Jorge A Leon (1979) Es Posible El Hombre Nuevo
Jorge A Leon (1979) Es Posible El Hombre Nuevo
Jorge A Leon (1979) Es Posible El Hombre Nuevo
Jorge A. Len
Version digital de : Jorge A. Leon, Es Posible El Hombre Nuevo? (Buenos Aires, Argentina: Ediciones Certeza, 1979) Preparada por eltropical. Ex libris eltropical 13 jul. 08
A Aurelia Gmez, mi madre poltica Ya Elosa Toledo mi cuadaQue sirven a Jesucristo en Cuba hoy Edicin 1979
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INDICE
INTRODUCCION 1. QUE ES EL HOMBRE? 2. JESUCRISTO: HOMBRE NUEVO Y MODELO DE HUMANIDAD 3. CAMINOS DE RENOVACION HUMANA 4. EL HOMBRE NUEVO QUE NECESITAMOS 5. EL HOMBRE NUEVO: MITO O REALIDAD?
INTRODUCCION
Una experiencia vivida hace casi un cuarto de siglo me va a servir de ilustracin para introducir esta obra. Ocurri durante mi primer pastorado, en Jovellanos, Cuba, entre los aos 1952 y 1956. El pastor de la iglesia Bautista, Cirilo Alemn, un ex-compaero de estudios en la Facultad de Filosofa de la Universidad de La Habana, se reuna peridicamente conmigo para estudiar. Un da nos llam la atencin el hecho de que en el patio del templo haban aparecido una gran cantidad de plantas no conocidas en la zona. Luego se comprob que se trataba de plantas de tabaco que nadie haba sembrado deliberadamente. El hecho caus consternacin porque las iglesias evanglicas cubanas se oponan - y creo que lo siguen haciendo -, a que los cristianos fumaran. En toda la regin no se sembraba tabaco, y la plantacin ms cercana distaba unos doscientos kilmetros. El enigma pronto qued aclarado. Unos sesenta aos atrs haban revocado las paredes del edificio principal con tierra; en esa poca se sembraba tabaco en aquella regin. Cuando durante mi pastorado se hizo un nuevo revoque, las semillas de tabaco que haban quedado aprisionadas en el primero, fueron esparcidas por todo el patio, y, al darse las condiciones favorables de humedad y sol, la vida brot. Esta experiencia me estimul a reflexionar sobre la imagen de Dios en el hombre. Desde entonces esta doctrina bblica me apasiona. En cada ser humano el hombre nuevo est en potencia y se necesitan condiciones adecuadas para el nacimiento a la vida renovada. A veces los duros golpes de la picota de la vida son necesarios para hacer posible el nacimiento a la nueva vida. En esta obra presentaremos al hombre nuevo como una posibilidad para cada ser humano. El hombre nuevo comienza a realizarse desde el momento en que acepta el seoro y la salvacin de Jesucristo y comprende que hay un largo [pgina 5] camino que recorrer, bajo la direccin del Espritu Santo. Slo as puede concretarse el hombre nuevo capaz de dar frutos. La semilla de Dios (esperma-toteu)est latente en todos los seres humanos, sean creyentes o incrdulos - como en las semillas de tabaco del templo de Jovellanos -, pero no slo se necesita el nuevo nacimiento: hay tambin que crecer -y fructificar. Igualmente la semilla del animal (espermatozoide) es vida en potencia para fecundar un vulo, vida en potencia que quizs nunca se concrete; pero una vez producida la fecundacin, sta no es ms que el comienzo de un complicado proceso que culmina en el hombre adulto. Las semillas de tabaco existieron como vida en potencia en las paredes de un templo; no es exagerado asegurar que en la mayora de las iglesias de hoy se produce el mismo fenmeno, no porque haya semillas empotradas en los muros del templo, sino porque sus estructuras institucionales, sus ritos y costumbres y su cultura confesional se constituyen en sustitutos para la nueva vida en Cristo. Muchas personas participan de las actividades de instituciones religiosas (iglesias con minscula) sin haber nacido de nuevo, ni estar en camino hacia el cornpletamiento de la condicin humana segn el modelo de Jesucristo. Nuestra esperanza es que la lectura de este libro sea una ayuda para comprender cun compleja es la vida cristiana y cun necesario es desarrollarse, pasando por etapas diferentes, para concretar el hombre nuevo. Los conceptos de imagen de Dios, hombre nuevo, segundo Adn y hombre perfecto apuntan a una misma realidad: el hombre segn la intencin original de Dios. No ocupar ms tiempo en establecer diferencias sutiles entre estos conceptos. Lo importante es, a mi juicio, estimular al lector a tomar muy en serio la posibilidad de lograr, para s y para su prjimo, la nueva humanidad prometida en las Sagradas Escrituras.
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1 Gnesis 2 Gnesis
el abuso del poder, la violencia, la guerra, el crimen, la subversin y la antisubversin. El hombre se ha convertido en el lobo del hombre, aun cuando el lobo no es el lobo de s mismo. Dios cre al hombre como un ser moral. El relato de Gnesis 1 y 2 y el del Salmo 8 nos presentan al hombre segn la intencin original de Dios. Es el representante de Dios sobre la tierra, la corona de la Creacin, el nico ser de la Creacin con el cual Dios puede establecer una relacin Yo-t. Como ha dicho Gerhard Von Rad: En Gnesis 1:26 se nos dice que el hombre es creado a imagen de Dios para que pueda controlar toda la creacin Es lgico que el hombre ha sido provisto para este propsito, porque aun los gobernantes terrenales, cuando no pueden estar presentes en persona, usualmente colocan sus imgenes como seales de majestad.5 El hombre y Dios son los dos grandes intereses en mi vida. Por eso, al analizar el pasaje fundamental para la explicacin de la entrada del pecado en el mundo,6 debo confesar que me cuesta pensar en el hombre como ser cado, como una rplica terrena de Satans. Igualmente me cuesta pensar en Dios como un ser omnipotente y omnisciente y al mismo tiempo como un creador frustrado por causa del pecado cometido por la corona de su creacin. Me es ms fcil aceptar este pasaje bblico como una narracin de los hechos preestablecidos por Dios. El Creador habra, pues, creado al hombre como un ser libre y responsable, [pgina 8] siendo la cada la anttesis necesaria, en la dialctica divina, para que la imagen de Dios llegue a consumarse plenamente en el hombre. El proceso biolgico7 y el psicolgico presuponen tambin un proceso de maduracin espiritual. En la dialctica divina, la finalidad del hombre es el bien, el amor y la justicia, tanto en las relaciones interpersonales como en su relacin con el resto de la creacin. As, en la esencia del hombre podemos intuir los propsitos de Dios de humanizarlo a travs de un proceso redentor en que el mismo hombre coparticipa al aceptar la redencin y colaborar con los propsitos redentores del Creador. Igualmente podemos intuir a Dios a partir del concepto revelado del hombre como imagen de Dios en proceso de completamiento. Si el hombre es una Gestalt viviente en proceso de integracin segn un modelo revelado, ese modelo - la Gestalt viviente integrada -, debe existir. La existencia de ese ser perfecto se manifiesta a s misma cuando se hace historia en la persona de Jesucristo, la imagen de Dios segn su intencin original y el modelo para todo ser humano. Jesucristo es la Gestalt viviente integrada, es Dios y es hombre por excelencia.
espontneos conocidos), criado por lobos o por monos, no llega a desarrollar una inteligencia normal, no es realmente humano; se comporta como un animal, vive como un animal y es un animal. Entre los cinco y siete aos el nio logra consolidar la conciencia de su yo y se afirma a s mismo, aunque acepta y necesita la dependencia de sus padres. La motricidad y la inteligencia se desarrollan en sucesivas etapas. Cuando llega a la pubertad, se producen una serie de transformaciones: experimenta el estirn, la caja torcica crece con mayor rapidez que los rganos internos, surgen las urgencias sexuales (menstruacin en la joven y poluciones nocturnas en el muchacho). El proceso contina hasta alcanzar la plena madurez a nivel biolgico; el metabolismo9 es anablico hasta que se hace catablico y se inicia la involucin. Aqu surge una nueva crisis semejante a la de la pubertad - menopausia o andropausia -, que a veces coincide con la crisis de pubertad de los propios hijos. A medida que avanza la involucin, se regresa a etapas similares a las de la niez. Los sexos se van acercando: el hombre pierde su vello y la mujer lo adquiere; la mujer se masculiniza en sus facciones, se hace dura, mientras que el hombre un poco se afemina en cuanto a sus facciones ms bonitas. La proximidad sexual es ahora similar a la que encontramos en los nios; es el momento en que el ser humano se dispone a terminar sus das en esta tierra. 2. Desarrollo psicolgico. Algunos de los traumas - o heridas psquicas -, tienen su origen en la vida intrauterina. Los seis primeros aos de vida, cuando el yo est en proceso de consolidacin, son decisivos. Un dficit afectivo, una desagradable experiencia sexual, una situacin econmica agobiante, pueden dejar una huella indeleble. El nio es como el cemento fresco: las huellas permanecen en l. La adolescencia es una etapa conflictiva. El muchacho o la chica buscan su propia identidad. Este proceso biolgico coincide en su inicio con el proceso biolgico que conocemos como pubertad, la edad en que se manifiesta la aptitud para procrear (aunque no termina necesariamente cuando culmina la pubertad). En la adolescencia los jvenes tienen que encarar grandes conflictos en sus relaciones interpersonales, especialmente con los padres. Debido al estirn y a que sus pulmones y su corazn no han crecido con la misma rapidez que su caja torcica, con frecuencia el adolescente se siente cansado. Ocurre a menudo que se lo acusa de haragn porque pasa muchas horas recostado ysin hacer nada. El adolescente, que ya tiene bastantes problemas con su propio cuerpo porque ha crecido precipitadamente, tambin halla dificultades en lograr una correcta ubicacin en la realidad cambiante en que vive. Hasta ayer era nio y ahora no sabe qu es: a veces se siente hombre, o mujer, pero en ocasiones se siente y acta como nio. Esta etapa evolutiva necesita de la comprensin de los mayores. [pgina 10] La maduracin psicolgica del hombre de nuestros das requiere ms tiempo que la del hombre de generaciones anteriores porque, entre otras razones, las expectativas de vida han aumentado considerablemente. Treinta aos atrs un hombre esperara vivir alrededor de cincuenta aos, de modo que cuando terminaba su conscripcin militar ya estaba pensando en la necesidad de encontrar pareja y fundar una familia. Por el contrario, el joven de hoy tiene una expectativa de vida de alrededor de setenta y cinco aos, de all que sienta que tiene todava mucho tiempo por delante para hacer sus grandes decisiones. Esta problemtica tiende a extender la adolescencia, la cual no coincide necesariamente con la pubertad. La vida es un proceso de constante adaptacin a situaciones nuevas. Tanto la evolucin como la involucin crean tensiones que hay que superar. Ya hemos hecho mencin de la menopausia, problema que conlleva una gran carga emotiva negativa. Los prejuicios y la mala informacin contribuyen a que en algunas mujeres surjan serios problemas psicolgicos antes y durante esta etapa, que es tan normal como la pubertad. Los problemas suelen ser ms psicolgicos que biolgicos. Es lstima que no podamos abundar ms en el tema en estas pginas. 3. Desarrollo espiritual. Tampoco podemos dedicar mucho espacio a este tema.10 Dado que en el hombre est la imagen de Dios, es por naturaleza un ser religioso; sin embargo, es necesario que el hombre alcance el pleno desarrollo. Igualmente estn en el hombre, cuando nace, todas las neuronas cerebrales que ha de necesitar cuando sea adulto, pero sus neuronas necesitan desarrollarse para que la persona alcance su plena humanidad. La creencia es algo que nos acompaa en nuestro desarrollo y maduracin, y las varias formas por las que atraviesa la creencia constituyen precisamente este desarrollo. De esto concluimos que la incredulidad es una interrupcin del desarrollo.11 El desarrollo espiritual no es inexorable, como el biolgico, pero tiene muchos puntos en contacto con el desarrollo psicolgico o emocional. Cada uno de estos tres aspectos de la maduracin tiene sus caractersticas especficas. As como no hay dos cuerpos exactamente iguales, ni mucho menos existen dos personas con las
9 El
metabolismo es el conjunto de procesos qumicos que acontecen en la materia viva transformando y liberando energa. El trmino deriva del griego metabol, que significa cambio (referido a los constantes cambios en el organismo). La fase constructiva del cambio se llama anabolismo y la destructivo catabolismo. 10 Vase mi obra Psicologa de la experiencia religiosa. 11 C. Rumke, Psicologa de la incredulidad, Ediciones Carlos Lohl, Buenos Aires, 1959, p. 8.
