Bulbo Raquídeo

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NEUROCIENCIAS 11/02/2009

Introducción
El tronco encefálico está formado por el bulbo raquídeo, la
protuberancia y el mesencéfalo y ocupa la fosa craneana
posterior del cráneo. Tiene forma de tallo y conecta la médula
espinal estrecha con el prosencéfalo expandido.
El tronco encefálico tiene tres funciones amplias: 1. Sirve
como conducto para los tractos ascendentes y los tractos
descendentes que conectan la médula espinal con las
diferentes partes de los centros superiores en el prosencéfalo.
2. Contiene centros reflejos importantes asociados con el
control de la respiración y el sistema cardiovascular; también
se asocia con el control de la conciencia. 3. Contiene los
núcleos importantes de los nervios craneanos III al XII.
Aspecto macroscópico del bulbo raquídeo.
El bulbo raquídeo conecta la protuberancia por arriba con la
médula espinal por abajo. La unión del bulbo raquídeo y la
médula espinal tiene lugar en el origen de las raíces
anteriores y posteriores del primer nervio espinal cervical, que
corresponde aproximadamente al nivel del agujero occipital.
El bulbo raquídeo tiene forma cónica con su extremidad ancha
dirigida hacia el lado superior. El conducto central de la
médula espinal continúa hacia arriba en la mitad inferior del
bulbo; en la mitad superior del bulbo se expande como la
cavidad del cuarto ventrículo.
En la superficie anterior del bulbo está la cisura mediana
anterior, que se continúa por debajo con la cisura mediana
anterior de la médula espinal. A cada lado de esta cisura hay
un engrosamiento denominado pirámide. Las pirámides están
compuestas por haces de fibras nerviosas, fibras
corticoespinales, que se originan en grandes células nerviosas
en la circunvolución precentral de la corteza cerebral. Las
pirámides se ahúsan en su extremo inferior y aquí es donde la
mayoría de las fibras descendentes cruzan al lado opuesto
para formar la decusación de las pirámides. Las fibras
arciformes externas anteriores son algunas fibras nerviosas
que salen de la cisura mediana anterior por encima de la
decusación y se dirigen hacia afuera sobre la superficie, del
bulbo raquídeo para entrar en el cerebelo. En posición
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posterolateral, respecto de las pirámides están las olivas que


son elevaciones ovales producidas por los núcleos olivares
inferiores. En el surco entre la pirámide y la oliva surgen las
raicillas del nervio hipogloso. Por detrás de las olivas se
encuentran los pedúnculos cerebelosos inferiores, que
conectan el bulbo con el cerebelo. Del surco ubicado entre la
oliva y el pedúnculo cerebeloso inferior surgen las raíces de
los nervios glosofaringeo y vago y las raíces craneanas del
nervio accesorio. La superficie posterior de la mitad superior
del bulbo raquídeo forma la parte inferior del piso del cuarto
ventrículo. La superficie posterior de la mitad inferior del
bulbo se continúa con la cara posterior de la médula espinal y
posee un surco mediano posterior. A cada lado del surco
mediano hay un engrosamiento alargado, el tubérculo grácil,
producido por el núcleo grácil subyacente. Por fuera del
tubérculo grácil hay un engrosamiento similar, el tubérculo
cuneiforme, producido por el núcleo cuneiforme subyacente.
Estructura interna
Al igual que la médula espinal, el bulbo raquídeo consiste en
sustancia blanca y sustancia gris, pero un estudio de cortes
transversales de esta región muestra que se han reorganizado
considerablemente. Esta reorganización puede explicarse
embriológicamente por la expansión del tubo neural para
formar la vesícula del encéfalo posterior, que se convierte en
el cuarto ventrículo. La extensa diseminación lateral del
cuarto ventrículo da por resultado una alteración en la
posición de los derivados de las placas alar y basal del
embrión. Como ayuda para comprender este concepto,
recuérdese que en la médula espinal los derivados de las
placas alar y basal se ubican por detrás y por delante del
surco limitante, respectivamente, y en el caso del bulbo
raquídeo se ubican por fuera y por dentro del surco limitante,
respectivamente.
La estructura interna del bulbo raquídeo se considera en
cuatro niveles: 1) nivel de decusación de las pirámides; 2)
nivel de decusación de los lemniscos, 3) nivel de las olivas y
4) nivel inmediatamente inferior a la protuberancia.
Nivel de decusación de las pirámides
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El corte transversal a través de la mitad inferior del bulbo


raquídeo pasa a través de la decusación de las pirámides, la
gran decusación motora. En la parte superior del bulbo las
fibras corticoespinales ocupan y forman la pirámide, pero
abajo aproximadamente tres cuartas partes de las fibras
cruzan el plano mediano y continúan hacia la médula espinal
en el cordón blanco lateral como el tracto corticoespinal
lateral. A medida que estas fibras atraviesan la línea media,
rompen la continuidad entre el asta anterior de la sustancia
gris de la médula espinal y la sustancia gris que rodea el
conducto central.
El fascículo grácil y el fascículo cuneiforme siguen
ascendiendo hacia arriba por detrás de la sustancia gris
central. El núcleo grácil y el núcleo cuneiforme aparecen como
extensiones posteriores de la sustancia gris central.
La gelatinosa en el asta gris posterior de la médula espinal se
continua con el extremo inferior del núcleo del tracto espinal
del nervio trigémino. Las fibras del tracto del núcleo se ubican
entre el núcleo y la superficie del bulbo raquídeo.
Los cordones blancos anterior y lateral de la médula espinal
se identifican fácilmente en estos cortes y la disposición de
sus fibras no se modifica.
Nivel de decusación de los lemniscos
El corte transversal a través de la mitad inferior del bulbo
raquídeo, a corta distancia por encima del nivel de la
decusación de las pirámides, pasa a través de la decusación
de los lemniscos, la gran decusación sensitiva. La decusación
de los lemniscos ocurre por delante de la sustancia gris
central y por detrás de las pirámides.
Debe comprenderse que los lemniscos se forman a partir de
las fibras arciformes internas, que han surgido de las caras
anteriores del núcleo grácil y del núcleo cuneiforme. Las fibras
arciformes internas viajan primero anterior y lateralmente
alrededor de la sustancia gris central. Luego se curvan hacia
la línea media donde se decusan con las fibras
correspondientes del lado opuesto.
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El núcleo del tracto espinal del nervio trigémino se ubica por


