Habia Una Vez Un Zoologico - Enrique Chaij.

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Haba una vez


un zoolgico
Lecciones del mundo animal

()rador y director del progtama de radio "IJna Luz


Camino" y d,e televisin "Encuentro con la Vida"

t'n eI

APIA

q
APIA
ASOCIACIN PUBLICADORA INTERAMERICANA
2905 NW 87 Ave. Doral, Florida 33172, EE.UU.
tel. 305 599 0037 ..fax 305 592 8999

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'
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Diseo de portada e interiores
Ideyo Aloma
Copynght o 2006, Asociacin Publicadora lnteramericana
ISBN

t-57554-064-9

Est prohibida y penada por la ley


la reproduccin total o parcial de esta obra
(lexto, diagramacin), su fatamiento informtico
y su transmisin, ya sea electrnica, mecnica,
por fotocopia o por cualquier otro medio,
sin permiso pevio y por escrito de los editores.

Impreso por: Slo Impresores Ltda., Bogot, Cblombia

lmpreso en Colombia

Printed in C-alnmbn

Prefacio
El gran zoolgico de la vida
y La mndalidat de bs dtferentes amnlns sempre
coutivon nuestro atmcn- Por eso nos
y
de
Wo.da obseruorlas en un zoolgiro, ver
qu wnero. viuen y corluiven entre s'
En utapequen obropresentomas a diuerdq ln
sos anfunriles que, mediante eL lengunie
pecLb
realidod" o de ta fobuln, componlin un
Itar "zoolgiro" -un aukt'obierto-, don'de
pod.emos reflffiionnr y apren'der' lmnginarinmente, bs uerem-os desftInr delnnte de nuestros oios. ELleny elnwno,lntornryay In serptente, Los aves y bs insectos, todos ell-os por
igual rws ofrecern lcctintrcs de alto ualnr espirittnl.
OS HB\TOS, lns instintos

t o Ilaltt

urul

uc.z rrn zoolgico

Y a. ntedida que uayarnos auanzando por


Itts pdgints rle este, "zooLgico", cornprobaretnos que todos pertetlecemas ctl otro gron zoolgico de la familia httntantt, donde codo cual
tiene su pcrticulnr modo de ser. y ctll poderttos disfrutor de Ia uidct, si sabemos aomport&nros con sensatez y cort La conftataa puests
en Dios.

ol

En el cnpitulo final de t obro presentornos


"Crrdero" y o1 "Lert' como smbolas d"el

gran Duen del "zoolgica". Incluirlo a l en estas paginas es la mejor que podramos ofrecer.

ndice
Primera parte

Tercera parte

Lo positivo en el "zoolgico"

Contrastes en el "zoolgico"

La inteligencia de las cabras ................... 13


El ejemplo de la
........... 16
La pureza del
............20
La oveja
................23
La hormiga y su puente .............. ...........27

abeja
armio
quebrada

La lechuza

"defectuosa
volar

..........

31

El guila se decidi a
....34
La araa perseverante ............. ............... 37
El perro
.................. 40
Los camellos se arrodillan ........... ........... 44

salvador

Mas all del "zoolgico"

Segunda parte

Lo negativo en el "zoolgico"

vanidosa
traicionera

La tortuga
La boa

.............. 5l
................ 55

La zona y las uvas

orgulloso
El murcilago fingidor
El pjaro campana
El mono codicioso
El ciervo

................62
.......... 65
................ 68
................72

ffiffi,#r#w

ktili'#r,t?ryq
OMENCEMOS con la visita a nuestro
singular "zoolgico" observando el

curioso comportamiento de las cabras. A su manera, ellas tendrn algo para


decirnos.
Como animalitos montaraces, las cabras
a menudo avanzan por senderos muy angostos y escarpados. Qu hacen cuando dos de
ellas se encuentran frente a frente en una senda que tiene de un lado una pared vertical y
del otro un profundo abismo? Retroceder no
puede, tampoco puede desviarse una de ellas,
porque el sendero es sumamente angosto.
Si las dos cabras insistieran en avanzar,
ambas caeran al precipicio. Entonces Qu
hacen? El instinto les ha enseado a echarse

l3

14 o Haba una vez un zooligico


a tieffa, para que una de ellas pase por sobre

el cuerpo de la otra, y as ambas puedan proseguir su camino. Thl vez nos preguntemos

cual de las dos cabras toma la iniciativa de


agacharse. Pues, cualquiera de ellas. Lo importante es salvar la vida y seguir caminando sin problemas.
No advertimos aqu una leccin de conducta humana? Como ocurre entre las cabras,

el saber "agacharnos" no asegura con frecuencia el resguardo del bienestar propio y


ajeno? Cuntas veces frente a una discusin,
o cuando debemos arreglar nuestras diferencias con algrrien, saldramos ganando si estuviramos dispqestos a "agachar el lomo". pero nuestra naturaleza, viciada de amor propio, suficiencia y vanidad, nos impide tomar
la buena iniciativa, Y as, nuestra obstinacin
y porfa nos lleva a insistir con nuestros argumentos. Con la cual quiz ganemos una
discusin, pero perdarnos a un amigo.
O si se trata de hacer las paces con alguien,

cun a menudo preferimos seguir ofendidos,


en lugar de pedir o de ofrecer el perdn.

Lainteligencia de las cabtas

L5

Como la cabra que se agacha no piensa


que Ia otra la va a pisotear, por qu pensar
que en las relaciones humanas el ceder es
perder? Po el conario, saber ceder general'
mente es ganar; es adoptar la amplitud mental de quien comprende y busca la armona.
Y si debe reconocerse humildemeite el enor
propio, no es esto una expresin de grandeza que hace rns grata la existencia? Con razn San Pablo escribi: "Sed benignos unos
con otros, misericorosos, petdonndos unos
a otros" (Efesios 4:32).

La enseanza cristiana nos exhorta a despojarnos de nuestras preferencias egostas y a


ponernos un poco en el lugar de nuestro prjimo, qen tiene los mismos anhelos y nece'
sidades que nosotros. Por eso la inmortal
regla de oro presentada por el Maestro, dice:
'Todns lns cosas que querdk que los hombres
h.agan con vosotros, as tambin hnced vosoros con ellas" (5. Mateo 7: 12).
Esta ley de condescendencia humana y de
amor fraternal es la nica que puede garan-

tizar relaciones cordiales y constructivas. Des-

16 o Habia

uno. vez un zooLgico

preciar esta ley divina equivale a no saber


convivir y a deslucir la existencia. De ah el
inmenso valor de saber ceder y comprender.
Tal la simple pero importante leccin que nos
ensean las modestas cabritas montaraces.
Hemos comenzado as el paseo por nues-

tro "zoolgico", para sealar en primer lugar


la ley fundamental de la buena convivencia
humana: la ley del amor, la comprensin y la
humildad. Si esta ley se cumpliera siempre
tan slo en el mbito del hogar, cuin diferente sera nuestro mundo! No le parece?

El ejemplo
de la abeja

,:::::^::J::;::

no pasa los cincuen


po alcanza a producA unos 25 gramos de miel.

un litro de miel en
un da, podemos imaginar cuntas abejas se
requieren? Se afirma que para producir apenas
medio litro de miel,las abejas hacen 2.700.000
viajes de flor en flor, y recorren 8.000.000 de
Para llenar el recipiente de

kilmetros.
Frente a estos datos, cun llamativo resulta

encontrar junto a la noble abeja la presencia


del zingano, el insecto macho que no produce miel, que no se gasta trabajando, y que es
un smbolo del hombre holgazn que vive del
trabajo ajeno. Qu contraste entre la abeja y el
zingano! Y este mismo po de contraste, no
se advierte tambin entre los seres humanos?

Mientras abundan las personas laboriosas,


que atienden con responsabdad su trabajo
diario, estn los otros, los que se creen "lis-

.T T A TENIDO USTED la oportunidad


de estudiar o de observar la vida de
H
I I las abejas? Es admirable cmo vi-

tos", los tristes vidores, que

ven y trabajan. Su insnto las lleva a trabajar


qasi sin cesar, con una perseverancia, una diligencia y una productividad que asombran al
ms indiferente. La vida de la abeja es corta:

mente rehuyen todo trabajo que demande algn esfuerzo. Los primeros luchan y traspiran, en tanto que los segundos pasan la vida
esquivando toda responsabilidad. As est di-

sistemtica-

18 o Habta una vez un zoolgico


vidida la sociedad: unos empujando el carro,
y otros siendo llevados pol 1.
Pero como sucede en el mundo de las abejas, quienes se rnueven constructivamente
destilan la miel de sus buenas acciones, y con
ellas endulzan la vida ajena y labran el bienestar propio. Son como las abejas: se mueven
con empeo y laboriosidad. Y qu diremos
de los otros? S, podrn llevar una vida ms
liviana, aparentemente ms placentera, pero
en el fondo sintindose inles y fracasados.
Cunto ms progreso y felicidad tendra la
gente, si no exiseran los flojos y los holgazanes, y si los que son realmente activos se ocuparan en hacer slo lo bueno. El rey Salomn
declara que 'ldulce es el sueo detr tra,bajadol".

EI eiempb de ln abeja

19

locan injustamente sus responsabilidades sobre otros. Dentro de nuestra respecva esfera
de accin, todos tenemos una determinada
funcin que cumplir, a Ia cual no podemos
renunciar sin crear malestar en los dems. El
padre, la mae, el hijo, el estudiante, el obrero, el empleado, el profesional, el empresario,
todos gozamos mucho ms de la vida cuando ponemos el hombro y realizamos con eficiencia nuestros trabajos cotidianos.
Dios, el Tlabajador por excelencia, nos asigna cada da una cuota de actidades y tareas
que es nuestro privilegio realizar con alegra.
Adems, l mismo nos da las fuerzas y el estl'
mulo para vir de esta manera. Muchas glacias por tu noble ejemplo, abejita laboriosa!

Pero no slo descansa mejor por la qoche, si-

no que adems durante ei da disfruta de un


espritu tranquilo y satisfecho. Yal q-ue tiene
alma de zngano, el mismo autor bblico le dice: "V a la hormiga, oh perezoso, mira sus
caminos, y s sabio" (Proverbios 6: 6).
Dios bendice a quienes son digentes en el
cumplimiento de su deber, y a quienes no co-

El ocio y el trabajo
El hieno de un bella arada,
despus de lorgo reposo,
se hnllabo muy empaftolo,
atnndo uio pasar, Itutroso,
a su hermnTw, que orgullnso
ueno de ln faenn.

20

Habz" uno vez un zooligico

Entonces con muchn pena


Ie dijo: "Hermonn Eierida,
quin te hn puesto tan pulido,
tan hermoso, tan brillnnte;
quin ese lustre te hn impreso,
mi.entras que yo me halto herida
por este femtmbre espeso
que me hace estar cabizbajo?"
Y en tono limpio y sencilln,
*Este
contest el otro:
brtlln
gd4ui
ln
en eI trabajo!"

La pureza del

armio o

21

Es increble cmo el armio se cuida a s


mismo para no mancharse. Especialmente en

corrido por el imaginario "zool$co"


de estas pginas. Detengimonos ahora frente a un armio, ese animalito cuyo ambiente natural son las selvas de Asia y Europa, y que protege con singular celo su blanco

invierno, cuando su piel se torna blanqusima. Y de esta caracterstica del armio, los cazadores obtienen cruel ventaja. Cubren con
barro la entrada de la cueva del pequeo animal. Y cuando ste llega a su vivienda, en lugar de limpiar la puerta obstruida por el barro,
por no manchar su piel prefiere ponerse a luchar contra los perros de caza, ante los cuales
siempre sale perdiendo. De esta manera, por
mantenerse limpio, el armio pierde la vida.
Pequeo animalito de la selva, cun grande leccin enseas! Que la pureza vale ms
que la vida. Si los cazadores, los curtidores
y los confeccionistas que viven de tu piel
aprendieran esta leccin, cunta pureza podran desarrollar en su vida. Y si las damas
que usan tu codiciada piel recordaran esta
misma leccin, cun beneficiadas podran ser.
El ejemplo del armio es una muda condena
a la impurezay la inmoralidad, cuyo amargo
resultado significa la ruina de incontables se-

pelaje.

res humanos.

k3'l}fi#
VANCEMOS unos pasos en nuestro re-

22 o Haba una vez un zoolgico

Al comienzo de su Sermn del Monte,


Jesucristo declara: "Bienaventurados los de
limpio corazn, porque ellos vern a Dios,'.
Mientras la impureza, en cualquiera de sus formas, abre la huella dei dolor y la culpa tras el
placer fugaz que produce, la mpieza del alma
proporciona genuina alegra.

