Un Beso Al Alba (Spanish Edition) - Anna Casanovas

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UN BESO AL ALBA

Anna Casanovas

1. edicin: Noviembre 2014


Ediciones B, S. A., 2013
Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelona (Espaa)
www.edicionesb.com
DL B 15644-2014
ISBN DIGITAL: 978-84-9019-907-7
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Para Marc, gata y Olivia

I have so much of you in my heart.


JOHN KEATS

1
Bradshaw Verlen se haba escapado de su destino y este algn da
terminara atrapndolo, de eso estaba seguro.
Muy seguro.
No saba cundo ni cmo, pero llegara el da en que el destino le hara
pagar un precio muy alto por haberse atrevido a desafiarlo. Ese da estaba
cada vez ms cerca, era imposible que pudiese seguir adelante como hasta
ahora durante mucho tiempo ms. l no encajaba en esos salones, en esas
fiestas, entre esa gente. Lo saba l y lo saban todos, pero el dinero les
impeda actuar en consecuencia.
El dinero que tena Verlen y que envidiaban los dems.
No siempre haba sido as.
Bradshaw Verlen haba nacido pobre y feliz. Treinta aos ms tarde las
dos circunstancias haban cambiado radicalmente. Ahora Bradshaw Verlen
era rico y tan complejo como una de las mquinas que diseaba. Y nadie lo
describira como un hombre feliz. Claro que nadie poda imaginarse a
Verlen de nio.
Estaba de pie, apoyado indolentemente contra una pared del saln. La
gran mayora de los invitados a la ms selecta y exclusiva cena del ao lo
miraban y se preguntaban por qu estaba all. El resto finga ignorarlo.
Veo que todava no has logrado escabullirte le dijo su anfitrin
acercndose por la izquierda.
Todava no lo he intentado le contest igual de sarcstico
levantando la copa de champn que llevaba varios minutos sujetando y que
todava no haba probado.
Me alegro de que hayas venido aadi Darius Postgate con una
sonrisa cuando se detuvo al lado de Verlen.
Si no lo recuerdo mal, amenazaste con quemar los planos de mi nuevo
invento si no vena le devolvi la sonrisa a pesar del reproche.
Exageras, pero supongo que va con la edad. Yo tambin era muy

atrevido cuando era joven. La mano con la que Darius sujetaba el bastn
se apret y las cejas blancas se arrugaron levemente.
Ja, Darius! T te morirs siendo atrevido. Verlen vaci la copa y se
apart de la pared para dejarla encima de una mesilla que tena cerca.
Probablemente, pero a mis setenta aos s a quin no debo provocar
le gui un ojo y las arrugas de repente se multiplicaron.
Ests insinuando que no debera provocarte? Levant ambas cejas
con teatralidad.
No, Dios me libre. Entonces no seras t, no?
Darius Postgate, el anfitrin de la velada y uno de los hombres ms ricos
y respetados de Nueva York, levant un poco el bastn de bano para
reiniciar la marcha y le indic a su acompaante que lo siguiese. Postgate
era americano de nacimiento y haba heredado una ms que considerable
fortuna de su padre, un brillante comerciante que le dej a su hijo un
negocio prspero y unas arcas saneadas. Pero Darius decidi no
conformarse con eso y su inquietud, junto con un olfato innato para las
inversiones, le haban convertido prcticamente en una leyenda en el nuevo
continente.
A pesar del xito y de la fortuna, en el caso de Postgate poda afirmarse
que el dinero no daba la felicidad porque tras perder trgicamente a su
amor de juventud se cas ya mayor con lady Rutland, una empobrecida
noble inglesa, y se convirti en lord Rutland, y en propietario de un
condado (que era como defina l el hecho de ser conde).
Los Postgate tenan un matrimonio de conveniencia, bien avenido, eso
s, pero de conveniencia. Tras pelearse civilizadamente durante los
primeros aos de su unin, al final lady Rutland Melinda jams haba
accedido a adoptar el nombre de seora Postgate decidi que lo mejor
para todos sera que ella pasase la totalidad del ao en Inglaterra, en la
mansin Rutland, que gracias al dinero de su esposo americano haba
recuperado todo su esplendor.
La nica condicin que impuso Darius fue que l jams pisara
Inglaterra.
Ambos estuvieron completamente de acuerdo y dejaron prcticamente
de verse.
La nica excepcin era la fiesta de cumpleaos de Darius. Entonces lady
Rutland viajaba de Inglaterra a Nueva York y se paseaba por la clase alta
americana que le rea todas las gracias.

El nico hijo del matrimonio, Lionel Postgate, futuro conde de Rutland,


se senta mucho ms cmodo entre la alta aristocracia inglesa que en
Amrica, y por ese mismo motivo intentaba residir en la isla britnica
tanto como le fuese posible; probablemente porque all poda hacer lo que
se le antojase y en su hogar paterno no.
Darius a menudo lamentaba no haberse inmiscuido ms en la educacin
de su nico hijo. Se culpaba del egosmo y del egocentrismo de Lionel, as
como tambin de su altivez. Para excusarse a s mismo se deca que Lionel
haba nacido en la peor poca de su relacin con Melinda y que haba
optado por dejar que su esposa se encargase de l para no perder la poca
cordialidad que exista entre ellos. Pero saba que en realidad haba dejado
que se criase bsicamente con su madre porque nunca haba sentido
especial conexin con los dos y porque prefera estar solo. S, ahora que
haba llegado a la vejez aoraba sentir el cario de alguien que se
preocupase por l, pero esa persona jams haba sido ni su esposa ni su
hijo. Y Darius era de la clase de hombre que prefera vivir con las
consecuencias de sus actos a engaarse a s mismo.
Lo nico que haba hecho bien Darius era asegurarse de que Lionel no
tuviera acceso directo a su fortuna, as que si su hijo quera seguir
disfrutando de ella no tena ms remedio que seguir los dictados de su
padre y repartir el ao entre Londres y Nueva York a partes iguales.
Adnde vamos? le pregunt Verlen a Darius al ver que el otro
hombre segua caminando en silencio.
A mi despacho. Estoy harto de toda esta gente.
Verlen asinti y sigui caminando y esquivando a los invitados que
intentaban detenerlos para felicitar a Darius con sonrisas que distaban
mucho de ser sinceras.
Una prueba ms de que el desprecio que senta hacia esa gente estaba
ms que justificado.
Llegaron a la ansiada puerta de caoba y Darius entr y esper a que su
acompaante hiciera lo mismo antes de cerrar.
Srveme una copa, quieres? le pidi al hombre ms joven mientras
se sentaba en una de las butacas orejeras.
Te duele la pierna? Verlen era de los pocos que haba visto el
accidente que haba dejado a Darius con esa cojera. Ese accidente les haba
cambiado la vida a los dos.
Postgate se frot en un gesto inconsciente esa rodilla tan poco fiable.

S, llevo demasiadas horas haciendo el parip contest algo ausente.


Verlen llen dos vasos de whisky y se acerc a Darius para entregarle
uno. Brindaron en silencio y bebieron un poco.
Dime, por qu organizas esta fiesta cada ao si tanto la odias.
A Verlen no le gustaba estar all, pero bastaba con mirar a Darius para
saber que el otro hombre tampoco se senta a gusto rodeado de tantos
invitados.
Es una tradicin se justific, y ante la incredulidad de su
acompaante aadi: No es una palabra maldita, Verlen. En ocasiones la
tradicin es lo nico que nos queda.
Pareces ingls se burl.
No me insultes. Termin la copa y tras toser un poco deposit el
vaso encima de la mesilla de caf que tena delante. Melinda siempre
viene por mi cumpleaos, la fiesta marca el principio de su estancia anual
en Nueva York suspir para recuperar el aliento. A ella le gusta, y a
m no me importa.
Verlen se encogi de hombros y engull el whisky.
Supongo que tiene sentido le concedi. Por qu no descansas un
rato? le sugiri ante el cansancio ms que evidente de su anfitrin. Le
dir a Maxwell que venga a buscarte dentro de un rato.
Maxwell era el abogado de Darius y uno de sus hombres de confianza.
Deja que disfrute, hoy no est trabajando. Acaso piensas dejarme
aqu solo?
Postgate tir del chaleco y de los puos de la camisa para sentarse ms
cmodamente en la butaca.
S, tengo que volver a mi estudio le explic Verlen mientras dejaba
el vaso vaco en la misma mesa que lo haba dejado antes Darius. Solo
he venido porque me amenazaste con destruir mis prximos diseos si no
apareca. Y porque alguien tiene que recordarte que eres un viejo
cascarrabias.
Postgate refunfu algo en voz baja y luego subi el tono de voz para
quejarse como era debido:
Qudate un poco ms, esos malditos planos tuyos no se irn a ninguna
parte. Estir la pierna y apoy el pie en un taburete acolchado. En
qu ests trabajando ahora?
En un motor hidrulico. Verlen se resign a quedarse y fue a
servirse otra copa. Esa noche llevaba un traje negro, su color habitual, y el

chaleco y la corbata empezaban a molestarle. Estaba acostumbrado a


trabajar en mangas de camisa y si tena un vaso en la mano tal vez lograra
contenerse y no arrancarse la maldita corbata que llevaba alrededor del
cuello.
Vndemelo decret Darius cuando Verlen le dio la espalda para
acercarse al aparador.
Todava no est terminado.
Da igual, vndemelo.
Ya veremos. Se gir con una sonrisa en los labios y encontr a
Postgate masajendose la pierna. Tal vez tendras que ir a acostarte,
Darius.
Este levant la vista algo ofendido por el tono paternalista del joven y
tom aire para decirle claramente lo que pensaba.
Un golpe en la puerta se lo impidi y ninguno de los dos dijo nada ms a
la espera de que el picaporte dejase de girar.
Ests aqu dijo distante el recin llegado sin ni siquiera saludar,
madre te est buscando.
Sin moverse de donde estaba, Darius fulmin a su hijo con la mirada.
Este fingi no darse cuenta.
Buenas noches, Lionel.
Si insistes en organizar esta fiesta cada ao, padre, lo mnimo que
puedes hacer es atender a tus invitados. Cerr la puerta y con los dedos
de una mano acarici los puos blancos de la impecable camisa que
llevaba y que sobresalan por debajo de las mangas de la levita.
Lionel Postgate, lord Rutland, como l insista en que lo llamasen, era
un hombre que no pasaba desapercibido. Muy a su pesar haba heredado el
fsico de su padre, incluido su inconfundible pelo rojizo. Lionel lo odiaba,
y de pequeo lleg incluso al extremo de intentar terselo con betn. De
mayor se conformaba con llevarlo rigurosamente peinado hacia atrs.
Estoy atendiendo a uno de mis invitados. Darius seal a Verlen
con el gesto y observ encantado la reaccin de su hijo.
Lionel se erizaba como un gato en busca de pelea siempre que coincida
con Verlen. Por fortuna, Verlen nunca haba reaccionado a las amenazas o
a los retos del otro hombre, pero Darius tema que eso pudiera cambiar
algn da.
Cuando sucediera, Verlen saldra vencedor, porque, a diferencia de
Lionel, el primero s que haba luchado con uas y dientes para alcanzar lo

que quera en la vida.


l no cuenta. Ni siquiera tendra que estar aqu decret Lionel con
desprecio.
Buenas noches, lord Rutland lo salud Verlen inclinando
burlonamente la cabeza, por una vez coincido por completo con usted.
Ser mejor que me vaya, Darius. Se gir hacia su anfitrin y peculiar
amigo. Pasar a verte por el despacho dentro de unos das.
Ni hablar. Darius se puso en pie apoyndose de nuevo en el bastn
. T no te vas a ninguna parte hasta que yo haya hecho mi brindis y te
hayas tomado un trozo de pastel.
Verlen iba a negarse eso sin duda habra sido lo ms astuto de su parte
, pero vio que Darius temblaba al sujetar el bastn y frunci el cejo.
Darius Postgate era mayor pero tena la salud de un roble y la terquedad de
un toro, y al igual que el cansancio de antes, esa reaccin no pareca
encajar con l.
Si Verlen quiere irse, que se vaya insisti Lionel.
Creo que voy a quedarme intervino el aludido, de repente me han
entrado muchas ganas de probar ese pastel.
Darius sonri y camin decidido hasta su hijo, que lo estaba esperando
junto a la puerta. Lionel la abri y sali junto con su padre, colocndole
una mano en la espalda como si este la necesitase de apoyo. Cualquiera que
los viera creera que el hijo estaba cuidando de su padre, pero Verlen saba
que Lionel no senta el menor afecto por su progenitor. Lo nico que quera
era que se muriese pronto y que le dejase toda su fortuna.
Cerr los puos con fuerza e intent contener la rabia. l dara todo lo
que tena, su fortuna, su libertad, por pasar una hora, un segundo ms con
su padre.
Esper unos minutos, los suficientes para que los Postgate se hubiesen
alejado por el pasillo, y entonces sali del estudio y cerr la puerta tras l.
Tal como le haba asegurado a Darius, se qued hasta el brindis y se tom
un trozo de pastel, y cuando se asegur de que Lionel estaba ocupado
seduciendo a la viuda de turno, se acerc de nuevo a Darius y se despidi
de l. La fiesta todava se alargara hasta largas horas de la madrugada,
pero el homenajeado estara ya en la cama descansando, as que Verlen ya
no tena ningn motivo por el que quedarse. Camin con las manos en los
bolsillos hasta la entrada de la lujosa mansin y pidi a uno de los
sirvientes que fuese a por su abrigo. Cuando el joven volvi con el abrigo

negro y el sombrero a juego, Verlen se los puso y sali a la calle.


El fro de Nueva York le dio la bienvenida, as que se levant las solapas
y se puso los guantes de piel que antes haba guardado en uno de los
bolsillos del abrigo. Empezaba a nevar. Levant la cabeza hacia arriba y un
copo de nieve aterriz en su frente mientras otros cuantos lo hicieron en
los pmulos. Haba acudido a la fiesta de aniversario de Darius en carruaje
pero ahora volvera a su casa andando.
El fro le ira bien para calmar la rabia. A estas alturas ya tendra que
estar acostumbrado al desprecio de la alta sociedad y a los comentarios de
Lionel Postgate, pero, a pesar de que le gustaba creer lo contrario, no lo
estaba.
Lo que s haba aprendido a lo largo de todos esos aos Bradshaw Verlen
era que nadie poda volver atrs en el tiempo y que nadie poda obligarse a
encajar donde no le corresponda.

Demasiados veranos atrs,


cuando Bradshaw tena quince aos
Bradshaw estaba sentado en una de las cuatro sillas que haba alrededor
de la mesa de la cocina dibujando en su cuaderno. Prcticamente no
quedaba ni un espacio en blanco. Se lo haba comprado su padre despus de
que su madre le dijese que ya estaba harta de limpiar garabatos de la pared
de la casa. Ninguno de los dos entenda lo que haca su hijo y, en realidad,
lo consideraban una excentricidad y una prdida de tiempo. Bradshaw
trabajaba en el molino y siempre trabajara en el molino. O tal vez, si tena
mucha suerte, en una de las fbricas que empezaban a abrir cerca del ro.
Haba sido un da horrible, Bradshaw era alto y muy delgado para su
edad, esqueltico incluso. Era como si la carne se negara a pegarse a sus
huesos. El trabajo en el molino le dejaba exhausto fsicamente, pero
cuando llegaba a casa era incapaz de dormir porque en su mente no dejaba
de ver formas, figuras, engranajes que en el caso de que se convirtieran en
realidad haran que su trabajo, y el del resto de hombres del molino, fuera
menos duro.
Y menos arriesgado y menos letal.
El problema era sacar esas imgenes de su cabeza. Cada vez que coga
un lpiz e intentaba dibujarlas aparecan distorsionadas en el papel. Y la

frustracin de Bradshaw iba en aumento. Esa frustracin, junto con el fro


y probablemente el cansancio, haba logrado que esa tarde, al acabar el
jornal, se metiese en una pelea.
Y haba perdido.
La sangre que le goteaba de la ceja manchaba el dibujo, pero Shaw se
limit a secarla furioso con el puo de la camisa. Al fin y al cabo, tambin
la tena manchada de sangre y de barro. Dos de sus compaeros le haban
estado esperando al finalizar el turno, les haba parecido divertido meterse
con l porque Shaw apenas diriga la palabra a nadie y pesaba veinte quilos
menos que los chicos de su edad.
Tendras que estar fuera, Shaw le aconsej su padre quitndose el
abrigo. No te har ningn bien quedarte aqu encerrado.
No estoy encerrado, pap. Tengo que terminar esto.
Tienes miedo de esos chicos?
Bradshaw detuvo el lpiz en el aire y mir confuso a su padre.
Por qu iba a tenerles miedo?
No s. El hombre se encogi de hombros. Hoy te han pegado, y
son ms fuertes que t.
No por mucho tiempo, pap.
Y volvi a dibujar.
l haba llegado a la misma conclusin que su padre y haba decidido
tomar las medidas necesarias para remediarlo.
Hoy haban sido ms fuertes que l. No volveran a serlo.

Katherine Ashe odiaba Amrica. Odiaba los motivos que la haban


llevado hasta all. Ella quera volver a Irlanda y estar con su abuelo, pasear
por las colinas, leer junto a la chimenea, cuidar de su gente. La casa de la
seora Sweets necesitaba urgentemente arreglar el tejado, la del seor
Abbot, unas ventanas nuevas. El pozo del pueblo tena que volver a
funcionar sin poner en peligro la vida de nadie.
Ests lista, Katherine?
La voz de su madre, proveniente del pasillo, sac a Katherine de sus
pensamientos y sacudi la cabeza para observar su reflejo en el espejo de
cuerpo entero que tena delante. Llevaba un vestido de seda azul cielo que
le resaltaba los ojos y el escote, y que clamaba a los cuatro vientos que su
familia la estaba vendiendo al mejor postor. Alrededor del cuello llevaba el

sencillo collar de perlas que le haba regalado su padre al cumplir los


diecisis aos, cuando ella todava crea que algn da podra ser feliz y
que no tendra que casarse con nadie por obligacin.
Cuando su padre todava estaba vivo y la animaba a creer en los cuentos
de hadas.
Katherine no saba exactamente qu haba pasado entre su padre y su
madre para distanciarlos tanto, pero tena el horrible presentimiento de que
estaba muy relacionado con la incapacidad de lord Charles Ashe, duque de
Kildare, para conservar e incrementar las arcas del ducado.
S, mam contest tras coger aire. Estoy lista aadi en voz
baja saliendo del dormitorio que ocupaba en calidad de invitada en casa de
lady Petunia Rochester, una vieja amiga de su madre.
Baj la escalera y encontr a su madre frente a la chimenea del saln
junto con lady Rochester y su marido, lord Rochester. Los tres sujetaban
entre los dedos unas delicadas y diminutas copas que probablemente
contenan jerez y estaban listos para partir rumbo al baile. Para hacer ms
amena la espera, lord Rochester estaba hablando y las dos damas lo
escuchaban atentas; sin embargo, l se detuvo al sentir la mirada de la
joven recin llegada sobre el grupo.
Buenas noches, lady Ashe la salud el caballero, que tena una edad
similar a la que tendra el padre de Katherine si no hubiese muerto.
Buenas noches, milord.
Ests guapsima, Katherine dijo lady Rochester.
Gracias.
S, hija, ests muy elegante, aunque quiz deberas cambiarte el collar
y ponerte el de la abuela.
Katherine se llev la mano a las perlas como si tuviese que protegerlas.
Me lo regal pap.
Lord y lady Rochester intercambiaron una mirada y la marquesa viuda
apret los labios para no reprender a su hija delante de sus generosos
anfitriones. Si su esposo, el recientemente fallecido duque de Kildare,
hubiese sido ms cauto con sus inversiones y con sus excentricidades ahora
no estaran en esa situacin tan humillante.
Como quieras, querida convino apretando los labios. Mi nica
preocupacin es que esta noche sea todo un xito.
No tienes de qu preocuparte, Adela le dijo lady Rochester a su
amiga, estoy convencida de que Katherine causar sensacin y de que

pronto recibir varias propuestas de matrimonio.


Solo nos hace falta una, pero tiene que ser la adecuada especific la
marquesa viuda ponindose bien los guantes. Yo ya comet la estupidez
de casarme sin pensar en el futuro.
Sin decir nada ms, el grupo abandon la mansin Rochester y subieron
ordenadamente a uno de los carruajes de la familia que los estaba
esperando en la entrada.
Lord Rochester fue el ltimo en entrar, y cuando lo hizo cerr la puerta y
descans la cabeza en el respaldo con los ojos cerrados. Lady Rochester
empez a contarle a su vieja amiga qu clase de invitados iban a
encontrarse en la fiesta y Katherine opt por desviar la mirada hacia la
ventana y observar aquella ciudad tan extraa que iba a marcar el resto de
su vida.
Si no fuera por sus recuerdos, Katherine creera que su madre menta
cuando haca esa clase de comentarios, pero, a pesar de lo que ahora
pudiera parecer, Charles Ashe, heredero del ducado de Kildare, y Adela
Morton, hija de un arruinado barn irlands, se haban casado por amor.
Katherine recordaba los paseos a caballo junto a su padre y a su madre;
los besos que ellos dos se daban cuando crean que ella se haba quedado
dormida, los dedos que entrelazaban cuando sencillamente suban la
escalera. Hasta que un da todo empez a cambiar, el mismo da en que el
duque de Kildare le confes a su esposa que haba perdido la gran mayora
de su fortuna. Seguan teniendo las tierras, esas no podan arrebatrselas,
pero carecan de dinero. Si iban con cuidado, podan mantener las
propiedades en buen estado, pero basta de viajes a Londres, de fiestas que
duraban varias semanas y de vestidos que solo se pona una vez. Pero no
todo estaba perdido, se tenan el uno al otro, a su hija, aadi el duque. Y al
principio la nica respuesta que recibi fue el silencio de su esposa.
Katherine no tendra que haber odo esa conversacin, pero esa noche no
poda dormir y se levant para ir al saln a buscar un libro, ese de
aventuras que sola leer con su padre.
No lleg a entrar, y al mismo tiempo fue incapaz de irse y volver a su
dormitorio. Su padre le estaba contando a su madre la situacin, su tono
era serio y compungido el duque estaba furioso consigo mismo, pero a
lo largo de toda la explicacin intercal palabras de cario para su esposa.
El duque fue el nico que habl y cuando termin su discurso no se oy
nada ms. Katherine supuso que su madre estaba abrazando a su padre, o

algo por el estilo, pero al cabo de unos segundos oy el inconfundible ruido


de una bofetada... y jams olvidara las palabras que siguieron a aquel
estrepitoso silencio:
Nuestro matrimonio ha acabado, Charles.
Katherine corri hacia su dormitorio y escondi la cabeza bajo la
almohada convencida de que as aquella conversacin que haba escuchado
a hurtadillas se convertira en una pesadilla y se desvanecera con el sol.
El sol todava no haba salido.
S, la duquesa viuda se haba casado por amor, pero al parecer quera
ms al dinero que a su difunto esposo. l intent reconquistarla, y al no
lograrlo se fue apagando poco a poco, hasta que un par de aos atrs,
incapaz de seguir soportando los reproches y el abandono de su esposa, el
duque de Kildare sufri un accidente con su escopeta de caza.
Katherine tena veinticinco aos cuando su padre muri. Dos menos que
ahora.
Por culpa del escndalo, que adems sac a la luz los problemas
econmicos del ducado, Katherine perdi a todos sus pretendientes. A ella
no le gustaba ninguno, pero le doli ver que esos hombres que
supuestamente beban los vientos por ella en realidad solo adoraban su
supuesta fortuna.
De pequea haba credo en el amor, su adorado padre le haba ledo
incontables historias donde el amor superaba cualquier obstculo. Pero la
realidad le haba demostrado que no era as; el dinero, o la falta del mismo,
poda matarlo de un plumazo. El amor no era de fiar, era una emocin
mercenaria que poda comprarse con extremada facilidad, y por eso mismo
Katherine haba decidido dejar de creer en ella.
El problema era que en un rincn de su corazn, en ese rincn que solo
brillaba bajo la luz del alba, Katherine estaba segura de que el amor de
verdad, el que no dependa del dinero, ni del sol, ni de la luna, ni de la
edad, ni siquiera de la vida, exista para ella. Y la estaba esperando.
Pero sin duda alguna no en Nueva York.

2
Bradshaw camin bajo la lluvia con paso tranquilo y sereno dejando que
las gotas le mojasen el pelo y le enfriasen el temperamento. Lionel
Postgate siempre sacaba lo peor de l. Junt las manos y se las acerc al
rostro para soltar el aliento entre los dedos. No tena fro, el abrigo, la
bufanda y los guantes de piel que llevaba lo protegan perfectamente del
viento de la noche, pero era un gesto que segua formando parte de su ser.
De su otra vida.
Lleg a su casa, una construccin de ladrillo blanco rodeada por una
verja negra con ventanas del mismo color y presidida por dos robles. No
era una mansin comparable a la de Darius Postgate, pero estaba en el
mejor barrio de Nueva York y dispona de ms habitaciones de las que
Bradshaw podra ocupar jams. Se la haba comprado unos aos atrs,
despus de que el director del banco y el propio Darius le dijesen que no
poda seguir amontonando dinero sin ms. A l le haba parecido una idea
completamente absurda comprar una casa tan grande para l solo, pero al
final se rindi y se dijo que esa casa era otra inversin ms, igual que las
tierras o las acciones del ferrocarril, o la naviera.
Buenas noches, seor le salud Carson, su mayordomo.
Mayordomo.
De pequeo haba noches que no cenaba y ahora tena mayordomo.
Buenas noches, Carson, ya le dije que no era necesario que me
esperara despierto.
Lo s, seor. Ha recibido visitas, seor le explic el mayordomo
mientras le coga el abrigo y los guantes, un caballero ingls. Ha dejado
una tarjeta.
Bradshaw la cogi y ley el nombre en voz alta:
Lord Ian Harlow.
Desliz la tarjeta por entre los dedos; haba conocido a ese extrao
ingls un par de semanas atrs en una conferencia sobre los nuevos usos

del carbn; el ltimo lugar del mundo donde esperaba encontrar a un


miembro de la nobleza britnica. Lord Harlow, Ian, como haba insistido l
en que lo llamase, no encajaba en lo que Bradshaw saba de los
aristcratas, y enseguida congeniaron. La similitud de carcter entre los
dos era innegable.
Gir la tarjeta:
Vuelvo a Inglaterra. Un imprevisto. Le mandar una propuesta.
Hablaremos cuando vuelva. Harlow.
S, acababa de conocerlo, pero esa breve y concisa explicacin encajaba
perfectamente con el caballero con aspecto de boxeador que probablemente
terminara convirtindose en su socio.
Y quiz tambin en un buen amigo.
De esos, Bradshaw no tena ninguno. l siempre haba tenido la
sensacin de que no encajaba en ninguna parte, y lord Ian Harlow tambin
se comportaba como si estuviese solo en el mundo.
En el caso de Bradshaw, la persona ms cercana a l era Darius Postgate.
Pero no lo definira como a un amigo. En realidad, le resultaba muy difcil
explicar quin o qu era exactamente Darius para l; no era su padre,
aunque tena edad para serlo, y la definicin de mentor tampoco pareca ser
la adecuada.
Era el hombre que le haba dado la oportunidad de tener otra vida, a
pesar de que lo haba hecho para calmar su conciencia.
Una vida por una vida.
Qu diablos le pasaba hoy? A qu vena tanta melancola?
Lo sabes perfectamente.
Deposit la nota de Harlow en la bandeja de plata que Carson todava
sujetaba en la mano y camin decidido hacia la habitacin que haba
adecuado al final del pasillo para trabajar con sus planos. Tir del nudo de
la corbata al entrar y afloj la cinta que llevaba alrededor del cuello. Se
desabroch los botones de la parte superior de la camisa y se quit la
chaqueta, que colg detrs de la puerta. Se dej puesto el chaleco, no le
molestaba, y tras asegurarse de que dispona de suficiente luz despleg los
planos que tena a medias. No iba a dormir. A pesar del cansancio y de las
horas que haba perdido en esa estpida fiesta, ahora no iba a poder dormir.
No por la nota que le haba entregado su mayordomo, sino porque en la
entrada, junto al perchero, haba un ramo de violetas. No le haba hecho
falta ver la carta que seguramente haba llegado junto con el ramo, ni

preguntarle a Carson quin o cundo lo haban entregado.


Lo saba perfectamente.
Su madre nunca olvidaba el aniversario de la muerte de su padre.
Y Bradshaw tampoco.
Aunque durante un segundo lo haba intentado, no haba podido. Al fin y
al cabo, coincida con la fiesta de Darius.

Ese mismo da, unos aos atrs,


en un modesto jardn con violetas
La madre de Bradshaw, Judith Verlen, estaba de pie frente a uno de los
matorrales de violetas que crecan salvajes en el jardn trasero de su
minscula casa. En realidad no era un jardn, era el pequeo descampado
que separaba esa casa de la siguiente. La nieve cubra retales del suelo y el
viento silbaba por entre los tablones de madera.
Deberas mudarte, mam.
Judith se dio media vuelta al or la voz de su hijo mayor y le sonri con
tristeza.
Hola, Shaw suspir. No te he odo llegar.
Bradshaw se acerc a ella y le dio un beso en la mejilla.
Entra en casa, mam. Tir de ella hacia el interior. Mely te est
esperando.
La hermana de Bradshaw, ajena a la tristeza de su madre y de su
hermano, estaba jugando con una mueca de trapo.
Se olvidar de l dijo Judith.
Bradshaw saba que se refera a su padre. Hoy se cumplan dos aos de
su muerte.
No, mam. Nosotros nos encargaremos de que se acuerde.
Judith entr en silencio y sin mirar a su hijo se dirigi a la cocina, donde
coloc un ramo de violetas recin cortadas en un sencillo vaso de cristal.
Las plant ese da. El da del accidente.
Tal vez Mely no recordara a su padre, pero Judith se negaba a olvidar
nada relacionado con la horrible muerte de su esposo. Y a Bradshaw la
culpabilidad no le dejaba dormir ni respirar, a pesar de que no poda
permitirse el lujo de pensar en ello. Tena que seguir adelante si quera ser
capaz de cuidar de su madre y de su hermana.

Por eso, y solo por eso, haba aceptado el trato de Darius Postgate.
Tienes que mudarte de casa, aqu no estis bien, mam. La casa que el
seor Postgate tiene preparada para nosotros es...
No pienso aceptar esa casa, Shaw! Lanz el vaso al suelo, y las
violetas quedaron esparcidas por las baldosas que de tan viejas haban
perdido cualquier relieve. Acaso crees que puedo vivir en ese lugar?
Mam, yo...
No! Entiendo que hayas aceptado ir a la universidad. Es lo que habra
querido tu padre. Se acerc a l y le acarici una mejilla. Y s que t
siempre cuidars de nosotras. Pero no me pidas cerr los ojos un
segundo y al abrirlos repiti, no me pidas que deje esta casa donde t
naciste, donde naci Mely. Donde fui feliz con tu padre... trag saliva
para poder seguir ... y que me instale en una casa que es la compensacin
por la muerte de tu padre.
Judith se apart y con una escoba empez a recoger el estropicio que ella
misma haba causado.
Cundo tienes que volver a la universidad, Shawn?
l se qued mirndola y supo que jams lograra hacerla cambiar de
opinin. Tal vez cuando l pudiera comprarle una casa lograra
convencerla de que fuera a visitarlo, pero, mientras el ofrecimiento
proviniera del seor Postgate, Judith Verlen se quedara donde estaba.
Dentro de dos das, mam suspir resignado, y tras darle un beso en
la frente fue a jugar con Mely.

Katherine observ en silencio el paisaje que se deslizaba por la ventana


del carruaje mientras la nieve caa suavemente y manchaba la noche de
blanco. El baile al que iban a asistir lo haba organizado el hermano mayor
de lady Rochester, un rico americano que posea el toque del rey Midas y
que a penas participaba en ningn acto social: Darius Postgate
Lady Rochester y lady Kildare, la madre de Katherine, se conocieron
cuando la primera visit Inglaterra de joven. Durante su estancia en
Londres lady Rochester se enamor del que ahora era su esposo, y entre las
dos mujeres surgi una afinidad inmediata; las dos posean un ms que
considerable sentido prctico, y cuando lady Rochester volvi a Amrica
mantuvieron viva la amistad a lo largo de los aos a travs de las cartas.
Tras el fallecimiento de lord Kildare, y tras el consecuente descubrimiento

del psimo estado de las arcas familiares, lady Kildare escribi a su vieja
amiga para pedirle que las invitara, a ella y a su hija, a Nueva York.
Katherine era la nica que poda salvarlos.
Katherine lo saba. No haba viajado a Nueva York engaada ni soando
con un imposible; saba que tena que encontrar marido y que el futuro de
todo lo que amaba dependa de ello.
Su madre no lo saba, o finga no saberlo, pero Katherine lo haba
intentado prcticamente todo para no llegar al extremo de tener que
subastarse al mejor postor en el mercado matrimonial. Ella y el abuelo
haban repasado las cuentas cientos de veces, haba estudiado las cosechas,
los ganados, los molinos, los establos. La nica respuesta que haban
encontrado era que necesitaban ms tiempo. Tiempo que no tenan porque
los acreedores no tardaran en ejecutar las deudas.
Lo nico que poda salvarlos ahora era un milagro o un enorme montn
de dinero.
Y al parecer el nico objeto de valor que podan vender con la urgencia
que requeran era ella misma.
El carruaje gir por una calle y la figura de un hombre solitario capt la
atencin de Katherine. Iba andando y se haba levantado el cuello del
abrigo para protegerse de la ventisca de nieve. El abrigo y el sombrero que
llevaba eran de muy buena calidad, Katherine casi poda imaginarse el
suave tacto de la lana, pero el hombre andaba igual que un leador. O un
cazador. Ese hombre, a pesar de que su atuendo proclamaba todo lo
contrario, no era un aristcrata. Era un superviviente y en aquel instante
Katherine lo envidi por eso, ella careca de aquel instinto, de la brutalidad
necesaria, y dese poder detener el carruaje y acercarse a l para
preguntarle qu tena que hacer para ser valiente como l.
l no la vio, estaba sumamente concentrado en algo. En qu?, se
pregunt ella. Tena los ojos entrecerrados y los labios fruncidos como si
estuviese conteniendo la rabia. El hombre aceler el paso, pero antes de
desaparecer tras la nieve y los otros carruajes Katherine tuvo tiempo de ver
que tena una cicatriz que le cruzaba la sien izquierda hasta la ceja.
Cmo se la habr hecho? pregunt en voz muy baja sumamente
fascinada.
Has dicho algo, querida?
No, madre contest tras carraspear.
Ya hemos llegado las avis lord Rochester.

Ests preciosa, Katherine, estoy segura de que mi sobrino Lionel y sus


amigos se pelearn por bailar contigo.
Katherine sonri y pens que probablemente ninguno de esos jvenes
adinerados le resultara ni la mitad de intrigante que el desconocido que
caminaba bajo la nieve, pero por desgracia l no poda salvarla.
Nadie poda.
El saln de la mansin de Darius Postgate dejara en ridculo al de la
mayora de las mansiones inglesas o irlandesas que haba visitado
Katherine. El suelo de mrmol resplandeca bajo la mirada de lady Kildare,
que ya se imaginaba a su hija casada con el heredero de tan basta fortuna.
Y l no pareca adverso a la idea, pens lady Kildare al ver a Lionel
Postgate bailando por segunda vez con Katherine.
Hacan muy buena pareja. Y sin duda eran el centro de todas las miradas
y de todas las conversaciones que circulaban esa noche en la sala de baile.
Maana toda la ciudad hablara de ellos.
Le apetece una copa de champn, milady? le ofreci un lacayo al
pasar por su lado.
Adela sonri, prcticamente poda saborear la victoria. Jams se haba
imaginado que fuera a resultarles tan fcil. El primer baile. La primera
noche. Y Katherine ya tena encandilado al hombre ms rico de Nueva
York, o al hijo del hombre ms rico de Nueva York.
S, por supuesto contest, y levant una copa de la bandeja de plata
. A tu salud, Charles brind, sarcstica, con su difunto esposo en
cuanto el sirviente se alej de ella. Katherine no cometer el mismo
error que yo. De eso puedes estar seguro, querido.
Las notas del vals flotaban en el aire y a Katherine le dolan los pies de
tanto bailar y los labios de tanto sonrer. La velada no haba resultado ser
tan insoportable como haba temido en un principio. Ninguno de los
caballeros que haba conocido esa noche le haba anudado el estmago o le
haba acelerado el corazn, pero ninguno la haba mirado como si tuviese
que pagar por los pecados de su padre o por su falta de fortuna. En lo que
se refera a las madres de dichos jvenes les resultaba de lo ms fascinante
que Katherine fuese hija de un duque, las haca sentirse como si sus hijos
pudiesen ser los protagonistas de un cuento de hadas. Y en cuanto al resto
de jvenes casaderas que como ella haban asistido a ese baile, la realidad
era que no haba conocido a ninguna, aunque todas la miraban como si
fuera un bicho raro. Tal vez, si tuviese intencin de quedarse en Amrica,

podra encontrar alguna amiga; haba odo un par de conversaciones de


refiln y las damas que las mantenan le haban resultado de lo ms
interesantes.
Pero ella jams se quedara a vivir en Nueva York. Ella tena que volver
a Irlanda cuanto antes.
Esa era la nica condicin que le haba impuesto a su madre; se casara
con quien se casase, Katherine volvera a Irlanda.
No parece estar pasndolo muy bien, lady Ashe la voz de bartono
de su pareja de baile la devolvi al presente.
Le ruego me disculpe, lord Rutland contest, sonrojndose
levemente. Lo cierto es que estaba pensando en lo agradable que me est
resultando este baile.
Lionel Postgate, lord Rutland, el nico hijo de su rico anfitrin, se rio
seductor, y Katherine tuvo la sensacin de estar ante un zorro.
Atractivo y letal.
Katherine no se asust, despus de las decepciones que se haba llevado
tras la muerte de su padre saba cmo tratar a esa clase de hombres. En
realidad, pens aliviada, era exactamente la clase de hombre que prefera;
la nica que se ajustaba a la perfeccin a sus necesidades.
Suena sorprendida sugiri l hacindola girar por el saln.
Lo estoy reconoci ella cuando volvieron a mirarse. Confieso que
no estoy al corriente de sus costumbres, lord Rutland...
Llmeme Lionel la interrumpi l.
Lionel accedi ella sin darle la misma clase de permiso, pero en
Irlanda si un caballero baila dos veces con la misma dama al da siguiente
aparecen comprometidos en las noticias de sociedad.
Aqu le damos un poco ms de tiempo al reo antes de atarle la soga al
cuello, lady Ashe sonri Lionel. Pero me temo que en su caso van a
hacer una excepcin. Todo el mundo sabe que ha venido a buscar un
marido, as que todo el mundo est expectante para ver quin acaba
comprando su ttulo, querida. Antes de que usted y su madre llegasen al
baile ya haba varios caballeros interesados en su oferta, pero despus de
verla entrar se han multiplicado. Es usted muy bella, Katherine.
Si Katherine no se hubiese pasado los dos ltimos aos de su vida
soportando y esquivando ataques peores que ese probablemente habra
tropezado a mitad del vals y habra abofeteado al caballero en cuestin por
el atrevimiento.

Sin embargo, se limit a sonrer y a seguir bailando.


Y usted es muy directo, Lionel le contest con idntica sonrisa.
Espero no haberla ofendido, lady Ashe. Nada ms lejos de mi
intencin sigui l, con un brillo especial en la mirada que dejaba en
evidencia que s que haba tenido intencin de ofenderla. O, como mnimo,
de provocarla.
Carezco del don de leer la mente, Lionel. Y como bien ha insinuado
usted no tengo tiempo que perder, as que le agradecera que me explicase
cul es su intencin.
Yo tengo dinero.
Lo tiene su padre.
l la apret ligeramente contra su cuerpo para dejarle claro que no le
haba gustado la insinuacin y que l llevaba las riendas de esa
conversacin.
Usted y yo podemos entendernos muy bien. Con sus palabras
intent suavizar la autoridad con la que la sujet. Y ya sabe que me
resulta muy atractiva.
Gracias. Quiere inspeccionarme los dientes?
No hace falta. La hizo girar de nuevo. A juzgar por como nos est
mirando todo el mundo me atrevera a decir que hacemos muy buena
pareja.
Adnde quiere ir a parar? Katherine no saba si esa era la peor
conversacin de toda su vida o la ms til.
A pesar de que necesitaba el dinero de Lionel Postgate con urgencia no
iba a permitirle que jugase con ella. Si Postgate pretenda humillarla o
tomarle el pelo, iba a llevarse una gran sorpresa.
T necesitas un marido con dinero y yo necesito una excusa para irme
de Nueva York y no volver nunca ms. Lionel la ret con el tuteo y
cuando vio que ella arqueaba una ceja aadi: Este pas est formado por
gente sin civilizar. No existe el respeto entre clases. Cualquiera de nuestros
lacayos podra estar dentro de un mes bebiendo una copa de champn en
mi club para caballeros.
Y eso te parece inaceptable lo trat del mismo modo.
Entre otras cosas. Vosotros los ingleses sabis mantener las
distancias.
Yo soy irlandesa.
Es lo mismo.

Katherine dud entre explicarle que no lo era y seguir escuchndolo. Al


final decidi no interrumpirlo pues, aunque tuvo que morderse la lengua
para no decirle exactamente lo que opinaba ella de la diferencia de clases,
le resultara mucho ms til callar y escuchar qu pretenda obtener Lionel
casndose con ella.
Si nos casamos, ambos obtendremos lo que queremos. No solo soy el
hombre ms rico de este saln, sino tambin el ms atractivo.
Y el ms modesto.
La modestia es sencillamente una excusa para justificar las carencias
de uno. Y yo no tengo. Carencias, quiero decir especific.
Por supuesto lo imit y le mir con la cara que pona siempre que
hablaba de negocios con los banqueros o los acreedores de Irlanda.
Supongo que tendrs tus condiciones le pregunt con frialdad, y la
observ atento.
Katherine mentira si dijera que no le result ofensivo que la manipulase
de esa manera, pero si Lionel Postgate pretenda intimidarla iba a llevarse
una gran decepcin.
Por supuesto que las tengo contest mirndolo a los ojos. S, sin
duda era un hombre muy atractivo. E inteligente. Y fro. No corra ningn
riesgo de enamorarse de l. Ni Lionel de ella; el americano no la haba
insultado ofrecindole su corazn ni prometindole un amor eterno
(probablemente ese era el nico motivo por el que Katherine segua
hablando con l).
Perfecto. El vals lleg al ltimo comps y Lionel retrocedi
hacindole una leve reverencia. Le parece bien que venga a visitarla
pasado maana, lady Ashe? le deposit un beso en los nudillos y
Katherine comprendi que haba recuperado el trato formal para satisfacer
los odos ajenos que intentaban escucharlos.
Si lord y lady Rochester estn de acuerdo le respondi ella tambin
con educacin, a mi madre y a m nos encantar recibir su visita.
A pesar de que en apariencia Lionel Postgate era el candidato perfecto,
Katherine no tena intencin de aceptar su oferta (no iba a llamar a eso
proposicin) sin antes analizarla debidamente. Adems, todava estaba a
tiempo de que sucediera un milagro, y su abuelo haba prometido escribirle
si consegua renegociar las deudas con el banco.
Katherine observ a Lionel alejndose de ella. La gente se apartaba para
dejarlo pasar y las damas lo miraban con descaro. Ella, sin embargo, podra

apartar la mirada sin dudarlo, a diferencia del hombre que caminaba bajo
la nieve. A l se habra pasado horas mirndolo. Lionel se detuvo ante lord
y lady Rochester y habl con ellos durante unos minutos, despus se dio
media vuelta y present sus respetos a lady Kildare. Katherine mir con
atencin la reaccin de su madre; Adela estaba tan pletrica que corra el
riesgo de desmayarse all mismo de la emocin.
Mi hijo, cuando quiere algo, es muy decidido. Implacable incluso le
dijo un desconocido situado a su espalda.
Katherine se gir y abri los ojos de par en par al ver quin estaba detrs
de ella; no por la identidad de esa persona, sino por la objetividad con la
que haba descrito a su nico vstago.
Es un placer conocerlo, seor Postgate. Inclin levemente la cabeza
. Ha sido muy amable al invitarnos.
Tonteras contest el anciano cogindole una mano. No parece
encajar aqu, lady Ashe.
Katherine, por favor le ofreci ella solo porque ese hombre le
recordaba a su abuelo al que echaba tanto de menos.
Darius Postgate le sonri y le cogi una mano que coloc suavemente
encima de su antebrazo. Despus deposit unos dedos encima de los de
Katherine y tir suavemente de ella hacia el ventanal que presida una de
las salidas del saln.
Me apetece tomar el aire, te importa acompaarme, Katherine?
Por supuesto que no, seor Postgate.
Darius. Insisto aadi al ver que ella iba a negarse.
Caminaron en silencio por el balcn sin llegar a bajar al jardn cubierto
por la nieve.
Mi hijo quiere irse a vivir a Inglaterra empez Darius sin disimulo
cuando se detuvieron en un extremo de la barandilla de piedra. Est
convencido de que all sabrn tratarlo como se merece.
Katherine esper en silencio. Acababa de conocer a ambos hombres y ya
intua que la relacin entre padre e hijo era mucho ms compleja de lo que
dejaban entrever las apariencias.
Pareces una buena chica, Katherine.
Gracias, Darius.
Mi hijo no sabr reconocerlo ni valorarlo. Lionel solo piensa en l y
cuando quiere algo no duda en utilizar a quien sea para lograrlo.
Tal vez yo tambin quiero utilizarlo a l dijo Katherine. Una parte

de ella agradeca que ese anciano de aspecto entraable se preocupase por


ella, pero otra estaba harta de que la tratasen con condescendencia. Llevaba
dos aos enfrentndose al desdn y al escarnio, luchando con uas y
dientes contra la bancarrota. Poda enfrentarse de sobras a mil Lionel
Postgate.
En cuanto las palabras abandonaron sus labios se arrepinti de haberlas
dicho. Seguro que ahora su anfitrin se sentira ofendido y las echara a
patadas de su mansin. Su madre la sermoneara durante toda la travesa de
vuelta a Irlanda. Una cosa era que un caballero criticase a su heredero, otra
muy distinta que lo hiciese una recin llegada que haba ido all a cazar
marido. Katherine tena la disculpa en la punta de la lengua cuando la
carcajada de Darius la desconcert por completo.
Y cuando dej de rerse le sonri.
Ojal sea cierto, Katherine. Ojal sea cierto.