fuera las fibras arciformes internas. El tracto espinal del
nervio trigémino se situa por fuera del núcleo.
Los tractos espinotalámicos lateral y anterior y los tractos
espinotectales ocupan un área lateral a la decusación de los
lemniscos. Están muy cerca entre sí y se conocen en conjunto
con el nombre de lemnisco espinal. Los tractos
espinocerebeloso, vestibuloespinal y rubroespinal están
ubicados en la región anterolateral del bulbo raquídeo.
Nivel de las olivas
Un corte transversal a través de las olivas pasa a través de la
parte inferior del cuarto ventrículo. La cantidad de sustancia
gris en este nivel ha aumentado debido a la presencia del
complejo de los núcleos olivares, de los núcleos de los nervios
vestibulococlear, glosofaríngeo, vago, accesorio e hipogloso y
de los núcleos arciformes.
Complejo de los núcleos olivares
El núcleo más grande de este complejo es el núcleo olivar
inferior. La sustancia gris tiene la forma de una bolsa arrugada
con su boca dirigida medialmente; es responsable de la
elevación sobre la superficie del bulbo raquídeo denominada
oliva. También están presentes núcleos olivares accesorios
dorsal y medial, más pequeños. Las células del núcleo olivar
inferior envían fibras medialmente a través de la línea media
para entrar en el cerebelo a través del pedúnculo cerebeloso
inferior. Las fibras aferentes alcanzan los núcleos olívares
inferiores desde la médula espinal (los tractos espinoolivares)
y desde el cerebelo y la corteza cerebral. La función de los
núcleos olivares se asocia con el movimiento muscular
voluntario.
Núcleos vestibulococleares
El complejo de los núcleos vestibulares está formado por los
siguientes núcleos: 1) núcleo vestibular medial, 2) núcleo
vestibularinferior, 3) núcleo vestibular lateral y 4) núcleo
vestibular superior. Los detalles de estos núcleos y sus
conexiones se explican más adelante. Los núcleos
vestibulares medial e inferior pueden observarce en el corte a
este nivel.
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Los núcleos cocleares son dos. El núcleo coclear anterior se


ubica sobre la cara anterolateral del pedúncúlo cerebeloso
inferior y el núcleo coclear posterior está situado sobre la cara
posterior del pedúnculo lateral al piso del cuarto ventrículo.
Las conexiones de estos núcleos se describen más adelante.
Núcleo ambiguo
El núcleo ambiguo consiste en grandes neuronas motoras y
está situado en la profundidad de la formación reticular. Las
fibras nerviosas emergentes se unen a los nervios
glosofaríngeo; vago y a la porción craneana del nervio
accesorio y se distribuyen en el músculo esquelético
voluntario.
Sustancia gris central
A este nivel, la sustancia gris central se ubica por debajo del
piso del cuarto ventrículo. De adentro hacia afuera pueden
reconocerse las siguientes estructuras: 1) el núcleo del nervio
hipogloso, 2) el núcleo dorsal del vago, 3) el núcleo del tracto
solitario y 4) los núcleos vestibulares medial e inferior. El
núcleo ambiguo, al que ya nos referimos, se ubica
profundamente dentro de la formación reticular.
Se cree que los núcleos arciformes son los núcleos pontinos
desplazados hacia abajo y están ubicados sobre la superficie
anterior de las pirámides. Reciben fibras nerviosas de la
corteza cerebral y envían fibras eferentes al cerebelo a través
de las fibras arciformes externas anteriores.
Las pirámides contienen las fibras corticoespinales, y algunas
fibras corticonucleares se sitúan en la parte anterior del bulbo
separada por la cisura mediana anterior; las fibras
corticoespinales descienden a la médula espinal y las
cortioonucleares se distribuyen a los núcleos motores de los
nervios craneanos situados dentro del bulbo.
El lemnisco medial forma un tracto aplanado a cada lado de la
línea media por detrás de la pirámide. Estas fibras emergen
de la decusación de los lemniscos y transmiten información
sensitiva al tálamo.
El fascículo longitudinal medial forma un pequeño tracto de
fibras nerviosas situadas a cada lado de la línea, media por
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detrás del lemnisco medial y por delante del núcleo del


hipogloso. Consisten en fibras ascendentes y descendentes.
El pedúnculo cerebeloso inferior está situado en el ángulo
posterolateral del corte en el lado externo del cuarto
ventrículo.
El tracto espinal del nervio trigémino y su núcleo está situado
sobre la cara anteromedial del pedúnculo cerebeloso inferior.
El tracto espinocerebeloso anterior está situado cerca de la
superficie en el intervalo entre el núcleo olivar inferior y el
núcleo del tracto espinal del nervio trigémino. El lemnisco
espinal, que consiste en los tractos espinotalámico anterior,
espinotalámico lateral y espinotectal está situado
profundamente.
La formación reticular, que consiste en una mezcla difusa de
fibras nerviosas y pequeños grupos de células nerviosas, está
situada profundamente por detrás del núcleo olivar. A este
nivel, la formación reticular sólo representa una pequeña
parte de este sistema, que también se presenta en la
protuberancia y en el mesencéfalo.
Los nervios glosofaríngeo, vago y la parte craneana del nervio
acceso o se dirigen hacia adelante y afuera a través de la
formación reticular. Las fibras del nervio emergen entre las
olivas y los pedúnculos cerebelosos inferiores. Los nervios
hipoglosos también discuten por adelante y afuera a través de
la formación reticular y emergen entre las pirámides y las
olivas.
Nivel inmediatamente inferior a la protuberancia
No existen grandes cambios, en comparación con el nivel
previo, en la distribución de las sustancias gris y blanca. El
núcleo vestibular lateral ha reemplazado al núcleo vestibular
anterior y los núcleos cocleares ahora son visibles sobre las
superficies anterior y posterior del pedúnculo cerebeloso
inferior.

