Serie semanal Semanas I y III

DEUS CREATOR Oh Dios, Creador del mundo y Rector del Cielo, que al da revistes de luz, y de quietud a la noche. Para que as, por el descanso, el cuerpo vuelva al trabajo, se reanime el alma cansada, y los afligidos alivien su pesar. Agradecidos por el da que acaba, Te pedimos, cuando ya comienza la noche, que nos ampares a nosotros, pecadores, mientras entonamos este himno de alabanza. Que Te ensalce lo ms hondo de nuestra alma y Te aclame con voz sonora, que Te queramos con un amor limpio, y Te adoremos con sencillo corazn. De modo que, cuando la profunda oscuridad de la noche cubra por completo el da, nuestra fe ya no conozca el ocaso, y la noche resplandezca de confianza. Se lo pedimos al Padre, al Hijo y al Espritu que de ambos procede, que la Trinidad omnipotente custodie a cuantos la invocan. Amn. PRIMO DIRUM En el primer da de la semana, imagen de aqul en el que el mundo apareci ya creado o de aqul otro en el que su Creador, vencida la muerte, nos libr, Resucitado. Alcmonos diligentes, rechazando la pereza, para buscar en la noche a quien es Santo Profeta. Que escuche nuestras preces, nos tienda su Mano poderosa, y, expiados aqu nuestros pecados, nos alcance la Patria de los Cielos. Y a todos los que en este tiempo sagrado le celebramos durante la quietud de la noche, se digne concedemos sus dones bienaventurados. Gloria a Dios Padre, y a su Hijo Unignito, con el Espritu Parclito por los siglos sin trmino. Amn. DIES TSQUE Ms santo que todos los restantes, resplandece el da octavo, consagrado a Ti, Jess, primicia de los resucitados. Resucita hoy primero nuestras almas, para que nuestros cuerpos resurjan tambin contigo, libres de la segunda muerte. Oh Cristo, Vida y Resurreccin nuestra, que seamos llevados pronto, a nuestro encuentro mutuo en las nubes, para vivir ya siempre, vencedores Contigo en el Cielo. Y al mirar tu Rostro, luz y belleza verdaderas, conocindote como T eres, seamos transformados a imagen de tu gloria. Consuma tu Reino, oh Trinidad santa, con quienes entregados al Padre, y colmados de tu don septiforme, slo en Ti encuentran su dicha ms plena. Amn.

TERNE RERUM Creador eterno del Universo, que rigiendo el da y la noche, sealas a los tiempos su tiempo, con el fin de aliviar el cansancio. Suena ya el canto temprano del gallo, centinela fiel de la noche: ya despierta la luz para los caminantes, distinguiendo entre s cada vigilia. Despertado por l, un astro matutino despeja la niebla del cielo; por l, la cuadrilla de vagabundos abandona la calle donde obran el mal. Por l, el marino recobra sus fuerzas, y el mar suaviza sus olas; con este canto, incluso Pedro, Piedra de la Iglesia, repara, llorando, su culpa. Mranos, Seor, vacilantes, y que tu mirar nos conforte: pues a tu vista se evitan los pecados, y se borran con lgrimas las culpas. Brille, Seor, tu Luz sobre nosotros, para que se desvanezca nuestro sueo interior, y, conforme a lo que Te prometimos, resuenen ya, para Ti, nuestras voces de alabanza. Gloria a Cristo, Rey clementsimo, a Ti y tambin al Padre, con el Espritu Parclito, por los siglos sin trmino. Amn. LUCIS CREATOR Oh Autor admirable de la luz que, vistiendo los das de claridad, dispusiste el orden del mundo con las primicias de una luz nueva. T, que al sucederse de la maana y la tarde ordenaste llamar da, escucha, al insinuarse ya las sombras, nuestras preces mezcladas de llanto. Que el alma gravada por las culpas no sea privada del don de la vida, pues no puede encaramarse a lo divino si no se desvincula de sus faltas. Que llegue a lo ms alto del Cielo y arrebate el Premio de la Vida: por haber evitado cuanto era malo, y purificado lo manchado de vileza. Concdenoslo, Padre misericordioso, que con tu Hijo Unignito y el Espritu Parclito, reinas por los siglos de los siglos. Amn. SOMNO REFECTIS Confortados por el descanso nocturno, nos alzamos, despreciando la pereza; Te suplicamos, Dios Padre, que atiendas a quienes Te confesamos con himnos. Al dedicarte el primer canto de nuestros labios, el primer afecto de nuestra alma, pretendemos que T seas, Seor, el principio de todo nuestro obrar diario. Que la luz derrita las tinieblas, cedan las sombras al sol, y la culpa, que trajo la noche, se disipe con el regalo de la aurora. Dgnate purificarnos de todas nuestras ofensas, y as nuestra voz pueda ensalzarte con el decoro que mereces. Concdenoslo, Padre misericordioso, que, con tu Hijo Unignito y el Espritu Parclito, reinas por los siglos de los siglos. Amn. TERNA LUX