3
Despus de pasarse tres horas encerrado en su estudio dibujando planos
y rompindolos en cuanto los terminaba, Bradshaw se dio por vencido y
volvi a ponerse el abrigo.
Si no iba a poder dormir, y estaba seguro que no lo conseguira, bien
poda hacer algo de provecho. Con un quinqu en la mano se abri paso por
el pasillo de esa casa que, a pesar de los aos, segua resultndole extraa y
lleg a la puerta de la cocina. Sali por ella y camin por la nieve, cruja
bajo las suelas de las botas y probablemente era el nico sonido del
entorno que le resultaba familiar. Entr en los establos donde guardaba un
carruaje que solo utilizaba cuando era absolutamente necesario, una carreta
que utilizaba el ama de llaves para realizar las compras domsticas, y tres
caballos; los dos que tiraban de los vehculos y Thistle, el nico lujo que se
haba permitido, un alazn procedente de Irlanda.
Acarici la crin de Thistle unos segundos antes de ensillarlo. Cuando
estuvo satisfecho con el resultado, cogi una manta que haba en un rincn
del establo y una bufanda que haba visto tiempos mejores y mont sin ir a
por los guantes. Ya se tapara las manos con la manta. Sujet las riendas
del caballo y lo guio a paso lento hasta la calle. All lo espole brevemente
aprovechando que los adoquines estaban desiertos, y cuando por fin lleg a
los lmites de la ciudad Thistle cabalg con todas sus fuerzas en direccin
al molino. Al parecer Bradshaw no era el nico al que no le gustaba estar
encerrado.

Bradshaw no volvi a su casa de la ciudad hasta cuatro das ms tarde, y


cuando Carson lo vio estuvo a punto de no dejarlo entrar.
Soy yo, Carson le dijo con una mueca al viejo mayordomo,
respire tranquilo. No soy ningn rufin con intencin de asaltarlo.
Por supuesto, seor. Disculpe. El hombre se apart de la puerta.

Subir ahora mismo a prepararle un bao.


Bradshaw estaba a medio camino de su despacho cuando contest:
No se precipite, antes tengo que dejar mis notas en el escritorio y
asegurarme de que el mozo de cuadras le cambia un par de herraduras a
Thistle.
Me temo que su montura tendr que esperar, seor le contest
Carson persiguindole por el pasillo. John ha tenido que ausentarse esta
maana. Al parecer su madre ha sufrido una recada, aunque puedo mandar
a alguien a buscarlo.
La madre de John est enferma? Solt unos planos encima de la
mesa. Por qu no me lo haba dicho nadie? pregunt enfadado de
verdad, pero entonces vio la cara de horror del mayordomo e intent
calmarse. No mande a nadie a buscarlo. El herrero sigue trabajando en
la calle Arlington?
S, seor, pero...
Carson no pudo hacer nada para detener a Verlen que volvi a coger el
abrigo.
No tardar, Carson. Le prometo que cuando vuelva le dejar quemar la
ropa que llevo puesta aadi con una sonrisa antes de cerrar la puerta.
El mayordomo subi escandalizado al piso superior y busc los
utensilios necesarios para afeitar a su excntrico seor. Probablemente
tendra que recurrir a toda su pericia como sirviente para cortar esa barba y
conseguir que Bradshaw Verlen volviese a tener un aspecto presentable.
Bradshaw se subi el cuello del abrigo y al sentir el tacto spero record
que haba regalado su abrigo de lana a Paul, el vigilante del molino, y que
este haba insistido en darle el suyo; una pieza vieja y rada que apenas lo
abrigaba. No importaba. l haba pasado inviernos con menos ropa.
Baj la vista e inspeccion su aspecto. No era de extraar que Carson no
le hubiese reconocido. Llevaba cuatro das sin afeitarse y su aseo durante
esos das haba consistido nicamente en echarse al ro que corra junto al
molino, con lo que su rebelde pelo negro se haba vuelto indomable.
Seguro que tena ojeras, a penas poda dormir cuando estaba en medio de
uno de sus diseos, y la nica comida que haba probado haba sido la que
el bueno de Paul le haba metido por el gaznate.
Seguro que ese hombre creera que estaba loco si no fuera por el ms
que generoso sueldo que Bradshaw le pagaba para que l y su familia
cuidasen del molino. Bradshaw lo haba comprado aos atrs con la

intencin de destruirlo, pero al final decidi que era el lugar perfecto para
llevar a cabo sus experimentos. Aunque se asegur de cerrarlo e impedir
que nadie ms volviese a trabajar all.
S, seguro que pareca un loco. Y seguro que por eso la gente
prcticamente se apartaba de su paso. Por qu haba tanta gente en la
calle? Mercado! Hoy era viernes. El da del mercado de las flores.
Bradshaw se pas las manos por el pelo, a pesar de que no saba si
lograra empeorar o mejorar su aspecto, y aceler el paso. Daba igual. Esos
transentes podan opinar lo que quisieran. La ciudad entera de Nueva
York poda opinar lo que quisiera.
Haba valido la pena pasarse esos cuatro das trabajando sin parar, por
fin haba descubierto...
Un sinfn de flores indescriptibles volaron a su alrededor y Bradshaw
reaccion al instante y sujet por la cintura a la joven que haba chocado
contra su torso. Ella apoy sorprendida las manos en los antebrazos de l y
se sujet con fuerza para no caer en medio de la calle empapada por la
nieve que se haba derretido en los ltimos das.
Oh, lo siento! exclam ella al ver los ptalos flotando por el aire.
Est bien? Se ha hecho dao? le pregunt Bradshaw apartndola
de l para verle el rostro.
S, solo me estoy muriendo de vergenza farfull ella con la cabeza
todava agachada, iba demasiado cargada y no he... Levant la vista y
se interrumpi en cuanto vio el rostro de su salvador. La cicatriz.
Bradshaw la solt de repente y se llev la mano derecha a la cicatriz que
tena en la sien. Se haba olvidado de ella porque haca aos que nadie se
atreva a recordrsela: una de las ventajas que tena poseer dinero. Haca
que la gente tuviese miedo de provocar su ira.
Oh, lo siento. Lo siento. Lo siento repiti nerviosa la joven una y
otra vez. No tendra que haberlo dicho. Ha sido de muy mala educacin
de mi parte, pero es que pens que no volvera a verte nunca ms.
Esa ltima frase dej a Bradshaw completamente confuso. l se preciaba
de tener una memoria excelente; de hecho, haba amasado una enorme
fortuna gracias a ella. Y jams habra olvidado unos ojos como los de la
desconocida de las flores. Jams.
Acaso nos conocemos? le pregunt tras carraspear.
No reconoci ella sonrojndose. Me temo que tengo que volver a
disculparme de nuevo.

No es necesario le dijo Bradshaw sin poder dejar de mirarla. Por


qu no poda dejar de mirarla? La falta de sueo, tena que ser eso. Sacudi
la cabeza para despejarse y se agach para ayudarla a recoger las flores.
Ella decidi ponrselo difcil y tambin se agach.
Fue hace unos das empez a hablar ella, unas noches, para ser
ms exactos. Ibas caminando bajo la nieve, aunque llevabas otro abrigo
especific mirndolo de soslayo.
Bradshaw sonri. Lo estaba tratando de t sin ms y le reconfort la
falta de artificialidad.
S, ese abrigo ya no es mo.
Oh, comprendo. Supongo que te lo prestaron.
S, algo as aadi l. No recuerdo haber visto a nadie en la calle
esa noche.
Oh, yo iba en un carruaje de camino a un baile. Te vi cruzar la calle.
Y te acuerdas de m?
Los dos estaban en cuclillas en medio de la acera rodeados de ptalos
manchados de fango.
S, la verdad es que s contest ella, valiente.
Me llamo Bradshaw dijo l sin poder contenerse ni un segundo ms.
Se puso en pie y le tendi la mano para ayudarla, olvidndose por completo
de las flores, de las herraduras de su caballo, del fro y de la ciudad entera.
Es un nombre muy peculiar. Acept la mano sin guante de l y
sinti el calor y la fuerza que desprendan sus dedos. Los dedos de un
hombre acostumbrado al trabajo fsico.
Llmame Shaw.
Por qu diablos le has dicho que te llame Shaw?
Yo soy Katherine, pero me gusta ms Kate.
Es un autntico placer conocerte, Kate. Bradshaw no le solt la
mano y no dej de mirarla a los ojos. Los tena de un complicado color
marrn, como si los iris no hubiesen terminado de decidirse entre el verde,
el dorado o el color de la miel. Fascinantes. Tena el rostro plido y con
forma ovalada y una cejas castaas. La melena de un rubio oscuro la
llevaba recogida en una trenza y tena las mejillas y la punta de la nariz
sonrosadas por el fro. Y tal vez por la vergenza. Vesta un sencillo
vestido gris paloma, a juzgar por el cuello que sobresala por el escote del
abrigo negro, y de la solapa de este ltimo colgaba un sencillo alfiler con
una hoja plateada.

Bradshaw la estudi tanto como pudo y lleg a la conclusin de que


deba de ser modista, o tal vez dependienta de una de las tiendas de modas
que haban abierto ltimamente en el centro de la ciudad, pero entonces
record el comentario del carruaje y supuso que sera institutriz o dama de
compaa. S, eso explicara que hubiese estado en un carruaje con destino
a un baile.
Tendrs problemas por las flores? le pregunt entonces
preocupado.
Por las flores? Levant una ceja. No, no te preocupes. Eran solo
un capricho.
Ests segura? Record las reprimendas que se haba llevado su
madre cuando trabajaba como doncella en una de las mansiones de la
ciudad y sinti algo muy parecido a la furia al pensar que Kate pudiera
estar sujeta a un trato similar. Podemos ir a buscar ms se ofreci.
No, no te preocupes. Le solt la mano y se coloc nerviosa un
mechn de pelo detrs de la oreja.
Bradshaw vio que ella miraba hacia el otro extremo de la calle y supuso
que estara preocupada por volver a casa de sus seores.
Qu da tienes libre? l era famoso por no dejar escapar nunca una
buena oportunidad y no quera que Kate desapareciera sin asegurarse antes
de que volvera a verla.
Libre?
S, me gustara volver a verte.
Ella lo estudi con la mirada y Bradshaw se maldijo por no haberle
hecho caso a Carson y haberse aseado antes de salir. Claro que si se
hubiese dado ese bao jams habra chocado con Kate en medio de la calle.
Mira, Kate, yo...
Maana lo interrumpi ella. Maana por la maana.
Bradshaw le sonri.
Dnde puedo recogerte?
Oh, no, no te preocupes. Podemos encontrarnos aqu.
Aqu...? sonri Bradshaw. En medio de la calle?
No, bueno, en el parque. Katherine seal la zona ajardinada que
empezaba una calle ms abajo. Ests seguro de que no sers t el que
tendr problemas?
Problemas?
Por qu le confundan tanto las preguntas de Kate?

S, t tambin tienes libre maana?


Entonces Bradshaw lo comprendi todo, Kate crea que l tambin era
un sirviente. Tendra que corregirla, que decirle que no tena que
preocuparse por l. Pero no lo hizo. Por primera vez en mucho tiempo,
demasiado, poda confiar en la autenticidad de las reacciones de la persona
que tena delante... Y era una sensacin maravillosa.
S. No te preocupes por m le dijo al fin. A pesar de que decidi no
descubrir su identidad de momento, Bradshaw se asegur de formular la
frase sin decirle una mentira. No era la mejor opcin, pero al menos logr
acallar la voz de su conciencia. Y se prometi que ms adelante, y si
llegaba el momento, ya se lo explicara a Kate.
Tal vez no tuviera que hacerlo nunca. Tal vez ella no se presentara a su
cita de maana. O tal vez para entonces ella sabra la verdad sobre su
identidad y se comportara como una ms. O tal vez...
Tengo que irme, Shaw. Kate interrumpi sus pensamientos y sus
dudas con una sonrisa. Me alegro de haberte encontrado.
Apret ligeramente la mano de l y sali corriendo dejndolo confuso,
aturdido y sonriendo como un idiota en medio de las flores.

4
Katherine aceler el paso y fue al encuentro de Sarah, su doncella, que le
estaba haciendo seas desde el carruaje que la esperaba media calle ms
abajo.
Le haba sucedido. A ella. Aquel instante transcendental que iba a
marcarla para siempre; haba conocido a Bradshaw.
Katherine recordaba perfectamente dnde estaba cuando se pregunt
cmo sera conocer al amor de su vida; sentada en medio del prado rodeada
de ovejas y con los ojos llenos de lgrimas. Haca pocos das del accidente
de su padre y de repente supo con absoluta claridad que todava no conoca
a la persona ms importante de su vida. A la ms necesaria. Si la
conociera, ahora no estara sola. No se sentira incompleta.
Se pregunt cmo sera el misterioso desconocido, si llegara a
conocerlo a tiempo de pasar la vida entera con l. Se pregunt qu pasara
el da que lo viera por primera vez, qu le dira. Qu sentira.
No se haba enamorado de Shaw a primera vista, eso sera una soberana
estupidez, sencillamente su corazn haba empezado a latir de un modo
distinto y su alma le haba hecho cosquillas en el interior. l iba a ser
alguien muy importante para ella. El ms importante.
S, tena que sacarlo de su error y decirle que ella no era una doncella,
pero eso ya lo hara maana. Cuando volviera a verlo. Era obvio que l
trabajaba para algn seor o que era uno de esos pequeos comerciantes
que haba en Amrica y no quera asustarlo o perderlo antes de conocerlo.
Un carruaje cruz justo por delante de Katherine y la oblig a detenerse
y a seguir pensando. No! No! La vida no poda ser tan cruel con ella...,
otra vez no. Si Shaw no tena dinero, como era evidente que no tena, no
poda volver a verlo. Para ella sera muy doloroso, y tal vez incluso para l,
se consol pensando.
Pero tampoco pasaba nada si paseaba con l maana, no? Quiz
volvera a verlo y as descubrira que no tenan nada en comn, que no le

gustaba su sonrisa y que no senta fascinacin por la herida de la cicatriz y


la mirada que esconda. Y tal vez as acumulara bastantes recuerdos para
ir descifrndolo durante el resto de su vida.
Al fin y al cabo, se dijo a s misma, todava no estaba comprometida con
Lionel Postgate ni con nadie.
Sinti un escalofro en la espalda y agradeci la proteccin que le
ofreca el carruaje; seguro que si Sarah pudiera verle el rostro ahora creera
que se haba encontrado con un fantasma.
Y quizs era eso lo que haba sucedido, tal vez se haba encontrado con
el fantasma de la vida que podra haber tenido si su padre siguiera vivo y
no hubiese perdido la fortuna de su familia.
Lady Ashe! le grit Sarah hacindole seas en cuanto la vio. No
sabe cunto lamento haber tardado tanto.
No te preocupes Sarah.
El herrero ha tardado ms de lo que crea en arreglar el eje del
carruaje. Su madre me arrancar el pescuezo si se entera de que la he
dejado salir con este viejo vestido de la mansin.
Katherine se rio ante la vehemencia de su doncella. Sarah en realidad era
su nana, la haba criado desde pequea y se haba negado a abandonarla
incluso despus de que Katherine le confirmase que no podan pagarle
ningn salario. La tarde que se lo confes, la mujer acab consolndola con
una taza de t y dicindole que no se preocupase, que todo iba a salir bien.
Tranquila, Sarah, no se lo dir. Y t tampoco aadi tras sentarse en
el banco del carruaje. No poda ir a buscar flores con un vestido de
fiesta.
Katherine haba convencido a lady Rochester de que le permitiese
arreglarle el jardn. Su anfitriona haba aceptado con cara de espanto; le
pareca inconcebible que una dama inglesa estuviese dispuesta a pasarse el
da de rodillas arrancando hierbajos. Por fortuna para Katherine, esa
maana su madre y lady Rochester haban salido a visitar a una amiga y a
ella la haban excusado. Ahora ya no tenan que pasearla por todas las
casas con hijos casaderos.
Desde la entrada en escena de Lionel Postgate, la madre de Katherine
pareca otra persona. Incluso haba sonredo en un par de ocasiones, y a
Katherine no le extraara nada que su madre ya estuviese organizando
mentalmente la boda.
En realidad, Lionel todava no le haba pedido la mano en matrimonio,

pero le haba dejado claro que eso era exactamente lo que pretenda hacer.
Era sencillamente como si hubiese decidido tomarse unos das para seguir
observndola, para seguir analizando su futura inversin. A Katherine se le
revolvan las entraas solo con pensarlo, a pesar de que si era objetiva
tena que reconocer que Lionel Postgate no haba hecho nada para ganarse
esa aversin.
La noche que lo conoci fue amable y directo. Sincero incluso. Cuando
fue a visitarla en casa de los Rochester fue educado y corts. Y la velada
anterior haban vuelto a coincidir y a bailar en la mansin de un rico
hombre de negocios de la ciudad y haba sido relativamente agradable.
Tal como le haba dicho al padre de Lionel, Katherine saba que Darius
quera utilizarla, y ella no tena ms remedio que hacer lo mismo con l.
Le pareca incluso justo. Los dos se utilizaran mutuamente. A Katherine
se le revolva el estmago solo con pensar en que existan mujeres en una
situacin similar a la suya que engatusaban a un pobre viudo rico y le
hacan creer que se haban enamorado perdidamente de l.
No, ella no iba a fingir que amaba a Lionel. Si iba a venderse por dinero
lo mnimo que poda hacer era vender algo real: su ttulo. Su amor y su
corazn no iba a venderlos. Esos solo podan conquistarse, regalarse.
Rendirse.
Bradshaw.
Por qu haba tenido que encontrarlo precisamente ahora?
Ya hemos llegado. Tiene que cambiarse antes de que la vea su madre.
Claro carraspe Katherine.
Hoy ha llegado una carta de su abuelo.
Katherine sonri de oreja a oreja. Tal vez el abuelo haba conseguido
aplazar el pago de las deudas. Tal vez no tendra que casarse por dinero...,
tal vez haban ganado algo de tiempo y podra esperar y conocer mejor a
Bradshaw.

Bradshaw se qued en medio de la calle observando a Kate hasta que


ella se meti dentro de un carruaje que le result levemente familiar.
Durante unos segundos se maldijo por no fijarse ms en esa clase de cosas,
si lo hubiera hecho ahora sabra para quin trabajaba Kate. Claro que
tambin podra habrselo preguntado.
Pero no lo haba hecho porque por primera vez en aos, quizs en la

vida, Bradshaw Verlen no haba podido pensar. Cerr los puos y se meti
las manos en los bolsillos; el fro no haba conseguido hacerle olvidar la
sensacin de sujetar a Kate en los brazos. Curioso, y ridculo incluso, lo
nico que haba tocado haba sido el abrigo de ella, y sin embargo
Bradshaw saba que sus manos siempre recordaran esa sensacin.
Una gota de agua le salpic el rostro y al secrsela not la barba que le
cubra la mejilla. Kate lo haba visto solo una vez, de noche, caminando
bajo la nieve probablemente cuando l volva de la fiesta de Darius y
le haba reconocido. Tal vez eso debera asustarlo. Bradshaw haba
aprendido a la fuerza a estar solo. A bastarse consigo mismo. A vivir en
silencio y a oscuras.
Cuando ella le toc la cicatriz, a l se le detuvo el corazn. Y Kate le
haba mirado como si le importase, como si su presencia en este mundo
fuese necesaria.
Cmo poda renunciar a algo as?
Quiz se lo haba imaginado todo. No recordaba la ltima vez que haba
dormido y apenas haba comido. Y haba cabalgado sin descanso.
Thistle!
Bradshaw sacudi la cabeza al recordar que el motivo por el cual todava
tena el aspecto de un rufin era porque haba salido en busca del herrero.
Gir sobre sus talones y antes de correr calle abajo se agach y recogi una
de las flores de Kate; un no me olvides.
Se lo meti en el bolsillo y aceler el paso.
Cuando lleg a la herrera el herrero lo mir como si estuviese loco,
pero a Bradshaw le bast con sacar un par de billetes del bolsillo para
convencerle de que dejase lo que estaba haciendo y lo acompaase a su
casa para atender a Thistle. En circunstancias normales a Bradshaw no le
importaba lo que la gente pensara de l, pero esa maana todava menos.
No saba exactamente por qu pero sus instintos, sus agallas y su intuicin
(las armas ms afiladas que tena) le decan que Kate iba a ser importante.
Desvi la mirada hacia el herrero que caminaba a su lado por la calle y
se percat en cmo haba cambiado la actitud del hombre despus de saber
que estaba hablando con Bradshaw Verlen.
La leyenda.
El excntrico.
El multimillonario.
El inventor chiflado.

El intruso.
El traidor.
Etiquetas que jams podra quitarse de encima y cuyo orden e
importancia variaban segn la persona que lo miraba.
Excepto Kate. Al principio Bradshaw no le haba ocultado adrede su
verdadera identidad, estaba tan acostumbrado a que todo el mundo supiera
quin era que no se le pas por la cabeza que a ella no le bastara con ver la
cicatriz y con or su nombre para deducirlo. En Nueva York todo el mundo
conoca la historia.
Lo que significaba que Kate no era de la ciudad. Estaba de visita con
sus seores? Haba viajado a Amrica en busca de trabajo?
Las preguntas empezaron a amontonarse en su mente y las puso en
orden. Todas eran importantes pero la nica cuya respuesta le importaba a
Bradshaw de verdad era: Volvera a verla maana?

Bradshaw se ba y se afeit, y ante la mirada horrorizada de Carson


decidi dejarse el pelo tan largo como estaba. El pobre mayordomo, que no
tuvo ms remedio que observar el aseo de su seor sin poder intervenir,
aguant estoicamente y aprovech para deshacer el poco equipaje que este
haba trado y prepararle una camisa y unos pantalones limpios.
Carson.
S, seor Verlen?
Se ha deshecho de mis viejos pantalones de lana? le pregunt
cuando sali del bao envuelto en su batn.
No, seor. Usted amenaz con estrujarme el pescuezo si lo haca le
record con suma naturalidad.
Fantstico. Necesitar que me prepare un par para maana, y una de
las camisas que utilizo cuando hago mis pruebas.
De acuerdo, seor. Va a volver a ausentarse? Al escuchar la
peticin de Verlen, Carson haba dado por hecho que este volva al molino
o que iba a visitar una de sus fbricas.
No, Carson. Voy a quedarme aqu.
El mayordomo no logr dominar sus cejas, que se levantaron
sorprendidas. A pesar de los aos que llevaba trabajando para Bradshaw
Verlen su seor todava tena el don de sorprenderlo, aunque la mayora de
veces lograba ocultarlo.

Por supuesto, seor... Se despidi con una leve inclinacin de


cabeza y abandon un tanto confundido el dormitorio.
Recin vestido y afeitado, Bradshaw se tumb en la cama unos minutos
para pensar. En el baile de Darius Postgate haba tenido el fuerte
presentimiento de que el destino lo acechaba para ajustar cuentas con l,
pero ahora saba que se haba equivocado.
No era un hombre supersticioso, y sin embargo jams haba podido
negar que la noche que muri su padre sinti algo fro y cortante
deslizndose por su interior. Un presagio. El mismo que haba sentido en
el baile de Darius, o este segundo haba sido distinto?
Tena que serlo.
La noche que muri su padre lo cambi para siempre. Para mal. Conocer
a Kate no iba a afectarle del mismo modo. La presin que tena en el pecho
aument y se sent en la cama para sacudrsela de encima.
Kate no tena nada que ver con la jugada que le tena preparada el
destino. Kate ni siquiera saba quin era l en realidad.
Y de momento no iba a saberlo, decidi justo entonces.

La carta del abuelo deca justo lo contrario de lo que Katherine haba


deseado con todas sus fuerzas que dijese. El banco haba decidido ejecutar
la deuda en la fecha prevista y, si ellos no podan satisfacerla a tiempo, la
venderan a cualquiera de los distintos inversores que al parecer ya se
haban interesado por las tierras del ducado de Leicester.
Katherine reley en vano las palabras de su abuelo una y otra vez con el
absurdo deseo de que se transformaran ante sus ojos. El banco, le explicaba
el abuelo, estaba dispuesto a dejarles vivir en la mansin hasta entonces,
pero tendran que abandonarla en cuanto llegase el nuevo propietario. El
abuelo, sigui leyendo Katherine entre lgrimas, le deca que no se
preocupase, que todo el mundo estaba resignado y que, pasara lo que
pasase, saldran adelante en otro lugar.
Pero Katherine saba que era mentira; el abuelo se morira si tena que
poner un pie fuera de esa casa. Las flores se marchitaran. Las cosechas por
las que haban luchado tanto ltimamente se perderan. Los caballos
acabaran pereciendo en los bosques o en manos de algn desaprensivo. La
familia Rogers tendra que mudarse a otra parte. Ralph tal vez no podra
casarse con Meredith, el pequeo Stuart jams aprendera...

Deja de leer esa carta la ri su madre. Ya no tienes de qu


preocuparte aadi, cual gato que se ha comido al canario.
Cmo puedes estar tan tranquila, madre? Dobl la carta con una
mano y cerr el puo de la otra, furiosa.
Lionel Postgate no tardar en pedirte la mano en matrimonio.
Tal vez no me case con Lionel. Katherine intent evitar que le
temblase la voz pero Adela se dio cuenta y la mir desconfiada.
Por qu lo dices? La mir desafiante. Has hecho algo para
disuadirlo? Enarc una ceja y con el abanico que sujetaba en una mano
se golpe los nudillos de la otra.
No, madre. Solo lo digo porque no he visto a Lionel desde la otra
noche.
Adela le sonri a su hija y se apart.
Es normal que ests nerviosa, querida le dijo ahora en otro tono,
pero te aseguro que ese joven no va a echarse atrs.
No, supongo que no convino Katherine.
Est impaciente por ser duque.
Cundo volvers a verlo? Creo recordar que al despedirse mencion
algo al respecto continu Adela.
Maana por la noche. Me pregunt si bamos a asistir al baile de los
Riverton, y cuando se lo confirm me dijo que entonces l no se lo perdera
por nada del mundo.
Perfecto. Le dir a Sarah que te prepare el vestido color burdeos, te
sienta maravillosamente bien.
S, madre. Gracias.
Adela volvi a acercarse a su hija y la sorprendi acaricindole el rostro.
S que crees que tengo una visin muy mercenaria del matrimonio,
pero creme, es mejor as. Si t y tu esposo tenis los mismos valores te
ahorrars muchas decepciones, Katherine.
S, madre consigui decirle tras tragar saliva. Creo que ir a
acostarme un rato antes de la cena. Maana ser un da importante.
Adela la despidi con otra sonrisa mientras le deca que ira a
despertarla en unas horas. Katherine asinti y subi la escalera que
conduca a su dormitorio. No not que estaba temblando hasta que lleg a
la mitad. Afloj los dedos de la mano derecha y la carta del abuelo cay al
suelo. Se agach para recogerla y se la guard en el bolsillo. Apenas poda
contener la rabia, se senta como el da que se enter de que su padre haba

perdido toda la fortuna de la familia; engaada, estafada. Dolida.


Respir hondo y subi los peldaos que le faltaban para llegar arriba. Ya
tendra que estar acostumbrada. Haba partido de Irlanda rumbo a Nueva
York con el nico propsito de encontrar un marido rico que pudiera
salvarlos. Haca meses que saba que iba a contraer un matrimonio de
conveniencia y hasta unas horas atrs estaba resignada. Incluso vea esa
clase de futuro con algo de alivio.
Ahora no.
Ahora estaba furiosa con los bancos de Irlanda por no aplazar el pago de
la deuda. Estaba furiosa con su difunto padre por haber sido un estpido y
haber malgastado la fortuna de la familia por una mujer que al final no lo
haba apoyado. Estaba furiosa con su madre por no decirle que el amor
vala ms que el dinero y que no le importaba irse a vivir a una pequea
casa en el campo si ella era feliz. Estaba furiosa con Lionel Postgate por
ser el candidato perfecto para solucionar sus problemas.
Y estaba furiosa con Bradshaw por haberse tropezado con ella y haberle
sonredo.
Maana iba a dejarlo plantado.
No tena ms remedio.
Abri la puerta de su dormitorio y se qued dormida de tanto llorar.
Los sueos que jams llegan a soarse del todo son los peores.

5
No va a venir dijo Bradshaw en voz alta mientras paseaba de un
lado al otro del diminuto parque.
Se haba afeitado la barba, pero eso era lo nico que haba cambiado de
su aspecto respecto al da anterior. Y la ropa limpia, por supuesto. Llevaba
unos sencillos pantalones de algodn marrn, una camisa blanca cubierta
por un grueso jersey negro como los que utilizaban los estibadores del
puerto, y el mismo abrigo rado de ayer. No haba cogido los guantes ni el
sombrero, a pesar de la insistencia de Carson, pero s una bufanda tambin
negra que ahora le estaba asfixiando.
Haca fro y l, sin embargo, tena calor de lo enfadado que estaba
consigo mismo. Tendra que haberle preguntado dnde trabajaba.
Y qu haras ahora si lo supieras? Ir a buscarla?
S, por supuesto que s. Kate no le haba dado plantn. Tena que haberle
sucedido algo; quiz su seora la haba reido por lo de las flores y no la
haba dejado librar en su da de fiesta.
Pero ella me dijo que no pasaba nada.
Bradshaw se sent en un banco de piedra evitando el charco que haba
formado la nieve en un extremo y se oblig a plantearse la posibilidad de
que Kate no acudiese a su cita sencillamente porque no quera.
Ayer l pareca un loco. Era normal que ella hubiese cambiado de
opinin. Tendra que haberle dicho la verdad, si le hubiese dicho quin era
realmente entonces ella... le habra tratado como el resto del mundo.
Solt el aire despacio por entre las manos y se puso en pie. Lo mejor
sera volver a casa y ponerse a trabajar. Si quera terminar el diseo del
nuevo prototipo y probarlo antes de que abriese la nueva fbrica no poda
perder ni un segundo ms.
Se levant y gir decidido, pero choc de bruces contra Kate.
Oh, lo siento farfull ella apoyando las manos en el torso de l.
Tenemos que dejar de encontrarnos as contest Bradshaw a pesar

de que no le importaba lo ms mnimo volver a tener a Kate en brazos.


Lo siento repiti ella apartndose.
No te preocupes insisti al comprobar que Kate evitaba mirarlo.
Crea que no ibas a venir.
No iba a venir.
La franqueza de ella logr enmudecerlo. Cundo haba logrado alguien
sorprenderlo por ltima vez?
Pero has venido se escap de sus labios.
Kate por fin levant la vista y se atrevi a mirarse en los ojos de
Bradshaw.
No quieres saber por qu no iba a venir?
No contest l de inmediato. Por supuesto que quera, pero saba
que no sera prudente recordrselo. Quieres contrmelo?
No. Se frot nerviosa las manos y se balance sobre sus talones. No
quera pensar en los motivos por los que no deba estar all, en la vida que
la estaba esperando.
Vamos, quiero ensearte algo.
Bradshaw coloc una mano encima de las dos de Kate y tir de ella.
Haba tomado la decisin en un impulso, justo cuando sospech que Kate
iba a decirle que tena que irse. Esquivaron a un chico que venda
peridicos y a una pareja que estaba paseando, y Shaw not el instante
exacto en que Kate se relaj y descart la idea de abandonarlo, porque
suspir y solt las manos para entrelazar los dedos de una con los de l.
Bradshaw sonri como un idiota. Era la segunda vez que lo haca desde
que la haba conocido.
Adnde vamos?
A un cementerio.
Kate clav los talones en el suelo pero solo logr que Bradshaw
aminorase la marcha.
Vas a llevarme a un cementerio?
Nosotros no tenemos Hyde Park. Adems, hace aos que no entierran
a nadie all. Te gustar, ya lo vers.
No soy inglesa aclar ella soltndose. No iba a dar un paso ms
hasta que l le diese una explicacin.
Bradshaw se detuvo, arque una ceja y la mir ofendido.
Lo s, eres irlandesa. Le tendi la mano, por incongruente que fuera
le resultaba extrao no tocarla. Kate estaba probablemente ms confusa

que l, pero coloc los dedos encima de los de Bradshaw y este reanud la
marcha. Dicen que algn da tendremos un parque le explic
omitiendo que si el proyecto se materializaba l hara una importante
donacin.
Cmo sabes que soy irlandesa?
Por el acento. Es distinto.
Kate sonri y l fingi no darse cuenta.
S que lo es, pero la mayora de gente de aqu no se da cuenta.
La mayora de gente no se fija en lo que tiene delante de las narices
sentenci l. Cundo llegaste a Nueva York?
Hace unos das.
A Bradshaw no le pas por alto la falta de concrecin y se oblig a no
preguntarle si iba a quedarse o si iba a volver a Irlanda. Y mucho menos
cundo.
Y qu te parece de momento?
La ciudad?
S, la ciudad le contest l con media sonrisa.
Menos distinta de lo que haba credo.
Entonces, Kate, es que no te han enseado Nueva York. Bradshaw
se detuvo en la esquina y ella hizo igual. Se miraron casi por primera vez
desde que ella haba chocado de bruces con l, y los ojos de los dos
brillaron sin disimulo.
Katherine notaba el corazn subindole por la garganta, cosquillas
recorrindole la espalda y un horrible nudo en el estmago. Este ltimo era
el nico que le obligaba a recordar que solo poda quedarse esa tarde con
Bradshaw. Esa tarde era lo nico que iba a permitirse.
l se haba afeitado, la barba haba desaparecido por completo y volva a
tener el mismo aspecto entre triste y peligroso que la noche que lo vio bajo
la nieve. La cicatriz se le marcaba en el rostro cuando sonrea, y Kate tuvo
el presentimiento de que no lo haca muy a menudo. Llevaba el mismo
abrigo viejo que la tarde de las flores y debajo del cuello se intuan un
jersey negro y una camisa blanca.
Si pudiera levantara una mano y le acariciara el pelo.
Ella nunca le haba tocado el pelo a ningn hombre como Bradshaw y
solo con pensarlo sinti cosquillas en las yemas de los dedos. Kate afeitaba
en ocasiones a su abuelo y se le aceler la respiracin al imaginarse
haciendo lo mismo por Bradshaw.

Poda ver la escena en su mente. l con el pelo mojado sentado en una


baera...
Se sonroj y se humedeci nerviosa los labios.
Cierra los ojos le pidi l.
Ella los abri un poco ms.
Cierra los ojos, por favor.
Los cerr y respir despacio para calmar su corazn. No tendra que
haber acudido a la cita, pero Kate no quera pasarse el resto de la vida sin
tener un recuerdo de lo feliz que habra podido ser.
Ella hara lo correcto, aceptara la propuesta de Lionel Postgate y
salvara las tierras del ducado y la reputacin de la familia, quizs incluso
tendra suerte y su matrimonio sera agradable. Pero Lionel Postgate jams
llegara a ser su alma gemela. La voz de Lionel jams le erizara la piel.
Los ojos de Lionel jams le tocaran el alma. Los dedos de Lionel jams
temblaran al entrelazarse con los suyos, como hacan ahora los de Shaw.
El motivo por el que haba estado a punto de no reunirse con l esa
maana era que se haba pasado toda la noche viendo cmo Shaw se meta
para siempre en su vida.
Kate poda ver a Shaw montando a caballo por la colina que rodeaba su
casa en Irlanda. Poda verlo hablando con los campesinos, eligiendo las
nuevas cosechas, ayudndolos a cortar lea o a domar los caballos. Poda
verlo jugando al ajedrez con el abuelo, corriendo por el pasillo detrs de un
nio pequeo.
Poda verlos a los dos despertndose frente a la chimenea. Bradshaw y
ella haban nacido para estar juntos, en algn lugar del mundo, en algn
instante en el tiempo, tenan un futuro.
Y ella iba a arrancarlo de raz.
Tembl y suplic estar equivocada. Rez para que todo eso fueran
confabulaciones de su mente romntica y asustada por lo que estaba a
punto de hacer; venderse por dinero.
Rez para que Shaw encontrase al verdadero amor de su vida y fuese
feliz por los dos.
Shaw se detuvo y la sujet por la cintura.
Las manos de l se apretaron un segundo antes de soltarla, y despus las
coloc con delicadeza en los hombros de ella.
Kate poda sentirlo prcticamente pegado a su espalda. El aliento de
Shaw era caliente comparado con la fra maana y le acariciaba la mejilla

derecha.
Abre los ojos le pidi despacio.
Kate los abri y se qued sin aliento. Frente a ella haba efectivamente
lo que pareca un viejo cementerio, en el que ahora solo quedaban las
esculturas de unos ngeles, un par de bancos de piedra y unos almendros.
Uno de los bancos estaba encima de un montculo y detrs poda verse el
ro, el puerto y cmo Nueva York iba extendindose, naciendo de la nada.
Ven.
Bradshaw volvi a cogerla de una mano y la llev hasta el banco.
Es precioso susurr Kate.
Es Nueva York. Mi padre sola decir que aqu est el corazn de la
ciudad.
Y t dnde crees que est?
Bradshaw le solt la mano despus de dejarla sentada, y camin hasta
apoyarse en el tronco del rbol.
No creo que la ciudad tenga corazn, ni alma. La verdad es que dudo
que exista algn corazn de verdad. Se cruz de brazos y la mir a los
ojos.
Por supuesto que existe.
Cmo lo sabes? Las personas tomamos la gran mayora de nuestras
decisiones basndonos en nuestras necesidades ms egostas o en nuestras
ambiciones. El corazn no interviene nunca, as que dudo seriamente que
exista.
Suenas muy cientfico le aguant la mirada e intent contener el
escalofro que le haban causado sus palabras y cnico. Mi padre te dira
que la vida terminar dndote una leccin.
Shaw se rio.
Eso seguro. Lo siento, este lugar es mi rincn preferido de Nueva
York, pero al mismo tiempo me trae malos recuerdos y me pone de muy
mal humor. Tal vez no tendra que haberte trado aqu aadi para s
mismo.
No. Kate se levant y se acerc a l. Me alegro de que me hayas
trado. Puedo preguntar por qu te trae malos recuerdos?
Shaw se apart del rbol y se acerc a la parte ms alta del montculo.
Dej la mirada perdida y apret en un gesto inconsciente la mandbula.
La ltima vez que mi padre y yo estuvimos aqu discutimos. l muri
la maana siguiente.

Oh, lo siento.
Shaw se encogi de hombros sin decir nada. A Kate le habra gustado
acercarse a l y abrazarlo, pasarle la mano por la espalda hasta enredar los
dedos en los mechones de pelo que le cubran la nuca, pero no era tan
valiente.
Sin embargo, la necesidad de consolar a Shaw la oblig a hacer algo.
Mi padre muri hace unos aos. Tom aire. Se suicid.
Bradshaw se dio media vuelta de inmediato y la mir de nuevo a los
ojos. No dijo nada y ella le vio abrir y cerrar los dedos de las manos.
Es la primera vez que lo digo en voz alta aadi trmula.
Un instante despus de decir la ltima palabra estaba en los brazos de
Bradshaw. l la peg a su torso y la envolvi con su cuerpo como si
quisiera protegerla de aquel horrible recuerdo. Coloc una mano en la
cintura de ella y la otra en la nuca.
Y no dijo nada; dej que Kate lo abrazase sin ms.
Era exactamente lo que ella necesitaba. Saber que no estaba sola, que
tena alguien a su lado que la apoyara sin cuestionrselo, sin hacerle
ninguna pregunta.
Sin temer al escndalo.
Por eso habis venido a Nueva York adivin l a medias.
S.
No te preocupes le acarici el pelo. Todo va a salir bien.
Kate, que hasta entonces haba mantenido los brazos entre su cuerpo y el
de l, se dijo que aunque solo fuera una vez en la vida se mereca abrazarlo
de verdad. Desliz las manos por encima del abrigo y las dirigi a los
hombros de Bradshaw.
Inhal hondo; el olor a invierno, nieve y limn siempre le haran pensar
en l.
Si no lo soltaba y se iba de all ahora mismo terminara contndole toda
la verdad.
Y entonces l se sentira engaado, utilizado, y la mirara con desprecio.
Afloj los dedos uno a uno y roz con la mejilla el torso de Bradshaw. Se
apart despacio y cerr los ojos para contener las lgrimas que aparecieron
sin avisar.
No llores, Kate. Le coloc un dedo bajo el mentn y le levant el
rostro. Con el pulgar captur una lgrima y a ella se le detuvo el corazn al
notar la piel de Bradshaw rozndole la mejilla.

Yo balbuce tengo que irme.


l frunci el entrecejo y no afloj el brazo con el que le rodeaba la
cintura.
Tengo que irme... repiti Kate bajando la mirada. Me estn
esperando.
Bradshaw se apart un poco antes de hablar.
Tu madre est en la misma casa que t? le pregunt.
S, por supuesto contest sin pensar, y cuando lo hizo record que
l crea que trabajaba como doncella de una dama. Tena que irse de all
cuanto antes, unos segundos ms y le confesara toda la verdad.
Cundo podr volver a verte?
No lo s. Se apart, y esta vez Bradshaw se lo permiti. Es
complicado.
l la mir a los ojos y se pas las manos por el pelo. Qu estaba
pensando que lo tena tan alterado?
Renete conmigo maana.
No s si podr, Shaw. Le gustaba decir su nombre, la haca sentirse
ms cerca de l. Lo siento, pero tengo que irme. Me estn esperando.
l la cogi de la mano (a ella le daba un vuelco el estmago cada vez
que l la tocaba) y camin en direccin a la calle.
Entiendo que no quieras decirme dnde trabajas o cunto tiempo ms
vas a quedarte en la ciudad. Bradshaw habl rpido y sin mirarla. Se dijo
que era porque iba delante para protegerla del fro, pero en realidad era
porque no quera que Kate viese lo furioso y dolido que estaba.
Haces bien, prcticamente soy un desconocido.
Shaw, no es eso intent asegurarle sin aliento.
Lo nico que te pido es que volvamos a vernos. Se plant en medio
de la calle y le hizo seas a un carruaje. El vehculo se acerc a ellos y
Shaw se acerc a hablar con el cochero. No me digas adnde vas, le he
dado dinero de sobra al cochero para llegar a cualquier parte de la ciudad.
Y le he dicho que si te ocurre algo ir a verle personalmente. Solo
dime que volveremos a vernos.
Le abri la puerta del carruaje y esper.
Est bien acept porque su corazn se neg a hacer lo contrario.
Dentro de dos das, por la maana. En el parque.
De acuerdo. Le sonri y la ayud a entrar. Sujet la puerta abierta y
la observ mientras se sentaba. S que hoy has estado a punto de no

venir, y s que al principio ibas a irte. Ella se sonroj pero no le corrigi


. Gracias por quedarte.
Gracias por haberme enseado el corazn de Nueva York.
Bradshaw asinti y empez a cerrar la puerta. Se detuvo y la mir a los
ojos. Qu escondan? Qu era peor que el suicidio de su padre?
Ven. Por primera vez en su vida Bradshaw se atrevi a correr el
riesgo de ponerse en una situacin donde otra persona, Kate, poda hacerle
mucho dao. Dentro de dos das, ven. Ocurra lo que ocurra, aunque solo
sea para decirme que no quieres verme nunca ms. Ven.
Katherine sinti la mirada de Bradshaw colndose por los poros de su
piel hasta llegarle al alma. Cuando viera lo que se ocultaba en ella de
verdad se ira de all para siempre y no querra verla ms.
Vendr.
Cundo?
Al alba.
Uno de los caballos que tiraban del carruaje relinch y Bradshaw se
apart y cerr definitivamente la puerta.
Volvera a verla dentro de dos das. Al alba.

6
Katherine aguant la respiracin hasta que el carruaje gir la calle, y
cuando el aire volvi a deslizarse por su garganta fue para dar vida al nico
sollozo que se escap de sus labios.
Era injusto.
Solo haba compartido un paseo con Shaw y l ya poda ver en su
interior. Shaw era el primero que la consolaba sin decirle estupideces, el
primero que la haba abrazado sin esperar nada a cambio.
Y era el primer hombre que le paraba el corazn y le erizaba la piel. El
nico capaz de hacerla entrar en calor en medio de la nieve.
Era absurdo. Injusto y absurdo.
Por qu haba tenido que encontrarlo? Por qu ahora, cuando ya no
exista la posibilidad de estar juntos.
Dios, si ni siquiera poda contarle la verdad.
De nada servira volver a llorar. Lo mejor, lo nico que poda hacer era
olvidarlo y no acudir a su prxima cita.
Y prepararse para el baile de esa noche. Se le estaba acabando el tiempo.
Record la carta de su abuelo y se sinti culpable porque durante un
segundo se haba planteado seriamente la posibilidad de seguir conociendo
a Shaw hasta enamorarse de l.
Porque se enamorara, perdida, absurda y eternamente.
Cerr los dedos hasta clavarse las uas en las palmas y respir hondo.
Ya hemos llegado, seorita.
Las palabras del cochero la hicieron reaccionar y afloj despacio las
manos. El hombre le abri la puerta y esper solcito a que saliera.
Gracias farfull Katherine.
En aquel preciso instante apareci Sarah en la entrada de la mansin de
los Rochester.
Menos mal que ha vuelto, seorita le dijo corriendo hacia ella.
Sucede algo?

Su madre la est buscando. Le he dicho que no se encontraba bien.


Katherine iba a contestar a su doncella pero se dio cuenta de que el
cochero segua all en medio de la calle.
Sucede algo, seor? De repente comprendi qu pasaba. Si se
espera aqu un segundo ir a buscar su dinero.
Tal vez Shaw no haba podido darle suficiente.
No, seorita, no. Levant las manos para detenerlas y la mir con
los ojos bien abiertos. No se preocupe por eso.
Katherine se qued ms confusa que antes.
Entonces, necesita algo?
No, le ruego que me disculpe repiti. Que tenga un buen da.
El hombre se subi al carruaje y se fue. Si Katherine no hubiese estado
tan preocupada, quizs habra atinado a hacerle otra pregunta, una
relacionada con Shaw, pero se sujet la falda y subi los escalones detrs
de Sarah.