Cieftammte es bi-ennventurod"o. o feliz Ia


persout que conserua la pureza de sa corozn,
y que a la vez repudia toda forma de bajeza
humana. Por otro lado, es imposible que un
hornbre o una mujer pueda ser feliz mientras
manche su conciencia con una conducta libertina o carente de integridad, y pensar Que

La pureza del

(Proverbios

4: 23). Y

23

no

es

dnftito

ese corazn, que

otra cosa que la mente, el pensarniento, el espritu, slo puede conservarse puro y libre de
maldad cuando Dios lo dirige y controla. Por
naturaleza, la mente ende a alojar malos pensamientos e inclinaciones carnales. Pero el poder transformador del Altsimo puede encauzar la actividad cerebral por la senda segura de
la limpieza espiritual.
La prxima vez que pensemos en el armio, no renovaremos nueso deseo de vivir
con blancura interior? Thl comportamiento asegura la bendicin divina y la alegra de la vida.

abunda la gente que se empea en demostrar

lo contrario, es deci que "la buena vida', es


resultado de la conducta transgresora y licenciosa. Peo as les va a los tales y a quienes
ellos contagian: se consumen en su propia
descornposicin interior
Por qu manchar el corazn cuando, apar-

tado del mal, puede garanzar paz y alegra?


Salomn aconseja: "Sobre toda cosa guardada,
guarda tu corazn; porque de l mana la vida:'

La oveja
quebrada
EAMOS AHORA el caso particular de
una oveja, cuya presencia deseamos
destacar en nueso "zoolgico".

El turista se encontraba de visita en una


zona rural de Suiza. Mientras observaba las

24 c Haba una vez un zooligico

Laovejaquebrado o 25

bellezas de la regin, pas frente a l un pe-

queo rebao de ovejas encabezadas por su


pastor. Y al forastero le llam la atencin que

una de las ovejas tuviese quebrada una de


sus patas. Acercndose entonces al pastor,
le coment el hecho. Y ste le respondi: "S
seor, ya lo s. Por extrao que parezca, yo
mismo le quebr la pata. De todas mis ovejas,
sta era siempre la ms atrasada. Nunca me
obedeca. As que tuve que quebrarle la pier-

na para que aprendiera a depender de m.


Cuando se sane, ste ser el animal modelo
del rebao. Entretanto, est aprendiendo a
obedecer por medio del sufrimiento".

La experiencia de esta oveja nos

lleva

observa el comportamiento de los seres humanos. Como ocurri con el animal, no suele
acaso el dolor fisico o moral convertirse en una
escuela efecva para la vida del hombre? S, en

la escuela del dolor podemos aprender lecciones que no seramos capaces de aprender en
circunstancias ms favorables. Las adversidades, las angusas, las pruebas y aun la enfermedad pueden tornarse, bajo la direccin dei

Altsimo, en beneficios permanentes para la


vida. No es que Dios nos provoca el sufrimien'
to, pero s lo permite como nuestro divino Pastor pa.ra pulirnos y ennoblecer nuestro carcter.
La felicidad que tanto anhelamos poseer,

muchas veces va precedida de dolor. Y si so-

mos buenos alumnos en esta escuela de la


adversidad, ail descubrimos por fin la mano
bondadosa de Dios y la fuente del gozo perdurable. Como lo deca William James: "Las
ms fructferas experiencias espirituales tienen un comn denominador de sufrimiento y
desesperanz. Esta condicin debe presentar'
se antes de que la persona est dispuesta a
aceptar Ia medicina y la enseanza de Dios".

La vida del antiguo patriarca Job es muy


ilustrativa al respecto. El sufri toda clase de
pruebas. Perdi todo lo que tena, aun su misma salud. Incluso su esposa y sus amigos ms
allegados le hicieron ms pesada la carga, debido a la incomprensin con que lo trataron.
Sin embargo, desposedo, afligido y consuri-

do como estaba, no desmay en ningn momento. La prueba lo acerc ms a Dios. Y si

26 o Habta una uez un zoolgico

Laovejaquebrada

antes haba sido un hombre bueno, tras el do-

como la luz de la aurora.

lor lleg a ser un hombre mejor. Finalmente,


lleg a tener el doble de lo que haba tenido
en un principio (Job 42: 10).

Y cuando
semeje

Si usted estuviera atravesando un momen-

que me mnsunur

m elld

Destruye en todo,mi ser


cada residtn de escoria,
hasto ser difarw y puro

aI fino cristol,

-Delfn

S. Lara

La hormigrd#\
L
y su puenteir

Purifcame!
Purifcame Se.or!
en el cri.sol de Ia prueba,
pero tw dejes, oh Dios!

mi transparencia

por los mares de lo utda


lmsta que llegue a tu hogan

dar ahora que el Todopoderoso est a su lado,


y que l puede acrisolar su alma en medio de

No estarnos solos en la hora del dolor. Cada


vez que gufrimos, Dios fortalece nuestro nimo y nos eleva con su paternal cornpaa.

27

tu Sonto Espritu entonces


fte gue cual capiilin

to especial de quebranto y de dolor


-como
tantas veces ocurre-, y h pensado que Dios
lo tena abandonado, no le agradara recor-

los peores infortunios? La oveja de nuestro relato inicial ilustra acabadamente esta verdad.

AS HORMIGAS forman parte de nuesffo

"zoolgSco". De ellas podemos extraer


aplicaciones de valor prcco.

Cierto da me puse a observar la vida de


las hormigas: sus movimientos, sus senderos,
sus hormigueros. Qued asombrado al verlas
trabajar con tanto empeo y diligencia. Pero
una hormiga en particular atrajo mi atencin.

28 o Haba

un& vez un zoolgico

Negra y de tamao mediano, esta hormiga


llevaba como carga una pajita que era por lo
menos seis veces ms larga que ella misma.
Despus de avanzar casi un metro con semejante carga, lleg a una especie de grieta,
estrecha pero profunda, formada ente dos
grandes piedras. Prob cruzar de una manera y de oa, pero todo su esfuerzo fue inI.
Hasta que por fin la hormigalzo lo inslito.
Con toda habilidad apoy los extremos de la

pajita en un borde y otro de la grieta, y as se


construy su propio puente, sobre el cual pudo cruzar el abismo. Al llegar al otro lado, tom nuevamente la carga y continu su esforzado viaje sin inconvenientes.
La hormiga supo convertir su carga en un

puente, y as pudo continuar su viaje. De no


haber tenido esa carga, que bien pesada era
para ella, no habra podido avanzar en su camino. La moraleja se desprende por s sola.
Cuntas veces nos quejamos por los problemas, las cargas y las pruebas que debemos

soportar! Pero sin darnos cuenta, esas mismas cargas


tomadas- pueden con-

-bien

La hnrmiga y su PuPnte

29

vertirse en puentes y peldaos que nos ayuden a triunfar.


Una deficiencia cardaca hace de un mdico un famoso cardilogo; el impedimento fsico conerte al joven en un excelente escri-

tor; la midez del estudiante lo lleva a ser un


destacado investigador; la falta de buena voz
incita a la joven a disciplinarse hasta convertirse en buena locutora. La pobreza dio espi
ritu luchador al modesto empleado, y por fin
alcanz una posicin econmica desahogada.
Cuntos otros ejemplos de esta ndole
podramos mencionar! Todos para mostrar la
misma verdad: que con frecuerwia debemas
pa.decer males pora disfrutar luego de bienes
rtyores; que debemos llevar con valor nuestras cargas,I>ara converrlas luego en puentes

de xito y prosperidad.
Est usted soportando en este momento

algn problema o adversidad? Nada conseguir con quejarse y angusarse. Si usted confia

en Dios, l no permitir que la prueba lo destruya. Ms bien, le dar fuerzas para seguir
con valor y lograr mayores alturas.

La Lechuza "defectuosa"

31

La lechuza
"defectuosa"
ENTRO DE NUESTRO "zoolgico",
esta vez nos encontramos en un taller de taxidermia. Y all est de visita un hombre entendido en embalsamar animales. En una de las mesas del taller hay
toda clase de animales disecados, que el dueo ha procurado mostrarlos tan reales como
le fue posible. Pero el desconocido visitante
concentr su atencin en una lechuza. Y en
seguida comenz a criticar: "Esta lechuza no

La cabeza no est conectamente elevada, el cuerpo no est bien balanceado, y las plumas no estn bien arregladas. Si yo no pudiera disecar mejor una lechuza, abandonara este oficio!" Pero ni bien
termin de decir estas palabras, la lechuza
parpade y cambi de posicin. Era el nico
animal vivo en todo el taller!
est bien disecada.

32 o Habia uno vez ut

z,oolgico

Cun equivocado estuvo este hombre. Thn


dispuesto a cricar y encontrar defectos, para

luego terminar burlado. Y su errada actud,


no se asemeja la qPe adoptan muchas otras
personas cuando juzgana su prjimo? Y ante

esta debilidad universal brota ia reflexin:


Con cunta facilidad podemos sealar en los
dems sus posibles defectos _.quizms imaginarios que reales-, mientras pasams por
alto los nuestros que tal vez sean peores.

veces, tras una observacin rpida y


prejuiciada, podemos llegar al extremo de
condenar una accin en el vecino, que noso-

tros mismos no hubiramos sido capaces de


hacer en forma mejor. Y en tal caso, con qu
autoridad podramos constituirnos en jueces
de las acciones ajenas? Adems, puesto que
es tan difcil conocer las intenciones y las movaciones que inducen a una persona a actuar de una determinada manera, no deberamos ser ms medidos y considerados al hacer nuestras crticas?
Dijo Confucio: '*Cuando veas a un hombre
bueno, piensa en imitarlo. Cuando veas a un

La lechuza "defectwsa"

33

hombre malo, examina tu propio corazn".


a
Por qu examinar nueso corazn? Porque
menudo las faltas de los dems son bien parecidas a las nuestras, slo que solemos ser ciegos para verlas en nosotros mismos. Por algo
Jess ense: "No juzguis, para que no seis

juzgados. Porque con el juicio con que iuzgis, seris juzgados, y con Ia medida con
que meds, os ser medido. Y por qu miras

la paja que est en el ojo de tu hermano, y


no echas de ver la viga que est en tu propio ojo?... Hipcrita! saca primero la viga
de tu propio ojo, y entonces vers bien para
sacar la paja del ojo de tu herm1s:' (S. Mateo 7: 1-3, 5).
Quien desee desarrollnr y perfeccionor su
cordcter debera primero admitir sus propios
defeaos. Porque de lo contrario, cmo podra
luego combatirlos y vencerlos? Pero por nueJtra prbpia cuenta no solemos tener suficiente
humiidad y valenta para reconocer nuestras
fiaquezas personales. De ah la necesidad de
acudir a Dios, para que l nosirevele median-

te ia voz de nuestra conciencia Ia verdadera

34 o Habia una vez un zoolgico


condicin de nuestro corazn. y as, estando
conscientes de nuestras imperfecciones, no
tendremos ya tanta inclinacin a criticar o difama al prjimo. Ms bien, culvaremos la
autocrtica, y buscaremos la asistencia divina
para supera_rnos de da en da.
Cuando nos vuelva a la mente la lechuza
de nuestro "zoolgico", nos acordaremos de
sacar primero la viga de nuestro propio ojo,
antes de querer sacar la paja del ojo ajeno?

5leHi',?,,t
N EL 'ZOOLGICO" de la vida, podemos aprender importantes lecciones
de las aves. He aqu una de ellas.
Un cazador llev cierta vez a su casa un
pichn de guila. All lo ci durante bastante tiempo como un ave de corral. y como jams haba tenido oportunidad de desplegar

El dguiln se decdi

aualar o

35

fin de volar, la pobre guila ya


crecida no pasaba de dar muy cortos vuelos
sus alas con el

dentro de los lmites del corral.


Pero un da el guila tuvo su gran posibilidad. El amo la tom en sus manos y, llevndola afuera,le dijo: "T eres un guila, vuela
como guila!" Y as diciendo, la lanz con
gran fuerza hacia el cielo. Pero, tras unos pocos aleteos, el ave regres a su lugar habitual.

Entonces el hombre la tom offa vez y, con la


misma orden, le dio un fuerte impulso hacia

las alturas, pero con idntico resultado. Luego, en una tercera tentativa, el amo subi a lo
alto de la terraza de su casa. Y nuevamente le
dijo al ave: "T eres un guila, vuela como
guila!" Y esta vez, agitando su instinto dormido, el guila conquist la altura y se perdi
en la distancia.
No abundan los seres humanos que se
asemejan al guila del relato? Tienen condiciones para elevarse y llegar a Ia altura del
xito. Pero por falta de esfuerzo, o falta de
confianza en sus propias capacidades, estas
personas se limitan a realizaciones mediocres.

j6 e Habo unavez un zoolgbo

EI tfuuila se decidi o

volar o 37

Si no confiamos en nuestras aptitudes y

se que el Altsimo le ha dado condiciones su-

talentos, no podemos abrirnos paso con xito


en la vida. Cuando desconfiamos de nosotros

ficientes para emprender buenas tareas. El


volat ln determinacin y eI esprtta empren'
dedor son dddiuas de Dios, accesibles a todos
por igual, aunque exista diferencia de grado
entre unos y otros.
Y si alguna vez hemos fracasado en nuestros nobles intentos, no persistiremos en la
lucha? El guila de nuestro relato fracas dos
veces. Pero en la tercera vez conquist la altura. No podra ocurrir otro tanto con usted

mismos, y desciende nuestra autoestima, nos

volvemos reprimidos y vacilantes como el


guila del cuento. Pero, por qu conformarnos con lo mediocre, cuando es posible alcanzar la excelencia?
Ahora bien, de qu manera podemos desarrollar una mayor confianza en nosotros mismos, a fin de apuntar ms alto en todos los rdenes de la vida? La verdadera confianza propia, que se opone a todo sentimiento de inferioridad, procede de la confianza en Dios. Cuanto
ms confiamos en 1, ms recibimos su ayuda

y conmigo?

araa

.--\

divina para tener iniciativa y entusiasmo.


