El documento analiza la carta de Lenin "Carta a un camarada" en la que propone soluciones para crear un partido revolucionario en Rusia. Explica que Lenin aborda la necesidad de distintos tipos de organizaciones ligadas entre sí, incluyendo organizaciones de masas y una organización de revolucionarios, para transmitir la línea política del partido a las masas y recoger su experiencia. Concluye que solo mediante organizaciones de masas fuertes en su conciencia y vinculadas entre sí puede conducirse a las masas hacia la revolución
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El documento analiza la carta de Lenin "Carta a un camarada" en la que propone soluciones para crear un partido revolucionario en Rusia. Explica que Lenin aborda la necesidad de distintos tipos de organizaciones ligadas entre sí, incluyendo organizaciones de masas y una organización de revolucionarios, para transmitir la línea política del partido a las masas y recoger su experiencia. Concluye que solo mediante organizaciones de masas fuertes en su conciencia y vinculadas entre sí puede conducirse a las masas hacia la revolución
El documento analiza la carta de Lenin "Carta a un camarada" en la que propone soluciones para crear un partido revolucionario en Rusia. Explica que Lenin aborda la necesidad de distintos tipos de organizaciones ligadas entre sí, incluyendo organizaciones de masas y una organización de revolucionarios, para transmitir la línea política del partido a las masas y recoger su experiencia. Concluye que solo mediante organizaciones de masas fuertes en su conciencia y vinculadas entre sí puede conducirse a las masas hacia la revolución
El documento analiza la carta de Lenin "Carta a un camarada" en la que propone soluciones para crear un partido revolucionario en Rusia. Explica que Lenin aborda la necesidad de distintos tipos de organizaciones ligadas entre sí, incluyendo organizaciones de masas y una organización de revolucionarios, para transmitir la línea política del partido a las masas y recoger su experiencia. Concluye que solo mediante organizaciones de masas fuertes en su conciencia y vinculadas entre sí puede conducirse a las masas hacia la revolución
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Documento congreso
Carta a un camarada
Vladimir Ilich Ulianov, Lenin.
Introduccin previa: A los y las camaradas
Esta Obra Constituye uno de los ms importantes aportes sobre las teoras de la organizacin de revolucionarios/as y las distintas organizaciones de masas. Es importantsimo que cada compaero y compaera lea atentamente este texto, lo analice y materialice las conclusiones prcticotericas que de este documento se pueden desprender, son en si mismo aportes para nuestro proyecto revolucionario. Es un insumo vital para nuestra formacin y el desafo interminable de formar la organizacin revolucionaria que conquiste el poder y derrote finalmente a la burguesa. Carta a un camarada es un respuesta de Lenin ante el rechazo recibido en el congreso del Partido Social Demcrata Ruso tras presentar el documentoEl que hacer. Carta a un camarada es la respuesta de Lenin a la dicotoma que se cristalizaba cuando hablaban sobre construir un partido revolucionario para Rusia. Lenin en este documento propone soluciones a las inmensas incertidumbres que se tena con respecto a crear un partido de cuadros que se insertara en las masas, con vocacin de poder y con una estrategia revolucionaria para la toma del poder, analizando a la vez sus errores y aciertos propios de la lucha de clases en el contexto Ruso. En el presente, y as a lo largo de la lucha de clases a nivel global, se producen una serie de concepciones errneas en torno a estos planteamientos de Lenin respecto a las tareas del partido, su funcionamiento y orgnica. Concepciones errneas tales como:
La creacin de organizaciones de masas amplias, flexibles y abiertas
contraponindolas a otras selectas (que agrupan a los/las trabajadores avanzados), dotadas de un programa, y clandestinas de cara al aparato represivo.
Necesidad o no de un determinado el tipo de organizacin de masas
para la lucha revolucionaria.
Integracin de todos los/las luchadoras en las organizaciones de
masas, o mantener unos marcos organizativos para cada nivel.
Cuestiones de centralismo democrtico, tales como: las relaciones de
un Comit central (CC) con el resto de las organizaciones del partido, elecciones de esos cargos, posibilidad o no de C.C de control a todas las organizaciones del partido, subordinacin o no de todo el partido al C.C etc.
Necesidad o no de la centralizacin
El partido debe o no dirigir todo
Especializacin tendiente a la profesionalizacin , o todos hagamos de
todo.
Necesidad o no de estatutos para resolver los problemas orgnicos.