A Ti, oh Dios, Luz perenne, en la Unidad trinitaria, indigentes, Te alabamos, suplicantes, acudimos. Creemos en el Padre omnipotente, y en su Hijo Unignito, creemos en el Vnculo de Amor que los une, el Espritu Parclito. Oh Verdad y Amor inefables, oh Fin y Felicidad completa, aydanos a creer y esperar, haznos amar y conseguir lo que esperamos. Que siendo Alfa y Omega, Principio del Universo creado, slo en Ti reside nuestro consuelo, Esperanza certsima de tus fieles. T solo haces todo y solo T lo rehaces, no hay otra Luz para los hombres, T eres el Premio que esperamos. Se lo pedimos al Padre, al Hijo y al Espritu que de ambos procede: que la Trinidad omnipotente, custodie a cuantos la invocan, Amn. SPLENDOR PATERN Resplandor de la gloria del Padre, y Destello de su Luz, Luz de Luz y Fuente de toda luz, Da que iluminas el da. Oh Sol verdadero, enciende en tus siervos, el brillo de tu esplendor eterno, e infunde en nuestros sentidos, la luz vivsima del Espritu Santo. Invoquemos tambin al Padre, al Padre de la Gloria perenne, al Padre de la gracia omnipotente, que aleje el peligro de la culpa. Que informe nuestros actos decididos, quiebre el dardo del Maligno, nos secunde en la adversidad, y con su gracia nos asista. Que gobierne y dirija nuestras almas, guardando el cuerpo puro y dcil; que, preservndola del engaoso veneno, avive con mpetu nuestra fe. Siendo Cristo nuestro Alimento, y nuestra bebida la fe, libemos con gozo la sobria efusin del Espritu. Y en el transcurrir feliz de este da, sea el pudor la alborada, el medioda la fe y nuestra alma, en fin, ignore cualquier ocaso. Y mientras la aurora prosigue su curso, que emerja Aqul que es todo Aurora, todo el Hijo en el Padre, y en el Hijo, el Padre todo. Amn. IMMENSE CLI Oh Supremo Creador del firmamento, que, para definir lo que estaba confuso, separaste el torbellino de las aguas, estableciendo por lmite el cielo. Fijaste un lugar para los astros, y unas orillas tambin para los ros, a fin de que el agua suavizase al fuego, y la tierra no quedara estril. Ahora, Seor, Te pedimos, que infundas el don de la gracia, para que el viejo error del pecado no nos trastorne, con la ruina de un nuevo engao. Que la fe nos preste su luz, y, entonces, al fulgor de este lucero, se disipen las apariencias vanas, y ningn error la encoja,

Concdenoslo, Padre misericordioso, que, con tu Hijo Unignito y el Espritu Parclito, reinas por los siglos de los siglos, Amn, CONSORS PATERNI Oh Cristo, Esplendor igual al Padre, que eres la misma Luz de la Luz y el da; dgnate atender las splicas de quienes rompemos la noche para aclamarte. Despeja las sombras del alma, pon en fuga a la horda de los demonios, y, para no caer en la desidia, aparta de nosotros la somnolencia. Y as, Seor, permitas, que nos aproveche a nosotros, los creyentes, aquello que, entre cantos e himnos de alabanza, Te imploramos. Gloria a Cristo, Rey clementsimo, a Ti y tambin al Padre con el Espritu Parclito, por los siglos sin trmino. Amn. O SACROSANCTA Oh Trinidad beatsima, que todo lo creas y ordenas: el da para trabajar, y la noche para el reposo. Te celebramos por la maana y por la tarde, tanto de noche como de da; gurdanos para siempre junto a Ti y en tu gloria. Dirige la mirada sobre tus siervos mientras Te adoramos con devocin, implorando que nuestros deseos y splicas merezcan conjuntarse con la liturgia celeste. Concdenoslo, Padre misericordioso, que con tu Hijo Unignito y el Espritu Parclito, reinas por los siglos de los siglos. Amn. PERGRATA MUNDO Ya revela benignamente la aurora los primeros rayos de sol y, al teir al mundo de color, todo comienza a brillar. Oh Cristo, Sol divino, que brillas desde toda la eternidad, y eres la Vida de tus fieles, a Ti acudimos entre himnos, ansiosos de poderte contemplar algn da. T eres la Ciencia del Padre, la Palabra mediante la cual la creacin reluce de modo tan prodigioso, que arrebata nuestra mirada. A los que hiciste hijos de la Luz, haznos proceder de tal manera que, con las costumbres y hasta con la vida, dejemos traslucir la gracia del Padre. Concdenos que nuestras palabras sean siempre sinceras, de modo que nos atraiga gozar del sabor exquisito de la verdad. Gloria a Cristo, Rey clementsimo, a Ti y tambin al Padre, con el Espritu Parclito, por los siglos sin trmino. Amn. TELLURIS INGENS Oh Supremo Hacedor del orbe que, al hendir el tumulto de las aguas, hiciste que se alzara el suelo de la tierra, asentndolo de modo inconmovible. Desde entonces, la tierra produce semillas apropiadas, flores hermosas la visten de gala, en frutos se vuelve fecunda, su pasto se hace placentero.

