ABC de Los Derechos Humanos - Carbonell
ABC de Los Derechos Humanos - Carbonell
ABC de Los Derechos Humanos - Carbonell
- - -
-------
MIGUEL CARBONELL
SEGUNDA EDICIN
EDITORIAL
PORRA
AV. REPBLICA
.. ARGENTINA,
15
MXICO, 2015
I
"
!
i
l'
l'
CONTENIDO
,.,''ti'
*)
.... PRESENTACIN ..
'.'0'
...
.
.-
, ..
".-
.. .",.,,:
.,
,;,,;,.;,.:.,.,
..
,,',;,',',
CAPTULO 1
ORGEN, FUNDAMENTO Y CARACTERSTICAS
DE LOS DERECHOS HUMANOS
l.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
1
5
8
11
13
20
31
37
44
46
51
CAPTULO II
IGUALDAD
l.
2.
3.
Introduccin...........................................
Niveles de anlisis de la igualdad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..
Las modalidades jurdicas del principio de igualdad. . . . . . . . . ..
53
54
55
CAPTULO III
LIBERTAD ... . . . . . . . . . . . . . . . . ..
59
CAPTULO IV
SEGURIDAD JURDICA
l.
2.
Introduccin
Dimensiones de la seguridad jurdica
"I
XI
"
65
66
XII
CONTENIDO
, . . . . . ..
69
CAPTULO V
ti
80
81
82
85
87
CAPTULO VI
LA INTERPRETACIN CONSTITUCIONAL
DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES
l.
2.
3.
4.
Reglas y principios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..
La ausencia de interpretacin constitucional en Mxico . . . . . . ..
El papel de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. . . ..
Interpretacin conforme y principio pro persona
,
91
92
94
95
.:
:j';
CAPTULO VII
1,
",
,.:
'!,.
Introduccin
.
Las reformas en su contexto
: ..
Las principales reformas del periodo 1997-2012 . . . . . . . . . . . . ..
Un contrato social por la transparencia y la rendicin de cuentas
La bsqueda de la justicia y la seguridad para todos. . . . . . . . . ..
a) Sistema Inquisitivo: concentracin de funciones en una
misma autoridad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..
b) El sistema penal acusatorio: separacin de funciones. . ..
101
102
103
105
112
114
116
111,
il
CONTENIDO
XIII
!I
II
If'
6.
7.
l.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
Introduccin
133
135
135
137
138
141
149
150
153
157
161
164
166
171
CAPTULO IX
CONTROL DE CONVENCIONALIDAD
l. Introduccin
173
176
180
196
BIBLIOGRAFA
203
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..
PRESENTACIN
El derecho mexicano ha sufrido cambios muy relevantes, de carcter
estructural, en los aos recientes. El dinamismo de nuestro ordenamiento constitucional ha sido permanente y ello ha impactado no
solamente en el quehacer de los que estudiamos los temas vinculados
con el constitucionalismo, sino que las reformas han incidido tambin en otros sectores del sistema jurdico nacional (de hecho en
todos ellos, para decirlo de forma precisa).'
Los juristas que hoy se estn formando en las aulas universitarias
deben estar al tanto de esos cambios profundos y deben tener la
capacidad para aplicarlos en su futura vida profesional. Ningn estudiante de derecho debera egresar de la carrera sin conocer los
tratados internacionales de derechos humanos de los que Mxico es
parte. Tampoco debera ignorar los principales pronunciamientos de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos (incluyendo aquellos
en los que se ha condenado a Mxico por violar los derechos de las
personas).
De la misma forma, se requiere que todos los estudiantes tengan
un conocimiento lo ms profundo posible sobre lo que son los derechos humanos, as como de los principales valores que le dan fundamento a tales derechos y que han animado toda la historia del
constitucionalismo: la igualdad, la libertad y la seguridad jurdica.
Considero igualmente relevante para la formacin de nuestros
estudiantes el que se estudien las que pueden ser calificadas como
las tres ms importantes reformas constitucionales de los aos recientes en nuestro pas, las cuales han venido a impactar de manera
global sobre todas las ramas del ordenamiento jurdico mexicano:
las reformas en materia de acceso a la informacin pblica y transparencia gubernamental (2007 y 2014), la reforma en materia de
justicia penal y proceso penal acusatorio (2008), y la reforma general
en materia de derechos humanos (2011).
Dichas reformas han modificado profundamente la relacin entre las autoridades y los ciudadanos, han transformado la enseanza
del derecho y han obligado a litigantes, jueces y profesores a pensar
de otra manera sobre las fuentes del derecho, los parmetros de
xv
XVI
f',
'
L'
Ih
ii,
1;,:
i .:
u :
,,'i
i
I
I
PRESENTACIN
PRESENTACIN
XVII
CAPTULO
MIGUEL CARBONELL
poderes. Esos dos elementos integran lo que se suele llamar el "contenido mnimo" de toda Constitucin.
Con el paso del tiempo los textos constitucionales han ido incorporando otro tipo de contenidos (por ejemplo preceptos relativos a la
economa, al rgimen de responsabilidades de los funcionarios, a cuestiones territoriales, entre otros muchos temas), pero siempre sobre la
base articuladora de los derechos fundamentales de las pers()Il~~yde
la divisin del poder.
De esa forma, las reglas bsicas de funcionamiento de la democracia han sido plasmadas de forma expresa en la Constitucin, pero
adems (en una especie de crculo virtuoso) los contenidos constitucionales que acabamos de sealar han venido a robustecer y enriquecer
la forma en que se entiende el significado de la propia demacrada.
En efecto, las constituciones establecen:
a) cmo se debe competir por alcanzar los puestos de representacin popular (las condiciones de la contienda electoral); y
b) la forma en que se deben ejercer tales puestos y las facultades de sus titulares (el proceso legislativo, la direccin de la
poltica exterior, los nombramientos de los principales funcionarios del Estado, el mando sobre las fuerzas armadas,
por mencionar solamente algunos ejemplos).
Todo eso supone una "dimensin formal" de la democracia, vinculada con dos procesos de tomas de decisiones esenciales en todo
rgimen democrtico:
a) quin gobierna y
b) cmo gobierna."
Por ejemplo, en ese nivel llamado "formal o procedimental" de
la democracia constitucional se establecen las cuestiones que determinan si un pas tiene un rgimen parlamentario o uno presidencial,
si los legisladores son electos por tres o por seis aos, si el presidente
puede o no reelegirse, el tiempo de duracin de las campaas electorales, los requisitos para formar nuevos partidos polticos, etctera.
('
Sobre este punto, Luigi FERR/\JOLl apunta que la concepcin formal o procedimental de
la democracia la identifica simplemente conforme a formas y procedimientos: "La identifica, en
una palabra, por el quin (el pueblo o sus representantes) y el cmo (la regla de la mayora) de las
decisiones, independientemente de sus contenidos, es decir, de qu viene decidido", Principia
[mis. Teoria del derechoy de la democracia, Madrid, Trotta, 2011, t. II, p. 9,
2
DE...
Las reglas vinculadas con la divisin de poderes suelen ser una extensin lgica de tales determinaciones."
Por su parte, el establecimiento a nivel constitucional de un catlogo de derechos humanos aade una dimensin ya no formal, sino
"sustancial" al rgimen democrtico, dado que nos indica lo que no
pueden hacer los gobernantes y lo que no pueden dejar de hacer. No es
_",.,.,.lln
Juego de .,pala?ras: las"constitucig:r;t~s~~,~~?!~c::~I_l
manda~os,"
..9ue
obligan a las autondades a abstenerse' de realizar CIertasconductas,
y otros mandatos que las obligan a "hacer" ciertas cosas, tomar determinadas decisiones o alcanzar algunos objetivos.
A reserva de explicarlo con detalle ms adelante, podemos preliminarmente pon,er algunos ejemplos evidentes que explican lo que
se acaba de sealar. Si la Constitucin establece que toda persona
tiene libertad de expresin, eso significa que ninguna autoridad
puede imponer la censura respecto de lo que quiera decir o escribir
alguien. Si la Constitucin establece que existe libertad de trnsito,
eso implica que las autoridades no nos pueden detener de forma
injustificada ni pueden impedir que nos desplacemos de un lugar a .
otro de la repblica. Esos ejemplos ilustran la dimensin de los derechos humanos a partir de la cual hay cosas que las autoridades (y
tampoco los particulares, en casi todos los casos) no pueden hacer.
De la misma forma, si la Constitucin seala que tenemos derecho a la educacin, eso significa que las autoridades no pueden dejar
de hacer ciertas cosas; por ejemplo, no pueden dejar de prever un
presupuesto para el sistema educativo, no pueden dejar de construir
la infraestructura necesaria para que se puedan tomar clases, no pueden dejar de contratar maestros, de equipar las aulas y laboratorios,
de disear los planes de estudios, de establecer los requisitos para el
acreditamiento de los niveles acadmicos, de expedir los ttulos que
correspondan a la obtencin de cada grado acadmico, etctera.
Algo parecido podra decirse con respecto al derecho a la salud,
el derecho a la vivienda, el derecho al agua, el derecho a la alimentacin o el derecho al medio ambiente. Todos esos derechos, establecidos constitucionalmente, ordenan tareas a cargo del Estado; si los
poderes pblicos no las cumplen, estaran violando la Constitucin.'
MIGUEL CARBONELL
por nadie ms; una vida que est ajena a actos arbitrarios provenientes de poderes pblicos y privados, que sea desarrollada con plenitud
y de forma consciente.
.
Tiene razn Luigi Ferrajoli cuando apunta que los derechos fundamentales son "fragmentos de soberana" que nos convierten a todas y cada una de las personas en seres autnomos, capaces de tomar
las decisiones ms importantes de nuestras vidas, tanto en la esfera
privada como' en la pblica."
....'.." """,
..i''''''''.''i,.,'''''',.,,.,''C',',,.'"S"'VF''('O",
2. Antecedentes
MIGUEL CARBONELL
ne..
.............
ft;~bl;~~fc[;~;E,ei,.~p!ts~L.leJ,~y..,~~''''g~i,~~$;~~Jl.~X9~~,.S,s
..~~~~.S,~~1~.,.,
,~."....
""'.F.''-''......
MIGUEL CARBONELL
"I
11
'''''''.''.','ii!lll
DE...
F~:RR\I()LI,P'1711ClPza
.. Iuri
uris,
.
0/). cu.,
t. 11,p. 4~
:J.
17 G..\RZ()NVI\LllI~S, Ernesto, Derecho, tica y poltica, Madrid, CEC, 1993, p. 531; ver tambin,
sobre el mismo tema, las reflexiones de NINO, Carlos S., "Autonoma y necesidades bsicas",
10
MIGUEL CARBONELL
''''1
DE...
11
12
MIGUEL CARBONELL
,
,
, d d ~nI"
"a para
as, En MxICOse
requIere
la CIUa"
" poder ejercer
:J
, los
P
d os "d erech os d e pal.ticipacin
palluca , enunciados
en el arncu-1
llama
1
h
:'[
i -'f
/-:
Ir
'/
i:.. I
f'
...
11
i/
'1
~.
i.
13
iI
I
I
1~
.)
,
f
El prrafo tercero del artculo 1 de la Constitucin mexicana seala algunas de las caractersticas de los derechos humanos: universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad. A partir
de tales principios las autoridades de todos los niveles de gobierno
tienen la obligacin de promover, respetar, proteger y garantizar los
derechos.
La universalidad de los derechos se refiere sobre todo al tema de
sus titulares. Corno ya se dijo, sern universales en el mayor grado
posible todos los derechos cuyos titulares sean las personas sin ms,
con independencia de su lugar de nacimiento, circunstancias personales o caractersticas fsicas o psicolgicas. Si los derechos en efecto
protegen bienes bsicos, entonces es lgico que estn garantizados
para todos los seres humanos del planeta sin excepcin, quienes
siempre estarn necesitados de disfrutar de ese tipo de bienes.
La interdependencia y la indivisibilidad de los derechos significan que su disfrute debe darse de forma conjunta. La violacin de
un tipo de derechos supone la violacin o el grave condicionamiento
del disfrute de los dems. Por ejemplo, si no hay libertad de expresin, no se podrn ejercer plenamente los derechos de participacin
poltica. Si no hay una adecuada tutela del derecho a la salud, se
pondr en cuestin el ejercicio efectivo del derecho al trabajo. y as
sucesivamente.
Adems, la indivisibilidad de los derechos busca subrayar que no
hay "derechos de primera" y "derechos de segunda", sino que la
categora de los derechos es nica, con independencia de la forma
14
MIGUEL CARBONELL
I
i
-1,
t
's
a
'-
:::>
,.",
'1,
s
s
""~
r
1
1
S
. f
I
r
23
21 PSARELLO, Gerardo,
15
16
MIGUEL CARBONELL
hasta la derogacin de preceptos discriminat.oriosen las leyes urbansticas o la prohibicin de desalojos arbitrarios.
Los principios de interdependencia e indivisibilidad de los derechos humanos fueron plenamente reconocidos por la Declaracin y
Programa de Viena, aprobado por la Conferencia Mundial que se
llev a cabo en esa ciudad en 1993; en el punto 1.5 de dicho documento se afirma que "Todos los derechos son universales, indivisibles
e interdependientes y estn relacionados entre s. La comunidad internacional debe tratar los derechos humanos en forma global y de
manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dndoles a todos el
lnismo peso. Debe tenerse en cuenta la importancia de las partcularidades nacionales y regionales, as COlTIO de los diversos patrimonios
histricos, culturales y religiosos, pero los Estados tienen el deber,
sean cuales fueren sus sistemas polticos, econmicos y culturales, de
promover y proteger todos los derechos humanos y libertades fundamentales" .
La progresividad de los derechos significa que los esfuerzos del
Estado en la materia deben darse de forma continuada, con la mayor
rapidez y eficacia que sea posible alcanzar, de manera que se logre
una "mejora contina de las condiciones de existencia", como lo ordena por ejemplo el artculo 11 del Pacto Internacional de Derechos
Econmicos, Sociales y Culturales.
De la caracterstica de la progresividad se desprende tambin la
prohibicin de regresividad, es decir, la prohibicin de que los Estados den marcha atrs en los niveles alcanzados de satisfaccin de los
derechos. ~5
Abramovich y Courtis han sealado que la obligacin de' progresividad constituye un parmetro para enjuiciar 14s medidas adoptadas por los poderes legislativo y ejecutivo en relacin con los derechos sociales, es decir, se trata de un estndar de carcter sustantivo
a travs de la cual los tribunales pueden llegar a determinar la inconstitucionalidad de ciertas medidas (o al menos su ilegitimidad a
la luz de la Constitucin y los tratados internacionales en materia de
derechos humanos)."
2!i Sobre la prohibicin de regresividad como expresin precisamente
del deber de progresividad de los derechos (establecido expresamente en el artculo 1 prrafo tercero de la Constitucin mexicana) puede verse COURTIS,Christian (compilador), Ni un paso atrs. La prohibicin de
regrestindad en materia de derechossociales, Buenos Aires, CELS, CEDALS, 2006.
26 ABRAMOVICII,
Vctor y COURTIS,Christian, Los derechos sociales como derechos exigibles, op.
cit., p. 95.
j
i
'-
e
1-
!s
L-
~l
LIS
r,
e
L-
~l
Ir
e
'-
IS
a
lIS
'-
L'-
o
L-
a
e
:-
17
1-
le
7.
18
MIGUEL CARBONELL
t.
3; p. 1946.
j
1
I
1
i
I
19
s
S
1
)
lOa. poca; YC.C.; SJ.F. y su Gaceta; Libro XIX. Abril de 2013. t.3. p. 2254.
1:1
11
!!
ii
MIGUEL CARBONELL
20
I
-W;;:I:-
'o!
I
1
:l
-'"
)
1
)
j
!
r
r
DE...
21
que todos los sujetos de los derechos, tengan la oportunidad de disfrutar de ellos cuando no puedan hacerlo por s mismos. Adicionalmente, el Estado debe crear todos los medios de proteccin de los
derechos, tanto en el mbito administrativo como jurisdiccional. Todos los derechos, sin excepcin, deben ser en alguna medida justiciables, lo que significa que cualquier persona dele tener el derecho de
acudir ante un juez o tribunal en caso de que uno de sus derechos .;".,""'c+.+"'"
sea lesionado.
1 .as obligaciones de los poderes pblicos en materia de derechos
fundamentale 5 que genricamente se acaban de describir han sido
detall: idas por el Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales de la ONU en su Observacin General nmero 3, referida justarnente a la ndole de las obligaciones de los Estados, dictada en su
Quinto Periodo de Sesiones, en el ao de 1990.33
La mencionada Observacin toma como punto de partida el texto
del artculo 2.1. del Pacto Internacional de Derechos Econmicos,
Sociales y Culturales que establece lo siguiente: "Cada uno de los
Estados Partes en el Presente Pacto se compromete a adoptar medidas, tanto por separado como mediante la asistencia y la cooperacin
internacionales, especialmente econmicas y tcnicas, hasta el mximo de los recursos de que disponga, para lograr progresivamente,
por todos los medios apropiados, inclusive en particular la adopcin
de medidas legislativas, la plena efectividad de los derechos aqu
reconocidos" .
Aunque en su conjunto es del mximo inters, del artculo transcrito conviene preliminarmente subrayar tres expresiones: a) todo
Estado Parte "se compromete a tomar medidas ... por todos los medios apropiados"; b) "hasta el mximo de los recursos de que disponga"; y c) "para lograr progresivamente".
A partir del texto del artculo 2.l. el Comit afirma que el Pacto
genera para los Estados Partes tanto obligaciones de comportamiento
como obligaciones de resultado; es decir, no se trata de que los Estados deban solamente conducirse de cierta manera, sino tambin de
que logren ciertos objetivos, que se propongan metas y las realicen.
33 Consultable
en Ci\RBONl~LL,
Miguel, MOGUEL,Sandra y Pl::REZPORTILLA,Karla (compiladores), Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Textos Bsicos, 3a. ed., Mxico, CNDH,
Porra, 2014, t, I, pp. 497 Yss. Para complementar la lectura de la OC nm. 3, debe verse la OC
nm. 31, aprobada el 29 de marzo de 2004 con el ttulo de "Naturaleza de la obligacin general
impuesta a los Estados Partes por el Pacto". La OC 31 seala que sustituye a la OC 3, pero en
realidad su contenido es muy limitado como para que pueda en efecto sustituirla. Conviene leer
;T1lh;)~Observaciones
de forma conjunta.
:,I,
I1
:J
22
MIGUEL CARBONELL
Tomaremos como punto de partida para nuestro anlisis el documento sealado, en el entendido que lo que establece puede y debe
ser aplicado a cualquier tipo de derecho y a toda modal ida? ~e documento jurdico en que tales derechos estn plasmados. SI bien es
cierto que el Comit se refiere a los derechos sociales establecidos en
el citado Pacto, considero que el rigor con el que fue redactada la
Observacin General nmero 3 la convierte en un instrumento de
comprensin de los derechos verdaderamente til para los juristas
mexicanos,
En primer lugar, los Estados deben garantizar el goce de los derechos fundamentales sin discriminacin alguna." Esta obligacin es
inmediata y no puede estar sujeta a ningn tipo de limitacin u obstculo (prrafo 1 de la Observacin General nmero 3).
En segundo trmino, los Estados deben "adoptar medidas apropiadas"; esta obligacin debe ser cumplida dentro de un plazo razonablemente corto, con independencia de que la plena realizacin de
todos los derechos pueda llevar un tiempo ms prolongado (prrafo 2).
Sobre esta obligacin Courtis y Abramovich sealan que no es declamativa: "significa que el Estado tiene marcado un claro rumbo y debe
. comenzar a 'dar pasos', que sus pasos deben apuntar hacia la meta
establecida y debe marchar hacia esa meta 'tan rpido como le sea
posible. En todo caso le corresponder justificar por qu no ha marchado, por qu ha ido hacia otro lado o retrocedido, o por qu no
ha marchado ms rpido"."
Entre las primeras medidas a tomar se encuentran las de carcter
legislativo, lo cual supone fundamentalmente
dos cuestiones: la primera consiste en recoger en el ordenamiento jurdico interno todos
los derechos que establece el Pacto, de forma que no quede duda de
su vigencia dentro del territorio del Estado Parte; la segunda consiste
en adecuar el ordenamiento interno para el efecto de eliminar cualquier norma que sea contraria a esos derechos o que pueda suponer
un obstculo para su completa realizacin.
31 En este tema Mxico ha tenido algunos avances notables, almenas en el plano legislativo.
Ver por ejemplo la Ley Federalpara Prevenir y Eliminar la Discriminacin, publicada en el Diario
Oficial de la Federacum el 11 de junio de 2003, as como la Ley para Pr-eveniry Eliminar la Discriminacin del Distrito Federal, publicada en la Gaceta Ofic'ialdel Distrito Federal el 24 de febrero de
2011. Un interesante anlisis del tema, desde una perspectiva filosfica y poltica. puede verse
en RODRGU~:Z
ZEI'EllA, Jess, Democracia, educacin y no discriminacin, Mxico, Cal y Arena, 2011;
del mismo autor, Un marco tericopara la discriminacin, Mxico, CONAPRED, 2006 e Iguales y
diferentes: la discriminacin y los Tetasde la democracia incluyente, Mxico. TEPJF, 2011.
35 ABRAMOVICI-I,
Vctor y COURTIS,Christian, Los derechossociales como derechos exigibles, cit.,
pp 7C)-80,
L-
,:s
n
a
e
.s
'-
s
j-
e
t.
'.
23
4N,e,~~"""~'~'."
Esto nos lleva al muy debatido y analizado tema de la "annonizacin legislativa", es decir al deber de la Federacin y de las entida36 Se trata de la Observacin General nm. 9, relativa a la aplicacin interna del Pacto,
dictada durante el 19 periodo de sesiones, en el ao de 1998; la cita est en el prrafo 3; esta
Observacin General es importante porque viene a complementar y, en ciertos aspectos, incluso
a detallar el contenido de la Observacin General nm. 3. La nm. 9 es consultable en CARBONELL,Miguel, MOGUEL,Sandra y PREZPORTILLA,
Karla (compiladores), DerechoInternacional de los
DerechosHumanos. TextosBsicos, t. I, op. cit., pp. 550 Yss.
24
MIGUEL CARBONELL
des federativas de hacer compatible lo que expresan las normas internas respecto de lo que sealan los tratados internacionales. A
partir de lo que se lleva dicho podemos afirmar que los poderes legislativos, en trminos de lo que seala el nuevo prrafo tercero del
artculo 1 constitucional, tambin estn obligados a hacer su parte en
la tarea de garantizar la plena efectividad de los derechos fundamentales, generando el marco normativo para que ello sea posible. Yeso ..
incluye a todos los poderes legislativos, tanto al federal como al de
las entidades federativos (e incluso a los municipios a travs del ejercicio de las facultades de creacin de reglamentos previstas en el
artculo 115 de la -Constitucin mexicana).
Otra medida que los Estados parte pueden acometer de inmediato
es la de realizar un "diagnstico" de la situacin que guardan cada
uno de los derechos fundamentales protegidos por el Pacto. A partir
de ese diagnstico, los Estados deben elaborar una estrategia nacional para el desarrollo, promocin y proteccin de los derechos." Entre los objetivos del diagnstico deben estar el de determinar la proporcin de ciudadanos que no disfrutan de un derecho especfico y
la identificacin de los sectores de la poblacin que podran ser vulnerables o desaventajados para su disfrute."
El diagnstico debe poder ofrecer una serie de instrumentos de
medicin que sirvan tanto al Estado como al Comit para medir
concretamente si se ha avanzado o no en la consecucin de un derecho determinado. Los instrumentos de medicin son determinados
sobre una base y unos criterios nacionales, lo cual sirve para poner a
salvo la gran variedad de contextos econmicos y sociales existentes,
objetivo que no se lograra bajo un slo nivel de medicin determinado internacionalmente. En contra de esta consideracin se ha dicho que con ella se podran vaciar de contenido muchos mandatos
sustantivos del Pacto."
