Abraham Cruzvillegas
Abraham Cruzvillegas
Abraham Cruzvillegas
NDICE
IDENTIDAD Y TERRITORIO
Autoconstruccin: una introduccin
Autoconstruccin
Destino
El artista politcnico o el burro que toc la flauta
Desfase
Artesanas recientes
My Generation
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ARTE E INSINUACIONES
Documentos espaciales
97
Notas para documentos espaciales
111
Round de sombra
153
Tratado de libre comer
161
Indisciplinariedad
195
La voluntad de los objetos
217
Basura sin ttulo
227
Lenguaje
229
Un calcetn rojo dentro de una caja amarilla
233
Museo
253
Sonrisas en el tiempo
257
Temstocles 44: Qu pari?!
265
Otro texto sobre lo mismo (una vez ms con
sentimiento)
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dOCUMENTA 13: Actividades improductivas sin ttulo 289
ALGUNOS ARTISTAS
Pasando topes sin muelle
Paseos del ter (lnea muerta) control remoto:
Eduardo Abaroa
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RELACIN DE CONTENIDOS
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OBRAS ILUSTRADAS
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IDENTIDAD Y TERRITORIO
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AUTOCONSTRUCCIN
de la repblica ya no va al Distrito Federal, sino directamente a los Estados Unidos, donde se gana en dlares, a pesar del
largo y penoso viaje, de los maltratos de la polica fronteriza
norteamericana y de las desventuras de ser indocumentado en
un pas cuya poltica migratoria es veleidosa e hipcrita.
A partir de aquellos flujos a la Ciudad de Mxico, un montn de colonias se fueron incrustando en el mapa oficial,
inauguradas por los que fueron llamados paracaidistas y
que ms bien eran pioneros, en el mejor sentido de la palabra.
En muchos casos, esos gambusinos siguen peregrinando: las
familias que invadieron predios, y que sin permiso han fundado la ciudad en parajes inhspitos, en lomas y llanuras, hondonadas y terregales de la urbe, han reescrito de manera
intuitiva casi podra decirse instintiva el diseo del paisaje
y el urbanismo. Rpidamente, la mancha urbana creci como
una amiba gigantesca que devoraba todos los espacios aledaos
a la ciudad, en un proceso que an no ha terminado.
Por otro lado, de la mano del caos urbano, de la falta de
planeacin, de la corrupcin, del desorden y del crecimiento
acelerado de los asentamientos irregulares a mayor escala
como lo fue ejemplarmente Ciudad Nezahualcyotl, se desprende un modo constructivo que va ms all de la esttica, que
se disuelve en la mirada como un todo orgnico y solidario en
el que la gente aporta capital humano en la necesidad del otro,
extendiendo los espacios privados a la calle, a la cascarita, a la
talacha compartida. Sin aludir a taxonomas que refieren a
la arquitectura popular, como expresin del as llamado
pueblo, se sucede en distintos lugares del mundo como manifestacin concreta de la urgencia, de la capacidad de improvisar con los recursos que hay a la mano.
Las que en Brasil fueron llamadas favelas, en Mxico se
llamaron ciudades perdidas, aunque en realidad la que estaba perdida desde entonces era la batalla contra la pobreza. Las colonias a fuerza de ser irregulares determinaron para
s mismas nuevos paradigmas y nuevas reglas de convivencia,
de intercambio y de legalidad; afirmaron posibilidades es16
desde finales de los aos setenta y en sus lodazales se organizaron los primeros torneos de ftbol llanero. En Huayamilpas
tambin se desarrolla cada ao, en la Semana Santa, la representacin de la pasin de Cristo, en la que se puede ver caer
tres veces a un voluntario e improvisado actor en el papel
del nazareno, con la cruz a cuestas, sobre piedras filosas y matas de zacates endmicos. Probablemente este espectculo
cruel devino favorito de los habitantes de mi colonia, y de la
zona de los Pedregales, debido a que la gente disfrutaba ver
cmo Nuestro Seor sudaba y sufra como cualquier vecino,
lidiando con las rocas, con la adversidad, para luego irse a festejar con parientes y amigos, en compaa de unas cervezas
bien fras.
