Filosofia Mapuche Ziley Mora

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MORA Penroz, Ziley. Filosofa mapuches: palabras arcaicas para despertar el ser / por Ziley Mora Penroz.

Ia, ed. Concepcin: Kushe, 2001. 150 p. - (Serie Cosmovisin Mapuche) ISBN : 956-7124-09-4
I. C U LT U R A S IN D G E N A S-C H ILE II.- A R A U C A N O S

I. tit. 2 -serie 306.08

CZ5

FILOSOFA MAPUCHE
Palabras Arcaicas para Despertar el Ser

ZILEY MORA PENROZ


EDITORIAL KUSHE
C on cep cin , C hile

Editorial Kushe Concepcin Este libro cont con el auspicio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura E S T E LIBRO ES U N AP O R TE D E L C O N S E JO N A C IO N A L D E F O M E N T O D E L LIBRO Y LA LEC TU R A A LAS BIBLIO TECA S PU BLICA S D E L PAIS 2001 Ziley Mora Penroz Registro de Propiedad Intelectual N I.S.B.N . 956-7124-09-4 Primera edicin, junio 2001. Digitacin textos: Valeria Silva Diagramacin: D .G . Pablo Coronado Diseo: Ziley Mora Prepensa, edicin e impresin Imprenta El Diario Austral A. Varas 945 - Fono (45) 292781-292747 Temuco, Chile Para ventas y contacto persona] con el autor: E-mail: [email protected] Fono: (56-41) 261456 Mayores detalles de otras obras del autor y del remero tema El paradigma indgena que regresa, visitar web site: http://www.ubiobio.cl/varios/ziley/frame2.html Derechos Reservados. Prohibida su reproduccin total o parcial, por cualquier medio o procedimiento, incluidas las soluciones grficas y el tratamiento informtico, sin permiso escrito del titular de los derechos. IM PR ESO E N C H IL E / P R 1 N T E D IN CH ILE

Foto portada:
R eproduccin de E lp eu m a eterno de la v id e n te M a n q u ile f , pintura acrlica sobre tela del pin tor G uillerm o M erino P., 1984, exhibido en el Edificio C onsistorial de la M unicipalidad de Tem uco.

Foto contraportada:
Interm edio de una cerem onia religiosa en el transcurso de un N guilla tu n pewenche, celebrado en Q uinqun, en 1992 (Foto tom ada p o r el artista plstico Eugenio Saias).

A Nawell Uther, mi hijo, para que emulando la tradicin guerrera que inspira este libro, tomes todas las experiencias de tu vida, como meros ejercicios para. despertar... y... luego comprender!. Y no te olvides de la respiracin del felino nawell que ya posees!

Re we lelay tati: eso no es as no mas (las cosas no son necesariamente lo que aparecen, lo que muestran, son ms bien lo que esconden
Expresin annima indgena DE LA TRADICION ORAL MAPUCHE

La revelabilidad (pengeln) del ser en el mundo, su ah, est constituida por la sensibilidad (kimtrawa la comprensin (ikimwn) y el decir (dungun)

),

Martn Heidegger DE LA VERSION ALEMANA DE SER Y TIEMPO1

1 Las cuatro palabras en cursivas y parntesis no corresponden a sus equivalentes alemanas, usadas por Heidegger en su obra, sino a sus equivalentes en mapudungun , escogidas por el autor.

INDICE
Dedicatoria: A Nawell Uther Prlogo: La visin indgena del mundo: claves para re-a(r)mar el paradigma que viene. INTRO DUCCIO N : Cuando los hombres verdaderos habitaban en la ruka (casa) de palabras verdaderas y encendan con ellas el fuego de la conciencia que los transfor maba. CAPITULO I:

Laspotencias internasy misteriosas del ser humano Conceptos ejes del pensamiento mapuche. 1. Alwe 2. Am 3. Pull 4. Eluwn E l reino del Yo espiritual 5. Inche 6. Kidu ngnewn E l sentido y la plenitud de la existencia 7. Lloftulen

CAPITULO II:

CAPITULO III:

8. Piwke 9. Konangen/Konkln 10. Ampin/Ampife 11. Kpal CAPITULO IV:

El significado de lo masculino 12. Wentru 13. Kona 14. Pane 15. Fta El significado de lo femenino 16. Domo 17. Ftapiira 18. Kimwentrulan 19. Kure La nocin de lojusto 20. Ad-mapu 21. Ngenwerin La nocin de xito 22. Peuma 23. Witrawn

CAPITULO V:

CAPITULO VI:

CAPITULO VII:

BIBLIOGRAFIA:

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PROLOGO La visin indgena del mundo. Claves para rea(r)mar el paradigma que viene.

El objetivo de estas pginas es contribuir a un cambio de civilizacin y de mentalidad. Lo primero ser afectado por lo segundo y sta, la nueva mentalidad, no podr venir sino de un cambio de visin de todas las cosas. Facilitar este cambio de visin, proponer un nuevo enfoque hecho desde la experiencia y el sentir indgena del mundo, cristalizado en las palabras del mapudungn, es lo que busca este libro. En otras palabras, persigue delinear un nuevo paradigma del futuro, inspirado en la cosmovisin y en el ethos mapuche, la principal cultura indgena de Chile que adems, es el substrato racial constituyente de la nacin chilena. Pero dicha nacin, histricamente ha marginado a su ancestro y la minora mapuche, cercana al 10% de la poblacin chilena, ha sabido sobrevivir a los casi dos siglos de repblica y a los trescientos aos de invasin espaola. La razn que hace que busquemos en estas races antiguas las nuevas fuentes del conocer y hacer futuros, es que esta cultura es aborigen; es decir, est cerca del origen, cerca del ser genuino de las cosas; es que aprendi el lenguaje primigenio de la naturaleza, la que establece sus verdades, sus correspondencias, sus leyes, sus ritmos y sus prcticas de un modo inapelable. Porque la nica ideologa, la nica filosofa y religin que sigui este pueblo fue,
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en lo fundamental, ajustarse a lo que es, ha sido y ser, es decir a las leyes inmutables de la Naturaleza, que es el otro nombre de la Realidad. A travs de la comprensin del lenguaje mapuche, el gran vehculo de la cosmovisin, de las prcticas ceremoniales, del ncleo vivo y evocador de sus tesis centrales en el arte, la esttica, lo social, las prcticas jurdico-tnicas, la medicina, etc., pretendemos que cualquier persona pueda acercar a s misma dicho mundo arcaico, para extraer de l la inspiracin y la fuerza necesarias, que le permitan dotar de otro sentido a sus vidas, de un nuevo enfoque a las cosas, de una nueva valorizacin o perspectiva en su escala de valores personales. Es decir, queremos ayudar a hacer posible, que a travs del conocimiento y comprensin del paradigma indgena y de los aportes de quienes lean estas pginas, nuestra cultura latinoamericana y el mundo occidental se reencante, es decir, se vuelva a llenar de misterio y respeto, de reverencia y magia, de sobriedad y armona. En una palabra, para que en nuestra civilizacin lo humano se redima, se salve y crezca todo lo divino y sagrado contenido en l, antes que sea demasiado tarde. En este libro, que fue escrito sin prisas pero sin pausas entre 1984 y el 2001, en paralelo a otras obras e investigaciones, intentam os dem ostrar que el pensamiento mapuche est en condiciones de responder a los grandes interrogantes que inquietan a los

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futurlogos, en relacin a los profundos cambios que deber hacer la sociedad posmodernista, si es que'desea seguir existiendo como un organismo sano de la Naturaleza. A travs de nuestro mtodo de indagacin etimolgica y conexin asociativa de los campos semnticos, proponiendo una nueva definicin a conceptos-ejes que determinan lo humano y que Occidente los ha vaciado de significado, se puederr visualizar en la base estructural de la lengua mapuche, patrones salvadores, fecundos paradigmas creadores de realidades, estructuras epistemolgicas que superan el agotado y limitado racionalismo dualista occidental, causante, entre otras cosas, del monoriel de la tecnologa en serie y de los fetiches consumistas, que enferman el cuerpo y el alma. Creemos que el fermento transfor mador contenido en estos veintitrs conceptos-ejes propios del pensamiento mapuche, escondidos en la estructura de su lengua, pueden dar cabal respuesta a ciertos aspectos claves que preocupan a hombres y mujeres de la cultura y las artes, la educacin, la poltica e incluso a los del management, quienes desde la esfera de los negocios comienzan a preocuparse de la reingeniera de las personas. Lo aborigen primitivo, lo-que-viene-del-origen, an contiene lo ntegro, lo puro; es decir la aceptacin del todo reunido, no disociado y por eso mismo sagrado. Ventanas, pasadizos hacia ese abismo son las viejas palabras indgenas. Aqu, todas las cosas o situaciones del mundo pueden ser oportunidades para la
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iluminacin, sendas de Conocimiento. Consecuente con esta ley, en las palabras nativas de Chile, la cultura mapuche dej ciertos indicios delatores, ciertas pistas incitadoras para rescatar y desarrollar una alta filosofa capaz de salvarnos de la corrupcin consumista y del sin sentido uniformador de la vida on Une. Este libro perfora unos pozos bajo las huellas de unas palabras, verdaderos sedimientos ureos de una sabidura arrastrada hasta nosotros, por el lecho de un antiguo ro de la Naturaleza. Y estos pozos son las nuevas galeras taladradas hacia las inagotables napas subterrneas de la identidad. El fondo del pozo nos mostrar toda la vasta extensin del Cielo... (Y la prom esa es, que nuestro Cielo mestizo latinoamericano, es infinitamente ms luminoso y pletrico de riquezas de lo que jams vagamente habramos imaginado).

Ziley Mora Penroz Universidad del Bo-Bo

Comenzado junto al ro Trankura, en Pucn, en la primavera de 1984 y terminado junto al ro Bo-Bo, en Concepcin, en el otoo del 2001.

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INTRODUCCION Cuando los hombres verdaderos habitaban en la ruka (casa) de palabras verdaderas y encendan con ellas el fuego de la conciencia que los transformaba.

Nos abrimos como el aire y el mundo fluye en nosotros como el viento. E l mundo forma parte de nosotros como el viento forma parte del aire. No tenemosfronteras somos todo lo que experimentamos, sabemos, sentimos-y ello entra en interaccin con todo, hacindonos pertenecer a la tierra entera. No intentamos determinar nuestra forma, pero la podemos dejar moldearse a travs del ritmo particular de la conciencia tribal, que crea nuestra percepcin, que nos crea a nosotros mismos.
Cacique Jefe Gayle Alto Pino , de Wisconsin, riberas del lago Michigan, En: Wakan Tanka, el Gran Espritu, Permanente y Estable. Un peni del hemisferio norte, es decir un hermano de Keupulikan (Caupolicn) y de Kallfkura -el cacique Gayle High Pine (Alto Pino)- hace ya unas dcadas dijo estas palabras, que vienen a asentarse como la formulacin de los primeros grandes axiomas de la filosofa indgena americana. Perfectamente tambin pueden constituirse en los principios epistemolgicos
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para futuros desarrollos del pensamiento sistemtico, tanto de los pueblos originarios de Amrica como de la rama colateral, las naciones mestizas del subcontinente 7 que abarcan desde Tijuana (Mxico) por el norte, hasta Puerto Williams (Chile) y Ushuaia (Argentina) por el sur, es decir hasta la mtica Tierra del Fuego de los desaparecidos selknam y ymanas patagnicos. Porque recordmoslo como al paso, Latinoamrica, ms que un conjunto de naciones, es una sola gran nacin deshecha. La gran verdad de este preclaro cacique-jefe, ilumina vastamente con su sugestivo y poderoso epigrama, estas primeras pginas de nuestra obra inaugural donde se intenta sistematizar -p o r vez primera- (es decir balbucear), algunas ideas-bisagra de la filosofa mapuche chilena, hasta ahora no escrita, pero intensamente vivida y practicada por los clanes indgenas de al sur del ro Bo-Bo, durante siglos. Y lo primero que salta a la vista es que presenta una asombrosa sintona con los ms innovadores y recientes postulados de las ciencias cognitivas. En qu sintonizan?. En la conciencia de que el molde del hombre no tiene fronteras, en lo inhumano y limitante que sera intentar determinar nuestra forma. En que el observador configura el mundo al describirlo, y todo lo que nos muestra su observacin, son ms bien referencias y especificaciones de cmo es el observador, ms que algn conocimiento vlido de la cosa observada. En verdad, por fin nos est quedando claro que la manera
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que cotidianamente elegimos ver el mundo, esa manera -consciente o no- crea el mundo que vemos; es decir, el lenguaje y la visin contenida en esa manera no solo describe el mundo sino que tambin es la forma como lo inventa. En resumen, estamos diciendo exactamente lo mismo que nuestro citado cacique de Wisconsin, a orillas del lago Michigan: la conciencia (y las ms de las veces, el prejuicio colectivo y tribal, la ideologa subyacente o el paradigma sociocultural de una sociedad) crea -condiciona- nuestra percepcin particular y parcial del mundo, que nos crea a nosotros mismos. Dicho foco singular de conciencia tribal, junto con ser puerta es a la vez cerrojo. Puerta y ventana a un infinito pero unidireccional mundo de realidades ciertas y vlidas, pero cerrojo y ceguera a otros ms vastos ocanos de posibilidades igual o ms genuinamente vlidos, latientes all mismo, en la misma mdula del objeto que se cree conocido y, por tanto, agotado en su misterio. Por tanto, nuestras visiones -siempre tan subjetivamente preciadas, prestigiosas y preciosas- son apenas construcciones culturales, histricamente condicionadas. Y lo primero que nos muestra otra visin de mundo, en nuestro caso, la visin mapuche de la realidad a ahorcajadas en un arcaico lenguaje llam ado mapudungn, es que hay mucho ms en el mundo de lo que usualmente conocemos, que nuestras estimaciones y explicaciones sobre la realidad son creadas por consenso social. Se nos ensea y entrena a ver y entender el mundo a travs de un filtro mental (paradigma) particular (en
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nuestro caso, el filtro cartesiano-cientificista y tecnologizado) a travs de un proceso de socializacin que, cuando funciona correctamente, nos convence de que las interpretaciones que aceptamos definen unos supuestos y antojadizos lmites del mundo real. Junto con permitirnos darnos cuenta de este fenmeno lingstico-cognitivo, propio de cada cultura que condiciona todo lo que vemos, pensamos, sentimos y hacemos, la cultura mapuche tambin nos previene de otro evento filosfico, no menos importante y decisivo: el condicionamiento ontolgico y moral. Esto quiere decir que las cosas se nos revelan en la medida que evolucionamos o crecemos. El ser del nio registra datos y verdades del mundo distintos del ser del adulto, el corazn negro del brujo (kalku) es ignorante de ciertas verdades luminosas que sabe el buen guerrero (kona), el ser de la mujer capta y alumbra conocimientos vlidos del mundo, distintos a los que se revelan en la mente del varn. Quiz no haya manera de ilustrar mejor este fenmeno que describir aqu, el mito de creacin del mundo (llgun mapu) de los mapuche, relatado de labios de una anciana de Alepu, en la costa de Valdivia, a principios de la dcada del noventa:

En el tiempo (primordial) algo se desiquilibr en el Fta Chao ( ?/ Gran Padre) que lanz al vaco una parte de s, la que fue a estrellarse (ala tierra rida); algo cay. Entonces laparte femenina de Dios, por una auto-orden, fue a
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despertar al hijo, que haba nacido. La (primera) mujer empieza a despertar a este ser, que es el Universo: las manos, lospies; cada parte del ser que despierta va formando todo lo que hoy da vemos. Todo lo palpable. Pero se le olvida despertar el corazn (porque) el hombre tiene que despertrselo solo. Dicen que ah naci el hombre. Por eso el hombre . tiene que buscar, porque est ms atrasado (que la mujer)y que las otras criaturas del Universo. Tiene una conciencia inferior, a pesar de que piensa ms, que tiene ms inteligencia. Y tiene ms inteligencia por necesidad: ha tenido que despertarse solo pero si el hombre apenas es una guagua (beb) en el mundo! Por eso el ser humano comete tantos errores: porque recin se est despertando2
Esta estupenda versin tiene mltiples niveles de significado y diversas capas semnticas explicativas del rol que juegan las variadas realidades humanas que conviven en el universo: el ser y funcin de los sexos, el por qu no se entienden el hombre con la mujer, las asimetras epistemolgicas de sus entendimientos, su recproca complementariedad, la explicacin de la limitacin cognitiva del varn, la mujer como iniciadora

2 Mito de creacin contado por Marcelina Pichn Llancaban a Leonel Lienfaf y publicado en: Mapuche, gente de la tierra, Mal Sierra, Editorial Persona, Santiago 1992.