En realidad quiz lo rnejor sera que .la determinacin nacional
se mueva dentro de ciertos parmetros, de manera que no se deje
una completa discrecionalidad a los Estados. Como quiera que sea,
el Comit ha sostenido que "los medios utilizados deben ser apropia37 Un ejemplo de la manera en que lo anterior puede ser llevado a cabo en el plano legislativo puede verse en la Ley del Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal, publicada en la
Gaceta Oficial del Distrito Federal el 30 de mayo de 2011.
311 En este sentido, CR.o\\'~:N,Matthew, The international covenant on economic,social and cultural
rights. A perspective on its deuelopment, Oxford, Clareridon Press, 1995, p. 117.
so CRi\V~:N,Matthew, The international covenant on economic,social and cultural rights. A perspectiue 011 its deuelopmeni, op. cit., p. 119,
25
40
26
MIGUEL CARBONELL
11
c., p.
ABRAMOVICII,
Vctor
87.
42 Aunque el reconocimiento
constitucional de las acciones colectivas en el artculo 17 de
la Constitucin mexicana y la importante reforma al juicio de amparo en junio de 2011 pueden
ir
~s
.0
n
)-
~s
r,
1-
i-
)S
.e
a
!S
S.
s,
:1
'-
.1
1
S
1
DE...
27
, I
28
MIGUEL CARBONELL
tiue on
CR'\vEN, Matthew,
los jueces
j
1
i
~
1
~
tr:
pp
DE...
29
Si en un Estado Parte no se pudieran satisfacer esos niveles mnimos se estara frente a una "presuncin de culpabilidad" del Estado
en el incumplimiento de las disposiciones del Pacto; esta presuncin
puede ser derrotada si el Estado en cuestin demuestra que la situacin de crisis ha sido de tal magnitud que ha estado fuera de su
control y de sus posibilidades la satisfaccin de los niveles mnimos
en materia de derechos sociales.
En palabras del Comit, "Para que cada Estado Parte pueda atribuir su falta de cumplimiento de las obligaciones mnimas a una
falta de recursos disponibles, debe demostrar que ha realizado todo
esfuerzo para utilizar todos los recursos que estn a su disposicin en
un esfuerzo por satisfacer, con carcter prioritario, esas obligaciones
mnimas" (prrafo 10).
Craven seala, sin embargo, que dichos niveles mnimos no han
sido determinados por el Comit, por lo cual no se tienen los instrumentos que permitan medir con precisin pero con flexibilidad los
eventuales incumplimientos de los Estados parte." Al respecto, Abrarnovich y Courtis sealan que:
Si bien la tarea del Comit puede fijar los contenidos esenciales que
identifiquen a ciertos derechos, resulta claro que tal propsito no
puede alcanzarse slo con volcar conceptos jurdicos en un texto.
Numerosas opiniones han propuesto la adopcin de algn sistema de
indicadores que pudiera servir como parmetro. La utilizacin de indicadores resulta especialmente relevante cuando se exige al Estado
el cumplimiento de ciertos objetivos que resultan mcsurables, como
la erradicacin del analfabetismo, el tratamiento de las enfermedades endmico-epidmicas, la reduccin de la morti-natalidad infantil
o la siniestralidad laboral. En los ltimos aos, adems, se ha comenzado a trabajar en la correlacin entre la nocin de contenido mnimo esencial de un derecho y los parmetros de desarrollo social y
otros est.ndares tcnicos est.ablecidos a partir de indicadores estandarizados a nivel mundial. El principal propsito de todo sistema de
indicadores es dar cuenta de dos factores claves, Ja voluntad y la capacidad del Estado de promover y proteger los derechos humanos.
La diferencia entre estos dos factores, particularmente en relacin a
los derechos econmicos, sociales y culturales, es crucial para examinar el comportamiento del Estado."
47 AI-IRAMOVICH,
op. cii.,
30
MIGUEL CARBONELL
!
j
a
~r
[-
n
l-
a
s
a
a
31
7. Deberes
s
1
32
MIGUEL CARBONELL
de sus posibles violaciones. Todo el dinero que se invierta en prevenir tales violaciones va a estar muy bien gastado, no solamente por
la importancia que el respeto de los derechos tiene para medir el
carcter democrtico de cualquier pas, en beneficio incluso de su
gobernabilidad, sino tambin porque ese gasto ser en realidad un
ahorro (en caso de que sea efectivo), si tomamos como parmetro los
mucho mayores gastos que derivan de una violacin de. ~e,rechos
humanos (gastos para la vctima direta, para sus familiaresy "desde
luego para el Estado).
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha sealado que
."El deber de prevencin abarca todas aquellas medidas de carcter
jurdico, poltico, administrativo y cultural que promuevan la salvaguarda de los derechos humanos y que aseguren que las eventuales
violaciones a los mismos sean efectivamente consideradas y tratadas
como un hecho ilcito que, como tal, es susceptible de acarrear sancienes para quien las cometa, as como la obligacin de indemnizar
a las vctimas por sus consecuencias perjudiciales ... Es claro, a su vez,
que la obligacin de prevenir es de medio o comportamiento y no se
demuestra su incumplimiento por el mero hecho de que un derecho
haya sido violado" (Caso Velzquez Rodrguez, sentencia de fecha 29 de .
julio de 1988, prrafo 175).
El deber de investigar las violaciones de derechos humanos supone que el Estado mexicano (en todos sus niveles de gobierno) tiene
que crear una institucionalidad suficiente para poder responder
frente a un acto violatorio de derechos humanos, lo que entre otras
cuestiones incluye:
a) realizar las pesquisas que sean necesarias para individualizar
el acto en cuestin (qu fue lo que pas);
b) pormenorizar las circunstancias en que fue cometido (cmo
fue que pas); e
c) individualizar a los responsables y ponerlos a disposicin de
la autoridad competente para efecto de que sean debidamente sancionados (quines son los responsables y a qu
sancin se hacen acreedores).
Lo anterior se materializa por medio de la existencia de instancias gubernamentales que estn listas para recibir denuncias y quejas,
que estn abiertas a toda hora (o bien que sus responsables puedan
ser localizados a toda hora, aunque la oficina en cuestin no permanezca abierta), y que estn geogrficamente al alcance de cualquier
persona bajo ciertos parmetros de razonabilidad.
1
'
1.
."' ...'."
. :"\:':1'"
1 1,
1
1
I
-I
r
33
Sobre el deber de investigar las violaciones de derechos humanos, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha sealado que
"El Estado est, por otra parte, obligado a investigar toda situacin
en la que se hayan violado los derechos humanos protegidos por la
Convencin. Si el aparato del Estado acta de modo que tal violacin
quede impune y no se restablezca, en cuanto sea posible, a la vctima
en la plenitud de sus derechos, puede afirmarse que ha incumplido
el deber de garantizar su libre y pleno ejercicio a las personas sujetas
a su jurisdiccin. Lo mismo es vlido cuando se tolere que los particulares o grupos de ellos acten libre o impunemente en menoscabo
de los derechos humanos reconocidos en la Convencin" (Caso Vlzquez Rodrguez, prrafo 176).
'
La Corte Interamericana entiende que el deber de investigar supone "una obligacin de medio o comportamiento que no es incumplida por el solo hecho de que la investigacin no produzca un resultado satisfactorio. Sin embargo, debe emprenderse con seriedad y no
como una simple formalidad condenada de antemano a ser infructuosa.
Debe tener un sentido y ser asumida por el Estado como un deber
jurdico propio y no como una simple gestin de intereses particulares,
que depende de la iniciativa procesal de la vctima o de sus familiares
o de la aportacin privada de elementos probatorios, sin que la autoridad pblica busque efectivamente la verdad. Esta apreciacin es vlida cualquiera que sea el agente al cual pueda eventualmente atribuirse
la violacin, aun los particulares, pues, si sus hechos no son investigados con seriedad, resultaran, en cierto modo, auxiliados por el poder
pblico, lo que comprometera la responsabilidad internacional del
Estado" (Caso Vlzquez Rodrguez, prrafo 177).
La falta de una correcta investigacin por parte de las autoridades mexicanas se puso claramente en evidencia en el caso "Gonzlez
y otras (Campo Algodonero) contra Mxico", resuelto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos el 16 de noviembre de 2009. En
ese caso se ventil la violacin gravsima de los derechos humanos de
tres mujeres que habitaban en el Municipio de Ciudad ]urez (Chihuahua), que deriv en su fallecimiento.
)
La Corte Interamericana document puntualmente en la sentencia
la falta de diligencia por parte de las autoridades locales y federales
encargadas de la investigacin. Se trat de una serie de negligencias
que seguramente no sorprenden a nadie que est familiarizado con
el sistema penal mexicano, pero que cuando se ven agrupadas y narradas de forma sistemtica por parte de un tribunal internacional,
no pueden dejar de generar una enorme zozobra.
34
, MIGUEl- CARBONELL
A partir de la actuacin negligente en grado ~~tremo "de las autoridades mexicanas, la Corte ofrece como conclusin un prrafo que
no tiene desperdicio, en el que se seala lo siguiente:
Las irregularidades en el manejo de evidencias, la alegada fabricacin .de culpables, el retraso en las investigaciones, la falta de lneas
de investigacin que tengan en cuenta el contexto de violencia contra
la mujer en el que se desenvolvieron las ejecuciones de las tres vctimas y la inexistencia de investigaciones contra funcionarios pblicos
por su supuesta negligencia grave, vulneran el derecho de acceso a
la justicia, a una proteccin judicial eficaz y el derecho de los familiares y de la sociedad a conocer la verdad de lo ocurrido. Adems,
denota un incumplimiento estatal de garantizar, a travs de una
investigacin seria y adecuada, los derechos a la vida, integridad personal y libertad personal de las tres vctimas ... Esta ineficacia judicial
frente a casos individuales de violencia contra las mujeres propicia
un ambiente de impunidad que facilita)' promueve la repeticin de
los hechos de violencia en general y enva un mensaje segn el cual
la violencia contra las mujeres puede ser tolerada y aceptada como
parte del diario vivir... (prrafo 388).
La reparacin de las violaciones de derechos humanos es la consecuencia de que se haya verificado un hecho ilcito. Dada una violacin,
los responsables directos e indirectos deben proceder a repararla. La
Corte Interamericana de Derechos Humanos ha sealado que "[lJa reparacin es el trmino genrico que comprende las distintas formas
cmo un Estado puede hacer frente a la responsabilidad internacional
en que ha:incurrido". (Caso Garrido y Baigorria versus Argentina, sentencia
del 27 de agosto de 1998, prrafo 41). La reparacin de las violaciones
.de derechos humanos est prevista en el artculo 63 de la Convencin
Americana de Derechos Humanos, adems de lo que menciona nuestro artculo 1 prrafo tercero de la Constitucin mexicana.
La reparacin que en cada caso se determine debe ser idnea y
congruente. La idea es que las medidas reparatorias sean adecuadas
respecto de la naturaleza y los efectos producidos por la violacin.
Tomando en cuenta el tipo de afectacin de que se trate, se determinarn las oportunas medidas reparatorias;"
El deber de reparar debe ser entendido en el sentido ms amplio
posible, sin que se pueda limitar a una indemnizacin econmica. La
reparacin debe ser integral. Al respecto la Corte Interamericana ha
sealado que "[l]os modos especficos de reparar varan segn la le51 Gi\RdA Rt\MREZ,Sergio, La Corte lntemmericana de Derechos Humanos, Mxico, Porra,
Poder Judicial del Estado de Chiapas, 2011, pp. 303 Yss.
DE...
35
sin producida: podr consistir en la restitutio in integrum de los derechos afectados, en un tratamiento mdico para recuperar la salud
fsica de la persona lesionada, en la obligacin del Estado de anular
ciertas medidas administrativas, en la devolucin de la honra o la
dignidad que fueron ilegtimamente quitadas, en el pago de una
indemnizacin, etctera .... La reparacin puede tener tambin el carcter de medidas tendientes a evitar la repeticin de los hechos lesivos" (Caso Garrido y Baigorria versus Argentina, cit., prrafo41).!"
"",."
....",.,;,.c,
La jurisprudencia interamericana ha desarrollado una batera
amplsima de medidas reparatorias, atendiendo precisamente a la
tan variada tipologa de violaciones que ha analizado en las dcadas
de funcionamiento que lleva. Sergio Garca Ramrez, con su habitual
erudicin, las ha resumido en pocas pero muy sustantivas pginas."
Entre las medidas para reparar las violaciones de derechos humanos
que menciona el distinguido jurista mexicano se encuentran las siguientes:
Pago de una justa indemnizacin."
Modificacin de un texto constitucional para hacerlo compatible con el Pacto de San Jos.
Revisin de normas sobre pena de muerte.
Tipificacin penal del terrorismo y de la desaparicin forzada.
Restriccin del alcance de la jurisdiccin militar.
Exclusin de penas crueles, inhumanas o degradantes.
Localizacin e identificacin de restos humanos.
Atencin mdica y psicolgica.
Facilitacin de estudios y atencin a la salud de nios.
Inversiones con valor social en comunidades indgenas.
Construccin de casas habitacin.
Programas de capacitacin para funcionarios pblicos.
Mejoramiento de las condiciones de vida dentro de las crceles.
Inscripcin de nombres de vctimas en plazas, calles, monumentos, etctera.
Conmemoracin de un da en honor de las vctimas.
36
MIGUEL CARBONELL
dad de reparaciones que el Estado puede tomar. No basta con la reparacin material que se restringe a una indemnizacin pecuniaria.
Hay reparaciones materiales e inmateriales. A veces para las vctimas y sus familiares son tanto o ms importantes las segundas. La
Corte Interamericana, al considerar las modalidades de la reparacin, ha hecho incluso referencia a la necesidad de considerar el
"proyecto de vida". 51
La reparacin de las violaciones debe
vista como una/consecuencia indispensable de una buena investigacin y de una apropiada
sancin para los responsables. La reparacin toma en cuenta la dignidad de las vctimas y reconoce que la violacin de derechos tuvo
un impacto importante en su existencia. 'La reparacin permite poner en el centro de la actuacin del Estado el respeto a las vctimas
y a sus familiares. De ah la importancia que, en este punto, tiene la
reforma del 10 de junio de 2011 al artculo 1 prrafo tercero constitucional.
Sobre el derecho a la reparacin la jurisprudencia mexicana ha
sealado lo siguiente:
s'er
DE...
37
38
MIGUEL CARBONELL
39
En el mbito de Amrica Latina podemos destacar los dos protocolos adicionales a la Convencin Americana de Derechos Humanos:
el Protocolo Adicional en Materia de Derechos Econmicos, Sociales
y Culturales (Protocolo de San Salvador, de 1998) y el Protocolo Relativo a la Abolicin de la Pena de Muerte (Asuncin, 1990). Tambin
en ese mismo mbito hay que tener presentes los siguientes ordenamientos jurdicos internacionales: Convencin Americana para Pre~"".,.",,..""~">j""'~""""i'
venir y Sancionar la Tortura (Cartagena de Indias, 1985), Convencin Interamericana sobre Desaparicin Forzada de Personas (Belm
Do Par, 1994), Convencin Interamericana contra la Corrupcin
(Caracas, 1996), Declaracin de Principios sobre Libertad de Expresin (Washington, 2000), Carta Democrtica Interamericana .(Washington, 2001), Convencin Interamericana para Prevenir, Sancionar
y Erradicar la Violencia contra la Mujer (conocida como "Convencin de Belm do Par", 1994), Convencin Interamericana para la
Eliminacin de todas las formas de Discriminacin de las Personas
con Discapacidad (Guatemala, 1999), etctera.
De los tratados internacionales pueden derivar, a su vez, otras
fuentes del derecho. Ya en las pginas precedentes hemos hecho algunas referencias, entre otras fuentes, a las Observaciones Generales,
que son una especie de interpretacin general dictada por Comits
de expertos creados por mandato de los principales pactos internacionales de derechos humanos. As por ejemplo, el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Polticos crea un Comit de Derechos Humanos,
que est compuesto por 18 miembros (artculo 28 del Pacto) y lo faculta para emitir Comentarios Generales dirigidos a los Estados Partes sobre el contenido del Pacto. Una facultad parecida se encuentra
en el artculo 19 del Pacto Internacional de Derechos Econmicos,
Sociales y Culturales.
Los Comentarios u Observaciones Generales son de gran inters
para los estudiosos de los derechos fundamentales ya que -como
hemos visto- contribuyen a ampliar el significado de las disposiciones de los Pactos y Tratados, precisando las obligaciones de los Estados y las tareas concretas que deben llevar a cabo para cumplir con
lo que disponen los instrumentos internacionales.
Podramos decir que las Observaciones Generales se asemejan a
una especie de jurisprudencia, solo que no es dictada por rganos
jurisdiccionales sino por rganos de carcter ms bien consultivo,
mnima para trabajar), 143 (trabajadores migranr.es), 169 (pueblos indgenas) y 182 (prohibicin
I
r
l'
!.. 1
40
MIGUEL CARBONELL
,";.ti!l!1!I
de la competencia de los comits ele Naciones Unidas, facultados para decidir peticiones individuales en
ma teria de derechos humanos y su previsible impacto en la imparticin de justicia en Mxico",
Refonnajudicial.
Revista mexicana de justicia, nm. 1, Mxico, enero-junio de 2003, pp. 161 Y ss.
La publicacin de los respectivos documentos de adhesin o ratificacin se realiz en el Diario
Oficial de la Fedemcin del 3 de mayo de 2002.
(i Sobre los mecanismos jurisdiccionales
de proteccin de los derechos humanos previsto
en los tratados, VII.I ..\l'\ DUR'\N, Carlos, Curso de derecho internacional de los derechos humanos, op. cit.,
pp. 499 Y ss.
41
sucede con la Convencin Americana de Derechos Humanos, adoprada en San Jos de Costa Rica, que crea el sistema interamericano
de proteccin de derechos. Dicho sistema se articula a travs de dos
rganos: la Comisin Interamericana de Derechos Humanos que tiene su sede en Washington y la Corte Interamericana
de Derechos
Humanos, cuya sede se encuentra precisamente en San Jos de Costa
. ,,<,.0:.:'
Rca.1:l7
"_'" 'c.
. "
42
MIGUEL CARBONELL
DE...
43
ausencia hizo suyo el asunto Mariano Azuela Gitrn. Secretario: Rafael Coello Cetina.
"",.,,,,o,~,
..,",;,,,,.
44
MIGUEL CARBONELL
e
e
1
S
)
V
1
1
1
45
72 CARMONA Tmoco, Jorge Ulises, "Algunos aspectos de la participacin de Mxico ante los
rganos del Sistema Interamericano de Proteccin de los Derechos Humanos", op. cit., p. 12.
46
MIGUEL CARBONELL
l. Cuando decida que hubo violacin de un derecho o libertad protegidos en esta Convencin, la Corte dispondr que se garantice al
lesionado en el goce de su derecho o libertad conculcados. Dispondr asimismo, si ello fuera procedente, que se reparen las consecuencias de la medida o situacin que ha configurado la vulneracin de
esos derechos y el pago de una justa indemnizacin a la parte. lesionada.
2. En caso de extrema gravedad y urgencia, y cuando se haga necesario evitar daos irreparables a las personas, la Corte, en los asuntos
~ue est conociendo, podr tomar las medidas provisionales que considere pertinentes. Si se tratare de asuntos que an no estn sometidos a su coriocimiento, podr actuar a solicitud de la Comisin.
I,
E
e
e
e
1!
,
'{
.1
DE...
47
precisamente a la universalidad de los derechos humanos. Pero tambin mencionamos que la titularidad de algunos de esos derechos
estaba restringida a aquellas personas que reunieran las calidades
exigidas por la Constitucin para tener la ciudadana mexicana.
El artculo 34 de nuestra Carta Magna sea la que son ciudadanos
mexicanos quienes cumplan los tres siguientes requisitos: 1) tengan la
nacionalidad mexicana (ya sea por nacimiento o por naturalizacin);
2) hayan cumplido 18 aos; y 3) tengan un modo honesto de vivir..
El artculo 35 constitucional establece que solamente los ciudadanos pueden ejercer los llamados derechos de participacin poltica, los
cuales desde luego son derechos fundamentales y por tanto tienen
las mismas caractersticas que ya se han sealado en los apartados
precedentes (y generan las mismas obligaciones para los poderes pblicos). Dichos derechos consisten fundamentahnente en el derecho
de sufragio activo (votar), pasivo (ser votado) y de asociacin en materia poltica (crear partidos polticos y organizaciones de naturaleza
poltica, tomar parte en dichas organizaciones y salir de ellas cuando
as lo desee el sujeto titular del derecho).
La teora constitucional de nuestros das discute con energa sobre la pertinencia de que los derechos de participacin poltica dejen
de ser de titularidad exclusiva de los ciudadanos. En otras palabras,
se argumenta que la participacin poltica debera corresponder a
toda persona mayor de edad que habite de forma permanente en el
territorio de un pas o de una comunidad poltica, ya que dicha persona est obligada a acatar las normas jurdicas de esa comunidad y
por eso debera de participar en su confeccin, a travs de la seleccin de sus representantes.
Actualmente, con base en la ciudadana se siguen manteniendo
inaceptables discriminaciones y desigualdades basadas en un accidente tan coyuntural como puede ser el lugar de nacirniento. Danilo
Zolo ha subrayado, con acierto, que "los derechos de ciudadana implican una presin hacia la desigualdad", H lo cual haba sido ya percibido, desde sus propias coordenadas sociolgicas, en el clebre y
conocido ensayo de T H. Marshall Ciudadana y clase social publicado
en 1950, en el que se apuntaba cmo la ciudadana "se ha convertido, en ciertos aspectos, en el arquitecto de una desigualdad social
legitimada" .75
7'1 ZOLO,Danilo, "La ciudadana en una era poscomunista",
La poltica. Revista de Estudios
sobre el Estado y la sociedad, nm. 3, Barcelona, Paids, 1997, p. 127.
75 MARSJ-IALL,
T H., "Ciudadana y clase social" en T.H. M:\RSHALL
y T BOTToMoRE,Ciudadana y clasesocial, Madrid, Alianza, 1998, pp. 21 y 22.
48
MIGUEL CARBONELL
DE.,..
49
de poder hacia instituciones supranacionales (Unin Europea, tratados de libre comercio, uniones regionales como el Mercosur, tribunales internacionales. mecanismos de arbitraje comercial transnacional,
.etc.), a menudo sustradas de los pertinentes controles democrticos
iy parlamentarios, lo cual ha hecho asomar lo que Habermas llama
"agujeros de legitimidad"." Hacia abajo a travs de las diversas tensienes centrfugas, nacionalistas, secesionistas o independentistas,
que lo ponen en cuestin."
La ciudadana, como categora normativa que marca diferencias
entre quienes pertenecen a una sociedad y quienes son "extraos" o
"extranjeros" parece no tener mucha razn de ser en la actualidad, ya
que en los hechos supone una cortapisa al reconocimiento universal
de los derechos de participacin poltica. La idea sera ir construyendo
una suerte de "ciudadana universal" que pudiera acompaar (con plenitud de derechos polticos) a la persona all a donde fuera, sin importar su nacionalidad y mucho menos su lugar de nacimiento.
En suma, "la exigencia ms importante que proviene hoy de cualquier teora de la democracia que sea congruente con la teora de los
derechos fundamentales: (es) alcanzar -sobre la base de un constitucionalismo mundial ya formalmente instaurado a travs de las convenciones internacionales mencionadas, pero de momento carente
de garantas- un ordenamiento que rechace finalmente la ciudadana: suprimindola como status privilegiado que conlleva derechos no
reconocidos a los no ciudadanos, o, al contrario, instituyendo una
ciudadana universal". 81
Aunque quiz estemos lejos de ese escenario en la mayor parte
de los pases del orbe, lo cierto es que el planteamiento terico que
se acaba de apuntar tiene una gran coherencia y es prcticamente
imposible de rebatir desde una ptica democrtica: la democracia es
por excelencia un rgimen poltico incluyente, de forma que toda
exclusin de la titularidad de derechos humanos debe estar puntualmente justificada. En el supuesto especfico de la limitacin de los
79
H.\BERl\fAS,
Jrgell, La constelacinposnacional. Ensayos polticos, Barcelona, Paids, 2000,
p.96.
FERR.-\JOLl,
Luigi, Derechosy garantas. La ley del ms dbil, Madrid, Trotta, 1999, p. 150.
