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MONS. FERNANDO ARAS RIFAN

Obispo y Administrador Apostlico

Tradicin y
Magisterio vivo de la Iglesia
Orientacin pastoral
Instruccin y orientacin dirigida a los sacerdotes y fieles
de la Administracin Apostlica personal de San Juan Mara Vianney
y a los dems catlicos vinculados con la liturgia tradicional
a los cuales pueda resultar til

Traductor

BRUNO MORENO RAMOS

Fundacin GRATIS DATE

Apartado 2154 - 31080 Pamplona, Espaa
ISBN 84-87903-86-X, DL NA 822-2012
Grficas Lizarra, S.L., Ctra. de Tafalla km. 1 - 31132 Villatuerta, Navarra

Mons. Fernando Aras Rifan Tradicin y Magisterio vivo de la Iglesia

Presentacin
de la edicin espaola
La presente obra, Tradicin y Magisterio de la Iglesia, tiene por autor al
Excmo. Sr. Don Fernando Aras Rifan,
Obispo de la Administracin Apostlica Personal San Juan Mara Vianney, de
Campos (estado Ro de Janeiro, Brasil).
La Administracin Apostlica es una
circunscripcin eclesistica que se equipara a una Dicesis (CIC c. 368); una
porcin del pueblo de Dios, cuyo cuidado pastoral es confiado a un Administrador Apostlico, que gobierna en
el nombre del Sumo Pontfice (c.371 2).
La Congregacin para los Obispos,
por el Decreto Animarum bonum (18-I2002), cre la Administracin Apostlica San Juan Mara Vianney, estableciendo jurdicamente la voluntad del
Papa Juan Pablo II, expresada en su carta autgrafa Ecclesia unitas (25-XII2001), escrita para guardar en la unidad eclesial a los sacerdotes y fieles vinculados a las anteriores formas litrgicas y disciplinares del Rito Romano (Liturgia de San Po V).
Dom Fernando Aras Rifan, nacido
en So Fidlis (Estado Ro de Janeiro),
entr en el Seminario Diocesano a los
12 aos de edad, y fue ordenado sacerdote a los 24 aos (8-XII-1974) en la
Catedral-Baslica del Santsimo Salvador, en Campos, por el Excmo. Sr. Obispo, Don Antnio de Castro Mayer, que

fue el Obispo diocesano durante 33 aos

(1948-1981). Este Obispo fue el formador de la mayora de los sacerdotes que
hoy componen la Administracin Apostlica. Siempre muy fiel al Magisterio
de la Iglesia, Don Antnio conserv
tambin en la dicesis la Misa en la forma extraordinaria del Rito Romano.
Mons. Aras Rifan fue secretario particular del Obispo diocesano, Director
diocesano de la Enseanza Religiosa,
profesor de filosofa en el Seminario,
miembro del Consejo presbiteral y del
Colegio de Consultores, y prroco de
la Parroquia de Nuestra Seora del Rosario, de la ciudad de Campos de Goytacazes.
Acogiendo la peticin del Papa Juan
Pablo II, con el fin de resolver el problema de la divisin de los catlicos en
la Dicesis de Campos, Mons. Aras Rifan fue enviado a Roma como portavoz
de los sacerdotes de la Unin Sacerdotal San Juan Mara Vianney. En las conversaciones con la Santa Sede esta misin, gracias a Dios, lleg a buen trmino, y el Santo Padre cre la Administracin Apostlica Personal San Juan
Mara Vianney.
El primer Obispo de esta Administracin Apostlica fue Dom Licnio Rangel, cuyo reconocimiento cannico coincidi con la creacin de la misma Administracin Apostlica (18-I-2002). El
Papa Beato Juan Pablo II eligi como
Obispo coadjutor al Excmo. Sr. Don
Fernando Aras Rifan, actual Obispo de
la Administracin al fallecimiento de
Dom Licinio (16-XII-2002). Don Fernando recibi la ordenacin episcopal
de manos del Sr. Cardenal Daro Castrilln Hoyos, prefecto de la Congregacin del Clero (18-VIII-2002), y fue

