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ANLISIS DEL CASO ROSENDO RADILLA ANTE LA CORTE
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, A LA LUZ DE LA ACTUAL POLTICA DE SEGURIDAD PBLICA EN MXICO
EDUARDO VILLARREAL SANDOVAL 1
SUMARIO: I. Prembulo; II. Introduccin a la Causa y Objeto de la Controversia; III. Principios Legales y Doctrinales en que se Fundamenta el Litigio; IV. Argumentos, Excepciones y Defensas de las Partes; V. Fallo de la Corte. Reparacin de los Daos Cometidos por el Estado Mexicano; VI. Conclusiones; VII. Corolario; VIII. Bibliografa.
I. Prembulo.
En el presente trabajo realizado a partir de la sentencia Rosendo Radilla vs. Estados Unidos Mexicanos, el cual sin lugar a dudas resulta paradigmtico para el estudio del derecho constitucional, debido a la multiplicidad de elementos que maneja tendientes a configurar una proteccin global a los derechos humanos, realizo un anlisis general del mismo, permitindome hacer una sutil comparacin anloga con la situacin actual que vive el Estado mexicano en relacin con sus polticas pblicas de seguridad.
Desde luego, el anlisis del caso Radilla, puede dar elementos para la realizacin de muchos ensayos de corte acadmico, y no es difcil encontrar similitudes entre las violaciones a los derechos humanos cometidas en dicho asunto, durante aquella poca, con las que hoy en da se continan dando en algunas zonas de nuestro pas. Sin embargo, considero que es viable estudiar la sentencia Radilla a la luz de la actual lucha contra la delincuencia organizada del gobierno del actual Presidente de la Repblica, en virtud del patrn de conductas que han sido desplegadas de manera sistemtica por parte de las Fuerzas Federales en contra de los enemigos pblicos de la Nacin: tanto respecto de la insurgencia de
1 Artculo publicado en diciembre de 2010. 2
guerrilleros indgenas en la dcada de los setenta, como de los grupos subversivos del crimen organizado hoy da.
Lo anterior cobra relevancia en virtud de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos se declar competente para conocer del caso del Seor Radilla, an cuando el hecho haba ocurrido ms de treinta aos atrs, aduciendo precisamente que las violaciones a los derechos humanos por parte de las Fuerzas Federales del estado mexicano eran el derivadas de una serie de prcticas de corte autoritario que de manera sistemtica seguan dndose en la actualidad en el pas respecto la persecucin y detencin de presuntos criminales. II. Introduccin a la Causa y al Objeto de la Controversia.
Tal y como se desprende de las mltiples investigaciones realizadas tanto por la Comisin Interamericana de Derechos Humanos, como por la Comisin Nacional de Derechos Humanos, as como por la Fiscala Especial para Movimientos Sociales y Polticos del Pasado, el seor Rosendo Radilla Pacheco era un activista (luchador) social, profesor egresado de de una normal rural del estado de Guerrero, de las cuales el Gobierno tema representaran un foco de rojo y caldo de cultivo de guerrilleros, y que por ello fue cerrndolas de manera paulatina.
Los gobiernos federal y estatales realizaban detenciones ilegales y arbitrarias 2 de supuestos guerrilleros, concentrndose preponderantemente en la zona de Guerrero, donde otros activistas sociales como Genaro Vzquez y Lucio Cabaas gozaban de fama en la regin como lderes guerrilleros, y donde, asimismo, ste ltimo secuestrara al Gobernador del Estado y en consecuencia desatara toda una serie de medidas de represin militar y poltica, tendientes a eliminar los movimientos opositores y armados en contra del gobierno del estado mexicano, encabezado en ese entonces por el Presidente Luis Echeverra lvarez.
2 La detencin arbitraria deriva de la concurrencia de circunstancias irrazonables, imprevisibles o faltas de proporcionalidad. 3
De esta manera, durante las dcadas de los setenta y ochenta, las acciones represivas del Estado fueron implantadas desde fuera de lo legal, mediante una estrategia por parte del gobierno, a travs de las Fuerzas Federales, cuya nica finalidad era la de acabar con todo aquello que fuera o pareciera guerrillero, sin un debido proceso, empleando tortura como mecanismo para obtener informacin sobre las clulas insurgentes y llegando a cometer desapariciones forzadas de personas por parte de militares: la guerra sucia.
Segn se ha documentado, el 25 de agosto de 1974, Rosendo Radilla Pacheco, de 60 aos de edad, fue detenido en un retn militar en la sierra de Guerrero, en donde los efectivos del ejrcito le apresaron en razn de que compona corridos (sobre los actores y acontecimientos de la guerrilla), y a partir de entonces, nadie ha sabido de su paradero.
Se document, asimismo, sobre la posibilidad de que hubiese sido trasladado a un cuartel militar en donde sera torturado durante varios das y ejecutado posteriormente, para ser enterrado en una fosa clandestina debajo de dicha instalacin militar. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos realizados por los familiares de Radilla y de diversas organizaciones no jurisdiccionales, no se ha podido esclarecer lo sucedido.