Despus de despedir a Kate y de dejarla en aquel carruaje, Bradshaw


volvi al cementerio y se sent en el banco de piedra que haba ocupado
ella antes. Dej vagar la vista por el paisaje y busc las diferencias entre la
ciudad que tena delante y la que recordaba haber visto con su padre.
El paso del tiempo haba cambiado el paisaje pero no el dolor que senta
l por lo sucedido aos atrs.
Gracias a lo peor que le haba sucedido en la vida estaba ahora donde
estaba. Bradshaw sinti que se desgarraba por dentro. Nunca lograra
reconciliar esos dos mundos; si su padre no hubiese muerto, l no sera
quien era ahora. Si su padre siguiera vivo, probablemente l sera estibador
en el puerto o trabajara en una fbrica, pero no las construira. Y no sera
capaz de dibujar ninguna de las mquinas que ahora dibujaba y construa.
Sus creaciones mecnicas seguiran siendo un galimatas en su mente.
Y si su padre siguiera vivo, pens tras soltar el aliento, no podra ayudar
a Kate.
Cuando volviera a verla dentro de dos das se lo dira, le dira que era
rico y que poda cuidar de ella y de su madre, que no haca falta que las dos
trabajasen en la mansin de un rico malcriado. Le enseara sus inventos y
le explicara que haba ganado una autntica fortuna con ellos.
Bradshaw saba que Kate le estaba ocultando algo, probablemente

relacionado con el suicidio de su padre, y estaba dispuesto a esperar a que


se lo contase. l haba experimentado en su propia piel lo cruel que puede
llegar a ser el mundo con la gente que cae en desgracia, e Irlanda era una
tierra muy catlica; seguro que en el pueblo de Kate un suicidio no haba
sido bien recibido. Se le revolvi el estmago al pensar en que tal vez a
Kate le haba sucedido algo peor, y tuvo que contenerse para no salir en
busca del cochero que la haba llevado a su casa y exigirle que le dijese
dnde estaba. Shaw senta la incomprensible necesidad de proteger a Kate,
de decirle que no le importaba lo que le hubiese sucedido en Irlanda, l,
que nunca se fijaba en nadie y que nunca haba sentido nada, se mora por
abrazar a una mujer prcticamente desconocida pero que le haba llegado
al alma y le haba despertado hasta el ltimo centmetro de piel.
Se oblig a tranquilizarse, a respirar hondo. Si quera conocer el pasado
de Kate tena que estar dispuesto a hacer lo mismo con el suyo.
Tena dos das para pensar cmo iba a contarle la verdad.
Dos das para echarla de menos y ver si su rostro se borraba de su mente
como le suceda siempre con el resto del mundo.
Podra averiguar para qu familia trabaja, pens.
Lo descart de inmediato. Por supuesto que poda, bastara con que diese
la cantidad de dinero necesaria a la persona justa, pero ya le estaba
mintiendo y no quera traicionarla tambin de esa manera.
Por mucho que sus entraas le gritasen que se dejase de estupideces y la
buscase de inmediato.
Era la primera vez en la vida que Bradshaw senta el deseo de cuidar de
otra persona..., de cuidarla y de arrancarle la ropa para poseerla y perderse
dentro de ella. Se movi en el banco de piedra porque empez a excitarse.
Ridculo.
Inevitable.
Se puso en pie y mir el cielo.
Dos das.
Cmo diablos iba a resistir la tentacin de ir a buscar a Kate?
Trabajando. Era la nica opcin. Su trabajo era lo nico capaz de ocuparle
la mente y distraerlo de las preguntas que flotaban alrededor de la mujer
que en menos de unas horas se le haba metido en el alma.
Se supona que esa noche tena que asistir a un baile, se lo haba
prometido a Darius, pero se vea incapaz de soportar otra velada ms en
compaa de esa gente. Darius tendra que aparselas sin l.

Le mandara una nota en cuanto llegase a casa y le dira que ya se veran


al da siguiente por la maana. Esa noche no estaba de humor para aguantar
a Lionel Postgate o a sus secuaces, y tampoco a las mams casamenteras
que solo lo vean como un fajo de dinero; s, no les importara casar a una
de sus hijas con l, pero eran incapaces de tratarlo como a un igual.
Despreciables.
Desvi la vista hacia las siluetas de los edificios y un tejado capt su
atencin.
Por fin!
Esa era la forma exacta que necesitaba para terminar su ltimo diseo.
Solt el aliento entre las manos y volvi a casa. Tena que coger el plano
y terminarlo cuanto antes.
Dos das. Quiz si terminaba el nuevo motor no ira en busca de Kate.

Kate estaba con su madre y lady Rochester en uno de los salones de la


mansin donde se celebraba el baile al que haban asistido esa noche.
Haba bailado dos valses con Lionel Postgate y a juzgar por cmo los
miraban los miembros de la aristocracia neoyorquina ya los consideraban
comprometidos.
Mi sobrino est encantado contigo le dijo lady Rochester. Hacis
muy buena pareja.
Gracias, es usted muy amable.
Kate intent sonrerle a la dama y, aunque al final lo logr, le cost
muchsimo. Lionel la haba sujetado como si tuviese derecho a hacerlo,
como si fuese una yegua muy cara que acababa de comprar y quisiera
exhibirla.
Cuando le puso una mano cerca de la cintura para bailar, a Kate se le
hel la sangre y tuvo que contenerse para no fulminarlo con la mirada y
exigirle que se apartase.
Le molestaba que la mano de Lionel estuviese en el mismo lugar que
haba estado la de Shaw, tena miedo de que borrase su caricia.
Si segua adelante con su plan, y tena que seguir, dentro de poco Lionel
Postgate tendra derecho a tocarle mucho ms que simplemente la cintura
mientras bailaban un vals.
Sinti un escalofro.
Te sucede algo, querida? le pregunt su madre.

No, madre, solo estoy un poco cansada.


Adela sonri a su amiga, lady Rochester, antes de empezar a hablar:
Creo que ser mejor que Katherine vaya a acostarse. Maana ser un
da muy importante aadi en voz baja.
Lady Rochester le devolvi la sonrisa y la mirada de complicidad.
S, tienes razn. Pedir que os lleven a casa. Lord Rochester y yo
vamos a quedarnos un poco ms, si no os importa.
Por supuesto que no contest Adela besando la mejilla de su amiga.
Katherine y su madre se despidieron de los anfitriones del baile y
mientras esperaban su carruaje en la entrada de la mansin Darius Postgate
se acerc a ellas.
Buenas noches, lady Kildare, lady Ashe las salud con una leve
reverencia. Ya se retiran? Confiaba en tener el placer de hablar un poco
ms con las dos.
S, milord, Katherine est cansada. Hoy ha sido un da de muchas
emociones contest lady Kildare.
S convino Darius, eso tengo entendido.
Su carruaje las espera, seoras los interrumpi un lacayo.
Buenas noches, milord. Seguro que pronto tendremos oportunidad de
conversar le dijo Adela a Darius con una sonrisa.
Darius le bes los nudillos y la ayud a subir al carruaje cuya puerta
mantena abierta uno de los mozos de las caballerizas.
En cuanto se asegur de que lady Kildare estaba bien sentada, y de que
no poda orlo, Darius se acerc a Katherine.
Se encuentra usted bien, lady Ashe?
Perfectamente afirm tras carraspear, gracias, milord.
Darius le tendi una mano y cuando Katherine la acept la acompa
tambin hacia el carruaje.
Mi hijo me ha dicho que vendr a verla maana, lady Ashe. Dieron
un par de pasos ms. Supongo que sabe cul va a ser el motivo de su
visita.
As es, milord.
Y supongo que est de acuerdo.
As es, milord repiti.
Entiendo. Se detuvieron ante la puerta y Darius mir a Katherine.
Ella pens que l iba a decirle algo ms, pero al final sencillamente asinti
. Buenas noches, lady Ashe.

Buenas noches.

Katherine se pas la noche despierta. Repas en su mente todos los


motivos por los que tena que aceptar la proposicin de matrimonio de
Lionel Postgate. Y el nico motivo por el que no poda aceptarla.
No lo quera y despus de conocer a Bradshaw tena el presentimiento de
que jams llegara a enamorarse de l.
Curioso, antes de conocer a Bradshaw se haba resignado a casarse sin
amor. Ahora, si bien era cierto que todava no estaba enamorada de Shaw,
esa opcin le pareca una atrocidad.
Pero no tena eleccin. No poda arriesgar el futuro de todo un pueblo
solo por la posibilidad de que ella y Bradshaw llegaran a amarse. Si tuviese
tiempo, tal vez podra encontrar el modo de reunir el dinero suficiente para
salvar las tierras, o quiz podra convencer al banco de que no ejecutasen la
deuda, pero tiempo era otro tesoro del que careca.
O se comportaba como una egosta y pensaba solo en ella, o haca lo
correcto y se casaba con Lionel Postgate, salvaba el patrimonio de su
familia y a su amado pueblo, y se olvidaba de lo que poda o no poda
llegar a sentir por Bradshaw, y l por ella.
Durante un segundo pens que tal vez habra sido mejor no haber
encontrado a Bradshaw y no haber hablado nunca con l, pero descart la
idea al instante.
Al menos tena un buen recuerdo. l la haba abrazado y le haba
susurrado que todo iba a salir bien.
Se pasara el resto de la vida recordndolo.

Lionel Postgate lleg a la mansin de sus tos, lord y lady Rochester, a


las once y media de la maana acompaado de su padre. Katherine y su
madre estaban en el saln rosa cuando los dos hombres entraron y les
desearon buenos das.
Lady Rochester se levant del sof y fue a saludar afectuosamente a su
hermano Darius.
Darius, no te esperaba.
Lionel me ha pedido que lo acompaase, Petunia.
Petunia levant una ceja pues saba perfectamente que entre su hermano

y el hijo de este no exista una buena relacin.


He pensado que sera bueno que padre estuviese aqu, ta le explic
Lionel a Petunia tras darle un beso en la mejilla. Podra quedarme a
solas con lady Ashe unos minutos, lady Kildare?
La madre de Katherine sonri y se puso en pie.
Por supuesto. Se detuvo junto a Katherine y le dio un beso en el
pelo. Estaremos en el jardn.
Lord Rochester inici una conversacin con Darius y lady Rochester
cogi a lady Kildare del brazo mientras se dirigan hacia el balcn que
conduca al exterior.
En cuanto se quedaron a solas, Lionel se acerc a Katherine y se sent en
el sof al lado de ella.
Katherine, tengo entendido que la situacin financiera de vuestra
familia en Irlanda ha empeorado.
Cmo lo saba? Tena que negrselo?
S, as es le confirm a pesar de que tuvo la certeza de que no haca
falta.
Yo necesito volver a Inglaterra cuanto antes le dijo sin ms.
Ninguno de los dos queremos alargar nuestra estancia en Nueva York y
creo que ambos nos entendemos a la perfeccin. No voy a engaarte
dicindote que me he enamorado perdidamente de ti, y te aseguro que no
espero eso de ti.
Y qu esperas?
Espero tener una buena anfitriona, una perfecta dama a mi lado. Te
proporcionar todo el dinero que necesites para saldar las deudas que dej
tu padre y establecer una cantidad mensual para ti y para la finca de
Irlanda. Pero viviremos en Londres.
Quieres que vivamos juntos? le pregunt tras tragar saliva.
Es negociable.
Qu ms?
Puedo darte un ao de plazo reconoci tras pensarlo. Podemos
casarnos aqu y partir rumbo a Inglaterra. Nos estableceremos en Londres y
tras un par de meses, si quieres, puedes irte a Irlanda.
No quieres tener hijos? se oblig a preguntarle.
De momento no. Creo que podemos esperar un tiempo. A no ser que
t sientas especial deseo por ser madre de inmediato, estoy de acuerdo en
revisar este punto cuando cumplamos un ao de casados.

No se humedeci los labios, yo tambin creo que es mejor


esperar. Apret los dedos y lo mir a los ojos. Quiero vivir en Irlanda,
te acompaar a Londres como dices, pero luego me ir a Irlanda.
Perfecto. Entonces, creo que mi padre y yo resolveremos el resto de
detalles con tu madre. Se frot las manos y se puso en pie para sacar una
cajita del bolsillo del chaleco.
Lionel empez Katherine antes de perder el valor, me ests
ofreciendo un matrimonio de conveniencia?
Lionel sac un anillo de un saquito de terciopelo y lo sujet entre dos
dedos de la mano derecha.
Tienes que llevar el anillo de compromiso de mi madre. Cogi la
mano de Katherine y desliz el anillo sin ninguna emocin. Y a ella
tampoco le despert ninguna. Nos casaremos dentro de dos semanas, as
podremos partir rumbo a Inglaterra en el prximo barco.
Se puso en pie y se dirigi hacia el ventanal que conduca al jardn.
Entrelaz los dedos en la espalda y mantuvo la mirada fija en el horizonte.
Era un hombre muy atractivo pero desprenda tanta frialdad que a
Katherine se le helaba la sangre solo con mirarlo. No era la clase de
frialdad que desprende alguien herido por el amor, o alguien reticente a
arriesgar su corazn, sino la clase que nace del egosmo y de la
determinacin de no ceder nunca ante ninguna emocin.
En cuanto a qu clase de matrimonio te estoy ofreciendo, Katherine,
creo que podramos definirlo como prctico.
Prctico? repiti la palabra al mismo tiempo que l se gir para
mirarla.
Prctico. Yo tengo una amante en Londres confirm sin ms,
aunque estoy convencido de que la seorita Julienne habr aprovechado mi
ausencia para buscarse un benefactor menos viajero. No reanudar mi
relacin con ella, ni con ninguna otra dama de su profesin, mientras ests
en Londres conmigo. Y espero que t hagas lo mismo.
A Katherine se le revolvieron las entraas a pesar de que saba que no
tena motivos, ni derecho, a hacerse la ofendida.
Y cuando vivamos separados? le pregunt apretando de nuevo los
dedos.
Una vez que haya nacido nuestro primer hijo, no tendr ningn
problema en que te distraigas un poco. Siempre que seas discreta, por
supuesto.

Y t tambin vas a distraerte?


Lionel la fulmin con la mirada y Katherine dese haberse mordido la
lengua.
Ve con cuidado, lady Ashe le advirti Lionel con frialdad.
Necesitas mi dinero, yo puedo elegir. Puedo esperar y casarme dentro de
unos meses con otra noble arruinada. Creo que estoy siendo ms que
generoso contigo y con tu familia. Yo puedo cuestionarte a ti, t a m no.
Entendido?
El corazn le golpe las costillas y tuvo que tragar saliva para
responderle.
Entendido.
Entonces le sonri. Una sonrisa de oreja a oreja que cualquiera que la
viera definira como la sonrisa de un seductor.
Pero Katherine saba la verdad; era la sonrisa de un zorro que sabe que
tiene atrapado a un conejo en su madriguera y se dispone a jugar con l
antes de matarlo.
No solo no iba a ser feliz, iba a ser sumamente desgraciada. Lionel
Postgate presumira de ella como de un trofeo y despus le recordara que
sin l el patrimonio de su familia habra desaparecido. Y la hara pagar por
ello.
Ir a buscar a mi padre y a tu madre. Tenemos que empezar a planear
la boda, seguro que se alegrarn mucho de verte tan contenta. No es as?
Le coloc una mano en la cintura y apret los dedos.
Por supuesto que s, Lionel.

7
Katherine
Voy a casarme dentro de un mes.
Est decidido.
Dentro de dos semanas celebraremos una cena de compromiso y nos
casaremos dos semanas ms tarde. No podemos celebrar la cena de
compromiso antes porque Darius, mi futuro suegro, tiene que ausentarse de
la ciudad unos das. Lionel no va a acompaarlo, prefiere quedarse en
Nueva York y empezar a preparar su mudanza definitiva a Londres.
Qu he hecho?
Lo que tena que hacer, lo s, pero siento una garra apretndome el
pecho que no me deja respirar. Me sudan las manos. Me palpita el corazn.
Y en mi mente no dejo de ver el rostro de Shaw dicindome que pasara
lo que pasase quera verme una vez ms. Aunque fuera para decirle que era
la ltima. Una ltima vez para despedirnos.
Casarme con Lionel va a concederme todo lo que necesito; voy a poder
salvar las tierras de Irlanda. El abuelo no perder su hogar ni sus caballos.
Y las familias de Kildare podrn mantener sus casas, sus sueos.
Solo yo tengo que sacrificar el mo.
En realidad es absurdo, yo ya estaba completamente resignada a que este
iba a ser mi futuro.
Pero ha aparecido Shaw. S, el maldito destino ha decidido asomar las
narices en mi vida y demostrarme que hay cosas incontrolables, emociones
ineludibles, como el amor.
O el principio del amor.
Lionel se ha ido despus de asegurarle a mi madre que su ta, lady
Rochester, conoca las mejores tiendas y modistas de la ciudad y que ella
se encargara tambin de presentarle a la que iba a ser su consuegra. Entre
las tres, y con mi ayuda, por supuesto, podan organizar la boda que les

viniese en gana.
Ni mam ni lady Rochester me han prestado la menor atencin y han
empezado a hablar de flores, vestidos blancos y listas de invitados.
Yo me he retirado a mi dormitorio para escribir al abuelo y decirle que
la pesadilla ha acabado. Mi futuro suegro me ha dado una de sus tarjetas
para que la incluya en la carta y as el abuelo pueda ensearla en el banco.
El dinero llegar ms adelante, pero el nombre de Postgate detendr a los
acreedores.
Curioso lo que puede valer un nombre.
No dir que me siento como un preso condenado a muerte esperando su
sentencia, no sera justo para Lionel. Pero el pesar me impide alegrarme ni
siquiera un poquito. Y el llanto que estoy intentando contener va
avanzando dentro de m, carcomiendo hasta mis ltimos sentimientos.
Sarah me ayuda a desvestirme y me acuesto sin decirle nada. S que mi
nana est preocupada por m, pero si le cuento lo de Shaw no ser capaz de
seguir adelante.
La noche se cuela por entre las cortinas de mi ventana pero el sueo se
niega a visitarme. Me paso las horas intentando decidir si acudo a mi cita
con Shaw o le olvido para siempre.
No, no es cierto. Tengo la firme intencin de acudir a esa cita, necesito
verle una vez ms. Ser la ltima. Sencillamente pienso que si me paso la
noche fingiendo que me he planteado la posibilidad de no ir lograr calmar
la voz de mi conciencia.
Falta poco para que llegue el alba.
El corazn intenta latirme ms rpido, pero la presin que me ha
impuesto mi futura boda se lo impide. Voy a encontrar el modo de que deje
de sentir.
As ser menos doloroso.
Salgo de la cama y me visto con el mismo vestido gris paloma que
llevaba el da que Shaw me ense el corazn de Nueva York. l piensa
que soy una sirvienta, que trabajo para una familia adinerada. Ojal fuera
as. Jams he deseado tanto ser otra persona como ahora. Pero no lo soy y
pap ya rehuy de sus responsabilidades con la gente de Kildare; yo no
puedo hacer lo mismo. No puedo pensar en m, tengo que pensar en ellos.
Tengo que sacrificar a Shaw y la vida que tal vez habramos tenido
juntos.
Mi cruel, cruel imaginacin me tortura mostrndome imgenes de Shaw

en Irlanda, de los dos cogidos de la mano. De l escuchando mis historias


antes de acostarnos.
Me bastara con eso, y sin embargo no voy a tener nada.
Tengo el vestido abrochado, las botas puestas, la bufanda alrededor del
cuello, el pelo recogido y el abrigo y los guantes colgando del brazo. Abro
la ventana del dormitorio, por fortuna mi ventana est a la misma altura
que las fuertes ramas de un roble, y yo tengo mucha prctica trepando
rboles. La habitacin de mam est unas puertas ms abajo, al final del
pasillo, pero esta noche ha tomado cuatro copas de champn y seguro que
no vendr a verme. No viene nunca, pero hoy es imposible que se le pase
por la cabeza.
Desciendo con cuidado por las ramas y llego al suelo sin ningn
problema. Me sacudo los copos de nieve y las ramitas que se me han
pegado a la falda y me pongo el abrigo, la bufanda cubrindome la cabeza
y los guantes.
Y me alejo de all fingiendo que soy una ms de las doncellas que
caminan por esas calles rumbo a sus lugares de trabajo.
Le dir a Shaw que no quiero volver a verlo, que la familia para la que
trabajo vuelve a Irlanda. Que no quiero quedarme con l porque...
Le veo, est apoyado en la verja de acero negro que marca los confines
de una casa. Se protege las manos del fro mantenindolas en los bolsillos
y est tan concentrado que no me ha visto.
En qu estar pensando?
Me detengo y le observo, tengo la sensacin de que Shaw no permite que
nadie lo vea as. Arruga la frente como si estuviese intentando resolver un
problema sin solucin. Se me para el corazn. Soy yo ese problema? Tal
vez va a decirme que no quiere volver a verme y est buscando la mejor
manera de hacerlo.
Un carruaje pasa demasiado rpido por mi lado y me salpica. Suspiro
sobresaltada y Shaw levanta la cabeza al orme.
Me sonre y jurara que se le ilumina la mirada.
No voy a decirle que no puedo verlo nunca ms.
Hoy no.
Se aparta de la verja y camina hasta donde yo me he quedado
petrificada. Sus pasos son firmes y decididos y la gente que pasea por la
calle se hace a un lado para dejarle pasar. Saben que l no se detendr.
Nunca haba sido el objeto de una mirada tan intensa y el calor que se

extiende por dentro de mi cuerpo podra esclavizarme a l. Se detiene


frente a m y vuelve a sonrerme.
Hola lo dice en voz baja.
Veo que ha sacado las manos de los bolsillos y que las levanta despacio.
Va a tocarme, pero tras mirarme a los ojos se lo piensa mejor y las aparta
con los dedos cerrados.
Ests bien, Kate? Ha pasado algo?
Voy a llorar.
Voy a casarme con un hombre que probablemente ni siquiera sabe de
qu color son mis ojos y Shaw sabe que no estoy bien solo con verme.
S, estoy bien farfullo, pero al mismo tiempo le rodeo la cintura con
los brazos y me pego a l.
Shaw tarda unos segundos en reaccionar, el torso le sube y baja con
movimientos lentos y controlados; los msculos de los hombros se le han
tensado. El corazn se ha detenido un segundo y despus ha latido con
golpes contundentes.
Por fin suelta el aliento y me abraza. Me desliza una mano por la espalda
y con la otra me sujeta con firmeza la cintura. No me retiene, noto los
dedos apretndose y aflojndose encima de mi abrigo. Es como si se
estuviese conteniendo para no abrazarme tan fuerte como necesita y solo se
concede un segundo de esa intensidad.
Qu ha pasado?
Nada le digo pegada a su torso inhalando sin el menor disimulo el
calor que desprende. Tena ganas de verte.
Shaw me aparta de l despacio y me mira a los ojos. No me cree, s que
no me cree, pero va a fingir que s con la esperanza de que le cuente la
verdad tarde o temprano.
No lo har, y se me retuerce el estmago al pensarlo. Me obligo a
sonrerle y saco fuerzas de sus ojos que no paran de acariciarme.
Yo tambin.
Ahora la sonrisa se me fija en los labios con suma facilidad. Shaw tena
ganas de verme.
Tengo que volver dentro de tres horas le digo tras humedecerme el
labio inferior. No puedo correr el riesgo de quedarme ms tiempo. Mam
tal vez se pase toda la maana durmiendo, pero Sarah entrar en mi
dormitorio a las once, y quizs una de las doncellas de los Rochester lo
haga antes. Tengo que llegar antes de que la mansin se despierte.

De acuerdo... dice l observndome fijamente mientras sigue


acaricindome la espalda. Es una extraa mezcla; sus manos me
reconfortan y su mirada me pone nerviosa. Siento como si pudiera ver
dentro de m y adivinar que le estoy mintiendo.
Suelta la mano que tiene en mi cintura y lentamente la acerca a mi
rostro. Cierro sin darme cuenta los ojos a la espera de su caricia, pero Shaw
me coloca bien la bufanda y aprieta suavemente el nudo bajo mi mentn.
Abro los ojos y lo descubro sonrindome.
Vamos, seorita Irlanda, voy a ensearte algo. Me coge de la mano
y tira de m calle abajo.
Otro cementerio?
No le oigo sonrer, y ya te dije que haca aos que no enterraban
all a nadie. Si no me falla la memoria creo que en Pars y otras ciudades
del continente hay cementerios famosos.
Seduces as a todas las chicas, hablndoles de cementerios?
bromeo porque durante un instante me he olvidado por completo de las
mentiras y me he sentido como una chica cualquiera andando por la calle
con un hombre maravilloso.
Shaw se detiene de golpe, lo hace tan rpido que me tropiezo con su
espalda y tengo que sujetarme a su antebrazo para no perder el equilibrio.
Yo no seduzco a chicas, Kate. Levanta la vista y mira hacia la
distancia. Hace unos segundos estaba sonrindome y ahora est
completamente tenso. Suelta el aliento por entre los dientes y vuelve
hablar: Tengo que contarte algo muy importante, pero necesito ms de
tres horas.
Ests casado se me escapa por los labios antes de que pueda
evitarlo.
l abre los ojos atnito y ofendido.
No! Por supuesto que no! De dnde sacas eso?
Has dicho que era muy importante me justifico sonrojada.
Kate. Ahora s me acaricia la mejilla. No estoy casado, ni
prometido. Lo ests t? me pregunta con una sonrisa. Shaw est
bromeando, es evidente por cmo le brillan los ojos y por el modo en que
est deslizando el pulgar por mi pmulo.
No. Tengo que humedecerme los labios. Por supuesto que no.
Lo que quiero contarte tiene que ver con mi pasado me explica, y
tengo la certeza de que ha elegido cada palabra. Pero necesito ms de

tres horas para contrtelo, quiz la vida entera.


Hoy no puedo quedarme.
Hoy? Acaso voy a volver a verlo maana?
Lo s, me lo has dicho antes. Solo quera que supieras que yo no hago
esto con nadie y que, aunque s que me ests ocultando algo, me gustara
poder confiar en ti y que t confiaras en m.
Shaw, yo... balbuceo.
Ahora no. Me coloca un dedo en los labios. Todo a su tiempo.
Ahora voy a llevarte a conocer el barrio irlands de Nueva York. De
acuerdo?
Le rodeo el cuello con los brazos y le susurro al odo:
Gracias.
Durante un rato disfruto de los olores de mi hogar, de una rebanada de
pan de soda con mantequilla y de las risas de Shaw cuando le tomo el pelo
sobre varios platos de la gastronoma irlandesa. Abandonamos el local
donde hemos desayunado y Shaw camina a mi lado con las manos en los
bolsillos.
Tengo que irme me recuerdo a m misma en voz baja.
Shaw asiente y sin avisarme se lleva un par de dedos a los labios para
silbar y atraer la atencin de una carreta.
Sube, yo volver andando.
Se acerca tanto a m que la tela de mi falda roza sus piernas.
Nos vemos maana a la misma hora en el mismo lugar afirma en
voz baja mirndome a los ojos. Me sujeta el mentn con dos dedos y yo
soy incapaz de apartarme. No voy a besarte.
Levanto las cejas sorprendida y entonces me doy cuenta de que llevo
varios segundos aguantando la respiracin y humedecindome los labios.
No?
No repite, creo que intenta sonrer, pero a l tambin le cuesta
respirar y las pupilas le ocupan todo el interior de los ojos.
Por qu? me atrevo a preguntarle.
Porque te besar maana.

Bradshaw
Dejar subir a Kate a ese maldito carruaje me ha costado tanto como no

preguntarle qu diablos le haba pasado para llegar a nuestra cita con el


rostro completamente desencajado.
Ella ha intentado ocultrmelo y si no sintiese esa inexplicable conexin
con ella probablemente lo habra conseguido. Pero cuando la he visto en el
otro extremo de la calle he sentido que mis entraas se retorcan y exigan
a gritos que fuese a consolarla.
De qu? Por qu?
Una parte de m sigue pensando que lo mejor sera seguirla y averiguar
toda la verdad por mi cuenta. Otra parte, que por cierto est muy furiosa
con la primera, insiste en que Kate es un rompecabezas tan complejo y tan
delicado como mis mquinas. Si lo fuerzo o si me precipito se romper, y
no podr arreglarlo.
No, he hecho lo correcto. Si quiero que Kate confe en m, tengo que
confiar en ella. Y seguirla le demostrara justo lo contrario. Pero si tan
convencido estoy de que he actuado bien, por qu tengo ganas de
arrancarme la piel y gritar furioso?
Porque mi cuerpo necesita estar cerca de ella. Porque mi mente ya se ha
imaginado lo que ser tenerla en mis brazos. Porque al parecer todo el
deseo y la lujuria y la pasin que me he pasado la vida sin sentir han
despertado ahora por ella. Y no piensan volver a dormirse.
Maldita sea farfullo. Maldita sea.

8
Kate consigui trepar por el rbol, desnudarse y volver a meterse en la
cama sin que nadie se diese cuenta de que se haba ausentado durante unas
horas. Poda or los ruidos prevenientes del piso inferior, los pasos
silenciosos de las doncellas y los lacayos de los Rochester empezando sus
tareas. Cerr los ojos e intent calmar su corazn.
La promesa que haba visto en los ojos de Shaw no se lo permiti. Se
acerc una mano a los labios y los dibuj con el dedo ndice. l le haba
dicho que maana la besara.
Maana.
Iba a ser el primer beso de su vida. El nico. El ms deseado. El que
recordara hasta el fin de sus das... y no iba a permitir que Shaw se lo
diese. Porque si Shaw la besaba no iba a seguir adelante con la boda con
Lionel.
Ella no era valiente, ni tampoco una mrtir. Ella solo quera cuidar del
abuelo y de sus caballos y de la gente de Kildare, que eran su nica familia.
Y apenas unas horas antes haba descubierto que por Shaw era capaz de
olvidarse de todo. Oh, todava no lo haba hecho. Kate todava estaba
dispuesta a casarse con Lionel por dinero y a ser la mejor esposa posible
para l.
Pero si Shaw la besaba... Si Shaw la besaba, si llegaba a conocer el sabor
de sus labios, o a respirar uno de sus alientos, entonces no estaba tan
segura.
Se movi en la cama y apret los prpados en un intento de alejar la
imagen de Bradshaw de su mente.
La noche que oy a su padre confesndole a su madre que haba perdido
la fortuna familiar, Kate sufri una gran decepcin. El amor no exista, al
parecer. Era una emocin que en el caso de su madre dependa del dinero, y
en el caso de su padre dependa nicamente del afecto de su esposa. Kate
adoraba a su padre, pero al parecer este solo necesitaba el cario y el afecto

de Adela. Kate intent entenderlo, pero cada da que pasaba se pona ms y


ms furiosa con su padre.
Cmo era posible que no luchase por su hija? O por la gente que
durante aos le haban considerado su protector?
Kate nunca logr entenderlo y mucho menos respetarlo. Y cuando el
duque se suicid Kate lo odi por haberla abandonado. No, nunca lo haba
entendido... Hasta ahora.
Ella no poda afirmar que amaba a Shaw, pero en lo ms profundo de su
corazn senta la posibilidad de ese amor. De un amor que si llegaba a
convertirse en realidad se extendera por sus venas y la dominara por
completo. Por Shaw sera capaz de muchas cosas, quizs incluso de no
luchar por nadie ms.
Buenos das, seorita.
Sarah entr en el dormitorio y se acerc a la ventana para correr las
cortinas y dejar que entraran los rayos del sol. Despus se dirigi a la
esquina donde haba una jarra con agua y la cogi con la intencin de
llevrsela, pero cuando se dio media vuelta y vio el rostro de Kate volvi a
dejarla.
Qu te ha pasado, nia?
Kate saba exactamente lo que su nana estaba viendo en su rostro: un
miedo atroz a seguir adelante.
Nada farfull. No he podido dormir en toda la noche.
Es normal la consol Sarah visiblemente animada. Todas las
novias estn nerviosas, pero ya vers que la boda ser un xito y pronto
estaremos de vuelta en Irlanda. Kate intent sonrerle y la nana sigui:
Seguro que echas de menos a tu abuelo y a tus caballos. Bueno, ahora ya
puedes estar tranquila, t piensa en ellos y vers como todo sale bien.
Pronto volvers a verlos. Sarah solo tuteaba a Katherine cuando le
hablaba como cuando era pequea.
Piensa en ellos.
Kate asinti y dej que Sarah la ayudase a salir de la cama y a prepararse
para el resto del da.
El desayuno con su madre y lady Rochester pudo soportarlo, pero a
medida que pasaban las horas el estmago de Kate iba retorcindose y el
grillete que le rodeaba el pecho se estrechaba. Su prometido le mand una
nota explicndole que aunque estaba en la ciudad no poda reunirse con
ella y que procediera con los asuntos de la boda. Sarah, la buena de Sarah,

no par de decirle lo contentos que probablemente estaban todos en


Kildare ahora que saban que no iban a perder nada. Lady Rochester y lady
Rutland, la madre de Lionel, le repitieron hasta la saciedad lo felices que
estaban de unir sus familias. Y su madre, su ambiciosa madre, se pas el
da mencionando todas las cosas que iba a comprarse para compensar lo
mal que lo haba pasado los ltimos aos.
Ella aguant y se trag los gritos que le quemaban la garganta, pero a la
hora de cenar se excus diciendo que no tena hambre y se retir a su
dormitorio. Tena el rostro tan desencajado que a nadie le extra y la
dejaron irse.
Sarah fue la nica que insisti un poco, pero Kate le asegur que era
culpa de los nervios y le dio las buenas noches despus de que la doncella
le desabrochase los botones de la espalda. Se puso el camisn y se tumb
en la cama, incluso lleg a cerrar los ojos y a repetir mentalmente una y
otra vez que no acudira a su cita con Shaw.
Pero cuando lleg la hora sealada se puso el vestido gris y sali por la
ventana.

Bradshaw intent esperarla apoyado en la verja igual que el da anterior,


pero estaba tan impaciente por verla que si se detena all delante acabara
doblando una de las puntas de las lanzas de acero negro solo para ver si as
lograba calmarse. Esa madrugada Shaw no poda estar quieto, se haba
pasado un da entero necesitando a Kate.
Necesitndola de un modo precipitado e incomprensible. Real y
absoluto.
Hoy le dira la verdad. Haba sido una estupidez ocultrsela, una farsa
impropia de un hombre como l.
Kate no era como ninguna de las personas que lo haban utilizado en el
pasado y, en cualquier caso, l se haba dejado utilizar. l se haba
comportado con demasiada credulidad, con inocencia, pero en todo
momento haba sido consciente de que lo utilizaban.
Conocer a Kate tambin le haba enseado eso. Haca muy poco que ella
haba entrado en su vida y aun as le haba demostrado que los muros que
haba levantado a su alrededor eran demasiado altos. Nadie poda saltarlos,
ni siquiera su madre y su hermana. La nica que haba encontrado una
rendija haba sido Kate... Y ahora los estaba derribando desde el interior.

Bradshaw era un hombre de ciencia, un genio, as lo haban definido


algunos. Un visionario con los nmeros y con las leyes de la fsica. Nadie
le haba acusado nunca de ser romntico, ni potico, ni siquiera de poseer
una sensibilidad especial. Y tal vez por eso la mejor descripcin que haba
encontrado para explicar lo que le suceda con Kate era que ella se le haba
metido dentro.
Ya no estaba solo.
Y por eso mismo tena que contarle la verdad. Tena que decirle que no
le importaba lo ms mnimo lo que hubiese sucedido en su pasado y que si
le daba una sola oportunidad, una sola, le demostrara que poda confiar en
l y entregarle su futuro. No le dira que la amaba, era demasiado pronto, y
todava no se senta cmodo con esas palabras.
Todava no saba si era eso lo que senta, o si poda acostumbrarse a
sentirlo. Era demasiado arrollador, demasiado intenso. Y eran unas
emociones imposibles de diseccionar y analizar.
Oy las ruedas de un carruaje y sus ojos se detuvieron en el vehculo
negro que acababa de detenerse al final de la calle.
Su corazn tom el control y el cuerpo entero de Shaw reaccion al ver a
Kate. Las manos se flexionaron y los pies empezaron a andar hacia ella.
No poda dejar de mirarla, el espacio que los separaba le resultaba
insoportable, las horas que acababa de superar haban sido una agona. Y
ahora iba a resarcirse.
Se detuvo frente a ella y Kate le ofreci una sonrisa trmula.
Shaw no pudo ms.
La bes.
Shaw le sujet el rostro entre las manos y pos sus labios sobre los de
Kate. Ella los tena cerrados, y l pudo sentir, primero, sorpresa, y despus,
desesperacin?
Un horrible escalofro recorri la espalda de Shaw. Y si Kate no quera
que la besara? Y si haba malinterpretado sus miradas, sus sonrisas? Dios,
l no quera ser esa clase de hombre. Si Kate no quera que la besara... Se
oblig a aflojar las manos. Le doli cada segundo, y justo cuando crea que
iba a morir por haber besado a Kate sin que ella quisiera, Kate le sujet las
muecas y las retuvo justo donde estaban.
Para Kate el mundo entero se detuvo cuando Bradshaw la bes. Not el
tacto de los labios de l encima de los suyos. El calor de su aliento
acaricindole la piel. Sus dedos sujetndole el rostro con delicadeza pero

con mucha fuerza al mismo tiempo.


Fue incapaz de moverse, ni su mente ni su cuerpo podan asimilar la
multitud de sentimientos que le estaba despertando ese beso. Incluso su
sangre cambi de textura y circulaba ahora espesa y lentamente por las
venas. Quera hacer algo, no saba qu, pero tena que averiguar cmo
retener aquella sensacin... No, l iba a apartarse.
Levant las manos y captur sus muecas; si Shaw dejaba de besarla
tendra que abrir los ojos y volver a ser la mujer que dentro de un mes iba a
casarse con otro. No, Shaw tena que seguir besndola un segundo ms.
Not en las palmas de las manos que l se tensaba y dese tener la
experiencia necesaria para saber qu hacer. Aunque al mismo tiempo dio
gracias en su mente porque ninguno de los pretendientes de su pasado se
hubiese atrevido a besarla.
Su primer beso era para Shaw.
Desesperada por convertir aquel beso en mucho ms, en algo que le
durase la eternidad, Kate separ despacio los labios.
La respiracin de Shaw se alter, mejor dicho, se detuvo durante un
segundo, y cuando volvi a coger aliento lo hizo desde el interior de la
boca de Kate.
Kate suspir cuando la lengua de Shaw acarici suavemente la suya y se
sujet con fuerza a las muecas de l. Shaw tembl y dej que el sabor de
Kate lo dominase para siempre, no contuvo nada; durante ese beso baj las
barreras que levantaba alrededor de los dems y permiti que ella lo
poseyera. No fue una decisin consciente, en realidad Shaw no tuvo
eleccin pues en el preciso instante en que los labios de Kate se movieron
bajo los de l dej de ser capaz de mantener las distancias con ella. Kate
an lo ignoraba, pero poda hacer con l lo que quisiera.
Kate le devolvi el beso a Shaw, tal vez su mente no supiera qu hacer,
pero se senta tan a salvo, tan completa, cerca de Shaw, que se dej llevar y
no pens en nada excepto en sentir los labios de l movindose encima de
los de ella. En las manos que le sujetaban el rostro. En el torso que suba y
bajaba pegado al suyo. En la lengua que se mova despacio en el interior de
su boca y le deca con cada caricia que le perteneca.
No. No puede ser.
Kate se tens y empez a retroceder. Su propio cuerpo se neg y sus
labios se pegaron a los de Shaw una vez ms, pero a pesar de que mora un
poco ms con cada centmetro que se apartaba, dej de besarlo y le solt

las manos.
Abri los ojos y vio los de Shaw completamente sinceros. La estaba
mirando como nunca nadie la haba mirada antes, como si ella pudiese
darle el mundo entero.
Kate... empez l humedecindose los labios, yo carraspe.
Tengo que contarte algo.
Levant una mano y la acerc a la mejilla de Kate para acariciarla, pero
ella se apart. No poda tocarla.
Si me toca una vez ms no podr seguir adelante, pens Kate.
No, no tengas miedo la consol l con ternura.
Kate respir hondo y lo mir a los ojos.
No te tengo miedo. Shaw iba a sonrerle y ella tena que evitarlo.
Y no me interesa lo que tengas que contarme.
l arque una ceja y la mir confuso.
Ha sucedido algo? le pregunt.
No, nada, pero no quiero volver a verte. Todo esto ha sido un error, y
yo no puedo cometer errores, tengo demasiado en juego.
Es por el trabajo? Suspir Shaw confuso, pasndose las manos por
el pelo. Si dejas que te explique lo que iba a contarte vers que no tienes
de qu preocuparte.
No! exclam nerviosa. Tena que mantenerse firme. T no sabes
nada de m, de mi vida. Dio un paso hacia atrs para colocar ms
distancia entre los dos, y el modo en que l entrecerr los ojos le anunci
que no le haba gustado. Apenas hace una semana que nos conocemos.
Conceme dijo Shaw entre dientes, deja que te cuente mi historia
y cuntame la tuya.
No, todo esto es absurdo y no vale la pena.
Shaw sinti esas palabras como un puetazo en el esternn.
No vale la pena?
No, por supuesto que no insisti ella. Te agradezco que me hayas
enseado la ciudad, esta primera semana en Nueva York habra sido mucho
ms difcil sin ti, pero eso es todo. Ha sido divertido, pero ahora ser mejor
que los dos sigamos con nuestras vidas.
Divertido?
Qu te pensabas que estaba sucediendo, Shaw? Yo estoy aqu con mi
madre y tengo que seguir adelante con nuestros planes.
Esa ltima frase hizo que Shaw entrecerrase todava ms los ojos y se

acercase a ella.
Qu diablos est pasando Kate? le pregunt cogindola por los
antebrazos.
Ella trag saliva e intent contener el cosquilleo que le provocaron los
dedos de l.
Nada. Sultame, Shaw. Tanto te cuesta entender que no quiero volver
a verte? O acaso es as como te comportas siempre con una mujer,
asustndola para que est contigo?
Shaw la solt al instante y Kate se odi por hacerle dao, por hacerle
sentir que lo que haba sucedido entre los dos no haba sido el mejor
momento de su vida.
l se qued quieto donde estaba, mirndola a los ojos con los puos
apretados a ambos lados de su cuerpo. Le tembl un msculo en la
mandbula y despus solt despacio el aliento.
Est bien reconoci, supongo que ahora ya no tiene sentido que te
cuente nada dijo casi para s mismo. Viendo lo poco que te ha gustado
supongo que debera decir que lamento haberte besado, pero no voy a
hacerlo. Te deseo suerte con tus planes, Katherine.
Gir sobre sus talones y se fue sin volver a mirarla. Sin tocarla. Sin
sonrerle.
Sin besarla.
Y Kate tuvo que clavar los pies en el suelo con todas sus fuerzas para no
salir corriendo tras l. Se mordi el labio para no gritar su nombre hasta
notar el sabor de la sangre. Y los ojos le escocieron de las lgrimas que no
logr contener.
Pensar que haba hecho lo correcto no le sirvi de nada y si su padre
siguiera vivo o su abuelo hubiese encontrado el modo de salvar Kildare sin
ella, a Kate no le importara pasarse el resto de su vida con un trabajador
del muelle, o de una fbrica, o de unos establos, o fuese lo que fuese Shaw.
Porque lo nico que quera era a l.
Y era lo nico que no iba a tener jams.

9
Katherine
Se puede vivir sin saber lo que es el amor, de eso estoy absolutamente
segura, pero una vez descubres esa emocin es completamente imposible
ignorarla.
Una parte de m deseara no haber conocido nunca a Shaw, entonces no
me dolera tanto seguir adelante con los preparativos de la boda y no se me
encogera el estmago cada vez que Lionel se acerca a m. Otra parte de m
sabe que por el beso de Shaw podra soportar mil infiernos.
Es culpa ma sentirme as, si no hubiese acudido a mi primera cita con
Shaw, o incluso a la segunda. Si me hubiese quedado en casa de los
Rochester esas madrugadas y me hubiese obligado a dejar de soar con un
futuro imposible, ahora seguira poseyendo la calma de antes.
Te encuentras bien, Katherine?
La voz de Sarah me saca de mi ensimismamiento. No s cunto rato me
he pasado mirando por la ventana. Suelto el aire despacio y suspiro
resignada.
S, estoy bien.
El motivo por el que miro por la ventana es completamente absurdo. Me
imagino a Shaw acercndose a la mansin gritando, exigiendo verme y
hablar conmigo. No suceder. Es completamente imposible, yo me he
encargado de que lo sea.
Ests muy plida. Se acerca a m y me toca la frente. Creo que te
ir muy bien pasar unos das en el campo.
Seguro que s.
Me levanto y me acerco a uno de los bales que Sarah est llenando con
mis vestidos y prendas de abrigo. Maana por la maana dejamos la ciudad
de Nueva York y nos instalaremos en la casa de campo de la familia de mi
futuro esposo. A lo largo de estos das mi madre se ha encargado de

recordarme una y otra vez la suerte que he tenido de pescar a Lionel y,


por si no bastase con eso, me ha repetido constantemente la lista de sus
propiedades: una casa en Londres, otra en Nueva York, tres propiedades
ms en Amrica.
Miro el vestido de fiesta que Sarah ha colocado encima de los dems. Es
una de mis prendas preferidas. Deslizo los dedos por la seda violeta y me
aflijo al pensar que Shaw nunca me lo ver puesto. Aparto los dedos
ofendida con la prenda.
A qu hora nos vamos maana? le pregunto a Sarah de repente
impaciente por salir de all.
Mientras siga en Nueva York no podr dejar de pensar en Shaw.
Tu madre me ha dicho que a las once de la maana. La familia de tu
prometido pasar a recogernos.
Creo que ir a acostarme susurro. Si consigo dormirme tal vez
podr soportar la angustia. Te importara decirle a mi madre que estoy
nerviosa y que no quiero cenar?
Estoy tan alterada que no puedo ver a mi madre; si vuelve a decirme lo
afortunada que soy, le gritar.
Claro, nia. Acustate.
Sarah me sonre y se va. Ahora lo nico que tengo que hacer es
quedarme en ese maldito dormitorio una noche ms.
La pesadilla empieza como siempre, con la imagen de mi padre
inconsciente en medio de un charco de sangre. La escopeta con la que se
dispar sigue a su lado y mi madre observa la escena sin inmutarse. Yo
grito en el sueo desesperada por conseguir ayuda, tal vez todava est a
tiempo de salvar a pap. Grito y grito. Las lgrimas de rabia descienden
por mis mejillas y me quema el cuello de tanto gritar. No sirve de nada, el
charco de sangre, tan espesa que es casi negra, sigue extendindose... Hasta
que alguien me rodea por la cintura y me da la vuelta para que deje de
mirar.
Y me abraza.
Shaw!
No puedo respirar. Estoy sentada en la cama y cuando me paso una mano
por el rostro para apartarme el pelo se me mojan los dedos con las
lgrimas.
Shaw repito.
Salgo de la cama y me visto. No soy consciente de haber tomado

ninguna decisin al respecto, sencillamente s que si no salgo de all ahora


mismo voy a morir. Abro la ventana y la absoluta oscuridad de la noche me
da la bienvenida. Si incluso la luna est dispuesta a ayudarme, lo que voy a
hacer no es ninguna locura.
Llego a la calle, me toco el bolsillo en busca de dinero y suspiro aliviada
al comprobar que sigo teniendo unas cuantas monedas. Acelero el paso y
levanto una mano para detener el primer carruaje que aparece frente a m.
El cochero me mira con suspicacia, pero no le doy tiempo de reaccionar.
Le explico que es urgente, que necesito que me lleve a un antiguo
cementerio de la ciudad. Uno desde el que se puede ver la ciudad entera y
cuya colina tiene unos preciosos bancos de piedra.
El cementerio abandonado de Verlen? me pregunta.
Shaw nunca lleg a decirme el nombre del cementerio, as que deduzco
que es ese.
Es el nico con una colina con vistas sigue el cochero. El
propietario es un rico chiflado que quiere convertirlo en un parque para los
nios de las fbricas.
Puede llevarme hasta all?
A estas horas? Con este tiempo?
Le pagar. Le enseo dos monedas y me quedo las otras tres para
despus.
Es su dinero, seorita acepta rindose. Suba.
El trayecto hasta el cementerio es muy corto y no me planteo ni un
segundo la posibilidad de decirle al cochero que cambie de rumbo.
Necesito estar all, esa va a ser mi despedida, me prometo. Si me siento en
ese banco podr despedirme de verdad de Shaw aunque l no est. Le dir
que aunque no tenga sentido me he enamorado de l, que le amo, y que
nunca voy a olvidarlo. Le contar toda la verdad y l, ese Shaw imaginario
que me est esperando en el banco, me besar y me dir que tampoco me
olvidar jams.
Ya hemos llegado me avisa el cochero cuando el nico caballo que
tira del vehculo se detiene frente a una verja negra.
Desciendo y le entrego las monedas. Abro la verja y subo la colina.
Hay alguien en el banco y se me detiene el corazn al verlo. No puedo
respirar, es sencillamente imposible.
Shaw... susurro, mis labios son incapaces de contener su nombre.
l tensa los hombros al or mi voz y se da media vuelta despacio.