Los servicios bsicos llegaron a cuentagotas a mi colonia,
por eso siempre haba zanjas, obras y materiales en la calle,
dejando ver al mismo tiempo el material del que est hecho el
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Mathias Goeritz, Luis Barragn, y Jess Chucho Reyes, Torres de Satlite, 1957.
Annimo, Marcha, en Fernando Daz Enciso, Las mil y una historias del
Pedregal de Santo Domingo, Ciudad de Mxico, Delegacin Coyoacn/
Direccin General de Culturas Populares e Indgenas/Habitat onu, 2002.
del terreno se erigen columnas de cemento sin pintar, bardas de ladrillos sin recubrimiento, a veces slo encaladas, en
las que se incrustan adems de las enredaderas y matas
silvestres de la zona puertas y ventanas de herrera con florituras cercanas al rococ, si no es que decididamente piratean la
exhuberancia del churrigueresco, con remates de latn pintado
a mano, en representaciones de racimos de uvas y vides, soles
y medias lunas de cermica de Toluca con rostro humano y que
rematan en perros de yeso que vigilan atentos la propiedad. La
descripcin no pretende hacer ironas sobre las decisiones especficas de las fachadas o de las casas, sino sobre la manera
de traducir en insisto formas y materiales que son, en sus
combinaciones, retratos fieles de sus moradores. Construcciones sin ventanas, bastidores de madera, pisos de loseta y
linleo, paredes con acabados de tirol planchado, molduras
de plstico y ventanales de aluminio pueden ser escogidos sobre la marcha, en un momento en que se cruzan la voluntad
visual, la urgencia del confort, el ingenio funcional y la escasez
monetaria. Por eso la ausencia de planificacin o la aparente
incongruencia estilstica de muchas autoconstrucciones tambin es ideolgica, tiene un sustento econmico y poltico,
incluso en la ms plena frivolidad. La configuracin formal de
las casas est arraigada en la intuicin primera, en el instinto
de supervivencia y en el referente lejano de lo que representa
vivir la vida dignamente, es decir satisfaciendo todas las necesidades vitales, incluyendo el registro visual del entorno cotidiano, de sus objetos, de sus ornamentos, de la relacin fsica
rutinaria con las cosas: ergonoma y proxemia salidas del alma.
En mi colonia los modos de convivencia fueron transformndose en funcin de haber cubierto algunas necesidades o
de sustituirlas por otras. As se diluy o se complement casi
imperceptiblemente el vnculo entre los pobladores originales que permanecieron y los que han ido llegando. A travs de
un flujo incesante de bienes y actitudes entre los pobladores
y la poblacin flotante, la oferta de servicios y productos se
increment cada vez ms, sobre todo en la medida en que
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envoltorio, encontr un texto en columna dibujado con bolgrafo, en el que ensayaba con caligrafas peludas la nomenclatura de las salsas que expenda en recipientes de unicel junto al
salero y a la bscula: picodegallo, borracha, escabeche, mexicana, chipotle, ranchera, verde, roja, piqun y otras suculencias
estimulantes. Luego encontr bocetos del natural del salero
junto a la bscula, de los bodoques de masa, de la mquina
tortilladora, de algn cliente vespertino, de un montoncito
de monedas, de un chile. Luego encontr textos que crecan
alargando y encogiendo sus letras a todo lo que daba el papel
estraza, haciendo narraciones elpticas que se descomponan
en pura forma sin sentido. Luego eran combinaciones de frases cortadas y figuritas que componan paisajes como los que
hacen los indgenas de Guerrero y Oaxaca sobre papel amate,
con profundidades arbitrarias y relatos en los que los tiempos
se empalmaban, como haca Piero Della Francesca. As, cada
da era distinto, yo, fortuitamente pens que eran mensajes
cifrados y empec a fantasear con la mujer de la tortillera. Un
da noms desapareci, yo dej de ir a comprar las tortillas y
luego me fui de la colonia, pero esa mujer, cuyo nombre ja36