Por la validez actual de los planteamientos expuestos por Lenin en Carta a
un camarada, planteamos estos puntos citados anteriormente, discusin constante entre las organizaciones y la construccin de estructura organizativa. Discusin que hoy a nosotros nos toca a fondo y es de suma urgencia definir y comenzar a estructurar. En el que hacer Lenin desarrolla un combate contra las concepciones economicistas en la organizacin, hoy en da concepciones reformistas, en donde diferencia dos polos de organizacin, la organizacin de los revolucionarios y la organizacin de masas amplia para la lucha econmica. Algunos/as compaeros de otros grupos polticos, tomando mecnicamente las teoras leninistas sobre organizacin, interpretan de forma errnea que Lenin hablaba solamente de esos dos tipos de organizaciones amplias, como forma correcta de organizar al proletariado para las tareas revolucionarias, olvidndose de cul es el carcter (especifico-gremial) de esas organizaciones en la teora leninista. Se esfuerzan en construir organizaciones amplias, donde estn todos , donde hayan muchos, por que al ser ms dicen, se puede llevar de forma ms rentable la lucha poltica revolucionaria a travs de esa organizacin, sin detenerse a pensar en que una organizacin tan amplia, tan movimentista en su composicin, tan espontanea, donde existen distintas lneas polticas, distintas fuerzas, o bien una de ellas es la dominante, o bien se anulan entre si, conservando un equilibrio que solo permitir que puedan llevar adelante ciertas luchas atravesadas solo por lo coyuntural y cuando lo permita el contexto su grado de unidad poltica . Otro ejemplo de esto es las organizaciones que se autoproclaman como independientes que a veces no se sabe bien de quien, si independientes de la burguesa o del proletariado, o estarn dominados por la lnea del proletariado o de la burguesa. Difcilmente podrn desarrollar esas organizaciones gremialistas-movimentistas una poltica revolucionaria, ya que esta, para poder desarrollarse requiere de un mayor nivel de conciencia, de un mayor nivel de organizacin, de una comprensin mayor del marxismo leninismo, y de una unidad poltica en sus componentes orgnicos en torno a estos aspectos que permita su puesta en prctica, en definitiva, se necesita de una organizacin de rango superior, con otras caractersticas. Queremos aclarar por cierto que en este documento no estamos planteando
nada nuevo, solo hacemos espejo de la historia, de los pueblos y las
revoluciones triunfantes. En la clase obrera, en cada momento histrico, existen diversos niveles de conciencia, que van desde la conciencia econmica y conciencia de explotacin, que solo percibe las manifestaciones externas de la explotacin capitalista, hasta la conciencia de clase marxista leninista, que llega a la compresin de los objetivos revolucionarios del proletariado, de las formas de lucha y de organizacin necesarios para alcanzar esos objetivos. Esta ltima conciencia exige una comprensin relativamente profunda del carcter del estado burgus, de la actual coyuntura poltica, de la necesidad de construccin del partido y de la alternativa estratgica comunista para el pueblo y los trabajadores de Chile. Vale aclarar que las masas no son todo el proletariado, ni son homogneas desde el punto de vista de su conciencia, si no que estn divididas segn sus niveles de conciencia. Y es en base a estos distintos niveles de conciencia existentes, por lo que parece la necesidad de distintos tipos de organizacin de masas. El planteamiento leninista no es hablar de la organizacin de revolucionarios y la organizacin de masas amplias, sino de una serie de distintas organizaciones, unidas entre si como eslabones de una cadena por los que circula la lnea poltica del partido, y a su vez el partido recoge la experiencia de la lucha de las masas en su movimiento. Solo unas solidas organizaciones de masas, fuertes en su nivel de conciencia, en su conocimiento materialista de la realidad, en la correccin de su lnea y en su ligazn con las otras organizaciones de masas, puede conducirlas hacia la revolucin, sirviendo de puente entre sectores de las masas, hoy en nuestro pas desorganizadas, y la organizacin de revolucionarios. Y esto en momento de dictadura terrorista de la burguesa, o en momentos de dictadura democrtico burguesa. De esta forma, siendo importante la construccin de organizaciones amplias, consideramos de mucha importancia, la construccin de una slida organizacin, que aglutinen los elementos avanzados que surgen de la lucha de las masas. Con esas organizaciones y la minora que hoy constituye vanguardia dentro del movimiento popular es con quienes debemos construir los cimientos de organizaciones de masas, son los cimientos del partido de vanguardia de la clase trabajadora y el pueblo. Las relaciones de la organizacin de revolucionarios con las organizaciones de masas, prximas a ellas, deben ser lo ms estrechas posibles. Y no podran ser de otra forma si lo que se pretende es que la lnea poltica de los y las revolucionarias llegue a las masas, es en cierto sentido la ciencia de la organizacin marxista leninista. Para eso se necesitan eslabones intermedios, cuantos ms mejor, que acten de trasmisores de esa lnea. Que esa lnea se
difunda y transcurra desde la organizacin de revolucionarios pasando por
comisiones en fbricas, espacios sociales de base, estudiantiles, territoriales, poblacionales, crculos, etc., (organizaciones de masas) de las ms cercanas a las an ms lejanas. La influencia de una organizacin en las masas, no se da por ser ms amplia, ms numerosa, no es un problema de nmero. La influencia, la ligazn con las masas es un problema principalmente poltico. En base a esto, un grupo reducido de elementos ms avanzados, con la aplicacin de una lnea poltica correcta, puede llegar, y llega, a influir y dirigir polticamente a las masas, de forma ms correcta y extensa que una organizacin ms amplia que sus componentes no tengan el mismo nivel de centralizacin y especializacin en esas tareas. El problema no es de nmero, es de lnea poltica, que ser ms correcta cuanto ms cercana este nuestra organizacin al marxismo leninismo.
Carta a un camarada (sobre nuestras tareas de organizacin) Lenin.
Querido camarada: Con placer le envo el juicio que me peda acerca de su proyecto de Organizacin del Partido Revolucionario de San Petersburgo. (Probablemente se refera usted a la organizacin de la labor del Partido Obrero Socialdemcrata de Rusia en Petersburgo.) El problema que plantea es tan importante que todos los miembros del Comit de San Petersburgo, y an todos los socialdemcratas rusos en general, deben tomar parte en su discusin. Conste, ante todo, que estoy completamente de acuerdo con usted cuando explica la ineficiencia de la antigua organizacin de la Unin (la unionista la llama usted). Seala usted la falta de una preparacin seria y educacin revolucionaria de los obreros avanzados, el llamado sistema electivo, que tan orgullosa y porfiadamente defienden los adeptos de Rabchee Delo (4) en nombre de los principios democrticos, y el hecho de estar apartados los obreros de todo trabajo activo. Est en lo cierto: 1) la falta de una preparacin seria y de educacin revolucionaria (no slo de los obreros, sino tambin de los intelectuales); 2) la aplicacin inadecuada y abusiva del principio electivo, y 3) la no participacin de los obreros en la intensa actividad revolucionaria son, efectivamente, los principales defectos de la organizacin de San Petersburgo y de muchas otras organizaciones locales de nuestro partido. Hago mo por entero su punto de vista bsico sobre las tareas organizativas y me adhiero tambin a su proyecto de organizacin en la medida en que puedo deducir de su carta los rasgos esenciales del mismo. Para precisar, estoy por completo de acuerdo con usted en que conviene destacar en particular las tareas del trabajo a escala de toda Rusia y de todo
