Gustavo Bueno, Identidad y Unidad (2), El Catoblepas 120 - 2, 2012

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Gustavo Bueno, Identidad y Unidad (2), El Catoblepas 120:2, 2012

Separata de la revista El Catoblepas ISSN 1579-3974 publicada por Ndulo Materialista nodulo.org impresa el lunes 11 de febrero de 2013 desde: http://www.nodulo.org/ec/2012/n120p02.htm

El Catoblepas nmero 120 febrero 2012 pgina 2

Identidad y Unidad (2)


Gustavo Bueno
Se ensaya en este rasguo la exposicin de las ms importantes diferencias y analogas que, desde las coordenadas del materialismo filosfico, cabra establecer entre las ideas de Unidad y de Identidad 123

2. Tratamiento referencial-materialista del anlisis de las ideas de Unidad y de Identidad


1. Hemos vinculado la (aparente) imparcialidad o neutralidad de la Metafsica general, como Ciencia del Ser, respecto de los partidismos o particularismos suscitados en torno a las referencias (siempre irrelevantes), precisamente al carcter jorismtico atribuido al Ser comn y a la supuesta capacidad del entendimiento humano cuando ha alcanzado el tercer grado de abstraccin de materia, para penetrar directamente, al margen de cualquier referencia, en el anlisis del ser comn, como objeto formal quod del entendimiento. Anlisis que la metafsica general llevara a cabo sin necesidad de ms apoyos que los que le ofrece su capacidad para internarse en su propio objeto formal quo, el Ser en cuanto primum cognitum suyo (y tanto en el terreno gentico como en el terreno estructural). Pero lo que queremos impugnar aqu son las pretensiones de imparcialidad o neutralidad de la Metafsica general cuando afirma que sus resultados derivan de ese primum cognitum trascendental. Lo que impugnamos es que la Metafsica general de la tradicin escolstica (en el sentido ms amplio considerado, que incluye a la Analtica trascendental kantiana y a la Lgica hegeliana) se haya mantenido de hecho, en sus anlisis, en el terreno del Ser trascendental. Un ser jorismtico, sin referencias, pero capaz de desplegarse en modulaciones internas que conducen a los atributos trascendentales (tales como la Unidad o la Identidad). La impugnacin, tal como la entendemos, habra que llevarla a cabo, no mediante la mera apelacin a otras
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metodologas alternativas no referencialistas, sino, ad hominem, mostrando cmo, de hecho, los supuestos anlisis trascendentales escolsticos presuponen, y no a ttulo de meros ejemplos, referenciales o pseudoreferenciales (tales como ngeles, arcngeles, personas divinas o sustancias aristotlicas), asumindolos como modelos o cnones ontolgicos irrevocables. Es decir, referenciales o modelos asumidos tambin, de modo partidista, como hechos o principios positivos (por ejemplo, de la Teologa positiva). Si este fuera el caso no cabra seguir hablando de la imparcialidad o de la neutralidad de la Metafsica del Ser respecto de las alternativas o disyuntivas vinculadas a unas referencias que estuvieran por encima de las contraposiciones entre el espiritualismo y el materialismo, o del tesmo y el atesmo, &c. Y de aqu concluiramos que la clave de las diferencias metodolgicas entre el anlisis escolstico de la Identidad y de la Unidad y el anlisis materialista no habra que ponerlas tanto en la supuesta imparcialidad o neutralidad de las primeras (una neutralidad que se haba logrado por la trascendentalidad del Ser) frente al partidismo de las segundas. Dicho de otro modo: la llamada Metafsica general no sera otra cosa sino una recuperacin de la Metafsica especial (de la Psicologa racional, de la Cosmologa racional y de la Teologa racional; ms an, de la Teologa dogmtica trinitaria cristiana o de la Teologa unitarista juda o musulmana). La llamada Metafsica general de los judos, cristianos o moros