticipado, y cuya veracidad notena
motivos
para poner en entredicho. Estuvo a punto de recurrir a l, pero se
contuvo al pensar loviolento que sera dar ese paso; desechndolo, al
fin,
convencida de que Darcy no se habra arriesgadonunca a proponrselo
sin tener la absoluta seguridad de que su primo corroborara sus
afirmaciones.
Recordaba perfectamente todo lo que Wickham le dijo cuando hablaron
por primera vez en casadel seor Philips; muchas de sus expresiones
estaban an ntegramente en su memoria. Ahora se dabaLibrodot
Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot9292cuenta de lo impropio de
tales
confidencias a una persona extraa y se admiraba de no haber cado
antes enello. Vea la falta de delicadeza que implicaba el ponerse en
evidencia
de aquel modo, y la incoherencia desus declaraciones con su conducta.
Se acordaba de que se jact de no temer ver a Darcy y de que
stetendra
que irse, pero que l no se movera, lo que no le impidi evadirse
para no asistir al baile deNetherfield a la semana siguiente. Tambin
recordaba
que hasta que la familia de Netherfield no habaabandonado el
condado, no cont su historia nada ms que a ella, pero desde su
marcha,
la citada historiacorri de boca en boca, y Wickham no tuvo el
131
menor escrpulo en hundir la reputacin de Darcy, por msque
anteriormente
le haba asegurado a Elizabeth que el respeto al padre le impedira
siempre agraviar alhijo.Qu diferente le pareca ahora todo lo que se
refera
a Wickham! Sus atenciones para con laseorita King eran ahora nica
y exclusivamente la consecuencia de sus odiosas perspectivas de
cazador
dedotes, y la mediocridad de la fortuna de la seorita ya no eran la
prueba de la moderacin de susambiciones, sino el afn de agarrarse a
cualquier cosa. Su actitud con Elizabeth no poda tener ahora unmotivo
aceptable: o se haba engaado al principio en cuanto a sus bienes, o
haba
tratado de halagar supropia vanidad alimentando la preferencia que
ella le demostr incautamente. Todos los esfuerzos quehaca para
defenderle
se iban debilitando progresivamente. Y para mayor justificacin de
Darcy, no pudomenos que reconocer que Bingley, al ser interrogado por
Jane, proclam tiempo atrs la inocencia de Darcyen aquel asunto; que
por muy orgulloso y repelente que fuese, nunca, en todo el curso de sus
relaciones conl relaciones que ltimamente les haban acercado
mucho,
permitindole a ella conocer ms a fondo sucarcter, le haba visto
hacer nada innoble ni injusto, nada por lo que pudiera tachrsele de
irreligioso
oinmoral; que entre sus amigos era apreciado y querido, y que
hasta el mismo Wickham haba reconocidoque era un buen hermano.
Ella tambin le haba odo hablar de su hermana con un afecto tal
quedemostraba
que tena buenos sentimientos. Si hubiese sido como Wickham
le pintaba, capaz de talviolacin de todos los derechos, habra sido
difcil
que nadie lo supiera, y la amistad entre un ser semejantey un hombre
tan
amable como Bingley habra sido incomprensible.Lleg a avergonzarse
de s misma. No poda pensar en Darcy ni en Wickham sin reconocer
quehaba sido parcial, absurda, que haba estado ciega y llena de
prejuicios.
De qu modo tan despreciable he obrado pens, yo que me
enorgulleca de mi perspicacia!Yo que me he vanagloriado de mi
talento,
que he desdeado el generoso candor de mi hermana y hehalagado
mi vanidad con recelos intiles o censurables! Qu humillante es todo
esto, pero cmo merezcoesta humillacin! Si hubiese estado
enamorada
de Wickham, no habra actuado con tan lamentable ceguera.Pero la
vanidad,
y no el amor, ha sido mi locura. Complacida con la preferencia del
uno y ofendida con eldesprecio del otro, me he entregado desde el
principio
a la presuncin y a la ignorancia, huyendo de larazn en cuanto se
trataba de cualquiera de los dos. Hasta este momento no me conoca a
m
misma.De s misma a Jane y de Jane a Bingley, sus pensamientos
recorran
un camino que no tard enconducirla a recordar que la explicacin
que Darcy haba dado del asunto de stos le haba parecido
132
muyinsuficiente, y volvi a leerla. El efecto de esta segunda lectura fue
muy diferente. Cmo no poda darcrdito a lo que Darcy deca sobre
uno de los puntos, si se haba visto forzada a drselo en el otro?
Darcydeclaraba
haber sospechado siempre que Jane no senta ningn amor por
Bingley, y Elizabeth record culhaba sido la opinin de Charlotte.
Tampoco poda discutir la exactitud de su descripcin de Jane;
aElizabeth
le constaba que los sentimientos de su hermana, aunque fervientes,
haban sido pocoexteriorizados; y que la constante complacencia en su
aire y maneras a menudo no iba unida a una gransensibilidad.Cuando
lleg a la parte de la carta donde Darcy mencionaba a su familia en
trminos
de tanhumillantes aunque merecidos reproches, Elizabeth sinti
verdadera vergenza. La justicia de susacusaciones le pareca
demasiado
evidente para que pudiera negarla, y las circunstancias a las que aluda
enparticular como ocurridas en el baile de Netherfield, no le podan
haber
impresionado a l ms de lo que lehaban abochornado a ella.El elogio
que Darcy les tributaba a ella y a su hermana no le pas inadvertido.
La halag, pero nopudo consolarse por el desprecio que implicaba para
el resto de la familia; y al considerar que lossinsabores de Jane haban
sido
en realidad obra de su misma familia, y al reflexionar en lo mal parado
queLibrodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot9393haba de
quedar el crdito de ambas por aquella conducta impropia, sinti un
abatimiento que hastaentonces no haba conocido.Despus de andar
dos
horas a lo largo del camino dando vueltas a la diversidad de
suspensamientos,
considerando de nuevo los hechos, determinando posibilidades y
hacindose paulatinamentea tan repentino e importante cambio, la
fatiga
y el acordarse del tiempo que haca que estaba fuera lahicieron regresar
a
la casa. Entr en ella con el propsito de aparentar su alegra de
siempre
y resuelta areprimir los pensamientos que la asediaban, ya que de otra
forma no sera capaz de mantener conversacinalguna.Le dijeron que lo
dos caballeros de Rosings haban estado all durante su ausencia;
Darcy
slo porbreves instantes, para despedirse; pero que el coronel
Fitzwilliam
se haba quedado una hora por lo menos,para ver si ella llegaba y casi
dispuesto a ir en su busca. A Elizabeth apenas le afectaba la partida
delcoronel; en realidad se alegraba. Slo poda pensar en la carta de
Darcy.CAPTULO XXXVIIAmbos caballeros abandonaron Rosings a la
maana siguiente. Collins estuvo a la espera cerca delos templetes de
la
entrada para darles el saludo de despedida, y llev a casa la grata
noticia
de que parecanestar bien y con nimo pasable como era de esperar
despus
de la melanclica escena que debi de habertenido un lugar en
Rosings.
Collins vol, pues, a Rosings para consolar a lady Catherine y a su
133
hija, y alvolver trajo con gran satisfaccin un mensaje de Su Seora
que
se hallaba muy triste y deseaba que todosfuesen a comer con
ella.Elizabeth no pudo ver a lady Catherine sin recordar que, si hubiera
querido, habra sido presentadaa ella como su futura sobrina; ni
tampoco
poda pensar, sin sonrer, en lo que se habra indignado. Quhabra
dicho?
Qu habra hecho? Le haca gracia preguntarse todas estas cosas.
De lo primero que se habl fue de la merma sufrida en las tertulias de
Rosings.Les aseguro que lo siento mucho dijo lady Catherine;
creo
que nadie lamenta tanto comoyo la prdida de los amigos. Pero,
adems,
quiero tanto a esos muchachos y ellos me quieren tanto a m!Estaban
tristsimos al marcharse, como siempre que nos separamos. El coronel
se
mantuvo firme hasta elfinal, pero la pena de Darcy era mucho ms
aguda,
ms que el ao pasado, a mi juicio. No dudo que sucario por Rosings
va en aumento.Collins tuvo un cumplido y una alusin al asunto,
que madre y hija acogieron con una amablesonrisa. Despus de la
comida
lady Catherine observ que la seorita Bennet pareca estar baja de
nimo.
Al punto se lo explic a su manera suponiendo que no le seduca la
idea de volver tan pronto a casa de suspadres, y le dijo:Si es as,
escriba
usted a su madre para que le permita quedarse un poco ms. Estoy
segura deque la seora Collins se alegrar de tenerla a su lado.
Agradezco mucho a Su Seora tan amable invitacin repuso
Elizabeth,
pero no puedoaceptarla. Tengo que estar en Londres el prximo
sbado.Cmo! Entonces no habr estado usted aqu ms que seis
semanas. Yo esperaba que estara dosmeses; as se lo dije a la seora
Collins
antes de que usted llegara. No hay motivo para que se vaya tanpronto.
La seora Bennet no tendr inconveniente en prescindir de usted
otra quincena.Pero mi padre, s; me escribi la semana pasada
pidindome
que volviese pronto.Si su madre puede pasar sin usted, su padre
tambin podr. Las hijas nunca son tan necesariaspara los padres como
para las madres. Y si quisiera usted pasar aqu otro mes, podra llevarla
a
Londres,porque he de ir a primeros de junio a pasar una semana; y
como
a Danson no le importar viajar en elComment: Templete de laentrada:
Traduccin de la palabrainglesa lodges, que adems dereferirse a las
torres
que hay a cadalado de la verja de entrada a unafinca, incluye la casa
de losguardeses.Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot9494-
pescante, quedar sitio para una de ustedes, y si el tiempo fuese fresco,
no me opondra a llevarlas a las dos,ya que ninguna de ustedes es
gruesa.
Es usted muy amable, seora; pero creo que no tendremos ms
remedio
que hacer lo que habamospensado en un principio.Lady Catherine
pareci resignarse.Seora Collins, tendr usted que mandar a un
134
sirviente con ellas. Ya sabe que siempre digo loque siento, y no puedo
soportar la idea de que dos muchachas viajen solas en la diligencia. No
est bien.Busque usted la manera de que alguien las acompae. No
hay
nada que me desagrade tanto como eso. Lasjvenes tienen que ser
siempre
guardadas y atendidas segn su posicin. Cuando mi sobrina
Georgiana
fuea Ramsgate el verano pasado, insist en que fueran con ellas dos
criados varones; de otro modo, seraimpropio de la seorita Darcy, la
hija
del seor Darcy de Pemberley y de lady Anne. Pongo mucho cuidadoen
estas cosas. Mande usted a John con las muchachas, seora Collins.
Me alegro de que se me hayaocurrido, pues sera deshonroso para
usted
enviarlas solas.Mi to nos mandar un criado.Ah! Un to de
ustedes!
Conque tiene criado? Celebro que tengan a alguien que piense
enestas cosas. Dnde cambiarn los caballos? Oh! En Bromley,
desde
luego. Si cita mi nombre en LaCampana la atendern muy bien.Lady
Catherine tena otras muchas preguntas que hacer sobre el viaje y
como
no todas lascontestaba ella, Elizabeth tuvo que prestarle atencin; fue
una suerte, pues de otro modo, con lo ocupadaque tena la cabeza,
habra
llegado a olvidar en dnde estaba. Tena que reservar sus meditaciones
para sushoras de soledad; cuando estaba sola se entregaba a ellas
como
su mayor alivio; no pasaba un da sin quefuese a dar un paseo para
poder
sumirse en la delicia de sus desagradables recuerdos.Ya casi saba de
memoria la carta de Darcy. Estudiaba sus frases una por una, y los
sentimientoshacia
su autor eran a veces sumamente encontrados. Al fijarse en
el tono en que se diriga a ella, se llenabade indignacin, pero cuando
consideraba con cunta injusticia le haba condenado y vituperado,
volva
suira contra s misma y se compadeca del desengao de Darcy. Su
amor por ella excitaba su gratitud, y sumodo de ser en general, su
respeto;
pero no poda aceptarlo y ni por un momento se arrepinti de
haberlerechazado
ni experiment el menor deseo de volver a verle. El modo
en que ella se haba comportado lallenaba de vergenza y de pesar
constantemente,
y los desdichados defectos de su familia le causaban unadesazn
horrible. No tenan remedio. Su padre se limitaba a burlarse de sus
hermanas menores, pero nuncaintentaba contener su impetuoso
desenfreno;
y su madre, cuyos modales estaban tan lejos de todacorreccin, era
completamente insensible al peligro. Elizabeth se haba puesto muchas
veces de acuerdocon Jane para reprimir la imprudencia de Catherine y
Lydia, pero mientras las apoyase la indulgencia de sumadre, qu
esperanzas
haba de que se corrigiesen? Catherine, de carcter dbil e irritable
y absolutamentesometida a la direccin de Lydia, se haba sublevado
siempre contra sus advertencias; y Lydia, caprichosa ydesenfadada, no
135
les haca el menor caso. Las dos eran ignorantes, perezosas y vanas.
Mientras quedara unoficial en Meryton, coquetearan con l, y mientras
Meryton estuviese a tan poca distancia de Longbournnada poda
impedir
que siguieran yendo all toda su vida.La ansiedad por la suerte de Jane
era otra de sus preocupaciones predominantes. La explicacin
deDarcy, al restablecer a Bingley en el buen concepto que de l tena
previamente,
le haca darse mejorcuenta de lo que Jane haba perdido. El cario
de Bingley era sincero y su conducta haba sido intachable sise
exceptuaba
la ciega confianza en su amigo. Qu triste, pues, era pensar
que Jane se haba visto privadade una posicin tan deseable en todos
los
sentidos, tan llena de ventajas y tan prometedora en dichas, por
lainsensatez
y la falta de decoro de su propia familia!Cuando a todo esto se aada
el descubrimiento de la verdadera personalidad de Wickham,
secomprenda
fcilmente que el espritu jovial de Elizabeth, que raras veces se
haba sentido deprimido,hubiese decado ahora de tal modo que casi se
le haca imposible aparentar un poco de alegra.Las invitaciones a
Rosings
fueron tan frecuentes durante la ltima semana de su estancia
enHunsford, como al principio. La ltima velada la pasaron all, y Su
Seora
volvi a hacer minuciosasLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot9595preguntas
sobre los detalles del viaje, les dio instrucciones
sobre el mejor modo de arreglar los bales, einsisti tanto en la
necesidad
de colocar los vestidos del nico modo que tena por bueno, que
cuandovolvieron a la casa, Mara se crey obligada a deshacer todo su
trabajo de la maana y tuvo que hacer denuevo el equipaje.Cuando se
fueron, lady Catherine se dign desearles feliz viaje y las invit a volver
a Hunsford elao entrante. La seorita de Bourgh llev su esfuerzo
hasta
la cortesa de tenderles la mano a las dos.CAPTULO XXXVIIIEl sbado
por la maana Elizabeth y Collins se encontraron a la hora del desayuno
unos minutosantes de que aparecieran los dems; y aprovech la
oportunidad
para hacerle los cumplidos de la despedidaque consideraba
absolutamente
necesarios.Ignoro, seorita Elizabeth le dijo, si la seora
Collins le ha expresado cunto agradece suamabilidad al haber venido;
pero estoy seguro de que lo har antes de que abandone usted esta
casa.
Hemosapreciado enormemente el favor de su compaa. Sabemos lo
poco
tentador que puede ser para nadie elvenir a nuestra humilde morada.
Nuestro sencillo modo de vivir, nuestras pequeas habitaciones,
nuestrospocos
criados y nuestro aislamiento, han de hacer de Hunsford un
lugar extremadamente triste para unajoven como usted. Pero espero
que
crea en nuestra gratitud por su condescendencia y en que hemos
hechotodo
lo que estaba a nuestro alcance para impedir que se
136
aburriera.Elizabeth le dio las gracias efusivamente y dijo que estaba
muy
contenta. Haba pasado seissemanas muy felices; y el placer de estar
con
Charlotte y las amables atenciones que haba recibido, lahaban dejado
muy satisfecha. Collins lo celebr y con solemnidad, pero ms
sonriente,
repuso:Me proporciona el mayor gusto saber que ha pasado usted el
tiempo agradablemente. Se hahecho, realmente, todo lo que se ha
podido;
hemos tenido la suprema suerte de haber podido presentarla austed
a la ms alta sociedad, y los frecuentes medios de variar el humilde
escenario
domstico que nos hanfacilitado nuestras relaciones con Rosings,
nos permiten esperar que su visita le haya sido grata. Nuestrotrato con
la
familia de lady Catherine es realmente una ventaja extraordinaria y una
bendicin de la quepocos pueden alardear. Ha visto en qu situacin
estamos
en Rosings, cuntas veces hemos sido invitadosall. Debo reconocer
sinceramente que, con todas las desventajas de esta humilde casa
parroquial,
nadie queaqu venga podr compadecerse mientras puedan
compartir nuestra intimidad con la familia de Bourgh.Las palabras eran
insuficientes para la elevacin de sus sentimientos y se vio obligado a
pasearsepor
la estancia, mientras Elizabeth trataba de combinar la verdad
con la cortesa en frases breves.As, pues, podr usted llevar buenas
noticias nuestras a Hertfordshire, querida prima. Al menossta es mi
esperanza.
Ha sido testigo diario de las grandes atenciones de lady Catherine
para con la seoraCollins, y confo en que no le habr parecido que
su amiga no es feliz. Pero en lo que se refiere a este puntomejor ser
que
me calle. Permtame slo asegurarle, querida seorita Elizabeth, que le
deseo de todocorazn igual felicidad en su matrimonio. Mi querida
Charlotte y yo no tenemos ms que una sola voluntady un solo modo de
pensar. Entre nosotros existen en todo muy notables semejanzas de
carcter
y de ideas;parecemos hechos el uno para el otro.Elizabeth pudo
decir de veras que era una gran alegra que as fuese, y con la misma
sinceridadaadi
que lo crea firmemente y que se alegraba de su bienestar
domstico; pero, sin embargo, no lamentque la descripcin del mismo
fuese interrumpida por la llegada de la seora de quien se trataba.
PobreCharlotte! Era triste dejarla en semejante compaa! Pero ella lo
haba elegido conscientemente. Se veaclaramente que le dola la
partida
de sus huspedes, pero no pareca querer que la compadeciesen. Su
hogary
sus quehaceres domsticos, su parroquia, su gallinero y todas las
dems tareas anexas, todava no habanperdido el encanto para
ella.Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot9696Por fin lleg la
silla de posta; se cargaron los bales, se acomodaron los paquetes y se
les
avisque todo estaba listo. Las dos amigas se despidieron
137
afectuosamente, y Collins acompa a Elizabeth hastael coche.
Mientras
atravesaban el jardn le encarg que saludase afectuosamente de su
parte
a toda lafamilia y que les repitiese su agradecimiento por las bondades
que le haban dispensado durante su estanciaen Longbourn el ltimo
invierno,
y le encareci que saludase tambin a los Gardiner a pesar de que
no losconoca. Le ayud a subir al coche y tras ella, a Mara. A punto de
cerrar las portezuelas, Collins,consternado, les record que se haban
olvidado
de encargarle algo para las seoras de Rosings.Pero
aadi seguramente desearn que les transmitamos sus humildes
respetos junto con sugratitud por su amabilidad para con ustedes.
Elizabeth no se opuso; se cerr la portezuela y el carruaje parti.
Dios mo! exclam Mara al cabo de unos minutos de silencio.
Parece que fue ayer cuandollegamos y, sin embargo, cuntas cosas
han
ocurrido!Muchas, es cierto contest su compaera en un suspiro.

Hemos cenado nueve veces en Rosings, y hemos tomado el t all


dos veces. Cunto tengo quecontar! Elizabeth aadi para sus
adentros:
Y yo, cuntas cosas tengo que callarme!El viaje transcurri sin
mucha
conversacin y sin ningn incidente y a las cuatro horas de habersalido
de Hunsford llegaron a casa de los Gardiner, donde iban a pasar unos
pocos das.Jane tena muy buen aspecto, y Elizabeth casi no tuvo lugar
de examinar su estado de nimo, puessu ta les tena preparadas un
sinfn
de invitaciones. Pero Jane iba a regresar a Longbourn en compaa
desu hermana y, una vez all, habra tiempo de sobra para observarla.
Elizabeth se contuvo a duras penas para no contarle hasta entonces las
proposiciones de Darcy.Qu sorpresa se iba a llevar, y qu gratificante
sera para la vanidad que Elizabeth todava no era capaz dedominar!
Era
una tentacin tan fuerte, que no habra podido resistirla a no ser por la
indecisin en que sehallaba, por la extensin de lo que tena que
comunicar
y por el temor de que si empezaba a hablar se veraforzada a
mencionar
a Bingley, con lo que slo conseguira entristecer ms an a su
hermana.
CAPTULO XXXIXEn la segunda semana de mayo, las tres muchachas
partieron juntas de Gracechurch Street, endireccin a la ciudad de
X, en Hertfordshire. Al llegar cerca de la posada en donde tena que
esperarlas
elcoche del seor Bennet, vieron en seguida, como una prueba
de la puntualidad de cochero, a Catherine y aLydia que estaban al
acecho
en el comedor del piso superior. Haban pasado casi una hora en el
lugarfelizmente ocupadas en visitar la sombrerera de enfrente, en
contemplar
al centinela de guardia y en aliaruna ensalada de pepino.
Despus de dar la bienvenida a sus hermanas les mostraron
triunfalmente
una mesa dispuesta contodo el fiambre que puede hallarse
138
normalmente en la despensa de una posada y exclamaron:No es
estupendo?
No es una sorpresa agradable?Queremos convidaros a todas
aadi Lydia; pero tendris que prestarnos el dinero,
porqueacabamos
de gastar el nuestro en la tienda de ah fuera.Y, enseando sus
compras,
agreg:Mirad qu sombrero me he comprado. No creo que sea
muy bonito, pero pens que lo mismodaba comprarlo que no; lo deshar
en cuanto lleguemos a casa y ver si puedo mejorarlo algo.Las
hermanas
lo encontraron fesimo, pero Lydia, sin darle importancia, respondi:
Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot9797Pues en la
tienda haba dos o tres mucho ms feos. Y cuando compre un raso de
un
color msbonito, lo arreglar y creo que no quedar mal del todo.
Adems,
poco importa lo que llevemos este verano,porque la guarnicin del
condado se va de Meryton dentro de quince das.S, de veras?
exclam Elizabeth satisfechsima.Van a acampar cerca de
Brighton.
A ver si pap nos lleva all este verano. Sera un planestupendo y
costara
muy poco. A mam le apetece ir ms que ninguna otra cosa.
Imaginad, si no, qutriste verano nos espera!S pens Elizabeth,
sera
un plan realmente estupendo y muy propio para nosotras. No nosfaltara
ms que eso. Brighton y todo un campamento de soldados, con lo
trastornadas que ya nos handejado un msero regimiento y los bailes
mensuales de Meryton.Tengo que daros algunas noticias dijo
Lydia
cuando se sentaron a la mesa. Qu creis? Eslo ms sensacional
que
podis imaginaros; una nueva importantsima acerca de cierta persona
que a todasnos gusta.Jane y Elizabeth se miraron y dijeron al criado
que
ya no lo necesitaban. Lydia se ri y dijo:Ah!, eso revela vuestra
formalidad
y discrecin. Creis que el criado iba a escuchar? Como sile
importase!
Apostara a que oye a menudo cosas mucho peores que las que
voy a contaros. Pero es un tipomuy feo; me alegro de que se haya ido;
nunca he visto una barbilla tan larga. Bien, ahora vamos a lasnoticias;
se
refieren a nuestro querido Wickham; son demasiado buenas para el
criado,
verdad? No haypeligro de que Wickham se case con Mary King.
Nos lo reservamos. Mary King se ha marchado aLiverpool, a casa de su
ta, y no volver. Wickham est a salvo!Y Mary King est a salvo
tambin
aadi Elizabeth, a salvo de una boda imprudente parasu
felicidad.
Pues es bien tonta yndose, si le quiere.Pero supongo que no
habra mucho amor entre ellos dijo Jane.Lo que es por parte de l,
estoy segura de que no; Mary nunca le import tres pitos. Quinpodra
interesarse por una cosa tan asquerosa y tan llena de pecas?Elizabeth
se
escandaliz al pensar que, aunque ella fuese incapaz de expresar
semejanteordinariez,
el sentimiento no era muy distinto del que ella misma
139
haba abrigado en otro tiempo y admitidocomo liberal.En cuanto
hubieron
comido y las mayores hubieron pagado, pidieron el coche y, despus
deorganizarse un poco, todas las muchachas, con sus cajas, sus bolsas
de
labor, sus paquetes y la mal acogidaadicin de las compras de
Catherine
y Lydia, se acomodaron en el vehculo.Qu apretaditas vamos!
exclam Lydia. Me alegro de haber comprado el sombrero,aunque
slo sea por el gusto de tener otra sombrerera! Bueno, vamos a
ponernos
cmodas y a charlar y rertodo el camino hasta que lleguemos a casa.
Primeramente
oigamos lo que os ha pasado a vosotras desdeque os fuisteis.
Habis conocido a algn hombre interesante? Habis tenido algn
flirt? Tena grandesesperanzas de que una de vosotras pescara marido
antes de volver. Jane pronto va a hacerse vieja. Casitiene veintitrs
aos!
Seor, qu vergenza me dara a m, si no me casara antes de los
veintitrs
! No ospodis figurar las ganas que tiene la ta Philips de que os
casis. Dice que Lizzy habra hecho mejor enaceptar a Collins; pero yo
creo que habra sido muy aburrido. Seor, cmo me gustara casarme
antes quevosotras! Entonces sera yo la que os acompaara a los
bailes.
Lo que nos divertimos el otro da en casade los Forster! Catherine y yo
fuimos a pasar all el da, y la seora Forster nos prometi que dara
unpequeo
baile por la noche. Cmo la seora Forster y yo somos tan amigas!
As que invit a lasHarrington, pero como Harriet estaba enferma,
Pen tuvo que venir sola; y entonces, qu creerais quehicimos?
Disfrazamos
de mujer a Chamberlayne para que pasase por una dama. Os
imaginis
qu risa? Nolo saba nadie, slo el coronel, la seora Forster,
Catherine y yo, aparte de mi ta, porque nos vimosobligadas a pedirle
prestado uno de sus vestidos; no os podis figurar lo bien que estaba.
Cuando llegaronComment: entonces sera yola que os acompaara a
losbailes : A las muchachas inglesasno se les permita ir a los bailes
ano ser que fuesen acompaadaspor una seora casada(normalmente
la
madre de la chica,pero a veces una hermana que yaestuviese casada o
una amiga de lafamilia). El deber de laacompaante era vigilar
elbienestar
y comportamiento de lamuchacha y cuidar de que ningnjoven la
indujese
a cometer algunaindiscrecin.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot9898Denny, Wickham, Pratt y dos o tres caballeros ms,
no lo conocieron ni por lo ms remoto. Ay, cmo mere! Y lo que se ri
la seora Forster! Cre que me iba a morir de risa. Y entonces, eso les
hizo
sospecharalgo y en seguida descubrieron la broma.Con historias
parecidas
de fiestas y bromas, Lydia trat, con la ayuda de las indicaciones
deCatherine, de entretener a sus hermanas y a Mara durante todo el
camino
hasta que llegaron a Longbourn.Elizabeth intent escucharla lo
140
menos posible, pero no se le escaparon las frecuentes alusiones a
Wickham.En casa las recibieron con todo el cario. La seora Bennet se
regocij al ver a Jane tan guapacomo siempre, y el seor Bennet,
durante
la comida, ms de una vez le dijo a Elizabeth de todo corazn:Me
alegro
de que hayas vuelto, Lizzy.La reunin en el comedor fue numerosa,
pues haban ido a recoger a Mara y a or las noticias, lamayora de los
Lucas. Se habl de muchas cosas. Lady Lucas interrogaba a Mara,
desde
el otro lado de lamesa, sobre el bienestar y el corral de su hija mayor; la
seora Bennet estaba doblemente ocupada enaveriguar las modas de
Londres que su hija Jane le explicaba por un lado, y en transmitir los
informes
a lasms jvenes de las Lucas, por el otro. Lydia, chillando ms
que nadie, detallaba lo que haban disfrutadopor la maana a todos los
que quisieran escucharla.Oh, Mary! exclam. Cunto me
hubiese
gustado que hubieras venido con nosotras! Noshemos divertido de lo
lindo! Cuando bamos Catherine y yo solas, cerramos todas las
ventanillas
para hacerver que el coche iba vaco, y habramos ido as todo el
camino,
si Catherine no se hubiese mareado. Alllegar al George fuimos
tan generosas!, obsequiamos a las tres con el aperitivo ms estupendo
delmundo, y si hubieses venido t, te habramos invitado a ti tambin. Y
qu juerga a la vuelta! Pens que nobamos a caber en el coche. Estuve
a
punto de morirme de risa. Y todo el camino lo pasamos brbaro;
hablbamos y reamos tan alto que se nos habra podido or a diez
millas.
Mary replic gravemente:Lejos de m, querida hermana, est el
despreciar esos placeres. Sern propios, sin duda, de lamayora de las
mujeres. Pero confieso que a m no me hacen ninguna gracia; habra
preferido
mil vecesantes un libro.Pero Lydia no oy una palabra de su
observacin.
Rara vez escuchaba a nadie ms de mediominuto, y a Mary
nunca le haca ni caso.Por la tarde Lydia propuso con insistencia que
fuesen
todas a Meryton para ver cmo estabantodos; pero Elizabeth se opuso
enrgicamente. No quera que se dijera que las seoritas Bennet no
podanestarse en casa medio da sin ir detrs de los oficiales. Tena otra
razn para oponerse: tema volver a ver aWickham, cosa que deseaba
evitar en todo lo posible. La satisfaccin que senta por la partida
delregimiento
era superior a cuanto pueda expresarse. Dentro de quince das ya
no estaran all, y esperaba queas se librara de Wickham para siempre.
No llevaba muchas horas en casa, cuando se dio cuenta de que el
plan de Brighton de que Lydiales haba informado en la posada era
discutido
a menudo por sus padres. Elizabeth comprendi que el seorBennet
no tena la menor intencin de ceder, pero sus contestaciones eran
tan vagas y tan equvocas, que lamadre, aunque a veces se
141
descorazonaba, no perda las esperanzas de salirse al fin con la suya.
CAPTULO XLElizabeth no pudo contener por ms tiempo su
impaciencia
por contarle a Jane todo lo que habasucedido. Al fin resolvi suprimir
todo lo que se refiriese a su hermana, y ponindola en antecedentes
de lasorpresa, a la maana siguiente le relat lo ms importante de su
escena con Darcy.El gran cario que Jane senta por Elizabeth
disminuy
su asombro, pues todo lo que fueseadmiracin por ella le pareca
perfectamente
natural. Fueron otros sus sentimientos. Le dola que Darcy seLibrodot
Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot9999hubiese expresado
de aquel modo tan poco adecuado para hacerse agradable, pero
todava
le afliga ms elpensar en la desdicha que la negativa de su hermana le
habra causado.Fue un error el creerse tan seguro del xito dijo
y
claro est que no debi delatarse; perofigrate lo que le habr pesado
y
lo mal que se sentir ahora!Es cierto repuso Elizabeth, lo siento
de
veras por l; pero su orgullo es tan grande que notardar mucho en
olvidarme.
Te parece mal que le haya rechazado?Parecerme mal? De
ningn modo.Pero no te habr gustado que le haya hablado con tanto
nfasis de Wickham.No s si habrs hecho mal en hablarle como lo
hiciste.
Pues lo vas a saber cuando te haya contado lo que sucedi al da
siguiente.Entonces Elizabeth le habl de la carta, repitindole todo su
contenido en lo que slo a GeorgeWickham se refera. Fue un duro
golpe
para la pobre Jane. Habra dado la vuelta al mundo sin sospecharque
en
todo el gnero humano pudiese caber tanta perversidad como la que
encerraba
aquel nicoindividuo. Ni siquiera la justificacin de Darcy, por
muy grata que le resultara, bastaba para consolarla desemejante
revelacin.
Intent con todas sus fuerzas sostener que poda haber algn error,
tratando dedefender al uno sin inculpar al otro.No te servir de nada
le dijo Elizabeth; nunca podrs decir que los dos son buenos.
Eligecomo
quieras; pero o te quedas con uno o con otro. Entre los dos no renen
ms que una cantidad demritos justita para un solo hombre decente.
Ya nos hemos engaado bastante ltimamente. Por mi parte,me inclino
a creer todo lo que dice Darcy; t vers lo que decides.Pas mucho rato
antes de que Jane pudiese sonrer. No s qu me ha sorprendido
ms dijo alfin. Que Wickham sea tan malvado! Casi no puede
creerse.
Y el pobre Darcy! Querida Elizabeth,piensa slo en lo que habr
sufrido.
Qu decepcin! Y encima confesarle la mala opinin que tenas
de l!Y tener que contar tales cosas de su hermana! Es
verdaderamente
espantoso. No te parece?Oh, no! Se me ha quitado toda la pena y
toda
la compasin al ver que t las sientes por las dos.S que, con que t le
hagas justicia, basta. S que puedo estar cada vez ms despreocupada
e
142
indiferente.Tu profusin de lamentos me salva. Y si sigues
compadecindote
de l mucho tiempo, mi corazn se hartan insensible como una roca.

Pobre Wickham! Parece tan bueno, tan franco!S, es cierto; debi


de haber una mala direccin en la educacin de estos dos jvenes;
unoacapar
toda la bondad y el otro todas las buenas apariencias.Yo nunca
consider que las apariencias de Darcy eran tan malas como t
decas.
Pues ya ves, yo me tena por muy lista cuando le encontraba tan
antiptico,
sin ningn motivo.Sentir ese tipo de antipatas es como un estmulo
para la inteligencia, es como un rasgo de ingenio. Sepuede estar
hablando
mal continuamente de alguien sin decir nada justo; pero no es
posible estar siemprerindose de una persona sin dar alguna vez en el
clavo.Estoy segura, Elizabeth, de que al leer la carta de Darcy, por
primera
vez, no pensaste as.No habra podido, es cierto. Estaba tan molesta,
o, mejor dicho, tan triste. Y lo peor de todo eraque no tena a quin
confiar mi pesar. No tener a nadie a quien hablar de lo que senta,
ninguna
Jane queme consolara y me dijera que no haba sido tan frgil, tan
vana y tan insensata como yo me crea! Qufalta me hiciste!Haber
atacado a Darcy de ese modo por defender a Wickham, y pensar ahora
que no lomereca!Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot100100
Es cierto; pero estaba amargada por los prejuicios que haba
ido alimentando. Necesito que meaconsejes en una cosa. Debo o no
debo
divulgar lo que he sabido de Wickham?Jane medit un rato y luego
dijo:Creo que no hay por qu ponerle en tan mal lugar. T qu
opinas?
Que tienes razn. Darcy no me ha autorizado para que difunda lo
que me ha revelado. Alcontrario, me ha dado a entender que debo
guardar
la mayor reserva posible sobre el asunto de su hermana.Y, por otra
parte, aunque quisiera abrirle los ojos a la gente sobre su conducta en
las
dems cosas, quinme iba a creer? El prejuicio en contra de Darcy es
tan
fuerte que la mitad de las buenas gentes de Merytonmoriran antes de
tener
que ponerle en un pedestal. No sirvo para eso. Wickham se ir pronto,
y es mejorque me calle. Dentro de algn tiempo se descubrir todo y
entonces podremos rernos de la necedad de lagente por no haberlo
sabido
antes. Por ahora no dir nada.Me parece muy bien. Si propagases
sus defectos podras arruinarle para siempre. A lo mejor searrepiente de
lo que hizo y quiere enmendarse. No debemos empujarle a la
desesperacin.
El tumulto de la mente de Elizabeth se apacigu con esta conversacin.
Haba descargado uno delos dos secretos que durante quince das
haban pesado sobre su alma, y saba que Jane la escucharasiempre
de
buen grado cuando quisiese hablar de ello. Pero todava ocultaba algo
que la prudencia leimpeda revelar. No se atreva a descubrir a su
143
hermana la otra mitad de la carta de Darcy, ni decirle concunta
sinceridad
haba sido amada por su amigo. Era un secreto suyo que con nadie
poda compartir, ysaba que slo un acuerdo entre Jane y Bingley
justificara
su confesin. Y aun entonces se deca slopodra contarle lo
que el mismo Bingley creyese conveniente participarle. No tendr
libertad
para revelareste secreto hasta que haya perdido todo su valor.Como
estaba todo el da en casa, tena ocasin de estudiar el verdadero
estado
de nimo de suhermana. Jane no era feliz; todava quera a Bingley
tiernamente.
Nunca hasta entonces haba estadoenamorada, y su cario tena
todo el fuego de un primer amor, pero su edad y su carcter le daban
unafirmeza que no suelen tener los amores primeros. No poda pensar
ms que en Bingley y se requera todo subuen sentido y su atencin a
su
familia para moderar aquellos recuerdos que podan acabar con su
salud
ycon la tranquilidad de los que la rodeaban.Bueno, Elizabeth dijo
un
da la seora Bennet, dime cul es ahora tu opinin sobre el
tristeasunto
de Jane. Yo estoy decidida a no volver a hablar de ello. As se lo dije el
otro da a mi hermanaPhilips. Pero no puedo creer que Jane no haya
visto
a Bingley en Londres. Realmente, es un desalmado yno creo que haya
la menor probabilidad de que lo consiga. No se habla de que vaya a
volver
a Netherfieldeste verano, y eso que he preguntado a todos los que
pueden estar enterados.No creo que vuelva ms a Netherfield.Muy
bien. Vale ms as. Ni falta que hace. Aunque yo siempre dir que se ha
portadopsimamente con mi hija, y yo que ella no se lo habra
aguantado.
Mi nico consuelo es que Jane morirdel corazn y entonces Bingley
se arrepentir de lo que ha hecho.Pero Elizabeth, que no poda
consolarse
con esas esperanzas se qued callada.Dime continu la madre,
viven muy bien los Collins, verdad? Bien, bien, espero que lesdure
mucho
tiempo. Y qu tal comen? Estoy segura de que Charlotte es una
excelente
administradora. Sies la mitad de aguda que su madre, ahorrar
muchsimo. No creo que hagan muchos excesos.No, en absoluto.
De
ello depende la buena administracin. Ya, ya; se cuidarn mucho de no
derrochar su sueldo.Nunca tendrn apuros de dinero. Que les
aproveche!
Y me figuro que hablarn a menudo de adquirirLongbourn cuando
muera tu padre, y de que ya lo considerarn suyo en cuanto esto
suceda.
Nunca mencionaron este tema delante de m. Claro, no habra estado
bien; pero no me cabe lamenor duda de que lo hablan muchas veces
entre ellos. Bueno, si se contentan con una posesin quelegalmente no
es
suya, all ellos. A m me avergonzara.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot101101CAPTULO XLIPas pronto la primera semana
del regreso, y entraron en la segunda, que era la ltima de laestancia
del
144
regimiento en Meryton. Las jvenes de la localidad languidecan; la
tristeza
era casi general.Slo las hijas mayores de los Bennet eran capaces de
comer, beber y dormir como si no pasara nada.Catherine y Lydia les
reprochaban
a menudo su insensibilidad. Estaban muy abatidas y no
podancomprender
tal dureza de corazn en miembros de su propia familia.
Dios mo! Qu va a ser de nosotras? Qu vamos a hacer?
exclamaban desoladas. Cmopuedes sonrer de esa manera,
Elizabeth?
Su cariosa madre comparta su pesar y se acordaba de lo que ella
misma haba sufrido por unaocasin semejante haca veinticinco
aos.Recuerdo deca que llor dos das seguidos cuando se fue
el
regimiento del coronel Miller,cre que se me iba a partir el corazn.El
mo tambin se har pedazos dijo Lydia.Si al menos pudiramos ir
a Brighton! suspir la seora Bennet.Oh, s! Si al menos
pudiramos
ir a Brighton! Pero pap es tan poco complaciente!Unos baos de
mar me dejaran como nueva. Y ta Philips asegura que a m tambin
mesentaran muy bien aadi Catherine.Estas lamentaciones
resonaban
de continuo en la casa de Longbourn. Elizabeth trataba demantenerse
aislada, pero no poda evitar la vergenza. Reconoca de nuevo la
justicia
de las observacionesde Darcy, y nunca se haba sentido tan dispuesta
a perdonarle por haberse opuesto a los planes de su amigo.Pero la
melancola
de Lydia no tard en disiparse, pues recibi una invitacin de la
seora Forster,la esposa del coronel del regimiento, para que la
acompaase
a Brighton. Esta inapreciable amiga de Lydiaera muy joven y haca
poco que se haba casado. Como las dos eran igual de alegres y
animadas,
congeniaban perfectamente y a los tres meses de conocerse eran ya
ntimas.El entusiasmo de Lydia y la adoracin que le entr por la seora
Forster, la satisfaccin de laseora Bennet, y la mortificacin de
Catherine,
fueron casi indescriptibles. Sin preocuparse lo ms mnimopor el
disgusto
de su hermana, Lydia corri por la casa completamente extasiada,
pidiendo a todas que lafelicitaran, riendo y hablando con ms mpetu
que nunca, mientras la pobre Catherine continuaba en elsaln
lamentando
su mala suerte en trminos poco razonables y con un humor de perros.