Se encuentra hoy usted indeciso o temeroso frente a sus obligaciones y responsabilidades? Se siente por momentos disminuido,
y piensa que usted no podr ilegar a la meta,

La
Hft-perseverante\

o alcanzar el blanco que se ha propuesto? Incluso, hasta ha perdido Ias ganas de ascen-

su tela, sin saber que con su accin


estaba hablando al corazn de un
rey abatido. Se trataba del rey Roberto Bruce,
de Escocia, quien estaba afrontando serias

der con xito la cuesta de la vida? Duda de


su propia energa y voluntad? Entonces pien-

f \

NA SIMPLE araita Procuraba tejer

38 o Habto una uez un -..oolgim

La araaPerseverante

39

dificultades. El rey de Inglaterra, con sus poderosos ejrcitos,lo haba venido ya seis veces, y su ejrcito estaba totalmente debilitado y desmembrado.

Admirable persistencia la de aquella araita, que no se dej vencer por sus repetidos
fracasos! Con su ejemplo llen de valor al rey
abatido, quien finalmente atac al enemigo y

El propio rey Roberto estaba escondido en


una modesta casa de campo. Haba perdido
toda esperanza de rehabilitacin. pero mien-

lo venci.

tras descansaba en ese escondite en una ma-

riencia de todos los seres humanos. Quin


en su lucha por abrirse paso no debe soportar pequeos y grandes fracasos? Pero feliz de
aquel que no desmaya, que no desespera ante el primer obstculo, y que persevera hasta
triunfar. Y esto se aplica a todos los rdenes
y actividades de la vida: al estudiante que reprueban en un examen, al empresario que
necesita superar una crisis econmica, o a los

ana lluviosa, mir hacia arriba y alcanz a


ver sobre las vigas del techo a esa araa tejiendo su tela.

Al

observarla detenidamente, not que


seis veces la araa quiso tender su tela entre
una viga y otra, pero que siempre el hilo principal se le caa. Sin embargo, en el sptimo
intento la araa venci y pudo asegurar y tender todos los hilos de su tela.
Al ver la constancia triunfadora de la araa, el corazn de Roberto Bruce se eanim.
Entonces se levant, y dijo: "yo tambin lo intentar por spma vez". y saliendo de su escondite, organiz a sus soldados, libraron la
batalla y lograroq vencer a los ingleses y arrojarlos de Escocia.

La experiencia de la araa y del rey de Escocia, de alguna manera representa la expe-

padres que deben ser constantes en su esfuerzo pot enderezar a un hijo descarriado.

Darnos por vencidos es aceptar el fracaso


y ser aplastados por 1. Pero a menudo el probar una sola vez ms puede significar la conquista del xito. Cmo se siente usted en esta hora del da? Desalentado, frustrado, o impaciente por llegar en seguida a la meta? En

40 o

Haba uno. ez un zoolgico

tal caso, quiz un esfuerzo adicional, un intento ms puede asegurar la ctoria. Si. naestros sueos e ideales guardan proporctn con
nuestras capacidndes persono-les, no hoy razn para temerle al fracaso.
Dijo Jesucristo: "El que persevere hasta el
fin, ste ser salvo" (S. Mateo 24: 13J. Estas
palabras aluden tanto a la conducta de la vida como al estado del corazn. Perseverar en
el esfuerzo, en el correcto proceder, y especialmente en la fe puesta en Dios. Este es el
camino que transitan los verdadeos triunfadores. As lo confirma la constancia de la citada araa que no se dio por vencida.

El perro
salvador
T

OS PERROS no podran faltar en nuestro

L"zoolgico". Aqu deseamos detenernos


en uno de ellos para destacar su comportamiento ejemplar.

El perro salvadar

41

Cierto hombre que quera deshacerse de


su peffo, no tuvo mejor idea que ir con su bote hasta el medio del ro para tirar all a su
despreciado animal. Esto ocurra en la ciudad
de Pars, sobre el ro Sena.
Cuando el hombre ya se encontraba en la
parte.ms profunda del o, dej los remos, se
par en el bote, tom a su peffo y lo arroj al
agua. Pero el pobre animal comenz a nadar
alrededor del bote para salvarse, mientras el
hombre sin corazn trataba de impedrselo golpendolo repetidamente con uno de los remos.
Hasta que de pronto el hombre resbal y cay
al agua. Como casi no saba nadar, comenz a
bracear desesperadamente. Entonces el perro,
sin vacilar, lo tom de la ropa y lo sostuvo hasta que varios observadores de ia costa pudieron auxiliarlo. De esta manera, el perro despreciado lleg a sel el salvador de su amo cruel.
No acta a menudo el hombre con Dios

como aquel amo con su perro? Durante largo


tiempo muchos llevan a Dios en la embarcacin de su vida. Pero llega la hora cuando
quieren desentenderse de 1. Piensan que

42 c Habia una vez un zoolgico


pueden depender slo de s mismos, y que po-

dran pasarlo mejor desconectados de.Dios.


Hasta se esfuerzan por arrancar de su mente
la idea de Dios y la fe en 1. Y qu ocune
como resultado? Simplemente que los tales,
en lugar de mejorar su condicin personal
por desalojar al Seor de la vida, terminan en
frustracin, amargura y fracaso. El mundo est lleno de jvenes y adultos afectados por
esta mentalidad equivocada.
Pero frente a este naufragio espiritual, Dios
se acerca a quien quiso prescindir de 1, le habla a su conciencia, y le extiende su mano salvadora para restaurar su errtico proceder. Lo

El perro salvador

43

Cun necia fue la actitud del hombre que


quiso deshacerse de su perro, y cun leal y

perdonadora fue la disposicin del perro!


Adecuada ilustracin del hombre que a
menudo reniega de Dios, y a la vez de un
Dios que hace por amor todo lo posible en
favor del hombre.
El profeta bblico Isaas declara: "Buscad a
Dios mientras puede ser hallado, llamadle en
tanto que est cercano" (lsaas 55: 6). Y en
otro sector de su Palaba, Dios mismo dice:
"Buscadme, y viviris" (Ams 5: 4). Esta es
una invitacin a acercarnos al Altsimo y permanecer junto a 1. Una invitacin a darle el

lo perdona y le
salva la vida. No importacwinto rws alejem.os
de Dios, o cunto la rechacemas dndole la
espaLdn, I se a.cerca a Tnsotros con amor. Si

primer lugar en nuestra vida. Aceptar esta


propuesta proporciona vida plena y los goces
ms hermosos de la amistad con Dios. Se

estamos en crisis, l quiere librarnos de ella.

piritual?

saca del pozo de su fracaso,

Si estamos en peligro, nos da la seguridad de

su proteccin. Y si hemos dejado de amarle,


l igualmente nos rodea con su amor insondable. Su paciencia es infinita, y su amor inagotable.

encuentra usted en esta onda de bienestar es-

44 c Haba una vez un zooligico

t8'"r?ffif,tlffh

Los comellns se

45

cada jornada nos toca colocarnos la carga de


nuestros trabajos, afanes y preocupaciones. Y
semejanza de los cadeberamos saber arrodillarnos ante

es entonces cuando

mellosUESTRO 'ZOOLGICO" nos lleva


ahora a observar la vida de los camellos.
En las caravanas de los mercaderes orientales existen dos tareas que deben realizarse
cada da, mientras atraviesan los calurosos y
dilatados desiertos. Una de estas tareas consiste en hacer arrodillar a los camellos temprano por la maana, para colocar y ajustar
sobre sus lomos la carga que llevarn durante todo ese da de travesa. La otra tarea es la
inversa. Se realiza al fin del da, cuando toda
la caravana se detiene para descansar; y consiste en hacer arrodillar nuevamente a los camellos para quitarles la carga. Hasta que llegan a destino, los mercaderes repiten cada
da esta doble operacin.
Como viajeros de la vida, bien haramos
en actuar como los camellos. Al comienzo de

anodillnn o

-a

nuestro Amo divino, para que l coloque sabiamente el peso de nuestros deberes codianos, y no desfallezcamos abrumados en el camino.
Es seal de cordura postrarnos ante Dios
en busca de ayu-a lo menos en espritu-, de
cada jornada.
da y fortaleza al comienzo
De cuntos problemas podranos librarnos,
y de cuntos beneficios podramos disfrutar,
si hiciramos de la oracin nuestra primera
labor matinal! Puede ser a solas y en silencio,
o como prctica colecva del grupo familiar.
Pero lo importante es encomendarnos al Altsimo y rogar con fe su direccin divina- Entonces, cunto ms seguros y protegidos nos
sentiramos! Se aliviaran nuestras cargas, y
todo nos saldra mucho mejor. Con razn, la
autora crisana Elena G. de White escribe:
"Consgrate fbusca, encomindate) a Dios todas las maanas; haz de esto tu primera tarea.

46 Haba uno- uez un zoolgico


tu oracin: 'Tmame oh Seor como enteramente tuyo. Pongo mis planes a tus pies...
Mora conmigo"'.
Y transcurrido el da de labor, con todas
sus demandas y obligaciones, de nuevo imitar a los camellos del desierto: arrodillar el
alma frente al Eterno, para quitarnos las cargas del da y asegurar el buen descanso de la
noche.
Cuando adquirimos este doble hbito diario, parecera luego que nos faltara algo en la
vida si no comenzamos y terminamos la jornada en dilogo con Dios. En una pequea
tarjeta que siempre llevo conmigo, se leen estas dos palabras: "ESPERA! ORASTE?" Un
simple recordativo que pone el acento en el
valor de la oracin. Pero adems insina que
antes de realizar cualquier tarea, y al comienzo y final de cada da, es altamente saludable
buscar la direccin divina. "Orad sin cesar",
aconseja San Pablo.
Sea

Oracin de la maana
Muchas gracias, Seor, por tu proteccin
durante ln noche. MiI gracias por este

Los camellos se

atodillnn o-47

nuevo da de vida que me dos- Dome fuerza y sabidura para vivirla bten' Bendice mi
trabajo de lny. Hazme amabl con los

deruis- Darws saludy bimestar ennuestro


famlio. Aydome a conseruarte enmi cotaz.n durante todo el da.

Oracin de la noche
Sear, muchns grocias por eI da que me
diste. Perdano caalquter mold'sd" qtrc hnyo
cometidQ. Dame unn conciencia en poz y
descaruo reparador. Cuida de mi famttia. Y Ete m.oonn aL despertar, tenga eI

un

espriru radiare para. ellfTentar el nuevo


da. Dame ln capacidnd de hncer siempre tu

divitwvoluntad.

La tortuga
vanidosa
N NUESTRO peculiar "zoolgico" tambin hay tortugas. Observemos la iniciativa de una de ellas'
Segn la fbula de Esopo, haba una tortuga que, al observar cada ao las migraciones
de las aves, cierta vez les pidi a dos pjaros
que la llevaran consigo. Para ello sugiri la
idea de que los dos pjaros sujetasen un palo
desde sus extremos con sus picos, y que ella
se tomara con su boca del medio del palo'
Como las aves mostraron buena voluntad
hacia la tortuga, aquel extrao tro remont
vuelo y emprendi el viaje. Pero al poco tiempo un agricultor levant la cabeza,y alcanz a
ver ese extrao cuadro. Enton\es dijo con admiracin: "El que tuvo esa idea'fue muy inteligente". Al escuchar esas palabras,la tortuga,
5r

52 o Haba una vez un zoolgico

Latortugauanidnsa o

53

que era muy vanidosa, no pudo permanecer


callada, y exclam: "Esa idea fue ma!" Y as,
por abrir su boca, cay en tierra y muri.

consigue aprender o adquirir algo nuevo, se


volver tan exhibicionista al mostrar su nueva

La curiosa tortuga de la fbula no es ms


que una semblanza de la gente que se destruye a s misma por causa de la vanidad. Hombres y mujeres tan conscientes de sus propias
capacidades, que incurren en actitudes rid-

merecer sus logros.