Cuando me mira sus ojos transmiten tanta intensidad y tanto dolor que no
soy capaz de hacer nada excepto mirarlo.
Kate...

Bradshaw
No es la primera vez que voy al cementerio de noche. Y no es la primera
vez que me imagino a Kate apareciendo en medio de la oscuridad.
Pero es la primera vez que la aparicin es tan real.
Dios, estos ltimos das he descubierto lo que es estar en el infierno. Y
todo porque he cometido el error de confiar en la mirada de una mujer. En
los ojos de Kate.
Sin embargo, lo peor de todo no ha sido sentirme como un estpido por
haberla dejado entrar dentro de m... Lo peor ha sido recordar el beso que
me dio justo antes de abandonarme. No solo el beso, sino cmo me sujet
las manos, cmo respir pegada a mis labios, cmo me mir mientras me
deca que pasar esos das conmigo haba sido divertido.
Me minti.
Lo s igual que s que jams podr olvidarla.
Kate me minti, pero por qu? S, solo nos hemos visto unos das, unos
amaneceres robados, pero tendra que haber sabido que poda confiar en
m.
Y yo tendra que haber confiado antes en ella.
Basta. Esta noche es la ltima que me permito seguir furioso o
derrotado, maana ir a buscarla y cuando la encuentre no dejar que se
vaya de mi lado hasta contarle toda la verdad.
Shaw...
Se me detiene el corazn. Mi cuerpo entero acaba de reaccionar como
cuando ella est cerca. Pero es imposible.
La oigo respirar, noto su presencia detrs de m. Dios, tan cruel es el
destino que ahora va a arrebatarme la cordura.
Voy a darme media vuelta y cuando mis ojos vean que Kate no est all
no tendr ms remedio que asumir mi soledad. Voy despacio, quiero
alargar la ilusin de que ella ha ido a buscarme, de que me necesita tanto
como yo a ella.
Est all. Bajo las nubes oscuras de los rboles y de la noche, con la

ciudad de fondo y el corazn en los ojos.


Kate...
Ella se pone en movimiento de inmediato, camina hacia m sin dejar de
mirarme a los ojos y, cuando se detiene, me sujeta el rostro con las manos
y me besa.
Me besa y se pega a m como si nunca quisiera soltarme.
Yo nunca voy a soltarla.
La sujeto por la cintura y mis dedos tiemblan al sentir que la estn
tocando de verdad, que no es solo mi imaginacin.
Sus labios no se apartan de los mos, su lengua ha conquistado por
completo mi cuerpo y me rindo a ella sin ningn remordimiento. Soy suyo
y no me importa. Puede hacer conmigo lo que quiera.
Kate me pasa los dedos por el pelo y suspira con urgencia. S que
debera apartarla y hablar con ella, preguntarle qu est haciendo aqu, qu
significan esos besos.
Pero no puedo.
Shaw susurra ella entre un beso y un mordisco en el cuello.
Kate su nombre se escapa de mis labios cuando mi cuerpo se pega
al suyo.
Vuelve a besarme, a seducirme con su inocencia y con una pasin que
nunca haba visto en ninguna mujer. Y entonces apoya insegura las manos
en mi pecho y noto sus dedos acercndose inseguros hacia los botones de
mi camisa.
Shaw, yo... Apoya la frente en mi torso y su aliento me quema a
travs de la ropa. Lo siento.
No s qu es lo que siente, haberme mentido el otro da? haberse ido?
haber vuelto? Pero s que es sincera, su arrepentimiento es incluso
palpable en el aire.
No hay nada que sentir, Kate. Le acaricio el rostro y las lgrimas
que brillan en el fondo de sus ojos entran en mi alma. Ests aqu.
Deslizo un dedo por su trmulo labio inferior. Estoy aqu. La abrazo y
no oculto lo mucho que me afecta. Todo va a salir bien.
Kate se pone entonces de puntillas y me besa con ms desesperacin que
antes.
Aydame, Shaw me pide pegada a los labios mientras sus manos se
cuelan bajo mi abrigo. No s qu estoy haciendo.
Capturo su mueca y la retengo.

Ella tarda unos segundos en reaccionar, pero poco a poco se aparta y me


mira a los ojos.
Qu pasa Kate?
Te necesito, Shaw. Intenta ponerse de puntillas para besarme otra
vez pero se lo impido. Yo la necesito ms, pero esa desesperacin me
asusta. Cada uno de los besos que me ha dado han sabido a final y no a
principio. Te necesito, Shaw. Por favor.
Una lgrima le resbala por la mejilla.
Ven conmigo.
Tiro de sus manos y me dirijo a la casa del guardabosques. Compr la
colina hace unos aos y tengo intencin de convertirla en un jardn para los
hijos de los trabajadores de las fbricas y del muelle. Para proteger la zona
mand construir una pequea cabaa para el guardabosques pero s que
ahora est vaca. El seor Mendelson se ha ausentado unos das para cuidar
de su ta. Lo s porque me pidi permiso para irse. Me promet que cuando
encontrase a Kate le contara toda la verdad sobre m mismo nada ms
verla, pero ella est helada y muy alterada.
Adnde vamos? me contesta apretndome los dedos.
La cabaa del guardabosques est aqu cerca.
La construccin de madera aparece delante de nosotros y suelto la mano
de Kate para coger la llave que est oculta tras los postigos de una de las
ventanas.
Abro la puerta y compruebo aliviado que la casa es confortable. Guio a
Kate por la cintura hacia dentro y cuando cierro la puerta ella me abraza de
nuevo por la espalda.
Shaw, te necesito.
Desliza las manos por mi torso y pega la mejilla en mi columna
vertebral. Yo cierro los ojos y apoyo la frente en la hoja de madera.
Promteme que maana volveremos a vernos le exijo entre dientes.
Shaw, por favor.
Me doy media vuelta y la cojo por la cintura. Tiene la mirada desbocada
y la respiracin tan acelerada que se ha sonrojado.
Promteme que...
Te amo, Shaw. Me ha robado para siempre el aliento. Bsame.
Creo que lo que se escapa de mi garganta es un rugido. Es un sonido
completamente animal y que habla de rendicin y de entrega absoluta.
Mis labios devoran los de Kate y mis manos me quitan frenticas el

abrigo. En cuanto me libero de la prenda cojo a Kate en brazos y la llevo


hasta el dormitorio. Ella no deja de besarme y sus manos recorren tmidas
pero firmes mi torso.
La deposito en la cama con cuidado y me aparto para mirarla a los ojos y
asegurarme de que no estoy soando. Ningn sueo podra ser nunca tan
hermoso como Kate. Voy a decirle lo que siento por ella, necesito que sepa
que no est sola en esa desesperacin que nos une, pero antes de que yo
pueda decir una palabra ella tira de m y vuelve a besarme.
Su lengua va a volverme loco, su sabor se ha quedado para siempre
impregnado en mis labios y sus dedos me queman la piel. Me ha
desabrochado los botones de la camisa y desliza las uas por encima de
mis msculos, que se estremecen a su paso.
Kate...
Shaw, por favor. Te necesito. Detiene las manos en la cinturilla de
mi pantaln. No puedo seguir as, no puedo respirar. Necesito estar
contigo, necesito saber que ests aqu se toca encima del corazn ...
conmigo.
Kate, amor.
Por favor, Shaw.
Me besa de nuevo en los labios y enreda los dedos en mi pelo.
Kate suspiro, tienes que estar muy segura. Si me tumbo en esta
cama contigo no podr detenerme. No podr echarme atrs. Nunca. Sers
ma y no descansar hasta poseer hasta el ltimo centmetro de tu cuerpo
le lamo el cuello, hasta que solo puedas pronunciar mi nombre le
muerdo el lbulo de la oreja, hasta que lo nico que puedas sentir dentro
de ti sea yo.
Por favor...
Me tira del pelo y me besa con el abandono y la pasin que necesito.
Desabrocho los botones de su vestido lo ms rpido que me lo permite la
lujuria que inunda mis venas y despus tiro de los corchetes sin ninguna
delicadeza. Ella mientras me quita la camisa y me recorre el torso
reclamndolo como suyo.
Lo es.
Le quito el vestido, lo lanzo al suelo sin preocuparme lo ms mnimo
por la prenda. Ver a Kate en camisn est a punto de aniquilarme. Y
cuando ella afloja el botn de mis pantalones tengo que cerrar los ojos para
contenerme.

Me levanto sin decirle nada y termino de desnudarme. Ella me recorre


con la mirada y se sonroja al hacerlo. Siento un enorme placer al
comprobar que es la primera vez que ve el cuerpo de un hombre, y me
excito sobremanera al recibir el calor de su mirada en mi piel. Saber que
Kate me desea, que me ama, me hace sentirme muy fuerte y muy dbil al
mismo tiempo.
Tengo que estar con ella. Solo voy a tener sentido cuando est dentro de
ella, cuando me entregue a ella y su cuerpo me envuelva.
Me tumbo en la cama a su lado y la miro a los ojos. Voy a decirle algo y
ella vuelve a impedrmelo con un beso. Y otro.
Shaw, aydame. Te necesito.
Dejo de contenerme. Los dos necesitamos perdernos en el cuerpo del
otro, ser uno, solo entonces podremos tranquilizarnos lo suficiente como
para contarnos nuestros secretos.
Me tumbo con cuidado encima de ella, imgenes de Kate entregndose a
m me saturan la mente y respiro hondo un segundo para tranquilizarme.
Ella separa levemente las piernas y me acaricia el torso cubierto de una
fina capa de sudor.
Apoyo mi peso en una mano y con la otra le acaricio despacio los pechos
por encima del camisn. Ella arquea la espalda y yo agacho los labios para
darle un suave beso en los labios. Mi mano sigue bajando y no la detengo
hasta llegar a su entrepierna. Kate est temblando. Yo tambin, mi cuerpo
necesita formar parte del de ella, mi ereccin se estremece al sentir el calor
que desprende el sexo de Kate.
Kate susurro.
Ella me mira a los ojos y sonre. Y entonces levanta la cabeza de la
almohada y me besa.
Y me muerde el labio.
Y susurra.
Hazlo, Shaw. Ahora.
Mis caderas reaccionan a su peticin. A su splica. A su orden.
Dios, Kate. Cierro los ojos y aprieto los dientes para no eyacular en
aquel preciso instante.
Ella guarda silencio, su cuerpo se ha tensado cuando el mo le ha
arrebatado la virginidad, y sus deliciosos pechos, que continan pegados a
mi torso, han temblado.
Debera apartarme. Salir despacio y cuidarla. Suplicarle que me perdone

por mi falta de sensibilidad.


Apoyo la frente sudada en la de ella y suelto el aliento entre los dientes.
Mis caderas se niegan a retroceder pero voy a obligarlas.
Kate, lo siento farfullo.
No... susurra ella, y noto que la tensin empieza a abandonar su
cuerpo. No te vayas. Por favor.
Kate, amor.
Le beso la frente, los ojos, los pmulos.
Los labios muy despacio.
Muvete, por favor.
Ests segura?
Muy segura. Me besa e intenta mover las caderas al mismo ritmo
que su lengua. Muvete. Ahora. Por favor.
Con esa ltima frase ha levantado ambas piernas y me retiene entre
ellas.
Mi cuerpo, que le pertenece por completo, obedece a ciegas.
Kate.
Es lo nico que puedo decir cuando el orgasmo me arrebata el sentido.
Shaw.
Ella tiembla a mi alrededor y su sexo se estremece alrededor del mo
poseyndolo por completo.
Me despierto un poco ms tarde, todava es de noche y la nica intrusa
que se cuela entre Kate y yo es la tenue luz de la luna. No es la luna la que
me ha despertado, ni el fro de la noche que estaba tocndome la piel, son
los besos de Kate recorrindome el torso.
Kate.
Le paso una mano por el pelo y le acaricio la mejilla. Ella se detiene y
me mira.
Hazme el amor otra vez susurra con voz firme a pesar de que le
tiembla el labio inferior y se sonroja.
Ven aqu, amor.
Tiro de ella con cuidado y la tumbo encima de m. La beso y le paso
despacio las manos por la espalda. Kate todava lleva el camisn de antes y
una pequea mancha de sangre capta mi mirada y me da un vuelco el
corazn.
No quiero hacerte dao. Le doy otro beso y noto que me excito
debajo de ella. Tenemos toda la vida para hacer el amor. Duerme y

descansa un poco.
No insiste ella besndome con idntica, o peor, desesperacin que
antes. Tendr toda la vida para dormir.
La frase de ella me confunde, pero mi mente se pierde en el siguiente
beso de Kate.
Me besa y mi cuerpo, que ya est completamente esclavizado al suyo,
responde al instante. Mi ereccin se estremece ansiosa entre mi abdomen y
el de ella, y cuando los dedos de Kate la acarician, los mos la sujetan por
la cintura y la detienen.
Hazme el amor. Me mira a los ojos y no oculta el deseo ni ese
fuego tan intenso que arde dentro de ellos.
Qu esconden esas llamas?
Me muerde el cuello y yo respondo levantndola con ambas manos y
colocndola justo encima de mi sexo.
Su rostro sube despacio y detiene los labios encima de los mos para
besarme.
Yo no puedo evitar volver a poseerla. Kate se queda quieta un segundo
aguantando la respiracin y, cuando vuelve a coger aire, me acaricia el
rostro con las manos y me aparta un mechn de pelo que se me ha pegado a
la frente.
Shaw...
Promteme que te ver maana, que cuando vuelva a abrir los ojos
estars aqu.
Maana no puedo confiesa antes de besarme.
Tengo la horrible sensacin de que esa conversacin es muy importante,
que la promesa que Kate se niega a darme tendra que aterrorizarme, pero
sus besos, el calor de su cuerpo, sus caricias, me impiden pensar.
Dentro de dos das insisto.
Ella se incorpora levemente y en el instante en que descubre que est al
mando de nuestro encuentro me sonre.
Estoy completamente perdido.
Dentro de dos das, en nuestro lugar de siempre le sujeto las caderas
para que no se mueva.
Kate se inclina un poco hacia delante y desliza tmidamente la lengua
por encima de mis labios.
Kate... por favor.
Ella me besa despacio mientras flexiona levemente las caderas. Y

cuando nota que yo aprieto los dedos repite el ltimo movimiento. No me


da tregua.
Me besa, me acaricia con las manos, me enloquece con las caderas.
Jams he estado tan excitado.
S que estaba pidindole algo, algo muy importante, pero lo nico que
sale de mis labios es:
Hazme el amor, Kate. Por favor.
Cuando vuelvo a abrir los ojos ella ya no est y en mi corazn me repito
una y otra vez que dentro de dos das volver a verla y por fin podr
contarle la verdad.

10
Bradshaw consigui terminar el diseo del motor en el que estaba
trabajando y empez los esbozos de un nuevo proyecto.
Solo se haba concentrado en el trabajo porque era la nica manera de no
pedirle a uno de los detectives que sola contratar de vez en cuando que
averiguasen la historia entera de Kate. Saba muy poco sobre ella, pero lo
suficiente como para encontrarla si pagaba la cantidad de dinero adecuada.
No lo haba hecho.
Haba esperado, y ahora, por fin, solo faltaban unos minutos para volver
a verla.
El sol segua levantndose despacio por el horizonte y todava haca
mucho fro. En el cielo no haba ni una nube y los sonidos de la ciudad
empezaban a hacer notar su presencia.
Bradshaw llevaba horas despierto cuando sali de casa. Iba vestido
prcticamente igual que la ltima vez que la vio, porque, aunque haba
decidido decirle la verdad, no le vea ninguna lgica en ponerse un traje
cuando aquel jersey de lana y el abrigo gastado lo abrigaban
perfectamente.
Y no quera hacer nada que pudiese asustar a Kate antes de hablar con
ella.
Lleg al parque y lo inspeccion con la mirada.
No haba nadie, solo unos pjaros que buscaban comida por entre los
charcos de fango. l se haba adelantado y opt por acercarse a la verja que
lo rodeaba y apoyarse en ella. Plant un pie en el suelo y el otro en uno de
los barrotes de metal. Levant el cuello del abrigo y se cruz de brazos.
Y esper.
Y esper.
Y esper.
Esper hasta el anochecer. Hasta que el fro le cal los huesos y le
entumeci el cerebro. Hasta que la preocupacin se convirti en

indiferencia y en menos de un segundo pas a ser rabia.


Kate no iba a acudir a su cita.
A pesar de que le haba prometido que pasara lo que pasase no faltara,
no iba a ir.
Tal vez le ha sucedido algo.
Se apart de la verja y solt despacio el aire por la nariz. No recordaba
haber estado tan confuso en su vida. Y, dolido, en medio de la rabia que sin
duda tambin corra por sus venas haba parte de dolor.
Tal vez no le ha sucedido nada. Tal vez no quiere volver a verte.
No. Imposible pronunci en voz alta sin darse cuenta.
Era imposible que Kate le hubiese hecho el amor de esa manera y
hubiese desaparecido de su vida. Era imposible que ella le hubiese besado,
tocado, mordido, hasta hacerlo enloquecer y ahora faltase a su cita.
No.
Camin decidido por la calle y sin dudarlo se dirigi a un pub que solan
frecuentar la clase de hombre que tena que contratar si quera encontrar a
Kate cuanto antes.
l no se haba imaginado las lgrimas de Kate, ni el modo en que lo
haba abrazado en medio de la nieve. Ni cmo lo miraba. Ni cmo le
haban temblado los dedos.
Ni cmo le haba dicho que le amaba.
Tena que haber una explicacin. Kate no le haba dejado plantado sin
ms, no despus de esa noche en la cabaa.
Seguro que le haba sucedido algo y no haba podido avisarle porque no
saba dnde viva. Ni su apellido. Ni nada que pudiera ayudarla a
localizarlo.
Lleg al pub y entr decidido, sin detenerse escudri el interior con la
mirada hasta dar con el tipo que estaba buscando y en cuanto lo vio se
dirigi hacia l.
En qu puedo ayudarlo? le pregunt este sarcstico y sin dejar de
beber.
Quiero que encuentre a una mujer.
El hombre levant una ceja.
Aqu hay muchas, dudo que necesite mi ayuda para eso.
Bradshaw sac un fajo de billetes del bolsillo y los puso encima de la
mesa con una mano mientras que con la otra sujetaba al tipo por el cuello
de la camisa.

No se haga el gracioso conmigo. Necesito que encuentre a una mujer


llamada Kate, Katherine. Lleg de Irlanda har dos semanas. Tal vez tres.
Trabaja de doncella en alguna mansin.
Katherine? Sabe la cantidad de Katherines que llegan en cada
barco?
Encuntrela. Lo ms rpido que sea posible. Y lo solt. Le dar el
doble de esto cuando descubra cul es su paradero.
El hombre desvi la vista hacia el impresionante fajo de dinero y asinti.
De acuerdo, seor...
Verlen, Bradshaw Verlen. Lo solt y se apart.
Vendr a verlo cuanto antes.
Perfecto.
Bradshaw sali del pub consciente de la cantidad de pares de ojos que
tena encima de l. A veces no le importaba tanto que todo el mundo lo
conociera. As saban que hablaba en serio, y nunca haba hablado tan en
serio como esa noche.
El detective del pub no consigui encontrar a Kate.
Ni tampoco el agente de polica que Bradshaw contrat un da ms tarde.
Ni los ladronzuelos con los que todava segua en contacto. Era como si
Kate no existiera. Peor, como si no hubiese existido nunca.
l mismo haba empezado a buscarla por la ciudad sin xito, sin
encontrar ni el menor rastro. Pero Kate no poda haberse esfumado de la
faz de la tierra, era sencillamente imposible. Tena que estar en alguna
parte.
Se pas una tarde entera deambulando por los mercados que solan
frecuentar las jvenes que trabajan al servicio de las damas de la clase alta
de la ciudad. Incluso les pregunt a varias si conocan a una chica irlandesa
de nombre Kate recin llegada.
Nada.
Nadie haba odo a hablar de ella.
l era un hombre de ciencia. Los nmeros, el mtodo emprico, lo
haban convertido en lo que era. l saba distinguir perfectamente la
realidad de la ficcin. Sus deducciones siempre se basaban en la lgica y
en lo tangible; Kate era real y no la haba engullido la tierra, as que tarde o
temprano encontrara a alguien que la conociera o que supiera algo de ella.
La otra opcin era impensable. Ya no dorma, apenas coma, haba
bebido ms en esos das que en toda la vida.

No poda pensar. Los planos que siempre le haban reconfortado ahora


eran un galimatas sin sentido que lo torturaban.
Busc a los cocheros de los carruajes en los que haba visto montar a
Kate. El primero haba muerto trgicamente en un accidente la misma
noche que llev a Kate. El segundo no estaba por ninguna parte; no era del
todo inusual que un hombre de esa profesin estuviese ilocalizable durante
un tiempo. Tal vez lo haban contratado para hacer un trayecto ms largo, o
quizs haba cambiado de oficio por algo ms seguro y que lo mantuviese
lejos del inclemente invierno neoyorquino.
La noche que hicieron el amor en la cabaa ella haba acudido all de
algn modo, pero no saba cul y haba sido incapaz de averiguarlo.
Maldita sea!
Si no se hubiese dejado cegar por el deseo, si hubiese insistido en hablar
con Kate y no se hubiese perdido en sus besos. No pudo. Llevaba noches
sin dormir. Das pensando en ella. Y cuando la vio y ella le dijo que lo
amaba el resto dej de importarle.
Maldita sea!
Se haba quedado dormido, la noche ms importante de su vida, la
primera noche con ella y se haba quedado dormido.
Y ahora no poda encontrarla.
El problema era, pens mientras arrugaba otro plano con errores de
principiante, que si no volva a ver pronto a Kate acabara por volverse
loco. Jams lograra olvidarla. En realidad, ni siquiera tena intencin de
intentarlo. Iba a encontrar a Kate, iba a contarle la verdad y a decirle que la
amaba.
Bradshaw se pona furioso consigo mismo al recordar que se haba
quedado dormido la noche que hicieron el amor, pero se odiaba por no
haberle dicho que la amaba.
Era la segunda vez en la vida que perda a alguien sin decirle
exactamente lo que senta. Con su padre ya no poda hacer nada para
remediarlo, pero a Kate iba a encontrarla.
Lanz la botella de cristal contra la chimenea de su despacho y sali de
nuevo a la calle a buscarla. Volvi ms tarde, con una herida en la ceja y
los nudillos ensangrentados por culpa de una discusin que l haba
provocado en una taberna nada recomendable. Entr en su casa y se dirigi
directamente a su dormitorio. All se sirvi una copa, se roci las heridas
de los nudillos con el mismo brandy, y se meti en la cama.

La maana siguiente, despus de que Bradshaw fingiese dormir durante


cuatro horas y con una resaca ms que justificada, recibi la visita de
Darius Postgate justo cuando iba a tomarse su primera y necesaria
taza de caf del da. Si hubiese sido cualquier otra persona, se habra
negado a recibirla, pero le dijo a Carson que lo dejase pasar y que sacase
otro juego de cubiertos para desayunar.
Buenos das, Verlen.
Buenos das refunfu Bradshaw con media tostada en la boca.
Puede saberse qu quieres? Los planos del nuevo motor no estarn hasta
el mes que viene. O ms tarde si no encuentro a Kate y no logro
concentrarme de una vez.
Vaya, veo que ests de muy buen humor. Darius se atrevi incluso a
sonrerle y se sent en la silla justo al lado de la que ocupaba Verlen. No
he venido por el motor. Termnalo cuando quieras, s que estar perfecto.
Acept la taza de caf que le entreg Carson y bebi un poco.
Entonces, a qu has venido?
A invitarte a la fiesta de compromiso de mi hijo.
Verlen enarc ambas cejas y tamborile con los dedos de la mano
derecha.
Estoy ocupado. Gracias por la invitacin aadi sin disimular lo
poco agradecido que estaba, pero no voy a poder asistir.
Todava no te he dicho qu da es.
Estoy ocupado.
Tienes que venir. Lionel y su madre han organizado un evento muy
ntimo y si t no ests intentar fugarme.
No seas dramtico, Darius.
Es el prximo viernes. Ven y te ensear los planos del primer barco
que vas a comprarte. Vio que Verlen lo escuchaba con ms atencin y
sigui: Recuerdas a Ian Malborough?
Por supuesto. Un hombre interesante. La imagen del ingls se abri
paso por la mente aturdida todava por el licor de la noche anterior.
Tendrais que ser amigos, os parecis mucho sentenci Darius
mirndolo a los ojos. En fin, s que est buscando socios para su nueva
naviera y he pensado que podramos considerarlo.
T y yo?
Tienes un olfato innato para los negocios, Verlen.
Solo s leer nmeros.

No s qu es, pero si t entras en el negocio, yo tambin. Ven el


viernes y despus del brindis de rigor nos encerramos en el despacho.
Faltaban unos cuantos das para el viernes. Si para entonces no haba
encontrado a Kate, le ira bien distraerse. Y si la haba encontrado, ya se
disculpara con Darius, porque visto lo mucho que le estaba afectando su
ausencia, si daba con Kate no volvera a apartarse de ella hasta entender
qu era exactamente lo que le estaba pasando, y hasta que le hubiera hecho
el amor hasta perder la conciencia.
De acuerdo. Vendr el viernes accedi tras carraspear para diluir el
deseo que haba despertado en su cuerpo pensar en ella.
Perfecto.
Darius sonri igual que hara un padre magnnimo y se termin la taza
de caf.

El viernes lleg sin noticias de Kate. Bradshaw se haba pasado la ltima


noche despierto; fue a buscarla en los lugares que hasta entonces se haba
negado a considerar, en los barrios ms mugrientos y sangrientos de la
ciudad. La busc en los prostbulos, en las casas de juego, en las hogueras
donde quemaban los cadveres sin identificar.
En este ltimo lugar casi se cae de rodillas al suelo al comprobar que no
estaba.
Cuando volvi a casa ya haba amanecido y fue a las caballerizas y dio
un puetazo en una de las vigas que sostenan la construccin. Haban
pasado demasiados das y ya no poda contener la frustracin y la rabia.
Le haba sucedido algo, Nueva York era una ciudad muy peligrosa, y l
no haba podido protegerla ni evitarlo. Los remordimientos lo estaban
matando, y el no saber tambin.
Apart la mano de la madera y extendi los dedos. Tena los nudillos
ensangrentados otra vez y los flexion para comprobar el estado en
que se encontraban. No se haba roto ninguno. Todava.
Est usted bien, seor Verlen?
Perfectamente contest entre dientes al mozo de las caballerizas.
Prepara el carruaje para esta noche.
Por supuesto, seor.
Verlen abandon el lugar dejando al joven todava estupefacto, y camin
decidido hacia el interior de la mansin. Se dara un bao y se afeitara.

Despus se obligara a terminar al menos uno de los planos y a contestar la


carta que haba recibido de Ian Malborough. Y por la noche ira a esa
maldita fiesta de compromiso.
Y despus seguira buscando a Kate, a pesar de que su sentido comn le
aconsejaba a gritos lo contrario.
Bradshaw Verlen jams se daba por vencido.

11
Kate se haba pasado las ltimas noches llorando y luchando contra s
misma para no salir corriendo a buscar a Bradshaw.
Y lo habra hecho si hubiese estado en la ciudad.
La noche que fue a la colina lo nico que quera era ver por ltima vez
aquel lugar que haba compartido con Shaw, pero cuando lleg all y lo vio
sentado en el banco de piedra pens que su imaginacin la estaba
torturando del modo ms cruel posible.
Entonces l se dio media vuelta y la mir, y pronunci su nombre. Y
Kate necesit tocarlo.
Y besarlo.
Y sentirlo.
Si iba a perderlo para siempre por dinero al menos quera tenerlo una
nica vez. Ella iba a casarse por dinero con un hombre al que no amaba. Lo
hara porque era la nica manera de salvar el legado de su familia, el
pueblo que la haba querido durante toda la vida y las nicas personas que
no la haban abandonado tras el suicidio de su padre.
Pero antes quera algo para ella, solo para ella. Quera ser feliz durante
una noche. Esa noche iba a darle fuerzas para aguantar el resto de su vida.
Shaw encontrara a otra persona, se enamorara de una doncella, de una
dependienta, y formara una familia. En cuanto esa idea apareci en su
mente se puso furiosa, los celos circularon espesos por sus venas y sinti la
imperiosa necesidad de dejar una huella imborrable en la vida de Shaw. S,
l encontrara a otra pero a ella jams podra olvidarla.
Durante esa noche lo besara como nunca le besara otra, a l no le
ocultara nada. Se entregara por completo, en cuerpo y alma. Y dejara el
alma con l.
Lionel le haba dejado claro que quera tener hijos, y ella supuso que
tambin, as que tarde o temprano tendra que hacer el amor con su esposo,
pero a Lionel jams se lo dara todo.

No iba a poder, porque Shaw estara siempre dentro de ella.


La semana que se haba pasado en la casa de campo de los Postgate
haba sido muy dolorosa; fingir durante el da que estaba contenta por su
futura boda con Lionel, y pasarse las noches lamentando no haberle
contado la verdad a Shaw la estaban matando.
Pero no haba tenido eleccin. Si hubiese visto a Bradshaw una vez ms
no habra sido capaz de seguir ocultndole la verdad, y entonces l...
Suspir por ensima vez y se levant de la cama donde estaba sentada.
l tal vez le habra dado la espalda y la habra abandonado sin ms.
O tal vez le habra confesado que l tambin la amaba y le habra pedido
que lo abandonase todo por l.
Y qu habra hecho ella?
Habra tenido que mirarle a los ojos y decirle que no le elega a l, que
no poda, que tena que casarse con Lionel y con su dinero. Que se
despreciaba por ello pero que no tena eleccin.
Y entonces Shaw la odiara.
Ella poda vivir con Shaw feliz y casado con otra, pero jams podra
vivir con su odio.
Se te pasar le dijo Sarah adivinando sus dolencias. El primer
amor siempre duele.
Una noche, despus de que su doncella y antigua niera la encontrase
llorando desesperada, Kate le cont lo que le pasaba. No todo, la noche de
la cabaa segua siendo su secreto.
Estoy bien minti ponindose en pie. Solo estoy nerviosa por la
fiesta de esta noche.
Con la mirada Sarah le dej claro que no la engaaba, pero acept el
cambio de tema.
No lo ests. Solo es una cena ms.
El pragmatismo de Sarah le puso la piel de gallina. Jams se haba
imaginado que su cena de compromiso terminase siendo solo una cena
ms.
Mi vida va a ser una vida ms. Con Bradshaw no lo habra sido.
Sacudi la cabeza para ver si as tambin consegua desprenderse de la
tristeza y empez a vestirse.
Cuando su madre entr en el dormitorio de Katherine esta ya estaba
lista. Para la ocasin haba elegido un precioso vestido de terciopelo color
malva que resaltaba la palidez de su piel y sus ojos oscuros casi negros.

Kate saba que no era ninguna belleza y que en Irlanda sus pretendientes
estaban ms enamorados de su fortuna que de ella.
Y ahora el que iba a convertirse en su marido solo la haba elegido por
su ttulo nobiliario.
Nunca nadie se haba fijado en ella... hasta Bradshaw.
Y no volvera a verlo ms.
Ests preciosa, querida la salud su madre tras darle un beso en la
mejilla, pero podras haberle hecho caso a Lionel y haberte comprado un
vestido nuevo. Al fin y al cabo, formara parte de tu ajuar.
No me hace falta ningn vestido, madre. Este solo me lo he puesto
una vez.
En el ltimo baile al que asisti antes de que su padre se quitase la vida.
Su madre tambin debi de recordar la ocasin porque abri el abanico
igual que haca siempre que se pona nerviosa.
Ahora ya no importa, con el recogido que te ha hecho Sarah y el collar
ests muy guapa. Seguro que Lionel caer rendido a tus pies. Es un joven
encantador.
No hace falta que sigas dorndome la pldora, madre. Nos casamos
dentro de dos semanas.
Lo s, y no podra estar ms contenta.
Katherine intentaba estarlo.
Madre e hija abandonaron juntas el dormitorio y bajaron al piso inferior
para esperar a lord y lady Rochester.
La cena de compromiso iba a celebrarse en la mansin de Darius
Postgate, el padre de Lionel.
El carruaje apareci enseguida en la puerta y los cuatro subieron lo ms
rpido posible para protegerse de la nieve que volva a caer desde el cielo.
Un copo se pos en la mejilla de Kate y un extrao escalofro le recorri la
espalda.
El corazn se le aceler y le falt el aliento, y en un acto reflejo se dio
media vuelta convencida de que iba a encontrarse con los ojos de
Bradshaw.
En la calle no haba nadie excepto el lacayo de los Rochester que
mantena abierta la puerta del carruaje.
Le sucede algo, lady Ashe? le pregunt este al ver que ella miraba
hacia ambos lados nuevamente.
No haba nadie.

Katherine subi al carruaje sin contestar al lacayo y se dijo que solo


estaba nerviosa y que tena que dejar de pensar en Bradshaw, pero una voz
en su interior insisti en que eso era sencillamente imposible.
La mansin de los Rochester estaba bastante cerca de la de Darius
Postgate, pero suficientemente separadas ambas como para que las dos
familias no tuviesen que verse si no lo deseaban. Lady Kildare y los
Rochester se pasaron el trayecto comentando distintas posibilidades para la
inminente boda de su hija y de su sobrino, respectivamente. Y Katherine
intent ignorarlos.
Al llegar a la mansin fueron recibidos por Lionel Postgate y su madre,
una dama fra y distante e idntica a su hijo.
Tenis que disculpar a Darius les dijo mientras los acompaaba
hasta el saln donde iban a tomar un jerez antes de la cena y a esperar la
llegada del resto de invitados, est en su despacho con Verlen.
El escalofro volvi a la espalda de Kate. Record el nombre con el que
el cochero se refiri a la colina. El cementerio abandonado de Verlen.
Verlen? le pregunt a Lionel en voz baja con el corazn en un
puo.
Un cientfico chiflado que se pasa el da en las fbricas de mi padre.
Tal vez Verlen era un apellido muy frecuente y se trataba solo de una
casualidad.
No recuerdo que me lo hayan presentado.
Gracias a Dios no se mueve por nuestros crculos. Su prometido
levant dos copas de una bandeja de plata que les acerc una doncella.
Mi padre insisti en invitarlo.
Darius Postgate haba insistido en invitar a un empleado de su fbrica?
T le conoces?
Por desgracia, s, y me parece un ser bastante despreciable que no
sabe quedarse en el lugar que le corresponde.
A Katherine le sorprendi que Lionel la contestase con tanto fervor;
probablemente era la primera vez que lo vea manifestar algo parecido a
una emocin. Pero cul? Odio, envidia, resentimiento?
En aquel preciso instante not la mirada de lady Rutland encima de ella
y no tuvo ms remedio que devolvrsela y dirigirse a su encuentro.
Tu madre me est llamando le comunic a Lionel. Si me
disculpas, ir a hablar con ella.
Por favor.

Lionel se apart y se acerc a conversar con lord Rochester mientras


Katherine se diriga hacia su futura suegra.
La puerta se abri.
El sonido del picaporte de metal se meti por la piel de Katherine hasta
llegarle a la sangre, y el corazn se le aceler. No vea quin haba entrado
pero el aire de su entorno cambi de repente y sinti como si estuviera en
medio de una tormenta y no pudo evitar darse media vuelta.
Imposible.
Oy el ruido de una copa rompindose contra el suelo y se dio cuenta de
que haba sido ella.
Oh, Dios mo balbuce, llevndose una mano a los labios. Oh,
Dios mo.
Una doncella se acerc a recoger los pedazos de cristal y le pas un pao
de lino blanco por la falda para secarle el jerez.
Katherine no poda moverse. Tena miedo de que si daba un solo paso l
se esfumara.
Kate?
Era l. Era su voz.
Bradshaw?
Verlen, ya conoces a la prometida de mi hijo? la voz de Darius los
sacudi a ambos y Bradshaw fue el primero en apartar la mirada y dirigirla
a su amigo.
Cmo has dicho?
Ven, te presentar. Lo cogi por el antebrazo y lo acompa hasta
donde Kate segua estupefacta. Bradshaw Verlen, permteme que te
presente a lady Ashe, mi futura nuera.

12
Katherine vio reflejado en los ojos de Brashaw el instante exacto en que
lo comprendi todo. Esos mismos ojos que unos segundos antes la haban
mirado con alegra y comprensible confusin, la miraban ahora con
desconfianza e incluso desprecio.
El dolor que sinti el da que decidi abandonar esa cabaa despus de
hacer el amor con l volvi a instalarse en su alma (aunque nunca haba
llegado a desaparecer) y se multiplic por todas y cada una de las lgrimas
que haba derramado por el hombre al que se haba entregado en cuerpo y
alma en esa cabaa perdida entre las estrellas.
Un hombre que al parecer no era un estibador del puerto ni un herrero
como se haba imaginado ella, pero qu era? quin era? Un trabajador
de Darius Postgate?
Lady Ashe, es un placer conocerla de verdad le dijo Bradshaw con
un tono de voz cortante hasta entonces desconocido para ella.
Y la frialdad, tanto de las palabras como de su mirada, la hizo
reaccionar. l tambin le haba mentido.
l tampoco le haba contado quin era realmente.
Y l no pareca tener el corazn destrozado ni se haba visto obligado a
sacrificarse para salvar a un pueblo entero.
Se puso furiosa, qu derecho tena Bradshaw a juzgarla sin escucharla
primero? Acaso l no era culpable de lo mismo que ella?
Lo mismo digo, seor Verlen. He odo hablar mucho de usted le
tendi la mano y l la mir desafiante.
Iba a negarse a cogrsela? Iba a humillarla de esa manera delante de la
familia Postgate?
Bradshaw mir la mano de Katherine y se qued petrificado durante un
segundo.
Tena que tocarla? All?, ahora?, cuando todava no haba logrado
contener las ganas de abrazarla y de besarla?

O de preguntarle a gritos por qu le haba mentido.


Tena que hacer algo; si la rechazaba causara un escndalo, y no quera
que lo echasen de esa cena de compromiso la palabra le hel la sangre
antes de hablar con ella.
l no llevaba guantes, y ella tampoco, probablemente para que los
asistentes pudiesen ver el anillo de diamantes que ya la marcaba como
futura esposa de Lionel Postgate.
Era la primera vez que la tocaba despus de esos horribles das que le
haban parecido eternos.
Bradshaw le sujet la mano y agach la cabeza para besarle los nudillos
como era de rigor, pero un instante antes de que sus labios le rozasen la
mano levant levemente la mirada y la fij en los ojos de ella.
Katherine tena la respiracin entrecortada y estaba temblando. Los
dedos se apretaron encima de los de l durante un segundo y fue incapaz de
apartar los ojos de los suyos.
Bradshaw deposit los labios encima de la mano de Katherine y durante
un segundo captur la piel suavemente entre sus dientes. No le dej
ninguna marca, pero a ella le falt el aliento y tuvo que humedecerse los
labios.
Mejor, no quera ser el nico al que ese encuentro le afectase tanto.
Katerine apart la mano y, en un gesto casi inmediato, se pas el pulgar
de la otra por encima de la zona que l haba mordido. Estaba buscando el
rastro de esa sensual caricia?
Verlen le salud Lionel apareciendo justo entonces.
Postgate.
Vamos, querida Lionel se dirigi a Katherine ignorando por
completo al otro hombre, mi madre quiere presentarte a unos amigos.
Bradshaw tuvo que cerrar los puos para contener las ganas de pegar a
Lionel cuando vio que sujetaba a Kate por el antebrazo como si ya fuese
suya.
Pero lo peor fue ver que ella asenta como si nada... y orla despedirse de
l.
Por supuesto. Buenas noches, seor Verlen.
Bradshaw tendra que haberse ido. Si hubiese tenido un pice de sentido
comn, se habra ido de esa casa en aquel preciso instante. Pero tal como
descubri esa misma noche, en lo que se refera a Kate, a lady Ashe,
careca de dicho sentido por completo.

La cena fue un autntico suplicio para ambos.


Katherine estaba sentada entre su madre y Lionel, y Bradshaw, Verlen,
como lo llamaba todo el mundo en las pocas ocasiones en que le dirigan la
palabra, en el otro extremo de la mesa.
Frente a ella.
Mirndola.
Como era de esperar, la conversacin de la velada se centr en el futuro
enlace y cada vez que alguno de los comensales haca un comentario
acerca de lo buena pareja que hacan, Verlen clavaba los ojos en ella.
Y cuando Lionel le coga la mano o la llamaba querida, Shaw sujetaba
la copa con tanta fuerza que incluso Katherine poda ver que le quedaban
los nudillos blancos.
Fuera quin fuese Bradshaw Verlen en realidad estaba furioso con ella.
Para empeorar las cosas, cuando sirvieron los postres la madre de Lionel
cambi el tema de la conversacin y les cont a sus invitados que
Katherine era la heredera del ducado de Kildare y que por tanto Lionel, al
contraer matrimonio con ella, se convertira en el futuro duque de Kildare,
uno de los ttulos ms antiguos de Irlanda.
Lionel hinch el pecho y mir a los all presentes con aires de
superioridad, y ninguno se dio cuenta de que Bradshaw levantaba
levemente la copa en direccin a Katherine.
La estaba felicitando?
Ella le suplic con la mirada que no la juzgase, pero l ni siquiera
parpade
Lionel, obviamente, no tard en coger la palabra y les cont que despus
de la boda partiran rumbo a Inglaterra para pasar una temporada en
Londres y presentarse debidamente en sociedad.
Katherine tena ganas de gritar y de llorar. Y de ponerse en pie y pedirle
a Bradshaw que dejase de mirarla de esa manera.
No hizo nada y sigui soportando aquel suplicio.
Lleg el momento del brandy, y Katherine tuvo que apoyarse en la mesa
para no caerse cuando, con el resto de las damas, se levantaba para
retirarse al saln mientras los caballeros se quedaban all solos para tomar
una copa a solas como dictaba la costumbre.
Busc a Bradshaw con la mirada para suplicarle que la esperase, pero l
ignor todos sus intentos y fingi estar fascinado con algo que le estaba
contando Darius Postgate.

Si no hubiese sido porque Katherine vio que flexionaba los dedos de la


mano izquierda, habra credo que l ni siquiera se haba dado cuenta de
que lo estaba mirando. Suspir resignada, y abatida sigui a su madre y al
resto de damas hacia el saln rosado, donde las esperaba el t y el
reconfortante fuego de una chimenea. Dentro de unos minutos los
caballeros se reuniran con ellas y buscara el modo de hablar con
Bradshaw.
Bradshaw vaci la copa de coac de un trago e intent prestar atencin a
lo que Darius le estaba contando sobre Ian Malborough. En realidad, no
importaba demasiado, Bradshaw ya haba decidido hacerse socio del
ingls. El hombre le haba gustado desde un principio y l siempre haca
caso a sus instintos. En lo que se refera a los negocios no le fallaban
nunca. En lo personal, le haban fallado estrepitosamente.
Cmo era posible que no se hubiese dado cuenta de que Kate se estaba
burlando de l? De que en realidad era una dama de la alta sociedad que
probablemente solo estaba aburrida.
Por qu lo haba hecho?
Por qu?
No me ests escuchando le recrimin Darius.
No reconoci, pero te gustar saber que he decidido escribirle a
Ian y pedirle que nos acepte como socios.
Eso has hecho? Levant una ceja blanca. Cundo?
Esta maana.
Antes de hablar conmigo?
Bradshaw se limit a encogerse de hombros y a formular una de las
preguntas que lo estaban atosigando.
Ests contento con la eleccin de Lionel?
Darius lo mir a los ojos sorprendido. A pesar de los aos que haca que
se conocan poda contar con los dedos de una mano las veces que
Bradshaw le haba preguntado por Lionel.
S, la verdad es que s. Lady Ashe me parece una joven fascinante.
Antes no has llegado a contestarme, la conocas?
No, por supuesto que no afirm rotundo. Y era verdad, l no
conoca a lady Ashe, l haba conocido a Kate, un doncella irlandesa que le
haba destrozado el corazn.
Lo bueno era que al parecer Kate no exista. Ahora no tena ms remedio
que olvidarla.

Tambin puedo odiarla.


Caballeros, si estn de acuerdo, a m personalmente me gustara
volver al lado de mi prometida anunci Lionel con una sonrisa de
satisfaccin.
El resto de hombres se rio por el comentario y se dirigieron hacia la
puerta que conduca al saln donde los estaban esperando las damas.
Yo me voy, Darius le dijo Bradshaw a su amigo en voz baja. No
poda seguir all ni un segundo ms. Si Lionel haca un brindis por su bella
prometida y la besaba, probablemente perdera el poco control que le
quedaba.
Tan pronto?
Verlen vaci la segunda copa que le haban servido y se mantuvo firme
en su decisin.
S, tengo que trabajar. Gracias por invitarme, ha sido... interesante. No
hace falta que me acompaes, puedo salir solo.
Bradshaw estrech la mano de Darius y esper a que su amigo se diese
media vuelta y entrase en el saln contiguo. Entonces l solt despacio el
aliento y movi la cabeza hacia ambos lados para aflojar un poco la tensin
que se haba acumulado en sus hombros.
Gir decidido y se dirigi hacia la salida del comedor. Cerr los dedos
alrededor del picaporte y una voz lo detuvo de inmediato.
Shaw. Lo siento.
Eso era probablemente lo peor que podra haberle dicho.
Bradshaw solt los dedos uno a uno y cerr los ojos durante un segundo.
Y record lo preocupado que haba estado por Kate mientras ella se
comprometa con Lionel Postgate.
Noches sin dormir, das enteros torturndose con imgenes de ella
muerta en un callejn, resacas que le haban impedido trabajar, pesadillas
que le haban atormentado el alma.
Los remordimientos que le haban carcomido por no haberle dicho que
la amaba.
Y ahora ella le deca que lo senta.
Se dio media vuelta furioso y decidido a no permitir que lady Katherine
Ashe, futura esposa de Lionel Postgate, viese el dao que le haba hecho.
Lo mucho que haba logrado engaarlo.
Verlen la corrigi, cruzndose de brazos y clavndole la mirada.
Qu es lo que siente, lady Ashe?

