Plauto Anfitrion

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Plauto

Comedia

Anfitrin 1

PERSONAJES Mercurio Sosia Jpiter Alcmena Anfitrion

La accin se realiza en Tebas, frente a las puertas de la casa de Anfitrin.

Se desarrolla en un Prlogo y un Enredo

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PRLOGO MERCURIO.- Ahora voy decirles en primer lugar el ruego que he venido a hacerles; despus expondr el argumento de esta tragedia... Por qu arrugan la frente? Porque dije que iba a ser una tragedia? Soy un dios, en un instante la transformar. Esta misma obra, si quieren, la convertir de tragedia en Comedia, sin cambiar un solo verso. Lo quieren, s o no? Pero ser tonto! Cmo si yo no supiera, siendo un dios, que s lo quieren? S muy bien cul es su parecer sobre este punto. Har que sea una mezcla de comedia y tragedia. Pues hacer que sea comedia por completo una obra en la que intervienen reyes y dioses, no me parece conveniente. Entonces, qu hacer? Pero, como tambin un esclavo hace un papel en ella, har que sea, tal como he dicho, una tragicomedia. As que, repito, el propio Jpiter va a actuar hoy en esta representacin y yo con l. Ahora atiendan, que les voy a exponer el argumento de esta comedia. Esta ciudad es Tebas. En esa casa que ven, ah vive Anfitrin, nacido en Argos, de padre argivo, y casado con Alcmena, hija de Electrin. En este momento Anfitrin est al frente de las legiones, pues el pueblo tebano se encuentra en guerra con los telboas. Sin embargo, antes de partir a la guerra, dej embarazada a su esposa Alcmena. Creo que ya saben cmo es mi padre, qu libertades se permite en todas estas cuestiones y con qu apasionamiento ama a toda mujer de la que se enamora. Empez a amar a Alcmena a escondidas de su esposo, usufructu su cuerpo, la viol y, como consecuencia, la dej embarazada. O sea, para que lo entiendan mejor, Alcmena est embarazada de los dos, de su marido y del Supremo Jpiter. En este momento mi padre est ah dentro acostado con ella, y por este motivo la noche se ha prolongado, mientras l disfruta de la mujer que ama. Pero ha tomado el aspecto de Anfitrin. En cuanto a m, no les extrae este mi atuendo, con el que me he

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presentado en escena, con este atavo de esclavo. Voy a ofrecerles una versin nueva de una historia vieja y antigua, por eso, me he presentado de esta manera nueva. EQUVOCO SOSIA.- Y para qu lo quieres saber t, que deshuesas la cara de los hombres con tus puos? Ulises declara. MERCURIO.- Eres esclavo o libre? SOSIA.- Soy lo que se me antoja. MERCURIO.- Ah, s? SOSIA.- Por supuesto que si. MERCURIO.- Eres un apaleado! SOSIA.- Mientes. MERCURIO.- Pero pronto tendrs que admitir que digo la verdad. SOSIA.- Qu necesidad hay de ello? MERCURIO.- Puedo saber adnde vas, de quin eres o a qu has venido? SOSIA.- (Sealando el palacio de Anfitrin) Vengo aqu y soy esclavo de mi amo. Te has enterado? MERCURIO.- Me voy a cargar yo esa maldita lengua, bellaco. SOSIA.- Imposible. Es casta y est bien guardada. MERCURIO.- Sigues con tus agudezas? Y qu haces merodeando por esta casa? SOSIA.- Di ms bien, qu haces t? MERCURIO.- El rey Creonte pone aqu un centinela todas las noches. SOSIA.- Bien hecho! Como estbamos en el extranjero, hizo proteger nuestra casa. Pero ahora vete. Dile que han