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del largo proceso de despertamiento del hombre, etc. Pero acaso lo ms formidable, la perla en la concha del mito, sea la revelacin de la clave explicativa del atraso y decadencia moral de la humanidad: la ceguera inconsciente, propia de su an precaria infancia evolutiva, que an nos encadena a la ignorancia. El hombre comete errores y no comprende a causa de que an no ha crecido lo suficiente, ni se ha liberado del sopor inconsciente que le provoc su cada, de ese estrellarse de cabeza en la bajada primordial. Los niveles de lucidez, calidad y grandeza de los individuos y de los mundos estn en funcin de grados de conciencia que los cohabitan. Es decir, si hoy no hay ms competencias cognitivas, si las cegueras humanas persisten, y si por ello se degrada la condicin humana en actos indignos, es a causa de que el hombre, en cuanto gnero, tiene una conciencia inferior: maneja la pura inteligencia racional; y en cuanto especie si la humanidad no exhibe progreso es a causa que recin se est despertando. El conocimiento y el grado de conciencia, para el corpus mtico mapuche, deviene entonces en una funcin del ser: a un cambio en el ser (un crecimiento) del individuo o de la especie cognoscente, hay un cambio correspondiente en la naturaleza y cuanta de la eficacia reveladora de la conciencia y de la calidad del conocimiento que se nos alumbra. Lo que sabemos hoy corresponde al nivel de una guagua, de un beb. Lo que comprendemos est ligado tambin a lo que en cuanto

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seres morales (el tipo de prcticas recurrentes) hemos decidido hacer de nosotros mismos. Arauco comprendi y tuvo conciencia de determinadas cosas de la naturaleza, de percibir, por ejem plo, la im portancia de la impecabilidad y de la intensidad ritual, de la cuntica de los seres vivos y los enlaces invisibles de las partculas del mundo en el seno de un determinado nicho ecolgico, porque observ y actu, pens y habl elmundo desde una posicin fsica y tica, empujada por un tipo de lenguaje, que le haca, entre otras cosas, desarrollar estrategias guerreras de vigilia, tanto para la medicina como para la eficacia de la magia. En el caso occidental cristiano, por ejemplo, la mstica y la va iluminativa de San Juan de la Cruz constituye un tipo de conocimiento holstico y simple, que nunca lograramos permaneciendo siempre cmodos, como animales satisfechos e inertes en lo que ya somos, sin antes pasar por la ordala de superar nuestros defectos y los siete pecados capitales. Para ello es que acertadamente Jess pronunci acaso su ms crptico mensaje al decir: bienaventurados los puros de corazn porque ellos vern a Dios. Requisito fundamental para entrar al reino absoluto de la conciencia es reformar el propio corazn. En esta lnea, el comentario de San Agustn a la susodicha bienaventuranza, resulta profundo y notable: todo el trabajo de nuestra vida consiste en sanar y limpiar el ojo del corazn, que es el que nos permite ver a Dios. En sntesis, todo depende del trabajo con elpiwke (corazn) mapuche: de cmo mi verbo superior ordena con poder

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a lo inferior, sosegando las pasiones, amarrando los pequeos yoes que usurpan al gran y verdadero yo. Y esto es la exacta traduccin literal de piwkel (vase pg. 76) Una vez hecho esto, se cumple la intuicin de Leonel Lienfal, poeta mapuche que a los veinte aos concluyera: hay muchas cosas que el mapuche nunca ha tratado de explicarse... la cultura occidental est llena de porqus... no hay para qu preguntarse, es perder el tiempo. Lo que importa es cmo el hombre viva y cmo sienta la vida., la respuesta la podemos obtener viviendo. Las cosas van respondindose en la m edida que evolucionamos3 He descubierto en estas casi dos dcadas de investigacin etnogrfica que dentro de la tradicin mapuche-araucana la estrategia guerrera, el estilo de vida guerrero fue inventado como praxis para lograr un semejante estado de despertar. El guerrear , y el consecuente acechar que est implcito en todo desplazamiento tctico en un boscoso territorio, (porque sin el alerta se nos puede ir nada menos que la vida), en el centro-sur de Chile se erigi como el ancestral aerobic de la conciencia . Vestigio de esta preocupacin central fue la gran consigna para el llamado al alerta que los kon (guerreros) se hacan entre s y, que hasta el da de hoy ms de algn abuelo se lo espeta sobre la almohada a un pequeo nieto

3 En: Mapuche Gente de la Tierra , Mal Sierra, Edt. Persona, Santiago, 1992, p. 67.

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consentido: \Tepelaitungekmekon\ Despirtate buen guerrero! . Al punto que para hombres y mujeres, adultos y jvenes, la norma de vida principal al interior de un Ayllarewe (organizacin federal mapuche), el primer mandamiento, era: \Trepelaimiduam), esto es, debes tener tu mente despierta. Se explica entonces, que mi informante principal en la Araucana, Ceferina Huaquifil, me llegara a comunicar en 1984 que el que se vigila a si mismo todas las horas del da, no necesita ninguna religin4 Es obvio que lo que aqu se muestra, ms que una actitud religiosa para comprender lo central del Evangelio de Jess que es su famoso Despierten, que el Reino de los Cielos est cerca, o ese Despertar y orad; ms que una postura psicolgica favorable para un despertar de la religin hubo, en el Chile arcaico, una religin del despertar, rubricada adems, en la huella dejada por las palabras. El primer gran impacto que descubr como etngrafo fue ese demoledor antecedente de que en el mapudungn existieran tantos verbos cuyo significado fuera la misma pasin, la misma ansia, pero expresada en grados o niveles diversos: la pasin por el estado de vigilia. En el ya clsico diccionario del Padre Flix de Augusta, en esos primeros aos, pude contabilizar al menos catorce verbos! ligados con el despertar (Vide:

4 En: Verdades mapuches de alta magia para reencarnar la tierra de Chile, Ziley Mora P. Edit. Kushe, 1989, pg 78.

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lloftulen, pg. 74). El dato no es menor si recordamos que en nuestros idiomas no indgenas no pasan de dos o tres los sinnimos para ese verbo, o esa nocin, revelando la marginalidad de dicha preocupacin comparada, por ejemplo, con el ya casi infinito lxico que dispone Occidente para la informtica y la ciberntica electrnica (?) Y lo extraordinario del caso es que el anlisis lingstico del verbo central - trepen- adems nos brinda toda una gramtica del darse cuenta, arrojando luz respecto a qu ocurre al interior de ese misterioso fenmeno de la a veces abrupta comprensin consciente.
Veamos. El prefijo tre procede del verbo trekman, que es el estallido de las chispas en direccin de una persona. Por su parte pen, como sufijo, corresponde a la idea de encontrar, hallar, ver. Pero antes de unir ambas races, hay que agregar que la misma voz, empleada para designar la idea de despertar, tambin designa la idea de estar alegre, de buen humor y la idea de alentado, con nimo muy positivo {trepe, chrepe, chepe)5. Y como adjetivo, trepen es espantadizo, sorprendido, casi asustado o asombrado. En consecuencia, recogiendo estos antecedentes desde la matriz semntica del verbo, una definicin descriptiva de trepen, el despertar psicolgico, sera el asombro -casi equivalente a un susto sagrado con un nivel de total optimismo-por el estallido de la chispa de la comprensin a causa de haberse hallado
5 Es interesante que casi en pleno centro de la ciudad de Concepcin, se encuentre el cerro Chepe, un antiguo Olimpo mapuche para iluminarse y despertar?

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abruptamente el secreto de algo, a causa de la visin profunda de algo, a causa del encuentro casipasmoso con dicha visin. Nos hemos detenido aqu, porque -ya lo dijimos- esta praxis de la conciencia representa el Santo Grial de las venerables filosofas orientales y de las grandes religiones de la humanidad. No olvidemos que aparte de constituir -la iluminacin como producto del despertar- lo central del samadhi tibetano y del satori zen, palabra japonesa que significa literalmente despertarse a la verdad csmica, la misma palabranombre de Buda significa, a su vez, el despierto... Todo lo anterior estara al menos insinuando que estamos en presencia de fsiles lingsticos, de un raro mbar semntico muy especial, que habra permanecido intacto en el tiempo, desprendido como esos errticos maderos de un naufragio, restos flotantes de una alta cultura que habra florecido en el Pacfico Sur, una cultura protomapuche (anterior a Monte Verde, en el Puerto Montt de hace 13 mil aos?), destinada a cultivar su esmeralda, su joya mxima que cercen la conquista espaola: una escuela inicitica para crear hombres despiertos, una escuela -ya lo demostraremos ms adelante- para formar iniciados en el poder revelador de la palabra ( ngenpines y (g)llmenes). Y la escuela, era bsicamente, ser consciente de la naturaleza sagrada de la misma lengua: el dungun mismo, la Palabra, era la escuela!.
Todas las preocupaciones de una cultura y el genio de un pueblo quedan reflejadas en el lenguaje, en su sintaxis particular. Ella, la lengua y por supuesto nuestras lenguas
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occidentales como el castellano y el ingls, reflejan la manera como ven el mundo los grupos humanos que la formaron o deformaron. Y, digmoslo de nuevo, reflejan el prejuicio etnocntrico, el paradigma cultural y social (el modo como nos interrelacionamos y organizamos), las descripciones, el inventario de las cosas y las lgicas o racionalidades (a veces curiosa y manipulada, como lo es la moda de no saber aceptar la muerte como fuente de vida y cambio en el cotidiano occidental). A lo anterior, agregumosle la carga suplementaria que reciben las palabras desde la experiencia de la historia personal de los hablantes, experiencia que a su vez fue inducida, condicionada y m anipulada por el significado, las ms de las veces variable y prejuicioso, asignado por la comunidad de parlantes de ese lenguaje. Por qu, por ejemplo, cuando hoy en espaol decimos amor, estamos escogiendo cargar esa palabra con el prejuicioso significado de sentimiento romntico, hormonal y light, pasajero como todos los sentires, en vez de empujar el compromiso de las experiencias personales de amor hacia el alto significado etimolgico y grecolatino de vibracin de eternidad-la flecha del amor la lanza un Dios- que trasciende las pasiones de la carne mortal, dado que sus races vienen de a (alfa griega privativa, que significa sin, despojado de) y de mors (muerte, en latn), cuyo exacta traduccin etimolgica sera lo sin muerte, lo que est despojado de caducidad; es decir lo imperecedero? Y dado que el lenguaje tiene una dimensin generadora de realidad, -la palabra crea y condiciona tanto la percepcin del
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mundo como su hacer en l, percepcin y prctica que a su vez crea a los individuos- tenemos lo que tenemos: rebajamiento de los ideales amorosos, incapacidad deshonesta y falta de coraje para llamar las cosas por su nombre y dejar de llamar, por ejemplo, al acto sexual como hacer el amor, entre otras muchas innobles consecuencias. Conviene precisar y recordar aqu, que cualquier lenguaje occidental posee el carcter de cdigo que incluye principalmente cuatro funciones:

a) es un sistema de reglas y claves (para transferir y transformar un sistema de un orden x, en otro de orden diferente) b) es una convencin cultural (construido por acuerdo social como un coordinador de coordinaciones. Cs. H. Maturana) c) es un mecanism o de com unicacin (instrum ento simblico donde trafican de ida y vuelta mensajes de una cultura) d) es un medio para crear realidades y coagular las ideas en una historia (dimensin generadora del lenguaje).
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De todas ellas, es obvio que la ltima (d), es la ms importante, la ms arcaica y la ms prestigiosa de las cuatro, al punto que en la antigua Grecia, el logos, la Palabra o razn ordenadora del kaos, tena carcter de divinidad, idea recogida por el primitivo cristianismo, que hizo declarar al telogo de Patmos, San Juan, en el principio era el Verbo {en arjh logos), el verbo era Dios y por medio del Verbo fueron hechas todas las cosas (Prlogo de Sn. Juan 1.1.) Esta dimensin generativa que hoy ha redescubierto muy bien la Ontologa del Lenguaje6, es en especial compartida por los lenguajes indgenas, al punto que la conciencia aborigen la percibe como funcin deliberadamente central. Para el shaman o machi mapuche, hablar de algo es invocarlo, nombrar es llamar a que venga lo nombrado. As, tanto en Mxico como en Chile, los curanderos prohiben hablar de las enfermedades delante de los nios porque en nombrndolas, llegan slitas a la cabecera de los chicos mientras duermen (sic). Pero todava hay ms funciones o dimensiones en los lenguajes indgenas americanos, dimensiones profundas de las que tambin se ha percatado Jos Vila Selma, al establecer que las palabras amerindias tienen una caracterstica muy suya, que las distingue sustancialmente de las palabras occidentales, sobre todo las latinas, y es sta -lo que no ocurre con las lenguas germnicas-, por ejemplo: que cada fonema tiene

6 Vanse autores como Francisco Varela, Humberto Maturana, Fernando Flores, Rafael Echeverra y otros.

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y conserva inclume su significado original. Esto hace que la semntica del semantema permanezca inalterable y sea imposible vctima de una gramaticalizacin de su semntica primera.7
Esto significa que la concepcin original de algo, permanece virgen, inalterable, inalterada e idntica a aquella primera matriz lingstica que dio cuenta de la intuicin de una verdad, percibida y establecida en laedad de oro del significado, antes que viniera la gran debacle histrica y entrpica: la confusin semntica y el rebajamiento de las palabras. En esos parasos lingsticos de Amrica antes que llegara la Babel europea, la Palabra, el Signo, para esa mente mapuche o azteca era considerada, como dira Umberto Eco, un sistema de significaciones abierto. Cules son entonces las otras funciones del lenguaje arcaico precolombino? Aparte de las anteriores, percibimos otras cuatro o cinco:

7 En: La mentalidad maya . Textos Literarios. Edicin preparada por Jos Vila Selma, Editora Nacional, Madred, 1981.

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El lenguaje indgena como sistema de significaciones abierto.

a) lugar donde se revela y muestra el ser (la palabra como casa del ser, segn el gran aporte de Heidegger). b) medio de acceso al ser (ncleo de la divinidad) o intento de participar de su verdad, arrebatada (conocer jams es algo pasivo) mediante metforas de la Naturaleza y a la Naturaleza (la polisignificancia de sus races y fonemas). c) instrumento de poder sagrado, (para inducir o provocar el trance de la visin y para hacer bajar a los dioses). Percutor de energas fosilizadas. d) pauta o sendero para ensayar posibilidades nuevas en el ser. e) el ser mismo, (disfrazado de lenguaje) pauteado con posibilidades a ensayar, pauta que no lo agotara nunca, siendo vlidos tambin otros lenguajes, especialmente para los aspectos ms exteriores o superficiales de la realidad Slo algunos lenguajes, los menos, seran el disfraz de lo Importante.

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Aqu la palabra ya no es ms mera portadora de un mensaj e dado. Aqu -y as lo mostrara este libro- la palabra es la verdad o al menos participacin plenaria en un aspecto de la verdad. El lenguaje adopta el alto encargo de ser puente con el ser, con lo inteligible del ser y, por tanto, vehculo de la verdad, en el sentido griego y germnico del trmino: aletheia-. muestra la desnudez de su esencia, descorre los velos que la ocultan. Si revisamos por ejemplo el concepto de yo, en la lengua mapuche -inche- veremos que la estrategia araucana para arrebatarle la verdad al ser, es decir para descorrer los velos que tapan la revelabilidad de la identidad humana, es conectar e integrar en un solo lexema, en una sola palabra, diversas metforas del proceder de la naturaleza, metforas que aluden al mundo de abajo (minch), al alimentarse iin), a lo que est dentro o se procesa por dentro, tal como la asimilacin de los alimentos, a la abundancia o riqueza de lo humano (che)... Y cada una de estas races (semantemas) a su vez recogen y contienen por s mismas, sus propias alusiones o metforas, dndole a las palabras una extraordinaria polisignificancia, conectando -tal como la tupida raigambre de un rbol- un mundo de posibilidades evocativas, anlogamente sugeridas. A tal grado llega esta evocatividad inherente a las palabras indgenas, que el lenguaje se erige, adems, como un activador del ser dormido, en un percutor de posibilidades ciertas y vivas, en un descongelador de energas que permanecan fosilizadas para la accin. Quiz, como en ninguna otra lengua precolombina, en el mapudungun, se realiza prstinamente la naturaleza
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del lenguaje humano que tan brillantemente lo expusiera el filsofo alemn Martn Heidegger en su obra Ser y Tiempo: El lenguaje pone de manifiesto... no produce., la descubribilidad. Ms bien la descubribilidad y su actualizacin del ser -comprensin (consciente) e interpretacin- son condiciones que posibilitan que algo se manifieste8. Asegurada dichas condiciones de manifestacin, tanto con el estado guerrero de alerta, como en toda la praxis lingstica vinculado con el despertar (comprensin consciente) y con el sistema interpretativo que incorpora y adosa un cmulo de metforas evocadoras de fenmenos de la naturaleza, es legtimo pensar entonces que ese algo que se manifiesta sean ncleos poderosos de la verdad. Es decir, es legtimo pensar que dado que esta cultura aborigen supo acuar palabras verdaderas, ellas hayan podido formar hombres verdaderos y diciendo verdad en cada palabra alcanzan la verdad de s mismos9. La verdad es integridad e integracin: el Todo y el Uno, la Verdad es el otro sinnimo de la Realidad. Esos hombres verdaderos, los iniciados en el poder revelador de la palabra, eran los ngenpin (los dueos del decir), verdaderos oradores sagrados en las grandes solemnidades rituales. Aparte de comprender a cabalidad lo que decan, manejaban a la perfeccin los variantes de sonido, los otros matices fonticos del mapudungn que

8 Citado y traducido por Hubert L. Dreyfus, en Ser-en-el-Mundo, comentario a la obra Sery Tiempo de Martn Heidegger. Edit. Cuatro Vientos, Santiago, 1996, pg. 236. 9 Expresin del citado.