Senos venosos durales


Los senos venosos de la cavidad craneana se ubican entre las
capas de la duramadre. Su principal función consiste en
recibir sangre desde el encéfalo a través de las venas
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cerebrales y líquido cefalorraquídeo es de el espacio


subaracnoideo a través de las vellosidades aracnoideas. La
sangre en los senos durales finalmente drena en las venas
yugulares internas en el cuello. Los senos durales están
revestidos por endotelio y sus paredes carecen de tejido
muscular. No contienen válvulas. Las venas emisarias, que
tampoco tienen válvulas, conecta a los senos venosos durales
con las venas diploicas del cráneo y las venas del cuero
cabelludo.
El seno sagital superior; ocupa el borde fijo superior de la hoz
del cerebro. Comienza anteriormente en el agujero ciego,
donde a veces recibe una vena desde la cavidad nasal. Corre
hacia atrás surcando la bóveda del cráneo y en la
protuberancia occipital interna se desvía hacia uno u otro lado
(habitualmente el derecho) y se continúa con el seno
transverso correspondiente. El seno se comunica a través de
pequeños orificios con dos o tres lagunas venosas de forma
irregular a cada lado. Numerosas vellosidades aracnoideas y
granulaciones se proyectan en las lagunas las cuales también
reciben las venas diploicas y meníngeas.
El seno sagital superior recibe en su recorrido las venas
cerebrales superiores. En la protuberancia occipital interna se
dilata para formar la confluencia de los senos. Aquí el seno
sagital superior habitualmente se continúa con el seno
transverso derecho; está conectado con el seno transverso
opuesto y recibe el seno occipital.
El seno sagital inferior ocupa el borde inferior libre de la hoz
del cerebro. Corre hacia atrás y se une a la vena cerebral
mayor en el margen libre de la tienda del cerebelo, para
formar el seno recto. Recibe algunas venas de la superficie
medial de los hemisferios cerebrales.
El seno recto ocupa la línea de unión de la hoz del cerebro con
la tienda del Cerebelo. Está formado por la unión del seno
sagital superior con la vena cerebral mayor. Termina girando
hacia la izquierda (a veces hacia la derecha) para formar el
seno transverso.
Los senos transversos son estructuras pares y comienzan en
la protuberancia occipital interna. En general, el seno derecho
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se continúa con el seno sagital superior y el izquierdo se


continúa con el seno recto. Cada seno ocupa el margen
adherido de la tienda del cerebelo, surcando el hueso occipital
y el ángulo posteroinferior del hueso parietal. Reciben los
senos petrosos superiores, las venas cerebrales y cerebelosas
inferiores y las venas diploicas. Terminan girando hacia abajo
como los senos sigmoideos.
Los senos sigmoideos son una continuación directa de los
senos transversos. Cada seno gira hacia abajo y medialmente
y surca la porción mastoidea del hueso temporal. Aquí, el
seno se ubica posterior al antro mastoideo. Luego sigue hacia
adelante y después hacia abajo a través de la parte posterior
del agujero yugular, para comunicarse con el bulbo superior
de la vena yugular interna.
El seno occipital es un pequeño seno que ocupa el margen
adherido de la hoz del cerebelo. Comienza cerca del agujero
occipital, donde se comunica con las venas vertebrales y
drena en la confluencia de los senos.
Los senos cavernosos se ubican en la fosa craneana media a
cada lado del cuerpo del hueso esfenoides. Numerosas
trabéculas atraviesan su interior, lo cual les da un aspecto
esponjoso, de ahí su nombre. Cada seno se extiende desde la
cisura orbitaria superior por delante hasta el vértice de la
porción petrosa del hueso temporal por detrás.
La arteria carótida interna, rodeada por su plexo nervioso
simpático, corre hacia adelante a través del seno. El nervio
abducens también atraviesa el seno. La arteria carótida
interna y los nervios están separados de la sangre por un
revestimiento endotelial.
El tercero y el cuarto nervios craneanos y las ramas oftálmica
y maxilar del nervio trigémino corren hacia adelante en la
pared lateral del seno. Se ubica entre el revestimiento
endotelial y la duramadre. Las tributadas son las venas
oftálmicas superior e inferior, las venas cerebrales inferiores,
el seno esfenoparietal y la vena central de la retina.
El seno drena posteriormente en los senos petrosos superior e
inferior e inferiormente en el plexo venoso pterigoideo.
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Los dos senos se comunican entre sí por medio de los dos


senos intercavernosos anterior y posterior, que corren en el
diafragma sellar por delante y por detrás del tallo de la
hipófisis. Cada seno tiene una comunicación importante con la
vena facial a través de la vena oftálmica superior. (Esta
constituye una vía por la cual una infección puede propagarse
desde la piel de la cara hasta el seno venoso.)
Los senos petrosos superior e inferior son pequeños senos
ubicados sobre los márgenes superior e inferior de la porción
petrosa del hueso temporal a cada lado del cráneo. Cada seno
superior drena el seno cavernoso en el seno transverso y cada
seno inferior drena el seno cavernoso en la vena yugular
interna.
ARACNOIDES
La aracnoides es una delicada membrana impermeable que
cubre el encéfalo y se ubica entre la piamadre por dentro y la
duramadre por fuera. Está separada de la duramadre por un
espacio potencial, el espacio subdural, lleno de una película
de líquido; está separada de la piamadre por el espacio
subaracnoideo, el cual está lleno de líquido cefalorraquídeo.
Las superficies interna y externa de la aracnoides están
cubiertas con células mesoteliales aplanadas.
La aracnoides forma puentes sobre los surcos de la superficie
del encéfalo y en ciertas situaciones la aracnoides y la
piamadre están ampliamente separadas para formar las
cisternas subaracnoideas. La cisterna cerebelomedular se
ubica entre la superficie inferior del cerebelo y el techo del
cuarto ventrículo. La cisterna interpeduncular se ubica entre
los dos pedúnculos. Todas las cisternas se comunican
libremente entre sí y con el resto del espacio subaracnoideo.
En ciertas áreas, la aracnoides se proyecta en los senos,
venosos para formarlas vellosidades aracnoideas. Las
vellosidades aracnoideas son más abundantes a lo largo del
seno sagital superior. Los grupos de vellosidades aracnoideas
se denominan granulaciones aracnoideas. Las vellosidades
aracnoideas sirven como sitios donde el líquido
cefalorraquídeo se difunde en el torrente sanguíneo.
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La aracnoides ésta conectada con la piamadre a través del


