Cuento de Caperucita Roja, Cenicienta, Etc
Cuento de Caperucita Roja, Cenicienta, Etc
Cuento de Caperucita Roja, Cenicienta, Etc
caperuza roja. Un da, la mam de Caperucita la mand a casa de su abuelita, estaba enferma, para que le llevara en una cesta pan, chocolate, azcar y dulces. Su mam le dijo: no te apartes del camino de siempre, ya que en el bosque hay lobos. Caperucita iba cantando por el camino que su mam le haba dicho y , de repente, se encontr con el lobo y le dijo: Caperucita, Caperucita, dnde vas?. A casa de mi abuelita a llevarle pan, chocolate, azcar y dulces. Vamos a hacer una carrera! Te dejar a ti el camino ms corto y yo el ms largo para darte ventaja. Caperucita acept pero ella no saba que el lobo la haba engaado. El lobo lleg antes y se comi a la abuelita. Cuando sta lleg, llam a la puerta: Quin es?, dijo el lobo vestido de abuelita. Soy yo, dijo Caperucita. Pasa, pasa nietecita. Abuelita, qu ojos ms grandes tienes, dijo la nia extraada. Son para verte mejor. Abuelita, abuelita, qu orejas tan grandes tienes. Son para orte mejor. Y qu nariz tan grande tienes. Es para olerte mejor. Y qu boca tan grande tienes. Es para comerte mejor!. Caperucita empez a correr por toda la habitacin y el lobo tras ella. Pasaban por all unos cazadores y al escuchar los gritos se acercaron con sus escopetas. Al ver al lobo le dispararon y sacaron a la abuelita de la barriga del lobo. As que Caperucita despus de este susto no volvi a desobedecer a su mam. Y colorn colorado este cuento se ha acabado.
CUENTO DE CENICIENTA Hubo una vez una joven muy bella que no tena padres, sino madrastra, una viuda impertinente con dos hijas a cual ms fea. Era ella quien haca los trabajos ms duros de la casa y como sus vestidos estaban siempre tan manchados de ceniza, todos la llamaban Cenicienta. Un da el Rey de aquel pas anunci que iba a dar una gran fiesta a la que invitaba a todas las jvenes casaderas del reino. - T Cenicienta, no irs -dijo la madrastra-. Te quedars en casa fregando el suelo y preparando la cena para cuando volvamos. Lleg el da del baile y Cenicienta apesadumbrada vio partir a sus hermanastras hacia el Palacio Real. Cuando se encontr sola en la cocina no pudo reprimir sus sollozos. - Por qu ser tan desgraciada? -exclam-. De pronto se le apareci su Hada Madrina. - No te preocupes -exclam el Hada-. Tu tambin podrs ir al baile, pero con una condicin, que cuando el reloj de Palacio d las doce campanadas tendrs que regresar sin falta. Y tocndola con su varita mgica la transform en una maravillosa joven. La llegada de Cenicienta al Palacio caus honda admiracin. Al entrar en la sala de baile, el Rey qued tan prendado de su belleza que bail con ella toda la noche. Sus hermanastras no la reconocieron y se preguntaban quin sera aquella joven. En medio de tanta felicidad Cenicienta oy sonar en el reloj de Palacio las doce. - Oh, Dios mo! Tengo que irme! -exclam-. Como una exhalacin atraves el saln y baj la escalinata perdiendo en su huda un zapato, que el Rey recogi asombrado. Para encontrar a la bella joven, el Rey ide un plan. Se casara con aquella que pudiera calzarse el zapato. Envi a sus heraldos a recorrer todo el Reino. Las doncellas se lo probaban en vano, pues no haba ni una a quien le fuera bien el zapatito. Al fin llegaron a casa de Cenicienta, y claro est que sus hermanastras no pudieron calzar el zapato, pero cuando se lo puso Cenicienta vieron con estupor que le estaba perfecto. Y as sucedi que el Prncipe se cas con la joven y vivieron muy felices. FIN
CUENTO DE PULGARCITO
Haba una vez un leador y su mujer que estaban muy tristes porque no tenan hijos. Hay tanto silencio en nuestra casa! Si slo tuviera un hijo a quien amar deca la esposa, no me importara que fuera tan pequeo como mi dedo pulgar! Pas el tiempo, y finalmente tuvieron un hijo, lo cual los hizo muy felices a ambos. Aunque parezca mentira, el muchacho nunca lleg a ser ms grande que el dedo pulgar de un hombre, as es que le llamaron Pulgarcito. S demostr ser muy inteligente y hbil y todo lo que emprenda le resultaba bien. Un da, cuando el padre de Pulgarcito parta hacia su trabajo, dijo: Ojal Pulgarcito fuera ms grande, as podra llevarme ms tarde la carreta hasta el bosque. De todas maneras lo puedo hacer le dijo despus el pequeo a su madre. Si me enganchas el caballo, madre, te mostrar cmo. La madre de Pulgarcito hizo lo que l le deca. Ahora, ponme en la oreja del caballo, y le indicar por donde tiene que ir. De este modo la carreta inici su marcha con Pulgarcito metido en la oreja del caballo. Cuando el nio le deca "dobla a la izquierda" o "dobla a la derecha" eso haca exactamente el cuadrpedo. Dos hombres que paseaban por el bosque se sorprendieron al ver un caballo tirando una carreta que se mova sin conductor. Curiosos, fueron detrs de la carreta para ver adnde iba. Cuando la carreta se detuvo en el lugar donde trabajaba el padre de Pulgarcito, los dos hombres se asombraron al ver cmo aquel bajaba al diminuto nio de la oreja del caballo. Qu hbil es ese muchachito dijo uno de los hombres. Estara dispuesto a venderlo? Nunca lo hara replic con orgullo el leador, es mi hijo. Sin embargo, subido en la espalda de su padre y hablando muy bajito, Pulgarcito le dijo a ste: Est bien, pap, deja que yo vaya con ellos. Ser una aventura y yo s cmo volver pronto a casa. El leador no quera hacerlo, pero ante la insistencia de su hijo lo vendi por mucho dinero. Uno de los hombres coloc a Pulgarcito en su bolsillo, y dijo: Podemos ponerlo en exposicin. Nos har ricos. Luego se pusieron en marcha. Al acercarse ya la noche, Pulgarcito grit: Por favor, bjenme para que pueda estirar las piernas. Cuando los hombres lo pusieron en el suelo, Pulgarcito se fue corriendo y se escondi. Los hombres lo buscaron por todas partes, pero haba desaparecido.