No veo por qu la seora Forster no me invita a m tambin


deca, aunque Lydia sea suamiga particular. Tengo el mismo
derecho
que ella a que me invite, y ms an, porque yo soy mayor.En vano
procur Elizabeth que entrase en razn y en vano pretendi Jane que
se
resignase. Ladichosa invitacin despert en Elizabeth sentimientos bien
distintos a los de Lydia y su madre; comprendiclaramente que ya no
haba ninguna esperanza de que la seora Bennet diese alguna prueba
de
sentidocomn. No pudo menos que pedirle a su padre que no dejase a
145
Lydia ir a Brighton, pues semejante pasopoda tener funestas
consecuencias.
Le hizo ver la inconveniencia de Lydia, las escasas ventajas que
podareportarle
su amistad con la seora Forster, y el peligro de que con
aquella compaa redoblase laimprudencia de Lydia en Brighton, donde
las tentaciones seran mayores. El seor Bennet escuch conatencin a
su
hija y le dijo:Lydia no estar tranquila hasta que haga el ridculo en
pblico en un sitio u otro, y nuncapodremos esperar que lo haga con tan
poco gasto y sacrificio para su familia como en esta ocasin.Si
supieras
replic Elizabeth los grandes daos que nos puede acarrear a
todos
lo que digala gente del proceder inconveniente e indiscreto de Lydia, y
los que ya nos ha acarreado, estoy segura deque pensaras de modo
muy
distinto.Comment: Unos baos de marme dejaran como nueva: La
modade
baarse en el mar comenzaba enaquella poca. Brighton fue uno
delos primeros lugares de veraneo dela costa y lleg a ser muy
popularcomo
consecuencia de que elprncipe regente (el que seradespus Jorge
IV) decidiconstruir all the Pavilion, deestilo arquitectnico oriental.
Aunque the Pavilion fueconsiderado durante mucho tiempocomo
una fantasa absurda, mstarde fue reconocido como unaobra maestra
de
la poca.Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot102102Que
ya nos ha acarreado! exclam el seor Bennet. Ha ahuyentado a
alguno
de tuspretendientes? Pobre Lizzy! Pero no te aflijas. Esos jvenes
tan delicados que no pueden soportar talestonteras no valen la pena.
Ven, dime cules son los remilgados galanes a quienes ha echado atrs
la
locurade Lydia.No me entiendes. No me quejo de eso. No denuncio
peligros concretos, sino generales. Nuestroprestigio y nuestra
respetabilidad
ante la gente sern perjudicados por la extrema ligereza, el desdn y
eldesenfreno de Lydia. Perdona, pero tengo que hablarte claramente. Si
t, querido padre, no quieres tomartela molestia de reprimir su euforia,
de ensearle que no debe consagrar su vida a sus actuales
pasatiempos,
dentro de poco ser demasiado tarde para que se enmiende. Su
carcter
se afirmar y a los diecisis aosser una coqueta incorregible que
no slo se pondr en ridculo a s misma, sino a toda su familia;
coqueta,
adems, en el peor y ms nfimo grado de coquetera, sin ms atractivo
que su juventud y sus regularesprendas fsicas; ignorante y de cabeza
hueca, incapaz de reparar en lo ms mnimo el desprecio general
queprovocar
su afn de ser admirada. Catherine se encuentra en el mismo
peligro, porque ir donde Lydia lalleve; vana, ignorante, perezosa y
absolutamente
incontrolada. Padre, puedes creer que no las criticarn ylas
despreciarn en dondequiera que vayan, y que no envolvern en su
desgracia
a las dems hermanas?El seor Bennet se dio cuenta de que
146
Elizabeth hablaba con el corazn. Le tom la manoafectuosamente y le
contest:No te intranquilices, amor mo. T y Jane seris siempre
respetadas
y queridas en todas partes, yno pareceris menos aventajadas
por tener dos o quiz tres hermanas muy necias. No habr paz
enLongbourn
si Lydia no va a Brighton. Djala que, vaya. El coronel Forster es un
hombre sensato y lavigilar. Y ella es por suerte demasiado pobre para
ser objeto de la rapia de nadie. Su coquetera tendrmenos
importancia
en Brighton que aqu, pues los oficiales encontrarn all mujeres ms
atractivas. Demodo que le servir para comprender se propia
insignificancia.
De todas formas, ya no puede empeorarmucho, y si lo hace, tendramos
entonces suficientes motivos para encerrarla bajo llave el resto
de su vida.Elizabeth tuvo que contentarse con esta respuesta; pero su
opinin segua siendo la misma, y sesepar de su padre pesarosa y
decepcionada.
Pero su carcter le impeda acrecentar sus sinsaboresinsistiendo
en ellos. Crea que haba cumplido con su deber y no estaba dispuesta
a consumirse pensandoen males inevitables o a aumentarlos con su
ansiedad.Si Lydia o su madre hubiesen sabido lo que Elizabeth haba
estado
hablando con su padre, suindignacin no habra tenido lmites. Una
visita a Brighton era para Lydia el dechado de la felicidadterrenal. Con
su enorme fantasa vea las calles de aquella alegre ciudad costera
plagada
de oficiales; sevea a s misma atrayendo las miradas de docenas y
docenas
de ellos que an no conoca. Se imaginaba enmitad del campamento,
con sus tiendas tendidas en la hermosa uniformidad de sus lneas,
llenas
de jvenesalegres y deslumbrantes con sus trajes de color carmes; y
para completar el cuadro se imaginaba a smisma sentada junto a una
de
aquellas tiendas y coqueteando tiernamente con no menos de seis
oficiales
ala vez.Si hubiese sabido que su hermana pretenda arrebatarle todos
aquellos sueos, todas aquellasrealidades, qu habra pasado? Slo
su
madre habra sido capaz de comprenderlo, pues casi senta lomismo
que
ella. El viaje de Lydia a Brighton era lo nico que la consolaba de su
melanclica
conviccin deque jams lograra llevar all a su marido.Pero ni
la una ni la otra sospechaban lo ocurrido, y su entusiasmo continu
hasta
el mismo da enque Lydia sali de casa.Elizabeth iba a ver ahora a
Wickham por ltima vez. Haba estado con frecuencia en su
compaadesde
que regres de Hunsford, y su agitacin se haba calmado mucho;
su antiguo inters por l habadesaparecido por completo. Haba
aprendido
a descubrir en aquella amabilidad que al principio le atraauna cierta
afectacin que ahora le repugnaba. Por otra parte, la actitud de
Wickham para con ella acababade disgustarla, pues el joven
manifestaba
deseos de renovar su galanteo, y despus de todo lo ocurridoElizabeth
147
no poda menos que sublevarse. Refren con firmeza sus vanas y
frvolas
atenciones, sin dejar desentir la ofensa que implicaba la creencia de
Wickham de que por ms tiempo que la hubiese tenidoLibrodot Orgullo
y prejuicio Jane AustenLibrodot103103abandonada y cualquiera que
fuese
la causa de su abandono, la halagara y conquistara de nuevo slo
convolver a solicitarla.El ltimo da de la estancia del regimiento en
Meryton, Wickham cen en Longbourn con otrosoficiales. Elizabeth
estaba
tan poco dispuesta a soportarle que cuando Wickham le pregunt qu
tal lo habapasado en Hunsford, le respondi que el coronel Fitzwilliam
y Darcy haban pasado tres semanas enRosings, y quiso saber si
conoca
al primero.Wickham pareci sorprendido, molesto y alarmado; pero se
repuso en seguida y con una sonrisacontest que en otro tiempo le vea
a
menudo. Dijo que era todo un caballero y le pregunt si le
habagustado.
Elizabeth respondi que s con entusiasmo. Pero despus Wickham
aadi,
con aire indiferente:Cunto tiempo dice que estuvo el coronel en
Rosings?Cerca de tres semanas.Y le vea con frecuencia?Casi
todos
los das.Es muy diferente de su primo.S, en efecto. Pero creo
que el seor Darcy gana mucho en cuanto se le trata.Vaya!
exclam
Wickham con una mirada que a Elizabeth no le pas inadvertida. En
qu?pero, reprimindose, continu en tono ms jovial: En los
modales?
Se ha dignado portarse mscorrectamente que de costumbre?
Porque no puedo creer continu en voz ms baja y seria que
hayamejorado
en lo esencial.Oh, no! En lo esencial sigue siendo el de siempre.
Wickham no saba si alegrarse con sus palabras o desconfiar de su
significado. Haba un algo en elaire de Elizabeth que le hizo escuchar
con
ansiosa atencin y con recelo lo que la joven dijo a continuacin:Al
decir
que gana con el trato, no quiero dar a entender que su modo de ser o
sus maneras hayanmejorado, sino que al conocerle mejor, ms
fcilmente
se comprende su actitud.La alarma de Wickham se delat entonces por
su rubor y la agitacin de su mirada; se quedcallado unos instantes
hasta
que logr vencer su embarazo y dirigindose de nuevo a Elizabeth dijo
en eltono ms amable:Usted que conoce tan bien mi resentimiento
contra el seor Darcy, comprender cunsinceramente me he de
alegrar
de que sea lo bastante astuto para asumir al menos una correccin
exterior.
Con ese sistema su orgullo puede ser til, si no a l; a muchos otros,
pues le apartar del malcomportamiento del que yo fui vctima. Pero
mucho me temo que esa especie de prudencia a que ustedparece aludir
la emplee nicamente en sus visitas a su ta, pues no le conviene
conducirse
mal en supresencia. S muy bien que siempre ha cuidado las
apariencias
delante de ella con el deseo de llevar a buenfin su boda con la
148
seorita de Bourgh, en la que pone todo su empeo.Elizabeth no pudo
reprimir una sonrisa al or esto; pero no contest ms que con una
ligerainclinacin
de cabeza. Advirti que Wickham iba a volver a hablar del
antiguo tema de sus desgracias, y noestaba de humor para permitrselo.
Durante el resto de la velada Wickham fingi su acostumbrada alegra,
pero ya no intent cortejar a Elizabeth. Al fin se separaron con mutua
cortesa y tambin probablementecon el mutuo deseo de no volver a
verse nunca.Al terminar la tertulia, Lydia se fue a Meryton con la seora
Forster, de donde iban a partirtemprano a la maana siguiente. Su
despedida
de la familia fue ms ruidosa que pattica. Catherine fue lanica
que llor, aunque de humillacin y de envidia. La seora Bennet le
dese
a su hija que se divirtieratanto como pudiese, consejo que la muchacha
estaba dispuesta a seguir al pie de la letra. Y su alboroto aldespedirse
fue
tan clamoroso, que ni siquiera oy el gentil adis de sus hermanas.
Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot104104CAPTULO
XLIISi la opinin de Elizabeth se derivase de lo que vea en su propia
familia,
no podra haber formadouna idea muy agradable de la felicidad
conyugal y del bienestar domstico. Su padre, cautivado por lajuventud
y la belleza, y la aparente ilusin y alegra que ambas conllevan, se
haba
casado con una mujercuyo dbil entendimiento y espritu mezquino
haban
puesto fin a todo el afecto ya en los comienzos de sumatrimonio. El
respeto, la estima y la confianza se haban desvanecido para siempre; y
todas lasperspectivas de dicha del seor Bennet dentro del hogar se
haban
venido abajo. Pero l no era de esoshombres que buscan consuelo por
los efectos de su propia imprudencia en los placeres que a
menudoconfortan
a los que han llegado a ser desdichados por sus locuras y sus vicios.
Amaba el campo y los librosy ellos constituan la fuente de sus
principales
goces. A su mujer no le deba ms que la risa que suignorancia y
su locura le proporcionaban de vez en cuando. sa no es la clase de
felicidad
que un hombredeseara deber a su esposa; pero a falta de El
buen filsofo slo saca beneficio de donde lo hay.Elizabeth, no
obstante,
nunca haba dejado de reconocer la inconveniencia de la conducta de
supadre
como marido. Siempre la haba observado con pena, pero respetaba
su talento y le agradeca sucario, por lo que procuraba olvidar lo que
no poda ignorar y apartar de sus pensamientos su continuainfraccin
de
los deberes conyugales y del decoro que, por el hecho de exponer a su
esposa al desprecio desus propias hijas, era tan sumamente
reprochable.
Pero nunca haba sentido como entonces los males quepuede causar a
los
hijos un matrimonio mal avenido, ni nunca se haba dado cuenta tan
claramente
de lospeligros que entraa la direccin errada del talento,
149
talento que, bien empleado, aunque no hubiese bastadopara aumentar
la
inteligencia de su mujer, habra podido, al menos, conservar la
respetabilidad
de las hijas.Si bien es cierto que Elizabeth se alegr de la ausencia
de Wickham, no puede decirse que leregocijara la partida del
regimiento.
Sus salidas eran menos frecuentes que antes, y las constantes quejas
desu
madre y su hermana por el aburrimiento en que haban cado
entristecan
la casa. Y aunque Catherinellegase a recobrar el sentido comn perdido
al haberse marchado los causantes de su perturbacin, su otrahermana,
de cuyo modo de ser podan esperar todas las calamidades, estaba en
peligro de afirmar su locuray su descaro, pues hallndose al lado de una
playa y un campamento, su situacin era doblementeamenazadora. En
resumidas cuentas, vea ahora lo que ya otras veces haba
comprobado,
que unacontecimiento anhelado con impaciencia no poda, al realizarse,
traerle toda la satisfaccin que era deesperar. Era preciso, por lo tanto,
abrir otro perodo para el comienzo de su felicidad, sealar otra meta
parala
consecucin de sus deseos y de sus esperanzas, que alegrndola con
otro placer anticipado, la consolasede lo presente y la preparase para
otro desengao. Su viaje a los Lagos se convirti en el objeto de
suspensamientos
ms dichosos y constituy su mejor refugio en las desagradables
horas que el descontento desu madre y de Catherine hacan inevitables.
Y si hubiese podido incluir a Jane en el plan, todo habra sidoperfecto.

