LLUVIAS-SJ Perse Trad. Lezama LIma

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7

O RI GEI\TES
,o Itl

LA HABAN A. 1946

NM. 9

Ll uvras
EL rbol Banyan de la lluvia saefl sus cirrientos de la Ciudad,
lln polpero pib"o" mucstra sus bodas dc eoral en toda esta leche dc agua viva,
Y la idea desnuda como un rclcarlor en sus redes pcina en los jardinee del
rtreblo -.u r:abellcra tlc tlont:clla'
Centa, poerua, con pregoncs ,le arua la irtnlillrttrcia dcl tetrra,
Canta, poenra, con huellas de agra la evasin del tema:
Una elevada licencia en lo flaneos de las Vrgcnes profticas.
Una eclosin de ondas de oro en la noclc salvajc dcl linlo tostado,
Y nri lecho elaborado, oh frautle' en los eonfines de cse eueo,
All donde se aviva v crccc v vut'lvt: a ('a('r lE rosa ollscena del poema'
Ser-ror trrrrilrlc de nri rirao arrr est la ticrra httnealtdo en el asado jabal.
La arcilla viuda bajo cl agua vir{cr:. lr tit'rra lavarla de los rasos de los hornbree
insontnes,
Yo aspirada ms ccrr.a como ttl vino no r:s cierto qrle l)rovoca la prdida de
la nlenloria?
Seor, Seor terrilrle dc nri risa! hc atrr r'l r'('\'crs() rlt'l sttel-lo solrrt: la tierra,
Corno la resl)uesta dc las altas tlrtlts a los ellllrates tlcl hrar, aqrr" aqu,
La ticrra como lrnr coslrlrlrrc se('rctr. l lrota ltlet'a cn sus rarialt\; y nli
corazn visitado por ttna extraa vocal.

ll 171

II
Nodrizas muy Bospechosaso
acompar-ranteseon los ojos veladoe por la vejez,
oh lluvias por quien
EI hombre inslito conserva su c-asta
qu diremos esta noche de quien eondea
la cumbre de nuestra vigilia?
Sobre -que nuevo lecho, de cual irrseparable calteza derivarernos todava la
chiepa valedera?
Enmudeeidos Ios Andes eobre
techoo nrge rni aclamacin, y eso es para
vosotros, oh lluvias!
Llevar mi angustia delante de
en la runta de nuestras lanzae eI
ms claro de mis bienes!
La espuma en los labios del poema como una leche de coral.
Y esa que danza c'mo trn errcantador de serpientes en el prtico
de mie fraeee,
La idea ms desn'da que una espada en la lucha de las facciones,
Me ensear el rito y la mes.ra contra Ia impaciencia der poema.
seor terrible de mi risa, g'rdame de ra confesinode la
acogida y tlel eanto,
seor terrible de mi risa, cmo ofenden los ]abios del aguacero,
Cunto fraude eonsumido por nuestras altas rnigraciones.
En la noche claa del medioda, adelantamos una propoeicin
sobre Ia
Nueva esencia del ser... Oh humaredas que volis eobe la
piedra del atrio!
Y Ia lluvia tibia sobre nuestros techoe hizo bien en apagar
la lmpara en
nuestras manos.

ITI
Ht"^11T_9e Ior ;uerrerosde Assur eran ras artas ll'vias galopando
sohre ra

IIerra:
Cascosde_plumas y penachos, cspoliados por Ia plata
y eI cristal,
Como Dido removiendo eI marfil en las puertas de Cartaplo.

como la
9sp9-sade cortso ebria de arcilra y pintura, rotleada de grantles yerbas
apcrifas...
Ellae avivaron con la noche el azul al paso de nueetras
armas,
Ellaa plantaron el abril en eI fondo del espejo
de nuestras cmarar!
[1t8]

Y yo no me cuido de olvidar sus pisadas en el prtico de lae cmaras de


ablucin;
Guerreroso oh gu,erreros,por la lanza y- el acero agrrzadoscontra noeotros,
Bailarinas, oh bailarinas, mnltiplicadae por la danza y la atraccin.
Eetas son las armas abrazadas,stas son las tloncellas por carretas, una dis.
tribucin de guilas a las legiones.
Un levantarse de picae por las calleo para los nrs jvenes pueblos de la tierra,
haces rotoe de vrgenes disolutas,
Oh grandes cosechasno ligadas, Ia arnplia y viva cosecha invertida en los brazog
de los hombres.
...Y la Ciudad es de cristal eobre eu zcalo de bano, la ciencia en la boca
de lae fontanas.
Y el extranjero lee en nuestros nruros las grandes noticiae de Annona.
Hay frescura en nuestros muros? donde la Indiana esta noche habitar la caea
del .vecino.