espacio subaracnoideo lleno de líquido mediante delicadas
bandas de tejido fibroso.
Las estructuras que pasan hacia el encéfalo y desde éste
hacia el cráneo o sus agujeros deben atravesar el espacio
subaracnoideo. Todas las arterias y venas cerebrales se
ubican en este espacio, al igual que los nervios craneanos. La
aracnoides, se fusiona con el epineuro de los nervios en su
punto de salida del cráneo. En el caso del nervio óptico, la
aracnoides forma una vaina para el nervio que se extiende en
la cavidad orbitaria a través del conducto óptico y se fusiona
con la esclerótica del globo ocular. Así, el espacio
subaracnoideo se extiende alrededor del nervio óptico hasta el
globo ocular.
El líquido cefalorraquídeo es producido por los plexos
coroideos dentro de los ventrículos lateral, tercero y cuarto
del encéfalo. Escapa, del sistema ventricular del encéfalo a
través de tres agujeros, en el techo del cuarto ventrículo y
entra así en el espacio subaracnoideo. Entonces circula hacia
arriba sobre la superficie de los hemisferios cerebrales y hacia
abajo, alrededor de la médula espinal. El espacio
subaracnoideo se extiende hacia abajo hasta la segunda
vértebra sacra. Finalmente, el líquido entra en el torrente
sanguíneo mediante su pasaje a las vellosidades aracnoideas
y su difusión a través de sus paredes.
Además de eliminar productos de desecho asociados con
la actividad neuronal, el líquido cefalorraquídeo proporciona
un medio líquido en el cual flota encéfalo. Este mecanismo
protege eficazmente al encéfalo del traumatismo. Además,
ahora se cree que el líquido desempeña un papel en el
transporte hormonal.
PIAMADRE
La piamadre es una membrana vascular cubierta por células
mesoteliales aplanadas. Reviste estrechamente el encéfalo
cubriendo las círcunvoluciones y descendiendo en los surcos
más profundos. Se extiende hacia afuera sobre los pervios
craneanles y se fusiona con su epineuro. Las arterias
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cerebrales que entran en la sustancia del encéfalo llevan una


vaina de piamadre con ellas.
La piamadre forma la tela coroidea del techo del tercero y el
cuarto ventrículos del encéfalo y se fusiona con el epéndimo
para formar los plexos coroideos en los ventrículos lateral,
tercero y cuarto del encéfalo.
SISTEMA VENTRICULAR
Los ventrículos del encéfalo son los dos laterales, el tercero y
el cuarto. Los dos ventrículos laterales se comunican a través
de los agujeros interventriculares (de Monro) con el tercer
ventrículo. Éste se encuentra conectado con el cuarto
ventrículo por el acueducto cerebral (acueducto de Silvio). El
cuarto ventrículo por su parte se continúa con el estrecho
conducto central de la médula espinal y a través de tres
agujeros en su techo, con el espacio subaracnoideo. El
conducto central tiene una pequeña dilatación en su extremo
inferior, denominada ventrículo terminal.
Los ventrículos derivan de la cavidad del tubo neural. Están
revestidos en su totalidad por epéndimo y llenos de líquido
cefalorraquídeo.
Ventrículos laterales
Hay dos ventrículos laterales, cada uno de ellos presente en
uno de los hemisferios cerebrales. El ventrículo es una
cavidad aproximadamente con forma de C que consta de un
cuerpo que ocupa el lóbulo parietal del que se extienden las
astas anterior, posterior e inferior en los lóbulos frontal,
occipital y temporal respectivamente.
El ventrículo lateral se comunica con la cavidad del tercer
ventrículo a través del agujero interventricular. Este orificio
que se ubica en la parte anterior de la pared medial del
ventrículo, está limitado anteriormente por la columna
anterior del fórnix y posteriormente por el extremo anterior
del tálamo.
El cuerpo del ventrículo lateral se extiende desde el agujero
interventricular hacia atrás hasta el extremo posterior del
tálamo. Aquí se continúa con las astas posterior e inferior. El
cuerpo del ventrículo lateral tiene un techo, un piso y una
pared medial.
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El techo está formado por la superficie inferior del cuerpo


calloso. El piso está formado por el cuerpo del núcleo caudado
y el margen lateral del tálamo. La superficie superior del
tálamo está oculta en su parte medial por el cuerpo del fórnix.
El plexo coróideo del ventrículo se proyecta en el cuerpo del
ventrículo a través de la brecha en hendidura ubicada entre el
cuerpo del fórnix y la superficie superior del tálamo. Esta
brechaen hendidura se conoce como fisura coroidea; a través
de ella los vasos sanguíneos del plexo invaginan la piamadre
de la tela coroidea el epéndimo del ventrículo lateral. La pared
medial está formada por el septum pellucidum anteriormente;
por detrás, el techo y el piso se unen en la pared medial.
El asta anterior del ventrículo lateral se extiende hacia
adelante en el lóbulo frontal. Se continúa posteriormente con
el cuerpo del ventrículo en el agujero interventricular. El asta
anterior tiene un techo, un piso y una pared medial. El techo
está formado por la superficie inferior de la parte anterior del
cuerpo calloso; la rodilla del cuerpo calloso limita el asta
anterior por delante.El piso está formado por la cabeza del
núcleo caudado, redondeada y medialmente una pequeña
porción está formada por la superficie superior del pico del
cuerpo calloso. La pared medial está formada por el septum
pellucidum y la columna anterior del fórnix.
El asta posterior del ventrículo lateral se extiende hacia atrás
en el lóbulo occipital. El techo y la pared lateral están
formados por las fibras del tapetum del cuerpo calloso. Por
fuera del tapetum están las fibras de la radiación óptica. La
pared medial del asta posterior tiene dos elevaciones. El
engrosamiento posterior está formado por las fibras del
esplenio del cuerpo calloso denominado fórceps mayor que se
dirige posteriormente hacia el lóbulo occipital; este
engrosamiento superior se denomina bulbo del asta posterior.
El engrosamiento inferior es producido por el surco calcarino y
se denomina calcar avis.
El asta inferior del ventrículo lateral se extiende hacia
adelante en el lóbulo temporal. El asta inferior tiene un techo
y un piso.
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El techo está formado por la superficie inferior del tapetum