mismas vivencias espirituales. En toda persona existe cada una de estas tres dimensiones en una forma especial y distinta de todos los dems; de all la singularidad de cada ser humano. Hemos visto que hay cierta coincidencia cronolgica entre el desarrollo biolgico y el psicolgico. Esto no existe en la vida espiritual, aunque debemos sealar que la adolescencia sea la poca ms propicia para una experiencia espiritual, lo que comnmente llamamos conversin. Es claro que as sea, puesto que el adolescente busca identidad propia y tiene que hacer definiciones ante los grandes problemas que la vida le plantea. Un desarrollo armnico debe incluir una experiencia espiritual profunda en la adolescencia, pero esto no es inexorable. Hay quienes han conocido el evangelio ya en la edad madura, aunque quizs sean los menos. [pgina 11] La predicacin del evangelio en las iglesias evanglicas ha insistido en la necesidad del nuevo nacimiento a partir de la aceptacin del seoro de Jesucristo y el arrepentimiento del pecado. Es una lstima que esta importante parte del evangelio haya sido dejada de lado por una buena parte de la iglesia. Por qu? Quizs por el hecho de que no se ha entendido que el nuevo nacimiento es el inicio de un largo proceso que marcha hacia una consumacin. La vida cristiana es un proceso, como lo es tambin la vida psicolgica. La diferencia estriba en que la vida espiritual normal slo tiene anabolismo, est siempre en crecimiento, sin elementos destructivos. Esto lo plantea claramente San Pablo cuando afirma que aunque nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de da en da.12 Aqu San Pablo nos presenta los dos procesos: el biolgico (catabolismo destructivo), y el espiritual (siempre anablico).13 El anabolismo es caracterstico del desarrollo biolgico del nio y del adolescente. El anabolismo espiritual, el proceso ascendente hacia el logro de la plena humanidad, no tiene fin en esta vida: Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernculo, se deshiciera, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.14 En otras palabras, en el metabolismo espiritual no existe el catabolismo. Es lgico que si el desarrollo espiritual es paralelo o semejante al desarrollo biopsicolgico, ste debe incluir un nuevo nacimiento, similar al nuevo nacimiento del pber que deja de ser nio incapaz de procrear para convertirse en una persona capaz de crear nuevas vidas humanas. A nivel psicolgico se produce tambin un cambio: uno deja de ser el nio dependiente, para alcanzar la independencia y la plena identidad como persona. Por lo tanto, el nacimiento espiritual no comienza con la llamada conversin, jaln fundamental en el proceso hacia una consumacin. La vida espiritual nace con el hombre, por cuanto en todo hombre est la imagen de Dios. Pero el nuevo nacimiento no coincide necesariamente con la pubertad. Ya hemos sealado que la adolescencia tampoco coincide inexorablemente con la pubertad. En el desarrollo biolgico es imposible evitar la pubertad o la menopausia. Sin embargo, en el desarrollo espiritual no hay una inexorable menopausia (o andropausia), aunque no dejamos de encontrar algunos cristianos que bien podramos llamar menopusicos espirituales. Pero, volviendo al anabolismo espiritual, es indispensable que nos acerquemos al Nuevo Testamento para encontrar la orientacin que necesitamos. Hay pasajes bblicos donde se seala el cario especial de Jesucristo por los nios.15 Hay pasajes donde claramente se seala la necesidad de un nuevo nacimiento.16 Lo que muchos no tienen en claro es el hecho de que ese nuevo nacimiento se da en el contexto del Reino de Dios, que se presenta en los Evangelios como una realidad en proceso de realizacin. El Reino ya es una realidad por cuanto hay un rey, Jesucristo, y un pueblo que lo acepta conscientemente como Seor, la Iglesia. Pero es evidente que ese Reino no se [pgina 12] ha consumado todava. El Reino es un proceso que avanza hacia su consumacin. El nuevo nacimiento que el Seor muestra a Nicodemo como una necesidad, ocurre en el contexto del Reino.17 Se trata de la nueva creacin, no para permanecer como nios sino para ser adultos en Cristo en el contexto del Reino de Dios. A nivel social, ste es el completamiento de la condicin humana bajo el seoro de Jesucristo. Este no es un enfoque exclusivo del Evangelio segn San Juan; ocurre tambin en los Evangelios sinpticos: El que no reciba el Reino de Dios como un nio, no entrar en l.18 El concepto mismo del Reino lleva implcita la idea
Corintios 4:16. metabolismo espiritual es siempre ascendente anablico, cuando marchamos hacia el completamiento de la condicin humana segn el arquetipo que Dios nos ha dado en la persona de Jesucristo. Esta afirmacin merece una fundamentacin filolgica. Como hemos visto en la nota 9, metabolismo deriva del griego metabol, que significa cambio, pero metabol deriva del verbo metabal, "cambiar" (en el Nuevo Testamento aparece una sola vez, en Hechos 28:6, donde se traduce "cambiar de parecer"), compuesto por la preposicin meta y el verbo bal(lanzar). En cuanto al anabolismo y catabolismo, la preposicin ana sugiere la idea de ascenso, de movimiento hacia arriba, y la preposicin cata expresa la idea de descenso, de movimiento hacia abajo. Etimolgicamente el anabolismo es la parte del proceso que lanza a alguien hacia arriba, y el catabolismo la parte del proceso que lo lanza hacia abajo, hacia la muerte. 14 2 Corintios 5:1. 15 Mateo 19:13-15; Marcos 10:1314 ; Lucas 18:1516. 16 Mateo 18:3; Juan 3:35. 17 Juan 3:35. 18 Marcos 10:15; Lucas 18:17.
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del crecimiento hacia la maduracin. San Pablo advierte del nuevo nacimiento como una imagen de la muerte y resurreccin de Jesucristo que se expresa en el bautismo.19 Para San Pablo es claro que se trata de una nueva creacin,20 pero una nueva creacin en proceso de realizacin, en maduracin. Es decir que, segn San Pablo, existe un proceso de maduracin que marcha hacia el completamiento de la condicin humana, un metabolismo espiritual, una metamorfosis. Es precisamente el verbo metamorfoo, transformar?, el que San Pablo usa en Romanos 12:2 y 2 Corintios 3:15. A los Glatas les dice: hasta que Cristo sea formado en vosotros.21 La meta del hombre es conformarse al arquetipo de lo humano que Dios nos ha dado en la persona de Jesucristo.22 En este pasaje el apstol seala los dos extremos: el bebito (nepios), el recin nacido que no puede hablar, y el hombre acabado, que ha alcanzado la madurez (elikia) de Jesucristo. Hay que nacer de nuevo para ser cristiano, pero no para permanecer corno nios espirituales a perpetuidad, sino para ser adultos en Jesucristo. No, la perpetua inocencia infantil no es la meta del cristiano. El adulto que pretenda ser y vivir como un nio tiene una seria crisis de identidad y su salud mental est en peligro. Debemos aprender a ser cristianos en cada una de las etapas evolutivas e involutivas de nuestro desarrollo biolgico. Nacer de nuevo para permanecer como un nio no es el ideal cristiano. San Pablo us esa imagen cuando escribi a la dividida comunidad de Corinto, y no precisamente para alabarlos: Os di a beber leche, y no vianda; porque no erais capaces; ni sois todava capaces, porque sois carnales, pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, no sois carnales, y andis como hombres?.23 El Seor nos llama a la adultez, a la vida plena, no a la mediocridad. Nada podemos hacer para evitar la evolucin y la involucin, el anabolismo y el catabolismo, a nivel biolgico: la tumba es nuestro destino inexorable. Pero mucho podemos hacer, por las provisiones de Dios, para alcanzar la plenitud de la vida aqu y ahora y en el ms all, aunque el catabolismo est deteriorando nuestra morada terrenal.24
6:4; Colosenses 2:12; 3:1. Corintios 5:17 ; Glatas 6:15. 21 4:19. 22 Efesios 4:1314. 23 1 Corintios 3:23. 24 2 Corintios 5:1. 25 Citado por Martin Buber en Qu es el hombre? Losada, Buenos Aires, 1955, p. 145. 26 Efesios 4:1.
tra que el nombre ms antiguo de los seguidores de Jess fue los del Camino.27 La versin de Reina-Valera traduce Camino (con mayscula), en cada uno de los cinco textos donde aparece la palabra. Es evidente que los traductores entienden que la palabra alude a Jesucristo, quien afirma que l es el camino.28 No obstante no hay nada en el texto que sugiera que esta palabra se refiere a la persona de Jesucristo, aunque es evidente que l es el conductor y tambin la meta del peregrinaje de los que andamos en el Camino. Por supuesto, en el texto griego la palabra camino (odos), est escrita con minscula en los cinco casos. En el mismo libro hay otros cinco usos del trmino que nos dan aun ms claridad sobre la intencin de Lucas al usar el trmino. Por ejemplo: instruido en el camino del Seor y camino de Dios.29 [pgina 14] El concepto de camino tal como aparece en el libro de los Hechos est en lnea con el concepto expresado de que el hombre es una Gestalt viviente en proceso de integracin y completamiento por medio de Jesucristo. San Pablo, donde el concepto de caminar (peripateo) significa conducirse en la vida, al escribir a los Corintios se refiere a su camino en Cristo para manifestar su peregrinar. En este caso30 Reina-Valera traduce la palabra odos por proceder: Timoteo... el cual os recordar mi proceder (dos) en Cristo. En Apocalipsis, la idea del camino que nos conduce a una meta se expresa a travs de las palabras alfa y omega, referidas a Jesucristo.31 Jesucristo es el principio del hombre,32 su paradigma y su meta final. En otras palabras, es su alfa y su omega. Entre estas dos letras (la primera y la ltima del alfabeto griego), se extiende el camino, porque Jesucristo mismo es el camino. Entre ambas letras transita el peregrinar del hombre que marcha en pos de Cristo, hacia ese punto omega que es la meta de su vida. La humanizacin es el proceso que nos acerca al punto omega, o sea, a la culminacin de nuestra humanidad, hasta que Cristo sea formado en nosotros.33 Humanizar es ayudar al peregrino a acercarse a esa meta. El que est ms cerca de la meta final es aqul que se ocupa de ayudar a sus compaeros de peregrinaje, aqul que se ocupa de la humanizacin del hombre y, por ende, de la sociedad. En conclusin, es posible definir qu es el hombre? Para la razn pura el ser humano es indefinible, pero para la razn prctica es comprensible. La Biblia no define al hombre; slo muestra su origen y su finalidad, de dnde procede y lo que debe llegar a ser. Es un peregrino en pos de su plenitud. Jesucristo es para l el alfa y la omega, el principio y el fin. El nuevo nacimiento es posible slo a travs del sacrificio expiatorio de Jesucristo y por el arrepentimiento y la aceptacin, por la fe, de lo que l ha hecho en la cruz para salvarnos. Hemos visto que el nuevo nacimiento no tiene como finalidad la perpetua infancia espiritual. Por el contrario, nacemos en Cristo para crecer hacia el completamiento de nuestra condicin humana segn el modelo que Dios nos ha dado en Jesucristo, nuestro punto omega. El autor de la Epstola a los Hebreos nos dice: a. Que el cristiano es un atleta en el estadio de la vida; b. que hay una multitud de testigos34 que contemplan nuestro esfuerzo atltico; c. que es necesario que el atleta cristiano se despoje de todo peso excesivo, ya sean ropas o sobrepaso, porque le impide la mxima eficacia, lo aprietan y lo debilitan; d. [pgina 15] que la carrera del cristiano no es de velocidad, sino de resistencia. Por lo tanto es necesario conservar el paso firme y sostenido (corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante); e. que Jesucristo es nuestro modelo de atleta. El es el pionero, el que primero venci en el estadio de la vida. Puestos los ojos en el modelo de humanidad, lograremos la victoria.35 Con estas cinco afirmaciones se introduce el tema de la disciplina, tan importante en la vida personal y en el asesoramiento pastoral. El atleta cristiano debe soportar la disciplina si quiere llegar a la meta.36 San Pablo contina con la imagen del padre que disciplina a sus hijos por amor.37 Y concluye diciendo: Es verdad que ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero despus da fruto apacible de justicia a los
27 9:2;
14:9; 22:4; 24:14, 22. 14:6. 29 18:26. 30 1 Corintios 4:17. 31 Apocalipsis 1:8; 21:6; 22:13. 32 Juan 1:3; Colosenses 1:16. 33 Glatas 4:19. 34 Hebreos 11. 35 Hebreos 12:12. 36 Hebreos 12:7. 37 12:810.