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lo convierten de verdad en una lengua de arcanos, en una lengua esotrica y litrgica. Esos ngenpin, en 1889 fueron observados discursear por el estadounidense Daniel Brinton, quien nos informa: no eran ms que sonidos modulados; no eran palabras que merecieran el nombre de tales y, por lo tanto, no son susceptibles de traduccin; pero a travs de la voz se transmita la expresin de sentimientos como los balbuceos de un nio... Quiz sea esto la expresin ms alta de un sentido esttico10. De modo que la palabra no solo era Verdad, sino que deba ser modulada y ajustada de tal manera que fuera adems Belleza, detonante para movilizar emociones bellas, superiores y nobles. Ante tales cualidades de oratoria de los weupin, otro apelativo para designarlos y que significa los que se han merecido o ganado el uso de la palabra, cualidades que inclua emplear el sonido adecuado del fonema dependiendo la circunstancia (hora del da, lugar, tipo de auditorio, etc.), se ganaban el grado superior de ghlmenes o gllmen (hoy acortado en llmen), el ttulo ms prestigioso de la antigua Araucana. El mismo Brinton, a fines del siglo XIX lo registra en una nota: Piensan que un hombre que habla sin cortarse y con soltura debe ser una naturaleza superior y privilegiada. Por solo esta circunstancia ascienden al grado de ghlmenes o caciques u hombres notables 11. Es
1 0 Daniel Brinton, en: The memorial o f Cakchiqueles, Philadelphia, 1918, opus cit. En La mentalidad maya, J. Vila, Edit. Nacional, Madrid, 1981. u Opus cit. Ibidem.

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interesante dejar dicho aqu, que hoy en da esta palabra se emplea tambin para sealar a un hombre rico, con abundancia de bienes materiales. Todo muy lgico, habida cuenta de la potencia coaguladora de realidades asociada al uso inteligente del lenguaje. La partcula g, gy que compone el prefijo de glmen, merece un zoom, un enfoque especial, ya que men, no ofrece mayor ambigedad: el penacho de las aves, smbolo de seoro y nobleza. Resulta que viene de la raz g, que significa temor y rabia. Esta proviene, a su vez de una raz ms arcaica, i (tb. y) que tiene el triple significado de a) nombre (el apelativo para designar personas o cosas) b) miedo (de ier, mostrar los dientes) y c) encender (de in, arder). Qu est detrs? Qu concepto sostiene esta triple semntica de . La idea de que dar nombre a alguien o algo es tambin, encenderlo, a la mencin del nombre, simultneamente se pona en movimiento el arder de la chispa de la conciencia o el espritu; es decir, la transformacin del hablante por efecto de tomar conciencia de lo hablado. Adems est revelando de paso que el nombre de una persona refleja tambin su miedo personal (el temblor de los dientes) a no existir. Ftackaw, el Gran Padre o Cuaternario Divino, no tiene nombre porque es la nica Realidad que no tiene miedo a no existir; los dems, para superar ese miedo a la nada, necesitamos un y, un nombre que nos haga arder en la existencia. (A causa de esto, comprendemos entonces que el mismo Brinton concluyera como de soslayo que las lenguas en s mismas, no solo eran expresiones de
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ideas, sino de relaciones metafsicas). Englobando y reuniendo los sentidos de i, aparecera ntido el significado para ese mximo grado o categora iniciatica araucana: un (g)lmen era aquel noble, o se haca noble, a causa de su maestra en la capacidad para hacer arder o de despertar la chispa de la existencia (participacin en el ser) en el acto de nombrar los seres y con ello, hacerlos superar el miedo a la nada, el rechinar de dientes ante la muerte, nombrando adecuada y verdaderamente las cosas. La polivalencia de i y de todas las palabras mapuches que siguen, dejan claro que en la Araucana ancestral hablar era un asunto para transformar y transformarse, una energa para hacer arder y seguir modificando la creacin del mundo. Las palabras estaban diseadas o pauteadas para aventurarse en el ser, para dejar de ser lo que se era antes, para abandonar posiciones dentro y fuera de uno. All, en contacto con esos verbos arcaicos, ser humano significaba ser-una-posibilidad de adentramiento en el tejido primordial del universo. Y aqu de nuevo la metafsica mapuche del lenguaje coincide con Heidegger: slo el hombre puede (si quiere, si asume su vocacin de ngenpin) ocupar la casa del ser (el lenguaje), solo l puede tener incursiones y experiencias decisivas en el conocimiento bsico de su arquitectura y su diseo. Pero va depender del tipo de lenguaje que habite. Porque hoy, con nuestras lenguas modernas de la eficiencia en el mensaje, hemos terminado por habitar lenguajes cmodos, adormecedores, hipnticos; nos
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hemos ingeniado lenguajes sin significado, quitndole la levadura a las palabras para que dejen de movilizar el insaciable foco del pensamiento, anulando su hambre de verdad, que es el hambre de que toda parte se encuentre y se relacione con el Todo. Nuestros lenguajes, al vacirceles el significado primordial, ya nada gatillan dentro de nosotros, al dejar de estructurarse segn campos semnticos asociados, al dejar de ser las unidades lingsticas sistemas polisemnticos, abiertos a realidades diversas pero que se entretejen, al quitarles la mixtura significativa de mundos en cercana que se yuxtaponen, el lenguaje dej de encender al hombre: le apag al hablante la chispa de la conciencia. Como las palabras ya no reflejan ms la divinidad consciente, por eso la palabra ha perdido su valor, porque quienes pronunciamos nuestras conocidas palabras, no decimos la Palabra que fuera la transmisin del poder y de la autoridad de la divinidad en el hombre. Hemos dicho que la aspiracin mayor para nuestra cultura indgena de Chile era lograr el nivel del ngenpin, hacerse dueo y seor del decir. Y dueo, ngen, en mapuche significa conocer lo que se tiene. Porque logrado esto, se aseguraba el objetivo de la existencia: despertar el ser o encender la chispa de la conciencia. Porque al contacto con Palabras-Verdad, el ser del hombre ya no era ms naturaleza o mera substancia dada, sino un evento de experiencias posibles. Equipado con un sistema de verbos verdaderos, agentes de conciencia, al hombre se le regalan infinitas posibilidades de accin
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y de produccin de fenmenos, que superan las limitaciones de su horizonte de animal humano. Con lenguas polisemnticas como el mapudungun, se podacon total legitimidad- intentar el rediseo constante de su naturaleza. Con su lenguaje, la tradicin mapuche arcaica de Chile nos ensea que el hombre es aquella posibilidad o potencia imprevisible que dispone de la facultad de afectar y de reorganizar el tejido visible e invisible de la Naturaleza. Es decir, un hombre verdadero habitado por palabras verdaderas, recuperara su dignidad de Dios-en-el-tiempo, dado que as el es la substancia del cambio en el universo, el es la encarnacin de la palabra libertad en la naturaleza. Tal es la naturaleza del tesoro escondido de Latinoamrica, empaquetado como una carga radioactiva en el depsito del olvido histrico de nuestros pases, pero an disponible si la humanidad quisiera retomar su vocacin de ascenso csmico. Idiomas como el de los mapuche aguardan all, en un rincn del sur de Chile, como resevorio de claves para la iluminacin, a la espera de que en la cabeza de los chilenos se disuelva el txico de la nube global.

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CAPITULO I

LAS POTENCIAS INTERNAS Y MISTERIOSAS DEL SER HUMANO

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Conceptos-ejes del pensamiento mapuche. ALWE: Espectro Humano

Alwe: alma primera, alma animal, base anmica de la segunda alma (am), energa vital sutil, una suerte de substrato biolgico del yo psicolgico. La voz as como am- ha recibido diversos intentos de traduccin, todos insuficientes y parciales, que slo describen aspectos perifricos y anlogos al verdadero contenido de este difcil concepto. Lingistas, cronistas y etngrafos coinciden al menos en dos aspectos:
a).Se trata de un tipo de nima ntimamente ligada con el cadver (nunca se aleja de la vecindad de ste). Al acabarse completamente el cadver, desaparece tambin el alwe sin que sepa ms de l. b).Se trata de un fluido vital susceptible de ser atrapado, extrado (succionado) y manejado a distancia por el arte del brujo (,kalku). As por ejemplo, el witranalwe era (es) una categora de zombie, un engendro que fabrican los brujos expertos con recurso a cierto hueso de un difunto y a cierto tipo de piel (de la planta de los pies y de la palma de las manos). Sobre ellos se enganchaba (witran) este fluido, emanado inmediatamente ocurrida la muerte y se le daba forma o apariencia pseudohumana. Aunque tambin a veces poda atraprsele este fluido a un enfermo. El antiguo cronista y primer gramtico de la lengua mapuche, el jesuita Luis de Valdivia (1606) afirma que alwe tambin significaba calentura, lo que nos refuerza
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en suponer que efectivamente se trata de la energa del espectro, aquella exudacin final del impulso vital, expelido al momento de la muerte funcional del sujeto, energa que se recondensa por un perodo determinado fuera del cuerpo. Datos recogidos por otro especialista (Latcham), insisten que el cuerpo vivo no tena alwe, ste solamente apareca cuando sobrevena la muerte. Otro jesuita y lingista, B. Havestadt (1777) aporta otro valioso elemento. Afirma que se trata de la voz para designar al muerto, pero aquel con muerte que ha sido llorada, (moritur, cum morte luctator). Vale decir, implcitamente se afirmara que el llanto sera un medio para retener el fluido magntico de la animalidad humana, fluido que tendera a corporalizarse de nuevo, estimulado u obligado por la pasin emotiva de las lgrimas. En consecuencia, alwe sera, el muerto mismo, el cascarn magntico, el muerto en cuanto retenido en su energa biolgica, desparramada y errtica. Alwe sera el muerto en cuanto rehn de los caprichos de una voluntad ajena, del llanto de sus deudos o de las propias y repetitivas pasiones, largamente cultivadas en vida por el propio difunto. Finalm ente, la m ism a etim ologa del vocablo complementa, confirma y matiza las anteriores aseveraciones procedentes de los cronistas etngrafos y de las observaciones tradicionales. Alwe aparece directamente emparentada con la voz aln, grande vehemencia, que transformada en el adverbio que
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pareciera estar casi en superposicin semntica con alwe, conlleva el sentido de poco a poco, medianamente, no muy. A partir de aqu nos resulta otra elocuente aproximacin de alwe: un fluido inestable, que, se degrada poco a poco, que obedece al rgimen de la pasin y que puede ser susceptible de ser manejado a distancia. Concepto (s)- madre del origen y campos semnticos asociados. faltar mucho, que an le queda mucho (allewen). no muy (semi), medianamente (allwe) gran vehemencia (aln) brillo fro de la luna (ale)

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Espectro, fantasma: alwe Definiciones posibles segn matriz etimolgica Semi-alma que luego de expirar el cuerpo se expele como residuo energtico animal. Queda o est a medio camino entre el desencarnar para su correspondiente futura estabilizacin humana o desencarnar para una mera involucin animal y/o el enganche de dicha manipulada energa por un poder externo dando vida a otro engendro, es decir la mxima perversin de la energa humana. Identidad sutil de primer orden, primer destilado an grosero expelido por el cuerpo animal luego de morir. Cascarn magntico o fluido potencialmente corporalizado, especie de ltima calentura (calor fro, emanado por concentracin de las pasionesdefectos sublunares) expelida por el moribundo, capaz de ser recondensada fuera del cuerpo pero an vinculada a ste a travs de una porcin, que se conserva en cuanto rehn de los caprichos de una voluntad ajena, contribuyendo a ello el llanto de los deudos, a causa de las pertinaces pasiones que en vida se cultivaran, ya sea de un modo deliberado o por ceguera inculpable. Fluido inestable, acumulado en vida en grado variable y de acuerdo a la vehemencia de las bajas pasiones del difunto y que se va degradando an

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ms, poco a poco conforme a dicho grado de identificacin del sujeto con sus defectos pasionales. Exudacin final de la energa del espectro, la energa animal del impulso vital que se despide al momento de expirar. Si se opera poco impecablemente en las protecciones rituales postmortem, dicha energa se deja a merced de las pasiones de los que gustan robar energa, ya sea de los brujos o de los entes menores del submundo.

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AM: alma

Am, Alma, interioridad invisible y activa del ser. Es el fondo substancial, el molde contenedor de la materia que estructura el ser, toda vez que se emparenta con amchi, vocablo que significa sedimento, borra, residuo. Asimismo, puede tambin haber derivado del verbo ameln, desconocer o confundir a una persona con otra, pues uno de las caractersticas centrales del concepto de alma mapuche es su capacidad para materializar o manifestar el cuerpo del difunto, hacindole confundir a sus conocidos: al ser una suerte de alter ego energtico de la persona, sta puede ser desconocida por sus ntimos cuando se aparece al modo de cuerpo sutil, como doble del sujeto.
El am de una persona es su segundo cuerpo, copia sutil y exacta del cuerpo fsico. El am es lo que sale en el sueo a realizar el llamado viaje astral. Corresponde exactamente a la pervivencia del yo psicolgico del sujeto, que se ve sostenido -luego de la muerte- por el vinculo o puente del nombre. Por eso es que, en los das y meses inmediatos al fallecimiento, los indgenas estiman que si nombran al difunto por su nombre, ste puede aparecer por creerse llamado. Por esta razn, no hablan jams de los m uertos por su nombre, sino que emplean circunloquios como finado, difunto, vocablos impersonales que tambin observan los campesinos chilenos. La presencia del am tambin aparece condicionada al recuerdo que se haga de la memoria del
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muerto. Mientras la evocacin de su figura permanezca

fresca, el am no se aleja, pues su recuerdo es otra manera que tiene para hacerse presente. El substrato antecedente del am es la energa animal o biolgica del alwe. Esta base energtica y fisiolgica del alwe, deba ser trabajada a travs de experiencias vitales y las habituales prcticas volitivo-emocionales de la vida humana para poder ser transformada en am. Al igual que el alwe, se manifestaba en ocasiones como una aparicin fantasmal, aparicin que acaeca hasta despus de transcurrido un ao de la muerte, lapso lmite para su manifestacin. El am de un hombre puede, por lo tanto, permanecer y desaparecer sin ningn desarrollo, como el alma embrionaria de un nio, dependiendo del plasmado de impresiones. Cuando en vida o luego de morir -porque el am puede seguir aprendiendo y desarrollndose ms all de la muerte- el sujeto no genera en s mismo el poder de la voluntad firme (yafduami) no logra adquiridar sabidura suficiente (kmri), la energa inestable del am se disgrega al contacto con materia de vibraciones ms potentes que le toca enfrentar en sus vicisitudes post mortem. Si no resiste tal educacin o prueba formativa (manejar el propio am, hasta que obedezca como una cabalgadura a su amo) se frustra la posibilidad de convertirse en pll (o pell)-, es decir en espritu, estadio evolutivo superior del am, que corresponde al pleno desarrollo de las potencias celestes que trae inhibidas y como aherrojadas el alma del hombre.
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El am, -que se asocia y casi resulta idntico al ka, el concepto egipcio de alma- en consecuencia, una vez desprendida del cuerpo no desaparece, ni se va inmediatamente. Generalmente gusta frecuentar -en virtud de su naturaleza psicolgica anmica- los mismos lugares que sola habitar en vida y a las personas a las cuales estaba afectivamente ligado. En consecuencia, tiene las mismas necesidades y disfruta de los mismos elementos, sentimientos y placeres que los corporalmente vivos. As, para tranquilizar una am, de suyo inquieta y voluble como los sentimientos y las emociones, era preciso seguir atendiendo a sus necesidades para que nada le faltase. De aqu naci la ancestral costumbre de consolar el alma: enterrar con los muertos todos aquellos objetos e instrumentos que les servan en vida. Es decir, el am o energa arquetpica de los objetos personales como las joyas femeninas o la lanza (waiki) guerrera, ayudaban a compactar la energa anmica para proseguir la educacin postmortem. Concepto(s)- madre del origen y campos semnticos asociados. Sedimiento, borra, residuo que se aconcha (amchi). Confundir o desconocer a una persona con otra (ameln) Presencia y herencia de los antepasados (amchej

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Alma- yo psicolgico: am Definiciones posibles segn matriz etimolgica Molde contenedor de la materia que estructura el ser, la interioridad invisible que activa los mecanismos de la biomasa y la psicologa del sujeto. Yo psicolgico del sujeto que permanece ms all del evento de la muerte fsica y que sigue respondiendo al nombre y a la forma tpica. Identidad sutil de segundo orden o doble anmico, rplica exacta del individuo pero ms sutil, segundo cuerpo sutil susceptible de deprender del primer cuerpo fsico (,kall), durante el sueo y permitir as el viaje astral. Energa interior que se alimenta en una forma tpica y que estructura y cohesiona con un determinado orden la materia del ser del hombre, manteniendo un cierto principio estabilizador singular. La forma psicolgica que se aconcha segn las caractersticas de los antepasados (herencia) y que puede hacer confundir respecto a la verdadera identidad, tanto al propio sujeto como alos dems, cuando aveces dicha forma se rematerializa espectralmente, una vez, traspuesto el umbral de la muerte