Pulgarcito busc un lugar seguro para dormir. Pronto encontr una casa al lado de una iglesia y se meti en un establo. All se acomod para dormir en el heno. A la maana siguiente, la cocinera de la casa fue a ordear y a alimentar a la vaca. Agarr nada menos que el mismo fardo de heno donde dorma Pulgarcito. Cuando Pulgarcito despert se encontr con que iba hacia arriba y hacia abajo en la boca de la vaca. Cay luego al estmago de la vaca con todo el heno. Deja de comer! grit Pulgarcito, me estoy ahogando. Al escuchar que una voz sala del hocico de la vaca la cocinera se sorprendi tanto que fue corriendo a avisarle al prroco. Socorro! grit. La vaca est hablando! No sea tonta le dijo el prroco. Las vacas no saben hablar Justo en ese momento Pulgarcito grit de nuevo. El prroco tambin se asombr. Asustado, y lleno de supersticiones, el prroco mand matar a la vaca. Tan pronto como pudo, Pulgarcito sali gateando del estmago de la vaca y se fue calladito. Nadie lo vio. Pero ah no haban terminado los problemas del nio. Pasaba por all un lobo hambriento y vio a Pulgarcito en el corral. Este ser un refrigerio sabroso pens el lobo, y se engull a Pulgarcito de un solo bocado. El hbil Pulgarcito pens rpidamente en un plan: Lobo grit, si todava tienes hambre yo s donde hay mucha comida. Y le explic al lobo cmo llegar a su propia casa, que no estaba lejos. Cuando llegaron, Pulgarcito dijo: Ahora entra por el desage y llegars hasta la cocina, donde siempre hay mucho para comer. El desage era bastante pequeo pero, aunque apretado, el lobo logr meterse a empujones, y justo logr pasar. En la cocina el lobo comi tanto que cuando quiso entrar de nuevo en el desage para salir no caba por gordo! Entonces Pulgarcito empez a gritar muy fuerte. Sus padres llegaron corriendo hasta la cocina para ver de qu se trataba tanto ruido y alboroto. Es un lobo! dijo el padre de Pulgarcito. Dnde est mi hacha? Espera, pap! grit Pulgarcito. Soy yo! Estoy aqu dentro del estmago del lobo! Pulgarcito! grit su padre. No te preocupes, te vamos a salvar! El padre del pequeo cogi el hacha y le dio un golpe en la cabeza al lobo. Luego, con mucho cuidado, abri un pequeo hueco en el estmago del lobo. Pulgarcito sali de un salto, sano y salvo. Te dije que volvera pronto, pap! dijo, rindose. Los padres de Pulgarcito estuvieron muy contentos al verlo. Nunca ms nos vamos a separar de ti le dijo su padre, ni por todo el oro del mundo. Y yo nunca ms abandonar mi hogar! prometi el nio. He tenido suficientes aventuras como para todo el resto de mi
Erase una vez, en un reino muy lejano, una reina que di a luz una preciosa nia. Los reyes invitaron al bautizo a todas las hadas del reino pero, desgraciadamente, se olvidaron de invitar a la ms malvada. A pesar de no haber sido invitada, la hada maligna se present en el palacio y, al pasar delante de la cuna de la pequea, le arroj un maleficio diciendo: " Al cumplir los diecisis aos te pinchars con un huso y morirs". Al or eso, un hada buena que estaba cerca, pronunci un encantamiento a fin de mitigar la terrible condena: "Al pincharse en vez de morir, la muchacha permaner dormida durante cien aos y solo el beso de un apuesto prncipe la despertar." Pasaron los aos y la princesita se convirti en una muchacha muy bella. El rey haba ordenado que fuesen destruidos todos los husos del palacio con el fin de evitar que la princesa pudiera pincharse. Pero eso de nada sirvi. Al cumplir los diecisis aos, la princesa acudi a un lugar desconocido del palacio y all se encontr con una vieja sorda que estaba hilando. La princesa le pidi que le dejara probar. Y ocurri lo que el hada malvada haba previsto: la princesa se pinch con el huso y cay dormida al suelo. Despus de variadas tentativas nadie consigui vencer el malefcio y la princesa fue tendida en una cama llena de flores. Pero el hada buena no se daba por vencida. Tuvo una brillante idea. Si la princesa iba a dormir durante cien aos, todos los subditos del reino dormirian con ella. As, cuando la princesa despertarse nada habria cambiado. Y as lo hizo. La varita dorada