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llegado los familiares. MERCURIO.- No s yo qu grado de familiaridad es el tuyo. Pero si no te largas inmediatamente, querido familiar, te aseguro que tendrs un recibimiento muy poco familiar. SOSIA.- Te digo que yo vivo aqu y soy esclavo de esta casa. Pero no te digo que soy un esclavo de esta familia? MERCURIO.- Ten cuidado, que te vas a llevar una paliza, si no te largas inmediatamente de aqu. SOSIA.- Es que pretendes impedirme entrar en la casa a mi llegada del extranjero? MERCURIO.- Es sta tu casa? SOSIA.- Te digo que s. MERcURIO.- Y entonces, quin es tu amo? SOSIA.- Anfitrin, que en estos momentos est al frente de las legiones y est casado con Alcmena. MERCURIO.- Dime, cmo te llamas? SOSIA.- Sosia, hijo de Davo, me llaman los tebanos. MERCURIO.- Es el colmo de la osada. Te juro que hoy has venido aqu para tu desgracia, con esas mentiras tan bien tramadas, con esos engaos tan bien zurcidos. SOSIA.- Te equivocas: vengo con las tnicas zurcidas, no con los engaos. MERCURIO.- Sigues mintiendo: vienes con los pies, no con las tnicas. SOSIA.- S, esa es la verdad. MERCURIO.- La verdad es que ahora mismo vas a recibir una paliza. SOSIA.- Por Plux, la verdad es que no quiero. MERCURIO.- Pero la verdad, por Plux, es que la vas a recibir, quieras o no. (Le pega) Ya ves que la verdad es de

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las buenas, de las que no admiten discusin? SOSIA.- Perdn, te lo suplico! MERCURIO.- As que te atreves a decir que eres Sosia, cuando ese soy yo? SOSIA.- Muerto estoy! MERCURIO.- Poco es eso, comparado con lo que te espera. Y ahora de quin eres? SOSIA.- Tuyo, porque con tus puos me has hecho tuyo por derecho de uso. Socorro, ciudadanos de Tebas! MERCURIO.- Y gritas, bellaco? Dime, a qu has venido? SOSIA.- A que me golpearas con tus puos. MERCURIO.- De quin eres? SOSIA.- De Anfitrin, te digo. Soy Sosia. MERCURIO.- Ah, s? Pues por mentiroso vas a recibir otra paliza mayor. Yo soy Sosia, no t. SOSIA.- Quieran los dioses que lo seas t y sea yo quien te golpee! MERCURIO.- Y refunfuas? SOSIA.- Ya me callo. MERCURIO.- Quin es tu amo? SOSIA.- Quien t quieras. MERCURIO.- Y ahora, cmo te llamas? SOSIA.- Slo como t me ordenes. MERCURIO.- Decas que eras Sosia, de Anfitrin. SOSIA.- Me equivoqu. Quise decir que era socio de Anfitrin. MERCURIO.- Ya saba yo que no haba otro esclavo Sosia en la casa ms que yo. T has perdido el juicio. SOSIA.- Qu pena que no te hubiera ocurrido a ti lo mis-

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mo con los puos! MERCURIO.- Yo soy ese Sosia que hace un momento t pretendas ser. SOSIA.- Te suplico: djame hablarte en paz, sin peligro de recibir una paliza. MERCURIO.- Est bien. Si quieres decirme algo, hagamos una tregua momentnea. SOSIA.- Slo hablar una vez firmada la paz, dado que tus puos son ms fuertes. MERCURIO.- Di lo que quieras, que no te har dao. SOSIA.- Puedo fiarme de ti? MERCURIO.- Puedes SOSIA.- Y si me engaas? MERCURIO.- Entonces que la clera de Mercurio caiga sobre Sosia SOSIA.- Escucha, ahora que puedo hablar libremente. Yo soy Sosia, el esclavo de Anfitrin. MERCURIO.- Otra vez? SOSIA.- Hice la paz, hice un pacto: te digo la verdad. MERCURIO.- Qu paliza te vas a llevar! SOSIA.- Como quieras, haz lo que quieras, dado que tus puos son ms fuertes. Pero, hagas lo que hagas, te juro, por Hrcules, que esto no me lo callar. MERCURIO.- En tu vida conseguirs que yo deje de ser Sosia. SOSIA.- Y t puedes estar seguro, por Plux, de que no logrars que yo cambie de dueo y deje de pertenecer a mi amo. Y en la casa no hay otro esclavo Sosia ms que yo. Yo, que fui con Anfitrin a la guerra. MERCURIO.- Ests loco. SOSIA.- Loco yo? T s que ests loco. Diablos! No soy