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PLL: (*) espritu

Pll-, s. Espritu. Acaso se trate de la voz mapuche cuyo sostn o substrato conceptual sea el de mayor riqueza y de ms ntido perfil en lo concerniente a un aporte para esclarecer en Occidente, ese inmenso y complejo universo semntico que es el espritu y que hasta hoy permanece en la ambigedad de un lugar comn y en el misterio. Lingsticamente surge como sntesis de tres palabras, asociadas entre s, tanto por su afinidad etimolgica como porque desde ellas emergen y saltan tres sendas propiedades o atributos del espritu. Una de estas matrices es el verbo plldn, que significa el proceso de minimizacin o de comprimir algo, hasta hacerlo desaparecer por tornarse invisible, pero no porque se haya disuelto y como evaporado. La otra voz es el verbo pllelen, estar cerca, la proximidad fcil e inmediata, el estar a la mano. Y la tercera matriz sera el sugestivo pllf, adjetivo que se traduce por tierno, delgado y fino, como la cutis nueva sobre las heridas en cicatrizacin.
Tenemos entonces que el vocablo pll (tb. pellit), el espritu es aquel resultado, aquel producto final (nunca una acabada, completa y cerrada entidad preexistente y dada gratuitamente al hombre) que se obtendra luego de compactar y comprimir las fugas de la energa

Segn otra grafa, pel

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humana, reduccin tal que se torna invisible. As, por haber trascendido, comprimiendo los impulsos errticos de la vida, resistido y superado las coordenadas del espacio y el tiempo; tal fuerza, minscula y potente a la vez, delgada y fina en grados extremos y diversos, puede, con absoluta y total proximidad, ponerse a la mano, y prxima a todas las cosas y realidades del cosmos. Y hacer nacer tal poder espiritual devendra privativo de _ los seres con piel humana, aquellos que - siguiendo el sentido ms probable de la metafrica definicin etimolgica de este extraordinario trmino mapuchesupieron hacer cicatrizar las heridas del dolor animal de la vida, crendose ellos mismos, una segunda piel, ms fina y sutil que la anterior (darse una nueva identidad consciente, no animal), pero sobre la base de la gruesa y antigua, que inevitablemente se desgasta por el roce doloroso y progresivo, y que de no mediar una consciente asignacin de significado (sentido al dolor), el hombre deber tomar la decisin de autoinferrselo (ponerse pruebas difciles) en el camino de la existencia, ya que todo apunta ms bien a la inercia cmoda y degradante. El espritu es segn toda sta profunda acepcin de la nacin pll y segn la tradicin ancestral mapucheuna especie de substancia fina y acrecentable, cuya fuerza y calidad permanece embrionaria y confundida con el alma (am), hasta que una decisin consciente del inche (el yo del individuo) la empuje a entrar en el proceso evolutivo de sublimacin y ennoblecimiento. Y el camino para tal proceso no es otro que las experiencias diversas de enfrentamiento con lo no programado, con

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lo otro; es decir, con la naturaleza, con la materia. As, un hombre que ha logrado el desarrollo de su espritu, al morir su cuerpo, se torna en una entidad potente, con un grado de libertad inusual y desconocida para la naturaleza inferior, capaz de hacer el bien o el mal a los vivos y pasa a ser un manejador de las fuerzas ocultas y misteriosas ( es decir, alcanza la categora de pilln, que es la unin mstica del espritu con el alma ipll + am= pilln). Pero para ello fue menester que, en el caso del varn se convirtiera en un fta kona, en un guerrero superior, el cual debe desafiar todos los peligros y vencer los miedos a lo desconocido. Algunos grandes espritus, eligen no regresar a la existencia, no adoptar de nuevo el limitado ropaje corporal. Estos, luego de pasar sucesivas purificaciones, terminan metamorfosendose en la luz de los grandes astros, astros desde los cuales habran justamente descendido los primeros pll, quienes el Fta Chao, el Gran Padre, hizo bajar con forma humana con la misin de mostrar a la naturaleza de abajo el camino de ascenso al firmamento. An los viejos mitos nocturnos ensean y sealan que la luz de las estrellas es el fuego que despiden incandescentes pll de remotsimos grandes caciques de la raza. Por lo tanto, el espritu es aquella chispa divina desprendida de la Gran Fuerza (Fta Newen) que se aloj en el corazn (piwk) de los hombres primigenios, fuerza que an pervive en el corazn de todos nosotros, sus descendientes, la cual se despierta y acrecienta cada vez que el ser humano se propone vivir la existencia como lucha a contracorrientecon lo involutivo.
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De tal esfuerzo, surge aquella segunda piel aquella nueva identidad- fina, elstica, indestructible, bajo la costra de las heridas vitales, infringidas por esta autoexigente existencia terrenal. Se tratara de la tercera y ms profunda identidad sutil, la ms autntica y verdadera, dada que es la nica (las otras dos - el alwe y el am - son identidades comunes con el animal y la especie homo sapiens) identidad individual, personal, que se desmarca de lo colectivo.

Concepto (s)-madre del origen y campos semnticos asociados. comprimir (plldn)

hacer invisible por minimizacin (plldn)


estar cerca (plldn) estar cerca (pllelen) tener a la mano todo (pllelen) cutis o piel nueva (pllfi tierno (pllfi fino, delgado (pllfi

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Espritu : pll (pell) Definiciones posibles segn matriz etimolgica Potencia energtica autogenerada por compactamiento consciente de la energa corporalhumana mediante procesos de refinamiento y reciclaje constante. Central depuradora, concentradora y ennoblecedora de las dimensiones humanas ms inconscientes e inferiores. Identidad sutil de tercer orden, individual, absolutamente personal, una surte de yo superior que se desmarca de lo colectivo y nivelador de todas las categoras de especies del universo, ponindolas a stas a su servicio. Centro de individuacin (nueva identidad) y de sublimacin de lo animal (de la costra vieja). Central nuclear personal donde se contienen y presionan las fugas errticas de energa y se comprimen minimizando los espacios subatmicos al nivel cuntico, para producir un haz de energa invisible, capaz de dirigir el propio destino o biomasa y de aproximar o controlar masas de otros cuerpos.

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FILOSOFA MAPUCHE: Palabras Arcaicas para Despertar al Ser

Potencia centrpeta que puede ser despertada o generada por el roce con los niveles densos de la materia, energa bruta que dirigida conscien temente, se puede transformar en una substancia fina e indestructible a las ansias carnvoras de la nada.

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ELUWN: funeral

Eluwn: s. el entierro, la fiesta funeraria. Junto con este significado, la palabra tambin contiene y designa los verbos alojar y alistarse o disponerse. Pareciera que la partcula elu deriva de la raz eln, que conforma la voz eluklen, que se traduce por estar listo y dispuesto. Pero tambin puede corresponder a otro de los sentidos comprendidos por el verbo, eluwn (de la raz elu), tradicionalmente traducido por darse mutuamente algo, dar o entregar. El sufijo wn, que aqu estructura la otra slaba y que es mitad y final de la palabra, tradicionalmente se sabe que comporta la triple nocin de aurora, de boca y del reflexivo s mismo. Por lo tanto, eluwn se nos aparece -como la mayora de las palabras mapuches- pletrica de sentidos, matices y significados, los mismos que en una correcta traduccin castellana de funeral es importante recoger. En consecuencia, una de las aproximaciones para el rito mortuorio sera alistarse para enfrentar la aurora, toda vez que se asume el complejo y largo ritual de exequias, con que se prepara al difunto para el enfrentamiento decisivo con las potencias del ms all. Estas, implacables cuando se trata de la evaluacin del alma (tal es el caso, por ejemplo, de la Trempilkawe, la severa Jueza de Ultratumba), haba que enfrentarlas al menos con un conjunto de acciones sagradas, ejecutadas en forma impecable: incineracin de las partes blandas y visceras, momificacin del cadver mediante el mtodo delpllay o pillai (segn Havestadt), una zaranda de koliwe
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FILOSOFA MAPUCHE: Palabras Arcaicas para Despertar al Ser

suspendida al humo que disecaba el cuerpo, toda suerte de libaciones rituales, el depositar los objetos ms ntimos al interior del sarcfogo, el cerrar el camino al alma (al espectro) con ceniza caliente para que sta no se devuelva por el rutinario y conocido camino a casa, mantener fuego durante un ao sobre el piramidal tmulo (kue) para ayudar a subir al espritu, mantener sobre la cspide de ste un fuego que dure un ao, etc. Otra forma sugestiva de entender lo que implica la traduccin de funeral sera alojar en la boca de s mismo; es decir el prepararse -a la entrada o boca del destino (la aurora o el despertar final de la muerte) para enrostrar la difcil prueba de verse por fin a s mismo. En resumen, el entierro o rito mortuorio que apunta la voz eluwn, es aquel intervalo, el nterin, entre el momento en que el alma aloja con la muerte y se alista para el despertar del espritu, a la entrada de esa aurora tremenda que es la visin desnuda de s mismo. Y no cabe duda que tal enfrentamiento tena un sesgo positivo: aproximarse a esa boca que pronunciar la real y definitiva verdad de lo que fue la vida, equivala a un despertar a la luz.

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Concepto(s)- madre del origen y campos semnticos asociados. preparado (eln) estar listo, estar dispuesto (eluklen). dar, entregar, darse mutuamente algo (elu)

aurora (wn)
boca {wn) a s mismo (wn)

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Funeral: eluwn Definiciones posibles segn matriz etimolgica preparado para el encuentro con la verdad de uno mismo. estar listo o dispuesto para el gran intercambio, la gran entrega, la prueba final de qu es lo que realmente tengo para dar. dispuesto y alistado para la evaluacin del alma y el enfrentamiento decisivo con las potencias del ms all. alistarse para enfrentar la aurora, el otro nacimiento alojado (horas previas ante del amanecer) en la boca de s mismo. preparacin - a la entrada o boca del destino (la aurora o el despertar final de la muerte)- para enrostrar la dura prueba de verse por fin a s mismo, compareciendo ante la evaluacin del alma .

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CAPITULO II

EL REINO DEL YO ESPIRITUAL

FILOSOFA M APUCHE: Palabras Arcaicas para Despenar al Ser

INCHE: yo
Inche p.p. Yo, el pronombre personal que designa al sujeto que declara. Desde el punto de vista del campo semntico que imponen las races lingsticas de inche, este pronombre proviene de inchen, desde dentro, o desde abajo, ya que inchen coexiste emparentado con minche, el mundo de abajo, la obscura zona del subsuelo profundo. Asimismo in, significa tambin comer. En consecuencia, al declarar y decir yo, inche, lo que en verdad digo es lo que sube a mi desde el fondo, lo que aflora desde lo profundo, y adviene desde dentro mi. Por lo tanto, decir yo equivale a hacer conciencia de lo ms profundo, de lo que est oculto, es decir ese substrato oculto lo que me alimenta, no lo de arriba, porque all est lo superficial y es obvio su conocimiento. Al declarar yo, Inche, estoy tomando consciencia de mi mismo, equivale a comer de la identidad profunda. Y para lograr ese estado de conciencia de si, se trata de bajar hacia el abismo y comer de los frutos de la sabidura y el conocimiento, tanto de lo bueno como de lo malo. Y para la cosmovisin mapuche, sabidura (kimn) no significa ser bueno, sino bajar a tomar contacto con todo lo que est dentro y debajo de mi ser; significa alimentarse de la totalidad. El sabio mapuche coincide y comparte absolutamente con la opcin de Karl Gustav Jung: prefiero ser completo a ser bueno. El uso declarativo de este pronombre personal antiguamente era bastante frecuente cuando se trataba de acentuar determinadas
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acciones individuales. Anteponer el iche al discurso o mensaje, daba especial garanta de veracidad y cumplimiento: tras las palabras estaba toda la grantica decisin y compromiso del yo personal. Ello explica que an se evite en la familiaridad de la conversacin, dado que el uso y abuso del trmino -como ocurre en nuestras lenguas modernas- haca perder conciencia y fuerza a la palabra enunciada y al contenido del discursocompromiso. El iche era vociferado por el caudillo que encabezaba una tropa al momento de lanzarse al ataque. Famosa es la frase registrada por el cronista Rosales que corresponde al grito de guerra de Lautaro: Inche Lautaro, apumbin ta pu huinca, (yo soy Lauraro que acab' derrot-a los extranjeros). Pareciera que en la antigedad mapuche el uso del Inche, al igual que la pronunciacin del nombre secreto de cada individuo debi haber estado normado y prescrito para ciertas circunstancias de especial exhaltacin de la consciencia, cuando un desafo como el guerrero, requiriese la reunin en una sola voluntad de todas las potencias anmicas y espirituales del hombre. Nos hace pensar -anlogamenteen el grito samurai o en el de los monjes-guerreros del Asia budista, al momento de lanzar sus devastadores y calculados golpes. Lo mismo vale para Ichiu: p.p. nosotros (dual); Ichin: p.p. nosotros (plural). Hasta la actualidad, todava prevalece el aspecto mstico del trmino segn esta hermtica expresin de una informante nativa: mi iglesia es el iche, porque puedo ver y respetar a Dios en mi. Los wingkas (blancos) estn dormidos y por eso ensean error tras error.. (Ceferina
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Huaiquifil). En ella se fundamenta implcitamente que en la conciencia de un ncleo superior (el yo trascendente 0 yo superior que existe ms all del yo psicolgico) y que la persona posee en forma potencial, hay una luz divina, una absoluta claridad que se contrapone al estado habitual de la humanidad: el sueo hipntico de la especie; fuente de todos los errores. Tal luz no es otra que la del ser, la poderosa y raramente emergente fuerza del ser. Precisamente a esta potencia ontolgica alude el ensayista mapuche Fernando Montupil Inaipil al titular su texto: Iche tat? 11: yo soy, recuperando una vieja expresin de cuo tradicional, verdadera palabra mgica - mantram- propia de la arenga de los guerreros (kona). Tal consciencia de ser, se vivencia como fuente de vida perenne, como afirmacin de invulnerabilidad, como energa incorruptible que preserva para la Inmortalidad. El cronista Rosales (alrededor del 1650), al or el tradicional grito del Iche ta tf solo pudo asimilarlo en funcin de sus categoras mentales. Lo mismo sucedi con el tambin famoso Inche kay che: Yo el hombre, permanece todava! Es decir lo reduce meramente a una prometeica exhibicin de valenta, propia de la fiereza de un matador: y assi en dando una buena lanzada a otro quando pelean 1 en matando (sic) a otro en la guerra, da dos saltos el indio matador y publica en voz alta su azaa (sic) para que todos sepan como es valiente, y dice Iche, nombrndose y dndose a conocer a todos.
1 2 Ensayo no disponible.

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La cita deja en pie una verdad incuestionable: el antiguo guerrero mapuche, en el acto ms lmite de lo humano como lo es un ataque mortal a otro hombre antagonista, que tambin lo poda sacar del mundo de los vivientes, jams claudicaba en su conciencia de ser humano. No se conectaban con el espritu totmico de las bestias carniceras, como el lobo o el oso, segn la tradicin guerrera de diversos pueblos nativos de Europa y Asia. No. Al revs de estos casos, donde el matador se abandonaba a la furia ciega y salvaje (invocando) para as poder descuartizar al enemigo, el kon de Arauco, exhaltaba ms bien la conciencia del yo humano, del inche, energa superior que lo conectaba con el plano divino de su ser, en vez que con la parte animal de su cerebro de fiera. Por lo tanto, este gesto de ataque, est revelando acaso la cualidad ms notable del legado espiritual mapuche: el valor del individuo que acta por sobre la masa u horda que slo reacciona. Cabe aqu la consideracin que slo los individuos aislados se sienten responsables, slo ellos dicen su nombre y publican en voz alta su hazaa, como lo registr el jesuita espaol ya citado. Las muchedumbres suelen coaligarse y concertarse en horda psicolgica para hacer aquellas cosas que los individuos aislados no se atreven a hacer. En consecuencia, habra que reconocer en el inche y en su reiterativa prctica de recuerdo de s o del s-mismo dada en todos los instantes de la vida, la ms alta y elevada actitud tica, pues tal conciencia del smismo termina, a la larga, en una experiencia mstica: mi iglesia es el Inche, porque puedo ver y respetar a
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Dios en mi. A nuestro juicio, esta alta significancia indgena del Yo, slo tiene parangn -de algn modo anlogo- al acierto sapiencial de la etnia campasasheninkas de la Amazonia peruana. Esta cultura de la selva, llama Narow, a causa de su nombre,, al primer varn. Y la traduccin del nombre del Adn aborigen de Amrica no puede ser ms metafsica: yo-soy-el-quesoy. Es decir, Narow viva permanentemente exaltada la conciencia de la identidad divina. Y para los dems varones, los que no son el Adn-Narow, los mapuche acuaron lingsticamente el inche, para con l hacer bajar la misma identidad celeste en el acto de la declaracin de sus nombres. Concepto(s)- madre del origen y campos semnticos asociados. comer, alimentarse (in). lo ms genuinamente humano (che).

desde abajo (minche) tierra del subsuelo, mundo subterrneo.


desde dentro de mi, del interior (minche) que viene de lo profundo (minche))

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Yo : Inche Definiciones posibles segn matriz etimolgica me alimento de lo ms hondamente humano. lo profundo del ser que sube hasta mi. lo que est dentro de mi y que creci en el mundo de abajo. tomo conciencia del substrato oculto que me cohabita y me alimenta. me conecto con las napas subterrneas de mi ser, con mi identidad genuina, y no con la epidermis de arriba, superficial y engaosa Bajo a mis abismos13, conozco mis demonios, mis fuerzas inconscientes y como de los frutos del conocimiento y la sabidura, probando tanto de lo bueno como de lo malo. Conciencia profunda del ser, vivenciada -en el acto declarativo o afirmativo- como fuente de vida perenne, como afirmacin de invulne-

1 3 El minche'-mapu es el piso csmico que est debajo de la mapu (tierra) y es la zona habitada por fuerzas obscuras y negativas, el pas de los espritus del mal .