Es una suerte pensaba tener algo que desear. Si todo fuese


completo, algo habra, sin falta,que me decepcionase. Pero ahora,
llevndome
esa fuente de aoranza que ser la ausencia de Jane, puedopensar
razonablemente que todas mis expectativas de placer se vern
colmadas.
Un proyecto que en todassus partes promete dichas, nunca sale bien; y
no te puedes librar de algn contratiempo, si no tienes unapequea
contrariedad.
Lydia, al marcharse, prometi escribir muy a menudo y con
todo detalle a su madre y a Catherine,pero sus cartas siempre se
hacan
esperar mucho y todas eran breves. Las dirigidas a su madre decan
pocoms
que acababan de regresar de la sala de lectura donde las haban
saludado tales y cuales oficiales, que eldecorado de la sala era tan
hermoso
que le haba quitado el sentido, que tena un vestido nuevo o una
nuevasombrilla
que describira ms extensamente, pero que no poda porque
la seora Forster la esperaba para irjuntas al campamento Por la
correspondencia
dirigida a su hermana, menos se poda saber an, pues
suscartas a Catherine, aunque largas, tenan muchas lneas subrayadas
que no podan hacerse pblicas.Despus de las dos o tres semanas de
la
ausencia de Lydia, la salud y el buen humor empezaron areinar en
Longbourn.
Todo presentaba mejor aspecto. Volvan las familias que haban
150
pasado el invierno enla capital y resurgan las galas y las invitaciones
del
verano. La seora Bennet se repuso de su estadoquejumbroso y hacia
mediados de junio Catherine estaba ya lo bastante consolada para
poder
entrar enLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot105105Meryton
sin lgrimas. Este hecho era tan prometedor, que Elizabeth crey que
en las prximas NavidadesCatherine sera ya tan razonable que no
mencionara
a un oficial ni una sola vez al da, a no ser que poralguna cruel y
maligna orden del ministerio de la Guerra se acuartelara en Meryton un
nuevo regimiento.La poca fijada para la excursin al Norte ya se
aproximaba;
no faltaban ms que dos semanas,cuando se recibi una carta de la
seora Gardiner que aplazaba la fecha de la misma y, a la vez,
abreviabasu
duracin. Los negocios del seor Gardiner le impedan partir hasta
dos semanas despus de comenzadojulio, y tena que estar de vuelta
en
Londres en un mes; y como esto reduca demasiado el tiempo para
irhasta
tan lejos y para que viesen todas las cosas que haban proyectado, o
para que pudieran verlas con elreposo y comodidad suficientes, no
haba
ms remedio que renunciar a los Lagos y pensar en otraexcursin ms
limitada,
en vista de lo cual no pasaran de Derbyshire. En aquella comarca
haba bastantescosas dignas de verse como para llenar la mayor parte
del tiempo de que disponan, y, adems, la seoraGardiner senta una
atraccin muy especial por Derbyshire. La ciudad donde haba pasado
varios aos desu vida acaso resultara para ella tan interesante como
todas
las clebres bellezas de Matlock, Chatsworth,Dovedale o el Peak.
Elizabeth se sinti muy defraudada; le haca mucha ilusin ir a los
Lagos,
y crea que habrahabido tiempo de sobra para ello. Pero, de todas
formas, deba estar satisfecha, seguramente lo pasaranbien, y no tard
mucho en conformarse.Para Elizabeth, el nombre de Derbyshire iba
unido
a muchas otras cosas. Le haca pensar enPemberley y en su dueo.
Pero se deca podr entrar en su condado impunemente y
hurtarle
algunaspiedras sin que l se d cuenta.La espera se le hizo entonces
doblemente
larga. Faltaban cuatro semanas para que llegasen sustos. Pero,
al fin, pasaron y los seores Gardiner se presentaron en Longbourn con
sus cuatro hijos. Losnios dos chiquillas de seis y ocho aos de edad
respectivamente, y dos varones ms pequeos iban aquedar bajo el
cuidado especial de su prima Jane, favorita de todos, cuyo dulce y
tranquilo
temperamentoera ideal para instruirlos, jugar con ellos y quererlos.
Los Gardiner durmieron en Longbourn aquella noche y a la maana
siguiente partieron conElizabeth en busca de novedades y
esparcimiento.
Tenan un placer asegurado: eran los tres excelentescompaeros de
viaje,
lo que supona salud y carcter a propsito para soportar
151
incomodidades, alegra paraaumentar toda clase de felicidad, y cario e
inteligencia para suplir cualquier contratiempo.No vamos a describir
aqu Derbyshire, ni ninguno de los notables lugares que atravesaron:
Oxford, Blenheim, Warwick, Kenelworth, Birmingham y todos los
dems, son sobradamente conocidos.No vamos a referirnos ms que a
una pequea parte de Derbyshire. Hacia la pequea ciudad de
Lambton,
escenario de la juventud de la seora Gardiner, donde ltimamente
haba sabido que residan an algunosconocidos, encaminaron sus
pasos
los viajeros, despus de haber visto las principales maravillas de
lacomarca.
Elizabeth supo por su ta que Pemberley estaba a unas cinco millas
de Lambton. No les coga depaso, pero no tenan que desviarse ms
que una o dos millas para visitarlo. Al hablar de su ruta la tardeanterior,
la seora Gardiner manifest deseos de volver a ver Pemberley. El
seor
Gardiner no pusoinconveniente y solicit la aprobacin de Elizabeth.
Querida le dijo su ta, no te gustara ver un sitio del que tanto
has odo hablar y que estrelacionado con tantos conocidos tuyos? Ya
sabes que Wickham pas all toda su juventud.Elizabeth estaba
angustiada.
Sinti que nada tena que hacer en Pemberley y se vio obligada adecir
que no le interesaba. Tuvo que confesar que estaba cansada de las
grandes casas, despus de habervisto tantas; y que no encontraba
ningn
placer en ver primorosas alfombras y cortinas de raso.La seora
Gardiner
censur su tontera.Si slo se tratase de una casa ricamente
amueblada
dijo tampoco me interesara a m; perola finca es una maravilla.
Contiene uno de los ms bellos bosques del pas.Elizabeth no habl
ms, pero ya no tuvo punto de reposo. Al instante pas por su mente
laposibilidad
de encontrarse con Darcy mientras visitaban Pemberley.
Sera horrible! Slo de pensarlo seComment: ..y hurtarle
algunaspiedras
sin que l se d cuenta:Derbyshire es famoso por suspiedras de
espatoflor,
un mineralde formacin cristalina que separece a ciertas piedras
preciosas.Los turistas se las llevan comorecuerdo.Librodot Orgullo y
prejuicio
Jane AustenLibrodot106106ruboriz, y crey que valdra ms hablar
con claridad a su ta que exponerse a semejante riesgo. Pero
estadecisin
tena sus inconvenientes, y resolvi que no la adoptara ms que
en el caso de que susindagaciones sobre la ausencia de la familia del
propietario
fuesen negativas.En consecuencia, al irse a descansar aquella noche
pregunt a la camarera si Pemberley era unsitio muy bonito, cul era
el nombre de su dueo y por fin, con no poca preocupacin, si la familia
estabapasando el verano all. La negativa que sigui a esta ltima
pregunta
fue la ms bien recibida del mundo.Desaparecida ya su inquietud,
sinti gran curiosidad hasta por la misma casa, y cuando a la
152
maanasiguiente se volvi a proponer el plan y le consultaron,
respondi
al instante, con evidente aire deindiferencia, que no le disgustaba la
idea.Por lo tanto salieron para Pemberley.CAPTULO XLIIIElizabeth
divis
los bosques de Pemberley con cierta turbacin, y cuando por fin
llegaron
a lapuerta, su corazn lata fuertemente.La finca era enorme y
comprenda gran variedad de tierras. Entraron por uno de los puntos
msbajos y pasearon largamente a travs de un hermoso bosque que
se
extenda sobre su amplia superficie.La mente de Elizabeth estaba
demasiado
ocupada para poder conversar; pero observaba yadmiraba todos los
parajes notables y todas las vistas. Durante media milla subieron una
cuesta que lescondujo a una loma considerable donde el bosque se
interrumpa
y desde donde vieron en seguida la casade Pemberley, situada
al otro lado del valle por el cual se deslizaba un camino algo abrupto.
Era
un edificiode piedra, amplio y hermoso, bien emplazado en un altozano
que se destacaba delante de una cadena deelevadas colinas cubiertas
de
bosque, y tena enfrente un arroyo bastante caudaloso que corra cada
vez mspotente, completamente natural y salvaje. Sus orillas no eran
regulares
ni estaban falsamente adornadas conobras de jardinera. Elizabeth
se qued maravillada. Jams haba visto un lugar ms favorecido
por lanaturaleza o donde la belleza natural estuviese menos deteriorada
por el mal gusto. Todos estaban llenos deadmiracin, y Elizabeth
comprendi
entonces lo que podra significar ser la seora de Pemberley.
Bajaron la colina, cruzaron un puente y siguieron hasta la puerta.
Mientras examinaban el aspectode la casa de cerca, Elizabeth temi
otra
vez encontrarse con el dueo. Y si la camarera se
hubieseequivocado?
Despus de pedir permiso para ver la mansin, les introdujeron en el
vestbulo. Mientrasesperaban al ama de llaves, Elizabeth tuvo tiempo
para
maravillarse de encontrarse en semejante lugar.El ama de llaves era
una mujer de edad, de aspecto respetable, mucho menos estirada y
muchoms
corts de lo que Elizabeth haba imaginado. Los llev al comedor.
Era una pieza de buenasproporciones y elegantemente amueblada.
Elizabeth la mir ligeramente y se dirigi a una de las ventanaspara
contemplar
la vista. La colina coronada de bosque por la que haban descendido,
a distancia resultabams abrupta y ms hermosa. Toda la disposicin
del terreno era buena; mir con delicia aquel paisaje: elarroyo, los
rboles de las orillas y la curva del valle hasta donde alcanzaba la vista.
Al pasar a otrashabitaciones, el paisaje apareca en ngulos distintos,
pero
desde todas las ventanas se divisaban panoramasmagnficos. Las
piezas
eran altas y bellas, y su mobiliario estaba en armona con la fortuna
de supropietario. Elizabeth not, admirando el gusto de ste, que no
153
haba nada llamativo ni cursi y que habaall menos pompa pero ms
elegancia
que en Rosings.Y pensar se deca que habra podido ser
duea de todo esto! Estas habitaciones podranahora ser las mas! En
lugar de visitarlas como una forastera, podra disfrutarlas y recibir en
ellas la visitade mis tos! Pero no repuso recobrndose, no habra
sido
posible, hubiese tenido que renunciar a mistos; no se me hubiese
permitido
invitarlos.Esto la reanim y la salv de algo parecido al
arrepentimiento.
Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot107107Quera
averiguar por el ama de llaves si su amo estaba de veras ausente, pero
le
faltaba valor. Porfin fue su to el que hizo la pregunta y Elizabeth se
volvi
asustada cuando la seora Reynolds dijo que s,aadiendo:Pero le
esperamos maana. Va a venir con muchos amigos.Elizabeth se alegr
de que su viaje no se hubiese aplazado un da por cualquier
circunstancia.
Su ta la llam para que viese un cuadro. Elizabeth se acerc y vio un
retrato de Wickham encimade la repisa de la chimenea entre otras
miniaturas.
Su ta le pregunt sonriente qu le pareca. El ama dellaves vino a
decirles que aquel era una joven hijo del ltimo administrador de su
seor,
educado por ste aexpensas suyas.Ahora ha entrado en el ejrcito
aadi y creo que es un bala perdida.La seora Gardiner mir a
su sobrina con una sonrisa, pero Elizabeth se qued muy seria.Y ste
dijo la seora Reynolds indicando otra de las miniaturas es mi amo,
y est muyparecido. Lo pintaron al mismo tiempo que el otro, har unos
ocho aos.He odo hablar mucho de la distincin de su amo replic
la seora Gardiner contemplando elretrato, es guapo. Elizabeth, dime
si est o no parecido.El respeto de la seora Reynolds hacia Elizabeth
pareci
aumentar al ver que conoca a su seorConoce la seorita al seor
Darcy?Elizabeth se sonroj y respondi:Un poco.Y no cree la
seorita que es un caballero muy apuesto?S, muy guapo.Jurara
que
es el ms guapo que he visto; pero en la galera del piso de arriba vern
ustedes unretrato suyo mejor y ms grande. Este cuarto era el favorito
de
mi anterior seor, y estas miniaturas estntal y como estaban en vida
suya.
Le gustaban mucho.Elizabeth se explic entonces porque estaba entre
ellas la de Wickham.La seora Reynolds les ense entonces un retrato
de la seorita Darcy, pintado cuando slo tenaocho aos.Y la
seorita
Darcy es tan guapa como su hermano?Oh, s! Es la joven ms bella
que se haya visto jams! Y tan aplicada! Toca y canta todo elda. En la
siguiente
habitacin hay un piano nuevo que le acaban de traer, regalo de
mi seor. Ella tambinllegar maana con l.El seor Gardiner, con
amabilidad
y destreza, le tiraba de la lengua, y la seora Reynolds, pororgullo
y por afecto, se complaca evidentemente en hablar de su seor y de
154
la hermana.Viene su seor muy a menudo a Pemberley a lo largo
del
ao?No tanto como yo querra, seor; pero dira que pasa aqu la
mitad
del tiempo; la seorita Darcysiempre est aqu durante los meses de
verano. Excepto pens Elizabeth cuando va a Ramsgate.Si su
amo se casara, lo vera usted ms.S, seor; pero no s cuando ser.
No
s si habr alguien que lo merezca.Los seores Gardiner se sonrieron.
Elizabeth no pudo menos que decir:Si as lo cree, eso dice mucho en
favor
del seor Darcy.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot108108
No digo ms que la verdad y lo que dira cualquiera que le
conozca replic la seoraReynolds. Elizabeth crey que la cosa
estaba
yendo demasiado lejos, y escuch con creciente asombro loque
continu
diciendo el ama de llaves.Nunca en la vida tuvo una palabra de enojo
conmigo. Y le conozco desde que tena cuatro aos.Era un elogio ms
importante
que todos los otros y ms opuesto a lo que Elizabeth pensaba de
Darcy.Siempre crey firmemente que era hombre de mal carcter. Con
viva curiosidad esperaba seguir oyendo loque deca el ama, cuando su
to observ:Pocas personas hay de quienes se pueda decir eso. Es
una
suerte para usted tener un seor as.S, seor; es una suerte. Aunque
diese la vuelta al mundo, no encontrara otro mejor. Siempreme he
fijado
en que los que son bondadosos de pequeos, siguen sindolo de
mayores.
Y el seor Darcy erael nio ms dulce y generoso de la tierra.
Elizabeth se qued mirando fijamente a la anciana: Puede ser se
Darcy?, pens.Creo que su padre era una excelente persona
agreg
la seora Gardiner.S, seora; s que lo era, y su hijo es exactamente
como
l, igual de bueno con los pobres.Elizabeth oa, se admiraba, dudaba
y deseaba saber ms. La seora Reynolds no lograba llamar suatencin
con ninguna otra cosa. Era intil que le explicase el tema de los
cuadros,
las dimensiones de laspiezas y el valor del mobiliario. El seor Gardiner,
muy divertido ante lo que l supona prejuicio defamilia y que inspiraba
los rendidos elogios de la anciana a su seor, no tard en insistir en sus
preguntas, ymientras suban la gran escalera, la seora Reynolds sigui
ensalzando los muchos mritos de Darcy.Es el mejor seor y el mejor
amo que pueda haber; no se parece a los atolondrados jvenes dehoy
en
da que no piensen ms que en s mismos. No hay uno solo de sus
colonos
y criados que no le alabe.Algunos dicen que es orgulloso, pero yo
nunca se lo he notado. Me figuro que lo encuentran orgullosoporque no
es bullanguero como los dems.En qu buen lugar lo sita todo esto,
pens Elizabeth.Tan delicado elogio cuchiche su ta mientras
seguan
visitando la casa no se aviene con loque hizo a nuestro pobre
amigo.
Tal vez estemos equivocados.No es probable; lo sabemos de muy
155
buena tinta. En el amplio corredor de arriba se les mostrun lindo
aposento
recientemente adornado con mayor elegancia y tono ms claro que
los departamentosinferiores, y se les dijo que todo aquello se haba
hecho
para complacer a la seorita Darcy, que se habaaficionado a aquella
habitacin
la ltima vez que estuvo en Pemberley.Es realmente un buen
hermano dijo Elizabeth dirigindose a una de las ventanas.La seora
Reynolds dijo que la seorita Darcy se quedara encantada cuando
viese
aquellahabitacin.Y es siempre as aadi, se desvive por
complacer
a su hermana. No hay nada que nohiciera por ella.Ya no quedaban
por ver ms que la galera de pinturas y dos o tres de los principales
dormitorios.
En la primera haba varios cuadros buenos, pero Elizabeth no
entenda nada de arte, y entre los objetos deesa naturaleza que ya
haba
visto abajo, no mir ms que unos cuantos dibujos en pastel de la
seoritaDarcy
de tema ms interesante y ms inteligible para ella.En la galera
haba tambin varios retratos de familia, pero no era fcil que atrajesen
la
atencin deun extrao. Elizabeth los recorri buscando el nico retrato
cuyas facciones poda reconocer. Al llegar a lse detuvo, notando su
sorprendente
exactitud. El rostro de Darcy tena aquella misma sonrisa que
Elizabethle haba visto cuando la miraba. Permaneci varios minutos
ante
el cuadro, en la ms atenta contemplacin,Librodot Orgullo y prejuicio
Jane AustenLibrodot109109y aun volvi a mirarlo antes de abandonar la
galera. La seora Reynolds le comunic que haba sido hechoen vida
del
padre de Darcy.Elizabeth senta en aquellos momentos mucha mayor
inclinacin
por el original de la que habasentido en el auge de sus relaciones.
Las alabanzas de la seora Reynolds no eran ninguna nimiedad.
Quelogio puede ser ms valioso que el de un criado inteligente?
Cunta gente tena puesta su felicidad en lasmanos de Darcy en
calidad
de hermano, de propietario y de seor! Cunto placer y cunto dolor
podaotorgar! Cunto mal y cunto bien poda hacer! Todo lo dicho por
el ama de llaves le enalteca. Al estarante el lienzo en el que l estaba
retratado,
le pareci a Elizabeth que sus ojos la miraban, y pens en suestima
hacia ella con una gratitud mucho ms profunda de la que antes haba
sentido; Elizabeth record lafuerza y el calor de sus palabras y mitig
su falta de decoro.Ya haban visto todo lo que mostraba al pblico de la
casa; bajaron y se despidieron del ama dellaves, quien les confi a un
jardinero
que esperaba en la puerta del vestbulo.Cuando atravesaban la
pradera camino del arroyo, Elizabeth se volvi para contemplar de
nuevo
lacasa. Sus tos se detuvieron tambin, y mientras el seor Gardiner se
haca conjeturas sobre la poca deledificio, el dueo de ste sali de
repente
de detrs de la casa por el sendero que conduca a
156
lascaballerizas.Estaban a menos de veinte yardas, y su aparicin fue
tan
sbita que result imposible evitar quelos viera. Los ojos de Elizabeth y
Darcy se encontraron al instante y sus rostros se cubrieron de
intensorubor.
l par en seco y durante un momento se qued inmvil de sorpresa;
se recobr en seguida y,adelantndose hacia los visitantes, habl a
Elizabeth, si no en trminos de perfecta compostura, al menoscon
absoluta
cortesa.Ella se haba vuelto instintivamente, pero al acercarse l se
detuvo y recibi sus cumplidos conembarazo. Si el aspecto de Darcy a
primera vista o su parecido con los retratos que acababan de
contemplarhubiesen
sido insuficientes para revelar a los seores Gardiner que
tenan al propio Darcy ante ellos, elasombro del jardinero al encontrarse
con su seor no les habra dejado lugar a dudas. Aguardaron a
ciertadistancia
mientras su sobrina hablaba con l. Elizabeth, atnita y confusa,
apenas se atreva a alzar los ojoshacia Darcy y no saba qu contestar
a
las preguntas que l haca sobre su familia. Sorprendida por elcambio
de
modales desde que se haban separado por ltima vez, cada frase que
deca aumentaba sucohibicin, y como entre tanto pensaba en lo
impropio
de haberse encontrado all, los pocos momentos queestuvieron juntos
fueron los ms intranquilos de su existencia. Darcy tampoco pareca
ms
dueo de s queella; su acento no tena nada de la calma que le era
habitual,
y segua preguntndole cundo haba salido deLongbourn y cunto
tiempo llevaba en Derbyshire, con tanto desorden, y tan apresurado,
que
a las claras sevea la agitacin de sus pensamientos.Por fin pareci que
ya no saba qu decir; permaneci unos instantes sin pronunciar
palabra,
sereport de pronto y se despidi.Los seores Gardiner se reunieron
con
Elizabeth y elogiaron la buena presencia de Darcy; peroella no oa
nada;
embebida en sus pensamientos, los sigui en silencio. Se hallaba
dominaba
por lavergenza y la contrariedad. Cmo se le haba ocurrido ir all?
Haba sido la decisin ms desafortunaday disparatada del mundo!
Qu extrao tena que parecerle a Darcy! Cmo haba de interpretar
aquello
unhombre tan vanidoso! Su visita a Pemberley parecera hecha
adrede para ir en su busca. Por qu habraido? Y l, por qu habra
venido
un da antes? Si ellos mismos hubiesen llegado a Pemberley slo
diezminutos ms temprano, no habran coincidido, pues era evidente
que Darcy acababa de llegar, que en aquelinstante bajaba del caballo o
del coche. Elizabeth no dejaba de avergonzarse de su desdichado
encuentro.
Yel comportamiento de Darcy, tan notablemente cambiado, qu
poda significar? Era sorprendente que lehubiese dirigido la palabra,
pero
an ms que lo hiciese con tanta finura y que le preguntase por su
familia.
Nunca haba visto tal sencillez en sus modales ni nunca le haba
157
odo expresarse con tanta gentileza. Qucontraste con la ltima vez
que
la abord en la finca de Rosings para poner en sus manos la carta!
Elizabethno
saba qu pensar ni cmo juzgar todo esto.Entretanto, haban entrado
en un hermoso paseo paralelo al arroyo, y a cada paso apareca
anteellos
un declive del terreno ms bello o una vista ms impresionante de
los bosques a los que seLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot110110aproximaban.
Pero pas un tiempo hasta que Elizabeth se diese
cuenta de todo aquello, y aunque respondamecnicamente a las
repetidas
preguntas de sus tos y pareca dirigir la mirada a los objetos que
lesealaban, no distingua ninguna parte del paisaje. Sus pensamientos
no podan apartarse del sitio de lamansin de Pemberley, cualquiera
que
fuese, en donde Darcy deba de encontrarse. Anhelaba saber lo queen
aquel
momento pasaba por su mente, qu pensara de ella y si todava la
querra. Puede que su cortesaobedeciera nicamente a que ya la haba
olvidado; pero haba algo en su voz que denotaba inquietud. Nopoda
adivinar si Darcy sinti placer o pesar al verla; pero lo cierto es que
pareca
desconcertado.Las observaciones de sus acompaantes sobre su falta
de atencin, la despertaron y le hicieroncomprender que deba
aparentar
serenidad.Penetraron en el bosque y alejndose del arroyo por un rato,
subieron a uno de los puntos mselevados, desde el cual, por los claros
de los rboles, poda extenderse la vista y apreciar
magnficospanoramas
del valle y de las colinas opuestas cubiertas de arboleda, y se divisaban
tambin partes delarroyo. El seor Gardiner hubiese querido dar la
vuelta
a toda la finca, pero tema que el paseo resultasedemasiado largo. Con
sonrisa triunfal les dijo el jardinero que la finca tena diez millas de
longitud,
por loque decidieron no dar la vuelta planeada, y se dirigieron de
nuevo a una bajada con rboles inclinados sobreel agua en uno de los
puntos ms estrechos del arroyo. Lo cruzaron por un puente sencillo en
armona conel aspecto general del paisaje. Aquel paraje era el menos
adornado con artificios de todos los que habanvisto. El valle, convertido
aqu en caada, slo dejaba espacio para el arroyo y para un estrecho
paseo
enmedio del rstico soto que lo bordeaba. Elizabeth quera explorar
sus revueltas, pero en cuanto pasaron elpuente y pudieron apreciar lo
lejos
que estaban de la casa, la seora Gardiner, que no era amiga de
caminar,
no quiso seguir adelante y slo pens en volver al coche lo antes
posible.
Su sobrina se vio obligada a cedery emprendieron el regreso hacia
la casa por el lado opuesto al arroyo y por el camino ms corto.
Peroandaban
muy despacio porque el seor Gardiner era aficionado a la pesca,
aunque pocas veces podadedicarse a ella, y se distraa cada poco
acechando
la aparicin de alguna trucha y comentndolo con eljardinero.
158
Mientras seguan su lenta marcha, fueron sorprendidos de nuevo; y esta
vez el asombro deElizabeth fue tan grande como la anterior al ver a
Darcy encaminndose hacia ellos y a corta distancia.Como el camino no
quedaba tan oculto como el del otro lado, se vieron desde lejos. Por lo
tanto, Elizabethestaba ms prevenida y resolvi demostrar tranquilidad
en su aspecto y en sus palabras si realmente Darcytena intencin de
abordarles. Hubo un momento en que crey firmemente que Darcy iba a
tomar otrosendero, y su conviccin dur mientras un recodo del camino
le ocultaba, pero pasado el recodo, Darcyapareci ante ellos. A la
primera
mirada not que segua tan corts como haca un momento, y para
imitarsu buena educacin comenz a admirar la belleza del lugar; pero
no acababa de decir delicioso yencantador, cuando pens que el
elogiar
Pemberley podra ser mal interpretado. Cambi de color y nodijo
ms.La seora Gardiner vena un poco ms atrs y Darcy aprovech el
silencio de Elizabeth para que lehiciese el honor de presentarle a sus
amigos.
Elizabeth no estaba preparada para este rasgo de cortesa, y nopudo
evitar una sonrisa al ver que pretenda conocer a una de aquellas
personas
contra las que su orgullo sehaba rebelado al declarrsele. Cul ser
su sorpresa pens cuando sepa quines son? Se figura queson
gente de alcurnia.Hizo la presentacin al punto y, al mencionar el
parentesco,
mir rpidamente a Darcy para ver elefecto que le haca y esper
que huira a toda prisa de semejante compaa. Fue evidente que
Darcy sequed sorprendido, pero se sobrepuso y en lugar de seguir su
camino retrocedi con todos ellos y se puso aconversar con el seor
Gardiner.
Elizabeth no pudo menos que sentirse satisfecha y triunfante.
Eraconsolador
que Darcy supiera que tena parientes de los que no haba
por qu avergonzarse. Escuchatentamente lo que decan y se ufan
de
las frases y observaciones de su to que demostraban suinteligencia, su
buen gusto y sus excelentes modales.La conversacin recay pronto
sobre
la pesca, y Elizabeth oy que Darcy invitaba a su to a ir apescar all
siempre que quisiera mientras estuviesen en la ciudad vecina,
ofrecindose
incluso a procurarleaparejos y sealndole los puntos del ro ms
indicados para pescar. La seora Gardiner, que paseaba delbrazo de
Elizabeth,
la miraba con expresin de incredulidad. Elizabeth no dijo nada,
pero estabasumamente complacida; las atenciones de Darcy deban
dirigirse
a ella seguramente. Su asombro, sinLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot111111embargo, era extraordinario y no poda dejar
de repetirse: Por qu estar tan cambiado? No puede ser porm, no
puede ser por mi causa que sus modales se hayan suavizado tanto. Mis
reproches en Hunsford nopueden haber efectuado una transformacin
159
semejante. Es imposible que an me ame.Despus de andar un
tiempo
de esta forma, las dos seoras delante y los dos caballeros detrs,
alvolver
a emprender el camino, despus de un descenso al borde del ro para
ver mejor una curiosa plantaacutica, hubo un cambio de parejas. Lo
origin
la seora Gardiner, que fatigada por el trajn del da,encontraba el
brazo de Elizabeth demasiado dbil para sostenerla y prefiri, por lo
tanto,
el de su marido.Darcy entonces se puso al lado de la sobrina y siguieron
as su paseo. Despus de un corto silencio,Elizabeth tom la palabra.
Quera hacerle saber que antes de ir a Pemberley se haba cerciorado
de
que lno estaba y que su llegada les era totalmente inesperada.Su
ama
de llaves aadi nos inform que no llegara usted hasta maana;
y
aun antes desalir de Bakewell nos dijeron que tardara usted en volver a
Derbyshire.Darcy reconoci que as era, pero unos asuntos que tena
que
resolver con su administrador lehaban obligado a adelantarse a sus
acompaantes.Maana temprano continu se reunirn todos
conmigo.
Entre ellos hay conocidos suyosque desearn verla; el seor Bingley
y sus hermanas.Elizabeth no hizo ms que una ligera inclinacin de
cabeza. Se acord al instante de la ltima vezque el nombre de Bingley
haba sido mencionado entre ellos, y a juzgar por la expresin de Darcy,
l debaestar pensando en lo mismo.Con sus amigos viene tambin
una persona que tiene especial deseo de conocerla a usted prosigui
al
cabo de una pausa. Me permitir, o es pedirle demasiado, que le
presente
a mi hermanamientras estn ustedes en Lambton?Elizabeth se qued
boquiabierta. No alcanzaba a imaginar cmo poda pretender aquello
laseorita Darcy; pero en seguida comprendi que el deseo de sta era
obra de su hermano, y sin sacar msconclusiones, le pareci muy
halagador.
Era grato saber que Darcy no le guardaba rencor.Siguieron andando
en silencio, profundamente abstrados los dos en sus pensamientos.
Elizabethno
poda estar tranquila, pero se senta adulada y complacida. La
intencin de Darcy de presentarle a suhermana era una gentileza
excepcional.
Pronto dejaron atrs a los otros y, cuando llegaron al coche, losseores
Gardiner estaban a medio cuarto de milla de ellos.Darcy la invit
entonces a pasar a la casa, pero Elizabeth declar que no estaba
cansada
yesperaron juntos en el csped. En aquel rato podan haber hablado de
muchas cosas, el silencio resultabaviolento. Ella quera hablar pero
tena
la mente en blanco y todos los temas que se le ocurran parecan
estarprohibidos.
Al fin record su viaje, y habl de Matlock y Dove Dale con
gran perseverancia. El tiempopasaba, su ta andaba muy despacio y la
paciencia y las ideas de Elizabeth se agotaban antes de que acabarael
tete
tete. Cuando llegaron los seores Gardiner, Darcy les invit a
160
todos a entrar en la casa y tomarun refrigerio; pero ellos se excusaron y
se separaron con la mayor cortesa. Darcy les acompa hasta elcoche
y
cuando ste ech a andar, Elizabeth le vio encaminarse despacio hacia
la
casa.Entonces empezaron los comentarios de los tos; ambos
declararon
que Darcy era superior acuanto poda imaginarse.Su educacin es
perfecta
y su elegancia y sencillez admirables dijo su to.Hay en l un
poco de altivez aadi la ta pero slo en su porte, y no le sienta mal.
Puedodecir, como el ama de llaves, que aunque se le tache de
orgulloso,
no se le nota nada.Su actitud con nosotros me ha dejado atnito. Ha
estado ms que corts, ha estado francamenteatento y nada le obligaba
a
ello. Su amistad con Elizabeth era muy superficial.Claro que no es tan
guapo como Wickham repuso la ta; o, mejor dicho, que no es tan
bienplantado, pero sus facciones son perfectas. Cmo pudiste
decirnos
que era tan desagradable, Lizzy?Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot112112Elizabeth
se disculp como pudo; dijo que al verse en
Kent le haba agradado ms que antes y quenunca le haba encontrado
tan complaciente como aquella maana.Puede que sea un poco
caprichoso
en su cortesa replic el to; esos seores tanencopetados suelen
ser as. Por eso no le tomar la palabra en lo referente a la pesca, no
vaya a ser que otroda cambie de parecer y me eche de la
finca.Elizabeth
se dio cuenta de que estaban completamente equivocados sobre su
carcter,
pero no dijonada.Despus de haberle visto ahora, nunca habra
credo que pudiese portarse tan mal como lo hizocon Wickham
continu la seora Gardiner, no parece un desalmado. Al contrario,
tiene un gesto muyagradable al hablar. Y hay tambin una dignidad en
su rostro que a nadie podra hacer pensar que no tienebuen corazn.
Pero,
a decir verdad, la buena mujer que nos ense la casa exageraba un
poco su carcter.Hubo veces que casi se me escapaba la risa. Lo que
pasa
es que debe ser un amo muy generoso y eso, a losojos de un criado,
equivale
a todas las virtudes.Al or esto, Elizabeth crey que deba decir algo
en defensa del proceder de Darcy con Wickham.Con todo el cuidado
que
le fue posible, trat de insinuarles que, por lo que haba odo decir a sus
parientesde Kent, sus actos podan interpretarse de muy distinto modo,
y que ni su carcter era tan malo ni el deWickham tan bueno como en
Hertfordshire se haba credo. Para confirmar lo dicho les refiri los
detallesde
todas las transacciones pecuniarias que haban mediado entre
ellos, sin mencionar cmo lo haba sabido,pero afirmando que era
rigurosamente
cierto.A la seora Gardiner le sorprendi y sinti curiosidad
por el tema, pero como en aquel momentose acercaban al escenario de
sus antiguos placeres, cedi al encanto de sus recuerdos y ya no hizo
ms
161
quesealar a su marido todos los lugares interesantes y sus
alrededores.
A pesar de lo fatigada que estaba por elpaseo de la maana, en cuanto
cenaron salieron en busca de antiguos conocidos, y la velada
transcurri
conla satisfaccin de las relaciones reanudadas despus de muchos
aos
de interrupcin.Los acontecimientos de aquel da haban sido
demasiado
arrebatadores para que Elizabeth pudieseprestar mucha atencin a
ninguno
de aquellos nuevos amigos, y no poda ms que pensar con
admiracinen
las amabilidades de Darcy, y sobre todo en su deseo de que conociera
a su hermana.CAPTULO XLIVElizabeth haba calculado que
Darcy llevara a su hermana a visitarla al da siguiente de su llegadaa
Pemberley, y en consecuencia, resolvi no perder de vista la fonda en
toda
aquella maana. Pero seequivoc, pues recibi la visita el mismo da
que llegaron. Los Gardiner y Elizabeth haban estadopaseando por el
pueblo con algunos de los nuevos amigos, y regresaban en aquel
momento
a la fonda paravestirse e ir a comer con ellos, cuando el ruido de
un carruaje les hizo asomarse a la ventana y vieron a uncaballero y a
una
seorita en un cabriol que suba por la calle. Elizabeth reconoci al
instante
la librea delos lacayos, adivin lo que aquello significaba y dej a
sus tos atnitos al comunicarles el honor que lesesperaba. Estaban
asustados;
aquella visita, lo desconcertada que estaba Elizabeth y las
circunstancias
delda anterior les hicieron formar una nueva idea del asunto. No
haba habido nada que lo sugirieseanteriormente, pero ahora se daban
cuenta que no haba otro modo de explicar las atenciones de Darcy
msque
suponindole interesado por su sobrina. Mientras ellos pensaban en
todo esto, la turbacin de Elizabethaumentaba por momentos. Le
alarmaba
su propio desconcierto, y entre las otras causas de su
desasosiegofiguraba
la idea de que Darcy, en su entusiasmo, le hubiese hablado de
ella a su hermana con demasiadoelogio. Deseaba agradar ms que
nunca,
pero sospechaba que no iba a poder conseguirlo.Se retir de la ventana
por temor a que la viesen, y, mientras paseaba de un lado a otro de
lahabitacin,
las miradas interrogantes de sus tos la ponan an ms nerviosa.
Comment: Cabriol: Carruajeligero de dos ruedas tirado por
doscaballos.
Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot113113Por fin
aparecieron la seorita Darcy y su hermano y la gran presentacin tuvo
lugar. Elizabethnot con asombro que su nueva conocida estaba, al
menos,
tan turbada como ella. Desde que lleg aLambton haba odo decir
que la seorita Darcy era extremadamente orgullosa pero, despus de
haberlaobservado unos minutos, se convenci de que slo era
extremadamente
tmida. Difcilmente consiguiarrancarle una palabra, a no ser
unos cuantos monoslabos.La seorita Darcy era ms alta que Elizabeth
162
y, aunque no tena ms que diecisis aos, su cuerpoestaba ya formado
y
su aspecto era muy femenino y grcil. No era tan guapa como su
hermano,
pero surostro revelaba inteligencia y buen carcter, y sus modales
eran sencillsimos y gentiles. Elizabeth, quehaba temido que fuese una
observadora tan aguda y desenvuelta como Darcy, experiment un gran
alivioal ver lo distinta que era.Poco rato llevaban de conversacin,
cuando
Darcy le dijo a Elizabeth que Bingley vendra tambina visitarla, y
apenas haba tenido tiempo la joven de expresar su satisfaccin y
prepararse
para recibirlecuando oyeron los precipitados pasos de Bingley en la
escalera, y en seguida entr en la habitacin. Toda laindignacin de
Elizabeth
contra l haba desaparecido desde haca tiempo, pero si todava
le hubiesequedado algn rencor, no habra podido resistirse a la franca
cordialidad que Bingley le demostr al verlade nuevo. Le pregunt por
su familia de manera cariosa, aunque en general, y se comport y
habl
con suacostumbrado buen humor.Los seores Gardiner acogieron a
Bingley
con el mismo inters que Elizabeth. Haca tiempo quetenan ganas
de conocerle. A decir verdad, todos los presentes les inspiraban la ms
viva curiosidad. Lassospechas que acababan de concebir sobre Darcy y
su sobrina les llevaron a concentrar su atencin en ellosexaminndolos
detenidamente, aunque con disimulo, y muy pronto se dieron cuenta de
que al menos unode ellos estaba muy enamorado. Los sentimientos de
Elizabeth eran algo dudosos, pero era evidente queDarcy rebosaba
admiracin
a todas luces.Elizabeth, por su parte, tena mucho que hacer. Deba
adivinar los sentimientos de cada uno de susvisitantes y al mismo
tiempo tena que contener los suyos y hacerse agradable a todos. Bien
es
verdad quelo ltimo, que era lo que ms miedo le daba, era lo que con
ms seguridad poda conseguir, pues losinteresados estaban ya muy
predispuestos
en su favor. Bingley estaba listo, Georgiana lo deseaba y
Darcyestaba completamente decidido.Al ver a Bingley, los
pensamientos
de Elizabeth volaron, como es natural, hacia su hermana, y sededic
afanosamente
a observar si alguno de los pensamientos de aqul iban en la
misma direccin. Sehaca ilusiones pensando que hablaba menos que
en
otras ocasiones, y una o dos veces se complaci en laidea de que, al
mirarla,
Bingley trataba de buscar un parecido. Pero, aunque todo eso no
fuesen ms quefantasas suyas, no poda equivocarse en cuanto a su
conducta
con la seorita Darcy, de la que le habanhablado como presunta
rival de Jane. No not ni una mirada por parte del uno ni por parte del
otro quepudiese justificar las esperanzas de la hermana de Bingley. En
lo
referente a este tema se qued plenamentesatisfecha. Antes de que se
fueran, todava not por dos o tres pequeos detalles que Bingley se
163
acordabade Jane con ternura y pareca que quera decir algo ms y que
no se atreva. En un momento en que losdems conversaban, lo dijo en
un tono pesaroso:Cunto tiempo haca que no tena el gusto de
verla!
Y, antes de que Elizabeth tuviese tiempo de responder, aadi:Hace
cerca de ocho meses. No nos habamos visto desde el veintisis de
noviembre
cuandobailamos todos juntos en Netherfield.Elizabeth se alegr
de ver que no le fallaba la memoria. Despus, aprovechando que los
demsestaban
distrados, le pregunt si todas sus hermanas estaban en
Longbourn. Ni la pregunta ni el recuerdoanterior eran importantes, pero
la mirada y el gesto de Bingley fueron muy significativos.Elizabeth no
miraba muy a menudo a Darcy; pero cuando lo haca, vea en l una
expresin
decomplacencia y en lo que deca perciba un acento que borraba
todo desdn o altanera hacia susacompaantes, y la convenca de que
la
mejora de su carcter de la que haba sido testigo el da
anterior,aunque
fuese pasajera, haba durado, al menos, hasta la fecha. Al verle
intentando
ser sociable, procurandoLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot114114la
buena opinin de los all presentes, con los que tener algn
trato haca unos meses habra significadopara l una deshonra; al
verle tan corts, no slo con ella, sino con los mismsimos parientes que
habadespreciado, y recordaba la violenta escena en la casa parroquial
de
Hunsford, la diferencia, el cambio eratan grande, que a duras penas
pudo
impedir que su asombro se hiciera visible. Nunca, ni en compaa desus
queridos amigos en Netherfield, ni en la de sus encopetadas parientes
de Rosings, le haba hallado tanansioso de agradar, tan ajeno a darse
importancia ni a mostrarse reservado, como ahora en que
ningunavanidad
poda obtener con el xito de su empeo, y en que el trato con aquellos
a quienes colmaba deatenciones habra sido censurado y ridiculizado
por las seoras de Netherfield y de Rosings.La visita dur una media
hora,
y cuando se levantaron para despedirse, Darcy pidi a su hermanaque
apoyase la invitacin a los Gardiner y a la seorita Bennet, para que
fuesen a cenar en Pemberley antesde irse de la comarca. La seorita
Darcy, aunque con una timidez que descubra su poca costumbre
dehacer
invitaciones, obedeci al punto. La seora Gardiner mir a su sobrina
para ver cmo sta, a quien ibadirigida la invitacin, la acogera; pero
Elizabeth haba vuelto la cabeza. Presumi, sin embargo, que
suestudiada
evasiva significaba ms bien un momentneo desconcierto que disgusto
por la proposicin, yviendo a su marido, que era muy aficionado a
la vida social, deseoso de acceder, se arriesg a aceptar ennombre de
los
tres; y la fecha se fij para dos das despus.Bingley se manifest
encantado
de saber que iba a volver a ver a Elizabeth, pues tena que
164
decirlean muchas cosas y hacerle muchas preguntas acerca de todos
los
amigos de Hertfordshire. Elizabeth creyentender que deseaba orle
hablar
de su hermana y se qued muy complacida. Este y algunos otros
detallesde
la visita la dejaron dispuesta, en cuanto se hubieron ido sus amigos,
a recordarla con agrado, aunquedurante la misma se hubiese sentido
un poco incmoda. Con el ansia de estar sola y temerosa de
laspreguntas
o suposiciones de sus tos, estuvo con ellos el tiempo suficiente
para or sus comentariosfavorables acerca de Bingley, y se apresur a
vestirse.Pero estaba muy equivocada al temer la curiosidad de los
seores
Gardiner, que no tenan la menorintencin de hacerle hablar. Era
evidente
que sus relaciones con Darcy eran mucho ms serias de lo queellos
haban credo, y estaba ms claro que el agua que l estaba
enamoradsimo
de ella. Haban vistomuchas cosas que les interesaban, pero no
justificaban
su indagacin.Lo importante ahora era que Darcy fuese un buen
muchacho. Por lo que ellos podan haberapreciado, no tena peros. Sus
amabilidades les haban conmovido, y si hubiesen tenido que describir
sucarcter segn su propia opinin y segn los informes de su sirvienta,
prescindiendo de cualquier otrareferencia, lo habran hecho de tal modo
que el crculo de Hertfordshire que le conoca no lo habrareconocido.
Deseaban ahora dar crdito al ama de llaves y pronto convinieron en
que
el testimonio de unacriada que le conoca desde los cuatro aos y que
pareca
tan respetable, no poda ser puesto en tela dejuicio. Por otra parte,
en lo que decan sus amigos de Lambton no haba nada capaz de
aminorar
el peso deaquel testimonio. No le acusaban ms que de orgullo;
orgulloso
puede que s lo fuera, pero, aunque no lohubiera sido, los habitantes
de aquella pequea ciudad comercial, donde nunca iba la familia de
Pemberley,del mismo modo le habran atribuido el calificativo. Pero
decan
que era muy generoso y que haca muchobien entre los pobres.En
cuanto a Wickham, los viajeros vieron pronto que no se le tena all en
mucha estima; no sesaba lo principal de sus relaciones con el hijo de
su
seor, pero en cambio era notorio el hecho de que alsalir de Derbyshire
haba dejado una multitud de deudas que Darcy haba pagado.Elizabeth
pens aquella noche en Pemberley ms an que la anterior. Le pareci
largusima, perono lo bastante para determinar sus sentimientos hacia
uno de los habitantes de la mansin. Despus deacostarse estuvo
despierta
durante dos horas intentando descifrarlos. No le odiaba, eso no; el
odio se habadesvanecido haca mucho, y durante casi todo ese tiempo
se
haba avergonzado de haber sentido contraaquella persona un
desagrado
que pudiera recibir ese nombre. El respeto debido a sus valiosas
cualidades,
aunque admitido al principio contra su voluntad, haba
165
contribuido a que cesara la hostilidad de sussentimientos y stos haban
evolucionado hasta convertirse en afectuosos ante el importante
testimonio
ensu favor que haba odo y ante la buena disposicin que l mismo
haba mostrado el da anterior. Peropor encima de todo eso, por
encima
del respeto y la estima, senta Elizabeth otro impulso de
benevolenciahacia
Darcy que no poda pasarse por alto. Era gratitud; gratitud no slo
por haberla amado, sino porLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot115115amarla
todava lo bastante para olvidar toda la petulancia
y mordacidad de su rechazo y todas las injustasacusaciones que lo
acompaaron. l, que deba considerarla as lo supona Elizabeth
como
a su mayorenemiga, al encontrarla casualmente pareca deseoso de
conservar su amistad, y sin ninguna demostracinde indelicadeza ni
afectacin en su trato, en un asunto que slo a los dos interesaba,
solicitaba
la buenaopinin de sus amigos y se decida a presentarle a su hermana.
Semejante cambio en un hombre tanorgulloso no slo tena que inspirar
asombro, sino tambin gratitud, pues haba que atribuirlo al amor, a
unamor apasionado. Pero, aunque esta impresin era alentadora y muy
contraria al desagrado, no podadefinirla con exactitud. Le respetaba, le
estimaba, le estaba agradecida, y deseaba vivamente que fuesefeliz. No
necesitaba ms que saber hasta qu punto deseaba que aquella
felicidad
dependiera de ella, y hastaqu punto redundara en la felicidad de
ambos
que emplease el poder que imaginaba poseer an deinducirle a renovar
su proposicin.Por la tarde la ta y la sobrina acordaron que una
atencin tan extraordinaria como la de la visita dela seorita Darcy el
mismo da de su llegada a Pemberley donde haba llegado poco
despus
deldesayuno deba ser correspondida, si no con algo equivalente,
por lo menos con alguna cortesa especial.Por lo tanto, decidieron ir a
visitarla
a Pemberley a la maana siguiente. Elizabeth se senta contenta,
apesar de que cuando se preguntaba por qu, no alcanzaba a encontrar
una respuesta.Despus del desayuno, el seor Gardiner las dej. El
ofrecimiento
de la pesca haba sido renovadoel da anterior y le haban asegurado
que a medioda le acompaara alguno de los caballeros de Pemberley.
CAPTULO XLVElizabeth estaba ahora convencida de que la antipata
que por ella senta la seorita Bingleyprovena de los celos.
Comprenda,
pues, lo desagradable que haba de ser para aquella el verla
aparecer enPemberley y pensaba con curiosidad en cunta cortesa
pondra
por su parte para reanudar sus relaciones.Al llegar a la casa
atravesaron
el vestbulo y entraron en el saln cuya orientacin al norte lo
hacadelicioso
en verano. Las ventanas abiertas de par en par brindaban una
vista refrigerante de las altas colinaspobladas de bosque que estaban
166
detrs del edificio, y de los hermosos robles y castaos de
Espaadispersados
por la pradera que se extenda delante de la casa.En aquella pieza
fueron recibidas por la seorita Darcy que las esperaba junto con la
seora
Hurst,la seorita Bingley y su dama de compaa. La acogida de
Georgiana
fue muy corts, pero dominada poraquella cortedad debida a su timidez
y al temor de hacer las cosas mal, que le haba dado fama de orgullosay
reservada entre sus inferiores. Pero la seora Gardiner y su sobrina
la comprendan y compadecan.La seora Hurst y la seorita Bingley
les hicieron una simple reverencia y se sentaron. Seestableci un
silencio
molestsimo que dur unos instantes. Fue interrumpido por la seora
Annesley,persona gentil y agradable que, al intentar romper el hielo,
mostr mejor educacin que ninguna de las otrasseoras. La charla
continu
entre ella y la seora Gardiner, con algunas intervenciones de Elizabeth.
Laseorita Darcy pareca desear tener la decisin suficiente para
tomar parte en la conversacin, y de vez encuando aventuraba alguna
corta frase, cuando menos peligro haba de que la oyesen.Elizabeth se
dio cuenta en seguida de que la seorita Bingley la vigilaba
estrechamente
y que nopoda decir una palabra, especialmente a la seorita Darcy,
sin que la otra agudizase el odo. No obstante,su tenaz observacin no
le
habra impedido hablar con Georgiana si no hubiesen estado tan
distantes
la unade la otra; pero no le afligi el no poder hablar mucho, as poda
pensar ms libremente. Deseaba y tema ala vez que el dueo de la
casa llegase, y apenas poda aclarar si lo tema ms que lo deseaba.
Despus
deestar as un cuarto de hora sin or la voz de la seorita Bingley,
Elizabeth se sonroj al preguntarle aqullaqu tal estaba su familia.
Contest
con la misma indiferencia y brevedad y la otra no dijo ms.La primera
variedad de la visita consisti en la aparicin de unos criados que
traan fiambres,pasteles y algunas de las mejores frutas de la estacin,
pero esto aconteci despus de muchas miradassignificativas de la
seora
Annesley a Georgiana con el fin de recordarle sus deberes. Esto distrajo
a laLibrodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot116116reunin,
pues, aunque no todas las seoras pudiesen hablar, por lo menos todas
podran comer. Lashermosas pirmides de uvas, albrchigos y
melocotones
las congregaron en seguida alrededor de la mesa.Mientras estaban
en esto, Elizabeth se dedic a pensar si tema o si deseaba que llegase
Darcy porel efecto que haba de causarle su presencia; y aunque un
momento
antes crey que ms bien lo deseaba,ahora empezaba a pensar lo
contrario.Darcy haba estado con el seor Gardiner, que pescaba en el
ro
con otros dos o tres caballeros,pero al saber que las seoras de su
familia
pensaban visitar a Georgiana aquella misma maana, se fue acasa. Al
167
verle entrar, Elizabeth resolvi aparentar la mayor naturalidad, cosa
necesaria
pero difcil delograr, pues le constaba que toda la reunin estaba
pendiente de ellos, y en cuanto Darcy lleg todos losojos se pusieron a
examinarle. Pero en ningn rostro asomaba la curiosidad con tanta
fuerza
como en el dela seorita Bingley, a pesar de las sonrisas que prodigaba
al hablar con cualquiera; sin embargo, sus celosno haban llegado hasta
hacerla desistir de sus atenciones a Darcy. Georgiana, en cuanto
entr
suhermano, se esforz ms en hablar, y Elizabeth comprendi que
Darcy quera que las dos intimasen, para locual favoreca todas las
tentativas
de conversacin por ambas partes. La seorita Bingley tambin lo
vea ycon la imprudencia propia de su ira, aprovech la primera
oportunidad
para decir con burlona finura:Dgame, seorita Elizabeth, es
cierto que la guarnicin de Meryton ha sido trasladada? Hadebido de
ser
una gran prdida para su familia.En presencia de Darcy no se atrevi a
pronunciar el nombre de Wickham, pero Elizabeth adivinque tena
aquel
nombre en su pensamiento; los diversos recuerdos que le despert la
afligieron durante unmomento, pero se sobrepuso con entereza para
repeler
aquel descarado ataque y respondi a la pregunta entono
despreocupado.
Al hacerlo, una mirada involuntaria le hizo ver a Darcy con el
color encendido, que laobservaba atentamente, y a su hermana
completamente
confusa e incapaz de levantar los ojos. Si la seoritaBingley hubiese
podido sospechar cunto apenaba a su amado, se habra refrenado,
indudablemente; peroslo haba intentado descomponer a Elizabeth
sacando
a relucir algo relacionado con un hombre por el queella haba sido
parcial y para provocar en ella algn movimiento en falso que la
perjudicase
a los ojos deDarcy y que, de paso, recordase a ste los absurdos y las
locuras de la familia Bennet. No saba una palabrade la fuga de la
seorita
Darcy, pues se haba mantenido estrictamente en secreto, y Elizabeth
era la nicapersona a quien haba sido revelada. Darcy quera ocultarla
a
todos los parientes de Bingley por aquelmismo deseo, que Elizabeth le
atribuy tanto tiempo, de llegar a formar parte de su familia. Darcy,
enefecto,
tena este propsito, y aunque no fue por esto por lo que pretendi
separar a su amigo de Jane, esprobable que se sumara a su vivo
inters
por la felicidad de Bingley.Pero la actitud de Elizabeth le tranquiliz. La
seorita Bingley, humillada y decepcionada, novolvi a atreverse a
aludir
a nada relativo a Wickham. Georgiana se fue recobrando, pero ya se
queddefinitivamente callada, sin osar afrontar las miradas de su
hermano.
Darcy no se ocup ms de losucedido, pero en vez de apartar su
pensamiento
de Elizabeth, la insinuacin de la seorita Bingley pareciexcitar
ms an su pasin.Despus de la pregunta y contestacin referidas, la
168
visita no se prolong mucho ms y mientrasDarcy acompaaba a las
seoras
al coche, la seorita Bingley se desahog criticando la conducta y
laindumentaria de Elizabeth. Pero Georgiana no le hizo ningn caso. El
inters de su hermano por la seoritaBennet era ms que suficiente
para
asegurar su beneplcito; su juicio era infalible, y le haba hablado
deElizabeth
en tales trminos que Georgiana tena que encontrarla por fuerza
amable y atrayente. CuandoDarcy volvi al saln, la seorita Bingley no
pudo contenerse y tuvo que repetir algo de lo que ya le habadicho a su
hermana:Qu mal estaba Elizabeth Bennet, seor Darcy!
exclam.
Qu cambiada la he encontradodesde el invierno! Qu morena y qu
poco fina se ha puesto! Ni Louisa ni yo la habramos reconocido.La
observacin
le hizo a Darcy muy poca gracia, pero se contuvo y contest
framente que no lehaba notado ms variacin que la de estar tostada
por el sol, cosa muy natural viajando en verano.Por mi parte
prosigui la seorita Bingley confieso que nunca me ha parecido
guapa.
Tiene lacara demasiado delgada, su color es apagado y sus facciones
no son nada bonitas; su nariz no tiene ningnLibrodot Orgullo y prejuicio
Jane AustenLibrodot117117carcter y no hay nada notable en sus
lneas;
tiene unos dientes pasables, pero no son nada fuera de locomn, y en
cuanto a sus ojos tan alabados, yo no veo que tengan nada
extraordinario,
miran de un modopenetrante y adusto muy desagradable; y en todo
su aire, en fin, hay tanta pretensin y una falta de buentono que resulta
intolerable.Sabiendo como saba la seorita Bingley que Darcy
admiraba
a Elizabeth, se no era en absolutoel mejor modo de agradarle, pero la
gente irritada no suele actuar con sabidura; y al ver que lo
estabaprovocando,
ella consigui el xito que esperaba. Sin embargo, l se qued callado,
pero la seoritaBingley tom la determinacin de hacerle hablar y
prosigui:Recuerdo que la primera vez que la vimos en Hertfordshire
nos extra que tuviese fama deguapa; y recuerdo especialmente que
una noche en que haban cenado en Netherfield, usted dijo: Si ellaes
una belleza, su madre es un genio! Pero despus pareci que le iba
gustando
y creo que la lleg aconsiderar bonita en algn tiempo.S
replic Darcy, sin poder contenerse por ms tiempo, pero eso fue
cuando empec aconocerla, porque hace ya muchos meses que la
considero
como una de las mujeres ms bellas que hevisto.Dicho esto, se fue y
la seorita Bingley se qued muy satisfecha de haberle obligado a decir
lo queslo a ella le dola.Camino de Lambton, la seora Gardiner y
Elizabeth
comentaron todo lo ocurrido en la visita,menos lo que ms les
interesaba
a las dos. Discutieron el aspecto y la conducta de todos, sin referirse
a lapersona a la que ms atencin haban dedicado. Hablaron de su
169
hermana, de sus amigos, de su casa, de susfrutas, de todo menos de l
mismo, a pesar del deseo de Elizabeth de saber lo que la seora
Gardinerpensaba
de Darcy, y de lo mucho que sta se habra alegrado de que
su sobrina entrase en materia.CAPTULO XLVIAl llegar a Lambton, le
disgust a Elizabeth no encontrar carta de Jane; el disgusto se renov
todaslas
maanas, pero a la tercera recibi dos cartas a la vez, en una de las
cuales haba una nota diciendo quese haba extraviado y haba sido
desviada
a otro lugar, cosa que a Elizabeth no le sorprendi, porque Janehaba
puesto muy mal la direccin.En el momento en que llegaron las dos
cartas, se disponan a salir de paseo, y para dejarla que lasdisfrutase
tranquilamente, sus tos se marcharon solos. Elizabeth ley primero la
carta extraviada quellevaba un retraso de cinco das. Al principio
relataba
las pequeas tertulias e invitaciones, y daba las pocasnoticias que el
campo permita; pero la ltima mitad, fechada un da despus y escrita
con evidenteagitacin, deca cosas mucho ms importantes:Despus
de
haber escrito lo anterior, queridsima Elizabeth, ha ocurrido algo muy
serio
einesperado; pero no te alarmes todos estamos bien. Lo que voy a
decirte
se refiere a la pobre Lydia. Anochea las once, cuando nos bamos a
acostar, lleg un expreso enviado por el coronel Forster para
informarnosde
que nuestra hermana se haba escapado a Escocia con uno de los
oficiales; para no andar con rodeos: conWickham. Imagnate nuestra
sorpresa.
Sin embargo, a Catherine no le pareci nada sorprendente. Estoymuy
triste. Qu imprudencia por parte de ambos! Pero quiero esperar lo
mejor y que Wickham no sea tanmalo como se ha credo, que no sea
ms
que ligero e indiscreto; pues lo que ha hecho alegrmonos deello
no
indica mal corazn. Su eleccin, al fin y al cabo, es desinteresada,
porque
sabe que nuestro padreno le puede dar nada a Lydia. Nuestra pobre
madre
est consternada. Pap lo lleva mejor. Qu bienhicimos en no decirles
lo que supimos de Wickham! Nosotras mismas debemos olvidarlo. Se
supone que sefugaron el sbado a las doce aproximadamente, pero no
se
les ech de menos hasta ayer a las ocho de lamaana. Inmediatamente
mandaron el expreso. Querida Elizabeth, han debido pasar a menos de
diezmillas de vosotros! El coronel Forster dice que vendr en seguida.
Lydia dej escritas algunas lneas para laLibrodot Orgullo y prejuicio
Jane
AustenLibrodot118118seora Forster comunicndole sus propsitos.
Tengo que acabar, pues no puedo extenderme a causa de mipobre
madre.
Temo que no entiendas lo escrito, pues ni siquiera s lo que he puesto.
Sin tomar tiempo para meditar y sin saber apenas lo que senta al
acabar la lectura de esta carta,Elizabeth abri la otra con impaciencia y
ley lo que sigue, escrito un da despus:A estas horas, queridsima
170
hermana, habrs recibido mi apresurada carta. Ojal la presente
seams
inteligible; pero, aunque dispongo de tiempo, mi cabeza est tan
aturdida
que no puedo ser coherente.Eliza querida, preferira no escribirte, pero
tengo malas noticias que darte y no puedo aplazarlas. Por
muyimprudente
que pueda ser la boda de Wickham y nuestra pobre Lydia, estamos
ansiosos de saber que ya seha realizado, pues hay sobradas razones
para temer que no hayan ido a Escocia. El coronel Forster llegayer;
sali
de Brighton pocas horas despus que el propio. A pesar de que la carta
de Lydia a la seoraForster daba a entender que iba a Gretna Green,
Denny dijo que l estaba enterado y que Wickham jamspens en ir all
ni casarse con Lydia; el coronel Forster, al saberlo, se alarm y sali al
punto de Brightoncon la idea de darles alcance. Sigui, en efecto, su
rastro
con facilidad hasta Clapham, pero no pudocontinuar adelante, porque
ellos al llegar a dicho punto tomaron un coche de alquiler dejando la
silla depostas que los haba llevado desde Epsom. Y ya no se sabe
nada
ms sino que se les vio tomar el camino deLondres. No s qu pensar.
Despus de haber hecho todas las investigaciones posibles de all a
Londres,
elcoronel Forster vino a Hertfordshire para repetirlas en todos los
portazgos y hosteras de Barnet y Hatfield,pero sin ningn resultado;
nadie
ha visto por all a esas personas. Con el mayor pesar lleg a Longbourn
adarnos cuenta de todo, de un modo que le honra. Estoy de veras
apenada por l y por su esposa; nadie podrrecriminarles. Nuestra
afliccin
es muy grande. Pap y mam esperan lo peor, pero yo no puedo
creer queWickham sea tan malvado. Muchas circunstancias pueden
haberles
impulsado a casarse en secreto en lacapital en vez de seguir su primer
plan; y aun en el caso de que l hubiese tramado la perdicin de
unamuchacha de buena familia como Lydia, cosa que no es probable,
he
de creerla a ella tan perdida?Imposible. Me desola, no obstante, ver que
el coronel Forster no confa en que se hayan casado; cuando yole dije
mis
esperanzas, sacudi la cabeza y manifest su temor de que Wickham
no
sea de fiar. Mi pobremadre est enferma de veras y no sale de su
cuarto.
En cuanto a mi padre, nunca le he visto tan afectado. Lapobre Catherine
est desesperada por haber encubierto los amores de Lydia y Wickham,
pero no hay queextraarse de que las nias se hiciesen confidencias.
Queridsima Lizzy, me alegro sinceramente de que tehayas ahorrado
estas
dolorosas escenas. Pero ahora que el primer golpe ya ha pasado, te
confieso queanhelo tu regreso. No soy egosta, sin embargo, hasta el
extremo
de rogarte que vuelvas si no puedes.Adis. Tomo de nuevo la pluma
para hacer lo que acabo de decirte que no hara, pero las circunstancias
sontales que no puedo menos que suplicaros a los tres que vengis
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cuanto antes. Conozco tan bien a nuestrosqueridos tos, que no dudo
que
accedern. A nuestro to tengo, adems, que pedirle otra cosa. Mi padre
va air a Londres con el coronel Forster para ver si la encuentran. No s
qu piensan hacer, pero est tan abatidoque no podr tomar las
medidas
mejores y ms expeditivas, y el coronel Forster no tiene ms remedio
queestar en Brighton maana por la noche. En esta situacin, los
consejos
y la asistencia de nuestro to serande gran utilidad. l se har cargo de
esto; cuento con su bondad.Dnde, dnde est mi to? exclam
Elizabeth alzndose de la silla en cuanto termin de leery resuelta a no
perder un solo instante; pero al llegar a la puerta, un criado la abra y
entraba
Darcy. Elplido semblante y el mpetu de Elizabeth le asustaron.
Antes de que l se hubiese podido recobrar losuficiente para dirigirle la
palabra, Elizabeth, que no poda pensar ms que en la situacin de
Lydia,
exclam precipitadamente:Perdneme, pero tengo que dejarle;
necesito
hablar inmediatamente con el seor Gardiner de unasunto que no
puede demorarse; no hay tiempo que perder.Dios mo! De qu se
trata?
pregunt l con ms sentimiento que cortesa; despus,
reponindose, dijo: No quiero detenerla ni un minuto; pero permtame
que sea yo el que vaya en buscade los seores Gardiner o mande
a un criado. Usted no puede ir en esas condiciones.Elizabeth dud; pero
le temblaban las rodillas y comprendi que no ganara nada con tratar
dealcanzarlos. Por consiguiente, llam al criado y le encarg que trajera
sin dilacin a sus seores, aunque diola orden con voz tan apagada que
casi no se le oa.Comment: Gretna Green: Lugarsituado en Escocia, al
lado
de lafrontera con Inglaterra, donde lasparejas fugadas podan casarse
sinlas restricciones de la ley inglesa.Comment: Clapham: Entoncesun
pueblo (ahora un barriodensamente poblado) al sur delTmesis.
Comment: Epson: Una ciudadse Surrey, famosa entonces por
susbalnearios
y ahora centroresidencial conocido por suscarreras de caballos,
como elDerby.Comment: Barnet y Hatfeld: Seencuentra en la
carretera
generaldel norte, la principal va decomunicacin con Escocia.Librodot
Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot119119Cuando el criado sali de
la estancia, Elizabeth se desplom en una silla, incapaz de sostenerse.
Pareca tan descompuesta, que Darcy no pudo dejarla sin decirle en
tono afectuoso y compasivo:Voy a llamar a su doncella. Qu podra
tomar para aliviarse? Un vaso de vino? Voy atrarselo. Usted est
enferma.
No, gracias contest Elizabeth tratando de serenarse. No se
trata de nada mo. Yo estoybien. Lo nico que me pasa es que estoy
desolada
por una horrible noticia que acabo de recibir deLongbourn.Al decir
esto rompi a llorar y estuvo unos minutos sin poder hablar. Darcy,
172
afligido y suspenso,no dijo ms que algunas vaguedades sobre su
inters
por ella, y luego la observ en silencio. Al finElizabeth prosigui:He
tenido carta de Jane y me da unas noticias espantosas que a nadie
pueden
ocultarse. Mihermana menor nos ha abandonado, se ha fugado, se
ha entregado a Wickham. Los dos se han escapadode Brighton.
Usted
conoce a Wickham demasiado bien para comprender lo que eso
significa.
Lydia notiene dinero ni nada que a l le haya podido tentar Est
perdida
para siempre.Darcy se qued inmvil de estupor.Cuando pienso
aadi Elizabeth an ms agitada que yo habra podido evitarlo!
Yo
quesaba quin era Wickham! Si hubiese explicado a mi familia slo
una
parte, algo de lo que supe de l! Si lehubiesen conocido, esto no habra
pasado. Pero ya es tarde para todo.Estoy horrorizado exclam
Darcy. Pero es cierto, absolutamente cierto?Por desgracia! Se
fueron
de Brighton el domingo por la noche y les han seguido las huellashasta
cerca de Londres, pero no ms all; es indudable que no han
ido a Escocia.Y qu se ha hecho, qu han intentado hacer para
encontrarla?
Mi padre ha ido a Londres y Jane escribe solicitando la inmediata
ayuda de mi to; espero quenos iremos dentro de media hora. Pero no
se puede hacer nada, s que no se puede hacer nada.
Cmoconvencer a
un hombre semejante? Cmo descubrirles? No tengo la menor
esperanza.
Se mire como semire es horrible.Darcy asinti con la cabeza en
silencio.
Oh, si cuando abr los ojos y vi quin era Wickham hubiese hecho
lo que deba! Pero no meatrev, tem excederme. Qu desdichado
error!Darcy no contest. Pareca que ni siquiera la escuchaba; paseaba
de
un lado a otro de la habitacinabsorto en sus cavilaciones, con el ceo
fruncido y el aire sombro. Elizabeth le observ, y al instante
locomprendi
todo. La atraccin que ejerca sobre l se haba terminado; todo se
haba
terminado anteaquella prueba de la indignidad de su familia y ante
la certeza de tan profunda desgracia. Ni le extraaba nipoda culparle.
Pero la creencia de que Darcy se haba recobrado, no consol su dolor
ni
atenu sudesesperacin. Al contrario, sirvi para que la joven se diese
cuenta de sus propios sentimientos, y nuncasinti tan sinceramente
como
en aquel momento que poda haberle amado, cuando ya todo amor
eraimposible.Pero ni esta consideracin logr distraerla. No pudo
apartar
de su pensamiento a Lydia, ni lahumillacin y el infortunio en que a
todos les haba sumido. Se cubri el rostro con un pauelo y olvidtodo
lo dems. Despus de un silencio de varios minutos, oy la voz de
Darcy
que de manera compasiva,aunque reservada, le deca:Me temo que
desea
que me vaya, y no hay nada que disculpe mi presencia; pero me ha
movidoun verdadero aunque intil inters. Ojal pudiese decirle o
173
hacer algo que la consolase en semejantedesgracia! Pero no quiero
atormentarla
con vanos deseos que pareceran formulados slo para que me
dieseusted las gracias. Creo que este desdichado asunto va a privar a
mi
hermana del gusto de verla a usted hoyen Pemberley.Librodot Orgullo y
prejuicio Jane AustenLibrodot120120Oh, s! Tenga la bondad de
excusarnos
ante la seorita Darcy. Dgale que cosas urgentes nosreclaman en
casa sin demora. Ocltele la triste verdad, aunque ya s que no va a
serle
muy fcil.Darcy le prometi ser discreto, se condoli de nuevo por la
desgracia, le dese que el asunto noacabase tan mal como poda
esperarse
y encargndole que saludase a sus parientes se despidi slo con
unamirada,
muy serio.Cuando Darcy sali de la habitacin, Elizabeth comprendi
cun poco probable era que volviesena verse con la cordialidad
que haba caracterizado sus encuentros en Derbyshire. Rememor la
historia
desus relaciones con Darcy, tan llena de contradicciones y de cambios,
y apreci la perversidad de lossentimientos que ahora le hacan desear
que aquellas relaciones continuasen, cuando antes le haban
hechoalegrarse
de que terminaran.Si la gratitud o la estima son buenas bases para
el afecto, la transformacin de los sentimientos deElizabeth no parecer
improbable ni condenable. Pero si no es as, si el inters que nace de
esto
es menosnatural y razonable que el que brota espontneamente, como
a
menudo se describe, del primer encuentro yantes de haber cambiado
dos
palabras con el objeto de dicho inters, no podr decirse en defensa
deElizabeth
ms que una cosa: que ensay con Wickham este sistema y que
los malos resultados que le dio laautorizaban quizs a inclinarse por el
otro mtodo, aunque fuese menos apasionante. Sea como sea, viosalir
a
Darcy con gran pesar, y este primer ejemplo de las desgracias que
poda
ocasionar la infamia deLydia aument la angustia que le causaba el
pensar
en aquel desastroso asunto.En cuanto ley la segunda carta de Jane,
no crey que Wickham quisiese casarse con Lydia. Nadiems que Jane
poda tener aquella esperanza. La sorpresa era el ltimo de sus
sentimientos.
Al leer laprimera carta se asombr de que Wickham fuera a casarse
con una muchacha que no era un buen partido yno entenda cmo Lydia
haba podido atraerle. Pero ahora lo vea todo claro. Lydia era bonita,
y aunque nosupona que se hubiese comprometido a fugarse sin
ninguna
intencin de matrimonio, Elizabeth saba queni su virtud ni su buen
juicio
podan preservarla de caer como presa fcil.Mientras el regimiento
estuvo
en Hertfordshire, jams not que Lydia se sintiese atrada
porWickham; pero estaba convencida de que slo necesitaba que le
hicieran
un poco de caso para enamorarsede cualquiera. Tan pronto le gustaba
un oficial como otro, segn las atenciones que stos le
174
dedicaban.Siempre haba mariposeado, sin ningn objeto fijo. Cmo
pagaban
ahora el abandono y la indulgencia enque haban criado a aquella
nia!No vea la hora de estar en casa para ver, or y estar all, y
compartir
con Jane los cuidados querequera aquella familia tan trastornada, con
el
padre ausente y la madre incapaz de ningn esfuerzo y a laque haba
que atender constantemente. Aunque estaba casi convencida de que no
se podra hacer nada porLydia, la ayuda de su to le pareca de mxima
importancia, por lo que hasta que le vio entrar en lahabitacin padeci el
suplicio de una impaciente espera. Los seores Gardiner regresaron
presurosos
yalarmados, creyendo, por lo que le haba contado el criado, que
su sobrina se haba puesto enfermarepentinamente. Elizabeth les
tranquiliz
sobre este punto y les comunic en seguida la causa de sullamada
leyndoles las dos cartas e insistiendo en la posdata con trmula
energa.
Aunque los seoresGardiner nunca haban querido mucho a Lydia,
la noticia les afect profundamente. La desgracia alcanzabano slo a
Lydia,
sino a todos. Despus de las primeras exclamaciones de sorpresa y
de horror, el seorGardiner ofreci toda la ayuda que estuviese en su
mano. Elizabeth no esperaba menos y les dio las graciascon lgrimas
en
los ojos. Movidos los tres por un mismo espritu dispusieron todo para el
viajerpidamente.Y qu haremos con Pemberley? pregunt la
seora
Gardiner. John nos ha dicho que elseor Darcy estaba aqu cuando
le mandaste a buscarnos. Es cierto?S; le dije que no estbamos en
disposicin
de cumplir nuestro compromiso. Eso ya estarreglado. Eso ya
est arreglado repiti la seora Gardiner mientras corra al otro cuarto
a prepararse.Estn en tan estrechas relaciones como para haberle
revelado
la verdad? Cmo me gustara descubrir loque ha pasado!Librodot
Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot121121Pero su curiosidad era
intil. A lo sumo le sirvi para entretenerse en la prisa y la confusin de
lahora siguiente. Si Elizabeth se hubiese podido estar con los brazos
cruzados,
habra credo que unadesdichada como ella era incapaz de cualquier
trabajo, pero estaba tan ocupada como su ta y, para colmo,haba
que escribir tarjetas a todos los amigos de Lambton para explicarles con
falsas excusas su repentinamarcha. En una hora estuvo todo
despachado.
El seor Gardiner liquid mientras tanto la cuenta de lafonda y ya no
falt
ms que partir. Despus de la tristeza de la maana, Elizabeth se
encontr
en menostiempo del que haba supuesto sentada en el coche y camin
de Longbourn.CAPTULO XLVIIHe estado pensndolo otra vez,
Elizabeth le dijo su to cuando salan de la ciudad, yfinalmente,
despus
de serias consideraciones, me siento inclinado a adoptar el parecer
de tu hermanamayor. Me parece poco probable que Wickham quiera
175
hacer dao a una muchacha que no carece deproteccin ni de amigos y
que estaba viviendo con la familia Forster. No iba a suponer que los
amigos
de lachica se quedaran con los brazos cruzados, ni que l volvera a
ser admitido en el regimiento tras tamaaofensa a su coronel. La
tentacin
no es proporcional al riesgo.Lo crees as de veras? pregunt
Elizabeth animndose por un momento.Yo tambin empiezo a ser de
la opinin de tu to dijo la seora Gardiner. Es una
violacindemasiado
grande de la decencia, del honor y del propio inters, para haber
obrado tan a la ligera. Nopuedo admitir que Wickham sea tan insensato.
Y t misma, Elizabeth, le tienes en tan mal concepto paracreerle capaz
de una locura semejante?No lo creo capaz de olvidar su propia
conveniencia,
pero s de olvidar todo lo que no se refiera aello. Ojal fuese como
vosotros decs! Yo no me atrevo a esperarlo. Y si no, por qu no han
ido aEscocia?En primer lugar contest el seor Gardiner, no hay
pruebas de que no hayan ido.Qu mejor prueba que el haber dejado
la silla de postas y haber tomado un coche de alquiler?Adems, no
pasaron
por el camino de Barnet.Bueno, supongamos que estn en Londres.
Pueden no haberlo hecho ms que con el propsitode ocultarse. No
es probable que ninguno de los dos ande sobrado de dinero, y habrn
credo que les saldrams barato casarse en Londres que en Escocia,
aunque
les sea ms difcil.Pero a qu ese secreto? Por qu tienen que
casarse
a escondidas? Sabes por Jane que el msntimo amigo de Wickham
asegura que nunca pens casarse con Lydia. Wickham no se casar
jams
conuna mujer que no tenga dinero, porque l no puede afrontar lo
gastos
de un matrimonio. Y qumerecimientos tiene Lydia, qu atractivos,
aparte de su salud, de su juventud y de su buen humor, para
queWickham renuncie por ella a la posibilidad de hacer un buen
casamiento?
No puedo apreciar con exactitudhasta qu punto le ha de perjudicar
en el Cuerpo una fuga deshonrosa, pues ignoro las medidas que
setoman
en estos casos, pero en cuanto a tus restantes objeciones, me parece
difcil que puedan sostenerse.Lydia no tiene hermanos que tomen
cartas
en el asunto; y dado el carcter de mi padre, su indolencia y lapoca
atencin
que siempre ha prestado a su familia, Wickham ha podido creer que
no se lo tomara muy ala tremenda.Pero cmo supones que Lydia
sea
tan inconsiderada para todo lo que no sea amarle, queconsienta en vivir
con l de otra manera que siendo su mujer legtima?As parece
replic Elizabeth con los ojos llenos de lgrimas, y es espantoso
tener
que dudarde la decencia y de la virtud de una hermana. Pero en
realidad
no s qu decir. Tal vez la juzgo mal, pero esmuy joven, nunca se le
ha acostumbrado a pensar en cosas serias, y durante el ltimo medio
176
ao, o msbien durante un ao entero, no ha hecho ms que correr en
pos de las diversiones y de la vanidad. Se le haLibrodot Orgullo y
prejuicio
Jane AustenLibrodot122122dejado que se entregara al ocio y a la
frivolidad
y que no hiciese ms que lo que se le antojaba. Desde quela
guarnicin del condado se acuartel en Meryton, no pens ms que en
el
amor, en el coqueteo y en losoficiales. Hizo todo lo que pudo para
excitar,
cmo lo dira?, la susceptibilidad de sus sentimientos, que yason lo
bastante vivos por naturaleza. Y todos sabemos que Wickham posee en
su persona y en su tratotodos los encantos que pueden cautivar a una
mujer.Pero ya ves insisti su ta que tu hermana no cree a
Wickham capaz de tal atentado.Jane nunca cree nada malo de nadie.
Y
mucho menos tratndose de una cosa as, hasta que no selo hayan
demostrado.
Pero Jane sabe tan bien como yo quin es Wickham. Las dos
sabemos que es unlibertino en toda la extensin de la palabra, que
carece
de integridad y de honor y que es tan falso yengaoso como atractivo.