Restaa, Seor, con el roco de tu gracia, las heridas de nuestra alma enferma, para que, sofocando los malos deseos, deplore sus pecados con lgrimas. Se vuelva dcil a tus mociones, desdee lo malo, y al gozar por llenarse de bien, trascienda el lance de la muerte. Concdenoslo, Padre misericordioso, que con tu Hijo Unignito, y el Espritu Parclito reinas por los siglos. Amn. RERUM CREATOR Escchanos, Rector de nuestros pasos, Hacedor admirable de los seres: y a nosotros, sumidos en letargo, lbranos del ocio nocivo. Te pedimos, oh Cristo, que perdones los pecados, de quienes nos alzamos, haciendo un alto en la noche, para confesar tu gloria con himnos. Siguiendo ahora el ejemplo de Pablo levantamos nuestras almas y nuestras manos, como nos recomend el Profeta David, durante estas horas nocturnas. Ves el mal que hicimos; confesamos lo oculto nuestro, derramamos oraciones gimiendo, perdnanos porque pecamos. Gloria a Cristo, Rey clementsimo, a Ti y tambin al Padre, con el Espritu Parclito, por los siglos sin trmino. Amn. SCIENTIARUM DOMINO Alabemos al Seor de la Ciencia, que ve nuestros corazones, y, mediante su gracia, los alienta y reconforta. Oh Pastor compasivo, que, buscando a la oveja perdida, jams descuidas las restantes: recgenos en los pastos bienaventurados para unirnos a la grey de tus elegidos. Y as, la temible sentencia no nos destinar junto a los cabritos censurados, antes bien, por ser T el Juez, nos contaremos entre las ovejas de la eterna Pradera. Para Ti, nuestro Redentor, que reinas sobre toda la creacin, la gloria, el honor, la fuerza y la victoria, por los siglos de los siglos. Amn. NOX ET TENBRAE Noche, tinieblas, nubes, lo confuso del mundo y turbio: se abre la luz, el da clarea, viene Cristo; apartaos. Se rasga la oscuridad de la tierra, herida por los rayos de sol, y, ante el esplndido astro, los seres comienzan a revestirse de color. Tambin nuestro corazn oscuro, sabedor de sus culpas, en llenndolo Dios, se le abre el da y se ennoblece. Slo a Ti, oh Cristo, Te confesamos, con nimo sencillo y limpio, y, postrados en tu presencia, gimiendo y cantando, aprendemos a suplicarte. Ten en cuenta nuestro sentir y contempla nuestra vida entera: no es poco en ella lo teido de falso, que necesita expiarse con tu luz. Gloria a Cristo, Rey clementsimo, a Ti y tambin al Padre, con el Espritu Parclito, por los siglos sin trmino. Amn.

CLI DEUS Oh Dios altsimo del Cielo que, para aumentar su belleza, adornaste el centro del firmamento con un vivsimo resplandor de fuego, Y adems, al crear en el cuarto da ese disco solar, que nos deslumbra, fijaste las trayectorias errantes de los astros, subordinadas a la rbita lunar. As, al establecer un lmite de separacin, no slo las noches y los das, sino tambin el inicio de los meses, comenzaron a distinguirse con una seal cierta: Ilumina, pues, Seor, nuestros corazones, despeja de miserias nuestras almas, desata el nudo de nuestras culpas y derriba la mole de nuestros pecados. Concdenoslo, Padre misericordioso, que con tu Hijo Unignito, y el Espritu Parclito, reinas por los siglos de los siglos. Amn. NOX ATRA Mientras la noche cerrada ha ido cubriendo el colorido de cuanto hay sobre la tierra, nosotros, al confesar tu nombre, Te pedimos, justo Juez de nuestras almas. Que borres nuestros errores, limpies nuestras miserias y nos infundas la gracia que aleje todo pecado. Pues aunque se aturda el corazn cuando la culpa lo aqueja, ansa, no obstante, despejar su vileza y correr tras de Ti, su Redentor. Desvanece, Seor, las tinieblas, sobre todo las nuestras interiores, para que el alma alcance el gozo de verse en la luz de la bienaventuranza. Gloria a Cristo, Rey clementsimo, a Ti y tambin al Padre, con el Espritu Parclito por los siglos sin trmino. Amn. CHRISTE PRECMUR Te imploramos, oh Cristo, que prestes odo a tus siervos suplicantes para que la malicia del mundo no encadene nuestra fe. Que los pensamientos no sean impos, huyamos de la envidia, y, sin devolver las heridas, venzamos con el bien el mal. Haz que nuestro corazn se desprenda de la ira, el engao y la soberbia, que aleje cuanto pueda la avaricia, raz de toda maldad. Que el amor verdadero guarde el vnculo de la paz, y, entre la fe y la inocencia, arraigue la castidad. Gloria a Cristo, Rey clementsimo, a Ti y tambin al Padre, con el Espritu Parclito, por los siglos sin trmino. Amn. SOL ECCE SURGIT Ved cmo surge ya candente el sol: es la hora del lamento, del rubor del arrepentirse: nadie puede resueltamente pecar, teniendo ya la luz como testigo. Huya al fin aquella ceguera que, por largo tiempo, con mal pie y avieso engao, nos arrastr al descarro.

