El Mensaje de Silo - Silo
El Mensaje de Silo - Silo
El Mensaje de Silo - Silo
EL LIBRO
I. LA MEDITACIN
III. EL SIN-SENTIDO
IV. LA DEPENDENCIA
El da segundo.
1. Todo lo que hago, siento y pienso, no depende de m.
2. Soy variable y dependo de la accin del medio. Cuando quiero cambiar al
medio o a mi yo, es el medio el que me cambia. Entonces busco la ciudad o
la naturaleza, la redencin social o una nueva lucha que justifique mi
existencia... En cada uno de esos casos el medio me lleva a decidir por una u
otra actitud. De tal manera mis intereses y el medio aqu me dejan.
3. Digo entonces que no importa qu o quin decide. Digo en esas ocasiones
que tengo que vivir, ya que estoy en situacin de vivir. Digo todo esto pero no
hay nada que lo justifique. Puedo decidirme, vacilar o permanecer. De todas
maneras una cosa es mejor que otra, provisoriamente, pero no hay mejor ni
peor en definitiva.
4. Si alguien me dice que aqul que no come muere le responder que as es, en
efecto, y que est obligado a comer aguijoneado por sus necesidades pero no
agregar a esto que su lucha por comer justifica su existencia. Tampoco dir
que ello sea malo. Dir, con sencillez, que se trata de un hecho individual o
colectivamente necesario para la subsistencia pero sin sentido en el momento
en que se pierde la ltima batalla.
5. Dir, adems, que me solidarizo con la lucha del pobre y del explotado y del
perseguido. Dir que me siento realizado con tal identificacin pero
comprender que nada justifico.
El da tercero.
1. A veces me he adelantado a hechos que luego sucedieron.
2. A veces he captado un pensamiento lejano.
3. A veces he descrito lugares que nunca visit.
4. A veces he contado con exactitud lo sucedido en mi ausencia.
5. A veces una alegra inmensa me ha sobrecogido.
6. A veces una comprensin total me ha invadido.
7. A veces una comunin perfecta con todo me ha extasiado.
8. A veces he roto mis ensueos y he visto la realidad de un modo nuevo.
9. A veces he reconocido como visto nuevamente algo que vea por primera vez.
...Y todo ello me ha dado que pensar. Buena cuenta me doy que, sin esas
experiencias, no podra haber salido del sin-sentido.
El da cuarto.
1. No puedo tomar por real lo que veo en mis sueos, tampoco lo que veo en
semisueo, tampoco lo que veo despierto pero ensoando.
2. Puedo tomar por real lo que veo despierto y sin ensueo. Ello no habla de lo
que registran mis sentidos sino de las actividades de mi mente cuando se
refieren a los datos pensados. Porque los datos ingenuos y dudosos los
entregan los sentidos externos y tambin los internos y tambin la memoria. Lo
vlido es que mi mente lo sabe cuando est despierta y lo cree cuando est
dormida. Rara vez percibo lo real de un modo nuevo y entonces comprendo
que lo visto normalmente se parece al sueo o se parece al semisueo.
Hay una forma real de estar despierto: es la que me ha llevado a meditar
profundamente sobre lo dicho hasta aqu y es, adems, la que me abri la puerta
para descubrir el sentido de todo lo existente.
El da quinto.
1. Cuando estaba realmente despierto iba escalando de comprensin en
comprensin.
2. Cuando estaba realmente despierto y me faltaba vigor para continuar en el
ascenso poda extraer la Fuerza de m mismo. Ella estaba en todo mi cuerpo.
Toda la energa estaba hasta en las ms pequeas clulas de mi cuerpo. Esta
energa circulaba y era ms veloz e intensa que la sangre.
3. Descubr que la energa se concentraba en los puntos de mi cuerpo cuando
stos actuaban y se ausentaba cuando en ellos no haba accin.
4. Durante las enfermedades la energa faltaba o se acumulaba exactamente en
los puntos afectados. Pero si lograba restablecer su pasaje normal muchas
enfermedades empezaban a retroceder.
Algunos pueblos conocieron esto y actuaron restableciendo la energa mediante
diversos procedimientos hoy extraos a nosotros.
Algunos pueblos conocieron esto y actuaron comunicando esa energa a otros.
Entonces se produjeron iluminaciones de comprensin y hasta milagros fsicos.
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El da sexto.
1. Hay una forma de dirigir y concentrar la Fuerza que circula por el cuerpo.
2. Hay puntos de control en el cuerpo. De ellos depende lo que conocemos como
movimiento, emocin e idea. Cuando la energa acta en esos puntos se
producen las manifestaciones motrices, emotivas e intelectuales.