No me llames as. Dio un paso hacia l pero se detuvo al ver que


Bradshaw apretaba la mandbula.
Shaw no quera que lo tocase.
Felicidades por su compromiso. Supongo que por eso no pudo acudir a
nuestra cita.
No, no fue por eso.
Bradshaw arque una ceja.
Ser mejor que vuelva al saln, su prometido la estar buscando
dijo al fin. Buenas noches, lady Ashe.
Solt los brazos y empez a darse media vuelta.
No, no te vayas, Shaw. Por favor aadi Katherine a media voz.
Llmeme Verlen se detuvo, y la fulmin con la mirada y mucho
me temo, lady Ashe, que usted no tiene derecho a pedirme nada.
Katherine reaccion y se acerc a l nerviosa. Su corazn le peda a
gritos que impidiese que Bradshaw se fuese de all desprecindola de esa
manera, negndose a llamarla por su nombre, obligndola a que ella no
utilizase el suyo.
Escchame, por favor. No es lo que te imaginas.
Y qu me imagino? Que se ha redo de m? Que me ha engaado?
No me he redo de ti y no te he engaado. Se lami nerviosa el labio
inferior y le falt el aliento cuando vio que l segua el gesto con la mirada
. T tampoco me dijiste quin eres en realidad.
Oh, crame, no soy duque ni conde ni nada por el estilo, lady Ashe
son como un insulto.
Deja de llamarme as lo sujet por las solapas de la americana y
cuando vio que l abra los ojos sinti que la tela le quemaba en las palmas
de las manos. Debera soltarlo. Tendra que soltarlo. Llmame Kate, por
favor.
Bradshaw la sujet por la cintura casi sin darse cuenta y la mir a los
ojos. No poda ceder. Ahora menos que nunca; ella iba a casarse con Lionel
Postgate. Apret los dedos y no la solt, le result imposible.
Por qu? le pregunt.
Porque t eres el nico que sabe que Kate existe.
No existe. Y aunque existiera est comprometida con Lionel Postgate.
Deja que te lo explique.
No. Respir hondo. Tengo que irme.
Kate not que Bradshaw aflojaba los dedos y el pnico la llev a decir lo

equivocado.
Es por el dinero. Necesito el dinero.
A Bradshaw se le hel la sangre al escuchar aquellas palabras y tuvo que
tragar para deshacer el nudo que se le haba formado en la garganta.
Por el dinero? Te has comprometido con Lionel Postgate por
dinero?
S.
Imposible. Kate no poda ser como las dems. Kate no era tan falsa
como el resto.
Kate no existe.
Necesito el dinero para...
No quiero saberlo.
Por qu?
Porque no es asunto mo.
Kate solt las solapas y se apart lo suficiente como para mirarlo a los
ojos. Los tena completamente vacos de emocin y eran fros y cortantes.
Infranqueables.
De verdad crees eso, Verlen?
Una reaccin.
Al fin.
A pesar de su insistencia, Bradshaw no consigui ocultar la decepcin
que sinti al or que ella dejaba de llamarlo por su nombre.
De verdad.
No te creo.
No me importa, lady Ashe. Y esta conversacin empieza a resultarme
aburrida.
Por qu no te comportas como el hombre que me abraz en medio de
la nieve aunque solo sea un segundo? Por favor.
Porque ese hombre no tiene bastante dinero para que cumplas tu
promesa de acudir a la siguiente cita. Incluso despus de... No termin la
frase. Me voy.
La rabia que llevaba conteniendo desde la muerte de su padre, el
resentimiento que iba creciendo dentro de s misma cada vez que alguien le
daba la espalda o la miraba mal por algo que no era culpa suya, ardieron en
su interior e igual que la noche que se entreg a l en esa cabaa Katherine
hizo lo que le peda a gritos el corazn.
No! le sali del fondo del alma, y sujet a Bradshaw por el

antebrazo.
Y, por primera vez desde que haban empezado esa horrible
conversacin en el saln, l la mir de verdad.
A Katherine le bast con eso para reunir el valor que le faltaba y con la
otra mano tirar de la cabeza de Bradshaw hacia abajo.
Y lo bes.

13
Kate lo estaba besando.
La mano que tena en su nuca temblaba tanto como los labios que
estaban encima de los l. Era evidente que era la primera vez que ella
iniciaba un beso tan apasionado, ardiente y necesario, y a l ninguno lo
haba afectado tanto como este. Y cuando Kate desliz tmidamente la
lengua por la comisura de su boca, Bradshaw se olvid de que estaba
prometida, de que era una materialista a la que solo le interesaba el dinero
y de que se haba pasado una semana muerto de preocupacin por ella.
Y separ los labios.
Bradshaw le rode la cintura con los brazos y la peg a l en el preciso
instante en que empez a devolverle el beso con todas sus fuerzas. Ella no
le solt la nuca sino que enred los dedos en su pelo y se sujet a l como
si su vida dependiera de ello. Los labios de Kate imitaron los movimientos
de los de Bradshaw y gimi suavemente al notar que l recorra el interior
de su boca con la lengua.
Los dedos de l tambin temblaron durante un segundo en la cintura de
ella y despus los apret y tir de Kate un poco ms hacia l. Bradshaw
separ las piernas para capturar el cuerpo entero de Kate entre ellas. Movi
las caderas y no puedo evitar gemir al sentir el calor que desprenda ella.
Kate no poda parar de besarlo. Quera pasarse la vida entera sintiendo el
sabor de Bradshaw dentro de ella. Quera que fuese l, y solo l, el que
volviese a encender aquel fuego desconocido en el interior de su cuerpo.
Quera que sus gemidos terminasen siempre en la garganta de ella, que
sus manos recorriesen su piel, que su lengua se perdiese en su boca, que...
Lady Ashe, Verlen!
La voz de lord Rochester fue la primera que se oy por encima de las
otras exclamaciones de asombro y reprobacin.
Kate, que estaba de espaldas a la puerta que comunicaba con el saln y
que era por donde haban entrado los intrusos, dej de besar a Bradshaw y

apoy la frente en el torso de l. Afloj muy despacio los dedos que tena
en la nuca de Shaw y los apart con una caricia.
Qu haba hecho?
Haba traicionado a la gente que dependa de ella por un beso... Un beso
del que nunca podra arrepentirse.
Bradshaw le acarici la espalda y cuando ella agach la cabeza, le
deposit un beso en el pelo. Y Kate casi se pone a llorar.
Tal vez Lionel no los haba visto. Pero qu estaba diciendo? Aunque
Lionel no los hubiera visto iba a descubrir la verdad en cuestin de
segundos.
Vaya, vaya, Katherine.
Lionel.
Kate se dio media vuelta despacio y comprob que todas las personas
invitadas a su cena de compromiso la haban descubierto besando a otro
hombre.
Lionel, yo...
No es necesario que digas nada, Katherine. La detuvo con un gesto
de la mano y pase hacia ella como si la hubiese pillado jugando a las
cartas con Bradshaw y no besndolo apasionadamente. Entiendo
perfectamente tu decisin. Tir de los puos blancos de la camisa.
Has decidido venderte al mejor postor. Al fin y al cabo necesitas dinero
la humill delante de todos, y nadie tiene ms dinero que Bradshaw
Verlen.
Bradshaw dej de sujetarla por la cintura.
Oh, Dios mo.
Lo sabas le oy farfullar. Sabas que tengo dinero.
No, no es cierto le asegur ella mirndolo a los ojos.
Pero l no la crey y una lgrima se desliz por la mejilla de Kate.
Por supuesto que lo saba, Verlen sigui Lionel con una sonrisa,
como si l tambin formase parte de aquella conversacin, por qu, si
no, ha venido a buscarte? Seguro que lo tena todo planeado desde el
principio.
No, Shaw, por favor! Escchame le pidi Kate de nuevo.
No, no, no, no.
Bradshaw estaba tan furioso que no poda ni pensar. Tena que salir de
all y caminar. Gritar. Golpear algo.
Seguro que lo tena todo planeado desde el principio.

Todo.
Verlen. Alguien tir de la manga de su americana. Verlen!
Bradshaw se gir y se encontr con el rostro de preocupacin de Darius
Postgate.
Tengo que salir de aqu farfull.
Lo entiendo afirm Darius en voz baja, pero piensa en lady Ashe.
No puedes irte sin ms. El escndalo la destrozar.
Bradshaw no quera mirar a Kate, se vea incapaz de descubrir que lo
que haba sucedido entre ellos haba sido una farsa desde el principio. Que
le haba hecho el amor por dinero y que al no obtener el resultado deseado
haba montado esa farsa en medio de esa cena de compromiso.
Qu haba sucedido? Haba llegado a Nueva York y despus de
comprometerse con Lionel se haba enterado de que en la ciudad haba un
hombre mucho ms rico que su prometido? Un cientfico excntrico que
no encajaba en ninguna parte y al que no le costara nada engatusar?
Dinero, eso era lo nico que le importaba. Le importaba tanto que se lo
haba jugado todo a una carta. Dios, si incluso le haba entregado su
virginidad! Esa noche en la cabaa no le haba negado nada. Todo lo
contrario, le haba insistido en que volviese a hacerle el amor.
Para aumentar las posibilidades de quedarse embarazada.
Iba a vomitar.
Y qu habra hecho si l no se hubiese presentado a esa cena? Habra
seguido adelante y se habra casado con Lionel?
Por supuesto que s.
Y si estaba embarazada, habra dejado que Lionel criase el hijo de otro
hombre?
Por supuesto que s.
Bradshaw no iba a permitir nada de todo eso. Jams.
No mir a Kate, pero s a Lionel, y apret los dientes para no darle un
puetazo y borrar la sonrisa de satisfaccin que ocupaba su rostro.
Dinero, lady Ashe lo haca todo por dinero..., pues iba a tener todo el que
quisiera.
Lady Ashe se dirigi a ella pero mantuvo la mirada fija en un punto
en la pared ha conseguido lo que quera. Va a casarse por dinero. A
pesar de lo que se haba esforzado por no mirarla no pudo evitar ver que
los ojos se le llenaban de lgrimas y que le temblaba el labio inferior.
Cerr los puos hasta clavarse las uas en las palmas. Darius le dar mi

direccin y puede venir maana para ultimar los detalles.


Qu ests diciendo Verlen? le pregunt Darius.
Lady Ashe y yo vamos a casarnos.
Y se fue del saln y de la casa de Darius sin mirar a Kate y sin
importarle que ella quedase atrapada en medio de esa jaura de aristcratas
desalmados. Se lo tena merecido.
Kate contuvo las lgrimas y durante un segundo odi a Shaw, pero
aguant estoica y se mantuvo firme. Si l haba reaccionado con tanta
crueldad, ella no le era tan indiferente como afirmaba. Se aferr a esa
creencia como un clavo ardiendo y aguant la mirada de desprecio de
Lionel Postgate y las preguntas malintencionadas del resto de invitados.

A la maana siguiente, a pesar de que Katherine intent convencerla de


lo contrario, lady Kildare acompa a su hija a casa de Bradshaw Verlen.
La madre de Katherine se pas toda la noche despierta pensando en el
escndalo que haba causado su hija besando a un cualquiera delante de
la flor y nata de la alta sociedad de Nueva York. Pero por la maana oy
que unas doncellas de los Rochester decan que lady Ashe haba
conseguido pescar a uno de los hombres ms ricos de Amrica y su humor
mejor un poco. Y cuando llegaron a la mansin de Verlen todava ms.
Ese hombre tal vez no poseyera ni una gota de sangre azul en sus venas,
pero era tan rico que poda comprarla.
Deja de sonrer, madre. Se supone que ests enfadada conmigo porque
te he echado a perder la vida le recrimin Katherine, que se hallaba
sentada en el banco opuesto del carruaje.
Olvida lo que te dije ayer por la noche, querida. En Londres nadie
tiene que saber que Verlen no fue tu primera eleccin. Lo nico que
importa ahora es que es asquerosamente rico y que est dispuesto a casarse
contigo.
Yo nunca he elegido a nadie farfull en voz baja, convencida de que
su madre no la oira.
La oy.
Entonces por qu lo besaste? En ningn momento has insinuado que
l te obligase y, por mucho que me pese, no parecas estar resistindote.
Katherine refunfu y mir por la ventana. No, Bradshaw no la haba
obligado. En realidad, l crea justo lo contrario; que lo haba besado con

intencin de que los pillaran y que as l se viese obligado a casarse con


ella.
Nada ms lejos de la realidad. Katherine no tena ningn plan, si incluso
perdi la capacidad de razonar cuando vio all a Bradshaw. Lo nico que
haba pretendido conseguir al ir tras l era que la escuchara, que la
perdonara por haberle ocultado la verdad.
Por haberle hecho dao.
Porque por mucho que intentase justificarse, Kate tena que aceptar que
le haba hecho mucho dao a Shaw, tal vez demasiado, y que le iba a
resultar difcil que la perdonase.
Pero Bradshaw no le permiti decir ni una palabra y se limit a creer lo
peor de ella sin ni siquiera dudarlo un segundo.
La haba juzgado y condenado sin darle la oportunidad de explicarse.
Igual que haban hecho sus supuestos amigos y pretendientes en Irlanda
despus de la muerte de su padre.
Katherine ya estaba harta de que nadie creyese en ella.
Y le haba destrozado el corazn comprobar que Bradshaw no era
distinto a los dems. O peor incluso, cmo diablos haba sido capaz de
decretar que iban a casarse sin ms? S, era lo que se esperaba, pero no lo
que ella pretenda.
Ella solo quera hablar con l.
Entonces, por qu se le haba encogido el estmago al pensar que, como
si de un milagro se tratase, iba a tener todo lo que quera; Shawn y el
dinero para salvar sus tierras?
Porque el hombre que haba dicho que se casara con ella no era Shawn
sino Verlen, un hombre fro al que podra odiar con facilidad si segua
tratndola de esa manera. Sin embargo, una parte de ella insista en que la
reaccin de Bradshaw se deba al dolor que ella le haba infligido y que
tena que darle una segunda oportunidad.
Era imposible que aquel hombre que la haba mirado de esa manera, que
la haba besado con manos temblorosas y con el aliento entrecortado la
juzgase sin escucharla.
Completamente imposible.
Seguro que ahora Bradshaw vea las cosas de otra manera y la dejara
explicarse. Y seguro que cuando terminase de contarle toda la verdad la
abrazara y volvera a besarla.
El carruaje se detuvo frente a una casa de ladrillo blanco y verja negra

situada en el mejor barrio de la ciudad. No era una mansin como la de los


Rochester ni tampoco como la de los Postgate; la casa de Bradshaw Verlen
era igual que su propietario, elegante, fuerte, misteriosa.
El cochero salt del carruaje y les abri la puerta. Katherine vio que su
madre prcticamente babeaba de lo contenta que estaba por la situacin,
tanto que estaba dispuesta a aceptar que su futuro esposo trabajase.
A Katherine se le revolvi el estmago y tuvo que llevarse una mano a
los labios para no vomitar. No poda quitarse de encima la sensacin de
que aquel encuentro iba a salir mal.
Son solo los nervios.
Subieron la escalinata y llamaron a la puerta que abri un mayordomo
de aspecto ms que interesante.
Buenos das, lady Ashe, supongo.
Buenos das, s, gracias, y ella es mi madre, lady Kildare.
El seor Verlen la est esperando en su despacho.
Madre e hija entregaron sendos abrigos y guantes a una doncella y
siguieron al mayordomo hasta la puerta de roble que se vea al final del
pasillo.
Este la abri y entr para anunciarlas.
Lady Ashe y lady Kildare, seor.
Gracias, Carson contest Verlen desde el interior.
A Katherine se le puso la piel de gallina al or su voz.
Ridculo.
Entraron y, en cuanto lo vio, el nudo que Katherine tena en el estmago
amenaz con estrangularla por dentro.
Ese hombre sin afeitar y de mirada dura y distante no era Bradshaw. Ese
era Verlen en cuerpo y alma. Estaba perdida, peor, pens al notar una
presin en el corazn; le haba perdido a l.
Buenos das, lady Ashe, me alegro de que haya venido acompaada de
su madre. Como ver, yo tambin tengo compaa.
Por culpa de los latidos de su corazn Katherine tard unos segundos en
comprender lo que l le estaba diciendo, pero cuando lo hizo se percat de
que frente a la mesa llena de papeles haba un hombre menudo con gafas.
Le presento al seor Billings, uno de mis abogados sigui Verlen.
Estoy seguro de que sabe que aunque soy un genio con los nmeros y con
el dinero, no lo soy tanto con las letras puntualiz, mirndola a los ojos
con la clara intencin de provocarla.

Yo no... quiso defenderse, decirle que ella no saba nada de todo


eso, pero l se lo impidi.
Oh, no se preocupe, el seor Billings tambin defender sus intereses.
Quiero que los dos nos sintamos satisfechos con el contrato.
Contrato?
Acuerdo matrimonial. Llmelo como quiera. Sintense, por favor
les indic a las dos mujeres.
Katherine crey ver que le temblaba la mano al sealar las butacas, pero
no poda estar segura.
Usted dijo que se casara con mi hija le record lady Kildare a la
defensiva, sin entender qu estaba pasando.
Y lo har, milady. Dentro de dos das, si estamos todos de acuerdo con
el resto de condiciones.
Condiciones?
Katherine no poda pensar. Los ojos de l, a pesar de que haban perdido
el calor de las otras ocasiones, la recorran de arriba abajo y desde donde
estaba sentada poda oler su piel.
Quiero saber a cunto asciende la deuda que voy a tener que satisfacer
cuando nos casemos, y establecer una serie de medidas para evitar que
vuelva a producirse la misma situacin. Segn he podido averiguar desde
ayer por la noche, lady Kildare, su difunto esposo malgast gran parte de
su fortuna satisfaciendo todos sus caprichos.
Cmo se atreve!
Katherine tuvo que morderse el labio inferior para no rerse. No le
gustaba ver a Bradshaw comportndose con tanta frialdad, pero ya era hora
que alguien le dijese la verdad a su madre.
Me atrevo porque ahora va a ser mi dinero.
Cien mil libras contest Katherine capturando la atencin de
Bradshaw. Si no pagamos cien mil libras el banco ejecutar las deudas y
perderemos las tierras.
Qu ms?
Los gastos mensuales de la finca ascienden a ocho mil y la casa de
Londres, donde vive mi madre, a cinco mil.
Qu ms?
Katherine tuvo que tragar saliva varias veces para poder continuar.
Nunca se haba imaginado manteniendo esa conversacin con Bradshaw de
esa manera.

Mi padre contrajo varias deudas de juego cuando intent ganar dinero


con las apuestas.
Cunto?
Treinta mil, puede que ms. Siempre que creo que estoy al corriente
aparece un nuevo acreedor.
Lo ha anotado todo, seor Billings? le pregunt al hombre sin
apartar la mirada de Katherine.
S, seor.
Djennos solos orden entonces Bradshaw.
El seor Billings dej el papel donde haba anotado las cantidades que
Katherine haba ido enumerando encima de la mesa y se dispuso a
marcharse.
Usted tambin, lady Kildare. La vio refunfuar con el rabillo del
ojo y aadi con voz firme: Ahora.
Esto es un ultraje!
Vete madre, estar bien. Bradshaw y yo tenemos que hablar. l
entrecerr los ojos al or su nombre, pero Katherine no se amedrent.
Lady Kildare se puso en pie y camin hacia la puerta.
Esperar fuera decret furiosa antes de desaparecer.
Katherine mantuvo la mirada fija en Bradshaw hasta que este cogi el
papel y lo inspeccion por encima.
Ests embarazada? le pregunt sin mirarla y sin emocin, aunque
apret con fuerza la mano que tena oculta bajo la mesa.
No. Le habra gustado hacerse la ofendida, pero se contuvo porque
se dijo que Shaw tena derecho a hacerle esa pregunta.
Ests segura?
Trag saliva y rez para que l la mirase. Si la miraba de verdad una
sola vez vera que no lo estaba engaando, que a pesar de todo era Kate.
Estoy segura.
Alguien debi de escuchar sus plegarias, porque Shaw dej el papel
encima de la mesa y levant la vista para mirarla:
As que te has vendido por doscientas ochenta y seis mil libras. Ms o
menos.

14
Katherine sinti un fuerte escozor en los ojos pero se neg a derramar
una sola lgrima.
No me he vendido.
Entonces ibas a casarte con Lionel Postgate por amor? Enarc una
ceja y dej el papel de nuevo encima de la mesa.
No.
Supongo que no pretenders que me crea que conmigo es distinto.
Lo...
No me mientas... As que cuando creas que no tena dinero me dejaste
plantado sin ms para comprometerte con Lionel. Incluso despus de...
Se detuvo y apret los labios hasta convertirlos en una nica lnea blanca.
No tena eleccin, Bradshaw. La lgrima consigui huir y resbalar
por su mejilla.
l apoy las dos manos en la mesa y se levant.
Yo s lo que es no tener eleccin, Katherine, y te aseguro que t s que
la tenas. Y ahrrate las lgrimas, no te hacen falta. Ya has conseguido lo
que queras.
Y t? Se sec furiosa la lgrima y tambin se levant. No quera
sentirse en inferioridad de condiciones mientras mantenan esa horrible
conversacin. T qu quieres?
Olvidarme de todo esto. Besarte. Odiarte por haberme hecho dao.
Negociar este contrato contigo para no volver a tener ninguna
sorpresa. Se acerc sin darse cuenta a donde Katherine estaba. Solo
quera tenerla un poco ms cerca para comprobar lo buena actriz que era.
De acuerdo convino ella tras tragar saliva de nuevo.
Hoy mismo le dar instrucciones al seor Billings para que se ponga
en contacto con el banco y cancele vuestra deuda.
Gracias.
Nos casaremos dentro de dos das sigui l como si no la hubiese

odo y te instalars aqu esa misma noche. Tu madre se quedar con los
Rochester, o con quin le d la gana, pero no pondr jams un pie en esta
casa. De acuerdo?
De acuerdo.
Establecer una cantidad mensual para ti y otra para ella, y cuando
vayamos a Irlanda y a Inglaterra decidir qu hago con las propiedades.
Cundo nos iremos?
No puedo irme de Nueva York hasta que termine varios prototipos, y
despus tendr que asegurarme de que funcionan y de que las fbricas
saben utilizarlos.
Pero yo tengo que volver a Irlanda.
No, Katherine. Acabo de comprarte, recuerdas? T tienes que hacer
lo que yo te diga.
Di que no le suplic Bradshaw en silencio, dime que no piensas
aceptar que te trate as y que no quieres mi dinero. Di que no.
Katherine se sec otra lgrima y apart la mirada.
Pero no dijo nada.
Bradshaw tena la mesa detrs de l y alarg un brazo para volver a
coger el papel. Doscientas ochenta y seis mil libras era una gran cantidad
de dinero, pero una ridiculez comparado con el que l tena.
Y nunca haba lamentado tanto tenerlo.
Qu clase de prototipos?
Ella habl tan bajito que durante unos segundos Bradshaw crey que se
lo haba imaginado.
Disculpa?
Qu clase de prototipos haces? Se atrevi a levantar la cabeza y a
mirarlo.
Ahora fue l el que tuvo que tragar saliva antes de hablar, pero cuando
iba a hacerlo se detuvo. Ella estaba actuando, lo nico que le importaba era
el dinero y por eso finga interesarse en l.
Esa parte de mi vida no te incumbe. Ni ahora ni nunca.
Katherine retrocedi como si la hubiese golpeado.
Vamos a casarnos dijo ella al recuperar la voz. Clav la mirada en
la de l y observ la rabia y el rencor que arda dentro de sus ojos. No
vas a dejar que vuelva a acercarme a ti adivin, y cualquier ilusin,
sueo o esperanza que pudiese quedar dentro de ella se desvaneci.
Fue una afirmacin, no una pregunta.

Oh, s, creme, Katherine, voy a dejar que te acerques tanto como


quieras. Al fin y al cabo estoy pagando mucho dinero por ese privilegio.
Katherine lo abofete. Bradshaw ech la cabeza hacia atrs y captur la
mueca de Katherine antes de que ella pudiese apartar la mano. Le escoca
la mejilla y tena la respiracin entrecortada por culpa de la rabia y del
deseo que no lograba contener al tenerla tan cerca.
Una sola, Katherine. Esta es la nica vez que dejo que me toques.
La solt con rabia y se apart.
Dentro de dos das, en la iglesia que hay detrs de la antigua fbrica
del muelle. A las doce. Si no ests all, me ir y te aseguro que esta vez no
intentar buscarte.
Con estas palabras Bradshaw abandon el despacho y su propia casa sin
importarle lo ms mnimo las miradas atnitas de su mayordomo y de sus
dos invitadas.
Y Katherine se qued inmvil, sujetando la mano con la que le haba
pegado y pensando que l haba intentado encontrarla.
Esper unos minutos y cuando crey haber recuperado cierta compostura
sali del despacho para ir en busca de su madre. La encontr en el
vestbulo, furiosa porque nadie le haba ofrecido una taza de t. Una
doncella les trajo los abrigos y, cuando salieron, su carruaje ya las estaba
esperando. Volvieron a la mansin de lord y lady Rochester y prepararon el
equipaje. Despus de todo lo que haba sucedido, a Kate no le pareca bien
seguir instalada en casa de los tos de Lionel, y aunque su madre no
coincida con ella, al final acept instalarse en un hotel.
La ciudad entera saba que iba a casarse con Bradshaw Verlen y, cuando
llegaron a la lujosa recepcin del hotel, el nico al que su madre acept
mudarse, no tuvieron ningn problema y las instalaron en la mejor suite
del establecimiento. Kate insisti en que ellas iban a satisfacer la cuenta,
pero el caballero que las atendi se limit a sonrerle con indolencia.
Cansada, abatida por los sucesos de esos das, dej de insistir y subi a su
habitacin. Para bien o para mal haba vuelto a ver a Shaw, as que hoy,
despus de una semana de noches en vela, volvera a dormir. Le habra
gustado soar que todo eso haba sido una pesadilla, pero no lo consigui.
Despert sola y, al ver el lugar donde se encontraba, record que todo era
verdad. Pas el da entero en la habitacin del hotel esperando un milagro
que no lleg a suceder y, a la maana siguiente, se visti con la nica
ayuda de Sarah para contraer matrimonio con el desconocido que haba

amado una noche nevada.

Aquella iglesia, pens Katherine al entrar en ella el da acordado a la


hora sealada, era probablemente la iglesia ms modesta que haba visto
nunca. Y completamente opuesta a la iglesia donde se habra casado con
Lionel.
Frente al altar estaba Bradshaw vestido completamente de negro y
perfectamente afeitado. Cuando lo vio, a Katherine se le par el corazn y
durante un instante se lo imagin corriendo hacia ella y dicindole que la
amaba, pero aquel sueo solo dur el segundo que Bradshaw dedic a
mirarla, porque despus se dio media vuelta como si efectivamente no le
importase lo ms mnimo que ella hubiese ido.
Bradshaw se qued sin respiracin al ver entrar a Katherine en la iglesia,
y tuvo que darse media vuelta para no correr hacia ella y pedirle perdn
por lo horrible que haba sido su comportamiento la ltima vez que se
haban visto. Durante un instante se permiti soar que se casaban porque
estaban enamorados y no porque ella necesitaba su dinero. Cerr los ojos y
se dej llevar por la msica del destartalado rgano que ocupaba un rincn
de la iglesia.
Katherine, que iba acompaada de su madre, avanz por el pasillo
preguntndose por qu Bradshaw haba elegido esa iglesia. Por qu quera
humillarla? All no haba nadie.... Excepto una mujer y una chica que
ocupaban el banco que haba justo detrs de l y Darius Postgate.
Aprovech que su futuro esposo estaba dndole la espalda para observar
a las dos nicas invitadas, y cuando vio el enorme parecido entre la joven y
Bradshaw dedujo con certeza su identidad: eran la madre y la hermana de
Verlen.
Lleg al altar y se detuvo. La madre de Katherine, en un gesto muy poco
propio de ella, le dio un abrazo y segundos despus se sent en un banco
completamente sola, manteniendo las distancias con la familia del hombre
que las estaba salvando de la ruina ms absoluta.
Katherine empez a temblar y probablemente se habra desmayado si l
no hubiese hablado precisamente entonces.
Has venido le dijo Bradshaw en voz baja, y Katherine crey
detectar cierto asombro en su voz y en su mirada.
He venido.

l carraspe y volvi la vista al frente.


Puede empezar, padre.
Katherine apenas prest atencin al discurso del sacerdote hasta que
lleg el momento de pronunciar los votos.
Katherine Margaret Ashe, aceptas a Bradshaw Seamus Verlen como
legtimo esposo para amarlo, cuidarlo y respetarlo hasta el fin de tus das?
Seamus? Con ese nombre era imposible que no tuviese sangre
irlandesa en las venas.
S, acepto dijo, sonrojada sin poder dejar de pensar en la frase
completa acepto amarlo hasta el fin de mis das. Tena que ser
maravilloso sentir eso por otra persona y que esta lo sintiera por ti.
Cogi la alianza, un anillo que no haba visto hasta aquel instante y lo
observ: era un sencillo crculo dorado. El anillo exacto que habra elegido
ella. Lo desliz por el dedo de Bradshaw e intent no temblar mientras lo
haca.
Y t, Bradshaw Seamus Verlen, aceptas a Katherine Margaret Ashe
como legtima esposa para amarla, cuidarla y respetarla hasta el fin de tus
das?
S, acepto.
Bradshaw cogi el anillo y se lo puso con movimientos breves y
eficientes. Era obvio que a l esa ceremonia no le estaba afectando como a
ella.
Por el poder que me ha dado la iglesia, yo os declaro marido y mujer.
Puede besar a la novia, seor Verlen.
Bradshaw se gir hacia ella, la mir a los ojos y... no la bes. Katherine
se mordi el labio inferior para contener las lgrimas y mantuvo la cabeza
bien alta. Bradshaw solo necesitaba tiempo, todava estaba enfadado pero
cuando ella le explicase la verdad las cosas empezaran a solucionarse
entre ellos.
Decidida a mantener infinita paciencia se dispuso a apartarse, pero l
volvi a sorprenderla cogindola de la mano.
Ven le dijo, quiero presentarte a mi madre.
Katherine asinti y lo sigui hasta la mujer que haba visto antes en el
banco.
Eres preciosa, jams pens que Bradshaw fuese a enamorarse le
dijo esta antes de que su marido, su marido, pudiese presentarlas.
Gracias balbuce Katherine. El corazn le haba dado un vuelco al

or esas palabras, pero la frialdad con que la Bradshaw la estaba sujetando


las contradeca. Era evidente que esa dulce mujer no saba la verdad.
Mam, te presento a Katherine. Katherine, mi madre, Judith Verlen, y
mi hermana Melisa.
Es un placer, seora Verlen.
Llmame Judith, cario. Le dio un beso en la mejilla y Katherine no
pudo evitar emocionarse. No le hagas caso a Shaw, est nervioso.
S, crea que no ibas a venir aadi Melisa.
Katherine sonri por primera vez en varios das.
No mientas, Melisa. Ya te dije lo que pasara si mentas.
Melisa, que deba de tener unos dieciocho aos, actu con poca madurez
y le sac la lengua a su hermano.
Katherine le sonri todava ms a la joven y esta tambin se acerc a
darle un abrazo.
Bienvenida a la familia, Katherine le dijo.
Gracias contest sincera, llmame Kate.
De verdad no vais a venir a casa un rato, Shaw?
No, mam, ya te dije que no podamos.
No podemos?
Est bien, pero promteme que la prxima vez que vengas me traers
a Kate para que charle con ella. Tengo mucho que contarle, seguro que no
le has explicado nada de ti ni de nosotras.
No creo que Katherine...
Estar encantada de venir, Judith lo interrumpi Kate, que
empezaba a odiar la manera como Bradshaw pronunciaba su nombre.
Bradshaw la mir con los ojos entrecerrados, pero no la contradijo.
Tenemos que irnos, mam. Se agach para darle un beso y luego
hizo lo mismo con su hermana. Cuida de mam, Mely, e intenta
convencerla de que acepte cambiar de casa.
Lo intentar, Shaw, pero no cuentes con ello.
Katherine no pudo evitar observar la escena y echar de menos a Shaw.
Era la primera vez que lo vea de verdad desde el da del paseo en la nieve.
Shaw desapareci en cuanto la mir, y ella, a diferencia de las otras dos
mujeres, tuvo que quedarse con Verlen.
Vamos, se me est haciendo tarde. La cogi de la mano y tir de
ella hacia la salida.
Adnde vamos?

Yo tengo que terminar un motor para maana y t tienes que mudarte


a mi casa.
A Katherine se le rompi otro pedazo de corazn.
Se pasaron el trayecto de vuelta a la casa de Bradshaw en silencio; l con
los ojos cerrados y la cabeza recostada en el asiento como si quisiera
dormir, y ella mirando por la ventana e intentando no suplicarle de nuevo
que la escuchara.
Cuando llegaron a su destino, la situacin no mejor demasiado; l
descendi del carruaje y, tras entrar apresuradamente en la casa, se encerr
en su despacho sin presentarla al servicio y sin darle la menor explicacin,
y Katherine se jur a s misma que iba a salir adelante y que en el futuro,
cuando l le suplicase perdn, se lo hara pagar.
Porque Bradshaw terminara suplicndole perdn.

15
Bradshaw se apoy en la puerta cerrada de su despacho y solt despacio
el aliento.
Dios, si el trayecto en carruaje hubiese durado un minuto ms habra
besado a Katherine y no habra parado hasta que ella le devolviese el beso.
O nunca.
Se haba comportado como un cobarde y como un estpido, pero no
haba tenido eleccin; todava no haba logrado erigir un muro lo bastante
alto y lo bastante fuerte a su alrededor como para resistir la atraccin y el
deseo que senta hacia Katherine.
Hacia una mujer que haba elegido marido en funcin del tamao de su
fortuna.
Bradshaw no era ningn ingenuo, de hecho, no recordaba la ltima vez
que haba actuado con inocencia respecto a algo, pero la tarde que conoci
a Kate se olvid de la desconfianza que sola impregnar su vida y la crey.
Crey en esos ojos redondos y oscuros que lo miraban como si pudiera
llegar a ser el centro de su mundo.
Solt furioso el aliento y se pas las manos por el pelo.
l saba que los matrimonios de conveniencia estaban a la orden del da
en la alta sociedad, pero haba credo, se haba jurado a s mismo, que no
iba a caer vctima de uno de ellos.
Sin embargo, lo haba hecho.
No, no se haba casado con ella para tener un matrimonio de
conveniencia. Se haba casado con ella porque no poda soportar que Kate,
Katherine, se casase con Lionel. Y porque quera vengarse de ella.
Quera hacerle sentir el dolor que ella le haba causado a l. El terror que
haba dominado sus das cuando la crea muerta en alguna parte. El vaco
que le haba embargado al pensar que no volvera a verla.
Bradshaw saba que perdera la poca alma que le quedaba durante el
proceso. Y no le importaba.

Dios, estaba convencido de que Katherine no iba a presentarse en la


iglesia. l haba satisfecho la deuda con el banco el mismo da que se
reunieron para negociar su matrimonio y haba dado por hecho que ella
aprovechara para dejarlo plantado en el altar.
Cuando la vio entrar se le par la respiracin y su corazn insisti en
susurrarle que Kate haba acudido por l, porque quera casarse con l, con
Shaw, pero entonces ella apart la mirada y vio a su madre y a su hermana
y le cambi el rostro.
Y l tuvo que girarse para no gritar.
Lady Ashe no quera casarse con Shaw, ella quera casarse con Verlen,
con la fortuna que este posea.
Pronunciar los votos le cost una parte de su desvencijado corazn, l se
haba jurado tiempo atrs que jams mentira. Y esa maldita voz que tena
en el interior le insinu que tal vez no haba mentido al prometer cuidarla y
amarla durante el resto de su vida.
No, no iba a amarla. Jams.
Despus de descubrir que Kate era en realidad Katherine Ashe, nica
heredera del ducado de Kildare y conocida por todos como lady Ashe,
Bradshaw regres a su casa para cambiarse y salir de inmediato en busca
de informacin. Ahora que saba su nombre de verdad no le cost
demasiado averiguar unas cuantas cosas ms sobre ella y sobre su familia.
Al parecer el nico de los Ashe que tena corazn era el difunto padre de
Katherine. El que habra sido el prximo duque de Kildare estaba
perdidamente enamorado de su esposa y la malcriaba ms all de lo que
poda permitirse. Kildare era adems un psimo jugador y no tard en
perder la fortuna familiar, y cuando eso sucedi su esposa y su hija lo
abandonaron.
Unos aos ms tarde se suicid... O sufri un accidente de caza, segn
quien relatase los hechos.
La historia del duque de Kildare era una advertencia, una leccin que
Bradshaw no poda olvidar: amar a Katherine sera un error porque ella no
dudara en abandonarlo si algn da perda su dinero.
Pero ella insista en acercarse a l, probablemente para engatusarlo ms
todava.
Tal vez no.
No.
No poda fiarse de s mismo. Katherine haba demostrado ser su taln de

Aquiles; si con un par de conversaciones bajo la nieve y una noche de


pasin (no iba a reconocer nada ms) haba conseguido convertirlo en un
manojo de nervios incapaz de terminar un diseo que fuese ms o menos
fiable, si le entregaba su corazn de verdad, si se enamoraba de ella y le
deca que la amaba y ella volva a traicionarle, lo perdera todo.
Bradshaw saba con absoluta certeza que jams lograra recuperarse por
segunda vez. Se convertira en el excntrico chiflado que todos decan y
perdera su capacidad para trabajar y para inventar. Lo nico que tena.
Por eso se iba a pasar el resto del da encerrado en su despacho en la
certeza de que ella perdera el inters y dejara de fingir que tena ganas de
besarlo.

Si me lo permite, seora Verlen, le presentar a los miembros del


servicio.
Katherine estaba aguantando la respiracin para no llorar delante de esos
desconocidos y tard varios segundos en comprender que el mayordomo se
estaba dirigiendo a ella.
S, por supuesto contest tras tragar saliva.
Yo soy Carson, seora, y es un placer conocerla afirm con
sinceridad el hombre de pelo blanco.
Lo mismo digo, Carson.
El mayordomo le sonri y tras presentarle el resto de empleados le
ense la casa, exceptuando el despacho y la habitacin del seor
Verlen.
Cmo odiaba ese nombre.
Lo odiaba con todas sus fuerzas.
Este es su dormitorio anunci Carson tras abrir la puerta de una
habitacin decorada con tonos blancos. El seor Verlen lo adecu para
su hermana, pero la seorita Verlen nunca la ha utilizado.
No, pens Kate, esa habitacin no encajaba para nada con la joven alegre
que haba conocido en la iglesia.
Esta maana han llegado sus maletas sigui Carson, una de las
doncellas subir enseguida para ayudarla a instalarse. Serviremos la cena a
las seis, si le parece bien.
Por supuesto, Carson. Gracias.
El mayordomo le hizo una reverencia y se dirigi despacio hacia la

puerta. Katherine se acerc a la ventana tras comprobar que esa habitacin


no tena ninguna puerta que comunicase con la de su esposo. Incluso sus
padres, despus de distanciarse, dorman en aposentos que se comunicaban
desde el interior.
Felicidades por el enlace, seora Verlen. Nos alegramos infinitamente
de que est aqu. Y Carson se despidi con la sinceridad reflejada en su
arrugado rostro.
Bueno, pens Katherine, al menos alguien se alegraba. Solt despacio el
aliento y se sec una nica lgrima. Llorar no serva de nada y al menos
ahora ya no tena que preocuparse por el abuelo ni por las familias que
vivan en sus tierras en Irlanda.
Dejara que Bradshaw trabajase un poco; durante los das en que no lo
haba visto haba averiguado que Bradshaw Verlen haba ganado su fortuna
inventando distintos motores y mquinas que utilizaban todas las fbricas
modernas. Lo ms curioso era que nadie haba podido decirle de dnde
haba salido exactamente. Nadie saba quines eran sus padres ni cmo
haba conocido a Darius Postgate, pero todos afirmaban que exista una
relacin muy estrecha entre ambos. Bradshaw y Darius eran socios en
varias empresas y el hombre de ms edad le consultaba siempre que quera
hacer alguna inversin.
Te ha presentado a su madre y a su hermana. Eso tiene que significar
algo.
Animada por aquel minsculo detalle, Katherine suspir una vez ms y
empez a deshacer el equipaje. Esa noche, durante la cena, hablara con
Bradshaw y lo obligara a escuchar su versin de la historia.
Katherine no se cambi para la cena, se dej el discreto vestido de
muselina blanca con el que se haba casado, pero le pidi a una de las
doncellas que la ayudase a arreglarse el pelo y se quit las joyas porque
algo le dijo que Bradshaw se sentira ms confortable si no las llevaba y
solo se dej puesta la alianza.
Baj la escalera despacio, observando con ms detenimiento que antes
su alrededor. Esa era ahora su casa. Era innegable que los muebles eran de
una calidad excelente, que la madera de la barandilla era la mejor, pero las
paredes carecan de vida y no haba ningn detalle superfluo; ningn
jarrn, ninguna alfombra de ms, ningn detalle personal.
Entr en el comedor y el optimismo que haba empezado a sentir al
pensar en cmo decorara esos espacios ahora vacos se desvaneci de

golpe. En la mesa solo haba unos cubiertos.


Buenas noches, seora Verlen.
Buenas noches, Carson lo salud en voz baja y con la mirada fija en
el nico comensal que haban colocado elegantemente en la madera negra.
El seor comer en su despacho le explic, ahorrndole as la
humillacin de tener que preguntrselo.
Katherine cerr los puos hasta clavarse las uas en las palmas de las
manos. Quera desaparecer de aquel maldito comedor, esfumarse en el aire
y no tener que soportar aquella vergenza y aquel inexplicable dolor. Por
qu estaba siendo tan cruel con ella? Por qu no le daba la oportunidad de
hablar con l?
Gracias, Carson contest antes de sentarse. Aunque no haba
comido nada en todo el da, el nudo que tena en el estmago se apret y
sinti nuseas. Pero no iba a menospreciar la primera comida que le
servan los miembros de su nuevo hogar por muchas ganas que tuviese de
echrsela por la cabeza a su nuevo esposo.
Comi poco, todo lo que pudo, y cuando se levant le pidi a Carson que
felicitase a la cocinera de su parte y les dio las buenas noches a todos.
Subi la escalera y al entrar en su dormitorio encontr a una doncella
preparndole la cama y aprovech para pedirle que le desabrochase los
botones de la espalda.
Si a la joven le sorprendi la peticin, consigui disimularlo, y tras
soltar la multitud de botones de madreperla que recorran la columna
vertebral de Katherine, abandon el dormitorio y la dej a solas.
Kate entonces se solt el pelo y se lo cepill frente al espejo en un
intento de calmar la rabia que senta. Estaba harta de que Bradshaw la
castigase sin motivo. Harta de que pensase lo peor de ella. Harta de
consentrselo.
Pasados unos minutos se puso un camisn y esper.
Y esper.
Bradshaw se qued en su despacho e ignor la mirada de reprobacin de
Carson cuando el mayordomo entr con la bandeja con la cena.
Carson se mantuvo imperturbable como de costumbre y dej la comida
encima de una cajonera porque la mesa principal estaba completamente
cubierta de planos y esbozos. Sirvi una copa de vino que coloc frente al
plato y posicion los cubiertos. Satisfecho con el resultado final, se dirigi
a la puerta, pero antes de abrirla se detuvo.

Felicidades por el enlace, seor Verlen.


El mayordomo no pudo disimular la sonrisa que apareci en su rostro
cuando oy que Bradshaw rompa el lpiz que tena en la mano.
Pasaron las horas lentamente y cuando Bradshaw mir el reloj que tena
encima del escritorio vio que eran las dos de la madrugada. La casa estaba
completamente en silencio y la bandeja de comida que le haba llevado
Carson segua intacta, excepto la copa de vino que haba vaciado dos o tres
veces.
Se levant de la silla y suspir cansado. Tena que acostarse, llevaba
das sin dormir y si no descansaba un poco cometera alguna estupidez,
como por ejemplo entrar en el dormitorio de su esposa.
Solt el aliento y se pas las manos por el pelo. Se haba quitado la
americana horas atrs pero segua llevando el chaleco y la camisa. Apag
la luz y subi la escalera hacia el piso superior. No oy nada, lo nico que
delataba que esa noche no era como el resto de noches de su vida eran los
latidos de su corazn. A pesar de ellos, entr en su dormitorio y se dirigi
como siempre a la mesilla que tena al lado de la cama para depositar en
ella los gemelos.
Y se qued hipnotizado mirando la alianza que tena en el dedo.
Tal vez por eso no oy la puerta ni las pisadas por encima de la
alfombra.
Puede saberse por qu me ests castigando exactamente!?
Katherine le golpe en un hombro y lo oblig a girarse hacia ella.
Estaba preciosa. Jams haba visto a una mujer tan sensual, tan llena de
vida, tan apasionada.
Tan furiosa.
Ella estaba furiosa? Pero si ella haba conseguido exactamente lo que
quera!
Contstame! le exigi empujndole.
Bradshaw reaccion sin pensar y la sujet por los antebrazos.
Para.
No voy a parar hasta que me contestes.
Forceje y l la peg contra su torso. Katherine no tuvo ms remedio
que apoyar las palmas de las manos en el torso de l y not el calor y la
fuerza que desprendan.
No me toques farfull Bradshaw.
No me toques, no hables. Acaso pretendes que desaparezca del

todo!? Ech la cabeza hacia atrs sin importarle que l viera que tena
los ojos brillantes por las lgrimas. No voy a desaparecer. Aunque no
quieras verme, aunque no quieras escucharme, aunque no quieras besarme.
No voy a desaparecer.
Katherine no poda identificar lo que estaba sintiendo pero nunca haba
estado tan viva y tan perdida como en aquel instante. Cmo era posible
que se hubiese equivocado tanto con Bradshaw?
Volvi a apoyar las palmas en el torso de l y le clav las uas por
encima de la ropa. l se tens y la sujet con ms fuerza y Katherine vio
que apretaba la mandbula.
No voy a desaparecer. Tarde o temprano tendrs que verme, que
escucharme...
Que besarte? la interrumpi l mirndola con los ojos
completamente negros.
S.
Seguan teniendo los torsos pegados y los dos estaban furiosos, pero el
deseo que haba existido desde el principio entre Kate y Shaw se abri paso
por entre la rabia y la desconfianza y se meti por sus venas.
Yo no beso a las mujeres que compro con dinero. Tena que hacer
algo para hacerle dao y echarla de all o terminara perdiendo el control.
Kate intent soltarse y abofetearlo, pero Bradshaw le sujet la mueca
antes de que pudiese tocarlo.
No vas a pegarme otra vez.
Le sujet las dos muecas con una mano y sin pensar en lo que haca con
la otra tir de la corbata que llevaba en el cuello y se las at. Kate no dijo
nada porque su mente no comprenda lo que estaba pasando y Bradshaw,
cuando termin de anudar la cinta de tela, pas un dedo por encima del
nudo con reverencia.
Despacio subi la mano por el antebrazo desnudo de Katherine hasta
llegar al hombro donde descansaba la tira del camisn. Tena los ojos fijos
en la piel de ella, no poda dejar de mirar cmo se erizaba bajo el tacto de
su mano.
Qu ests haciendo? farfull Kate. Sultame.
No puedo.
Bradshaw, por favor, tienes que escucharme...
Bradshaw le dio un beso en el cuello y Kate se qued sin aliento.
Entonces l desliz las manos hacia abajo y la sujet por la cintura

mientras con los labios segua recorrindole el cuello y el hombro derecho


a besos. Kate poda sentir la suave y caliente piel de la boca de Shaw
encima de ella, su aliento acaricindola justo despus de que apartase
ligeramente la lengua con la que tambin la saboreaba.
Ella nunca se haba imaginado que unos sencillos besos en el cuello
pudiesen ser tan sensuales y tan excitantes. Nunca se haba imaginado
besos en el cuello. Adems, la suavidad con la que besaba estaba en
absoluta contradiccin con la fuerza con la que flexionaba los dedos que
tena en la cintura. Bradshaw se apart un poco, pero antes de que Kate
pudiese formular una de las cientos de preguntas que tena en la mente, l
empez a besarle el brazo hasta llegar a las manos que seguan atadas.
Volvi a apartarse y esta vez le solt la cintura. Ahora s que iba a decirle...
Bradshaw se coloc detrs de ella y le apart el pelo de la nuca para
tambin besarla. Le bes y, oh Dios, le mordi el cuello desde la espalda y
volvi a sujetarla por la cintura igual que antes. Se peg a ella, Kate lo
sinti temblar y suspirar, y cuando tras un beso descans la cabeza en el
hombro de ella not que l tena la piel cubierta de una fina capa de sudor.
No poda decir nada, las palabras se derretan en su garganta y se vestan
de susurros o gemidos incomprensibles.
Tras otro beso en el cuello, Bradshaw volvi a moverse para colocarse
delante de ella.
Quiero llevarte a la cama le dijo mirndola a los ojos sin ocultar el
descarnado deseo que los impregnaba. Quiero llevarte a la cama y
poseerte. Solt aire despacio y apret y afloj los dedos. Lo que
suceda o no suceda en esta habitacin no tiene nada que ver con nuestra
boda ni con el dinero. Y no cambiar nuestro matrimonio. Ni ahora ni
nunca. El corazn le golpe con fuerza las costillas y una voz en su
mente le oblig a aadir: Puedes decir que no, Kate.
Tendra que negarse. Tendra que insultarlo y que exigirle que la soltase.
Por qu? Vio que l enarcaba una ceja. Por qu no tiene nada
que ver, por qu dices que lo que suceda aqu no cambiar nada?
especific.
Porque el sexo es la moneda ms antigua del mundo y me niego a
negociar con ella. Acustate conmigo o no, pero hazlo porque me deseas,
no porque creas que vas a conseguir algo con ello. Porque te advierto que
no vas a conseguirlo la ret.
Cuntas mujeres se haban acercado a l solo por su dinero? Cunta

gente lo haba utilizado sin pensar en las consecuencias o en el dao que


pudiesen hacerle? Probablemente demasiadas, y Bradshaw crea que ella
era una ms de la lista. La peor de todas, a juzgar por el modo en que
apretaba la mandbula.
A Kate segua dolindole que no la dejara explicarse, pero ahora que le
entenda un poco mejor poda darle algo de tiempo. Y tal vez as ella
lograra descifrar qu senta exactamente por Bradshaw Verlen.
Por qu? le pregunt Kate, y al ver que la miraba confuso aadi
: Por qu me lo adviertes? Es obvio que ests furioso conmigo, que no
piensas escucharme y que si consigo decirte algo no vas a creerme. Por
qu no me exiges sin ms que cumpla con mis obligaciones conyugales?
Si el corazn de Shaw lata ms rpido iba a salrsele por la garganta.
Porque quiero que al menos esto sea de verdad entre nosotros.
Bradshaw haba tenido que pagar un precio por esa confesin, los
sorprendi a ambos y ninguno supo por qu esas palabras en concreto
haban logrado escapar de sus labios y de la rabia que senta, pero el atisbo
de sinceridad que Kate vio en ellas le dio fuerzas para responder:
Me quedo.
Ests segura?
S, estoy segura. Lo mir a los ojos y se humedeci los labios. Te
deseo y quiero estar contigo aqu y ahora.