don Juan lvarez. Alguna vez cay desde la casa de don Juan
una de las patas para mesa que elaboraba en su taller, tal vez
arrojada como una travesura por alguno de sus numerosos vstagos; por la diferencia de alturas y desniveles de los terrenos
de las casas, la pata de madera cay sobre mi cabeza como un
proyectil puntual, abrindome una herida en la zona conocida
como la mollera. Das despus mi pap nos compr a todos
los hermanos unos cascos naranjas que, segn yo, nos haran
blancos an ms fciles para ulteriores patas-bomba y que
dejamos de usar cuando nos dimos cuenta de lo mal que nos
veamos. A la derecha de mi casa vive don Zenn Moreno, burcrata retirado y pintor aficionado. Enfrente vive doa Micaela Retiz, quien criaba puercos y nos inyectaba cuando nos
enfermbamos y de quien se rumora que era espantacigeas;
junto a ella vive doa Mim Madrigal, de quien se dice que es
cartomanciana. Al lado de Juan lvarez vive doa Lalita vila,
quien supuestamente conoce de medicina tradicional y hace
limpias herbolarias. Pero con quien ms se ha identificado mi
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arquitecto Gabriel Jimnez, as que se apoyaba en ellos, adems del bastn con el que lo conocimos desde la infancia. Para
el trnsito de la silla de ruedas fue necesario convertir pasillos
y corredores en rampas, adaptar todo en funcin de su limitacin fsica, cosa que ocasion frecuentes accidentes en los
dems habitantes, resbalando y azotando, tiro por viaje, sobre
las pendientes que dieron nueva cara a la noble construccin,
sobre todo en tiempo de lluvias, o sea en el verano. Una vez mi
mam se deshizo todos los huesitos del tobillo al atorarse en
los bordes de una de esas rampas, quedando totalmente desvalida, pues si alguien no poda auxiliarla era mi pap, quien
de cualquier modo, llam por telfono a Luisito Pulido, un
robusto paramdico que era hijo de don Luis Pulido, querido
compadre de mis paps, tal vez el primer tcnico en electrnica del rumbo, quien resolvi el problema de manera
expedita, transportando a mi mam al hospital. El compadre
Luis mascaba la corteza de un rbol misterioso pienso que
era cuachalalate y callaba durante das, para conservar la
potente voz con la que cantaba Las Maanitas y otras melodas tradicionales, en su trabajo alternativo con el mariachi
Zapoquilense.
En los aos ochenta, cuando se interrumpi indefinidamente la remodelacin de la casa, las recmaras se convirtieron en estacionamiento y el segundo nivel se conserv casi
igual. Lo ltimo en haberse construido es lo que permanece
hasta hoy da, aunque sigue siendo modificado: una sala,
recmaras en tres niveles, un bao, una cocina y el taller donde
mi pap haca las artesanas se transform en un desvn, una
bodega catica, polvosa e inescrutable donde se acumulan todava cajas que contienen todo tipo de vejestorios, rotulados
taxonmicamente, en un coqueteo con el reciclaje: esferas,
revistas Rollo, fotocopias, doctos y dems. Hay
tambin tablas, rejas de alambre, tubos, fierros, sofs, ollas,
empaques de unicel, botellas y frascos, lminas acanaladas de
fierro galvanizado, bolsas con contenidos misteriosos, una
cama, latas de pintura seca, una silla de ruedas elctrica, ropa,
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obligada una conciencia de lo contiguo, de lo que hay alrededor, de nuestra presencia all, en un amontonamiento de
instantes que no se han detenido. La casa sigue cambiando.
Remodelaciones parciales, adaptaciones improvisadas y cancelaciones definitivamente inacabadas son algunas posibles
descripciones del desarrollo de la casa, que se convierte como
un todo inconexo en una suma arbitraria de contradiccin pura: tal es su aspecto, que los vecinos todava dicen que arriba
de mi casa aterrizan ovnis. En todo caso, la colonia si no es
que la ciudad entera es un pueblo de aliengenas.
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