como despus la Metafsica general de los alemanes o de los ingleses, o de los mayas o de los aztecas sera una recuperacin de sus respectivos principios metafsicos especiales (la Trinidad cristiana, el Ser absoluto judo o musulmn, el Dasein ario, el Zen oriental o la Pacha Mama indoamericana), revestidos de unos conceptos orientados a subrayar los componentes comunes que permitan mantener, en nombre de un humanismo universal, en coexistencia pacfica, a todos los referenciales particulares posibles, y, en especial, los referenciales propios de cada una de las llamadas, desde Max Mller, religiones del libro. 2. Unas breves ilustraciones de esta tesis acerca del partidismo oculto de la Metafsica general: 1) La unidad, como propiedad trascendental del ente, se defina por la indivisin del ente en s mismo y por la distincin de cualquier otro. Surez matizaba (Disputacin 4, 1, 16-17) que la distincin respecto de otro no entraba formalmente en la razn de la unidad, aunque conviene a lo nico como consecuencia necesaria. Balmes se acogi de hecho a esta sentencia: En las escuelas se defina algunas veces lo uno: ens indivisum in se, et divisum ab aliis ; la primera parte parece muy exacta con tal que por indivisin no se entienda no separacin, sino indistincin; pero la segunda la considero cuando menos redundante. Si no existiese ms que un ser solo y simplicsimo, no dejara de ser uno, y, sin embargo, no se le podra aplicar el que estuviese dividido de los otros: divisum ab aliis . No habiendo otros, no habra la divisin de ellos. Luego este miembro de la definicin es redundante (Filosofa fundamental, libro VI, 9). Parece evidente que esta sentencia de la metafsica general presupone la tesis de que lo uno o la unidad se divide en dos tipos, la unidad de simplicidad y la unidad de composicin. Pero la unidad de simplicidad absoluta (la que no contiene siquiera la composicin de potencia y acto) solamente comprende (como referencia metafsica) al Acto puro aristotlico y, en otro orden, a las formas separadas (de los compuestos hilemrficos) que permiten definir ciertos entes simples y, por tanto, con posibilidad de especiacin, aunque no de individuacin, como podan serlo los ngeles o los arcngeles. Y esto significa que las entidades simples (absolutas o relativas) slo podran admitirse tomando como referencias las creencias en un Dios nico (en la tradicin aristotlica) o la creencia en los espritus (en la tradicin cristiana, musulmana, &c.). No cabra apoyarnos en ninguna otra referencia o modelo csmico. De donde podramos concluir que si la idea de unidad, definida como el ser indiviso en s, tiene algn alcance ontolgico, no es en funcin de las fuentes emanadas de la metafsica general, sino en funcin de las referencias existenciales propias de la metafsica especial. 2) En el anlisis de la identidad los escolsticos introducan, como cuestin previa, la oposicin entre las distinciones reales y las distinciones de razn. Esta cuestin involucraba obviamente el debate entre el monismo eletico (incluyendo sus versiones pantestas) para el cual toda distincin debiera ser de razn, por cuanto las distinciones reales habra que entenderlas como apariencias y el pluralismo. La metafsica pluralista (no acosmista) se vea obligada a defender el primado de las distinciones reales, frente a la tesis del primado de las distinciones de razn. Ahora bien: como criterio ontolgico de las distinciones reales sola proponerse la separabilidad real de los entes realmente distintos (Surez, Disputacin 7, 2), y, sin embargo, la separabilidad no podra tomarse como criterio de la distincin real, salvo que se mantuviese la tesis de que en todos los casos en los cuales los entes son inseparables, no cabe establecer una distincin real entre ellos. Y cmo probar que hay distincin real entre entes inseparables?