El asunto, por temor a las represalias propias del ambiente que envolva la poca, no fue denunciado ante las autoridades por parte de los familiares, sino que se realizaron manifestaciones y movimientos sociales en torno a ello, y no fue denunciado legalmente sino hasta el 27 de marzo de 1992, por primera vez, ante el Ministerio Pblico Federal. No obstante, y dada la falta de resultados, aun cuando se presentaron nuevas denuncias, y de haberse llevado a cabo numerosas actuaciones a travs de diferentes instancias, el caso Radilla fue llevado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos como un ejemplo paradigmtico de lo sucedido a cientos de familias durante la guerra sucia en Mxico. 4
III. Principios Legales y Doctrinales en que se Fundamenta el Litigio.
Como lo seal la Comisin Nacional de Derechos Humanos en su recomendacin 026 del 2001 al Jefe del Ejecutivo Federal:
La relevancia de los derechos que se vulneran al presentarse la desaparicin forzada implica que dicha violacin a derechos humanos se considere de lesa humanidad. Tal situacin demanda de las naciones y los Estados con aspiraciones democrticas, la construccin del camino para tutelar de manera eficiente y efectiva los derechos fundamentales de las personas, en particular los reconocidos en una amplia gama de convenios, pactos y declaraciones internacionales suscritos por Mxico, los cuales tienen por objeto propiciar el mximo nivel de reconocimiento y proteccin de los derechos inherentes al ser humano.
Cabe recordar que como respuesta a la citada recomendacin de la CNDH, se cre la Fiscala Especial para Movimientos Sociales y Polticos del Pasado (mejor conocida en el argot popular como la fiscala contra la guerra sucia), y cuyos resultados fueron muy cuestionados en su momento ya que si bien se logr establecer la responsabilidad histrica de personajes como el ex presidente Luis Echeverra lvarez, muchos mexicanos todava esperan a que se haga justicia.
Como ha sido sealado hoy en da por diversos analistas de temas polticos y de derecho a raz de la actual guerra contra el crimen organizado, y atendiendo la concepcin garantista de los derechos humanos de Luigi Ferrajoli 3 , los principios de mxima proteccin y mximo nivel de reconocimiento de los derechos fundamentales han sido observados parcial y espordicamente por el Estado
3 FERRAJOLI, Luigi Pasado y Futuro del Estado de Derecho, en CARBONELL, Miguel (comp.), Neoconstitucionalismo(s), Trotta, Tercera Edicin, 2006, pp. 13-29. 5
mexicano. Ya que como el autor lo seala, los derechos humanos deben ser comprendidos como expectativas, positivas (de prestaciones) y negativas (de no sufrir lesiones), implementadas a partir de mecanismos de realizacin efectivos, y sobre todo, como proteccin de los ms dbiles (en este caso los sujetos privados de su libertad por agentes del estado). La funcin de los derechos humanos debe ser la de proteger a los ms dbiles de la sociedad, y en este caso el principal precursor de los respetos a los mismos, que es el Estado, fue quien, lejos de simplemente haber fallado en impedir que stos se violaran, orden acciones totalmente contrarias a los mismos.
De este modo, para que en la realidad material existan tales garantas, es preciso un estado de derecho, en el que adems de que los poderes pblicos sean ejercidos a partir de una disposicin legal, asimismo sean regulados y se encuentren sujetos a la ley, tanto en la forma de ser ejercidos, como en el fondo esencial de sus contenidos. Circunstancia que en materia de seguridad, sobre todo respecto de la otrora llamada jurisdiccin militar, ha dejado mucho que desear, ya que an a esta fecha subsiste el desvirtuado fuero de guerra, mediante el cual se exime a los efectivos del ejrcito a ser juzgar sobre delitos contra derechos humanos ante tribunales ordinarios del fuero comn (delitos entre los cuales pueden encontrarse cualquiera de los enumerados por la Comisin Interamericana respecto del caso Radilla ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos).
Es preocupante, por decir lo menos, que an a pesar de haber transcurrido ms de treinta y cinco aos de la comisin de dichos delitos en perjuicio de Radilla, y de la creacin de diversas instituciones y de los esfuerzos de las organizaciones pro derechos humanos, hoy en da sea el Ejrcito o la Marina y no los cuerpos policiacos del pas los que ejerzan de manera preponderante las actividades encaminadas a enfrentar delitos incluso del fuero comn, alejndose de la concepcin doctrinal de un verdadero Estado constitucional de derecho.
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No sobra decir que debido a la naturaleza reaccionaria propia de los elementos castrenses, la apuesta que se hace es a asesinar (y no a investigar, detener, enjuiciar y acreditar la responsabilidad respectiva) a los presuntos criminales.
El ejrcito en las calles representa el vaco institucional de un sistema confiable encargado de perseguir y detener a los infractores del orden legal del pas. Asimismo, esta situacin obstaculiza el trnsito normal que deben atravesar las estructuras civiles el Estado, dotando de un poder a los militares que eventualmente podran llegar a debilitar la confianza de los ciudadanos y afectar de manera negativa los procesos democrticos futuros.
Jos Antonio Aguilar Rivera comenta que ante la falta de confianza en la eficacia de las instituciones los vnculos de confianza interpersonal en comunidades rurales y urbanas en Mxico pueden derivar en linchamientos y en casos de justicia por mano propia, socavando toda eficacia del derecho tradicional. Y es que no hay que pasar por alto que parte de esta confianza se puede obtener a travs de la satisfaccin de derechos humanos bsicos; y, por otro lado, la carencia de los mismos en ciertas sociedades puede constituir de alguna manera tierra frtil para la constitucin de grupos subversivos o revolucionarios.