F~:RR.'\JOLf,
Derechos y garantas, op. cit., p. 119. En el mismo sentido de Ferrajoli y Habermas, Javier de Lucas apunta que "Vetar el acceso a la condicin de miembro de la comunidad
constituyente, sujeto de voz y voto en el espacio pblico, a quienes llegan despus y se caracterizan por diferencias vinculadas a determinados grupos sociales (a identidades de origen), privarles del poder de decisin sobre el acuerdo previo, sobre el establecimiento de valores comunes y
reglas de juego, sobre el establecimiento de la regla de la ley, del Derecho, es incompatible con
las exigencias de una democracia plural", "Por qu son relevantes las reivindicaciones jurdicopolticas de las minoras", op. cit., p. 268.
110
81
50
MIGUEL CARBONELL
l
1
la
le
la
9
le
1-
In
l-
o
tS
n
IS
:a
51
)-
IS
1-
e
a
'-
e
tI-
'-
:1
En las pginas anteriores hemos intentado realizar una caracterizacin de los derechos fundamentales, refiriendo sus fundamentos,
su historia, sus titulares, las obligaciones y deberes que derivan de
tales derechos para los poderes pblicos, la importancia del marco
jurdico internacional, entre otras muchas cuestiones.
A partir de 10 que hemos apuntado, se puede ir construyendo un
modelo de democracia mucho ms rico y complejo, alejado de las
visiones puramente procedimentalistas que suelen limitar a la democracia al momento electoral.
Es muy importante que podamos concebir a los regmenes democrticos contemporneos corno lo que realmente son: democracias
constitucionales, es decir sistemas de gobierno en los que rige el
principio de la mayora como regla para tornar decisiones colectivas,
pero en los que existen tambin catlogos de derechos que imponen
lmites y vnculos a lo que pueden hacer las autoridades y los particulares.
Los derechos fundamentales le aaden una dimensin sustancial
a la democracia que la hace ms efectiva, la nutre y evita su posible
deriva autoritaria. Al asegurar a cada persona una esfera de libertades y una fuerte dosis de igualdad, la democracia constitucional potencia nuestro sentido de pertenencia a la vez que nos permite desarrollar de forma autnoma nuestra vida.
52.
MIGUEL CARBONELL
I
1i
1
CAPTULO
JI
IGUALDAD
l. Introduc.tuni
53
54
MIGUEL CARBONELL
j
1
re
::le
eid
le
5e
ta
]-
1S
"
1)S
le
.0
::1
.a
LS
~s
L-
a
lll-
a
i,
55
56
MIGUEL CARBONELL
3.
I
1
'-:..,',,'
el
D-
as
1.-
al
la
},-
:s
lo
}-
.1,
)-
)s
la
1-
~1-
.e
3[-
,s
57
sumisin a un Estado extranjero". Por su parte, el artculo 13 constitucional establece la prohibicin de las leyes privativas, de los tribunales
especiales y de los fueros (con excepcin del fuero militar). El artculo
123, apartado A, fraccin VII, contiene el mandato de que "Para trabajo igual debe corresponder salario igual, sin tener en cuenta sexo ni
'nacionalidad" (una disposicin similar se encuentra en el apartado B,
fraccin V del mismo artculo, aplicable a la relacin laboral entre los
poderes de la Unin o el DF Y sus trabajadores).
Desde un punto de vista parcialmente distinto al que se ha expuesto en los prrafos precedentes, el principio de igualdad puede
ser estudiado a partir de dos subconceptos del mismo: el principio
de igualdad ante la ley y el principio de igualdad en la ley.
El primero consiste en el mandato de trato igual para las autoridades encargadas de aplicar la' ley, es decir; este mandato se dirige
de manera fundamental a los poderes Ejecutivo y Judicial.
Por su parte, el principio de igualdad en la leyes un mandato
dirigido al legislador para que no establezca en los textos legales
diferencias no razonables o no justificadas para personas que se encuentran en la misma situacin, o para que no regule de la misma
manera y de forma injustificada a personas que se encuentran en
circunstancias desiguales.
CAPTULO
III
LIBERTAD
I
I
60
MIGUEL CARBONELL
1
La mayor parte de los anlisis tericos estn de acuerdo en distinguir dos formas de libertad: la negativa y la positiva. Esta distincin conceptual parte de las ideas que ya haba sostenido Benjamin
Constant en 1819, en su conocido ensayo De La libert des anciens comparee celle des rnodernes y que luego fueron retomadas por Isaiah
"Berlin a mediados del siglo XX.
La libertad negativa se puede definir, en palabras de Norberto
Bobbio, como "la situacin en la cual un sujeto tiene la posibilidad
de obrar o de no obrar, sin ser obligado a ello o sin que se lo impidan
otros sujetos". Esta libertad supone que no hay impedimentos para
realizar alguna conducta por parte de una determinada persona (ausencia de obstculos), as como la ausencia de constricciones, es decir, la no
existencia de obligaciones de realizar determinada conducta. Isaiah Berln se refiere a la libertad negativa con las siguientes palabras: "Normalmente se dice que yo soy libre en la medida en que ningn hombre ni
ningn grupo de hombres interfieren en mi actividad. En este sentido,
la libertad poltica. es, simplemente, el mbito en el que un hombre
puede actuar sin ser obstaculizado por otros. Yono soy libre en la medida
en que otros me impiden hacer lo que yo podra hacer, si no me lo unpidieran".
'
La libertad negativa puede ser prejurdica o bien puede ser jurdica; es del prirner tipo cuando una determinada conducta no est
jurdicamente regulada, es decir, cuando el derecho no la t0111aen
cuenta y, en esa virtud, puede ser libremente realizada o no realizada
por una persona. La libertad negativa es jurdica cuando el ordenamiento le asegura a una persona la posibilidad de realizar una conducta sin interferencias y sin constricciones.
Por su parte, la libertad positiva puede definirse de acuerdo con
Bobbio como "la situacin en la que un sujeto tiene la posibilidad de
orientar su voluntad hacia un objetivo, de tomar decisiones, sin verse determinado por la voluntad de otros". Si la libertad negativa se
entiende como la ausencia de obstculos o constricciones, la positiva
supone la presencia de un elemento crucial: la voluntad, el querer
hacer algo, la facultad de elegir un objetivo, una meta. La libertad
positiva es casi un sinnimo de la autonoma (Laporta),
Mientras que la libertad negativa tiene que ver con la esfera de
las acciones, la positiva se relaciona" con la esfera de la voluntad.
Corno dice Bobbio, "La libertad negativa es una cualificacin de la
accin; la libertad positiva es una cualificacin de la voluntad"; o en
palabras de Berln, "El sentido positivo de la libertad sale a relucir,
no si intentamos responder a la pregunta qu soy libre de hacer o
de ser, sino si intentamos responder a por quin estoy gobernado
j
j
ji
1
!
I
I
61
o quin tiene que decir lo que yo tengo y lo que no tengo que ser o
hacer".
De todo lo anterior derivan varias cuestiones concretas que pueden ser tiles para analizar y comprender los derechos fundamentales de libertad. Para empezar, se puede decir que los derechos de
libertad (utilizando el concepto de libertad negativa) generan mbitos de inmunidad en favor de los individuos, que no pueden ser
traspasados por el Estado; es decir, los derechos de libertad se constituyen como lmites negativos (de no hacer) para los poderes pblicos, que estn obligados a no interferir en las conductas amparadas
en esos derechos. Algunos autores llaman a este tipo de derechos
"derechos-defensa", ya que permiten al individuo defenderse de intromisiones en su conducta.
Los "derechos-defensa" pueden dividirse, sgn Alexy, en tres
grupos diferentes. El primero de ellos est constituido por derechos
a que el Estado no impida u obstaculice determinadas acciones del
titular del derecho. El segundo grupo se integra por los derechos a
que el Estado no afecte determinadas propiedades o-situaciones del
titular del derecho.
El tercer grupo comprende derechos a que el Estado no elimine
determinadas posiciones jurdicas del sujeto del derecho.
Teniendo presente este triple significado de los derechos-defensa
es como mejor se puede proteger la libertad. La ventaja de la exposicin de Alexy es que nos hace ver la complejidad del sistema de los
derechos de libertad. Si reducimos esos derechos a una simple obligacin negativa de no interferencia por el Estado, es seguro que no
podremos asegurar de la mejor forma posible muchas libertades reconocidas en todos los Estados democrticos. Por ejemplo, si el
Estado deroga las normas que reconocen la personalidad jurdica de
las empresas, estaremos imposibilitados para ejercer una parte importante de la libertad de asociacin; de la misma forma, si el Estado
deroga las normas que contemplan las formalidades para contraer
matrimonio no podrn alcanzarse los objetivos que algunas personas
pretenden lograr al celebrar con las solemnidades del caso un contrato para dar efectos jurdicos a sus vnculos afectivos.
Tambin podramos decir que existe en general un principio de
libertad conforme al cual cualquier mbito exento de regulacin est
permitido para los particulares; en otras palabras, en todo aquello en
1<;>
que no existan reglas se entiende que las personas pueden conduc~rsecomo lo prefieran. Este principio es exactamente opuesto al que
nge para las autoridades y rganos pblicos, ya que en su caso solaI
,'''''~
!
i
62
MIGUEL CARBONELL
mente pueden actuar cuando una norma del sistema jurdico se los
permite (en esto reside el significado del principio de legalidad).
Ahora bien, si la libertad es un derecho fundamental
(concretizada en los diversos derechos de libertad que establecen las Constituciones modernas y los tratados internacionales
de derechos humanos), entonces debe ser capaz de poder hacerse valer, con los rnatices
que sean necesarios, frente a todos, no solamente frente a los poderes
pblicos; de lo anterior deriva la necesidad de que el Estado asegure
la libertad tambin frente a los particulares.
Por otro lado, no basta que la libertad tutelada constitucionalmente se limite a remover los lmites o constricciones
que pueden
afectar a la libre realizacin de la conducta 'entendida como libertad
negativa, sino que es necesario tambin que la persona pueda estar
ajena a las diversas formas de sujecin que existen hoy da, de forma
que sea capaz de desarrollar sus planes de vida de manera autnoma;
es decir, se requiere tambin la tutela de la libertad positiva.
Cuando se quiere ir construyendo un sistema jurdico que asegure
la convivencia social pacfica, se deben expedir una serie de normas
que suponen limitaciones a la libertad de los integrantes de una sociedad. Se debe decidir qu conductas deben regularse, ya sea que estn
permitidas (asegurando de esa forma su potencial realizacin), o que
estn prohibidas (evitando en consecuencia que se lleven a cabo).
Cmo podemos llevar a cabo esa tarea?, es decir, ccrno saber qu
conductas debemos permitir y cules debernos prohibir? Esta es una
de las preguntas ms importantes que tuvieron que ser contestadas al
momento de construir las modernas sociedades liberales.
Para el liberalismo, la autonoma de la persona entendida como
valor social no puede permitir que el Estado determine cules son
las formas de vida que merecen la pena y cules no. Pero, do anterior
significa que el Estado debe respetar cualquier plan de vida? Incluso
los ultraliberales
aceptan que el Estado puede limitar la libertad tomando en cuenta el principio ele dao: somos libres para llevar a
cabo una conducta siempre que esa conducta no dae a los dems;
el principio de dao, sin embargo, est lejos de ser claro cuando se
le quiere aplicar a un sinfn de conductas concretas, como lo demuestra la historia reciente. Qu sucede cuando aplicamos el principio
de dao al consurno de estupefacientes,
a las relaciones sexuales o a
las decisiones sobre la propia vestimenta?
La historia nos ofrece
ejemplos que cmo el principio de dao se ha aplicado de muy diferentes maneras (en muchos casos ele forma clararnente atentatoria
de la .libertad, desde mi punto de vista) en pases democrticos.
os
.a-
ua-
es
es
re
Ll!n
Ld
u'
la
a;
:e
=ts
....'.
.J>:,
Le
),
l
la
:11
o
n
Ir
o
)-
a
;;
e
o
a
e
.(
.n
;-
'1
63
Segn algunos autores, la tarea del sistema constitucional de derechos fundamentales es, en trminos generales, proteger la libertad
siempre que esa libertad no cause dao a otros, lo cual no implica
que el Estado no pueda regular ciertos mbitos que se consideran
ms positivos que otros. Las decisiones al respecto no son fciles en
muchos casos. Ante los mltiples puntos de vista que pueden existir
en una sociedad plural y ante la dificultad objetiva de llegar a consensos sobre el sentido del bien, quiz lo mejor sea empezar por
prohibir o desincentivar aquello que podra parecer claramente como
menos valioso.
La historia de la humanidad ha sido una constante lucha por conquistar mayores espacios de libertad, es decir; por asegurar a las personas la posibilidad de actuar sin condicionantes de ningn tipo.
No es verdad que en un idlico estado de naturaleza la libertad
estuviera asegurada en los comienzos de la historia humana y que la
aparicin del Estado o del gobierno haya supuesto su negacin ms
inmediata; la libertad se ha ido ganando a travs de una serie de
batallas en las que se han sacrificado generaciones enteras (y por las
que se siguen sacrificando muchas personas en nuestros das). Como
escribe Mauro Barberis, "Las sucesivas vicisitudes de la libertad natural nos advierten acerca de la oportunidad de desafiar imparcialmente cualquier rnito de origen, contra cualquier pretensin segn
la cual la historia de la libertad ya estara escrita en los comienzos",
Tradicionalmente, los condicionantes de la libertad han sido
como lo explica Bobbio de tres tipos: un condicionante psicolgico,
que ha actuado sobre las ideas, los ideales y las concepciones del
mundo; un condicionante generado por la posesin o no de la riqueza, es decir, la posibilidad de incidir sobre la conducta y sobre la
voluntad de una persona en funcin de su riqueza o de su pobreza;
y un condicionante generado por la coaccin, es decir, la posibilidad
de condicionar la conducta o la voluntad de una persona por medio
del uso o de la amenaza de la fuerza.
CAPTULO
IV
SEGURIDAD JURDICA
l. Introduccin
I
I
!
!
I
:
I
--------
-----------
66
MIGUEL CARBONELL
1
1
1,
r
)
67
En efecto, la seguridad jurdica busca que la "estructura" del ordenamiento sea correcta (que sea justa, para decirlo en otras palabras) y que tambin lo sea su "funcionarniento".
La correccin estructural se concreta en una serie de principios
que estn presentes en casi todos los ordenamientos jurdicos democrticos. Entre esos principios encontramos los siguientes:
A) Lege promulgaia, segn el cual para que una norma jurdica
sea obligatoria tiene que haber sido adecuadamente promulgada; .es decir, tiene que haber sido dada a conocer a sus
destinatarios mediante las formalidades que se establezcan
en cada caso. La promulgacin en lps Estados modernos
presupone el carcter escrito del derecho, lo que permite la
inclusin de las normas en publicaciones oficiales, as como
su recopilacin en cdigos, leyes, tratados, reglamentos, etctera. Sobra decir que un sistema de derecho escrito permite contar con mayores niveles de seguridad que un sistema de derecho consuetudinario, puesto que al estar fijadas
en un texto las normas que rigen en una sociedad es ms
fcil que sean conocidas y aplicadas por sus destinatarios.
B) Lege manifiesta, segn el cual las leyes (las normas jurdicas
en general) deben ser claras, comprensibles, alejadas de formulismos oscuros y complicados. As por ejemplo, es contrario a la seguridad jurdica el establecer tipos penales abiertos o en blanco, que son aquellos en los que la accin que se
quiere sancionar no est claramente definida en el texto, ni
se establecen con precisin las consecuencias jurdicas por
realizarla.
C) Lege plena, segn el cual las consecuencias jurdicas de alguna
conducta deben estar tipificadas en un texto normativo; todos los actos o conductas que no estn jurdicamente previstos no pueden tener consecuencias jurdicas que nos afecten.
Esto se logra mediante el establecimiento de un sistema de
fuentes del derecho a travs del cual se determina qu normas forman parte del ordenamiento jurdico y los pasos que
son necesarios para modificar o derogar esas normas. Solamente con base en alguna de las normas pertenecientes al
sistema jurdico un juez o una autoridad administrativa nos
podrn imponer, llegado el caso, algn tipo de consecuencia
jurdica por nuestra conducta.
D) Lege stricta, segn el cual algunas reas de la conducta pueden ser reguladas solamente mediante cierto tipo de nor-
68
MIGUEL CARBONELL
r
1
1
)
69
1
1
70
MIGUEL CARBONELL
DE ...
71
CAPTULO V
LOS DERECHOS HUMANOS EN MXICO
DURANTE EL SIGLO XX
l. El trnsito del siglo XIX al siglo XX
73
74
MIGUEL CARBONELL
,~.,
11:; .
o
)-
o
>,
l,
:e
U
2
1,
)-
lO
.a
IS
)-
:a
IS
a
1-
.e
!r
:>s
a-
DE...
75
10
:2
el
la
10
le
'O
le
[a
o
).
e
lIS
80 El presidencialismo
mexicano ha sido objeto de innumerables anlisis acadmicos y
periodsticos. El texto clsico sigue siendo el del destacado constitucionalista Jorge Ci\RI'IZO.El
presidencialismo mexicano, publicado originalmente en 1978, con mltiples reediciones posteriores (aparece bajo el sello de la editorial Siglo XXI). Ver tambin el completo ensayo de OROZCO
HENR\.2L'EZ, Jos de Jess, "El sistema presidencial en el Constituyente
de Quertaro y su evolucin posterior" en la obra colectiva, El sistema presidencial mexicano (Alg~nas 'reflexiones),Mxico,
UNAM, 1988,pp. 1-118.
76
MIGUEL CARBONELL
I
j
no
rael
diiza
un
ra
tiue
.so
de
.er
la
lte
les
~a-
.u-
'se
da
unde
lel
)1,
DE...
77
78
MIGUEL CARBONELL
La Revolucin mexicana haba estado animada y finalmente llevada a cabo por los grupos sociales ms inconform-, con el desarrollo
econmico, social y poltico durante el rgimen de Porfirio Daz. Era
obvio que dicha inconformidad tena que estar reflejada y reconocida
en el nuevo texto constitucional. Quiz Venustiano Carranza no supo
calcularlo bien.
Con independencia del contenido ms o menos amplio del proyecto constitucional de Carranza, lo cierto es que los diputados constituyentes tenan claridad respecto a lo indispensable que resultaba
plasmar normas dirigidas a regular la materia -laboral y respecto a la
propiedad agraria.
En materia laboral se introdujo un apartado constitucional nuevo
titulado "Del trabajo y de la previsin social". No deja de resultar
curoso (pero tambin muy indicativo de las preocupaciones de los
diputados constituyentes) que ese apartado, desde el texto original
de 1917 y hasta el da de hoy, est compuesto por un nico artculo:
el artculo 123 constitucional.
En ese artculo se establecan cuestiones que, para su tiempo,
fueron de avanzada, ciertamente progresistas. Por ejemplo, ya se hablaba de una jornada laboral mxima de ocho o siete horas (ya sea
que se tratase de una jornada diurna o nocturna, respectivamente),
la prohibicin del trabajo infantil, la proteccin a las mttieres embarazadas, un da semanal de descanso, el salario mnimo que se deba
pagar a los trabajadores, la participacin de los propios trabajadores
en las utilidades generadas por cualquier empresa agrcola, comercial, fabril o minera, etctera.
Pai'a poder tener una dimensin del grado de avance que suponen todas estas cuestiones debemos considerar 10 mucho que cost
ganarlas en los Estados Unidos, en donde la Suprema Corte durante
dcadas fue declarando inconstitucionales leyes que intentaban proteger a los trabajadores (en concreto, sobre temas corno la jornada
laboral mxima y los salarios mtnimos). No fue sino hasta la confi'ontacin del Presidente Franklin D. Roosevelt con la Corte y la
H!l La intervencin
conservadora de la Suprema Corte de los Estados Unidos en temas de
regulacin econmica y laboral tiene como caso paradigmtico el de "Lochner versus Nueva
York" resuelto en ] 905. Un completo sitio de informacin bibliogrfica sobre Lochner y su trascendencia puede encontrarse en http://www.bu.edu/law/lochuellbibliogm.phy.html. Sobre el tema es
tambin esencial el crtico y lcido trabajo de CASSSUNSTEIN,"Lochner's legacy", Columbia Laui
DE...
79
Porra
CNUH,
~UU1.
80
MIGUEL CARBONELL
nos desde finales del siglo XIX: los latifundistas, la Iglesia, los bancos
y las empresas. Se reivindica, desde el texto constitucional, la ideol.y,
ga de la Revolucin y sus causas sociales ms profundas.
Varios diputados lo expresaron con claridad: la Constitucin
mexicana haba sido concebida como una Constitucin para obreros
y campesinos. Es el caso, por ejemplo, del Diputado Cravioto, quien
desde la tribuna del constituyente sostuvo: "as como en Francia, despus de su revolucin, ha tenido el alto honor de consagrar en la
primera de sus cartas magnas los inmortales derechos del hombre,
as la Revolucin Mexicana tendr el orgullo legtimo de mostrar al
mundo que es la primera en consignar en una constitucin los sagrados derechos de! los obreros". Es decir, se estaba pasando (con plena
conciencia de la novedad que eso supona) del constitucionalismo
liberal cuyo sujeto de proteccin y tutela era el individuo, al constitucionalismo social. La primera Constitucin con derechos para las
"clases sociales" estaba naciendo.
Una cosa distinta, que habr que analizar por separado y en otro
momento, es si las decisiones que finalmente se tomaron resultaron
las mejores para esos millones de personas que vivan en la pobreza
antes de la Revolucin y que siguieron viviendo en ese mismo estado
todava por dcadas. El milagro revolucionario mexicano no arranca
sino hasta mediados del siglo XX, cuando dan inicio los 40 aos del
llamado "desarrollo estabilizador" en los que el pas crece a un ritmo
vertiginoso y grandes capas de la poblacin (sobre todo en el mbito
urbano) alcanzan niveles de bienestar desconocidos hasta entonces.
2.3. Del iusnaturalismo al positivismo en materia de derechos
El primer captulo de la Constitucin mexicana de 1857 llevaba por
ttulo "De los derechos del hombre". En su primer artculo, esa Constitucin sealaba que "[eJl pueblo reconoce que los derechos del hombre
son la base y el objeto de las instituciones sociales. En consecuencia,
declara que todas las leyes y todas las autoridades del pas, deben respetar y sostener las garantas que otorga la presente Constitucin".
En 1917 la denominacin del captulo inicial de la Constitucin
se modifica y queda como "De las garantas individuales". Tambin
cambia el contenido del artculo 1, que los constituyentes de Quertaro redactan de la siguiente manera: "En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozar de las garantas que otorga esta Constitucin, las cuales no podrn restringirse ni suspenderse, sino en los
casos y con las condiciones que ella misma establece".
cos
.Jon
ros'
en
es.;.
la
re,
al
ra-
na
no
iti-
las
:ro
Jn
-za
:lo
ca
lel
10
to
s.
or
tire
.a,
~s~n
,
"'-
11tS
81
Sobra decir que es muy probable que los constituyentes no tuvieran muy clara la diferencia entre "garantas" y "derechos", confusin
que estuvo presente a lo largo del siglo XX entre buena parte de la
doctrina constitucional mexicana y tambin en la jurisprudencia nacional. No hace falta abundar en tal diferencia, sobre la que ya se ha
hecho alguna mencin en las pginas precedentes.
Lo que quiz pueda tener un mayor inters para este anlisis de
carcter histrico es el cambio operado respecto de la "fuente" de los
derechos. Mientras que la Constitucin de 1857 se refera al "reconocimiento" de los derechos, la de 1917 hablaba del "otorgamiento"
de los mismos. Aunque seguramente no tuvo mayor relevancia prctica, durante dcadas este cambio en la nomenclatura constitucional
alrededor de los derechos gener profusos (y muchas veces confusos)
debates entre los profesores de derecho constitucional.