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La prueba principal que los escolsticos podan aducir consista en apelar al dogma de la Santsima Trinidad, es decir, a la distincin real (no de razn) entre las personas divinas (Padre, Hijo, Espritu Santo). As, Cosme de Lerma (Lgica, libro VII, q. 17, Utrum dentur aliquae relationes reales?), resuelve la cuestin siguiendo a Santo Toms (I, q. 13, 7) afirmativamente, porque no slo entre los entes divinos [las personas de la Santsima Trinidad] sino tambin entre los entes creados se dan relaciones reales. Dice: Consta el antecedente: al menos las tres personas divinas, como ensea la fe, se distinguen y se oponen realmente, pero no se distinguen ni se oponen en algn predicado absoluto, luego slo en predicados relativos. Y cita la condenacin que el papa Eugenio III, en el Concilio de Reims (1142), formul contra Gilberto Porretano, obispo de Poitiers (que ulteriormente se retract de su doctrina general sobre las relaciones, que tena como consecuencia negar la distincin entre las divinas personas, es decir, negar, con los arrianos, el dogma de la Santsima Trinidad, al modo del monotesmo unitarista propio de las religiones del libro no cristianas, es decir, del judasmo y del islamismo). Cosme de Lerma aporta despus pruebas de razn (no de fe), como pudieran serlo las conexiones del efecto a su causa real, que seran independientes de la operacin del entendimiento. Sin embargo, cabra aadir que mientras las pruebas de razn son susceptibles siempre de ser reinterpretadas (por ejemplo, reduciendo las conexiones del efecto a la causa a expresiones de la identidad), las pruebas de fe eran irreductibles dogmticamente, sobre todo para quien profesaba la religin catlica y no deseaba ser excomulgado. 3) En el anlisis de la divisin de las relaciones en dos rdenes, el de las relaciones reales y el de las relaciones de razn cuestin internamente involucrada con la cuestin de la identidad, puesto que lo que se discute principalmente en torno a la identidad no era otra cosa sino su reflexividad (fuera una relacin real o una relacin de razn raciocinante), quienes se oponan a quienes negaban la divisin (fuera porque consideraban a las relaciones como un concepto categorial unvoco, comn por tanto a las reales y a las de razn; fuera porque reducan todas las relaciones a las reales, considerando a las de razn como no-relaciones; fuera porque consideraban a todas las relaciones como relaciones de razn, al modo de los connotatores) terminaban apoyndose en una referencia teolgico dogmtica (nos remitimos aqu al lugar citado de Cosme de Lerma). 3. Resumimos: la diferencia fundamental entre la metodologa que corresponde adoptar al materialismo en el proceso de anlisis de las ideas de Unidad y de Identidad, atributos trascendentales a todos los entes del universo, y la metodologa de la metafsica general, estriba en que aquella se detiene en referenciales constatables en determinados dominios del universo, pero sin referirse al universo mismo que, supuesta su unicidad, carecera de identidad y de unidad. La diferencia, en conclusin, puede cifrarse, segn lo dicho, no ya en la precisin de toda referencia, sino en la indistincin entre las referencias metafsicas (o dogmticas) y las referencias positivas, que implican los cuerpos, o, ms en general, la materialidad primogenrica. Mientras que las metodologas propias de la metafsica general tradicional se apoyan necesariamente, aunque no exclusivamente, en un sistema de supuestos sustratos referenciales metafsicos (sustancias simples, formas separadas, personas divinas, vivencias subjetivas aunque sean vivencias de lo absoluto), la metodologa materialista toma como referencias, en las que apoyar sus anlisis, a sistemas de configuraciones fenomnicas compuestas (no simples), a sustratos que envuelven necesariamente referencias fisicalistas y, por tanto, intersubjetivas. A partir de estas edificar sus modelos. La importancia de las referencias fisicalistas estriba gnoseolgicamente, no tanto en su condicin de tales, sino en su aptitud para recibir las acciones, manipulaciones o transformaciones procedentes de los diferentes sujetos operatorios (S1, S2, S3... Sn). Slo las referencias corpreas pueden considerarse intersubjetivas. Entre los referenciales de la metodologa metafsica encontramos, por tanto, al Dios de las religiones monotestas, a las personas divinas trinitarias, a las vivencias subjetivas, a las sustancias simples; entre las referencias de las metodologas materialistas encontramos, por ejemplo, a un bloque de mrmol, a los astros, a las monedas, a las balanzas o a los aceleradores de partculas. El anlisis materialista de las ideas de Identidad y de Unidad comienza por delimitar el campo de los fenmenos referenciales afectados por la identidad, que se mantendr siempre vaca, sin referencia a la unidad, bien sea definida a travs de ella o recprocamente. Esto explica que mientras el Unum figur durante siglos entre las ideas trascendentales, en cambio no figur entre ellas la idea de identidad. Slo en la poca moderna (Espinosa, Leibniz, Schelling) el principio de identidad intent sustituir al principio de no contradiccin, como principio supremo. Slo en la neoescolstica comienza a tomarse en serio el principio de identidad (que Surez, por ejemplo, an consideraba como vano, tautolgico y nugatorio).