3. Segn la energa acte ms interna o superficialmente en el cuerpo surge el
sueo profundo, el semisueo, o el estado de despierto... Seguramente las
aureolas que rodean el cuerpo o la cabeza de los santos (o de los grandes
despiertos), en las pinturas de las religiones, aluden a ese fenmeno de la
energa que, en ocasiones, se manifiesta ms externamente.
4. Hay un punto de control del estar-despierto-verdadero y hay una forma de
llevar la Fuerza hasta l.
5. Cuando se lleva la energa a ese lugar todos los otros puntos de control se
mueven alteradamente.
Al entender esto y lanzar la Fuerza a ese punto superior, todo mi cuerpo sinti el
impacto de una energa enorme y ella golpe fuertemente en mi conciencia y
ascend de comprensin en comprensin. Pero tambin observ que poda bajar
hacia las profundidades de la mente si perda el control de la energa. Record
entonces las leyendas sobre los cielos y los infiernos viendo la lnea divisoria
entre ambos estados mentales.
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El da sptimo.
1. Esta energa en movimiento poda independizarse del cuerpo manteniendo
su unidad.
2. Esta energa unida era una suerte de doble cuerpo que corresponda a la
representacin cenestsica del propio cuerpo en el interior del espacio de
representacin. De la existencia de este espacio, as como de las
representaciones que correspondan a las sensaciones internas del cuerpo, las
ciencias que trataban sobre los fenmenos mentales no daban noticia
suficiente.
3. La energa desdoblada (es decir: imaginada como afuera del cuerpo o
separada de su base material), se disolva como imagen o se representaba
correctamente dependiendo de la unidad interna que tuviera quien operaba
as.
4. Pude comprobar que la exteriorizacin de esa energa que representaba al
propio cuerpo como afuera del cuerpo, se produca ya desde los niveles ms
bajos de la mente. En esos casos suceda que el atentado contra la unidad
ms primaria de la vida provocaba esa respuesta como salvaguardia de lo
amenazado. Por ello, en el trance de algunos mdiums cuyo nivel de
conciencia era bajo y cuya unidad interna estaba en peligro, estas respuestas
eran involuntarias y no reconocidas como producidas por ellos mismos sino
atribuidas a otras entidades.
Los fantasmas o espritus de algunos pueblos o de algunos adivinos no eran
sino los propios dobles (las propias representaciones), de aquellas personas que
se sentan tomadas por ellos. Como su estado mental estaba oscurecido (en
trance), por haber perdido control de la Fuerza, se sentan manejadas por seres
extraos que a veces producan fenmenos notables. Sin duda que muchos
endemoniados sufrieron tales efectos. Lo decisivo era, entonces, el control de la
Fuerza.
Esto variaba por completo tanto mi concepcin de la vida corriente como de la
vida posterior a la muerte. Mediante estos pensamientos y experiencias fui
perdiendo fe en la muerte y desde entonces no creo en ella, como no creo en el
sin-sentido de la vida.
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El da octavo.
1. La real importancia de la vida despierta se me hizo patente.
2. La real importancia de destruir las contradicciones internas me convenci.
3. La real importancia de manejar la Fuerza, a fin de lograr unidad y continuidad,
me llen de un alegre sentido.
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El da noveno.
1. En la Fuerza estaba la luz que provena de un centro.
2. En la disolucin de la energa haba un alejamiento del centro y en su
unificacin y evolucin, un correspondiente funcionamiento del centro
luminoso.
No me extra encontrar en antiguos pueblos la devocin por el diosSol y comprend que si algunos adoraron al astro porque daba vida a su
tierra y a la naturaleza, otros advirtieron en ese cuerpo majestuoso el
smbolo de una realidad mayor.
Hubo quienes fueron ms lejos an y recibieron de ese centro incontables dones
que a veces descendieron como lenguas de fuego sobre los inspirados, a veces
como esferas luminosas, a veces como zarzas ardientes que se presentaron ante
el temeroso creyente.
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El da dcimo.
Pocos pero importantes fueron mis descubrimientos, que resumo de este modo:
1. La Fuerza circula por el cuerpo involuntariamente pero puede ser orientada por
un esfuerzo consciente. El logro de un cambio dirigido, en el nivel de
conciencia, brinda al ser humano un importante atisbo de liberacin de las
condiciones naturales que parecen imponerse a la conciencia.
2. En el cuerpo existen puntos de control de sus diversas actividades.
3. Hay diferencias entre el estado de despierto-verdadero y otros niveles de
conciencia.