Pero lo ms lamentable es que la vanidad
aleja de Dios. Porque al Altsimo slo lo buscan

culas de autoaiabanza. Los tales parecen no


tener otro afin que el de pregonar sus virtudes, supuestas o reales, con lo cual revelan
el grado de orgullo que llena sus corazones.
Cuntos se dan aire de importancia, buscan
el reconocimiento de los dems, y viven engredos creyndose superiores a los dems. Y
todo por encarnar el necio espritu de la citada tortuga, cuyo fin es la iuina inevitable.
El vanidoso es egosta, vive autoengaado,
es despreciativo hacia los dems. Y como re-

sultado, qu cosecha sino la indiferencia y el


repudio del projimo? Pero esto no es todo. El va-

nidoso, adems, prospera muy poco, porque


piensa que todo lo sabe y que nada necesita
aprender. A 1, quin le va a ensear? Pero si

adquisicin, que esa misma actud des-

quienes reconocen sus limitaciones y necesidades. Es decir, se requiere un grado elemental


de humildad para buscar a Dios, para pedir su
perdn y para solicitar sus bendiciones. Y el
vanidoso carece de humildad, porque es autosuficiente y egocntrico. El cree que puede depender slo de s mismo, sin necesidad de la
ayuda divina. Y por eso as le va. Aunque aparente ser fuerte por fuera, es dbil por dentro.
Cun valiosa es la gacia de la humildad.
Quien la posee desarrolla su fe en Dios, ora a
l y suple sus necesidades. El ltumlLde es reolmente grande aLa.uista del Altsima, mientras
qae elvoni.doso es peqtrcrw y ciego porauerse

en su justa dimensin. Estamos conscientes


de que Ia vida plena slo se consigue con humildad? Si lo dudamos, volvamos a la tortuga y veamos su triste final.

La boa traicionera

55

La boa
traicionera
AS SERPIENTES integran la poblacin
de nuestro "zoolgico". Concentremos
nuestra observacin en una de ellas.
Hace algunas dcadas, en una sala de espectculos de la ciudad de Nueva York, un domador de animales realizaba sus audaces demostraciones. Para empezar la funcin, apareca dentro de una jaula, decorada de tal manera que pareca un trozo de selva verdadera.
El domador permaneca en el centro, rgido como una estatua. De pronto una enorme
boa constrictora apareca por un lado de la
jaula, y comenzaba a dar vueltas alrededor
del hombre. Poco a poco lo iba estrechando,
hasta que al fin la serpiente se enroscaba en
el cuerpo del domador, y terminaba posando
su horrible cabeza sobre la de su amo. Tal de-

mostracin siempre arrancaba del pblico los


ms sonoros aplausos.

56

Habia una uei un zoolgbo

Perc un da, cuando la exhibicin estaba


finalizando, de repente cesaron los aplausos.

Un terrible espanto brillaba en los ojos del


domador. Y ante el horror de todos los presentes, la boa, que siempre se haba mostrado tan dcil, comenz a estrujar al domado.
Se oyeron los ruidos de los huesos que iba
rompiendo el cruel abrazo del gigante reptil.
Un rnomento despus, el cuerpo yaca en el
escenario como un montn de carne sanguinolienta, mientras el espantoso animai volva
a desaparecer por donde haba entrado.
La accin traicionera de la boa bien puede
ilustrar la forma como la maldad acta sobre
el corazn humano. La mayora de las veces el

rnal se presenta con un manto de inocencia,


como una forma de libertad, como una nove.
dad excitante, o como una simple curiosidad.
Pero 1o que en un principio parece tan seductor

y enfetenido, a menudo termina siendo la ruina de la da. Y esto vale indistintamente para
cualqer desviacin de ia conducta: sea para
quien se inicia en el consumo de la droga alucingena, o para aquel que ingenuamente cae

Laboatraicionera'

57

en la disimulada trampa del placer libertino'


El mal nunca muesa de entrada su verdadera naturaleza de corrupcin y degradacin'

Como afirrna San Pablo, hasta "el mismo


Satans se disfraza como ngel de

luz"

(2 Co-

rintios 11: 14). La suleza con que se presenta la tentacin pecaminosa, y su postrer efecto desintegrador sobre la vctima, dicen a las
claras que no podemos jugar con el mal, y a
lavezpretender que nos vaya bien. Tbl es la
dramtica leccin que nos ensea la boa
constrictora del relato. Por un tiempo podemos coquetear con el mal sin sentir de inmediato su efecto destructor. Pero llega la hora
cuando el mai, no importa cul sea, descompone y arruina la vida, si no sabemos apartarnos a tiempo de 1.
Feliz de aquel que sabe rechazar el mal,
por mas cautivante que se muestre. Elque opto. por ln sorw, y procurohacer Lo"uoluntad de
Dos, siempre Sozo nuis de loutda' El pecado
podr ofrecer Ia fugaz sensacin del placer;
pero la'conducta limpia garantiza contentamiento estable al corazn.. Con razn, el sal-

58 o Haba uno. uez un zooLgico


mista David aconseja: 'Aprtate del mal, y
haz el bien". Y en su oracin de arrepentimiento y confesin, declara: "Crea en m, oh
Dios, un corazn limpio, y renueva un espritu recto dentro de m" (Salmos 34:14;51: 10).
Junto a Dios es posible rechazar el mal y
obrar el bien.

La zorra
y las uvas
\ TUESTRO PASEO por el gran zootgI \l co de la vida, nos lleva ahora a con.I. ! templar la zona de Samaniego. Esta
familiar historia se concentra en una zorra
que quera comer las uvas del racimo. Y para
ello salt y prob de diversas maneras. Pero

sin xito, porque la parra era muy alta. Hasta


que por fin, comprendiendo la zona que no
podra alcanzar las uvas, por no reconocer su
impotencia, dijo: "No las quiero comer! No
estn maduras!"

La zorroY lns uvas

59

La fbula del gran escritor espaol pone al

descubierto la debilidad humana del amor


propio. Ese defecto que malogra cada da el
carcter de multitud de personas. Es el hombre o la mujer que, en lugar de reconocer su
error o su incapacidad, prefiere pasar por impecable, mientras echa sus culpas sobre el

prjimo cercano. No puede sufrir la idea de


que se le descubra su incapacidad' La zorra
dijo que no quera comer las uvas porque estaban verdes, pero no porque no las alcanzaba, cuando la verdad era justamente al revs'
no en la zoEl problema estaba en el racimo,
rra!, segn ella quiso hacer creer.
Y pensar que abunda la gente que insiste
con esta ciase de comportamiento' Quiz sonriamos, o nos indignemos, frente a semejante
actitud. Pero esta vileza de encubrir las faltas

propias, para carga-rlas sobre los dems, no


se encuentra entre las peores miserias humanas? Error tan comn e intil! El lenguaje de
la zorra tendra que haber sido: "Las uvas estn maduras. Quisiera comerlas, pero yo soy

muy baja de estatura para alcanzarlas"'

LozorrayLasuvas o

60 o Haba uno. vez un zoolgico


Cmo llamaramos a quien no sabe o no
puede llegar a la meta, y termina diciendo que
eso era poca cosa para

Menroso, mezquino y enfermo de amor propio. Se trata de aiguien que incurre en el mecanismo mental
1?

de autodefensa, Ilamado raciornlizacin. Mediante este recurso, la persona siempre expresar algn pretexto, motivo o excusa para de-

fender su ego. Siempre tendr una explicacin

para "justificar" su demora, su infidelidad o


su fracaso. Con lo cual querr pasar por impecable, aunque haga el ridculo papel del cobarde que no sabe decir la verdad. itiste imitacin de la zorra del cuento!
Cun contradictoria es esta ciase de penona! Siente una cosa, pero ce otra diferente.
Admira a alguien, pero a lavez lo calumnia.
A qu obedece esta forma de proceder? Al
egosmo y al orgullo que, cuando penetran en
el corazn, echan a perder todo el ser interior.

El mal estudiante

quiere explicar
sus bajas calificaciones-, podr decir de su
buen compaero: "Bah, l saca esas calificaciones porque se pasa todo el da estudian-

-que

61

do". La muchacha descuidada en su vestir po-

dr "disculparse" a s misma, diciendo acerca de su amiga: "Ella se viste as por vanidad.


A m no me gustan sus vesdos"' Y el dueo
labios
de un auto viejo, quizdesprecie

-de

afuera- el coche nuevo de su vecino- El


po comentar: "Viejo y todo, yo me quedo
con mi auto, que me ha dado un gran resui-

para

tado". Qu decir de estas tres persQnas? En el


fondo, este po de desprecio, no estar teido de codicia.y envidia?
La zona de la fbula deba sincerarse y
decir la verdad. As tambin debemos funcionar los seres humanos. Si tenemos una medida elemental de amor fraterno, jams menremos, despreciaremos o calumniaremos al
prjimo. EI amor y la verdad siempre llegan
ms lejos y ms alto. Dice San Juan: 'Am-

monos unos a otros; porque el amor es de


Dios... El que no ama, no ha conocido a Dios;
porque Dios es amor" (S. Juan 4: 7, 8).

62 o Habia una vez un zoolgico

El cieruo orgullnso

63

mientras que los cuernos que tanto orgullo le


haban dado, fueron la causa de su destruccin.

El ciervo
orgulloso
N NUESTRO singular "zoolgico" nos
encontramos ahora con un ciervo. El
animal haba llegado hasta una fuente
de agua cristalina. Y mientras beba del agua,
observ cun hermosos eran sus cuernos,
qu gracia y distincin le daban. Pero adems,
tambin vio reflejadas en el agua sus largas
patas. Y pens para s: "Cun largas son, y
qu pies tan chicos tengo!"
Pero no termin el ciervo de pensar en sus
cuernos y en sus piernas, cuando a la distancia apareci un len. Rpidamente el ciervo
ech a coffer con sus veloces patas. Pero con
tan mala suerte que sus cuernos se enredaron al pasar por los arbustos del bosque, y
el len lo alcanz y lo devor. Los pies que
tanto haba despreciado lo salvaron del len,

El pobre ciervo del cuento, al igual que los

oos animales que desfilan por el "zoolgico" de estas pginas, encierra una importante leccin humana. Bien puede representar a
las personas que desprecian ciertas caractersticas de su da, y a la vez se enorgullecen
por las virtudes que dicen poseer. Y como resultado de semejante actud, cuntas,veces
las tales personas cosechan en su propia experiencia el triste fin del ciervo.
A menudo, lo que parece despreciable en
la vida propia puede abrir las puertas del xito, como tambin, lo aparentemente meritorio, puede ser apenas una carga inl de arrogancia y vanidad. El que se queja de su salud
precaria, de su timidez, de sus pocas luces
intelectuales, o de sus modestos recursos econmicos, puede encontrar en tal condicin un
esmulante desafo para superarse y alcanzar

un noble ideal. En cambio, aquel que confia


exageradamente en sus pretendidas aptudes

EI ciervo orgulloso

64 o Habo una uez un zoolgico


puede perder el espritu de lucha, y quedar
por fin alazaga de quien pareca menos apto.
No vemos cada da

de la

-en

todos los rdenes

vida- a personas que con lo poco

que tienen, igualmente triunfan, mientras que

otras mejor dotadas lloan su fracaso? Este es


un tema digno de reflexin y del mejor auto-

65

por nosotros, si se 1o pedimos con fe en oracin. Porqu e "lo que es imposible parobs hompara Dios" (S. Lucas 1'8l. 27) '
la leccin
No le parece que fue valiosa
que, a travs de su error, hoy nos record el
bres, es posibte

ciervo de nuestro relato?

anlisis: por qu unos llegan, y otros quedan


detenidos en el camino.
Qu tal si en este da hiciramos una lista

de todos nuestros defectos y virtudes? Tl vez

nos sorprenderamos al vernos retratados en


dicha lista. Pero lo importante ser no envanecernos ante las virtudes, ni desalentarnos
frente a los defectos que descubramos, Toda

virtud debe ser acompaada de sensatez y


modestia; y todo defecto puede superarse pa-

ra embellecer el carcter.
De qu manera es posible lograr esta calidad de da espiritualS El empeo y la fuerza
de voluntad son insuficientes, Pero como dijera San Pablo, "todo lo puedo en Cristo que me
fortalece'1;... l "suplir todo lo que os falta"
(Filipenses 4: 13,19). S, Dios 1o puede hacer

fii,tH:irag.lt
paseo por el imagi
"zoolgco" de la vida, presentan-

4inCUnOS nuestro

\n"rio
lrf ao ahora la baja actud de un despre-

ciable murcilago' El fabusta Esopo cuenta


que cierta vez se desat una guerra entre las
aves y los animales terrestres. Y el murcilago, que era muy cobarde, ide un ardid para
librarse de ir a la guerra. Cuando estuviera entre las aves, abrira sus alas y volara parecindose a un pjaro. Pero cuando se encontrara

66 o

Habo una uez un zoolgim

EI murcilago ftngidnr

67

con los animales terrestres, plegara sus alas y


simulara ser un ratn.

ceden de un amigo, de un compaero de trabajo, o de un pariente cercano. Sin duda, Ju-

Y al comienzo le fue bien con su engao.


Sin embargo, al cabo de un tiempo sucedi lo
inevitable. Las aves repudiaron al murcilago, porque consideraron que 1 no era un pjaro. Y los animales tenestres hicieron lo mis-

das es el clsico prototipo del hipcrita

mo, porque el murcilago no era como ellos.