Me explico. Lo anterior es as toda vez que la falta de eficacia por parte del gobierno, democrticamente instituido, estimula a que los grupos revolucionarios y subversivos, de entre los que hoy en da se destaca la delincuencia organizada, cobren presencia para pretender resolver mediante la fuerza los problemas 4 que este modo de gobierno no consigue disipar 5 , poniendo en entredicho al Estado en el papel que juega como el nico detentador de la fuerza legtima 6 .
4 Siendo principalmente la igualdad social y la distribucin de la riqueza. 5 Segn el periodista Ricardo Rafael, del peridico El Universal, menciona en su columna publicada el 21 de julio de 2009, que cada da resulta ms evidente que esta forma de violencia (refirindose al grupo delictivo conocido como La Familia Michoacana), crece y se desarrolla en nuestro pas gracias al apoyo, prdigo y sin lmites, de poblaciones especficas y bien localizadas. Grupos y comunidades marginadas que han encontrado en su relacin con la criminalidad organizada una salida hacia la supervivencia econmica, de ascenso social y tambin de proteccin frente a la amenaza que representan otras mafias. RAFAEL, Ricardo, 7
Desde luego, esta bsqueda de la resolucin de los conflictos mediante la fuerza, produce que algunos patrones caractersticos del estado de derecho gradualmente comiencen a deteriorarse, al grado de terminar siendo suspendidos, originando un franco menoscabo al sistema democrtico.
Dicho de otro modo, las situaciones no resueltas respecto a la justicia social, puede llegar al extremo de generar personas que estn dispuestas a perder la vida por recobrar su dignidad.
As, John Locke fundamentaba que la organizacin del Estado slo puede tener su nacimiento en el consentimiento de los individuos, con objetivos comunes de beneficencia mutua; por ello, al no ser capaz esa organizacin emanada de los ciudadanos de lograr los fines para los que fue creada, carece de legitimidad y por ende se vuelve lcita y necesaria la resistencia social, pudiendo llegar a derrocar al gobierno de turno en caso de no ser consecuente con el respeto de aquellos derechos bsicos 7 .
Y es precisamente ante este respecto donde Ronald Dworkin 8 propone una teora de interpretacin jurdica dando prioridad a los principios ms que a las normas en la argumentacin jurdica. Ello en virtud de que en ocasiones, incluso habiendo cierta voluntad por parte de los operadores jurdicos, stos se constrien a interpretar a cabalidad los textos normativos, propiciando con ello una satisfaccin parcial de ciertos derechos y, por ende, injusticias al apegarse nicamente a las leyes. Por eso afirma que las decisiones judiciales deben ser autnticas reflexiones normativas orientadas a travs de principios. Esto es que, frente al
disponible en pgina web: http://www.offnews.info/verArticulo.php?contenidoID=16204 21/07/2009 [Consultada el 18 de noviembre de 2010]. 6 Pudiendo ser responsable estar convirtiendo los derechos, mediante la retrica, en una ideologa vaca y otras conductas. BOBBIO, Norberto, Presente y Futuro de los Derechos del Hombre en El Problema de la Guerra y las Vas de la Paz, Gedisa, Barcelona, 1982, p. 117 128. 7 LOCKE, John, cit. por. GARGARELA, Roberto, El Derecho de Resistencia en Situaciones de Carencia Extrema, en Astrolabio. Revista Internacional de Filosofa, Nmero 4, Barcelona, 2007, p. 5. 8 DWORKIN, Ronald, Los Derechos Enserio, Ariel, Barcelona, 2009, pp. 16 37. 8
positivismo, intenta demostrar que con independencia de la ley preexisten ciertos derechos individuales que deben ser reconocidos frente a cualquier criterio colectivista.
Lo anterior viene a colacin en virtud de que en el caso Radilla, el Estado se excepcion diciendo que su actuacin respecto la jurisdiccin militar estuvo apegada a lo establecido en su declaracin interpretativa respecto la Convencin Interamericana sobre Desaparicin Forzada de Personas, concluyendo que su actuar, en efecto, estuvo apegado a derecho. No obstantes, como lo abundar ms adelante, la Corte lo que hizo fue realizar una interpretacin apegada no a las normas, sino a los principios, en este caso de ius cogens. 9
En el texto de la sentencia, se advierte que la Comisin Interamericana de Derechos Humanos solicit a la CoIDH que declare la responsabilidad internacional del Estado por la alegada violacin de los derechos consagrados en los artculos 3 (Derecho al Reconocimiento de la Personalidad Jurdica), 4 (Derecho a la Vida), 5 (Derecho a la Integridad Personal), 7 (Derecho a la Libertad Personal), 8 (Garantas Judiciales) y 25 (Proteccin Judicial) de la Convencin Americana, en relacin con el artculo 1.1 del mismo tratado, en perjuicio de Rosendo Radilla Pacheco. Asimismo, solicit a la Corte declarar la responsabilidad internacional del Estado por la alegada violacin de los artculos 5 (Derecho a la Integridad Personal), 8 (Garantas Judiciales) y 25 (Proteccin Judicial) de la Convencin Americana, en perjuicio de los familiares del seor Radilla Pacheco. De otro lado, solicit que se declare el incumplimiento por parte del Estado del artculo 2 de la Convencin Americana (Deber de Adoptar Disposiciones de Derecho Interno). Por ltimo, la Comisin solicit a la Corte que
9 Normas imperativas que, aunque el pas no haya ratificado o adoptado el convenio, debiera respetar. Esto, en virtud de que representan parmetros adoptados por el consenso de los pases acerca de los derechos humanos, los cuales no pueden trastocarse ni suspenderse. Deben entenderse como patrimonio jurdico de la humanidad.
