La Pulsion de Muerte-6
La Pulsion de Muerte-6
La Pulsion de Muerte-6
Luis Crdoba:
Continuamos con el encuentro. Hoy nos encontramos con Silvia Bleichmar. Los
encuentros con Silvia siempre son no slo enriquecedores sino estimulantes...
y bueno, va a continuar con el tema que nos convoca: Pulsin de Muerte.
Adelante
Silvia Bleichmar:
Le deca antes de empezar, a Luis Crdoba que senta mucho entusiasmo de
poder debatir este tema, tema controvertido en Psicoanlisis -ya parece que
hubo controversias en las reuniones de ayer- tema que confronta problemas
nodales de la teora y la clnica freudiana y que implica adems abordar una
cierta audacia porque al enfrentarlo uno tiene que ir desplegando las
contradicciones de la obra freudiana y al mismo tiempo replantendose qu
validez conserva hoy este concepto en nuestra prctica y en nuestra teora.
Hasta dnde el concepto de Pulsin de Muerte sigue teniendo algn tipo de
raigambre en nuestro pensamiento cuando nos dirigimos al proceso de la cura
y cuando abordamos los fenmenos resultantes o los obstculos del proceso de
la cura en el movimiento de teorizarlos.
De qu manera funciona el concepto de Pulsin de Muerte en la
metapsicologa de bolsillo de los analistas, como dice Laplanche. Cada
psicoanalista tiene una metapsicologa de bolsillo, un conjunto de conceptos
con los cuales se aproxima a la clnica, con los que la piensa y que est
permanentemente en el trasfondo de su procesamiento. Y de qu manera hay
conceptos que implican tal vez elementos ltimos a partir de los cuales
pareceran no estar implicados directamente en los pequeos movimientos
con los que vamos resolviendo nuestra tarea y que sin embargo, ofrecen un
horizonte de fondo sobre el cual se van pensando.
Yo creo que el concepto de pulsin mismo es un concepto en discusin hoy en
Psicoanlisis. Es un concepto en discusin desde varios ngulos. Desde los
ordenamientos que se hicieron a partir de los aos 60' aproximadamente en
Francia, a partir de los 70' en Argentina, fue desgajndose cada vez ms un
claro intento por desbiologizar la pulsin y por ubicar una perspectiva para
ella que la desprendiera definitivamente del instinto.
Es muy interesante... en el Coloquio de la Federacin Europea de
Psicoanlisis, al cual me voy a referir varias veces, Coloquio de 1984, Hanna
Segal dijo que los ingleses deban revisar su traduccin del concepto y que no
podan seguir llamando instinto al Trieb freudiano sino que tenan que
empezar a llamarlo pulsin, en el sentido en que fue planteado por los
franceses. Modelo, si Uds. quieren, de pensamiento psicoanaltico en una
clsico pero controvertido (la misma opcin que eligi la Escuela hoy).
Volviendo a aquel de la Pulsin de Muerte es la segunda opcin la que fue
tomada..." Introducido por Freud en 1921 en "Ms all del principio del Placer"
se trataba en efecto de uno de los conceptos ms discutidos de la teora
psicoanaltica. Y no es justo, en efecto, situar los conceptos nuevos
introducidos en Psicoanlisis en el mismo plano epistemolgico Numerosos son
aquellos que responden a una perspectiva esencialmente operatoria y que
definen un procedimiento para aislar nuevos datos clnicos de observacin; tal
es el caso, por ejemplo, para el concepto de sistemas primarios y secundarios
de pensamiento o para el de compulsin de repeticin. Otros permiten ubicar
operaciones de pensamiento y modalidades de la accin; tal es el caso para
aquel de libido y agresividad. El concepto de Pulsin de Muerte obedece a una
tercera finalidad; se trata, en realidad, de formalizar una teora general que
organiza un ms vasto sistema explicativo de interaccin de los procesos
psquicos.
La compulsin de repeticin es un problema de la clnica. Lo que la
determina, el principio general que rige el funcionamiento psquico es un
problema metapsicolgico que debe dar cuenta de los modos de la compulsin
de repeticin.
En principio, entonces, uno tendra que remitirse a las grandes cuestiones
planteadas por los ejes tericos, para preguntarse para dnde va el concepto
de Pulsin de Muerte y podramos ubicar tres o cuatro elementos: en primer
lugar problemas que siguen vigentes en relacin a: Principio de Nirvana,
Principio de Constancia, Principio Placer-Displacer, Principio de Inercia
Neuronal.