16
Bradshaw la cogi en brazos y la tumb en la cama sin dudarlo un
instante. No le solt las muecas y Kate no se lo pidi, ella no dejaba de
mirarle a los ojos y l tema que los utilizara para meterse en su alma.
Se apart ligeramente para quitarse el chaleco y la camisa y al notar la
mirada de ella recorrindole el torso con fascinacin sinti una fuerte
opresin en el pecho y no pudo respirar. Tena que contener esa clase de
reacciones o cuando ella se fuese no podra recomponerse. Lanz la camisa
blanca al suelo y se dispuso a desabrocharse los pantalones. Ella sigui
mirndolo y el cuerpo de l reaccion acorde, excitndose de tal modo que
Bradshaw pens que bastara con que Kate susurrase cerca de l para que
tuviese un orgasmo.
Tena que contenerse.
Se quit los pantalones pero se dej los calzoncillos.
Shaw...
Or su nombre en la voz entrecortada de Kate lo detuvo de inmediato y
la mir. Nunca antes haba llevado a una mujer a su cama. Oh, s,
Bradshaw se haba acostado con multitud de mujeres e incluso haba tenido
dos amantes ms o menos fijas, una actriz de teatro cinco aos atrs y
despus una viuda que regentaba una librera, pero sus encuentros siempre
sucedan en hoteles o en los domicilios de las damas.
Era ridculo que le excitase ver a Kate en su cama. Completamente
ridculo.
Verlen la corrigi para protegerse.
Ella entrecerr los ojos.
Bradshaw.
Verlen.
Se sent en la cama al lado de ella y acerc una mano sin llegar a
tocarla.
Vas a soltarme, Bradshaw? Lo mir directamente a los ojos y se

humedeci los labios tras pronunciar su nombre.


l tembl.
No.
Coloc la mano en el cuello de Kate y desliz un dedo por la marca que
haban dejado sus dientes. Pareci quedar fascinado con ella, porque solt
el aliento despacio mientras dibujaba con la yema cada una de las lneas
que seguan marcadas en la piel de Kate. Agach la cabeza despacio y bes
la zona que haba estado tocando. Suspir pegado a ella y despus le
recorri a besos la clavcula.
Bradshaw apoy las palmas de las manos a ambos lados de los hombros
de Kate y mantuvo cierta distancia entre sus cuerpos. Por estpido que
pareciera, tena miedo de estar demasiado cerca de ella. Pero Kate ola tan
bien y su piel era tan suave que tena ganas de fundirse con ella.
No iba a poder resistirse, la nica opcin que le quedaba era asegurarse
de que no volva a engaarlo.
Apoy todo su peso en la mano derecha y llev la izquierda a la cintura
de Kate. Arrug la tela del camisn entre los dedos y se la fue subiendo por
la pierna hasta dejarle el muslo derecho al descubierto. Oy que ella
aguantaba la respiracin y apart la mano de donde la tena para tocar por
primera vez la piel de la pierna.
La sinti temblar y, aunque no le vea el rostro a Kate porque segua
besndole el cuello, se la imagin sonrojndose. Le acarici suavemente el
muslo con dedos que se movan como mariposas y le recorri el cuello a
besos hasta llegar al escote. Se detuvo un segundo y respir profundamente
antes de deslizar la lengua muy lentamente por la piel de Kate, despus
captur con los dientes las puntas que adornaban el escote.
Kate se estremeci y Bradshaw solt el camisn. Qu estaba haciendo?
Apart la mano del muslo de Kate y volvi a apoyarla en el colchn. Cerr
los ojos unos segundos y descans la frente en el hueco del cuello de ella, y
los latidos acelerados del corazn de Kate resonaron en aquella ntima
caverna.
Qu estaba haciendo?
Empez a apartarse furioso consigo mismo por haber llegado tan lejos,
dispuesto a disculparse con Katherine cuando ella susurr:
No.
No? le pregunt confuso, pero al mirarla a los ojos comprob que
en ellos brillaba el mismo deseo que ocupaba los de l. Ests segura?

Kate no estaba segura. Por supuesto que no. Nunca haba sentido nada
similar a lo que Bradshaw haba despertado dentro de ella esa noche en la
cabaa; una sensacin ardiente y aterradora. Y ahora, aunque saba un poco
mejor qu estaba haciendo, la sensualidad de aquel encuentro era
absolutamente abrumadora. Cuando l le haba besado el cuello y
acariciado la pierna haba sentido como si estuviese bajo el agua y alguien
le impidiese salir a respirar. Y al mismo tiempo habra dado cualquier cosa
para seguir ahogndose. Si le deca que no quera seguir adelante, l se
apartara. Y jams volvera a tocarla. Bradshaw volvera a encerrarse en su
despacho, en su armadura de indiferencia y frialdad y jams volvera a
bajar tanto las defensas como ahora.
Vas a besarme?
A l le sorprendi la pregunta y tard varios segundos en responderla, y
durante aquel largo instante no dej de mirarle los labios.
No.
Kate se dijo que ya esperaba esa respuesta y se oblig a contener el
escozor que sinti en los ojos. Vio la respiracin entrecortada de Bradshaw
y sus ojos dilatados, y pens en los caballos salvajes que el abuelo y ella
domaban en Irlanda.
Vas a quedarte? le pregunt Bradshaw sin darse cuenta de que le
temblaba un msculo en la mandbula.
Voy a quedarme susurr.
Bradshaw solt despacio el aliento y se agach para darle un beso en el
cuello. Kate gir el rostro hacia el lado opuesto y se le puso la piel de
gallina al notar que l suspiraba pegado a su piel. Bradshaw desliz una
mano por el brazo de Katherine y acarici suavemente las muecas que
seguan atadas con su corbata. Se apart ligeramente y le levant los
brazos para depositar tambin un beso en ellas. Despus, desliz la lengua
por entre la piel que quedaba al descubierto alrededor de la tela.
Katherine se estremeci y a Bradshaw se le aceler la respiracin. l se
sent y con la mirada le recorri las piernas a medida que iba levantando la
tela del camisn. Era la primera vez que la vea completamente desnuda.
Estaba hipnotizado cuando dijo:
Eres preciosa.
Se agach y llen de besos esas piernas que no podan dejar de temblar.
Dej las manos en la cintura de Katherine pero iba moviendo los pulgares
dibujando lentas caricias por encima del camisn.

Bradshaw...
Verlen insisti l, pero con un tono de voz muy distinto al de antes.
Dej el camisn arremolinado encima de la parte superior de los muslos
de Kate y le bes el vientre y las costillas a travs de la tela. Era una
sensacin muy excitante e increblemente sensual; los labios ardientes de
l contrastaban con el fro sin vida de la seda que poco a poco iba
quedando empapada.
Bradshaw gimi Kate cerrando los ojos para ver si as lograba
contener el fuego que la estaba derritiendo.
Verlen.
Le bes un pecho y acarici el otro con la palma de la mano.
Shaw. Arque la espalda hacia atrs.
Verlen.
Captur el pecho con los labios y lo succion lentamente mientras
recorra la punta con la lengua. Casi poda notar la piel de Kate a travs de
las puntas de seda. Casi.
Este camisn significa algo para ti?
Qu? No contest confusa. Por qu?
l se lo explic desgarrando la tela con las dos manos para dejarla
completamente desnuda.
Dios mo. Bradshaw casi se atraganta con las palabras. Era perfecta.
No poda seguir resistindose. Se agach y volvi a besarle los pechos.
El sabor de su piel, el modo en que temblaba cuando la acariciaba con la
lengua, el calor que desprenda, quedaran para siempre grabados en su
memoria. Jams podra conformarse con otra mujer que no fuese Kate,
pens furioso. Solt el pecho que estaba besando y desliz la lengua por el
esternn hasta llegar a las costillas de Kate. La mordi y succion hasta
dejarle una marca.
Shaw gimi ella.
Verlen.
Apart los labios y sigui descendiendo hasta el ombligo. Lo dibuj con
la lengua y le sujet las caderas para deleitarse en los temblores del cuerpo
de ella. Sigui descendiendo, atrado sin remedio por el deseo de Kate.
Deposit un beso justo encima del sexo de ella y entonces fue l el que
tembl tanto que tuvo que apoyar la frente en el cuerpo de Kate para
recuperar una mnima cantidad de autocontrol.
Respir profundamente y lo perdi del todo.

Desliz la lengua por la ardiente intimidad de Kate y cerr los ojos para
contener un deseo como nunca haba sentido.
Shaw. Son a splica.
Verlen.
Volvi a lamerla, y cuando el sabor de ella le impregn los sentidos tuvo
que apartarse. Si no le haca el amor cuanto antes, se volvera loco.
Katherine abri los ojos al notar que l se apartaba y el corazn le dej
de latir al ver a Bradshaw quitndose la nica prenda que le quedaba. Era
magnfico, ms hermoso que los caballos con los que antes lo haba
comparado.
Cuando estuvo desnudo se tumb a su lado sin decirle nada y volvi a
besarle el cuello con suavidad y ternura. Kate suspir y el nudo que tena
en el estmago se afloj un poco. Bradshaw le coloc una mano en un
muslo y fue subindola lentamente hasta la entrepierna y all acarici muy
despacio la zona que antes haba recorrido con la lengua.
Kate quera que la tocase, pero aquellas sensaciones no encajaban para
nada con lo que ella saba del lecho matrimonial. Ella siempre se haba
imaginado que sera como pasear por el parque, pero estar all con Shaw
era como cabalgar a toda velocidad por las colinas salvajes de Irlanda.
Shaw... gimi tras humedecerse los labios.
l le bes la clavcula.
Tranquila.
Desliz un dedo hacia el interior de su cuerpo y apoy la frente en el
hombro de ella al notar cmo el sexo de Kate se apretaba a su alrededor.
Tena que encontrar el modo de contenerse o no iba a poder entrar dentro
de ella.
Shaw.
No digas nada.
Le mordi el antebrazo con suavidad y le pas la lengua sensualmente
por la piel mientras deslizaba el dedo hacia dentro y hacia fuera de su
cuerpo.
El fuego estuvo a punto de quemarlos a ambos.
Cuando Bradshaw sinti que ya no poda ms apret los dientes y sigui
acaricindola hasta notar que el cuerpo de ella se humedeca y temblaba de
deseo. Entonces retir la mano con mucho cuidado y se coloc encima de
Kate.
Su ereccin estaba tan impaciente que le bast con notar el calor del

sexo de Kate para estremecerse y estar a punto de eyacular. Bradshaw cerr


los ojos y sujet su miembro con fuerza para no hacer el ridculo y para
guiarlo despacio. Cuando la penetr, Bradshaw tuvo que sujetarse de las
sbanas con todas sus fuerzas para no mover las caderas y poseerla
brutalmente. Cerr los ojos, apret la mandbula... Nada pareca funcionar.
Sentir a Kate a su alrededor haba derribado sus defensas y le haba
convertido en un ser que solo era capaz de sentir.
Shaw.
La voz de ella le oblig a abrir los prpados.
Ests bien?
Kate asinti e hizo algo que llev a Bradshaw al lmite: levant las
manos que tena atadas con la corbata y con el reverso de una de ellas le
acarici la mejilla.
Dios farfull l apretando los dientes y moviendo muy despacio las
caderas.
Shaw gimi arqueando de nuevo la espalda y echando la cabeza
hacia atrs.
Katherine levant ligeramente las caderas desesperada por hacer algo, lo
que fuese, que apagase o avivase las llamas que la quemaban por dentro.
Bradshaw flexion los dedos sobre las sbanas y se mordi el labio inferior
hasta notar el sabor de la sangre. Y entonces empez a moverse.
Quera besarla, se mora de ganas de besarla, pero no iba a hacerlo. No
iba a convertir ese encuentro en algo ms profundo de lo que era ni iba a
otorgarle ms significado del que tena.
Shaw...
La voz de Kate repitiendo su nombre una y otra vez, su piel sudada
pegada a la suya, los muslos temblando alrededor de los suyos.
Verlen farfull.
Kate abri los ojos y se encontr con el musculoso torso de Bradshaw.
Los antebrazos le temblaban y se le marcaban los tendones del cuello de lo
fuerte que apretaba la mandbula. Tena los ojos cerrados y la cabeza
ligeramente ladeada. Un mechn de pelo negro se le haba pegado a la
frente y por la sien le resbalaba una gota de sudor.
Kate nunca se haba sentido tan cerca de otra persona como de Shaw y
no iba a permitirle que siguiese intentando distanciarse.
Se humedeci el labio inferior y levant la cabeza hasta besar a Shaw en
el torso.

l rugi, solo poda describirse de esa manera el sonido que escap de la


garganta de Shaw, y hundi el rostro en el cuello de Kate al mismo tiempo
que tensaba hasta el ltimo msculo de su cuerpo.
Lo sinti temblar dentro de ella y Shaw apart los dedos de las sbanas
para sujetar a Kate por los hombros. Las sensaciones que haban ido
creciendo dentro de ella adquirieron tal intensidad que Kate pens que su
cuerpo desaparecera y se perdera dentro del de Shaw.
Y entonces l le bes el cuello una y otra vez, besos pequeos y suaves
que se iban extendiendo, y Katherine estall y sinti que entregaba su
corazn y el resto de su vida a Bradshaw.
Shaw.
Minutos despus, cuando Shaw qued quieto encima de ella, Kate habra
dado cualquier cosa para acariciarle la espalda o el pelo, pero se conform
con respirar pegada a su oreja y oler su piel.
l se apart despacio y se tumb al lado de ella. Kate mantuvo los ojos
cerrados y se dijo que si Bradshaw le peda que se fuera le dira que no y le
exigira que la escuchase. Le oy respirar y le reconfort comprobar que
estaba tan alterado como ella.
Shaw susurr.
No digas nada repiti la frase de antes tambin a media voz como si
no quisiera escuchar el sonido de su voz y tir de la corbata que ataba las
muecas de Kate. Durmete.

17
Cuando Katherine se despert no le hizo falta abrir los ojos para saber
que estaba sola. Se desperez y solt el aire lentamente; mientras no
saliera de esa cama poda seguir fingiendo que la noche anterior haba sido
la ms romntica y sensual de su vida. La primera de muchas.
Haba sido sensual, romntica? Una parte de ella quera creer que s,
otra insista que no. La primera de muchas? No lo saba. Tema que no, a
juzgar por la ausencia de su marido.
Se sent en el colchn y se cubri con la sbana. Lo primero que vio era
que en la mesilla de noche haba una taza de t y al lado la corbata de
anoche. Busc el camisn con la mirada y no lo encontr, pero en el
respaldo de una silla descansaba su batn. Se levant y camin desnuda
hasta l. Se lo puso y tras anudar la cinta de seda alrededor de la cintura
volvi a la mesilla de noche y se guard sonrojada la corbata en el bolsillo.
Pase por el dormitorio de Bradshaw observando cada detalle, o mejor
dicho, la ausencia de ellos. No haba nada personal, excepto un montn de
papeles y un lpiz perdido encima de una cmoda.
Suspir y abandon el dormitorio. De nada servira que siguiese all
encerrada, cuanto antes saliera al mundo real, antes sabra qu haba
planeado Shaw para mantenerse alejado de ella. Puso un pie en el pasillo
convencida de que se encontrara a varias personas mirndola, pero no
encontr a nadie y camin despacio hasta su puerta. No iba a avergonzarse
de haber pasado la noche con su esposo, ella haba sido sincera en todas y
cada una de sus reacciones, era l el que se haba escabullido cual ladrn
en medio de la oscuridad.
Entr en su dormitorio y se apoy en la puerta para calmar los latidos de
su corazn; le lata tan rpido que temi que fuera a salirle por la garganta.
Vio el reloj que haba encima de la cajonera y corri al armario en busca
de un vestido; todava estaba a tiempo de desayunar con l.
Con un par de botones todava por abrochar baj la escalera y entr en el

comedor. Suspir aliviada al ver a Bradshaw sentado en un extremo de la


mesa con un peridico en la mano.
Buenos das dijo.
Bradshaw levant la cabeza y trag un par de veces antes de contestarle.
Buenos das.
Katherine se acerc a l a pesar del sonrojo que se extenda por todo su
cuerpo y de que el corazn le lata tan rpido que apenas poda or nada.
Puedes abrocharme estos botones? Se dio media vuelta y le ense
la espalda.
Bradshaw se puso en pie y le apart con cuidado unos mechones de la
nuca. Le pas los nudillos por la piel y cerr el puo un segundo para
retener la sensacin. Ella aguant la respiracin hasta que not que
Bradshaw le abrochaba los botones y se apartaba para volver a sentarse.
He pensado que hoy podramos...
Me voy de viaje, salgo dentro de unos minutos la interrumpi.
Te vas? Se sent en la silla que Carson haba retirado sin que ella
se diese cuenta. Dnde? Por qu?
Voy a visitar unas fbricas. Se puso en pie y dej la servilleta
encima de la mesa. No s cundo volver, pero no te preocupes, ya he
hablado con el seor Billings y he establecido una asignacin para ti y una
para tu madre.
Pero... trag saliva, no puedes esperar unos das?
Por qu?
Apart los ojos de los de Shaw, porque le dola verlo tan distante
despus de haber dormido en sus brazos, y los fij en las manos que l
haba apoyado en la mesa. Y vio la alianza. Habra podido quitrsela, pero
no lo haba hecho.
Por nada minti reclamando su orgullo. Estar unos das sin verse tal
vez servira para que ambos pudiesen pensar. Espero que tengas buen
viaje.

Bradshaw subi a su dormitorio, entr y prepar la bolsa de viaje sin


fijarse ni un segundo en la cama, esquivndola. Lo del viaje lo haba
improvisado al ver a Kate mirndolo con esa sonrisa y con esos ojos. En
realidad no tena que ir a ninguna parte, pero si se quedaba en casa despus
de haber hecho el amor con Kate no podra resistir la tentacin y volvera a

acostarse con ella. Lanz tres camisas blancas dentro de la bolsa de cuero,
dos pantalones de lana, una bufanda, el jersey de lana negra y una carpeta
con sus ltimos diseos.
Me voy, Carson le dijo al mayordomo cuando se cruz con l por el
pasillo. Asegrese de que lady Ashe tiene todo lo que necesita.
Lady Ashe?
La seora Verlen refunfu corrigindose. Estaba seguro de que el
astuto mayordomo le haba entendido a la primera.
Baj la escalera y fue al despacho a buscar otros documentos. Los meti
tambin en la bolsa y sali en direccin a las caballerizas.
All volvi a quedarse sin aliento y se le empap la espalda de sudor.
He conocido a Thistle. Kate estaba acaricindole la crin y el traidor
de su caballo pareca estar en el cielo. Sabes que es el nombre de una
flor de Irlanda?
Lo s contest Bradshaw. Se acerc a la estantera donde guardaban
las sillas de montar y cogi la suya. Se la colg del hombro y se dirigi a
Thistle. Kate no se apart mientras ensillaba el animal. Necesitas algo?
Kate lo pona nervioso. Muy nervioso.
No, nada le contest ella acariciando ahora el hocico del caballo.
Bradshaw sujet las riendas con la mano derecha y tir de Thistle hacia
el exterior de la cuadra. Qu estaba haciendo all su esposa? Quera
pedirle algo, ms dinero? Tena que ser eso, pens, y se enfureci todava
ms.
Kate lo sigui sin decir nada y en el exterior esper a que Bradshaw
montase, y entonces pas una mano por encima de la de l. Saba que
estaba enfadado con ella, y por absurdo que pareciera haba decidido
interpretar ese enfado como una buena seal.
Que tengas buen viaje, Shaw.
Se alej sin esperar a que contestase y no pudo or que l deca:
Verlen.

Despus de despedirse de Bradshaw, Katherine regres a la casa y le


pidi a Carson que le preparase un carruaje. El mayordomo obedeci sin
cuestionrselo y le pregunt si volvera para la cena como si llevase toda la
vida a su servicio.
No lo s, Carson. Voy a visitar a mi madre a casa de lord y lady

Rochester, volvi a instalarse all despus de la boda aadi a modo de


explicacin, pero le avisar.
Perfecto, seora, que tenga un buen da.
Katherine subi al carruaje e intent vaciar la mente. Ira a ver a su
madre y pasara el da con ella; despus volvera y escribira al abuelo. Y
maana tambin encontrara algo en que ocuparse. Ella no estaba
acostumbrada a llevar una vida ociosa, en Irlanda se pasaba el da con los
caballos o ayudando al abuelo, pero si no sala de esa casa empezara a
buscar claves para conocer a Bradshaw y se negaba a averiguarlas de esa
manera. Quera que l se las contase, y como l ni siquiera estaba all lo
mejor sera que ella tambin se fuera.
Lady Kildare recibi a su hija con los brazos abiertos y una sonrisa de
oreja a oreja.
Mi querida nia le dio un beso en la mejilla. No te esperaba. Me
alegro de que hayas venido sola... aadi al comprobar que Verlen no iba
con ella, as podremos hablar tranquilamente. Esta maana he recibido
una nota del seor Billings confirmndome mi asignacin. Mi esplndida
asignacin.
Lo s, madre. Tienes que ser cauta con el dinero y administrarte bien.
Oh, no te preocupes, tengo entendido que tu marido tiene dinero de
sobra. Dnde est por cierto?
Ha tenido que ir a visitar unas fbricas.
Fantstico exclam lady Kildare juntando las manos, as podrs
acompaarnos al baile de maana.
No s, madre. No me parece apropiado.
Tonteras.
Cundo volvers a Londres? Katherine opt por cambiar el tema
de la conversacin. Estaban tomando el t en uno de los salones de la
mansin de los Rochester y no le pareca apropiado discutirse all con su
madre.
No lo he pensado todava, y vosotros?
Bradshaw y yo todava no lo hemos hablado.
La puerta se abri y entr lady Rochester. La dama tambin la salud
efusivamente y la invit al baile que iba a tener lugar al da siguiente.
Gracias por invitarme, lady Rochester, pero no s si podr asistir.
Lionel tambin estar, y si el seor Verlen todava se encuentra de
viaje mi sobrino estar encantado de hacerte compaa.

Lo pensar.
No iba a ir. No iba a ir a ningn baile sin su esposo para que lo criticasen
o se burlasen de l. Bradshaw no se lo mereca y desconfiaba de la rapidez
con la que Lionel Postgate pareca haber olvidado su traicin. Un hombre
calculador como l no se convierte en el acompaante perfecto sin esperar
nada a cambio, y mucho menos despus de haberlo engaado con otro
caballero de inferior rango segn l durante la cena de su
compromiso. Cierto, el escndalo haba sido menor porque la noticia
apenas haba tenido tiempo de circular, pero an as segua sin tener lgica
que Lionel Postgate estuviese dispuesto a ser su amigo sin ms.
Pas el resto del da con su madre y cuando empez a anochecer volvi a
su casa y se acost por primera vez en su cama. Gir hacia la derecha y
hacia la izquierda. Se tumb boca arriba y boca abajo. Se puso una
almohada y despus dos.
Y al final se dio por vencida y sali de la cama. Encendi una vela y se
puso el batn antes de salir al pasillo.
Seguro que Carson y el resto del servicio pensaran que estaba loca, pero
le daba completamente igual.
Abri la puerta del dormitorio de Bradshaw y le bast con entrar para
que la opresin que senta en el pecho se aflojase un poco. La habitacin
estaba ms fra que la suya porque no haban encendido la chimenea, pero
a Kate le result infinitamente ms clida. Apart los cojines que haba
encima de la cama y se meti en ella. Hundi el rostro en la almohada que
ola igual que Shaw y se durmi.
La maana siguiente se qued en casa y escribi al abuelo para contarle
con sus propias palabras cmo haba conocido a Shaw y porque se haba
casado con l. Al abuelo poda contrselo todo (o casi todo), as que
Katherine se desahog y le explic lo confusa que se senta respecto a
Shaw y que no saba qu hacer para que l la escuchase. Antes de terminar
la carta, se asegur de mandarle recuerdos para todo el pueblo y tambin le
asegur que no tardara en ir a ayudarlo con los caballos.
Me parece que a Shaw tambin le gustan los caballos.
Mand la carta y por la tarde sali, acompaada por una doncella, a
comprar flores para la casa y un par de jarrones.
Al llegar la noche, y tras la esplndida cena que le haba preparado
Mary, la cocinera, Kate subi la escalera que conduca al piso donde se
encontraban las habitaciones con el corazn en la garganta. Por la maana

ni Carson ni ninguna de las doncellas le haba hecho ningn comentario


acerca de su cambio de cama, pero si era sincera consigo misma hoy
tampoco se vea capaz de dormir en su habitacin.
Se detuvo frente a la entrada del dormitorio de Bradshaw y abri la
puerta. Tal vez si se quedaba all un rato, esperando que le entrase el sueo,
y despus se iba a su habitacin, quizs entonces podra dormir. Aguant la
respiracin y entr. Y descubri que le haban preparado la cama.
El gesto la emocion tanto que tuvo que sacarse unas lgrimas de la
mejilla. Esa era su habitacin e iba a quedarse all tanto si su esposo estaba
como si no.

Dos semanas ms tarde, Kate estaba sentada frente al improvisado


tocador que haba instalado en el dormitorio de Bradshaw cuando oy un
ruido en la escalera. Le sorprendi, pero pens que sera Carson que volva
a preguntarle si necesitaba algo ms antes de acostarse. El mayordomo se
haba convertido en un autntico protector para ella; en cierto modo le
recordaba incluso a su abuelo. Lo que haca que todava lo echase ms de
menos.
Ella estaba sentada en la banqueta que haba frente al espejo que Carson
haba ordenado trasladar all mientras Kate ocupase esos aposentos.
Katherine jams olvidara esa maana:
Si el seor no est, no le importar que en su dormitorio coloquemos
un espejo para usted, seora. Y si cuando vuelve no le parece bien, ya
ordenar que lo quitemos le dijo salomnico el mayordomo.
Ella lo sorprendi ponindose de puntillas y dndole un beso en la
mejilla.
Oy las pisadas en el pasillo y sigui cepillndose el pelo. El picaporte
de la puerta gir despacio.
Estoy bien, Carson, no... empez con una sonrisa antes de detenerse
y perder la voz.
Los ojos que la miraban a travs del reflejo del espejo no eran los de
Carson sino los de Bradshaw.
Ests aqu dijo l como si no terminase de crerselo.
Kate se haba imaginado todas las cosas que le dira a Bradshaw cuando
este se dignase a reaparecer. Las haba repetido en su mente, insulto tras
insulto, pero ahora que lo vea con la barba y los ojos llenos de cansancio y

de angustia y remordimientos, no fue capaz.


Bradshaw solo consigui pronunciar su nombre.
No iba a venir. Quera quedarme como mnimo un mes lejos de casa,
tal vez ms, pero cada vez que cierro los ojos te veo. Cerr la puerta y se
acerc a ella. Puedo sentirte bajo la yema de mis dedos. Coloc las
manos en los hombros desnudos de ella y las desliz por las mangas del
camisn.
Bradshaw.
No quiero pensar en ti. No quiero preguntarme qu ests haciendo o si
todava sigues aqu. No quiero que seas lo primero y lo ltimo que me
viene a la mente. Agach la cabeza y le bes el hombro. No quiero
dudar de m por tu culpa.
Le mordi el cuello y apart furioso el pelo con una mano mientras que
colocaba la otra en la cintura de Kate.
Ella, a pesar de sus intentos por lo contrario, lo haba echado mucho de
menos. Echaba de menos el futuro que crea que podran tener juntos si l
le daba una oportunidad. Bradshaw abri entonces los ojos y busc otra vez
los de ella en el espejo. Kate no ocult nada de lo que senta y debi de ser
demasiado para l porque apart la mirada y empez a besarle otra vez la
clavcula y el cuello.
Vas a volver a atarme las manos? le pregunt ella con valenta.
La respiracin de Bradshaw titube antes de contestar:
No.
Le lami el lbulo de la oreja.
Vas a besarme?
l se apart y cerr los ojos unos segundos. Cuando los abri los fij en
los de Kate a travs del espejo.
No.
Va a decirme que me vaya, que no quiere que siga adelante.
Kate solt despacio el aliento y gir sobre la banqueta en la que estaba
sentada hasta quedar frente a Bradshaw. l estaba de pie, as que ella qued
justo a la altura de sus pantalones. Levant las manos y las desliz bajo el
jersey y la camisa que l llevaba para tocar por primera vez los msculos
de su abdomen.
Bradshaw gimi y tens todo el cuerpo, pero permiti que Kate moviese
las manos a su antojo bajo la ropa. Ella pareca estar fascinada con cada
curva que iban descubriendo sus dedos, con las reacciones que provocaban

estos a su paso. El vello que senta bajo las palmas le haca cosquillas y la
piel estaba tan caliente que era un milagro que Bradshaw no se estuviese
derritiendo. Y el modo en que l apretaba y aflojaba los dedos cada vez que
ella lo tocaba de un modo distinto era tan excitante que Kate pens que
podra pasarse as toda la noche.
Y qu pasara si le tocaba otras partes del cuerpo? Impaciente por
descubrirlo, Kate sac las manos de debajo de la ropa de Bradshaw y las
coloc encima de la cinturilla de sus pantalones.
l rugi y la cogi en brazos.
Si Kate le desabrochaba los pantalones y deslizaba la mano en su
interior igual que haba hecho con la camisa, Bradshaw terminara all
mismo. No poda soportarlo ni un segundo ms. Ni una caricia ms.
La tumb en la cama y en cuanto el cuerpo de Kate toc el colchn se
apart para desnudarse con movimientos frenticos. La ropa le molestaba y
si hubiera podido se la habra arrancado, pues quera estar desnudo y sentir
su piel fundindose con la de ella. Cuando ya no qued ni una prenda de
ropa encima de su cuerpo, Bradshaw se acerc de nuevo a Kate y se excit
tanto al ver cmo ella lo miraba que tuvo que detenerse un segundo y
apretar su ereccin para no terminar.
No me mires as, Kate.
Ella le sonri y l tuvo que tragar saliva. El poder que tena esa mujer,
su esposa, encima de l llegaba incluso a lo fsico. Lleg por fin a la cama
y al sentarse en ella tir de Kate hacia l y la desnud.
As estaban en igualdad de condiciones.
No te engaes, Shaw. Jams estars en igualdad de condiciones que
ella.
Volvi a tumbarla en la cama y se coloc encima de ella para recorrerle
el cuerpo a besos. Esta vez iba a besar y a lamer cada rincn. No dejara ni
un centmetro de piel sin saborear, sin capturar entre sus labios, sin
atormentar... Y tal vez as la exorcizara de su mente. De su alma. De su
corazn. Lo hara todo, excepto besarla en los labios.
Ella pareca dispuesta a hacer lo mismo. Kate le recorri el cuerpo con
manos frenticas. Le bes el torso y le clav los dientes en un pectoral
mientras l le haca el amor con pasin, pero ni siquiera una vez intent
besarlo.
Bradshaw la posey durante toda la noche, sus cuerpos sudados y
exhaustos se quedaron dormidos abrazados despus de que l la llevase al

orgasmo una y otra vez.


Por la maana, Bradshaw se despert primero y se qued mirndola. Le
acarici el pelo y la nica mejilla que vea porque la otra estaba prisionera
contra la almohada. Todava no poda creerse que Kate se hubiese quedado.
Habra podido irse a Londres, o a cualquier parte, l le haba abierto una
cuenta a su nombre y haba depositado en ella una importante cantidad de
dinero. Y tambin haba cancelado la deuda de su padre.
No solo se ha quedado, idiota, est durmiendo en tu cama.
Suspir y la estrech contra su pecho. Tal vez haba cometido un error,
pens Bradshaw por primera vez. Tal vez haba cometido exactamente el
mismo error que cometa todo el mundo respecto a l; juzgar antes de
conocerlo.
Tal vez tena que darle una oportunidad a Kate y permitir que le
explicase su versin de la historia.

18
Kate volvi a despertarse sola y aunque esta vez el entorno le resultaba
mucho ms familiar, baj la escalera con el corazn en un puo. Igual que
la maana despus de su boda, Bradshaw estaba sentado en la mesa
tomando una taza de t y leyendo el peridico, pero esta vez levant la
vista al orla entrar y le sonri.
Buenos das.
Buenos das.
Kate se acerc a la mesa y vio que Carson le sonrea.
Qu vas a hacer hoy?
La pregunta de Bradshaw la cogi tan desprevenida que casi se atraganta
con el zumo.
Yo?
S, t. Bradshaw volvi a sonrerle.
Era una suerte que no le hubiese sonredo de esa manera cuando lo
conoci porque probablemente se habra desmayado all mismo, en medio
de la calle nevada.
He encargado unos libros en la librera del seor Pitsburg le explic
, pensaba ir a buscarlos y leerlos en casa. En Irlanda son difciles de
encontrar y seguro que en ellos encontrar un par de cosas que nos sern de
mucha ayuda al abuelo y a m.
Si quieres, puedo acompaarte.
Katherine se atragant.
Ests bien? le pregunt Bradshaw.
S, gracias. No te preocupes. Se sec con la servilleta. Me
encantara que me acompaases, Shaw.
Perfecto. Deja que termine unos bocetos y nos vamos. Te parece
bien? sugiri l sin reprocharle el uso de su nombre.
Claro.
Bradshaw se disculp y se levant de la mesa para ir a su despacho. Y

Katherine se qued en el saln completamente aturdida por el cambio de


actitud de su esposo.
A qu se deba?, se pregunt, pero acto seguido pens que le daba igual.
Lo importante era que el tal Verlen pareca haber desaparecido y que Shaw
haba vuelto.

Esa maana fue la primera de los diez das ms felices de la vida de


Kate. Bradshaw pareca haberse olvidado por completo de los motivos de
su boda y de que el primer prometido de su esposa haba sido Lionel
Postgate. Siempre se despertaba sola en su cama, en la de Bradshaw,
aunque ahora empezaba a considerarla de los dos, y cuando bajaba al
comedor su esposo la estaba esperando para desayunar.
Durante el almuerzo hablaban de los planes que tenan para el da y
encontraban algo para hacer juntos: ir a la librera, un paseo por algn
barrio de la ciudad, visitar un museo, o sencillamente acordaban quedarse
en casa.
Despus de cenar se retiraban a su dormitorio y Bradshaw le haca el
amor con pasin. l todava no la haba besado en los labios, pero en
algunas ocasiones haba estado a punto de hacerlo y Kate estaba
convencida de que esos besos no tardaran en llegar. La pasin de
Bradshaw era como un fuego que la derreta hasta convertirla en otra
mujer, en la criatura que estaba destinada a ser. Haba noches que la tocaba
como si fuera un animal salvaje al borde de la muerte y ella fuese lo nico
que poda salvarlo. Y otras que le llenaba el cuerpo de besos y la posea
con suma ternura.
Y aunque el placer que senta en sus brazos era indescriptible, lo que
ms le gustaba a Kate era quedarse acurrucada en ellos al terminar y
escuchar las historias que Bradshaw le contaba. En esos momentos su
esposo le acariciaba el pelo y sin darse cuenta destrua poco a poco el muro
que haba levantado entre los dos.
Shaw le explic que su padre muri en la fbrica en la que trabajaba
cuando salv a Darius Postgate de lo que haba demostrado ser una muerte
segura. La fbrica tena unas instalaciones psimas y Darius, que en aquel
entonces era un joven con demasiado dinero interesado en las mquinas, la
compr para reformarla. Una maana fue a visitarla y mientras estaba all
uno de los motores explot y caus un incendio que derrumb el techo del

edificio. Darius habra muerto aplastado por una viga si el padre de Shaw
no le hubiese empujado justo antes.
Darius qued tan afectado por el accidente que decidi mantener a la
viuda y a los hijos del hombre que le haba salvado la vida. El seor
Postgate, as era como lo llamaba en aquel entonces, los visitaba cada
semana y cuando empez a conocer a Bradshaw qued tan impresionado
con su talento con los nmeros que decidi pagarle los estudios. A la
madre de Shaw no le pareci bien, deca que le resultaba espeluznante que
su hijo se beneficiase de esa manera de la muerte de su padre, y
discutieron. Con los aos haban alcanzado una especie de acuerdo que les
permita tener una relacin cordial, tambin gracias a Mely, pero la madre
de Shaw insista en que tarde o temprano el destino le hara pagar a su hijo
que se hubiese escapado de la vida que segn ella le tocaba vivir.
La noche que le cont eso, Kate lo escuch como haca siempre y
cuando Bradshaw termin el relato ella lo bes justo encima del corazn y
lo abraz.

La maana del dcimo da estaban desayunando juntos cuando Bradshaw


le pregunt, igual que haba hecho los das anteriores, qu planes tena.
Esta noche los Rochester celebran una cena de despedida en honor de
mi madre.
Quieres ir? inquiri l arqueando una ceja con suspicacia.
Al igual que Kate haba descubierto muchas cosas acerca de Bradshaw,
l ahora saba que entre su esposa y la madre de esta no exista una buena
relacin.
Creo que deberamos. Al fin y al cabo mi madre parte maana rumbo
a Inglaterra y no s cundo volver a verla.
Bradshaw no pudo evitar sentir un nudo en el estmago al or que Kate
daba por hecho que si ella iba a la cena l iba a acompaarla. A diferencia
de lo que era habitual entre muchas damas de la alta sociedad, su esposa no
se planteaba la posibilidad de asistir sola, o mejor dicho, sin l, a esa cena.
Podemos ir. Seguro que Darius tambin est invitado y podr
esconderme con l brome.
Kate se puso en pie y se acerc a l para besarlo en la mejilla.
A Bradshaw le falt el aliento y se excit como un joven inexperto. Kate
no solo se mantena alejada de sus labios, sino tambin de todo su rostro.

l ya haba adivinado que ese era el modo que haba elegido su esposa para
demostrarle su enfado respecto a su decisin de no besarla, y era la primera
vez que rompa esa regla y le demostraba ternura.
Esta noche voy a besarla.
En cuanto el pensamiento se formul en su mente not que el corazn le
apretaba contra las costillas y que la piel de todo su cuerpo se tensaba. Era
inconcebible que hubiese estado tantos das sin besarla, viviendo del
recuerdo de los besos que se dieron cuando eran Shaw y Kate
encontrndose a escondidas cada alba.

Kate se visti en su dormitorio. Nunca haba llegado a dormir en esa


cama pero toda su ropa estaba en los armarios que la rodeaban. Esa noche
quera estar muy guapa, quera hacer enloquecer a Bradshaw de deseo y
que l se pasase la velada entera mirndola. Y cuando volvieran a casa... le
besara.
El aire del carruaje cuando realizaron el trayecto hasta la mansin de
lord y lady Rochester estuvo cargado de las intenciones que los dos
ocultaban y de miradas llenas de complicidad. Bradshaw estuvo tentado de
decirle al cochero que se olvidase de los Rochester y los llevase de vuelta a
casa. Pero Kate estaba preciosa y era obvio que estaba nerviosa, as que
para ella esa cena deba de significar ms de lo que l haba credo.
Oh, querida, qu ilusin la salud su madre antes de quedarse
atnita al comprobar que iba acompaada. Oh, Verlen, no saba que
tambin iba a venir.
Por supuesto, lady Kildare, no iba a perderme su ltima cena.
Creas que iba a venir sola madre? le pregunt Kate confusa y algo
ofendida.
Crea que por fin habas visto el lado bueno de las cosas respondi
la otra dama en voz baja.
Bradshaw oy esa ltima frase y no la entendi, pero en aquel preciso
instante lleg Darius con su esposa y con Lionel y se olvid. Lo mejor
sera que fuese a charlar con su amigo antes de que hiciese algo
inapropiado y estrangulase al sobrino de sus anfitriones.
La cena fue un acto de tortura. Bradshaw incluso tuvo que soportar que
Kate estuviese sentada al lado de Lionel. No era inusual que en esa clase de
cenas separasen a los matrimonios en la mesa para fomentar as las

conversaciones entre los distintos comensales, pero Bradshaw dudaba


mucho de que Lionel quisiera conversar con su esposa. Sin embargo,
aunque Kate contest las preguntas que Lionel le haca, no dej de mirarlo
a l durante toda la cena. De hecho, lo mir tanto y con tanta intensidad
que Bradshaw tuvo que aflojarse un poco la corbata porque le costaba
respirar y no excitarse. Esa mujer le haba robado la cordura, el
autocontrol, y pronto le poseera por completo si no haca algo para
evitarlo. Y no tena intencin de hacerlo, comprendi cuando ella le sonri
otra vez y le detuvo el corazn para acelerrselo al instante. Haba sido un
estpido manteniendo las distancias con ella, castigndola sin darle la
oportunidad de explicarse. Les haba causado un dolor innecesario a ambos
y haba llegado el momento de poner punto y final a esa situacin y
empezar su matrimonio de verdad; sin barreras, sin lmites, sin mentiras y
con todos sus sentimientos. Tenan que salir de all de inmediato y estar a
solas. Lo necesitaban.
Tras la rigurosa copa de licor y un par de conversaciones sin demasiado
sentido, Bradshaw pens que ya haba cumplido con sus deberes de yerno y
fue en busca de su esposa.
Se supona que l no iba a venir esta noche.
Ha sido un imprevisto, Lionel, pero no te preocupes. Todo va a salir
bien.
Bradshaw se detuvo al or las voces de Lionel Postgate y de lady
Kildare, su suegra, hablando a escondidas en un pasillo. l tambin se
ocult y se dispuso a escucharlos.
Si Katherine puede demostrar que Verlen la ha engaado podr
conseguir la nulidad sin problemas. Y en Londres nadie conoce a Verlen,
all es como si Katherine no se hubiese casado sigui lady Kildare.
Nos reuniremos en Londres dentro de unos meses. Yo ya tengo
pruebas acerca de la infidelidad de Verlen, al parecer esa actriz no qued
muy satisfecha con la ltima actuacin de nuestro amigo apunt Lionel
con satisfaccin.
Perfecto. Seguro que dentro de un ao podremos celebrar una boda
como se merece la heredera del ducado de Kildare y por fin podremos
tener el duque que nos merecemos aadi la dama admirando a Lionel
sin disimulo.
Est segura de que Katherine vendr con usted?
Estoy segura. Es mi hija y te aseguro que no dudar en abandonar a

ese patn.
A Bradshaw se le par el corazn y sali de su escondite.
No es verdad les dijo a esos dos apretando los dientes. Kate no se
ir a ninguna parte.
Kate no va a abandonarme.
Kate? Lo mir lady Kildare. Mi hija se llama Katherine, y s,
por supuesto que se va a venir a Londres conmigo.
No insisti Bradshaw.
Acaso crees que va a quedarse aqu contigo, Verlen? lo provoc
Lionel.
Lamento que tengas que enterarte as, Verlen, pero Katherine me
asegur que no te importara. Al fin y al cabo, t desapareciste la maana
despus de la boda y volviste sin avisar cuando te dio la gana. Su suegra
no disimul la repugnancia que le causaba, un sentimiento que haba
conseguido mantener oculto frente al resto de invitados durante la cena.
Kate no va a irse insisti Shaw a pesar de la presin que se instal
en su pecho al comprobar que Kate haba confiado en su madre y le haba
contado detalles tan ntimos de su matrimonio. l no se senta orgulloso de
haberse ido la maana despus de la boda, y supona que era incluso lgico
que Kate se lo hubiese contado a su madre en busca de consuelo, sin
embargo, no le gustaba. l crea que su historia les perteneca solo a ellos.
Si tan seguro ests, abre el cajn de la mesita de t que hay en el saln
de tu casa le sugiri su suegra con tanta maldad que incluso la exudaba
por los poros.
Por qu? pregunt entre dientes.
Porque all es donde Katherine guarda el billete para maana.
Bradshaw gir sobre sus talones y dej a esos dos seres despreciables
plantados en el pasillo. Entr en la primera puerta que se cruz en su
camino y encontr a Kate sentada en un sof hablando con Darius.
Gracias a Dios.
Se acerc a ella y la cogi de la mano.
Nos vamos le dijo.
Kate lo mir a los ojos y asinti.
Es imposible que vaya a abandonarme cuando puede ver dentro de m.
Kate se despidi de sus anfitriones y de su madre mientras Bradshaw iba
en busca de su carruaje. No confiaba en s mismo si su suegra lo provocaba
con una sonrisa. El trayecto de regreso tambin lo hicieron en silencio; l

porque necesitaba contener la rabia, y ella porque intentaba averiguar qu


le haba pasado a su esposo para dejarlo en el estado en que se encontraba.
Llegaron a casa y Carson los recibi como de costumbre.
Mientras el mayordomo le quitaba el abrigo a Kate y le preguntaba por
la velada, Bradshaw se maldijo y entr en el saln.
No estar. No estar. No estar.
Abri el cajn y all estaba: un pasaje para el barco que parta rumbo a
Inglaterra a la maana siguiente. Solo uno a nombre de Katherine Ashe.
Ninguno a nombre de Katherine Verlen, y ninguno a nombre de l.

