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Maldonado 2

Este documento presenta un resumen de los tres estadios de la termodinámica y su importancia para comprender la ciencia de la complejidad. El primer estadio es el del equilibrio donde la producción de entropía y los flujos son nulos. El segundo estadio es la región cercana al equilibrio donde los flujos son lineales respecto a las fuerzas. El tercer estadio, y el más relevante para la complejidad, es el de los sistemas alejados del equilibrio donde los flujos son no lineales respecto a las fuerzas, lo que requ
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Maldonado 2

Este documento presenta un resumen de los tres estadios de la termodinámica y su importancia para comprender la ciencia de la complejidad. El primer estadio es el del equilibrio donde la producción de entropía y los flujos son nulos. El segundo estadio es la región cercana al equilibrio donde los flujos son lineales respecto a las fuerzas. El tercer estadio, y el más relevante para la complejidad, es el de los sistemas alejados del equilibrio donde los flujos son no lineales respecto a las fuerzas, lo que requ
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E di c i o n e s

Termodinmica
y complejidad
Una introduccin para las
ciencias sociales y humanas
Carlos Eduardo Maldonado
Termodinmica y complejidad
Una introduccin para las ciencias sociales y humanas
Carlos Eduardo Maldonado
Julio de 2011
Ediciones desde abajo
www.desdeabajo.info
Bogot, D.C. - Colombia
ISBN:978-958-8454-35-1
Impresin:
Difundir Ltda.
Carrera 16 N 57-57, Bogot D.C., Colombia
Telfonos: 346 62 40 -212 7397 -345 18 08
El conocimiento es un bien de la humanidad.
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Cultivarlo es responsabilidad de todos.
Se permite la copia, de uno o ms artculos completos de esta obra o del conjunto
de la edicin, en cualquier formato, mecnico o digital, siempre y cuando no se
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ndice
A propsito de la coleccin Ciencia y sociedad .............................7
Prlogo a la segunda edicin ........................................................ 9
Presentacin ................................................................................ 11
Obras de Prigogine empleadas para este libro,
y siglas respectivas .......................................................................19
Captulo primero
Introduccin: Temas, problemas y conceptos ............................21
Captulo segundo
El proyecto de la ciencia moderna ............................................. 37
Captulo tercero
@N VQR[aVxPNPVl[ QR Y _RNY ......................................................... 47
Captulo cuarto
Las dos culturas ...........................................................................57
Captulo quinto
El surgimiento de la complejidad............................................... 67
7N]jabY `Reao
Los tres estadios de la termodinmica ....................................... 81
Captulo sptimo
La unin del mundo microscpico y macroscpico ................... 93
Captulo octavo
El choque de las doctrinas .........................................................105
Captulo noveno
La renovacin de la fsica contempornea ................................113
Captulo dcimo
Hacia la sntesis de lo simple y lo complejo .................................... 127
Captulo undcimo
El reencanto del mundo o la tercera cultura ................................... 137
Captulo duodcimo
La inquietud del tiempo .................................................................. 151
Captulo decimotercero
Nuevas vias de dilogo con la naturaleza ........................................ 159
Captulo dcimo cuarto
Complejidad y/como crisis .............................................................. 169
Captulo dcimoquinto
La nueva alianza: Abrir las ciencias sociales y humanas ................177
Eplogo
Termodinmica y complejidad en las ciencias sociales ..................187
Conclusin:
Balance entre las ciencias y la cultura .............................................195
Bibliografa ......................................................................................205
Captulo sexto
Los tres estadios de la termodinmica
La termodinmica puede ser comprendida en tres estadios, y su
esLudIo y comprensIn es deLermInunLe denLro de Iu exposIcIn
de la ciencia de la complejidad. Establecer, con cuidado, los tres
estadios es fundamental para una puesta en marcha, por as decir-
lo, de los conceptos articuladores de la complejidad. Mejor an, la
articulacin de los conceptos propios de la termodinmica es una
condicin necesaria para alcanzar la puesta en comn entre lo que
LrudIcIonuImenLe Iubiu upurecIdo como exLerIor y opuesLo, u suber:
la integracin o la coimplicacin entre ciencias naturales como la
fsica y la qumica, con las ciencias sociales, la biologa y la cultura.