Voy a empezar por el de Inercia Neuronal porque es el de Freud de 1895 y
despus retomo los otros. Se trata de una tendencia general del alma o del
aparato psquico a evacuar cantidades que lo perturban. El elemento
interesantsimo que plantea Freud ah es que el Principio de Inercia Neuronal
es quebrantado desde los orgenes de la vida por la intrusin del semejante. A
partir de la vivencia de satisfaccin es imposible la descarga a cero, porque
algo queda inscripto y cada vez que haya un ingreso de energa al aparato
sern recompuestas las relaciones o las ligazones con aquellas vivencias
inscriptas que forman un todo en la satisfaccin. No es que se recrea el
objeto, se recrea la vivencia en su totalidad. Uno para decirlo de una manera
ms brutal podra decir: no es el pecho lo que es recreado, es la boca con el
pezn en su conjunto, es la complementariedad de ambos. Y ms todava,
podramos plantear -y para esto podemos retomar el modelo de la Carta 52que no es tampoco el objeto ni la boca sino los signos de percepcin ligados a
ellos; con lo cual el tema de la alucinacin primitiva no es la evocacin de un
objeto real sino que es la forma en que operan signos de percepcin inscriptos
una vez que han entrado a formar parte del entramado psquico Principio de
Inercia Neuronal que uno podra asimilarlo al Nirvana.
En mi opinin, el Nirvana slo podra ser considerado del lado de lo
autoconservativo y nunca de lo sexual. La descarga del aparato no podra ser
nunca 0 una vez que estn producidos elementos de base en l que permitan
que algo siga operando, generando energa psquica interna o endgena. De
manera que yo no comparto con muchos autores la idea de que el Principio de
Nirvana sera un postulado mximo del Psicoanlisis sino que es efecto de la
tiempo de tener un yo que narcisiza, es lo que abre lo que Freud llam 'vas
colaterales de investimiento' en el "Proyecto..." Las vas colaterales de
investimiento estn definidas por el hecho que la madre cuando da de mamar
-y por supuesto est en una perspectiva sexual del lado de su inconciente- en
esta mamada al mismo tiempo sostiene el cuerpo del beb abre vas
colaterales, acaricia, habla y crea ramificaciones sobre las cuales se va a
producir un entretejido psquico.
En este caso yo no podra llamar a la pulsin ni parcial ni perversa -y en esto
coincido con Lacan respecto a que la pulsin se caracteriza por su acefala,
que cuando hay sujeto hay posicin frente a la pulsin, que en el momento en
que la pulsin est operando al margen de las estructuraciones subjetivas
posteriores la pulsin es y no es ni parcial ni perversa... Pero no podra ser de
otro modo y esto es lo que sigue ocurriendo a lo largo de la vida cuando hay
ejercicios pulsionales y no hay posicionamiento subjetivo frente a estos
ejercicios. En todo caso voy a dar algunos ejemplos.
Para poder tomar entonces, una pequea sntesis los elementos que les estoy
proponiendo dira lo siguiente: instalacin del inconciente a partir de
inscripciones representantes de base, retranscripciones de estas inscripciones
-propuesta de Freud en la Carta 52- rehusamiento de transcripcin en la
represin originaria, operancia de aspectos inconcientes que implican no de
modo homogneo una misma forma de funcionar. Es decir, el fantasma
inconciente, las formas en que se van estructurando ligazones, son diversas a
los modos pulsionales puros que pueden seguir operando cuando no se han
producido religazones de dos mismos y pueden persistir a lo largo de la vida
del sujeto bajo modos de compulsiones perversas en algunos casos y en otros
casos organizan toda la tpica bajo un modo de posicionamiento subjetivo.
Uds. se dan cuenta que, a medida que voy avanzando, cada vez menos voy
ubicando la Pulsin de Muerte del lado de la agresividad. Y ac quisiera
reubicar otras cuestiones.
Los informes de la Federacin Europea coinciden en que hay una ausencia
directa de referencia al modelo biolgico; se puede dejar de lado el modelo
biolgico para pensar la Pulsin de Muerte. Esto sera un acuerdo.
Desempea la compulsin de repeticin un papel fundamental respecto a la
Pulsin de Muerte -todos comparten esto- pero... es la Pulsin de Muerte una
antipulsin o es el prototipo mismo de la pulsin? Ah es donde se abren las
diferencias tericas centrales, y hay dos autores que toman a su cabeza esto,
que son Green y Laplanche. -Hay caras ah que dicen que no-, hoy en la
polmica actual los dos autores que se han enfrentado en el Coloquio son
estos. Despus podemos ver que hay una historia en Psicoanlisis que avala
estas dos posiciones; pero de todos modos me quiero detener en estos porque
son autores de discusin actual, de vigencia.