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rabilidad guerrera, como energa incorruptible que nos preserva para la inmortalidad. Conciencia interior del Ser que nos co-habita, contacto y manifestacin de lo divino-interior, recuerdo de s o del s-mismo que adviene como fogonazo de conciencia, exhaltando dicha energa superior y que nos conecta con el plano divino del ser, dejando en suspencin los circuitos animales de nuestro cerebro.

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KIDU NGNEW N: libertad

Kidu ngnewn (quisu fienehuen). s. Libertad. Literalmente se traducira como hacerse dueo de s mismo (De kidu-. adj. mismo, propio, solo; ngne dueo, seoro) Otra traduccin etimolgica sera gobernarse por s mismo, gobernarse uno por s solo. Con todo, lo fundamental que permanece en pie con la nocin mapuche de libertad es la de sta como la de una facultad humana que se debe cultivar y no como un estado o una condicin externa al hombre, que lo habilitara para un obrar o un no obrar. A diferencia de esta concepcin judeocristiana y grecolatina de libertad, la araucana es la de una capacidad generada por la voluntad y el esfuerzo humano, para alcanzar la gobernabilidad, la autonoma: y el seoro de s mismo; capacidad que se desarrolla (nunca es innata ni es nunca un don) para con ella lograr la autoposesin. Y de este modo poder el sujeto poseer al destino, en vez de ser posedo por ste.
La tradicin jurdica de Occidente concibe la libertad como la falta de sujecin y subordinacin, como el estado del que no es esclavo, del que no es prisionero. Liberar o libertar es un acto que en su base latina comportaba la nocin de un quitar amarras , el desencadenar al que estaba atado. (Esta idea est representada como equivalente en el verbo mapuche naytunentum quitar la amarra al que est atado). El
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libertos o libre era aquel que no era esclavo, que haba quedado eximido de una obligacin o deuda con su amo, era aquel que no tena ya amarras que lo ataran al reino de una galera, a una dependencia patronal, o a un precio. El trmino latino libertad aparece entonces un tanto vaco de contenido positivo, indica solo las condiciones formales, define por referencia al concepto opuesto, no seala ni remite a una esencia determinada que sea el cometido a realizar y enunciado por la propia palabra. En cambio, el kidu ngnewn apunta a un blanco concreto, a un fin definido, a una tarea especfica diseada e inscrita en la estructura misma de la propia palabra: la tarea de ser dueo de uno mismo, de la propia individualidad, en una autntica autonoma (darse por s mismo la ley) que significa seoro del s mismo, por sobre cualquier contingencia propia o ajena que pretenda aduearse (ngne) de la rectora del yo.
En verdad, toda la vivencia ancestral de la libertad ejercida en la nacin de Arauco, se bas en la idea aristocrtica de la Naturaleza, aquella en que se impone el mejor, el mejor adaptado, el ms digno, el ms fuerte. Porque all, la libertad moral como la libertad poltica, deba conquistarse en lucha abierta y defenderse sin tregua, teniendo en cuenta que era la recompensa de los fuertes, de los hbiles, de los perseverantes, de los resistentes. Nadie es libre si no merece serlo. Porque segn esta concepcin, la libertad -al basarse en una cualidad volitiva que el hombre debe generar (no hay nunca libertad sin voluntad)- no es un derecho ni una
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facultad de hecho, sino que una alta y honorable recompensa. En una palabra, el kidu ngnewn mapuche recuerda una concepcin olvidada de la libertad: ella es un lujo en la naturaleza que no todos los humanos pueden (o no desean) permitirse. Y es por lo dems, la facultad que nos distinge del mundo animal, es decir del reino de la necesidad, del determinismo inflexible y de la inmodificable recurrencia. Concepto(s)- madre del origen y campos semnticos asociados. de propia iniciativa, espontneamente (kidu) propio, por s solo (kidu) aduearse, gobernar, tener dominio (nger) a s mismo, para s mismo (wn o wr)

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Libertad: kidu ngnewn Definiciones posibles segn matriz etimolgica capacidad para volverse dueo de uno mismo, con propia individualidad y autoseoro, con autntica autonoma (darse por s mismo la ley) fuero autoextendido para vivir con independencia interna, no solo no dependiendo de los dems sino, sobretodo, no dependiendo de s mismo, sin las esclavitudes de las partes inferiores de s mismo. facultad para autodirigir y legislar la existencia con autoridad propia, de motu propio, sin pedir permiso a nadie. facultad de derecho, no de hecho, que se conquista y genera a travs del ejercicio de las capacidades volitivas, las que nos zafan del reino animal de la necesidad y de los apetitos recurrentes.

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CAPITULO III

EL SENTIDO Y LA PLENITUD DE LA EXISTENCIA

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LLOFTULEN: acechar

Lloftulen: v (tambin Llofturi) Acechar. Corresponde al estado mximo de alerta, a la plenitud del estar despierto, y por lo tanto al nivel ms preclaro de la atencin consciente. El vocablo resulta de inters especial, ya que adems del acechar comporta otro significado paralelo: sorprender e interceptar un lquido que derrama desde arriba en una escudilla, recibindolo oportunamente, aunque el lquido se haya volcado sin previo aviso (As se deriva tambin el adverbio lloftunkechi: de sorpresa, sin aviso previo). La palabra se genera del verbo llofn: llover persistentemente. Por lo tanto, las bases conceptuales que sustentan el acechar o la mxima vigilia mapuche dicen relacin con cierta capacidad humana para recoger oportunamente el derrame sagrado de los cielos (Lloftulen tambin se emplea cuando se trata del caer de la sangre de un cordero ritual). Acechar viene a ser el poder de interceptacin de lo que cae de arriba sorpresivamente la facultad de ubicar la conciencia y la mente justo bajo la energa mejor que se vuelca del plano superior como la ms fecunda de las lluvias.

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LOS NIVELES DE VIGILIA Listado de palabras que aluden a un tipo o grado especfico de la vigilia1 4 Trminos del mapudungun 1)Uofiulen 2)trepen, trepelen, trepeduamn 3)trepelewtun Traduccin aproximada y tradicional, (no hecha desde los campos semnticos) acechar despertar, darse cuenta, caer en cuenta estar alegre, de buen humor. Volver a comprender (despertar) dentro de uno mismo; tambin tomar un nuevo aliento, nuevo vigor Despertarse Velar, estar despierto (capacidad de ver, de hallar o de visionar) observar, mirar, notar, reconocer analizar con cuidado los proble mas, estar atento y alerta en todo advertir, persuadir, avizar, alertar ser sagaz y cuidadoso, vivo para el negocio estar alerta y con ojo astuto para comerciar

4)nepen 5)peloIen 6)ngneduamn 7)ngimeduamklm

8)ngfen, ngfetun 9)Uwan 10)wan

1 4 Este listado, bsicamente fue extrado desde el Diccionario Araucano" del P. Flix de Augusta y de 7 haba de m i tierra de Martn Alonqueo Piutril

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Trminos del mapudungun 11)wafe 12)klinen 13)kuiwttmmn, kuiwtulen 14)diuimkiilen 15)faltvn

Traduccin aproximada y tradicional, (no hecha desde los campos semnticos) el sagaz, el vivo, el que est alerta en todo estar con los ojos muy abiertos para ver bien estar alerta y con cuidado frente al peligro y frente a aconteci mientos peligroso estar bien alerta, contento y alegre fiarse en s mismo y estimarse mucho, producto de estar en s mismo (de su estar despierto) an dar vigilando, trajinar mirando, hacer la ronda observan do con perspicacia la vigilancia estricta, el cuidado vigilar todo a su alrededor

16)iwt}'antpayawn

17}udriif 18)waIlokiau>n, wallokun

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PIWKE: corazn

Piwke s. Corazn (tambinpiuke). Junto con designar al rgano cordial, la voz refiere a ste como sede de la interioridad esencial del hombre, como el centro del reino humano, donde se protagoniza la dura batalla entre las pasiones del alma y las mociones (rdenes) del espritu (pll), expresadas en los actos volitivos. Tal funcin viene articulada por los propios componentes semnticos de la palabra. La partcula p i se deriva del verbo pin , mandar que se haga algo, querer que se realice, ordenar con verbo imperativo, mandar decir. Y la raz uke {wke) entronca sin necesaria exclusin de sentido, con cuatro etimologas posibles y ms bien complementarias: a) ukel: amarrar. El corazn es el lugar donde se ordena amarrar y concentrar el caos de sensaciones y reacciones dispersas y errticas; b) kn: sosegar y hacer callar al nivel de la respiracin imperceptible; es decir el corazn es la fuerza que conscientemente impera para aquietar los sobresaltos de las pasiones exaltadas; c) kf. apretar o encajar en un pequeo espacio: el corazn, potencia aglutinante y centralizadora; y d) ukmn: olvidar. El corazn como emisor de la orden del olvido de aquello que atente contra la integridad del ser. El corazn, pues, viene a ser la sala de comandos, maniobrada por el piloto de la voluntad, que manda decir y ejecutar lo que percibe la mente como conveniente en un momento dado. O bien, el piwke sera aquel pequeo universo capaz de rodar o girar sobre
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s mismo, integrando toda la realidad del ser alrededor de su propio eje, si preferimos convenir derivar el vocablo depiwkll, otra alternativa semntica viable, que es rodar sobre su eje.

Concepto(s) madre del origen y campos semnticos asociados.

mandar, imperar (pin) ordenar hacer algo (pi) decir con autoridad (pi) amarrar (uket) sosegar (kn) hacer callar (kn) apretar, concentrar (kfi comprimir (k)

olvidar (kmn)

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Corazn: piwke Definiciones posibles segn matriz etimolgica Centro de la conciencia que ordena el caos del alma y manda reunir lo disperso, amarrando lo flojo o suelto, impidiendo la fuga energtica de las emociones. El yo volitivo que acta como mariscal de campo comandando la batalla entre las pasiones rebeldes del alma y las mociones luminosas del espritu. Potencia aglutinante, concentradora y centralizadora de estmulos, de percepciones centrfugas y de sensaciones errticas que descentran a la persona. Fuerza volitiva consciente que manda hacer callar la tirana de los estmulos y el vocifero de los yoes inferiores a travs del dominio de la sangre y el sosiego rtmico de la respiracin. Centro sosegador y aquietador de la energa emocional exhaltada o perturbada. Centro que es capaz de girar sobre s mismo con autonoma de los dems sistemas corporales, y sabe ordenar y mandar al olvido lo que no conviene a la integridad del ser.

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KONANGEN: salud Konangen: v. Tener buen estado de nimo, tener buena salud, estar sano, de buen nimo y semblante (particularmente cuando se trata de jvenes y nios). Literalmente significa: poseer el estado del guerrero; es decir el estado de aquel que entra a pelear agresivamente, estilo que obviamente se asocia a la buena salud corporal y psicolgica. (Del verbo Ko naln). Especficamente, la salud se vincula a un tipo especial de respiracin, aquella que se hace completa y profunda, como la efectuada antes del ataque del felino nawell. (Vase Konkln, infrd). Konklm v. estar animado, expirar, exhalar, entregar el ltimo aliento . Estas aceptaciones corresponden a las recogidas por Havestadt, en el 1750, quien escribe concll. Por su parte Augusta (principios del 1900), para la misma voz que registra konkeln, apunta gruir, andar gruiendo. Esto nos puede hacer pensar de nuevo en la arcaica asociacin con el rugido de un felino nativo y su conducta vital (vase injra, kon, pg. 101), donde exhalar el aire como un rugido de felino, indudablemente comporta un positivo estado de animacin.

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Concepto(s)- madre del origen y campos semnticos asociados. guerrero, soldado (kona) hombre fuerte y viril (kona)

ser dueo, tener seoro de algo (ngen)


conocer lo que se tiene (ngen) penetrar, meterse en medio, introducirse (konri) energa felina (kod)

el rugido de la fiera (koatun)


arrogante, altivo, insolente (kochin)

irreverencia, faltar contra la urbanidad (konaln)


pelear agresivamente (naln) actuar montarazmente (konaln)

exhalar, expirar (konklun)


entregar el ltimo aliento (konklun)

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estar animado (konklun) gruir, andar gruiendo como una fiera (,konkeln) tigre, jaguar (nawell) Salud, estar sano: konangen Definiciones posibles segn matriz etimolgica poseer o aduearse del estado de nimo del guerrero . conciencia de tener a disposicin la energa combativa del felino austral disposicin anmica positiva, con una dosis de agresividad suficiente para entrar a pelearle a la vida . talante felino para penetrar guapeando con altivez en medio de los asuntos de la vida, y pelear agresivamente contra los obstculos que se enmaraan . posesin activa de una voluntad fuerte para procurarse la disponibilidad de la energa felina.

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imitacin humanizada de la conducta del gato salvaje (kod-kod) en el cultivo y seoro de una actitud proactiva, casi irreverente, que no espera aprobacin ni se cie pasivamente a las pautas rutinariamente observadas . respiracin felina, moverse gil e impecable mente como el jaguar (nawelt) exhalando el aire como un rugido salvaje; es decir, pleno de fuerza profunda, concentrada, com pacta y completa .

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AMPIN: medicinar

Ampim v. tr. Medicinar, drogar, efectuar curacin. Literalmente significa mandar a decir al alma, o ordenarle al doble sutil del cuerpo, toda vez que am, el alma, en la concepcin mapuche, es aquel segundo cuerpo sutil y etreo que se concibe como copia exacta. del cuerpo fsico, (pin: decir, mandar a decir, querer, imperar con el verbo). El vocablo deja en evidencia, entonces, la idea original que subyace en la nocin de medicinar. Se trata de un trabajo que apunta a la causa profunda del mal: restaurar la integridad del fluido oculto, aquella energa que verdaderamente anima al ser y de la cual el cuerpo no viene a ser ms que una rplica, una segunda manifestacin material de aquella. Por tanto, la alteracin o desajuste fsico expresada en una dolencia o disfuncin, no reside propiamente en el rgano enfermo, sino en ese doble anmico, responsable de sostener la vida del ser. Y tal segundo yo (el individuo tiene varias identidades entrelazadas) no se rige por las leyes del metabolismo celular sino por la mente cuajadora de palabras (rakuduam), por la sugestin mental, por aquello que manda ordenar -la mente, que incluye al inconsciente (propia)- a travs de la fuerza de los pensamientos y las emociones. Ahora bien, cuando esto falla, la etimologa del vocablo mapuche prescribe certeramente: otro, un experto, debe intervenir con el poder de su palabra; medicinar es ordenar con la fuerza de la palabra el desorden o desmoronamiento de la idea83

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fuerza que sostiene al yo. Y parte central de la terapia mapuche era una suerte de profilaxis lingstica, ya que curiosamente jams incluyeron en el lxico el vocablo enfermedad. Tampoco el trmino soledad. Hacerlo era dar consistencia al mal del cuerpo, hablar de las enfermedades era llamarlas para que se enseorearan en un cuerpo, que prcticamente era el exacto resonador externo de los movimientos internos del alma. Hay aqu, en consecuencia, una clarsima superacin del dualismo cuerpo-mente que tanto ha marcado la medicina occidental despus de Descartes. Pensar de esta forma ha llevado al mdico no indgena a un nuevo reduccionismo, a una postura metafsica (es ms, a una creencia) que limita drsticamente la esfera de su competencia: el creer que l sana rganos o cuerpos enfermos y no personas que enferman, el creer que la etiologa del mal se ubica intracuerpo y por lo tanto, debe sanar efectos y estados mrbidos, y nunca pensar en el nivel que rige y ordena al cuerpo; menos an intentar una profilaxis preventiva que combata el espritu del mal, antes que se enquiste en un rgano o en una persona sana.