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ordenara al Estado la adopcin de determinadas medidas de reparacin, pecuniarias y no pecuniarias.
Derechos todos violados por parte del Estado hace ms de treinta y cinco aos mediante su entonces poltica pblica de seguridad, y que en este mismo momento se repiten, tambin en torno a una poltica de seguridad que antes de ser integral y de estar apegada al respeto de los derechos humanos reconocidos internacionalmente, se ha configurado, tambin, a partir de despliegue militar de grandes proporciones, cuyo principal mtodo de actuacin ha sido la confrontacin armada, lo que ha generado un choque entre narcotraficantes y elementos de las fuerzas armadas, dejando un sinnmero de muertos, en lo que bien podra definirse, si se me permite ser ms severo, como terrorismo de Estado, derivado de los sistemticos abusos de autoridad y violaciones a los derechos humanos por parte de los elementos de las fuerzas federales, la generacin de mayor violencia, incertidumbre, la mala implantacin del Estado de derecho y, lo ms importante, la intromisin del ejrcito en tareas propias de los cuerpos policiales, dejando entrever, tristemente, que estamos an alejados en la realidad material de contar con un Estado Constitucional Democrtico.
Esto es, en palabras de Peter Hberle 10 , aquel Estado construido sobre la base de elementos ideales que apuntan a una situacin ptima de lo que debe de ser, as como a una situacin posible de lo que es. El Estado Constitucional Democrtico debe tener a la dignidad humana como premisa, privilegiar la bsqueda constante de las garantas de los derechos humanos; independencia de la jurisdiccin; contemplar el principio de la soberana popular; tener a la Constitucin como contrato, en cuyo marco son posibles y necesarios fines educativos y valores orientadores; y el principio de la divisin de poderes tanto en sentido estricto, relativo al Estado, como en el sentido amplio del pluralismo.
10 HBERLE, Peter, La Libertad Fundamental en el Estado Constitucional, Comares, Granada, 2003, pp. 301, 303, 307, 337, 341. 10
IV. Argumentos, Excepciones y Defensas de las Partes.
La primera excepcin argida por parte del Estado mexicano fue la de ratione temporis, al considerar que los delitos cometidos en contra de Rosendo Radilla haba ocurrido antes de la firma y entrada en vigor tanto de la Convencin Americana, como de la Convencin Interamericana para la Desaparicin Forzada de Personas. Y asimismo considera que, en virtud de que el delito sucedi ms de treinta aos atrs, no sera factible condenar al estado por crmenes cometidos en contextos completamente distintos, adems de que con ello se atentara al principio de pacta sunt servanda, al darle efectos retroactivos a un tratado.
Otro de los argumentos relevantes del estado fue el de que, a la firma de la CIDFP, haba hecho una reserva precisamente sobre la subsistencia en Mxico del fuero de guerra.
Asimismo, el Estado plante el hecho de que el delito no fue denunciado en tiempo, ya que la denuncia formal fue hasta el ao de 1992, por lo que, en estricto sentido, se estara vulnerando el principio de agotamiento de los mecanismos internos para poder acudir ante la Corte.
Ante ello, primeramente la Corte primera determina la conceptualizacin del delito ante el que se est, que es de la desaparicin forzada de personas. El cual, al surtir efectos, permanece en el tiempo y, si acaso, su prescripcin comenzara a correr una vez determinado el paradero de la vctima. Asimismo, y por la caracterstica de delito continuado descrita, determina que no es necesario que la Convencin Americana estuviese firmada al momento de ocurridos los hechos. Esto es, que una vez adherido el Estado a la Convencin, y dada la naturaleza de la misma, es obligacin del Estado modificar su derecho interno a fin de poder cumplimiento cabal a las normas ah establecidas, y del mismo modo, al caso concreto de un delito como el de desaparicin forzada, implementar las medidas para su esclarecimiento. Esto es, una generacin de obligaciones internacionales 11
respecto del Estado parte, sin que ello implicase una vulneracin del principio de irretroactividad de los tratados.
Por otro lado, en lo que hace al aducido fuero de guerra, la Corte observa el hecho de que el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, al ratificar la Convencin Interamericana sobre Desaparicin Forzada de Personas, adoptada en la Ciudad de Belem, Brasil, el 9 de junio de 1994, formula reserva expresa al artculo IX, argumentando que la Constitucin Poltica reconoce el fuero de guerra, cuando el militar haya cometido algn ilcito encontrndose en servicio, y sobre todo porque segn el artculo 14 de la CPEUM, este fuero no constituye uno especial al estar previamente establecido.