del cuerpo calloso y por la cola del núcleo caudado. Este
último se dirige hacia delante para terminar en el núcleo
amigdalino. Por dentro de la cola del núcleo caudado está la
estría terminal, que también finaliza anteriormente en el
núcleo amigdalino.
El piso está formado lateralmente por la eminencia colateral,
producida por la fisura colateral y medialmente por el
hipocampo. El extremo anterior del hipocampo se ensancha y
arruga levemente y forma el pie del hipocampo. El hipocampo
está compuesto por sustancia gris sin embargo la superficie
ventricular del hipocampo está cubierta por una delgada capa
de sustancia blanca denominada álveo formada por los
axones de las células del hipocampo. Estos axones convergen
sobre el borde medial del hipocampo para formar un haz
conocido como fimbria. La fimbria del hipocampo se continúa
posteriormente con la columna posterior del fórnix.
En el intervalo entre la estría terminal y la fimbria se
encuentra la parte temporal de la fisura coroidea. Aquí es
donde la parte inferior del plexo coroideo del ventrículo lateral
invagina el epéndimo desde el lado lateral y cierra la fisura.

PLEXO COROIDEO DEL VENTRICULO LATERAL

El plexo coroideo se proyecta sobre el ventrículo sobre su cara


medial y es un reborde vascular compuesto por piamadre
cubierta por el revestimiento epidemario de la cavidad
ventricular. En realidad, el plexo coroideo es el borde irregular
de la tela coroidea, un pliegue de las capas de piamadre
ubicado entre el fórnix y la superficie superior del tálamo.
En la unión del cuerpo del ventrículo lateral y el asta inferior,
el plexo coroideo se continúa en el asta inferior y se proyecta
a través de la fisura coroidea. La función del plexo coroideo es
la de producir líquido cefalorraquídeo.

Tercer ventrículo
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El tercer ventrículo es una cavidad con forma de hendidura


entre los dos tálamos. Se comunica por adelante con los
ventrículos laterales a través de los agujeros
interventriculares (de Monro) y posteriormente con el cuarto
ventrículo a través del acueducto cerebral (de Silvio).

PLEXO COROIDEO DEL TERCER VENTRICULO

Los plexos coroideos están formados por la tela coroidea


ubicada por encima del techo del ventrículo.
La tela coroidea vascular se proyecta hacia abajo a cada lado
de la línea media, invaginando el techo ependimario del
ventrículo. Los dos rebordes vasculares que cuelgan del techo
del tercer ventrículo forman los plexos coroideos.
La función de los plexos coroideos es la de producir líquido
cefalorraquídeo.
La irrigación de la tela coroidea y, por lo tanto, también de los
plexos coroideo de los ventrículos laterales y el tercer
ventrículo deriva de las ramas coroideas de las arterias
carótida interna y basilar. La sangre venosa drena en las
venas cerebrales internas, que se unen para formar la vena
cerebral mayor. La vena cerebral mayor se une al seno sagital
inferior para formar el seno recto.

Acueducto cerebral (acueducto de Silvio)

El acueducto cerebral, un canal estrecho de aproximadamente


1,8cm de largo, conecta el tercer ventrículo con el cuarto.
Está revestido con epéndimo y rodeado por una capa de
sustancia gris llamada sustancia gris central. La dirección de
flujo del líquido cefalorraquídeo es desde el tercer ventrículo
hacia el cuarto. No hay plexo coroideo en el acueducto
cerebral.

Cuarto ventrículo

El cuarto ventrículo es una cavidad con forma de carpa llena


de líquido cefalorraquídeo. Está ubicada por delante del
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cerebelo y por detrás de la protuberancia y la mitad superior


del bulbo raquídeo.
Está revestido con epéndimo y se continúa por arriba con el
acueducto cerebral del mesencéfalo y por debajo con el
conducto central del bulbo raquídeo y la médula espinal. El
cuarto ventrículo posee límites laterales, un techo y un piso
de forma romboidea.
Límites laterales
La parte caudal de cada límite lateral está formada por el
pedúnculo cerebeloso inferior. La parte craneana de cada
límite lateral está formada por el pedúnculo cerebeloso
superior.
Techo o pared posterior.
El techo con forma de carpa se proyecta en el cerebelo. La
parte superior está formada por los límites mediales de los
pedúnculos cerebelosos superiores y una lámina conectora de
sustancia blanca denominada velo medular superior. La parte
inferior del techo está formada por el velo medular inferior,
que consiste en una lámina delgada desprovista de tejido
nervioso y formada por el epéndimo ventricular y su
cobertura posterior de piamadre.
Esta parte del techo está perforada en la línea media por un
gran orificio, el orificio mediano o agujero de Magendie. Los
recesos laterales se extienden lateralmente alrededor de los
costados del bulbo y se abren anteriormente como los orificios
laterales del cuarto ventrículo o agujeros de Luschka. Así, la
cavidad del cuarto ventrículo se comunica con el espacio
subaracnoideo a través de un orificio mediano único y dos
orificios laterales. Estos orificios importantes permiten que el
líquido cefalorraquídeo fluya desde el sistema ventricular al
espacio subaracnoldeo.

Piso o fosa romboidea.

El piso está formado por la superficie posterior de la


protuberancia y la mitad craneana del bulbo raquídeo. El piso
está dividido en mitades simétricas por el surco mediano. A
cada lado de este surco hay una elevación, la eminencia
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medial, que está limitada lateralmente por otro surco, el surco


limitante. Por fuera del surco limitante hay un área conocida
como área vestibular. Los núcleos vestibulares se ubican por
debajo del área vestibular.
El colículo facial es un engrosamiento, leve en el extremo
inferior de la eminencia medial que es producido por las fibras
provenientes del núcleo motor del nervio facial que forman un
asa sobre el núcleo del nervio abducen. En el extremo
superior del surco limitante hay una zona gris azulada
producida por un conjunto de células nerviosas que contienen
pigmento melanina; el conjunto de células se denomina
sustancia ferruginosa. Bandas de fibras nerviosas, las estrías
medulares, derivadas de los núcleos arqueados, salen del
surco mediano y se dirigen lateralmente sobre la eminencia
medial y el área vestibular y entran en el pedúnculo
cerebeloso inferior para alcanzar el cerebelo.
Por debajo de la estría medular deben reconocerse las
siguientes características en el piso del ventrículo.
La más medial es el trígono del nervio hipogloso que indica la
posición del núcleo del nervio hipogloso subyacente. Por fuera
se ubica el trígono del nervio vago, por debajo del cual se
encuentra el núcleo dorsal del vago. El área postrema es un
área estrecha entre el trígono del nervio vago y el margen
lateral del ventrículo, inmediatamente rostral al orificio en el
conducto central. La parte inferior del área vestibular también
se ubica por fuera del trígono del nervio vago.