El elemento que acta como puente es el estudio de los problemas de
estabilidad. Un sistema termodinmico es un sistema que requiere
de energa materia, energa, informacin que es dependiente
de un entorno y cuyo dilema fundamental es el equilibrio. Tal es el
objeto de la termodinmica.
EI ncIeo de Iu LermodInumIcu es, dehnILIvumenLe, eI segundo
principio: compendio de la historia de la humanidad occidental, en
LrmInos uI mIsmo LIempo cIenLihcos, hIoshcos y cuILuruIes, pero
tambin, hilo para la comprensin de toda dinmica en la natura-
leza y la sociedad. En efecto, la entropa juega un papel central en
la descripcin de la evolucin.
u prImeru condIcIn en eI esLudIo y exposIcIn de Iu enLropiu
consIsLe en consIderur eI sIgnIhcudo IisIco de Iu mIsmu, u purLIr
del cual cabe avanzar en la determinacin de sus alcances y limita-
ciones. La consideracin de la termodinmica se concentra, aqu,
especialmente en la descripcin de la irreversibilidad. Para ello,
las reacciones qumicas sirven como un buen hilo conductor. Esta
estrategia de estudio atiende a las reacciones qumicas desde el
punto de vista cintico tanto como termodinmico. Pero para ello,
Carlos Eduardo Maldonado 82
es importante atender al hecho de que las reacciones qumicas
son casos especiales del inters fsico por la entropa.
Hasta el momento en el que Prigogine obtiene el premio Nbel y
uos despus, Iu quimIcu es consIderudu enLre eI mundo cIenLihco
como una rama de la fsica. Ciertamente que ya desde la dcada de
Ios uos cIncuenLu, se veniun producIendo uvunces sIgnIhcuLIvos
en la qumica fsica, gracias a la cual los conceptos propios de la
termodinmica de los sistemas alejados del equilibrio no sola-
mente se van generalizando, sino tambin sedimentando (APC).
Hay que decir que La nueva alianza todava se sita dentro de esa
corriente interpretativa que no logra enteramente que la qumica
tome distancia de la fsica. Ser tan slo a mediados de los aos
noventa del siglo pasado cuando la qumica logra por primera vez,
de muneru sIIdu, uIcunzur un esLuLuLo cIenLihco y epIsLemoIgIco
propIo, IndependIenLemenLe de Iu IisIcu. Nuce, usi, Iu hIosoIiu de Iu
qumica. Es preciso decir que Prigogine no ve o no se interesa en
muneru uIgunu por eI propIo esLuLuLo cIenLihco y epIsLemoIgIco
de la qumica. Sencillamente da por sentada la situacin segn la
cual la qumica es un caso particular de la fsica.
Una observacin puntual. Puede decirse que una ciencia adquiere
estatuto propio notablemente un estatuto epistemolgico, en
el sentido al mismo tiempo ms amplio y fuerte de la palabra,
cuundo se Iogru eIuborur unu reexIn de LIpo hIoshco ucercu de
Iu mIsmu, grucIus u Io cuuI nuce Iu hIosoIiu de esu cIencIu (o dIs-
cIpIInu). EIIo no quIere decIr que seu Iu hIosoIiu Iu que Ie conheru
esLuLuLo cIenLihco u Ius cIencIus. Por eI conLrurIo, en eI InIcIo, son
sIempre Ios propIos cIenLihcos y LerIcos de esu dIscIpIInu cIenLihcu
quIenes, en unu reexIn de LIpo hIoshco, Ie oLorgun un esLuLuLo uI
mismo tiempo lgico, metodolgico y epistemolgico a dicha cien-
cIu. Queduriu por umpIIur mejor Ius especIhcIdudes de Iu hIosoIiu
de la ciencia, pero es un tema que debe quedar aqu, por lo pronto,
de lado. Lo que s es importante es la idea de que para las propias
ciencias de la complejidad en general este reconocimiento es una
tarea que an se encuentra en proceso de elaboracin.
La teora cintica de los gases trata de los gases considerando el
movimiento de sus tomos y sus molculas. Desde el punto de vista
Termodinmica y complejidad 83
cintico, la magnitud fundamental de reaccin es la velocidad, y
as, la cintica qumica estudia los cambios de concentracin de
los diferentes productos que intervienen en una reaccin qumica.