Por ejemplo, la Pulsin de Muerte para Green implica la cuestin de la
desobjetalizacin; la Pulsin de Muerte para Laplanche est ms all del
problema de lo objetal o de lo no objetal porque lo que est en juego es el
objeto de la pulsin y no el objeto de amor.
Ac se arrastra un problema freudiano que es la cuestin de las relaciones
entre autoerotismo y narcisismo. Freud oscila en la obra, en el texto de
"Introduccin del Narcisismo" por ejemplo, es muy claro que el narcisismo
sucede al autoerotismo. En eso no hay ninguna duda.
fantasmtica pura.
Dice, "...nos encontramos en un modelo azaroso, un mundo en el cual la
reversibilidad y el determinismo son slo aplicables a situaciones lmites y
casos simples siendo por el contrario la regla, la irreversibilidad".
Posiblemente, podramos pensar el ejercicio de los modos no ligados
permanentes idnticos de ciertas compulsiones de repeticin constituyen
estos casos lmites pero no son el modo general de funcionamiento de la
clnica. 'El hecho de que cada molcula no cambie durante el proceso -dicecaso de un gas que ha alcanzado progresivamente una temperatura uniforme
implica que el tiempo no defina el sistema como un todo. No es a nivel de la
molcula donde se juega la cuestin sino a travs de la totalidad". La famosa
ilusin de desmantelamiento del inconsciente, la famosa teora extractiva que
haca que los nios fueran analizados de los cinco a los noventa y cinco aos,
porque el inconsciente era una bolsa de fantasmas de las cuales haba que ir
extrayendo hasta que se vaciara, indudablemente perda de vista un eje
freudiano central, que es que lo inscripto constituye los fondos de lo
inconsciente y de lo que se trata es su recomposicin a travs de
rearticulaciones
significantes
reelaboraciones
que
permitan
desactivamientos que no pongan en riesgo permanente al aparato en cuestin.
La Ciencia ha descubierto nuevamente la realidad del tiempo, podr el
Psicoanlisis hacer lo mismo? Tenemos, en Psicoanlisis, una serie de
conceptos que nos permiten replantear la cuestin de la temporalidad. La
temporalidad no como temporalidad de conjunto del aparato. Uds. saben que,
en el inconsciente, la temporalidad deviene sistemas de recorridos espaciales.
El tiempo en el inconsciente es espacio, no hay secuencia lgica, la
temporalidad, la historicidad es una cuestin del preconciente. Pero, a
medida en que nosotros retrabajamos las representaciones inconscientes,
rearticulamos trayectorias, rearticulamos modos de engarzamiento que hacen
a que la captura por la temporalidad de parte del preconciente vare.
Quisiera retomar una sola cuestin que es la siguiente: hay algo que funciona
como un principio general de la obra freudiana y que es el hecho de que lo
inconsciente, lo inscripto tiende permanentemente a seguir sistemas de
recorridos que tienden a pasar al polo motor. Se ha trabajado en exceso con
el concepto de regresin en Psicoanlisis y no se ha pensado esta cuestin de
la progresin. Qu pasa cuando lo inconciente progresiona; cuando en
realidad se trata de tener una teora traumtica de las neurosis, no una teora
de las neurosis traumticas, que d cuenta de que lo que desencadena una
neurosis no es un simple desencadenamiento, sino que es una rearticulacin
por aprs- coup de sistemas representacionales previamente inscriptos y que
entonces, aquello que est inscripto travs de una historia, puede producir en
ciertos momentos formaciones patgenas que no son simplemente
desencadenadas sino que son recompuestas. No es que haba una neurosis
inconciente y que un da se reactiv y apareci; es que haba sistemas de
representaciones inconcientes en los cuales, el acontecimiento como azar,
entra en forma significante y rearticula estos sistemas, entonces, teora
traumtica de las neurosis.
Si nosotros trabajamos con una teora traumtica las neurosis sabemos que la
gran cuestin del aparato psquico es el retorno permanente de lo reprimido y
que bajo la forma del Principio de Constancia algo tendr constantemente,
una vez que se ha investido, tendencia a la descarga bajo los modos que el
aparato pueda. Podr ligarlo o podr producir un pasaje a lo motriz o lo
pasar al cuerpo, algo har, el aparato, con las cantidades que le ingresan.