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yo Sosia el esclavo de Anfitrin? No ha llegado esta noche nuestra nave del puerto prsico y yo vine en ella? No me envi aqu m amo? No estoy ahora delante de nuestra casa? No tengo un farol en la mano? No estoy hablando? No estoy despierto? No me acaba de golpear este tipo con sus puos? Por Hrcules, claro que me golpe. Y todava, pobre de m, me duelen las mandbulas. Entonces, por qu dudo? O por qu no entro en nuestra casa? MERCURIO.- Cmo? En nuestra casa? SOSIA.- S, claro que s. MERCURIO.- Mientes! Todo lo que acabas de decir es completamente falso. Esta noche zarp nuestra nave del puerto prsico y conquistamos la ciudad en la que rein Pterelao e hicimos prisioneras a las legiones de los telboas por la fuerza de las armas y el propio Anfitrin degoll al rey Pterelao en el combate. SOSIA.- (Aparte) Desconfo hasta de m mismo, cuando le oigo decir todo eso. Pero es cierto que relata fielmente todo lo ocurrido all. (A Mercurio) Pero, dime, qu regalo le dieron a Anfitrin los telboas? MERCURIO.- La copa de oro en la que sola beber el rey Pterelao. SOSlA.- (Aparte) Lo ha dicho! (A Mercurio) Y dnde est ahora esa copa? MERCURIO.- En un pequeo cofre, sellado con el sello de Anfitrin. SOSIA.- Y, dime, qu hay grabado en ese sello? MERCURIO.- El sol naciente con su cuadriga... Por qu tratas de pillarme, granuja? SOSIA.- (Aparte) Sus pruebas con irrefutables. Me ha vencido. He de buscarme otro nombre. No me explico desde dnde pudo verlo todo. Pero ahora mismo voy a agarrarlo. Pues lo que hice yo mismo, a solas, sin

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testigos, en la tienda, a buen seguro que no podr decirlo. (A Mercurio) S t eres Sosia, cuando las legiones estaban en el furor del combate, qu hacas t en la tienda? Si lo dices, me doy por vencido. MERCURIO.- Haba all un cntaro de vino. Llen una jarra. SOSIA.- (Aparte) Va por buen camino. MERCURIO.- Y este vino me lo beb, completamente puro. SOSIA.- (Aparte) S, es cierto, yo all me vaci una jarra de vino puro. Cualquiera dira que estaba escondido dentro de la botella! MERCURIO.- Y qu? Te convences de que no eres Sosia? SOSIA.- T niegas que lo sea? MERCURIO.- Cmo no voy a negarlo, si yo soy Sosia? SOSIA.-Te juro por Jpiter que yo lo soy y que no estoy mintiendo. MERCURIO.- Y yo te juro por Mercurio que Jpiter no te cree. Estoy seguro de que creer ms una simple palabra ma que todos tus juramentos. SOSIA.- Y entonces, quin soy yo, si no soy Sosia? Contesta. (Sale Jpiter disfrazado) JPITER.- Adis, Alcmena. Ocpate de nuestra casa, como hasta ahora, y, sobre todo, por favor, cudate: ya sabes que ests fuera de cuentas. Yo tengo que irme. Pero t, sea nio o nia, reconoce a la criatura. ALCMENA.- Y por qu motivo, esposo mo, te vas tan precipitadamente de casa? JPITER.- Desde luego, por Plux, no porque est cansado de ti o de mi hogar. Pero cuando el comandante en jefe no est con sus tropas, ms pronto se hace lo que no se debe que lo que se ha de hacer.