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que en ella han sido ejercitados.38 La imagen de Dios tiene una dimensin moral, y la disciplina de Cristo y en Cristo nos ayuda a alcanzar la meta. Lo importante no es la conceptualizacin del hombre, sino llegar a ser plenamente humanos por el camino que Dios nos muestra en su Palabra.
PARA REFLEXIONAR
En la Biblia encontramos un lenguaje muy diferente al de nuestra cultura occidental. El libro de Gnesis, por ejemplo, se refiere al hombre en un lenguaje simblico, no conceptual, lo cual no significa que sea falso. A pesar de un lenguaje tan peculiar, es posible extraer un concepto del hombre de los primeros tres captulos de la Biblia. l. Cmo definira al hombre a la luz de los captulos bblicos mencionados? 2. Qu opina de la siguiente definicin: El hombre es un ser en relacin con el prjimo, con la naturaleza, con Dios y consigo mismo? 3. Qu significa que el hombre es un ser cado? No se introduce un sentido de frustracin con tal definicin? De qu otra manera podramos definir al hombre a la luz de Gnesis 3, sin que est implcita la idea de una humanidad frustrada? 4. Qu pasajes bblicos nos ayudan a definir al hombre como un peregrino en pos del completamiento de su condicin humana segn el modelo que Dios nos ha dado en la persona de Jesucristo? 5. Cmo se salva el abismo entre el hombre cado del Antiguo Testamento y la esperanza del hombre nuevo segn un modelo establecido por Dios? Por qu prevalece en algunos creyentes el pesimismo y no la esperanza? [pgina 16]
38 12:11.
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Barth, Realit de l homme nouveau, Labor et Fides, Ginebra, 1964, pp. 19, 21, 2526, 30, 43, 45, 53.
Ibid., p. 21.
Lucas 20:1926. 8:111. 6 Mateo 9:33; 15:31; 21:20, etc. 7 Lucas 5:8. 8 Mateo 8:27; Marcos 4:41; Lucas 8:25. 9 Gnesis 3:124. 10 Mateo 4:111; Marcos 1:1213; Lucas 4:113. 11 Adn es una palabra hebrea que significa hombre. Cuando Pilato dice "He aqu el hombre" (Juan 19:5), dice mucho ms que lo que dice a primera vista: "He aqu al hombre por excelencia, he aqu a Adn, el hombre nuevo, el hombre perfecto".
diencia pasiva del hombre nuevo que se deja matar para pagar los pecados de la humanidad y hacer posible que los hombres alcancen la nueva humanidad. El Evangelio segn San Juan conserva palabras de Jess que ponen de manifiesto que l es la imagen de Dios, o sea, el hombre segn la intencin de Dios: el que me ve, ve al que me envi.12 Jess es la imagen, sobre la tierra, del Dios ignoto e incomprensible. Esta realidad nos ayuda no slo a conocer a Dios, sino tambin a conocer al hombre, porque entre nosotros ha estado la perfecta imagen de Dios, el hombre nuevo, el segundo Adn, el hombre perfecto. San Juan tambin nos muestra la actitud del hombre nuevo, Jesucristo, para con los dems seres humanos: se comporta como un hombre comn participando en una fiesta, pero muestra que es una persona fuera de lo comn al convertir el agua en vino.13 Muestra a Nicodemo que se puede alcanzar una vida fuera de lo comn a travs del nuevo nacimiento.14 Muestra a la mujer samaritano la posibilidad de ser una nueva mujer, especialmente en la dimensin moral.15 Se convierte en el amigo del solitario y abandonado paraltico de Bethesda y le devuelve la salud para ser un hombre nuevo, especialmente en sus posibilidades fsicas.16 La nueva humanidad de Jesucristo se transmite a travs de su obra y ministerio a lo largo del Evangelio. Tambin para el autor de la Epstola a los Hebreos, Jesucristo es el hombre por excelencia, segn la intencin original de Dios y sin pecado. A l se refiere el Salmo 8 cuando habla de un hombre coronado de gloria y honra y seor de la creacin, sin pecado.17 Para San Pablo, Jesucristo es el segundo Adn;18 la imagen de Dios;19 el hombre nuevo;20 y el hombre perfecto.21 Estas afirmaciones estn ntimamente relacionadas entre s, son complementarias. Jesucristo, como hombre, es la restauracin de la humanidad a la intencin original de Dios. El es la imagen del Dios invisible.22 San Pablo no usa la palabra omoioma, que significa parecido. El quiere expresar, con la palabra eicon, imagen, que Jesucristo es un arquetipo, aunque, por supuesto, eicon puede usarse para expresar parecido. En un texto muy difcil, San Pablo nos asegura que el hombre es imagen y gloria de Dios23 por oposicin a la mujer, gloria de varn. Se entiende que la mujer tambin es imagen de Dios. El contexto paulino parecera indicar que esa imagen [pgina 19] est en proceso de completamiento. Segn Colosenses 1:15, Jesucristo es la imagen visible de un Dios invisible. El Dios ignoto, escondido, que escapa a las posibilidades cognoscitivas del hombre, puede ser conocido en la persona de su eicon. Porque en l habita corporalmente toda la plenitud de la deidad.24 Aqu San Pablo usa la palabra theotes, que significa la esencia de la divinidad. Podra haber usado el trmino theiotes, que significa cualidad de la divinidad. La diferencia es mucho ms que una letra. Este segundo trmino lo usa San Pablo con mucha precisin en Romanos 1:20, cuando dice Porque lo que de Dios se conoce les es manifestado, pues Dios se lo manifest. San Pablo quiere dejar en claro que Jesucristo es Dios mismo, pero tambin seala que es el hombre por excelencia, el arquetipo de lo humano. Al trmino pleroma, plenitud, que utiliza para referirse a la divinidad de Cristo, lo presenta en forma inclusivo en Colosenses 1:19 Por cuanto agrad al Padre que en l habitase toda plenitud. Aqu se hace referencia a la plenitud de la humanidad. El contexto es bien claro (vase Colosenses 1:1523). Porque en l fueron creadas todas las cosas.25 San Juan afirma que este Verbo creador vino a ser carne.26 San Pablo hace la misma afirmacin al decir que en l habita toda la plenitud.27 Estos pasajes deben interpretarse a la luz del incipiente docetismo que es combatido en 1 Juan 4:23 y 2 Juan 7. El anticristo es aqul que niega la humanidad de Cristo, en quien habita toda la plenitud (santo pleroma). La literatura juanina se acerca a la paulina en su concepto de plenitud. En Juan 1:116 se sealan las dos plenitudes de Jess: la divina, expresada en el concepto de verbo (logos), y la humana, expresada en el concepto de carne (sarx). San Juan afirma que de su plenitud (pleroma) recibimos gracia sobre gracia. Es decir, hay comunicacin de gracia entre la plenitud de Cristo - en lo divino y en lo humano -, y nuestra vaciedad.
12 Juan 13 Juan
12:45. 2. 14 Juan 3. 15 Juan 4. 16 Juan 5. 17 Hebreos 2:69. 18 Romaticis 5:1 221; 1 Corintios 15:2129. 19 2 Corintios 4:4; Colosenses 1:1519; 3:910. 20 Efesios 4:24. 21 Efesios 4:13. 22 Colosenses 1:15. 23 1 Corintios 11:7. 24 Colosenses 2:9. 25 Colosenses 1:16. 26 Juan 1:14. 27 Coloneses 1:17.
Por eso afirma que recibimos. San Pablo hace reflexiones similares: Y vosotros estis completos (pepleromenoi) en l, que es la cabeza de todo principado y potestad.28 Llenado es un perfecto verbo pleroo, del cual procede pleroma. O sea, por cuanto l est pleno (lleno), nosotros tambin podemos alcanzar la plenitud (llanura). Esta es la meta y el desafo a cada cristiano: alcanzar la estatura de Jesucristo, el hombre cabal, terminado, pleno;29 que no seamos nios inseguros y vacilantes,30 fcil presa de los que quieren engaarnos. En Colosenses, como en el prlogo del Evangelio de San Juan, la plenitud de Cristo se da tanto a nivel divino como humano. Pero en Colosenses esta idea es mucho ms explcita. Los dos versculos clave son 1:17 y 2:9. En ambos se usa el verbo habitar (katoikeo). Este verbo est compuesto por la preposicin kata, que expresa la idea de debajo, y oikeo, que viene de oikos, casa. En San Juan 1:14 se usa el verbo skenoo, que se traduce tambin por habitar, pero que realmente significa armar una tienda de campaa (skene). Por eso algunos exgetas prefieren traducir este verbo por acampar: acamp entre nosotros. En San Juan 1:14 se usa el aoristo, un tiempo griego que da la nocin puntual, o sea que aqu sugiere la provisionalidad de la encarnacin. En Colosenses el [pgina 20] mismo verbo katoikeo se usa en tiempos diferentes para referirse a la plenitud de la deidad y la plenitud de la humanidad. En 1:19, que se refiere a la plenitud de la humanidad, usa un aoristo primero en infinitivo, que muestra temporalidad, con una nocin puntual. Por el contrario en 2:9, donde se refiere a la plenitud de la divinidad, utiliza el presente de un indicativo que expresa continuidad, con una nocin lineal. Jesucristo como Dios es una realidad hoy, como vivencia en la fe del creyente. Jess, hombre, es una realidad histrica y un desafo aqu y ahora, por cuanto es arquetipo de la humanidad devuelta a la intencin original de Dios. Es significativo que San Pablo utilice doce veces el concepto de pleroma, seis en las epstolas a los Efesios y a los Colosenses31 y seis en el resto32 de sus escritos, y que lo haga para referirse a la plenitud de los tiempos en que Dios deseaba revelar a los hombres sus misterios.33 Aqu pleromase relaciona con anaquefalaiosis, el proceso mediante el cual Dios va colocando todas las cosas terrenas y celestiales bajo el pleno seoro de Jesucristo. En Efesios 1:23 la plenitud (pleroma) se refiere a la Iglesia, tiene unsentido comunitario. Ya nos hemos referido a los dos pasajes de Colosenses (1:19 y 2:9) que se ocupan de la plenitud de la humanidad y de la divinidad, respectivamente, en la persona de Jesucristo. En Efesios, San Pablo nos presenta de una manera muy clara que la plenitud de Cristo es una manera por alcanzar; que la plena humanidad - nuestro completamiento -, se da al alcanzar el pleroma de Cristo y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seis llenos (plerothete) de toda la plenitud (pleroma) de Dios.34 Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varn perfecto (teleios, es decir: acabado, terminado, completo) a la medida de la estatura (elikia, estatura, puede tambin traducirse por madurez) de la plenitud (pleroma) de Cristo.35 Para concluir con las reflexiones sobre pleroma debemos sealar que el sentido de completamiento de la condicin humana (completamiento en Cristo, como aparece en Glatas 4:19), se registra en toda la literatura paulina. Hemos procurado bosquejar los fundamentos de una antropologa cristiana bsica. La plenitud de vida (pleroma) es una realidad que estamos viviendo a pesar de que su culminacin es todava una meta por alcanzar. El hombre es la imagen de Dios (Imago Dei36) en proceso de integracin y completamiento. Imagen de Dios, segundo Adn, hombre nuevo y hombre perfecto son diversas manifestaciones de la misma realidad, Jesucristo, el hombre segn la intencin original de Dios. En Jesucristo la humanidad es rehabilitada y redimida por la victoria en el desierto y en la cruz. Antes de pasar a la segunda parte de este captulo hemos de prestar atencin a un problema que los escritores cristianos frecuentemente soslayan. Nos referimos a la plena realizacin de la vida humana en Jess a pesar de su celibato. En el captulo anterior he sealado que la plena humanidad comnmente se da en la relacin hombre-mujer, por cuanto es en esa relacin que se muestra plenamente la imagen de Dios: Varn y hembra los cre.37 No [pgina 21] vamos a especular aqu sobre lo que podra haber ocurrido en el caso
28 Colosenses 29 Efesios
2:10. 4:13. 30 Efesios 4:14. 31 Efesios 1:10, 23; 3:19; 4:13; Colosenses 1:19; 2:9, donde aparece pleroma. El verbo pleroo, llenar, aparece 21 veces en las epstolas paulinas, 9 de ellas en Efesios-Colosenses (Efesios 1:23; 3:9 bis; 4:10 y 5:8; Colosenses 1:9, 25; 2:10 y 4:17). 32 Romanos 11:12, 25; 13:10; 15:29; 1 Corintios 10:26 y Glatas 4:4. 33 Efesios 1:10. 34 Efesios 3:19. 35 Efesios 4:13. Vase mi obra Psicologa de la experiencia religiosa, pp. 148, 156, 161, 164, 168, donde me refiero al uso de pleroma.En las pginas 34, 46, 52 y 53 doy ms informacin, en especial sobre el uso del verbo katantao en 4:13, para expresar la idea de la terminacin de un viaje, o sea, la llegada a la meta de nuestro peregrinar: Jesucristo. 36 Vase mi obra Psicologa de la experiencia religiosa. 37 Gnesis 1:2627.