PLEXO COROIDEO DEL CUARTO VENTRÍCULO.

El plexo coroideo tiene forma de T; la parte vertical de la T es


doble. Está suspendido de la mitad inferior del techo del
ventrículo y está formado por la tela coriodea, muy
vascularizada. La tela coroidea es un pliegue de piamadre de
dós capas que se proyecta a través del techo del ventrículo y
está cubierto por epéndimo. La irrigación del plexo proviene
de las arterias cerebelosas posteroinferiores. La función del
plexo coroideo es la de producir líquido cefalorraquídeo.
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Conducto central de la médula espinal y del bulbo raquídeo

En su parte superior el conducto central se abre en el cuarto


ventrículo. Por abajo, se extiende a través de la mitad inferior
del bulbo raquídeo y a través de toda la longitud de la médula
espinal. En el cono medular de la médula espinal se expande
para formar el ventrículo terminal. El conducto central está
cerrado en su extremo inferior, está lleno de líquido
cefalorraquídeo y revestido por epéndimo. El conducto central
está rodeado por sustancia gris, la comisura gris. No hay
plexo coroideo en el conducto central.

ESPACIO SUBARACNOIDEO.

El espacio subaracnoideo es el intervalo entre la aracnoides y


la piamadre y, por lo tanto, está presente donde estas
meninges envuelven al encéfalo y la médula espinal. El
espacio está lleno de líquido cefalorraquídeo y contiene los
grandes vasos sanguíneos del encéfalo. Está atravesado por
una red de finas trabéculas formadas por tejido conectivo
delicado. El espacio subaracnoideo rodea totalmente el
encéfalo y se extiende a lo largo de los nervios olfatorios
hasta el mucoperiostio nasal. También se extiende a lo largo
de los vasos sanguíneos cerebrales, que entran en la
sustancia del encéfalo y salen de ésta, y se detiene donde los
vasos se convierten en una arteriola o una vénula.
En ciertas situaciones, alrededor de la base del encéfalo, la
aracnoides no sigue en forma estricta la superficie del
encéfalo de modo que el espacio subaracnoideo se expande
para formar las cisternas subaracnoideas. Las descripciones
de la cisterna cerebelobulbar, la cisterna pontina y la cisterna
interpeduncular, que son las de mayor tamaño.
lnferiormente, el espacio subaracnoideo se extiende más allá
del extremo inferior de la médula espinal y reviste la cola de
caballo. Por abajo del espacio subaracnoídeo termina a nivel
del intervalo entre la primera y la segunda vértebras sacras.
El espacio subaracnoideo rodea los nervios craneanos y
espinales y los sigue hasta el punto donde salen del cráneo y
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el conducto vertebral. Aquí la aracnoides y la piamadre se


fusionan con el perineuro de cada nervio.

LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO.

El líquido cefalorraquídeo se encuentra en los ventrículos del


encéfalo y en el espacio subaracnoideo que rodea el encéfalo
y la médula espinal. Es un líquido claro e incoloro.
En solución, tiene sales inorgánicas similares a las del plasma
sanguíneo.
Su contenido de glucosa es de aproximadamente
a mitad del contenido de la sangre y solo contiene cantidades
mínimas de proteínas. Sólo se encuentran algunas células,
que son linfocitos. El recuento normal de linfocitos es de 0 a 3
células por milímetro cúbico. La presión del líquido
cefalorraquídeo se mantiene notablemente constante. En
posición de decúbito lateral, la presión de líquido
cefalorraquídeo, medida mediante una punción lumbar, es de
unos 60 a 150 mm de agua. Esta presión puede aumentar al
hacer fuerza, toser o comprimir las venas yugulares internas
en el cuello. El volumen total de líquido cefalorraquídeo en el
espacio subaracnoideo y dentro de los ventrículos es de unos
130 mL.

Funciones

El líquido cefalorraquídeo que baña las superficies interna y


externa del encéfalo y la médula espinal, sirve de
amortiguador entre el sistema nervioso central y los huesos
circundantes y de este modo protege contra el traumatismo
mecánico. Dado que la densidad del encéfalo es apenas
levemente mayor que la del líquido cefalorraquídeo, éste le
proporciona estabilidad mecánica y sostén. La estrecha
relación del líquido con el tejido nervioso y la sangre le
permite servir como reservorio y contribuir a la regulación del
contenido del cráneo. Por ejemplo, si el volumen encefálico o
sanguíneo aumentan, el volumen de líquido cefalorraquídeo
disminuye. Dado que el líquido cefalorraquídeo es un sustrato
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fisiológico ideal, es probable que desempeñe un papel activo


en la nutrición del sistema nervioso; casi con certeza ayuda a
eliminar productos del metabolismo neuronal. Es posible que
las secreciones de la glándula pineal influyan en las
actividades de la glándula hipófisis al circular a través del
líquido cefalorraquídeo en el tercer ventrículo.

Formación

El líquido cefalorraquídeo se forma principalmente en los


plexos coroideos de los ventrículos lateral, tercero y cuarto;
parte de él se origina, en las células ependimarias que
revisten los ventrículos y en la sustancia encefálica a través
de los espacios perivasculares.
La superficie de los plexos coroideos está muy plegada y cada
pliegue consiste en un centro de tejido conectivo vascular
cubierto por epitelio cuboide del epéndimo. El examen por
microscopia electrónica de las células epiteliales muestra que
sus superficies libres están cubiertas por microvellosidades.
La sangre de los capilares está separada de la luz ventricular
por endotelio, una membrana basal y el epitelio superficial.
Las células epiteliales están fenestradas y son permeables a
moléculas grandes.
Los plexos coroideos secretan activamente líquido
cefalorraquídeo y al mismo tiempo transportan en forma
activa metabolitos del sistema nervioso central desde el
líquido cefalorraquídeo a la sangre. El transporte activo
también explica el hecho de que las concentraciones de
potasio, calcio, magnesio, bicarbonato y glucosa sean más
bajas en el líquido cefalorraquídeo que en el plasma
sanguíneo.
El líquido cefalorraquídeo es producido continuamente a una
velocidad de unos 0,5 mL por minuto y con un volumen total
de unos 130 mL; esto corresponde a un tiempo de recambio
de unas 5 horas.