La teora cintica de los gases se complementa con las teoras de
la mecnica estadstica, las cuales aplican reglas estadsticas para
expIIcur eI comporLumIenLo de Ios conjunLos de uLomos y moIcu-
las. Los anlisis de Prigogine y Stengers tienen esencialmente una
hnuIIdud: mosLrur que Iu veIocIdud de reuccIn, por Io demus uI
IguuI que Ios oLros ujos LermodInumIcos, no son deducIbIes de unu
teora general. Por el contrario, las magnitudes termodinmicas
exIgen oLro cumIno perIecLumenLe dIsLInLo uI de Ios modeIos de-
ductivos o hipottico-deductivos. Prigogine insiste a lo largo de su
obra en la necesidad de hacer descripciones fenomenolgicas. Estas
descripciones hacen evidente que las magnitudes termodinmicas
son resultantes del estudio particular de cada proceso irreversible.
CILundo u NIeLzscIe, uhrmun PrIgogIne y SLengers, es rIdicuIo
hablar de leyes qumicas como si los cuerpos qumicos fuesen
gobernados por leyes similares a las leyes morales (LNA: 174).
De esta imposibilidad es preciso concluir que la produccin de
entropa hace posible distinguir tres amplios campos de la ter-
modinmica, que dan lugar justamente a los tres estadios de esta
ciencia. El primer campo es el del equilibrio, en el que la produccin
de enLropiu, Ios ujos y Ius Iuerzus son Lodos nuIos. No es esLe eI
caso que le interesa a Prigogine ni, en general, a las ciencias de la
complejidad. El segundo campo es la regin cercana al equilibrio,
en donde Ius Iuerzus son dbIIes y eI ujo es unu IuncIn IIneuI de
la fuerza. En ambos casos, todava se sienten los ecos de la fsica
newtoniana. Por el contrario, el tercer campo es el de los sistemas
uIejudos deI equIIIbrIo, y que cube exponer, de muneru precIsu,
como el campo o estadio de la termodinmica no lineal, debido
u que en eIIu eI ujo es unu IuncIn mus compIIcudu que Iu Iuerzu.
Desde luego, es este tercer estadio en el que se concentra toda la
obra de Prigogine.
El nombre de L. Onsager ocupa un lugar destacado entre los ante-
cedentes que hicieron posible el desarrollo y la formulacin de la
termodinmica del no equilibrio. Onsager descubri y trabaj el
segundo estadio mencionado, la termodinmica del no equilibrio
Carlos Eduardo Maldonado 84
para la regin lineal, gracias a su trabajo sobre las relaciones de
reciprocidad. De acuerdo con estas relaciones, cuando un pro-
ceso IrreversIbIe es InuIdo por unu Iuerzu LermodInumIcu, Iuy
un proceso irreversible particular dentro del anterior que se ve
InuIdo por Iu Iuerzu que IncIde sobre eI prImer proceso. AI Iudo
de las relaciones de reciprocidad, la introduccin de la funcin
potencial, que mide la produccin de entropa para sistemas cer-
canos al equilibrio, permite destacar y atender a las condiciones
de contorno de los fenmenos, sistemas y comportamientos. Para
este estadio de la termodinmica, los sistemas evolucionan hacia
un estado estacionario. Sin embargo, de una manera ms precisa, el
lugar ms importante entre los antecedentes de la termodinmica
de los sistemas alejados del equilibrio lo ocupa T. de Donder, quien
fuera profesor de Prigogine y fundador de la Escuela de Termo-
dinmica de Bruselas (MT). De Donder fue quizs el primero en
considerar que la termodinmica no debera limitarse a situaciones
de equIIIbrIo. A purLIr de su InuencIu, Iu LermodInumIcu deI no
equIIIbrIo Iubriu de exLenderse, en generuI, uI esLudIo de procesos
de no equilibrio, desde la hidrodinmica hasta la qumica, y desde
la ptica hasta la biologa, y la ecologa.