19
Kate esper a Bradshaw charlando con Carson, estaba tan nerviosa por lo
que iba a suceder esa noche que no quera estar sola en su dormitorio. Era
curioso que la expectativa de un beso le provocase aquel nudo en el
estmago despus de todas las caricias que haba compartido con
Bradshaw y de los besos que le haba dado aquella noche de ensueo en la
cabaa.
Pero el beso de esta noche iba a ser especial.
Su primer beso de verdad como marido y mujer. Ese beso iba a marcar
el principio de su matrimonio.
Bradshaw sali del saln y la cogi de una mano para tirar de ella
apresuradamente hacia la escalera. Abri la puerta del dormitorio con una
mano y la cerr de una patada, y entonces se dio media vuelta y peg a
Kate contra la pared.
Le mordi el cuello en aquel lugar que haba reclamado como suyo y
empez a desnudarla con manos frenticas. Cuando ella estuvo en camisn,
se quit la americana, el chaleco y la camisa por encima de la cabeza sin
desabrochar los botones. Se conform con ese grado de desnudez y volvi
a tocar a Kate y a besarle el escote y los pechos.
Shaw gimi ella.
l la mordi.
Kate intent acariciarle el pelo.
l le sujet las manos por las muecas y se las levant por encima de la
cabeza. Con la mano que tena libre, Bradshaw le desabroch los botones
del camisn hasta que la prenda se desliz por el cuerpo de Kate dejndola
desnuda y entonces le acarici los pechos mientras succionaba el cuello
hasta dejarle una marca.
Shaw...
No... la mordi. No hables.
A Kate se le encogi el corazn al or esa voz, pero Shaw la acarici y le

succion el lbulo de la oreja y dej de pensar. Las manos de l la estaban


volviendo loca, las gotas de sudor que le resbalaban por la piel la
quemaban y le demostraban que ese hombre literalmente arda por ella.
l se desabroch los pantalones y la penetr con tanta fuerza que la
levant del suelo. Kate le rode la cintura con las piernas y con las manos,
que l tuvo que soltarle para sujetar el peso de ambos, el cuello.
Fue rpido y brutal, intenso y hmedo.
Bradshaw nunca la haba posedo de esa manera, de pie como si no fuese
capaz de esperar los segundos que tardara en llegar a la cama. Kate nunca
haba alcanzado el orgasmo con tanta rapidez; la violencia contenida de
Bradshaw la excit de tal modo que cuando lo sinti temblar en su interior
lo sigui hasta el abismo.
Al terminar, Bradshaw no sali de dentro de ella, sino que camin hasta
la cama y la tumb en ella para empezar de nuevo a mover las caderas.
Kate sinti cmo el miembro de l volva a excitarse en su interior y cmo
con cada uno de los movimientos de Bradshaw el cuerpo de ella tambin se
diriga de nuevo en busca de las caricias de l. Levant una mano y se la
pas por el pelo empapado de sudor y l le mordi la mueca. Volvi a
repetir el gesto y Bradshaw le sujet las manos por encima de la cabeza y
se agach para recorrerle con la lengua el cuello hasta llegar al lbulo de la
oreja y mordrselo.
Bradshaw.
Empuj con las caderas con fuerza y se qued completamente inmvil.
Todo el cuerpo de l desprenda tensin, el torso le brillaba por el sudor y
los tendones del cuello parecan hechos de mrmol. Con una mano le
sujetaba los brazos por encima de la cabeza y con la otra aguantaba su
peso.
No se movi.
Kate no poda contener las ganas de moverse. Arque la espalda para
acercarse ms a Bradshaw, pero l se apart. Tena la mente impregnada de
deseo igual que siempre que l la tocaba, pero en medio de esa niebla de
placer tuvo un mal presentimiento y abri los ojos.
Shaw?
Me deseas?
Por qu se lo preguntaba con esa mirada?
S contest cuando l empuj ligeramente con las caderas.
Dmelo.

Kate se humedeci el labio. Bradshaw estaba distinto esa noche, pens,


tal vez era porque haba visto a Lionel.
Ella no contest y l agach el rostro para lamerle ligeramente un pecho.
Te deseo susurr entonces sin poder evitarlo.
Por fin Bradshaw se movi y liber el deseo que haba estado
conteniendo hasta ese momento. Empuj con las caderas hasta que su
ereccin se perdi por completo en el interior del cuerpo de Kate y ella
dese que nunca saliera de l. La llev al lmite del orgasmo una y otra vez
para hacerla retroceder siempre que estaba a punto.
Cuando Bradshaw notaba que Kate estaba a punto de alcanzar el clmax
se detena y se quedaba completamente quieto. Sin tocarla. Sin rozarla. Sin
recorrerla con los labios o con la lengua. Y le preguntaba si lo deseaba.
Y no volva a moverse hasta que Kate le contestaba.
Al final, Kate perdi la voz de las veces que le dijo, gimi, susurr que
lo deseaba y por fin... Por fin. La llev al orgasmo y se permiti sentirlo l
tambin.
Kate saba que a Bradshaw le pasaba algo y quera preguntrselo, pero
estaba tan cansada y tan feliz que se qued dormida en sus brazos. Horas
ms tarde se despert con Bradshaw besndole la espalda. Ella estaba boca
abajo y l se haba sentado en la cama para besarla y acariciarle la parte
trasera de los muslos y las nalgas. Al igual que haba hecho con otras
partes de su cuerpo, Bradshaw no dej ni un centmetro sin besar, y cuando
Kate pensaba que ya no poda sentir ms placer, la posey desde la espalda
y no la dej terminar hasta que ella se rindi a l por completo.
Cuando volvi a abrir los ojos y vio a Bradshaw completamente vestido
y sentado en una de las sillas del dormitorio con un papel en la mano, Kate
supo que algo iba mal. Muy mal.
Not que l tena la mirada fija en ella y se incorpor en la cama con una
sbana alrededor del pecho.
Sin duda eres la cortesana ms cara que he tenido nunca. A Kate se
le hel la sangre. Pero vales hasta el ltimo penique de los doscientos
ochenta y seis mil que me has costado.
Le resbal una lgrima sin avisar.
Te he hecho cosas que no le haba hecho a nadie, as que puedes estar
tranquila, me has dejado bien satisfecho.
A qu viene esto? consigui preguntarle.
Ya puedes irte a Londres. Lanz el billete encima de la cama. No

hace falta que te quedes. De hecho, te exijo que te vayas.


Qu es esto? Cogi el billete.
Que qu es esto!? No te hagas la inocente! Tan estpido crees que
soy como para caer en la misma trampa dos veces seguidas?
Deja que te lo explique le suplic tras identificar el documento y
recordar el incidente que prcticamente haba olvidado hasta ese momento
. Mi madre compr el billete, le dije que no iba a irme pero ella insisti
y lo guard en la mesa del saln. Ni siquiera me acordaba de que estaba
all hasta que me lo has enseado.
Mientes.
No. Tienes que escucharme insisti Kate frentica. No poda
perderle de nuevo, no de esa manera tan absurda y tan fuera de su control.
Su esposo tena que creerla. Ella confiaba en l, le amaba. Y era imposible
que l no sintiese lo mismo.
Bradshaw se puso en pie y se acerc a ella. Kate se qued sin aliento y
rez para que por fin Shaw reaccionara y estuviese dispuesto a escucharla.
Yo no tengo que hacer nada. El barco zarpa dentro de cuatro horas,
Katherine. Ms te vale estar en l, me oyes. No quiero volver a verte ms.
No quiero or ninguna de tus excusas. Quiero que te vayas.
Shaw... Apenas poda pensar, l la condenaba de nuevo.
No! Largo de aqu! Sbete a ese barco y vete de una vez, as los dos
recuperaremos nuestras vidas. Me has hecho pasar un infierno, un
autntico infierno. Lo nico que quiero ahora es terminar de una vez con
esto.
Un infierno balbuce Kate, el dolor la ceg antes de convertirse en
rabia. Acaso crees que yo lo he tenido mucho ms fcil? Cmo crees
que me sent cuando negociaste nuestro contrato de boda como si fuese
una compra-venta? O cuando te negaste a besarme en nuestra noche de
bodas? La angustia inund sus ojos. O esta noche cuando me has
echado un polvo como si fuera una cualquiera?
Una cualquiera no, Katherine. Vales doscientas ochenta y seis mil
libras, no eres una cualquiera.
Eso es todo lo que significo para ti, doscientas ochenta y seis mil
libras?
l palideci e incluso se tambale, pero se recompuso de inmediato.
Es lo nico que significas para m. Se apart de ella y se dirigi a la
puerta. Le he pedido a Carson que prepare tu equipaje y que tenga un

carruaje listo para dentro de dos horas. Adis, Katherine.


Cerr la puerta y Kate se derrumb.
Ella llor, not que el corazn dejaba de latirle y se converta en un
rgano intil y absurdo, pero el orgullo y la dignidad que la haban salvado
en Irlanda volvieron a rescatarla. Sali de la cama y se visti, y abandon
esa casa decidida a no volver jams y a no perdonar al nico hombre que
haba amado y que haba sido incapaz de darle una sola oportunidad.
Estaba harta de luchar por ello, ahora solo luchara para salvar su legado, y
nunca, nunca ms, volvera a confiar en nadie.
Bradshaw volvi a su casa al amanecer y al no encontrar a Kate muri la
poca esperanza que le quedaba. Borracho, sucio, destrozado, se tumb en la
cama donde la haba tocado por ltima vez y not que una lgrima le
resbalaba por la mejilla pegajosa antes de perder el conocimiento.

Un par de meses ms tarde Bradshaw recibi una carta de su esposa:


Verlen,
Supongo que te gustar saber que no me qued embarazada tras
nuestro ltimo encuentro y que no existe ningn motivo por el que
tengamos que volver a vernos.
Estoy en Irlanda. Gracias a tu dinero conseguimos salvar las tierras
y el abuelo y yo hemos implementado unos cambios que confiamos
que den buenos resultados dentro de un tiempo prudencial. S que no
te interesa lo que te estoy contando, jams te interes saber nada de
m, pero me veo en la obligacin de contrtelo porque por desgracia
para los dos eres el propietario. Los caballos salvajes tambin
empiezan a dar beneficios, as que con el abuelo, y despus de
consultarlo con unos abogados, hemos ideado un plan. Si t ests de
acuerdo, te pagaremos cada mes una cantidad estipulada (adjunto
documentos al respecto) para devolverte el dinero que nos
prestaste, y cuando hayamos satisfecho la deuda, yo recuperar la
titularidad de la finca. El abuelo tiene un par de primos con
descendencia y, a diferencia de ti, s que sienten respeto por mi legado
y quieren conservarlo.
Si no recibo ninguna respuesta tuya entender que ests de acuerdo
y proceder a hacer los pagos mensuales. Cuando la transaccin est

concluida te remitir los documentos para que los firmes y cesar


nuestra relacin comercial definitivamente.
KATE
Bradshaw arrug la carta y la lanz al suelo furioso; cuando la abri
crey que encontrara los documentos para tramitar la nulidad del
matrimonio o una carta dicindole que estaba embarazada. Algo que en sus
sueos ms profundos haba llegado a desear con locura, un hijo le dara la
posibilidad de volver a acercarse a ella.
Recogi la carta y la alis en la mesa del escritorio. Desdobl los
documentos adjuntos y comprob que los clculos que haba hecho el
abogado de Kate eran justos y precisos. Si todo sala segn lo previsto,
Kate le habra devuelto el dinero en cuatro aos.
Doscientas ochenta y seis mil libras ms unos generosos intereses.
Tal vez Kate no le haba pedido el divorcio ni la nulidad del matrimonio,
pero Bradshaw saba que el da que su esposa le pagase el ltimo penique
nunca ms volvera a saber de ella.
Y l perdera entonces la esperanza de recuperarla.
l se arrepenta de lo que le haba dicho y hecho esa ltima noche. No se
arrepenta de haberle hecho el amor, jams podra arrepentirse de la noche
ms sensual y ms ertica de su vida, pero se arrepenta de haber utilizado
la pasin para hacerle dao a Kate. Era lo ms bajo y ms rastrero que
haba hecho nunca.
Todava no saba si creerse la historia del billete, pero saba que haba
cometido un error imperdonable al no querer escucharla. l era un
cientfico, por todos los santos, y saba que no poda creer en las
habladuras, pero esa horrible noche los celos y las inseguridades de toda
una vida lo cegaron. Y el miedo de perderla.
Y al final la has perdido de todos modos.
Ya no le importaba si Kate se haba casado con l por su dinero o porque
los haban pillado besndose en el comedor de casa de Darius su nico
beso despus de entregarse a l en la cabaa. Lo nico que le importaba
eran los motivos por los que Kate se haba quedado con l despus de la
noche de bodas. Ella haba acudido a la iglesia y se haba casado con l
cuando l ya haba pagado las deudas, se haba quedado en su casa y le
haba esperado despus de que l, como un cobarde, se fuese tras su noche

de bodas. Kate se haba quedado y haba convertido su casa en un hogar.


Haba sido un completo estpido; s, ellos dos se haban casado por el
motivo equivocado, pero se haban enamorado por el correcto.
Y l la haba echado de su lado.

20
Katherine
Llevo ya varios meses en Irlanda y sigo sintiendo esa horrible sensacin
de vaco dentro de m. Lo que demuestra sin lugar a duda que soy una
estpida por haberme enamorado de un hombre completamente incapaz de
confiar en m.
Esa madrugada, despus de condenarme sin escucharme y de echarme de
su casa, Shaw se encerr en su despacho. Carson, el bueno de Carson, se
disculp cientos de veces y lleg incluso a pedirme que no le hiciera caso
al seor y me quedase. Pobre hombre, casi le dio un infarto cuando lo
abrac y le di las gracias, y aad que me iba.
Shaw no sali del despacho. No se acerc a la ventana para verme partir
y ni mucho menos intent detenerme. Por lo que yo s quizs incluso
estaba durmiendo mientras yo no paraba de llorar entre herida, ofendida y
completamente destrozada. Recuerdo que cuando entr en el carruaje
cargado con el poco equipaje que iba a llevarme me invadi, sin embargo,
una extraa sensacin de paz.
Todo haba acabado.
Shaw me haba echado definitivamente de su vida, en la que en realidad
nunca me haba dejado entrar, y yo ya no quera formar parte de la de mi
madre. Las tierras de Kildare estaban a salvo, el abuelo no iba a perder su
casa y tampoco las familias del pueblo.
Poda hacer lo que quisiera, incluso poda desaparecer. Shaw haba
abierto una cuenta con dinero a mi nombre y si la vaciaba y me iba a
alguna parte a empezar de cero nadie podra encontrarme jams.
Tal vez tendra que haberlo hecho, quizs habra dejado de sentirme
vaca.
Has visto el nuevo potro, Kate? Es un animal precioso.
Estoy apoyada en la puerta de madera del establo y me doy media vuelta

para contestar y darle los buenos das al abuelo.


Nunca he vaciado esa cuenta, solo retir el dinero necesario para
cambiar el billete con destino a Londres por otro con destino a Irlanda.
Buenos das, abuelo. S, es un animal precioso.
El abuelo se est muriendo. No le queda mucho tiempo. Ahora que sabe
que sus caballos estn a salvo y que ningn acreedor puede arrebatarme la
finca ha empezado a apagarse. Ha esperado a mi regreso y le quiero por
ello. No s qu har sin l.
Hoy tampoco has dormido me dice generoso al llegar a mi lado.
Siempre piensa ms en m que en l.
No te preocupes, abuelo, estoy bien.
Deberas escribir a tu marido. No puedes seguir as.
Insiste cada da.
Ya le escrib a Verlen le recuerdo.
S, para decirle que ibas a mandarle dinero cada mes. No le contaste
que te pasas las noches llorando ni que le echas de menos.
No le echo de menos, le odio.
El abuelo me mira y no dice nada. Camina hacia la esquina donde se ha
detenido el potro y le acaricia el hocico.
El odio sigue siendo una emocin muy fuerte, como para ignorarla
toda la vida, Kate. Escrbele y dile que venga me sonre, me gustara
conocerlo.
Llevo meses viviendo con una presin en el pecho, con una losa que
impide que mi corazn lata o se recupere de Verlen. Pero cuando el abuelo
me obliga a pensar en l es mucho peor.
Verlen sabe donde estoy, abuelo. Sabe qu estoy haciendo y lo que
pretendo. Se lo dej clarsimo en la carta que le mand.
Esa donde solo le hablabas de dinero?
S, eso es lo nico que soy para l, abuelo. Si no lo fuera, si fuese algo
ms, habra venido a buscarme. Mrame extiendo los brazos, no me
estoy ocultando. Estoy aqu y l no ha venido a buscarme. La triste realidad
es que no me quiere, nunca me ha querido.
Kate, cielo. Lo siento dice de repente el abuelo, y descubro que
estoy llorando.
No ha venido y no va a venir me recuerdo a m misma y al abuelo
entre dientes. No va a venir.
No va a venir.

Bradshaw
La maana que Kate se fue tuve que encerrarme en mi despacho y echar
la llave para no cogerla en brazos y exigirle que confesase todos sus
pecados. Llegu incluso a decirme que iba a atarla a mi cama y no la
dejara salir hasta que me pidiese perdn por haberme utilizado.
Y cuando esa imagen se dibuj en mi mente, la de Kate desnuda y atada
a mi cama, supe que tena que alejarme de ella. La obsesin que senta por
esa mujer me estaba volviendo loco, me estaba convirtiendo en un
desconocido, en un hombre capaz de utilizar el sexo como venganza.
Yo no era as. No quera serlo. Y mucho menos por Kate.
As que me encerr en mi despacho y me emborrach. Y, despus,
cuando apenas poda sostenerme en pie, sal de casa y fui a beber ms, a
pelearme con el primero que tuviese la desgracia de entrometerse en mi
camino.
Volv tarde, de madrugada, y me dorm abrazado a la almohada que ola
igual que mi esposa.
No sal de casa durante semanas. Mi vida no vala nada, crea que por
culpa de Kate ya no poda confiar en m, si a ella le haba resultado tan
fcil engaarme dos veces entonces mi mente no era el instrumento de
precisin que todo el mundo crea.
Me pas los das bebiendo hasta quedar inconsciente. Y cuando me
despertaba volva a beber. Darius intent serenarme, pero le ech de casa a
gritos e incluso intent darle un puetazo cuando l me insult por
haberme comportado como un estpido y haber echado a Kate de mi lado.
Evidentemente, no consegu golpearlo, estaba tan borracho que termin
dndome de bruces contra el suelo y partindome el labio.
Creo recordar que segu as tres meses, hasta que una maana apareci
mi madre en casa. Carson, el traidor y supuestamente cobarde mayordomo,
haba ido a buscarla.
Recuerdo que estaba tumbado en mi cama, apestaba a alcohol porque yo
llevaba varios das sin cambiarme de ropa y me haba derramado encima
unas cuantas copas. Entreabr un ojo y vi a mam mirndome. No le hice
caso, pens que mi mente embotada de whisky y ginebra haba decidido
regresar a mi infancia.

Pero entonces mi madre vaci encima de m un cubo de agua fra.


Bradshaw Seamus Verlen, haz el favor de espabilarte.
Mam!
S, grit como un nio de once aos.
Ella volvi a echarme otro cubo. Al parecer Carson le haba preparado
unos cuantos.
Me puse en pie y me apart el pelo de la cara.
Otro cubo.
Mam!
La alfombra de mi dormitorio estaba empapada, las sbanas de la cama
tambin, y mi ropa tendra que tirarla.
Otro cubo.
Mam, deja de echarme agua! solt furioso acercndome a ella
para quitarle el maldito cubo vaco de las manos.
Ya ests despierto? me pregunt entonces con los brazos en jarras.
Por supuesto que estoy despierto!
Me alegro. Ve a baarte, afitate y vstete. Te espero abajo.
Estaba tan confuso que obedec sin rechistar.
Cuando baj al comedor not que mi dormitorio tena las ventanas
abiertas de par en par y que Carson, o alguna de las doncellas, se haba
encargado de recoger las botellas vacas que yo haba dejado esparcidas
por el suelo. No me gust sentirme incmodo, o avergonzado de mi
comportamiento, y me dije que era mi casa y que en ella poda hacer lo que
me diese la gana.
Acababan de romperme el corazn por segunda vez en la vida y lo haba
hecho la misma mujer, tena todo el derecho del mundo a emborracharme.
Puede saberse qu ests haciendo, Shaw? me pregunt mi madre
en cuanto entr en el comedor.
Judith Verlen era as, una mujer que nunca daba tregua a sus enemigos,
ni siquiera dejaba que se tomasen una taza de caf antes de empezar a
gritarles.
Buenos das, mam. A qu debo el honor de tu visita? Si no me falla
la memoria creo recordar que dijiste que jams pondras un pie en esta
casa.
Ahora que me haba baado y afeitado y que respiraba un poco de aire
puro creo que poda pensar con claridad.
No cambies de tema, Shaw. Y no intentes distraerme. Te dije que no

vendra a vivir aqu contigo y que no aceptara mudarme de nuestra casa.


Nunca dije que dejara de ser tu madre.
Me serv una taza de caf y fulmin a Carson con la mirada.
Qu quieres, mam? le pregunt en cuanto me sent.
Dnde est Kate? Me mir a los ojos y no titube.
En Irlanda.
Cundo piensas ir a buscarla?
Nunca.
Apret el asa de la taza con los dedos y dej que el lquido me quemase
en los labios.
Eres un idiota, Shaw. De verdad vas a dejar que la mujer que amas se
vaya de tu vida sin ms?
Yo no amo a Kate.
Mi madre se rio.
Claro dijo sarcstica.
Y aunque la amase. No lo reconoc. No puedo estar con ella. Kate
solo quiere mi dinero.
Es verdad, ya me ha contado Carson la cantidad de vestidos que se
compr y que se llev con ella al irse.
El armario de Kate segua lleno de ropa, la misma que posea cuando nos
casamos. No se haba comprado ni un par de medias con mi dinero.
Y las joyas que logr que le regalases durante vuestro brevsimo
matrimonio.
La nica joya que le haba regalado a Kate era el anillo de boda.
Y la cantidad de dinero que seguro que se ha gastado en Irlanda.
La cuenta que haba abierto a su nombre segua prcticamente intacta,
solo faltaban unos dlares y no me cost deducir que los haba utilizado
para viajar de regreso a su hogar.
Y qu quieres que haga, mam? Me minti, me utiliz.
Por qu?
Cmo que por qu? Mi madre poda ponerme furioso solo
levantando una ceja.
Por qu te minti? Por qu te utiliz? Tal vez no tuvo eleccin.
Nosotros sabemos qu es no tener eleccin, mam. Me levant
furioso de la mesa. Ella solo quera seguir con su vida acomodada.
Esa descripcin no parece encajar con Kate, no crees?
T no la conoces le dije entre dientes.

T tampoco, pero es evidente que eso no te ha impedido juzgarla y


condenarla. Mi madre se puso en pie y se acerc a m. Y si tan
convencido ests de que has hecho lo correcto, por qu no puedes dejar de
beber? Por qu necesitas emborracharte para mantener callada la voz de
tu conciencia?
T no lo entiendes, mam.
Mi madre hizo entonces algo que me desencaj por completo. Se acerc
a m y me pas una mano por el pelo antes de darme un beso en la mejilla.
Tienes razn, Shaw. No entiendo que hayas echado de tu lado a la
mujer que amas. Cuando muri tu padre en aquel horrible accidente en la
fbrica yo lo habra dado todo por tener un da ms con l, un segundo ms
a su lado. Y si t y Mely no hubieseis existido no s qu habra sido capaz
de hacer. Tu padre est muerto, Shaw, y ni t ni yo ni todo el dinero del
mundo pueden hacer nada para evitarlo. Por eso me niego a irme de nuestra
casa, porque all me siento ms cerca de l. Dime una cosa.
Qu?
Desde que Kate se fue, cuntas veces has dormido en su lado de la
cama?
No le contest. Apret la mandbula y entrecerr los ojos para ocultar la
respuesta.
No te parece absurdo pasar por todo esto cuando ella est viva y en
Irlanda? sigui mi madre.
Ella no quiere verme.
Mi madre me sonri y me acarici la mejilla.
Y t, quieres verla?
No me dej responderle, me dio un beso en la mejilla y me dej all solo
con mis dudas y mis pensamientos.
Despus de esa extraa visita de mi madre, mi relacin con ella y mi
hermana Mely mejor considerablemente. Al parecer a mi madre le
gustaba verme sufrir, aunque ella deca que lo nico que pasaba era que
Kate me haba convertido de nuevo en humano. No volvi a hablarme de
ella ni a recordarme que lo nico que tena que hacer si quera verla era
subirme al primer barco rumbo a Irlanda, pero s que mencionaba a mi
esposa siempre que poda.
A medida que tanto la rabia como el dolor por la traicin de Kate fueron
desapareciendo de mi interior, lo nico que qued fue una angustiosa
sensacin de prdida. Cada noche soaba con ella, mi inconsciente

disfrutaba enormemente recordndome todos y cada uno de los detalles de


nuestra relacin.
Si soaba con la noche que habamos hecho el amor en la cabaa me
despertaba empapado por mi propio deseo. Si soaba con el alba que ella
no acudi a nuestra cita me despertaba gritando y ansioso por buscarla. Si
soaba con nuestra boda me despertaba furioso conmigo mismo por no
haberla besado.
Siempre soaba con ella, con Kate, y en el sueo ella fue enamorndome
de nuevo.
Hasta que una maana me despert echndola tanto de menos que decid
arriesgarlo todo e ir a buscarla.

21
Londres, tres aos ms tarde
Qu diablos te pasa, Harlow? le pregunt Bradshaw Verlen a Ian
Harlow nada ms ver a su amigo entrar en el club donde se hospedaba.
Ian vaci de un trago la copa de whisky que le haba servido uno de los
camareros y se dej caer en una butaca. Jacksons tena varias salas, y l y
Verlen eran los nicos que estaban sentados en aquella. Ian respir hondo y
le cont todo lo sucedido; al parecer el muy desafortunado se haba
enamorado de la prometida de su hermano.
Y qu piensas hacer? le pregunt Verlen tras escuchar atento el
relato.
No lo s.
Verlen se termin la copa y se qued pensativo, e Ian crey ver algo en
sus ojos hasta entonces desconocido.
Si yo tuviera la posibilidad de estar con la mujer que amo, aunque
solo fuera una noche, me aferrara a ella con uas y dientes.
Enarc una ceja y sin palabras le dijo a Ian que no se atreviera a decirle
que no amaba a Olivia, la mujer que iba a convertirse en su cuada si no
reaccionaba a tiempo.
El destino juega malas pasadas, amigo mo, y quizs esta sea la nica
oportunidad que tengas de estar con ella. Claro que tambin podras decirle
la verdad a tu hermano y confesarle a ella lo que sientes.
Mi hermano quiere que su hijo tenga una madre se defendi Ian.
Ahora no puedo decirle que no se case con Olivia. Adems, ella ha
aceptado.
Verlen le fulmin con la mirada.
Quiz t hayas tenido mucho que ver en eso, Ian. Mira se ech
hacia atrs y se apoy en el respaldo de la butaca, s que vosotros los
ingleses creis firmemente que es mejor no hablar de los sentimientos,

pero deja que te diga una cosa. Ver cmo la mujer que amas se casa con
otro, te destrozar el alma. Creme.
Atticus ser un buen esposo, y Olivia adora a Trenton. Y yo tengo que
ir a Nueva York.
Excusas. Ian, el amor es lo ms maravilloso y lo ms aterrador que
puede sucederle a un hombre dijo Verlen; si quieres renunciar a ello,
adelante, pero no utilices el viaje a Nueva York como excusa. Si no puedes
ser sincero con los dems, al menos selo contigo mismo, porque a m me
parece que vas a estar solo mucho tiempo.
Si sabes tanto sobre el amor dijo Ian a la defensiva. No le gustaba
que Verlen fuera capaz de ver con tanta claridad lo que suceda, ni tampoco
le gustaba que se lo restregara por las narices de ese modo, por qu no
existe una seora Verlen?
A Bradshaw le tembl la mandbula y sonri, una sonrisa lenta y triste.
Existe, y no quiere saber nada de m. Tras esa confesin tan
inesperada, Verlen se puso en pie. Y ahora, amigo mo, creo que ir a
emborracharme. Regresar a Nueva York la semana que viene; t, si
quieres, puedes quedarte aqu y venir ms adelante. Los negocios seguirn
all. Odio dar consejos, as que no te dar ninguno, pero piensa en lo que
sentirs si nunca puedes estar con ella.
Verlen cogi una botella de whisky y una copa y se dirigi al piso
superior del club. All haba habitaciones para que los socios pudieran
descansar un rato o, si as lo solicitaban, disfrutar de compaa femenina.
Ian estaba seguro de que Bradshaw solo tendra la compaa del alcohol y
de los recuerdos que vio en el fondo de sus ojos.
Bradshaw dio un largo trago de whisky y se tumb en la cama. Maldito
fuera. Era ridculo que precisamente l diese consejos sobre el amor y
sobre lo importante que era expresar los sentimientos.
l! l haba tardado un ao en comprender que estaba perdidamente
enamorado de Kate, y otro ms en asumir que jams dejara de estarlo. Y
cuando por fin se atrevi a escribirle para decirle que ira a verla a Irlanda,
lo nico que recibi fue una carta dicindole que si pona un pie en la isla,
ella se encargara personalmente de cortrselo.
Bradshaw le escribi cientos de cartas ms despus de esa primera, pero
nunca ms volvi a recibir ninguna respuesta. Ni siquiera saba si ella las
lea, pero segua escribindolas de todos modos. En esas misivas no le
hablaba de sus sentimientos, esos quera confesrselos mirndola a los

ojos, sencillamente le contaba pequeos aspectos de su da a da, igual que


habra hecho cada maana a la hora del desayuno si estuviesen juntos.
Kate jams le escribi de vuelta, las nicas noticias que reciba de ella
se producan cuando el seor Billings o alguien del banco le informaban de
que haba llegado el correspondiente ingreso de Irlanda.
Kate no iba a perdonarlo jams. l no la haba escuchado, la haba
castigado por algo que ni siquiera haba hecho y la haba acusado de vender
su cuerpo por dinero y de estar dispuesta a traicionarlo. Y todo despus de
creer que entre ellos dos exista una conexin especial.
Una conexin llamada amor en la que l haba sido completamente
incapaz de confiar porque no poda tocarla, porque no le haba parecido lo
bastante real.
Estpido.
Al menos ahora ests en Inglaterra.
Era absurdo que le reconfortase estar ms cerca de ella aunque siguieran
estando separados por un ocano. Completamente absurdo.
Se incorpor en la cama y se sent. Esa noche tena que asistir a un baile
para mantener una primera reunin con Michael Rickle, el nico lord
ingls que haba conseguido que le concedieran el divorcio en los ltimos
aos y propietario del peridico ms importante de Inglaterra. Rickle no
sola asistir a fiestas de ningn tipo, pero esa noche tena que acompaar a
su hermana, su nica debilidad reconocida pblicamente, y haba accedido
a hablar con Verlen para matar dos pjaros de un tiro.
Bradshaw se puso un traje negro de noche y subi en uno de los
carruajes que el hotel en el que se hospedaba tena a disposicin de sus
clientes ms distinguidos. El baile se celebraba en la mansin de un duque,
Bradshaw no saba exactamente cul, que lo haba invitado porque al igual
que el resto de la ciudad quera conocer al extravagante y rico americano
que haba llegado a Londres das antes. Por l podan observarlo y
criticarlo cuanto quisieran, l haba ido all con un objetivo y no se ira
hasta conseguirlo.
Unas horas ms tarde lleg a la mansin en cuestin y entr sin prestar
demasiada atencin a sus alrededores, todas esas casas antiguas tan
opulentas le daban escalofros. Se dirigi en primer lugar al saln donde la
mayora de caballeros presentes estaban tomando un brandy o fumando un
habano, y pregunt directamente por Michael Rickle.
Lord Rickle todava no ha llegado le inform el lacayo que sujetaba

la bandeja repleta de copas de champn.


Bradshaw cogi una y se resign a esperar.
Vaya, si no fuera porque le estoy viendo con mis propios ojos no me
creera que est aqu. A pesar de que haban pasado varios aos la voz de
su suegra consigui erizarle el vello de la espalda. Qu est haciendo
por aqu, seor Verlen?
Bradshaw se gir despacio y se encontr con una lady Kildare mucho
ms esplndida de lo que recordaba. Llevaba un vestido muy opulento y las
mejillas teidas de rubor.
Buenas noches, lady Kildare la salud educado y distante.
Ha trado a mi hija con usted? Abri el abanico. Katherine jur
que jams volvera a poner el pie en un baile de esta clase, pero ya veo que
por usted ha hecho una excepcin. Lo recorri con la mirada y le dej
claro que no le gustaba lo que vea.
No sabe que Kate y yo vivimos separados y que no nos hemos visto en
todo este tiempo? Consigui disimular la confusin, pero esas preguntas,
y la necesidad de encontrar sus repuestas, le quemaron la mente.
Al final se habr cansado de esos caballos y de vivir como una
pueblerina aadi lady Kildare sacudiendo todava ms los cimientos del
mundo de Bradshaw.
Katherine no ha podido acompaarme contest l cuando consigui
recuperar la voz.
Lady Kildare arque una ceja.
Es una lstima. Desvi la mirada hacia un hombre que estaba cerca
del aparador. Mi acompaante me est esperando, seor Verlen. Ha sido
toda una sorpresa verlo aqu.
Bradshaw asinti y en cuanto ella se alej unos pasos vaci la copa de
champn que todava tena en la mano.
Deduzco que usted y su suegra no se llevan demasiado bien le dijo
una voz ronca saliendo de detrs de l.
No, no demasiado.
Ya estoy aqu sigui el desconocido y tiene diez minutos para
explicarme por qu le ha pedido a Atticus Harlow que me convenza para
hablar con usted. Tengo muy pocos amigos, y ninguno como Atticus, as
que adelante, qu necesita de m, seor Verlen?
Quiero que destroce mi reputacin pblicamente.
Normalmente cuando me hacen una peticin de este tipo es en sentido

contrario, pero le dir lo mismo que digo siempre: mi peridico no est en


venta. Yo solo publico la verdad.
Oh, le aseguro que todo lo que le dir es verdad.
El tono de voz de Verlen logr una reaccin muy inusual en Rickle:
despertar su curiosidad, y el noble se cruz de brazos y lo mir a los ojos.
Por qu?
Porque quiero que el Parlamento me conceda el divorcio. Rickle
entrecerr los ojos con suspicacia y Bradshaw sigui con la explicacin:
He ledo su caso y s que a usted se lo concedieron porque su esposa se
mud pblicamente con su amante y tuvieron un hijo juntos.
S, as es confirm Rickle apretando los dientes. Mi esposa se
encarg de convertirme en el hazmerrer de Londres. Pero usted ha dicho
que quiere destrozar su reputacin, no la de su esposa. No estoy accediendo
a ayudarlo aadi levantando una ceja, sencillamente siento
curiosidad, y tiene que reconocer que es una peticin muy inusual.
No quiero que ella sufra ningn dao. De hecho, si acepta ayudarme
insistir en que proteja a Kate a toda costa. Lo nico que quiero es que nos
concedan el divorcio.
Por qu?
Porque la amo.
Rickle le aguant la mirada a Verlen en el convencimiento de que el
americano aadira algn comentario sarcstico que contradira la
afirmacin anterior, pero al ver que no lo haca comprendi que hablaba en
serio.
Trigame un whisky le pidi entonces Rickle a un sirviente que
pas junto a ellos. En cuanto el joven se alej contest a Verlen: No voy
a hacerlo.
Est bien acept Bradshaw dndose media vuelta para irse de all
cuanto antes.
No voy a hacerlo porque s lo que es vivir con la reputacin
destrozada aadi Rickle detenindolo con sus palabras, y usted,
Verlen, no se lo merece. Y su esposa tampoco.
Cmo lo sabe?
Rickle levant el vaso de la bandeja de plata que le acerc el sirviente de
antes y dio un trago.
Porque yo tambin he estado dispuesto a sacrificarlo todo por amor y
le aseguro que el camino que est a punto de tomar no es el adecuado.

Vamos, beba conmigo y escuchar su historia, seguro que le har bien.


Trtame de t dijo Verlen sentndose en la butaca que haba delante
de la que ocupaba Rickle. Y si quieres or mi historia, Rickle, antes
tendrs que contarme la tuya.
De acuerdo, ser mejor que te pidas un whisky.
Esa noche, cuando Bradshaw volvi a la habitacin de su hotel con un
nuevo amigo y un impresionante dolor de cabeza a sus espaldas,
comprendi que tena que empezar a luchar por lo que de verdad quera e ir
a Irlanda a buscar a Kate de una vez por todas.
Echaba mucho de menos a Kate, a la esposa con la que apenas haba
convivido unos das pero que se haba metido para siempre en su vida, y ya
iba siendo hora de que le dijese lo que senta por ella.
Y si Kate lo rechazaba, no aprendera a vivir con ello sino que hara lo
que haca siempre cuando acababa de disear un motor: insistir hasta dar
con la frmula correcta.
No iba a permitir que Kate volviese a salir de su vida, y para conseguirlo
iba a dejar de fingir que ella no segua viviendo en su corazn.
Se tumb en la cama y pens en la historia de su amigo Ian, estaba
enamorado de la mujer que iba a casarse con su hermano, con el hombre
que ms admiraba del mundo y al que jams traicionara. Pens en la
historia que acababa de contarle Rickle, un hombre que no haba confiado
en sus instintos y haba perdido para siempre a la mujer que amaba. Dios,
l era un cretino y un cobarde.
Kate no iba a casarse con otro, Kate no estaba para siempre fuera de su
alcance. Kate era su esposa y l, y solo l, la haba echado de su lado sin
escucharla. l era un cobarde y un estpido, y un cretino. Y le haba hecho
pagar a Kate las heridas y las inseguridades causadas por gente de su
pasado. El nico consuelo que tena Shaw era que al menos gracias a su
dinero haba podido salvar Kildare, al menos en ese sentido s que haba
cuidado de Kate.
Pero era un consuelo vaco.
l no quera que ella lo viese solo como un montn de dinero y, sin
embargo, era lo nico que le haba demostrado ser capaz de ser. No la
haba escuchado, no haba estado a su lado. Maldita sea, si incluso la dej
sola despus de su noche de boda.
Se sent en la cama y como un poseso fij la mirada en la alianza que
llevaba en la mano izquierda. Jams se la haba quitado, ni siquiera esa

maana cuando la ech de su lado. Mierda, se supona que era listo, muy
listo, por qu diablos no se haba dado cuenta de que la amaba?

22
Bradshaw escribi una carta a Ian Harlow contndole sus planes y
cabalg frentico rumbo a Pembroke, de cuyo puerto parta el barco que
ms rpido y con ms frecuencia viajaba a Irlanda, a Rosslare, para ser ms
exactos, las tierras del ducado de Kildare.
Cabalg prcticamente sin descansar, detenindose solo cuando l o su
montura necesitaban recuperar fuerzas. El caballo que alquil en Londres
demostr estar a la altura, pero Bradshaw no pudo evitar echar de menos a
Thistle, y al pensar en l record aquel da en que Kate lo despidi en las
caballerizas.
Espole al animal y cerr el puo alrededor de las riendas. Cuando lleg
a Pembroke fue a un hostal donde hizo los arreglos necesarios para que
devolvieran el caballo a Londres y se dirigi directamente al puerto en
busca del Darkness Nightmare , el navo que segn su informacin parta
esa misma maana rumbo a Kildare.
Le digo que mi barco no admite pasajeros insisti el capitn.
Y yo le digo que si hace falta comprar la naviera, pero usted, capitn,
va a llevarme hoy a Irlanda.
El hombre se cruz de brazos y lo mir como si estuviese loco.
Por qu diablos no espera a que salga el ferry?
Ya he esperado demasiado. Se pas las manos por el pelo y solt el
aliento. Mire, le prometo que no molestar. Ni siquiera notar que estoy
a bordo. Y pagar el pasaje. Sac un fajo de dinero y se lo entreg al
hombre.
Con esto levant los billetes y sonri casi podra comprar el
barco. Lo har si hace falta.
El capitn lo observ a los ojos y sac unos cuantos billetes del fajo, se
los guard en el bolsillo y le devolvi el resto a Bradshaw.
Gurdese esto le dijo y suba a bordo antes de que me arrepienta.
Bradshaw le estrech la mano al rudo capitn y subi corriendo la

escalinata del barco de mercancas.


Durante los das que dur la travesa, Bradshaw no se tranquiliz. Ahora
que haba decidido recuperar a Kate, los segundos le parecan horas y los
das se le hacan interminables. Las olas del mar no se acababan nunca y
Bradshaw opt por pedirle al capitn que le dejase ayudar con las tareas del
barco. El hombre, que segua considerando a su tripulante un loco, acept y
Bradshaw pas los das ayudando al timonel como si fuese un grumete
ms. Era extenuante, el sol y la sal le haban destrozado la piel de las
mejillas y le dolan todos los msculos del cuerpo, pero al menos as
consegua estar un rato sin pensar en lo difcil que iba a resultarle
recuperar a Kate. Se haba comportado como un engredo con ella, como
un egosta. Y haba sido cruel. Haba cometido todos y cada uno de los
pecados que l tanto juzgaba y odiaba. Y lo haba hecho con la nica
persona que haba estado dispuesta a entregarle su corazn.
La silueta de Irlanda se dibuj en el horizonte y Bradshaw solt el
aliento.
Esta vez iba a hacerlo bien.
El barco atrac y Bradshaw se despidi de sus improvisados compaeros
de viaje. Busc un hostal donde se ase sin afeitarse, y se cambi de ropa.
La que haba utilizado durante la travesa podan quemarla, y sali en
busca de una montura. El ducado de Kildare no estaba muy lejos de all, si
cabalgaba sin descanso poda llegar antes del anochecer.
Y volver a ver a Kate.
Ansioso abandon el hostal para hacer los preparativos necesarios para
concluir su viaje y en cuanto vio un establo entr en l sin dudarlo.
Necesito el caballo ms rpido que tenga le dijo al herrero.
Le costar caro.
Por qu todo el mundo le haca perder el tiempo con algo tan
insignificante como el dinero? De verdad insignificante? A ti nunca te lo
ha parecido. Llevas aos pensando que es lo nico que la gente ve en ti
cuando te mira.
Pagar.
El hombre levant la cabeza de la herradura que estaba golpeando y lo
mir.
Chico, trae uno de los caballos de lady Ashe! grit a pleno pulmn.
Lady Ashe? pregunt a travs del nudo que se le form en la
garganta.

S, ha dicho que quera el caballo ms rpido, no?


S.
El herrero se limit a encogerse de hombros.
Dnde puedo comprar uno?
El otro hombre lo mir como si se hubiese vuelto loco.
No puede, desde la muerte del viejo duque, lady Ashe solo doma
caballos por encargo y me temo, amigo mo, que la lista es muy larga.
Soy su marido. Tuvo que morderse la lengua para no decirlo.
Transcurri un momento.
La muerte del viejo duque? Oh, Dios, el abuelo de Kate ha
muerto. Se le hel la sangre. Cundo muri?
Hace un ao, creo. No estoy seguro, mi esposa es la que est al tanto
de los chismes. Lo mo son solo los caballos y le aseguro que los de lady
Ashe son los mejores.
Bradshaw record entonces la nica ocasin en la que Kate se haba
retrasado unos meses en el pago, aunque despus lo compens pagando el
doble en los siguientes. Seguro que esos atrasos coincidieron con la muerte
de su abuelo.
El ruido de unas pezuas interrumpi el odio que Bradshaw estaba
dirigiendo contra s mismo y apareci un chaval tirando de las riendas del
caballo ms espectacular que haba visto en toda la vida.
Cmo se llama? le pregunt al chico de la cuadra.
Amsterdam.
Bradshaw no poda respirar.
El nombre se lo puso lady Ashe. Lo bautiz as cuando volvi de
Amrica sigui el herrero al ver que su cliente no deca nada, me
explic que era como se llamaba Nueva York hace mucho tiempo. Aunque,
si me lo permite, es un nombre absurdo para un caballo.
Amsterdam repiti Bradshaw al fin acariciando la crin del animal
negro. Eres magnfico.
Cogi las riendas del chico y colg su bolsa de la silla de montar ante la
mirada atnita del herrero.
Tenga le entreg quinientas libras, se lo devolver dentro de unos
das.
O nunca.
Espere un segundo. El herrero intent detenerlo. Adnde va?
Al ducado de Kildare, a ver a lady Ashe.

Cmo se llama? le pregunt entrecerrando los ojos.