Hasta que finalmente, todos arremetieron con-

tra l y lo destruyeron.
Cuntos hombres y mujeres se parecen al
murcilago de la fbula! Durante cierto tiempo mantienen dos caras, que las acomodan
segn la conveniencia del momento. Y aparentemente les va bien: engaan y prosperan.
Pero llega la hora cuando ia verdad sale a la
luz,y se descubre la doble cara del fingimiento. Entonces sobreviene el repudio de los dems, y el hipcrita queda autodestruido.

La simulacin, la doblez-y la hipocresa


son debilidades humanas muy comunes. Las
encontramos por doquier en todo nivel social,
econmico, cultural y hasta religioso. y tales
bajezas nos lasman mucho ms cuando pro-

y fin-

gidor. Durante aos vi simulando, hasta


que por fin traicion a su mejor Amigo. Y si
usted y yo no nos esforzamos por culvar la
verdadera sinceridad, a la puerta de nuestro
corazn puede estar asechando el repudiable
espritu de Judas o del murcilago fingidor.
Decir una cosa, pero sentir lo contrario;
prometer algo, sabiendo que no se lo cumplir; aparentar bondad genuina, pero teniendo
dentro el veneno de la maldad calculada.
de un alQu son estas vilezas,.sino el fruto
ma descompuesta? Cun hermoSo es tetnr
uno soln cara, trn soLo corazn, 7uw soln mira.do, stn doblez de ningunn especig! La conducta limpia y transparente todava sigue
,siendo una elevada virtud. Esta es la cualidad
del buen cristiano, que lo disngue por enci-

ma del cobarde

y el engaador. El apstol

Santiago destaca que la verdadera sabidura


de la vida es "sin incertidumbrc ri hipoctes4" (santiago 3: I7).

68 o Haba uno. uez un zoolgico

El pdjaro campano

Cuando permitimos que Dios conduzca


nuestra vida, se acaban el engao, la mentira y la hipocresa. En reemplazo surge la integridad, que proporciona paz al alma y nos
permite mirar siempre de frente al hermano.
Tlansparencia o doblez. Con cul de las dos
nos quedaremos?

69

guiarse por medio de l para encontrar el camino de salida. Le parece estar escuchando
aiguna campana verdadera que suena a la stancia. Y as, sin darse cuenta, la vcma comienza a caminar trazando grandes crculos.
Hasta que llega el momento en que Ia razn
se desequilibra, y la nica obsesin de la persona es llegar al lugar donde suena la campa-

na. Finalmente, el desesperado queda por


completo a merced de la selva. No es rato,

El pjaro
campana
ETENGMONOS

entonces, que ms de un viajero perdido haya


encontrado la muerte en tales circunstancias.
la
Encontramos aqu alguna leccin? De

por un instante

observar al pjaro campana. Esta es


un ave que vive solamente en Sudamrica y en Amrica Central. y recibe ese
nombre porque su canto es una imitacin perfecta del sonido de una campana. Este pjaro
habita en los rincones ms profundos de la
selva tropical. Y su canto produce un miedo
casi supersticioso ente los indgenas.
Cuando una persona perdida en la selva
escucha el canto del pjaro campana, procura

misma manera que el pjaro campana atrae y


engaa en medio de la selva, en todo pueblo
y ciudad de la tierra existen muchos "cantos"
que engaan a incontable nmero de personas, jvenes y adultos por igual. A veces ese
canto seductor procede de una simple invitacin para ir a cierto lugar, o para probar por

primera vez la droga. Y aceptada con ingenuidad, esa invitacin puede convertirse en
la trampa fatal de la vida. Esta es ia dolorosa
experiencia que suelen sufrir los alcohlicos,

70

El pdjaro camPana

Haba una vez un zool.giro

los drogadictos y aun los "elegantes" fumadores que terminan siendo vctimas del vicio ta-

bquico. Muchos seres desorientados, fracasados y renegados de Dios han llegado a tal

condicin por haber escuchado ese triste


canto engaador.
Pero en medio de tantos cantos y voces
discordantes, que marean y confunden el alma, existe una voz difana y apacible que
ofrece seguridad. Es la voz de la conciencia
individual. Por medio de ella podemos conocer dnde estn los peligros, cmo debemos
comportarnos, y qu camino debemos tomar.
Es como lo dice el antiguo profeta Isaas: "Tirs
odos oirn a tus espaldas palabra que diga:
Este es el camino, ar.ad" por I; y na echis a

la mano derecha, ni tampoco torzis a la mano izquierda" (Isaas 30:,21). No es admirable que Dios mismo nos hable as a Ia conciencia
-el fino odo del alma-, para mosarnos la buena senda e impedir que tomemos un rumbo equivocado?
La pregunta clave es sta: Solemas obedecer eso, voz diuina? Nos dejamos guiar por

71

ella, o despus de escucharla hacemos cualquier oa cosa? Si desechamos las indicaciones de esa voz, debera extraarnos que luego fracasemosS En cambio, si regimos nuesa
uid^ po. la palabra rectora de Dios, presente
en la conciencia y en la Sagrada Escritura,
podremos avanzar seguros hacia la prosperidad y la redencin.

El canto del pjaro campana puede confundir y extraviar. Los cantos seductores del
mal pueden amrinar la vida de millones. Pero
Ia voz suave y apacible de la conciencia,
cuando es la voz de Dios se convierte en el
gran canto que alega y sanfica la vida entera. No procuraremos, entonces, escuchar y
obedecer siempre este canto de amor divino?

72 c Haba una

El mono codirioso

vez un zooligico

73

ta a una estaca cercana, y desaparecen de la


vista.

El mono
codicioso
N ToDo

annu zoorclco,

Pero no pasa mucho empo antes de que


un mono aparezca por el lugar y vea el coco.
Entonces meter su mano en el agujero para

los mo-

nos siempre constituyen la mayor atrac-

cin. A la gente le gusta ver cmo saljuegan,


tan,
comen y actan en general. Y as
como todo zoolgico tiene sus monos, en
nuestro curioso "zoolgico" tampoco podan
estar ausentes.
Los monos suelen ser my codiciosos. Por
ejemplo, cuando arrancan un coco de la pal'
mera, se aferran tanto a l que no hay manera de quitrselo por ninguna nzn. Y los nativos que cazan monos para venderlos, aprovechan esta caracterstica para apresarlos
vivos. Lo que hacen estos cazadores es tomar
un coco de regular tamao y efectuar en l un
agujero, como para que entre ajustadamente
la mano del mono. Luego atan el coco al extremo de una cadena, y el otro extremo de s-

sacar algo de la blanca puipa del coco, que


tanto le agada comer. Pero al ceffar su mano

para extraer el alimento, descubrir que as


cerrada no la puede sacar. Esto lo vuelve muy
airado, pero a lavez rehusa soltar la parte de
pulpa que ene en la mano. De este modo, el
pobre mono queda aprisionado. Y rnientras
no abra su mano, no podr comer Io que ene en ella, ni podr escapar. No se da cuenta
de que si slo soltara la porcin de coco que

tiene en la mano, podra recuperar su libertad, Pero la codicia del mono es tan grande
que all queda condenado, hasta que lo toma
el cazador para ser:vendido.
Cree usted que existe mucha diferencia
entre la actud del mono y el necio comportamiento de muchos seres humanos? De un
irracional, con su natural limitacin, podemos
admir diversidad de erroes. Pero, cmo po-

74

EI mono coditioso

Haba una vez un zooligico

75

dramos admitir que en el gran "zoolgico" de

la familia humana, haya seres tan cociosos


que slo se ocupen en acumuiar y acaparar?
A los tales slo les interesa acopiar bienes
materiales. Se aferran a ellos como a la vida
misma, para descubrir por fin que la trampa
de la codicia los ha esclavizado y destruido.
No conoce usted a personas enfermas de

materialismo? Estas almas no pueden concebir la vida, sino a travs de lo que ganan y
compran, y lo que luego exhiben con insensata vanidad. Cuntos de estos seres pasan
por el mundo sin contemplar otros intereses
que los de su propio bolsillo! Y as viven:
quiz llenos por fuera, pero vacos por dentro. Sin disfrutar de los valores superiores de
la vida, porque sistemcamente los ignoran
en su diario proceder. Es esto realmente vir? Jesucristo ya haba advertido al respecto,
cuando dijo: "La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee"
(S. Lucas 12: 15).
Qa estrecho el horizonte, qu egosta eI
mran, y W.e triste eI alma dc quien slo

pero Tw sabe comparfrl Es esto ganar, o realmente es perder? Jeslis contesta con
esta pregunta: 'Qu aprovechar al hombre
si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?"
(S. Marcos 8: 36). Volendo a la historia de
los monos, no valdr la penarabrir la mano
de la generosidad, a fin de evitar la autodestruccin? Dice la divina promesa: "El que
siembra generosamente, generosamente tambin segar" (2 Corintios 9: 6).
acumul.a.

Las dos
cotorras
N NUESTRO RECORRIDO por el"zootogi.o", nos toca ahora observar el
I-lcomportamiento de dos cotorras. Una
de ellas tena la fea costumbre de decir connuamente malas palabras. Las haba aprendido de su propio dueo, quien era un hombre bastante malhablado. Sin embargo, ste
deba pasar vergenza cuando llegaban visitas a su casa, y a la cotorra se le ocurra decir

T-f
fi

sus picantes palabras.

Al ver la gran preocupacin del hombre,


una de sus vecinas quiso ayudarlo. Para ello,
le sugiri que l dejara su cotorra durante algn tiempo en la casa de ella, donde haba
otra cotorra, que slo depa palabras buenas
y que aun saba rezat. "Quiz juntndolas
79

80 c Habo una vez un zooLgico

-dijo la seora-, la cotorra malhablada

olvide su lenguaje y aprenda los rezos de la


ma". Y as se juntaron las dos cotorras. Pero
cul fue el,resultado? Simplemente, que una
cotorra deca sus malas palabras de siempre,
y la otra'responda 'Amn". Un efecto totalmente contrario al que se haba buscado.
Real o irreal, el incidente encierra una bue.
na moraleja. Cun dominante puede ilegara
ser la influencia neg-ava sobre los derns! A
rnenos que una persona tenga una gran firmeza de carcter, fcilmente puede ser contagiada por el prjimo inmoral o por el mal
ambiente del lugar. Por desgracia, as como
es la eafermedad la que contagia, y no la
salud, en el terreno de la convivencia diaria
el mal influye ms que el bien sobre las personas.
Qu advertencia para los padresl Cuando
los hijos se relacionan con oos nios y jve-

nes, no deberan los padres conocerlos, para


asegurarse de que no recibirn una influencia

perjudicial, que pdiera echar por erra la


buena formacin del hogar? Cuntos hijos

Las dos cotonas

87

adquieren malas costumbres y se conompen


moralmente, por causa de influencias nocivas
de compaeros mal enseados! Por lo tanto'
sea
debera vigilarse que la vida social del hijo

un medio formativo, y nunca corruptor de sus


buenos hbitos.

Y Io que decimos acerca de los hijos' no


debera tomarse en cuenta tambin para
proteccin"de los adultos? Es imposible que
nos mantengamos Iimpios si deliberadamente convivimos con el fango de la maldad' El
mal ene tai fuerza de penetract?n' se in-

que es
troduce con tanta suleza en el alma,
menester permanecer alertas para impedir ser
manchados por 1. Adems, deberamos manejar con tanta destreza nuestras virtudes'
que nos convirtamos en una fuerza construc'No seas vencitiva. Como 1o dice San Pablo:
do de lo malo, sino vence con el bien el mal"
(Romanos 12 2I)'
He aqu una frmuia efectiva para evitar
que el mal nos manche: EI barro sln se adhiere en ln pared' rryosl., mientras que resba-

ln

sobre eI

mdrmol pulido' No habremos de

82 o Haba una vez un zooLgico


pedirle a Dios que pula nuesa alma, para
que ninguna forma de lodo moral se adhiera
en ella? El lo puede hacer, si usted se lo pide.
Es posible evitar que la cotorra del mal nos
transfiera su maldad.

'***xffi'r
*n

rsurr rr rD
y el cordero fT.
.Dr

L REY DE LA SELIA, fuerte y poderoro, tambin tiene su lugar en nuestro


.Ll"zoolgico". Lo veremos en contraste

T-f
H

con el manso cordero.


Cierto profesor de biologa intent que
convivieran en la misma jaula un len y un
cordero. El quea demostrar que era posible
que ambos animales se acostumbraran a vivir juntos y enpaz. Al cabo de un empo, alguien le pregunt al profesor: "Y cmo le va
con su experimento?" A lo cual respondi:
"Ah, muy bien; slo tengo el inconveniente de
que a menudo debo reemplazar al cordero".