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Las ideas ms cercanas a las de Identidad y Unidad aparecen en textos presocrticos, en el Poema de Parmnides (una y la misma cosa es el ser y el pensar) y, sobre todo, en el El Sofista de Platn, como la primera entre las cinco ideas elementales. Ahora bien, la definicin platnica de la identidad, (la misma cosa respecto de s misma), es, en cierto modo, autodestructiva de la idea de identidad en cuanto relacin, y an de la misma idea de cosa (res ), porque la identidad de una cosa (ente) consigo misma obliga a desdoblar a la cosa, aniquilndola. Y porque no puede hablarse de relacin cuando slo contamos con un nico trmino. La expresin algebraica (x) (x=x) es slo una relacin-lmite, una relacin de razn, es decir, una norelacin. La identidad como mismidad no es una relacin, y la identidad se reduce entonces a la idea de unidad, como unidad de la cosa consigo misma; y lo que ocurre es que esa identidad metafsica est definida sin referencias o con pseudo referencias metafsicas (por ejemplo, las formas separadas) o algebraicas (la letra x y la relacin con otra letra de la misma configuracin x = x). Sera esta metodologa arreferencialista (metafsica) la que habra asumido Aristteles al introducir la idea de identidad como una relacin del primer gnero (junto a las relaciones de identidad y de semejanza). En efecto, Aristteles (Metafsica, -5, 1021a-10) define las identidades () como aquellas cuya sustancia ( ) es una (), mientras que las cosas semejantes () son aquellas cuya cualidad ( ) es una, e iguales () aquellas cuya cantidad ( ) es una (); y por ello el uno () es principio y medida del nmero (todava M. Heidegger, en su Identitt und Differenz, 1957, distingua la igualdad cuantitativa o Gleichheit, de la mismidad o dasselben). Ahora bien: la sustancia, en Aristteles, tambin aparece definida desde una metodologa metafsica arreferencial. La sustancia (segn el comienzo del citado captulo 7 del libro V de la Metafsica) es el ser ( ) por s () es decir, no por otros ( ). El primer sentido del ser es el de la sustancia (), que algunos traductores espaoles vierten gratuita y errneamente por entidad (sin tener en cuenta que entidad tambin cubre a los accidentes). La sustancia es el ser que subsiste en s mismo (inseidad), y no en otros (como los accidentes). Es decir: la sustancia es definida sin referenciales, o con referenciales metafsicos (pseudo referenciales) como las que antes hemos citado (Acto puro, espritus, astros considerados como sustancias corpreas por analogia inaequalitatis , segn Cayetano pero con su materia totalmente actualizada, por tanto, como entidades que no se confunden con los fenmenos a travs de los cuales el astro es percibido, puesto que su sustancia es invisible y permanece debajo). Esto quiere decir que la definicin de la identidad por la sustancia es fruto de la metodologa metafsica (arreferencial); y si tenemos en cuenta que la sustancia, segn Aristteles, es inmvil (es decir, carece de movimiento en sentido estricto, en cuanto magnitud continua densa que tiene lugar en la cantidad, en la cualidad o en el ubi), la sustancia tambin sera inmvil, salvo por accidente, como sera el caso de los astros aristotlicos cuasidivinos. Pero la idea de la identidad, vinculada a la sustancia, no podra separarse de la idea de unidad de la misma sustancia, porque la sustancia era idntica en tanto mantiene en los cambios su identidad singular y numrica, en cuanto indivisible; es decir, la sustancia resultaba ser idntica en tanto mantena la unidad sustancial (los escolsticos precisaban: la unidad de las sustancias primeras, en cuanto contradistintas de las sustancias segundas, que no eran otra cosa sino las esencias sustanciales). Esto es sin duda lo que llevar, en el curso de los siglos, al idealismo de las relaciones, es decir, a la reduccin de todas las relaciones a la condicin de relaciones de razn, es decir, de no relaciones reales. El espiritualismo moderno, sobre todo el espiritualismo cartesiano, volvi a tomar como referencias las sustancias espirituales, las almas yuxtapuestas a los cuerpos autmatas. Malebranche, en pleno siglo XVII, subray el paganismo de