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MERCURIO.- (Aparte) Vaya! Hbil impostor que est hecho mi padre. Ya vern con qu halagos va a engatusarla. ALCMENA.- Ya veo, por Cstor, en qu alta estima tienes a tu esposa. JPITER.- No te basta con que te quiera ms que a ninguna otra mujer? MERCURIO.- (Aparte, elevando la vista al cielo) Te aseguro, por Plux, que si ella se enterara de que te dedicas a estas cosas, preferiras, sin duda alguna, ser Anfitrin a Jpiter. ALCMENA.- Eso preferira yo saberlo por experiencia a que t me lo digas. Te vas antes de haber tenido tiempo de calentar el lado de la cama en que te acostaste. Viniste a media noche y ya te vas. Te parece bonito? MERCURIO.- (Aparte) Me acercar y le dir algo. Voy a darle una mano a mi padre. (A Alcmena) No creo yo, por Plux, que haya otro mortal tan perdidamente enamorado de su esposa como ste lo est de ti. JPITER.- Crees que no te conozco, granuja? Quieres largarte de mi vista? Qu tienes t que meterte en esto, bribn, o decir una palabra? Con este bastn te voy a... ALCMENA.- No, por favor. JPITER.- (A Mercurio) Atrvete a abrir la boca! MERCURIO.- (Aparte) A punto ha estado de costarme caro mi primera mano. JPITER.- (A Alcmena) En cuanto a eso que dices, esposa ma, no tienes que enfadarte conmigo. Por ti he dejado en secreto el campamento y me he sustrado todo este tiempo a mis obligaciones, para que fueses t la primera en saber de mi boca cmo he dirigido la campaa. Todo te lo he relatado detalladamente. Si no te amara ms que a nadie, no lo habra hecho. MERCURIO.- (Aparte) No se los deca? Trata de vencer sus temores con halagos.

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JPITER.- Ahora, para que las tropas no sospechen nada, debo regresar en secreto al campamento, no vayan a decir que he antepuesto mi esposa a los intereses del Estado. ALCMENA.- Haces llorar a tu esposa con tu partida. JPITER.- Cllate, no estropees tus ojos, volver en un instante. ALCMENA.- Un instante que va a ser eterno. JPITER.- No creas que me alegra tener que dejarte y separarme de ti. ALCMENA.- Ya me doy cuenta, pues te vas la misma noche de tu llegada. JPITER.- Por qu te empeas en retenerme? Se me hace tarde. Quiero salir de la ciudad antes de que amanezca. Pero antes, toma: esta copa, que me dieron como regalo en recompensa de mi valor, en la que beba el rey Pterelao, al que mat con mis propias manos, te la regalo.
(Salen Jpiter y Mercurio. Llegan Anfitrin y Sosia)

ANFITRIN.- Qu pas? SOSIA.- Ya estaba yo delante de la casa mucho antes de haber llegado. ANFITRIN.- Diablos! Qu tonteras son esas? T ests bien de la cabeza? SOSIA.- Estoy como me ves ANFITRIN.- A este pobre hombre una mala mano le ha causado un maleficio, despus de que me dej. SOSIA.- S, lo admito. Pues me han molido a puetazos de la manera ms malfica. ANFITRIN.- Y quin te golpe? SOSIA.- Yo mismo, el yo que est ahora en casa.