Ests segura? pregunt la seora Gardiner que arda en deseos


de conocer la fuente deinformacin de su sobrina.Segursima
replic
Elizabeth, sonrojndose. Ya te habl el otro da de su infame
conductacon
el seor Darcy, y t misma oste la ltima vez en Longbourn de qu
manera hablaba del hombre quecon tanta indulgencia y generosidad le
ha tratado. Y an hay otra circunstancia que no estoy autorizada que
no vale la pena contar. Lo cierto es que sus embustes sobre la familia
de
Pemberley no tienen fin. Porlo que nos haba dicho de la seorita Darcy,
yo cre que sera una muchacha altiva, reservada y antiptica.Sin
embargo,
l saba que era todo lo contrario. El debe saber muy bien, como
nosotros
hemoscomprobado, cun afectuosa y sencilla es.Y Lydia no est
enterada de nada de eso? Cmo ignora lo que Jane y t sabis?
Tienes razn. Hasta que estuve en Kent y trat al seor Darcy y a
su primo el coronelFitzwilliam, yo tampoco lo supe. Cuando llegu a mi
casa, la guarnicin del condado iba a salir de Merytondentro de tres
semanas,
de modo que ni Jane, a quien inform de todo, ni yo cremos necesario
divulgarlo;porque qu utilidad tendra que echsemos a perder
la buena opinin que tenan de l en Hertfordshire? Ycuando se decidi
que Lydia ira con los seores Forster a Brighton, jams se me ocurri
descubrirle laverdadera personalidad de Wickham, pues no me pas por
la cabeza que corriera ningn peligro de esetipo. Ya comprenderis que
estaba lejos de sospechar que hubiesen de derivarse tan funestas
consecuencias.
Cuando trasladaron la guarnicin a Brighton, no tenas idea
de que hubiese algo entre ellos?Ni la ms mnima. No recuerdo haber
notado ninguna seal de afecto ni por parte del uno ni porparte del otro.
177
Si hubiese habido algo, buena es mi familia para que les pasara
inadvertido!
CuandoWickham entr en el Cuerpo, a Lydia le gust mucho, pero
no ms que a todas nosotras. Todas las chicasde Meryton y de los
alrededores
perdieron la cabeza por l durante los dos primeros meses, pero l
nuncahizo a Lydia ningn caso especial, por lo que despus de un
perodo
de admiracin extravagante ydesenfrenada, dej de acordarse de l y
se dedic a otros oficiales que le prestaban mayor atencin.Aunque
pocas
cosas nuevas podan aadir a sus temores, esperanzas y conjeturas
sobre taninteresante asunto, los viajeros lo debatieron durante todo el
camino.
Elizabeth no poda pensar en otracosa. La ms punzante de todas
las angustias, el reproche a s misma, le impeda encontrar el
menorintervalo
de alivio o de olvido.Anduvieron lo ms de prisa que pudieron, pasaron
la noche en una posada, y llegaron a Longbournal da siguiente, a
la hora de comer. El nico consuelo de Elizabeth fue que no habra
hecho
esperar a Janedemasiado.Los pequeos Gardiner, atrados al ver un
carruaje,
esperaban de pie en las escaleras de la casamientras ste atravesaba
el camino de entrada. Cuando el coche par en la puerta, la alegre
sorpresa
quebrillaba en sus rostros y retozaba por todo su cuerpo hacindoles
dar saltos, fue el preludio de subienvenida.Elizabeth les dio un beso a
cada uno y corri al vestbulo, en donde se encontr con Jane
quebajaba
a toda prisa de la habitacin de su madre.Librodot Orgullo y prejuicio
Jane
AustenLibrodot123123Se abrazaron con efusin, con los ojos llenos de
lgrimas, y Elizabeth pregunt sin perder unsegundo si se haba sabido
algo de los fugitivos.Todava no respondi Jane, pero ahora que
ya ha llegado nuestro querido to, espero quetodo vaya bien.Est
pap
en la capital?S, se fue el martes, como te escrib.Y qu noticias
habis tenido de l?Pocas. El mircoles me puso unas lneas
dicindome
que haba llegado bien y dndome sudireccin, como yo le haba
pedido.
Slo aada que no volvera a escribir hasta que tuviese algoimportante
que comunicarnos.Y mam, cmo est? Cmo estis todas?
Mam est bien, segn veo, aunque muy abatida. Est arriba y
tendr gran satisfaccin en verosa todos. Todava no sale de su cuarto.
Mary y Catherine se encuentran perfectamente, gracias a Dios.Y t,
cmo te encuentras? pregunt Elizabeth. Ests plida. Cunto
habrs
tenido quepasar! Pero Jane asegur que estaba muy bien. Mientras
tanto, los seores Gardiner, que haban estadoocupados con sus hijos,
llegaron y pusieron fin a la conversacin de las dos hermanas. Jane
corri
hacia sustos y les dio la bienvenida y las gracias entre lgrimas y
sonrisas.Una vez reunidos en el saln, las preguntas hechas por
Elizabeth
fueron repetidas por los otros, yvieron que la pobre Jane no tena
178
ninguna novedad. Pero su ardiente confianza en que todo acabara bien
nola haba abandonado; todava esperaba que una de esas maanas
llegara
una carta de Lydia o de su padreexplicando los sucesos y anunciando
quiz el casamiento.La seora Bennet, a cuya habitacin subieron
todos despus de su breve conversacin, les recibicomo era de
suponer:
con lgrimas y lamentaciones, improperios contra la villana conducta de
Wickham yquejas por sus propios sufrimientos, echndole la culpa a
todo
el mundo menos a quien, por su tolerancia ypoco juicio, se deban
principalmente los errores de su hija.Si hubiera podido deca
realizar
mi proyecto de ir a Brighton con toda mi familia, eso nohabra ocurrido;
pero la pobre Lydia no tuvo a nadie que cuidase de ella. Los Forster
no tenan que haberlaperdido de su vista. Si la hubiesen vigilado bien,
no
habra hecho una cosa as, Lydia no es de esa clase dechicas. Siempre
supe
que los Forster eran muy poco indicados para hacerse cargo de ella,
pero a m no seme hizo caso, como siempre. Pobre nia ma! Y ahora
Bennet se ha ido y supongo que desafiar aWickham dondequiera que
le
encuentre, y como morir en el lance, qu va a ser de nosotras?. Los
Collinsnos
echarn de aqu antes de que l est fro en su tumba, y si t,
hermano mo, no nos asistes, no s quharemos.Todos protestaron
contra
tan terrorficas ideas. El seor Gardiner le asegur que no les faltara
suamparo y dijo que pensaba estar en Londres al da siguiente para
ayudar
al seor Bennet con todo suesfuerzo para encontrar a Lydia.No os
alarmis intilmente aadi; aunque bien est prepararse para lo
peor, tampoco debedarse por seguro. Todava no hace una semana que
salieron de Brighton. En pocos das ms averiguaremosalgo; y hasta
que
no sepamos que no estn casados y que no tienen intenciones de
estarlo,
no demos elasunto por perdido. En cuanto llegue a Londres recoger a
mi hermano y me lo llevar a GracechurchStreet; juntos deliberaremos
lo
que haya que hacer.Oh, querido hermano mo! exclam la seora
Bennet,
se es justamente mi mayor deseo.Cuando llegues a Londres,
encuntralos
dondequiera que estn, y si no estn casados, haz que se casen.
Noles permitas que demoren la boda por el traje de novia, dile a Lydia
que tendr todo el dinero que quierapara comprrselo despus. Y sobre
todo, impide que Bennet se bata en duelo con Wickham. Dile en
elhorrible
estado en que me encuentro: destrozada, trastornada, con tal temblor
y agitacin, talesconvulsiones en el costado, tales dolores de cabeza
y tales palpitaciones que no puedo reposar ni de da niLibrodot Orgullo
y prejuicio Jane AustenLibrodot124124de noche. Y dile a mi querida
Lydia
que no encargue sus trajes hasta que me haya visto, pues ella no
sabecules
son los mejores almacenes. Oh, hermano! Qu bueno eres! S
179
que t lo arreglars todo.El seor Gardiner le repiti que hara todo lo
que pudiera y le recomend que moderase susesperanzas y sus
temores.
Convers con ella de este modo hasta que la comida estuvo en la
mesa, y
la dejque se desahogase con el ama de llaves que la asista en
ausencia
de sus hijas.Aunque su hermano y su cuada estaban convencidos de
que no haba motivo para que no bajara acomer, no se atrevieron a
pedirle
que se sentara con ellos a la mesa, porque teman su imprudencia
delantede
los criados y creyeron preferible que slo una de ellas, en la que
ms podan confiar, se enterase de suscuitas.En el comedor
aparecieron
Mary y Catherine que haban estado demasiado ocupadas en
sushabitaciones
para presentarse antes. La una acababa de dejar sus libros y la otra
su tocador. Pero tanto launa como la otra estaban muy tranquilas y no
parecan alteradas. Slo la segunda tena un acento mscolrico que de
costumbre, sea por la prdida de la hermana favorita o por la rabia de
no
hallarse ella en sulugar. Poco despus de sentarse a la mesa, Mary,
muy
segura de s misma, cuchiche con Elizabeth conaires de gravedad en
su
reflexin:Es un asunto muy desdichado y probablemente ser muy
comentado;
pero hemos desobreponernos a la oleada de la malicia y derramar
sobre nuestros pechos heridos el blsamo del consuelofraternal.Al
llegar aqu not que Elizabeth no tena ganas de contestar, y aadi:
Aunque sea una desgracia para Lydia, para nosotras puede ser
una leccin provechosa: laprdida de la virtud en la mujer es
irreparable;
un solo paso en falso lleva en s la ruina final; su reputacinno es menos
frgil que su belleza, y nunca ser lo bastante cautelosa en su
comportamiento
hacia lasindignidades del otro sexo.Elizabeth, atnita, alz los
ojos, pero estaba demasiado angustiada para responder. Mary
continuconsolndose
con moralejas por el estilo extradas del infortunio que tenan
ante ellos.Por la tarde las dos hijas mayores de los Bennet pudieron
estar solas durante media hora, yElizabeth aprovech al instante la
oportunidad
para hacer algunas preguntas que Jane tena igual deseo decontestar.
Despus de lamentarse juntas de las terribles consecuencias del
suceso,
que Elizabeth daba porciertas y que la otra no poda asegurar que
fuesen imposibles, la primera dijo:Cuntame todo lo que yo no sepa.
Dame
ms detalles. Qu dijo el coronel Forster? No tenaninguna sospecha
de la fuga? Deban verlos siempre juntos.El coronel Forster confes
que alguna vez not algn inters, especialmente por parte de Lydia,
pero no vio nada que le alarmase. Me da pena de l. Estuvo de lo ms
atento y amable. Se dispona a venira vernos antes de saber que no
haban
ido a Escocia, y cuando se presumi que estaban en Londres,apresur
su viaje.Y Denny, testaba convencido de que Wickham no se
casara?
180
Saba que iban a fugarse? Havisto a Denny el coronel Forster?S,
pero
cuando le interrog, Denny dijo que no estaba enterado de nada y se
neg a dar suverdadera opinin sobre el asunto. No repiti su
conviccin
de que no se casaran y por eso pienso que a lomejor lo interpret
mal.Supongo que hasta que vino el coronel Forster, nadie de la casa
dud de que estuviesen casados.Cmo se nos iba a ocurrir tal
cosa?
Yo me sent triste porque s que es difcil que mi hermana sea
felizcasndose
con Wickham debido a sus psimos antecedentes. Nuestros padres
no saban nada de eso, perose dieron cuenta de lo imprudente de
semejante
boda. Entonces Catherine confes, muy satisfecha de saberms que
nosotros, que la ltima carta de Lydia ya daba a entender lo que
tramaban.
Parece que le deca quese amaban desde haca unas semanas.
Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot125125Pero no
antes de irse a Brighton.Creo que no.Y el coronel Forster, tiene
mal
concepto de Wickham? Sabe cmo es en realidad?He de confesar
que
no habl tan bien de l como antes. Le tiene por imprudente y
manirroto.
Yse dice que ha dejado en Meryton grandes deudas, pero yo espero
que
no sea cierto.Oh, Jane! Si no hubisemos sido tan reservadas y
hubiramos
dicho lo que sabamos deWickham, esto no habra sucedido.Tal
vez habra sido mejor repuso su hermana, pero no es justo publicar
las faltas del pasadode una persona, ignorando si se ha corregido.
Nosotras
obramos de buena fe.Repiti el coronel Forster los detalles de la
nota que Lydia dej a su mujer?La trajo consigo para ensernosla.
Jane la sac de su cartera y se la dio a Elizabeth. ste era su
contenido:
Querida Harriet: Te vas a rer al saber adnde me he ido, y ni yo
puedo dejar de rerme pensandoen el susto que te llevars maana
cuando
no me encuentres. Me marcho a Gretna Green, y si no adivinascon
quin, creer que eres una tonta, pues es el nico hombre a quien amo
en
el mundo, por lo que no creohacer ningn disparate yndome con l. Si
no quieres, no se lo digas a los de mi casa, pues as ser mayorsu
sorpresa
cuando les escriba y firme Lydia Wickham. Ser una broma estupenda!
Casi no puedo escribirde risa. Te ruego que me excuses con Pratt por
no cumplir mi compromiso de bailar con l esta noche; dileque espero
que me perdone cuando lo sepa todo, y tambin que bailar con l con
mucho gusto en el primerbaile en que nos encontremos. Mandar por
mis trajes cuando vaya a Longbourn, pero dile a Sally quearregle el
corte
del vestido de muselina de casa antes de que lo empaquetes. Adis.
Dale
recuerdos alcoronel Forster. Espero que brindaris por nuestro feliz
viaje.
Afectuosos saludos de tu amiga,Lydia Bennet.Oh, Lydia, qu
inconsciente!
Qu inconsciente! exclam Elizabeth al acabar de
181
leer.Qu carta para estar escrita en semejante momento! Pero al
menos
parece que se tomaba en serio el objetode su viaje; no sabemos a qu
puede haberla arrastrado Wickham, pero el propsito de Lydia no era
taninfame.
Pobre padre mo! Cunto lo habr sentido!Nunca vi a nadie
tan abrumado. Estuvo diez minutos sin poder decir una palabra. Mam
se pusomala en seguida. Haba tal confusin en toda la casa!Hubo
algn
criado que no se enterase de toda la historia antes de terminar el
da?No s, creo que no. Pero era muy difcil ser cauteloso en
aquellos
momentos. Mam se pusohistrica y aunque yo la asist lo mejor que
pude,
no s si hice lo que deba. El horror de lo que habasucedido casi me
hizo perder el sentido.Te has sacrificado demasiado por mam; no
tienes
buena cara. Ojal hubiese estado yo a tulado! As habras podido
cuidarte t.Mary y Catherine se portaron muy bien y no dudo que me
habran ayudado, pero no lo creconveniente para ninguna de las dos;
Catherine es dbil y delicada, y Mary estudia tanto que sus horas
dereposo
no deben ser interrumpidas. Ta Philips vino a Longbourn el martes,
despus de marcharse pap, yfue tan buena que se qued conmigo
hasta el jueves. Nos ayud y anim mucho a todas. Lady Lucas
estuvotambin
muy amable: vino el viernes por la maana para condolerse y
ofrecernos sus servicios en todo loque le fuera posible y enviarnos a
cualquiera
de sus hijas si creamos que podran sernos tiles.Ms habra
valido que se hubiese quedado en su casa dijo Elizabeth; puede
que
susintenciones fueran buenas; pero en desgracias como sta se debe
rehuir
de los vecinos. No puedenayudarnos y su condolencia es ofensiva.
Que se complazcan criticndonos a distancia!Librodot Orgullo y
prejuicio
Jane AustenLibrodot126126Pregunt entonces cules eran las medidas
que pensaba tomar su padre en la capital con objeto deencontrar a su
hija.
Creo que tena intencin de ir a Epsom contest Jane, que es
donde ellos cambiaron decaballos por ltima vez; hablar con los
postillones
y ver qu puede sonsacarles. Su principal objetivo esdescubrir el
nmero del coche de alquiler con el que salieron de Clapham; que haba
llegado de Londrescon un pasajero; y como mi padre opina que el
hecho
de que un caballero y una dama cambien de carruajepuede ser
advertido,
quiere hacer averiguaciones en Clapham. Si pudiese descubrir la casa
en la que elcochero dej al viajero no sera difcil averiguar el tipo de
coche
que era y el nmero. No s qu otrosplanes tendra; pero tena tal
prisa por irse y estaba tan desolado que slo pude sacarle esto.
CAPTULO XLVIIITodos esperaban carta del seor Bennet a la maana
siguiente; pero lleg el correo y no trajo niuna lnea suya. Su familia
saba que no era muy aficionado a escribir, pero en aquella ocasin
182
crean quebien poda hacer una excepcin. Se vieron, por tanto,
obligados
a suponer que no haba buenas noticias;pero incluso en ese caso,
preferan
tener la certeza. El seor Gardiner esper slo a que llegase el correo
yse march.Cuando se fue todos se quedaron con la seguridad de
que as, al menos tendran constanteinformacin de lo que ocurriese. El
seor Gardiner les prometi persuadir al seor Bennet de que
regresaraa
Longbourn cuanto antes para consuelo de su esposa, que consideraba
su
vuelta como nica garanta deque no morira en el duelo.La seora
Gardiner
y sus hijos permaneceran en Hertfordshire unos das ms, pues sta
crea quesu presencia sera til a sus sobrinas. Las ayudaba a cuidar a
la seora Bennet y les serva de gran alivio ensus horas libres. Su otra
ta
las visitaba a menudo con el fin, segn deca, de darles nimos; pero
comosiempre
les contaba algn nuevo ejemplo de los despilfarros y de la
falta de escrpulos de Wickham, raravez se marchaba sin dejarlas an
ms descorazonadas.Todo Meryton se empeaba en desacreditar al
hombre que slo tres meses antes haba sidoconsiderado como un
ngel
de luz. Se deca que deba dinero en todos los comercios de la ciudad, y
susintrigas, honradas con el nombre de seducciones, se extendan a
todas
las familias de los comerciantes.Todo el mundo afirmaba que era el
joven
ms perverso del mundo, y empezaron a decir que siempre
habandesconfiado
de su aparente bondad. Elizabeth, a pesar de no dar crdito ni a
la mitad de lo quemurmuraban, crea lo bastante para afianzar su previa
creencia en la ruina de su hermana, y hasta Janecomenz a perder las
esperanzas,
especialmente cuando lleg el momento en que, de haber ido a
Escocia,se habran recibido ya noticias suyas.El seor Gardiner sali de
Longbourn el domingo y el martes tuvo carta su mujer. Le deca que asu
llegada haba ido en seguida en busca de su cuado y se lo haba
llevado
a Gracechurch Street; que elseor Bennet haba estado en Epsom y en
Clapham, pero sin ningn resultado, y que ahora quera preguntaren
todas
las principales hosteras de la ciudad, pues crea posible que se
hubiesen
albergado en una de ellasa su llegada a Londres, antes de procurarse
otro alojamiento. El seor Gardiner opinaba que esta tentativaera intil,
pero como su cuado estaba empeado en llevarla a cabo, le ayudara.
Aada que el seorBennet se negaba a irse de Londres, y prometa
escribir en breve. En una posdata deca lo siguiente:He escrito al
coronel
Forster suplicndole que averige entre los amigos del regimiento
siWickham tiene parientes o relaciones que puedan saber en qu parte
de
la ciudad estar oculto. Si hubiesealguien a quien se pudiera acudir con
alguna probabilidad de obtener esa pista, se adelantara mucho.
PorLibrodot
Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot127127ahora no hay nada
183
que nos oriente. No dudo que el coronel Forster har todo lo que est a
su alcance paracomplacernos, pero quiz Elizabeth pueda indicarnos
mejor que nadie si Wickham tiene algn pariente.Elizabeth comprendi
el porqu de esta alusin, pero no poda corresponder a ella. Jams
habaodo
decir si tena parientes aparte de su padre y su madre muertos haca
muchos aos. Pero era posible quealguno de sus compaeros fuera
capaz de dar mejor informacin, y aunque no era optimista,
considerabaacertado
preguntarlo.En Longbourn los das transcurran con gran ansiedad,
ansiedad que creca con la llegada delcorreo. Todas las maanas
esperaban
las cartas con impaciencia. Por carta habran de saber la mala o
buenamarcha del asunto, y cada da crean que iban a recibir alguna
noticia
de importancia.Pero antes de que volvieran a saber del seor Gardiner,
lleg de Hunsford una misiva para el seorBennet de su primo Collins.
Como Jane haba recibido la orden de leer en ausencia de su padre
todo lo querecibiese, abri la carta. Elizabeth, que saba cmo eran las
epstolas de Collins, ley tambin por encimadel hombro de su
hermana.
Deca as:Mi querido seor: Nuestro parentesco y mi situacin en la
vida
me llevan a darle miscondolencias por la grave afliccin que est
padeciendo,
de la que fuimos informados por una carta deHertfordshire.
No dude de que tanto la seora Collins como yo les acompaamos en el
sentimiento a ustedy a toda su respetable familia en la presente
calamidad,
que ha de ser muy amarga, puesto que el tiempo nola puede borrar.
No faltarn argumentos por mi parte para aliviar tan tremenda
desventura
o servir deconsuelo en circunstancias que para un padre han de ser
ms penosas que para todos los dems. La muertede una hija habra
sido
una bendicin comparada con esto. Y es ms lamentable porque hay
motivos
parasuponer, segn me dice mi querida Charlotte, que esa licenciosa
conducta de su hija procede de undeplorable exceso de indulgencia;
aunque al mismo tiempo y para consuelo suyo y de su esposa, me
inclinoa
pensar que deba de ser de naturaleza perversa, pues de otra suerte
no habra incurrido en tal atrocidad auna edad tan temprana. De todos
modos es usted digno de compasin, opinin que no slo comparte
laseora
Collins, sino tambin lady Catherine y su hija, a quienes he referido
el hecho. Estn de acuerdoconmigo en que ese mal paso de su hija
ser
perjudicial para la suerte de las dems; porque, quin comola propia
lady Catherine dice afablemente querr emparentar con semejante
familia?
Esta consideracinme mueve a recordar con la mayor satisfaccin
cierto suceso del pasado noviembre, pues a no haber ido lascosas
como
fueron, me vera ahora envuelto en toda la tristeza y desgracia de
ustedes.
Permtame, pues, quele aconseje, querido seor, que se resigne todo
184
lo que pueda y arranque a su indigna hija para siempre de sucorazn, y
deje que recoja ella los frutos de su abominable ofensa.El seor
Gardiner
no volvi a escribir hasta haber recibido contestacin del coronel
Forster, perono pudo decir nada bueno. No se saba que Wickham
tuviese
relacin con ningn pariente y se asegurabaque no tena ninguno
cercano.
Antiguamente haba tenido muchas amistades, pero desde su ingreso
en elejrcito pareca apartado de todo el mundo. No haba nadie,
por consiguiente, capaz de dar noticias de suparadero. Haba un
poderoso
motivo para que se ocultara, que vena a sumarse al temor de ser
descubiertopor
la familia de Lydia, y era que haba dejado tras s una gran
cantidad de deudas de juego. El coronelForster opinaba que seran
necesarias
ms de mil libras para clarear sus cuentas en Brighton. Mucho debaen
la ciudad, pero sus deudas de honor eran an ms elevadas. El seor
Gardiner no se atrevi a ocultarestos detalles a la familia de Longbourn.
Jane se horroriz:Un jugador! Eso no lo esperaba. No poda
imaginrmelo!Aada el seor Gardiner en su carta que el seor Bennet
iba a regresar a Longbourn al dasiguiente, que era sbado.
Desanimado
por el fracaso de sus pesquisas haba cedido a las instancias de
sucuado
para que se volviese a su casa y le dejase hacer a l mientras las
circunstancias
no fuesen mspropicias para una accin conjunta. Cuando se lo
dijeron a la seora Bennet, no demostr la satisfaccinque sus hijas
esperaban
en vista de sus inquietudes por la vida de su marido.Que viene
a casa y sin la pobre Lydia? exclam. No puedo creer que salga de
Londres sinhaberlos encontrado. Quin retar a Wickham y har que
se
case, si Bennet regresa?Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot128128Como
la seora Gardiner ya tena ganas de estar en su casa se
convino que se ira a Londres conlos nios aprovechando la vuelta del
seor Bennet. Por consiguiente, el coche de Longbourn les
condujohasta
la primera etapa de su camino y trajo de vuelta al seor Bennet.La
seora
Gardiner se fue perpleja an al pensar en el encuentro casual de
Elizabeth
y su amigo deDerbyshire en dicho lugar. Elizabeth se haba abstenido
de pronunciar su nombre, y aquella especie desemiesperanza que la
ta haba alimentado de que recibiran una carta de l al llegar a
Longbourn,
se habaquedado en nada. Desde su llegada, Elizabeth no haba tenido
ninguna carta de Pemberley.El desdichado estado de toda la familia
haca innecesaria cualquier otra excusa para explicar elabatimiento de
Elizabeth; nada, por lo tanto, poda conjeturarse sobre aquello, aunque
a
Elizabeth, que poraquel entonces saba a qu atenerse acerca de sus
sentimientos,
le constaba que, a no ser por Darcy, habrasoportado mejor sus
temores por la deshonra de Lydia. Se habra ahorrado una o dos
noches
185
de no dormir.El seor Bennet lleg con su acostumbrado aspecto de
filsofo.
Habl poco, como siempre; nodijo nada del motivo que le haba
impulsado
a regresar, y pas algn tiempo antes de que sus hijas tuvieranel
valor de hablar del tema.Por la tarde, cuando se reuni con ellas a la
hora
del t, Elizabeth se aventur a tocar la cuestin;expres en pocas
palabras
su pena por lo que su padre deba haber sufrido, y ste contest:
Djate. Quin iba a sufrir sino yo? Ha sido por mi culpa y est bien
que lo pague.No seas tan severo contigo mismo replic Elizabeth.
No
hay contemplaciones que valgan en males tan grandes. La naturaleza
humana
es demasiadopropensa a recurrir a ellas. No, Lizzy; deja que una
vez en la vida me d cuenta de lo mal que he obrado.No voy a morir de
la impresin; se me pasar bastante pronto.Crees que estn en
Londres?
S; dnde, si no podran estar tan bien escondidos?Y Lydia
siempre dese tanto ir a Londres! aadi Catherine.Entonces debe
de ser feliz dijo su padre framente y no saldr de all en mucho
tiempo.Despus de un corto silencio, prosigui:Lizzy, no me guardes
rencor por no haber seguido tus consejos del pasado mayo; lo
ocurridodemuestra
que eran acertados.En ese momento fueron interrumpidos
por Jane que vena a buscar el t para su madre.Mira qu bien!
exclam el seor Bennet. Eso presta cierta elegancia al infortunio!
Otroda har yo lo mismo: me quedar en la biblioteca con mi gorro de
dormir y mi batn y os dar todo eltrabajo que pueda, o acaso lo deje
para
cuando se escape Catherine Yo no voy a escaparme, pap!
grit Catherine furiosa. Si yo hubiese ido a Brighton, mehabra
portado
mejor que Lydia.T a Brighton! No me fiara de ti ni que fueras
nada ms que a la esquina! No, Catherine. Porfin he aprendido a ser
cauto,
y t lo has de sentir. No volver a entrar en esta casa un oficial aunque
vaya decamino. Los bailes quedarn absolutamente prohibidos, a
menos
que os acompae una de vuestrashermanas, y nunca saldris ni a la
puerta de la casa sin haber demostrado que habis vivido diez
minutosdel
da de un modo razonable.Catherine se tom en serio todas estas
amenazas y se puso a llorar.Bueno, bueno dijo el seor Bennet,
no
te pongas as. Si eres buena chica en los prximosdiez aos, en cuanto
pasen, te llevar a ver un desfile.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot129129CAPITULO
XLIXDos das despus de la vuelta del seor
Bennet, mientras Jane y Elizabeth paseaban juntas por elplanto de
arbustos de detrs de la casa, vieron al ama de llaves que vena hacia
ellas. Creyeron que iba allamarlas de parte de su madre y corrieron a su
encuentro; pero la mujer le dijo a Jane: Dispense que lainterrumpa,
seorita;
pero he supuesto que tendra usted alguna buena noticia de la
186
capital y por eso me hetomado la libertad de venir a preguntrselo.
Qu dice usted, Hill? No he sabido nada.Querida seorita!
exclam la seora Hill con gran asombro. Ignora que ha llegado
unpropio para el amo, enviado por el seor Gardiner? Ha estado aqu
media hora y el amo ha tenido una carta.Las dos muchachas se
precipitaron
hacia la casa, demasiado ansiosas para poder seguirconversando.
Pasaron
del vestbulo al comedor de all a la biblioteca, pero su padre no estaba
en ningunode esos sitios; iban a ver si estaba arriba con su madre,
cuando se encontraron con el mayordomo que lesdijo:Si buscan
ustedes
a mi amo, seoritas, lo encontrarn paseando por el sotillo.Jane y
Elizabeth
volvieron a atravesar el vestbulo y, cruzando el csped, corrieron
detrs de supadre que se encaminaba hacia un bosquecillo de al lado
de
la cerca.Jane, que no era tan ligera ni tena la costumbre de correr de
Elizabeth,
se qued atrs, mientras suhermana llegaba jadeante hasta su padre
y exclam:Qu noticias hay, pap? Qu noticias hay? Has sabido
algo de mi to?S, me ha mandado una carta por un propio.Y
qu nuevas trae, buenas o malas?Qu se puede esperar de bueno?
dijo el padre sacando la carta del bolsillo. Tomad, leed siqueris.
Elizabeth cogi la carta con impaciencia. Jane llegaba entonces.
Lela en voz alta pidi el seor Bennet, porque todava no s
de qu se trata.Gracechurch Street, lunes 2 de agosto.Mi querido
hermano:
Por fin puedo enviarte noticias de mi sobrina, y tales, en conjunto,
queespero te satisfagan. Poco despus de haberte marchado t el
sbado,
tuve la suerte de averiguar en quparte de Londres se encontraban. Los
detalles me los reservo para cuando nos veamos; bstete saber que
yaestn
descubiertos; les he visto a los dos.Entonces es lo que siempre he
esperado
exclam Jane. Estn casados!Elizabeth sigui leyendo:No estn
casados ni creo que tengan intencin de estarlo, pero si quieres cumplir
loscompromisos que me he permitido contraer en tu nombre, no pasar
mucho sin que lo estn. Todo lo quetienes que hacer es asegurar a tu
hija como dote su parte igual en las cinco mil libras que recibirn tus
hijasa
tu muerte y a la de tu esposa, y prometer que le pasars, mientras
vivas,
cien libras anuales. Estas son lascondiciones que, bien mirado, no he
vacilado en aceptar por ti, pues me crea autorizado para ello. Temando
la presente por un propio, pues no hay tiempo que perder para que me
des una contestacin.Comprenders fcilmente por todos los detalles
que la situacin del seor Wickham no es tan desesperadacomo se ha
credo. La gente se ha equivocado y me complazco en afirmar que
despus
de pagadas todas lasdeudas todava quedar algn dinerillo para
dotar a mi sobrina como adicin a su propia fortuna. Si, comoespero,
me
187
envas plenos poderes para actuar en tu nombre en todo este asunto,
dar
rdenes enseguida aHaggerston para que redacte el oportuno
documento.
No hay ninguna necesidad de que vuelvas a la capital;por consiguiente,
qudate tranquilo en Longbourn y confa en mi diligencia y cuidado.
Contstame cuantoLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot130130antes
y procura escribir con claridad. Hemos credo lo mejor
que mi sobrina salga de mi casa para ir acasarse, cosa que no dudo
aprobars.
Hoy va a venir. Volver a escribirte tan pronto como haya algo
nuevo.Tuyo,E. Gardiner.Es posible? exclam Elizabeth al
terminar
la carta. Ser posible que se case con ella?Entonces Wickham no
es tan despreciable como creamos observ Jane. Querido pap,
tedoy
la enhorabuena.Ya has contestado la carta?No, pero hay que
hacerlo
en seguida.Elizabeth le rog vehementemente que no lo demorase.
Querido pap, vuelve a casa y ponte a escribir inmediatamente.
Piensa lo importante que son losminutos en estos momentos.Deja
que
yo escriba por ti dijo Jane, si no quieres molestarte.Mucho me
molesta
repuso l, pero no hay ms remedio.Y regres con ellas a la casa.