IV
Relacionee hechas al Edil; confesiones hechas en nuetras puertas... Matadme,
dichas !
una lengua_nueva por todas partes ofrecida! Una frescura de aliento por el
mundo,
Como el soplo mismo del espritu, como la misma cosa rroferidao
Aun el ser?su esencia; aun la fuenteo su nacimiento:
Ah toda la efusin del dios salobrc sollre nurxtros rostros, y esa brisa en flor
Azuleando al borde de la yerba y adelantndose a las ms lejarras disidencias.
Nodrizas muy sospechosaso
oh sembradora de sporas, de semillas y de especiee
lgeras,
Qu caminoe a travs de cuales altulas nos traicionan,
Como a los pies de la tempestatl los nre bellos seree lapidados sobre la cruz
de eue alas.

ll l9l

que soemos y cn sorar perdamos


Qu vieitie tan lejos, que eg neccsario
la vida y aun eoemos?
qu otra condicin nos hablariais tan bajo que pcrdcmos la memoria?
de
Y
deeertis de nueatras camae, olt
JPor traficar entre nootros con cosaEsantas,
simonacoe?
En el fregco comercio con Ia niebla, all donde el cielo madura su gusto de
yaro y ventisquro,
Frecuentis el relmpago lujuriante y en la albura de las grandes atlroras
laceradae,
En eI puro velo rayado de una atracci divina, nos dice-s,-ohlluvias, -quenteva
i"ogo" eolicitar para vosotras la gra' .nein del fuego r-errle.

v
Sabamos que vuestra cercana fu plena de grandeza" hornbres del pueble,
eobre numtras magras escorias.
Pero nosotros habamos soado con las ms altas confidencias al prirner aorlo
del chubasco,
Y vosotrag noe restitus" oh lluvias!" a nuestra instancia httmana, con estc
gusto de arcilla bajo nueetras rnscaras.
En los ms altos parajes buscaremos nuestra rnemoria?... o si ten-ernosque
contar el olvido por las biblias de oro de los bajos follajes?
Nuestra fiebre pintada sobre los tuliperos dc sueo, la nlarcha sobre lo,i ojos
del estanque y la piedra rodada sobre Ia boca de los pozos, esos son
bellos temaE para elaborarlos de nuevo,
Como rosas ancianae en las manos de los invlidos de guerra... La colmena aun
eet en el huerto, la infancia en las prolongaciones del viejo rbol y la
escala prohibida cn la bella viudez tlel relnrpago...
Dulzura del gave, del loe, inspida la estacin en el honrbre sin error! Estr
ee la tierra caneada por las quemaduras clel espritu.
Lae lluvias verde se pintan en las ventanas dc los banqueros. Sobre las telas
tibias de las lluvias se borrar el rostro de los dioses rnujeres.
Y las ideas nuevas vienen a las mesas de los Edificadores de Inrperios a rendirles cuenta. Todo un pueblo nrdo ee levanta en nig fras.'s cn los
grandes mrgenes del poerna.

[120]

Levantad, levantado en Io ms alto de los promontorios, los catafalcos de los


Hapsburgos, las altas hogueras del hombre de guerra, los altos colmenaree
de la impostura.
Acechad, acechad, en lo ms alto de los promontorios, los grandee ogarios
de la otra guerra, los grandes osarios del hombre blanco donde la infancia
fu fundada.
Y que se oree sobre su silla, sobre su silla de .hiclro el hombre vctima
de las visiones que provocan a los pueblos.
Nosotros no terminaremos de ver arrastrado sobre la extensin de loe mareg
la hunareda de los grandes espectculos donde se carboniza la historia.
Mientras en las Cartujas y en las Lcproseras, un perfume de termes y de fram'
bruesas blancas hace surgir de los mirnbres a los Prncipee valetu.
dinarios:
Yo tena, yo tena ese gusto de vivir entre los hombres y he ah que la tierra
exhala su alma de extranjera.