Como quiera que sea, la termodinmica lineal describe el com-
portamiento estable predecible de sistemas que tienden hacia un
minImo nIveI de ucLIvIdud compuLIbIe con Ios ujos que Ios uII-
mentan. En una palabra: cualesquiera que sean las condiciones
iniciales, en la termodinmica lineal de los sistemas cercanos al
equIIIbrIo, eI sIsLemu uIcunzu hnuImenLe uqueI esLudo univocumen-
te determinado por las condiciones de contorno impuestas. As, es
siempre posible predecir perfectamente la reaccin de un sistema
a cualquier cambio impuesto en las condiciones de contorno.
Mucho ms interesante, por compleja e impredecible, es la termo-
dinmica no lineal, que se ocupa de sistemas esencialmente inesta-
bles. Gracias a ella, es posible saber qu sistemas son susceptibles
de escapar al tipo de orden que gobierna el equilibrio y a partir de
qu umbral, de qu distancia de equilibrio, de qu valor restrictivo
ImpuesLo, Ius ucLuucIones pueden conducIr u un nuevo compor-
tamiento completamente diferente del comportamiento habitual
de los sistemas termodinmicos. En una palabra, en este estadio es
Termodinmica y complejidad 85
posible saber en qu momento prima la creacin de orden sobre la
produccin de entropa, que es, sin duda alguna, el ms importante
de todos los problemas relativos a los sistemas termodinmicos.
Cuando los sistemas se encuentran lejos del equilibrio ya no es
posIbIe dehnIr un esLudo uLrucLor u purLIr deI cuuI cube expIIcur Iu
dinmica del sistema, de suerte que la descripcin de la produccin
de entropa an continua describiendo los regmenes termodin-
micos, y la estrategia de estudio o descripcin, por as decirlo, debe
ser otra completamente diferente. Ante la ausencia de una funcin
potencial, la alternativa estratgica es la fenomenologa, puesto que
lo que tenemos ante la mirada es un mundo inestable.
Por consIguIenLe debemos Lomur en serIo Ius ucLuucIones que
exIIbe un sIsLemu, o LumbIn Ius ucLuucIones deI comporLumIenLo
de un sistema o fenmenos determinado. El tema de trabajo son,
enLonces, Ius ucLuucIones, Ius LurbuIencIus, o como eru eI cuso
particular de uno de los primeros materialistas y en particular en
Lucrecio, el clinamen (FC). Quizs el ejemplo ms conocido de
esta clase de sistemas o fenmenos, particularmente entre quienes
se dedican al estudio de la fsica, la qumica y la biologa, sea la
inestabilidad de Bnard, el cual revela que el movimiento convec-
tivo generado consiste en realidad en una compleja organizacin
espacial del sistema que da lugar a un sinnmero de clulas de
conveccIn IexugonuIes. AsIsLImos, usi, uI surgImIenLo de orden
espontneo (order for free, dIru S. KuuIImun, uno de Ios reIerenLes
obligados en el marco de las ciencias de la complejidad). Las clu-
las de Bnard constituyen uno de los primeros tipos observados, y
establecidos de estructura disipativa. (Cfr. La biologa del futuro,
y B. Goodwin, Las manchas del leopardo).
El concepto de estructura disipativa, que se debe a Prigogine y que
es una de las formas de designar un fenmeno o sistema complejo,
anlogamente, por ejemplo al concepto de sistemas complejos
adaptativos (CAS, por su designacin en ingls), introducido por
M. Gell-Mann, cumple una funcin descriptiva y sinttica muy
importante, que contribuye a entender en qu consiste la comple-
jidad. Mediante este concepto, se dice que la disipacin de energa
y de materia generalmente asociada a los conceptos de prdida y
Carlos Eduardo Maldonado 86
rendimiento y evolucin hacia el desorden se convierte, lejos del
equilibrio, en fuente de orden. En el origen y en la lgica del orden
se encuenLru Iu dIsIpucIn. EsLu es, munIhesLumenLe, unu Ideu
revoIucIonurIu, desde Iuego, reIuLIvu u Lodu Iu LrudIcIn cIenLihcu
y hIoshcu occIdenLuI. Mus exucLumenLe, Ius esLrucLurus dIsIpuLI-
vas corresponden a una forma de organizacin supramolecular.
Posteriormente, Prigogine y varios tericos e investigadores de la
compIejIdud, pondrun de munIhesLo que Ius estructuras disipativas
son autoorganizativas.