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ANFITRIN.- Gurdate de contestar slo a lo que te pregunte. En primer lugar, dime: quin es ese Sosia? SOSIA.- Tu esclavo. ANFITRIN.- Pero si yo contigo solo tengo ms de lo que quiero. Y, adems, en toda mi vida, he tenido otro esclavo que t. SOSIA.- Pues yo te digo otra cosa, Anfitrin: cuando llegues a casa, te encontrars, te lo aseguro, con tu esclavo Sosia, otro distinto de m, claro, nacido del mismo padre Davo que yo, del mismo aspecto y edad que yo (Sealndose a s mismo) En resumen, este Sosia se te ha duplicado. ALCMENA.- (Sola. Aparte) Las alegras que recibimos a lo largo de nuestra vida y de nuestra existencia no son tan poca cosa en comparacin con nuestras penas? Este es el destino de todos, sta es la voluntad de los dioses: que de la alegra sea fiel compaera la tristeza; ms an, que si te toca en suerte alguna dicha, mayor dolor e infelicidad de inmediato aparezcan. Yo, lo estoy comprobando ahora por propia experiencia, lo estoy sabiendo por m misma. Me fue concedido un corto periodo de alegra, mientras tuve la posibilidad de ver a mi marido: una sola noche. Pero l de pronto se alej de mi lado sin esperar siquiera al da. Y ahora me siento sola, porque el hombre que ms amo, est lejos. Mayor pesar he recibido con la partida de mi marido, que alegra con su llegada. Pero al menos me hace feliz saber que venci a los enemigos y regres a casa cubierto de gloria. Este es mi consuelo. Que est lejos, con tal que regrese a su casa alcanzada la gloria Aguantar, soportar sin queja alguna su partida con fortaleza y firmeza. Slo conque se me conceda la compensacin de que mi marido sea celebrado como el vencedor de la guerra, me considerar satisfecha. El valor es la mejor recompensa. El valor sin duda aventaja a todas las cosas. Libertad, salud, vida, hacienda, padres, patria e hijos, l es quien los protege y conserva. El valor

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lo encierra todo. El que es dueo del valor tiene todos lo bienes. ANFITRIN.- (Sin ver a Alcmena) Creo, por Plux, que mi mujer espera ansiosamente mi llegada, porque me quiere, como yo a ella, sobre todo despus de terminada felizmente la campaa y vencidos los enemigos. Todos los consideraban invencibles. Pero bajo mi mando y mis pronsticos los hemos vencido al primer combate. S, estoy seguro de que mi mujer desea y espera ansiosamente mi llegada. SOSIA.- Y no crees que mi amiga tambin espera ansiosamente la ma? ALCMENA.- (Viendo a Anfitrin) Pero si es mi marido! ANFITRIN.- (A Sosia, sin ver a Alcmena) T sgueme por aqu. ALCMENA.- (Aparte) Pero, cmo ser que vuelve, s hace un momento aseguraba tener mucha prisa? O vendr con el propsito de probarme y querr comprobar cmo lamento su partida? Por Cstor, que no me disgusta su regreso. SOSIA.- (Viendo a Alcmena) Anfitrin, sera mejor que regresramos a la nave. ANFITRIN.- Por qu motivo? SOSIA.- Porque nadie nos va a dar de comer a nuestra llegada. ANFITRIN.- Y por qu se te ocurre eso? SOSIA.- Pues porque llegamos tarde. ANFITRIN.- Por qu? SOSIA.- (Sealando el vientre de Alcmena) Porque veo a Alcmena delante de casa y tiene la barriga llena. ANFITRIN.- Claro, la he dejado embarazada al partir. SOSIA.- Ay, pobre de m, estoy perdido! ANFITRIN.- Qu te pasa?

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SOSIA.- Que llego a casa en el momento justo para acarrear el agua, al cabo de los diez meses, por los clculos que veo que haces. ANFITRIN.- Ten nimo. SOSIA.- No sabes bien todo el nimo que tengo. En cuanto agarre el cubo, por Plux, no vuelvas a creerme nunca ni una sola palabra, si yo, una vez que empiece, no le saco toda el nima a ese pozo. ANFITRIN.- T sgueme por aqu. Yo encargar a otro ese trabajo. No temas. ALCMENA.- (Aparte) Creo que cumplira mejor con mi deber, saliendo a su encuentro. ANFITRIN.- (Dirigindose a Alcmena) Anfitrin saluda con alegra a su aorada esposa, a quien su marido considera la mejor de todas las de Tebas y de quien los tebanos proclaman su honestidad. Has estado siempre bien? Te alegras de mi llegada? SOSIA.- (Observando la sorpresa y frialdad del recibimiento de Alcmena, aparte con irona) No he visto alegra mayor. Se alegra tanto que lo saluda ni ms ni menos que a un perro. ANFITRIN.- Me alegro de verte embarazada, de verte tan lozana. ALCMENA.- Te lo suplico, por Cstor, por qu quieres burlarte de m, saludndome y hablndome como si no me hubieras visto hace un rato, como si volvieras ahora por primera vez a casa de la guerra? Me hablas como si hiciera mucho tiempo que no me ves. ANFITRIN.- Te aseguro que hasta ahora no te haba visto en parte alguna. ALCMENA.- Por qu lo niegas? ANFITRIN.- Porque me han enseado a decir la verdad. ALCMENA.- Pues no obra bien el que olvida lo que le han