El len y el cordero

'

83

Era imposible que dos animales de natura-

leza tan diferente pueran vivir tranquilos en


la misma jaula. El pobre cordero siempre sa-

la perdiendo. Y esto, que lo entendemos fcilmente, cuntas veces lo olvidamos en nuestra manera de vivir. Con frecuencia alternamos y convivimos a sabiendas con el mal, pero pretendemos que no nos afecte' Podemos
parecernos a aquella dama que descendi
con su vestido inmaculado a la profundidad
de una mina de carbn, y luego se extra de

que el vestido se le ensuciara tan feamente'


Quien desee mantenerse limpio, no debera evitar el contagio con la impureza? Quien
no quiera quemarse, no debera ser prudente
con el manejo del fuego? Quien no desee ser
devorado por ei len del mal, no debera
guardar buena stancia de l? De ah la expresin de San Pablo: "iQu compaerismo
tiene la juscia con la injusticia? Y qu comunin la luz con las tinieblas? O qu parte

el creyente con el incrdulo?" (2 Corintios 6:


14, 15). Y San Peo advierte: "Sed sobrios,
y velad; porque vuestro adversario el ablo'

84 . Haba una vez un zooligico


como len rugiente, anda,alrededor buscando
a quien devorar" [1 S. pedro 5: g).
Frecuentemente, se nos ofrece en la misma
bandeja la bondad y la corrupcin. y no siempre es fcil disnguir entre lo bueno y lo malo.

EI len Y el cordero

85

dems es slo una pantalla o una mscara,


tras Ia cual se esconde la pobreza moral con
sus inevitables consecuencias. Con cul de
estas dos opciones nos quedaremos?

De ah que se deje de aborrecer el mal y de


amar el bien. Este empo nuestro exige de ca_
da persona la capacidad de saber decirle NO al
mal, y decirle SI a lo correcto, aunque esto pue_

da demandar valo para ir contra la corriente.


El profesor del relato pretenda un imposi_

Ii"-r"Hift"k*,#,*ry

ble. El len siempre teminaba comindose al


cordero. Y cuando deliberadamente nos expo-

-f
t; I

nemos al mal o jugamos con 1, pensando que


no nos danar, comemos el mismo fin que el

indefenso cordero. eu esperamos de la vida? Prevenir los estragos del mal en nuestra
experiencia, y asegurarnos bienestar y prospe_
ridad? Entonces ya conocemos el carnino de la
seguridad. Ese comirw se recorre con rectitud-,
integridad- y hmpi.ezo m eI comportamiento

dinrio.

lbdo lo que sea decencia y correccin lleva la bendicin de Dios, y procede de 1. Lo

E SIGUE agadando hasta aqu nuestro "zoolsico"? De cada animal heLJmos extro alguna leccin aplicable a nuestra vida. Y ahora nos toca observar
a aquella gallina, debajo de la cual se haban
colocado varios huevos de pato para que los empollara. A su debido tiempo nacieron los pa-

titos, y comenzaron a dar sus paseos acompaados de la gallina.


La gallina madre no se explicaba por qu
sus polluelos eran tan diferentes de ella. Y
ocurri que cierto da llegaron a las cercanas
de un estanque, y los patitos, instintivamente,

86 o Hobta una vez un zooligico

La gaUina Y lns Politos

se fueron en lnea recta hacia el agua. La po-

bre gallina, creyendo que estaban en peligro


de ahogarie, haca desesperados intentos para

llamarlos

y salvarlos, pero sin esultado.

No

importaba que se los hubiese criado en tierra


seca, nadie pudo borrar de aquellos patos su

natural inclinacin hacia el agua, porque era


parte de sus propios instintos.
No llevamos los seres humanos, tambin

por instinto, a Dios en el alma? Negar su exis-

tencia equivaldra a desnaturalizarnos. Sera


resisrnos a aceptar algo que de todos modos
se impone en el corazn. El rey David declar que Dios estaba "impuesto" en todos sus

87

fijamente hacia el sol naciente, y diciendo


estas palabras: "Cun hermoso eres, oh sol!
Cuinto ms grande y hermoso debe ser el
que te hizo! Yo no lo conozco; pero si t lo
ves, llvale un beso de mi Parte".
S, la conviccin de la existencia de Dios
forma parte de nuestra naturaleza. Es un insnto humano, como lo revel el nio de este
experimento; o como lo ilustraron los patitos
de la historia. Por instinto,la gallina permaneci en erra seca, y por igual taznlos patitos
se vieron atrados por el agua. Nos dice nuestro corazn que Dios existe, que l es todopoderoso, y que podemos confiar en su conduc-

caminos, y que no importaba adonde fuera,


all adverta la presencia divina.
Cierto filsofo francs afirmaba que los
hombres creen en Dios slo porque se les inculca esta creencia desde nios. Y para demostrar su pensamiento, llev a un nio a su
finca para educarlo con la orden expresa de
que nadie le hablara de Dios. Pero al poco

cin de amor?

tiempo de iniciada su educacin atea, el filsofo encontr al nio cierta maana mirando

ws tnoverm,t y somos" (Hechos 17: 28). Ade-

Mmtras el sol mantewe su brillo; mientras la tierra siga gtrandn sobre su eiq mientros lns nubes del ciel,o tws regalen su lluvia;
mtentras tengamos aire pora lktwr nuestlos
pulmnrws; mimtras nuestro corazin siga latiendo... Mienfras ocuTo. toda esto, podremos
saber qtrc Dios existe, y que "en l uiuimos, y
ms, cada expresin sincera deafecto humano

88 o Haba una uez un zoolgco


no es otra cosa que un reflejo del amor divino,
instalado en nuestros corazones.
Es seal de cordura espiritual confiar en
Dios y rogarle que l dirija nuestra vida. Si l
rige sabiamente sobre el universo infinito, cmo no habra de regir ernamente nuestro ser
individual?

Los dns ranas

89

virti en manteca. Entonces, sentndose sobre esa base firme, pudo respirar bien y momentos ms tarde se libr de su prisin.
Dos ranas en contraste! La primera, smbolo del pesimismo; la segunda, fiel semblanza del opmismo. Y al igual que estas dos ranas, no solemos caer nosoos tambin en situaciones de estrechez y de angustia? En tal
caso, podemos reaccionar como los batracios

del cuento. O nos dejamos estar' dndonos


por vencidos; o hacemos algo para saiir del

UENIA una fbrla que cierto da dos ranas cayeron al mismo empo en dos diferentes cntaros de leche. Una de
ellas, en seguida comenz a sentirse sofocada,
y se dijo a s misma: "Yo no puedo respirar
aqu, y tampoco puedo salir porque las paredes del cntaro son muy altas. Me voy a morir". Y efectivamente, poco despus se muri.
La otra rana tambin tena dificultad para
respirar. Pero con toda decisin comenz a
moverse y agitarse, hasta que la leche se con-

pozo donde estamos.


Muchos se asemejan a la rana pesimista
que, sin nimo de lucha, se dej aplastar y se
ech a.morir. No conocemos a personas que
frente al primer probiema que les aparece; lo
ven todo negro y ya se preparan para fracasar? O no sabemos de gente que despus de

un traspi cualquiera se sienten fracasados


por el resto de su vida? A veces puede tratarse de un enfermo .que, creyndose afectado
de una enfermedad incurable, renuncia errneamente a la vida y dice: l'Para qu seguir
sufriendo? Djenme morir".

90 o Haba una vez un zoolgi.co


Todas stas, y muchas otras parecidas, son

formas de abandonar la lucha o de salir perdedores en ella. En cambio, el que no se deja


aplastar, el que aun sin ver claro el horizonte
se esfuerza con esperanza, ste tiene las me-

jores posibilidades a su favor. Su mismo nimo, su constancia, su valor y su fe le ayudan


a sobreponerse a cualquier conariedad, por
ms amarga que parczca.
As acta el cristiano, con un optimismo
permanente. Porque recuerda que para toda
necesidad puede encontrar en Dios una ayuda poderosa. Y as se torna cierto el dicho de

que "Dios escribe derecho sobre lneas torcidas". Realmente, el Seor puede enderezar el
camino sinuoso, iluminarlo si est oscuro, y
allanario si tiene obstculos. Dios puede "escribir" derecho en nuestra vida si la colocamos con fe bajo su dina conduccin.

Onnlo

conftamns en Di.as y en su arTwr


potemnl, rnda puede echarnns abajo o trrnntenernas m el fondo del pozn. Con l es posible resolver todos los problemas, o aliviar el
peso agobiante de ellos. Por eso, el salmista

Las dos ranas

97

David escribi: "Gustad, y ved que es bueno


Jehov; dichoso el honibre que confia en 1".
Y adems dijo: "Onndo elhnmbre coyere, na
quednni postrado, porque Jehnvd sostiene su
mano" (salmos 34: 8;37:24).
A cul de las dos ranas se parece usted?
El verdadero creyente es siempre optimista.
Como resultado, goza de un espritu radiante,
tiene mejor salud y comunica alegra a sus
allegados.

@t

Er-sa-oo.
y la lucirnag W
IGUIENDO nuestro recorrido por el
"zoolgico", detengmonos ahora frente a dos animalitos de la noche.
En una calurosa noche de verano, junto a
un charco de agua descompuesta, en pleno
campo, croaba ufano un enorme sapo, cuando vio en lo alto de una roca vecina la hermosa luz de una lucirnaga. Y pensando que

I
\
\-f

92 c Haba uno

El sapo y la lucimaga

uez un zoolgico

93

nadie poda exhibir cualidades que l mismo


no posea, el sapo salt sobre la pequea lu-

lece el carcter. El rey Salomn la llama "carcoma de los huesos", es decir, la descompo-

cirnaga, y la cubri con su fro vientre.


El pobre insecto, entonces, as aprisionado

sicin que corroe la vida interior.


Tn deplorable es el sentimiento del envidioso, que estara sasfecho si pudiera
ver fracasar a otros en los puntos en que l
ha triunfado. O bien, le molestan a tal grado
los triunfos ajenos que si l mismo no es capaz de lograrlos, comienza a echar sombras
sobre quienes los han alcanzado. Y con eso
no pretende otra cosa que desmerecer al pr-

y casi muerto, le pregunt a su agresor: "Por


qu me tapas y me aplastas?" Y el sapo, cargado de envidia, le respondi: "Y t, por qu
brillas?" Al sapo no le daaba la luz de la lucirnaga. Lo que le molestaba era que otro ser
tuviera algo que l nunca podra poseer. Era
envidioso.
No cree usted que abundan los seres humanos que se comportan como el sapo de la

fbula? Los taies no pueden soportar que


oos tengan virtudes, logren cierto xito o
posean algn bien que ellos mismos no tienen. Cun lamentable y mezquina es Ia conducta del envidioso! De los defectos humanos, quiz sea la envidia el que ms robe la
aiegra de la vida. Separa al hombre de sus
hermanos y amigos, le produce amargura, y
lo induce a la calurnnia y la difamacin.
Hija del egosmo, la envidia es una enfelmedad espiritual que rilancilla el alma y envi-

jimo y aparecs l como el ms virtuoso.


Pero esta forma de obrar y de senr, tiene
razn de ser? Es simplemente imita la insensatez del sapo de la fbula. Porque si vamos
a incomodarnos por cualquier superioridad
que veamos en los dems, tendramos que
envidiar a todos, ya que en algn aspecto todos son superiores a nosotros, as como nosotros a ellos.
Existe algn preventivo o antdoto para la
envidia? Las Sagradas Escrituras afirman que

"el amor no ene envidia". Qu fuerza constructiva ene el amor! En un corazn carga-

El saPo Y ln ltrcimaga

94 o Haba una vez un zoolgico


do.de amor a Dios y al prjimo no puede tener cabida ningn mal sentimiento. El amor
genuino se goza en el bien y en la prosperidad de los dems. Pondera las virtudes ajenas
y rehusa manchar la buena reputacin de terceros.

Lo clave de Ia excelmrin humano yace m el


amnr fratemo Ete ptrcdo llennr eI corozin. Por

lo tanto, euien desee vivir libre de envidia


har bien en culvar el amor y todo otro noble
senmiento. San Pablo aconseja: "Todo lo que
es verdadero, todo

lo honesto, todo lo justo,

todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de

buen nombre; si hay virtud alguna, si algo


digno de alabanza, en esto pmsad" (Filipenses
4: 8). No es sta una sabia manera de embellecer la vida interior? De qu otra forma se
podra vivir con pazy alegra?
En el gran "zool$co" de la familia humana no tiene cabida la envidia. La vida agradable y constructiva slo se deriva del amor
nacido de Dios. No beberemos hoy entonces
un sorbo del amor divino?

95

... Y Dios diio No


Le ped

Dios que me quitara

y Di.os diio No.


Me jo que tn era algo

eL

orgilln,

U::::

,que
/que quitarme,

sirw que yo tena que entregar.


Le ped a Di.os que me concedicra paciencin,

y
Me

Dins dtio No.

d:i1o

que lnPaciencia es Produo

/de lnnibulncin.
No se concedz, se cnnquista.
Le ped o Dios que rc diera feliridad",
y Di.os dijo No
Me dijo que I dabm.diciarrcs.

La felicid.od" depende de m.
Le ped a Dios que me anitara todo dalac
y Dins diio No.
Me dtjo que eL dobr Y eI sufrimimto
/me opartan
de Lo,s preoatpacinnes, ! me aceratn mts a 1.
Le ped o Dios que hiciera trecer mi espritu;'

Dins

diio No.

