Una Rosa Con Otro Nombre
Una Rosa Con Otro Nombre
Una Rosa Con Otro Nombre
Emilio Carballido.
Comedia
Personajes
Entran Celia y René. Ella rígida, cohibida. Él trata de parecer muy natural. Cierra, enciende la luz.
RENÉ: Pues... pues vamos a sentamos, ¿no? (Él se sienta en la cama, tiende una mano hacia ella: ella no se mueve.) Digo,
nos sentamos, ¿no? (Ella se sienta en la única silla.) Mejor acá: (Va por ella.) Ven, anda, acá, porque, pues, no es visita,
¿no? Digo, de las visitas que va uno a visitar y se queda muy serio, tieso, tieso en el filo de la silla y que "no, señor; sí,
señora" y… Pues, estamos en confianza... (Risita falsa.) Hay que estar cerca, para… (La abraza.) Estar cerca y... (La besa:
ella rígida, inexpresiva.) ¿Estás bien?
Ella asiente. Él la besa con pasión y la abraza y la acaricia por todo el cuerpo: ella rígida y sin expresión.
RENÉ: Me voy a quitar el saco, porque... Para estar más cómodo, ¿ves?, y... Ponte cómoda también, quítate los zapatos,
así descansas de tanto bailar. Bailamos bastante, ¿no? Quítatelos. ¿No te quieres quitar el vestido? Para que estés más a
gusto. (Ella niega.) Se... se te puede... arrugar y… estropear, mejor te lo quitas y... si te da frío pues con las cobijas ya… ya
nos tapamos, ¿no?
Ella rígida e inexpresiva. Él la abraza y procede con más pasión, y le desabrocha el vestido y la besa en el cuello, los
hombros... Ella rígida e inexpresiva. Él se va desalentando por la falta de respuesta. Se queda perplejo, incómodo. Se
levanta.
RENÉ: Qué... qué a gusto bailamos, ¿no?, yo te vi y en seguida me gustaste un chorro. Y ya después platicamos pues, tan
a gusto… Pensé: esto es caerse bien muy aprisa, ¿verdad? Nos caímos muy bien, ¿no? (Ella asiente.) ¿Vas muy seguido a
bailar? (Ella niega.) ¿No te gusta bailar, entonces? (Ella asiente.) ¿Sí te gusta? (Ella asiente.) ¿Y dónde vas a bailar?
(Gesto rígido de Ella, algo como "por ahí", "no importa".) ¿No te acuerdas dónde vas más seguido a bailar? (Ella niega y
afirma.) ¿Sí y no? (Ella inmóvil.) No tienes ganas de platicar, ¿verdad? (Ella se mueve nerviosamente.) Pero estás
contenta de estar conmigo, ¿verdad? (Ella lo ve con intensidad, Él la abraza, la besa, Ella vuelve a la rigidez inexpresiva.)
¿Por qué no dices nada? ¿Te enojaste conmigo? ¿O es que tienes miedo? Tienes miedo, ¿verdad? No tengas miedo.
(Más besos y abrazos que se estrellan en la roca. Él se retira. No entiende y no sabe qué hacer. Un silencio.) ¿Quieres
fumar? (Enciende.)
RENÉ: Me dicen Tony y... a veces... René. Así les gusta decirme.
CELIA: Sí.
CELIA: Una amiga mía lo averiguó con ese amigo tuyo que dice que se llama Armando.
RENÉ: Pues... pues, claro. Le preguntó y él le dijo. Y si tú me... me preguntas, te digo. Qué chiste tiene saber. ..
CELIA: Tú me dijiste que eras empleado y que te llamabas Tony. Que vives en la Villa.
CELIA: Me dijiste.
CELIA: Armando se llama Luis. Y fue al teléfono y dejó su libretita. Mi amiga Flor la levantó. Y mi amiga Chelo los oyó
hablar entre ustedes, y no la vieron que los oía, y se fijó cómo se llamaban todos. Y vimos en la libreta y ahí estaban
todos. Tú eres el único René. Y no te llamas Tony.
RENÉ: Pues... pues... pues no, pero pero, tú te has de llamar de otro modo también, hace uno así para... para...
Un silencio.
RENÉ: Es como… como costumbre, si anda uno así, de aventura. Es como parte de estar en ambiente, hacer como que
estamos disfrazados, jugar a ser otro, inventar ser otro, cambiar de vida, ¿ves? No es por mal. Las muchachas luego
tampoco dicen su nombre, al principio. O no dicen su dirección. O algo... algo esconden. Es como... no entregarse de
golpe, ¿ves? Sino poquito a poco. ¿Ves? Yo te habría dicho todo, después. Y además, no... no es tan... tan... tan
importante. "¿Qué encierra un nombre? Lo que llamamos rosa, con otro nombre perfumaría también, dulcemente." Eso
dijo Julieta o Romeo, no me acuerdo. El nombre no es tan importante. ¿Para qué querías mi nombre y mi dirección?
¿Para qué te servían? A ver.