de que Jess hubiera fundado una familia y engendrado hijos. Lo real es que no lo hizo. La pregunta cmo puede ser un hombre soltero el modelo de humanidad? resultara tan intil como esta otra: Cmo puede un varn ser el modelo de humanidad para una mujer? Por otro lado, el hecho de que Jess, arquetipo de humanidad, se haya mantenido soltero, muestra la posibilidad de plena realizacin que tienen algunas personas excepcionales a pesar de mantenerse solteros por su entrega a una causa. Lo que sigue es una versin libre de la enseanza de Jess sobre este tema en San Mateo 19:1213: Ustedes saben que hay hombres que no pueden tener relaciones sexuales debido a imperfecciones fsicas. Saben tambin que hay algunos infelices que han sido castrados a fin de que, sin peligro, cuiden a las mujeres de los poderosos. Saben, adems, que hay hombres que se imponen la abstinencia sexual por causa del Reino de Dios. Hay gran diferencia entre abstenerse por impotencia y hacerlo por propia voluntad. El que tenga poder para hacerlo, hgalo. Juan Calvino hizo un magnfico trabajo exegtico sobre este pasaje, algunas de cuyas conclusiones anotamos enseguida: l. No todos los hombres son capaces de mantenerse clibes. 2. La decisin no est en manos humanas, pues la continencia es un don especial concedido a muy pocas personas. 3. Slo unas pocas personas sealadas por Dios pueden afrontar el sacrificio del celibato. 4. Para todos los dems, la mayora, Dios no slo permite sino que ordena el matrimonio. 5. Quien se resiste al matrimonio est luchando contra Dios. El celibato de Jess es comparable al de San Pablo, quien no considera el celibato como una cualidad que hace al clibe superior al casado. San Pablo reconoce que los apstoles, los hermanos de Jess y Cefas, tienen sus respectivas esposas, y afirma que l tambin tiene autoridad para hacer lo mismo.38 San Pablo afirma que el matrimonio es el estado normal de todo hombre y de toda mujer que no tenga el carisma del celibato,39 y que aun cuando hay carismas diferentes para los casados y para los clibes, todo viene de Dios.40
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Corintios 9:5. Corintios 7:9. 40 1 Corintios 7:7. 41 Mateo 5:1314. 42 Vase mi obra La comunicacin del Evangelio en el mundo actual, Editorial Caribe, Miami, 1974, especialmente el captuloII (E hombre como imagen de Dios), pp. 3148, donde tratamos los siguientes temas: "Definicin de la imagen de Dios, "La Imagen de Dios en el creyente", "La imagen de Dios en los no creyentes", "La imagen, de Dios y la evangelizacin", "La imagen de Dios y la vocacin evangelizadora", "La posibilidad de completar la imagen". 43 3:27. 44 Efesios 4:22, 24 y Colosenses 3:910.
est en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aqu todas son hechas nuevas.45 vida que uno inicia cuando se arrepiente de sus pecados y se entrega a Cristo y da testimonio por el bautismo y en l recibe el sello de la Gracia de Dios, es realmente una vida nueva. En este nuevo estado de vida, no existe ms diferencia alguna entre judo y gentil, esclavo o libre, hombre o mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jess.46 En la Epstola a los Romanos encontramos un enfoque similar al de Glatas, pero en aqulla San Pablo seala que el nuevo nacimiento involucra el encuentro con el imperativo moral. O no sabis que los que hemos sido bautizados en Cristo Jess, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con l para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucit de los muertos por la gloria del Padre, as tambin nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con l en la semejanza de su muerte, as tambin lo seremos en la de su resurreccin; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con l para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos ms al pecado.47 Cuando el hombre entra en contacto con el Cristo resucitado, muere a su viejo hombre y nace como un hombre nuevo, muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jess, Seor nuestro.48 El cristiano debe conformarse a Jesucristo, el cual es el hombre nuevo: Porque a los que antes conoci, tambin los predestin para que [pgina 23] fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo; para que l sea el primognito entre muchos hermanos.49 En la Epstola a los Colosenses encontramos el mismo esquema que San Pablo presenta en Glatas 3:27 28 y en Romanos 6:36. Dice el apstol: Sepultados con l en el bautismo, en el cual fuisteis tambin resucitados con l, mediante la fe en el poder de Dios que le levant de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecado y en la incircuncisin de vuestra carne, os dio vida juntamente con l"50 En la carta a los Colosenses, la nueva vida en Cristo implica la liberacin del cristiano de supersticiones de filosofas y huecas sutilezas, segn las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no segn Cristo.51 2. El hombre nuevo en progreso hacia la perfeccin. En el Sermn de la montaa, Jess nos dice: Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre que est en los cielos es perfecto.52 Al joven rico le dice: Si quieres ser perfecto, anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrs tesoro en el cielo, y ven y sgueme.53 En ambos pasajes la palabra griega teleios es traducida por perfecto. Se trata de un trmino que deriva de telos, que significa fin, objetivo final. Teleios aparece slo estas dos veces en los Evangelios, siempre para expresar conceptos de Jess. En Mateo 5:48 el Seor nos muestra que, en la medida que el hombre es una Gestalt viviente en proceso de integracin, debe tener como meta el completamiento de su condicin humana. En otras palabras, Sed hombres como Dios es Dios. El mandato a ser hombres lleva implcita la idea de hombres segn la intencin original de Dios, es decir, hombres nuevos, perfectos. El aporte del hombre para lograr esa meta es muy pequeo en comparacin con lo que Dios hace, pero el Seor nos ordena hacerlo y debemos consagrar nuestros mayores esfuerzos. En el texto de Mateo 19:21 Jess le muestra al joven rico que las riquezas le impedan alcanzar la meta que Dios seala a cada hombre. Todo obstculo debe ser quitado del camino pues la meta es ms grande y gloriosa que toda posesin terrena. Ambos pasajes estn enmarcados en un contexto tico-moral. Para San Pablo el objetivo de la evangelizacin es anunciar a Jesucristo, amonestando a todo hombre y enseando a todo hombre en toda sabidura, a fin de presentar perfecto (teleios) en Cristo Jess a todo hombre.54 El cristiano debe crecer hacia el completamiento de su condicin humana segn el modelo del hombre nuevo y perfecto, Jesucristo. Ya hemos sealado que la perpetua niez no es la meta de la persona nacida de nuevo: Hermanos, no seais nios en el modo de pensar, sino sed nios en la malicia, pero maduros (teleios) en el modo de pensar. La versin de Reina-Valera traduce aqu teleios por maduro; estimo que sera ms adecuado usar la palabra adulto por oposicin a nio. La idea del completamiento de un proceso queda bien en claro. La Biblia Latinoamericana trae, a mi juicio, la mejor traduccin de Efesios 4:13, pues es fiel al original griego y presenta lcidamente la idea de crecimiento hacia un objetivo: La meta [pgina 24] es que todos juntos nos encontremos unidos en la misma fe y en el mismo conocimiento del Hijo de Dios y con eso se lograr el hombre perfecto (teleios) que en la madurez de su desarrollo es la plenitud de Cristo.
45 2
Corintios 5:17. 3:28. 47 Romanos 6:36. 48 Romanos 6:11. 49 Romanos 8:29. 50 Colosenses 2:1213. 51 2:8. 52 Mateo 5:48. 53 Mateo 19:21. 54 Para un estudio ms amplio de este trmino vase mi libro La comunicacin del Evangelio en el mundo actual, pp. 6977.
46 Glatas
Jesucristo es la imagen de Dios, el hombre nuevo, el segundo Adn, el hombre perfecto. La meta de cada cristiano debe ser llegar a ser como Jesucristo. Cuando buscamos a Dios nos encontramos con la realidad de que l nos estaba buscando antes de que nos interesramos en el encuentro: Somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espritu del Seor.55 El verbo transformar (metamorfoo) es el mismo que San Pablo utiliza en Romanos 12:2: Transformaos por medio de la renovacin de vuestro entendimiento. Este verbo, que San Pablo utiliza slo en las dos ocasiones mencionadas, aparece tambin tres veces en los Evangelios sinpticos (referido a la transformacin de Jess en el monte de la Transfiguracin). En 2 Corintios 3:18 se hace referencia a la transformacin del rostro de Moiss cuando bajaba del Monte Sina despus de haber estado en comunin con Dios: No saba Moiss que la piel de su rostro resplandeca despus que hubo hablado con Dios... y tuvieron miedo de l.56 Moiss descendi con la gloria de Dios en su rostro. San Pablo afirma que en su proceso de crecimiento, el cristiano es transformado de gloria en gloria en la misma imagen, y que no se trata del esfuerzo humano, sino de la obra del Espritu Santo con la colaboracin del mismo creyente. Conozco una persona que ha tenido experiencias espirituales muy profundas, al punto de haber sentido la gloria de Dios en su cuerpo. Lamentablemente muchos cristianos parecen haber perdido el inters por las experiencias espirituales profundas y se conforman con la mediocridad. La transformacin que debe experimentar el cristiano tiene como objetivo hacerlo tan humano como Jesucristo: Hasta que Cristo sea formado en vosotros.57 El cristiano nace de nuevo para crecer. Resulta sumamente interesante la antinomia nio-adulto en 1 Corintios 13 y Efesios 4:1314. El adulto, el hombre perfecto (nuevo) o en proceso de serio, es aqul que es capaz de amar con la misma intensidad que anota 1 Corintios 13. El amor no hace mal al prjimo; as que el cumplimiento de la ley es el amor.58 En todo ser humano est la imagen de Dios, y tambin el pecado. El progreso hacia la perfeccin no es entonces un proceso de autorreforma, producto de un humanismo ingenuo, sino la obra de Dios en colaboracin con el hombre. Por lo tanto tomemos en consideracin los consejos de San Pablo: Andemos como de da, honestamente; no en glotoneras y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia. Sino vestos del Seor Jesucristo, y no proveis para los deseos de la carne.59 3. El hombre nuevo en su expresin comunitaria. Conviene tener en cuenta que los pasajes que hemos considerado hasta aqu no fueron originalmente dirigidos a [pgina 25] individuos, sino a comunidades. Si bien es vlido aplicarlos a cada persona, no debe perderse de vista el sentido comunitario de los mismos. Hay dos pasajes de San Pablo que muestran prioritariamente el sentido comunitario. En Efesios 2:15 el apstol utiliza el concepto de hombre nuevo en relacin con la Iglesia universal. De miembros de dos pueblos diferentes (el gentil y el judo), Dios funda la Iglesia para crear en s mismo de los dos un slo y nuevo hombre, haciendo la paz. Un rbol en un bosque es al mismo tiempo rbol y bosque. Sin los rboles no hay bosque, pero slo en comunidad el rbol puede ser bosque; as ocurre con el cristiano en su relacin con la iglesia. Efesios 5:2133 es el nico lugar de la Biblia donde se hace referencia al bautismo de la iglesia. La comunidad de creyentes es santificada por el bautismo y es Jesucristo mismo el que la ha bautizado para presentrsela a s mismo como una iglesia gloriosa, que no tuviese manchas ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha (v. 27). En la imagen conyugal que aqu emplea San Pablo, llama la atencin el hecho de que la palabra iglesia aparece seis veces (5:23, 24, 25, 27, 29, 32), mientras que en el resto de la epstola aparece slo tres veces (1:22; 3:10, 21). La voluntad de Dios es la santificacin60 de la Iglesia, desnaturalizada a travs de los siglos por muchas manchas y arrugas. Los cristianos hoy tenemos la responsabilidad histrica de ponernos en las manos de Dios y de hacer nuestro mayor aporte para el completamiento de nuestra condicin humana - nuestra santificacin - de modo que podamos contribuir a la santificacin de la Iglesia y a la creacin del hombre nuevo individual y comunitario.