el Partido en conjunto, usted lo expresa en el punto primero del proyecto en
los siguientes trminos: El Centro dirigente del Partido (y no slo de un comit o de n distrito) es el peridico Iskra, que cuenta con corresponsables permanentes entre los obreros y mantiene estrecho contacto con el trabajo interno de la organizacin. Yo deseara sealar tan slo que el peridico puede y debe ser el dirigente ideolgico del partido, desarrollar las verdades tericas, las tesis tcticas, las ideas generales de organizacin y las tareas generales de todo el Partido en uno u otro momento. Pero el dirigente prctico inmediato del movimiento slo puede serlo un grupo central especial (llammoslo, por ejemplo, Comit Central) que se enlace personalmente con todos los comits, que rena en su seno las mejores fuerzas revolucionarias de todos los socialdemcratas rusos y rija todos los asuntos del Partido en general, tales como difusin de publicaciones, edicin de octavillas, distribucin de fuerzas, designacin de personas y grupos para encabezar determinadas actividades, preparacin de manifestaciones y de la insurreccin en toda Rusia, etc. Antela necesidad de mantener la ms rigurosa clandestinidad y de asegurar la continuidad del movimiento, nuestro Partido puede y debe tener dos centros dirigentes: el OC (rgano Central) y el CC (Comit Central). El primero ejercer la direccin ideolgica y el segundo, la direccin inmediata y prctica. La unidad de accin y la necesaria identificacin entre estos grupos se asegurarn no slo por el programa nico del Partido, sino tambin por la composicin de ambos grupos (es preciso que los dos, tanto el OC como el CC, estn integrados por personas totalmente compenetradas) y por la organizacin de reuniones conjuntas, regulares y constantes. Slo as se lograr, por una parte, que el OC quede fuera del alcance de los gendarmes rusos, asegurando su firmeza y continuidad, y, por otra, que el CC se identifique siempre con el OC en todos los asuntos esenciales y disponga de suficiente libertad para ejercer la direccin inmediata de todo el aspecto prctico del movimiento. Por eso convendra que el punto primero de los estatutos (con arreglo a su proyecto) no slo sealara qu rgano del Partido se reconoce como dirigente (lo que, evidentemente, debe sealarse), sino tambin que cada organizacin local se asigna como tarea trabajar activamente en la creacin, apoyo y consolidacin de los organismos centrales sin los cuales nuestro Partido no puede existir como tal. Ms adelante, en el segundo punto, dice usted que el comit debe dirigir la organizacin local (tal vez sera mejor decir toda la labor local y todas las organizaciones locales del Partido, pero no me detendr en detalles de frmula) y tiene que estar compuesto tanto de obreros como de intelectuales, pues separarlos en dos comits sera perjudicial. Esto es total y absolutamente cierto. El Comit del Partido Obrero Socialdemcrata de Rusia debe ser uno solo y estar integrado por socialdemcratas plenamente conscientes, que se consagren por entero a la actividad socialdemcrata. Hay que procurar, sobre todo, que el mayor nmero posible de overos lleguen a ser revolucionarios plenamente conscientes y profesionales y formen parte
del comit*. Tratndose de un comit nico, y no doble, adquiere especial
importancia el que sus miembros conozcan personalmente a muchos obreros. Para dirigir cuanto ocurre en los medios obrero hay que tener la posibilidad de llegar a cualquier lugar, hay que conocer a muchsima gente, todos los recovecos, etc., etc. Por eso deben formar parte del comit, en lo posible, los principales jefes del movimiento obrero, que sean overo ellos mismos; el comit debe dirigir todos los aspectos del movimiento local y tener a su cargo todos los organismos, fuerzas y recursos locales del Partido. No se refiere usted a cmo debe formarse el comit; probablemente coincidamos tambin en que, sobre este particular, apenas son necesarias reglas especiales; la cuestin de cmo formar el comit incumbe a los socialdemcratas locales. Si acaso, bastara con indicar que los nuevos miembros son cooptados por acuerdo de la mayora (o de dos tercios, etc.) del comit, que ste deber preocuparse de transmitir sus vinculaciones a un lugar de confianza (en el sentido revolucionario) y seguro (en el sentido poltico) y de preparar de antemano sus suplentes. Cuando tengamos un OC y un CC, los nuevos comits slo habrn de formarse con su participacin y su consentimiento. El nmero de miembros del comit deber ser, en lo posible, no muy grande (para que sea ms alto el nivel de esos miembros y ms completa su especializacin en la profesin revolucionaria), pero, al mismo tiempo, suficiente para dirigir todos los aspectos de la labor y garantizar la representatividad de las reuniones y la firmeza de los acuerdos. Si el nmero de miembros fuese demasiado grande y el reunirse con frecuencia resultase peligroso para ellos, tal vez habra que designar dentro del comit otro grupo directivo especial, muy reducido (por ejemplo, cinco personas, incluso menos), del que debera formar parte sin falta, el secretario y las personas ms capacitadas para llevar la direccin prctica de toda la labor en su conjunto. Para este grupo tendra singular importancia asegurarse suplentes, a fin de que el trabajo no se paralizara en caso de cadas. Las reuniones generales del comit ratificaran los actos del grupo directivo, determinaran su composicin, etc. Prosigamos. Despus del comit, propone usted, como subordinados a l, los siguientes organismos: 1) discusin (conferencia de los mejores revolucionarios; 2) crculos de distrito, con 3) un crculo de propagandistas adjunto a cada uno de ellos; 4) crculos de fbrica, y 5) conferencias representativas de delegados de los crculos de fbrica del distrito correspondiente. Estoy completamente de acuerdo con usted en que todos los dems organismos (que tendrn que ser muchsimos y muy diversos, adems de los que usted menciona) deben estar subordinados al comit y en que son necesarios grupos de distrito (apara las ciudades ms grandes) y de fbrica (siempre y en todas partes). Pero me parece que en algunos detalles no coincidimos por entero. Por ejemplo, en lo que se refiere a la discusin, creo que ese eslabn no es necesario en absoluto. Los mejores revolucionarios deben estar todos en el comit o cumpliendo funciones especiales (imprenta, transporte, agitacin volante, organizacin, pongamos por caso, de una oficina de pasaportes, de un destacamento de lucha contra
los espas y provocadores o de grupos en el ejrcito, etc.).