Supongo que aceptars aadi Elizabeth.Aceptar! Si estoy


avergonzado
de que pida tan poco!Deben casarse! Aunque l sea como
es.S, s, deben casarse. No se puede hacer otra cosa. Pero hay dos
puntos
que quiero aclarar:primero, cunto dinero ha adelantado tu to para
resolver eso, y segundo, cmo voy a pagrselo.Dinero, mi to?
pregunt Jane. Qu quieres decir?Digo que no hay hombre en
su
sano juicio que se case con Lydia por tan leve tentacin comoson cien
libras
anuales durante mi vida y cincuenta cuando yo me muera.Es muy
cierto dijo Elizabeth; no se me haba ocurrido. Pagadas sus
deudas
y que todavaquede algo! Eso debe de ser obra de mi to. Qu hombre
tan bueno y generoso! Temo que est pasandoapuros, pues con una
pequea
cantidad no se hace todo eso.No dijo el seor Bennet,
Wickham es un loco si acepta a Lydia por menos de diez millibras.
Sentira
juzgarle tan mal cuando vamos a empezar a ser parientes.Diez mil
libras! No lo quiera Dios! Cundo podramos pagar la mitad de esa
suma?
El seor Bennet no contest, y, ensimismados todos en sus
pensamientos,
continuaron en silenciohasta llegar a la casa. El padre se meti en
la biblioteca para escribir, y las muchachas se fueron alcomedor.Se
irn a casar, de veras? exclam Elizabeth en cuanto estuvieron
solas.
Qu raro! Yhabremos de dar gracias an. A pesar de las pocas
probabilidades
de felicidad de ese matrimonio y de laperfidia de Wickham,
todava tendremos que alegrarnos. Oh, Lydia!Me consuelo pensando
replic Jane que seguramente no se casara con Lydia si no
188
laquisiera. Aunque nuestro bondadoso to haya hecho algo por salvarlo,
no puedo creer que haya adelantadodiez mil libras ni nada parecido.
Tiene
hijos y puede tener ms. No alcanzara a ahorrar ni la mitad de
esasuma.
Si pudiramos averiguar a cunto ascienden las deudas de
Wickham dijo Elizabeth y cules la dote que el to Gardiner da a
nuestra hermana, sabramos exactamente lo que ha hecho por ellos,
puesWickham no tiene ni medio cheln. Jams podremos pagar la
bondad
del to. El llevarla a su casa y ponerlaLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot131131bajo su direccin y amparo personal es un
sacrificio
que nunca podremos agradecer bastante. Ahora debede estar con
ellos. Si tanta bondad no le hace sentirse miserable, nunca merecer
ser
feliz. Qu vergenzapara ella encontrarse cara a cara con nuestra
ta!Unos y otros hemos de procurar olvidar lo sucedido dijo Jane:
Espero que todava seandichosos. A mi modo de ver, el hecho de que
Wickham haya accedido a casarse es prueba de que haentrado por el
buen camino. Su mutuo afecto les har sentar la cabeza y confo que
les
volver tanrazonables que con el tiempo nos harn olvidar su pasada
imprudencia:
Se han portado de tal forma replic Elizabeth que ni t;
ni yo, ni nadie podr olvidarlanunca. Es intil hablar de eso.Se les
ocurri
entonces a las muchachas que su madre ignoraba por completo todo
aquello. Fuerona la biblioteca y le preguntaron a su padre si quera que
se lo dijeran. El seor Bennet estaba escribiendo ysin levantar la cabeza
contest framente:Como gustis.Podemos ensearle la carta de
to
Gardiner?Enseadle lo que queris y largaos.Elizabeth cogi la carta
de encima del escritorio y las dos hermanas subieron a la habitacin de
sumadre. Mary y Catherine estaban con la seora Bennet, y, por lo
tanto,
tenan que enterarse tambin.Despus de una ligera preparacin para
las
buenas nuevas, se ley la carta en voz alta. La seora Bennetapenas
pudo
contenerse, y en cuanto Jane lleg a las esperanzas del seor Gardiner
de
que Lydia estarapronto casada, estall su gozo, y todas las frases
siguientes
lo aumentaron. El jbilo le produca ahora unaexaltacin que la
angustia y el pesar no le haban ocasionado. Lo principal era que su hija
se casase; eltemor de que no fuera feliz no le preocup lo ms mnimo,
no la humill el pensar en su mal proceder.Mi querida, mi adorada
Lydia! exclam. Es estupendo! Se casar! La volver a
ver!Casada
a los diecisis aos! Oh, qu bueno y carioso eres, hermano mo! Ya
saba
yo que haba de seras, que todo se arreglara! Qu ganas tengo de
verla, y tambin al querido Wickham! Pero, y losvestidos? Y el traje
de
novia? Voy a escribirle ahora mismo a mi cuada para eso. Lizzy,
querida
ma,corre a ver a tu padre y pregntale cunto va a darle. Espera,
189
espera, ir yo misma. Toca la campanilla,Catherine, para que venga
Hill.
Me vestir en un momento. Mi querida, mi Lydia de mi alma!
Qucontentas nos pondremos las dos al vernos!La hermana mayor
trat
de moderar un poco la violencia de su exaltacin y de hacer pensar a
sumadre
en las obligaciones que el comportamiento del seor Gardiner les
impona a todos.Pues hemos de atribuir este feliz desenlace aadi
a
su generosidad. Estamos convencidos deque ha socorrido a Wickham
con su dinero.Bueno exclam la madre, es muy natural. Quin
lo
haba de hacer, ms que tu to? Si nohubiese tenido hijos, habramos
heredado
su fortuna, ya lo sabis, y sta es la primera vez que hace algopor
nosotros, aparte de unos pocos regalos. Qu feliz soy! Dentro de poco
tendr una hija casada: laseora Wickham! Qu bien suena! Y cumpli
slo diecisis aos el pasado junio. Querida Jane, estoy tanemocionada
que no podr escribir; as que yo dictar y t escribirs por m. Despus
determinaremos con tupadre lo relativo al dinero, pero las otras cosas
hay que arreglarlas ahora mismo.Se dispona a tratar de todos los
particulares
sobre sedas, muselinas y batistas, y al instante habradictado algunas
rdenes si Jane no la hubiese convencido, aunque con cierta dificultad,
de que primerodebera consultar con su marido. Le hizo comprender
que un da de retraso no tendra la menorimportancia, y la seora
Bennet estaba muy feliz para ser tan obstinada como siempre. Adems,
ya se lehaban ocurrido otros planes:Ir a Meryton en cuanto me
vista, a comunicar tan excelentes noticias a mi hermana Philips. Yal
regreso
podr visitar a lady Lucas y a la seora Long. Catherine, baja corriendo
y pide el coche! Estoysegura de que me sentar muy bien tomar el
aire. Nias, queris algo para Meryton? Oh!, aqu viene Hill.Librodot
Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot132132Querida Hill, se ha
enterado
ya de las buenas noticias? La seorita Lydia va a casarse, y para que
brindenpor su boda, se bebern ustedes un ponche.La seora Hill
manifest
su satisfaccin y les dio sus parabienes a todas. Elizabeth, mareada
antetanta locura, se refugi en su cuarto para dar libre curso a sus
pensamientos.
La situacin de la pobre Lydia haba de ser, aun ponindose en
lo mejor, bastante mala; pero noera eso lo peor; tena que estar an
agradecida,
pues aunque mirando al porvenir su hermana no podaesperar
ninguna felicidad razonable ni ninguna prosperidad en el mundo,
mirando
hacia atrs, a lo que slodos horas antes Elizabeth haba temido
tanto, no se poda negar que todava haba tenido suerte.CAPTULO
LAnteriormente, el seor Bennet haba querido muchas veces ahorrar
una cierta cantidad anual paramejorar el caudal de sus hijas y de su
mujer,
si sta le sobreviva, en vez de gastar todos sus ingresos. Yahora se
190
arrepenta de no haberlo hecho. Esto le habra evitado a Lydia
endeudarse
con su to por todo loque ahora tena que hacer por ella tanto en lo
referente
a la honra como al dinero. Habra podido darse,adems, el gusto
de tentar a cualquiera de los ms brillantes jvenes de Gran Bretaa a
casarse
con ella.Estaba seriamente consternado de que por un asunto que
tan pocas ventajas ofreca para nadie, sucuado tuviese que hacer
tantos
sacrificios, y quera averiguar el importe de su donativo a fin
dedevolvrselo
cuando le fuese posible.En los primeros tiempos del matrimonio
del seor Bennet, se consider que no haba ningunanecesidad de
hacer
economa, pues se daba por descontado que nacera un hijo varn y
que
ste heredara lahacienda al llegar a la edad conveniente, con lo que la
viuda y las hijas quedaran aseguradas. Pero vinieronal mundo
sucesivamente
cinco hijas y el varn no apareca. Aos despus del nacimiento
de Lydia, laseora Bennet crea an que llegara el heredero, pero al fin
se dio ya por vencida. Ahora era demasiadotarde para ahorrar: la
seora
Bennet no tena ninguna aptitud para la economa y el amor de su
marido
a laindependencia fue lo nico que impidi que se excediesen en sus
gastos.En las capitulaciones matrimoniales haba cinco mil libras
aseguradas
para la seora Bennet y sushijas; pero la distribucin dependa de
la voluntad de los padres. Por fin este punto iba a decidirse en
loreferente
a Lydia, y el seor Bennet no vacil en acceder a lo propuesto. En
trminos
de gratitud por labondad de su cuado, aunque expresados muy
concisamente, confi al papel su aprobacin a todo lo hechoy su deseo
de cumplir los compromisos contrados en su nombre. Nunca hubiera
credo que Wickhamconsintiese en casarse con Lydia a costa de tan
pocos
inconvenientes como los que resultaban de aquelarreglo. Diez libras
anuales era lo mximo que iba a perder al dar las cien que deba
entregarles,
pues entrelos gastos ordinarios fijos, el dinero suelto que le daba a
Lydia y los continuos regalos en metlico que lehaca su madre se iba
en
Lydia poco menos que aquella suma.Otra de las cosas que le
sorprendieron
gratamente fue que todo se hiciera con tan insignificantemolestia para
l, pues su principal deseo era siempre que le dejasen tranquilo.
Pasado
el primer arranque deira que le motiv buscar a su hija, volvi, como
era de esperar, a su habitual indolencia. Despach pronto lacarta, eso s
tardaba en emprender las cosas, pero era rpido en ejecutarlas. En la
carta
peda ms detallesacerca de lo que le adeudaba a su cuado, pero
estaba
demasiado resentido con Lydia para enviarle ningnmensaje.Las
buenas
nuevas se extendieron rpidamente por la casa y con proporcional
prontitud, por lavecindad. Cierto que hubiera dado ms que hablar que
Lydia Bennet hubiese venido a la ciudad, y quehabra sido mejor an si
191
la hubiesen recluido en alguna granja distante; pero ya haba bastante
que charlarsobre su matrimonio, y los bien intencionados deseos de que
fuese feliz que antes haban expresado lasmalvolas viejas de Meryton,
no perdieron ms que un poco de su viveza en este cambio de
circunstancias,
pues con semejante marido se daba por segura la desgracia de
Lydia.Comment: Ponche: Bebidafavorita de la poca hecha de vino,
licores y especias.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot133133Haca
quince das que la seora Bennet no bajaba de sus habitaciones,
pero a fin de solemnizar tanfaustos acontecimientos volvi a
ocupar radiante su sitio a la cabecera de la mesa. En su triunfo no haba
elms mnimo sentimiento de vergenza. El matrimonio de una hija que
constituy el principal de susanhelos desde que Jane tuvo diecisis
aos,
iba ahora a realizarse. No pensaba ni hablaba ms que de
bodaselegantes,
muselinas finas, nuevos criados y nuevos carruajes. Estaba
ocupadsima
buscando en la vecindaduna casa conveniente para la pareja, y sin
saber ni considerar cules seran sus ingresos, rechaz muchaspor falta
de amplitud o de suntuosidad.Haye Park deca ira muy bien si
los Gouldings lo dejasen; o la casa de Stoke, si el salnfuese mayor;
pero
Asworth est demasiado lejos! Yo no podra resistir que viviese a diez
millas dedistancia. En cuanto a la Quinta de Purvis, los ticos son
horribles.
Su marido la dejaba hablar sin interrumpirla mientras los criados
estaban
delante. Pero cuando semarcharon, le dijo:Seora Bennet, antes
de tomar ninguna de esas casas o todas ellas para tu hija, vamos a
dejar
lascosas claras. Hay en esta vecindad una casa donde nunca sern
admitidos.
No animar el impudor deninguno de los dos recibindolos en
Longbourn.A esta declaracin sigui una larga disputa, pero el seor
Bennet se mantuvo firme. Se pas deeste punto a otro y la seora
Bennet
vio con asombro y horror que su marido no quera adelantar ni
unaguinea
para comprar el traje de novia a su hija. Asegur que no recibira de
l ninguna prueba de afecto enlo que a ese tema se refera. La seora
Bennet no poda comprenderlo; era superior a las posibilidades de
suimaginacin
que el rencor de su marido llegase hasta el punto de negar a
su hija un privilegio sin el cual sumatrimonio apenas parecera vlido.
Era ms sensible a la desgracia de que su hija no tuviese vestido
denovia
que ponerse, que a la vergenza de que se hubiese fugado y hubiese
vivido
con Wickham quince dasantes de que la boda se celebrara.
Elizabeth se arrepenta ms que nunca de haber comunicado a Darcy,
empujada por el dolor delmomento, la accin de su hermana, pues ya
que la boda iba a cubrir el escndalo de la fuga, era de suponerque los
ingratos
preliminares seran ocultados a todos los que podan
192
ignorarlos.No tema la indiscrecin de Darcy; pocas personas le
inspiraban
ms confianza que l; pero lemortificaba que supiese la flaqueza de
su hermana. Y no por el temor de que le acarrease a ella
ningnperjuicio,
porque de todos modos el abismo que pareca mediar entre ambos era
invencible. Aunque elmatrimonio de Lydia se hubiese arreglado de la
manera ms honrosa, no se poda suponer que Darcyquisiera
emparentar
con una familia que a todos sus dems reparos iba a aadir ahora la
alianza ms ntimacon el hombre que con tanta justicia Darcy
despreciaba.
Ante una cosa as era natural que Darcy retrocediera. El deseo de
ganarse
el afecto de Elizabethque sta haba adivinado en l en Derbyshire,
no poda sobrevivir a semejante golpe. Elizabeth se sentahumillada,
entristecida,
y llena de vagos remordimientos. Ansiaba su cario cuando ya
no poda esperarobtenerlo. Quera saber de l cuando ya no haba la
ms
mnima oportunidad de tener noticias suyas. Estabaconvencida de que
habra podido ser feliz con l, cuando era probable que no se volvieran
a
ver.Qu triunfo para l pensaba si supiera que las proposiciones
que desech con tanto orgullohace slo cuatro meses, las recibira
ahora
encantada.No dudaba que era generoso como el que ms, pero
mientras
viviese, aquello tena que constituirpara l un triunfo.Empez entonces a
comprender que Darcy era exactamente, por su modo de ser y su
talento,
elhombre que ms le habra convenido. El entendimiento y el carcter
de
Darcy, aunque no semejantes a lossuyos, habran colmado todos sus
deseos.
Su unin habra sido ventajosa para ambos: con la soltura y laviveza
de ella, el temperamento de l se habra suavizado y habran mejorado
sus modales. Y el juicio, lacultura y el conocimiento del mundo que l
posea le habran reportado a ella importantes beneficios.Librodot
Orgullo
y prejuicio Jane AustenLibrodot134134Pero ese matrimonio ideal ya
no podra dar una leccin a las admiradoras multitudes de lo que erala
felicidad conyugal; la unin que iba a efectuarse en la familia de
Elizabeth
era muy diferente y exclua laposibilidad de la primera.No podan
imaginar cmo se las arreglaran Wickham y Lydia para vivir con una
pasableindependencia; pero no le era difcil conjeturar lo poco estable
que haba de ser la felicidad de una parejaunida nicamente porque sus
pasiones eran ms fuertes que su virtud.El seor Gardiner no tard en
volver a escribir a su cuado. Contestaba brevemente alagradecimiento
del seor Bennet diciendo que su mayor deseo era contribuir al
bienestar
de toda su familiay terminaba rogando que no se volviese a hablar ms
del tema. El principal objeto de la carta era informarlede que Wickham
haba resuelto abandonar el regimiento.Tena muchas ganas de que lo
hiciese aada cuando ultimamos el matrimonio; y creo
193
queconvendrs conmigo en que su salida de ese Cuerpo es altamente
provechosa tanto para l como para misobrina. La intencin del seor
Wickham es entrar en el Ejrcito regular, y entre sus antiguos amigos
hayquien puede y quiere ayudarle a conseguirlo. Se le ha prometido el
grado de alfrez en el regimiento delgeneral X, actualmente acuartelado
en el Norte. Es mucho mejor que se aleje de esta parte del reino.
lpromete
firmemente, y espero que sea as, que hallndose entre otras gentes
ante las cuales no deberndesacreditarse, los dos sern ms
prudentes.
He escrito al coronel Forster participndole nuestros arreglos
ysuplicndole
que diga a los diversos acreedores del seor Wickham en Brighton y
sus alrededores, que seles pagar inmediatamente bajo mi
responsabilidad.
Te importara tomarte la molestia de dar las mismasseguridades a
los acreedores de Meryton, de los que te mando una lista de acuerdo
con
lo que el seorWickham me ha indicado? Nos ha confesado todas sus
deudas y espero que al menos en esto no nos hayaengaado.
Haggerston
tiene ya instrucciones y dentro de una semana estar todo listo.
Entonces
el seorWickham se incorporar a su regimiento, a no ser que primero
se
le invite a ir a Longbourn, pues me dicemi mujer que Lydia tiene muchos
deseos de veros a todos antes de dejar el Sur. Est muy bien y os
ruegasumisamente
que os acordis de ella su madre y t. Tuyo,E. Gardiner.
El seor Bennet y sus hijas comprendieron las ventajas de que
Wickham saliese de la guarnicindel condado tan claramente como el
seor
Gardiner; pero la seora Bennet no estaba tan satisfecha comoellos.
Le disgustaba mucho que Lydia se estableciese en el Norte
precisamente
cuando ella esperaba conplacer y orgullo disfrutar de su compaa,
pues
no haba renunciado a su ilusin de que residiera enHertfordshire. Y
adems era una lstima que Lydia se separase de un regimiento donde
todos la conocan ydonde tena tantos admiradores.Quiere tanto a la
seora Forster, que le ser muy duro abandonarla. Y, adems, hay
variosmuchachos
que le gustan. Puede que los oficiales del regimiento del
general X no sean tan simpticos.La splica pues como tal haba de
considerarse de su hija de ser admitida de nuevo en la familiaantes de
partir para el Norte fue al principio rotundamente denegada; pero Jane y
Elizabeth, por lossentimientos y por el porvenir de su hermana,
deseaban
que notificase su matrimonio a sus padres enpersona, e insistieron
con tal inters, suavidad y dulzura en que el seor Bennet accediese a
recibirles
a ellay a su marido en Longbourn despus de la boda, que le
convencieron.
De modo que la seora Bennet tuvola satisfaccin de saber
que podran presentar a la vecindad a su hija casada antes de que
fuese
desterrada alNorte. En consecuencia, cuando el seor Bennet volvi a
194
escribir a su cuado, le dio permiso para que lapareja viniese, y se
determin
que al acabar la ceremonia saldran para Longbourn. Elizabeth se
quej deque Wickham aceptase este plan, y si se hubiese guiado slo
por
sus propios deseos, Wickham sera paraella la ltima persona con quien
querra encontrarse.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot135135CAPTULO
LILleg el da de la boda de Lydia, y Jane y Elizabeth
se interesaron por ella probablemente ms queella misma. Se envi
el coche a buscarlos a X, y volvera con ellos a la hora de comer. Jane y
Elizabethteman su llegada, especialmente Jane, que supona en Lydia
los mismos sentimientos que a ella la habranembargado si hubiese sido
la culpable, y se atormentaba pensando en lo que Lydia deba sufrir.
Llegaron. La familia estaba reunida en el saloncillo esperndolos. La
sonrisa adornaba el rostro dela seora Bennet cuando el coche se
detuvo
frente a la puerta; su marido estaba impenetrablemente serio, ysus
hijas,
alarmadas, ansiosas e inquietas.Se oy la voz de Lydia en el vestbulo;
se
abri la puerta y la recin casada entr en la habitacin.Su madre se
levant,
la abraz y le dio con entusiasmo la bienvenida, tendindole la
mano a Wickham quesegua a su mujer, desendoles a ambos la mayor
felicidad, con una presteza que demostraba su conviccinde que sin
duda
seran felices.El recibimiento del seor Bennet, hacia quien se dirigieron
luego, ya no fue tan cordial. Reafirmsu seriedad y apenas abri los
labios. La tranquilidad de la joven pareja era realmente suficiente
paraprovocarle.
A Elizabeth le daban vergenza e incluso Jane estaba escandalizada.
Lydia segua siendoLydia: indmita, descarada, insensata, chillona
y atrevida. Fue de hermana en hermana pidindoles que lafelicitaran,
y cuando al fin se sentaron todos, mir con avidez por toda la estancia,
notando que habahabido un pequeo cambio, y, soltando una
carcajada,
dijo que haca un montn de tiempo que no estabaall.Wickham no
pareca menos contento que ella; pero sus modales seguan siendo tan
agradables quesi su modo de ser y su boda hubieran sido como deban,
sus sonrisas y sus desenvueltos ademanes alreclamar el
reconocimiento
de su parentesco por parte de sus cuadas, les habran seducido a
todas.
Elizabeth nunca crey que fuese capaz de tanta desfachatez, pero se
sent decidida a no fijar lmites enadelante a la desvergenza de un
desvergonzado.
Tanto Jane como ella estaban ruborizadas, pero lasmejillas
de los causantes de su turbacin permanecan inmutables.No falt la
conversacin. La novia y la madre hablaban sin respiro, y Wickham, que
se sent allado de Elizabeth, comenz a preguntar por sus conocidos
de
la vecindad con una alegra y buen humor,que ella no habra podido
igualar
en sus respuestas. Tanto Lydia como Wickham parecan tener
195
unosrecuerdos maravillosos. Recordaban todo lo pasado sin ningn
pesar,
y ella hablaba voluntariamente decosas a las que sus hermanas no
habran hecho alusin por nada del mundo.Ya han pasado tres
meses
desde que me fui! exclam. Y parece que fue hace slo
quincedas!
Y, sin embargo, cuntas cosas han ocurrido! Dios mo! Cuando me fui
no tena ni idea de quecuando volviera iba a estar casada; aunque
pensaba
que sera divertidsimo que as fuese.Su padre alz los ojos; Jane
estaba
angustiada; Elizabeth mir a Lydia significativamente, peroella, que
nunca vea ni oa lo que no le interesaba, continu alegremente:
Mam,
sabe la gente de por aqu que me he casado? Me tema que no, y por
eso, cuandoadelantamos el carruaje de William Goulding, quise que se
enterase; baj el cristal que quedaba a su lado yme quit el guante y
apoy
la mano en el marco de la ventanilla para que me viese el anillo.
Entonces
lesalud y sonre como si nada.Elizabeth no lo aguant ms. Se levant
y se fue a su cuarto y no baj hasta or que pasaban por elvestbulo
en direccin al comedor. Lleg a tiempo de ver cmo Lydia,
pavonendose,
se colocaba en lamesa al lado derecho de su madre y le deca a su
hermana mayor:Jane, ahora me corresponde a m tu puesto. T
pasas a
segundo lugar, porque yo soy una seoracasada.Librodot Orgullo y
prejuicio
Jane AustenLibrodot136136No caba suponer que el tiempo diese a
Lydia aquella mesura de la que siempre haba carecido. Sutranquilidad
de espritu y su desenfado iban en aumento. Estaba impaciente por ver
a
la seora Philips, a losLucas y a todos los dems vecinos, para or
cmo
la llamaban seora Wickham. Mientras tanto, despusde comer, fue a
ensear su anillo de boda a la seora Hill y a las dos criadas para
presumir
de casada.Bien, mam dijo cuando todos volvieron al saloncillo,
qu te parece mi marido? No esencantador? Estoy segura de que
todas mis hermanas me envidian; slo deseo que tengan la mitad de
suerteque yo. Deberan ir a Brighton; es un sitio ideal para conseguir
marido.
Qu pena que no hayamos idotodos!Es verdad. Si yo mandase,
habramos ido. Lydia, querida ma, no me gusta nada que te vayastan
lejos.
Tiene que ser as?Oh, Seor! S, no hay ms remedio. Pero me
gustar mucho. T, pap y mis hermanas tenisque venir a vernos.
Estaremos
en Newcastle todo el invierno, y habr seguramente algunos bailes;
procurar conseguir buenas parejas para todas.Eso es lo que ms
me gustara! suspir su madre.Y cuando regresis, que se queden
con nosotros una o dos de mis hermanas, y estoy segura deque les
habr
encontrado marido antes de que acabe el invierno:Te agradezco la
intencin
repuso Elizabeth, pero no me gusta mucho que digamos tumanera
de conseguir marido.Los invitados iban a estar en Longbourn
196
diez das solamente. Wickham haba recibido su destinoantes de salir
de
Londres y tena que incorporarse a su regimiento dentro de una
quincena.
Nadie, excepto la seora Bennet, senta que su estancia fuese tan
corta.
La mayor parte del tiempose lo pas en hacer visitas acompaada de
su hija y en organizar fiestas en la casa. Las fiestas eran gratas atodos;
evitar el crculo familiar era an ms deseable para los que pensaban
que
para los que no pensaban.El cario de Wickham por Lydia era
exactamente
tal como Elizabeth se lo haba imaginado, y muydistinto que el de
Lydia por l. No necesit Elizabeth ms que observar un poco a su
hermana
para darsecuenta de que la fuga haba obedecido ms al amor de
ella por l que al de l por ella. Se habra extraadode que Wickham se
hubiera fugado con una mujer hacia la que no senta ninguna atraccin
especial, si nohubiese tenido por cierto que la mala situacin en que se
encontraba le haba impuesto aquella accin, y noera l hombre, en
semejante
caso, para rehuir la oportunidad de tener una compaera.Lydia
estaba loca por l; su querido Wickham no se la caa de la boca, era
el
hombre msperfecto del mundo y todo lo que haca estaba bien hecho.
Aseguraba que a primeros de septiembreWickham matara ms pjaros
que nadie de la comarca.Una maana, poco despus de su llegada,
mientras
estaba sentada con sus hermanas mayores,Lydia le dijo a Elizabeth:
Creo que todava no te he contado cmo fue mi boda. No estabas
presente cuando se la expliqua mam y a las otras. No te interesa
saberlo?
Realmente, no contest Elizabeth; no deberas hablar mucho
de ese asunto.Ay, qu rara eres! Pero quiero contrtelo. Ya sabes
que
nos casamos en San Clemente, porqueel alojamiento de Wickham
perteneca
a esa parroquia. Habamos acordado estar todos all a las once.
Mistos y yo tenamos que ir juntos y reunirnos con los dems en la
iglesia.
Bueno; lleg la maana del lunes yyo estaba que no vea. Sabes?
Tena un miedo de que pasara algo que lo echase todo a perder, me
habravuelto
loca! Mientras me vest, mi ta me estuvo predicando dale que
dale como si me estuviera leyendo unsermn. Pero yo no escuch ni la
dcima parte de sus palabras porque, como puedes suponer, pensaba
enmi
querido Wickham, y en si se pondra su traje azul para la boda.
Bueno; desayunamos a las diez, como de costumbre. Yo cre que
aquello
no acabara nunca,porque has de saber que los tos estuvieron
pesadsimos
conmigo durante todo el tiempo que pas con ellos.Librodot Orgullo
y prejuicio Jane AustenLibrodot137137Creme, no puse los pies
fuera de casa en los quince das; ni una fiesta, ninguna excursin,
nada!
Laverdad es que Londres no estaba muy animado; pero el Little Theatre
estaba abierto. En cuanto lleg elcoche a la puerta, mi to tuvo que
197
atender a aquel horrible seor Stone para cierto asunto. Y ya sabes que
encuanto se encuentran, la cosa va para largo. Bueno, yo tena tanto
miedo
que no saba qu hacer, porque mito iba a ser el padrino, y si
llegbamos
despus de la hora, ya no podramos casarnos aquel da. Pero,
afortunadamente, mi to estuvo listo a los dos minutos y salimos para
la iglesia. Pero despus me acord deque si to Gardiner no hubiese
podido
ir a la boda, de todos modos no se habra suspendido, porque el
seorDarcy
poda haber ocupado su lugar.El seor Darcy! repiti Elizabeth
con total asombro.Claro! Acompaaba a Wickham, ya sabes. Pero
ay de m, se me haba olvidado! No deb decirlo.Se lo promet
fielmente.
Qu dir Wickham? Era un secreto!Si era un secreto dijo Jane
no
digas ni una palabra ms. Yo no quiero saberlo.Naturalmente
aadi Elizabeth, a pesar de que se mora de curiosidad, no te
preguntaremosnada.
Gracias dijo Lydia, porque si me preguntis, os
lo contara todo y Wickham se enfadara.Con semejante incentivo para
sonsacarle, Elizabeth se abstuvo de hacerlo y para huir de latentacin
se
march.Pero ignorar aquello era imposible o, por lo menos, lo era no
tratar
de informarse. Darcy habaasistido a la boda de Lydia. Tanto el hecho
como sus protagonistas parecan precisamente los menosindicados
para
que Darcy se mezclase con ellos. Por su cabeza cruzaron rpidas y
confusas
conjeturas sobrelo que aquello significaba, pero ninguna le pareci
aceptable. Las que ms le complacan, porque enaltecana Darcy, eran
aparentemente improbables. No poda soportar tal incertidumbre, por lo
que se apresur ycogi una hoja de papel para escribir una breve carta
a
su ta pidindole le aclarase lo que a Lydia se lehaba escapado, si era
compatible con el secreto del asunto.Ya comprenders aada
que
necesito saber por qu una persona que no tiene nada que vercon
nosotros
y que propiamente hablando es un extrao para nuestra familia, ha
estado con vosotros en esemomento. Te suplico que me contestes a
vuelta
de correo y me lo expliques, a no ser que haya poderosasrazones que
impongan el secreto que Lydia dice, en cuyo caso tendr que tratar de
resignarme
con laignorancia.Pero no lo har, se dijo a s misma al acabar
la carta; y querida ta, si no me lo cuentas, me verobligada a recurrir
a tretas y estratagemas para averiguarlo.El delicado sentido del honor
de Jane le impidi hablar a solas con Elizabeth de lo que a Lydia sele
haba escapado. Elizabeth se alegr, aunque de esta manera, si sus
pesquisas
daban resultado, no podratener un confidente.CAPTULO LIIElizabeth
tuvo la satisfaccin de recibir inmediata respuesta a su carta. Corri
con ella al sotillo,donde haba menos probabilidades de que la
molestaran,
se sent en un banco y se prepar a ser feliz, puesla extensin
198
de la carta la convenci de que no contena una negativa.Gracechurch
Street, 8 de septiembre.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot138138
Mi querida sobrina: Acabo de recibir tu carta y voy a dedicar
toda la maana a contestarla, puescreo que en pocas palabras no podr
decirte lo mucho que tengo que contarte. Debo confesar que
mesorprendi
tu pregunta, pues no la esperaba de ti. No te enfades, slo deseo que
sepas que no crea que talesaclaraciones fueran necesarias por tu
parte. Si
no quieres entenderme, perdona mi impertinencia. Tu to esttan
sorprendido
como yo, y slo por la creencia de que eres parte interesada se
ha permitido obrar como loha hecho. Pero por si efectivamente eres
inocente
y no sabes nada de nada, tendr que ser ms explcita.El mismo
da que llegu de Longbourn, tu to haba tenido una visita muy
inesperada.
El seorDarcy vino y estuvo encerrado con l varias horas. Cuando
yo regres, ya estaba todo arreglado; as que micuriosidad no padeci
tanto como la tuya. Darcy vino para decir a Gardiner que haba
descubierto
elescondite de Wickham y tu hermana, y que les haba visto y hablado
a los dos: a Wickham varias veces, atu hermana una solamente.
Por lo que puedo deducir, Darcy se fue de Derbyshire al da siguiente
dehabernos ido nosotros y vino a Londres con la idea de buscarlos. El
motivo que dio es que se reconocaculpable de que la infamia de
Wickham no hubiese sido suficientemente conocida para impedir que
unamuchacha decente le amase o se confiara a l. Generosamente lo
imput
todo a su ciego orgullo, diciendoque antes haba juzgado indigno
de l publicar sus asuntos privados. Su conducta hablara por l. Por
lotanto
crey su deber intervenir y poner remedio a un mal que l mismo
haba ocasionado. Si tena otromotivo, estoy segura de que no era
deshonroso Haba pasado varios das en la capital sin poder dar
conellos,
pero tena una pista que poda guiarle y que era ms importante que
todas las nuestras y que, adems,fue otra de las razones que le
impulsaron
a venir a vernos.Parece ser que hay una seora, una tal seora
Younge, que tiempo atrs fue el aya de la seoritaDarcy, y hubo que
destituirla
de su cargo por alguna causa censurable que l no nos dijo. Al
separarse
de lafamilia Darcy, la seora Younge tom una casa grande en
Edwards Street y desde entonces se gan la vidaalquilando
habitaciones.
Darcy saba que esa seora Younge tena estrechas relaciones con
Wickham, y aella acudi en busca de noticias de ste en cuanto lleg a
la
capital. Pero pasaron dos o tres das sin quepudiera obtener de dicha
seora
lo que necesitaba. Supongo que no quiso hablar hasta que le
sobornaran,
pues, en realidad, saba desde el principio en dnde estaba su amigo.
Wickham, en efecto, acudi a ella a sullegada a Londres, y si hubiese
199
habido lugar en su casa, all se habra alojado. Pero, al fin, nuestro
buenamigo
consigui la direccin que buscaba. Estaban en la calle X. Vio a
Wickham y luego quiso ver aLydia. Nos confes que su primer propsito
era convencerla de que saliese de aquella desdichada situaciny
volviese
al seno de su familia si se poda conseguir que la recibieran, y le ofreci
su ayuda en todo lo queestuviera a su alcance. Pero encontr a Lydia
absolutamente
decidida a seguir tal como estaba. Su familiano le importaba
un comino y rechaz la ayuda de Darcy; no quera or hablar de
abandonar
a Wickham;estaba convencida de que se casaran alguna vez y le tena
sin cuidado saber cundo. En vista de esto,Darcy pens que lo nico
que haba que hacer era facilitar y asegurar el matrimonio; en su primer
dilogocon Wickham, vio que el matrimonio no entraba en los clculos
de ste. Wickham confes que se habavisto obligado a abandonar el
regimiento
debido a ciertas deudas de honor que le apremiaban; no tuvo
elmenor escrpulo en echar la culpa a la locura de Lydia todas las
desdichadas
consecuencias de la huida.Dijo que renunciara inmediatamente a
su empleo, y en cuanto al porvenir, no saba qu iba a ser de l;deba
irse
a alguna parte, pero no saba dnde y reconoci que no tena dnde
caerse
muerto.El seor Darcy le pregunt por qu no se haba casado con tu
hermana en el acto. Aunque elseor Bennet no deba de ser muy rico,
algo
podra hacer por l y su situacin mejorara con el matrimonio.Pero
por la contestacin que dio Wickham, Darcy comprendi que todava
acariciaba la esperanza deconseguir una fortuna ms slida casndose
con otra muchacha en algn otro pas; no obstante, y dadas
lascircunstancias
en que se hallaba, no pareca muy reacio a la tentacin de obtener
una solucin inmediata.Se entrevistaron repetidas veces porque haba
muchas cosas que discutir. Wickham, desde luego,necesitaba mucho
ms
de lo que poda drsele, pero al fin se prest a ser razonable.Cuando
todo
estuvo convenido entre ellos, lo primero que hizo el seor Darcy fue
informar a tuto, por lo cual vino a Gracechurch Street por vez primera,
la tarde anterior a mi llegada. Pero no pudo ver aGardiner. Darcy
averigu
que tu padre segua an en nuestra casa, pero que iba a marcharse al
dasiguiente. No crey que tu padre fuese persona ms a propsito que
tu to para tratar del asunto, y entoncesLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot139139aplaz su visita hasta que tu padre se hubo ido.
No dej su nombre, y al otro da supimos nicamente quehaba venido
un caballero por una cuestin de negocios.El sbado volvi. Tu padre
se
haba marchado y tu to estaba en casa. Como he dicho antes,hablaron
largo rato los dos.El domingo volvieron a reunirse y entonces le vi yo
tambin. Hasta el lunes no estuvo tododecidido, y entonces fue cuando
200
se mand al propio a Longbourn. Pero nuestro visitante se mostr
muyobstinado;
te aseguro, Elizabeth, que la obstinacin es el verdadero defecto
de su carcter. Le han acusadode muchas faltas en varias ocasiones,
pero sa es la nica verdadera. Todo lo quiso hacer l por su cuenta,
apesar
de que tu to y no lo digo para que me lo agradezcas, as que te
ruego
no hables de ello lo habraarreglado todo al instante.Discutieron
los dos mucho tiempo, mucho ms de lo que merecan el caballero y la
seorita encuestin. Pero al cabo tu to se vio obligado a ceder, y en
lugar
de permitirle que fuese til a su sobrina, leredujo a aparentarlo
nicamente,
por ms disgusto que esto le causara a tu to. As es que me figuro
que tucarta de esta maana le ha proporcionado un gran placer al darle
la oportunidad de confesar la verdad yquitarse los mritos que se deben
a otro. Pero te suplico que no lo divulgues y que, como mximo, no se
lodigas
ms que a Jane.Me imagino que sabrs lo que se ha hecho por
esos jvenes. Se han pagado las deudas deWickham, que ascienden,
segn
creo, a muchsimo ms de mil libras; se han fijado otras mil para
aumentarla
dote de Lydia, y se le ha conseguido a l un empleo. Segn
Darcy, las razones por las cuales ha hechotodo esto son unicamente las
que te he dicho antes: por su reserva no se supo quin era Wickham y
se
lerecibi y consider de modo que no mereca. Puede que haya algo de
verdad en esto, aunque yo no dudoque ni la reserva de Darcy ni la de
nadie tenga nada que ver en el asunto. Pero a pesar de sus
bonitaspalabras,
mi querida Elizabeth, puedes estar segura de que tu to jams habra
cedido a no haberle credomovido por otro inters.Cuando todo estuvo
resuelto, el seor Darcy regres junto a sus amigos que seguan
enPemberley, pero prometi volver a Londres para la boda y para
liquidar
las gestiones monetarias.Creo que ya te lo he contado todo. Si es
cierto lo que dices, este relato te habr de sorprendermuchsimo, pero
me
figuro que no te disgustar. Lydia vino a casa y Wickham tuvo constante
acceso a ella.El era el mismo que conoc en Hertfordshire, pero no te
dira
lo mucho que me desagrad la conducta deLydia durante su
permanencia
en nuestra casa, si no fuera porque la carta de Jane del mircoles
me dio aentender que al llegar a Longbourn se port exactamente igual,
por lo que no habr de extraarte lo queahora cuento. Le habl muchas
veces con toda seriedad hacindole ver la desgracia que haba
acarreado
asu familia, pero si me oy sera por casualidad, porque estoy
convencida
de que ni siquiera me escuchaba.Hubo veces en que lleg a irritarme;
pero me acordaba de mis queridas Elizabeth y Jane y me revesta
depaciencia.
El seor Darcy volvi puntualmente y, como Lydia os dijo, asisti
a la boda. Comi con nosotrosal da siguiente. Se dispona a salir de
201
Londres el mircoles o el jueves. Te enojars conmigo, queridaLizzy,
si
aprovecho esta oportunidad para decirte lo que nunca me habra
atrevido
a decirte antes, y es lomucho que me gusta Darcy? Su conducta con
nosotros ha sido tan agradable en todo como cuandoestbamos en
Derbyshire. Su inteligencia, sus opiniones, todo me agrada. No le falta
ms que un poco deviveza, y eso si se casa juiciosamente, su mujer se
lo
ensear. Me parece que disimula muy bien; apenaspronunci tu
nombre.
Pero se ve que el disimulo est de moda.Te ruego que me perdones
si he estado muy suspicaz, o por lo menos no me castigues hasta
elpunto
de excluirme de Pemberley. No ser feliz del todo hasta que no haya
dado
la vuelta completa a lafinca. Un faetn bajo con un buen par de jacas
sera lo ideal.No puedo escribirte ms. Los nios me estn llamando
desde hace media hora.Tuya afectsima,M. Gardiner.Librodot Orgullo
y prejuicio Jane AustenLibrodot140140El contenido de esta carta dej a
Elizabeth en una conmocin en la que no se poda determinar sitomaba
mayor parte el placer o la pena. Las vagas sospechas que en su
incertidumbre
sobre el papel deDarcy en la boda de su hermana haba concebido,