PARA REFLEXIONAR
En Ymcpolis, donde estoy escribiendo estas lneas, hay un arroyo serrano de casi mil metros que atraviesa esta propiedad de la Asociacin Cristiana de Jvenes de Buenos Aires. En algunos sectores el agua corre serenamente; son lugares de mayor profundidad. En otros lugares las aguas corren atropelladamente, produ55 2
Corintios 3:18. 34:2930. 57 Glatas 4:19. 58 Romanos 13:10. 59 Romanos 13:1314. 60 Santificar deriva de dos palabras latinas (sanctus y faere) y significa hacer santo. Santo significa separado, apartado, y tambin totalmente morar.
56 Exodo
ciendo un alegre murmullo; stos son los tramos donde hay menos profundidad. Los cristianos somos como ese arroyo: algunos hacemos mucho ruido pero carecemos de profundidad; otros, en cambio, marchamos serena pero irreversiblemente hacia la meta. Jesucristo es el modelo de hombre, adems de redentor. El lector habr conocido creyentes que se ocupan en marcar las distancias existentes entre ellos mismos y las dems personas - creyentes o no -, a quienes consideran inferiores; quizs usted mismo sea uno de esos creyentes. Los cristianos somos conscientes de la distancia que existe entre nosotros y nuestro modelo. Quien asume aquella primera actitud encontrar siempre alguien peor con quien compararse y hasta lo celebrar ruidosamente, como lo hacen las partes poco profundas del arroyo serrano. Los que asumimos la segunda actitud somos necesariamente humildes ante el Seor y ante nuestro prjimo; no hacemos ruidos, pero sabemos dnde estamos y hacia dnde nos dirigimos. l. [pgina 26] Puede una persona ser creyente sin ser necesariamente cristiana? Es posible un autntico nuevo nacimiento sin crecimiento hacia el completamiento de la condicin humana en Jesucristo? Si esto es posible... qu ocurre con el recin nacido que no crece? 2. Por qu resulta ms fcil ver los defectos de otros que reconocer las deficiencias propias? [pgina 27]
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ser esencial de uno. c) La psicologa ayuda a la teologa a descubrir las estructuras demonacas que determinan nuestra conciencia y nuestras decisiones. d) La teologa puede y debe vencer al moralismo; la psicologa y el existencialismo lo ponen de manifiesto. Para Tillich la moralidad es la autoafirmacin de nuestro ser esencial y por lo tanto es absoluta; los moralismos, por el contrario, son relativos. Si bien hamartia y frustracin no son trminos sinnimos, se enriquecen mutuamente y resultan de gran valor tanto para el psiclogo como para el telogo. Otro binomio a analizar es paraptoma-neurosis. Paraptoma es una palabra griega que procede del verbo caer (se trata de una cada, de un resbaln, de una falla personal). La neurosis es un trastorno menor de la personalidad; el neurtico, aun sin perder su contacto con la realidad, experimenta la angustia de su incapacidad para manejar sus conflictos internos o concretar una respuesta adecuada. En trminos psicoanalticos la neurosis es el estado de inadecuacin del yo al no poder establecer el equilibrio entre las fuerzas en pugna del Superyo y del Ello. [pgina 30] El pecado como paraptoma y la neurosis producen por igual situaciones angustiosas, sentimientos de culpa conscientes e inconscientes y deseos de obtener la aprobacin de los dems la solucin, como en el binomio anterior, muestra diferentes niveles: la neurosis se resuelve, por lo general, a nivel teraputico, mientras que el paraptoma requiere el concurso de la accin divino-humana. Es difcil establecer una clara lnea de demarcacin entre uno y otro. En el caso de la psicologa pastoral se tiene en cuenta ambos aspectos, ya que el creyente puede resolver sus problemas teolgicos pero seguir siendo neurtico, o puede aceptar el perdn de Dios y al mismo tiempo no ser capaz de perdonarse a s mismo. 2. El concepto de justificacin. Para el cristiano, la justificacin es la superacin del estado de pecado; para el hombre comn el ajuste es la superacin del nivel de neurosis que le ha impedido el mximo de eficacia de que es capaz. Ajuste y justificacin poseen caractersticas similares, pero tambin grandes diferencias. A veces la justificacin mueve al desajuste ms que al ajuste. No es cuestin de adaptarse a la medida comn del medio donde se acta; el cristiano debe ajustarse al modelo que Dios le ofrece en Jesucristo, que, por lo general, est reido con el que le ofrece la sociedad en que vive. El cristiano no se conforma a su medio, trata de conformarse a Jesucristo. 3. El concepto de santificacin, entendido como completamiento de la condicin humana segn el modelo que Dios nos ha dado en la persona de Jesucristo, no tiene paralelo en la psicologa. La psicologa se conforma con ayudar al individuo a adaptarse al medio considerado normal. Luego, si bien a travs de tcnicas psicoteraputicas el hombre puede lograr cierto grado de salud mental, no es el propsito de la psicologa lograr el hombre nuevo tal como lo presenta el mensaje bblico. No obstante, aqul que ha superado una profunda crisis emocional siente, por comparacin, que ha encontrado una vida nueva. De lo que est fuera de lo comn ha pasado a ser como el comn de la gente. Pero la meta del hombre nuevo es ser anormal, es decir, situarse fuera de la norma de una sociedad corrompida por el pecado individual y social. Ser como Jesucristo es estar fuera de la norma comn. El hombre nuevo es anormal ascendente; el esclavo del pecado es anormal descendente. El cristiano normal es alrgico al pecado, pero no su esclavo. Jesucristo lo ha liberado de la esclavitud del pecado y de la muerte. Algunas de mis conferencias donde he sealado coincidencias entre el esquema psicolgico y el bblico con relacin a la renovacin de la vida, han suscitado inquietudes de esta ndole: "La comprensin de ciertas actitudes humanas por medio de la psicologa no debilita el concepto de pecado? La Biblia afirma que el adulterio es pecado, pero en algunos casos la psicologa nos muestra que la persona adltera es vctima de circunstancias adversas... cmo va a juzgar Dios a personas que son vctimas de ciertos condicionamientos de su historia personal y familiar? No existe el peligro de caer en un relativismo moral?". [pgina 31] Ante tales preguntas suelo dar respuestas muy sencillas, por ejemplo: el pecado siempre es pecado, pero es ms fcil eliminarlo cuando se conocen sus causas reales, por lo menos a nivel humano; el conocimiento de las causas profundas del pecado no tiene como propsito aprobarlo o condenarlo, sino comprender al pecador y ayudarlo a comprenderse para dar los pasos necesarios a fin de salir de su situacin; en todo hombre, la coexistencia del pecado y de la imagen de Dios siempre produce tensin; todo hombre lleva dentro de s su propio juez, a veces implacable; abrir la puerta a la comprensin no significa cerrarla a la santidad; abrir la puerta al amor no significa cerrarla a la justicia de Dios; Dios nos mira con amor, pero a nosotros nos gusta mirar a nuestro prjimo con juicio. Personalmente no sobrevaloro el aporte de la psicologa, pero no tengo derecho a desconocerla como ciencia auxiliar de la teologa. No creo que haya una psicologa todopoderosa capaz de crear un hombre terapizado que - como la leche pasteurizada -, est libre de todos los contenidos enfermizos o enfermantes. El hombre es un ser pecador y como tal no podr renovarse exclusivamente por su esfuerzo personal. El hombre nuevo slo puede acontecer por la accin del Espritu Santo y su propia colaboracin en el proceso hacia una realizacin humana. La psicologa se ubica dentro de la colaboracin de la persona para el logro de su
objetivo en Jesucristo. La psicologa puede ser un aliado de la teologa pastoral, no necesariamente su enemiga. Hemos conocido casos de Testigos de Jehov" que han dejado morir a sus familiares por no haber autorizado una transfusin de sangre por motivos de fe. Igualmente culpable es el cristiano que no procura ayuda profesional a un familiar con trastornos psquicos. En Amrica Latina he escuchado muchas veces que el creyente se cura por la fe y que acudir a un psiclogo es sntoma de falta de fe. Uno se enferma de la mente como podra enfermarse del hgado o de los pulmones. En casos lmites la concrecin del hombre nuevo podra comenzar por el consultorio del profesional para ser complementada por la accin pastoral. Para lograr el crecimiento espiritual se necesita, como base, cierto grado de salud mental. Claro que hay profesionales incluidos algunos evanglicos -, a los cuales yo no recomendara.
El marxismo no slo aliena al hombre de s al pretender disolverlo en la masa; tambin lo aliena de Dios. La imagen de Dios est presente en todo hombre, creyente o incrdulo, y jams el hombre podr alcanzar su plena realizacin separado de Dios: en ese caso estar separado de s mismo y del Dios Trascendente. El marxismo ateo jams lograr concretar una humanidad plenamente humana porque est divorciado de las realidades espirituales. Para alcanzar el hombre nuevo, en un sistema marxista, el hombre debe renunciar a s mismo y someterse a la disciplina del partido, que decidir por l. Esto parece un calco de las palabras de Jess: Si alguno quiere venir en pos de m, niguese a s mismo y tome su cruz, y sgame.4 El partido, o la clase dominante que lo represente, ocupan el lugar que le corresponde a Dios. La lealtad del marxista a su causa debe estar por encima de su amor por sus seres queridos. Muchos marxistas han denunciado a sus padres y stos han perecido frente al paredn de fusilamiento. Esta actitud de ciega obediencia a un absoluto nos recuerda las palabras de Jess: El que ama a su padre o a su madre ms que a m no es digno de m; el que ama a su hijo o hija ms que a m, no es digno de m".5 Dentro de la fe cristiana la diferencia estriba en que el hombre se determina por el amor, que debe ser expresado en su mayor intensidad para Dios y en menor para los dems afectos del hombre. En el marxismo el odio al opresor es el motor de la conducta. Por lo general se odia ms al opresor que lo que se ama al oprimido. Jess anuncia que en las persecuciones venideras el hermano entregar a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarn contra los padres, y los harn morir.6 He visto de qu modo esta premonicin se cumpla en Cuba entre aquellos que no crean en Jesucristo como Seor y Salvador. Para el marxismo la produccin del hombre nuevo es resultado del trabajo del hombre genrico, mientras que para la fe cristiana la creacin del hombre nuevo es posible mediante la accin de un hombre histrico: Jesucristo. El es el modelo y nos ha enviado su Espritu Santo para que contine su ministerio sobre la tierra. Cuando el hombre se encuentra con Jesucristo, se encuentra consigo mismo, con Dios y con su prjimo. [pgina 34] A pesar de todo cuanto hemos dicho del marxismo, en l hay elementos positivos que podemos incorporar a nuestra reflexin teolgica. Ya hemos expresado que nuestra cultura es uno de los ingredientes bsicos para una reflexin teolgica pertinente a nuestra situacin. Es evidente que la filosofa marxista forma parte de nuestra cultura, ya sea para atacarla o para difundirla. Decir que debemos incorporar ciertos elementos del anlisis marxista de la realidad a nuestras reflexiones teolgicas significa aceptar conscientemente lo que ya hemos hecho en forma inconsciente. Esto no es necesariamente una adulteracin de la doctrina cristiana: significa descubrir nuevos vehculos de comunicacin del Evangelio en una cultura que ya no es la de los Evangelios. En su momento tambin lo hizo San Juan - cuando introdujo el concepto filosfico pagano del logos (palabra, verbo) en su Evangelio7 -, y San Pablo cuando predic en Atenas de la misma manera que lo hubieran hecho los filsofos estoicos y epicreos8 o cuando introdujo el concepto de soma(tomado del estoicismo vulgar y del naciente gnosticismo), para referirse a la Iglesia como el cuerpo (soma) de Cristo9. Comnmente resulta ms fcil afirmar que Freud ha hecho un aporte a la teologa pastoral que decir lo mismo sobre Marx con relacin a la teologa en general. Sin embargo, debemos aceptar conscientemente lo que s es innegable en ambos pensadores. A veces olvidamos que tambin Freud afirm ser ateo y que escribi libros antirreligiosos como Totem y tab (1913), y El futuro de una ilusin (1927). He de limitarme a enumerar algunas contribuciones indirectas del marxismo a la reflexin teolgica: l. El descubrimiento de que el Reino de Dios es el tema central de la predicacin de Jess. Recin en el siglo XX la teologa se ha ocupado seriamente del Reino de Dios en la predicacin de Jess.10 En mi opinin, la influencia inconsciente del esquema marxista es evidente. 2. El marxismo levant banderas que la Iglesia haba dejado caer y olvidado. El concepto de hombre nuevo es una de ellas. 3. La dimensin social del evangelio ha sido redescubierta en los ltimos tiempos. El nfasis exclusivo en la salvacin del alma es abandonado paulatinamente. Hoy se proclama la salvacin del hombre. Es evidente que todo lo social cabe dentro del evangelio, pero no todo el evangelio cabe dentro de lo social. 4. La teologa cristiana ha sido muy influida por el dualismo griego, de all entonces el predominio durante siglos del nfasis exclusivo en la salvacin del alma. De Platn se ha heredado cierto menosprecio por el tra4 Mateo 5 Mateo
16:24. 10:37. 6 Mateo 10:21. 7 Juan 1:114. 8 Hechos 17:2328. 9 Romanos 12; 1 Corintios 12, etc. 10 Vase mi libro La comunicacin del Evangelio en el mundo actual, el captulo V ("La evangelizacin y el Reino de Dios), especialmente pp. 110118 donde presentamos una visin panormica del Reino de Dios en la historia de la Iglesia.