En esLe punLo, es precIso deLenernos un momenLo u hn de Iucer
unu observucIn punLuuI pero con un sIgnIhcudo generuI. En eIecLo,
quisiera subrayar la consecuencia de lo que antecede, pues es de-
terminante para precisar al mismo tiempo el carcter de las nuevas
cIencIus de Iu compIejIdud, LunLo como de Iu hIosoIiu que Ies es pro-
pia. Mientras que las leyes termodinmicas en el equilibrio y cerca
de l son generales lo cual es un pleonasmo, pero que sirve para
acercarnos a la idea ms importante que queremos sealar, en si-
tuaciones alejadas del equilibrio las leyes generales dejan de existir
o de tener sentido. os comporLumIenLos se Iucen especihcos, esLo
es, se individualizan y entran a jugar un papel de primer orden. En
estas situaciones, ya no hay una ley universalmente vlida a partir
de la cual el comportamiento global del sistema pueda deducirse.
En situaciones alejadas del equilibrio, cada sistema es un caso apar-
te, pero sI eIIo es usi, Iu concIusIn que se debe exLruer es que cudu
sistema (complejo) posee su propia complejidad. As, el estudio de
la complejidad se encuentra en las antpodas de la ciencia de corte
aristotlico, puesto que es efectivamente posible una ciencia de lo
particular, y no ya solamente una ciencia de lo universal.
Hay que decir que este constituye, sin lugar a dudas, uno de los ms
serios debates, en todos los rdenes, en el estudio de la compleji-
dad. En verdad, de un lado se encuentra la tesis de acuerdo con la
cual cada sistema complejo posee su propia complejidad; de otra
parte, se sita la tesis segn la cual todos los sistemas complejos
obedecen a principios elementales comunes, y que el trabajo en
ciencias de la complejidad consiste entonces en la bsqueda de
estos principios o leyes universales y comunes a todos los sistemas
complejos, y esos principios son o seran simples. Son numerosos
Termodinmica y complejidad 87
los autores que se sitan a uno y otro lado de este debate. Esta es
una cuestin abierta, que se revela, en realidad, como una de las
vetas futuras ms importantes del trabajo en complejidad.
Es inevitable, por tanto, atender a lo que se sigue de la posicin
personal de Prigogine. Cada sistema complejo posee su propia
complejidad, en contraste con el estudio de los sistemas simples
que hace evidente que todos son igualmente simples
37
. En contraste
con la corriente principal de estudio de la complejidad propia del
Instituto Santa Fe notablemente, de autores como J. Holland,
S. KuuIImun, M. GeII-Munn, P. Buk, y vurIos oLros-, que sosLIene
que es posible hacer una ciencia general de la complejidad para
diferentes fenmenos, comportamientos y sistemas complejos,
PrIgogIne es uno de Ios pocos uuLores que dehenden Iu Ideu segn
Iu cuuI, eI esLudIo de Iu compIejIdud es unu Lureu especihcu en cudu
caso. Precisamente por ello no solamente Prigogine rechaza la idea
de Iu exIsLencIu de cIencIu(s) de Iu compIejIdud, y opLu por Iu de
comportamientos complejos, sino, adicionalmente, la forma ms
adecuada para designar en general el estudio de la variedad de com-
portamientos complejos es como termodinmica del no equilibrio,
o termodinmica de los sistemas alejados del equilibrio.
EI esLudIo de Ios duLos experImenLuIes nos conducIru u Iu concIusIn
final de que la diferencia entre los fenmenos fsico-qumicos y
biolgicos, entre el comportamiento sencillo y complejo no es tan
grande como podra suponerse intuitivamente. Este descubrimiento
nos acercar, por el contrario, a una contemplacin pluralista del
mundo fsico segn la cual, al variar las condiciones impuestas a
un sistema, ste puede presentar, dependiendo de su naturaleza,
diversas formas de comportamiento (EC: 19).
El tema al cual hago aqu referencia es, en cualquier caso, objeto
de una discusin muy seria con notables argumentos en favor de
cada una de las posiciones esgrimidas. El objeto de trabajo de este
tema es la jlosojc de lc ciencic de lc complejidcd, que hasta el
momento es algo menos que un bosquejo en el mundo. Hasta aqu
la observacin puntual.