sin osar alentarlas porque implicaban alardes de bondaddemasiado
grandes para ser posibles, y temiendo que fueran ciertas por la
humillacin
que la gratitudimpondra, quedaban, pues, confirmadas. Darcy haba
ido detrs de ellos expresamente, haba asumido todala molestia y
mortificacin inherentes a aquella bsqueda, implor a una mujer a la
que deba detestar y sevio obligado a tratar con frecuencia, a persuadir
y
a la postre sobornar, al hombre que ms deseaba evitar ycuyo solo
nombre
le horrorizaba pronunciar. Todo lo haba hecho para salvar a una
muchacha que nadadeba de importarle y por quien no poda sentir
ninguna
estimacin. El corazn le deca a Elizabeth que lohaba hecho por
ella, pero otras consideraciones repriman esta esperanza y pronto se
dio
cuenta de quehalagaba su vanidad al pretender explicar el hecho de
esa
manera, pues Darcy no poda sentir ningn afectopor una mujer que le
haba rechazado y, si lo senta, no sera capaz de sobreponerse a un
sentimiento
tannatural como el de emparentar con Wickham. Darcy, cuado
de Wickham! El ms elemental orgullo tenaque rebelarse contra ese
vnculo.
Verdad es que Darcy haba hecho tanto que Elizabeth estaba
confundida,
pero dio una razn muy verosmil. No era ningn disparate
pensar que Darcy creyese haber obrado mal; erageneroso y tena
medios
para demostrarlo, y aunque Elizabeth se resista a admitir que hubiese
sido
ella elmvil principal, caba suponer que un resto de inters por ella
haba contribuido a sus gestiones en unasunto que comprometa la paz
de su espritu. Era muy penoso quedar obligados de tal forma a una
202
personaa la que nunca podran pagar lo que haba hecho. Le deban la
salvacin y la reputacin de Lydia. Cuntole dolieron a Elizabeth su
ingratitud
y las insolentes palabras que le haba dirigido! Estaba avergonzada
des misma, pero orgullosa de l, orgullosa de que se hubiera portado
tan compasivo y noblemente. Ley unay otra vez los elogios que le
tributaba su ta, y aunque no le parecieron suficientes, le complacieron.
Ledaba un gran placer, aunque tambin la entristeca pensar que sus
tos
crean que entre Darcy y ellasubsista afecto y confianza.Se levant de
su
asiento y sali de su meditacin al notar que alguien se aproximaba; y
antes deque pudiera alcanzar otro sendero, Wickham la abord.Temo
interrumpir tu solitario paseo, querida hermana le dijo ponindose a
su lado.As es, en efecto replic con una sonrisa, pero no quiere
decir que la interrupcin memoleste.Sentira molestarte. Nosotros
hemos
sido siempre buenos amigos. Y ahora somos algo ms.Cierto. Y
los dems, han salido?No s. La seora Bennet y Lydia se han ido en
coche a Meryton. Me han dicho tus tos, queridahermana, que has
estado
en Pemberley.Elizabeth contest afirmativamente.Te envidio ese
placer,
y si me fuera posible pasara por all de camino a Newcastle.
Supongoque
veras a la anciana ama de llaves. Pobre seora Reynolds! Cunto
me quera! Pero me figuro que nome nombrara delante de vosotros.
S,
te nombr.Y qu dijo?Que habas entrado en el ejrcito y que
andabas
en malos pasos. Ya sabes que a tanta distancialas cosas se
desfiguran.
Claro contest l mordindose los labios.Elizabeth crey haberle
callado, pero Wickham dijo en seguida:Me sorprendi ver a Darcy el
mes
pasado en la capital. Nos encontramos varias veces. Me gustarasaber
qu estaba haciendo en Londres.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot141141
Puede que preparase su matrimonio con la seorita
de Bourgh dijo Elizabeth. Debe de seralgo especial para que est
en
Londres en esta poca del ao.Indudablemente. Le viste cuando
estuviste
en Lambton? Creo que los Gardiner me dijeron ques.
Efectivamente; nos present a su hermana.Y te gust?
Muchsimo.Es verdad que he odo decir que en estos dos ltimos
aos ha mejorado extraordinariamente. Laltima vez que la vi no
prometa
mucho. Me alegro de que te gustase. Espero que le vaya bien.Le ir
bien. Ha pasado ya la edad ms difcil.Pasaste por el pueblo de
Kimpton?
No me acuerdo.Te lo digo, porque sa es la rectora que deba
haber tenido yo. Es un lugar delicioso! Y qucasa parroquial tan
excelente
tiene! Me habra convenido desde todos los puntos de vista.Te
habra gustado componer sermones?Muchsimo. Lo habra tomado
como
una parte de mis obligaciones y pronto no me habracostado ningn
203
esfuerzo. No puedo quejarme, pero no hay duda de que eso habra sido
lo mejor para m. Laquietud y el retiro de semejante vida habran
colmado
todos mis anhelos. Pero no pudo ser! Le oste aDarcy mencionar ese
tema cuando estuviste en Kent?Supe de fuentes fidedignas que la
parroquia
se te leg slo condicionalmente y a la voluntad delactual seor
de Pemberley.Eso te ha dicho? S, algo de eso haba; as te lo cont
la
primera vez, te acuerdas?Tambin o decir que hubo un tiempo en
que el componer sermones no te pareca tan agradablecomo ahora, que
entonces declaraste tu intencin de no ordenarte nunca, y que el asunto
se liquid deacuerdo contigo.S, es cierto. Debes recordar lo que te
dije
acerca de eso cuando hablamos de ello la primeravez.Estaba ya casi a
la
puerta de la casa, pues Elizabeth haba seguido paseando para
quitrselo
deencima. Por consideracin a su hermana no quiso provocarle y slo
le
dijo con una sonrisa:Vamos, Wickham; somos hermanos. No
discutamos
por el pasado. Espero que de ahora enadelante no tengamos por qu
discutir.Le dio la mano y l se la bes con afectuosa galantera, aunque
no saba qu cara poner, y entraronen la casa.CAPTULO LIIIWickham
qued tan escarmentado con aquella conversacin que nunca volvi a
exponerse, ni aprovocar a su querida hermana Elizabeth a reanudarla.
Y
ella se alegr de haber dicho lo suficiente paraque no mencionase el
tema
ms.Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot142142Lleg el da
de la partida del joven matrimonio, y la seora Bennet se vio forzada a
una separacinque al parecer iba a durar un ao, por lo menos, ya que
de ningn modo entraba en los clculos del seorBennet el que fuesen
todos a Newcastle.Oh, seor! No lo s! Acaso tardaremos dos o
tres
aos!Escrbeme muy a menudo, querida.Tan a menudo como
pueda.
Pero ya sabes que las mujeres casadas no disponemos de
muchotiempo
para escribir. Mis hermanas s podrn escribirme; no tendrn otra cosa
que hacer.El adis de Wickham fue mucho ms carioso que el de su
mujer. Sonri, estuvo muy agradable ydijo cosas encantadoras.Es un
joven muy fino dijo el seor Bennet en cuanto se haban ido; no he
visto nunca otroigual. Es una mquina de sonrisas y nos hace la pelota
a
todos. Estoy orgullossimo de l. Desafo al mismosir William Lucas a
que consiga un yerno ms valioso.La prdida de su hija sumi en la
tristeza
a la seora Bennet por varios das.Muchas veces pienso deca
que no hay nada peor que separarse de las personas queridas.Se
queda
una tan desamparada sin ellas!Pues ya ves, sa es una
consecuencia de
casar a las hijas observ Elizabeth. Te har msfeliz que las otras
cuatro sigamos solteras.No es eso. Lydia no me abandona porque se
haya
casado, sino porque el regimiento de su maridoest lejos. Si hubiera
204
estado ms cerca, no se habra marchado tan pronto.Pero el desaliento
que este suceso le caus se alivi en seguida y su mente empez a
funcionar
denuevo con gran agitacin ante la serie de noticias que circulaban
por aquel entonces. El ama de llaves deNetherfield haba recibido
rdenes
de preparar la llegada de su amo que iba a tener lugar dentro de dos
otres das, para dedicarse a la caza durante unas semanas. La seora
Bennet estaba nerviossima. Miraba aJane y sonrea y sacuda la
cabeza
alternativamente.Bueno, bueno, conque viene el seor Bingley,
hermana?
pues fue la seora Philips laprimera en darle la noticia. Pues
mejor. Aunque no me importa. T sabes que nada tenemos que ver
conl
y que no quiero volver a verlo. Si quiere venir a Netherfield, que venga.
Y quin sabe lo que puedepasar? Pero no nos importa. Ya sabes que
hace
tiempo acordamos no volver a decir palabra de esto. Escierto que
viene?
Puedes estar segura respondi la otra, porque la seora Nicholls
estuvo en Meryton ayertarde; la vi pasar y sal dispuesta a saber la
verdad; ella me dijo que s, que su amo llegaba. Vendr eljueves a ms
tardar; puede que llegue el mircoles. La seora Nicholls me dijo que
iba
a la carnicera aencargar carne para el mircoles y llevaba tres pares de
patos listos para matar.Al saber la noticia, Jane mud de color. Haca
meses
que entre ella y Elizabeth no se hablaba deBingley, pero ahora en
cuanto estuvieron solas le dijo:He notado, Elizabeth, que cuando mi
ta
comentaba la noticia del da, me estabas mirando. Yas que pareci
que
me dio apuro, pero no te figures que era por alguna tontera. Me qued
confusa unmomento porque me di cuenta de que me estarais
observando.
Te aseguro que la noticia no me da tristezani gusto. De una cosa me
alegro: de que viene solo, porque as lo veremos menos. No es que
tenga
miedopor m, pero temo los comentarios de la gente.Elizabeth no saba
qu pensar. Si no le hubiera visto en Derbyshire, habra podido creer
que
venatan slo por el citado motivo, pero no dudaba de que an amaba a
Jane, y hasta se arriesgaba a pensar quevena con la aprobacin de su
amigo o que se haba atrevido incluso a venir sin ella.Es duro
pensaba a veces que este pobre hombre no pueda venir a una
casa
que ha alquiladolegalmente sin levantar todas estas cbalas. Yo le
dejar
en paz.Comment: para dedicarse a laca.Za durante unas semanas:
EnInglaterra la caza del faisnempieza el z de octubre y terminaa finales
de enero. La caza de laperdiz comienza el i de septiembre.Librodot
Orgullo
y prejuicio Jane AustenLibrodot143143A pesar de lo que su hermana
deca y crea de buena fe, Elizabeth pudo notar que la expectativa dela
llegada de Bingley le afectaba. Estaba distinta y ms turbada que de
costumbre.
El tema del que haban discutido sus padres acaloradamente
205
haca un ao, surgi ahora de nuevo.Querido mo, supongo que en
cuanto llegue el seor Bingley irs a visitarle.No y no. Me obligaste a
hacerlo el ao pasado, prometindome que se iba a casar con una
demis
hijas. Pero todo acab en agua de borrajas, y no quiero volver a hacer
semejante
parip como un tonto.Su mujer le observ lo absolutamente necesaria
que sera aquella atencin por parte de todos losseores de la vecindad
en cuanto Bingley llegase a Netherfield.Es una etiqueta que me
revienta repuso el seor Bennet. Si quiere nuestra compaa, que
labusque;
ya sabe dnde vivimos. No puedo perder el tiempo corriendo
detrs de los vecinos cada vez que sevan y vuelven.Bueno, ser muy
feo que no le visites; pero eso no me impedir invitarle a comer. Vamos
atener en breve a la mesa a la seora Long y a los Goulding, y como
contndonos
a nosotros seremos trece,habr justamente un lugar para
l.Consolada con esta decisin, qued perfectamente dispuesta a
soportar
la descortesa de su esposo,aunque le molestara enormemente que,
con tal motivo, todos los vecinos viesen a Bingley antes que ellos.Al
acercarse
el da de la llegada, Jane dijo:A pesar de todo, empiezo a sentir
que venga. No me importara nada y le ver con la mayorindiferencia,
pero no puedo resistir or hablar de l perpetuamente. Mi madre lo hace
con la mejorintencin, pero no sabe, ni sabe nadie, el sufrimiento que
me
causa. No ser feliz hasta que Bingley se hayaido de Netherfield.
Querra decirte algo para consolarte contest Elizabeth, pero
no puedo. Debescomprenderlo. Y la normal satisfaccin de recomendar
paciencia a los que sufren me est vedada porque ati nunca te falta.
Bingley lleg. La seora Bennet trat de obtener con ayuda de las
criadas
las primeras noticias,para aumentar la ansiedad y el mal humor que
la consuman. Contaba los das que deban transcurrir parainvitarle, ya
que no abrigaba esperanzas de verlo antes. Pero a la tercera maana
de
la llegada de Bingley alcondado, desde la ventana de su vestidor le vio
que entraba por la verja a caballo y se diriga hacia la casa.Llam al
punto
a sus hijas para que compartieran su gozo. Jane se neg a dejar su
lugar
junto a lamesa. Pero Elizabeth, para complacer a su madre, se acerc
a la ventana, mir y vio que Bingley entrabacon Darcy, y se volvi a
sentar
al lado de su hermana.Mam, viene otro caballero con l dijo
Catherine. Quin ser?Supongo que algn conocido suyo,
querida;
no le conozco.Oh! exclam Catherine. Parece aquel seor que
antes
estaba con l. El seor cmo sellama? Aquel seor alto y
orgulloso.
Santo Dios! El seor Darcy? Pues s, es l. Bueno; cualquier amigo
del seor Bingley sersiempre bienvenido a esta casa; si no fuera por
eso No puedo verle ni en pintura.Jane mir a Elizabeth con asombro
e
206
inters. Saba muy poco de su encuentro en Derbyshire y,
porconsiguiente,
comprenda el horror que haba de causarle a su hermana ver a Darcy
casi por primera vezdespus de la carta aclaratoria. Las dos hermanas
estaban
bastante intranquilas; cada una sufra por la otra,y como es natural,
por s misma. Entretanto la madre segua perorando sobre su odio a
Darcy y sobre sudecisin de estar corts con l slo por consideracin a
Bingley. Ninguna de las chicas la escuchaba.Elizabeth estaba inquieta
por algo que Jane no poda sospechar, pues nunca se haba atrevido a
mostrarle lacarta de la seora Gardiner, ni a revelarle el cambio de sus
sentimientos por Darcy. Para Jane, Darcy no erams que el hombre
cuyas
proposiciones haba rechazado Elizabeth y cuyos mritos
menospreciaba.
Peropara Elizabeth, Darcy era el hombre a quien su familia deba el
mayor de los favores, y a quien ella mirabaLibrodot Orgullo y prejuicio
Jane AustenLibrodot144144con un inters, si no tan tierno, por lo
menos
tan razonable y justo como el que Jane senta por Bingley. Suasombro
ante
la venida de Darcy a Netherfield, a Longbourn, buscndola de nuevo
voluntariamente, eracasi igual al que experiment al verlo tan cambiado
en Derbyshire.El color, que haba desaparecido de su semblante,
acudi
en seguida violentamente a sus mejillas,y una sonrisa de placer dio
brillo
a sus ojos al pensar que el cario y los deseos de Darcy seguan siendo
losmismos. Pero no quera darlo por seguro.Primero ver cmo se
comporta
se dijo y luego Dios dir si puedo tener esperanzas.Se puso a
trabajar atentamente y se esforz por mantener la calma. No osaba
levantar
los ojos,hasta que su creciente curiosidad le hizo mirar a su hermana
cuando la criada fue a abrir la puerta. Janeestaba ms plida que de
costumbre,
pero ms sosegada de lo que Elizabeth hubiese credo. Cuandoentraron
los dos caballeros, enrojeci, pero los recibi con bastante tranquilidad,
y sin dar ninguna muestrade resentimiento ni de innecesaria
complacencia.Elizabeth habl a los dos jvenes lo menos que la
educacin
permita, y se dedic a bordar conms aplicacin que nunca. Slo se
aventur a dirigir una mirada a Darcy. ste estaba tan serio
comosiempre,
y a ella se le antoj que se pareca ms al Darcy que haba conocido
en Hertfordshire que al quehaba visto en Pemberley. Pero quiz en
presencia
de su madre no se senta igual que en presencia de sustos. Era
una suposicin dolorosa, pero no improbable.Mir tambin un instante a
Bingley, y le pareci que estaba contento y cohibido a la vez. Laseora
Bennet le recibi con unos aspavientos que dejaron avergonzadas a sus
dos hijas, especialmente porel contraste con su fra y ceremoniosa
manera
de saludar y tratar a Darcy.Particularmente Elizabeth, sabiendo que su
madre le deba a Darcy la salvacin de su hijapredilecta de tan
207
irremediable infamia, se entristeci profundamente por aquella grosera.
Darcy pregunt cmo estaban los seores Gardiner, y Elizabeth le
contest con cierta turbacin.Despus, apenas dijo nada. No estaba
sentado
al lado de Elizabeth, y acaso se deba a esto su silencio; perono estaba
as en Derbyshire. All, cuando no poda hablarle a ella hablaba con
sus amigos; pero ahorapasaron varios minutos sin que se le oyera la
voz,
y cuando Elizabeth, incapaz de contener su curiosidad,alzaba la vista
hacia
l, le encontraba con ms frecuencia mirando a Jane que a ella, y a
menudo mirandoslo al suelo. Pareca ms pensativo y menos deseoso
de agradar que en su ltimo encuentro. Elizabethestaba decepcionada y
disgustada consigo misma por ello.Cmo pude imaginarme que
estuviese
de otro modo? se deca. Ni siquiera s por qu havenido aqu.No
tena humor para hablar con nadie ms que con l, pero le faltaba valor
para dirigirle lapalabra. Le pregunt por su hermana, pero ya no supo
ms qu decirle.Mucho tiempo ha pasado, seor Bingley, desde que
se
fue usted dijo la seora Bennet.Efectivamente dijo Bingley.
Empezaba a temer continu ella que ya no volvera. La gente
dice que por San Miguelpiensa usted abandonar esta comarca; pero
espero
que no sea cierto. Han ocurrido muchas cosas en lavecindad desde
que usted se fue; la seorita Lucas se cas y est establecida en
Hunsford,
y tambin secas una de mis hijas. Supongo que lo habr usted sabido,
seguramente lo habr ledo en los peridicos.Sali en el Times y en
el Courrier, slo que no estaba bien redactado. Deca solamente: El
caballeroGeorge
Wickham contrajo matrimonio con la seorita Lydia Bennet
, sin mencionar a su padre ni decirdnde viva la novia ni nada. La
gacetilla debi de ser obra de mi hermano Gardiner, y no comprendo
cmopudo
hacer una cosa tan desabrida. Lo vio usted?Bingley respondi
que s y la felicit. Elizabeth no se atreva a levantar los ojos y no pudo
ver qucara pona Darcy.Es delicioso tener una hija bien casada
sigui diciendo, pero al mismo tiempo, seorBingley, es muy duro
que se me haya ido tan lejos. Se han trasladado a Newcastle, que cae
muy al Norte,Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot145145-
segn creo, y all estarn no s cunto tiempo. El regimiento de mi
yerno
est destinado all, porque habrnusted odo decir que ha dejado la
guarnicin
del condado y que se ha pasado a los regulares. Gracias a Diostiene
todava algunos amigos, aunque quiz no tantos como merece.
Elizabeth, sabiendo que esto iba dirigido a Darcy, sinti tanta vergenza
que apenas podasostenerse en la silla. Sin embargo, hizo un supremo
esfuerzo para hablar y pregunt a Bingley si pensabapermanecer
mucho tiempo en el campo. El respondi que unas semanas.Cuando
208
haya matado usted todos sus pjaros, seor Bingley dijo la seora
Bennet,
venga ymate todos los que quiera en la propiedad de mi esposo.
Estoy segura que tendr mucho gusto en ello y deque le reservar sus
mejores nidadas.El malestar de Elizabeth aument con tan innecesaria
y
oficiosa atencin. No le caba la menorduda de que todas aquellas
ilusiones
que renacan despus de un ao acabaran otra vez del mismo modo.
Pens que aos enteros de felicidad no podran compensarle a ella y a
Jane de aquellos momentos depenosa confusin.No deseo ms que
una
cosa se dijo, y es no volver a ver a ninguno de estos dos hombres.
Todo el placer que pueda proporcionar su compaa no basta para
compensar esta vergenza. Ojal notuviera que volver a
encontrrmelos
nunca!Pero aquella desdicha que no podran compensar aos enteros
de felicidad, se atenu poco despusal observar que la belleza de su
hermana
volva a despertar la admiracin de su antiguo enamorado. Alprincipio
Bingley habl muy poco con Jane, pero a cada instante pareca ms
prendado de ella. Laencontraba tan hermosa como el ao anterior, tan
sensible y tan afable, aunque no tan habladora. Janedeseaba que no se
le
notase ninguna variacin y crea que hablaba como siempre, pero su
mente estaba tanocupada que a veces no se daba cuenta de su
silencio.
Cuando los caballeros se levantaron para irse, la seora Bennet no
olvid
su proyectada invitacin.Los dos jvenes aceptaron y se acord que
cenaran en Longbourn dentro de pocos das.Me deba una visita,
seor
Bingley aadi la seora Bennet, pues cuando se fue usted a
lacapital
el ltimo invierno, me prometi comer en familia con nosotros en
cuanto regresara. Ya ve que no lohe olvidado. Estaba muy disgustada
porque no volvi usted para cumplir su compromiso.Bingley pareci un
poco desconcertado por esa reflexin, y dijo que lo senta mucho, pero
que susasuntos le haban retenido. Darcy y l se marcharon.La seora
Bennet haba estado a punto de invitarles a comer aquel mismo da,
pero
a pesar de quesiempre se coma bien en su casa, no crea que dos
platos
fuesen de ningn modo suficientes para unhombre que le inspiraba tan
ambiciosos proyectos, ni para satisfacer el apetito y el orgullo de otro
que
tenadiez mil libras al ao de renta.CAPTULO LIVEn cuanto se
marcharon,
Elizabeth sali a pasear para recobrar el nimo o, mejor dicho,
parameditar
la causa que le haba hecho perderlo. La conducta de Darcy la tena
asombrada y enojada. Por quvino se deca para estar en
silencio,
serio e indiferente?No poda explicrselo de modo satisfactorio.Si
pudo estar amable y complaciente con mis tos en Londres, por qu no
conmigo? Si metema, por qu vino? Y si ya no le importo nada, por
qu estuvo tan callado? Qu hombre ms irritante!No quiero pensar
209
ms en l.Involuntariamente mantuvo esta resolucin durante un rato,
porque se le acerc su hermana, cuyoalegre aspecto demostraba que
estaba
ms satisfecha de la visita que ella.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot146146Ahora le dijo, pasado este primer
encuentro,
me siento completamente tranquila. S quesoy fuerte y que ya no me
azorar delante de l. Me alegro de que venga a comer el martes,
porque
as sever que nos tratamos simplemente como amigos indiferentes.
S,
muy indiferentes contest Elizabeth rindose. Oh, Jane! Ten
cuidado!
Lizzy, querida, no vas a creer que soy tan dbil como para correr
ningn peligro.Creo que ests en uno muy grande, porque l te ama
como siempre.No volvieron a ver a Bingley hasta el martes, y,
entretanto,
la seora Bennet se entreg a todos losventurosos planes que la alegra
y
la constante dulzura del caballero haban hecho revivir en media hora
devisita. El martes se congreg en Longbourn un numeroso grupo de
gente y los seores que con ms ansiaseran esperados llegaron con
toda
puntualidad. Cuando entraron en el comedor, Elizabeth
observatentamente
a Bingley para ver si ocupaba el lugar que siempre le haba tocado
en anteriores comidas allado de su hermana; su prudente madre,
pensando
lo mismo, se guard mucho de invitarle a que tomaseasiento a su
lado. Bingley pareci dudar, pero Jane acert a mirar sonriente a su
alrededor
y la cosa queddecidida: Bingley se sent al lado de Jane.
Elizabeth, con triunfal satisfaccin, mir a Darcy. ste sostuvo la mirada
con noble indiferencia,Elizabeth habra imaginado que Bingley haba
obtenido ya permiso de su amigo para disfrutar de sufelicidad si no
hubiese sorprendido los ojos de ste vueltos tambin hacia Darcy, con
una expresin risuea,pero de alarma.La conducta de Bingley con Jane
durante la comida revel la admiracin que senta por ella, yaunque era
ms circunspecta que antes, Elizabeth se qued convencida de que si
slo
dependiese de l, sudicha y la de Jane quedara pronto asegurada. A
pesar de que no se atreva a confiar en el resultado,Elizabeth se qued
muy satisfecha y se sinti todo lo animada que su mal humor le
permita.
Darcy estabaal otro lado de la mesa, sentado al lado de la seora
Bennet,
y Elizabeth comprenda lo poco grata que lesera a los dos semejante
colocacin,
y lo poco ventajosa que resultaba para nadie. No estaba lo
bastantecerca
para or lo que decan, pero pudo observar que casi no se hablaban
y lo fros y ceremoniosos que eransus modales cuando lo hacan. Esta
antipata de su madre por Darcy le hizo ms penoso a Elizabeth
elrecuerdo
de lo que todos le deban, y haba momentos en que habra dado
cualquier cosa por poder decirque su bondad no era desconocida ni
inapreciada
por toda la familia.Esperaba que la tarde le dara oportunidad
210
de estar al lado de Darcy y que no acabara la visita sinpoder cambiar
con l algo ms que el sencillo saludo de la llegada. Estaba tan ansiosa
y
desasosegada quemientras esperaba en el saln la entrada de los
caballeros,
su desazn casi la puso de mal talante. De lapresencia de Darcy
dependa
para ella toda esperanza de placer en aquella tarde.Si no se dirige
hacia m se deca me dar por vencida.Entraron los caballeros y
pareci que Darcy iba a hacer lo que ella anhelaba;
perodesgraciadamente
las seoras se haban agrupado alrededor de la mesa en donde la
seora
Bennetpreparaba el t y Elizabeth serva el caf, estaban todas tan
apiadas
que no quedaba ningn sito libre a sulado ni lugar para otra silla.
Al acercarse los caballeros, una de las muchachas se aproxim a
Elizabeth
y ledijo al odo:Los hombres no vendrn a separarnos; ya lo tengo
decidido; no nos hacen ninguna falta, no escierto?Darcy entonces se
fue
a otro lado de la estancia. Elizabeth le segua con la vista y envidiaba
atodos
con quienes conversaba; apenas tena paciencia para servir el caf, y
lleg a ponerse furiosa consigomisma por ser tan tonta.Un hombre al
que he rechazado! Loca debo estar si espero que renazca su amor. No
hay un solohombre que no se rebelase contra la debilidad que
supondra
una segunda declaracin a la misma mujer. Nohay indignidad mayor
para
ellos.Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot147147Se
reanim
un poco al ver que Darcy vena a devolverle la taza de caf, y ella
aprovech laoportunidad para preguntarle:Sigue su hermana en
Pemberley?S, estar all hasta las Navidades.Y est sola? Se
han
ido ya todos sus amigos?Slo la acompaa la seora Annesley; los
dems
se han ido a Scarborough a pasar estas tressemanas.A Elizabeth no
se le ocurri ms que decir, pero si l hubiese querido hablar, con qu
placer lehabra contestado! No obstante, se qued a su lado unos
minutos,
en silencio, hasta que la muchacha deantes se puso a cuchichear con
Elizabeth, y entonces l se retir.Una vez quitado el servicio de t y
puestas
las mesas de juego, se levantaron todas las seoras.Elizabeth crey
entonces que podra estar con l, pero sus esperanzas rodaron por el
suelo
cuando vio quesu madre se apoderaba de Darcy y le obligaba a
sentarse
a su mesa de whist. Elizabeth renunci ya a todassus ilusiones. Toda
la tarde estuvieron confinados en mesas diferentes, pero los ojos de
Darcy se volvantan a menudo donde ella estaba, que tanto el uno como
el otro perdieron todas las partidas.La seora Bennet haba proyectado
que los dos caballeros de Netherfield se quedaran a cenar, perofueron
los
primeros en pedir su coche y no hubo manera de retenerlos.Bueno,
nias
dijo la madre en cuanto se hubieron ido todos, qu me decs? A
mi modo dever todo ha ido hoy a pedir de boca. La comida ha estado
tan
211
bien presentada como las mejores que hevisto; el venado asado, en su
punto, y todo el mundo dijo que las ancas eran estupendas; la sopa,
cincuentaveces
mejor que la que nos sirvieron la semana pasada en casa de
los Lucas; y hasta el seor Darcyreconoci que las perdices estaban
muy
bien hechas, y eso que l debe de tener dos o tres cocinerosfranceses.
Y,
por otra parte, Jane querida, nunca estuviste ms guapa que esta tarde;
la
seora Long loafirm cuando yo le pregunt su parecer. Y qu crees
que
me dijo, adems? Oh, seora Bennet, por finla tendremos en
Netherfield!
As lo dijo. Opino que la seora Long es la mejor persona del mundo,
y sussobrinas son unas muchachas muy bien educadas y no son feas
del todo; me gustan mucho.Total que la seora Bennet estaba de
magnfico
humor. Se haba fijado lo bastante en la conductade Bingley para con
Jane para convencerse de que al fin lo iba a conseguir. Estaba tan
excitada
y susfantasas sobre el gran porvenir que esperaba a su familia fueron
tan lejos de lo razonable, que se disgustmuchsimo al ver que Bingley
no se presentaba al da siguiente para declararse.Ha sido un da muy
agradable dijo Jane a Elizabeth. Qu selecta y qu cordial fue
lafiesta!
Espero que se repita.Elizabeth se sonri.No te ras. Me duele que
seas as, Lizzy. Te aseguro que ahora he aprendido a disfrutar de
suconversacin
y que no veo en l ms que un muchacho inteligente y amable.
Me encanta su proceder y nome importa que jams haya pensado en
m.
Slo encuentro que su trato es dulce y ms atento que el deningn otro
hombre.Eres cruel! contest su hermana. No me dejas sonrer y
me ests provocando a hacerlo acada momento.Qu difcil es que te
crean en algunos casos!Y qu imposible en otros!Por qu te
empeas
en convencerme de que siento ms de lo que confieso?No sabra
qu contestarte. A todos nos gusta dar lecciones, pero slo enseamos
lo
que nomerece la pena saber. Perdname, pero si persistes en tu
indiferencia,
es mejor que yo no sea tu confidente.Librodot Orgullo y prejuicio
Jane AustenLibrodot148148CAPTULO LVPocos das despus de
aquella
visita, Bingley volvi a Longbourn, solo. Su amigo se haba ido aLondres
por la maana, pero iba a regresar dentro de diez das. Pas con ellas
una hora, y estuvo deexcelente humor. La seora Bennet le invit a
comer,
Bingley dijo que lo senta, pero que estaba convidadoen otro sitio.
La prxima vez que venga repuso la seora Bennet espero que
tengamos ms suerte.Tendr mucho gusto respondi Bingley. Y
aadi que, si se lo permitan, aprovecharacualquier oportunidad para
visitarles.Puede usted venir maana?Bingley dijo que s, pues no
tena
ningn compromiso para el da siguiente.Lleg tan temprano que
ninguna de las seoras estaba vestida, La seora Bennet corri al
212
cuartode sus hijas, en bata y a medio peinar, exclamando:Jane,
querida,
date prisa y ve abajo! Ha venido el seor Bingley! Es l, sin duda.
Ven, Sara!Anda en seguida a ayudar a vestirse a la seorita Jane. No
te
preocupes del peinado de la seorita Elizabeth.Bajaremos en cuanto
podamos dijo Jane, pero me parece que Catherine est
msadelantada
que nosotras, porque subi hace media hora.Mira con lo que sales!
Qu tiene que ver en esto Catherine? T eres la que debe bajar
enseguida.
Dnde est tu cors?Pero cuando su madre haba salido, Jane no
quiso bajar sin alguna de sus hermanas.Por la tarde, la madre volvi a
intentar
que Bingley se quedara a solas con Jane. Despus del t, elseor
Bennet se retir a su biblioteca como de costumbre, y Mary subi a
tocar
el piano. Habiendodesaparecido dos de los cinco obstculos, la seora
Bennet se puso a mirar y a hacer seas y guios aElizabeth y a
Catherine
sin que ellas lo notaran. Catherine lo advirti antes que Elizabeth y
pregunt
contoda inocencia:Qu pasa, mam? Por qu me haces seas?
Qu quieres que haga?Nada, nia, nada. No te haca ninguna sea.
Sigui sentada cinco minutos ms, pero era incapaz de desperdiciar
una ocasin tan preciosa. Selevant de pronto y le dijo a Catherine:
Ven, cario. Tengo que hablar contigo.Y se la llev de la habitacin.
Jane mir al instante a Elizabeth denotando su pesar por aquellasalida
tan premeditada y pidindole que no se fuera.Pero a los pocos minutos
la seora Bennet abri la puerta y le dijo a Elizabeth:Ven, querida.
Tengo
que hablarte.Elizabeth no tuvo ms remedio que salir.Dejmoslos
solos, entiendes? le dijo su madre en el vestbulo. Catherine y yo
nos vamosarriba a mi cuarto.Elizabeth no se atrevi a discutir con su
madre;
pero se qued en el vestbulo hasta que la viodesaparecer con
Catherine,
y entonces volvi al saln.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot149149Los
planes de la seora Bennet no se realizaron aquel
da. Bingley era un modelo de gentileza,pero no el novio declarado de
su
hija. Su soltura y su alegra contribuyeron en gran parte a la animacin
dela reunin de la noche; aguant toda la indiscrecin y las
impertinencias
de la madre y escuch todas susnecias advertencias con una paciencia
y una serenidad que dejaron muy complacida a Jane.Apenas necesit
que le invitaran para quedarse a cenar y, antes de que se fuera, la
seora
Bennet lehizo una nueva invitacin para que viniese a la maana
siguiente
a cazar con su marido.Despus de este da, Jane ya no dijo que Bingley
le fuese indiferente. Las dos hermanas nohablaron una palabra acerca
de l, pero Elizabeth se acost con la feliz conviccin de que todo se
arreglarapronto, si Darcy no volva antes del tiempo indicado. Sin
embargo,
estaba seriamente convencida de quetodo esto habra tenido
213
igualmente lugar sin la ausencia de dicho caballero.Bingley acudi
puntualmente
a la cita, y l y el seor Bennet pasaron juntos la maana del
modoconvenido. El seor Bennet estuvo mucho ms agradable de lo
que
su compaero esperaba. No haba nadaen Bingley de presuncin o de
tontera que el otro pudiese ridiculizar o disgustarle interiormente, por lo
queestuvo con l ms comunicativo y menos hosco de lo que sola.
Naturalmente,
Bingley regres con el seorBennet a la casa para comer, y por
la tarde la seora Bennet volvi a maquinar para dejarle solo con su
hija.
Elizabeth tena que escribir una carta, y fue con ese fin al saloncillo
poco
despus del t, pues como losdems se haban sentado a jugar, su
presencia
ya no era necesaria para estorbar las tramas de su madre.Pero al
entrar en el saln, despus de haber terminado la carta, vio con infinita
sorpresa que habarazn para temer que su madre se hubiera salido
con
la suya. En efecto, al abrir la puerta divis a. suhermana y a Bingley
solos,
apoyados en la chimenea como abstrados en la ms interesante
conversacin;
ypor si esto no hubiese dado lugar a todas las sospechas, los
rostros de ambos al volverse rpidamente ysepararse lo habran dicho
todo. La situacin debi de ser muy embarazosa para ellos, pero
Elizabeth
iba amarcharse, cuando Bingley, que, como Jane, se haba sentado,
se levant de pronto, dijo algunas palabras alodo de Jane y sali de la
estancia.Jane no poda tener secretos para Elizabeth, sobre todo, no
poda
ocultarle una noticia que sabaque la alegrara. La estrech entre sus
brazos
y le confes con la ms viva emocin que era la mujer msdichosa
del mundo.Es demasiado! aadi. Es demasiado! No lo merezco.
Oh! Por qu no sern todos tanfelices como yo?La enhorabuena de
Elizabeth
fue tan sincera y tan ardiente y revel tanto placer que no
puedeexpresarse
con palabras. Cada una de sus frases cariosas fue una fuente
de dicha para Jane. Pero no pudoquedarse con Elizabeth ni contarle la
mitad de las cosas que tena que comunicarle todava.Voy a ver al
instante
a mam dijo. No puedo ignorar su afectuosa solicitud ni permitir
quese entere por otra persona. l acaba de ir a hablar con pap.
Oh, Lizzy! Lo que voy a decir llenar dealegra a toda la familia. Cmo
podr resistir tanta dicha?Se fue presurosamente en busca de su madre
que haba suspendido adrede la partida de cartas yestaba arriba con
Catherine.Elizabeth se qued sonriendo ante la facilidad y rapidez con
que se haba resuelto un asunto quehaba causado tantos meses de
incertidumbre
y de dolor.He aqu en qu ha parado se dijo la ansiosa
circunspeccin de su amigo y toda la falsedad ylas tretas de sus
hermanas!
No poda darse un desenlace ms feliz, ms prudente y ms razonable.
A los pocos minutos entr Bingley, que haba terminado su corta
214
conferencia con el seor Bennet.Dnde est su hermana? le dijo
al
instante de abrir la puerta.Arriba, con mam. Creo que bajar en
seguida.
Entonces Bingley cerr la puerta y le pidi su parabin, rogndole
que le considerase como unhermano. Elizabeth le dijo de todo corazn
lo
mucho que se alegraba de aquel futuro parentesco. Se dieronlas manos
cordialsimamente y hasta que baj Jane, Bingley estuvo hablando de
su
felicidad y de lasLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot150150perfecciones
de su amada. Elizabeth no crey exageradas sus
esperanzas de dicha, a pesar del amor quecegaba al joven, pues al
buen
entendimiento y al excelente corazn de Jane se unan la semejanza
desentimientos
y gustos con su prometida.La tarde transcurri en medio
del embeleso general la satisfaccin de Jane daba a su rostro una luzy
una expresin tan dulce que le hacan parecer ms hermosa que nunca.
Catherine sonrea pensando quepronto le llegara su turno. La seora
Bennet dio su consentimiento y expres su aprobacin en
trminoscalurossimos
que, no obstante, no alcanzaron a describir el jbilo que senta,
y durante media hora no pudohablarle a Bingley de otra cosa. Cuando el
seor Bennet se reuni con ellos para la cena, su voz y suaspecto
revelaban
su alegra.Pero ni una palabra sali de sus labios que aludiese al
asunto hasta que el invitado se despidi. Tanpronto como se hubo ido,
el
seor Bennet se volvi a su hija y le dijo:Te felicito, Jane. Sers una
mujer muy feliz. Jane corri hacia su padre, le dio un beso y lasgracias
por su bondad.Eres una buena muchacha aadi el padre y
mereces
la suerte que has tenido. Os llevarismuy bien. Vuestros caracteres
son muy parecidos. Sois tan complacientes el uno con el otro que
nuncaresolveris
nada, tan confiados que os engaar cualquier criado, y tan
generosos que siempre gastaris msde lo que tengis.Eso s que
no.
La imprudencia o el descuido en cuestiones de dinero sera
imperdonable
param. Gastar ms de lo tenga! exclam la seora Bennet.
Qu ests diciendo? Bingley posee cuatroo cinco mil libras anuales, y
puede que ms. Despus, dirigindose a su hija, aadi:Oh, Jane,
querida,
vida ma, soy tan feliz que no voy a poder cerrar ojo en toda la noche!
Ya sabayo que esto llegara; siempre dije que al final se arreglara todo.
Estaba segura de que tu hermosura no iba aser en balde. Recuerdo que
en cuanto lo vi la primera vez que lleg a Hertfordshire, pens que por
fuerzatenais que casaros. Es el hombre ms guapo que he visto en mi
vida!Wickham y Lydia quedaron olvidados. Jane era ahora su hija
favorita,
sin ninguna comparacin;en aquel momento las dems no le
importaban
nada. Las hermanas menores pronto empezaron a pedirle aJane todo
lo que deseaban y que ella iba a poder dispensarles en breve.Mary
215
quera usar la biblioteca de Netherfield, y Catherine le suplic que
organizase
all unoscuantos bailes en invierno.Bingley, como era natural, iba
a Longbourn todos los das. Con frecuencia llegaba antes delalmuerzo y
se quedaba hasta despus de la cena, menos cuando algn brbaro
vecino,
nunca detestado lobastante, le invitaba a comer, y Bingley se crea
obligado a aceptar.Elizabeth tena pocas oportunidades de conversar
con
su hermana, pues mientras Bingley estabapresente, Jane no tena ojos
ni
odos para nadie ms; pero resultaba muy til al uno y al otro en las
horas
deseparacin que a veces se imponan. En ausencia de Jane, Bingley
buscaba siempre a Elizabeth para darseel gusto de hablar de su amada;
y
cuando Bingley se iba, Jane recurra constantemente al mismo
consuelo.
No sabes lo feliz que me ha hecho le dijo una noche a su hermana
al participarme que ignoraba queyo haba estado en Londres la pasada
primavera! Me pareca imposible!Me lo figuraba. Pero cmo se
explica?Debe de haber sido cosa de sus hermanas. La verdad es que
no
queran saber nada conmigo,cosa que no me extraa, pues Bingley
hubiese
podido encontrar algo mejor desde todos los puntos de vista.Pero
cuando vean, como supongo que vern, que su hermano es feliz a mi
lado,
se contentarn yvolveremos a ser amigas, aunque nunca como antes.