4. Puede conducirse la Fuerza al punto del real despertar (entendiendo por
Fuerza a la energa mental que acompaa a determinadas imgenes y por
punto a la ubicacin de una imagen en un lugar del espacio de
representacin).
Estas conclusiones me hicieron reconocer en las oraciones de los pueblos
antiguos, el germen de una gran verdad que se oscureci en los ritos y prcticas
externas no alcanzando ellos a desarrollar el trabajo interno que, realizado con
perfeccin, pone al hombre en contacto con su fuente luminosa. Finalmente,
advert que mis descubrimientos no eran tales sino que se deban a la revelacin
interior a la que accede todo aquel que, sin contradicciones, busca la luz en su
propio corazn.
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Debes adquirir ahora suficiente percepcin de los estados internos en los que te
puedes encontrar a lo largo de tu vida y, particularmente, a lo largo de tu trabajo
evolutivo. No tengo otra manera de hacer la descripcin, que con imgenes (en
este caso, alegoras). stas, segn me parece, tienen por virtud concentrar
visualmente estados de nimo complejos. Por otra parte la singularidad de
encadenar tales estados, como si fueran distintos momentos de un mismo
proceso, introduce una variante en las descripciones siempre fragmentadas a que
nos han acostumbrado aquellos que se ocupan de estas cosas.
1. El primer estado, en el que prevalece el sin-sentido (aquel que mencionamos
al comienzo), ser llamado vitalidad difusa. Todo se orienta por las
necesidades fsicas pero estas son confundidas, a menudo, con deseos e
imgenes contradictorias. All hay oscuridad en los motivos y los quehaceres.
Se permanece en ese estado vegetando, perdido entre formas variables.
Desde ese punto se puede evolucionar slo por dos vas: la va de la muerte o
la de mutacin.
2. La va de la muerte te pone en presencia de un paisaje catico y oscuro. Los
antiguos conocieron este pasaje y casi siempre lo ubicaron bajo tierra, o en
las profundidades abisales. Tambin algunos visitaron ese reino para luego
resucitar en niveles luminosos. Capta bien esto de que abajo de la muerte
existe la vitalidad difusa. Tal vez la mente humana relacione la desintegracin
mortal con posteriores fenmenos de transformacin y, tambin, tal vez asocie
el movimiento difuso con lo previo al nacimiento. Si tu direccin es de ascenso
la muerte significa un rompimiento con tu etapa anterior. Por la va de la
muerte se asciende hacia otro estado.
3. Llegando a l se encuentra el refugio de la regresin. Desde all se abren dos
caminos: el del arrepentimiento y aquel otro que sirvi para el ascenso, es
decir: el camino de la muerte. Si tomas el primero es porque tu decisin tiende
a romper con tu vida pasada. Si regresas por el camino de la muerte recaes en
los abismos con esa sensacin de crculo cerrado.
4. Ahora bien, te dije que haba otro sendero para escapar de la vitalidad
abismal, ese era el de la mutacin. Si eliges esa va es porque quieres
emerger de tu penoso estado pero sin estar dispuesto a abandonar algunos de
sus aparentes beneficios. Es pues un falso camino conocido como de la mano
torcida. Muchos monstruos han salido de las profundidades de ese tortuoso
pasadizo. Ellos han querido tomar los cielos por asalto sin abandonar los
infiernos y, por tanto, han proyectado en el mundo medio infinita contradiccin.
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LA EXPERIENCIA
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OFICIO
Trata de ver su luz adentro de tus ojos y no impidas que ella obre por s
sola...
Siente la Fuerza y su luminosidad interna...
Deja que se manifieste libremente...
Auxiliar: Con esta Fuerza que hemos recibido, concentremos la mente en el
cumplimiento de aquello que necesitamos realmente...
Invita a todos a ponerse de pie para que efecten el Pedido. Luego transcurre
un tiempo.
Oficiante: Paz, Fuerza y Alegra!
Conjunto: Tambin para ti, Paz, Fuerza y Alegra.
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IMPOSICIN
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BIENESTAR
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PROTECCIN
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MATRIMONIO
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ASISTENCIA
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MUERTE
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RECONOCIMIENTO
Oficiante: Por otra parte, as como nadie tiene derecho a discriminar a otros
por su religin o su irreligiosidad, reclamamos para nosotros el derecho a
proclamar nuestra espiritualidad y creencia en la inmortalidad y en lo
sagrado.