VI
Dejad que ese hombre herido por esa soledad vaya a colgar en loe santuarioa
la mscara y el cetro de mando.
Pero yo llevo la eeponja y la hiel a las heridas de un viejo rbol cargado
con las cadenas de la tierra.
"Yo tenao yo tena ese gusto cle vivir lejos de los hombres y he aqu que
las lluvias..''o
'frnsfugae

sin rnensajes. Oh rnimos sin rostros, vosotros conducs a los confines de muy bellas siembras!
Hacia qu bellos fuegos de pastos los hombree deevan tus pasos en la noche,
por qu historias descubiertas
Ante ei fuelo de las ross en los cuartos, en los cuartos donde vive la somlra
flor del eexo.
Codiciis nuestrae mujeres y nuestras hijas cletrs de la reja de sue sueos
(Son los cuidados de las ancianas
En lo ms secreto de los cuartos, puroo oficios que nos llevan a pensar en el
taeto de los insectos...)
No sera mejor que entre nuestros hijos espigsemosel arnargo perfume viril
de los correajes de guerra (como un pueblo de Esfinges, cargado de
cifras y de enigmas, disputa el podero en la puerta de los elegidos.'.)

Ir2rl

Oh lluviae por las gue los trigos ealvajes invaden la Ciudad y los paredonee
de piedra ee erizan de irascibles cactuE,
Bajo mil pasos nuevoe son mil piedrae nuevas alegremerrte vieitadas... Detre
de las ventanas refreecadas por una invigible pluma, rendid vuestrag
cuentas, tallietas de diamantes!
Y el hombre duro entre la muchedumbre, se aorprende al soar con loe lquenee
de las arenae... "Yo teaa, yo tena eete gusto de vivir sin dulzura y he
aqu que las lluvias..." La vida asciende sobre lae ternpeetade en el ala
del deeprecio.
Pasad, mestizos, v dejadnos en nuestro acecho... Ae abreva de lo divino cuya
mecara ee de arcilla.
Toda piedra lavada de loe signos del canrino, toda hoja lavada de los eignos
de la adoracin, es la tierra regenerada de la tinta de loe copietas...
Paead y dejadnos con nuestras me viejas costumbres. Qu mi palabra todava
me anteceda! y cantarernos todava el canto de loe hombree que paean,
el canto agudo del viga:

VII
Innombrables son nueatros carninos y nuestras moradas inr:iertas. Ae abreva
de la divinidad cuyos labios son de arcilla., Voeotroe lavadoree de loa
muertos en las aguas nradres de la maaa, y eeta ee la tierra todava
em lae ztlrzas de la guema, lavad tambin[a casa.de los vivoa; lavad, oh
lluvias, el rostro triste de los violentoso el i-ostfo dulce de los violentos,
pues angostos son sus caminos y sus moradas inciertas.
Lavado oh lluviaso el lugar de piedra para los fuertes. En lae grandes mesae
se sentarn, bajo el arco de sus fuerzaso aquellos que nunca e embria.
garon con "t-;;
m fs honrhres, aquele qo" ,irrn"" se mancillaron
con el gueto de lae lgrimas y de los sueoe, aquellos flue no re procuparon por sus norrrbres dichos en las trompetas de huegoe...en lae
grandes mesas se eentarn, bajo el arco de au fuerza, en el sitial de
piedra de los fuertca.
Lavad la duda y Ia prudencia con los pasos de la accin, lavad la duda y la
decencia del campo de la visin. Lavado oh lluvias, lavad la nube sobre
el ojo del hombre de bien, sobre el ojo del hombre bien pensante; lavad
la nube eobre el ojo del hombre de buen grrstoosobre el ojo del hombre
de buen tono; la nube del hornhre de mrito, la nube del hombre de
talento, lavad la escama eobre el ojo del Maegtro y del Mecenas, sobre
el ojo del Jugto y del Notable... sobre el ojo de los hornbres cualificados
por la prudencia y la cleceneia.