Esto es lo ms imperdonable que te he odo decir en mi vida


exclam Elizabeth. Infeliz!Me irrita de veras que creas en la
pretendida
amistad de la seorita Bingley.Creers, Elizabeth, que al irse a la
capital el pasado noviembre me amaba de veras y slo lacerteza de que
me era indiferente le impidi volver?Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot151151Se equivoc un poquito, en realidad; pero esto
habla muy en favor de su modestia.Esto indujo a Jane, naturalmente, a
hacer un panegrico de la falta de presuncin de su novio y delpoco
valor
que daba a sus propias cualidades.Elizabeth se alegr de que no
hubiese
traicionado a su amigo hablndole de la intromisin de ste,pues a
pesar de que Jane posea el corazn ms generoso y propenso al
perdn
del mundo, esto poda habercreado en ella algn prejuicio contra
Darcy.Soy indudablemente la criatura ms afortunada de la tierra
exclam
Jane . Oh, Lizzy, qu pename da ser la ms feliz de la casa! Si por
lo menos t tambin lo fueses! Si hubiera otro hombre comoBingley
para
ti!Aunque me dieras cuarenta como l nunca sera tan dichosa como
t. Mientras no tenga tucarcter, jams podr disfrutar de tanta felicidad.
No, no; djame como estoy. Si tengo buena suerte, puedeque con el
tiempo
encuentre otro Collins.El estado de los asuntos de la familia de
Longbourn
no poda permanecer en secreto. La seoraBennet tuvo el privilegio
de comunicarlo a la seora Philips y sta se lanz a pregonarlo sin
216
previo permisopor las casas de todos los vecinos de Meryton.Los
Bennet
no tardaron en ser proclamados la familia ms afortunada del mundo, a
pesar de quepocas semanas antes, con ocasin de la fuga de Lydia, se
les
haba considerado como la gente msdesgraciada de la
tierra.CAPTULO
LVIUna maana, aproximadamente una semana despus de la
declaracin
de Bingley, mientras ste sehallaba reunido en el saloncillo con las
seoras de Longbourn, fueron atrados por el ruido de un carruaje
ymiraron
a la ventana, divisando un land de cuatro caballos que cruzaba la
explanada de csped de delantede la casa. Era demasiado temprano
para
visitas y adems el equipo del coche no corresponda a ninguno delos
vecinos; los caballos eran de posta y ni el carruaje ni la librea de los
lacayos
les eran conocidos. Peroera evidente que alguien vena a la casa.
Bingley
le propuso a Jane irse a pasear al planto de arbustos paraevitar que
el intruso les separase. Se fueron los dos, y las tres que se quedaron en
el
comedor continuaronsus conjeturas, aunque con poca satisfaccin,
hasta
que se abri la puerta y entr la visita. Era ladyCatherine de
Bourgh.Verdad es que todas esperaban alguna sorpresa, pero sta fue
superior a todas las previsiones.Aunque la seora Bennet y Catherine
no
conocan a aquella seora, no se quedaron menos atnitas
queElizabeth.
Entr en la estancia con aire todava ms antiptico que de costumbre;
contest al saludo deElizabeth con una simple inclinacin de cabeza,
y se sent sin decir palabra. Elizabeth le haba dicho sunombre a la
seora
Bennet, cuando entr Su Seora, aunque sta no haba solicitado
ninguna
presentacin.La seora Bennet, pasmadsima aunque muy ufana al
ver en su casa a persona de tanto rango, larecibi con la mayor
cortesa.
Estuvieron sentadas todas en silencio durante un rato, hasta que al fin
ladyCatherine dijo con empaque a Elizabeth:Supongo que estar
usted
bien, y calculo que esa seora es su madre.Elizabeth contest que s
concisamente.
Y esa otra imagino que ser una de sus hermanas.Librodot
Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot152152S, seora
respondi
la seora Bennet muy oronda de poder hablar con lady Catherine.
Esla
penltima; la ms joven de todas se ha casado hace poco, y la mayor
est
en el jardn paseando con uncaballero que creo no tardar en formar
parte
de nuestra familia.Tienen ustedes una finca muy pequea dijo Su
Seora despus de un corto silencio.No es nada en comparacin
con
Rosings, seora; hay que reconocerlo; pero le aseguro que esmucho
mejor
que la de sir William Lucas.sta ha de ser una habitacin muy
molesta
en las tardes de verano; las ventanas dan porcompleto a poniente.
La seora Bennet le asegur que nunca estaban all despus de comer,
y aadi:Puedo tomarme la libertad de preguntar a Su Seora qu
tal
217
ha dejado a los seores Collins?Muy bien; les vi anteayer por la
noche.
Elizabeth esperaba que ahora le dara alguna carta deCharlotte, pues
ste
pareca el nico motivo probable de su visita; pero lady Catherine no
sac
ningunacarta, y Elizabeth sigui con su perplejidad.La seora Bennet
suplic finsimamente a Su Seora que tomase algo, pero lady
Catherine
rehusel obsequio con gran firmeza y sin excesiva educacin. Luego
levantndose,
le dijo a Elizabeth:Seorita Bennet, me parece que ah, a
un lado de la pradera, hay un sitio precioso y retirado. Megustara dar
una vuelta por l si me hiciese el honor de acompaarme.Anda,
querida
exclam la madre, ensale a Su Seora todos los paseos. Creo
que laermita le va a gustar.Elizabeth obedeci, corri a su cuarto a
buscar
su sombrilla y esper abajo a su noble visitante. Alpasar por el
vestbulo,
lady Catherine abri las puertas del comedor y del saln y despus
de una cortainspeccin declar que eran piezas decentes, despus de
lo
cual sigui andando.El carruaje segua en la puerta y Elizabeth vio que
la
doncella de Su Seora estaba en l.Caminaron en silencio por el
sendero
de gravilla que conduca a los corrales. Elizabeth estaba decidida a
nodar
conversacin a quella seora que pareca ms insolente y desagradable
an que de costumbre.Cmo pude decir alguna vez que se pareca a
su
sobrino?, se dijo al mirarla a la cara.Cuando entraron en un breal, lady
Catherine le dijo lo siguiente:Seguramente sabr usted, seorita
Bennet,
la razn de mi viaje hasta aqu. Su propio corazn ysu conciencia tienen
que decirle el motivo de mi visita. Elizabeth la contempl con el natural
asombro:Est usted equivocada, seora. De ningn modo puedo
explicarme el honor de su presencia.Seorita Bennet repuso Su
Seora
con tono enfadado, debe usted saber que no me gustanlas bromas;
por muy poco sincera que usted quiera ser, yo no soy as. Mi carcter
ha sido siempre celebradopor su lealtad y franqueza y en un asunto
de tanta importancia como el que aqu me trae me apartar
muchomenos
de mi modo de ser. Ha llegado a mis odos que no slo su hermana est
a
punto de casarse muyventajosamente, sino que usted, seorita Bennet,
es
posible que se una despus con mi sobrino Darcy. Aunsabiendo que
esto
es una espantosa falsedad y aunque no quiero injuriar a mi sobrino,
admitiendo
que hayaalgn asomo de verdad en ello, decid en el acto venir
a comunicarle a usted mis sentimientos.Si crey usted de veras que
eso
era imposible replic Elizabeth roja de asombro y de desdn,me
admira
que se haya molestado en venir tan lejos. Qu es lo que se propone?

Ante todo, intentar que esa noticia sea rectificada en todas sus partes.

Su venida a Longbourn para visitarme a m y a mi familia


observ Elizabeth framente, laconfirmar con ms visos de
verdad,
218
si es que tal noticia ha circulado.Comment: Creo que la ermita leva a
gustar: En aquel tiempoestaba de moda colocar en losjardines de las
grandes casas decampo rarezas romnticas, comoruinas artificiales o
rasgospseudomedievales, tales como unaermita.Librodot Orgullo y
prejuicio
Jane AustenLibrodot153153Que si ha circulado? Pretende
ignorarlo?
No han sido ustedes mismos los que se han tomadoel trabajo de
difundirla?Jams he odo nada que se le parezca.Y va usted a
decirme
tambin que no hay ningn fundamento de lo que le digo?No
presumo
de tanta franqueza como Su Seora. Usted puede hacerme preguntas
que yo puedono querer contestar.Es inaguantable! Seorita
Bennet, insisto en que me responda. Le ha hecho mi
sobrinoproposiciones
de matrimonio?Su Seora ha declarado ya que eso era imposible.
Debe serlo, tiene que serlo mientras Darcy conserve el uso de la razn.
Pero sus artes y susseducciones pueden haberle hecho olvidar en un
momento de ceguera lo que debe a toda su familia y a smismo. A lo
mejor
le ha arrastrado usted a hacerlo.Si lo hubiese hecho, no sera yo
quien
lo confesara.Seorita Bennet, sabe usted quin soy? No estoy
acostumbrada
a ese lenguaje. Soy casi elfamiliar ms cercano que tiene mi sobrino
en el mundo, y tengo motivos para saber cules son sus mscaros
intereses.Pero no los tiene usted para saber cules son los mos, ni el
proceder de usted es el ms indicadopara inducirme a ser ms
explcita.
Entindame bien: ese matrimonio al que tiene usted la presuncin
de aspirar nunca podrrealizarse, nunca. El seor Darcy est
comprometido
con mi hija. Qu tiene usted que decir ahora?Slo esto: que si es
as, no tiene usted razn para suponer que me har proposicin alguna.
Lady Catherine vacil un momento y luego dijo:El compromiso entre
ellos es peculiar. Desde su infancia han sido destinados el uno para el
otro.Era el mayor deseo de la madre de l y de la de ella. Desde que
nacieron
proyectamos su unin; y ahora, enel momento en que los anhelos
de las dos hermanas iban a realizarse, lo va a impedir la intrusin de
unamuchacha de cuna inferior, sin ninguna categora y ajena por
completo
a la familia? No valen nada parausted los deseos de los amigos de
Darcy, relativos a su tcito compromiso con la seorita de Bourgh?
Haperdido usted toda nocin de decencia y de delicadeza? No me ha
odo usted decir que desde su edad mstemprana fue destinado a su
prima?
S, lo he odo decir; pero, qu tiene que ver eso conmigo? Si no
hubiera otro obstculo paraque yo me casara con su sobrino, tenga por
seguro que no dejara de efectuarse nuestra boda por suponerque su
madre
y su ta deseaban que se uniese con la seorita de Bourgh. Ustedes
dos hicieron lo quepudieron con proyectar ese matrimonio, pero su
219
realizacin depende de otros. Si el seor Darcy no se sienteligado a su
prima ni por el honor ni por la inclinacin, por qu no habra de elegir a
otra? Y si soy yo laelegida, por qu no habra de aceptarlo?Porque
se
lo impiden el honor, el decoro, la prudencia e incluso el inters. S,
seorita
Bennet,el inters; porque no espere usted ser reconocida por la familia
o los amigos de Darcy si obra ustedtercamente contra la voluntad de
todos. Ser usted censurada, desairada y despreciada por todas
lasrelaciones
de Darcy. Su enlace ser una calamidad; sus nombres no sern
nunca pronunciados por ningunode nosotros.Graves desgracias son
sas
replic Elizabeth. Pero la esposa del seor Darcy
gozarseguramente
de tales venturas que podr a pesar de todo sentirse muy satisfecha.
Ah, criatura tozuda y obstinada! Me da usted vergenza! Es esa
su gratitud por misatenciones en la pasada primavera? Sentmonos. Ha
de saber usted, seorita Bennet, que he venido aquLibrodot Orgullo y
prejuicio Jane AustenLibrodot154154con la firme resolucin de
conseguir
mi propsito. No me dar por vencida. No estoy acostumbrada
asometerme
a los caprichos de nadie; no estoy hecha a pasar sinsabores.Esto
puede que haga ms lastimosa la situacin actual de Su Seora, pero a
m no me afecta. No quiero que me interrumpa! Escuche usted en
silencio.
Mi hija y mi sobrino han sido formados el unopara el otro. Por lnea
materna descienden de la misma ilustre rama, y por la paterna, de
familiasrespetables, honorables y antiguas, aunque sin ttulo. La fortuna
de ambos lados es esplndida. Estndestinados el uno para el otro por
el
voto de todos los miembros de sus casas respectivas; y qu
puedesepararlos?
Las intempestivas pretensiones de una muchacha de humilde cuna
y sin fortuna. Cmo puedeadmitirse? Pero no ocurrir! Si velara por
su propio bien, no querra salir de la esfera en que ha nacido.Al
casarme
con su sobrino no creera salirme de mi esfera. l es un caballero y yo
soy hija deotro caballero; por consiguiente, somos iguales.As es;
usted
es hija de un caballero. Pero, quin es su madre? Quines son sus
tos y
tas? Sefigura que ignoro su condicin?Cualesquiera que sean mis
parientes,
si su sobrino no tiene nada que decir de ellos, menos tieneque
decir usted repuso Elizabeth.Dgame de una vez por todas, est
usted
comprometida con l?Aunque por el mero deseo de que se lo
agradeciese
lady Catherine, Elizabeth no habra contestadoa su pregunta; no pudo
menos que decir, tras un instante de deliberacin:No lo estoy.Lady
Catherine pareca complacida.Y me promete usted no hacer nunca
semejante
compromiso?No har ninguna promesa de esa clase. Seorita
Bennet! Estoy horrorizada y sorprendida!Esperaba que fuese usted
ms
sensata. Pero no se haga usted ilusiones: no pienso ceder. No me ir
220
hastaque me haya dado la seguridad que le exijo.Pues la verdad es
que
no se la dar jams. No crea usted que voy a intimidarme por una cosa
tandisparatada. Lo que Su Seora quiere es que Darcy se case con su
hija;
pero si yo le hiciese a usted lapromesa que ansa, resultara ms
probable
ese matrimonio? Supongamos que est interesado por m; siyo me
negara a aceptar su mano, cree usted que ira a ofrecrsela a su prima?
Permtame decirle, ladyCatherine, que los argumentos en que ha
apoyado
usted su extraordinaria exigencia han sido tan frvoloscomo irreflexiva
la exigencia. Se ha equivocado usted conmigo enormemente, si se
figura
que puedodejarme convencer por semejantes razones. No s hasta
qu punto podr aprobar su sobrino la intromisinde usted en sus
asuntos;
pero desde luego no tiene usted derecho a meterse en los mos. Por
consiguiente, lesuplico que no me importune ms sobre esta cuestin.