Ante ello, la Corte, mediante las determinaciones que toma, deja entrever que a diferencia de los tratados comunes de tipo sinalagmtico, aqu nos encontramos con tratados normativos. Y que, en razn de su naturaleza jurdica, en palabras de Ignatieff 11 , al adherirse un estado a un tratado internacional de derechos humanos, implica la observancia de un progreso moral al interior del mismo, aseverando que los derechos humanos son el fruto de la reflexin de una generacin cansada de la guerra y de la represin del Estado de Westfalia, Alemania; en consecuencia, las reservas que realice del mismo solamente pueden hacerse sin que se atente contra el contenido esencial de los derechos humanos, y esta restriccin tendra que contribuir a la ampliacin de otro derecho contrapuesto a ste. Consecuentemente se declara nula la reserva aducida por el estado al ir en contra del ncleo central del derecho que se busca preservar, toda vez que seala la norma: queda excluida toda jurisdiccin especial, en particular la militar. Por lo que todas las autoridades del estado adherido, en el mbito de sus competencias, tienen la obligacin de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad, as que el Estado deber prevenir, investigar,
11 IGNATIEFf, Michael, Los Derechos Humanos como Poltica e Idolatra, Paids, Barcelona, 2003, pp. 31 - 39, 89. 12
sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, an las cometidas con anterioridad a la entrada en vigor al tratado.
De aqu se desprende que la Corte, mediante una argumentacin enfocada a privilegiar derechos humanos, marca un vnculo causal entre el Mxico de los aos setenta, y el Mxico actual.
Por ltimo, se aduce que el Sistema Interamericano de Proteccin de los Derechos Humanos, posee correlacin con los Estados miembros para funcionar de manera subsidiaria, y de esta manera no substituye la legislacin interna de un pas, sino que la complementa 12 . No obstante, dicha subsidiariedad est conformada sobre la preexistencia de los mecanismos internos que logren de manera efectiva salvaguardar los derechos humanos contenidos en el ordenamiento internacional. En este sentido, la Corte determin que la actuacin del Estado era de impunidad, al no haber realizado una investigacin, persecucin, captura, enjuiciamiento y condena de los responsables de las violaciones de los derechos protegidos por la Convencin Americana. Situacin que trajo como consecuencia la declaracin de culpabilidad al estado mexicano de no haber adoptado medidas de derecho interno para tal efecto.
V. Fallo de la Corte. Reparacin de los Daos Cometidos por el Estado Mexicano.
El 23 de noviembre de 2009, la CoIDH emiti sentencia mediante la cual resuelve el caso Radilla Pacheco vs Estados Unidos Mexicanos, y en cuyos puntos resolutivos decidi:
12 FANDEZ LEDESMA, Hctor, El agotamiento de los recursos internos en el sistema interamericano de proteccin de los derechos humanos, Ponencia ofrecida en el marco del XXV Curso Interdisciplinario en Derechos Humanos, 9 al 20 de julio d e 2007, San Jos de Costa Rica. Disponible en pgina web: http://www.iidh.ed.cr/BibliotecaWeb/Varios/Documentos/BD_1020951901/Faundez.pdf, [Consultada el 13 de noviembre de 2010]. 13
1. Rechazar las excepciones preliminares interpuestas por los Estados Unidos Mexicanos, y,
2. Aceptar el reconocimiento parcial de responsabilidad internacional efectuado por el Estado.
As, la CoIDH declara que:
3. El Estado es responsable de la violacin de los derechos a la libertad personal, a la integridad personal, al reconocimiento de la personalidad jurdica y a la vida, consagrados en los artculos 7.1, 5.1, 5.2, 3 y 4.1 de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos, en relacin con la obligacin de respetar y garantizar contenida en el artculo 1.1 de la misma y con los artculos I y XI de la Convencin Interamericana sobre Desaparicin Forzada de Personas, en perjuicio del seor Rosendo Radilla Pacheco
4. El Estado es responsable por la violacin del derecho a la integridad personal consagrado en los artculos 5.1 y 5.2 de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos, en relacin con el artculo 1.1 de la misma, en perjuicio de las seoras Tita y Andrea, y del seor Rosendo, todos de apellidos Radilla Martnez
5. El Estado es responsable por la violacin de los derechos a las garantas judiciales y a la proteccin judicial, reconocidos en los artculos 8.1 y 25.1 de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos, en relacin con los artculos 1.1 y 2 de la misma y los artculos I incisos a), b) y d), IX y XIX de la Convencin Interamericana sobre Desaparicin Forzada de Personas, en perjuicio de las seoras Tita y Andrea, y del seor Rosendo
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6. El Estado incumpli el deber de adoptar disposiciones de derecho interno establecido en el artculo 2 de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos, en relacin con los artculos I y III de la Convencin Interamericana sobre Desaparicin Forzada de Personas, respecto de la tipificacin del delito de desaparicin forzada de personas
Luego de establecer estas responsabilidades del Estado mexicano, la CoIDH estableci los siguientes conceptos de reparacin del dao, entre los que se encuentran los de restitucin, indemnizacin, rehabilitacin, satisfaccin y garantas de no repeticin, mismos que se enumeran a continuacin:
7. Esta sentencia constituye per se una forma de reparacin.
8. El Estado deber conducir eficazmente, con la debida diligencia y dentro de un plazo razonable la investigacin y, en su caso, los procesos penales que tramiten en relacin con la detencin y posterior desaparicin forzada del seor Rosendo Radilla Pacheco, para determinar las correspondientes responsabilidades penales y aplicar efectivamente las sanciones y consecuencias que la ley prevea
9. El Estado deber continuar con la bsqueda efectiva y la localizacin inmediata del seor Rosendo Radilla Pacheco o, en su caso, de sus restos mortales
10. El Estado deber adoptar, en un plazo razonable, las reformas legislativas pertinentes para compatibilizar el artculo 57 del Cdigo de Justicia Militar con los estndares internacionales en la materia y de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos
11. El Estado deber adoptar, en un plazo razonable, las reformas 15
legislativas pertinentes para compatibilizar el artculo 215 A del Cdigo Penal Federal con los estndares internacionales en la materia y de la Convencin Interamericana sobre Desaparicin Forzada de Personas
12. El Estado deber implementar, en un plazo razonable y con la respectiva disposicin presupuestaria, programas o cursos permanentes relativos al anlisis de la jurisprudencia del Sistema Interamericano de Proteccin de los Derechos Humanos en relacin con los lmites de la jurisdiccin penal militar, as como un programa de formacin sobre la debida investigacin y juzgamiento de hechos constitutivos de desaparicin forzada de personas
13. El Estado deber publicar en el Diario Oficial de la Federacin y en otro diario de amplia circulacin nacional, por una sola vez, los prrafos 1 a 7, 52 a 66, 114 a 358 de la presente Sentencia, sin las notas al pie de pgina, y la parte resolutiva de la misma, y publicar ntegramente este Fallo en el sitio web oficial de la Procuradura General de la Repblica, en un plazo de seis y dos meses, respectivamente, a partir de la notificacin de este fallo 14. El Estado deber realizar un acto pblico de reconocimiento de responsabilidad en relacin con los hechos del presente caso y en desagravio a la memoria del seor Rosendo Radilla Pacheco
15. El Estado deber realizar una semblanza de la vida del seor Rosendo Radilla Pacheco
16. El Estado deber brindar atencin psicolgica y/o psiquitrica gratuita y de forma inmediata, adecuada y efectiva, a travs de sus instituciones pblicas de salud especializadas, a las vctimas declaras en el presente Fallo que as lo soliciten
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17. El Estado deber pagar las cantidades fijadas en los prrafos 365, 370, 375 y 385 de la presente Sentencia, por concepto de indemnizacin por dao material e inmaterial, y el reintegro de costas y gastos, segn corresponda, dentro del plazo de un ao, contado a partir de la notificacin del presente Fallo
18. La Corte supervisar el cumplimiento ntegro de esta Sentencia, en ejercicio de sus atribuciones y en cumplimiento de sus deberes conforme a la Convencin Americana, y dar por concluido el presente caso una vez que el Estado haya dado cabal cumplimiento a lo dispuesto en la misma. El Estado deber, dentro del plazo de un ao contado a partir de la notificacin de esta Sentencia, rendir al Tribunal un informe sobre las medidas adoptadas para cumplir con la misma.
Por lo anterior, esta sentencia que resulta sin precedentes en la historia jurdico- poltica de Mxico, pone en un verdadero aprieto a un rgimen que todava no encuentra races autnticamente democrticas ni constitucionales que le permitan comprender a cabalidad la trascendencia de cumplir efectivamente con el mandato de la CoIDH.
En ese contexto, es lgico suponer que un Estado que surge de una sociedad donde menos de una quinta parte de sus ciudadanos slo cumple la ley por conviccin se oponga desde la Suprema Corte de Justicia de la Nacin, a ejecutar total e incondicionalmente esta sentencia.
VI. Conclusiones.
El caso de Rosendo Radilla Pacheco resulta paradigmtico en virtud de varias razones, pero la principal, a mi parecer, es que demuestra que an a pesar de que el Estado mexicano, mediante un sinnmero de argucias y tcticas alejadas del respeto a los derechos humanos, intentase a toda costa propiciar que el asunto 17
quedara en el olvido, y consecuentemente dejndolo en la total impunidad, sus excepciones y defensas no fueron suficientes para que la Corte Interamericana privilegiara los derechos humanos de una de las muchas vctimas que resultaron del periodo conocido en Mxico como la guerra sucia. Asimismo, aparte de la relevancia que contiene la sentencia al culpar y condenar al estado mexicano desde el mbito internacional del derecho, el asunto de Radilla Pacheco (de violaciones acontecidas desde los setenta), genera un vnculo en el tiempo con el Mxico actual, al determinar que prevalece en el pas un modelo sistemtico en el que se siguen violando derechos humanos, tal y como sucedi hace ms de 35 aos por parte de efectivos del ejrcito mexicano.