Prefacio

nombrado Obispo Administrador Apostlico de la misma Administracin, viniendo a formar parte de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil
(CNBB).
El ttulo original de la obra que ahora
presentamos es Orientao pastoral
O Magistrio vivo da Igreja (2005). En
su edicin francesa se titula Tradition et
Magistre vivant (ditions Sainte-Madeleine, Monastre du Barroux, France,
2007). La traduccin espaola de Bruno Moreno, que ha utilizado la edicin
original portuguesa y su versin en francs, ha sido aprobada por el Autor.
Creemos que es sta una de las obras
ms valiosas para promover una interpretacin catlica del Concilio Vaticano II y para rechazar la falsa interpretacin de los modernistas, que en cierto
modo coincide con la que hacen los tradicionalistas extremos, segn la cual en
no pocas graves cuestiones el Vaticano
II habra establecido una ruptura con el
Magisterio anterior de la Iglesia.
Agradecemos mucho a Mons. Aras
Rifan la autorizacin que nos ha concedido para publicar su obra. Quiera Dios
que preste una gran ayuda espiritual a
los lectores de habla hispana.
Fundacin GRATIS DATE

Siglas
CIC: Codex Iuris Canonici
CEC: Catechismus Catholic Ecclesi
DzSch: Enchiridion Symbolorum Definitionum et declarationum de rebus fidei et
morum, Heinrich Denzinger - Adolf Schnmetzer, edit. Herder.

Prefacio del Autor

a la edicin espaola
He escrito esta sencilla Orientacin
pastoral sobre el Magisterio vivo de la
Iglesia* para los sacerdotes y fieles de
nuestra Administracin Apostlica, pero
creo que ser til tambin para los sacerdotes y fieles de otros pases, especialmente los de lengua espaola. Algunos de estos ltimos me han pedido
una versin en espaol y mis amigos de
la Fundacin Gratis date generosamente me ofrecieron realizar la traduccin,
lo que les agradezco mucho, as como
el excelente trabajo de traduccin de
Bruno Moreno Ramos.
Os ruego que la recibis y la leis con
un sincero espritu de la fidelidad a la
Santa Iglesia y con amor por la verdad
(ni siquiera sera necesario recordarlo,
porque conozco vuestro espritu catlico).
He intentado basarme en el Magisterio de la Iglesia, defendindolo de muchas ideas extraas, que por desgracia
son muy comunes hoy en da en los
mbitos catlicos.
_____________
* La presente Orientacin pastoral contina y complementa lo expuesto en mi Instruccin pastoral sobre el papa y el Magisterio de la Iglesia, acompaada de un catecismo sobre el mismo tema, con fecha del
24-IV-2005, con ocasin de la inauguracin
del pontificado del papa Benedicto XVI.

Mons. Fernando Aras Rifan Tradicin y Magisterio vivo de la Iglesia

San Po X nos ensea: el primer y

principal criterio de la fe, la regla suprema e inquebrantable de la ortodoxia
es la obediencia al magisterio siempre
vivo e infalible de la Iglesia, establecido por Cristo como columna et firmamentum veritatis, columna y fundamento de la verdad (alocucin Con vera
soddisfazione, 10/05/1909).
Leed, por favor, esta Orientacin con
calma y reflexin, sobretodo la primera
parte, recordando que las otras dos partes, que versan sobre las consecuencias
prcticas y la aplicacin de los principios, deben leerse a la luz de la primera
parte, que es de tipo terico. Se trata de
un tema doctrinal muy grave, que afecta a los principios dogmticos de la fe
catlica.
Como digo en el texto, hemos tomado nicamente como guas y como luz
a la doctrina de la Santa Iglesia, transmitida por su Magisterio asistido siempre por el divino Espritu Santo, y al
compromiso de nuestra conciencia para
con Dios, Nuestro Seor, la Santa Iglesia y las almas, sin dejarnos llevar por
consideraciones y juicios humanos.
Vuestro amor por la Iglesia y vuestro
deseo de ser fieles a su doctrina os har
entender todas las explicaciones contenidas en este escrito. Creemos que estas explicaciones, aunque incompletas,
sern suficientes para que los catlicos
entiendan el problema y acepten la gua
de la Iglesia, aunque somos conscientes de que, para aquellos con buen espritu y especialmente aquellos con un
buen criterio catlico, no hacen falta