En el fondo, como es evidente, lo que subyace es la disputa entre
iusnaturalismo e iuspositivismo, tan presente en la literatura jurdica
del siglo XX. Los constituyentes de 1857 parecan adherirse a una
visin ms iusnaturalista, tomada seguramente del pensamiento ilustrado europeo del siglo XVIII,93 mientras que los que redactaron el
texto de 1917 se afiliaron a una corriente ms "estatalista", propia
del iuspositivismo,
En fin, C01110 ya se dijo, mediante una reforma publicada en el
ao 2011 la Constitucin mexicana vuelve a las races de 1857, pues
ahora el artculo lOse refiere nuevamente al "reconocimiento" de
derechos y no al "otorgamiento"." Con el paso del tiempo, el talante liberal e iusnaturalista de los constituyentes del 57 se termin imponiendo.
3. Los derechosen el rgimen autoritario mexicano
El siglo XX mexicano fue el siglo del Partido Revolucionario Institucional (PRI). A partir de su fundacin en 1929, ocup todo el
espacio poltico y fue el gran aparato articulador de un rgimen poltico que se extendi durante siete dcadas.
Nadie duda a estas alturas que se trat de un rgimen autoritario,
si bien es cierto que los gobernantes de tumo por lo general no co93 Gregorio PECF..5 BARBA, "Derecho, sociedad y cultura en el siglo XVIII" en Historia de los
derechos fundamentales, t. II (Siglo XVIII), vol. 1, Madrid, Dykinson, Universidad Carlos III de
Madrid, 2001, pp. 7 Yss,
!H La reforma constitucional en materia de derechos humanos, publicada en el Diario oficial
de la Federacin el 10 de junio de 2011, contiene muy relevantes cambios, ms all de cuestiones
semnticas. Para un anlisis de su contenido puede verse, por ejemplo, en CARBONELL,
Miguel y
Fedro, S,'\LVAl{ (coord.), La reforma consliiucumai de J.eu:"hu:.humanu.>. ui~ nu':viJ pu.digu., Lit.
82
MIGUEL CARBONELL
I
1
I
1
i
::!n
a
as
eto
~n
m
)s
(1-
In
la
~o
1)-
.0
1-
>s
a
lS
n
IS
o
[-
n
:]
83
o
is
1i-
formacin. Esto ocurre incluso en la que parece ser la filosofa poltica dominante, que concibe
estos derechos como expresin de principios de justicia secundarios, cuando no peligrosas confirrnaciones del criterio utilitarista que amenaza el disfrute de los derechos individuales", PRIETO,
Luis, "Los derechos sociales y el principio de igualdad sustancial" en CARHO:-:ELI., Miguel, Juan
Antonio, CRL'Z PARn:RO y Roclolfo, VAZ(.lL'EZ, (compiladores), Derechos sociales y derechos de las minoras, 3a. ed., Mxico, IIJ-UNAM, Porra, 2004, p. 46.
!ltl Cosso, Cambio social y cambio Jurdico, cit., p. 123.
07 BUR(~()A. Ignacio. lAS garantas individuales, 35a. ed., Mxico, Porra, 2002, pp. 704 y 706.
84
MIGUEL CARBONELL
85
se
los
po
las
an
-ntal
:~:.to
::lo
"a
la.ia
.a-
ge
nos
id
os
0-
. es
10
b-
as
es
DH
l""n
t','
:;QC)
Jv_
~v~,
Po rr a , 2002,
86
MIGUEL CARBONELL
siglo XX. En alguna medida lo fueron todos, si bien hubo casos muy
clamorosos.
Uno de esos casos fue el de los derechos de participacin poltica.
De hecho, se trata de un aspecto muy llamativo en la historia poltica de Mxico y, naturalmente, tambin en la historia nacional de los
derechos fudamentales.
El rgimen poltico mexicano, articulado alrededor de un partido
hegemnico (el PRI), siempre fue rnuy cuidadoso a la hora de guardar las apariencias.?' nunca se dejaron de celebrar elecciones conforme al calendario establecido, nunca se dejaron de registrar candidatos, nunca faltaron partidos de oposicin, casi nunca se impidi un
cierto nivel de discurso crtico hacia el rgimen, etctera. Es decir, no
se trat de una dictadura o de un rgimen totalitario como el que
padecieron muchos pases de Amrica Latina a lo largo del siglo XX.
El dominio priista fue rns sutil (por llamarlo de alguna manerar.w'
Ahora bien, aunque las apariencias eran las propias de una democracia ms o menos normal, lo cierto es que la realidad era una
cosa muy distinta: el gran elector fue durante dcadas el Presidente
de la Repblica, que en su carcter de lder mximo del PRI tena la
facultad (metaconstitucional, como con acierto la llam Jorge Carpizo
en una obra clsica) 101 de nombrar a su sucesor. Las prcticas de
fraude electoral fueron abundantes y reiteradas.
Los partidos de oposicin fueron financiados desde el propio poder pblico para que hicieran su papel, en el entendido de que la
competencia real por el poder se daba dentro del PRI. La excepcin
a esa oposici6n-clientelar fue durante mucho tiempo el Partido Accin Nacional (PAN), vinculado a ciertos grupos empresariales y cercano a la Iglesia Catlica.
Los medios de comunicacin no eran en modo alguno imparciales. Las noticias que llegaban desde las oficinas gubernamentales se
transmitan como verdades absolutas (sin cambiarles ni una coma a
los boletines oficiales). La profesin periodstica siempre estuvo muy
cercana al poder poltico, salvo alguna excepcin muy notable como
lo fue el peridico Exclsior bajo la direccin del legendario periodista
Julio Scherer Garda, desde finales de los aos 60 y hasta 1975, cuando fue depuesto y expulsado
del peridico por rdenes del Presidente
,
,
ar:-.
or-
:la:,~
un
no;
JJe, "....
,,;
x,
lOO
le'~;
n4,
tte
1~
zo
de
10-
la
5n
87
lC-
~r,a-
se
a
Lly
10
ta
nte
en
~sor
necesarias al amparo mexicano han, sido sistematizadas y analizadas por Arturo, ZALDVAR, Hacia
una nueva Ley de Amparo, Mxico, UNAM, 2001. Un panorama muy completo del amparo tal
como qued a partir de la nueva Ley de Amparo publicada en el Diario Oficial de la Federacin el
2 de abril de 2013 puede verse en FERRERMAC-GRr:COR,
Eduardo y SANCIIEZ
Gn., Rubn, El nuevo
juicio de ampuro, Mxico, Porra, IIJ-UNA~,1, ~013.
DE...
89
I
f'
88
MIGUEL CARBONELL
amparo era muy estrecha: se requera acreditar por parte del promo~
vente la existencia de un inters jurdico supuestamente vulnerado
por un acto de autoridad. El titular de dicho inters jurdico, ad-,
ms, deba resentir un agravio personal y directo para que su demanda,
de amparo pudiera ser procesada.
Por otro lado, el efecto de las sentencias de amparo en las que fueta
declarada la inconstitucionalidad de una norma general abarcaba solamente a las partes en el juicio. Es decir, el efecto de la declaratoria de
inconstitucionalidad consista en "inaplicar" la norma contraria a la
Constitucin, pero sin expulsarla del ordenamiento jurdico con efectos
generales hacia el futuro. Se trataba, en suma, de una muy mala copia
del sistema de control constitucional de los Estados Unidos.
En la prctica judicial el amparo serva para proteger algunos
derechos, de forma limitada. La competencia para conocer de ese
juicio corresponda exclusivamente al Poder Judicial de la Federacin
(esa fue una diferencia importante respecto al modelo de control
constitucional estadounidense, que reconoce una competencia "difusa" para ejercer dicho control, de acuerdo con la cual lo puede ejercer cualquier juez). El amparo, en trminos prcticos, era til para
proteger la libertad personal (ya que tena entre sus funciones servir
como una especie de recurso de habeas corpus) y como mecanismo
de control de losjueces locales de las entidades federativas (a travs de
lo que se ha denominado como "amparo-casacin").
Para enriquecer el esquema constitucional de garanta de los derechos fundamentales, en 1992 se incorpora la figura del ombudsman,103
muy conocida en el derecho comparado.! Se ordena desde la Constitucin la creacin de una Comisin Nacional de los Derechos Humanos como rgano nacional y 32 comisiones locales en cada una de las
entidades federativas que integran la Repblica mexicana.
Como es tradicin tratndose de este tipo de rganos, las Comisiones tienen c01npetencia para conocer de quejas en contra de rganos de la administracin pblica y emiten recomendaciones que, C01no
tales, no son vinculantes. En 1999 y en 2011 se reforma nuevamente
el marco constitucional del ombudsman para fortalecer su autonoma
y para darle mayor fuerza a las recomendaciones a travs de un esquema de control parlamentario.
En la prctica, las comisiones han hecho una tarea impresionante
y muy positiva para denunciar hechos atroces como la tortura, la desIO:l Hctor FI.X-Z:\ML[)IO, Estudio de la defensa de la Constitucin en el ordenamiento mexicano,
Mxico. UNAM, Porra, 2005, pp. 325 Yss.
I(H Hctor FIX-ZAi\fU[)](), Proteccinjurdica de los derechoshumanos. Estudios comparativos, 2a.
ed., Mxico, CNDH, 1999, pp. 347 Yss.
-1
I
j
,
tr
o
e
')3
;-
'
89
CARBONE!.L,
de los Estados Unidos Mexicanos comentada y concordada, cit., t. rv, pp. 180 Y ss; Joaqun
MAZANO, La accin abstracta de inconstitucumaluiad, Mxico, NAiv, 2003.
BR:\GE CA-
CAPTULO VI
LA INTERPRETACIN
CONSTITUCIONAL
DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES
l. Reglas y princiPios
Las normas constitucionales que contienen derechos fundamentales
estn redactadas en forma de principios. Los principios suelen diferenciarse del modelo de normas jurdicas llamadas "reglas", en las
cuales estn perfectamente definidos tanto el supuesto de hecho
como la consecuencia jurdica. En el caso de los principios tal determinacin no existe, o al menos no con el grado de precisin y detalle
que tienen las reglas.
Los principios son normas en alguna medida abiertas, a partir de
cuya lectura el intrprete no puede saber con total certeza el campo
de aplicacin de los mismos, ya sea porque no est definido el permetro material que intentan regular tales principios, o bien, porque
no est claro a qu casos s y a qu casos no pueden ser aplicados.
La presencia masiva de principios en las constituciones contemporneas (sobre todo en las llamadas constituciones del neoconstitucionalismo) 106 exige nuevas pautas argumentativas, basadas ya no
-o no sola, ni principalmente- en la subsuncin, sino en la tcnica
de la ponderacin y en el juicio de proporcionalidad. 107
Ioe Miguel CARBONELL.
(editor), Neoconstitucionalismo(s), 4a. ed., Madrid, Trotta, 2009; Miguel
CARllONELL(editor), Teora del neoconstitucionalismo. Ensayos escogidos, Madrid, Trotta, 2007; Miguel CARBONELl.y Leonardo GARCA]ARAMILl.O(editores), El canon neoconstitucional, Madrid, Trotta, 2010;
. Tecla MAzzARF_'>E
(coord.), Neocostituxionalismo e tutela (soura) nazionale dei diruti fondarnentali, Turn
Giappichelli, 2002; Sussana POZZOLO,Neoconstituzionalismo e positivismo giuridico, Turn Giappichelli,
2001; Eduardo RIBEIROMOREIRA,Neoconstitucionalisrno. A invasao da Consiiiucao, Sao Paulo, Editora
Metodo, 2008; Max M()u.ER, Teoria Geral do neoconstitucionalismo, Porto Alegre LIVRARIADO AnvOGADO, 2011; Alfonso GARCAFIGUERO:\,Criaturas de la moralidad. Una aproximacin neoconstitu.cionalista
al derecho a travs de los derechos, Madrid, Trotta, 2009; PRIETOSANClISLuis, El constitucionalismo de
los derechos, Madrid, Trotta, 2013.
107 Jaime CARDENAS,La argumentacin corno derecho, Mxico, I1J-UNAM,
2005, pp. 39 Y ss.
Por su parte, Luis Prieto seala que "[e]lllamadojuicio
de ponderacin
o proporcionalidad
supone ClCilSO ("1hallazgo ms celebrado de la interpretacin
constit.ucional y presenta interesantes
91
92
MIGUEL CARBONELL
No es momento de hacer ni siquiera un resumen del debate contemporneo sobre reglas y principios, o sobre las implicaciones del
juicio de proporcionalidad y de la ponderacin. Lo importante, ms
bien, es sealar la relevancia que tiene para el constitucionalismo del
siglo XXI la cuestin interpretativa. Eso es algo sobre lo que ya nadie
duda: la interpretacin constitucional ha estado y sigue estando en
el centro de cualquier acercamiento al tema de los derechos fundamentales.
Pues bien, lo anterior es relevante porque permite ilustrar una
curiosa ausencia en la historia constitucional mexicana en materia de
derechos fundamentales: durante dcadas los jueces (y tambin, con
mayor razn todava, los dems rganos del Estado mexicano), no
hicieron ningn tipo de interpretacin constitucional en materia de
derechos fundamentales.
Era imposible, hasta hace muy poco tiempo, encontrar sentencias
de los tribunales mexicanos en las que se hiciera una interpretacin
(buena o mala, como fuera) de la libertad de expresin, de la libertad
de trnsito, del debido proceso legal, del principio de no discriminacin, etctera. Sobra decir que, al tenor de lo que ya fue expuesto en
algn apartado anterior, tanlpoco hubo criterios judiciales en materia especfica de derechos sociales; no existieron precedentes judiciales interesantes, a lo largo del siglo XX mexicano, en los que se defendiera el derecho a la educacin, el derecho a la salud o el derecho
a la vivienda. IO~J
problemas tericos e incluso consecuencias en el orden institucional", justicia constitucional y
derechos fundamentales, Madrid, Trona, 2003, p. 18.
IUH Robert Aizxv, Teora de los derechosfundamentales, 2a. ed., traduccin de Carlos Bernal
Pulido, Madrid, CEPC, 2007, pp. 67 Y68.
IU!) Hay que decir, sin embargo, que se comienza a apreciar un cambio de tendencia a partir
de 1995, luego de una importante reforma judicial que -entre otras cuestiones- obliga a una
renovacin completa de la Suprema Corte de Justicia de la Nacin. A partir de entonces, aun-
'
11
,
t
.S
!l
e
[l.
1
)
93
94
MIGUEL CARBONELL
UNAM,2011.
GARc/\
de Derechos Humanos.
11" Caso Castaeda Gutman 7IS. Mxico. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia ele 6 ele agosto ele 2008. Serie C No. 184. Un anlisis del caso puede verse en Eduardo FERRt:RMAc-GREcORy Fernando SILVAG.\RcA,El caso Castaeda ante la Corte [nieramericann de
Derechos Humanos, Mxico, Porra, UNAM, 2009.
lila
~n10-
m-
n
an
las
.nlas
leha
JO
lIS
DE...
95
lmites a la jurisdiccin militar, 11f1 investigacin de feminicidio, 117 obligacin de ejercer un control difuso de convencionalidad.!" etctera.
La jurisprudencia interamericana ha refrescado el debate jurdico
mexicano alrededor de los derechos y ha supuesto una importante
afirmacin del signo garantista que puede tener la globalizacin. Gracias a la intervencin de la Corte' Interamericana de Derechos puede
.vislumbrarse un futuro mejor para el respeto de la dignidad humana
de todas las personas que viven en Mxico. Hay elementos .que nos
permiten sealar que estamos ante la posibilidad de que el siglo XXI
sea mejor que el siglo XX en materia de derechos humanos.
Ms adelante nos vamos a referr al control de convencionalidad,
que es una aportacin de la Corte Interamericana que tiene un gran
potencial para mejorar el debate jurdico de los pases firmantes de
la Convencin Americana de Derechos Humanos (entre los que est
Mxico, desde luego) y que puede servir como una poderosa palanca
de construccin de un verdadero ius commune en la regin de las
Amricas.
4. Inierpretacum conforme y principio pro persona
A partir de la importante reforma del 10 de junio de 2011 a la
que ya hemos hecho diversas alusiones, en el artculo primero constitucional se recoge la figura de la "interpretacin conforme", 11'1 al
sealarse que todas las normas relativas a derechos humanos (del
rango jerrquico que sea) se debern interpretar a la luz de la propia
'Constitucin y de los tratados internacionales en la materia. Esto
implica la creacin de una especie de bloque de constitucionalidad
(integrado no solamente por la carta rnagna, sino tambin por los
se
ili.ey,
"!S-
fEZ
'11uca
a,
:s.
rle
Ilti Caso Rodilla Pachecous. Mxico. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia ele 23 ele Noviembre ele 2009. Serie C No. 209. Una explicacin de la sentencia est en
Eduardo FERRER-MACGREGUR
y Fernando SILVAG.\RC.\,JUTisdiccin militar y de-rechoshumanos. El
caso Radilla ante la Corte Interamericana de DerechosHumanos, Mxico, UNAM, Porra, 2011.
117 Caso Gtmzlez y otras ("Campo Algodonero") us. Mxico. Excepcum Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre ele 2009. Serie C No. 205. El anlisis respectivo
en Eduardo FERRERMAC-GR1':COR
y Fernando SILVA
G.'\RCA,Losfeminicidios de Ciudad Jurez ante la
C01"teInteramericano de DerechosHumanos. Ca.soCampo Algodonero, Mxico, Porra, UNAM, 2011.
1111 Caso Cabrera Garcia y Montiel Floresvs. Mxico. Excepcin Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2010 Serie C No. 220. Sobre los alcances de esta seniencia, uul. Eduardo F~~RRER
MC-GREl:OR,"Interpretacin conforme y control difuso de convencionalidad. El nuevo paradigma para el juez mexicano" en CARBIJNE!.l., Miguel y Pedro S..\l.AZAR
(coords), La reforma constitucional de derechoshumanos: un nu.evoparadigma, cit., pp. 339 Yss.
11!l En general sobre este tipo de interpretacin,
GAseL))';ABEl.I.AN,Marina, "Interpretacin
conforme (con la Constitucin)" en W. AA., Diccionario de derechoconstitucional, 3a. ecl., Mxico,
Porra, UNAM, 2009, t. II, pp. 796-801.
96
MIGUEL CARBONELL
propios tratados internacionales), a la luz del cual se deber interpretar el conjunto del ordenamiento jurdico mexicano.rv
Un ejemplo parecido a la regulacin que contiene nuestro texto
constitucional se encuentra en el artculo 10.2 de la Constitucin
espaola, que establece 1'0 siguiente: "Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitucin reconoce
se interpretarn de conformidad con la Declaracin Universal de
Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre
las mismas materias ratificados por Espaa" .l:ll
Aunque la llamada "interpretacin conforme" es algo que se desprende de la posicin que guarda la Constitucin dentro del ordenamiento y de su carcter normativo, no est de ms hacerlo explcito,
sobre todo teniendo en cuenta lo poco que han usado nuestros jueces
esta tcnica interpretativa.l~:l
La idea de la "interpretacin conforme" tambin se encuentra
recogida en la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminacin, cuyos artculos 6 y 7 establecen lo siguiente:
Artculo 6.- La interpretacin del contenido de esta Ley, as como la
actuacin de las autoridades federales ser congruente con los instrumentos internacionales aplicables en materia de discriminacin de
los que Mxico sea parte, as como con las recomendaciones y resoluciones adoptadas por los organismos multilaterales y regionales y
dems legislacin aplicahle.
Artculo 7.- Para los efect.os del artculo anterior, cuando se presenten
diferentes interpretaciones, se deber preferir aquella que proteja
con mayor eficacia a las personas o a los grupos que sean afectados
por conductas discriminatorias.
C:\BALl.fRO
C)t:o.'\, Jos Luis, "La clusula de interpretacin
conforme y el principio
pro
portuguesa
de 1976.
,
EL ABC DE LOS DERECHOSHUMANOSY DEL CONTROL DE...
97
';n El pr~cipio p't~opersonae supone que; ?Iando exis~ dis.t~ntas interpretaCiones posibles de una norma jurdica, se debe~-~el~g~ aquella
que ms proteja al titular de un derecho hum~o. y taInbI~n significa 9u:,
Cuando en un caso concreto se puedan aplicar dos o mas normas Jundicas, el intrprete debe elegir aquella que (igualmente) proteja de
, . mejor manera a los titulares de un derecho humano.
. .'.
". Para decirlo en otras palabras, podemos afirmar que el prmcipio
'. 'pro personae tiene dos variantes principales:'
'
s-
la
1-
le
)-
y
n
a
IS
e
.)
3.
1
98 '
MIGUEL CARBONELL
DE...
99
.s
j-
s
s
y
:l
a
a
:1
)
)
V. Febre-
100
MIGUEL CARBONELL
125 SemanarioJudicial de la Federaciny su Gaceta, Libro XV; Diciembre de 2012, T.o 1, Tesis:
la. CCLXXVI/2012 (lOa.), p. 530.
CAPTULO VII
RECIENTES REFORMAS CONSTITUCIONALES
MATERIA DE DERECHOS HUMANOS
EN
(1997-2012)
l. Introduccum
>S
'e
:0
lS
n
1.;.
.a
CARBONELL,
101
102
MIGUEL CARBO'NELL
's
s
)
DE...
103
104
MIGUEL C..ARBONELL
varias ciertamente menores (un par incluso se refieren a la modificacin de un artculo transitorio que figuraba en un decreto de reforma
constitucional anterior);'>' mientras que otras afectan cuestiones estructurales del derecho mexicano en general y propician un avance
democrtico de considerable dimensin .
. A estas reformas ms integrales y sustantivas quisiera dedicarle las
siguientes pginas, debido a que explican una serie de procesos globales de cambio institucional y jurdico, peor tambin debido a que ya
perfilan el modelo de pas que Mxico ha elegido ser en el futuro (y
que est pendiente de hacerse realidad, dado que una modificacin
constitucional no necesariamente supone un cambio en la realidad).
Al analizar las reformas constitucionales aprobadas en el periodo
bajo estudio, aparte de los elementos contextuales a los que ya se ha
hecho referencia, hay otra cuestin destacada sobre la que vale la
pena llamar la atencin. Me refiero al hecho de que las reformas
constitucionales aludidas se han referido no solamente a la parte
sustantiva de los derechos (el reconocimiento de nuevos derechos o
la an1pliacin de los que ya estaban previstos), sino tambin a los
mecanismos por medio de los cuales tales derechos se pueden hacer
valer; respecto a esto ltimo cabe destacar las importantes reformas
de 1992 para crear la figura del ornbudsrnan (reforzadas en 1999 y
2011, para perfilar una mayor autonoma de este tipo de rganos),
de 1994 para fortalecer a la Suprema Corte en su carcter de tribunal
constitucional (ampliada en 2011 gracias a una reforma al rgimen constitucional del amparo) y de 2008 para tener un sistema de justicia
penal ms comprometido con los derechos de los procesados y de las
vctimas del delito.
En otras palabras: junto a la preocupacin por incorporar nuevos
derechos y por mejorar el rgimen constitucional de los mismos, ha
habido tambin un trabajo para ir. afianzando los mecanismos de
garanta que los protegen, bajo el entendido de que sirve de poco
tener un derecho reconocido en el texto constitucional si sus titulares
no cuentan con una va idnea para hacerlo efectivo. Con base en
eso es que podemos observar que a lo largo del periodo bajo estudio,
se han combinado reformas que podramos llamar sustantivas (refeI~CJ Ver el "Decreto por el que se declara reformado
el artculo 3 transitorio del Decreto por
el que se reformaron los artculos 30, 32)' 37 de la Constitucin Poltica de los estados Unidos
Mexicanos, publicado el 20 de marzo de 1997", publicado en el Diario Oficial de la Federacin
el 26 de febrero de 1999. Esta misma reforma de 1997 (referida a la adquisicin de la doble
nacionalidad por parte de mexicanos, cosa que estaba absurdamente prohibida hasta antes de
ese ao), fue nuevamente modificada en uno de sus artculos transitorios mediante decreto
publicado en el Diario Oficial de la Federacin el 22 elejulio ele 2007.
105
ridas al contenido miSlTIOdel catlogo de derechos) y otras que ha-bria de denominar adjetivas o procedirnentales (por estar referidas a
los procedimientos de proteccin de los derechos).