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AMPIFE

Ampife; s. Mdico, el curandero. (Antiguamente escriban ampive). Traducido segn la exacta nocin de las partculas componentes sera: el que sabe hacer las rdenes verbales para el alma, el experto en imperar con decisin al alma. El sufijo fe (o fu) pospuesto a ampi, connota el saber experto, apunta a designar a aquel que se decidi de modo imperativo a hacerlo. Otra designacin para mdico era la de ampikama (hoy en desuso) cuya traduccin es semejante a la anterior: el oficiador, el guardin (,kama) de las rdenes enviadas al segundo cuerpo. Resulta interesante y curioso que esta voz sea tan cercana a la que empleaban los incas para sus grandes mdicos: los ampicamayos. (Del quechua hampik: el que da medicinas, el que da bocado para matar, y de kamayoh. el que tiene un oficio, el que es perito en algo). De acuerdo con la concepcin mapuche, la enfermedad fsica irrumpe cuando el individuo se encuentra en un estado de nimo vulnerable. Si el cuerpo y el alma no funcionan integradamente como una voluntad de ser y hacer, se produce una baja en el alerta fsico y; por ende, un vaco destinado a ser ocupado por espritus malignos. Dicho de otra manera, si el hombre no est ocupado por s mismo, cabe esperar que lo ocupen fuerzas extraas a l. En consecuencia, una vez establecida la divisin interna del enfermo, la dicotoma producto del andar con dos pensamientos (epurakiduam), explicacin nativa de la fuente de su mal, la habilidad de la ampife-machi,
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est en saber llamar al metrem pll , al espritu vago del paciente. Cuando reina la divisin y el descontrol expresado en una separacin de la mente, el corazn y el cuerpo, el yo sin energas queda expuesto a una voluntad externa, para los mapuches el wekufe o fuerzas del mal. Estas fuerzas son malficas al provenir de otra parte, distintas a nuestra fuerza vital unificadora y de claro efecto adormecedor de la voluntad. De tal modo, el concepto de enfermedad como un cuerpo extrao introducido mgicamente, tiene su fundamento en una bajada de guardia , en un embotamiento del nivel consciente, producido antes que su consecuencia: una baja de las defensas inmunolgicas (medicina cientfica). Los cuerpos exgenos, ubicados en algn rgano de nuestra anatoma, no son otra cosa que materializaciones que el propio individuo gest inconscientemente, dada su precaria armona y la ausencia de una mente consciente, capaz de impedir ser penetrado por fuerzas extraas. De aqu que la tarea del mapuche, no solo del ampife o de la shaman machi, los expertos del curar, apunta a reunir sus facultades en torno a lo que la realidad exige a cada instante, a estar alerta y disponer de una grantica cohesin interna, para as poder protegerse de los asaltos de espritus malignos y energas destructoras.

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Concepto(s)- madre del origen y campos semnticos asociados.

doble anmico del cuerpo (am) alma, el yo psicolgico (am)

decir, mandar a decir (pin) ordenar con voz imperativa (pin)


querer, imperar con el verbo (pin) seoro de la palabra (ngenpin) vocero con poder (ngenpin) el que sabe (fe) experto (fe)

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Medicinar: ampin / mdico: ampife Definiciones posibles segn matriz etimolgica ordenarle al alma, al yo psicolgico del paciente mandar a decir al doble sutil, ordenar con voz poderosa, temiendo claro el tramado de distintas identidades del individuo entre tejidas y subordinadas. enterar con poder al alma de lo que necesita su homlogo subordinado: el cuerpo. reestructurar la sintaxis del alma, enferma con verbos ajenos; y saber reocupar el alma con otra gramtica, la propia, la profunda . deshechizar el susto del alma, expulsar con ensalmo exorcista los demonios ajenos, al wekufe (los nuevos visitantes) que usurpan la conciencia y desordenan las energas del cuerpo. Intervencin experta en el arte de ordenar con imperio y poder al alma para desalojar las potencias extraas a la voluntad de un individuo (paciente) que baj la guardia, -el alerta consciente-, bajando con ello sus defensas inmunolgicas y permitiendo una invasin de entes aliengenos, responsables prximos de sus estados mrbidos.

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KPAL: familia, descendencia

Kpal: s. Familia, descendencia. Kpal es un sustantivo que procede tanto del verbo kpalen que significa ir y venir, como del transitivo kpaln, traer algo. A su vez, la voz aparece ntimamente emparentada con la partcula kpa, que antepuesta a los verbos expresa desear y querer (hacer la accin respectiva). Con tales antecedentes, la familia -de acuerdo a un estricto acercamiento etimolgico- se definira como el deseo (ya encarnado en unas personas) que manda u ordena traer algo de atrs, o de antes, o bien como el actualizar el ir y venir del mandato de la sangre que viene y trae algo de atrs.
Habra igualmente que poner el vocablo en el contexto lingstico ms afin, situarlo junto a otra voz del mismo campo semntico desde donde se habra desprendido. Nos referimos al verbo kpafemtun cuya traduccin es no detenerse en ninguna parte, a la vuelta. Es decir, es deber de la descendencia hacer kpafemtun, no cometer los mismos errores (de la vida) y avanzar hacia delante, no detenerse. Porque kpafemtun deriva de femn, un verbo demostrativo que significa hacer una accin ya indicada, ya ensayada (antes). Si en mapudungn, un idioma que no form jams una palabra que correspondiera a un concepto y una realidad inexistente consider que la nocin no detenerse en ninguna parte a la vuelta deba ser un verbo en s mismo, producto de la importancia singular y transcendente de
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esa accin-evento, que se infera de la experiencia de la vida humana, sta contena la posibilidad de abortarse en ciertas estaciones, como tambin que en la prxima vida (prxima vuelta) el individuo poda aprender de los errores. Y una forma de advertir estos riesgos y posibilidades existenciales, fue creando un verbo, una palabra que pusiera a determinada descendencia a resguardo de un aborto en su destino: kiipafemtun. Es decir, yo mismo y mi familia (kpa) trae algo que viene indicado de antes y que va hacia otra vuelta, vuelta que podra modificar su contenido si yo paso alerta al cruzar determinados pasajes claves y no me detengo en ninguna parte. Resulta sugestivo adems saber que, otra palabra extrada de la misma cantera kpalchen, significa tanto traer gente como hacer traicin. Esto deja implcito la idea que hacer venir gente, es decir, tener descendencia, puede equivaler a un traicionar el avance de la vida del linaje si ste no se gesta ni se forma de un modo tal que aprenda de sus errores y no se entretenga o demore a la vuelta. Al respecto, las voces antiguas para designar apellido o linaje eran knga y kpanche, quedando esta ltima como sinnimo de tribu, parcialidad. Tambin -y a la luz de los trminos antedichos- la nocin de descendencia podra vincularse a la opcin que llev a la tradicin mapuche a designar el vestido o la ropa femenina con un vocablo de la misma e idntica raz kpam. Lo que implicara, de algn modo, inferir la familia como ir y venir de la ropa que se cambia y que conserva bajo s,
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algo que viene de atrs (la esencia del individuo), algo que el cuerpo trae recubierto al modo como lo recubre la ropa. Pero donde terminan de concurrir todas estas profundas acepciones que se imbrican unas con otras es en el verbo kpawmagm tener sueo (de.umaw: sueo). Porque con los antecedentes lingsticos y semnticos ya descritos, aparece ntidamente la impresionante concepcin arcaica del dormirse y del sueo. Este es el producto del (mucho) ir y venir del linaje, es el efecto de las muchas vueltas que ha tenido la familia o el clan. A mayor desgaste, fruto de la recurrencia en los mismos errores de cada vuelta (es decir, en cada generacin que se reencarna), mayor embotamiento y letargo de los individuos, mayor peso muerto acum ulado , inconsciencia ente el trabajo de alerta que es preciso hacer.

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Concepto (s)-madre del origen y campos semnticos asociados. ir y venir. (kpalen)

traer algo (kpaln)


querer, desear (kpa) part. antepuesta al verbo, hacer la accin respectiva. no detenerse en ninguna parte a la vuelta (kpafemtun) hacer una accin indicada antes, ya ensayada

traer gente {kpalcheri)

hacer traicin {kpalcheri) vestido, ropa femenina, de machi: (kpam)


apellido, linaje (knga) tribu, parcialidad (kpanche) tener sueo (kpaumagn) sueo, dormir (umaw)

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Familia, descendencia: kpal Definiciones posibles segn matriz etimolgica la encarnacin del deseo que manda u ordena traer algo de atrs, algo de antes, la herencia. la actualizacin del ir y venir de la especie y de la sangre que llega con algo de atrs. posibilidad de aprendizaje que se reitera para no cometer los mismos errores en el siguiente ensayo, en la vuelta prxima de la vida. posibilidad de modificar lo que se trae como herencia (lo que viene ya indicado) si se transitan alerta los pasos difciles de la vida. instancia presente para aprender de los errores para no traicionar el avance de la vida del linaje. conservacin de cierto patrn acumulado, de cierta recurrencia que se caracteriza en un molde bsico (el molde del sueo inconsciente de la f a m i l i a ) que tiende a incrementarse en cada vuelta, (en cada generacin).

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CAPITULO IV

EL SIGNIFICADO DE LO MASCULINO

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W ENTRU: varn

Wentru (tambin wentrun): s. varn adj. viril, masculino varonil, fuerte. Wentru.es la sntesis de dos nociones que el antiguo habitante dl cono sur americano vio como propias y definitorias del ser varn. Wentru procede de wenu, cielo, pas de arriba, firmamento estelar . Segn el mito de creacin mapuche, el Gran Espritu lo hizo bajar al planeta an en proceso de estabilizacin y de creacin, con una misin de hacer amable la tierra y con tal que ste pudiera regresar en pareja ms arriba y, ser ms brillante que antes en la antigua patria estelar. El varn-estrella cae primero que la mujer, y antes que ningn otro ser, al desierto y an candente planeta tierra. El inaugura, rompe y arriesga el conducto o primer enlace con la tierra. Forja el primer camino y conculca para siempre el aislamiento del mundo inferior con el luminoso y divino pas de arriba o wenumapu. Su temeraria misin tiene contratiempos: cae de cabeza en la roca, quedando embotada y aturdida su consciencia y su memoria celeste. Y bien pudiera ser justamente a esta condicin la que aludira la segunda slaba del lexema. Porque tru eventualmente sera contraccin de trung, embotar, arromar y gastar el filo de algo: el golpe en la filosa (aguda) cabeza humana devendra en la metfora del desgaste y el arromamiento entrpico de la luminosa consciencia divina, que el varn traa como don antes del aturdimiento, consciencia que inclua el difano conocimiento de su misin aqu abajo, y la sabidura
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para reencontrar el camino de regreso al verdadero hogar. En virtud de esta misin y tarea, permanentemente amenazada por el olvido, es que la pedagoga arcaica de la cultura llamaba al Ser Supremo Futawentru, el Gran Hombre de Arriba, y uno de los nombres sagrados de la Va Lctea era el de Reklpillanwentru: el espritu divinizado de un hombre recostado en el cielo. Ambas designaciones lingsticas eran una forma de instruir en el ms importante de los recuerdos: el hombre procede del cielo y su deber es retornar al cielo. Esta enseanza, propia de las palabras de la virilidad, se reforzaba en otros dos trminos afines al universo masculino: weni (tambin wenu)\ maestro y wev. muchacho. Uno de los maestros iwen) se le conoce con el arcaico nombre de Thome o Trome, hroe civilizador que baj como arcngel (D. de Rosales) a ensearles a los primeros hombres de Chile lo ms valioso: la lengua o mapudungn y la medicina shamnica. Una alternativa semntica diversa a la de trung pero no contradictoria ni excluyente a sta, sera truna y trunan. Corresponde a la idea verbal de recoger, juntar (granos) entre las manos y a la de dar algo a puados. Entonces, si wentrun entronca con wenu, Cielo y con trunan, tendramos por lo tanto otra sugerente variante para la definicin de varn: aquel que recoge semillas del cielo y las entrega a puados, generosamente. Tambin habra que destacar la directa asociacin con lo viril que hace la lengua mapuche cuando quiere

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expresar la idea de defender, hacer causa comn con el ofendido . Para ello emplea la expresiva'voz wentruwm la apelacin del hombre a s mismo, a su condicin de tal. Es decir, defender en rnapudungun es algo que le compete a la divinidad del varn. Concepto (s)-madre del origen y campos semnticos asociados. cielo (wenu) maestro (wen) filo arromado o gastado (tru, trung)

recoger granos entre las manos (truno) dar algo a puados (trunam) defender apelando a s mismo (wentruwn)

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Varn: Wentru Definiciones posibles segn matriz etimolgica el que baj del cielo con el filo de su cabeza arromada, con la conciencia divina embotada. el que descendi de arriba con el filo divino mellado, desgastado por la inconsciencia. el que recoge entre sus manos las semillas del cielo y las entrega a puados. el que regala generosamente los frutos del cielo, tal como un maestro de las realidades superiores. el que recoge por s mismo (en sus propias manos) lo que viene del cielo y lo ensea y lo defiende como buen maestro.

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KONA: guerrero

Kona: s. Guerrero, soldado hombre fuerte y viril. Est compuesto por la asociacin de dos partculas monoslabos. Ko se habra originado a partir del verbo konn entrar, meterse en medio, in tro d u cirse en a lg o . Y na que sera una con traccin su stan tiv a del verbo n aln , cuyo, significado es pelear agresivamente. Quizs tanto ko como su fuente verbal konn, son elaboraciones lingsticas ms complejas, hechas espontneamente bajo el influjo de la antigua denominacin dada al gato monts, el felino ms arcaico de la Araucana y la Patagonia: Kod-kod, voz reduplicada producto del nfasis de alguna cualidad sobresaliente (la de entrar a un ataque siempre con la cabeza erguida como un ariete). Puede que tambin bajo este mismo influjo hayan surgido tanto koatun, el rugido de la fiera y el adjetivo kochim, arrogante, altivo, insolente . Con todo, el universo de vinculaciones referido, tiende a reforzarse toda vez que el lin g ista Havestadt, en el siglo XVIII, recogiera la palabra konaln con el sign ificado de faltar contra la reverencia debida , pecar contra la urbanidad , actuar montarazmente (Tal como la conducta del gato salvaje?).
En consecuencia, la voz kona evocara un lejano y vago estado de actividad felina, siendo guerrero y soldado aquel que se mete guapeando en medio de
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algo a pelear agresivamente, exacta traduccin de nuestro vocablo. M xim e, si adems konkln significa andar gruiendo y guapeando con gruidos, voz que tambin participa de la misma arcaica raz konn.

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PANE: Semen

Pane (Antiguamentepanne). Semen o esperma viril. El esclarecimiento de la raz etimolgica de sus partculas componentes resulta hondamente sugestivo. Con gran probabilidad, la palabra derivara de pan que resulta ser un apcope de pangui, puma o len de Chile (Felis concolor), muy usado en nombres de varones en la Araucana (Ej: Wenupam len del Cielo). La otra partcula ne podra tener una triple derivacin: a) contraccin de neng, movimiento, accin, que a su vez procede del verbo nengmn, actuar, hacer algo; b) contraccin de newen, fuerza, vigor, potencia, energa, c) apcope de nehu, puente. Tenemos entonces que la definicin mapuche del lquido seminal sera un tipo de potencia que representara las altas virtudes (sagradas) del movimiento felino. O bien, la conexin o puente donde el varn igualara la conducta ideal, sagrada y totmica del puma. Tal es la reverencia por el puma y los grandes felinos como el nawell (el tigre o jaguar) que los pewenches y nguluches jams nombran a estos animales por sus vocablos, sino que emplean un substituto, hacen un circunloquio, designndolos como fta peni, gran hermano (!). El puma o el tigre {nawell), representa el animal de mximo prestigio en la antigua conciencia indgena. Su actitud de guerrero vigilante, de ataques giles, fulminantes y perfectos, de aparicin como el rayo y huida impecable, impresion vivamente al varn mapuche. A tal punto, que la ms alta y secreta iniciacin guerrera inclua la
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introduccin de partculas de un misterioso hueso de puma o tigre. Con esta proteccin totmica el kon se haca invulnerable y adquira fama de matador invencible y prolongaba notablemente su vida. Virtudes felinas como la de no temer enfrentar el fuego y el largo alcance de su salto hacia arriba, originaron el viejo mito de la lucha del puma con el sol para apoderarse de las piedras de la luna. Y junto con la observacin atenta de su conducta sexual -el len de Chile es el mamfero que ms tiempo dedica al cortejo y al ritual previo y post al apareamiento- explican que la energa ms preciosa del varn, el semen de la vida, diga relacin con la potencia volitiva y felina, necesaria para tomarse el cielo por asalto. Concepto (s)- madre del origen y campos semnticos asociados. puma (pan, pangui) actuar, hacer algo (nengmn) energa, fuerza, potencia (newen) puente (nehu)

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Semen, semilla viril: pane Definiciones posibles segn matriz etimolgica energa o potencia para actuar, para el hacer vigilante. conexin con la energa del puma, puente con la movilidad activa del felino. potencia volitiva para saltar hacia arriba, hacia el fuego de arriba y tomarse el cielo por asalto.