Aristteles cuando defina al hombre como animal racional, siendo as que la razn humana espiritual no puede mezclarse con la animalidad, que slo podra ser un instrumento suyo. 4. Es posible librarse del yugo aristotlico en el momento de reexponer la idea de identidad, sin prescindir de su idea metafsica de sustancia, tomada como supuesto referencial ontolgico o metafsico? En vano intentaremos profundizar en el anlisis de una identidad como indivisa en s y distinguida de todo lo dems, manteniendo una metodologa sin referencias. Desde el materialismo tendremos que comenzar introduciendo las referencias positivas corpreas como nico camino posible para redefinir las ideas de unidad y de identidad. Sin embargo, las metodologas materialistas no pueden limitarse a rechazar o ignorar a los referenciales
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metafsicos, como si las construcciones de la metafsica general no se hubieran producido como obras de la razn, o como si debiramos interpretarlas como meros delirios teolgicos inexplicables racionalmente desde los presupuestos materialistas. Pero las metodologas metafsicas no podran interpretarse ellas mismas al margen de referencias materialistas; incluso habra que plantear la posibilidad de dar explicacin de ellas a partir de referencias fisicalistas llevadas al lmite. Por ejemplo, la idea metafsica de una sustancia simple, sin partes, podra considerarse como el lmite al que, por metbasis, sera posible llegar en el proceso de eliminacin sucesiva de los componentes de una referencia compuesta de partes. La idea de una sustancia simple, como lmite de una multiplicidad atributiva a la que se le van segregando partes, podra compararse entonces a la clase unitaria, respecto de las totalidades distributivas. Es importante subrayar que la apelacin del materialismo a sistemas de referencias fisicalistas no es enteramente extraa a los procedimientos de la metodologa metafsico general. Santo Toms ensea que el entendimiento humano, al menos cuando se considera unido al cuerpo animal (dotado de rganos sensoriales), en cuanto mantiene como objeto formal y primum cognitum al ser en cuanto ser, sin embargo comienza refirindolo a las quiddidades que abstraen de la materia sensible existencial (me remito a la ya citada obra de Manser, La esencia del tomismo, pg. 299). Y esta es la razn por la cual los tomistas sostienen que el objeto formal del primer conocimiento intelectual, el ser comn, no es tanto una idea subjetiva (o mental) sino el mismo ser extramental (ibid., pg. 301). Sin embargo el ser comn, primum cognitum de la Metafsica general, aunque reconoce la posicin privilegiada de los entes fisicalistas, lo hace desde el supuesto (metafsico) de un entendimiento capaz de entender al ser separado del cuerpo; lo que objetivamente equivale a condicionar la facultad intelectual a su elevacin al tercer grado de abstraccin de materia, en el cual queda eliminada la materia sensible y la materia inteligible, permaneciendo el ser precisiva y positivamente inmaterial. Es aqu en donde se advierte, con claridad, que este ser comn envuelve a la vez, confundindolos, a las entidades fsicas y a las entidades espirituales, en donde el ser trascendental manifiesta sus virtualidades confusionarias. 5. Ahora bien, desde la perspectiva del materialismo referencialista, la metodologa metafsica (que edifica sobre entes que engloban pseudoreferenciales espirituales) se nos presenta inesperadamente como equivalente o convergente con la metodologa lgica de la llamada lgica de la identidad. El lgebra, en cuanto se propone exponer las leyes que rigen para todo el Mundo posible (Leibniz, Scholz, Hasenjaeger), se aproxima a la Lgica (que la tradicin aristotlica ya defini como mmesis de la Metafsica). En efecto, la llamada lgica algebraica de la identidad define la identidad (x=y) por la frmula: xy (x=y) (FxFy) Esta frmula se interpreta ordinariamente diciendo que x, y designan a entidades idnticas cuando los predicados verdaderos Fx son tambin aplicables a y. Consecuentemente, aplicada esta frmula a la lgica de clases, la identidad entre las clases A y B, representada por la frmula A=B, se definir as: A = B = df.x (xA xB) Y aplicada a las relaciones: R = S = df. [(xRy) (xSy)] Es cierto que estas frmulas, ms que definir la identidad definen situaciones en las cuales cabe establecer la relacin de la identidad extensional entre trminos, clases o incluso relaciones, cuando la identidad se da ya por supuesta, y sin determinar si la relacin es mental o real (vid. Herbert Feigl, The Mental and the Physical, en Minnesota Studies in the Philosophy of Science II, 1958). En todo caso, lo cierto es que frmulas lgicas tales como [(x) (xIx)] resultan convergentes con las frmulas escolsticas todo ente es idntico a s mismo, porque las tres menciones tipogrficas de x, vinculadas por la constante I de identidad, no son algo diferente de la palabra ente en la proposicin todo ente es idntico a s mismo. Esta es la razn principal por la cual consideramos ficticia la distincin, tan celebrada, entre la identidad ontolgica y la identidad lgica; distincin que arrastra la oposicin entre lo real y lo mental, o entre lo objetivo y lo subjetivo (la distincin que Schelling haba intentado superar en su Sistema de la identidad, de 1802, entre el sujeto y el objeto, refundidos en lo Absoluto). Y esta es la razn por la cual, en lugar de hablar de identidad lgica (o de lgica de la identidad), preferimos hablar de
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lgica algebraica o de identidad algebraica o de lgebra de la identidad, porque desde la perspectiva del materialismo formalista esta reinterpretacin de la identidad lgica no excluye el terreno ontolgico. Los signos x, x que flanquean la constante I son tan reales, en el plano fisicalista, como puedan serlo las cosas de la naturaleza fsica. 6. La distincin entre las ideas de unidad y de identidad, as como la eclosin relativamente reciente de la idea de identidad, obedece sin duda a motivaciones que tienen ms que ver con la cristalizacin de nuevos referenciales (polticos, qumicos, citolgicos...) que a la profundizacin en el mbito del Ser trascendental. La identidad es una idea surgida principalmente de taxonomas que sitan a los referenciales prcticos en el rango de individuos o de especies, gneros, familias, rdenes, clases, &c. As ocurri en el campo de la Botnica o en el de la Zoologa. Una cosa era delimitar la unidad de un organismo viviente (un rbol o un oso), determinada por la prctica de la alimentacin o de la defensa, y otra cosa muy distinta sera constatar la diversidad de organismos en especies, gneros, &c., pero dentro del gnero comn a los cuerpos vivientes. Aqu ya no sera suficiente la idea de unidad; sera precisa la idea de una identidad de los organismos, de una igualdad entre esas unidades tan diversas. Esta identidad sera atribuida a un demiurgo, todava en Linneo (Tot sunt species...). Darwin abri el camino para sustituir la teora de la creacin (por diseo inteligente) por la teora de la evolucin; pero la evolucin se entenda como evolucin de las especies (no como evolucin de los individuos, como se haba entendido en el siglo anterior a Darwin). La evolucin se orientaba, en principio, a dar cuenta de la identidad y de la diversidad de los organismos, no tanto a dar cuenta de su unidad. Sin perjuicio de que sin embargo el propio Darwin se inspirara en unidades orgnicas que, al menos en ms de un atributo, haban sido promovidas por el diseo inteligente de los criadores que seleccionaban a los individuos atendiendo a notas especficas o genricas en el proceso de su apareamiento. 7. Las consideraciones precedentes abren la tarea inmensa de reconstruir, entre otras, las ideas de unidad y de identidad (obtenidas segn metodologas metafsicas), es decir, sus definiciones, distinciones, clasificaciones, &c., a partir de referenciales fisicalistas pertinentes. Mientras que la definicin de unidad, como atributo trascendental del ser (Ens et unum convertuntur), est calculada por la metodologa metafsica como definicin vlida para todos los entes en cualquier mundo posible, incluso para los entes espirituales finitos, la definicin de unidad segn la metodologa materialista habr de calcularse teniendo en cuenta referencias fisicalistas, precisas y pertinentes. Cuando el Dios cristiano, creador ex nihilo