CELIA: Para acusarte. Con tu familia. Y... con la policía, si hiciera falta.
RENÉ (salta): Para... ¡Acusarme de qué! ¡Estás loca! ¿Acusarme? Viniste aquí porque quisiste. ¿Acusarme de qué? ¡No
hemos hecho nada! ¿Y cómo sabes que íbamos a hacer nada? Con suerte nomás te traje a platicar. Y tú viniste por tu
gusto. No te obligué. Te dije que si querías venir al hotel y sí quisiste. Así es que qué, ¿cuál acusarme?
CELIA: Y yo 16.
RENÉ: ¿Y qué, y qué? No hemos hecho nada. Yo ya me voy y aquí te dejo. (Se pone el saco, va a salir. Se vuelve.) ¿Qué
quieres? ¿Dinero? ¿O qué?
CELIA: Ustedes vienen en pandillas, para buscar con quién acostarse, no para bailar.
RENÉ: ¿Yo? ¿Yo? ¿Yo? ¿Yo digo que están feas? ¿Cuándo, a ver? Ni que estuviera ciego. ¿O de quién me burlo, a ver?
CELIA: "Vamos a bailar a Los Ángeles, y al fin que luego esas gatas se dejan todo". Y van y se ponen otros nombres, por
burla, como ese Armando, dice que se apellida Líos. Y hacen chistes de nosotras. Y abusan. Y engañan.
RENÉ: Oye... oye... oye. Eso... oye, eso, eso no es cierto. Vamos y hay muchachas que sí quieren y, bueno, pues esas
cosas se hacen por gusto y es mejor buscar a una que lo hace porque quiere, quiere con uno, y no andar ahí con, con,
con prostitutas o con, con, con eso, prostitutas. Quiero decir, hacer eso debe, debe querer decir algo: para los dos.
Cuando menos pues gusto, tuyo y mío, digo, de la otra y mío... o... amistad... o... simpatía... o ¡gusto! Eso. Que tenga
algún sentido. Y por eso busca uno alguien que quiera, quiera... Porque le... interese, le... guste, ¿ves? ¿Cuál burla?
¿Cuál? ¿Cuál? Yo quiero, quieres tú, está bien, ¿no? Así está bien.
RENÉ: Por ¿otros nombres?, por... por... porque no sabes, no sabes si, si va a ser buena gente la... la muchacha, si...
CELIA: o si se va a enamorar y dar la lata, y se te va a aparecer un día en la escuela, delante de la novia. Porque tú tienes
novia, ¿verdad?
RENÉ: ¿Yo, yo? ¿Yo? ¿Yo? ¡No! No, no, no.
CELIA: Tienes tu novia y ésa no sirve para esto, ¿verdad? Ésa sería riesgoso, ¿verdad? Ésa es de... andar de manita y
mucho respeto y...
RENÉ: Yo no tengo novia porque, porque no me gustan las viejas apretadas que… que son así como dices. Por eso.
Porque me gusta que si me quieren se acuesten conmigo. Y pues... pues...
RENÉ: Bueno y… y... y... qué, y qué y qué si tuviera. Digo, no tengo pero... si tuviera.
CELIA: Si tienes novia es mentira todo lo que dijiste. Si fuera cierto lo harías con tu novia, no con desconocidas. Vienen
con otros nombres, saben todo de una, pueden molestarla en su trabajo o en su casa, porque una de tonta les dice todo.
Y se van y ni el nombre dejan. Por eso nunca bailo yo con ustedes. Contigo, con tus amigos, con los muchachos como tú.
Yo bailo con los míos, los de mi... (Calla.)
RENÉ: Bueno, pues, pues baila o vete, sal con quien quieras. Yo yo... yo te... te invité a venir conmigo, no te obligué y, y
tú quisiste, así que... (Va a salir.)
RENÉ: ¿Qué? ¿Estás qué? Estás... ¿Y yo qué...? ¿Yo cuándo? ¿Desde cuándo se embarazan las viejas por platicar? ¿Por
platicar de mal modo? Estás loca, chava, te va a ir mal por andar queriendo, queriendo...
CELIA: Eso quería yo hacer, ¿ves? Acostarme contigo. Y acusarte después. Eso... quería...
CELIA: Porque estás muy chamaquito. Y me dio pena contigo. Me dio lástima hacerte eso.
RENÉ (ofendido): ¡Yo soy mayor que tú! Tengo 17 años. Y tú 16.
CELIA: Yo trabajo y... vivo de otro modo. Tú... no sabes, no has visto, estás muy chamaco. Vete, anda. (Llora de nuevo.)
RENÉ: ¿Y por qué… ibas a hacer eso? ¿Conmigo? Podrías hacerla con el papá. Con el que te... con el que era lógico. ¿Por
qué conmigo? (Ella llora y no contesta.) ¿Por qué yo? ¿Y por qué no el que se debe?