Se conferenciar tanto en el comit como en cada distrito y en cada crculo de fbrica, propagandstico, profesional (tejedores, mecnicos, curtidores y dems), estudiantil, literario, etc. Qu falta hace un organismo especial para conferenciar? Prosigamos. Usted, pide con toda razn que se conceda a cuantos lo deseen la posibilidad de mantener correspondencia directamente con Iskra. Pero directamente no debe entenderse en el sentido de que se les facilite el contacto con la redaccin y sus seas a cuantos lo deseen, sino en el sentido de que debern ser transmitidas (o enviadas) a la Redaccin las cartas de cuantos lo deseen. Por lo que se refiere a las seas, es necesario darlas con bastante amplitud, pero no a cuantos lo deseen, sino solamente a los revolucionarios seguros y destacados por su habilidad en la labor clandestina: quiz, no a uno solo por distrito, como usted quiere, sino a varios; es necesario asimismo que cuantos participen en el trabajo, todos y cada uno de los crculos tengan derecho a poner en conocimiento, tanto del comit como del OC y del CC, sus acuerdos, deseos y peticiones. Si aseguramos eso, lograremos la plenitud de deliberacin de todos los militantes del Partido sin necesidad de crear organismos tan farragosos y tan poco apropiados para la labor clandestina como las discusiones. Est claro que hay que esforzarse asimismo por organizar contactos individuales del mayor nmero posible de dirigentes de todo tipo, ms el quid de la cuestin est en observar las reglas de la clandestinidad. En Rusia no se pueden celebrar asambleas generales y reuniones ms que de vez en cuando, como excepcin, y hay que observar una extremada prudencia en cuanto a la admisin en esas reuniones de los mejores revolucionarios, pues, de ordinario, a un provocador le resulta ms fcil infiltrarse en asambleas generales, y a un espa, seguir los pasos a alguno de los participantes. Creo que lo mejor, tal vez, sera hacer as: cuando se puedan organizar grandes (digamos de 30 a 100 personas) asambleas generales (por ejemplo, en el bosque durante los meses de verano, o en un domicilio clandestino especialmente seleccionado), el comit podr enviar a ellas a uno o dos de los mejores revolucionarios y preocuparse de que la reunin tenga una buena composicin, o sea, por ejemplo, de invitar a ella al mayor nmero posible de miembros dignos de confianza de los crculos de fbrica, etc. Pero no es necesario reglamentar estas reuniones, incluirlas en los estatutos, no hay que regularizarlas, no hay que dar lugar a que todo participante de la reunin conozca a los dems asistentes, es decir, sepa que todos son representantes de crculos, etc.; he ah por qu soy contrario no slo a las discusiones, sino tambin a las asambleas representativas. En vez de estos dos organismos, yo propondra que se estableciera, ms o menos, la siguiente regla. El comit se encarga de organizar grandes asambleas con el mayor nmero posible de personas que participan con su actividad prctica en el movimiento y de todos los obreros en general. La fecha, el lugar y el objeto de la reunin, as como su composicin, los determinar el comit, que
responder por la clandestinidad de estos actos. Cae de su peso que esto no
descarta en modo alguno que los propios obreros organicen reuniones menos reglamentadas durante los paseos, en el bosque, etc. Posiblemente sera mejor an no hablar de ello en los estatutos. En lo que se refiere a los grupos de distrito estoy completamente de acuerdo con usted en que una de sus tareas ms importantes es organizar debidamente la distribucin de publicaciones. Creo que los grupos distritales deben ser, en lo fundamental, intermediarios entre los comits y las fbricas, intermediarios e incluso primordialmente transmisores. Su tarea principal debe consistir en organizar clandestinamente una acertada distribucin de las publicaciones recibidas del comit. Es una tarea de suma importancia, porque si se asegura el enlace regular del grupo especial de distribuidores del distrito con todas las fbricas y con el mayor nmero posible de viviendas obreras del distrito, eso tendr tambin inmensa importancia para organizar las manifestaciones y para la insurreccin. Poner a punto, organizar la transmisin rpida y acertada de las publicaciones, octavillas, proclamas, etc., ensear esta labor a toda una red de agentes, significa recorrer ms de la mitad del camino en la preparacin de las manifestaciones y de la insurreccin en el futuro. En los momentos de agitacin, de una huelga de efervescencias es ya tarde para organizar el reparto de propaganda: es algo a lo que slo se puede avezar poco a poco, practicndolo necesariamente dos o tres veces al mes. De no haber peridico, puede y debe hacerse lo mismo con octavillas, pero de ninguna manera hay que dejar que el aparato de distribucin permanezca ocioso. Debe procurarse perfeccionar este aparato a tal grado que en una sola noche se pueda informar y, por decirlo as, movilizar- a toda la poblacin obrera de San Petersburgo. Y no se trata, ni mucho menos, de una tarea utpica, siempre y cuando se asegure desde el centro la distribucin sistemtica de octavillas a los crculos intermediarios ms reducidos y, de ellos a los repartidores. A mi juicio, no sera conveniente extender la competencia del grupo de distrito a otras funciones que las de simple intermediario y transmisor; o, ms exactamente, convendra extenderla con extraordinaria cautela, porque esto slo puede causar perjuicio a la clandestinidad y la integridad del trabajo. Naturalmente, tambin en los crculos de distrito se celebrarn conferencias sobre todos los problemas del Partido, pero ser el comit, y slo l, el que deber resolver todos los problemas generales del movimiento local. La autonoma de los grupos de distrito debera admitirse nicamente en cuestiones relacionadas con la tcnica de transmisin y difusin. La composicin del grupo distrital deber determinarla el comit; o sea que el comit designar a uno o dos de sus miembros (o incluso personas que no lo sean) como delegados al distrito de que se trate y encargar a estos delegados de formar el grupo de distrito, todos los miembros del cual tambin debern ser confirmados en sus cargos por el comit. El grupo de distrito es una seccin filial del comit, cuyos poderes se derivarn exclusivamente de ste. Paso ahora al problema de los crculos de propagandistas. No parece que sea