bajo manual; muchos intelectuales creen que es denigrante trabajar con sus manos y que los que trabajan con sus manos son inferiores. Esa idea est tomada de la Repblica [pgina 35] de Platn, pero no tiene nada que ver con el mensaje bblico. Recuerdo que cuando asum al rectorado del Seminario Evanglico de Teologa de Matanzas (Cuba), comprob que el encargado de los sembrados haba renunciado. Haba mucho maz listo para ser cosechado y entonces ped a los estudiantes que ayudaran en la recoleccin. Recuerdo que uno de ellos me contest: Usted me ofende; yo no soy cualquier cosa, soy un estudiante de teologa. Yo tambin, le contest, y por eso voy a recoger maz con los otros estudiantes. Levantamos la cosecha sin ayuda de ese estudiante. El marxismo nos desafa a desarrollar una teologa del trabajo para nuestra situacin cambiante. En las Escrituras abunda materia prima, y nuestro contexto nos estimula. Por eso todos los que pretendamos hacer teologa en Amrica Latina debemos renunciar a la autosuficiencia y reconocer humildemente que somos estudiantes de teologa aunque tengamos un doctorado.
LA REDENCION CRISTIANA
Al comenzar este captulo nos preguntamos si hay algo que podemos hacer para contribuir a la concrecin del hombre nuevo. La respuesta psicolgica sera: S, abrirnos a la psicoterapia para superar nuestras deficiencias personales. La respuesta del esquema marxista sera: S, hay dos cosas que podemos hacer: trabajar y obedecer. La respuesta cristiana sera: S, podemos ser colaboradores de Dios para el logro de nuestra plena redencin y la concrecin del hombre nuevo. Esa colaboracin debe ser entendida en el sentido de synergoi, compaero de trabajo de Dios, como afirma San Pablo en 1 Corintios 3:9. No se trata de que el hombre logre por s mismo su redencin, como pretenden los marxistas." Sin la obra de Cristo no hay redencin para el individuo, y sin arrepentimiento del hombre tampoco. Ya hemos sealado la dimensin moral del concepto de hombre-imagen de Dios y la correlacin de este concepto con el de hombre nuevo. Podemos colaborar con nuestra redencin horizontal si tomamos a Jesucristo como modelo de humanidad, ofrecindole absoluta lealtad, confiando plenamente en l, obedeciendo sus mandatos y comprometindonos en la extensin de su Reino. En el Nuevo Testamento la redencin aparece como un proceso dialctico que marcha hacia su consumacin. Esta dialctica se expresa a travs de la tensin entre lo que ya se tiene y lo que todava falta. En la Epstola a los Efesios se manifiesta con mucha claridad en la aparente contradiccin entre 1:7 y 4:30. En el primer pasaje la redencin es una realidad poseda, y en el segundo una meta que alcanzar. Efesios 1:7 se refiere a los aspectos verticales de la redencin: reconciliacin con Dios, perdn de los pecados, vida eterna. En este sentido el creyente puede alcanzar la absoluta certeza de su redencin por la fe en Jesucristo y el arrepentimiento del pecado. Por el contrario, en la dimensin horizontal de la redencin - que se refiere a la liberacin histrica del hombre de situaciones esclavizantes en la vida cotidiana - sta no se logra en forma [pgina 36] instantnea. Mientras exista algo que impida o retarde la plena realizacin humana, la redencin cristiana aun no se ha consumado. La dimensin horizontal de la redencin cristiana surge en la Biblia a travs de los conceptos de Jesucristo como imagen de Dios, segundo Adn, hombre nuevo y hombre perfecto. La redencin se concreta a medida que el hombre nuevo se hace real en la vida del creyente. La redencin, en su dimensin horizontal, tiene que ver con la totalidad de la vida del hombre. Un diagrama ha de servirnos para representar algunas de las reas de la redencin cristiana. Las cinco reas unidas arriba son el producto del contacto con Dios. Es evidente que este esquema es vlido slo para la dimensin horizontal; la vertical no necesita representacin grfica para su clara comprensin.
rea de las relaciones interpersonales afectivas. Este tipo de relaciones se expresa en dos maneras: con
Dios y con el prjimo. La persona necesita para vivir del afecto tanto como del oxgeno. La cantidad de oxgeno del aire debe mantenerse equilibrada, ya que si falta o sobreabunda morimos. El amor tambin lo necesitamos en adecuado equilibrio; el amor no debe ser sobreprotector ni descuidado sino equilibrado. Es fundamental que la familia cristiana viva en la atmsfera de un autntico amor para que sus miembros puedan desarrollarse mentalmente sanos y espiritualmente cultivados. Hay muchos cristianos que conciben la redencin cristiana slo a nivel vertical y en forma individualista, sin darse cuenta de que causan serios daos a su familia; despus se lamentan de tener familiares inconversos y alrgicos al Evangelio! Las buenas intenciones no son suficientes. La accin redentora de Dios en este [pgina 37] campo se manifiesta de muchas maneras; el asesoramiento pastoral es una creciente necesidad en nuestro medio. Area del equilibrio personal. Como en la anterior, la psicologa pastoral puede hacer aqu un gran aporte; su contribucin a la redencin no est reida con este aspecto de la plena realizacin de la vida humana en Jesucristo. El cristiano es un ser humano, no un ser sobrenatural, por lo tanto tiene que encarar situaciones conflictivas externas y tensiones internas debidas a su dificultad para equilibrar las fuerzas contradictorias que luchan dentro de s. Conozco cristianos que disfrutan plenamente de la dimensin vertical de la redencin; saben que Dios les ha perdonado sus pecados, pero no logran alcanzar el equilibrio personal porque son incapaces de perdonarse. La redencin cristiana - en lo que se refiere al equilibrio personal -, es inalcanzable hasta que el creyente haya logrado liberarse del sentimiento de culpa inconsciente." Area de la moral. Est ntimamente relacionada con la segunda. Es muy difcil establecer una clara lnea demarcatoria entre ambas. Ya hemos visto la importancia de la dimensin moral para la concrecin del hombre nuevo. Mientras que el hombre sigue sujeto al pecado, la plena redencin para el aqu y el ahora est muy lejos de realizarse; tanto en el nivel vertical como en el horizontal, nuestras acciones pecaminosas nos afectan y daan a los dems. En el Nuevo Testamento el concepto de hombre nuevo se presenta siempre dentro de un contexto tico-moral. La redencin tiene que ver, necesariamente, con nuestra manera de encarar la vida: necesitamos entonces una tica cristiana que sirva de orientacin a los creyentes para la convivencia edificante y el testimonio en un mundo que cambia y marcha hacia un maana incierto. Area de las necesidades socio-polticas y econmicas. En algunos casos particulares la buena nueva para el individuo es el ofrecimiento de un buen empleo que le brinde seguridades que antes nunca tuvo o que ha perdido. Pero pecaramos de simplistas y reduccionistas si creyramos que la redencin se agota en lo socioeconmico y poltico. Al leer estas pginas, ms de uno podr preguntarse, qu tiene que ver la poltica con la redencin? Cuando se habla de poltica suele haber un problema semntica ya que se barajan muchos significados diferentes para una sola palabra. Las relaciones interpersonales y el inters mutuo nos conducen necesariamente a la poltica. Cuando reflexionamos sobre la forma en que unas personas se relacionan con otras en un mundo que en menos de treinta aos duplicar su poblacin; cuando tomamos en serio el problema del hambre en toda su gravedad; cuando calculamos las viviendas que necesitarn las nuevas generaciones, sumadas a las que ya estn haciendo falta, estamos pensando polticamente y nos urge actuar en ese sentido. No vale la pena dedicar espacio a discusiones bizantinas; millones de nios siguen naciendo y la longevidad se prolonga. Es evidente que las estructuras socio-econmicas y polticas sern reventadas por el crecimiento de la poblacin as como el agua, al parecer poco [pgina 38] consistente, revienta las caeras cuando llega el fro. Un nuevo orden, seguramente diferente al de las dos potencias que hoy se disputan el mundo, habr de surgir necesariamente. Los cristianos debemos estar alertas para descubrir la accin de Dios y as hacer nuestro aporte. La redencin del individuo y de la sociedad ha de conducirnos al tipo de madurez humana que necesitamos. S, tambin el cristiano necesita madurez poltica para hacer su aporte a la obra redentora de Dios, a travs de su ministerio. Necesitamos madurar dentro de cada una de las cinco reas de la redencin que hemos bosquejado. Son igualmente importantes, y la redencin cristiana no se consumar hasta que todo el hombre y todos los hombres hayamos logrado el completamiento de nuestra condicin humana segn el modelo de Jesucristo.
PARA REFLEXIONAR
Es evidente que nuestro contexto cultural influye sobre nuestras decisiones y acciones; por ejemplo, nuestra sociedad competitiva favorece el individualismo que dificulta la integracin de las parejas en el matrimonio.
La difcil situacin econmica, las tensiones psicolgicas y los medios masivos de comunicacin - que no siempre se utilizan adecuadamente -, contribuyen a que la familia tipo se vea envuelta en situaciones difciles. Puesto que la familia es el fundamento de la sociedad humana, debe ocupar un lugar central en la reflexin y la accin teolgica pastoral. l. Hasta qu punto la Psicologa puede ayudar en los aspectos horizontales de la redencin? Cules son los lmites? 2. Hasta qu punto el enfoque marxista de la realidad puede ayudarnos a comprender aspectos de la redencin horizontal? Cules son los peligros de tal ayuda? 3. Por qu - para la mayora de los cristianos -, resulta ms fcil aceptar el aporte de Freud que el de Marx a la reflexin teolgico actual, si ambos han profesado el atesmo? 4. Qu elementos bblicos serviran como materia prima para elaborar una teologa del trabajo? 5. Qu elementos podran aadirse a los presentados en este captulo sobre las cinco reas de la redencin horizontal? Qu otras reas deberan ser incluidas? 6. [pgina 39] Cmo debera ser un sistema socioeconmico y poltico que interprete la totalidad de la redencin cristiana?
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4:8. 1:1213; 4:22. 3 Efesios 4:1. 4 Filipenses 4:1 3. 5 Hechos 9:119; 22:616; 26:1218. 6 Filipenses 1:6. 7 Juan 1:1213; 3:121.