Hay tres reformas que considero estratgicas y estructurales, de
t.odas las que fueron publicadas entre 1997 y 2012:
1
S
)
s
r
1
a) La reforma en materia de transparencia y acceso a la informacin pblica gubernamental, que supuso un cambio de fondo
en las relaciones entre ciudadanos y autoridades, a la par que
llev al pas hacia una nueva dimensin en materia de rendicin de cuentas (la reforma fue publicada en el Diario Oficial de
la Federacum el 20 de julio de 2007).
b) La reforma en materia de justicia penal para crear un procedimiento acusatorio y oral, a partir de la cual se transforma
radicalmente la manera en que el Estado mexicano investiga,
persigue y juzga las conductas consideradas por la ley como
delitos (reforma publicada en el Diario Oficial de.la Federacum.
el 18 de junio de 2008).
.
e) La reforma general en materia de derechos humanos.Ta ms
importante de las ltimas dcadas, que supone una modernizacin general del marco jurdico mexicano en la materia y
que tendr que ser desarrollada legislativa,jurisprudencial y doctrinalmente (reforma publicada en el Diario Ofir.ial de la Federacin, ellO de junio de 2011).
Vamos a analizar cada una de estas tres importantes
los apartados sucesivos.
reformas, en
Durante dcadas, la regla general para el ejercicio deLpoder pblico en Mxico fue la ms absoluta opacidad. El secreto estaba en la
mdula misma del poder y el control de la informacin era la norma
de conducta de los gobernantes.
Por fortuna, el trnsito democrtico de Mxico ha implicado tambin modificaciones en este aspecto, dada la estrecha relacin que
existe entre transparencia y rendicin de cuentas."? Una de las exigencias ms recurrentes que se ha hecho en los aos recientes al
gobierno federal, a los gobiernos locales, a los rganos autnomos y
en general a todas las autoridades, ha sido precisamente que sean
1:10
CIDE.2010.
106
MIGUEL CARBONELL
la
le
(-
I-
n
O
)s
l-
~l
a
D
7
a
e
107
La mencin del artculo 6 prrafo primero tal como qued redac.tado en 1977 es interesante no solamente como ejercicio de remembranza histrica, sino tambin porque nos permite distinguir entre el
derecho genrico a la informacin y una de sus modalidades, que es el derecho de acceso a la informacin pblica gubernamental. El derecho a
la informacin en sentido amplio puede referirse tanto a la que est en
manos del Estado como la que tienen los particulares. Involucra cuestiones relacionadas con medios de comunicacin, libertad de imprenta,
pluralismo comunicativo, audiencias de medios, acceso a medios electrnicos, publicidad gubernamental, redes sociales, internet, etctera. El
derecho de acceso a la informacin pblica gubernamental es ms restringido, ya que abarca tanto el deber de la autoridad de hacer pblica
cierta informacin (aunque nadie la solicite) como el derecho de toda
persona de dirigirse a cualquier autoridad y pedir todo tipo de documento pblico que est en su poder, sin ms lmite que el respeto a la
vida privada y la proteccin de los datos personales.
El decreto de reforma constitucional publicado el 20 de julio de
2007 en el Diario Oficial de la Federacin, agrega _. como ya se dijoun prrafo segundo al artculo 6, compuesto por siete fracciones. A
qu se refiere el nuevo contenido del artculo 6 constitucional P!"
Aunque en este momento no es posible realizar un anlisis completo
sobre todas las cuestiones reguladas por dicho precepto, vale la pena
anotar sus aspectos generales, que dan buena cuenta de su importancia y del impacto global que ha tenido en el trnsito democrtico de
Mxico.
El rgimen constitucional de la transparencia y del acceso a la
informacin se refiere a los siguientes temas:
Todas las autoridades del Estado mexicano, sin excepcin de
ningn tipo, estn obligadas a respetar y garantizar adecuadamente el derecho de acceso a la informacin pblica.
Principio de mxima publicidad y reserva temporal de la
informacin por razones de inters pblico.
Vida privada y proteccin de los datos personales, como lmires al derecho de acceso a la informacin (el tema de los
datos personales aparece de nuevo en el prrafo segundo
del artculo 16 constitucional, ya considerndolo como un
derecho fundamental autnomo).
J:l2
CARBONELL,
Miguel, El rgi-
108
MIGUEL CARBONELL
eTL
~
!
1,
.os
n
D-
lir
er
se
ll-
ar
tel
e-
a-
n.
la
lo
:e
te
lo
lia
la
.0
1-
109
110
MIGUEL CARBONELL
65. Sobre la primera dimensin del derecho consagrado en el artculo mencionado, la individual, la libertad de expresin no se agota en
el reconocimiento terico del derecho a hablar o escribir, sino que
comprende adems, inseparablemente, el derecho a utilizar cualquier
medio apropiado para difundir el pensamiento y hacerlo llegar al
mayor nmero de destinatarios. En este sentido, la expresin y difusin del pensamiento y de la informacin son indivisibles, de modo
que una restriccin de las posibilidades de divulgacin representa
directamente, y en la misma medida, un lmite al derecho a expresarse libremente.
66. Con respecto a la segunda dimensin del derecho consagrado en
el artculo 13 de la Convencin, la social, es menester sealar que la
libertad de expresin es un medio para el intercambio de ideas e
informaciones entre las personas; comprende su derecho a tratar de
comunicar a otras sus puntos de vista, pero implica tambin el derecho de todas a conocer opiniones, relatos y noticias. Para el ciudadano comn tiene tanta importancia el. conocimiento de la opinin
ajena o de la informacin de que disponen otros como el derecho a
difundir la propia.
67. La Corte considera que ambas dimensiones poseen igual importancia y deben ser garantizadas en forma simultnea para dar efectividad total al derecho a la libertad de pensamiento y de expresin en
los trminos previstos por el artculo 13 de la Convencin.
de:
Po;
I
car
en!
dej
"di
m~,
"1(
~l
fue
m;:
lig
ree
tra
ne:
Frat
The
en
[ue
ier
al
~.:,'~:
;. "''::/'::',):
fu-<, ,~,,",,',,.,
do'
lu' ,'""
re-
de
re-
fa-
n
}a
)r-
ti-
en
10
n'a-
te
'eva
o,
)r'la
lIla
;U1
Sn
je
e111
111
112
MIGUEL CARBONELL
Como puede ver el lector, se trata de temas y enfoques interpretativos que simplemente no se hubieran podido plantear hace unas dcadas y que ms bien reflejan lo que ya se ha apuntado a lo largo del
presente texto: las reformas constitucionales en materia de derechos
humanos son producto de la doble influencia de la transicin democrtica que ha vivido el pas (por un lado) y de la influencia de corrientes tericas y normativas de orden global (por otro). La reforma que
acabamos de comentar brevemente lo acredita con suficiencia.
5. La bsqueda de Lajusticia y la seguridad para todos
En los aos recientes el reclarno ms sentido y ms extendido de la
poblacin mexicana hacia sus autoridades ha sido por el tema de la se-
I
11
113
'guridad. A principios del siglo XXI no hay ningn otro tema que
ocupe y que preocupe tanto a millones de personas como la forma de
':;,r~tccionar
frente a un fenmeno de delincuencia que no solamente se
OQ~e ......
,"'lii cobrado decenas de miles de vidas, sino que parece haber desbor:uaI:ti~ ,.'
i';':U;'?o cualquier imaginacin cap sus actos de sadismo y crueldad. En
:'i~~''''''''''~..~";~$,'aCadas
que siguieron a .la Revolucin Mexicana, nunca habamos
cin. "..:.\" 1 'hi2.:,\Jisto
tantos muertos con saa descomunal, tantas mutilaciones, tantas
lujo
I a.gresiones.
Algo se rompi a partir del ao 2006 (cuando los ndices de ho;r~0!t'Y,mi.cidio
a nivel nacional comienzan a incrementarse hasta llegar en el
;",;'g,011 a un nivel que supone una regresin de dos dcadas) y la pobla" ' ~in no para de exigir que se arregle. Como un principio de respuesta,
'.,e elpoder
reformador de la Constitucin introdujo lo que puede deno,. minarse una reforma integral al procedimiento penal mexicano. En
efecto, a travs de la reforma publicada el 18 de junio de 2008, se
ofrece una perspectiva renovada de todas y cada una de las etapas de
:00
lo que algunos han llamado el "drama penal mexicano".
len',.
La reforma toca aspectos vinculados con la polica, con el Minisirse
terio Pblico, con la forma de realizar los juicios y con las crceles.
de
Su puesta en marcha, que en los primeros aos ha caminado con una
rdo
lamentable lentitud tanto a nivel federal como en un buen nmero
eda
de entidades federativas, representa el esfuerzo ms integral y profundo de cambio institucional que se ha emprendido en materia pepor
nal en toda la historia del pas. Nunca ha habido un proyecto de
uva
reestructuacin de todo el procedimiento penal tan profundo como
eyes
el que est diseado en la reforma de junio de 2008.
da
La primera frase del artculo 20 introducida por dicha reforma
es contundente: "El proceso penal ser acusatorio y oral". Ms claro
ni el agua. Esta sencilla frase encierra una gran riqueza y supone la
tamanifestacin de todo un programa reformador de nuestra justicia
jpenal. El intrprete constitucional, si quiere darle un contenido con::lel
creto a dicho mandato, debera ser capaz de contestar al menos las
lOS
siguientes
preguntas: en qu consiste un sistema penal inquisitivo,
10por contraste con un sistema acusatorio? dcules son los elementos
msustanciales de un sistema acusatorio? cules son las diferencias funue
damentales que nos permiten distinguir entre ambos sistemas y qu
ventajas derivan de uno y otro? Vamos a intentar ofrecer un esbozo
de respuesta a dichas cuestiones en las pginas siguientes. m
la
.e-
I:I~
Algunas de las ideas que conforman este apartado han sido analizadas con mayor deta-
lle en CARBUNELL,Miguel, Losjuicios orales en Mxico, 6a. ed., Mxico, Porra, UNAM, RENACE,
2014; ver tambin CA,RBONELL,Miguel y OCHO.". REZA, Enrique, Q]l son y para qu sirven losjuicios
oralesi , l Oa. ed., MxiLO, Por ra, UNAM, 2013.
114
MIGUEL CARBONELL
lVO
fas
';,
er..
de
. 'r'~;
[ue
m-
iri~
UIl
uz-
10:
)SI-
~n.do
es
mry
: la
.cn
la
arClO
tro
ls
=lel
tede
nouna
115
ser detenido e interrogado, incluso sin ser notificado del crimen por
el cual se le investiga". I:~I!
Si bien los sistemas inquisitivos en Amrica Latina son ahora la
excepcin, hace dos dcadas eran la regla.':" La presencia de los sistemas inquisitivos tena dos manifestaciones. Por ejemplo, en Chile y
en Colombia -.-.antes de sus propias reformas penales- el juez concentraba la realizacin de tres funciones del proceso penal. De hecho, en distintos momentos del proceso, el juez 'era la autoridad
responsable de investigar un supuesto acto delictivo, de acusar a un
individuo como presunto responsable, y de juzgar la culpabilidad o
inocencia del acusado. As, en los sistemas inquisitivos de Chile y
Colombia el juez era de manera .secuencial polica, fiscal y juez.
Otro ejemplo de los sistemas inquisitivos en Latinoamrica ha
sido el sistema inquisitivo-mixto de Mxico. En el sistema inquisitivomixto de Mxico, si bien hubo una aparente separacin de funciones
entre el Ministerio Pblico (quien hace funciones de investigar y acusar) y el juez (quien determina la culpabilidad o inocencia de un
individuo) se produjo una desorbitada participacin del Ministerio
Pblico en funciones que deben ser materia exclusiva del juez.
Una muestra de ello es el valor probatorio de las diligencias que
realiza el Ministerio Pblico, en un fenmeno que se identifica en la
literatura penal como "la prueba tasada". El legislador determin en
el pasado que las pruebas presentadas por el Ministerio Pblico en el
expediente, siempre que se ajusten a los parmetros que establece la
ley, tendrn valor probatorio pleno. Es decir, valan ms que una
prueba en contrario presentada por el acusado. Ante la presencia de
ambas pruebas, el juez tena que valorarlas de manera distinta, con
lo cual el Ministerio Pblico -de hecho- estaba determinando la
inocencia o culpabilidad del acusado, con base en la fuerza legal
preestablecida de su prueba y no en los meritas de la misma. As, el
Ministerio Pblico desempeaba dos funciones procesales distintas,
una como investigador y otra, indirectamente, como juez. El desigual
valor probatorio de lo que ofrecen las partes ante el juez rompa el
principio de igualdad procesal y supona, de hecho, un grave riesgo
para la presuncin de inocencia.
qU,e
Jflr
UrI-
:go,
Jt,
del
MIGUEL CARBONELL
116
a
)
)
"
z
)
3.
r
)
)
importante voto particular de J ohn Paul Stevens que tambin se refiere al punto de la separacin
orgnica como caracterizacin de los modelos de proceso penal.
112 FERR.'\IOLI, Luigi, Derecho y razn. Teora del garantismo penal, l Oa. ed., Madrid, Trotta,
2009, p. 567.
H~ En algunos sistemas acusatorios el Ministerio Pblico no tiene el monopolio de la accin penal. En Chile, a partir de su reforma de justicia penal acusatoria y oral, la Constitucin
tambin otorga la facultad de ejercer la accin penal a la vctima de la conducta delictiva. Ver al
respecto el artculo 21 de la Constitucin mexicana.
1'11 Ver lo que al respecto seala el artculo 16 de la Constitucin
mexicana, as como lo que
se indica en CARBON1':I.l.,
Miguel, Losjuicios orales en Mxico, cit., pp. 79 y ss.
w, Guillermo Z~:I'F.[)A LECUONAha escrito uno de los libros ms completos sobre el funcionamiento y la problemtica del sistema ele justicia penal en Mxico; ver, Crimen sin castigo:
MIGUEL CARBONELL
118
sistemas acusatorios
Las diferencias adicionales entre los sistemas acusatorio e inquisitivo se pueden sealar a partir de una descripcin bsica de su
funcionamiento. En trminos generales, los sistemas acusatorios son
orales, pblicos y con elevados niveles de transparencia. En cambio,
los sistemas inquisitivos son escritos, cerrados y con elevados niveles
de herrnetismo.!"
En los sistemas inquisitivos se dedica un enorme esfuerzo institucional para integrar un expediente para cada caso particular. Corno
el Juez dictaminar la inocencia o culpabilidad del acusado a partir
de la lectura y estudio del expediente, todo aquello que no forma
parte de aquel, simplemente no existe para el caso. Por otro lado, las
pruebas que integran el expediente no tienen que presentarse, necesariamente, en audiencia pblica, ni el Juez tiene que estar presente
procuracion de justicia penal y ministerio pblico en M:xico, Mxico, Fondo de Cultura Econmica /
CIDAC, 2004, cita en la p. 93.
lit; Un anlisis detallado
de la reforma procesal penal en Chile, que en buena medida ha
servido como modelo para Mxico, puede verse en CARBONELL,
Miguel y OCIIOA R':ZA,Enrique,
Qu son y para qu sirven losjuicios orales?, cir., pp. 47 Y ss,
117 Para una distincin de las caractersticas
de los sistemas inquisitivo y acusatorio ver el
texto de Ana Montes Caldern, "Elementos de comparacin entre el Sistema Inquisitivo y el Sistema Acusatorio" en Tcnicas del Ju.icio Oral en el Sistema Penal Colombiano: Lecturas Complementarias.
Bogot, Comisin Interinstitucional para el Impulso de la Oralidad en el Proceso Penal, USAID,
2003. pp. 17-'25. ver hltjJ:I/71'71'1t'-t~!.:vaj.comkher:chi/hiblioler:a/index.htTlll
ji
i:
1,
o::
DE...
11 9
r
!
120
MIGUEL CARBONELL
SI:
a
gl
ce
re
Je
pt
di
pr
D<
Sla
ce'
si:
y~
tit
sa:
de
ne
aci
ve]
de:
Cal
pn
tro
no
las;
ora
ant
de
pel
ma
put
eso
me
las
sos
con
la
l
, '0
He
co
.nlo
iy
te-
ln
s-
es
'y
nas
ce
as
alo
la
elO
)s
~s
1-
le
r-
)-
Ll-
121
122
MIGUEL CARBONELL
le
es
,
[l,
le
F
lS
iJ:
!S
.e .
,:,-i,!
i..:
n
IS
a
's
e
'-
e
."
...
-1
123
Un amplio repaso a lo que significa la dignidad humana puede verse en GARZN VAL"cCul es la relevancia moral del concepto de dignidad humana?", en el libro del
mismo autor Propuestas, Madrid, Trotta, 2011, pp. 35 Yss.
151 CARBC,NELL, Miguel, La libertad. Dilemas, retos y tensiones, Mxico, UNAM, CNDH, 2008,
pp. 220 Yss.
1,,0
l)~:S, Ernesto,
124
MIGUEL CARBONELL
Sil
Caceta,
T()IllO
XXX, Di-
l~
1-
:Q
le
1.,.
. .1..
1-
a
n
-;
t1
DE...
125
126
MIGUEL CARBONELL
los peligros que se corren cuando los poderes pblicos (a veces incluso
con la activa participacin de los ciudadanos) pasan por alto la dignidad humana y cometen indecibles atropellos.
Antes de la reforma constitucional de junio de 2011 la Constitucin sealaba que el sujeto titular de los derechos (o garantas, segn
la anticuada frmula anterior a la misma reforma) era el "individuo".
Ahora elartculo 1 se refiere a la "persona".
Con independencia de si ello abre la puerta para la consideracin
o no de grupos como sujetos de derechos humanos o si se estn reconociendo derechos de carcter colectivo.!" lo cierto es que la consecuencia ms inmedia ta tiene que ver con el hecho de que ahora
podemos afirmar con fundamento que la titularidad de los derechos
humanos corresponde tambin a las personas jurdicas (mal llamadas
"morales"). Se trata de un tema que ha sido escasamente desarrollado
por la doctrina constitucional mexicana, pero que a partir de la ref?rma parece inexcusable comprender y profundizar en sus implicaClones.
Ms all de las cuestiones un tanto semnticas sobre el "reconocimiento" o el "otorgamiento" de los derechos por parte de la Constitucin, lo cierto es que el artculo primero pone al mismo nivel a
los derechos que aparecen en la Constitucin y los que estn previstos en los tratados internacionales. De esa manera, podemos afirmar
sin gnero alguno de duda que el derecho constitucional mexicano,
por lo que respecta a todo lo relativo a los derechos cuando menos,
se abre de forma clara y contundente al derecho internacional de los
derechos humanos, demostrando de esa manera una vocacin cosmopolita muy apreciable.
Lo que hace el artculo primero es poner de manifiesto que son
tan importantes los derechos hUlTIanOSque tienen reconocimiento
constitucional como aquellos que figuran en los tratados internacionales. Aunque ese criterio ya hubiera podido deducirse sin necesidad
de que lo dijera la Constitucin, estimo que es alentador el mensaje
que el poder reformador de la Carta Magna nos est enviando.
. .
15!, Sobre los derechos colectivos, TURBISCO, Neus, "El debate sobre los derechos colectivos
de las minoras culturales. Una reflexin sobre la adecuacin de las premisas tericas" en G<\RH(lI'ELL, Miguel. CRUZ PARCt-:RU, Juan Antonio y V:\z\.L'EZ, Rodolfo (compiladores), Derechos sociales
y derechos de las minorias, cit., pp. 383 Yss; CRI..!Z P,\RCERO, Juan Antonio, "Derechos colectivos" en
VV AA., Diccionario de derecho constitucional, 3a. ed., Mxico, Porra, UNAM, 2009, t. J, pp. 450
Y ss: CRL'Z Pi\RCERO, Juan Antonio, "Sobre el concepto de derechos colectivos", Revista Internacional de Filosofa Poltica, nm. 12, Madrid, 1998; una posicin relativamente escptica sobre los
derechos colectivos puede verse en UWr:Z CALERA, Nicols, {ay derechos colectivos? Individualidad
y socialidarl en la teoria de los derechos, Barcelona, Ariel, 2000,
:luso
dig~
titu.
gn
uo",
cin
re~
.onLora
.hos
idas
ado
rel
ica.noms-
~l a
VIS-
nar
no,
lOS,
los
.osiOn
Gto
:10-
lad
aje
lVOS
:AR-
'ates
en
150
'nalos
dad
DE...
127
La consecuencia prctica de lo anterior es que los abogados litigantes, jueces, organizaciones de derechos humanos y ciudadanos
tendremos a nuestro alcance un verdadero arsenal normativo para
proteger justamente nuestros derechos, derivado de l~s muchos tratados internacionales que ha firmado el Estado mexicano y que a
partir de la reforma de junio de 2011 adquieren rango constitucional
de forma plena.
El reconocimiento de rango constitucional a los tratados internacionales de derechos humanos es una tendencia bastante consolidada
en el constitucionalismo de Amrica Latina. Qu bueno que Mxico
finalmente supo decidirse a favor de esa tendencia.
A partir de la reforma se hace necesaria para todos los operadores jurdicos una actualizacin profunda y permanente sobre el contenido de los tratados internacionales y tambin, como es obvio, del
derecho que deriva de ellos.
Para el caso mexicano es muy importante repetir una y otra vez
la necesidad de que los juristas nacionales conozcan y en su caso
apliquen la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, que resulta obligatoria y del todo vinculante para todos
los rganos del Estado mexicano sin excepcin.
Hay quien piensa que la globalizacin en la que vivimos tiene
manifestaciones exclusivamente en el mbito de la economa y el
comercio. Nada ms lejos de la verdad. La globalizacin de nuestro
mundo no puede ser de signo exclusivamente mercantil, sino que
debe ser sobre todo un proceso de progresiva universalizacin de los
derechos humanos.
A partir de la reforma constitucional del 10 de junio de 2011 se
seala, en el prrafo tercero del artculo primero constitucional, la
obligacin del Estado mexicano (en todos sus niveles de gobierno,
sin excepcin) de promover, respetar, proteger y gar~ntizar los derechos humanos. De esta forma queda claro que todo derecho humano
"reconocido" por la Constitucin y los tratados internacionales genera
obligaciones para las autoridades mexicanas, con independencia del
nivel de gobierno que ocupen o de la modalidad administrativa bajo
la que estn organizadas.':" El citado prrafo tercero seala:
Todas las autoridades, en el mbito de sus competencias, tienen la
obligacin de promovel~ respetar, proteger y garanLizar los derechos
humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el EsI';(i CARBUNl':U" MigueL "Las obligaciones del Estado en el artculo lo. de la Constitucin
mexicana" en CARBU,,"l:U. y S\LAZAR (coords.), La reforma constitucional de derechos humanos, cit.,
pp. 63 Y ss. Ver tambin lo sealado en el capt.ulo 1 de este libro, supra.
128
MIGUEL CARBONELL
t:
129
I1
Ii
II1,
11
1I
130
MIGUEL CARBONELL
:1
tu
rn
le
bl
d.
li:
_____
131
..
..
1
j
::1
:1
j
CAPTULO VIII
ACCESO A LA INFORMACIN Y
PROTECCIN DE DATOS PERSONALES
EN EL MBITO DE LA JUSTICIA
l. Introduccin
Uno de los reclamos ms sentidos de la ciudadana en Mxico tiene
que ver con la justicia. En los aos recientes las tareas de procuracin
y administracin de justicia han ido tomando cada vez mayor visibilidad; los titulares de los principales medios de comunicacin se han
llenado de cuestiones judiciales (entendidas en un sentido amplio) y
hemos asistido a un intenso debate alrededor de casos concretos que
estaban siendo objeto de investigaciones ministeriales o de juicios
ante nuestros tribunales.
Por otro lado, el amplio proceso de reformas importantes en la
materia tambin nos ha obligado a pensar en el alcance de algunos
principios tradicionales a partir de los cuales se estructura el sistema
judicial, que han sido puestos a prueba por los desarrollos tecnolgicos de los ltimos aos.!"
A raz tanto de esa mayor visibilidad de los temas de la justicia,
como de las reformas recientes, existen una serie de desafos poco
estudiados y todava irresueltos sobre el acceso a la informacin y la
proteccin de los datos personales en ste mbito.