posible organizarlos por separado en cada distrito, dada la escasez de
propagandistas ni tampoco creo que sea conveniente. La propaganda debe hacerse en un mismo espritu por todo el comit y es necesario centralizarla rigurosamente, razn por la cual concibo la cosa as: el comit encargar a varios de sus miembros que organicen un grupo de propagandistas (que ser una filial del comit o uno de los organismos del comit). Este grupo, valindose en orden a las consideraciones de clandestinidad de los servicios de los grupos distritales, deber hacer propaganda en toda la ciudad, en toda la localidad colocada bajo la jurisdiccin del comit. Si fuera necesario, dicho grupo podr formar tambin subgrupos, delegar, por as decirlo, tal o cual parte de sus funciones; pero todo ello a condicin de que sea ratificado por el comit, el cual deber tener, siempre e indefectiblemente, derecho a enviar un delegado suyo a cada grupo, subgrupo o crculo que tenga el menor contacto con el movimiento. Segn este mismo tipo de misiones, el mismo tipo de filiales del comit o de organismos del mismo, deben ser organizados todos los diversos grupos que presten servicio al movimiento: los grupos de estudiantes y licestas, y, pongamos por caso, los de funcionarios pblicos simpatizantes, as como los grupos de transporte, de imprenta, de documentos de identidad, los encargados de preparar domicilios clandestinos, los grupos de proteccin contra los espas, los grupos militares, los de suministro de armas, los grupos para la organizacin, por ejemplo, de empresas financieras rentables, etc. Todo el arte de la organizacin clandestina debe consistir en saber sacar partido de todo y cada uno, en dar trabajo a todos y a cada uno, manteniendo al mismo tiempo la direccin de todo el movimiento y mantenindola, por supuesto, no por la fuerza del poder, sino por la fuerza del prestigio, por la de la energa, de la mayor experiencia, de la mayor diversidad de conocimientos y del mayor talento. Esta observacin sale al paso de la posible y usual objecin de que la centralizacin puede muy fcilmente echarlo todo a perder si por casualidad se sita en el centro una persona dotada de un poder inmenso, pero incapaz. Claro est que esto puede ocurrir; pero el remedio contra ello no puede estar en la elegibilidad y la descentralizacin absolutamente inadmisible en proporciones ms o menos amplias e incluso verdaderamente perjudicial para la labor revolucionaria bajo la autocracia. Los remedios contra ello no los proporcionarn estatutos de ninguna clase; slo pueden proporcionarlos las medidas de influencia camaraderil, desde las resoluciones de todos cada uno de los subgrupos y sus subsiguientes apelaciones al OC ya al CC hasta (en el peor de los casos) el derrocamiento de la autoridad absolutamente inepta. El comit debe esforzarse por dividir al mximo el trabajo, teniendo presente que los diferentes aspecto de la labor revolucionario requieren facultades distintas, que, a veces, un hombre completamente intil como organizador puede resultar un agitador insustituible , o que un hombre incapaz de resistir los rigores de la actividad clandestina ser un excelente propagandista, etc. A propsito de los propagandistas, quisiera decir unas palabras ms en
contra del habitual abarrotamiento de esta profesin con personas poco
capaces, a causa de lo cual se rebaja el nivel de la propaganda. A veces, entre nosotros se considera indiscriminadamente propagandista a cualquier estudiante, y todos los jvenes reclaman que se les confe un crculo, etc. Habra que luchar contra semejante prctica que suele acarrear mucho perjuicio. Son muy pocos los propagandistas con verdadera firmeza de principios y capacidad (y para llegar a serlo hace falta estudiar mucho y adquirir experiencia), y es preciso especializar a esos hombre, ocuparlos todo lo que puedan y cuidarlos al mximo. Hay que organizar varias conferencias a la semana para que intervengan en ellas, saber llamarlos a tiempo a otras ciudades y, en general, organizar giras de propagandistas capaces por diferentes ciudades. En cuanto a la masa de jvenes principiantes, hay que orientarla ms bien a actividades de orden prctico, que entre nosotros suelen quedar en segundo plano en comparacin con la peregrinacin estudiantil por los crculos, a la que, de manera optimista, se ha dado en llamar propaganda. Est claro que para desempear serias tareas prcticas tambin se necesita una slida preparacin, pero, a pesar de todo, en este terreno es ms fcil encontrar trabajo para los principiantes. Hablemos ahora de los crculos de fbrica. Tienen para nosotros una importancia especial, ya que la fuerza principal del movimiento resido en el grado de organizacin de los obreros en las grandes fbricas, que es donde se concentra la parte predominante de la clase obrera, predominante no slo en cuanto a l nmero, sino tambin, y ms an, por su influencia, desarrollo y capacidad de lucha. Cada fbrica debe convertirse en una fortaleza nuestra. Y, para ello, la organizacin obrera fabril debe ser tan clandestina por dentro y tan ramificada por fuera, esto es, en sus relaciones externas, debe proyectar sus tentculos tan lejos, y en las ms diversas direccione, como cualquier otra organizacin revolucionaria. Recalco que, en este caso tambin, el ncleo y el dirigente, el dueo, debe ser necesariamente l grupo de obreros revolucionarios. Debemos romper del todo con la tradicin de las organizaciones socialdemcratas de tipo puramente obrero o profesional, incluidos los centros fabriles. El grupo fabril o el comit de fbrica (para distinguirlo de los dems grupos, que debern ser muchsimos) ha de estar integrado por un nmero muy reducido de revolucionarios, que reciben directamente del comit las misiones y los correspondientes poderes de conducir toda la labor socialdemcrata en la fbrica. Todos los miembros del comit de fbrica deben considerarse agentes del comit, obligados a acatar todas sus rdenes y observar todas las leyes y costumbres del ejrcito activo en que se han enrolado y que, en tiempos de guerra, no tienen derecho a abandonar si permiso de los jefes. Por eso, la composicin del comit de fbrica tiene inmensa importancia, y una de las preocupaciones primordiales del comit debe consistir en formar acertadamente estos subcomits. Yo concibo esta labor del siguiente modo: el comit encarga a algunos de sus miembros (ms, supongamos, que tal o cual obrero que no forma parte del comit por uno u otra razn, pero que puede ser til por su experiencia, su conocimiento de la gente, su inteligencia