del hada se alz y traz en el aire una espiral mgica. Al instante todos los habitantes del palacio se durmieron. En el reino todo haba enmudecido. Nada se mova, ni el fuego ni el aire. Todos dormidos. Alrededor del palacio, empez a crecer un extrao y frondoso bosque que fue ocultandolo totalmente del resto del mundo en el transcurso del tiempo. Pero al trmino del siglo, un prncipe, que estaba de caza por all, lleg hasta sus alrededores. El animal herido, para salvarse de su perseguidor, no hall mejor escondite que la espesura de los zarzales que rodeaban el palacio. El prncipe descendi de su caballo y, con su espada, intent abrirse camino. Avanzaba lentamente porque la vegetacin era muy densa. Descorazonado, estaba a punto de retroceder cuando, al apartar una rama, vio el hermoso palacio. Sigui avanzando hasta llegar a el. El puente levadizo estaba bajado. Llevando al caballo sujeto por las
riendas, entr, y cuando vio a todos los habitantes tendidos en las escaleras, en los pasillos, en el patio, pens con horror que estaban muertos, Luego se tranquiliz al comprobar que solo estaban dormidos. "Despertad! Despertad!", chill una y otra vez, pero fue en vano. Cada vez ms extraado, se adentr en el palacio hasta llegar a la habitacin donde dorma la princesa. Durante mucho rato contempl aquel rostro sereno, lleno de paz y belleza; sinti nacer en su corazn el amor que siempre haba esperado en vano. Emocionado, se acerc a ella, tom la mano de la muchacha y delicadamente la bes... Con aquel beso, de pronto la muchacha se desesperez y abri los ojos, despertando del largusimo sueo. Al ver frente a s al prncipe, murmur: Por fin habis llegado! no sabes cuanto he soado con este momento. El encantamiento se haba roto. La princesa se levant y tendi su mano al prncipe. En aquel momento todo el reino despert. Todos se levantaron, mirndose sorprendidos y dicindose qu era lo que haba sucedido. Al darse cuenta, corrieron locos de alegra junto a la princesa, ms hermosa y feliz que nunca. Al cabo de unos das, el palacio, hasta entonces inmerso en el silencio, se llen de msica y de alegres risas con motivo de la boda.
EL GATO CON BOTAS. Haba una vez un muchacho joven que viva en la calle con su gato. El muchacho era pobre, y llevaba puestas ropas haraposas. El joven casi no tena para comer, y lo nico que se llevaba al estmago era lo que poda encontrar en la basura para su gato y para l. Un da, el gato, que se daba cuenta de la pobreza extrema de su amo, cogi unas botas, un sombrero y una capa, los limpi hasta que parecieron nuevos y se los puso. A continuacin, el gato con botas se fue a cazar al campo, y cuando volvi con un jabal a sus espaldas, se lo llev al rey, y le dijo: Excelentsimo seor, mi amo el marqus le regala este jabal para que lo disfrute con su familia. El rey le dio las gracias, y esa noche en el castillo del reino se cen jabal asado, a la salud del marqus. Al da siguiente, el gato se volvi a poner las botas y volvi a cazar un jabal para regalrselo al rey en nombre del marqus. El gato con botas repiti durante una semana sus regalos al rey. Un da, mientras el gato con botas y su amo estaban en el ro baando y lavndose, pas la carroza del rey cerca del ro. El gato con botas lo vio, y rpidamente le dijo a su amo que se quitara toda la ropa.. La carroza del rey par junto al ro para descansar, y el rey vio al gato con botas, y le pregunt: Qu hacis t y tu amo en el ro?. A lo que el gato contest: Han robado a mi amo el marqus y le han quitado toda la ropa!. El rey rpidamente le dio un traje elegante al supuesto marqus y l y el gato con botas subieron a la carroza real. Dentro de la carroza iba la hija del rey, una muchacha muy hermosa. Slo hizo falta una mirada, y los dos muchachos se enamoraron.. Ahora, el muchacho que viva en la calle sin dinero, ni ropa elegante, ni comida, se haba convertido en el prncipe del reino, y todo esto gracias a su amigo, el gato con botas. FIN Moraleja: Cualquier persona que se lo proponga puede llegar a ser alguien importante. Slo hay que dedicarle mucho esfuerzo para conseguirlo.