muchas explicaciones, mientras que,

para aquellos que no los tienen, por desgracia, ninguna explicacin ser suficiente.
Afortunadamente, despus de la publicacin de esta Orientacin pastoral,
tuvimos la satisfaccin de recibir con
gratitud la carta apostlica del Santo
Padre, el Papa Benedicto XVI, en forma de Motu Proprio Summorum Pontificum, en el que, en un gesto de bondad
y generosidad, abriendo de par en par
su corazn, como l mismo dijo, y
buscando la reconciliacin interna en
el seno de la Iglesia, liber para todo
el mundo, como forma extraordinaria,
el uso de la forma antigua del nico rito
romano, junto a su forma ordinaria, la
Misa segn el rito de Pablo VI, actualmente en vigor en la Iglesia.
Y, para hablar en trminos de reconciliacin y convivencia, recordemos que
la nueva forma (ordinaria) de la Misa
busca conseguir una mayor participacin, mientras que la forma antigua (extraordinaria) expresa mejor la sacralidad
y la reverencia debida al misterio eucarstico. Por esta razn, el Papa afirma que las dos formas de uso del Rito
romano pueden enriquecerse mutuamente. Por lo tanto, as como el antiguo misal se enriquecer con nuevos
santos y nuevos prefacios, en la celebracin de la Misa segn el Misal de
Pablo VI, se podr manifestar, con ms
fuerza de lo que a menudo se ha conseguido hasta ahora, aquella sacralidad
que atrae a muchos hacia el rito antiguo**.

_____________
**Benedicto XVI, Carta a los Obispos, que acompaa el Motu Proprio Summorum
Pontificum (7-VII-2007).

Prefacio

Nuestra Administracin Apostlica,

que ya tena este privilegio concedido
por la Santa Sede, aplaude calurosamente esta iniciativa del Santo Padre, tan
beneficiosa para toda la Iglesia, y expresa su agradecimiento.
La publicacin en espaol de esta
Orientacin Pastoral coincide con el 50
aniversario de la apertura del Concilio
Vaticano II, ocasin, por lo tanto, muy
oportuna para reflexionar sobre el mismo, al cual dedicamos la tercera parte
de este opsculo.
Por parte de los catlicos ms afectos
a la Tradicin, existe una tendencia
equivocada a afirmar que es posible rechazar sus documentos, los cuales no
seran obligatorios, al no ser infalibles
o definitivos, olvidando que son enseanzas oficiales del Magisterio verdades del tercer apartado de la Profesin
de Fe (cf. Ad tuendam fidem can. 752,
1371, 1), que forman parte del Magisterio autntico a las cuales debemos
prestar nuestro asentimiento religioso,
interno y externo, de la voluntad y de la
inteligencia.
El Catecismo de la Iglesia Catlica
nos ensea:
La asistencia divina es tambin concedida a los sucesores de los apstoles, cuando ensean en comunin con el sucesor de
Pedro (y, de una manera particular, al obispo de Roma, Pastor de toda la Iglesia), aunque, sin llegar a una definicin infalible y
sin pronunciarse de una manera definitiva, proponen, en el ejercicio del magisterio ordinario, una enseanza que conduce a
una mejor inteligencia de la Revelacin en
materia de fe y de costumbres. A esta enseanza ordinaria, los fieles deben adherirse
con espritu de obediencia religiosa (LG
25) que, aunque distinto del asentimiento

de la fe, es una prolongacin de l (CEC

892).