y sus contactos) que organicen en todas partes subcomits fabriles. La
comisin consulta con los delegados de distrito, da una serie de citas, examina a fondo a los candidatos a miembro de los subcomits fabriles, los somete a un interrogatorio inquisitorial, los somete, en caso necesario, a tentacin; procura as observar ella misma y poner a prueba directamente al mayor nmero posible de candidatos para el subcomit de la fbrica dada y, por ltimo, propone al comit que ratifique una lista concreta de componentes de cada crculo fabril o faculte a aun obrero determinado para formar, designar, seleccionar todo el subcomit. De esta manera, el propio comit determinar quin de estos agentes debe tener relacin l y cmo mantenerla (por regla general, a travs de los delegados de distrito, pero esta regla est sujeta a complementos y modificaciones). Dada la importancia de esto subcomits de fabrica, debemos aspirar, en la medida de lo posible, a que cada uno de ellos tenga tanto una direccin como comunicarse con el OC como una consignacin de sus contactos en lugar seguro (o sea, que los datos necesarios para rehacer inmediatamente el subcomit en caso de cada se hagan llegar con la mayor regularidad y abundancia posible al centro del Partido, al objeto de ponerlos a salvo en sitio inaccesible para los gendarmes rusos). Huelga decir que esta retransmisin de seas debe decidirla el comit, basndose en sus propias consideraciones y datos de que disponga, y no en el inexistente derecho de distribucin democrtica de dichas direcciones. Por ltimo, quiz no est de ms indicar que, en algunos casos, en lugar del subcomit de fbrica formado por varios miembros ser necesario o ms conveniente limitarse a nombrar un agente del comit (y un suplente). Una vez formado, el subcomit de fbrica deber emprender la creacin de toda una serie de grupos y crculos fabriles con tareas diferentes y con distinto grado de clandestinidad y reglamentacin; por ejemplo, crculos de reparto y distribucin de publicaciones (una de las funciones ms importantes que debe ser organizada de tal modo que tengamos nuestro verdadero correo, que sean probados y comprobados los mtodos no slo de distribucin , sino tambin de reparto a domicilio, que se conozcan sin falta todos los domicilios y la manera de llegar a ellos), crculos e lecturas clandestinas, crculos para la vigilancia de los espas**, crculos de direccin especial del movimiento sindical y de la lucha econmica, crculos de agitadores y propagandistas que sepan entablar largas charlas en un plano completamente legal (sobre maquinaria, inspeccin, etc.), para hablar sin peligro y en pblico, para sondear a la gente y tantear el terreno, etc. *** El subcomit de fbrica debe procurar abarcar toda la fbrica, la mayor parte posible de los obreros, con una red de crculos (o de agentes) de todo tipo. El xito de la labor de subcomit deber medirse por la abundancia de estos crculos, por la posibilidad de que contacto con ellos el propagandista viajero y, lo principal, por el acierto de la labor sistemtica de distribucin de publicaciones y de recepcin de datos y colaboraciones. As pues, el tipo general de organizacin deber ser, a mi juicio, el siguiente: a la cabeza de todo el movimiento local, de toda la actividad socialdemcrata
local se hallar el comit. Del comit partirn los organismos subordinados a
l y sus filiales, configurando, en primer lugar, una red de agentes ejecutivos, que abarcar a toda (si fuera posible) la masa obrera y estar organizada en forma de grupos de distrito y subcomits de fbrica. En tiempos de paz, esta red se dedicar a distribuir publicaciones, octavillas, proclamas e informaciones clandestinas del comit; en tiempos de guerra, organizar manifestaciones y otras acciones colectivas. En segundo lugar, partir tambin del comit una serie de crculos y grupos de todo gnero puestos al servicio del movimiento en conjunto (propaganda, transporte, medidas clandestinas de diverso tipo, etc.). Todos los grupos, crculos, subcomits, etc., debern ser considerados organismos del comit o secciones suyas. Unos manifestarn francamente su deseo de ingresar en el Partido Obrero Socialdemcrata de Rusia y pasarn a formar parte de l, siempre y cuando que su ingreso sea ratificado por el comit asumirn (por encargo del comit o de acuerdos con l), funciones determinadas, contraern la obligacin de acatar cuanto dispongan los organismos del Partido, se les concedern los derechos propios de todos los miembros del Partido, sern considerados suplentes inmediatos de los miembros del comit, etc. Otros no ingresarn en el Partido Obrero Socialdemcrata de Rusia y sern considerados crculos organizados por miembros del Partido o contiguos a uno u otro grupo del Partido, etc. Por supuesto, los miembros de todos estos crculos gozan, en lo relativo a sus asuntos internos, de la misma igualdad de derechos a que los miembros del comit entre s. La nica excepcin consiste en que el derecho de mantener relaciones personales con el comit local (as como con el CC y el OC) ser exclusivo de la persona (o las personas) que haya designado este comit. En todos los dems aspectos, dicha persona ser igual en derechos que los restantes, los cuales podrn tambin dirigir (aunque no personalmente) declaraciones al comit local, al CC y al OC. De este modo, la excepcin sealada no representa, en el fondo, infraccin alguna de la igualdad de derechos, sino solamente una forzosa concesin a las incuestionables exigencias de la clandestinidad. El miembro del comit que no curse una declaracin de su grupo al comit, al CC o al OC ser responsable de infraccin directa de su de ver de militante. En lo que atae a la clandestinidad y la reglamentacin de los crculos de todo tipo, ello depender del carcter de sus funciones de acuerdo con ello, en este terrero existirn las organizaciones ms diversas (desde la ms rigurosa, estrecha y cerrada hasta la ms libre, amplia, abierta y poco reglamentada). Por ejemplo, para los grupos de repartidores se imponen la mayor clandestinidad y disciplina militar. Los grupos de propagandistas deben observar tambin las normas de clandestinidad, pero la disciplina militar es mucho menos necesaria. Los grupos de obreros dedicados a lecturas legales o a organizar charlas acerca de las necesidades y demandas profesionales precisarn menos an de la clandestinidad, etc. Los grupos de repartidores debern pertenecer al POSDR y conocer a cierto nmero de sus miembros y funcionarios. Un grupo dedicado a estudiar las condiciones profesionales de