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FUTA: marido, anciano

Fta : s. Marido, adj. grande, adv. mucho adj. viejo, anciano. La voz se ha asimilado a diversas grafas y fonticas (Juta, vta, feta, f ta, etc.) una de las cuales prcticamente se ha convertido en sinnimo:
Esta palabra, usada preferentemente en su acepcin de anciano, se habra estructurado a partir de un apcope de la expresin Fta Chao o Fta Chaw, Gran Padre de todo, Anciano Padre divino, nombre profusamente usado para designar el vocativo del Ser Supremo. De esta contraccin, ha llegado a derivarse formas verbales, tales como juchaln: ampliar, multiplicar, exagerar, aumentar yjuchan, que sincrnicamente significa tanto hacerse grande como ponerse viejo. Tal dualidad de sentido y significado se hacen uno en la mentalidad mapuche: a medida que un varn envejece tiene la responsabilidad frente a s mismo y frente a la naturaleza de agrandarse, de aumentar su calidad de hombre, de crecer para merecer verdaderamente su puesto en el cosmos. Si un varn al envejecer no mejora ni aumenta su existencia, constituye un aborto, una frustracin de las leyes naturales porque ha traicionado su funcionalidad en el mundo. El lmite d tal crecimiento no existe, porque se asimila a la perfeccin divina;, perfeccin suprema que no conoce horizonte; es lo que explica que la lengua adjetive y llame al Ser divino sin ms como el Grande. Ms sugestivo resulta an que, en algunas
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comunidades mapuches transandinas, el nombre divino registre y deje constancia que lo divino, que Dios de algn modo, es un momento, exelso y absoluto, de la perfectibilidad humana, ya que llaman Ftaiventru hombre-grande-marido-anciano (wentru=varn), al Creador del universo. En el ser humano entonces, estara inscrita y en germen, la plena y total grandeza divina, atributo que se impondra como tarea eternamente inconclusa a la existencia de los hombres, particularmente a la de los varones. Y por otro lado, lo divino personal es un exigente arquetipo celestial para el ser humano. Dios es bsicamente una realidad que est de cara al hombre -ste es el gran interlocutor vlido del universo- recordndole a ste su parentesco esencial con su propio linaje Con el recurso de una virilizacin deliberada del nombre de Dios, la cultura mapuche asienta acaso la tesis ms audaz del pensamiento indgena americano: los humanos (y en particular los varones-esposos) son el rgano cognoscitivo de Dios y del Universo mediante el cual Dios crece y se conoce a s mismo. A la vez que el nombre involucra el arquetipo mximo para la vida esponsal del varn: El Ser Supremo es el marido por excelencia, atributo que por lo dems eleva y dignifica al nivel de lo sacro la condicin de juta, de marido para una mujer. La partcula fu podra haberse conformado a partir de dos fuentes posibles: del sustantivofn, semilla, fruto, carne, o bien del verbo ful, acercar, raz del adjetivo fulpan, venido de muy cerca, como p u f l que es la
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familia de la consorte. En consecuencia, f engloba bsicamente dos nociones: la de semilla y la de pariente cercano. Por su parte, ta, la otra slaba de nuestra palabra, tambin evoca una idea similar. Porque podra ser derivacin del verbo tafo, juntarse, y -en el decir del antiguo gramtico Luis de Valdivia- topar o encontrarse una cosa con otra. (De esta voz procede el adverbio taf, juntamente, en compaa de, junto). Pero la ms probable fuente quizs sea la propia partcula ta que en s misma se utiliza para reemplazar inay, es decir, para preguntar por la identidad. Identidad de alguien Quin es?, a quin?- o bien para indagar la substancia ltima de algo: qu?, qu cosa? (reemplaza al interrogativo cbem). En consecuencia, uniendo y ensamblando las dos vertientes semnticas se nos levanta un poderoso y a su vez hondo universo de significado para esta voz que modestamente slo podramos traducir como marido. Fta sera acercam iento, proxim idad al ser emparentarse con la semilla del ser y de la esencia, encontrarse, ponerse en proximidad con la identidad ms profunda, toparse y juntarse con la substancia. He aqu entonces, entre otras evidencias, el por qu del esfuerzo siempre frustrado que hace la reductora y mecnica traduccin occidental de pretender explicitar esta impresionante nocin con el slo expediente de apoyarse en los adjetivos grande y viejo. Porque lo que sustenta por debajo a la palabra, es la idea de realidad inabarcable, de substancia que se junta y encuentra con

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otra infinitamente, creciendo y siempre avanzando en el tiempo. Es decir, la misma realidad divina, que debe ser el fermento permanente de elevacin y de aumento esencial en la conciencia humana de un esposo de la tierra. Pero todava hay otra pequea vertiente para esta inagotable napa lingstica. Al tomar la significacin formal de ta en cuanto partcula reforzadora de una idea temporo-espacial en el presente caso, nos queda la nocin de esto-este, aqu (en ste momento) y ahora. (F, por su parte, reforzara la funcin implcita de grande). As, fta sera el que en este momento es grande. Y marido de una mujer entonces ser aquel que en un determinado momento de su existencia es o acta como un ser grande. En consecuencia, el ser esposo no representa as sin ms un status permanente o un derecho para siempre establecido: el hombre frente a la esposa debe ganarse a cada momento tal ttulo y condicin. Adems ttulo peligroso: maana puede dejar de ser esposo si frente a la naturaleza abandona su vigilia por ser grande.

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Concepto (s) -madre del origen y campos semnticos asociados. semilla, fruto, carne (fun). venido de muy cerca (fiilpan) parentesco venido de muy cerca (pufilt) acercamiento, acercar, (ful) juntarse o toparse una-cosa con otra juntamente o toparse una cosa con otra (tafh) juntamente, en compaa de junto a (tafi quin, a quin, qu? (ta) soy itati) este, este, aqu, en este momento (partcula reforzada de una tmporo especial): ta.

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Esposo-anciano: fllta Definiciones posibles segn matriz etimolgica El que se acerca al ser y al juntarse o toparse con > el ser, se encuentra con la identidad profunda. El emparentado con la semilla del ser y de la esencia, que busca una aproximacin semejante (crecer) a su substancia. Hombre con parentesco celestial que crece y se eleva hacia su identidad, hacia su propio Ser divino, con la responsabilidad propia del esposo de la tierra. El que a medida que envejece ensancha sin lmite su horizonte, el que crece hacia la perfeccin divina. Aquel varn que a medida que envejece agranda o aumenta su calidad de hombre si cultiva y desarrolla dentro de s la semilla del ser: su identidad celeste. El que en este momento es grande o se ha hecho grande (ante los ojos de la mujer-naturaleza)

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CAPITULO V EL SIGNIFICADO DE LO FEMENINO

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DOM O: mujer

domo: (Tambin zomo): mujer, lo femenino . Literalmente domo significara el instrumento o medio por el cual se accede al ms, a lo mayor , tugar donde hay excedente, donde hay ms, el tiempo que canaliza la abundancia o un tipo de calidad mejor, un ser mayor. Toda esta variada gama en matices que adopta la., traduccin literal, se ve legitimada por el carcter ,de las partculas componentes del lexema. As tenemos do procede del verbo doin, exceder, haber ms, ser mayor; y del adverbio doi ms, mo por su parte, es una preposicin que se traduce a causa de, donde hay, por causa de , por , para , de , el lugar por donde , el instrumento que canaliza o el tiempo por medio del cual. Habra que asumir entonces que lofemenino en la cultura mapuche representa el medio que dispone la naturaleza para acrecentarse y mejorarse a s misma, una suerte de instrumentopersonalizador de la abundancia, la fecundidady elpoder de ser ms. Esta funcionalidad de lo femenino habra que complementarla con la que aportan los mitos del origen de la mujer y con la tradicin (vease: introduccin). En ellos, la mujer siempre sabe de modo intuitivo el propsito de su camino: aproximarse al hombre, que es una suerte de semilla prematura del cielo, para que ste encarne y materialice su misin divina (varn es wentru, vocablo que entronca y deriva de wenu, cielo). Ella es la que despierta al hombre, lo prueba y le exige perfeccin. Aqu, la mujer es cuenco que se adosa y envuelve al germen, proporciona
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clulas a la intencin masculina, casa a la idea, materia al proyecto, tierra al cielo, hogar al espritu, tero a la sabidura. Concepto (s)- madre del origen y campos semnticos asociados. ser ms, estar ms (doi)

acrecentar {doi) en mayor grado (doy)


exceder, haber ms (doin) a causa de (mo) por causa de (mo) por , para de (mo)

el instrumento cncavo que canaliza (mo)


la forma o el tiempo por medio del cual (mo)

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Mujer: domo Definiciones posibles segn matriz etimolgica el medio (de la Naturaleza) por el cual sta accede al mas , a lo mayor .
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lugar (humanizado) donde hay excedente, donde hay ms. el tiempo (humanizado) que canaliza la abundancia, una calidad mejor o un ser mayor. el medio que dispone la Naturaleza para acrecentarse y mejorarse a s misma, una suerte de instrumento personalizador de la abundancia. Cuenco en el cual se adosa y envuelve el germen, la cavidad que proporciona clulas a la intencin masculina, casa a la idea, materia al proyecto, hogar al espritu, tero a la sabidura.

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FTAPURA: doncella, seorita

Ftapura: s. (Tambin futapram). seorita, doncella mujer casadera. Adj. Soltera. Desmontando la triple articulacin del vocablo, aparece contenido al interior de l todo un perfil de la vocacin femenina, una especie de misin ontolgica de la mujer.: Fta, es como bien sabemos gran marido, esposo de calidad divina, sabio, anciano, alto, ya que la voz participa del principal calificativo a la divinidad: Fta Chao, Gran-alto-esposoPadre. El infijo pr, por su parte es una forma lingstca del verbo pm, teir, el tomar la tinta en el pao, de donde deriva el adjetivo: pr teido, teida . Y finalmente el sufijo a, que corresponde a un apcope del sustantivo am, alma. Aunque tambin puede conectarse con una contraccin de la voz ad, que como adjetivo significa armnica, bonita; de buen aspecto la faz).
Reuniendo de nuevo y reensamblando las partculas, ya perfectamente perfiladas como unidades semnticas autnomas, nos aparece una traduccin ms veraz y plena para seorita: fta-pr-am: la que aspira teir su alma por un marido noble, la que desea entregar su almapara ser teidapor un hombre degrandeza divina, la que un marido de calidad teir con armona y dejar bella su alma. Esta definicin de la mujer soltera en edad de casarse, hay que asumirla en el contexto de la importancia que la tradicin mapuche daba a la primera relacin sexual de la joven clibe. Las madres enseaban y aconsejaban que el primer hombre para una mujer deba ser un kme kona, un buen guerrero
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porque en ella iba a quedar marcada la impronta de su energa, el espritu de su fuerza, espritu que podra ser de calidad superior o bien corresponder a nada ms que el bajo apetito de su animalidad no vigilada. Esto es lo que explica que muchas mujeres, a falta de varones con poder y calidad propios, optaran sin cuestionamiento por ser la cuarta a quinta esposa de un gran jefe de, un Fta longko,, en vez de ser la nica mujer de un hombre mediocre, toda vez que aquel era garanta de una influencia masculina superior, que ira a teir con calidad su virginal interioridad. En consecuencia, no, cualquier wentru, un mero varn, deba ser el consorte: se trataba de elegir a un fta, a un gran hombre, a un varn que haya realizado en si mismo lo que significa la alta dignidad de la masculinidad. Porque esa misma fuerza, esa misma energa que demand en el varn la perfeccin de s, es la que se va a proyectar como semilla al interior de la mujer y se va a reproducir inevitablemente, toda vez que ella es la tierra fecunda y germinadora por antonomasia. Tenemos entonces que, para sta alta cultura ancestral, el misterio ontolgico de la mujer es saber escoger al sembrador y dejarse penetrar para ser positivamente fecundada por la mejor de las semillas. Acoger y envolver el germen de la vida, de la accin, de la palabra-obra de la divinidad que operara en su representante: el varn en cuntoJuta. Desde esta tradicin del viejo chile, la misin de la mujer sera entonces aportarle clulas a la semilla del hombre iniciado (al wentru autoescogido como kona), darle cuerpo al espritu,
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proporcionarle tierra al cielo. Su tarea primera ser, por tanto, tener una actitud profundamente receptiva, desarrollar un imn interior para atraer y presentir la llegada del buen guerrero, el que aparecer, en su tlamo en funcin de su selectividad innata y que le entregar la tinta indeleble que colorear su alma. Receptiva, porque su coronacin mxima es permitirle la entrada a lo otro que la completa y la hace ir ms all de la programacin natural de s misma; receptiva a lo diferente para empezar su larga tarea de evolucin, de cambio, de autoperfeccionamiento, de agrandamiento. Y selectiva como el vulo con los espermios, porque la calidad y magnitud de su avance va a estar directamente relacionada con la calidad y magnitud de la semilla que escoja albergar dentro de s. El destino de su evolucin posible se juega, en su capacidad -sabidura e intuicin- de eleccin por lo alto y de seleccin del germen puro15.
1 5 En la cultura judeo-cristiana, el caso de la prostituta Magdalena, quien recibe y selecciona a Jess, resulta paradigmtico y elocuente: la calidad divina del germen de amor del hijo del Hombre borra en ella la bajeza de la energa de los otros hombres y la eleva a primera testigo de la resurreccin de la carne . Es decir, Jess al amar su ser (potencialidades luminosas), en vez de fijarse en su historia (de yerros y pecados) le amplia la visin de las posibilidades inditas de vida sin fin que tiene (ella lo descubre), esa misma carne que ella crey que era solo instrumento para el comercio del placer, influencia sembrada por sus anteriores hombres. En consecuencia, el gran mrito de la Magdalena est en no haber despachado a Jess, como un cliente ms, sino en haberlo escogido, respetado, defendido, seguido y amado de entre todos sus varones-semilla, luego de haber intuido que solo l posea la sabidura mejor, el germen salvador de su ya desencantada femineidad. Y a pesar de haber sido ya teida su alma por muchos wentru (meros hombres) y como solo Jess fue capaz de sembrar y despertar en ella su ad, su alma bonita, su mrito fue decidir seguir cultivando ese nico germen (aislando los inferiores) porque se trataba de un Fta-, de un esposo divino.

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Concepto (s)- madre del origen y campos semnticos asociados. esposo o marido del Cielo (Ftacbaw) , gran hombre y sabio (fcba)

hombre de calidad divina (futa) teir, el tomar la tinta en el pao (prn)


teida (pr) alma, el yo psicolgico (am ) la individualidad (a, am)

armnica, de buen aspecto, bonita (ad)

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Doncella : fitapura 1 6 Definiciones posibles segn matriz etimolgica a que ya est lista para ser coloreada con la armona. la que recibir la impronta de la individualidad psicolgica con el teido de la mejor energa masculina. la que aspira teir su alma por un marido noble. la que desea troquelar su alma segn el teido de la energa de un hombre-esposo, con calidad superior. la que un marido de calidad (o con grandeza divina) teir su alma con armona y dejar en ella la belleza de su impronta.

1 6 Vocablo que aparece en el lxico de B. Havestadt: Chilidgu rive TractatusLinguae Chilensis, Leipzig, B. G. Teubner, 1885

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KIMWENTRULAN: virginidad femenina

Kimwentrulam Tambin quimhuetulan. s.Virginidad, estar virgen la mujer. Descomponiendo este arcaico vocablo tenemos que kim, de acuerdo a la praxis clsica del mapudungun que recoge el gran lingista Flix de Augusta es el saber, conocer, sentir, adivinar; saber por presentimiento, capacidad cognoscitiva tan connatural a la percepcin femenina. Wentru es hombre, varn; mientras que lan es la voz para designar la muerte o el eclipse, fenmeno que se interpreta como una muerte de la luz, lo mismo que el acabarse de la vida. Por lo tanto, virginidad dira relacin con el obscurecimiento (casi siempre temporal) del saber, con la muerte del conocimiento, el velamiento de la luz del varn, el estado en el cual an le est negada y velada la sabidura masculina que le aportar su primer hombre. Pero esta es slo una de las posibles interpretaciones para la virginidad, que se puede esquematizar en la frmula tener dentro muerto el saber del varn, es decir, incapacidad para presentirlo. Al estar tan estrechamente asociados estos tres conceptos, la palabra se puede traducir al menos de otras dos o tres formas igualmente vlidas.
A saber: a) Una mujer es virgen cuando el varn no ha destruido en ella el conocimiento ni su capacidad para saber o intuir. Aunque fsicamente ya haya sido iniciada en la sexualidad, si ese eclipse de la luz de la sabidura no se
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ha producido ella seguir siendo virgen. Y todo varn que proporcione a una mujer no virgen -como sera el caso de una prostituta- la oportunidad de enriquecerla con el conocimiento, le devuelve la pureza y la virginidad. b) Virgen es la mujer que no ha dado muerte, ella misma, en su interior, a la sabidura o el aprendizaje del varn (el sufijo lan tiene tambin la connotacin de la partcula negativa), ya sea aquella que el propio varn le ha sembrado en el acto sexual, como la adquirida y fomentada por la cultura y la naturaleza del medio que la rodea. c) Una tercera versin posible a la traduccin con fundamento etimolgico de la voz kimwentrulan dice relacin con la aspiracin femenina del ftangen; es decir, la del matrimonio con un gran y noble hombre. Virgen es la mujer que s ha sabido dar muerte al wentru, al mero hombre o simple varn, para dejar paso al saber, luminoso e intuitivo delfta, el verdadero y sabio esposo que la eleva. Con todo, queda en pie que la virginidad femenina para la concepcin mapuche arcaica- era una actitud vital positiva, negativa o neutra en directa relacin al grado de receptividad otorgado a la sabidura masculina, si es que esta se manifiesta. No deca relacin con la prdida o muerte de algo biolgico en ella, condicin que se refuerza con la voz kimwentrun, una de las muchas palabras para designar el acto sexual: el conocimiento,
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el saber del hombre . Y lo que ella deja implcito es que una mujer que no ha tenido unin fsica es de algn modo incompleta, no sabe, permanece sellada a la sabidura del cielo. Pero tampoco, la pureza, la elevacin, la autntica virginidad se alcanzara por el slohecho de haber conocido hombre, a travs del sexo, algo tan propio de cualquier hembra animal, sino se trata ms bien de saber dejar penetrar la luz esponsal y noble de un fta. Y esto no est escrito en las pautas del instinto de la mujer. Ser, por lo tanto, su gran tarea y su mejor desafo consciente.