Me dijo que debo crecer persorvilmeq


pero que I podora de vu, en annd'a.'

96 o Habia una vez un zooLgico

El Lobo Y eI cordero

97

Le pregant

beber en la parte ms baja de la corr,ientei Y


el lobo, por el contratio, se fue a la parte

Me dijo que me hnba dndn a su nico Hijo


que hnbo muerto por m,
y que un do estar junto o l porEte tengo fe.
Le ped a Dios que me ayudara o amor o otros

ms alta.
Buscando un pretexto de ria, el lobo le
dijo al cordero: "Por qu has enturbiado el
agua mientras yo beba?" "Ests loco?
-repuso el inocente cordero-, cmo podra enturbiarla, si el agua corre desde tu lado hacia
el mo?l' Ante tal argumento, el loo"o debi
callar y morderse los labios. Pero luego, reponindose, le dijo al cordero: "Has de saber

o Dios si me amnba,
y Dios dijo que S.

como lme amn

Y Dios dijo: "Por

ftn

am.

estas mmeraondo

/a entmdef
-Bucalcide

Viocort

que hace seis meses me llenaste de injurias:'.


"Seis meses?
el cordero-, si no
-contest
tengo ms que cinco de vida':. "Bien, enton-

El lobo io-t",L\
y el cordeio' F3#
E NUEVO nos encontramos con una

de las narraciones de Esopo, el antiguo fabulista griego. Cuenta l que,


acosados por la sed, llegaron a cierto arroyo
un lobo y un cordero: El cordero se puso a

ces habr sido tu padre". Y arrojndose sobre

el pobre cordero, lo devor.


La moraleja que el autor exae de su relato, es la siguiente: "Cuando los fuertes se empean en tener razn, pobres de los dbiles".
La narracin descubre el increble contraste entre los dbiles y los prepotentes. No vemos todos los das este contraste en el "zoo-

lgico" de nuestra sociedad moderna? Es el


fuerte que se abusa del alma dcil; el adulto

98 o Haba uno. vez un zooLgiro


que arruina al joven con la droga maldita; el
rico que le quita al pobre lo poco que ste e-

ne; el atropellador irrespetuoso que avasalla


sin razn; el funcionario que se sirve abusivamente del subalterno... En fin, cuntos
otros ejemplos dolorosos de esta misma especie poamos citar.
Incluso, dentro de la convivencia matrimonial no es extrao encontrar al hombre que
disminuye y humilla a su mujer. Es el esposo
que hiere de palabra, y a veces con sus manos, al ser que le prome amor y proteccin.
Y cuando un esposo cruel de esta clase domina y somete a su cnyuge, repite la triste historia del lobo destructor. Resultado: la agresin y la amenaza arruinan el hoga y por fin
se quiebra la sociedad matrimonial.
El mnl.o, por ser mnln, no puede tolerar al
buerw. Frente o I se siente reprochado. Y no
descansar hasta que destruya o saque de su
vista al inocente. Pero esta persona "poderosa" est enferma de pequeez. Por eso suele
gritar y amenazar sin movo, para tratar de
imponerse sobre los dems.

EI Inbo y eI cordero

99

La mentalidad del lobo feroz nos recuerda


a los enemigos de Jess, quienes hicieron lo
indecible por encontrar alguna falta en el

Maeso. Pero no encontrndola, torcieron la


verdad y presionaron sobre ei gobernador romano, hasta que dieron muerte al Dador de
la vida. Como lobos enfurecidos acomeeron
cona "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo".
Hemos hecho alguna vez el papel de lobos? Quiz, deseosos de ganar algn favor,
le hicimos una fea zancadilla a nuestro hermano? En tal caso, cun amargo sabor nos
habr quedado en el alma, verdad? Porque
la vida dulce y dichosa se consigue amando
al prjimo, respetndolo y haciendo por l lo
que quisiramos que l hiciera por nosotros.
Este es el noble desafo que Dios coloca delante de cda uno de sus hijos. En esto consiste la vida superior del crisano. No le parece?

LaranaY elbueY

191

La rana
y el buey
N NUESTRO Peculiar "zoolgico", nos
encontramos ahora con otros dos animales en contraste: la rana y el buey'
Corpulento y majestuoso se paseaba el buey
por el campo, cuando acert a pasar junto a
l una pequea rana' Al ver al buey tan imponente, la rana sinti deseos de ser como l'
qu ella habra de ser tan pequea, y los
Por

otros animales tan grandes?


Y la rana lleg a pensar que podra aumentar su tamao con slo proponrselo' As que
comenz a hacer la prueba. Abri bien su boca, aspir todo el aire que pudo, y se infl bastante... Entonces les pregunt a sus compaeras: "Soy tan grande como el buey?" Y ellas le
dijeron: "Oh, no! Ni la sombra!" De inmediato, la rana volvi a tragar tanto aire como pudo, y se hinch un poco ms. "Y ahota, cmo
estoy?" volvi a preguntar a sus compaeras'

]02 o Hoba uno

1)ez

LaronaY elbucY

un zoolgico

Y ellas le respondieron: "Te falta mucho toda-

va!"
Luego, la rana hizo la prueba por tercera
vez. Pero con tar mala suerte que su piel,
que estaba tan tirante, no aguant ms y estall con el esfuerzo. Y as muri la pobre rana,
vctima de su necio agrandamiento.
Adondequiera vamos, nos encontramos
con hombres y mujeres tan insensatos como
la rana del cuento. Quiz se trate de personas
rebeladas contra s mismas, que estn desesperadas por tener las ventajas del vecino.
Piensan en su tamao, ms que en la calidad
de su vida. Se preocupan por impresionar,
ms que por ser. Son seres que viven comparndose cgn los dems, y que sufren cada vez
que se encuentran con aiguien de mayor
prosperidad o notoriedad.
ns buend observar los mritos ajenos, pero
jams para rivalizar con nueso hermano,
sino ms bien para imitarlo dentro de lo posible. Todo lo echamos a perder cuando queremos ser grandes por simple vanidad, o para
conseguir beneficios egostas. Con semejante

10j

modo de ser slo se llega a la autodestruccin, como le ocurri a la rana de la fbula'


sea ms acaudalado,
Qu importa que el oo
ms atrayente o ms favorecido? Vamos a
ensuciarnos de codicia o de envidia por eso?
autoestima, para
O vamos a resentir nuestra
desembocar en un complejo de inferioridad?
Nada mejor que ser uno mismo, sin imitar
servilmente a nadie. Y con lo que somos y tenemos, conservar la mejor calidad y ser personas de bien. Ya lo deca el Poeta:
Si no paedes'ser Pino en ln cumbre,

ln mnta delvoLle, In mds lindn


de Ins m.atos que uan junto oL anoYo;
s eI arbusto, si el drbol esui arriba'

De

rw

ser eL camino, s el sendero;

si no eL sol, s ln estrelln que titila;


no btrquemos tamaa en La Pelea"
sinn ser b meior en nuesnas ftlns'
Esta es la nica manera como podemos
disfrutar de contentamiento y de paz interior'
Sin embargo, esto no significa que debemos

104 o Haba una vez un zoolgico

renunciar a la sana ambicin o al noble espritu de constante superacin. Simplemente,


se trata de vivir con mayor sensatez, y con un
sentido equilibrado de autovaloracin.
Gracias, Dias, por lo que soy. Aydome a
a.ceptarme tal cual soy, mn mis flaquezas y
virtudes. Aylome tambin o" superotme, pero no poro competir o compararrne con nadie,
sino pora ser y hacer lo mejor que puedn. Que
siempre conserue la humildad. y Ia digntdadde un buen hijo tttyo.

IfiffiruM
ARA TERMINAR este captulo de animales en contraste, lecordemos a los

peffos que tena cierta Facultad de


Veterinada con fines experimentales. Normalmente, estaban divididos en dos perreras
diferentes. En una de ellas estaban los perros

Penos limpins y perros pulguientos

105

sin pulgas; y en la otra estaban los perros


pulguientos a ia espera de un buen bao.
A 1o largo de los aos, los profesores de la
Facultad advirtieron que los perros pulguien.
tos estaban ms tranquilos que los limpios.
Cul era larazn? Sencillamente, que los animales cargados de pulgas estaban ocupados
en rascarse, mientlas que los otros, sin nada
que hacer, pasaban todo el tiempo ladrando y
creando problemas a los cuidadores.
Habr en este descubrimiento alguna leccin aplicable a los seres humanos? S! Con

ftecuencia, cuando nos sentimos bien y nada


nos molesta, tendemos a desperdiciar energlas y a bajar el nivel de nuestros esfuerzos.
Fero cuando las "pulgas" de las pruebas nos
aguijonean y nos producen dolor de alma,
podemos serenar nuestros impulsos y fortalecer nuestro espritu.
Cuando el camino es suave, se vuelve trai-

cionero porque adormece al conductor. Pero


cuando el camino es spero, mantiene despierto y alerta al viajero. Y en el camino de la
vida hay molesas, incomodidades y dolores

106 o Haba uno uez un zoolgico

Perros lmpios y perros pulguientos

107

que ayudan a vivir. Por eso se afirma que "el

mese con fe fuertemente de ella. El Seor no

alma no tendra arco iris si nuestros ojos no


tuvieran lgrimas". Cuntas veces las mayores satisfacciones, o los xitos ms ansiados,
van precedidos de alguna forma de dolor,
prueba o adversidad! El espritu se vuelve
ms profundo, las manos ms diligentes, y el
corazn ms sensible cuando se ha pasado
por la experiencia de la afliccin.
Si usted hoy est soportando alguna pena

lo defraudar.

o aign infortunio, no desmaye bajo el peso


de tal contrariedad. Ms all de las nubes
siempre brlla el sol. Y tras la hora sombra,
Dios podr concederle la luz de la alegra
y el bienestar. La confianza en el Altsimo
puede sostenernos en la dificultad; puede
avivar nuestra esperanza crisana de superacin; y puede darnos fuerzas para salir de
cualquier pozo de adversidad. Ha perdido
usted algn ser amado o algn bien material?
Tiene usted problemas en su ambiente familiar o laboral? Siente a veces alguna depresin, alguna soledad, o alguna incompren.
sin? Dios puede dnrle unn mana eficaz! T-

Precisamente,

la hora de la prueba, bien

tomada, es la mejor oportunidad para buscar


y encontrar la ayuda del Todopoderoso. Deca
Balzac: "La desgracia crea en ciertas almas
n vasto desierto en el que resuena la voz de
Dios". S, esa impotencia del que sufre, en el
cristiano siempre produce un mayor acercamiento a Dios, y consecuentemente una ms
rica bendicin.
Que podamos decir con el salmista bblico:
'Aunque afligido yo y necesitado, Jehov pensar en m.

Mi ayuda y mi libertador eres t".

"Qwtda elhombre

cayere, no Etednni piostrado, porqtrc Jehovti sostene su marw". "Los que


bu.scan a lehau,

rc tmdrdn faho de ninsun

17;37:24;34: I0).
que pasemos por algn
prxima
vez
La
trance duro o amargo, recordaremos la leccin de los perros afligidos por las pulgas? Y
sobre todo, recordaremos que en medio de
nuebtras pruebas Dios desea derramar una
ble" (Salmos 40:

bendicin especial sobre nuestra vida?