trabajo y preparar variantes de reivindicaciones profesionales no tiene que
pertenecer necesariamente al POSDR. Un grupo de estudiantes, oficiales o empleados que se ocupen en su propia formacin con la participacin de uno o dos miembros del Partido no deber, a veces, ni siquiera saber que pertenece al Partido, etc. Pero hay un aspecto en que debe exigirse incondicionalmente la mxima reglamentacin de la labor en todos estos grupos filiales, a saber: todo miembro del Partido que participe en ellos tiene el deber de responder formalmente por el estado de cosas en dicho grupo; tiene tambin el deber de adoptar todas las medidas necesarias para que el CC y el OC conozcan al mximo tanto la composicin de cada grupo como todo el mecanismo de su labor y todo el contenido de esa labor. Esto es imprescindible para que el centro tenga ante s el cuadro completo de todo el movimiento, para poder seleccionar entre el mayor nmero de personas a quienes deben desempear distintos cargos del Partido, y para que puedan aprender de un grupo (por mediacin del centro) todos los grupos del mismo tipo que existan en toda Rusia; y para prevenir la aparicin de provocadores y personas sospechosas; en una palabra se trata de algo absoluta e imperiosamente necesario en todos los casos. Cmo logarlo? Por medio de informes regulares al comit, comunicando al OC la mayor parte posible del contenido del mayor nmero posible de estos informes, organizando visitas de miembros del CC y del comit local a todos los crculos y, por ltimo, mediante la consignacin obligatoria en lugar seguro (y al Bur del Partido adjunto al OC y al CC) de los contactos con este crculo, es decir, de los nombres y las direcciones de algunos de sus miembros. Slo cuando se comuniquen los informes y se transmitan los contactos, se podr considerar que el miembro del Partido que forme parte de un crculo u otro ha cumplido con su deber; slo entonces, todo el Partido en su conjunto podr aprender de cada crculo que realice una labor prctica; slo entonces no resultarn desastrosas las detenciones, pues, disponiendo de contactos con los diversos crculos, al delegado de nuestro CC le ser siempre fcil encontrar en seguida sustitutos y reanudar la labor. La cada de un comit no destrozar entonces toda la mquina, slo no s privar de unos dirigentes, y sus suplentes estarn preparados para sustituirlos y no se diga que la comunicacin de informes y direcciones de contacto es imposible debido a las condiciones de la clandestinidad: basta con querer, y la posibilidad de transmitir (o enviar) comunicaciones y establecer contactos existe siempre y existir siempre mientras tengamos comits, mientras tengamos un CC o un OC. Llegamos ahora a un principio muy importante de toda la organizacin y actividad del Partido: si en lo que concierne a la direccin ideolgica y prctica del movimiento y de la lucha revolucionaria del proletariado es necesaria la mayor centralizacin posible, en lo que se refiere a la informacin del centro del Partido (y, por consiguiente, de todo el Partido en general) acerca del movimiento, en lo que se refiere a la responsabilidad ante el Partido se impone la mayor descentralizacin posible. El movimiento debe
ser dirigido por l menor nmero posible de los grupos ms homogneos de
revolucionarios profesionales templados por la experiencia. Pero en el movimiento debe participar el mayor nmero posible de los grupos ms variados y heterogneos, pertenecientes las capas ms diversas del proletariado (y de otras clases del pueblo). Con respecto a cada uno de estos grupos, el centro del Partido deber tener siempre a la vista no slo datos exactos acerca de sus actividades, sino tambin los datos ms completos que sea posible acerca de su composicin. Debe centralizar la direccin del movimiento. Pero tambin (y precisamente para ello, pues sin informacin no es posible la centralizacin) descentralizar cuando sea posible la responsabilidad ante el Partido de cada uno de sus miembros por separado, de cada uno de los que participan en el trabajo, de cada uno de los crculos integrados en el Partido o ligados a l. Esta descentralizacin es condicin indispensable para la centralizacin revolucionaria y un correctivo imprescindible de la misma. Cuando la centralizacin se haya llevado hasta el final y dispongamos de un OC y de un CC, precisamente entonces la posibilidad de comunicacin con ellos de todos los grupos, hasta los ms minsculos y no slo la posibilidad de comunicacin, sino las comunicaciones regulares con el OC y el CC, convertidas en hbito a lo largo de una prctica de muchos aos-, evitar que la presencia fortuita de elementos negativos en la composicin de tal o cual comit local se traduzca en resultados deplorables. Ahora que nos encontramos ya en vsperas de la unificacin prctica del Partido y de la creacin de un verdadero centro dirigente, debemos tener siempre presente que este centro resultar impotente si no implantamos al mismo tiempo, la mxima descentralizacin, tanto en lo concerniente a la responsabilidad ante l como en lo que se refiere a su informacin acerca de todas las redas y engranajes del mecanismo del Partido. Esta descentralizacin no es sino el reverso de esa divisin del trabajo que, segn el consenso general, constituye una de las ms apremiantes necesidades prcticas de nuestro movimiento. Ni el reconocimiento oficial del papel dirigente de determinada organizacin, ni la constitucin del CC.CC. formales aportarn de por s la unidad efectiva de nuestro movimiento ni crearn un partido slido y combativo, si el centro dirigente del partido queda, como antes, separado del trabajo prctico directo por los comits locales de viejo tipo; es decir, comits en los que, por una parte entra un montn de personas, cada una de las cuales maneja todos y cada uno de los asuntos sin dedicarse a funciones especficas del trabajo revolucionario, sin asumir la responsabilidad por alguna tarea concreta, sin llevar a trmino la tarea asumida, bien pensada y preparada , malgastando enorme cantidad de tiempo y de energas en ajetreos de radicales; y por otra parte, hay una multitud de crculos de estudiantes y de obreros, la mitad de los cuales son totalmente desconocidos del comit, mientras la otra mitad son igual de desmesurados, carentes de especializacin, tampoco aportan nada en el plano de la experiencia profesional ni aprovechan la experiencia de otros y, exactamente lo mismo que el comit, estn ocupados en interminables reuniones en que se trata