Circulación
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La circulación comienza con su secreción desde los plexos


coroideos en los ventrículos y su producción desde la
superficie del encéfalo. El líquido pasa desde los ventrículos
laterales hacia el tercer ventrículo a través de los agujeros
interventricuiares. Luego pasa hacia el cuarto ventrículo a
través del acueducto cerebral. La circulación es asistida por
las pulsaciones arteriales de los plexos coroideos y por los
cilios sobre las células ependimarias que revisten los
ventrículos.
Desde el cuarto ventrículo, el líquido pasa a través del orificio
mediano y los agujeros laterales de los recesos laterales del
cuarto ventrículo y entra en el espacio subaracnoideo. El
líquido se mueve lentamente a través de la cisterna
cerebelobulbar y las cisternas pontinas y fluye hacia arriba a
través de la incisura de la tienda del cerebelo para alcanzar la
superficie inferior del cerebro. A continuación avanza hacia
arriba sobre la cara lateral de cada hemisferio cerebral. Una
parte del líquido cefalorraquídeo se mueve hacia abajo en el
espacio subaracnoideo alrededor de la médula espinal y la
cola de caballo. Las pulsaciones de las arterias cerebrales y
medulares y los movimientos de la columna vertebral, la
respiración, la tos y los cambios de posición, del cuerpo
facilitan este flujo gradual de líquido.
El líquido cefalorraquídeo no sólo baña las superficies
ependimaria y pial del encéfalo y la médula espinal, sino que
también penetra el tejido nervioso a lo largo de los vasos
sanguíneos.

Absorción

Los sitios principales para la absorción de líquido


cefalorraquídeo son las vellosidades aracnoideas que se
proyectan en los senos venosos durales, especialmente el
seno sagital superior. Las vellosidades aracnoideas tienden a
agruparse para formar elevaciones conocidas como
granulaciones aracnoideas. Estructuralmente, cada vellosidad
aracnoidea es un divertículo del espacio subaracnoideo que
perfora la duramadre. El divertículo aracnoideo está cubierto
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por una delgada capa celular, la cual a su vez está cubierta


por el endotelio del seno venoso.
El número y el tamaño de las granulaciones aracnoideas
aumentan con la edad y estas granulaciones tienden a
calcificarse con el paso de los años.
La absorción de líquido cefalorraquídeo en los senos venosos
ocurre cuando la presión del líquido cefalorraquídeo excede la
presión del seno: Los estudios con microscopio electrónico de
las vellosidades aracnoideas parecen indicar que los túbulos
finos revestidos con endotelio permiten un flujo directo de
líquido desde el espacio subaracnoideo a la luz de los senos
venosos.
Cuando la presión venosa aumenta y excede la presión del
líquido cefalorraquídeo, la compresión de las puntas de las
vellosidades cierra los túbulos e impide el reflujo de sangre en
el espacio subaracnoideo. Por lo tanto, las vellosidades,
aracnoideas sirven como válvulas.
Parte del líquido cefalorraquídeo probablemente es absorbida
en forma directa en las venas del espacio subaracnoideo y
parte posiblemente escapa a través de los vasos linfáticos
perineurales de los nervios craneanos y espinales.
Dado que la producción de líquido cefalorraquídeo en los
plexos coroideos es constante, la velocidad de absorción del
líquido cefalorraquídeo a través de las vellosidades
aracnoideas control la presión del líquido cefalorraquídeo.

Extensiones del espacio subaracnoideo.

Un manguito de espacio subaracnoideo se extiende alrededor


del nervio óptico hasta la parte posterior del globo ocular.
Aquí, la aracnoides y la piamadre se fusionan con la
esclerótica. La arteria y la vena central de la retina cruzan
esta extensión del espacio subaracnoideo para entrar en el
nervio óptico y pueden ser comprimidas en los pacientes que
sufren hipertensión intracraneana.
También hay pequeñas extensiones del espacio subaracnoídeo
alrededor de otros nervios craneanos y espinales. Es allí
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donde puede hacer alguna comunicación entre el espacio


subaracnoideo y los vasos linfáticos perineurales.
El espacio subaracnoideo también se extiende alrededor de
las arterias y las venas del encéfalo y la médula espinal en los
puntos donde éstas entran en el tejido nervioso. Sin embargo,
la piamadre se fusiona rápidamente con el revestimiento
externo del vaso sanguíneo, por debajo de la superficie del
encéfalo y la médula espinal, cerrando así el espacio
subaracnoideo.

BARRERAS HEMATOENCEFÁLICA y HEMATORRAQUÍDEA.

Para funcionar normalmente, el sistema nervioso central


necesita un medio ambiente muy estable. Esta estabilidad es
proporcionada por el aislamiento del sistema nervioso de la
sangre por la existencia de las barreras hematoencefálica y
hematorraquídea.

BARRERA HEMATOENCEFÁLICA.

Los experimentos de Paul Erhlich en 1882 demostraron


reflejos animales a los que se les inyectaba por vía
intravascular colorantes vitales, como azul trípano, mostraban
tinción de todos los tejidos del cuerpo excepto el encéfalo y la
médula espinal. Más tarde se demostró que, aunque la mayor
parte del encéfalo no se tiñe después de la inyección
intravenosa de azul trípano, si se colorean las siguientes
áreas: glándula pineal, lóbulo posterior de la hipófisis, tuber
cinereum, pared del receso óptico y área vascular postrema
en el extremo inferior del cuarto ventrículo. Estas
observaciones condujeron al concepto de que existía una
barrera hematoencefálica (para la cual la "barrera
hematomedular sería una denominación más precisa).
La permeabilidad de la barrera hematoencefálica está
inversamente relacionada con el tamaño de las moléculas y
directamente relacionada con su liposolubilidad. Los gases y
el agua atraviesan fácilmente la barrera, mientras que la
glucosa y los electrólitos pasan más lentamente.
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La barrera es casi impermeable a las proteínas plasmáticas y


otras moléculas orgánicas grandes. Los compuestos con pesos
moleculares de alrededor de 60.000 y mayores se mantienen
dentro del sistema circulatorio sanguíneo.
Esto explicaría por qué en los primeros experimentos con azul
trípano, que se une rápidamente a la proteína plasmática
albúmina, el colorante no pasaba al tejido nervioso en la
mayor parte del encéfalo.