Es probable, en este contexto, que estemos apenas iniciando una
poca en la que tendremos que replantear distintas cuestiones relacionadas con la forma en la que se procura e imparte justicia en
Mxico. Parte de ese debate tendr que ver con la eficacia de las
tareas a cargo del Estado mexicano y con el logro de los objetivos que
se deben alcanzar: no hay duda de que necesitamos un aparato de
150 Sobre las reformas recientes en materia penal, CARBONELL, Miguel, Los Juicios orales en
Mxico, cit.; CARBONELL,Miguel, La r-eformapenal que Mxico necesita, Monterrey, RENACE, 2012.
Sobre la muy relevante reforma constitucional en materia de derechos humanos a la que ya nos
hemos referido en los captulos precedentes, CARBONELL, Miguel y SALAZAR, Pedro (coords.), La
reforma constitucional en materia de derechoshumanos: un nuevo paradigma, cit..
133
',
_;:':-~'C'~'I
134
MIGUEL CARBONELL
1
I
res
dit
d~
un.
nu
c~
arJ
cti
nI
111I
el
Pl
ei
1
tl
SI
n
l
a
1;
[ue
Tte
.on
no
lUo
su
ras
) a
de
los
eso
en
tro
tos
ru-
[ue
de
mr a
)elas
:n
.vo
135
as.
:en
de
le[ll-
~u-
no
el
-xn
1a
:er
ad
136
MIGUEL CARBONELL
autoridades para evitar que un hecho ilcito suceda. Esta etapa requiere que se tomen medidas legislativas y de poltica pblica que se
traduzcan en la tipificacin de conductas punibles, pero sobre todo
en la presencia de policas en nuestras calles, junto con las tcticas
de inteligencia policiaca que permitan identificar lugares y factores de
riesgo, a fin de que sean debidamente atendidos y la incidencia delictiva se mantenga baja (o, al menos, se mantenga dentro de ciertos
mrgenes de razonabilidad).
La principal responsabilidad en esta etapa (aunque no la nica,
desde luego) corresponde a los cuerpos policiacos, los cuales dependen de los poderes ejecutivos tanto a nivel federal como estatal, municipal y en el Distrito Federal.
En la etapa "preventiva" se presentan diversos 'dilemas en materia de acceso a la informacin y proteccin de datos personales, a los
que aludiremos enseguida. Lo importante en este momento es tener
claro que hay una responsabilidad muy importante del Estado mexicano en su conjunto para desarrollar polticas pblicas y acciones
legislativas tendientes a prevenir la comisin de delitos, de forma
que se preserve el derecho de todas las personas a la seguridad pblica y l su integridad fsica, familiar y patrimonial.
. La prevencin de los delitos se puede dar en varios mbitos y
niveles. Desde luego, es indispensable que se difundan y conozcan
ampliamente las obligaciones de los particulares y las formas en que
dichas obligaciones pueden ser infringidas, de manera que tanto autoridades como particulares conozcan lo que sealan las leyes correspondientes. El conocimiento y difusin de los derechos y deberes de
las personas es una valiosa herramienta para prevenir su posible violacin, adems de que forma parte del derecho a la informacin en
sentido amplio, el cual encuentra su fundamento en la parte final del
prrafo primero del artculo 60 de la Constitucin mexicana (aunque
tambin se puede fundamentar en el prrafo segulldo del mismo
artculo, si tornamos en cuenta su vertiente de "derecho de acceso a
la informacin pblica").
Por otra parte, tambin resulta esencial capacitar a los agentes de
la autoridad de forma que puedan llevar a cabo las tareas que les
encomienda la ley de forma efectiva. Muchos delitos se cometen por
la falta de preparacin de los funcionarios encargados de aplicar la
ley, precisamente en aspectos relacionados con la prevencin.
En la medida en que dichos funcionarios no estn preparados, la
tarea preventiva va a ofrecer resultados mediocres o incluso nulos.
Invertir en capacitacin tambin es una forma de dar cumplimiento
al deber de prevenir la comisin de los delitos.
ree se
Ddo
lcas
; de
~licrtos
tea,
ennuttelos
[ler
o[les
ma
)s y
.an
[ue
IU-
esde
lO-
en
:lel
ue
no
)a
de
.es
or
la
la
)s.
to
DE...
137
de los delitos
138
MIGUEL CARBONELL
Para el tema que se aborda en el presente captulo, conviene destacar el hecho de que la etapa de investigacin de los delitos comporta
un deber reforzado de sigilo y discrecin por parte de las autoridades.
Este deber existe para que sea posible lograr los fines de la propia
investigacin (lo cual se proyecta fundamentalmente hacia la persona
o personas que estn siendo investigadas, a fin de que no puedan
darse a la fuga, destruir pruebas, amenazar a los testigos o a las vctimas del delito, etctera) y tambin para proteger los derechos fundamentales de las personas que estn siendo investigadas, las cuales
en esta etapa todava no enh:entan una acusacin formal.
En esa virtud, durante esta etapa se presenta una eventual tensin entre el derecho de acceso a la inforrr:"acinpblica y la presuncin de inocencia; hay que recordar que en ausencia de una acusacin
formal, el derecho a la presuncin de inocencia se mantiene en su
nivel ms alto. Una vez que se acusa a una persona ante una autoridad judicial y da inicio un proceso penal, la presuncin de inocencia
sigue prevaleciendo, pero en ese momento entran en juego otros
principios que operan a favor de la publicidad procesal, tal como lo
veremos ms adelante.
Conviene en este momento detenernos en la descripcin del derecho a ser presumidos inocentes, para efecto de comprender adecuadamente los temas que siguen y en particular el asunto de la
pre~cllLacinde detenidos ante los medios de comunicacin.
2.2.1. Sobre la presuncin de inocencia
~s.ta
es.
na
na
an
c-
nes
nn-
lO
su
rI-
.
:la
os
lo
eela
te
le
t
ld
le
la
n
1}-
a
'-
139
de justicia.
,; .':'>".
1
'MIGUEL
140
CARBONELL
FERR'\IOU:
D erecho y razon,
"
a
o,
,Ji
Le
:a
lo
::-
1;'
DE...
141
"Y
s-
:a
:l'
lIS
o
;-
~I
II
e
o
1
I
3. El juicio penal
Una vez que se termina una investigacin y de que -en su casase logran acreditar los elementos que requiere el artculo 19 de la
Constitucin para acusar penalmente a una persona, el Ministerio
Pblico o bien un particular ejercen la accin penal respectiva ante
.un juez. 163
En este momento puede dar inicio la etapa propiamente procesal, si es que un juez o tribunal estiman que hay elementos para que
una persona enfrente un juicio. 1:a en esta etapa la publicidad de
todo proceso cambia las reglas que sobre proteccin de datos personales, presuncin de inocencia y acceso a la informacin regan durante la etapa de la investigacin. Para comprender el alcance de lb
que se acaba de sealar, es necesario ir por partes y abordar algunos
aspectos previos que resultan indispensables para advertir la forma
de organizacin de la justicia penal en la actualidad.
Cabe recordar que la reforma constitucional de 2008 en materia
de juicios orales crea dos figuras judiciales nuevas: el juez de controlo
juez de garantas y el juez de ejecucin de penas o juez de vigilancia
penitenciaria. De momento nos interesa la primera de estas figuras, ya
que tendr un papel destacado en el nuevo sistema de juicios orales
(adems de que tambin nos interesa debido a que las actuaciones del
juez de garantas pueden tener una cierta reserva en virtud de las
competencias que ejerce). Veamos cules son sus competencias.
,. CIt., p. 544.
- Derecho y razon,
1(i:1 La e~iste?-cia de la .accin penal privada es una de las novedades
ms llamativas de la
reforIT_laconstitucional publicada en el Diario Oficial de la Federacum el 18 ele junio de 2008 en
~n?~ena de proce~o. pen.al acusatorio y oral. Sobre el tema puede verse CARBONELL, Miguel, Los
JlllCZOS orales en Mxico, cit., pp. 151 Y ss.
15')
142
MIGUEL CARBONELL
Es el prrafo dcimo cuarto del artculo 116 constitucional, a partir de la reforma del 18 de junio de 2008, se prev la figura de los
"jueces de control" y seala su mbito esencial de corr:pete?-cia: la
resolucin de las solicitudes de medidas cautelares, providencias precautorias y tcnicas de investigacin de la autoridad, cuando requieran control judicial; en el ejercicio de dichas facultades, debern velar por la garanta de los derechos de los indiciados y los de las
vctimas u ofendidos.
Las solicitudes de medidas cautelares sern atendidas por los jueces de control" de inmediato" y resueltas "por cualquier medio". Para
evitar una completa "desformalizacin" en el ejercicio de tales atribuciones, el nuevo texto constitucional ordena que exista un registro
"fehaciente" de todas las comunicaciones entre los jueces de control,
el Ministerio Pblico y las dems autoridades competentes.
Quiz se trate de una de las medidas ms importantes y acertadas
de toda la reforma que estamos analizando. tti4 A travs de los jueces de
control se logran varios objetivos que apuntan en la direccin correcta:
por un lado se contribuye a la ''judicializacin''de las investigaciones;por
otra parte se ordena una completa jurisdiccionalidad en la garanta de
los derechos tanto del indiciado como de los ofendidos, dentro de las
etapas iniciales del procedimiento penal; adems, se prev constitucionalmente la celeridad de las solicitudes de medidas cautelares. lo Que
puede redundar en una imposicin ms efectiva de las mismas y ~de
esa manera contribuir a evitar los episodios de todos conocidos en los
que algn juez se ha tardado casi una semana en librar una orden de
cateo, mientras las fuerzas de polica tenan rodeado un domicilio en
el que estaban encerrados presuntos delincuentes, incluso con vctimas
de secuestro dentro del mismo domicilio.
En el desempeo de algunas de las competencias de los jueces de
control tambin debern observarse los principios de sigilo y discrecin, pues resultan indispensables para que puedan cumplir efectivamente con su objetivo (por ejemplo al dictar una orden de presentacin
o de aprehensin).
Sin embargo, el deber de sigilo cede a favor de la publicidad
cuando inicia formalmente el proceso.
De acuerdo con el principio de publicidad procesal enunciado de
forma expresa por el artculo 20 de nuestra Carta Magna (el cual lo
considera como un principio estructurador del nuevo modelo de jusIfi'l Incluso algunos de los crticos ms informados
de la reforma reconocen que se trata
de una medida "plausible"; ver GARGA Rr\MREZ, La reformapenal constitucional (2007-2008), cit.,
p,59.
1
1
s
r.
s.
s
1
143
ticia penal), todos los actos dentro del juicio son pblicos. Esto implica, como principio general, que cualquier persona interesada puede asistir a la sala del juzgado o tribunal de que se trate y ver el
desarrollo de las actuaciones procesales,
La publicidad acta en beneficio de la rect 1 imparticin de justicia, inhibe la corrupcin, mantiene a las partes en un estado de mayor
igualdad y convoca a una mejor rendicin de cuentas. De hecho, tal
publicidad hace posible la materializacin de una parte indispensable
de '.jercicio del c.erecho de acceso a la informacin pblica previsto
en el artculo 6 constitucional.
El.principio de publicidad procesal es aceptado en muchos pases
y s'lpone un elemento central de lucha contra .la corrupcin y la ineficacia que crecen en escenarios opacos y alejados de la mirada pblica. j1.dems, la publicidad es un elemento definidor del sistema
acusatorio, pues como lo indica Ferrajoli, "asegura el control, tanto
externo como interno, de la actividad judicial. Conforme a ella, los
procedimientos de formulacin de hiptesis y de determinacin de
la responsabilidad penal tienen que producirse a la luz del sol, bajo
el control de la opinin pblica y, sobre todo, del imputado y su defensor. Se trata seguramente del requisito ms elemental y llamativo
del proceso acusatorio" .I(}!"i
La publicidad de los juicios era una idea que ya estaba presente
en el pensamiento de la Ilustracin. Jeremy Bentham escribi que
"Cuanto ms secretos han sido los tribunales, ms odiosos han resultado". Por su parte Beccaria afirmaba que "el escudo ms seguro de
la tirana es el secreto". Ms recientemente ha sido Elas Canetti
quien ha ilustrado llluy bien la relacin que existe entre el secreto y
la dictadura. Dice Canetti, en su obra Masa y poder que:
"El secreto ocupa la misma mdula del poder ... El detentador del
pOd,er, qu.e de l se. vale, lo conoce bien y sabe apreciarlo muy bien
segun su importancia en cada caso, Sabe qu acechar, cundo quiere
alcanzar ~lgo, y sabe a cul de sus ayudantes debe emplear para el
acech? TIene m.uchos secretos, ya que es mucho lo que desea, y los
combu:a en un SIstema en el que se preservan recprocamente. A uno
le co.nHa.~aI cosa, a otro tal otra y se encarga de que nunca haya comurucacron en.tre ambos ... '_:fodoaquel que sabe algo es vigilado por
otro, el,cu.al: sm embargo, Jams se entera de qu es en realidad lo
ql~e esta vIgIlandc_>
,en el otro .... As, el soberano siempre est al corriente de la fiabilidad de los recipientes en que ha depositad
secretos, de su seguridad, y est en condiciones de apreciar cu~l s:;: .
11i5
F'
r ..
~.RR.'\I()U.,1IlgL
henal. <ir . n
J
'.1
n'
'
11
1
MIGUEL CARBONELL
144
esos recipientes est tan lleno que podra desbordar. De todo el sist.ema de secretos slo l tiene la llave...". 166
l(jli
C\l\'NETI,
)(:7
materia penal,
p. 916
_ .
La reformapenal
constitucional, cit.,' p 199
:/'
__ .
, ANDRS,
IB~Ez, Perfecto, :'Proceso penal: qu clase de publicidad y para qu?", Jueces
p~ra,la de71~~CraCla.'
numo ? 1'.M~d:~d,noviem?re de 2004, p. 64; el prrafo en cuestin seala lo
s~gt.llen~e:Refenda a laJunsdcc,lO~,la publicidad tiene un primero y nuclear sentido de garanna delllnputa~o, que de~~ presidir su tratamiento normativo y su proyeccin prctica, Desde
este punto de Vista,la pu~hcldad se opon~ al secreto de las actuacionesjudiciales y busca dar a stas
~n gJ~do de transparenCIa que haga posible el control de las mismas por quienes son parte o escin reclame,nte Interesad?s, en la c~u~a(~ublicidad interna); y por quienes, sim lemente como
rl~~adan~s, tlene~ un genen,co y .0bJet~vointers en que el desarrollo del trmiie de aplicacin
_.
ierecno rf>n~ no <;f';) arbitrar-io y discurra por cauces legales (publicidad externa)".
168 GARCA RAMREZ,
1(J9
s)S
~s.
.Y
f;
:0
le
:a
~s
le
i8.
.0
1-:-
le
le
ie
~s
la
le
)S
le
lo
~s
e-
en
17,
ces
lo
,ncle
laS
145
l-
~s
DE...
Derecho
111 A"'DRS
es-
p.64.
no
n
BOI"ELL.
qu clase de publicidad
S?bre e~ desarrollo de la transparencia judicial en Mxico (y sobre sus tropiezos), CARMiguel, ,Elleruro ausente? Escritos sobre el poder judicial, Mxico, Porra, UNAM, IMDPC,
2008, pp. 47 y ss.
.
172
146
MIGUEL CARBONELL
,para
echar
~ales,
,licas.
rse)a
a'los
~den
,':"."._'
~s de
lorar
rtd;~
obre
bn
tales
.n la
narco::ep..;
:ces
ms)lOS
irlo
Jan
res-
lica
bre
nte
de
lOS
eseso
s y
las
DE...
147
de
.as
.ia
ll-
p.68.
17:~ ANDRS
174
175
[dem.
FIX Z
.
- AMUDIO,
HA"
u.,
148
MIGUEL CARBONELL
177
JI
J
1
DE...
149
le)
=a,~
en
1'h
s...
.as
s(3.
~r..,
'e-
ha
se
lel
'Os
ay
~lan
al
ti'la
os
_:,'_'c
l1-
te
:le
:le!
lVO
ul:co,
B..\RENDT,
Eric, Freedom ofspeech, 2a. ed., Nueva York, Oxford University Press, 2007, p. 315.
La propia reforma de 2008 es muy clara al sealar que deber existir un registro de
~etenclO~es en el artculo 16 prrafo cuarto. Como lo veremos ms adelante, habr que discutir
SIese registro puede ser consultado por cualquier persona o si se mantendr cierta reserva; en
el. sup~esto de que se limite el acceso a la informacin que obra en el registro, se tendr que
discutir sobre la extel~sin tempora.l d~ la reserva. En todo caso, la interpretacin que se haga
~e ese prrafo del ~rtICulo 16 constltuc,lOnal por parte tanto del legislador como de los rganos
aplicadores, de.~era p.onerse en armonia o cuando menos ponderarse con el artculo 60 prrafo
segu,l:do. ~ra~clOn pnmera. que se refiere al principio general de publicidad de toda la inforl11,aCl.onpU,bltca, aSI.como al supuesto general de excepcin, cuando existan razones de inters
publ~co .ast determinadas por la ley. Sobre el tema en general, CARBONELL,
Miguel, El rgimen
constitucional de la transparencia, Mxico, UNAM. 2008.
IHO i' ... ",,' . T"',',,.,
o..wf",t~
"preceso pen:L:l' cqHt: c_~"p
1
I 1")11 hl"1
r,p
lrlf ar J y pllra nu?", cit.. D. 71.
.
178
17~)
1..'l}J'J.~'
UJ;\ 'L'"
...~,,,-
..\..-~.LI,
..
1
1
150
MIGUEL CARBONELL
lOS
110
.ro
lll~
do
)li.~.
lisLUros
da
su
en
lOS
fe'"
.ta
rolOS
:iel
ml
del
~ro
soin
usaol la
de
a a
Te-
ma
las
in
.ra00-
eso
fa-
151
152
;:j-
MIGUEL ('ARBONELL
los tribunales, el derecho a la intimidad o vida privada, as como -finalmente- el derecho a la honra y reputacin.
Con apoyo en la Observacin General nmero 32 de la Comisin
de Derechos Humanos de la ONU (relativa al derecho a un juicio
imparcial y a la igualdad ante los tribunales y ias cortes de justicia)
la CDHDF seala que ".;. todas las autoridades pblicas, especialmente las encargadas de la seguridad pblica y procuracin de justicia, no deben hacer declaraciones sobre la culpabilidad o inocencia
de una o un acusado antes de que concluya en definitiva el juicio. Por
ende, dichas autoridades tienen el deberde prevenir que los medios
de comunicacin u otros sectores de la sociedad 'expresen opiniones
perjudiciales para la presuncin de inocencia" ..
La Comisin del DF recuerda que en la sentencia del caso Cantoral Benauides vs. Per la Corte Interamericana de Derechos Humanos estim que se haba violado el artculo 8.2 de la Convencin
Americana de Derechos Humanos (dicho artculo contiene las garantas judiciales en general; su apartado 2 se refiere en concreto a la
presuncin de inocencia) porque la vctima fue presentada ante los
medios de comunicacin cuando an no haba sido legalmente procesada ni condenada (prrafo 119 de la sentencia sealada).
Adems del caso que recuerda la Comisin en su Recomendacin,
en la jurisprudencia de la Corte Interamericana hay otros pronunciamientos que resultan relevantes para entender la forma en que se
proyecta el derecho a la presuncin de inocencia sobre el deber de las
autoridades de abstenerse de exhibir a las personas detenidas y, de
esa forma, debilitar ante la opinin pblica la posicin de tales personas. Cabe citar, sobre todo, el caso Lori Berenson vs. Per, en el que
el alto tribunal interamericano seal" el derecho a la presuncin de
inocencia ... exige que el Estado no condene infonnalmente a una
persona o emita (un) juicio ante la sociedad que contribuya as a for-.
mar una opinin pblica, mientras no se acredite conforme a la ley
la responsabilidad penal de aquella" (prrafo 160).181
Respecto del derecho a la defensa adecuada, la CDHDF seala en
su recomendacin que las personas exhibidas no tuvieron la oportunidad de manifestar su propia versin sobre lo acontecido, no pudieron
ofrecer pruebas, ni siquiera pudieron contar con un defensor particular ni hubo tiempo para que les fuera asignado uno de oficio.
Consideraciones de un tenor parecido pueden verse en las sentencias Loayza Tamayo
123; Cantoral Benavicles us . Per, prrafos 63.85 Y 106; Ydel mismo caso Lori
Berenson ver tambin, adems del que ya fue citado, los prrafos 159 y 161.
IMI
us . Per, prrafo
!;
1I
n
EL ABC DE LOS DERECHOS HUMANOS y DEL CONTROL DE...
n
o
l) :
a:
r
n'
l-
i,
l-
e
.s
e
e
e
a
'-
y
n
I-
n
[-
153
o
n
~.
154
MIGUEL CARBONELL
re
q
e
,,'
p
las
uue
n.,.
le~Q
a.
:s.
ros
Ir-
lelel
.0-
ta1.0
or
.es
as
'es
.s
155
,0-
.as
de
a
su
.o-
la
)F,
'al
1.0
:re
~r:al
~ el
CARBUNF.LL,
156
MIGUEL CARBONELL
de la ejecucin de una orden de aprehensin emitida por una autoridad judicial), en los siguientes supuestos:
Cuando se trate de personas detenidas por la comisin de
delitos considerados por la ley como graves, siempre que se
presuma que dichas personas pudieran estar involucradas
en otras conductas delictivas en razn del modus operandi, la
estadstica criminal de la coordinacin tenitorial bajo cuya
competencia fueron detenidas, y siempre que su presentacin pudiera derivar en la identificacin que pudieran hacer
otras vctimas del delito; y
Cuando se trate de delitos de alto impacto social, considerando para tal efecto su naturaleza, riesgo social, circunstancias personales de las vctimasy probables responsables, bien
jurdico tutelado, monto cuando se trate de delitos patrimoniales y todos aquellos casos en los que sea trascendente
informar a la ciudadana de la detencin del presunto responsable.
En ambos supuestos, la autorizacin para que un detenido sea
presentado ante los medios de comunicacin debe provenir de un
subprocurador.
En el sexto punto del Acuerdo se indica que la Direccin General
de Comunicacin Social de la PGJDF deber coordinar la presentacin, solicitando a los medios de comunicacin que acudan al evento
que se conduzcan con absoluto respeto a la dignidad de las personas
presentadas, evitando manifestaciones,comentarios o cuestionamientos degradantes. Los periodistas no podrn interactuar con los detenidos, sino que se debern limitar a la toma de imgenes y audio.
En el punto sptimo del Acuerdo se establece que, cuando estn
frente a los medios de comunicacin, se evitar que las personas detenidas porten, sostengan o simulen la utilizacin de objetos relacionados con el delito que se investiga, adopten poses, realicen interpretaciones o gesticulaciones para los medios de comunicacin, no
se les podr pedir que se quiten la ropa o que porten ningn distintivo, a menos que sea necesario por motivos de seguridad.
Finalmente, es interesante tambin el punto noveno del Acuerdo,
segn el cual con motivo de una presentacin se deber elaborar un
boletn de prensa o comunicado, el cual ser publicado en el sitio web
de la PGJDF,en el que podr permanecer por un tiempo mximo de
30 das o hasta que el Ministerio Pblico haya determinado su indagatoria. Asimismo,no se podr, en ninguna circunstancia, hacer una
presentacin de menores de edad (punto dcimo del Acuerdo).
l,
e
e
s
a
a
.-
r
:-
.-
n
1-
e
-
a
n
tI
l-
.s
l'-
:1'-
157
Una vez que se ha ofrecido un panorama de lo sealan los documentos de la CDHDF y de la PGJDF, vale la pena intentar alguna
conclusin provisional, con el nimo de orientar al lector a fin de que
pueda sacar sus propias conclusiones.
4.3. Informacin social sobre la delincuencia y presuncin de inocencia:
en busca del equilibrio
Hay que destacar que el Acuerdo examinado en el apartado anterior, emitido por el titular de la Procuradura General de Justicia
del Distrito Federal, supone un avance respecto de lo exista antes de
su creacin. El Acuerdo ya limita los casos en Jos que puede hacerse
una presentacin: solamente en delitos considerados como graves o
en aquellos que tengan un alto impacto social.