de todo, en elecciones y en la redaccin de estatutos. Par que el centro
pueda funcionar eficientemente, los comits locales deben transformarse, convertirse en organizaciones especializadas y ms prcticas, que alcancen la verdadera perfeccin en una u otra funcin prctica. Par que el centro pueda no slo aconsejar, convencer y discutir (como se vena haciendo hasta ahora), sino dirigir realmente la orquesta, es menester que se sepa exactamente quin toca cada violn y en qu sitio; qu instrumento aprendi y aprende a tocar cada cual, dnde y cmo; quin, dnde y por qu desafina (cuando la msica comienza a sonar mal); cmo, adnde y a quin hay que trasladar apara eliminar la disonancia, etc. Actualmente hay que decirlo con franqueza-, por lo que se refiere a la verdadera labor interna del comit, o no estamos enterados de nada, aparte de sus proclamas y su correspondencia general, o si nos enteramos de algo es por nuestras amistades y relaciones personales. Pero sera ridculo pensar en que a un gran partido, capaz de dirigir el movimiento obrero de Rusia y que prepara la ofensiva general contra la autocracia, le baste con esto. Reducir el nmero de miembros del comit; asignar, en lo posible a cada uno de ellos una funcin determinada que implique responsabilidad y de la que tendr que rendir cuentas; crear un centro directivo especial, de nmero muy reducido; organizar una red de agentes ejecutores que vinculen al comit con cada gran fbrica, efecten la distribucin regular de publicaciones y proporcionen al centro una imagen exacta de esta labor de distribucin y de todo el mecanismo del trabajo; y por ltimo, formar numerosos grupos y crculos que asuman diversas funciones o renan a las personas cercanas a la socialdemocracia, que la ayuden y se preparen a hacerse socialdemcratas, asegurndose que el comit y el centro estn siempre al tanto de las actividad (y la composicin) de estos crculos; tales son las caractersticas que debe reunir la reorganizacin del Comit de San Petersburgo y todos los dems comits el Partido; tambin es la razn por la que el problema de los estatutos tiene tan poca importancia. He comenzado por analizar el esbozo de estatutos, para mostrar con ms claridad a dnde apuntan mis propuestas. Confo en que, como resultado, el lector haya comprendido que, en el fondo, tal vez sera posible prescindir de estatutos, sustituyndolos por la rendicin regular de cuentas acerca de cada crculo y cada sector de trabajo. Qu se puede consignar en los estatutos? El comit dirige a todos (eso est claro sin que se diga). El comit elige al grupo directivo (no siempre es necesario, y cuando surge la necesidad, no se trata ya de un problema de estatutos sino de comunicar al centro la composicin del grupo y los suplentes para el mismo). El Comit reparte entre sus miembros los diferentes sectores de trabajo y les encomienda que cada uno informe con regularidad al comit y curse comunicaciones al OC y al CC acerca de la marcha de la labor (tambin en este caso el que se informe al centro de que se ha efectuado tal o cual reparto es ms importante que apuntar en los estatutos una regla que, debido a la escasez de nuestras fuerzas, quedara a menudo sin aplicacin). El comit especificar quines son sus miembros. Los nuevos miembros sern incorporados por cooptacin.
El comit designa los grupos de distrito, los subcomits de fbrica y tales
grupos (si nos propusisemos enumerar todos los que conviene crear, no acabaramos nunca, y no tiene sentido dar en los estatutos una lista aproximada basta con informar al centro cuando se constituya alguno). Los grupos de distrito y los subcomits organizan tales crculos La redaccin de estatutos de este tipo en el momento actual resultara tanto menos provechosa por cuanto que, a nivel de todo el Partido, la experiencia de actividad de diversos grupos y subgrupos de este tipo es muy escasa (en algunos lugares carecemos por completo de l), y para adquirir tal experiencia lo que hace falta no son estatutos, sino organizar la informacin del partido, valga la expresin. Cada una de nuestras organizaciones locales dedica ahora por lo menos varias veladas a la discusin de los estatutos. Si en lugar de ello cada miembro dedicara este tiempo a rendir cuenta circunstanciada y bien meditada sobre su funcin especfica, ante todo el Partido, saldramos ganando cien veces. Y no es que los estatutos sean intiles por el mero hecho de que el trabajo revolucionario no siempre admita ser reglamentado. No, la reglamentacin es necesaria y debemos esforzarnos por dar forma, en la medida de lo posible, a toda la labor. La reglamentacin es admisible en proporciones mucho mayores de lo que generalmente se piensa, pero no se alcanzar mediante estatutos, sino nica y exclusivamente (no nos cansamos de repetirlo) mediante el envo de informes precisos al centro del Partido: slo entonces sern reglamentaciones efectivas, enlazadas con una responsabilidad y una publicidad (dentro del Partido) reales. Porque quin de nosotros ignora que en nuestras organizaciones los conflictos y discrepancias serios, de hecho, no se resuelven nunca por votacin de acuerdo con los estatutos, sino por la lucha y mediante amenazas de retirarse? De estas pugnas internas est llena la historia de la mayora de nuestros comits en los ltimos tres o cuatro aos de vida del Partido. Es muy deplorable que no se haya registrado esa lucha: hubiera sido mucho ms aleccionadora para el Partido y aportado mucho ms a la experiencia de nuestros sucesores. Pero tal reglamentacin, beneficiosa y necesaria, no se logra con estatutos, sino exclusivamente por medio de la publicidad dentro del Partido. Bajo la autocracia no disponemos de otro medio ni de otro instrumento de publicidad interna que no sea el informar regularmente al centro del Partido. Slo cuando hayamos aprendido a aprovechar ampliamente esta publicidad, podremos sacar en efecto experiencia del funcionamiento de unas u otras organizaciones, slo sobre la base de esa amplia experiencia, atesorada a lo largo de muchos aos, se podr elaborar estatutos que no sean papel mojado.
Escrito ente el 1 y el 11 (14 y 24) de septiembre de 1902.