Estructura

El examen de una micrografía electrónica del sistema nervioso


central muestra que la luz de un capilar sanguíneo está
separada de los espacios extracelulares que rodean las
neuronas y la neuroglía por las siguientes estructuras: 1) las
células endoteliales de la pared del capilar, 2) una membrana
basal continua que rodea el capilar por fuera de las células
endoteliales y 3) las prolongaciones pediculadas de los
astrocitos, que se adhieren a la superficie externa de la pared
del capilar.
El uso de marcadores electrón densos como lantano y
peroxidasa de rábano (Brightman y Reese, 1969) ha
mostrado que estas sustancias no penetran entre las células
endoteliales de los capilares debido a la presencia de uniones
estrechas que forman cinturones alrededor de las células.
Cuando se introducen marcadores densos en el espacio
extracelular del neurópilo pasan entre las prolongaciones
pediculadas perivasculares de los astrocitos hasta el
revestimiento endotelial del capilar. Sobre la base de esta
evidencia, se cree que las uniones estrechas entre las células
endoteliales de los capilares sanguíneos son responsables de
la barrera hematoencefálica.
Aunque en el recién nacido ya existe la barrera
hematoencefálica, existe evidencia de que es más permeable
a ciertas sustancias que en el adulto.
La estructura de la barrera hematoencefálica no es idéntica en
todas las regiones del sistema nervioso central.
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De hecho, en aquellas áreas donde la barrera


hematoencefálica parece estar ausente el endotelio capilar
contiene fenestraciónes a través de las cuales pueden pasar
proteínas y pequeñas moléculas orgánicas desde la sangre
hacia el tejido nervioso. Se ha sugerido que regiones como el
área postrema del piso del cuarto ventrículo y el hipotálamo
pueden servir como sitios en los cuales los receptores
neuronales tal vez hagan en forma directa un muestreo del
contenido químico del plasma. El hipotálamo, que interviene
en la regulación metabólica de la actividad del cuerpo, llevará
a cabo las modificaciones apropiadas de la actividad,
protegiendo así al tejido nervioso.

BARRERA HEMATORRAQUÍDEA.

Hay pasaje libre de agua, gases y sustancias liposolubles


desde la sangre hacia el líquido cefalorraquídeo. Las
macromoléculas, como las proteínas y muchas hexosas
diferentes, de la glucosa, no pueden entrar en el líquido
cefalorraquídeo. Se ha sugerido que existe una barrera similar
a la hematoencefálica en los plexos coroideos.

Estructura

El examen con microscopio electrónico de una vellosidad de


un plexo coroideo muestra que la luz de un capilar sanguíneo
está separada de la luz de un ventrículo por las siguientes
estructuras: 1) las células endoteliales, que están fenestradas
y tienen paredes muy finas (las fenestraciones no son
verdaderas perforaciones. sino que poseen un delgado
diafragma). 2) una membrana basal continua que rodea el
capilar por fuera de las células endoteliales, 3) células pálidas
dispersas con prolongaciones aplanadas y 4) una membrana
basal continua sobre la que se apoyan, 5) las células
epiteliales coroideas. El uso de marcadores electrón densos no
ha sido totalmente exitoso para localizar con precisión la
barrera.
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La peroxidasa de rábano inyectada por vía intravenosa


aparece como un revestimiento sobre la superficie luminal de
las células endoteliales yen muchas áreas examinadas había
pasado entre las células endoteliales. Es probable que las
uniones estrechas entre las células epiteliales coroideas sirvan
de barrera.

INTERFASE LIQUÍDO CEFALORRAQUÍDEO-ENCÉFALO

Aunque los colorantes vitales introducidos intravenosa llegan


a la mayoría de los tejidos encefálicos, si se inyectan en el
espacio subaracnoideo o en los ventrículos, entran pronto en
los espacios extracelulares que rodean las neuronas y las
células gliales. Así, no hay una barrera fisiológica comparable
entre el líquido cefalorraquídeo y el compartimento
extracelular del sistema nervioso central. Sin embargo, es de
interés considerar las estructuras que separan el líquido
cefalorraquídeo del tejido nervioso. Se deben examinar tres
sitios: 1) la superficie cubierta con piamadre del encéfalo y la
médula espinal, 2) las extensiones perivasculares del espacio
subaracnoideo en el tejido nervioso y 3) la superficie
ependimaria de los ventrículos.
La superficie del encéfalo cubierta por la piamadre consiste en
una capa laxamente dispuesta de células piales que
descansan sobre una membrana basal. Por debajo de la
membrana basal se encuentran las prolongaciones
pediculadas de los astrocitos. No existen uniones
intracelulares entre las células piales adyacentes o entre los
astrocitos adyacentes, de modo que los espacios
extracelulares del tejido nervioso están en continuidad, casi
directa con el espacio subaracnoideo.
La prolongación del espacio subaracnoideo en el tejido
nervioso central termina rápidamente por debajo de la
superficie del encéfalo, donde se produce la fusión de la
cubierta externa del vaso sanguíneo con la cubierta pial del
tejido nervioso.
La superficie ventricular del encéfalo está cubierta por células
ependimales cilíndricas con uniones estrechas localizadas.
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Existen canales intercelulares que permiten una comunicación


libre entre la cavidad ventricular y el espacio neuronal
extracelular. El epéndimo no tiene una membrana basal y no
existen prolongaciones pediculada astrocíticas especializadas
porque las células neurogliales están dispuestas en forma
laxa.
SIGNIFICADO FUNCIONAL DE LAS BARRERAS
HEMATOENCEFÁLICA Y HEMATORRAQUÍDEA.
En condiciones normales, estas dos importantes barreras
semipermeables protegen al encéfalo y la médula espinal de
sustancias potencialmente nocivas, mientras permiten que
gases y nutrientes ingresen en el sistema nervioso.

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