37
Esta es una idea que ya hemos expuesto en otro lugar. Vase Maldonado, C.
E. 'El problema de la flosoIia del conocimiento y el estudio de los sistemas
complejos, en: Revista Praxis Filosohca, No. 17, pgs. 103-120.
Carlos Eduardo Maldonado 88
Hasta el momento, en el marco de la presentacin de los estadios
de la termodinmica, hemos atendido a fenmenos fsicos. Pero es
exucLumenLe en esLe punLo en donde Iu LermodInumIcu de Ios procesos
irreversibles encuentra un puente con la biologa. La mediacin entre
la fsica y la biologa es posible gracias a la biologa molecular. En ver-
dad, mientras que las reacciones no-lineales son comparativamente
raras en el mundo inorgnico, constituyen prcticamente la regla en
los sistemas vivos. Se trata, notablemente de reacciones como la au-
tocatlisis, la autoinhibicin, la catlisis cruzada. Aqu se encuentran
los mecanismos regulatorios de las funciones metablicas, esto es, en
oLrus puIubrus, eI probIemu mIsmo de Ius ucLuucIones y deI orden.
De IecIo, Iu Iormu como Iu bIoIogiu moIecuIur expIIcu Iu LrunsmIsIn
y expIoLucIn de Iu InIormucIn genLIcu es un mecunIsmo no-IIneuI,
a saber: el o los bucles de retroalimentacin del ADN.
De esta suerte, por primera vez en toda la historia de la modernidad,
y en realidad, desde la antigedad griega, asistimos a la integracin
entre la fsica y la biologa. Esta integracin es posible gracias a la
interfase entre la termodinmica y la biologa molecular. La pri-
meru Iogru eI descubrImIenLo de que exIsLen esLrucLurus compIejus
y orgunIzudus Iejos deI equIIIbrIo, con eI reconocImIenLo expreso
de que estos nuevos estados de la materia y sus comportamientos
son Ienmenos especihcos que no son eI objeLo, en ubsoIuLo, de
deduccIones. u segundu proporcIonu Iu expIIcucIn de Iu posIbIII-
dad de inestabilidad qumica lejos del equilibrio gracias a los bucles
autocatalticos, las reacciones de bucle y la autoinhibicin.
Pues bien, mediante la integracin alcanzada, logramos compren-
der, por primera vez, que lo global no es directamente deducible
de sus partes analticas y que, por el contrario, debemos poder
tomarnos en serio el papel al mismo tiempo de las emergencias
y de las individualidades
38
.
38
Si hay alguien que defnitivamente se ha tomado en serio el papel de la indivi-
dualidad en el estudio del fenmeno de la vida es F. Varela. La invididualidad:
la autonoma del ser vivo, en P. Veyne, P. Vernant, L. Dumont, P. Ricoeur, F.
Dollo, F. Varela, G. Percheron. Sobre el indualismo, Coloquio de Royaumont,
Barcelona, Paids, 1987, pgs. 111 a 118. Por otra parte, vase S. J. Gould,
Ontogenia v hlosgenia, Barcelona, Madrid, 2010.
Termodinmica y complejidad 89
Asistimos, por as decirlo, al descubrimiento, sbito y maravilloso, de
unu segundu expIosIn cumbrIcu: eI mundo en generuI posee unu uILu
organizacin, y lo que aparece a primera vista como desorden y caos
es, en reuIIdud, ucLuucIn y generucIn de orden. Nos enconLrumos
a un paso del trnsito del ser al devenir. En verdad, a dondequiera
que miremos vemos fenmenos apasionantes de organizacin,
pero se debe a que somos capaces de ver fenmenos tales como
rupLurus de sImeLriu, bIIurcucIones, InesLubIIIdud y ucLuucIones,
IormucIn de grudIenLes en un sIsLemu, en hn, reIojes quimIcos.
os experImenLos que LIenen Iugur en LrmInos de Ius reuccIones
de Belousov-Zhabotinsky conocidas tambin como reacciones
BZ, las propias clulas de Benard y la funcin del Bruselador son
tan slo ilustraciones elementales de aquello que subrayamos aqu
como especihco de Iu compIejIdud. ExucLumenLe en esLu dIreccIn,
Prigogine designa a la termodinmica de los sistemas alejados del
equilibrio como la fsica del devenir (FBB).