de los entes finitos, llegue a impregnar toda la concepcin del Mundo, la segunda parte de la definicin escolstica de identidad que ya hemos citado (divisum ab aliis ), dejar de ser ociosa, redundante o vaca, porque ella compromete la libertad divina y la conexin entre Dios y las criaturas, en el contexto del pantesmo o del emanatismo; contexto cuya presencia no se reduce a los siglos antiguos o medievales, sino que se mantiene en la poca moderna. Hegel, por ejemplo (Enciclopedia, 205), subraya, en la lnea de hetern platnico, cmo la unidad del ente finito no implica independencia absoluta respecto de la unidad de los otros entes, puesto que el enfrentamiento con los dems entes es constitutivo de su propia entidad una; la segunda parte de la definicin tradicional de la unidad seguira jugando un papel decisivo a propsito del pantesmo hegeliano o del panentesmo krausista. Podra decirse que si Dios es un ente uno, con unidad de simplicidad, es redundante considerarlo indiviso y es vaco considerarlo dividido de los dems, puesto que ellos pueden no existir por hiptesis. Pero si se parte del hecho de la creacin ex nihilo de las criaturas, la definicin de su unidad por su divisio ab aliis , alcanza un sentido claro como formulacin de la independencia que la unidad de Dios mantiene respecto de las criaturas, que siguen siendo nada (res natae, cosas nacidas, no eternas). Y esto es lo que queramos demostrar: que las definiciones metafsicas de la unidad o de la identidad estn involucradas con las referencias espiritualistas y que, en consecuencia, no cabe suponer que las definiciones trascendentales de la unidad sean neutrales o apartidistas ante disyuntivas tales como espiritualismo/materialismo o tesmo/atesmo. La metodologa materialista tendr que comenzar tomando partido en la cuestin del espiritualismo o del materialismo. Declarar a la idea de espritu, en cuanto ente simple, como una idea enteramente oscura y confusa, porque es imposible entender qu pueda significar un ente simple. Porque espritu, o es una idea mitolgica (animista) o es una idea ontolgica vaca, equivalente a la definicin de ente espiritual como viviente incorpreo. En efecto, la idea de un viviente incorpreo est construida a partir de las ideas de cuerpo no viviente y de viviente corpreo, como un caso ms de una combinatoria. El espritu, segn esto, aade la nota negativa de in-corpreo a la nota positiva viviente, sin la cual espritu perdera todo su significado. Ahora bien, del hecho de que el esquema combinatorio viviente/incorpreo se corresponda estrechamente, al menos en extensin, con ente/espiritual, no se sigue que viviente incorpreo sea una idea consistente. No puede citarse ni una sola experiencia de referencia positiva (tecnolgica, cientfica u ordinaria) de vivientes incorpreos; y la expresin vivientes incorpreos infinitos se mantiene en el terreno de la mstica, as como la expresin vivientes incorpreos finitos se mantiene en el
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terreno de las interpretaciones psicolgicas ad hoc . 8. En resolucin: la metodologa materialista comenzar tomando como modelos de la idea de unidad o de identidad a entidades primogenricas compuestas, dadas a la experiencia operatoria ordinaria. Segn esto un ente compuesto ser uno en s, a su escala, y mantendr su unidad, no negativamente, porque permanezca indiviso (uno), sino positivamente, porque las partes que en l distinguimos (en cuanto ente compuesto) mantienen algn tipo de conexin que, por lo dems, habr que determinar en cada caso. La conexin entre los planetas que constituyen la unidad del sistema solar es una conexin gravitatoria; la conexin entre las partes de un dipolo es una conexin electromagntica. La cohesin que fundamenta la unidad podr ser, por tanto, topolgica, o poltica, o biolgica, o termodinmica, &c. La cohesin de los millones de molculas de un fluido que permite considerar como una unidad al gas encerrado en una ampolla, o al lquido encerrado en una botella, o tambin a la unidad de una cuerda de galeotes (cuya cohesin est asegurada por las cadenas y por los guardas), tienen todas ellas fundamentos positivos diferentes que hay que analizar en cada