Esa realidad puede ser aceptada o rechazada a nivel intelectual, pero a nivel vivencias es incuestionable. El encuentro con Dios no es una reaccin qumica que podemos producir a voluntad en cualquier momento o lugar ni se puede estimular por medio de una inyeccin o un comprimido; para encontrar a Dios hay que buscarlo, lo cul resulta fcil porque l nos est buscando antes de que iniciemos nuestra bsqueda. 2. El hombre nuevo es alguien que ora. Jesucristo es el hombre nuevo, el modelo de humanidad, y en su vida terrenal fue un hombre de oracin. No tom decisiones importantes sin previamente entregarse a largos perodos de oracin. Antes de comenzar su ministerio pas cuarenta das en oracin en el desierto;8 no escogi a sus discpulos hasta despus de largo tiempo en oracin,9 y como saba que su ministerio habra de culminar con la muerte de cruz y no ignoraba cun dura habra de ser esa prueba, se prepar adecuadamente en oracin.10 Si el segundo Adn, Hombre Nuevo, Imagen de Dios y Hombre Perfecto or para recibir de Dios el poder necesario con que encarar su difcil ministerio, cmo pretendemos nosotros alcanzar la meta del hombre nuevo sin una adecuada vida de oracin? Si Jess or intensamente hasta descubrir la voluntad de Dios para ajustarse a ella, cmo pretender concretar en nosotros el hombre nuevo sin antes buscar la voluntad de Dios para nuestras vidas sino insistiendo en nuestra [pgina 42] propia voluntad? Si Jess or por amor al Padre para gozarse en comunin con l, cmo pretender alcanzar la novedad de vida sin colocar a Dios en el pinculo de nuestra vida afectiva? Jesucristo es nuestro modelo: nos conduce necesariamente a una vida de oracin. La oracin es la respiracin de la vida espiritual del hombre nuevo. Por cuanto hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, la oracin es inherente al hombre, quien intuye lo Trascendente y se siente impulsado a comunicarse con el Creador. Psicolgicamente hablando, la oracin es el hambre psquica de una humanidad diferente, el hambre de hombre nuevo. La oracin es el resultado de nuestra comprensin de lo que somos y del ansia por alcanzar lo que debemos ser mediante la gracia de Dios. La oracin es indispensable para la concrecin del hombre nuevo porque ste es necesariamente un lder cristiano, y es la experiencia de la presencia de Dios lo que convierte a una persona comn en un lder cristiano. La oracin es la esencia de la religin, ya que si falta el sentido de la presencia de Dios en oracin, no existe religin; puede haber ideologas, costumbres religiosas, pero no fe. Hoy, en nuestro mundo llamado occidental y cristiano, hay muchos que hablan acerca de Dios, algunos que hablan a Dios y muy pocos que hablan con Dios. Slo cuando se tiene el sentido de su presencia puede hablarse con Dios. El hombre nuevo es aqul que transita por un camino de doble mano en la vida espiritual: es alguien que habla con Dios y lo escucha. La vida de oracin debe darse en aislamiento y comunicacin; en vida mstica y en trabajo fecundo en bien de los dems. La vida de oracin del hombre que ansa ser un hombre nuevo, debe pasar por tres etapas. La primera es una etapa de recogimiento y contemplacin; la segunda de meditacin y comunin; la tercera, de xtasis. Personalmente he asumido muy en serio el esfuerzo para concretar el hombre nuevo en mi vida, por eso considero que la oracin es uno de los factores fundamentales para alcanzar esa meta. Estas tres etapas son producto de mi propia experiencia personal antes que el resultado de la mera especulacin teolgico; por otra parte, de ningn modo excluyen otros aspectos de la vida de oracin, como la alabanza, la confesin, la peticin, la intercesin, etc. El recogimiento es la fase previa a la oracin, la preparacin psquica para poder entregarnos plenamente a la oracin. Dicho de otra manera, es la invitacin al inconsciente a entregarse a la oracin. Este estado preparatorio no es la oracin en s misma; uno puede lograrlo mientras camina o conduce, y con los ojos bien abiertos. El contacto con la naturaleza es una gran ayuda. A veces ni nos damos cuenta de que en las plazas de las ciudades hay rboles y pajarillos que cantan, pero cuando nos encontramos en estado de recogimiento tenemos una mayor capacidad receptiva y caminamos ms despacio. Entre la contemplacin y el recogimiento no hay una clara lnea de demarcacin, pero la contemplacin contribuye a desarrollar la capacidad perceptiva y entonces uno se da cuenta de la grandeza de la Creacin y de su propia pequeez. Gracias [pgina 43] a la contemplacin el creyente se abre hacia afuera y se enriquece; toma conciencia de la grandeza de Dios que percibe con sus ojos; su vida interior se regocija y se emociona por el privilegio de comunicarse con el Creador. La segunda etapa tambin consta de dos momentos muy similares entre s: la meditacin y la comunin. Durante la meditacin el creyente vuelca su reflexin hacia adentro; reflexiona sobre lo que es y sobre lo que debera ser segn el modelo que Dios nos ha dado en Jesucristo. Sin caer en la angustia ni en la frustracin acepta su realidad existencias, agradece a Dios por los progresos logrados en el pasado y hasta ese momento y ruega que el poder del Espritu Santo le permita seguir creciendo hacia la meta. La comunin viene tras la
8 Mateo 9 Lucas
meditacin: uno se queda frente a la presencia de Dios, sin pedir nada, ni perdn ni poder, simplemente gozndose con su compaa. La etapa final, que he logrado muy pocas veces, es ms fcil de experimentar que de explicar. Es un estado de xtasis en que se pierde el sentido del espacio, del tiempo y de la ubicacin. No es un estado de autohipnosis (conozco ambas experiencias y las diferencias son bien evidentes); es algo que no s cmo definir pero que s que es. Despus de esta experiencia sobreviene por varias horas un estado de bienestar, una sensacin de gozo inefable. 3. El hombre nuevo es una persona moral. Ya hemos comentado que en la Biblia el concepto de hombre nuevo aparece siempre dentro de un contexto tico-moral. El concepto de hombre como imagen de Dios semejante al de hombre nuevo -, presupone la moralidad inherente a la humanidad, segn la intencin original de Dios. Por cuanto es un ser perfecto, Dios es un ser moral, y su imagen en el hombre tambin debe ser moral para que ste sea plenamente hombre. Jess, en el contexto tico del Sermn de la montaa, nos dice: Sed hombres como Dios es Dios,11 es decir, sed morales como Dios es moral. Ser moral (perfecto), es ser hombre. En la Epstola a los Efesios, despus de tres captulos sobre la unidad de la Iglesia aparecen otros tres captulos referidos a la prctica de la vida cristiana. En Efesios 4:1213, 2224, hay una serie de reflexiones sobre el hombre nuevo enmarcadas por principios de la tica cristiana. (Los dos siguientes captulos de Efesios se ocupan de la familia cristiana y de la lucha que el creyente tiene que librar contra las fuerzas del mal). He dicho que moralismo no es lo mismo que moralidad. Los moralismos son relativos, pero la moralidad es absoluta porque tiene que ver con la esencia del ser humano. La moralidad no consiste solamente en someterse a las leyes humanas porque, a la luz de Jesucristo, stas pueden ser injustas. La moralidad tampoco consiste en someterse a las costumbres de una denominacin religiosa - algunas de las cuales tienen mucho legalismo y poco amor -, sino en someterse al imperativo moral del Evangelio grabado en nuestra propia naturaleza como imagen de Dios. Recuerdo un matrimonio amigo, por cierto buenos creyentes, que conoc hace algunos aos en Francia; haban viajado a su pas de origen casi un ao antes que nosotros. Recuerdo que la seora trajo a casa una cajita con [pgina 44] aretes y collares y le dijo a mi esposa: Te dejo todo esto que he usado y aprecio mucho porque no puedo llevarlos a mi pas; en mi iglesia yo sera motivo de escndalo, si los usara; como no quiero ser piedra de tropiezo para mis hermanos, te los regalo. Es evidente que esta amiga no crea que fuera pecaminoso usar esos adornos, pues no contribuan ni a la moralidad ni a la inmoralidad; pero el moralismo de su congregacin la estaba obligando a actuar en forma inautntica, a presentarse en forma diferente de lo que deseara a la luz de su comprensin del Evangelio. Tengo mucho respeto por cualquier cristiano que deja de comer o de beber o de utilizar determinadas vestimentas por causa de una conviccin religiosa, aun cuando no comparta su idea. Lo que resulta muy lamentable es que un cristiano renuncie a s mismo, a su conviccin cristiana, sin estar convencido de que el imperativo viene de Dios. Una comunidad religiosa puede convertirse en un grupo psquicamente enfermo y enfermante. El hombre nuevo es alguien que toma en serio la moralidad y no se somete a los moralismos humanos. Mucho ms grave es la simulacin y la hipocresa. Por ese camino difcilmente se arribe a la concrecin del hombre nuevo. La moralidad se basa en el amor y no en el temor. Si me amis, guardad mis mandamientos, dice el Seor.12 El amor es la dinmica de la moralidad del hombre nuevo. El Evangelio no es un nuevo legalismo. Las listas de pecados que presenta San Pablo cuando anuncia que los que practican tales cosas no heredarn el Reino de Dios, no tienen nada de original; listas similares haba en su tiempo redactadas por filsofos anticristianos. Uno es cristiano no porque se porte bien, pero se porta bien porque es cristiano. El Nuevo Testamento procura una vida moral, pero la vida moral no nos convierte en hombres nuevos. Es la lealtad a la persona de Jesucristo y nuestra fe en l lo que nos hace cristianos y nos permite imitarlo como modelo de humanidad. Cuando el hombre sea capaz de vivir en amor no necesitar caminar con muletas morales. El amor, afirma San Pablo, no hace mal al prjimo; as que el cumplimiento de la ley es el amor.13 Uno de los grandes problemas contemporneos es la terrible crisis moral que embarga al mundo. La sociedad inmoral en que vivimos hace necesario que los cristianos luchemos con firmeza por un nuevo orden moral. La moralidad personal y social es indispensable. La moralidad es un ingrediente fundamental del hombre nuevo y de la nueva humanidad. 4. El hombre nuevo es alguien que se compromete con la dimensin social del evangelio. El hombre nuevo, si bien madura a travs de una experiencia individual, no es individualista; se expresa en comunidad. La renovacin del hombre es parte de la renovacin de toda la humanidad; en mi renovacin se renueva parte de la humanidad y debo procurar la plena realizacin humana para los dems.
11 Mateo 12 Juan
El cristianismo no es una ideologa; es una manera de encarar la vida a partir del encuentro con Jesucristo y la comunin con l. Tampoco es un sistema, humanista; es una valoracin realista del hombre a la luz del precio que Jess pag por cada ser humano en la cruz del Calvario. [pgina 45] Habiendo interpretado fielmente a Jesucristo, San Pablo no poda aceptar la inferioridad de algunos seres humanos y la superioridad de otros por razn de sexo, raza, status socio-econmico o poltico. Analicemos brevemente la evolucin de su reflexin teolgico segn el orden cronolgico de sus epstolas. En Glatas afirma que toda persona que ha sido bautizada en Cristo ha sido revestida de Cristo y, por lo tanto, ya no hay judo ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varn ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jess.14 Esta afirmacin, dirigida a las iglesias de la zona central de lo que hoy es Turqua, es muy semejante a la que hace posteriormente a la Iglesia de Corinto, en el centro de Grecia. La esclavitud era moneda corriente en la antigedad greco-romana, y entre los convertidos al cristianismo haba muchos esclavos que, al igual que cualquier otro esclavo en cualquier tiempo, ansiaban su libertad. El apstol sabe que Jesucristo llama al esclavo y, al convertirlo, lo hace libre. Todo creyente es un esclavo de Cristo por lo tanto no debe hacerse esclavo de los hombres.15 En el captulo doce de 1 Corintios, San Pablo reflexiona sobre la Iglesia como cuerpo de Cristo: cada cristiano es un miembro del cuerpo, vivificado por el Espritu Santo. Los que se integran al Cuerpo de Cristo se encuentran en una nueva situacin que va ms all de raza y status: Porque por el slo Espritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espritu.16 Su esquema de reflexin no cambia en las epstolas de la cautividad; lo que cambia es su estrategia. No debemos olvidar que Efesios, Colosenses, Filipenses y Filemn son cartas escritas por un hombre preso en una crcel romana. Tampoco debemos olvidar que el imperio romano era el principal promotor de la horrible institucin de la esclavitud - el fracaso de Espartaco haba mostrado la dificultad para vencer el monoltico orden establecido que estaba deshumanizando a buena parte de la poblacin -. Para comprender la estrategia de San Pablo en funcin de la humanizacin del hombre segn el modelo de Jesucristo, es indispensable que nos ubiquemos en el contexto del siglo I. No slo los esclavos eran deshumanizados, tambin lo eran las esposas y los hijos; al referirse a los deberes del padre de familia y a los derechos de la esposa y de los hijos, San Pablo estaba haciendo una revolucin.17 El esclavo es incluido, en ambas epstolas, como un miembro de la familia y entra en la misma relacin de deberes y derechos que los dems familiares.. La epstola a Filemn trata nicamente el problema de la esclavitud. Onsimo, el esclavo, se convierte en hijo espiritual de San Pablo y en hermano de Filemn, su antiguo amo. Un esclavo fugado poda ser legalmente torturado hasta la muerte para el escarmiento de los dems esclavos. Pero cuando las leyes humanas son injustas el cristiano tiene que ir ms all de ellas. San Pablo le pide a Filemn que reciba a Onsimo como a un hermano en Cristo y se compromete a pagar todo lo que aqul le haya robado, si es que Filemn insiste en cobrar la deuda. [pgina 46] Uno puede imaginar la profundidad de la fe del esclavo que vuelve a la casa de su antiguo opresor con la seguridad de que ste - que tambin ha sido ganado para Cristo bajo el ministerio del apstol , ha de recibirlo no ya como esclavo sino como a un hermano en Jesucristo. El hecho de que la Carta se haya conservado hasta el da de hoy es prueba evidente de que Filemn acept a Onsimo como a un hermano en Cristo. Si le hubiera dado muerte se habra cuidado de destruir el documento. Este documento fue tan valioso que la iglesia primitiva no consider a los esclavos como seres inferiores. Segn la tradicin eclesistica, Onsimo se destac como un gran lder cristiano y lleg a ser obispo. San Pablo fue un cristiano que se esforz por alcanzar la plena novedad de vida. Su preocupacin por poner en prctica la dimensin humana y social del Evangelio, para la redencin de todo el hombre y de todos los deberes, debe servirnos de ejemplo. El cristiano que hoy vive una situacin social muy diferente de la de San Pablo debe, al igual que el apstol, interpretar a Jesucristo, el hombre nuevo, para aplicar sus enseanzas a nuestra situacin actual. Cuando el cristiano procura el logro del completamiento de la condicin humana de los dems se enriquece a s mismo y crece espiritualmente. El cristiano, para ser fiel al Evangelio, no puede olvidarse de los dems seres humanos. Hay una dignidad inherente a la persona humana porque sta es imagen de Dios y porque la muerte de Cristo en la Cruz ha eliminado objetivamente las consecuencias del pecado que la haba deteriorado.