No obstante, y a pesar de que recientemente el Ejecutivo Federal, en lo que parece un acto de buena fe, present ante el Senado de la Repblica una iniciativa con proyecto de decreto para reformar el artculo 57 del Cdigo de Justicia Militar, en atencin al prrafo 10 resolutivo de la sentencia Radilla, mismo que dice:
10. El Estado deber adoptar, en un plazo razonable, las reformas legislativas pertinentes para compatibilizar el artculo 57 del Cdigo de Justicia Militar con los estndares internacionales en la materia y de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos, en los trminos de los prrafos 337 a 342 de la presente Sentencia.
Dicha iniciativa slo contempla la posibilidad de que los militares sean juzgados en el orden civil por delitos como la desaparicin, la violacin y la tortura, pero no por homicidio.
Aunado a lo anterior, y con cierto resabio de la tesis Dworkiana, en sus consideraciones, la CoIDH tambin seala que el hecho de que se legisle (para suprimir o emitir una norma) no es garanta per se de la correcta aplicacin de los principios y las reglas internacionales o convencionales en materia de Derechos Humanos. Se requiere, seala la Corte Interamericana, un cambio cultural, tal y como lo refiere en el numeral 338 de la sentencia: 18
Tambin se requiere el desarrollo de prcticas estatales conducentes a la observancia efectiva de los derechos y libertades consagrados en la misma. En consecuencia, la existencia de una norma no garantiza por s misma que su aplicacin sea adecuada. Es necesario que la aplicacin de las normas o su interpretacin, en tanto prcticas jurisdiccionales y manifestacin del orden pblico estatal, se encuentren ajustadas al mismo fin que persigue el artculo 2 de la Convencin. En trminos prcticos, la interpretacin del artculo 13 de la Constitucin Poltica mexicana debe ser coherente con los principios convencionales y constitucionales de debido proceso y acceso a la justicia.
Tambin por ello, en su numeral 341 considera que no es necesario ordenar ajuste alguno al contenido del artculo 13 de la CPEUM, pero s, en el numeral 342, para que se reforme el artculo 57 del Cdigo de Justicia Militar y sea compatible con los contenidos esenciales de los derechos fundamentales consagrados en la Convencin Americana.
Por otra parte, el hecho de que, en su sentencia, la CoIDH hubiere dado por no puesta la reserva mexicana a la Convencin Americana sobre los Derechos Humanos, en materia del "fuero de guerra", bien puede significar para muchos un avance histrico en cuanto a la tutela de los derechos fundamentales 13 , pero para otros pudiera representar un acto intervencionista que vulnera la "soberana nacional".
Esta concepcin decimonnica de la supremaca constitucional y sus consecuencias en la vida jurdico-poltica del pas es un sntoma de la crisis del Estado democrtico de derecho, pues no slo es compartida por un sector
13 A este respecto Ferrajoli puntualiza que la nica alternativa al ocaso del Estado de Derecho es la promocin de una integracin jurdica e institucional, complemento de la integracin econmica y poltica (desarrollando) un constitucionalismo sin Estado, a la altura de los nuevos espacios, ya no estatales sino supraestatales(). FERRAJOLI, Luigi Pasado y Futuro del Estado de Derecho, p. cit. p. 20. 19
conservador (con un poder econmico y poltico determinante) sino que ha sido defendida a ultranza y de manera acrtica por la mayora de los ministros que integra el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nacin. Los argumentos esgrimidos por quienes defendieron esta posicin "soberanista" no slo insultan la inteligencia de los estudiosos del derecho sino que representan un acto de simulacin ms de los que el propio Estado y su sistema poltico suelen propiciar con preocupante frecuencia.
A pesar de que la Convencin Americana establece con toda claridad la obligacin de los Estados Parte de cumplir las resoluciones de la Corte Interamericana, y de que el Estado mexicano sign y ratific semejante compromiso, el "mximo Tribunal" de este pas se atrevi a poner en tela de juicio principios y normas de ius cogens que, como ya ha quedado establecido, no admiten acuerdo en contrario.
Ante todo esto, si se me permite la expresin poco juridicista, resulta una pena que para obtener justicia en Mxico se requiera el pronunciamiento de una instancia internacional; pero resulta una vergenza que sta haya querido ser acatada a cabalidad y sin mayor dilacin por nuestro ms alto Tribunal de justicia, bajo el absurdo argumento de que dicha resolucin internacional pudiera resultar intervencionista y trastocar la soberana nacional.
VII. Corolario.
Ahora bien, por lo que hace a la situacin actual en torno a la guerra contra la delincuencia organizada emprendida por el Presidente de la Repblica desde 2006 a la fecha, tenemos, por un lado, que desgraciadamente resulta acertada lo establecido por la CoIDH en el numeral 338 de la sentencia Radilla, ya que en Mxico no obstante que se han realizado un sinnmero de reformas a las leyes e incluso a la Constitucin Federal, tendientes a modernizar la imparticin de justicia y a privilegiar los derechos fundamentales (o sea, los derechos humanos 20
reconocidos por nuestra Constitucin en su captulo respectivo) de las personas, en la prctica stos resultan violentados por diversos funcionarios de todos los niveles de gobierno, pero ms preocupante resulta que, a pesar de dichas normas establecidas en la letra constitucional y legal, tenemos el ejemplo claro de cmo, a pesar de todo ello, mediante figuras como el decreto presidencial ahora somos parte de una guerra que no ha sido ni siquiera consensada por los representantes populares de la nacin 14 , al estar delineada en la Directiva para el Combate Integral al Narcotrfico 2007-2012, documento en el que se establecen los conceptos de la lucha contra la delincuencia organizada, y que puntualiza que los mandos militares que estn al frente de los llamados operativos conjuntos informen y respondan nicamente al Secretario de la Defensa y al titular del Ejecutivo Federal, sin ningn tipo de rendicin de cuentas a nadie ms.