En nuestra Orientacin Pastoral, recordamos la distincin que debemos

realizar entre las discusiones pastorales
y el texto de la promulgacin oficial de
los documentos, que son los nicos que
exigen nuestro asentimiento.
Tambin recordamos que, en la relacin entre el Magisterio y la Tradicin,
debemos considerar que, aunque la Tradicin y la Sagrada Escritura constituyen el fundamento de cualquier afirmacin del Magisterio, en el orden del conocimiento es del Magisterio de quien
recibimos esa afirmacin.
Es el Magisterio quien me hace conocer lo que pertenece o no a la Tradicin apostlica; no soy yo quien debe
juzgar al Magisterio en funcin de lo
que puedo comprender de la Tradicin.
Si bien el Magisterio no est por encima de la Tradicin ni de la Sagrada Escritura, s que est por encima de todas
nuestras interpretaciones de la Tradicin y de la Sagrada Escritura.
Esto es lo que explic claramente el
Beato Juan Pablo II al entonces cardenal Joseph Ratzinger:
...no es lo antiguo como tal ni lo nuevo
en s mismo lo que corresponde al concepto exacto de la Tradicin en la vida de la
Iglesia. Este concepto designa, en efecto,
la fidelidad duradera de la Iglesia a la verdad recibida de Dios a travs de los acontecimientos mutables de la historia. La Iglesia, como el padre de familia del Evangelio, saca con sabidura de su tesoro lo viejo y lo nuevo (cf. Mt 13,52), mantenindose en la obediencia absoluta al Espritu
de la Verdad que Cristo entreg a su Iglesia
como gua divino. Esta delicada tarea de dis-

Mons. Fernando Aras Rifan Tradicin y Magisterio vivo de la Iglesia

cernimiento la lleva a cabo la Iglesia por

medio de su Magisterio autntico (cf. LG
25)***

Gracias a Dios, despus del Concilio

Vaticano II, el Magisterio de la Iglesia
nos ha dado muchos documentos que
esclarecen su verdadero sentido y nos
muestran el camino de la verdad catlica.
As, recibimos con gran alegra el documento en forma didctica del 10 de
julio 2007: las Respuestas a las preguntas acerca de ciertos aspectos de la
doctrina sobre la Iglesia de la Congregacin para la Doctrina de la Fe, ratificadas y confirmadas por el mismo Santo Padre, que ha ordenado su publicacin, velando una vez ms para ofrecer,
en contra de la interpretacin modernista, la interpretacin catlica oficial de
los textos del Concilio Vaticano II.
Estos documentos confirman la enseanza que damos en nuestra presente
Orientacin pastoral sobre el magisterio vivo de la Iglesia, lo cual nos
proporciona un gran consuelo, porque
sabemos que estamos en perfecta armona con las enseanzas del Santo
Padre y del Magisterio de la Iglesia
en las circunstancias actuales.
En relacin con esta Orientacin
Pastoral, recib una carta de la Congregacin para la Doctrina de la Fe
del 28 de abril de 2008, que presenta
el siguiente dictamen:

sia... La obra tambin parece adecuada para

los fieles que la lean sin prejuicios.

El cardenal Daro Castrilln Hoyos,

en su discurso ante la Asamblea de la V
Conferencia del CELAM, en Aparecida, el 16 de mayo de 2007, en referencia a nuestra Administracin Apostlica y a su influencia en la decisin del
Papa, influencia que se debi a las buenas relaciones entre la dicesis de Campos y nosotros, recuerda los buenos frutos que estas relaciones han producido,
despus de nuestro reconocimiento cannico. stas son las palabras del cardenal:
...los fieles que se han inscrito en la Administracin Apostlica estn contentos de
poder vivir en paz en sus comunidades
parroquiales. Y lo que es ms, algunas dicesis del Brasil han establecido contactos
con la Administracin apostlica de Campos, la cual ha puesto a su disposicin sacerdotes para la atencin pastoral de los

La respuesta y los argumentos contenidos en la obra de Su Excelencia Dom

Fernando Rifan son doctrinalmente vlidas y acordes con el Magisterio de la Igle_____________
*** Carta In questo periodo al cardenal Ratzinger (04-VIII-1988: AAS, 1988, pgs. 11211125).