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Concepto(s)- madre del origen y campos semnticos asociados. saber, sabidura (kim)

entendimiento (kim) saber por presentimiento (kim)


conocer, adivinar (kim)

varn, hombre (wentru)


muerte (lan) eclipse (lan) el que se desgran desde el cielo (wentru)

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Virginidad: kimwentrulan17 Definiciones posibles segn matriz etimolgica estar sellada al conocimiento profundo y al misterio del varn, tener dentro de s eclipsado su presencia solar o celeste. la mujer que tiene dentro m uerto el entendimiento y el saber del varn. la mujer que no ha destruido en ella -que no ha dado muerte- el conocimiento ni el estilo de saber o intuir propio del verdadero varn, aunque fsicamente puede que haya sido iniciado en la sexualidad. la mujer que s ha sabido dar muerte al wentru, al mero hombre o simple varn, para dejar paso al saber, luminoso e intuitivo del juta, el verdadero y sabio esposo que la eleva.

17 El jesuta y gramtico Luis de Valdivia recogi el vocablo en el Arauco del 1600 y us la grafa cjuimhuentulan, palabra que ya hace muchas dcadas cay en franco desuso. En: Arte, vocabulario y confesionario de la Lengua de Chile , Leipzig, B.G. Tenbner, 1887.

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KURE: esposa

Kure. (kure): La esposa. La probable etimologa de kure habra que derivarla nuevamente de la asociacin conceptual y lingstica, de sus dos fonemas constitutivos. Ku es una partcula bastante bien perfilada en el mapudungun, sobre todo cuando cumple la funcin de slaba inicial. Denota concavidad o canal fecundo, canalizacin de la energa. Esta partcula aparece constituyendo otras tres palabras, cuyo significado ayudan a comprender la notable funcin semntica en el vocablo kure. Aparece en kuram: huevo, kutri: vagina, kuda: testculo. Es decir, todas las acepciones apuntan congruentes a lo mismo: ku dice relacin con un hueco o canal que produce el germen o el fruto de la vida, cualidad que por excelencia se le asignaba preclaramente a la esposa, de acuerdo al matiz del sufijo re. Es decir, ku comporta la nocin de una concavidad que teje, elabora, construye un producto de alta complejidad, que en trminos fsicos es un nivel de organizacin superior propio del comportamiento energtico. En ese huecoprofundo, lo bajo simplepasa a ser lo alto complejo. Tal sera entonces, parte de la impresionante riqueza de lo que estara contenido en el ser mujer. Re es un adverbio que indica pureza, ausencia de mezcla, solamente, exclusivamente. Por lo tanto, vincular ambos sentidos en un mismo vocablo como kure, resulta una muy rica y sugestiva definicin de lo que sera mujer-esposa en la cultura mapuche: la que purifica o ennoblece la fecundidad o la canalizacin
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de la energa, la que de un modo exclusivo hace pura y fecunda la energa de la vida.


Concepto (s)- madre del origen y campos semnticos asociados. canal fecundo que elabora vida (ku) concavidad donde se teje la energa (ku) hueco oval donde crece la energa (ku) pureza, ausencia de mezcla (re)

exclusivamente (re)
solamente (re)

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Esposa: kure Definiciones posibles segn matriz etimolgica concavidad vital que canaliza la energa para sublimarla y elevarla a un estado superior de pureza y refinamiento. canal o hueco que elabora el germen de la vida y lo lleva de lo bajo-simple a lo alto-complejo. el medio personalizador de las fuerzas de la vida que ennoblece y purifica los frutos fecundados. la forma o el instrumento fecundo que tiene la naturaleza para hacer pura, refinada y exclusiva la energa de la vida.

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CAPITULO VI

LA NOCION DE LO JUSTO

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AD MAPU: tradicin legal

Adm apu: s. Legislacin y/o administracin. Derecho consuetudinario o tradicin de prescripciones y costumbres jurdicas del pueblo mapuche. La expresin ad es rica en sus matices: significa adems, color, rostro, armnico y bonito (adj.) costumbre, aspecto o faceta exterior de algo (mapw. tierra). Por lo tanto, una traduccin con ms sentido etimolgico sera: el arte de la armonizacin de las formalidades y costum bres de la tierra . Este arte inclua la administracin de la justicia, especialmente la regulacin del traflonko o pena del talion, el maln o guerrilla compensatoria del dao, las formas de sentencia por brujera, robos, homicidios, adulterio y las heridas, todos delitos cuyo comn denominador era una usurpacin arbitraria, un saqueo sin pago de la energa de la naturaleza. Todo el sentido de justicia descansaba en la nocin de la legitimidad de compensar el desequilibrio que se produce en la naturaleza cada vez que una persona delinque. Cometer una transgresin al orden de las cosas era atentar contra la homeostasis del cosmos, contra el equilibrio o justa armona de las fuerzas que interactuan y sostienen el ser y la vida de las cosas.

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NGUENW ERIN: pariente solidario

Nguenwerin (enhuerin). s. Pariente principal del que ofendi o mat. Principio maestro de jurisprudencia penal en el antiguo Arauco. La existencia de esta categora jurdica resalta toda vez que la vieja tradicin de justicia mapuche asuma el ineludible principio de solidaridad entre el ofensor o victimario y su parentela. Por cierto que esta misma solidaridad tambin se entenda entre la parte afectada o demandante con todo el clan familiar al cual perteneca. Literalmente, nguenwerin significa: el dueo del delito, poseedor de la culpa, (de nguen, dueo., y werim delito, culpa), una suerte de heredero y fiador principal del crimen o agravio, cuando el sujeto y agente principal del mismo desapareca y no daba adecuada satisfaccin a las demandas de responsabilidad. Generalmente la guerra (maln) entre clanes y tribus era la clsica forma de zanjar un litigio de cierta trascendencia, como lo era, por ejemplo, la solicitud de extradicin de una mujer bruja. Si una de las comunidades sala vencedora, el castigo era infringido segn mritos proporcionales, hayan sido estos de la parte, acusadora o de la parte defensora que se senta calumniada, aunque solo se dictam inaba sentencia m xim a (muerte por incineracin) si venca la comunidad que acusaba de brujera y exclusivamente a la responsable del cargo, no a sus solidarios. Como podemos apreciar, en el antiguo sistema de derecho indgena chileno, la ltima palabra la tenan los mritos del poder ante la naturaleza, y la
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fuerza colectiva de un clan que actuaba a modo de fuero krmico. Esta solidaridad tembin rega para los mritos positivos superiores; es decir, cuando un individuo destacaba por una hazaa, con ella llevaba no slo a s mismo sino a todo su crculo o clan familiar. Era el caso de algn prestigioso longko (cacique) que al morir impona por irradiacin natural a su hijo mayor como heredero, derecho que , a su vez, deba merecrselo. Aquel que tena poder ante la naturaleza (newen, fuerza) poda equilibrar una falta, nunca borrar. Se trataba entonces de un tipo de ley de compensacin, de equivalencia igualitaria; es decir compensar con algo equivalente. Y si se deseaba no ser tocado por el castigo comunitario, la persona tena que pagar dando algn tipo de energa, buscar la manera de hacer mritos ante el seno de la Naturaleza, porque se saba que sta, igual iba a cobrar de alguna forma. Por eso se preferan a veces las formas conocidas. Junto al principio de solidaridad, la economa y la justicia mapuche se basaba en el principio de reciprocidad. En el idioma mapuche no existen tres palabras muy populares en el espaol de Chile: pedir, rogar y gracias. Es decir, no existe en esta cultura nativa el concepto de lo gratis o de lo sin costo. Cuando el mapuche, por urbanidad tiene que expresar las gracias por algo, lo pide prestado al castellano. La palabra chaltumay que rubrica los compromisos de palabra entre dos personas, grafica bien la ley de reciprocidad. La palabra se compone de chael, que significa devolver y tujTiay, que es tomar: devolver lo que se tom. Existe
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la conciencia de que en definitiva todo se paga, todo se devuelve, por ms que superficialmente se crea que no se entreg nada a cambio de lo cedido o de lo tomado: muchas veces el cobro de la Naturaleza que se compensa a s misma, llega de un modo inusual, en un tipo de moneda invisible. Al respecto, es interesante la palabra nguillan, de donde sale nguillatun, la gran fiesta de convocatoria, el gran rito comunitario mapuche, la llamada rogativa a lo divino . Pero nguillan es comprar, o -lo que lo mismo- pedir un prstamo a inters. Entonces lo que se hace con los dioses es un comercio sagrado donde a travs de la oracin, el ayuno, la sangre de los corderos, etc., se compra el favor del Poder de Arriba. Nguillan tambin quiere decir cuado: en el fondo apunta a un contacto, una forma de contacto, una transaccin entre parientes. Yo doy, tu me das, en reciprocidad y justicia. Los mapuches suelen tener cuidado de solo tomar lo que necesitan, para no endeudarse con Dios o la Naturaleza. Un informante deca: el hombre invent el dinero porque no quiere pagarle a la Naturaleza lo mismo en trueque.

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CAPITULO VII

LA NOCION DE XITO

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PEUMA: sueo, felicidad

Peuma: s. Sueo, la visin del sueo. Tambin felicidad (significado antiguo18), fortuna prspera y fecunda. La partculapeu que hace de primera slaba es una forma de la raz pen, cuya semntica es ver, encontrar y hallar; adquirir, raz que forma la base lingstica de peupun, voz en directa asociacin con peuma. Peupun se traduce como verse dos personas en otra parte (y reencontrarse). Tal significado reviste importancia toda vez que el arte de elevarse al xtasis de las machis, el momento en que se contactan con otros antiguos espritus expertos, tambin recibe el nombre de peuma. Y si la partcula segunda ma, deriva de mann, tener suerte19, tenemos que el peuma mstico de las machis es la visin de suerte y de saber proporcionada por un espritu encontrado arriba (sobre el rewe, en el cielo), en otra parte que no es ella misma. El peuma es entonces un reconocimiento de la suerte, avistada en un viaje astral ms all del cuerpo de la machi o del soante.
Una traduccin antigua de peuman es el de sueo o visin personal y propia de algo, refirindola el lingista a peumabin (peumajulri), donde el sufijo mafln connota la idea de abarcar, de ser abarcable ampliamente con

1 8 Significado que consigna B. Havestadt en el 1777 en su Diccionario Chilidgu sive tractatus linguae chilensis . 1 9 Ibidem; Videpeuma, peuman, peumabin, peumangen. Pg 743, Pars quarta.

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los brazos. Justamente, esta etimologa es la que habra dado a peuma el significado de fortuna y prosperidad, junto al del contenido onrico. He aqu entonces un nuevo significado al evento llamado sueo, significado que habra estado en la base de la experiencia ancestral del hombre al soar: el sueo, la visin onrica, en cuanto visin propia de algo de s, en cuanto contenido del inconsciente o del s mismo, es siempre felicidad y fortuna. Soar y entrever la grandeza y la felicidad seran una sola cosa para el antiguo hombre de Chile. As podramos redefinir el sueo a la luz del aporte semntico de peuma: visaje y hallazgo furtivo de la felicidad, entrevisto bajo el velo efmero del xtasis nocturno, acaecido cuando el yo sale de s a encontrarse con los otros y con Lo Otro.

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Concepto (s)- madre del origen y campos semnticos asociados. encontrar, hallar (pe)

sorprender (pemd)
verse y reencontrarse dos personas, en otra parte peupun) consentir, obedecer (mat) tener suerte (man)

ser abarcable ampliamente con los brazos (peumafiit)


visin exttica, personal y propia de algo

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Felicidad, ensueo, xtasis, contenido onrico: peuma Definiciones posibles segn matriz etimolgica encontrar y tener una visin de la suerte y la fortuna. visualizacin o visaje furtivo de la felicidad. hallazgo sorpresivo y consentido con la suerte. visin de la suerte y del saber encontrada fuera del cuerpo, arriba, en el cielo, fuera de uno mismo (xtasis). reconocimiento de la suerte avistada en un viaje astral ms all del cuerpo del soante . visaje y hallazgo furtivo de la buena visin (felicidad), entre-vista bajo el velo efmero del xtasis nocturno, acaecido cuando el yo sale de s a encontrarse con los otros y con Lo Otro.

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WITRAWN: xito

El vocablo tiene un cudruple significado tradicional a) levantar (mejorar) la situacin econmica, b) estar bien versado en algo, c) tener virtudes poderosas a causa de su buen uso o prctica, y d) vencer todas las dificultades. Resulta evidente cierto enlace, comn y com plem entario con cada una de las acep cio n es. E llo se exp lica por el com n denominador que posee el sentido de la raz witra. Esta procede del verbo witranien que se traduce como tener sujeto y dominado algo en la mano, sujetar con destreza el caballo por las riendas, saber llevar tirando con la mano un animal brioso o difcil . A su vez, entronca con el verbo arcaico witran , cuyo sentido es triple: a)levantarse desde el suelo, b)llevar tirando o arrastrando algo y c)el urdir o extender las hebras verticales del telar para tejerlas (witraln). Segn la matriz etimolgica, la nocin xito procede de witram elevar, levantar (desde el suelo), al modo como las hebras verticales de un tejido o poncho. Asimismo, witrawn significa tambin destreza, prctica, habilidad . Por lo tanto, xito sera el mejoramiento y afinamiento de las destrezas y virtudes personales, de abajo hacia arriba , de lo concreto y simple a lo superiorintangible y complejo Tambin, y en virtud de lo
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mismo, podramos definir el xito como un erguirse con fuerza, persistencia y destreza desde s mismo A causa que witranien , otro entronque lingstico, alude al sujetar con destreza las riendas del caballo, el xito mapuche sera darse maa para tener bien sujetas las riendas de las dificultades y sacar partido de stas, aprovechndolas para el progreso del tejido de(l) s-mismo. Hemos dicho tambin que witral, (telar), es otra de las races del trmino. La analoga con el tejer de la mujer en dicho instrumento vertical, sirve tambin para dar una imagen del adelantamiento, que sera tirar para arriba, desde s mismo las hebras verticales de la urdiembre que confeccionarn el poncho del propio xito. En definitiva, este sera el autotejerse con orden, m todo, m aa prctica, superando las cadas, arrastrando las frustraciones, hasta alcanzar el nivel de la maestra en el dominio de la propia bestia. Esta riqusima raigambre que sustenta al trmino witrawn , tan plena de elementos positivos que asociados producen un concepto intraducibie a otro idioma, incapaz de contener en una sola palabra quiz la quinta esencia de lo que sera el verdadero adelantamiento o progreso humano. Ello explica el presente desglose explicativo, donde -p o r razones de orden funcionales- solo diremos que el sufijo verbal wn indica la forma reflexiva y recproca del verbo (el a s mismo). Atendiendo entonces a las

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nociones madres del vocablo ya dadas, witrawn , es el erguirse con fuerza, persistencia y destreza desde s mismo, el tirar para arriba, desde s mismo las hebras verticales de la urdiembre que constituiran el poncho del propio xito , el haber logrado domear y someter la fuerza rebelde del lado bestial de lo humano, llevando con mano diestra la brida d ifc il de las d ificu lta d e s h acia el objetiv o autoescogido por el jinete.

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Concepto(s)- madre del origen y campos semnticos asociados. s mismo (urri) mejorar o levantar la economa (witrawn) estar bien versado o adiestrado en algo (witrawn) tener virtudes poderosas a causa de las buenas prcticas (witrawn) vencer todas las dificultades (witrawn) tener sujeto y dominado algo en la mano (witranien)

sujetar con destreza el caballo por las riendas (;witramien)


telar vertical (witra) levantarse desde el suelo (witran) llevar tirando o arrastrando algo (witran) urdir o extender las hebras del telar para tejerlas (witralri)

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xito, adelantamiento: witrawn Definiciones posibles segn matriz etimolgica mejoramiento y afinamiento de las destrezas y virtudes personales, de abajo hacia arriba, de lo concreto y simple a lo superior; intangible y complejo. erguirse con fuerza, persistencia y destreza desde s mismo. darse maa para tener bien sujetas las riendas de las dificultades y sacar partido de stas, aprovechndolas para el progreso del tejido del smismo. tirar para arriba, desde s mismo las hebras verticales de la urdiembre que confeccionarn el poncho del propio xito. autotejerse con orden, mtodo, maa, prctica, superando las cadas, arrastrando las frustraciones, hasta alcanzar el nivel de la maestra en el dominio de la propia bestia.

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9.-

Sierra, Mal, Mapuche, gente de la Tierra, Edit. Persona, Santiago, 1992.

10.- Valdivia, P. Luis de, Arte, vocabularioy confesionario de la lengua que corre en todo el Reyno de Chile, en Lima, por Francisco del Canto, ao 1606, edicin facsimilar dej. Platzmann, Leipzig, B.G.Teubner, 1887 11.- Vila Selma, Jos, La mentalidad maya. Textos literarios, Editora Nacional, Madrid, 1981.

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