Verlen, Bradshaw Verlen.
El herrero y el chaval sonrieron y Bradshaw sali cabalgando
convencido de que los locos eran ellos.
El paisaje de Irlanda era precioso, pero no se detuvo ni un segundo a
contemplarlo. Espole a Amsterdam y cabalg hacia la direccin donde
haba mandado todas esas cartas que nunca haban recibido respuesta. Al
principio temi que Kate ya no viviese all, pero gracias al herrero chiflado
ahora saba que s.
La chimenea de una mansin apareci en el horizonte y Bradshaw sinti
que el corazn le lata de un modo distinto al de los ltimos tres aos,
aliviado, feliz por estar cerca de ella. Subi la colina y ante l se
extendieron las tierras del ducado con la casa familiar al fondo. Era
evidente que haba conocido tiempos mejores, pero los prados estaban
cultivados y haba un rebao de vacas y uno de ovejas pasturando cerca, y,
al fondo, un caballo blanco dando saltos en el aire.
Con un jinete encima.
Kate.
Bradshaw no pens, sencillamente espole a su montura para correr a
ayudarla. Si ese potro salvaje tiraba a Kate al suelo, en el estado en que se
encontraba poda darle una coz y matarla. Cabalg como un loco, pero
cuando estaba a pocos metros sucedi algo inesperado que jams podra
expresar con palabras; el caballo blanco se calm y Kate le susurr algo al
odo antes de acariciarle la crin y saltar de su lomo como si nada.
Kate llevaba la larga melena castaa recogida en una cola que le caa por
la espalda, e iba vestida con una camisa blanca y pantalones de lana
marrn. Bradshaw nunca habra imaginado que una mujer vestida con ropa
de hombre pudiese resultarle atractiva, pero al ver caminar a Kate vestida
de esa manera estuvo a punto de gemir y not, sorprendido, que estaba
sumamente excitado. Quiz demasiado. Respir despacio y cerr los ojos
para intentar recuperar la calma; no quera que Kate lo viese en ese estado.
Abri los ojos y se dio cuenta de que ella estaba tan ensimismada con el
animal, tan en sintona con l, que no haba visto que no estaban solos en el
prado. Chasque la lengua para que Amsterdam reanudar la marcha y Kate
lo oy y se dio media vuelta.
Lo reconoci.
Bradshaw no tena ninguna duda de ello porque sinti que se le helaba el

corazn de lo fra que fue la mirada que ella le lanz. Kate esper a que l
se acercase con las riendas del caballo blanco en una mano y la fusta de
montar en la otra.
Hola, Kate.
Bradshaw se maldijo por no decir algo ms locuaz, ms intenso, pero al
parecer Kate se haba apoderado de su capacidad para pensar.
Qu ests haciendo aqu, Verlen?
Ni siquiera fingi que le sorprenda verlo, pero l le vio temblar
ligeramente la mano derecha y se dijo que se deba a su presencia.
Bradshaw salt del caballo y camin unos pasos, y su montura relinch
al estar cerca de Kate.
Hol a , Amsterdam le dijo ella con una sonrisa y una voz
completamente distinta a la que haba utilizado con Bradshaw. Cmo
ests, tesoro? Le acarici el hocico y ese animal de cientos de quilos se
comport como si fuese un cachorro.
Es un caballo magnfico seal Bradshaw, que notaba un horrible
escozor en las manos de las ganas que tena de tocar a Kate.
Pero ella no pareca padecer el mismo problema que l.
Qu quieres, Verlen, a qu has venido? Se apart de Amsterdam y
se cruz de brazos sin soltar las riendas del otro caballo.
He venido a pedirte que me escuches se humedeci los labios. He
venido a pedirte perdn.
Los ojos de Kate brillaron de furia y abofete a Bradshaw con todas sus
fuerzas. Despus, y sin dejar de mirarlo, mont en su caballo y se alej de
all a galope tendido.
Bradshaw se frot la mejilla aquel primer encuentro estaba saliendo
mucho peor de lo que haba temido y mont a Amsterdam para seguir a
Kate. La atrap cuando entraba en el establo adjunto a la mansin, y la
sigui dentro. Salt del caballo en cuanto estuvo a cubierto y, tras soltar las
riendas del animal, corri en busca de Kate.
Kate, espera.
Ella se detuvo de golpe y se gir.
No tienes derecho a estar aqu. No tienes derecho a hablarme o a
pedirme que te escuche. No tienes derecho a hacerte el dolido o el
ofendido. No despus de cmo me echaste de tu lado!
S que me port muy mal cuando nos separamos.
Cuando nos separamos? Levant ambas cejas y puso los brazos en

jarras.
Cuando te ech... modific tras tragar saliva, pero he venido a
pedirte perdn. S que me equivoqu, Kate. Lo s. Lo supe en cuanto te
fuiste aadi.
Y has tardado tres aos en viajar de Nueva York hasta aqu dijo
sarcstica.
No. Cerr los puos y se oblig a continuar. Tard un ao en
creerme que lo que sentamos era real. Y otro en...
Ahora crees que es real? Cuando llevas ms de tres aos sin verme.
Ahora crees que es real y cuando yo apret los dientes un segundo
cuando yo te ped que me dieras una oportunidad ni siquiera te planteaste
escucharme. Me entregu a ti y no me creste. Intent ser comprensiva,
darte tiempo. Te ped que me escucharas. No sirvi de nada y ahora ya no
importa. Cogi una bala de paja y la movi en direccin al establo que
ocupaba el caballo blanco. De verdad crees que ahora, tres aos ms
tarde, quiero verte? De verdad crees que soy tan idiota, Verlen? Le ech
en cara una de las frases que Shaw le haba dicho aos atrs.
Lo siento, Kate. Por favor. Deja que te explique...
No! Se quit los guantes y los lanz encima de una desvencijada
mesa de madera llena de herramientas. No! T no quisiste escucharme.
Te lo ped. Te lo supliqu le record furiosa, y t te negaste. Una y
otra vez.
Tienes que entenderlo, Kate. Por favor. Se acerc y la sujet por los
hombros, pero la solt al ver la mirada de ella. Se pas nervioso las manos
por el pelo. A m nunca me haba elegido nadie. Pens que eras como los
dems, que solo queras mi dinero. No poda creerme que me hubieras
elegido a m y no a mi fortuna.
Kate solt el aliento y se acerc a l.
Iba a perdonarlo. Tena que perdonarlo.
Sabes una cosa, Verlen? A m s que no me ha elegido nunca nadie.
Le golpe furiosa el pecho. Mi padre eligi a mi madre, y cuando ella
lo abandon, eligi la muerte antes que a m. Mi abuelo me quera con
locura pero para l lo primero eran sus caballos. Otro golpe. Lionel
Postgate me eligi por mi ttulo nobiliario, yo le importaba un rbano. Y t
otro golpe, t tampoco me elegiste. As que disclpame si no caigo
rendida a tus pies y no te pido que me ates las manos y me hagas el amor
contra la pared del establo.

Se oy el estampido de un trueno y los hombros de Kate perdieron toda


la fuerza. Fue como si de repente ya no quisiera seguir hablando o
discutiendo con l.
Va a llover. Se apart de Bradshaw y se dirigi hacia la salida.
Puedes quedarte en casa. Elige la habitacin de invitados que ms te guste.
Pero maana por la maana tienes que irte.
Kate sigui caminando sin esperar respuesta y entr furiosa en la casa.
Casi se haba desmayado al verlo all de pie junto a Amsterdam. Durante
un segundo haba pensado incluso que estaba soando.
Pero ella saba perfectamente que los sueos, aunque a veces lo parece,
nunca se hacen realidad. Hubo en la poca en la que Kate pens estar
viviendo uno, los diez das que Bradshaw y ella fueron felices en Nueva
York, pero al final ese sueo tambin acab por convertirse en una
pesadilla. Oy un ruido en la entrada y grit:
Verlen, ven!
Se mordi la lengua al instante y rez para que su marido no hubiese
vuelto todava del establo.
No tuvo tanta suerte.
Me has llamado? apareci corriendo y con el pelo empapado por el
agua de la lluvia.
No confes tras tragar saliva.
l arque una ceja e iba a decirle algo cuando apareci un perro labrador
tambin calado hasta los huesos.
Quieto, Verlen.
Le has puesto mi nombre a tu perro?
Tcnicamente es tu apellido contest Kate mientras acariciaba al
labrador. Y creme, me arrepiento.
Bradshaw sonri y le hizo una pregunta completamente absurda.
Conoces al herrero de Rosslade? Ahora comprenda perfectamente
las carcajadas de ese hombre y de su aprendiz. Probablemente a cualquier
hombre le habra molestado que su esposa a la que llevaba tres aos sin ver
le hubiese puesto su nombre a un perro, pero a Bradshaw le pareci un
detalle muy romntico.
S, por qu lo preguntas?
No, por nada. Vamos, Verlen, ven conmigo. Bradshaw silb y
chasque la lengua. Los dos estamos dejando la casa perdida.
El labrador lo sigui como si fuera su dueo. Kate tuvo que morderse la

lengua para no reir al pobre animal y se desahog dando un portazo.


Maana mismo iba a echar al Verlen de dos patas de all. Le haba
costado demasiado olvidarlo como para que ahora reapareciese y volviese
a echarle la vida a perder.
Esa noche, por sorprendente que pareciese, Kate durmi como haca
aos que no dorma. Tres aos para ser exactos. Se dijo que era gracias a
las horas que se haba pasado domando a Tormenta Blanca y no porque
Bradshaw estuviese en la habitacin de al lado.
El muy taimado haba elegido la habitacin pegada a la de ella a pesar
de que era mucho ms pequea que las dems de la casa.
La maana siguiente, Kate se visti como siempre con unos pantalones,
una camisa blanca y un jersey de lana negra y baj a la cocina para
prepararse una taza de t. La seora Pearson iba a ayudarla durante el da
pero por la noche volva a su casa. Dado que viva sola, y tena intencin
de seguir as durante mucho tiempo, a Kate no le haca falta tener servicio.
Y tampoco poda pagarlo.
Buenos das.
Se qued petrificada al ver a Bradshaw delante de los fogones
preparando una tetera y unas tostadas.
Qu haces aqu?
He pensado que podra ayudarte con las cosechas y con los caballos
dijo l ignorando la pregunta y el mal humor de Kate.
No. Cogi una tostada del plato. Vete.
Nos vemos a la hora del almuerzo. Bradshaw cogi el abrigo y el
sombrero y sali por la puerta de la cocina como si llevase aos
hacindolo.
Tena que echarlo, pens Kate. No iba a permitir que se instalase all y
se comportara como si fuese el seor de la casa. Pero esa maana estaba
muy ocupada; tena que dar de comer a los caballos y sacarlos a cabalgar y
despus tena que hablar con Rowan acerca de cmo iban a organizar la
recolecta. Y ms tarde ella y la seora Pearson tenan que revisar la
alacena y empezar a hacer un esquema de las provisiones que necesitaban.
Bradshaw poda esperar. Lo echara de casa ms tarde.
Al medioda, Kate entr exhausta en la cocina y se encontr a Bradshaw
hablando con la seora Pearson. Cuando lo vio perdi el aliento y el pulso,
y durante un segundo se permiti olvidarse del dao que l le haba hecho
y pens que sera maravilloso no tener que hacer todo eso sola, contar con

el apoyo y la ayuda de un hombre que la amara.


Pero Bradshaw no era ese hombre. Kate todava no saba qu haba ido a
hacer all, pero estaba segura de que no tena nada que ver con ella.
No me eligi a m.
Buenos das, seora Pearson, ha visto a Rowan por alguna parte?
Llevo horas buscndolo. Ignor adrede la presencia de Bradshaw.
Yo le he visto contest este hacindoselo imposible. He estado
charlando con l esta maana. Es un capataz excelente, Kate. Le he dado
los libros de agricultura que he trado de Nueva York y hemos estado
discutiendo distintas opciones.
Has trado libros de Nueva York?
Bradshaw perdi parte de la compostura que pareca inherente en l y
busc sus ojos antes de contestarle.
Despus de que te fueras, fui a la librera a la que solamos ir y le
pregunt al encargado si tenas algn libro reservado.
Kate trag saliva. Los tena, haba reservado varios volmenes sobre
distintas tcnicas agrcolas.
Los compr sigui Bradshaw. Y los he trado hasta aqu. Pens
que te gustara leerlos. Se encogi de hombros y se sent en la mesa.
Este asado tiene un aspecto estupendo, seora Pearson.
Gracias, seor Verlen respondi la cocinera sonrojndose.
Oh, no, la seora Pearson no, pens Kate resignada.
Un hocico empuj con destreza la puerta de la cocina y el perro labrador
de Kate se col en ella y empez a husmear la comida.
Fuera, Verlen! lo ri.
Pero si todava no he almorzado se burl Verlen.
Oh, esto es ridculo suspir exasperada Kate.
Tiene fcil arreglo. Puedes llamarme por mi nombre, antes te gustaba.
Kate bebi un poco de agua y not que la seora Pearson la fulminaba
con la mirada. Jams tendra que haberle contado lo que haba sucedido en
Nueva York y que se haba enamorado como una idiota de su esposo.
Est bien acept a regaadientes, Bradshaw.
l sonri y sigui comiendo.
Un asado excelente, seora Pearson. Gracias. Se puso en pie y
volvi a coger el abrigo y el sombrero. Si me disculpan, queridas damas,
he quedado con Rowan para ver qu podemos hacer con las ovejas.
Sali de la cocina con Kate echando humo por las orejas y la seora

Pearson sonriendo.
Qu voy a hacer, seora Pearson?
De momento vas a terminarte el asado, y despus vamos a
inspeccionar la alacena.
Y despus?
Despus ya veremos, Kate. Visto est que pueden pasar muchas cosas
cuando menos te lo esperas.
Esa noche, Kate no baj a cenar al saln. Estaba muy cansada y quera
acostarse pronto, o esa fue la excusa que se dio a s misma para justificar el
repentino ataque de cobarda. Comi un poco del asado que haba sobrado
al medioda y una manzana, y despus ley un rato sentada frente a la
chimenea que tena en el dormitorio. Cuando not que le pesaban los
prpados se meti en la cama y se jur que maana echara a Bradshaw.
Llevaba poco rato dormida cuando oy una voz a travs de la pared:
Buenas noches, Kate.
Y no peg ojo durante el resto de la noche.

23
Tras una semana de desayunos compartidos, de miradas en los
almuerzos y de noches sin dormir, Kate estaba al lmite de sus fuerzas.
Bradshaw y ella no haban hablado todava de ninguno de sus problemas,
los dos los evitaban como si tuvieran miedo de interrumpir aquella especie
de tregua que se haba tejido entre ellos. No estaban juntos, pero al menos
se vean y podan sentir la presencia del otro.
Ella ya no quera explicarle por qu haba aceptado casarse con Lionel
Postgate y por qu no haba acudido a su cita esa maana despus de hacer
el amor en la cabaa. Y tampoco quera explicarle por qu se haba casado
con l cuando en realidad ya no le haca falta porque l ya haba pagado la
deuda de sus tierras. Las malditas doscientos ochenta y seis mil libras. No
quera explicarle nada de eso porque ahora ya no servira de nada, excepto
para demostrar lo estpida que haba sido al enamorarse de un hombre que
no le haba dado la menor oportunidad.
l no quera explicarle por qu no la haba credo y tampoco por qu
haba dudado de sus sentimientos y de la conexin que haba existido entre
ellos desde un principio. No quera explicarle por qu haba tardado un ao
en creer que una mujer como ella poda enamorarse de un hombre como l.
Y tampoco quera explicarle por qu haba tardado tanto tiempo en ir a
buscarla.
Y no quera explicrselo porque tena miedo de que cuando terminase
ella le dijese que no importaba y que no le perdonaba.
Pero no podan seguir as. Bradshaw estaba tan excitado y tan absorto
con ella que en los ltimos das haba estado a punto de romperse la crisma
varias veces al caer del caballo. No poda dormir. No poda comer. Dios, ni
siquiera poda respirar.
Y a Kate, aunque se le daba mucho mejor que a l disimularlo, le
suceda lo mismo.
Esa noche, Kate cambi de tctica y comi con la seora Pearson en la

cocina antes de que esta volviese a su casa. Cuando Bradshaw entr un rato
ms tarde y le pregunt si podan cenar juntos, Kate sinti un leve vuelco
en el corazn al ver que a l se le apagaban un poco los ojos al or que ella
ya haba cenado.
Kate se oblig a ignorar tanto la reaccin de l como la de ella, y se
retir a su dormitorio con intencin de leer un rato antes de acostarse.
Estaba sentada en su sof, intentando entender un prrafo que haba
ledo como mnimo diez veces cuando se le eriz la piel y le falt el
aliento.
Bradshaw estaba al otro lado de la puerta. No lo vea, pero lo saba con
la misma certeza que saba su nombre.
La puerta se abri y entr l con los botones del cuello de la camisa
desabrochados y las manos temblando.
Tenemos que hablar, Kate. No podemos seguir as.
Has entrado sin llamar le ri ella ponindose en pie.
No quera orte decir que no se defendi.
Tiene gracia, eso es lo nico que te o decir a ti en Nueva York. No
hables, no te expliques. No me toques.
Lo siento, Kate. Me comport como un cobarde. Como un cretino. No
te merecas que te tratase de esa manera y me desprecio por ello.
Si le hubiese dicho esas palabras en Nueva York tal vez habran
arreglado las cosas. Ahora era como recibir una pualada en el corazn. Y
Kate no pudo soportar el dolor.
Vete, Bradshaw. Vete de mi dormitorio y de mi casa.
No. No pienso irme sin antes hablar contigo insisti l plantando
los pies en el suelo.
Te agradezco que me hayas ayudado esta semana, pero si creas que
con esto ibas a ablandarme, te equivocas. Vete repiti mirndolo a los
ojos.
No.
Esa palabra hizo que a Kate le hirviese la sangre.
No?
No.
Vete de aqu, Bradshaw. Le empuj y l se dej.
No.
Vete, no quiero volver a verte ms. Otro empujn y l volvi a
dejarse. Se tambale hacia atrs hasta que la espalda choc contra la puerta

de madera.
No.
Qu diablos pretendes? Yo no soy una de tus maquinitas a las que
puedes ir apretando y aflojando las clavijas. Yo terminar por romperme,
Bradshaw. Se le escap un sollozo y gir el rostro para que l no pudiera
verlo. Vete.
l se qued quieto donde estaba y confes:
Yo ya me he roto, Kate, y solo t puedes arreglarme. Dame una
oportunidad, por favor.
No, Shaw. Basta, ya nos hemos hecho demasiado dao. Me niego a
creer que esta vez vaya a ser distinto.
l cerr los ojos al or que ella por fin lo llamaba as. Llevaba tres aos
esperndolo.
Por qu?
Porque si te creo me acercar a ti y querr que ests a mi lado, querr
que te quedes aqu conmigo en Irlanda criando caballos y manteniendo el
legado de mi familia. Querr bailar junto a una hoguera en medio del
bosque e improvisar una cena en la playa. Querr tener hijos. Querr que
me beses y que no pares nunca.
Bradshaw not que le resbalaba una lgrima por la mejilla.
Y t sigui Kate antes de que l pudiese decir nada, t volvers a
desconfiar de m. Volvers a levantar esos muros que segn t te protegen
del mundo exterior pero que lo nico que hacen en realidad es aislarte de
l. Impedir que alguien te ame.
No, no es verdad.
S que lo es. Te has preguntado alguna vez cmo llegu hasta aqu?
Cmo me sent cuando pasaban los meses y mi marido no vena a
buscarme?
Cada da.
Me pele con mi madre en el muelle de Nueva York, ella quera que
fuese a ver a Lionel y le contase alguna patraa sobre ti. Segn ella, con los
rumores que circulaban sobre ti en la ciudad no nos costara demasiado
obtener la nulidad del matrimonio y podra casarme con Lionel. Y ya ves,
todos felices y contentos.
Oh, Dios mo. Lo siento, Kate.
No lo sientas. Tendras que haberlo impedido, Shaw. Tendras que
haber estado a mi lado. Tendras que haberme elegido a m.

Yo... s que suena ridculo ahora, pero esa noche, antes de ir a casa, o
a tu madre hablando con Lionel acerca de que ibas a abandonarme.
Y la creste? Lo mir incrdula un segundo y despus suspir
abatida: Por supuesto que la creste.
Bradshaw se apart de la pared y se acerc a Kate para cogerle las
manos. Ella intent soltarse, pero l no se lo permiti y no volvi a hablar
hasta que dej de forcejear.
No la cre. Me enfrent a ellos y les dije que era imposible, que t
jams ibas a abandonarme. Pero tu madre y Lionel se rieron; l dijo que
una mujer como t nunca se quedara con un hombre como yo y tu madre
me habl del billete. Me dijo que lo habas comprado t y que lo habas
escondido en el cajn de la mesilla del saln. Me pas el camino de vuelta
a casa dicindome que no iba a abrir el cajn, que era ridculo. Estaba
convencido de que sentas lo mismo que yo, que a pesar de mis constantes
meteduras de pata te habas enamorado de m.
Pero entraste en el saln y abriste el cajn. Ya no tena fuerzas para
discutir.
S. l volvi a acercarse y le acarici el rostro. Perd el control.
Fsica y emocionalmente.
Kate se sonroj al recordar el modo tan ertico en que la posey esa
noche, un recuerdo que le haba hecho mucho dao a lo largo de esos aos
porque nunca, hasta ahora, haba logrado comprender.
Y cuando te quedaste dormida fui a buscar el billete. Pens que si te
echaba antes de que pudieras irte no me dolera tanto.
Me echaste, me destrozaste, Shaw, y sin motivo. Espero que te
doliera, aunque solo fuera un pice de lo que sent yo.
No me doli, me aniquil confes. Me he pasado tres aos
murindome, Kate. No se me ocurre nada ms doloroso que estar un
segundo sin ti a mi lado.
Si no hubieses encontrado ese billete, si mi madre no te hubiese
provocado, habras terminado echndome por otro motivo.
No, no le asegur l frentico sujetndole ahora el rostro entre las
manos. No.
Cmo lo sabes? le pregunt ella con la voz rota.
Lo s porque esa noche iba besarte. Le sec una lgrima que le
resbalaba a Kate por la mejilla y no hizo nada para detener las que mojaban
las de l. Lo s porque llevo ms de tres aos arrepintindome de no

haberte besado una vez ms esa noche en la cabaa del cementerio. O la


ltima noche que estuvimos juntos. O la primera.
No habra cambiado nada, Shaw. Le sujet por las muecas y se las
apart del rostro para intentar separarse de l.
Shaw abri y cerr los dedos un par de veces y respir hondo. La estaba
perdiendo. Y esta vez sera para siempre.
Sabes por qu no te besaba? Tal vez si le confesaba toda la verdad
lograra tener una oportunidad. Deseaba hacerlo. Se pas las manos
por el pelo. Me mora de ganas de hacerlo.
Entonces, por qu no lo hiciste? Yo tambin quera besarte. Lo
haba deseado con toda el alma.
Empec a ganar dinero cuando tena dieciocho aos. Dise un motor
que Darius insisti en comprarme para sus fbricas; despus otras se
interesaron por l y varios inversores se interesaron por m resumi en
esa frase uno de los mayores negocios de su vida. Cuando cumpl los
veinte tena ms dinero del que haba soado jams y Darius insisti en
que tena que comprarme una casa y empezar a socializarme con la clase
adinerada de Nueva York. Bradshaw se sent en la butaca, apoy la
cabeza en el respaldo y retom el relato con los ojos cerrados. Fui a un
baile y una mujer se acerc a m, era guapa y elegante y pens que yo le
gustaba de verdad. Nos acostamos y al cabo de unos das ella empez a
pedirme regalos. Volvi a sucederme de nuevo ms adelante. Se apret
el puente de la nariz. Hasta que por fin comprend cmo funcionaban las
cosas y me dije que si esas mujeres me utilizaban para conseguir joyas,
dinero, informacin sobre una inversin, yo tambin iba a utilizarlas.
Abri los ojos y vio que Kate estaba de pie frente a l. Hasta que te
conoc. T eres la primera mujer, la nica, que me ha hecho sentir
sencillamente un hombre. Esa noche, cuando me besaste en la colina e
hicimos el amor fue... trag saliva. Nunca haba sentido la necesidad
de entregarme a nadie hasta entonces. Y lo hice. Sin reservas. No te lo dije,
pero en ese instante fui completamente tuyo. Y despus me abandonaste y
cre enloquecer. Y cuando te vi en casa de Darius y o que ibas a casarte
con Lionel cre morir.
Shaw. Kate le sorprendi pasndole una mano por el pelo.
Supongo que eso fue lo que me pas, una parte de m muri al verte
cogida de la mano de Lionel y comportndote como si yo fuese un
desconocido. Despus, cuando me besaste en el saln de Darius, me atrev

a soar de nuevo, pero entonces me di cuenta de que sabas que tena


dinero y...
No lo saba lo interrumpi.
Qu has dicho?
No lo saba repiti Kate con tristeza al recordar aquel beso. Shaw
haba credo que ella lo estaba utilizando para conseguir dinero. No
saba que tenas dinero. Antes de verte lo nico que me dijo Lionel era que
siempre rondabas por las fbricas de su padre.
Entonces...
Te bes porque no poda soportar la idea de no volver a besarte.
Y yo no te bes despus porque no poda soportar la idea de volver a
besarte y que fuese mentira.
Nunca lo fue susurr ella mirndolo a los ojos.
Kate, cario casi sin voz.
Lo nico que pens esa noche en casa de Lionel fue que no poda dejar
que te fueras sin besarte. No pretenda que nos pillaran, tienes que creerme.
Pase lo que pase con nosotros, tienes que creer que esa noche te bes
porque quera besarte. A ti. A Shaw, y no a tu montn de dinero.
Te creo dijo l cuando los latidos de su corazn aminoraron un poco
. Tendra que haberte escuchado entonces. Me he pasado la vida odiando
al mundo entero por prejuzgarme sin darme ninguna oportunidad, y la
noche ms importante de mi vida hice exactamente lo mismo. Solt el
aire que tena en los pulmones. Tendra que haberte contado que haba
visto a tu madre y tendra que haberte escuchado.
Kate tambin suspir.
S, supongo que los dos tendramos que haber escuchado ms al otro.
Yo pens que si te daba tiempo y tena paciencia contigo, terminaras
abrindote un poco y me dejaras conocerte, pero supongo que me
equivoqu.
Qu significaba eso? Que su matrimonio ya no tena remedio? Que l
seguira viviendo en Nueva York y ella en Irlanda?
Bradshaw not una horrible presin en el pecho.
Puedes conocerme ahora le sugiri con media sonrisa a Kate. Por
favor.
Ella lo mir indecisa, como si no supiera qu hacer con l. Y Bradshaw
se aprovech de esa confusin.
Puedes preguntarme lo que quieras.

Lo que quiera? Kate se sent en la otra butaca que haba en el


dormitorio.
S, siempre y cuando yo pueda hacer lo mismo. Porque quiero saber
todo lo que has hecho durante estos aos.
Quiero olvidarme de que no hemos estado juntos.
Est bien accedi ella. Empiezo yo. Qu clase de mquinas
diseas exactamente?
A Bradshaw le lati el corazn con algo parecido a la esperanza y
empez a hablar.
Unas horas ms tarde Bradshaw abri los ojos y vio que se haban
quedado dormidos hablando. l segua sentado en su butaca y Kate en la
suya, pero ella haba sido ms lista y tena una almohada entre los brazos
donde ms o menos recostaba la cabeza.
Estaba amaneciendo, por la ventana del dormitorio de Kate se colaban
los primeros rayos del sol y le iluminaban levemente el rostro. Estaba
cansada, tena ojeras bajo los ojos y haba adelgazado.
Bradshaw la mir y comprendi que haba sido un estpido al no darse
cuenta de que se amaban. Ahora que por fin haba comprendido, su amor le
resultaba tan cierto y tan palpable como el aire que respiraba. Hara
cualquier cosa por Kate, y sin dudarlo se acerc a ella para cogerla en
brazos y llevarla hasta la cama.
l haba tenido intencin de depositarla con cuidado sobre el colchn y
salir del dormitorio sin hacer ruido para que ella pudiese descansar, pero
cuando dio el primer paso Kate abri los ojos y se qued mirndolo.
Bradshaw estaba de pie frente a la ventana y la luz del alba los envolva
suavemente. No poda volver a ver amanecer un da ms sin ella.
Kate levant las manos y rode el cuello de Shaw para despus enredar
los dedos en el pelo de su nuca y acariciarlo. Bradshaw cerr los ojos un
segundo para dar rienda suelta al amor que le haba incendiado las venas y
que le recorra todo el cuerpo. Y cuando los abri no ocult nada de lo que
estaba sintiendo a Kate.
Te amo susurr con el corazn, te amo y quiero besarte.
Todo l estaba temblando, pero agach despacio la cabeza y suspir un
instante antes de rozar los labios de Kate con los suyos. Los detuvo all un
segundo, dos. Tres. Dej que el aliento de ella se colase en su boca y lo
atormentase. Esper hasta que not que los labios de Kate temblaban tanto
como los suyos y entonces desliz despacio la lengua por ellos.

Muy despacio.
Llevaba aos soando con ese momento, y sin embargo jams habra
podido imaginarse lo que sinti cuando Kate desliz tambin la lengua
tmidamente por los labios de l.
Bradshaw gimi desde el lugar donde esconda sus anhelos ms
profundos y abri la boca para devorar con ella la de Kate. Quera
conquistarla, demoler las defensas que ella pudiese haber erguido contra l,
meterse tan dentro de ella que su esposa su esposa jams quisiera
alejarse de l.
Kate, yo... empez l tras interrumpir el beso. Cmo poda decirle
todo lo que senta? La rabia con la que recordaba el pasado? Las
promesas que quera hacerle para el futuro?
Lo s. Ella le puso un dedo en los labios. Yo tambin te amo.
Or esas palabras en aquel instante, unas palabras que haba dado por
hecho que tardaran aos en salir de los labios de Kate, lo golpe con tanta
fuerza que incluso se tambale.
Te amo repiti ella con una sonrisa, pero ahora vas a tumbarme
en la cama y vas a dejar que yo te ate las manos. Llevo aos queriendo
vengarme.

24
Bradshaw
Qu has dicho? tengo que humedecerme los labios para poder
hablar y me he excitado tanto que si Kate me toca eyacular incluso antes
de besarla.
Y ella lo sabe.
Y a m no me importa, en realidad es exactamente lo que necesito.
Aunque fue sumamente sensual la ltima vez que Kate y yo hicimos el
amor, me dej llevar por mis instintos ms bsicos... y despus la ech de
mi lado.
Ahora necesito mostrarme vulnerable, necesito que ella sepa que
siempre he sido suyo, incluso intent evitarlo, y que siempre lo ser.
Ella est frente a m y con una mano me acaricia la mejilla.
Bsame, Shaw.
Mis manos la sujetan por la cintura al instante y agacho la cabeza para
besarla. Mi lengua se estremece al sentir la caricia de la suya y Kate coloca
las manos en mi torso y empieza a desabrocharme los botones.
Cuando termina, le tiemblan los dedos y a m todo el cuerpo, y tira de
las mangas de la camisa para quitrmela. Yo tengo que soltarla un instante
para deshacerme por completo de la prenda y Kate se pega a mi cuerpo y
me muerde el cuello mientras lleva las manos a mi pantaln.
Kate...
Se pone de puntillas y me besa en los labios. Cada beso es mejor que el
anterior, ms sensual, ms honesto.
Ella va vestida con el camisn y un batn de seda blanca encima. Es la
primera vez que se lo veo puesto y vuelvo a ponerme furioso al pensar en
todas las noches y todas las maanas que me he perdido a su lado.
Qu pasa? me pregunta ella al notar que me he tensado.
Apoyo la frente en la suya y sin abrir los ojos confieso.

Es culpa ma que hayamos estado separados tanto tiempo.


Kate aparta las manos de mi pantaln y me las desliza por el pelo. Me
quema la piel, si ella no me toca terminar volvindome loco. Es una
sensacin que ya no puedo contener. He pasado demasiado tiempo sin ella
torturndome, obligndome a estar lejos de ella.
No puedo ms.
Coloco las manos en su cintura y tiro de la cinta del batn. Kate sigue
acaricindome el pelo y susurrndome palabras de amor al odo.
No las oigo, solo puedo or mi deseo y la necesidad de entregarme a ella,
de volver a ser suyo y que ella vuelva a ser ma.
De ser uno.
Sujeto la cinta de seda en la mano derecha y con los dedos la retengo en
mi palma. Agacho la cabeza y beso apasionadamente a Kate. Intento no
morderla, pero mi cuerpo libra una ardua batalla conmigo de lo impaciente
que est por estar con ella.
tame las manos, Kate.
Le cojo las manos que todava tena en mi pelo y la aparto de m. Coloco
la cinta encima de ellas y cierro los dedos a su alrededor.
Kate me mira confusa.
Yo... se humedece el labio ... yo no lo he dicho... No es necesario,
Shaw, solo bromeaba aade con timidez agachando ruborizada la cabeza.
Coloco un dedo bajo el mentn y la obligo con suavidad a mirarme.
S que lo es, Kate.
Dejo que ella vea el amor que brilla en mis ojos, la vulnerabilidad que
siento cuando estoy con ella. Lo completo e infinito que soy a su lado.
S que lo es, Kate.
La cinta cae al suelo porque Kate me abraza para volver a besarme.
Mientras nuestras lenguas se conquistan la una a la otra, le quito el batn a
Kate y ella me desabrocha los pantalones. Su mano se acerca a mi ereccin
y mi cuerpo se estremece al recordar su tacto. El pantaln y el batn ya
estn tambin moribundos encima de la alfombra.
A Kate solo le queda el camisn y a m la ropa interior.
Mis dedos le recorren la silueta de los pechos y ella arquea ligeramente
la espalda al sentir su tacto por encima de la seda. Le beso la garganta y
voy deslizando la lengua y los labios hacia abajo sin desnudarla. Me
gustara encontrarme con el sabor de su piel, pero si la veo desnuda ahora
no podr llegar al final... Y ver cmo la seda blanca se pega al cuerpo de

Kate a mi paso es muy sensual. Mis labios estn ahora encima de su


ombligo, lo sienten vibrar bajo la lengua.
Me detengo un segundo y respiro profundamente. Mis brazos estn
alrededor de su cintura y estoy de rodillas en el suelo. Kate suelta despacio
el aliento y me acaricia el pelo, sabe que necesito tranquilizarme y que
solo sentir su tacto puede lograrlo.
Shaw susurra mi nombre.
Le suelto la cintura y mis manos llegan prcticamente al suelo. Podra
levantarle el camisn y besarle las piernas. Recorrerle los muslos con mis
labios y con mi lengua, perderme en la parte ms ntima de su cuerpo y
embriagarme del sabor de su deseo.
Dios, cierro los ojos un segundo y respiro lentamente para hacer
retroceder el clmax que amenaza con derrumbarme.
No voy a hacer nada de eso. Cojo la cinta del batn y me levanto del
suelo.
De pie, entrelazo los dedos de una mano con los de Kate y tiro de ella
hasta la cama. Me siento con los pies en el suelo y coloco a Kate entre mis
rodillas. Le suelto la mano y la coloco con la palma hacia arriba.
Dejo caer la cinta despacio.
Ella la mira atnita, aunque se humedece el labio inferior como cuando
quiere besarme.
Me aparto y me tumbo en la cama. Suelto despacio el aliento, jams he
hecho con nadie lo que voy a hacer ahora con Kate, jams me he sentido
capaz de soportarlo.
Jams lo he necesitado.
Extiendo los brazos delante de m y junto las manos.
tame las manos y hazme el amor, Kate. Tengo que respirar. Por
favor.
Ella se sienta en la cama a mi lado y apoya una mano encima de mi
corazn.
Shaw, no es nece...
No te lo estoy pidiendo porque crea que tengo que compensarte. No
voy a ocultarle nada y voy a contarle toda la verdad mirndola a los ojos.
No voy a dejar que me ates las manos porque crea que tengas derecho a
vengarte. Ni porque piense que as estaremos en paz. Quiero entregarme a
ti, lo necesito ms que vivir. La noche que hicimos el amor en la cabaa,
cuando me pediste que te hiciera el amor, fui tuyo por completo.

Y yo tuya susurra ella.


Lo s. Necesito volver a sentirme as. Las otras veces... aprieto los
dientes y me obligo a continuar ... las otras veces intent evitarlo.
Cuando hicimos el amor en nuestra noche de bodas no quise entregarme
del todo, luch contra m mismo, contra todos y cada uno de los instintos
de mi cuerpo, y aunque fue increblemente hermoso y sensual perd parte
de m. El nico modo que encontr de no entregarme del todo a ti, de no
volver a ser vulnerable, fue manteniendo esa pequea parte inaccesible. Y
jams he vuelto a recuperarla.
Lo siento, Shaw.
No lo sientas le digo furioso. Es culpa ma. Fui yo el que insisti
en no escucharte, en alejarte de m.
Ella se agacha y me da un beso en los labios. Es dulce y tierno, y
posesivo.
Me aparto porque estoy a punto de llegar al lmite.
Necesito volver a ser capaz de entregarme a ti, de confiar en nuestros
sentimientos, en nuestro amor. Suelto el aliento y la miro a los ojos.
No s si funcionar, jams le he pedido algo as a nadie, y entendera que
quisieras negarte, pero necesito que me ates las manos. Por favor.
Cierro los ojos un segundo. No me da vergenza mirar a Kate pero
necesito ese breve instante para recuperar cierta calma.
Antes de que pueda volver a levantar los prpados noto la cinta encima
de mis muecas. A Kate le tiemblan las manos, pero mueve los dedos con
seguridad alrededor de mis brazos y no se detiene hasta terminar de
atarme.
Respiro por primera vez en aos y cuando abro los ojos veo a Kate
sentada a mi lado.
Te amo confieso porque no puedo pasar ni un segundo ms sin
decrselo.
Y yo a ti, Shaw.
Se acerca a m y vuelve a besarme en los labios. Mi boca se muere por la
suya y no dejo que se aparte de m hasta que me falta el aire, entonces ella
desliza las manos por mi torso y me tortura acariciando cada msculo.
Cuando tiemblo, repite la caricia. Est fascinada observando todas y cada
una de las reacciones de mi cuerpo y tengo la certeza de que no va a
olvidar ninguna de ellas.
Kate, no puedo ms. Hazme el amor le pido apretando los dientes.

Tengo la frente empapada de sudor y el torso me sube y baja despacio de lo


mucho que me cuesta respirar por culpa del deseo.
Kate deposita un beso encima de mi corazn y otro en mis labios y
despus termina de desnudarme. Se sonroja y no aparta los ojos de los
mos en ningn momento.
Se coloca despacio encima de m, se mueve insegura pero al mismo
tiempo decidida, y cuando noto su piel rozndome la ereccin, sus muslos
atrapando los mos, y la fra seda del camisn acaricindome el estmago
tengo que morderme el labio para no terminar.
Kate me toca la mejilla y susurra:
Nuestra noche de bodas no conseguiste mantener ninguna parte de ti
lejos de m.
Abro los ojos perplejo.
Ni tampoco las otras veces que hicimos el amor.
Pero yo...
No, djame terminar me interrumpe y mueve las caderas encima de
m. Respiro entre dientes y no tengo ms remedio que callarme para
contener el orgasmo: Nunca pudiste evitar entregarte por completo a m.
Desliza una mano entre los dos y me rodea la ereccin con los dedos
para guiarla hasta la entrada de su cuerpo. Igual que yo no nunca pude
evitar hacer lo mismo.
Se incorpora levemente y desciende despacio encima de mi ereccin.
Cuando nuestros cuerpos quedan unidos echo la cabeza hacia atrs porque
mi piel es incapaz de contener el placer que estoy sintiendo.
No me besaste me recrimina cuando se mueve por primera vez, y
s, te odi por ello. Tus besos son lo ms maravilloso del mundo. Se
inclina hacia delante y me recorre el labio con la lengua. Pero te
entregaste a m de todos modos. Me muerde el lbulo de la oreja. Te
entregaste a m con cada caricia. Me recorre el torso con las manos.
Con cada gemido. Se levanta y desciende despacio hasta hacerme gemir
. No te hace falta que te ate las manos.
Tira de la cinta del batn y me suelta las muecas.
Lo nico que te hace falta es abrir los ojos y mirarme.
No puedo hacer otra cosa.
Y decirme que me amas mientras me haces el amor.
S que rug, que me incorpor en la cama y que la bes mientras
alcanzaba el mayor orgasmo de mi vida en sus brazos.

Te amo, te amo, te amo.


No poda dejar de gritarlo.

25
La maana siguiente a Kate le sorprendi mucho despertar sola en la
cama y el corazn le dio un vuelco al temerse lo peor.
Era imposible que Bradshaw hubiese vuelto a distanciarse de ella
despus de lo de anoche. O lo de esa madrugada, mejor dicho. Haban
hecho el amor sin dejar de besarse, y Kate, aunque siempre guardara en su
corazn lo que Bradshaw y ella haban compartido en Nueva York, haba
decidido que no exista nada ms ertico y ms sensual que un beso.
Que un beso de Bradshaw.
Sali de la cama y se puso el camisn y el batn para ir en su busca. Tal
vez estaba en la cocina preparando un t. O tal vez haba ido a visitar a los
caballos.
Baj la escalera y fue directamente a la cocina.
Sonri al ver un par de tazas y una tetera humeante en la mesa, y cuando
se aproxim observ unas hojas de papel junto a una de las tazas. Las
levant y empez a leerlas.
Iba a detenerse cuando vio su nombre a mitad de un prrafo.
Despus de la conversacin que mantuvimos en Londres he estado
investigando. Si de verdad quieres divorciarte de lady Ashe, puedes
aducir que llevis ms de tres aos viviendo en pases distintos y que
a todos los efectos en Irlanda nadie conoce tu existencia.
Mi consejo, sin embargo, es que antes lleves a trmino la otra
tctica que hablamos.
Sinceramente,
MICHAEL RICKLE
Buenos das, cario, he ido a ver qu tal est la yegua dijo

Bradshaw al entrar con un pequeo ramo de margaritas.


Y tuvo el tiempo justo de agacharse y esquivar la taza que le lanz Kate.
Vete de aqu ahora mismo! Largo, no quiero verte nunca ms. Te
odio le grit mientras buscaba ms municin.
Entonces Bradshaw vio la carta.
Oh, no, otra vez no. Corri hacia Kate sin importarle si ella lo
abofeteaba o le insultaba y la cogi en brazos.
Sultame.
No.
Sultame.
Bradshaw la bes. La noche anterior le haba dicho la verdad, llevaba
aos imaginndose sus besos y ahora que saba cmo eran de verdad nunca
podra parar de besarla.
La bes y la peg a su cuerpo hasta que ella empez a devolverle el
beso. Y volvi a besarla. Captur el labio inferior de Kate entre los dientes
y despus desliz la lengua por la marca de los dientes. La bes despacio y
despus con fuerza. La bes hasta que pens que, si volva a sentir el tacto
de los labios de ella, sucumbira al deseo y le hara el amor all en medio
de la cocina.
No voy a soltarte ni ahora ni nunca, Kate confes hundiendo el
rostro en el cuello de ella para besrselo. Te amo.
Le preguntaste a ese tal Rickle cmo conseguir el divorcio.
S, es cierto. Ella volvi a forcejar y l le mordi el cuello y no la
solt hasta que se qued quieta. Se lo pregunt porque quera que fueras
feliz, y si conmigo no podas serlo...
Y has cambiado de opinin? lo interrumpi ella.
No. Le bes la zona que haba mordido. He decidido que yo soy
el nico que puede hacerte feliz. Afloj un poco los brazos para poder
echar la cabeza hacia atrs y mirarla a los ojos. Iba a ensearte la carta,
iba a subirte una bandeja arriba con unas flores.
Te he lanzado una taza.
Y yo te he besado.
Me gusta ms tu tcnica para discutir que la ma reconoci Kate.
Lo siento.
Bradshaw la abraz y respir profundamente.
Lo importante es que hemos hablado y que no hemos vuelto a cometer
ninguna estupidez. Captur el lbulo de la oreja entre los dientes. No

quiero volver a separarme de ti.


Yo tampoco, Shaw.
Se besaron, y cuando Shaw solt a Kate, esta volvi a leer la carta de
Rickle ms despacio mientras l se sentaba en una de las sillas de la
cocina.
Tal vez deberamos pedir el divorcio dijo ella de repente.
Qu has dicho? A Shaw se le hel la sangre.
S, segn Rickle es bastante probable que nos lo concedieran.
S, eso he ledo.
Seguro que lo obtendramos en un par de meses. Tres a lo sumo.
Kate se gir y dej la carta en la mesa de la cocina. Despus, mir a
Shaw a los ojos y se acerc lentamente a l.
Si te pido que le escribas a Rickle y que empiece los trmites, lo
hars? Se detuvo frente a l y le desabroch dos botones de la camisa.
Yo... Shaw se sujet al respaldo de la silla.
Puedes decirle que en Nueva York nadie sabe que yo existo le dijo
antes de morderle en el cuello.
Kate gimi.
Y tambin puedes decirle que no consumamos el matrimonio. Le
lami la clavcula.
Lo... Por qu no poda hablar? ... lo consumamos.
Puedes mentir sugiri ella deslizndole una mano por el torso hasta
llegar a los pantalones.
Qu me ests haciendo, Kate?
Ella no contest sino que le recorri el torso con la lengua.
Dios farfull Bradshaw.
No quieres saber por qu deseo obtener el divorcio, Shaw?
l abri los ojos (no saba que los haba cerrado) y se encontr con el
rostro de Kate.
Por qu tuvo que humedecerse los labios ... quieres el divorcio?
Kate le sonri.
Porque te amo y quiero pedirte que te cases conmigo.
Bradshaw no supo qu decir, pero por suerte su cuerpo s. Solt la silla y
sujet el rostro de Kate para besarla con ese amor que amenazaba con
hacerlo enloquecer, y tir de ella hasta sentrsela a horcajadas encima.
Levant frentico el camisn y al notar su calor gimi y estuvo a punto
de eyacular. Ella, gracias a Dios, estaba igual de impaciente y le

desabroch el pantaln. Bradshaw necesitaba estar dentro de Kate. Lo


necesitaba ms que seguir viviendo.
Yo tambin te amo y no voy a ayudarte a pedir el divorcio, Kate. T
eres mi esposa y no quiero que dejes de serlo nunca, ni cuando me metan
bajo tierra. Entendido?
Entendido gimi ella.
Y ahora deja que te bese.

Varios aos ms tarde...


Bradshaw y Kate estaban en Nueva York de vacaciones. Despus de
reconciliarse, Bradshaw decidi que tena que decirle a todo el mundo, o al
menos a toda Irlanda, que exista y que era el marido de lady Ashe.
Ahora ya nadie la llamaba as, para todos era Kate Verlen, y a l se le
detena el corazn siempre que oa ese nombre. Sin embargo, decidieron
conservar el nombre de Lady Ashe para sus caballos domados que con el
paso del tiempo adquirieron fama mundial. Shaw y Kate decidieron
quedarse en Irlanda, l poda trabajar en cualquier parte del mundo y as
ella poda preservar su legado.
Cuando Kate qued embarazada de su primer hijo, cuyo parto casi acaba
con la salud mental de Shaw, decidieron que educaran a Charles, Charlie
desde que naci, para que supiese pensar y tuviese ideas propias. Y para
que en el futuro fuese el mejor duque de Kildare de la historia. Todos sus
hijos posean mentes brillantes, en especial la pequea Emma.
Siempre que podan iban de vacaciones a Nueva York, as visitaban a Ian
Harlow y a su esposa Olivia, los tos adoptivos de los nios, y Shaw se
pona al da de sus negocios y charlaba largo y tendido con su mejor
amigo.
He convencido a Michael para que abra un peridico en Nueva York
le cont Ian a Shaw.
Ests seguro de que Amrica est preparada para el sarcasmo de
Rickle?
No, pero a l le ir bien. No puede seguir as. La ltima vez que lo vi
en Londres estaba muy mal seal Ian, preocupado.
Michael haba sido muy buen amigo de su hermano Atticus, y poda
decirse que tras la trgica muerte de este, Ian hered su amistad.

S, le ir bien un cambio de aires convino Bradshaw. Entonces vio


salir a Kate de la casa de la playa y sinti un calor extendindose por todo
su cuerpo.
Oh, por Dios, Bradshaw se burl su amigo. Ve a buscarla. Yo
har lo mismo cuando Olivia logre dormir a la pequea.
Bradshaw se puso en pie y camin decidido hacia donde estaba su
esposa. La cogi en brazos nada ms llegar y la bes con todas sus fuerzas.
Te amo, seora Verlen.
Y yo a ti, Bradshaw. Le dio otro beso que lo sinti eterno y despus
le pregunt: Alguna vez te imaginaste que podas ser tan feliz?
No, pero no voy a cuestionrmelo. Bsame.
Y lo bes.
Al final Bradshaw Verlen consigui ganarle la partida al destino.

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