De esta manera, la lucha del Presidente Caldern contra la delincuencia organizada se traduce en un estado de guerra, y por ende en inseguridad social y jurdica, ya que el rgimen legal aplicado posibilita a la autoridad a detener a sospechosos mediante figuras como el arraigo por perodos indeterminados sin formular acusaciones contra ellos ni procesarlos, tal como sucedi con los activistas guerrerenses de la dcada de los setenta, quienes, delincuentes o inocentes, no tuvieron la oportunidad de acceder a ningn tipo de defensa.
As, se confunde el concepto de poder punitivo con el de guerra, dando paso al eventual surgimiento nuevamente de una guerra sucia (en la que se podra incluso reprimir cualquier movimiento social contrario a las ideas del Presidente en turno), y que, aduciendo una supuesta defensa de la vida de la nacin, impondra penas sin respetar las garantas del debido proceso; dejando la puerta abierta para la
14 Ya que dicha determinacin no proviene de un consenso democrtico, como podra serlo mediante leyes expedidas por el Poder Legislativo, sino de decretos presidenciales, los cuales (aunque son producto de una facultad expresa del Ejecutivo, quien adems posee la legitimidad para establecerlos, al haber sido electo de manera democrtica), invaden la esfera competencial del Congreso de la Unin. 21
prctica de crmenes estatales de lesa humanidad, amparado en la preservacin de un bien de mayor importancia, como lo es la Seguridad Nacional 15 .
VIII. Bibliografa.
1.- FUENTES DOCUMENTALES
A. Textos Normativos
I. Nacionales
a) Normativa Federal
- Constitucin Poltica de los Estados Unidos Mexicanos del 5 de febrero de 1917.
- Cdigo de Justicia Militar de 31 de agosto de 1933.
b) Tratados Internacionales Ratificados por Mxico, y su reglamentacin.
- Convencin Americana sobre Derechos Humanos Pacto de San Jos de Costa Rica.
- Declaracin Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
B. Jurisprudencia y Decisiones Judiciales
I. Corte Interamericana de Derechos Humanos
- Caso Rosendo Radilla Vs. Mxico. Sentencia de 23 de Noviembre de 2009.
C. Doctrina
I. Manuales
15 Tal como se desprende del documento Programa Sectorial de Defensa Nacional 2007-2012, de la SEDENA, en el cual est sustentada la actual lucha contra la delincuencia organizada, a pgina 13: La Secretara de la Defensa Nacional actuar en mltiples frentes [] para garantizar la seguridad nacional, por encima de cualquier otro inters. 22
- BOBBIO, Norberto, Presente y Futuro de los Derechos del Hombre en El Problema de la Guerra y las Vas de la Paz, Gedisa, Barcelona, 1982.
- DWORKIN, Ronald, Los Derechos Enserio, Ariel, Barcelona, 2009.
- FANDEZ FANDEZ LEDESMA, Hctor, El agotamiento de los recursos internos en el sistema interamericano de proteccin de los derechos humanos, Ponencia ofrecida en el marco del XXV Curso Interdisciplinario en Derechos Humanos, 9 al 20 de julio de 2007, San Jos de Costa Rica. Disponible en pgina web: http://www.iidh.ed.cr/BibliotecaWeb/Varios/Documentos/BD_10 20951901/Faundez.pdf, [Consultada el 13 de noviembre de 2010].
- FERRAJOLI, Luigi Pasado y Futuro del Estado de Derecho, en CARBONELL, Miguel (comp.), Neoconstitucionalismo(s), Trotta, Tercera Edicin, 2006.
- HBERLE, Peter, La Libertad Fundamental en el Estado Constitucional, Comares, Granada, 2003.
- IGNATIEFf, Michael,Los Derechos Humanos como Poltica e Idolatra, Paids, Barcelona, 2003.
II. Revistas Especializadas.
- GARGARELA, Roberto, El Derecho de Resistencia en Situaciones de Carencia Extrema, en Astrolabio. Revista Internacional de Filosofa, Nmero 4, Barcelona, 2007.
2. FUENTES TELEMTICAS
- Comisin Interamericana de Derechos Humanos, disponible en pgina web: www.cidh.org/default.htm, [consultada el 10 de noviembre de 2010].
- Corte Interamericana de Derechos Humanos: disponible en pgina web: www.corteidh.or.cr/, [consultada el 12 de noviembre de 2010].
- Programa Sectorial de Defensa Nacional 2007-2012, de la SEDENA, disponible en pgina web: http://www.sedena.gob.mx/pdf/psdn.pdf, [Consultado el 9 de noviembre de 2010]. 23
- RAFAEL, Ricardo, El Universal, 21 de julio de 2009, disponible en pgina web: http://www.offnews.info/verArticulo.php?contenidoID=16204, [consultada el 8 de noviembre de 2010].