Las reacciones B-Z
Cuando ciertas sustancias en disolucin se mezclan y se dejan reposar
en una placa de Petri, como por arte de magia aparecen bellos patrones
regulares. Una de estas mgicas mezclas es la reaccin de Beloussov-
Zhabotinsky, llamada as en honor de los dos cientcos soviticos que
la descubrieron y la estudiaron entre los aos cincuenta y sesenta en
Mosc. Esta mezcla de compuestos orgnicos e inorgnicos genera
anillos concntricos que recuerdan dianas. Los anillos se expanden
lentamente a partir de centros que surgen espontneamente por toda
la placa; a intervalos regulares se forman nuevos anillos. Como puede
verse, cuando los anillos se encuentran se aniquilan mutuamente; no se
forman patrones de interferencia como ocurre con las ondas que se
forman cuando lanzamos piedras en distintos puntos de un estanque.
Cada patrn retiene su forma original hasta el lmite establecido por
dos ondas en colisin.

Lo que ocurre cuando las espirales de las reacciones B-Z se ponen


en marcha es que estos patrones replicantes ms rpidos toman po-
sesin del campo entero. Esta clase de desplazamiento de un tipo de
sistema a otro suele describirse como un ejemplo de seleccin natural
en un tubo de ensayo. Lo cual deja claro que no hay nada especialmente
biolgico en la seleccin natural: no es ms que un trmino usado por
Carlos Eduardo Maldonado 90
En efecto, gracias a la termodinmica del no equilibrio, puede
hablarse de dos clases de fsica. La primera, la fsica del ser com-
prende dos captulos centrales, la dinmica clsica y la mecnica
cuntica. Algunos de los temas de la fsica del ser son los sistemas
hamiltonianos, los conjuntos en equilibrio, los sistemas integrables,
los sistemas ergdicos, la estabilidad dbil, el uso de operadores y
la complementariedad, por ejemplo. La segunda, la fsica del de-
venir, comprende, por su parte, los principales ejes articuladores
u Iu LermodInumIcu, Iu uuLoorgunIzucIn y Ius ucLuucIones de no
equilibrio. Sin embargo, el tema de verdad apasionante y difcil,
al mismo tiempo, consiste en establecer el puente entre el ser y el
devenir puesto que, en rigor, no hay dos fsicas, de lo que se trata
es del desarrollo o de la evolucin de un mismo y slo problema, a
saber: la elaboracin de un cuadro terico sobre la realidad mejor,
sobre su curucLer cumbIunLe, IrreversIbIe y ucLuunLe. Pues bIen, u
los ojos de Prigogine, los aspectos ms determinantes en la construc-
cin, por as decirlo, de este puente entre el ser y el devenir, reside
en eI esLudIo y expIIcucIn deI pupeI consLrucLIvo de Iu enLropiu, Iu
irreversibilidad y el establecimiento de lo que cabe designar como
las leyes del cambio (FBB: 151-214). El resultado de la elaboracin
de este puente merece un espacio destacado: se trata del recono-
cimiento de que vivimos un mundo abierto. Pues bien, la idea de
un mundo ubIerLo quIere sImpIemenLe expresur eI propIo curucLer
ubIerLo e Inucubudo de Iu Iubor cIenLihcu.
Lejos del equilibrio la homogeneidad del tiempo es destruida,
con lo cual, para decirlo de manera al mismo tiempo puntual y
los bilogos para describir el modo en que una forma es reemplazada
por otra como resultado de sus diferentes propiedades dinmicas.
No es ms que una manera de hablar sobre estabilidad dinmica, un
concepto empleado desde hace largo tiempo en fsica y qumica. Si
quisiramos podramos reemplazar el trmino seleccin natural por el
de estabilizacin dinmica, la emergencia de los estados estables en un
sistema dinmico. Esto podra evitar algunas confusiones sobre lo que
la seleccin natural implica.