14 Glatas 15 1
3:28. Corintios 7:2123. 16 1 Corintios 12:13. 17 Vase Efesios 5:2529; 6:19 y Colosenses 3:184: l.
Ante Dios todo hombre es digno de alcanzar su plena realizacin, y tambin debe serlo ante cada ser humano, especialmente ante cada cristiano. La explotacin de otro hombre no trae corno nica consecuencia la deshumanizaci6n del explotado, tambin deshumaniza al explotador. La redencin cristiana, tal como la hemos presentado en el captulo anterior, se refiere a la totalidad de la vida. El hombre nuevo se preocupa y se ocupa - colaborando con Dios -, para que todo ser humano se beneficie con la redenci6n integral en Cristo. Al hacerlo ayuda a otros y se edifica a s mismo para acercarse a su meta de realizacin humana en Jesucristo. Las cuatro caractersticas del hombre nuevo que hemos presentado - encuentro con Dios, vida de oracin, vida moral y preocupacin social -, no agotan los factores que intervienen en la concrecin del hombre nuevo. Sin entrar a desarrollar otros factores, nos limitamos a mencionar algunas ideas fundamentales. 1. El hombre nuevo es alguien que espera la magnificacin de Cristo en su cuerpo.18 Acrecentar a Cristo en el cuerpo significa tener. una jerarqua de valores en funcin de Jesucristo.19 Acrecentar a Cristo significa contribuir al completamiento de nuestra salvacin y la de otros en todos los aspectos de la [pgina 47] vida.20 Acrecentar a Cristo en nuestro cuerpo significa asumir la responsabilidad de ser luminares en el mundo que vive en tinieblas.21 Slo podemos iluminar cuando recibimos la luz de Cristo. El cristiano puede reflejar la luz de Cristo como la luna alumbra con una luz que no le es propia. El nuevo hombre refleja en su vida a Cristo como la luna refleja la luz del sol.
2. El hombre nuevo es alguien que encara valientemente la oposicin.22 3. El hombre nuevo es alguien que est dispuesto a padecer por Jesucristo.23
Quiera el Seor que estas reflexiones sean tiles para que el lector pueda tomar sus propias decisiones.
18 Vase
Filipenses 1:20. Filipenses 3:8. 20 Vase Filipenses 1:12 21 Filipenses 2:15. 22 Vase Filipenses 1:28; 3:18. 23 Vase Filipenses 1:29.
19 Vase
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1 Mateo
Ignoro que algn grupo de cristianos se est moviendo en este sentido. En mi peregrinaje hacia la concrecin del hombre nuevo me interesa lograr esta segunda experiencia carismtica paulina.5 Como todo ser humano, San Pablo debi de tener sus conflictos y sus luchas personales para ajustar su vida a los principios ticos del Evangelio. El captulo 7 de la epstola a los Romanos se refiere a un aguijn en su carne. La palabra griega que se traduce por aguijn significa una porcin de madera puntiaguda, estaca clavada, espina. El verbo abofetear bien podra traducirse por dar golpes de puo. Basta analizar estas dos palabras del relato paulino para comprender la magnitud de su conflicto. A la luz de Glatas 4:13 15, algunos estudiosos de la Biblia afirman que la espina en la carne de San Pablo era una enfermedad de la vista. De haber sido as, en los casi veinte aos que transcurrieron entre la redaccin de Glatas y 2 Timoteo el apstol debi haberse referido de nuevo a su terrible enfermedad que debi de agravarse con el tiempo. En el supuesto caso de que hubiera sido sanado por un milagro divino, difcilmente lo habra silenciado en sus epstolas. Es lgico que en nuestra cultura, donde se desarrollan imgenes idealizadas de los santos y se magnfica la gravedad de los pecados sexuales con relacin a los del espritu y a los sociales, se haya pensado en el aguijn de San Pablo como un problema fsico. No [pgina 50] obstante, Romanos 7:725 se refiere a las dificultades del apstol para ajustar su conducta al ideal moral evanglico. Las especulaciones sobre la enfermedad de San Pablo son muy variadas: la de la vista es la ms corriente. No he encontrado una sola teora que sugiera un problema fsico. Sin embargo, yo creo que -a la luz de Romanos 7-, debemos pensar en un problema humano no fsico. Sugiero la evidencia de un conflicto afectivo-sexual, el ms comn entre los seres humanos. San Pablo, por haber sido miembro del Sanedrn judo debi de estar casado;6 reconoce su derecho a traer con l una mujer por esposa, como lo hacan los apstoles, los hermanos del Seor y Cefas,7 pero no procur otra esposa. Sin embargo, todo parece indicar que conoci la excelencia de la vida sexual; por ejemplo, manifiesta que a travs de la esposa el cnyuge inconverso puede participar del estar en Cristo de su pareja.8 De la misma manera, el hombre que tiene relaciones sexuales con una ramera se hace solidario - por la intimidad de esa relacin humana -, con todo el pecado de la mujer prostituta.9 Si San Pablo padeci un conflicto afectivo-sexual (viudez, adulterio de su esposa, dificultad para canalizar su libido insatisfecha, impotencia sexual, etc.), o no, lo cierto es que, a pesar de todo, se mantuvo en una lnea de crecimiento integral. Cuando escribe su ltima epstola se siente victorioso: se considera como un soldado que ha ganado una guerra que no ha sido fcil, como un atleta que ha vencido en reida competicin, en fin, como un cristiano que ha logrado conservar su fe a pesar de los conflictos internos y externos que ha debido encarar.10 No contamos con informacin suficiente sobre la vida moral del apstol, pero, en lneas generales, podemos afirmar que se esforz por vivir una vida acorde con la tica cristiana y que al final de su existencia lo haba logrado plenamente. San Pablo tambin presenta en su propia vida personal la cuarta caracterstica para la concrecin del hombre nuevo: tuvo una profunda preocupacin social, y as lo manifest siempre en sus reflexiones teolgicas, por ejemplo, cuando se refera al hombre nuevo en sentido comunitario,11 ya que no considera a la nueva humanidad como una experiencia exclusivamente individual. Como he sealado antes, el hombre puede ser hombre nuevo slo en la forma que el rbol puede ser bosque sin dejar de ser rbol, en comunidad. En el captulo anterior he explicitado ampliamente el compromiso de San Pablo con la dimensin social del Evangelio. Por esa razn no he de detenerme en esa rea de reflexin. Utilizar muy poco espacio ms para referirme a las otras tres caractersticas del hombre nuevo que San Pablo asume plenamente." Me limitar a mencionar dos caractersticas.14 San Pablo logra el completamiento de su condicin humana cuando crucifica su orgullo y hace posible el surgimiento de la humildad. Por otra parte, realiza su actividad misionera y evangelizadora sin esperar que se concrete el hombre nuevo que ansa: el apstol comparte a Jesucristo desde el inicio mismo de su vida cristiana, ya que la vida espiritual se recibe cuando se da. Estas caractersticas que encontramos en la vida de San Pablo estn al alcance del cristiano comn que desee colocarse plenamente en las manos de Dios.
el captulo anterior he hablado de mis propias experiencias espirituales, entre ellas el xtasis.Creo que esta experiencia involucro tres momentos: primero sobreviene la prdida de sentido de espacio y tiempo; luego uno se siente "como arrebatado al paraso", con una nueva comprensin del espacio y del tiempo; finalmente, uno "escucha palabras inefables (akuoteulalia) que el hombre no puede expresar. 6 Hechos 26:10. 7 1 Corintios 9:5. 8 1 Corintios 7:1214. 9 1 Corintios 6:1516. 10 2 Timoteo 4:78. 11 Efesios2:15. 14 Vase mi obra La comunicacin del Evangelio en el mundo actual, pp. 47s.
5 En
[pgina 51] Pasemos ahora a describir el proceso de crecimiento hacia el hombre nuevo segn el testimonio del propio apstol. Nos ocuparemos de tres pasajes fundamentales que muestran con claridad su ascenso espiritual. El primer pasaje a considerar es Romanos 7:725. Debemos tener en cuenta que esta epstola se escribe cuando el apstol considera que su misin evangelizadora en la parte oriental de Europa haba arraigado lo suficiente como para comenzar la misma tarea en la parte occidental. Anuncia a los cristianos de Roma que los visitar de paso para Espaa.15 Esta carta se escribe aproximadamente en el ao 58. En Romanos 7:725 el apstol desnuda su alma frente a sus hermanos en Cristo. Confiesa sus luchas internas y su confianza en Jesucristo.16 En Filipenses 3:131 4 afirma su disposicin a seguir el camino de su completamiento en Cristo. Para la ubicacin del lector en cuanto al crecimiento personal de San Pablo, es bueno tener en cuenta que esta epstola fue escrita entre los aos 61 y 63. La ltima epstola paulina, escrita probablemente en el ao 67, muestra que el autor ha llegado a la culminacin de su peregrinaje hacia la plenitud de la condicin humana: He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo dems me est guardada la corona de justicia, la cual me dar el Seor, juez justo, en aquel da"17 El hombre nuevo no es utpico, es una experiencia en curso de realizacin. Jesucristo, nuestro Seor, no nos conduce por el camino de frustracin cuando nos invita a alcanzar la perfeccin humana, as como Dios posee la perfeccin divina.18 El hecho de que por lo menos un hombre de la Biblia la haya alcanzado constituye en s un desafo a cada ser humano. Es en ese sentido que San Pablo invita a los hermanos en Cristo - tambin nosotros -: Sed imitadores de m, as como yo soy de Cristo.19 El mundo necesita hoy una nueva humanidad... Acepta el desafo a que comience por usted?
15 Romanos 16 Algunos
15:24. interpretan que en este pasaje San Pablo se refiere a su vida previa a la conversin. Sin embargo, no hay nada que indique hacia el pasado del apstol. Esta interpretacin fuerza el texto bblico y le hace decir lo que no quiere. Vase mi obra Psicologa pastoral para todos los cristianos (5a. ed.), pp. 117s. 17 2 Timoteo 4:78. 18 Mateo 5:48. 19 1 Corintios 11: l. Vase tambin Filipenses 3:17; 1 Tesalonicenses 1:6; 2:14; 1 Corintios 4:16 y 2 Tesalonicenses 3:7