Ir22l

+
{

Lavadn lavad la benevolencia en el corazn de los grandes fntercesores, el buen


decoro en la frente cle los grandes Educadrres y las manchae del len'
grraje en Ios labios pblicoi. La'ado oh lluviaso la mano del Juez y
el Preboeteola mano de la partera y de la anrortajada, la mano lamida
por los enfermos y los ciegos, 1'la mano baja en la frente de los hombree
que suenan urrr. .r, riends y-foetes... con el asentirniento de los grandee
Intereesores, de los grandes Etlucadores.
mesas_de la memoria,
Lavado lavad la hietoria de los pueblos tle las grandes
los grandee anales oficial^es, las grandes crnicas de la_ cle_reeay- loa
boleiines acadmicoe. Lava las hulas y los ttulos y los Memoriales
del Tercer Estado; los Conyentos, Ios Pactos de Alianza y loa grandee
actoe federativog; lavad, lavad, oh lluvias, todos los velos y todos loe
pergaminoso color de nriro de asilo y d-e_lepr_oseras,color de marfil
lluviaeo las grandee
iOrii y de viejos dientes de mulas... Lavad, lavad, oh
'
t'
mera de la memoria.
Oh lluviae, lavad de los corazones de los hombres los nrg hellos dichos del
hombre: las ms bellas entencias, las ms bellas secuencias,las frasee
mejor hechas, las pginas nejor nacidasr, Lavad, lavad en el corazn
dei hombre ru gu.io de cantilenaso de e.grial; 6u gusto de villaelae
y de rondel.s; ius grandcs aciertos de ex,preein; lavad la sal del atiit-o y-endel eufusmo; lavad'l cama del sueo y la pajiza cama del
el corazn clel hourbre sin desprecio. en el corazn del homhre
eaber:
sin asco, lavad, oh lluvias!, loe ms billos dones del hombre... en el
corazn de los hombres mejor dotadoe para lae grancles obras de la
razn.

VIII
El rbol Banyan de la lluvia pierde su asiento sobre la Ciudatl. Al viento del
cielo la cosa errante.
vino
a vivir entre nogotrog. Y uoted no negar que torlo eso va a parar
ae
Y
a la nada.
en marcha por la tierrta
Quien quiera saber las transformacionee de la lluvia
y loe presagioe.
signos
los
entre
mi
techo,
que venga a vrvir eobrer
Rotas promesag! Inasiblee gernillas! Y humo sobre la cabara de los hombres!
reconduciremoe a lae
Que venga la claridad, ahlo que nos abandona!... Y
puertae de la Ciudado
Las grandes lluvias en ma:cha bajo e! Abrilo las altas lluviag en marcha bajo
el foete como tlna Orrlen de Flagelantes'

Ir23l

Hnos aqu entregados ms {csnudos a este perfume - de humus y de benjut


donde despierta Ia tiena con el gusto tle una virgen negra.
Bs la tiepa ms fresca en el corazn de los helechos, el afloramiento de loe
grandes feilee con magras chorreantee.
Y en la carne desgarrada de las rosas despus de la ternpestad, la tierra' la
tierra todav con el gusto de la rnujer hecha mujer'
Es la ciudad ms viva en los fuegos de mil espatlas, el vuelo de las conagra'
cionee sobre los mrmolesl el cielo todava sobre el surtidor de lae
fuentee.
de oro sobre su obelisco en la plaza desierta. Es-tee-eel-eeplendor
Y Ia puerca
'd"
lo, prticos de cinabrio; la besti negra, gtarnecida de plata, en Ia
puerta ms baja del jardn;
Es el deseo todava en el flanco de las jvenes viudas, de lae jvenes viudas
de loe gueneros, como grandes urnas vueltas a eellar'
Es la frescura que ealta a las cimas del lcnguaje, la espuma todava en loe
labioe del poema,
Y el hombre aun prisionero tle las ideas nuevas que cede a los surgimientos
de las grandes marejadas clel espritu:
,'El bello canto, el lello canto ah sobre la disipacin de las aguae"... y mi
poema, oh lluviae!, que no eer escrito.

I
l

IX
Se acerca la nocheo Ias rejae estn cerradas. Qu pesa el agua del cielo en el
bajo imperio de las espesuras?
En la plnta de las Ianzas el ms claro de mis bienes!... Y todas las cosae
iguales en la balanza del espritu,
Seor terrible de mi risa. llevad eta noche el escndalo a los ms altoe lugares.
Puee tales 6on I'uestras deliciaso Setoro en el rido prtico del poema, donde
eepanta mi risa los verdee pavos reales de la gloria.

Svr Jonx PnnsB


(Traduccin de J. Lrzalra Lrua.)

Ir24l

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