caso. La metodologa materialista se corresponde obviamente con las coordenadas del materialismo filosfico, que comienza enfrentndose con la ontologa de los grandes sistemas metafsicos, desde Aristteles hasta Santo Toms, desde Surez hasta Hegel, es decir, enfrentndose con la ontologa que concibe al ser como envolvente (para decirlo con las palabras de Hegel, en el 85 de la Enciclopedia) de todas las determinaciones que le siguen y pueden considerarse como definicin de lo absoluto, es decir, como las definiciones metafsicas de Dios. Entre estas determinaciones figuran la unidad (Surez, Disputa 4, II, 6: Unum non implicat solam negationem, sed entitatem ipsam negatione divisionis affectam) y la identidad (cuyo fundamento se supone que es la unidad: fundamentum identitatis est unitas ), que no puede afirmarse de lo uno a lo otro sin que ambos sean uno (Santo Toms, Metaph., V, 9, lectio 11). Ahora bien, la ontologa materialista no puede asumir que la unidad y la identidad sean atributos trascendentales del ser, porque la unidad y la identidad son atributos de la materia ontolgico especial, de la materia del universo Mi (M1, M2, M3) del que formamos parte, pero no lo son de la materia ontolgico general (M), que no puede ser denominada una, en sentido positivo, ni menos an idntica. Es la ontologa materialista la que obliga a una metodologa tal que busque el sentido de la unidad y de la identidad en referenciales susceptibles de ser definidos en el universo (en Mi), en el mundo corpreo sensible y tangible. Estos referenciales son el mbito del primum cognitum de los animales y de los hombres, de la Etologa y de la Antropologa. Cualquier sujeto operatorio (cualquier cognoscente) que an poseyendo supuestamente las ideas de ser, unidad e identidad careciera de referenciales firmes (este ro, aqul rbol, esa montaa, aquella roca, la Luna, la estrella Venus) permanecera en una completa desorientacin, muy prxima a aquello que hoy llamamos imbecilidad o agnosia. 9. Podra decirse que las ideas de unidad, de identidad, de igualdad y de semejanza, tal como las dej definidas Aristteles (y aqu reside su mrito incomparable) influyeron decisivamente en la posterioridad, pero juntamente con su ambigedad. Derivada, si mantenemos las consideraciones que hemos propuesto, de una metodologas con referenciales metafsicos (sustancia, unidad, cantidad, cualidad, es decir, ideas abstractas ambiguas y en todo caso no referencializadas). Tan solo en el texto del libro V, 15, que hemos citado, Aristteles utiliza como referencia positiva el nmero, o si se prefiere los conjuntos aritmetizados; pero esta referencia slo lo es de la igualdad, y la igualdad no es reducible al nmero, puesto que tambin interviene en la definicin de la identidad, tomada como atributo de algo relativo a un tercero (a la anatoma estructural de un anfibio es idntica a b la anatoma de un mamfero). Pero en este sentido la identidad envuelve la igualdad no reflexiva (como puede serlo la relacin de paralelismo que es simtrica y transitiva, pero no reflexiva). Aristteles, en efecto, utiliz la idea de unidad no como idea unvoca, sino como idea analgica, sin referencias precisas. Ahora bien, la igualdad no envuelve identidad, por cuanto esta no se reduce a la cantidad, sino tambin a otras unidades, a las cualidades, a la sustancia. Estas situaciones de ambigedad entre la identidad, la igualdad y la semejanza, pueden constatarse en la polisemia que de hecho recibi el smbolo =, introducido por Recorde en el siglo XVI, y que se utiliz (y se utiliza) unas veces para expresar la igualdad aritmtica (en las ecuaciones tales como 2x 2 = 18, con sentido numrico para los valores en N x=3 y x=3) y otras veces para expresar la igualdad algebraica (no numrica), en identidades tales como (x+y) = x + 2xy + y, vlida universalmente en N. En el prximo rasguo nos referiremos a estas diversas modulaciones de la igualdad y de la identidad, y
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11/02/13

Gustavo Bueno, Identidad y Unidad (2), El Catoblepas 120:2, 2012

propondremos una definicin materialista de unidad y de identidad.

2012 nodulo.org

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