No se precipite, por favor, no he terminado todava. A todas las


objeciones que he expuesto,tengo que aadir otra ms. No ignoro los
detalles
del infame rapto de su hermana menor. Lo s todo. S queel muchacho
se cas con ella gracias a un arreglo hecho entre su padre y su to.
Y esa mujer ha de ser lahermana de mi sobrino? Y su marido, el hijo
del
antiguo administrador de su padre, se ha de convertir enel hermano de
Darcy? Por todos los santos! Qu se cree usted? Han de profanarse
as
los antepasados dePemberley?Ya lo ha dicho usted todo contest
Elizabeth indignada. Me ha insultado de todas lasformas posibles. Le
ruego que volvamos a casa.Y al decir esto se levant. Lady Catherine
se
levant tambin y regresaron. Su Seora estabahecha una furia.
As,
pues, no tiene usted ninguna consideracin a la honra y a la reputacin
de mi sobrino?Criatura insensible y egosta! No repara en que si se
casa
con usted quedar desacreditado a los ojos detodo el mundo?Librodot
Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot155155Lady Catherine, no tengo
nada ms que decir. Ya sabe cmo pienso.Est usted, pues,
decidida a
conseguirlo?No he dicho tal cosa., No estoy decidida ms que a
proceder
del modo que crea msconveniente para mi felicidad sin tenerla en
cuenta a usted ni a nadie que tenga tan poco que ver conmigo.Muy
bien. Entonces se niega usted a complacerme. Rehsa usted obedecer
al
imperio del deber,del honor y de la gratitud. Est usted determinada a
rebajar a mi sobrino delante de todos sus amigos y aconvertirle en el
hazmerrer
de todo el mundo.Ni el deber, ni el honor, ni la gratitud
repuso Elizabeth, pueden exigirme nada en laspresentes
circunstancias.
Ninguno de sus principios sera violado por mi casamiento con
Darcy. Y encuanto al resentimiento de su familia o a la indignacin del
mundo, si los primeros se enfurecen por miboda con su sobrino, no me
221
importara lo ms mnimo; y el mundo tendra el suficiente buen sentido
desumarse a mi desprecio.Y sta es su actitud, su ltima
resolucin?
Muy bien; ya s lo que tengo que hacer. No se figureque su ambicin,
seorita
Bennet, quedar nunca satisfecha. Vine para probarla. Esperaba
que fuese usteduna persona razonable. Pero tenga usted por seguro
que
me saldr con la ma.Todo esto fue diciendo lady Catherine hasta que
llegaron
a la puerta del coche. Entonces se volviy dijo:No me despido
de usted, seorita Bennet; no mando ningn saludo a su madre; no se
mereceusted esa atencin. Me ha ofendido gravemente. Elizabeth no
respondi
ni trat de convencer a Su Seorade que entrase en la casa. Se
fue sola y despacio. Cuando suba la escalera, oy que el coche parta.
Sumadre, impaciente, le sali al encuentro a la puerta del vestidor para
preguntarle cmo no haba vuelto adescansar lady Catherine.No ha
querido dijo su hija. Se ha marchado.Qu mujer tan distinguida!
Y qu cortesa la suya al venir a visitarnos! Porque supongo quehabr
venido para decirnos que los Collins estn bien. Deba de ir a alguna
parte
y al pasar por Merytonpens que podra visitarnos. Supongo que no
tena nada de particular que decirte, verdad, Lizzy?Elizabeth se vio
obligada a contar una pequea mentira, porque descubrir la materia de
suconversacin era imposible.CAPITULO LVIINo sin dificultad logr
vencer Elizabeth la agitacin que le caus aquella extraordinaria visita.
Estuvo muchas horas sin poder pensar en otra cosa. Al parecer, lady
Catherine se haba tomado la molestiade hacer el viaje desde Rosings a
Hertfordshire con el nico fin de romper su supuesto compromiso
conDarcy. Aunque lady Catherine era muy capaz de semejante
proyecto,
Elizabeth no alcanzaba a imaginar dednde haba sacado la noticia de
dicho
compromiso, hasta que record que el ser l tan amigo de Bingley
yella hermana de Jane, poda haber dado origen a la idea, ya que la
boda
de los unos predispona a suponer lade los otros. Elizabeth haba
pensado,
efectivamente, que el matrimonio de su hermana les acercara a ella
ya Darcy. Por eso mismo debi de ser por lo que los Lucas por cuya
correspondencia con los Collinspresuma Elizabeth que la conjetura
haba
llegado a odos de lady Catherine dieron por inmediato lo queella
tambin haba credo posible para ms adelante.Pero al meditar sobre
las
palabras de lady Catherine, no pudo evitar cierta intranquilidad por
lasconsecuencias
que poda tener su intromisin. De lo que dijo acerca de
su resolucin de impedir elcasamiento, dedujo Elizabeth que tena el
propsito de interpelar a su sobrino, y no saba cmo tomaraDarcy la
relacin
de los peligros que entraaba su unin con ella. Ignoraba hasta
dnde llegaba el afecto deLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
222
AustenLibrodot156156Darcy por su ta y el caso que haca de su
parecer;
pero era lgico suponer que tuviese ms consideracin aSu Seora de
la
que tena ella, y estaba segura de que su ta le tocara el punto flaco al
enumerar lasdesdichas de un matrimonio con una persona de familia
tan
desigual a la suya. Dadas las ideas de Darcysobre ese particular,
Elizabeth
crea probable que los argumentos que a ella le haban parecido tan
dbiles yridculos se le antojasen a l llenos de buen sentido y slido
razonamiento.
De modo que si Darcy haba vacilado antes sobre lo que tena
que hacer, cosa que a menudo habaaparentado, las advertencias e
instancias de un deudo tan allegado disiparan quiz todas sus dudas y
leinclinaran de una vez para siempre a ser todo lo feliz que le
permitiese
una dignidad inmaculada. En esecaso, Darcy no volvera a
Hertfordshire.
Lady Catherine le vera a su paso por Londres, y el jovenrescindira
su compromiso con Bingley de volver a Netherfield.Por lo tanto se
dijo
Elizabeth, si dentro de pocos das Bingley recibe una excusa de
Darcypara no venir, sabr a qu atenerme. Y entonces tendr que alejar
de m toda esperanza y toda ilusin sobresu constancia. Si se conforma
con lamentar mi prdida cuando poda haber obtenido mi amor y mi
mano,yo tambin dejar pronto de lamentar el perderle a l.La
sorpresa
del resto de la familia al saber quin haba sido la visita fue enorme;
pero
se loexplicaron todo del mismo modo que la seora Bennet, y Elizabeth
se ahorr tener que mencionar suindignacin.A la maana siguiente, al
bajar de su cuarto, se encontr con su padre que sala de la
bibliotecacon
una carta en la mano.Elizabeth le dijo, iba a buscarte. Ven
conmigo.
Elizabeth le sigui y su curiosidad por saber lo que tendra que
comunicarle
aument pensandoque a lo mejor estaba relacionado con lo del
da anterior. Repentinamente se le ocurri que la carta podaser de lady
Catherine, y previ con desaliento de lo que se trataba.Fue con su
padre
hasta la chimenea y ambos se sentaron. Entonces el seor Bennet
dijo:
He recibido una carta esta maana que me ha dejado patidifuso. Como
se refiere a tiprincipalmente, debes conocer su contenido. No he sabido
hasta ahora que tena dos hijas a punto decasarse. Permteme que te
felicite por una conquista as.Elizabeth se qued demudada creyendo
que la carta en vez de ser de la ta era del sobrino; ytitubeaba entre
alegrarse
de que Darcy se explicase por fin, y ofenderse de que no le hubiese
dirigido a ellala carta, cuando su padre continu:Parece que lo
adivinas.
Las muchachas tenis una gran intuicin para estos asuntos. Pero
creopoder desafiar tu sagacidad retndote a que descubras el nombre
de
tu admirador. La carta es de Collins.De Collins! Y qu tiene l que
decir? Como era de esperar, algo muy oportuno. Comienzacon la
223
enhorabuena por la prxima boda de mi hija mayor, de la cual parece
haber
sido informado poralguno de los bondadosos y parlanchines Lucas.
No te aburrir leyndote lo que dice sobre ese punto. Loreferente a ti es
lo siguiente:Despus de haberle felicitado a usted de parte de la
seora
Collins y ma por tan faustoacontecimiento, permtame aadir una breve
advertencia acerca de otro asunto, del cual hemos tenidonoticia por el
mismo conducto. Se supone que su hija Elizabeth no llevar mucho
tiempo
el nombre deBennet en cuanto lo haya dejado su hermana mayor, y
que la pareja que le ha tocado en suerte puederazonablemente ser
considerada
como una de nuestras ms ilustres personalidades.Puedes
sospechar, Lizzy, lo que esto significa?Ese joven posee todo lo que se
puede ambicionar en este mundo: soberbias propiedades, ilustrefamilia
y un extenso patronato. Pero a pesar de todas esas tentaciones,
permtame
advertir a mi primaElizabeth y a usted mismo los peligros a que pueden
exponerse con una precipitada aceptacin de lasproposiciones de
semejante
caballero, que, como es natural, se inclinarn ustedes considerar
comoventajosas.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot157157
No tienes idea de quin es el caballero, Elizabeth? Ahora
viene.Los motivos que tengo para avisarle son los siguientes: su ta,
lady Catherine de Bourgh, no miraese matrimonio con buenos
ojos.Como ves, el caballero en cuestin es el seor Darcy. Creo,
Elizabeth,
que te habrs quedado deuna pieza. Ni Collins ni los Lucas podan
haber escogido entre el crculo de nuestras amistades un nombreque
descubriese
mejor que lo que propagan es un infundio. El seor Darcy, que
no mira a una mujer msque para criticarla, y que probablemente no te
ha mirado a ti en su vida! Es fenomenal!Elizabeth trat de bromear con
su padre, pero su esfuerzo no lleg ms que a una sonrisa muytmida.
El
humor de su padre no haba tomado nunca un derrotero ms
desagradable
para ella.No te ha divertido?Claro! Sigue leyendo.Cuando
anoche mencion a Su Seora la posibilidad de ese casamiento, con
su
habitualcondescendencia expres su parecer sobre el asunto. Si fuera
cierto, lady Catherine no dara jams suconsentimiento a lo que
considera
desatinadsima unin por ciertas objeciones a la familia de mi prima.
Yocre mi deber comunicar esto cuanto antes a mi prima, para que ella y
su noble admirador sepan lo queocurre y no se apresuren a efectuar un
matrimonio que no ha sido debidamente autorizado.Y el seor Collins,
adems, aada:Me alegro sinceramente de que el asunto de su hija
Lydia
se haya solucionado tan bien, y slolamento que se extendiese la
noticia
de que vivan juntos antes de que el casamiento se hubiera celebrado.
No puedo olvidar lo que debo a mi situacin abstenindome de
224
declarar mi asombro al saber que recibiusted a la joven pareja cuando
estuvieron casados. Eso fue alentar el vicio; y si yo hubiese sido el
rector
deLongbourn, me habra opuesto resueltamente. Verdad es que debe
usted
perdonarlos como cristiano, perono admitirlos en su presencia ni
permitir que sus nombres sean pronunciados delante de usted.ste
es su concepto del perdn cristiano! El resto de la carta se refiere
nicamente
al estado desu querida Charlotte, y a su esperanza de tener un retoo.
Pero, Elizabeth, parece que no te ha divertido.Supongo que no iras
a enojarte y a darte por ofendida por esta imbecilidad. Para qu
vivimos
si no es paraentretener a nuestros vecinos y rernos nosotros de ellos a
la
vez?S, me he divertido mucho exclam Elizabeth. Pero es tan
extrao!
Pues eso es lo que lo hace ms gracioso. Si hubiesen pensado en
otro hombre, no tendra nadade particular; pero la absoluta indiferencia
de Darcy y la profunda tirria que t le tienes, es lo que hace elchiste. Por
mucho que me moleste escribir, no puedo prescindir de la
correspondencia
de Collins. Laverdad es que cuando leo una carta suya, me parece
superior
a Wickham, a pesar de que tengo a mi yernopor el espejo de la
desvergenza y de la hipocresa. Y dime, Eliza, cmo tom la cosa
lady
Catherine?Vino para negarte su consentimiento?A esta pregunta
Elizabeth
contest con una carcajada, y como su padre se la haba dirigido sin
lamenor sospecha, no le importaba que se la repitiera. Elizabeth no
se
haba visto nunca en la situacin defingir que sus sentimientos eran lo
que no eran en realidad. Pero ahora tuvo que rer cuando ms
bienhabra
querido llorar. Su padre la haba herido cruelmente al decirle aquello de
la indiferencia de Darcy, yno pudo menos que maravillarse de la falta de
intuicin de su padre, o temer que en vez de haber visto ldemasiado
poco,
hubiese ella visto demasiado mucho.CAPTULO LVIIILibrodot Orgullo
y prejuicio Jane AustenLibrodot158158Pocos das despus de la visita
de lady Catherine, Bingley no slo no recibi ninguna carta deexcusa de
su amigo, sino que le llev a Longbourn en persona. Los caballeros
llegaron
temprano, y antes deque la seora Bennet tuviese tiempo de decirle a
Darcy que haba venido a visitarles su ta, cosa queElizabeth temi por
un momento, Bingley, que quera estar solo con Jane, propuso que
todos
salieran depaseo. Se acord as, pero la seora Bennet no tena
costumbre
de pasear y Mary no poda perder el tiempo.As es que salieron los
cinco
restantes. Bingley y Jane dejaron en seguida que los otros se
adelantaran
yellos se quedaron atrs. Elizabeth, Darcy y Catherine iban juntos, pero
hablaban muy poco. Catherine tenademasiado miedo a Darcy para
poder
charlar; Elizabeth tomaba en su fuero interno una decisindesesperada,
y puede que Darcy estuviese haciendo lo mismo.Se encaminaron
225
hacia la casa de los Lucas, porque Catherine quera ver a Mara, y
como
Elizabethcrey que esto poda interesarle a ella, cuando Catherine les
dej
sigui andando audazmente sola conDarcy. Lleg entonces el momento
de poner en prctica su decisin, y armndose de valor
dijoinmediatamente:
Seor Darcy, soy una criatura muy egosta que no me preocupo
ms que de mis propiossentimientos, sin pensar que quiz lastimara los
suyos. Pero ya no puedo pasar ms tiempo sin darle austed las gracias
por su bondad sin igual para con mi pobre hermana. Desde que lo supe
he estado ansiandomanifestarle mi gratitud. Si mi familia lo supiera,
ellos tambin lo habran hecho.Siento muchsimo replic Darcy en
tono de sorpresa y emocin que haya sido ustedinformada de una
cosa
que, mal interpretada, poda haberle causado alguna inquietud. No cre
que la seoraGardiner fuese tan poco reservada.No culpe a mi ta. La
indiscrecin de Lydia fue lo primero que me descubri su intervencin
enel asunto; y, como es natural, no descans hasta que supe todos los
detalles.
Djeme que le agradezca una ymil veces, en nombre de toda mi familia,
el generoso inters que le llev a tomarse tanta molestia y a sufrirtantas
mortificaciones para dar con el paradero de los dos.Si quiere
darme las gracias repuso Darcy, hgalo slo en su nombre. No
negar
que eldeseo de tranquilizarla se sum a las otras razones que me
impulsaron
a hacer lo que hice; pero su familiano me debe nada. Les tengo
un gran respeto, pero no pens ms que en usted.Elizabeth estaba tan
confusa que no poda hablar. Despus de una corta pausa, su
compaeroaadi:
Es usted demasiado generosa para burlarse de m. Si sus
sentimientos son an los mismos que enel pasado abril, dgamelo de
una
vez. Mi cario y mis deseos no han cambiado, pero con una sola
palabrasuya
no volver a insistir ms.Elizabeth, sintindose ms torpe y ms
angustiada
que nunca ante la situacin de Darcy, hizo unesfuerzo para hablar
en seguida, aunque no rpidamente, le dio a entender que sus
sentimientos
habanexperimentado un cambio tan absoluto desde la poca a
la que l se refera, que ahora reciba con placer ygratitud sus
proposiciones.
La dicha que esta contestacin proporcion a Darcy fue la mayor de
suexistencia, y se expres con todo el calor y la ternura que pueden
suponerse
en un hombre locamenteenamorado. Si Elizabeth hubiese sido
capaz de mirarle a los ojos, habra visto cun bien se reflejaba enellos la
delicia que inundaba su corazn; pero poda escucharle, y los
sentimientos
que Darcy le confesabay que le demostraban la importancia que ella
tena para l, hacan su cario cada vez ms valioso.Siguieron
paseando
sin preocuparse de la direccin que llevaban. Tenan demasiado que
pensar,que sentir y que decir para fijarse en nada ms. Elizabeth supo
en
226
seguida que deban su acercamiento a losafanes de la ta de Darcy, que
le
visit en Londres a su regreso y le cont su viaje a Longbourn, los
mvilesdel
mismo y la sustancia de su conversacin con la joven, recalcando
enfticamente las expresiones quedenotaban, a juicio de Su Seora, la
perversidad y descaro de Elizabeth, segura de que este relato
leayudara
en su empresa de arrancar al sobrino la promesa que ella se haba
negado
a darle. Pero pordesgracia para Su Seora, el efecto fue
contraproducente.
Gracias a eso conceb esperanzas que antes apenas me habra
atrevido a formular. Conoca desobra el carcter de usted para saber
que
si hubiese estado absoluta e irrevocablemente decidida contra m,se lo
habra dicho a lady Catherine con toda claridad y franqueza.Librodot
Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot159159Elizabeth se ruboriz y
se
ri, contestando:S, conoca usted de sobra mi franqueza para
creerme
capaz de eso. Despus de haberlerechazado tan odiosamente cara a
cara,
no poda tener reparos en decirle lo mismo a todos sus parientes.No
me dijo nada que no me mereciese. Sus acusaciones estaban mal
fundadas,
pero mi procedercon usted era acreedor del ms severo reproche.
Aquello fue imperdonable; me horroriza pensarlo.No vamos a discutir
quin estuvo peor aquella tarde dijo Elizabeth. Bien mirado, los
dostuvimos
nuestras culpas. Pero me parece que los dos hemos ganado en
cortesa desde entonces.Yo no puedo reconciliarme conmigo mismo
con tanta facilidad. El recuerdo de lo que dije ehice en aquella ocasin
es
y ser por mucho tiempo muy doloroso para m. No puedo olvidar su
frase tanacertada: Si se hubiese portado usted ms
caballerosamente.
stas fueron sus palabras. No sabe, nopuede imaginarse cunto me
han
torturado, aunque confieso que tard en ser lo bastante razonable
parareconocer
la verdad que encerraban.Crea usted que yo estaba lejos de
suponer que pudieran causarle tan mala impresin. No tena lamenor
idea de que le afligiran de ese modo.No lo dudo. Entonces me
supona
usted desprovisto de todo sentimiento elevado, estoy seguro.Nunca
olvidar tampoco su expresin al decirme que de cualquier modo que
me hubiese dirigido a usted,no me habra aceptado.No repita todas
mis palabras de aquel da. Hemos de borrar ese recuerdo. Le juro que
hacetiempo
que estoy sinceramente avergonzada de aquello.Darcy le habl
de su carta:Le hizo a usted rectificar su opinin sobre m? Dio
crdito
a su contenido?Ella le explic el efecto que le haba producido y cmo
haban ido desapareciendo sus anterioresprejuicios.Ya saba
prosigui Darcy que lo que le escrib tena que apenarla, pero era
necesario.
Supongo que habr destruido la carta. Haba una parte, especialmente
al empezar, que no querra quevolviese usted a leer. Me acuerdo
227
de ciertas expresiones que podran hacer que me odiase.
Quemaremos
la carta si cree que es preciso para preservar mi afecto, pero aunque los
dostenemos razones para pensar que mis opiniones no son
enteramente
inalterables, no cambian tan fcilmentecomo usted supone.Cuando
redact
aquella carta replic Darcy me crea perfectamente fro y tranquilo;
perodespus me convenc de que la haba escrito en un estado de
tremenda amargura.Puede que empezase con amargura, pero no
terminaba
de igual modo. La despedida era muycariosa. Pero no piense
ms en la carta. Los sentimientos de la persona que la escribi y los de
la
personaque la recibi son ahora tan diferentes, que todas las
circunstancias
desagradables que a ella se refierandeben ser olvidadas. Ha de
aprender
mi filosofa. Del pasado no tiene usted que recordar ms que
loplacentero.
No puedo creer en esa filosofia suya. Sus recuerdos deben de
estar tan limpios de todo reprocheque la satisfaccin que le producen no
proviene de la filosofa, sino de algo mejor: de la tranquilidad
deconciencia.
Pero conmigo es distinto: me salen al paso recuerdos penosos que no
pueden ni deben serahuyentados. He sido toda mi vida un egosta en la
prctica, aunque no en los principios. De nio meensearon a pensar
bien, pero no a corregir mi temperamento. Me inculcaron buenas
normas,
pero dejaronque las siguiese cargado de orgullo y de presuncin.
Por desgracia fui hijo nico durante varios aos, y mispadres, que eran
buenos en s, particularmente mi padre, que era la bondad y el amor
personificados,
mepermitieron, me consintieron y casi me encaminaron hacia
el egosmo y el autoritarismo, hacia ladespreocupacin por todo lo que
no fuese mi propia familia, hacia el desprecio del resto del mundo o,
porlo
menos, a creer que la inteligencia y los mritos de los dems eran muy
inferiores a los mos. As desdeLibrodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot160160los
ocho hasta los veintiocho aos, y as sera an si no
hubiese sido por usted, amadsima Elizabeth. Se lodebo todo. Me dio
una leccin que fue, por cierto, muy dura al principio, pero tambin muy
provechosa.Usted me humill como convena, usted me ense lo
insuficientes
que eran mis pretensiones para halagara una mujer que merece
todos los halagos.Crea usted que le iba a aceptar?Claro que s.
Qu piensa usted de mi vanidad? Crea que usted esperaba y
deseaba
mideclaracin.Me port mal, pero fue sin intencin. Nunca quise
engaarle,
y sin embargo muchas veces meequivoco. Cmo debi odiarme
despus de aquella tarde!Odiarla! Tal vez me qued resentido al
principio;
pero el resentimiento no tard entransformarse en algo mejor.
Casi no me atrevo a preguntarle qu pens al encontrarme en
Pemberley.
Le pareci mal quehubiese ido?Nada de eso. Slo me qued
228
sorprendido.Su sorpresa no sera mayor que la ma al ver que usted
me saludaba. No cre tener derecho a susatenciones y confieso que no
esperaba
recibir ms que las merecidas.Me propuse contest Darcy
demostrarle, con mi mayor cortesa, que no era tan ruin comopara estar
dolido de lo pasado, y esperaba conseguir su perdn y atenuar el mal
concepto en que me tenaprobndole que no haba menospreciado sus
reproches. Me es difcil decirle cunto tardaron en mezclarse aestos
otros
deseos, pero creo que fue a la media hora de haberla visto.Entonces le
explic
lo encantada que haba quedado Georgiana al conocerla y lo que
lament
larepentina interrupcin de su amistad. Esto les llev, naturalmente,
a tratar de la causa de dicha interrupcin,y Elizabeth se enter de
que Darcy haba decidido irse de Derbyshire en busca de Lydia antes
de
salir de lafonda, y que su seriedad y aspecto meditabundo no obedecan
a ms cavilaciones que las inherentes alcitado proyecto.Volvi Elizabeth
a darle las gracias, pero aquel asunto era demasiado agobiante para
ambos
y noinsistieron en l.Despus de andar varias millas en completo
abandono y demasiado ocupados para cuidarse de otracosa, miraron
sus
relojes y vieron que era hora de volver a casa.Qu habr sido de
Bingley
y de Jane?Esta exclamacin les llev a hablar de los asuntos de ambos.
Darcy estaba contentsimo con sucompromiso, que Bingley le haba
notificado inmediatamente.Puedo preguntarle si le sorprendi?
dijo Elizabeth.De ningn modo. Al marcharme comprend que la
cosa
era inminente.Es decir, que le dio usted su permiso. Ya lo
sospechaba.
Y aunque l protest de semejantes trminos, ella encontr que eran
muy adecuados.La tarde anterior a mi viaje a Londres dijo Darcy
le hice una confesin que deb haberlehecho desde mucho antes. Le
dije
todo lo que haba ocurrido para convertir mi intromisin en absurda
eimpertinente. Se qued boquiabierto. Nunca haba sospechado nada.
Le
dije adems que me habaengaado al suponer que Jane no le amaba,
y
cuando me di cuenta de que Bingley la segua queriendo, yano dud de
que seran felices.Elizabeth no pudo menos que sonrer al ver cun
fcilmente
manejaba a su amigo.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot161161
Cuando le dijo que mi hermana le amaba, fue porque
usted lo haba observado o porque yo selo haba confesado la pasada
primavera?
Por lo primero. La observ detenidamente durante las dos visitas
que le hice ltimamente, y mequed convencido de su cario por
Bingley.Y su convencimiento le dej a l tambin convencido,
verdad?As es. Bingley es el hombre ms modesto y menos
presumido
del mundo. Su apocamiento leimpidi fiarse de su propio juicio en un
caso de tanta importancia;. pero su sumisin al mo lo arregl todo.Tuve
229
que declararle una cosa que por un tiempo y con toda razn le tuvo muy
disgustado. No pudeocultarle que su hermana haba estado tres meses
en Londres el pasado invierno, que yo lo saba y que nose lo dije a
propsito.
Se enfad mucho. Pero estoy seguro de que se le pas al convencerse
de que suhermana le amaba todava. Ahora me ha perdonado ya
de todo corazn.Elizabeth habra querido aadir que Bingley era el ms
estupendo de los amigos por la facilidadcon que se le poda traer y
llevar,
y que era realmente impagable. Pero su contuvo. Record que
Darcytena todava que aprender a rerse de estas cosas, y que era
demasiado
pronto para empezar. Haciendocbalas sobre la felicidad de Bingley
que, desde luego, slo poda ser inferior a la de ellos dos, Darcysigui
hablando hasta que llegaron a la casa. En el vestbulo se despidieron.
CAPTULO LIXElizabeth, querida, por dnde has estado paseando?
sta es la pregunta que Jane le dirigi a Elizabeth en cuanto estuvieron
en su cuarto, y la que lehicieron todos los dems al sentarse a la mesa.
Elizabeth respondi que haban estado vagando hasta dondeacababa
el camino que ella conoca. Al decir esto se sonroj, pero ni esto ni nada
despert la menorsospecha sobre la verdad.La velada pas
tranquilamente
sin que ocurriese nada extraordinario. Los novios oficialescharlaron
y rieron, y los no oficiales estuvieron callados. La felicidad de Darcy
nunca se desbordaba enregocijo; Elizabeth, agitada y confusa, saba
que
era feliz ms que sentirlo, pues adems de su aturdimientoinmediato la
inquietaban otras cosas. Prevea la que se armara en la familia cuando
supiesen lo que habaocurrido. Le constaba que Darcy no gustaba a
ninguno
de los de su casa ms que a Jane, e incluso temaque ni su fortuna
ni su posicin fuesen bastante para contentarles.Por la noche abri su
corazn
a Jane, y aunque Jane no era de natural desconfiada, no pudo creerlo
que su hermana le deca:Ests bromeando, Eliza! Eso no puede
ser! T, comprometida con Darcy! No, no; no meengaars. Ya s que
es
imposible.Pues s que empieza mal el asunto! Slo en ti confiaba,
pero
si t no me crees, menos me van acreer los dems. Te estoy diciendo la
pura verdad. Darcy todava me quiere y nos hemos comprometido.Jane
la mir dudando:Elizabeth, no es posible. Pero si s que no le
puedes
ni ver!No sabes nada de nada. Hemos de olvidar todo eso. Tal vez no
siempre le haya querido comoahora; pero en estos casos una buena
memoria
es imperdonable. sta es la ltima vez que yo lo recuerdo.Jane
contemplaba a su hermana con asombro. Elizabeth volvi a afirmarle
con la mayor seriedadque lo que deca era cierto.Librodot Orgullo y
prejuicio
Jane AustenLibrodot162162Cielo Santo! Es posible? De veras?
Pero ahora ya te creo exclam Jane. QueridaElizabeth! Te
felicitara,
230
te felicito, pero , ests segura, y perdona la pregunta,
completamente
segura deque sers dichosa con l?Sin duda alguna. Ya hemos
convenido
que seremos la pareja ms venturosa de la tierra. Estscontenta,
Jane?
Te gustar tener a Darcy por hermano?Mucho, muchsimo, es lo
que ms placer puede darnos a Bingley y a m. Y t, le
quieresrealmente
bastante? Oh, Elizabeth! Haz cualquier cosa menos casarte sin amor.
Ests absolutamentesegura de que sientes lo que debe sentirse?
Oh,
s! Y te convencers de que siento ms de lo que debo cuando te lo
haya
contado todo.Qu quieres decir?Pues que he de confesarte que
le
quiero ms que t a Bingley. Temo que te disgustes.Hermana,
querida,
no ests hablando en serio. Dime una cosa que necesito saber al
momento:
desde cundo le quieres?Ese amor me ha ido viniendo tan
gradualmente
que apenas s cundo empez; pero creo quedata de la primera
vez que vi sus hermosas posesiones de Pemberley.Jane volvi a pedirle
formalidad y Elizabeth habl entonces solemnemente afirmando que
adorabaa Darcy. Jane qued convencida y se dio enteramente por
satisfecha.
Ahora s soy feliz del todo dijo, porque t vas a serlo tanto como
yo. Siempre he sentidogran estimacin por Darcy. Aunque no fuera
ms que por su amor por ti, ya le tendra que querer; peroahora que
adems
de ser el amigo de Bingley ser tu marido, slo a Bingley y a ti querr
ms que a l.Pero qu callada y reservada has estado conmigo!
Cmo no me hablaste de lo que pas en Pemberley yen Lambton? Lo
tuve que saber todo por otra persona y no por ti.Elizabeth le expuso los
motivos de su secreto. No haba querido nombrarle a Bingley, y
laindecisin
de sus propios sentimientos le hizo evitar tambin el nombre de su
amigo. Pero ahora no quisoocultarle la intervencin de Darcy en el
asunto
de Lydia. Todo qued aclarado y las dos hermanas sepasaron hablando
la mitad de la noche.Ay, ojal ese antiptico seor Darcy no. venga
otra vez con nuestro querido Bingley! suspirla seora Bennet al
asomarse
a la ventana al da siguiente. Por qu ser tan pesado y vendr
aqucontinuamente? Ya podra irse a cazar o a hacer cualquier cosa en
lugar
de venir a importunarnos. Cmopodramos quitrnoslo de encima?
Elizabeth, tendrs que volver a salir de paseo con l para que no
estorbea
Bingley.Elizabeth por poco suelta una carcajada al escuchar aquella
proposicin
tan interesante, a pesar deque le dola que su madre le estuviese
siempre insultando.En cuanto entraron los dos caballeros, Bingley mir
a
Elizabeth expresivamente y le estrech lamano con tal ardor que la
joven
comprendi que ya lo saba todo. Al poco rato Bingley dijo:Seor
Bennet,
no tiene usted por ah otros caminos en los que Elizabeth pueda hoy
volver aperderse?Recomiendo al seor Darcy, a Lizzy y a Kitty dijo
231
la seora Bennet que vayan esta maanaa la montaa de Oagham.
Es
un paseo largo y precioso y el seor Darcy nunca ha visto ese
panorama.
Esto puede estar bien para los otros dos explic Bingley, pero
me parece que Catherine secansara. Verdad?La muchacha confes
que
preferira quedarse en casa; Darcy manifest gran curiosidad
pordisfrutar
de la vista de aquella montaa, y Elizabeth accedi a acompaarle.
Cuando subi para arreglarse,la seora Bennet la sigui para decirle:
Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot163163Lizzy, siento
mucho que te veas obligada a andar con una persona tan antiptica;
pero esperoque lo hagas por Jane. Adems, slo tienes que hablarle de
vez en cuando. No te molestes mucho.Durante el paseo decidieron que
aquella misma tarde pediran el consentimiento del padre.Elizabeth se
reserv el notificrselo a la madre. No poda imaginarse cmo lo
tomara;
a veces dudaba de sitoda la riqueza y la alcurnia de Darcy seran
suficientes
para contrarrestar el odio que le profesaba; perotanto si se opona
violentamente al matrimonio, como si lo aprobaba tambin con
violencia,
lo que no tenaduda era que sus arrebatos no seran ninguna
muestra de buen sentido, y por ese motivo no podra soportarque Darcy
presenciase ni los primeros raptos de jbilo ni las primeras
manifestaciones
de su desaprobacin.Por la tarde, poco despus de haberse retirado
el seor Bennet a su biblioteca, Elizabeth vio queDarcy se levantaba
tambin
y le segua. El corazn se le puso a latir fuertemente. No tema que
su padre seopusiera, pero le afligira mucho y el hecho de que fuese
ella,
su hija favorita, la que le daba semejantedisgusto y la que iba a
inspirarle
tantos cuidados y pesadumbres con su desafortunada eleccin, tena
aElizabeth
muy entristecida. Estuvo muy abatida hasta que Darcy volvi a
entrar y hasta que, al mirarle, ledio nimos su sonrisa. A los pocos
minutos
Darcy se acerc a la mesa junto a la cual estaba sentadaElizabeth con
Catherine, y haciendo como que miraba su labor, le dijo al odo:Vaya
a
ver a su padre: la necesita en la biblioteca.Elizabeth sali disparada.Su
padre se paseaba por la estancia y pareca muy serio e inquieto.
Elizabeth le dijo, qu vas a hacer? Ests en tu sano juicio al
aceptar a ese hombre? Nohabamos quedado en que le
odiabas?Cunto
sinti Elizabeth que su primer concepto de Darcy hubiera sido tan
injusto
y susexpresiones tan inmoderadas! As se habra ahorrado ciertas
explicaciones
y confesiones que le dabanmuchsima vergenza, pero que
no haba ms remedio que hacer. Bastante confundida, Elizabeth
asegur
asu padre que amaba a Darcy profundamente.En otras palabras, que
ests decidida a casarte con l. Es rico, eso s; podrs tener mejores
trajesy
mejores coches que Jane. Pero te har feliz todo eso?Tu nica
232
objecin es que crees que no le amo?Ni ms ni menos. Todos
sabemos
que es un hombre orgulloso y desagradable; pero esto no tienenada
que
ver si a ti te gusta.Pues s, me gusta replic Elizabeth con lgrimas
en los ojos; le amo. Adems no tieneningn orgullo. Es lo ms
amable
del mundo. T no le conoces. Por eso te suplico que no me hagas
daohablndome
de l de esa forma.Elizabeth aadi su padre, le he
dado mi consentimiento. Es uno de esos hombres, adems,a quienes
nunca te atreveras a negarles nada de lo que tuviesen la
condescendencia
de pedirte. Si estsdecidida a casarte con l, te doy a ti tambin mi
consentimiento.
Pero djame advertirte que lo piensesmejor. Conozco tu carcter,
Lizzy. S que nunca podrs ser feliz ni prudente si no aprecias
verdaderamentea tu marido, si no le consideras como a un superior. La
viveza de tu talento te pondra en el ms grave delos peligros si hicieras
un matrimonio desigual. Difcilmente podras salvarte del descrdito y la
catstrofe.Hija ma, no me des el disgusto de verte incapaz de respetar
al
compaero de tu vida. No sabes lo que eseso.Elizabeth, ms
conmovida
aun que su padre, le respondi con vehemencia y solemnidad; y al
finlogr
vencer la incredulidad de su padre reiterndole la sinceridad de su
amor por Darcy, exponindole elcambio gradual que se haba producido
en sus sentimientos por l, afirmndole que el afecto de l no eracosa
de
un da, sino que haba resistido la prueba de muchos meses, y
enumerando
enrgicamente todas susbuenas cualidades. Hasta el punto que el
seor
Bennet aprob ya sin reservas la boda.Bueno, querida le dijo
cuando ella termin de hablar, no tengo ms que decirte. Siendo
as,es
digno de ti. Lizzy ma, no te habra entregado a otro que valiese menos.
Librodot Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot164164Para completar
la favorable impresin de su padre, Elizabeth le relat lo que
Darcy haba hechoespontneamente por Lydia.sta es de veras una
tarde de asombro! De modo que Darcy lo hizo todo: llev a efecto
elcasamiento,
dio el dinero, pag las deudas del pollo y le obtuvo el destino?
Mejor: as me librar de un marde confusiones y de cuentas. Si lo
hubiese
hecho tu to, habra tenido que pagarle; pero esos jvenes
yapasionados
enamorados cargan con todo. Maana le ofrecer pagarle; l protestar
y
har una escenainvocando su amor por ti, y asunto concluido.Entonces
record el seor Bennet lo mal que lo haba pasado Elizabeth mientras
l
le lea la cartade Collins, y despus de bromear con ella un rato, la dej
que se fuera y le dijo cuando sala de lahabitacin:Si viene algn
muchacho
por Mary o Catherine, envamelo, que estoy
completamentedesocupado.
Elizabeth sinti que le haban quitado un enorme peso de encima,
y despus de media hora detranquila reflexin en su aposento, se
233
hall en disposicin de reunirse con los dems, bastante sosegada.Las
cosas
estaban demasiado recientes para poderse abandonar a la alegra, pero
la tarde pas en medio dela mayor serenidad. Nada tena que temer, y
el bienestar de la soltura y de la familiaridad vendran a sudebido
tiempo.
Cuando su madre se retir a su cuarto por la noche, Elizabeth entr
con ella y le hizo la importantecomunicacin. El efecto fue
extraordinario,
porque al principio la seora Bennet se qued absolutamenteinmvil,
incapaz de articular palabra; y hasta al cabo de muchos minutos no
pudo
comprender lo que habaodo, a pesar de que comnmente no era muy
reacia a creer todo lo que significase alguna ventaja para sufamilia o
noviazgo
para alguna de sus hijas. Por fin empez a recobrarse y a agitarse.
Se levantaba y sevolva a sentar. Se maravillaba y se congratulaba:
Cielo santo! Que Dios me bendiga! Qu dices querida hija? El seor
Darcy? Quin lo iba adecir! Oh, Eliza de mi alma! Qu rica y qu
importante vas a ser! Qu dineral, qu joyas, qu coches vasa tener!
Lo
de Jane no es nada en comparacin, lo que se dice nada. Qu
contenta
estoy, qu feliz! Quhombre tan encantador, tan guapo, tan bien
plantado!
Lizzy, vida ma, perdname que antes me fuese tanantiptico! Espero
que l me perdone tambin. Elizabeth de mi corazn! Una casa en la
capital! Todo loapetecible! Tres hijas casadas! Diez mil libras al ao!
Madre ma! Qu va a ser de m? Voy aenloquecer!Esto bastaba para
demostrar que su aprobacin era indudable. Elizabeth, encantada de
que
aquellasefusiones no hubiesen sido odas ms que por ella, se fue en
seguida.
Pero no haca tres minutos que estabaen su cuarto, cuando entr su
madre.Hija de mi corazn! exclam . No puedo pensar en otra
cosa.
Diez mil libras anuales ypuede que ms! Vale tanto como un lord! Y
licencia
especial, porque debis tener que casaros con licenciaespecial.
Prenda ma, dime qu plato le gusta ms a Darcy para que pueda
preparrselo
para maana.Mal presagio era esto de lo que iba a ser la conducta
de la seora Bennet con el caballero encuestin, y Elizabeth
comprendi
que a pesar de poseer el ardiente amor de Darcy y el consentimiento
detoda
su familia, todava le faltaba algo. Pero la maana siguiente transcurri
mejor de lo que haba credo,porque, felizmente, su futuro yerno le
infunda a la seora Bennet tal pavor, que no se atreva a hablarlems
que cuando poda dedicarle alguna atencin o asentir a lo que l deca.
Elizabeth tuvo la satisfaccin de ver que su padre se esforzaba en
intimar
con l, y le asegur, paracolmo, que cada da le gustaba
ms.CAPTULO LXComment: Y licencia especial:los miembros de la
corte
deInglaterra necesitaban licencia realpara casarse.Librodot Orgullo y
prejuicio Jane AustenLibrodot165165Elizabeth no tard en recobrar su
234
alegra, y quiso que Darcy le contara cmo se haba enamoradode
ella:Cmo empez todo? le dijo. Comprendo que una vez en el
camino siguieras adelante,pero cul fue el primer momento en el que
te
gust?No puedo concretar la hora, ni el sitio, ni la mirada, ni las
palabras
que pusieron los cimientosde mi amor. Hace bastante tiempo. Estaba
ya medio enamorado de ti antes de saber que te quera.Pues mi
belleza
bien poco te conmovi. Y en lo que se refiere a mis modales contigo,
lindabancon la grosera. Nunca te hablaba ms que para molestarte. S
franco: me admiraste por mi impertinencia?Por tu vigor y por tu
inteligencia.
Puedes llamarlo impertinencia, pues era poco menos que eso.
Lo cierto es que estabas harto decortesas, de deferencias, de
atenciones.
Te fastidiaban las mujeres que hablaban slo para atraerte. Yo teirrit y
te interes porque no me pareca a ellas. Por eso, si no hubieses sido
en
realidad tan afable, mehabras odiado; pero a pesar del trabajo que te
tomabas
en disimular, tus sentimientos eran nobles y justos,y desde el fondo
de tu corazn despreciabas por completo a las personas que tan
asiduamente
te cortejaban.Mira cmo te he ahorrado la molestia de explicrmelo.
Y, la verdad, al fin y al cabo, empiezo a creer que esperfectamente
razonable. Estoy segura de que ahora no me encuentras ningn mrito,
pero nadie repara eneso cuando se enamora.No haba ningn
mrito
en tu cariosa conducta con Jane cuando cay enferma en
Netherfield?
Mi querida Jane! Cualquiera habra hecho lo mismo por ella. Pero
interprtalo como virtud, siquieres. Mis buenas cualidades te pertenecen
ahora, y puedes exagerarlas cuanto se te antoje. En cambio am me
corresponde
el encontrar ocasiones de contrariarte y de discutir contigo tan
a menudo como pueda.As es que voy a empezar ahora mismo. Por
qu
tardaste tanto en volverme a hablar de tu cario? Por questabas tan
tmido
cuando viniste la primera vez y luego cuando comiste con nosotros?
Por qu,especialmente, mientras estabas en casa, te comportabas
como si yo no te importase nada?Porque te vea seria y silenciosa y
no
me animabas.Estaba muy violenta.Y yo tambin.Podas
haberme
hablado ms cuando venas a comer.Si hubiese estado menos
conmovido,
lo habra hecho.Qu lstima que siempre tengas una contestacin
razonable, y que yo sea tambin tanrazonable que la admita! Pero si
t hubieses tenido que decidirte, todava estaramos esperando.
Cundome habras dicho algo, si no soy yo la que empieza? Mi
decisin
de darte las gracias por lo que hiciste porLydia surti buen efecto;
demasiado:
estoy asustada; porque cmo queda la moral si nuestra felicidadbrot
de la infraccin de una promesa? Yo no deb haber hablado de aquello,
no volver a hacerlo.No te atormentes. La moral quedar a salvo
235
por completo. El incalificable proceder de ladyCatherine para
separarnos
fue lo que disip todas mis dudas. No debo mi dicha actual a tu
vehemente
deseode expresarme tu gratitud. No necesitaba que t me dijeras
nada. La narracin de mi ta me haba dadoesperanzas y estaba
decidido
a saberlo todo de una vez.Lady Catherine nos ha sido, pues,
infinitamente
til, cosa que debera extasiarla a ella que tantole gusta ser til a
todo el mundo. Pero dime, por qu volviste a Netherfield? Fue slo
para
venir aLongbourn a azorarte, o pensaste en obtener un resultado ms
serio?Mi verdadero propsito era verte y comprobar si poda abrigar
an esperanzas de que meamases. Lo que confesaba o me confesaba
a m
mismo era ver si tu hermana quera todava a Bingley, y, deser as,
reiterarle
la confesin que ya otra vez le haba hecho.Tendrs valor de
anunciarle a lady Catherine lo que le espera?Librodot Orgullo y prejuicio
Jane AustenLibrodot166166Puede que ms bien me falte tiempo que
valor. Vamos a ello ahora mismo. Si me das un pliegode papel, lo hago
inmediatamente.Y si yo no tuviese que escribir otra carta, podra
sentarme
a tu lado y admirar la uniformidad detu letra, como haca cierta
seorita en otra ocasin. Pero yo tengo una ta a la que no quiero dejar
olvidadapor ms tiempo.Por no querer confesar que haban exagerado
su intimidad con Darcy, Elizabeth no habacontestado an a la larga
carta
de la seora Gardiner. Pero ahora, al poder anunciarles lo que tan
bienrecibido sera, casi se avergonzaba de que sus tos se hubieran
perdido
tres das de disfrutar de aquellanoticia. Su carta fue como sigue:
Querida ta: te habra dado antes, como era mi deber, las gracias por
tu extensa, amable ysatisfactoria descripcin del hecho que t sabes;
pero
sabrs que estaba demasiado afligida para hacerlo.Tus suposiciones
iban
ms all de la realidad. Pero ahora ya puedes suponer lo que te plazca,
puedes darrienda suelta a tu fantasa, puedes permitir a tu imaginacin
que vuele libremente, y no errars ms que si tefiguras que ya estoy
casada.
Tienes que escribirme pronto y alabar a Darcy mucho ms de lo que
lealababas en tu ltima carta. Doy gracias a Dios una y mil veces por no
haber ido a los Lagos. Qu necedadla ma al desearlo! Tu idea de las
jacas
es magnfica; todos los das recorreremos la finca. Soy la criaturams
dichosa del mundo. Tal vez otros lo hayan dicho antes, pero nadie con
tanta justicia. Soy todava msfeliz que Jane. Ella slo sonre. Yo me ro
del todo. Darcy te enva todo el cario de que pueda privarme.Vendris
todos a Pemberley para las Navidades.La misiva de Darcy a lady
Catherine fue diferente. Y todava ms diferente fue la que el
seorBennet
le mand al seor Collins en contestacin a su ltima:Querido seor:
tengo que molestarle una vez ms con la cuestin de las
236
enhorabuenas: Elizabethser pronto la esposa del seor Darcy.
Consuele
a lady Catherine lo mejor que pueda; pero yo que usted mequedara con
el sobrino. Tiene ms que ofrecer. Le saludo atentamente.Los
parabienes
de la seorita Bingley a su hermano con ocasin de su prxima boda
fueron muycariosos, pero no sinceros. Escribi tambin a Jane para
expresarle
su alegra y repetirle sus antiguasmanifestaciones de afecto. Jane
no se enga, pero se sinti conmovida, y aunque no le inspiraba
ningunaconfianza,
no pudo menos que remitirle una contestacin mucho ms
amable de lo que pensaba quemereca. La alegra que le caus a la
seorita
Darcy la noticia fue tan verdadera como la de su hermano
alcomunicrsela.
Mand una carta de cuatro pginas que todava le pareci insuficiente
para expresar toda susatisfaccin y su vivo deseo de obtener el cario
de su hermana.Antes de que llegara ninguna respuesta de Collins ni
felicitacin de su esposa a Elizabeth, lafamilia de Longbourn se enter
de
que los Collins iban a venir a casa de los Lucas. Pronto se supo la
raznde
tan repentino traslado. Lady Catherine se haba puesto tan furiosa al
recibir la carta de su sobrino, queCharlotte, que de veras se alegraba de
la boda, quiso marcharse hasta que la tempestad amainase. Lallegada
de
su amiga en aquellos momentos fue un gran placer para Elizabeth;
aunque
durante susencuentros este placer se le vena abajo al ver a Darcy
expuesto
a la ampulosa cortesa de Collins. PeroDarcy lo soport todo con
admirable serenidad. Incluso atendi a sir William Lucas cuando fue
acumplimentarle por llevarse la ms brillante joya del condado y le
expres
sus esperanzas de que seencontrasen todos en St. James. Darcy se
encogi de hombros, pero cuando ya sir William no poda verle.La
vulgaridad
de la seora Philips fue otra y quiz la mayor de las contribuciones
impuestas a supaciencia, pues aunque dicha seora, lo mismo que su
hermana, le tena demasiado respeto para hablarlecon la familiaridad a
que se prestaba el buen humor de Bingley, no poda abrir la boca sin
decir
unavulgaridad. Ni siquiera aquel respeto que la reportaba un poco
consigui darle alguna elegancia. Elizabethhaca todo lo que poda para
protegerle de todos y siempre procuraba tenerle junto a ella o junto a
laspersonas
de su familia cuya conversacin no le mortificaba. Las molestias
que acarre todo esto quitaron alnoviazgo buena parte de sus placeres,
pero aadieron mayores esperanzas al futuro. Elizabeth pensaba
condelicia en el porvenir, cuando estuvieran alejados de aquella
sociedad
tan ingrata para ambos y disfrutandode la comodidad y la elegancia
de su tertulia familiar de Pemberley.Librodot Orgullo y prejuicio Jane
AustenLibrodot167167CAPTULO LXIEl da en que la seora Bennet se
separ de sus dos mejores hijas, fue de gran bienaventuranzapara
todos
237
sus sentimientos maternales. Puede suponerse con qu delicioso
orgullo
visit despus a laseora Bingley y habl de la seora Darcy. Querra
poder
decir, en atencin a su familia, que elcumplimiento de sus ms vivos
anhelos al ver colocadas a tantas de sus hijas, surti el feliz efecto
deconvertirla
en una mujer sensata, amable y juiciosa para toda su vida; pero
quiz fue una suerte para sumarido (que no habra podido gozar de la
dicha del hogar en forma tan desusada) que siguieseocasionalmente
nerviosa
e invariablemente mentecata.El seor Bennet ech mucho de menos
a su Elizabeth; su afecto por ella le sac de casa con unafrecuencia
que no habra logrado ninguna otra cosa. Le deleitaba ir a Pemberley,
especialmente
cuandomenos le esperaban.Bingley y Jane slo estuvieron
un ao en Netherfield. La proximidad de su madre y de losparientes de
Meryton no era deseable ni aun contando con el fcil carcter de
Bingley
y con el cariosocorazn de Jane. Entonces se realiz el sueo dorado
de
las hermanas de Bingley; ste compr unaposesin en un condado
cercano
a Derbyshire, y Jane y Elizabeth, para colmo de su felicidad, no
estuvieronms
que a treinta millas de distancia.Catherine, slo por su inters
material, se pasaba la mayor parte del tiempo con sus dos
hermanasmayores;
y frecuentando una sociedad tan superior a la que siempre haba
conocido, progresnotablemente. Su temperamento no era tan
indomable
como el de Lydia, y lejos del influjo de sta, lleg,gracias a una atencin
y direccin conveniente, a ser menos irritable, menos ignorante y
menos inspida.Como era natural, la apartaron cuidadosamente de las
anteriores desventajas de la compaa de Lydia, yaunque la seora
Wickham la invit muchas veces a ir a su casa, con la promesa de
bailes
y galanes, supadre nunca consinti que fuese.Mary fue la nica que se
qued en la casa y se vio obligada a no despegarse de las faldas de
laseora
Bennet, que no saba estar sola. Con tal motivo tuvo que mezclarse
ms con el mundo, pero pudotodava moralizar acerca de todas las
visitas
de las maanas, y como ahora no la mortificaban lascomparaciones
entre su belleza y la de sus hermanas, su padre sospech que haba
aceptado
el cambio sindisgusto.En cuanto a Wickham y Lydia, las bodas de
sus hermanas les dejaron tal como estaban. laceptaba filosficamente
la
conviccin de que Elizabeth sabra ahora todas sus falsedades y toda
suingratitud que antes haba ignorado; pero, no obstante, alimentaba
an
la esperanza de que Darcy influirapara labrar su suerte. La carta de
felicitacin
por su matrimonio que Elizabeth recibi de Lydia daba aentender
que tal esperanza era acariciada, si no por l mismo, por lo menos
por su mujer. Decatextualmente as:Mi querida Lizzy: Te deseo la
mayor
felicidad. Si quieres al seor Darcy la mitad de lo que yoquiero a mi
238
adorado Wickham, sers muy dichosa. Es un gran consuelo pensar que
eres tan rica; y cuandono tengas nada ms que hacer, acurdate de
nosotros.
Estoy segura de que a Wickham le gustaramuchsimo un destino
de la corte, y nunca tendremos bastante dinero para vivir all sin alguna
ayuda. Merefiero a una plaza de trescientas o cuatrocientas libras
anuales
aproximadamente; pero, de todos modos, nole hables a Darcy de eso
si no lo crees conveniente.Y como daba la casualidad de que Elizabeth
lo crea muy inconveniente, en su contestacin tratde poner fin a todo
ruego y sueo de esa ndole. Pero con frecuencia le mandaba todas las
ayudas que lepermita su prctica de lo que ella llamaba economa en
sus
gastos privados. Siempre se vio que losingresos administrados por
personas
tan manirrotas como ellos dos y tan descuidados por el porvenir,
haban de ser insuficientes para mantenerse. Cada vez que se
mudaban,
o Jane o ella reciban alguna splicade auxilio para pagar sus cuentas.
Su vida, incluso despus de que la paz les confin a un hogar,
eraLibrodot
Orgullo y prejuicio Jane AustenLibrodot168168extremadamente
agitada. Siempre andaban cambindose de un lado para otro en busca
de
una casa msbarata y siempre gastando ms de lo que podan. El
afecto
de Wickham por Lydia no tard en convertirseen indiferencia; el de
Lydia
dur un poco ms, y a pesar de su juventud y de su aire, conserv
todos
losderechos a la reputacin que su matrimonio le haba dado.
Aunque Darcy nunca recibi a Wickham en Pemberley, le ayud a
progresar en su carrera porconsideracin a Elizabeth. Lydia les hizo
alguna
que otra visita cuando su marido iba a divertirse a Londreso iba a
tomar baos. A menudo pasaban temporadas con los Bingley, hasta tan
punto que lograron acabarcon el buen humor de Bingley y lleg a
insinuarles
que se largasen.La seorita Bingley qued muy resentida con el
matrimonio de Darcy, pero en cuanto se crey conderecho a visitar
Pemberley,
se le pas el resentimiento: estuvo ms loca que nunca por Georgiana,
casi tanatenta con Darcy como en otro tiempo y tan corts con Elizabeth
que le pag sus atrasos de urbanidad.Georgiana se qued entonces
a vivir en Pemberley y se encari con su hermana tanto comoDarcy
haba previsto. Las dos se queran tiernamente. Georgiana tena el ms
alto concepto de Elizabeth,aunque al principio se asombrase y casi se
asustase al ver lo juguetona que era con su hermano; vea aaquel
hombre
que siempre le haba inspirado un respeto que casi sobrepasaba al
cario,
convertido enobjeto de francas bromas. Su entendimiento recibi unas
luces con las que nunca se haba tropezado.Ilustrada por Elizabeth,
empez
a comprender que una mujer puede tomarse con su marido unas
libertadesque
un hermano nunca puede tolerar a una hermana diez aos
239
menor que l.Lady Catherine se puso como una fiera con la boda de su
sobrino, y como abri la esclusa a todasu genuina franqueza al
contestar
a la carta en la que l le informaba de su compromiso, us un lenguaje
taninmoderado,
especialmente al referirse a Elizabeth, que sus relaciones
quedaron interrumpidas por algntiempo. Pero, al final, convencido por
Elizabeth, Darcy accedi a perdonar la ofensa y busc lareconciliacin.
Su ta resisti todava un poquito, pero cedi o a su cario por l o a su
curiosidad por vercmo se comportaba su esposa, de modo que se
dign
visitarles en Pemberley, a pesar de la profanacinque haban sufrido
sus
bosques no slo por la presencia de semejante duea, sino tambin por
las visitas desus tos de Londres.Con los Gardiner estuvieron siempre
los
Darcy en las ms ntima relacin. Darcy, lo mismo queElizabeth, les
quera
de veras; ambos sentan la ms ardiente gratitud por las personas
que, al llevar aElizabeth a Derbyshire, haban sido las causantes de su
unin.
240
Del mismo autor
sentido y sensibilidad (1811)
Las protagonistas son las hermanas Elinor y Marianne Dashwood,
que viven con su madre, la seora Dashwood, y su hermana menor,
Margaret. Despus de la muerte de su padre el patrimonio familiar
pasa a su medio hermano, John Dashwood, nico descendiente
masculino e hijo de un primer matrimonio; la familia queda
con casi nada y se muda a una casita en el campo que les ofrece un
pariente. La novela sigue a las hermanas Dashwood a su nuevo
hogar, donde experimentan tanto el romance como una desilusin
amorosa. All conocen a tres hombres: Edward Ferrars, Willoughby
y al Coronel Brandon.
Elinor y Marianne tienen temperamentos opuestos. Tradicionalmente,
se ha considerado que Elinor, la mayor, con 19 aos, representa
el "sentido" (razn) del ttulo y Marianne, que tiene 17, representa
la "sensibilidad" (emocin). Sin embargo, este punto de
vista es muy limitado. Un examen detallado de la novela permite
ver en cada hermana diferentes aspectos de cada uno de estos rasgos.
El contraste entre los caracteres de las hermanas se resuelve
finalmente
cuando cada una de ellas encuentra el amor y una felicidad
duradera.
mansfield park (1814)
Fanny Price es una nia todava cuando sus tos la acogen en su
mansin de Mansfield Park, rescatndola de una vida de estrecheces
y de necesidades. All, ante su mirada amedrentada, desfilar
un mundo de ocio y de refinamiento en el que las inocentes diversiones
alimentarn maquinaciones y estrategias de seduccin. Ese
mundo oculta una verdad peligrosa y slo Fanny, desde su sumiso
silencio, ser capaz de atisbar sus consecuencias y amenazas.
Mansfield Park recrea un orden familiar y social que se deshace y
restaura engaosamente a travs de los ojos ambiguos de una jovencita
a quien se ha asignado la suerte y el destino de una Cenicienta.
Publicada en 1814, Mansfield Park es, probablemente, la novela
ms densa y compleja de la autora, todo un prodgio de arquitectura
narrativa y de profundidad psicolgica.
241
emma (1815)
Emma es una novela cmica escrita por Jane Austen, en ingls,
publicada
por vez primera en 1815 por el editor A. Bertrand, sobre
los peligros de malinterpretar el romance. El personaje principal,
Emma Woodhouse, queda descrita en el primer prrafo como
"hermosa, lista y rica" pero tambin est bastante mimada. Antes
de comenzar la novela, Austen escribi, "Voy a coger una herona
que, excepto a mi, no gustar mucho."
la abadia de northanger (1815)
Northanger Abbey sigue a Catherine Morland y sus amigos el Sr.
y la Sra. Allen en su visita a Bath, Inglaterra. La joven de diecisiete
aos, Catherine pasa el tiempo visitando a nuevos amigos, como
Isabella Thorpe, y yendo a bailes. Catherine es pretendida por el
hermano de Isabella, John Thorpe (amigo de la universidad del
hermano de Catherine, James) y por Henry Tilney. Tambin hace
migas con Eleanor Tilney, hermana menor de Henry. El Sr. Henry
Tilney la cautiva con su punto de vista sobre las novelas y el
conocimiento
que tiene de la historia y del mundo. Los Tilney invitan a
Catherine a visitar la finca de su padre, Northanger Abbey, que,
dado que ella est leyendo la novela gtica de Ann Radcliffe titulada
Los misterios de Udolfo, Catherine espera que sea oscura, antigua
y llena de misterio y fantasa.
persuasion (1818)
En ella nos presenta a Anne, hija de Sir Walter Elliot, hombre vanidoso
y demasiado preocupado de las apariencias como para ver lo
que sucede a su alrededor. Anne tiene dos hermanas, Elizabeth,
mayor que ella pero an hermosa y atractiva, de carcter idntico
a su padre, y Mary, menor y ya casada con Charles Musgrove. En
medio de estas personas se encuentra Anne, cuya edad "adecuada"
para contraer matrimonio ha pasado, de belleza y plenitud perdida.
Varios aos antes Anne conoci a un oficial de marina, Frederick
Wentworth, pobre y sin ninguna perspectiva para que una familia
como la de los Elliot accediese a un matrimonio con uno de
sus miembros. Movida por la persuasin de Lady Russell, quien
cri a Anne como una madre por la ausencia de la verdadera, Anne
se ve obligada a negarse a su amor y enfrentar largos aos de
soledad en los cuales si bien va perdiendo tal vez la belleza crece
su espritu y su inteligencia, convirtindose en una mujer atractiva
242
y bondadosa.
Sin embargo, la oscura suerte de Anne cambia cuando, despus de
todos esos aos aparece nuevamente en su crculo social el ascendido
a capitn Wentworth, enriquecido por la guerra y altamente
atractivo. Aunque en un principio el resentimiento y el dolor del
rechazo anterior mueven al hombre pronto el carcter de Anne lo
cautivar de nuevo dndole a ambos una nueva oportunidad en la
vida.
243

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