Tambin toma en cuenta la forma en que los medios de comunicacin pueden relacionarse con las personas detenidas, en el momento de la presentacin. Igualmente, pone un lmite al tiempo en
el que puede permanecer un comunicado de prensa relativo a una
presentacin de detenidos en la pgina web de la institucin.
N ada de eso se haba hecho antes de la emisin del Acuerdo, el
cual cuando menos nos ofrece esas certidumbres, a las que hay que
aadir la prohibicin tajante de que se exhiba a menores de edad.
Pese a esos innegables avances, estimo que no son suficientes
para poder superar un test de proporcionalidad. En .efecto, cuando
una norma o poltica pblica incide en la esfera de los derechos fundamentales, es necesario aplicar ese test para saber si es o no compatible con tales derechos.
Recordemos sumariamente que el principio de proporcionalidad
en general nos indica que cualquier determinacin de una autoridad
que restrinja los derechos fundamentales es aceptable en caso de que
no vulnere el contenido esencial del derecho de que se trate y siempre que sea proporcional.
El principio de proporcionalidad se divide en tres subprincipios."?
Q
l-
),
b
e
l-
1
1
158
MIGUEL CARBONELL
adecuada para contribuir a la obtencin de un fin constitucionalmente legtimo (la finalidad debe tener anclaje constitucional);
.
b) subprincipio de necesidad.l'" segn el cual toda medida de
intervencin sobre un derecho fundamental debe ser la ms
benigna de entre todas aquellas que revistan por lo menos
la misma idoneidad para alcanzar el objetivo previsto;
c) subprincipio de proporcionalidad en sentido estricto,"? segn el cual la importancia de la intervencin sobre un derecho fundamental se justifica solamente en virtud de la importancia del fin que persigue la medida (las ventajas de la
medida deben ser suficientes como para compensar el sacrificio del derecho, que nunca podr llegar hasta la afectacin
de su contenido esencial).
CnlO queda la prctica de exhibir a las personas detenidas, a
la luz del test de proporcionalidad? hay argumentos que la justifiquen? Vamos a ver.
La exhibicin de detenidos, puede servir a un fin constitucionalmente legtimo? tiene anclaje constitucional? La PGJDF seala que
mediante esa prctica se da cumplimiento al derecho a la informacin y adems se protegen los derechos de las vctimas. Lo cierto es
que uno de los lmi tes del derecho de acceso a la informacin es precisamente la proteccin del honor, la reputacin, el buen nombre de
las personas y por supuesto los datos personales (lo seala expresamente, por lo que se refiere a los datos personales y a la vida privada,
el artculo 60., prrafo segundo fraccin II de la Constitucin federal); de modo que el argumento de la Procuradura no parece tener
mucho asidero constitucional.
Respecto a los derechos de las vctimas, no est claro que la exhibicin de detenidos los asegure. Si revisamos el listado de derechos
que nos ofrece el artculo 20 de la Constitucin, no se percibe con
nitidez la relacin estricta que puede haber entre ellos y la exhibicin
de detenidos.
Al no. tener una finalidad constitucionalmente legtima y afectar
el ncleo esencial de varios derechos fundamentales, bastara con lo
dicho para poder afirmar que la exhibicin de detenidos viola derechos humanos y se ubica, por esa razn, fuera elel parmetro permitido constitucionalmente: pero vale la pena hacer el ejercicio de reviEl principio de proporcionalidad y los de-rechosfundamentales,
El examen de proporcionalidad en el derecho constitucional, cit., pp. 101 Y ss.
BERNAL PULIDO, Carlos, op. c., p. 757; CLRICO, op. cit., pp. 163 Y ss.
p. 734;
lH7
CLRICO,
cit.,
['
159
sar los otros dos pasos del test de proporcionalidad, para comprender
bien en qu medida la exhibicin es incapaz de superarlos.
La segunda pregunta que hay que hacernos es si la medida de
exhibir a detenidos ante los medios de comunicacin es la menos
lesiva o la ms leve en cuanto a la afectacin de los derechos humanos que puedan resultar afectados, de entre todas las medidas que
sean idneas para lograr el objetivo que se propone.
En este punto cabe sealar que, si el objetivo es el de incentivar
la denuncia por parte de las personas que han sido vctimas del delito al permitir que estn informadas de la detencin de algn presunto delincuente, eso se puede lograr simplemenra haciendo una
poltica de comunicacin social diferente, a travs de boletines que
sealen el modus operandi de los detenidos y ofrezcan detalles de la
zona en la que se cometan los hechos ilcitos, la hora aproximada y
el tipo de vctimas a las que elegan. Si esa informacin aparece en
los, medios de comunicacin, las posibles vctimas podrn estar al
tanto de la detencin y contar con elementos que les ayuden a tomar
la decisin de ir a presentar una denuncia.
De esa forma se respetara la presuncin de inocencia, el debido
proceso legal y el derecho al honor, vida privada y reputacin de los
detenidos, respecto de los cuales todava no existe una acusacin
formal ante una autoridad judicial ni se les ha dado el derecho completo a ejercer una defensa asistidos de abogado.
Por ltimo: dson mayores las ventajas de la exhibicin de personas, que el dao que se pueda causar al afectado? Lo cierto es que
parece que no. La tasa de no denuncia en Mxico es abrumadora y
todo indica que se tienen que hacer cosas diferentes a la exhibicin
de detenidos para incentivarla. Las personas no denuncian, segn la
infornlacin disponible, precisamente porque piensan que es una
prdida de tiempo o porque no le tienen confianza a las autoridades
ministeriales. Eso es lo que hay que combatir: la sensacin de desamparo de la vctima, que siente -muchas veces con razn- que la
autoridad no la asiste debidamente, que no le da importancia a los
casos, que no es eficaz en la tarea de investigacin.
Ahora bien, lo cierto es que al exhibir a una persona se le causa
un dao importante, tanto de forma directa a su persona y a la representaci:;::que tienen de ella en la sociedad, corno a sus familiares.
Por ejemplo, en la recomendacin 3/2012 de la CDHDF se refieren
varios efectos negativos sobre las familias (en particular, sobre los
hijos menores de edad, que llegan a sufrir hostigamiento escolar
debido a que se identifica incorrectamente a' sus padres como delincuentes) de las personas exhibidas.
1I
1-1:
160
MIGUEL CA,BONELL
i'
161
acuerdo a ese ajuste personalsimo en el desarrollo de cada individuo, proyectar su vida en todos los mbitos, privado y pblico, por
lo que al ser la sexualidad un elemento esencial de la persona y de
su psique, la autodeterminacin sexual forma parte de ese mbito
propio y reservado de lo ntimo, la parte de la vida que se desea
mantener fuera del alcance de terceros o del conocimiento pblico.
Por consiguiente, al constituir derechos inherentes a la persona, fuera
de la injerencia de los dems, se configuran como derechos de defensa y garanta esencial para la condicin humana, ya que pueden
reclamarse tanto en defensa de la intimidad violada o amenazada,
como exigir del Estado que prevenga la existencia de eventuales intromisiones que lo.s lesio.4en por lo.. que, si bien n.o son absolutos, slo
por ley podr justificarse ~u intromisin, siempre que medie un inters superior.l'"
162
MIGUEL CARBONELL
lOa. poca; la. Sala; SJ.F. y su Gaceta; Libro XX, Mayo de 2013, Tomo 1; Pg. 537.
os
y
sa
H-
la
ra
le
fe
o,
[l-
ra
~a
.s:
ta
la
1-
al
s,
'
163
limitarlos a quienes intervienen en la funcin jurisdiccional propiamente dicha- incidan negativamente en dicho tratamiento. En este
sentido, la violacin a esta faceta de la presuncin de inocencia puede
afectar de una forma grave los derechos relativos a la defensa del
acusado, ya que puede alterar la evolucin del proceso al introducir
elementos de hecho que no se correspondan con la realidad y que,
en el nimo del tribunal, y sobre todo de las vctimas y de los posibles
testigos, acten despus como pruebas de cargo en contra de los ms
elementales derechos de la defensa. As, la presuncin de inocencia
como regla de trato, en sus vertientes procesal y extraprocesal, incide
tanto en el proceder de las autoridades en su consideracin a la condicin de inocente de la persona, como con la respuesta que pueda
provenir de las dems partes involucradas en el juicio. Particularmente, la violacin a la regla de trato de la presuncin de inocencia
puede influir en un proceso judicial cuando la actuacin indebida de
la polica que pretenda manipular la realidad, tienda a referirse a: (i) la
conducta, credibilidad, reputacin o antecedentes penales de alguna
de las partes, testigos o posibles testigos; (ii) la posibilidad de que se
produjere una confesin, admisin de hechos, declaracin previa del
imputado o la negativa a declarar; (iii) el resultado de exmenes o
anlisis a los que hubiese sido sometido alguien involucrado en el
proceso; (iv) cualquier opinin sobre la culpabilidad del detenido; y,
(v) el hecho de que alguien hubiera identificado al detenido, entre
muchas otras.l'?
le
o
u
'-
e
o
.-
1
1
l!lO
MIGUEL CARBONELL
164
denunciado antes de tiempo, ya que el centro de gravedad que corresponde al proceso como tal, se puede desplazar a la imputacin
pblica realizada por la polica. 101
lOa. poca; la. Sala; SJ.F.ym Gacela; Libro XX, Mayo de 2013, Tomo 1; Pg. 564.
La reformapenal constitucional, cit., p. 71.
Ideni.
DE...
165
166
MIGUEL CARBONELL
de ,
dijo
des:
celi
dad
las
alce
sun
Ge(
mo
(
nac
ete
mn
ese
la t
ner
int
fice
rec
ch:
lat
ch
nll
pa
de
fn
di
nl
bi
es
d(
fu
d(
tin
~:los
dios
:a la
par~
s al
del
am~
no
Ddo
lV9~
ado
del
era
[ue
in
.do
esa
tos
se
'os
do
le;0
;r-
.as
.e-
alS-
le
m
II
.n
l-
e
)
167
168
MIGUEL CARBONELL
d
~,
cj
di
r1
pi
di
te
s~
J,
a1
~J
Ji
U!
p(
!
S6
~,
r~
ql
SI
III
t~
c<
dj
l~
P
n~
lo
i
pr~
gOi
DE .. ,
169
,
1
L7.o
MIGUEL CARBONELL
ces tienen perfiles inventados o "annimos"? puede exigirse esa responsabilidad a los portales que alojan a esos perfiles? puede pedirse
a las empresas que manejan los motores de bsque~a que ?ajen cierta
informacin, cuando los jueces la han declarado violatona del derecho a la vida privada?
.
,
En Mxico la situacin empeora debido a que con frecuencia las
autoridades"exhiben" ante los medios de comunicacin a ciudadanos
que acaban de ser detenidos; contra los cuales no existe una averiguacin previa, ni una acusacin formal ante un juez, ni se les ha
permitido ofrecer pruebas, ni han recibido una sentencia, ni han
tenido la oportunidad de apelar o promover un amparo, pero que
son inmediatamente condenados por el tribunal de la opinin
pblica. Los periodistas se convierten en magistrados y los estudios
de radio o televisin hacen las veces de salas de audiencia, en las que
se masacra la reputacin o el buen nombre de las personas. 196
El afectado tiene la posibilidad de ejercer su derecho de rplica,
el cual probablemente sea respetado por el medio de comunicacin
respectivo. Pero no sabemos si la rplica obtendr en Google un buen
"posicionamiento", respecto a la noticia original de la detencin y de
la "presunta" responsabilidad de una persona. En el mundo erninentemen te digital del siglo XXI, de qu sirve que el ejercicio del derecho de rplica aparezca como la referencia nmero 800 o 1,200
cuando pones enGoogle tu nombre, frente a 14 noticia de que fuiste
detenido por ser un "presunto" sicario, la cual aparece en primer
lugar en la seleccin de bsquedas realizada por .ese u otro servicio
de indexacin de contenidos informticos?
Lo cierto es que estamos solamente asomndonos al problema.
La primera generacin que ha ido compartiendo con intensidad su
vida en las redes sociales apenas est alcanzando la mayora de edad.
No sabemos con certeza de que manera les va a afectar en el futuro
a esosjvenes toda la informacin de ellos y de sus amigos que compartieron en las redes sociales.
Por lo pronto, lo ms aconsejable es pensar dos veces si nos conviene subir ciertas informaciones al mundo digital. Porque una de las
caractersticas de internet es que su memoria es infinita: Google nos
va a seguir recordando lo que hicimos aunque ya hayan pasado dcadas. Hay que cuidar de nuestro futuro, poniendo atencin a lo que
en el presente compartimos con los dems en internet.
l!lfi Me he referido a este tema, con mayor extensin, en C/\RBONELL, Miguel, "Hay que dejar de exhibir a personas detenidas", Etctera, nm. 139, Mxico,junio de 2012, pp. 28 v 29.
.sse
ta
e-
as
::>s
'1-
la
LO
le
In:
)s
le
a,
n
n
o
.e
o
lo
l.
o
s
s
DE...
171
8. Conclusiones y perspectivas
En las pginas de este captulo se han formulado una serie de
consideraciones que tienen un doble propsito: por un lado destacar
el impacto que las tareas de procuracin e imparticin de justicia tie107 SIM:-< CASH:J_L\NO,
T-:Ult
lo Blanch, '?() I C)
172
MIGUEL CARBONELL
ra
ra
n...
io
In
es
CAPTULO IX
eu-
le
la
le
lo
1lZ
~a
1ni
)..;
le
y
1-
n
.e
'-
II
~l
ll-
:1
e
a
s
s
CONTROL DE CONVENCIONALIDAD
l. Introduccin
174
MIGUEL CARBONELL
1. Incorporacin
de normas en el ordenamiento jurdico interno que penni tan aplicar el tratado internacional; I!)!)
9 Derogacin de normas que se opongan a lo que dispone el
tratado (en esto consiste, en parte, la llamada "armonizacin" del sistema jurdico interno respecto al internacional);
3. Realizacin de un diagnstico respecto de los derechos regulados por los tratados internacionales, a fin de determinar
con la mayor precisin posible en qu punto se encuentra el
pas al momento de firmar el tratado (este diagnstico ser
el que suministre una herramienta de medicin para saber
si en el futuro el Estado avanza en la tutela efectiva de los
derechos, si se mantiene igualo si retrocede);
4. Reorganizacin de las competencias de las autoridades para
que en todos los niveles de gobierno existan medidas de
prevencin de las violaciones de derechos, as como capacidad de investigacin, sancin y reparacin de tales violacione-s ruando
V~
se havan producido
1\l8 Remitimos al lector al Captulo 1de este libro para abundar en los tipos de obligaciones
que generan los tratados para los Estados que los firman.
1(1(1 Sobre este pumo el criterio de la Corte l Dl I qued recogido e n la sentencia
del caso "La
Cantuta us . Per", dictada el 29 de noviembre de 2006. En ella se seala lo siguiente:
171, En la Convencin,
este principio es recogido en su artculo 2, que establece la
obligacin general de cada Estado Parte de adecuar su derecho uuerno a las disposiciones de la misma, para garalllizar los derechos en ella consagrados, la cual implica
que las medidas de derecho interno han de ser efectivas (principio de effet utile}.
17'2. Ciertamente el artculo 2 de la Convencin no define cules son las medidas
pertinentes para la adecuacin e1el derecho interno a la misma, obviamente por depender ello del carcter de la norma que la requiera y las circunstancias de la situacin
concreta, Por ello, la Corre ha interpretado que tal adecuacin implica la adopcin de
medidas en dos vertientes, a saber: i) la supresin de las normas y prcticas ele cualquier naturaleza que entraen violacin a las garantas previstas en la Convencin o
que desconozcan los lerechos all reconocidos u obstaculicen su ejercicio, y ii) la expedicin de normas y el desarrollo de prcticas conducen les a la efectiva observancia
de dichas garantas, El Tribunal ha entendido que la obligacin de la primera vertiente
se incumple mientras la norma o prctica violatoria de la Convencin se mantenga en
el ordenamiento jurdico y. por ende, se satisface con la modificacin, la derogacin,
o de algn modo anulacin, o la reforma de las normas o prcticas que tengan esos
alcances, segn corresponda,
ara
irte
HlH
.er~el
zall);
relar
el
~r
ier
los
ira
de
cr00-
to
les
La
la
st-
ca
as
e-
in
le
1o
la
oe
n
DE...
175
El control de convencionalidad
es consecuencia directa del deber
de los Estados de tomar todas las medidas que sean necesarias para
que los tratados internacionales
que han firmado se apliquen cabalmente .
Recordemos que el artculo 1 de la Convencin Americana de
Derechos Humanos seala que los Estados parte se cornprometen
a
respetar los derechos que ella establece, pero tarnbin a "garantizar"
su pleno y libre ejercicio; esto significa que el Estado mexicano tiene
la obligacin de respetar, pero tambin la de garantizar (mandato
que se contiene igualmente
en nuestro artculo 1 prrafo tercero
constitucional)
los derechos previstos en los ordenamientos
internacionales.
El deber de garanta es el que da fundamento
al punto 4 que se
acaba de enunciar, segn el cual toda la organizacin del Estado debe
estar al servicio de los derechos humanos, en la medida en que stos
derechos suponen la base de la legitimidad del quehacer estatal.
Por otro lado, el artculo 2 de la Convencin Americana establece
el deber (ya tambin sealado) de adoptar disposiciones de carcter
interno a efecto de dotar de plena efectividad a sus normas.
El texto del artculo 2 se refiere a "medidas legislativas o de otro
carcter"; en este ltimo supuesto ("lnedidas ... de otro carcter") se
en ClJI'" n rra la actuacin de los jueces, los cuales desde luego juegan
un papel fundamental
en el cumplimiento
de los mandatos de la
Convencin.
Tambin encontramos
una precisin parecida en el artculo 2.2
del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Polticos y 2.1 del Pacto
de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales; ambos mandatos han
sido analizados y desarrollados
en la OG nmero 3 del Comit de
Derechos Humanos de la ONU y la OG nmero 3 del Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales de la misma Organizacin
de las Naciones Unidas, a las que ya hemos aludido en el captulo 1 de
este libro.
Lo que hemos dicho tiene como propsito recordar algo que es
evidente: los Estados nacionales, cuando firman un tratado internacional, deben hacer todo aquello que est a su alcance para cumplirlo,
lo que incluye adaptaciones
normativas, puesta en marcha de diagnsticos, implementacin
ele polticas pblicas y reorganizacin
(desde un punto de vista procesal, pero tambin sustantivo) de la
forma de resolver de los jueces.
Los tratados obligan a todas las autoridades,
ele toelos los niveles
ele gobierno (en el caso de que se trate, corno sucede en Mxico, de
un Estado compuesto, por estar organizado a partir de los principios
o
176
MIGUEL CARBONELL
del federalismo), ~oo sin que sea posible oponer ninguna norma o interpretacin de derecho interno para deja~ de ?bservarlos.
En este contexto, el control de convencionalidad debe entenderse
como una herramienta que permite a los jueces contrastar las normas
generales internas frente a las normas del sistema convencional internacional (tratados internacionales, pero tambin derecho derivado de
los mismosj.?" Esto significa que losjueces nacionales debern desarrollar -de oficio- una serie de razonamientos que permitan la aplicacin ms, amplia posible y el mayor respeto a las obligaciones establecidas por los tratados internacionales. Lo anterior puede conducir, en
un caso extremo, a que un juez inaplique una norma interna cuando
est en contradiccin con una norma internacional.
Veamos ahora el origen y los alcances que la CorteIDH le ha
dado al control de convencionalidad.
2. Origen y caractersticas del control de convencionalidad
El control de convencionalidad tiene su origen en el voto concurrente emitido por el destacado jurista mexicano Sergio Carda Ramrez en el caso "Myrna Mack Chang vs. Guatemala". En el prrafo 27
de su voto, Carda Ramrez apunta que:
No es posible seccionar internacionalmente al Estado, obligar ante la
Corte slo a uno o algunos de sus rganos, entregar a stos la representacin del Estado en el juicio -sin que esa representacin repercuta sobre el Estado en su conjunto- y sustraer a otros de este rgimen
convencional de responsabilidad, dejando sus actuaciones fuera del
"control de convencionalidad" que trae consigo la jurisdiccin de la
Corte internacional.
177
178
MIGUEL CARBONELL
DE...
179
180
MIGUEL CARBONELL
congruente y cabal el principio pro persona al que ya nos hemos referido en un captulo precedente de este libro, adems de que se reitera el deber de los Estados de cumplir con lo que establecen los
tratados internacionales, sin que para ellq sea obstculo lo sealado
en el derecho interno.
'
3. La post'ura de la Suprema Corte de justicia de la Nacin
La Suprema Corte de Justicia de la Nacin tuvo oportunidad de
fijar su postura sobre el control de convencionalidad en la resolucin
del expediente Varios 912/2010 y en algunos casos posteriores resueltos igualmente por el Pleno de la Corte (fundamentalmente en las
contradicciones de tesis 293/2011 Y 21/2011).
Dicho expediente Varios 912/2010 deriva de la consulta que el
Presidente de la Corte somete a consideracin de los integrantes del
Tribunal Pleno de la propia Corte, para efecto de la ejecucin (en lo
que corresponde al Poder Judicial de la Federacin) de la sentencia
de la Corte Interamericana dictada en el caso de Rosendo Radilla
Pacheco contra Mxico, a la que ya hicimos referencia en el apartado
anterior.
La resolucin de la, Corte contiene un sinnmero de cuestiones
interesantes, unas de orden procesal y otras respecto al fondo del
asunto que fue planteado por la sentencia Radilla Pacheco de la jurisdiccin interamericana (por ejemplo respecto a las tareas de investigacin del Estado mexicano en materia de desaparicin forzada o
sobre el alcance del fuero castrense). Vamos en este apartado a centrarnos en las partes de la resolucin 912/2010 que guardan relacin
con el control de convencionalidad, dejando para otra ocasin el
anlisis de temas propiamente de fondo vinculados con dicha resolucin.
Hay cinco pronunciamientos que ahora interesan, realizados por
la Suprema Corte y contenidos cada uno de ellos en distintas tesis
jurisprudenciales que a continuacin referiremos.
1) La SCJN reconoce que las sentencias de la Corte Interameri'cana de Derechos Humanos, derivadas de casos en los que Mxico
haya sido parte, son obligatorias "en sus trminos".
La precisin de que la obligatoriedad se da "en sus trminos"
significa que las sentencias de la CorteIDH se deben ejecutar sin
cuestionar ninguna de sus partes, sin aadir o quitar ningn elemento
y sin regatear todos los actos que se deben realizar para que la sentencia se d por cumplida. Los rganos internos no pueden cuestio-
'..;
[-
.s
e
n~
l.s
:1
:1
o
a
a
o
.s
:1
[-
o
l-
:1
t-
r
.s
"
'1
)
DE...
181
182
~',j
I
'1I
I
',1
MIGUEL CARBONELL
Luna Ramos. Encargado del engrose: Jos Ramn Cosso Daz. Secretarios: Ral Manuel Meja Garza y Laura Patricia Rojas Zamudio.
El Tribunal Pleno, el veintiocho de noviembre en curso, aprob, con
el nmero LXV/20 11 (9a.), la tesis aislada que antecede. Mxico,
Distrito Federal, a veintiocho de noviembre de dos mil once.
~
1
1
(
(
Este criterio de nuestra Suprema Corte genera alguna perplejidad y puede suscitar en el futuro algunos problemas de los que cabe
I
~(), SemanarioJudicial de la Federacuni y su Gaceta, Tomo: Libro 111,Diciembre de 2011, Tomo
1, tesis p. LXVI!20 11 (9a.), pgina 550.
l.
l
l
)
183
DE...
)'
1VlUla.