Manso
como cordero
UESTRO

"zool$co" nos lleva ahora

un sector particularmente interesante. Hasta aqu hemos visto el comportamiento real o fabulado de muy diversos animales. Pero en esta pgina deseamos presentar al manso cordero con su elevado simbolisa

mo espiritual.
Proverbialmente dcil y manso, el cordero
ha sido ulizado desde Ios albores de la humanidad como vctima propiciatoria para la
obtencin del perdn divino. Tbl fue la modalidad del culto hebreo durante muchos siglos. Pero el sacrificio diario del cordero dentro de la liturgia hebrea, era apenas un smbolo del otro Cordero, de quien San Juan el Bau-

lll

112 o Habia una vez un zooligico


sta dijo: "He aqu el Cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo" (S. Juan 1:29).
Ya el profeta Isaas, setecientos aos antes

haba anticipado la muerte expiatoria de


Cristo, con estas palabras: 'Angusado 1, y
afligido, no abri su boca; como cordero fue
llevado al matadero; y como oveja delante de
sus trasquiladores, enmudeci, y no abri su
boca" (Isaas 53:7). "No abri su boea". Como el cordero no opone resistenca cuando
"Cordero de
es sacrificado, as Jess

Dios"-

-el

tampoco se resisti para librarse de la

muerle. El que habla venido para dar su vida en rescate" de la humanidad (S. Marcos
l0: 45), depuso su vida como una ofrenda de
amor para asegurar nuestra redencin.
San Pedro afirma que fuimos rescatados de
nuestra "vana manera de vivir... con la sangre
preciosa de Cristo, como de un cordero sin
mancha y sin contaminacin" (1 S. Pedro 1:
18, 19). La entrega voluntaria de su propia vida, como un dcil cordero derramartdo su
sairgre en el sacrificio, convierte a Jess en el
Redentor del mundo. Y aceptar por fe este sa-

Manso mmo cordero

113

crificio del Hijo de Dios, es la mayor adquisicin que persona alguna pudiera hacer en su
vida.
Ternprano por la maana, cierto granjero

advirti que una de las gallinas del corral estaba rQida e inmvil, mientras varios de sus
polluelos piaban debajo de ella. Qu le pasaba a la gallina? Una comadreja le haba chupado toda la sangre. Pero el ave permaneci
sin moverse, para evita que la comadreja
matara tambin a sus pollitos. Jess tambin
permaneci inmvil. Pudiendo librarse de la
cruz, prefiri quedar en ella y derramar su
sangre para darnos su vida. El Cordero de
Dios muri por nosotros. "El fue herido por
nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados;... y por su llaga fuimos nosotros curados" (Isaas 53:5).
Pero el que ayer muri por nosotros como
un cordero, es hoy nuestro divino Pastor. Y
en tal carcter, l desea guiarnos como ovejas
y corderos de su rebao. Quiere seguir manifestndonos su amor perdonador y transformador. Quiere ser el Salvador de nuestra

114

Haba una vez un zoolgico

vida. Por lo tanto, podemos allegarnos a l


en busca de ayuda y comprensin. Podemos
confiarle nuesos problemas y necesidades,
seguros de ser auxiliados. El puede bendecir

nuesas familias y nuestres trabajos codianos. Quiere sostenernos en nuestras luchas, y


aligerar nuestras ca.rgas. Qu Cordero tan
amante, que nos dio su vida! Qu Pastor tan
bueno y poderoso, que nos rodea con su cuidado paternal!

El libro bblico del Apocalipsis menciona


muchas veces al "Cordero" como el Cristo victorioso, reconocido y alabado por todos los

redimidos. Que este mismo espritu de gratitud y alabanza domine cada da nuestra vida. Esto llenar de gozo y de paz nuestro corazn.

Fuerte como

len

115

Fuerte
como len
-\ YUESTRo "ZOOLGICO" sera incomsi no presentramos aqur al
N I pieto
i'r.r,
I \
de la tribu de Jud" (Apocalipsis 5: 5). Quin es este Len? As como el
len comn es "el rey de la selva", este Len
supremo es el Rey del universo, Creador de
los cielos y de la erra, cuyo poder excede todos los poderes del mundo.
El manso Cordero y amante Pastor, a quien
presentamos como tal en nuestro tema anterior, es llamado tambin "Len", en virtud de
su fuerza y su poder. Este es uno de los tantos
nombres que recibe Jess, quien fue erno para morir, pero poderoso para resucitar. Y su poder ilimitado se advierte desde la misma creacin del mundo. Su sola palabra trajo a la exis-

tencia todo lo que vemos. "El dijo, y fue hecho; l mand, y exis" (Salmos 33: 9). "En
l fueron creadas todas las cosas, las que hay

116 o Haba una uez un zoolgiro


en los cielos y las que hay en la tierra, visibles
e invisibles; sean tlonos, sean dominios, sean
principados, sean potestades; todo fue creado

por medio de l y para 1" (Colosenses 1: 16).


Cierto da Miguel ngel visit el estudio de
Rafael. Pero el gran pintor estaba ausente. Qomo el criado le preguntara su nombte, respondi trazando sobre la pared un rostro humano.
Al reglesar Rafael, el criado le dijo que haba
llegado un sitante que no haba querido dejar su nombre, pero que en cambio haba hecho esos trazps sobre la pared. Cuando Raftel
observ tales trazos, exclam admirado: "S-

lo puede ser la mano de Miguel ngel!"


Y as como esas lneas revelaban la mano
inconfundible del gran artista, de igual manera el mundo natural revela el arte inconfundible del divino Creador. La perfeccin y la belleza, u.nidas a las leyes que las rigen, proclaman la sabidura y el poder de un Dios infinito. Quin sino l pudo habel creado tanta
maravilla? Las explicaciones del incrdulo,
que descartan la accin creadora del Todopodeloso, no alcanzan a convencer la razn.

Fuerte como

len

'

117

Dios estaba primero. El lo hizo todo. La fueren persona- no eza de este "Len"

-Dios

ne rival. Nadie puede arrebatarle su poder


creador y sustentador. '1El es antes de todas
las cosas, y todas las cosas en l subsisten"
(Colosenses

I:

77).

Pero este Dios, Jesucristo, no slo es el


Creador y el Sustentador de todo lo existente. Es tambin el Redentor, quien provee vida
eterna al que lo acepta como tal. l tom la
naturaleza humana, para luego ofrendarnos
su vida. 'No lwy otro rwmbre bajo 9l celn, dado a los hombres, en eI cual pod.amos ser soluos" (Los Hechos 4: I2).
Nadie ha vencido a este "Len", ni lo vencer. Es el eterno Vencedor. Venci a la muerte, y a todas las fuerzas que se levantaron
contra 1. Por eso, l mismo declara: lConfiad, yo he vencido al mundo" (S. Juan 16:
33). El poder de Cristo no ha menguado con
el paso del empo. "Jesucristo es el mismo
ayer, y hoy, y por los siglos" (Hebreos 13: 8).
Y lo que llena el alma de confianza es que l
obra con su poder dentro de nuestro'corazn.

118

Haba uno. vez un zoolgico

cnn su poder, cristo renuevo ntlestros pensamientos, transfomw nuestro cardcter y enrwblece nuestros acciones. Slo l mediante
su Espritu puede darnos vida nueva y vida
eterna. Este vino "Len" nos libra del mal;
nos protege ante cualquier agresin o peligro.
Y nos dice: "No temas, confa en m. yo te
salvar". Vale la pena recordar cada da esta
preciosa promesa de salvacin!

iQu te dar, Seor?


Cantac Senr, tus dones deseara;
cantarbs nn, gritarbs ante eI mund.o,
decirLos en un htmnn, tott profundo,
que resorvro siempre, noche y dn.
Ast mi voz sirrcera llegara
a eraalzar tu poder mngtn y fecundo;
as tambin mi am.or, grato y profundo
estampa.do en us rntas quedana.
Era yo na.da: nt de elln me sacaste;
manchado uine: y t me redimiste;
mucho pequ: mns t me perdornste;
maldito estabo: y tu me bendijiste.
Gracias, Sear, por cuanto me otorgaste!
Grocias sin ftn, por ln que t me diste!

El "zootgico" perfecta

119

El "zoolgico"
perfecto

M-ffid,,'fww
LEGAMOS AL FINAL de nuestro "zoolgico", diciendo que todos los zool-

gicos de la tierra son incompletos e


imperfectos. Ninguno de ellos puede contener todas las especies animales, como tampoco ofrecer el ambiente ideal de libertad. De
todas maneras., un buen zoolgico proporciona un agradable esparcimiento y una valiosa
enseanza para chicos y grandes.
Pero ser bueno saber que algn da dejarn de exisr los jardines zoolgicos de todos
los pases. Ya no habr animales feroces ni
encerrados en ningn rincn del planeta. El
profeta Isaas predice ese tiempo de la si:
guiente manera: "Morar el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostar;

120

Haba una uez un zoolgico

el beceno y el len y la besa domstica andarn juntos, y un nio los pastorear. La vaca y la osa pacern, sus cras se echarn juntas; y el len como el buey comer paja. Y el
nio de pecho jugar sobre la cueva del s-

pid, y el recin destetado extender su mano


sobre la caverna de la vbora" (Isaas 11: 6-8).
Qu zoolgico tan maravilloso!
As ser el mundo perfecto del maana, el
reino eterno de Dios, donde todos viviremos
en paz y en la grata compaa de animales
amigables. All desaparecer toda forma de
temor. Ninguno pelear cona oo: ni los seres humanos, ni los animales entre s. Nadie
usar la fuerza para defender sus derechos, o
para hacer juscia, porque Dios promete danos "cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales rnora la juscia" (2 S. Pedro 3: 13).
Quedarn atrs para siempre las odiosas
injusticias humanas que hoy manchan la tierra de horor y de vergenza. All nadie se
quejar de nadie. Existir la armona de una
convivencia fraternal. La solidaridad y el
afecto sern Ia nota dominante de cada cora-

El "zoolgico" perfecto

121

zn. Aun la vegetacin, unida a la fauna renovada, participar de esta transformacin


global. "Se alegrarn el desierto y la soledad;
el yermo se gozar y florecer como la rosa"
(Isaas 35: 1).
En cuanto a los redimidos, "gozo perpetuo
se sobre sus cabezas; y tendrin gozo y alegra,y huirn la tristeza y el gemido" (1d., 35:
10). Ya no habr gente frustrada, desanimada

o deprimida. Todos seremos sanos, fuerts y


felices. "No habr muerte, ni habr llanto, ni
clamor, ni dolor; porque las primeras cosas
pasaron" fApocalipsis 2I: 4). As de gloriosa
ser la vida en el reino perpetuo que Dios pro-

mete a sus hijos. Nadie tendr afliccin ni enfermedad. Viuremos stn uer Ia muete jamds !
Y todas los onim.aLes, desde eI aue canara has-

ta eI apaciguado len, aumentardn nuesta dicha mn su tiemn compoa. Ante tanta perfeccin y belleza, bien podemos recordar las
palabras de San Pablo: "Cosas que ojo no vio,

ni odo oy, ni han subido en corazn de


hombre, son las que Dios ha preparado para
los que le aman" (1 Corinos 2: 9).

122 c Haba uno vez un

EI "zooLgico" perfecto

zool,gico

Cundo se producir toda esta maravillaS

Cuando Jesucristo vuelva a la tierra

-segn

l mismo prometi-, y haga "nuevas todas


las cosas" en su reino sempiterno. Su promesa dice concretamente: "Vendr otra vez" (S.
Juan 14: 3). En forma directa o indirecta, esta
misma prornesa de redencin y transformacin aparece ms de trescientas veces slo en
el Nuevo Testamento. Tlil,rgi{scin aclara la
ndole de la promesa, y muestra la certeza de
su pronto cumplirniento.
Los acorecimientos mun-dinles que octTrren en nuestros das son verdnd,eras senles,
qae anuncian el ftn del mundo artual y In inminenteumidade Cristo. As lo confirman las
numerosas profecas de los Evangelios. Por lo
tanto, la exhortacin divina nos insta a vivir
preparados para la llegada de ese da. "No
durmamos,... sino velemos" espiritualmente,
escribe el apstol Pablo (1 Tesalonicenses 5:
6). San Pedro aade: "Debis andar en santa
y piadosa manera de vivir, esperando y apresurndoos para la venida del da de Dios" (2
S. Pedro 3: 11, 12). Y Jess declara: "Erguos

'.

123

levantad vuestra cabeza, porque vuestra


redencin est cerca" (S. Lucas 2I:28).
Estamos, pues, en vsperas del eterno ama-

necer de Dios. Y cuando llegue esa hora tan


ansiada, el mal y los malos desaparecern para siempre. La familia de los redimidos disfrutar del mundo nuevo y eterno junto al Creador y Redentor. Nos estamos preparando para morar all? Estamos viviendo cada a en
armona con la voluntad de Dios? Si Jess regresara en cuaiquiera de estos das, habra temor o alegra en nuestro corazn? Con el final
mismo de toda la Sagrada Escritura, decimos:
"S, uen, Sear Jess".

Por las pdginas d.e ntu;estro singulnt "z,oolgco" han desftlnda versos animnles.
Vm el ndice para recordarlas wta vez m*
De todas ellns, con sus rtsgos posvos o negativos, hemos actrodo provechosas reflexiones. Nuestra recorrd.n ho terminada. Le
agrad vstar este "zoolgico"? Vuelvo a estas pginas todn uez qte pued.u para revur s eontenid.a aleccionndor.
Y que cuand.o estemos en el "zoolgico"
perfecto del mund.a etema, podnmos resor-

124 c Haba uno 1)ez un zoolgico

dar que qa en la tierto HABA IINA WZ


IIN ZOOLGICO, que rws ayu o ser mcjores hijos d.e Dios. Se lo d,esea el outor, ile toda corazn.

FII{
a convertir nuestro cuerpo,
el fiempo, el entusiasmo, el dinero,
los buenos libros y los buenos
hbitos, en nuestros aliados
para ser mujeres y

triun

RJERA DEL POZO

Aun en los tropiezos y amarguras


de la vida, Dios puede cambiar

la tristeza y el dolor
en un gozo insospechado.
Comprubelo con la lectura
de este alentador libro.

dg': to ds

s,1a, eii$i$

:exiatrici

t,bsqea'E.,ssiti6.,pai.
Ia vida, la inseguridad ante
tantos caminos que se abren
delante del ser humano.

EL REGALO INESPERADO
Aun en los tropiezos
y amarguras de la vida,
Dios puede cambiar
la tristeza y el dolor en un
gozo insospechado.
Comprubelo
con la lectura de este
alentador libro.

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