CELIA: Porque... me emborrachó y me durmió, casi. En un baile en la fábrica. Me emborrachó a la mala. Revolvió de
varias bebidas, bien fuerte. Y me dio de beber. Y allí en... (Pausa.) En un rincón oscurito... (Llora más.) Yo, yo ni... ¡ni me
gustaba él! ¡Ni me importaba nada! ¡¿Por qué con él?! Y así como... como tan feo, tan…; hasta había algunos mirando,
de sus amigos. Eso fue y… y... y... Eso. Empecé a darme cuenta, quise gritar; me tapó la boca, estaba yo borracha, no
sabía de mí. ¿Y si le digo a mi hermano... ? Mi hermano tiene ya 19 años... Pero ese otro ya es grande, viejo, como de 30.
Es malo. Puede pegarle a mi hermano, correrlo de la fábrica. Porque ése está en el sindicato, ¿ves? Es de los meros del
sindicato y es muy malo. Y para qué digo nada, o para qué lo acuso, para qué... (Solloza.)
RENÉ: Pero, pues, ¡ve con la policía, tonta!
CELIA: ¡Yo no quiero casarme con ése! Ni loca. Malo y horrible, malo. Nada quiero con él. Nada.
CELIA: ¿Y qué gano con eso? ¿Voy a dejar de estar embarazada? ¡Y en mi casa van a querer que me case con él, y si no
me caso me van a echar a la calle! ¿Qué gano, a ver? ¿Y que además sepan cómo fue? ¿Qué sepan... cómo... fue?
RENÉ: Y entonces... ¿por qué pensabas hacer eso... esa trampa... conmigo?
CELIA: Por idiota. No iba yo a poder hacer algo tan feo. Se me ocurrió, y... ya que veníamos vi que era una tontería, y...
no iba yo a poder.
CELIA: A mí no: A Flor y a Chela. Y yo pensé... pensé: "Eso no puede salir bien", y... Pura ofuscación, ¿ves? No ligo bien
desde hace días. En la fábrica la he regado feo: he roto cosas, hago chueco todo.
RENÉ: No es cierto. Desde el otro sábado. Y desde antes, tal vez. Ya tenías plan. Y me habías escogido a mí. ¿Por qué?
RENÉ: Porque yo te parecía el más menso de todos. Por eso. Yo ya te había visto antes. Pero me huías. Con razón hoy
llegaste tan cerquita y me mirabas, y yo pensé: "Me aviento", y te invité a bailar. Y todavía decías que no. Y ya era plan...
y yo caí, rebién. (Ella llora.) Bueno, gracias por la... elección. Ya no llores. (Le da un pañuelo.)
CELIA: Vámonos. (Se suena.) Y no fue por verte menso. Fue por… Vámonos.
CELIA: Vámonos.
RENÉ (la aprieta): Fue porque preferías que... que hubiera sido...
CELIA: Con alguien como tú... habría tenido caso. Tendría que ver, habría sido por algo. Con alguien como tú. Y por
haberte visto, porque ahí andabas, por decirles eso a Flor y a Chela, por decirles que ojalá hubieras sido tú, se les ocurrió
que te... que te engañara. Pero cómo iba a ser. Y yo de babosa pensé que sí, les dije sí, ayúdenme. Pensé que sí, pero no,
pues no, pues cómo, pues no.
Él la ve con una congoja horrible. La besa de pronto en las mejillas, en la frente, en la boca, menudos besos de cariño.
RENÉ: Ya no llores.
CELIA: A poco crees que tengo muchas ganas de bailar. ¿Cómo crees?
RENÉ: Yo..., yo decía porque..., porque no te fueras tan pronto. ¿Quieres caminar un ratito? Me platicas más cosas.
CELIA: Para qué. Has de estar enojado conmigo. Tengo mucha pena. No lo hice por mal. Y no... no lo hice. Tú creerás que
soy de lo peor.
RENÉ: No, cómo de lo peor. No, claro que no. No. (La besa.)
RENÉ: ¿Quién fue el hijo de... quién fue el desgraciado? Me vas a decir quién fue. Me lo vas a enseñar.
CEUA: Estás loco. ¿Tú a él? Tiene casi 30 años y es fuerte y... ¿Tú, cómo?
RENÉ: He estudiado defensa personal, y sé pelear puerco; así como me ves, he tumbado cuates de este alto. Y yo,
limpiecito. Me lo vas a enseñar. ¿Ya no se ha metido contigo?
RENÉ: Dímelo.
CELIA: Me dice cosas y quiere que otra vez... Le tengo miedo. Me persigue a veces...
RENÉ: Ya sabía yo, cómo iba a ser que no; ya sabía. Voy a buscarlo con mis cuates. Si yo no puedo solo, entre todos. Pero
sí puedo, verás.
RENÉ: Ya verás que sí. Ése la paga, ya verás. ¿Quieres caminar un ratito?
RENÉ: Y te llevo a tu casa. Ya tú sabes la mía. (Ella asiente.) Pero te voy a dar mi teléfono. Ése no lo sabes. (Ella niega.) Te
lo voy a dar. ¿Tú sí te llamas Celia?
RENÉ: Celia.
CELIA: René.
Se besan.
TELÓN