LVIlLlLl
..1. Lll
1~_
._~_~L
... :_.~ __ 1_
lVCl lLClVlUUVVCl
UL
1~ __
~._ .. ~._~:_
.' ..
i o.o .::lLULLULICl.::lJ,
"
.h~~~~
'\.IJLII1V.::l
184
MIGUEL CARBONELL
185
posible sostener que las interpretaciones establecidas por la CorteIDH constituyan un punto de vista atendible o desatendible, y no
un acto de necesaria observancia ... implican, como prefiero decir,
una interpretacin vinculante de textos normativos asimismo vinculantes para los Estados, que deben ser atendidos y aplicados interiormente en los trminos de la interpretacin formal y final dispuesta
por la Convencin y ejercida por la Corte". 210
Yahemos mencionado que la CorteIDH ha establecido el control
de convencionalidad obligatorio y de oficio en varias sentencias contra el Estado mexicano. Conviene en este momento retomar una de
ellas, ya que nos puede ofrecer una respuesta clara para entender
mejor el punto que estamos abordando. En concreto, hay que recordar que en el prrafo 225 de la sentencia Cabrera y Montiel contra
Mxico la CorteIDH apunt lo siguiente:
225. Este Tribunal ha establecido en su jurisprudencia que es consciente que las autoridades internas estn sujetas al imperio de la ley
y, por ello, estn obligadas a aplicar las disposiciones vigentes en el
ordenamiento jurdico. Pero cuando un Estado es Parte de un tratado
internacional como la Convencin Americana, todos sus rganos, includos sus jueces, tambin estn sometidos a aqul, lo cual les obliga
a velar por que los efectos de las disposiciones de la Convencin no
se vean mermados por la aplicacin de normas contrarias a su objeto
v fin. Los jueces)' rganos vinculados a la administracin de justicia
en todos los niveles estn en la obligacin de ejercer ex officio un
'control de convencionalidad' entre las normas internas y la Convencin Americana, evidentemente en el marco de sus respectivas competencias y de las regulaciones procesales correspondientes. En esta
tarea, los jueces y rganos judiciales vinculados con la administracin
de justicia deben tener en cuenta no solamente el tratado, sino tambin la interpretacin que del mismo ha hecho la Corte Interamericana, intrprete ltima de la Convencin Americana.
188
tvfIGUEL CARBONELL
La tesis correspondiente que refleja el criterio que estamos comentando se va a transcribir en el siguiente apartado.
4) La formacin del nuevo modelo de control de regularidad, que
deriva de lo que llevamos dicho y en particular de la obligacin difusa de ejercer control de convencionalidad, genera una cierta complejidad que ha precisado el Tribunal Pleno de la SCJN. La tesis
correspondiente (que me permito transcribir en este momento, para
pasar a comentarla enseguida y que resulta aplicable a lo sealado
en el apartado inmediato anterior) es la siguiente.?"
SISTEMA DE CONTROL CONSTITUCIONAL EN EL ORDEN JURDICO MEXICANO. Actualmente existen dos grandes vertientes dentro del modelo de control de constitucionalidad en el orden
jurdico mexicano, que son acordes con el modelo de control de convencionalidad ex ojjicin en materia de derechos humanos a cargo del
Poder Judicial. En primer trmino, el control concentrado en los
rganos del Poder Judicial de la Federacin con vas directas de control: acciones de inconstitucionalidad, controversias constitucionales
y amparo directo e indirecto; en segundo trmino, el control por
parte del resto de los jueces del pas en forma incidental durante los
procesos ordinarios en los que son competentes, esto es, sin necesidad de abrir un expediente por cuerda separada. Ambas vertientes
ele control Se ejercen de manera independiente y la existencia de este
modelo general de control no requiere que todos los casos sean revisables e impugnables en ambas. Es un sistema concentrado en una
parte y difuso en otra, lo que permite que sean los criterios e interpretaciones constitucionales, ya sea por declaracin de inconstitucionalidad o por inaplicacin, ele los que conozca la Suprema Corte
para que determine cul es la interpretacin constitucional que finalmente debe prevalecer en el orden jurdico nacional. Finalmente,
debe sealarse que todas las dems autoridades del pas en el mbito
de sus competencias tienen la obligacin de aplicar las normas correspondientes haciendo la interpretacin ms favorable a la persona
conformes con la Constitucin o con los tratados internacionales en materia ele derechos humanos,
por lo que se concluye que el rgano jurisdiccional mencionado est obligado a efectuar el control
difuso de constitucionalidad y ele convencionalidad. PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL
TRIGSIMO CIRCUITO. Amparo directo 158/2012. Juana Quiroz Hernndez. 15 de marzo
de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: Miguel ngel Alvarado Servn. Secretarios: Jorge Luis
Ramos Delgado y Dulce Mara Cuadalupe Hurtado Figueroa. Semanario judicial de la Federacumy
su Careta, Agosto de 2012, Torno 2, Tesis: XXX. 10.1 A (1Oa.), pg. 2016.
:!II Senumario judicial de la Federaciny su Caceta, tomo: Libro IU, Diciembre de 2011, Tomo
1, tesis P LXX/20 11 (Da.), pgina 5:"}7.Ver el anlisis de esta tesis y sus consecuencias que hace
Cosso, Jos Ramn, "Primeras implicaciones ele! Caso Radilla", Cuestiones Constitucionales, nmero 26, Mxico,junio-cliciembre ele 2012, pp. 32 Ysiguientes. Del mismo autor, El caso Rodilla,
Mxico. Pom a , 2013.
DE...
189
Goma puede verse, la Corte hace una diferencia importante respecto al alcance de la facultad de los jueces locales y de los jueces
federal es, en relacin al control de convencionalidad. Mejor dicho,
la diferencia radica especficamente en las vas procesales a travs de las
cuales se ejerce el control y en los efectos que tendrn los pronunciamientos respectivos, segn que sean emitidos por los rganos jurisdiccionales locales o federales.
Lo que la Corte seala es que los jueces federales pueden (de
conformidad con las reglas procesales existentes en materia de amparo, de controversias constitucionales o de acciones de inconstitucionalidad) llegar a realizar una declaracin que tenga por efecto la
invalidacin de una norma general. Esto implica que los jueces federales pueden terminar "expulsando" a la norma del sistema jurdico, de forma que (como regla general y salvo contadas excepciones)
no pueda volver a aplicarse en ningn caso.
Ahora bien, la facultad de los jueces locales abarca solamente
(aunque no es poco, desde luego) la posibilidad de decretar la inaplicacin de las normas generales, lo que tendra como efecto que tales
normas no se apliquen a un caso concreto bajo conocimiento de las
autoridades judiciales locales, sin que ello afecte a su vigencia ni limite la posibilidad del resto de autoridades para seguirlas aplicando
a casos que se presenten ms adelante."?
215 Como complemento
de lo que se acaba de citar, vale la pena tomar en cuenta tambin
la siguiente tesis jurisprudencial emitida por la Primera Sala de la SC]N (se cita la parte conducente solamente):
CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD
y DE CONVENCIONALIDAD (REFORl'vIA
CONSTITUCIONAL DE 10 DE]UNIO DE 2(11) .... en el sistema jurdico mexicano actual, los
jueces nacionales tanto federales C0l110 del orden comn, estn facultados para emitir pronunciamiento en respeto y garanta de los derechos humanos reconocidos por la Constitucin Federal y por los tratados internacionales, con la Iimitante de que los jueces nacionales, en los casos
que se sometan a su consideracin distintos de las vas directas de control previstas en la Norma
Fundamental, no podrn hacer declaratoria de inconstitucionalidad de normas generales, pues
190
MIGUEL CARBONELL
xv
DE...
191
cionalidad",
c., p. 386.
Eduardo, "Interpretacin
192
MIGUEL CARBONELL
Si recurrimos
193
DE...
194
MIGUEL CARBONELL
DE...
195
canos, a partir de su reforma publicada en el Diario Of!cia.l ~e la. Federacuni ellO de junio de 2011, tuvo importantes modificaciones que
impact.an directamente en la administracin de justicia, porque evidencian el reconocimiento de la progresividad de los derechos humanos, mediante la expresin clara del principio pro persona como
rector de la interpretacin y aplicacin de las normas jurdicas, privilegiando aquellas que brinden mayor proteccin a las personas. De
esta manera, todos los rganos jurisdiccionales nacionales debern,
en principio, ejercer el control de convencionalidad de las normas,
atendiendo no slo a los derechos humanos que consagra nuestra
Carta Magna, sino tambin a los contenidos en los tratados internacionales que la Nacin tenga suscritos en materia de derechos humanos. As, actualmente existen dos vertientes dentro del modelo de
control de constitucionalidad en el orden jurdico mexicano que son
acordes con un modelo de control de convencionalidad en los trminos apuntados: Primero, el control concentrado en los rganos del
Poder Judicial de la Federacin mediante las acciones de inconstitucionalidad, las controversias constitucionales y el amparo directo e
indirecto y, segundo, el control por parte del resto de los Jueces del
pas en forma incidental durante los procesos ordinarios en los que
son competentes, esto es, sin necesidad de abrir un expedient.e por
cuerda separada. En est.ascondiciones, el parmetro de anlisis de ~ste
tipo de control que debern ejercer todos los Jueces del pas, se integra
de la manera siguiente: 1) Iodos los derechos humanos que contemple
la Constitucin Federal (con fundamento en sus artculos lo. y 133),
as como la jurisprudencia emitida por el Poder Judicial de la Federacin; 2) Todos los derechos humanos que dispongan los tratados
internacionales en los que el Estado Mexicano sea parte; 3) Criterios
vinculantes de la Corte Interarnericana de Derechos Humanos sustentados en las sentencias en las que el Estado Mexicano sea parte, y
criterios orientadores de la jurisprudencia y precedentes de la citada
Corte, cuando el Estado Mexicano no sea parte. De este modo, este
tipo de interpretacin por parte de los Jueces presupone realizar tres
pasos: a) Interpretacin conforme en sentido amplio. Significa que
los Jueces del pas, al igual que todas las dems autoridades del Estado Mexicano, deben interpretar el orden jurdico a la luz y conforme a los derechos humanos establecidos en la Constitucin y en los
tratados internacionales en los cuales el Estado Mexicano sea parte,
favoreciendo en todo' tiempo a las personas la proteccin ms amplia; b) Interpretacin conforme en sentido estricto. Se traduce en
que cuando hay varias interpretaciones jurdicamente vlidas, los
Jueces deben, partiendo de la presuncin de constitucionalidad de
las leyes, preferir aquella que hace a la ley acorde a los derechos
humanos establecidos en la Ley Suprema y en los tratados internacionales en los que Mxico sea parte, para evitar incidir o vulnerar
~I ;
I
- \
196
MIGUEL CARBONELL
RIVER.\,
DE....
197
del neoconstitucionalismo.
"Jueces constitucionales"
en
CARFlONELL,
200
MIGUEL CARBONELL
Z,\l;RElll,LSKY,
Idem.
"Jueces constituciona
"
1'"
es .cu.,
p. 95 .
201
nos) cuando tenemos tribunales constitucionales incapaces de mantener un dilogo con la jurisprudencia de otras latitudes: "La incomunicabilidad
equivale a la rotura del crculo ideal de intrpretes
constitucionales
Las cortes de justicia tienen, por as decirlo, races
que se asientan en condiciones poltico-constitucionales nacionales,
pero tienen la cabeza dirigida a principios de alcance universal. Cerrarse
a s mismas significa solamente una cosa: predisponerse a polticas
constitucionales y de los derechos humanos funcionales solamente a los
exclusivos intereses nacionales".233
. Lo anterior viene al caso porque la tarea ms importante que
debemos realizar en Mxico en materia de control de convencionalidad se refiere a cambiar la mentalidad de nuestros operadores jurdicos, de modo que estn "mentalmente" abiertos a lo que va sealando la jurisprudencia de la CorteIDH. Por eso es importante que
las futuras generaciones de abogados se manejen con soltura en el
derecho comparado y lo vean como un insumo relevante para complementar su formacin.
Las fronteras entre derecho nacional y derecho internacional son
hoy ms borrosas que nunca y por eso es que los abogados deben
estar listos para utilizar en sus razonamientos tantos normas internas
como normas internacionales. No hay duda, a la luz de lo que ya
llevamos expuesto, que el control de convencionalidad es obligatorio
y que por tanto los operadores jurdicos deben conocer a fondo y con
detalle la jurisprudencia de la CorteIDH, pero dicha obligatoriedad
no se ver reflejada en la prctica si no conseguimos desarrollar una
mentalidad ms afn a los pronunciamientos de la jurisdiccin interamericana. Ese es el reto mayor, COIllO ya se apuntaba. y en este
punto tendrn un papel fundamental por desarrollar las escuelas y
facultades de derecho, pues ser en ellas en donde se formen las
nuevas generaciones de abogados, para las cuales temas como el del
control de convencionalidad sern vistos como algo normal y cotidiano, al revs de lo que sucede en la actualidad con algunos jueces y
abogados.
Lecturas sugeridas para ampliar
(seleccin bibliogrficau/'"
tratados
en este texto
ABRAMOVICII,
Vctor y COURTIS,Christian, Los derechos sociales como dere.has
exigibles, 2a. ed., Madrid, Trotta, 2004.
AHUMADA
RUIz, Marian, La jurisdiccin constitucional en Europa. Bases tericas y
polticas, Madrid, Civitas, 2005.
ALEXY, Robert, Derechos sociales y ponderacin, Madrid,
Fundacin Coloquio
Jurdico Europeo, 2007.
------,
La construccin de los derechosfundamentales, Buenos Aires, AdHoc, 2010.
------,
TeoTa de los derechos fundamentales, 2a. ed., Madrid, CEPC,
2007.
A.NDRI~S
IBEz, Perfecto, Proceso penal: qu clase de publicidad y para qut ,
Jueces para la democracia, nm. 51, Madrid, noviembre de 2004.
ARACNREYES, Manuel, Estudios de derecho constitucional, 2a. ed., Madrid,
CEPC, 2009.
ARTO LA,Miguel, Constitucionalismo en la historia, Barcelona, Crtica, 2005.
BAILYN,Bernard, Los orgenes ideolgicos de la Revolucin norteamericana, Madrid, Tecnos, 2012.
BARAK,Abaron, The judge in a dernocracy, Princeton, Princeton University
Press, 2006.
BARBERIS,Mauro, Libertad, Buenos Aires, Ediciones Nueva Visin, 2002.
BARRY,Brian, Teoras de la fusticia, Barcelona, Gedisa, 2001.
BECERRA,Ricardo, SIU,AZAR,
Pedro y WOLDENBI:RC
Jos, La mecnica del cambio
poltico en Mxico. Elecciones, partidos y reformas, 3a. ed., Mxico, Cal y
Arena, 2005.
2:H Para abundar en la bibliografa sobre los temas tratados en este texto, remito a las referencias que figuran al final de CARBoNa.L,Miguel, Los derechosfundameruales en Mxico, 5a. ed.,
Mxico, Porra, UNAM, CNDH, 2012. Otras obras sobre el tema pueden verse en el apndice
bibliogrfico que figura en FERIU:R MAc-GREGOR
y CARBONH,L,Miguel, Compendio de derechos humanos, 3a. ed., Porra, UNAM, 2012.
205
206
BIBLIOGRAFA
Porra,
UNAM,
------,
Los derechosfundamentales en Mxico, 5a. ed., Porra, CNDH,
UNAM,2012.
------,
Los juicios orales en Mxico, 6a. ed., Mxico, Porra,
RENACE, 2014.
UNAM,
------,
MOGUEI.,Sandra y PREZPORTILLA,Karla (compiladores), Derecho Internacional de los Der-echosHumanos. Textos bsicos, Mxico, Porra,
2003, 2 ts.
------,
Neoconstitucionalismo(s), 4a. ed., Madrid, Trotta, 2009.
------,
(editor), Teora del neoconstit.cionalismo. Ensayos escogidos, Madrid, Trotta, 2007.
------,
Una histor-ia de los derechos fundamentales, Mxico, Porra,
CNDH, UNAM, 2011.
-'------,
Y BRITO MEI.GARfJo,Rodrigo, "Globalizacin y derechos humanos", Revista de la Facultad de Derecho de Mxico, nm. 256, Mxico,
julio-diciembre
de 2011
BIBLIOGRAFA
207
_-'--
, y GARCA
]ARAMII.LO,
Leonardo (editores), El canon neoconstitucional, Madrid, Tro tta , 2010.
_____
-'-,, y OCHOAREZA,Enrique, Qu son y para qu sirven los juicios
orales?, lOa. ed., Mxico, Porra, UNAM, RENACE, 2013.
--_,.--'__ , Y SALAZAR,
Pedro (coords), La reforma constitucional de derechos
humanos: un nuevo paradigm, 3a. ed., Mxico, Porra, UNAM, 2013.
------,
El tercero ausente? Escritos sobre el poder judicial, Mxico, Porra, UNAM,' IMDPC, 2008.
-, <,
______
, La r-eforma penal que Mxico necesita, Monterrey, RENACE,
2012.
CRDENAS,
Jaime, La argumentacin como derecho, Mxico, IIJ-UNAM, 2005.
CARMONA
TINOCO,Jorge Ulises, "Algunos aspectos de la participacin de
Mxico ante los rganos del Sistema Interamericano de Proteccin de los
Derechos Humanos", Cuestiones Constitucionales, nm. 9, Mxico, juliodiciembre de 2003.
-----:..~-,
"La aplicacin judicial de los tratados internacionales de derechos humanos" en MNDEZ
SILVA,
Ricardo (coord.), Derecho internacional
de los derechos humanos. Memoria del VII Congreso Iberoamericano de Derecho
Constitucional, Mxico, IIJ-UNAM, 2002.
CARPIZO,
Jorge, La Constitucin mexicana de 1917, 16a. ed., Mxico, Porra,
UNAM,2013.
y Carbonell, Miguel, Derecho constitucional, 7a. ed., Mxico,
UNAM, Porra, 2010.
COMANDUCCI,
Paolo, Hacia una teora analtica del derecho. Ensayos escogidos,
Madrid, CEPC, 2010.
Cosso, Jos Ramn, Cambio social y cambio jurdico, Mxico, M. A. Porra,
ITAM,2001.
COURTIS,Christian (compilador), Ni un paso atrs. La prohibicin de regresividad en materia de derechos sociales, Buenos Aires, CELS, CEDALS, 2006.
CRAVEN,
Matthew, The iniernaiumal covenant on econornic, social and cultural
rights. A perspective on its development, Oxford, Clarendon Press, 1995.
CRUZPARCERO,
Juan Antonio, "Derechos colectivos" en W. AA., Diccionario
de derecho constitucional, 3a. ed., Mxico, Porra, UNAM, 2009, t. 1.
------,
"Sobre el concepto de derechos colectivos", Revista Internacional de Filosofia Poltica, nm. 12, Madrid, 1998.
DE LUCAS,Javier. (dir.), Derechos de las minoras en una sociedad multicultural,
Madrid, CGPJ, 1999
------,
------,
El desafio de las .fronteras. Derechos humanos y xenofobia frente a
una sociedad plural, Madrid, Temas de Hoy, 1994.
208
BIBLIOGRAFA
2010.
-----~',
"Pasado y futuro del Estado de derecho" en CARBONELL,
Miguel (editor), Neoconstitucionalismo(s), 4a. ed., Madrid, Trotta, 2009.
------,
Principia Iuris. Teora del derecho y de la democracia, Madrid,
Trotta, 2011 (3 tomos).
------,
y otros, Los fundamentos de los derechos fundamentales,
Trotta, 4a. ed., 2009.
Madrid,
------,
------,
Y SILVACARCA,Fernando,
------,
Y SILVACARCA,Fernando,
El caso Castaeda ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Mxico, Porra, UNAM, 2009.
------,
Y SILVACARCA,Fernando, Jurisdiccin militar y derechos humanos. El caso Radilla ante la, Corte Interamericana de Derechos Humanos,
Mxico, UNAM, Porra, 2011.
Los feminicidios de Ciudad jurez ante
la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Campo Algodonero,
Mxico, Porra, UNAM, 2011.
FERREREsCOMElLA,Vctor, justicia constitucional y democracia, Madrid, CECp,
1997.
BIBLIOGRAFA
209
210
BIBLIOGRAFA
HABERMAS,
Jrgen, La constelacin posnacional. Ensayos polticos, Barcelona,
Paids, 2000.
KYMLICKA,
Will, Ciudadana multicultural, Barcelona, Paids, 1996.
LEWIS,Anthony, Ninguna ley. El caso Sullioan y la primera enmienda, Miami,
SIp' 2000.
LI'EZAYLLN,Sergio, "Artculo 6" en Constitucin Poltica de los Estados Unidos
Mexicanos comentada y concordada, 20a. ed., Mxico, UNAM, Porra,
2009, t. 1.
------,
Democracia y acceso a la informacin, Mxico, TEPJF, 2005.
LPEZ CALERA,Nicols, Hay derechos colectivos? Individualidad )' socialidad en
la teora de los derechos, Barcelona, Ariel, 2000.
MJ\RSHALL,
T. H., "Ciudadana y clase social" en T H. MARSHJ\LL
y T. BOTTOMORE,Ciudadana y clase social, Madrid, Alianza, 1998.
MOLINAENRQUEZ,Andrs, Los grandes problemas nacionales (1909), Mxico,
Editorial Era, 1983.
MLLER,Max, Teoria Geral do neoconstitucionalismo, Porto Alegre, Livraria do
Advogado, 2011.
MONTESCALDERN,
Ana, "Elementos de comparacin entre el Sistema Inquisitivo y el Sistema Acusatorio" en Tcnicas del Juicio Oral en el Sistema
Penal Colombiano: Lecturas Complementarias. Bogot, Comisin Interinstitucional para el Impulso de la Oralidad en el Proceso Penal, USAID,
2003.
NINo, Carlos Santiago, "Autonoma y necesidades bsicas", Doxa, nm. 7,
Alicante, 1990.
NAVARRO
MARCIlANTE,
Vicente J., El derecho a la informacin audiovisual de los
juicios, Madrid, CEPC, 2011.
OROZCOHENRQUEZ,Jos de Jess, "El sistema presidencial en el Constituyente de Quertaro y su evolucin post.erior" en la obra colectiva, El
sistema presidencial mexicano (Algunas rejlexiones), Mxico, UNAM, 1988.
------,
"La autonoma constitucional", en varios autores, La autonoma personal, Madrid, CEC, 1992.
PASARA,Lus (comp.), En Busca de una Justicia Distinta: Experiencias de Reforma
en Amrica Latina, Mxico, Instituto de Investigaciones Jurdicas-UNAM,
2004.
PECESBARBA,Gregorio, "Derecho, sociedad y cultura en el siglo XVIII" en
Historia de los derechos fundamentales, t. JI (Siglo XVIII), vol. 1, Madrid,
Dykinson, Universidad Carlos III de Madrid, 2001.
------,
Los valores superiores, Madrid, Tecnos, 1984.
------,
Y otros, Textos bsicos de derechos humanos, Madrid, Aranzadi,
2001.
PREZLUo, Antonio E., La seguridad juridica, Barcelona, Arie!, 1991.
------,
"Seguridad jurdica" en GARZNVALDI~S, Ernesto y LAPORTA.
...
_ ...
lUU6 l-lI..Jl\l,)
un)
VYOI.'a17U plJl.laqn
0p
';
0:JI.\.'1I/\I u
'(;(;1 'loA
'7Vl(iJ?P
0Jl_Ullo
IV
OIf:J"J/)
'O {O(;
Pl'
, ......
,_ ~. - ."
VJ~'''''Yl\l
'1" ( ........ ,
\L .. "~,,,,,
'!1 's!ni
UrJ/lIl.'j':J.(,
'P!.lPl!l\[ 'f)!.J!7SIl_(
lvuO.l:JII/!ISllO:J
'SIUlH'J,
~.
Ll).l.L\_'<L
sv:)
'ONVTU.I
'.1.1,)t!
()P /}.);_,
,)!.l)S IPII
O}
N()I\iIS
Ir]. '1~,(IJrurv'N:'IS
VI
DI
:YrJll/;-7.liif!p .( YiIJJII.';' ,
'900(;
'a31IdVNO~) 'OJ!X9Jt\l
'1l9Z:JDlUU(1.(J.'>IP
JJI
nuu]
O.JI.WrJ/
ru'WI/I
11
!
'OJ!X?W
'U9!:JJJlI?lIll.tJS/P
un '
I \ -~
L l V(1
'SI)sJf
I~
Il
1 j"\
'd."""~" \1
_\
...
i p,-,
,~_.....-'
'V<('-U:,IZ 'l.:,J1~lPI(J()'H
-In
Tl6