B. Goodwin
Las manchas del leopardo
Termodinmica y complejidad 91
fuerte, tiene lugar la historia. Mientras que el tiempo es, retros-
pectivamente, homogeneidad e indiferencia, la historia implica la
aparicin de estructuras, la creacin de orden. Las bifurcaciones
se expIIcun, en Io sucesIvo, u purLIr de Iu IdenLIhcucIn de uqueIIus
ucLuucIones que LermInun por desesLubIIIzur un sIsLemu ubrIen-
do y alcanzando estados macroscpicos posibles. La historia no
es otra cosa que la conjuncin entre determinismo y azar; aquel,
consistente en el clculo de la estabilidad e inestabilidad de los
dIIerenLes esLudos de un sIsLemu; sLe, en Ius ucLuucIones que
deciden hacia qu estado se dirigir efectivamente el sistema.
Mientras que un sistema demasiado pequeo est enteramente
dominado por su entorno, un sistema meso o macro es sensible
al entorno, reacciona a l e incide sobre l.
Nos vemos obligados a emplear, para definir de forma consistente
los sistemas fsico-qumicos ms simples, un conjunto de conceptos
que hasta ahora estaban reservados a los fenmenos biolgicos,
sociales y culturales: los conceptos de historia, de estructura y de
actividad funcional se imponen al mismo tiempo para definir el
orden por fluctuacin, el orden cuya fuente es el no-equilibrio
(LNA: 193-4).
Es importante atender a esta circunstancia: la buena ciencia
no se hace simple y llanamente con el recurso de metforas,
de analogas, tomando prestados conceptos de otros lugares, o
acaso escribiendo trminos entre comillas. Por el contrario, la
buenu cIencIu debe expIIcur no sImpIemenLe cudu unu de sus
observaciones, sino, adems, todos y cada uno de los trminos y
conceptos empleados.
Llegados a este punto, se hace necesario, sin embargo, poner
cIuru y dIrecLumenLe sobre Iu mesu un Lemu de reexIn, dIIicII y
problemtico. Una vez que hemos alcanzado el reconocimiento de
que hay orden en todas partes y, mejor an, un orden creciente,
esLo es, orgunIzucIn crecIenLe, en hn, compIejIdud crecIenLe, se
LruLu de ocupurnos de sI ese orden posee o no uIgunu hnuIIdud.
Este problema es obviamente muy complejo y no podemos tra-
tarlo aqu ms que muy brevemente (LNA: 194).
Carlos Eduardo Maldonado 92
u pIuLuIormu de purLIdu puru eI probIemu de Iu hnuIIdud de Ius
formas y los sistemas vivos es la morfognesis (hay que anotar, de
pusudu, que uIgo unuIogo sucede en Iu obru R. TIom). EsLe es, de
manera directa, el tema de la biologa terica, y tres grandes nom-
bres merecen desLucurse: WuddIngLon, S. KuuIImun y . VureIu.
Prigogine sostiene que la nica particularidad de la organizacin,
compatible con las leyes fsicas, es la de que posee una vertiginosa
improbabilidad con respecto a esas leyes. La clula consiste en una
gran poblacin de molculas cuyo nmero de grados de libertad
es InhnILumenLe mus uILo que eI mosLrudo por su comporLumIenLo
global resultante de su interaccin. En cualquier caso, la idea de
hnuIIdud debe resoIverse en Iu dIreccIn que upunLu u Ios grudos
de libertad en los comportamientos de un sistema
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. Pero, entre
tanto, lo determinante sigue siendo el establecimiento del lmite de
la entropa lmite al principio de orden de Bolztmann, lo llaman
PrIgogIne y SLengers-. Es sobre esLe Lemu que se dehne eI puso
sIguIenLe. Pero Iu quedudo ubIerLu unu dImensIn de reexIones
que se antoja grande.
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Hace ya mucho tiempo que el bilogo se encuentra frente a la teleologa
como ante una mujer de la que no puede prescindir, pero en cuya compaia
no quiere ser visto en pblico. El concepto de programa otorga ahora estatuto
legal a esta relacin oculta. Y ms adelante dice: La biologa, como las res-
tantes ciencias de la naturaleza, ha perdido hoy muchas de sus ilusiones. No
busca ya la verdad. Construye la suya. La realidad surge entonces como un
equilibrio siempre inestable, F. Jacob, La lgica de lo viviente. Una historia
de la herencia, Barcelona, Tusquets, 1999, pgs. 22 y 28, respectivamente.

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