Evangelizando Con Poder
Evangelizando Con Poder
Evangelizando Con Poder
P. Emiliano Tardif
Por eso decía Pablo VI: "Uno recibe el don de los milagros para que pueda
realizar actos que a través de la maravilla y la admiración, llamen a la fe". Y
quiera Dios aumentar una lluvia de CARISMAS para hacer fecunda, hermosa
y maravillosa a la Iglesia, capaz de imponerse incluso a la atención y al
estupor ...
El Espíritu Santo está renovando los carismas en la Iglesia universal y esos
carismas son DONES MINISTERIALES, dones para fortalecer nuestro
ministerio, nuestro servicio, para construir la comunidad, para edificar la
Iglesia. Por eso debemos estar abiertos a los carismas, no tenerles miedo a
esos dones espirituales que son dones gratuitos para servir mejor, dones que
fortalecen el apostolado, la evangelización.
En la Biblia leemos, en los Hechos de los Apóstoles, la experiencia de Pablo.
Después de su conversión llegó un día a Atenas, una ciudad muy intelectual
donde había muchos sabios, humanamente muy preparados. Pablo quiso
darles a los atenienses una conferencia muy sólida, muy intelectual, y les dijo:
"Atenienses, veo que por todos los conceptos son los más respetuosos con la
divinidad, pues al pasar y contemplar sus monumentos sagrados, he
encontrado también un altar con esta inscripción: "al Dios desconocido". Pues
bien, lo que ustedes adoran sin conocer, eso vengo a anunciarles". Y entonces,
Pablo comenzó una conferencia muy sabia. Y dice el libro de los Hechos, que
"muy pocos se convirtieron a Cristo"; fue un fracaso. Su visita en Atenas, casi
no consiguió más de dos o tres que aceptaron a Cristo. Y Pablo tuvo su
experiencia que con la sabiduría humana no iba a conseguir gran cosa.
Después fue a visitar a los corintios. Y les habló de otra manera: Yo,
hermanos, cuando fui a vosotros no fui con el prestigio de la palabra o de la
sabiduría a anunciaros el misterio de Dios, pues NO QUISE SABER ANTE
USTEDES SINO A JESUCRISTO Y ÉSTE CRUCIFICADO, y me presenté
ante ustedes débil, tímido y tembloroso y mi palabra y mi predicación no
tuvieron nada de los persuasivos discursos de la sabiduría, sino que fueron una
demostración del Espíritu y del poder, para que vuestra fe se fundase no en
sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios". (Cor, 2).
Y entonces, ¡qué cosecha maravillosa hizo Pablo entre los corintios! Se
fundaron muchas comunidades, los carismas se manifestaban abundantes,
hubo muchas conversiones, porque Pablo al llegar a ellos les dijo que no venía
con la sabiduría humana sino con el poder del Espíritu Santo, abierto a las
manifestaciones del Espíritu Santo. Y la gente se iba convirtiendo e iban
aceptando la doctrina que predicaba Pablo sobre Jesucristo.
Y esto es lo que necesitamos HOY. Recuerdo que un día, después de mi
sanación, que tuvo lugar en el mes de julio del 73, yo regresé a Santo
Domingo a trabajar en esta línea de la Renovación Carismática, y estaba
trabajando en una Parroquia que se llama Nagua, y en el verano del 75 un
compañero mío que era párroco de una Parroquia que se llamaba Pimentel,
tenía que ir a tomar vacaciones a Canadá, a visitar su familia, y el superior me
preguntó si yo podría ocuparme de Pimentel durante tres meses. Yo le dije al
párroco: "Sí, yo voy, con una condición: que yo pueda formar siquiera un
grupito de oración en Pimentel para acompañar mi apostolado, porque yo ya
no puedo trabajar en una parroquia donde no hay un grupo de oración que
apoye mi apostolado y seglares que me ayuden". Y el párroco que era muy
negativo frente a la Renovación Carismática me dijo: "Bueno, si te gusta tanto
un grupo de oración, puedes formar uno, pero no quiero que hagáis nada más
aquí". El no entendía lo que era eso, él no quería la Renovación Carismática, y
me dijo: "Yo no quiero carismas aquí". Le dije: "Bueno, yo voy a formar el
grupo de oración y si alguien recibe carismas, tú arreglarás cuentas con el
Espíritu Santo, porque los carismas no los doy yo, es el Espíritu Santo quien
los da".