Momento de Adoración Al Santísimo

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CELEBRACIN

Tiempo de adorar
Al comenzar se pide a un joven que encienda un cirio que luego deja sobre una
mesa o sobre el altar. Mejor an, si es el Cirio Pascual.
Se lee un texto bblico: Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no caminar en
tinieblas...
Invitar al silencio contemplativo.
Un canto sencillo y tranquilo ir creando un rico ambiente de adoracin. Puede
ser: Adoramos hoy al Seor o Alabe todo el mundo
Se deja un momento de silencio.
El que preside dir: El Seor se hace presente entre nosotros, especialmente en el
Pan Consagrado que se encuentra en el Sagrario (o en la custodia). Ante l nos
arrodillamos un momento y cada uno, en silencio, conversa con el Seor... (Todos
se arrodillan mientras tanto se pone msica de fondo...)
Despus de un rato un Lector proclama en voz alta:
Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que coma de este pan vivir para siempre.
El pan que Yo dar es mi carne, y la dar para vida del mundo. (Juan 6, 51)
El presidente dice en voz alta:
Sea por siempre Bendito y Alabado el Santsimo Sacramento del Altar
Pide que todos los jvenes repitan:
Sea por siempre Bendito y Alabado el Santsimo Sacramento del Altar
Los invita a sentarse y a entonar el canto Dios est aqu...
Tiempo de escuchar
Breve silencio. Otro joven lector proclama en voz alta:
Este es el Pan vivo bajado del cielo; no como el que comieron nuestros padres, y
murieron; el que coma este Pan vivir para siempre. (Juan 6, 58:)
En este tipo de celebracin en que se adora y contempla el Santsimo
Sacramento, hay que dejar muchos espacios al silencio y a la oracin personal,
pero tambin es bueno que la gente intervenga en algn momento, sobre todo
cuando los jvenes no tienen experiencias de oracin contemplativa.
Una de las tantas maneras que tiene para hacerlo es que el Animador los motive a
comunicarse con el Seor. Por ejemplo:
Presidente: Adoremos a Cristo realmente presente en el Pan consagrado.
Expresemos nuestra confianza en el Seor, primero recitando todos juntos la
oracin de Santa Teresa de vila:

Nada te turbe,
nada te espante,
quien a Dios tiene,
nada le falta.
Nada te turbe,
nada te espante,
slo Dios basta...
Luego los invita a cantar esta misma oracin: Nada te turbe
Presidente: Ahora es el momento de elevar nuestras peticiones ante el Seor
sacramentado, hagmoslo con la certeza de que El nos escucha y atiende
nuestras splicas.
Todos se ponen de pie.
Tengamos presente estas palabras del salmista:
(Se pide a un joven que lea en voz alta)
Espero en Ti, Seor con gran confianza,
inclnate hacia m y escucha mi clamor (Salmo 40)
Luego de un momento de silencio se invita a cantar La Oracin, o bien, a hacer
peticiones espontneas.
Este tiempo concluye con la oracin del Padre Nuestro.
Tiempo de Contemplar
LA MIRADA DE JESS
Un lector lee lo siguiente:
En el Evangelio de Lucas podemos leer.
Le dijo Pedro: Hombre no s de qu hablas. Y en aquel momento, estando an
hablando, cant un gallo, y el Seor se volvi y fij su mirada en Pedro... Y Pedro
saliendo afuera, se puso a llorar amargamente (Lucas 22, 60 62)
Otro Canto.
Yo he mantenido una relacin bastante buena con el Seor. Le peda cosas,
conversaba con l, cantaba sus alabanzas, le daba gracias... Pero siempre tuve la
incmoda sensacin de que l deseaba que lo mirara a los ojos..., cosa que yo no
haca. Yo le hablaba, pero desviaba la mirada. Cuando senta que l me estaba
mirando, yo miraba siempre a otra parte. Y saba porqu: tena miedo.
Pensaba que en sus ojos iba a encontrar una mirada de reproche por alguna falta
de la cual no me hubiera arrepentido. Pensaba que en sus ojos iba a descubrir
una exigencia: que haba que l deseaba de m. Por fin, un da, reun el suficiente
valor y lo mir a los ojos y descubr que en su mirada no haba reproche ni
exigencia. Sus ojos se limitaban a decir: Te quiero... Me qued mirando fijamente
durante largo rato y segua escuchando el mismo mensaje: Te quiero.

Y, al igual que Pedro, sal afuera y llor.


Una vez que haya ledo, se deja un momento ms largo de silencio.
Despus todos cantan: Vuelvan los ojos hacia el Seor
Conclusin
Presidente: Estamos llegando al final de esta celebracin. Sin duda el Seor ha
estado presente entre nosotros. Los invita a acercarse al altar y a encender su
vela desde el cirio.
Lo hacemos en silencio (mientras tanto se pone msica de fondo).
Una vez que todos tengan su vela encendida alguien lee el texto con que
iniciamos esta celebracin:
Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminar en tinieblas. Todos cantan
levantando sus velas: Esta es la luz de Cristo.
Entonces, con la vela encendida en la mano, se entona un canto eucarstico y el
sacerdote da la bendicin con el Santsimo, como de costumbre. (si no hubiera
sacerdote o dicono, y la adoracin es ante el Sagrario, slo se contina).
Posteriormente, todos de rodillas, se reza y se repite:
Bendito sea Dios,
Bendito sea su Santo Nombre,
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jess.
Bendito sea su Sagrado Corazn.
Bendita sea su Preciosa Sangre.
Bendito sea Jess en el Santsimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espritu Santo Consolador.
Bendita sea la incomparable Madre de Dios, la Santsima Virgen Mara.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepcin.
Bendita sea su gloriosa Asuncin.
Bendito sea el Nombre de Mara, Virgen y Madre.
Bendito sea San Jos, su casto esposo.
Bendito sea Dios en sus ngeles y en sus Santos.
Al final el que preside guarda el Santsimo en el Tabernculo.
Los presentes dirigen la vela y la mirada hacia la imagen de la Virgen.
El que preside:
El Cuerpo de Cristo que hemos adorado se form en el seno de la Virgen
Mara.
Los ojos de Cristo que nos han mirado se formaron en la contemplacin de su
Madre, Mara.

El corazn de Cristo que nos ha amado se form junto al corazn de Mara.


Por eso a ella cantamos.
Magnificat El Seor ha hecho en m maravillas...
Terminado el canto, todos inclinan su cabeza y se hace la siguiente oracin:
Oh Dios, que nos diste el verdadero pan del cielo, concdenos, te rogamos, que,
con el poder del alimento espiritual, siempre vivamos en ti y resucitemos glorioso
en el ltimo da.
Por Jesucristo nuestro Seor.
Finalmente se apagan las velas, y cada uno sale de la capilla haciendo una
genuflexin.

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