Nuestra espiritualidad no es la espiritualidad de la supersticin, no es la
espiritualidad de la intolerancia, no es la espiritualidad del dogma, no es la
espiritualidad de la violencia religiosa; es la espiritualidad que ha despertado
de su profundo sueo para nutrir a los seres humanos en sus mejores
aspiraciones.
Auxiliar (y conjunto de quienes testimonian, leyendo):
Queremos dar coherencia a nuestras vidas haciendo coincidir lo que
pensamos, sentimos y hacemos.
Deseamos superar la mala conciencia reconociendo nuestros fracasos.
Aspiramos a persuadir y a reconciliar.
Nos proponemos dar creciente cumplimiento a esa regla que nos recuerda
tratar a los dems como queremos ser tratados.
Oficiante: Comenzaremos una vida nueva.
Buscaremos en nuestro interior los signos de lo sagrado y llevaremos a otros
nuestro mensaje.
Auxiliar (y conjunto de quienes testimonian, leyendo):
Hoy comenzaremos la renovacin de nuestra vida. Empezaremos buscando
la paz mental y la Fuerza que nos d alegra y conviccin. Despus, iremos
hasta las personas ms cercanas a compartir con ellas todo lo grande y
bueno que nos ha ocurrido.
Oficiante: Para todos Paz, Fuerza y Alegra
Auxiliar (y todos los presentes):
Tambin para ti Paz, Fuerza y Alegra.
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EL CAMINO
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Si crees que tu vida termina con la muerte lo que piensas, sientes y haces,
no tiene sentido. Todo concluye en la incoherencia, en la desintegracin.
Si crees que tu vida no termina con la muerte, debe coincidir lo que piensas
con lo que sientes y con lo que haces. Todo debe avanzar hacia la
coherencia, hacia la unidad.
Si eres indiferente al dolor y el sufrimiento de los dems, toda ayuda que
pidas no encontrar justificacin
Si no eres indiferente al dolor y sufrimiento de los dems, debes hacer que
coincida lo que sientes con lo que pienses y hagas para ayudar a otros.
Aprende a tratar a los dems del modo en que quieres ser tratado.
Aprende a superar el dolor y el sufrimiento en ti, en tu prjimo y en la
sociedad humana.
Aprende a resistir la violencia que hay en ti y fuera de ti.
Aprende a reconocer los signos de lo sagrado en ti y fuera de ti.
No dejes pasar tu vida sin preguntarte: quin soy?
No dejes pasar tu vida sin preguntarte: hacia dnde voy?
No dejes pasar un da sin responderte quin eres.
No dejes pasar un da sin responderte hacia dnde vas.
No dejes pasar una gran alegra sin agradecer en tu interior.
No dejes pasar una gran tristeza sin reclamar en tu interior aquella alegra
que qued guardada.
No imagines que estas solo en tu pueblo, en tu ciudad, en la Tierra y en los
infinitos mundos.
No imagines que estas encadenado a este tiempo y a este espacio.
No imagines que en tu muerte se eterniza la soledad.
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INDICE
El Libro................................................................................................................... 3
I. La meditacin ................................................................................................... 4
II. Disposicion para comprender .......................................................................... 5
III. El sin-sentido .................................................................................................. 6
IV. La dependencia.............................................................................................. 7
V. Sospecha del sentido ...................................................................................... 8
VI. Sueo y despertar .......................................................................................... 9
VII. Presencia de la fuerza................................................................................. 10
VIII. Control de la fuerza .................................................................................... 11
IX. Manifestaciones de la energa...................................................................... 12
X. Evidencia del sentido .................................................................................... 13
XI. El centro luminoso ........................................................................................ 14
XII. Los descubrimientos.................................................................................... 15
XIII. Los principios ............................................................................................. 16
XIV. La gua del camino interno......................................................................... 18
XV. La experiencia de paz y el pasaje de la fuerza ........................................... 20
XVI. Proyeccin de la fuerza.............................................................................. 22
XVII. Prdida y represin de la fuerza ............................................................... 23
XVIII. Accin y reaccin de la fuerza ................................................................. 25
XIX. Los estados internos .................................................................................. 26
XX. La realidad interior ...................................................................................... 29
La Experiencia ..................................................................................................... 30
Oficio ................................................................................................................. 31
Imposicin.......................................................................................................... 33
Bienestar............................................................................................................ 35
Proteccin.......................................................................................................... 36
Matrimonio ......................................................................................................... 37
Asistencia .......................................................................................................... 39
Muerte................................................................................................................ 41
Reconocimiento ................................................................................................. 42
El Camino............................................................................................................. 44
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