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enseado. Es que vienes a probar sentimientos? Pero, por qu vuelves tan pronto? O es que te han retenido los auspicios? O es el mal tiempo el que te impide ir a reunirte con tu ejrcito, como me decas hace un rato? ANFITRIN.- Hace un rato? Hace un rato sucedi eso? ALCMENA.- T quieres probarme: hace un rato, hace un momento. ANFITRIN.- Pero, por favor, cmo puede ser eso que dices: hace un rato, hace un momento? ALCMENA.- Qu te figuras? Que respondo con burlas a tus burlas, porque dices llegar ahora por primera vez, cuando hace un momento que te has ido de aqu? ANFITRIN.- Sin duda esta mujer delira. SOSIA.- Espera un momento a que despierte de su sueo. ANFITRIN.- Quin? Ella? Pero si suea despierta. ALCMENA.- Por Cstor, claro que estoy despierta y despierta te cuento lo que ha ocurrido. Pues hace un rato, antes de amanecer, los vi a ste y a ti. ANFITRIN.- Dnde? ALCMENA.- Aqu, en tu propia casa. ANFITRIN.- No es cierto. SOSIA.- (A Anfitrin) Calla. Y si la nave nos ha trado hasta aqu desde el puerto mientras dormamos? ANFITRIN.- Tambin t le das la razn? SOSIA.- Qu quieres que haga? T no sabes que si pretendes llevarle la contraria a una bacante en bquico delirio loca, la volvers ms loca y te golpear ms veces? En cambio, si le sigues la corriente, te librars de ella al primer golpe. ANFITRIN.- Por Plux, que no me disgusta poder compartir mis bienes a partes iguales con Jpiter. Vete a casa y haz preparar los vasos sagrados para propiciarme

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con numerosas vctimas a Jpiter Supremo. Yo voy a buscar al divino Tiresias para consultarle qu cree que debo hacer. Al mismo tiempo le contar todo lo ocurrido. Pero, qu sucede? Qu trueno tan espantoso! Dioses, se los suplico, aydenme! JPITER.- (Bajando del cielo, posiblemente como un deus ex machina) Tranquilzate, Anfitrin. Aqu estoy para ayudarte, a ti y a los tuyos. A los adivinos y magos, mndalos a paseo a todos. Lo que va a suceder y lo que ha sucedido te lo revelar yo mucho mejor que ellos, que por algo soy Jpiter. En primer lugar yo usufructu el cuerpo de Alcmena, y como consecuencia la dej embarazada. T tambin la dejaste embarazada al partir para la guerra. En un solo parto ha dado a luz a los dos nios. Uno, el que ha sido engendrado por m, y que con sus hazaas te dar una gloria inmortal. T vuelve a la concordia de siempre con tu esposa Alcmena. No ha hecho nada de que puedas acusarla. Lo que hizo, lo hizo forzada por m. Yo me retiro al cielo. (Jpiter desaparece) ANFITRIN.- Cumplir tus rdenes, pero te suplico que mantengas tus promesas. Me voy adentro junto a mi esposa y mando a paseo al viejo Tiresias. Ahora, espectadores, en atencin al gran Jpiter, aplaudan fuertemente. FIN

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