En la mayora de los pacientes neurticos lo que se producen son formaciones
del inconciente, formas de religazn o de recomposicin. Pero Freud
planteaba esta tendencia originaria del aparato, un principio de
funcionamiento, un ms ac del Principio del Placer en el cual lo que no se
liga puede emerger en forma pura. Cuestin de la psicosis. Ah es donde yo
planteo que hay un doble estatuto de lo inconciente: un estatuto que tiene
que ver con lo ligado bajo formas diversas, ligado al lenguaje del
preconciente bajo formas diversas, y algo que permanece bajo las formas de,
si Uds. quieren, con lo que tendra que ver con traumatismos masivos sufridos
en momentos en que el aparato no estaba en condiciones de simbolizarlo Por
ejemplo, en algunas adopciones producidas en ciertos momentos de la vida
donde ya hubo inscripciones originarias los objetos posteriores ofrecidos son
metforas de los objetos originarios pero nunca devienen metonimias. Hay
lazos que se han cortado, lazos de contigidad que se cortaron; esto
permanece bajo el modo de lo arcaico y la sensacin extraa que a veces
tenemos en algunas sesiones con nios adoptivos de que hay una parte
disociada que emerge en cierto momento y que no tiene que ver con el
material general con el cual la sesin estaba siendo llevada. El nio puede
tirarse en un rincn, empezar a tocar algo, usar ciertas cosas, buscar
texturas, meterse en agua, tienen que ver ms con lo arcaico que con lo
originario. No es necesariamente lo que est en los orgenes de la vida sino
que aquello que, estando en los orgenes de la vida, se funda por represin y
se fija al inconciente. Estas son formas como no fijadas.
En otros casos, cuando se sufren traumatismos muy graves lo arcaico
reaparece tambin y la categora de arcaico, entonces, yo la tomara ms en
el sentido de algunos desarrollos que hace Piera Aulagnier, donde de lo que se
trata es de algo que habiendo sido inscripto nunca pudo ni simbolizarse ni
haber sido absorbido por el tejido psquico.
Uds. saben que el modelo del "Ms All se caracteriza por plantear que
todo traumatismo tiene que ser o ligado o contrainvestido. Los traumatismos
masivos en algunos casos no son religados nunca y lo que se produce es una
especie de cicatriz queloide en el psiquismo, efectos de contrainvestimientos
masivos que no pueden ser soldados. Tema para pensar seriamente en los
sobrevivientes de guerra o en la gente que ha pasado por situaciones
extremas.
Esto no quiere decir que la totalidad del aparato quede insensibilizada sino
que, quedan ncleos insensibilizados, cicatrices queloides con las cuales el
analista tiene que ser sumamente cuidadoso porque estn al servicio de la
preservacin de un estallido.
El ejemplo que quiero dar es el de una paciente que haba pasado por
situaciones muy extremas durante la guerra Una paciente a la cual le he
tomado en distintos momentos, distintos fragmentos y que por el nivel
gravemente traumtico que haba tenido aparecan entonces, formas de
repeticin o de compulsin, algunas que parecan sintomales y otras no tanto.
Lo interesante era lo siguiente: ella iba contando episodios no ligados sino
como relato, y en cierto momento aparecan formas conductuales en el
se haya planteado ayer y hoy en esta Jornada pienso que abre la perspectiva
de un reposicionamiento respecto a lo sexual, a la cuestin de la Pulsin de
Muerte y de una reubicacin frente a deslizamientos permanentes que
estamos sufriendo.
La sexualidad siempre -Freud deca, y parece mentira estando en 1991- sigue
perturbando a los hombres. La sexualidad infantil, lo inconciente... Y los
analistas somos seres humanos e indudablemente a veces nos fatiga sentir que
nos movemos en los lmites de la vida y la muerte psquica. Pero creo que si
podemos discutir ampliamente estos temas vamos a poder construir una
perspectiva en la cual el Psicoanlisis no se agote en un juego de
edulcoraciones, vamos a poder enfrentarnos un poco mejor a los fracasos
permanentes de nuestra prctica y plantearnos una tica de la transformacin
que tiene que ver con que estamos permanentemente hacindonos cargo no
solamente de un sufrimiento sino de un sufrimiento mortfero.
Luis Crdoba:
Le agradecemos mucho a Silvia su participacin en este Encuentro y como
siempre, dira...nos gusta tu estilo, Silvia. Gracias.
Silvia Bleichmar:
Gracias a ustedes.