Que esta luz nos traiga la serenidad y a ella nos devuelva puros; que nuestro hablar evite la mentira y nuestros pensamientos no sean sombros. Que el da entero discurra entre la veracidad en las palabras y la pureza en los sentidos, y as la maldad no contamine al cuerpo. Pues continuamente cada da, desde el alba hasta la noche, en la atalaya del Cielo, Dios contempla nuestra vida. Gloria a Dios Padre, y a su Hijo Unignito, con el Espritu Parclito, por los siglos sin trmino. Amn. MAGN DEUS Oh Dios Todopoderoso, que del conjunto de las aguas, parte remites al mar, y parte elevas al cielo, Sumerges a los peces en las aguas y reservas el cielo para las aves, para que, aun procediendo de un mismo origen, ocupen las regiones ms diversas. Impide, Seor, a tus siervos, purificados por el flujo de tu Sangre, caer en el engao del pecado, y sufrir el quebranto de la muerte. Y as, a nadie depriman sus culpas, ninguno se engra por la soberbia: que el alma abatida no desfallezca, y la que est levantada no caiga. Concdenoslo, Padre misericordioso, que con tu Hijo Unignito, y el Espritu Parclito, reinas por los siglos de los siglos. Amn. TU TRINITATIS Oh Dios Uno y Trino, que riges al mundo con poder, escucha los himnos de alabanza con los que, al despertar, Te alabamos. Habiendo surgido del lecho, durante el sereno tiempo de esta noche, venimos a implorarte el remedio, capaz de sanar nuestras heridas. Y si por los engaos nocturnos del Demonio en algo Te ofendimos, dgnate rescindirlo desde el Cielo con la virtud de tu brazo glorioso. Llenos de confianza Te suplicamos que nos enciendas con el raudal de tu luz, bajo la cual evitaremos tropezar en el transcurso de los das. Concdenoslo, Padre misericordioso, que con tu Hijo Unignito y el Espritu Parclito, reinas por los siglos de los siglos. Amn. ADESTO CHRISTE S propicio, Cristo, a nuestras almas que redimiste con amor sublime: y haz que una honda contricin inspire nuestras preces. A Ti, Jess, compasivo, se dirige, llena de fe, nuestra plegaria, para que Te dignes perdonar el mal con el que, obrando, Te ofendimos. Dondequiera que nos encontremos, haznos sentir tu proteccin paterna, por la Seal de la Santa Cruz que ungiste con tus sagrados Miembros. Gloria a Cristo, Rey clementsimo, a Ti y tambin al Padre, con el Espritu Parclito, por los siglos sin trmino. Amn.

TERNA CLI Eterna gloria del Cielo, Esperanza santa de los mortales, Hijo nico del Padre, y tambin de la Madre castsima. Puestos bajo tu amparo quienes nos levantamos, haz que tambin nuestro corazn se alce sobrio, ansioso de celebrarte con la accin de gracias que mereces. Resplandece el da recin nacido y anticipa ya su claridad matinal; que, al caer la penumbra nocturna, tu luz nos alumbre y envuelva. Y, al conservarla as en nuestros ojos, aleje la noche del mundo, manteniendo limpio nuestro corazn, hasta el final de los tiempos. Que arraigue hondo en el entendimiento la fe que hace tiempo pedimos, que se goce la esperanza que la sigue, y entonces, sobre la cima de ambas, se encumbre la caridad. Gloria a Cristo, Rey clementsimo, a Ti y tambin al Padre, con el Espritu Parclito, por los siglos sin trmino. Amn. PLASMATOR HMINIS Oh Dios, que modelaste al hombre y, disponiendo de la creacin entera, ordenaste que tambin la tierra produjese los reptiles y las fieras. Incluso los irracionales ms grandes, animados al conjuro de tu mandato, los quisiste sometidos al hombre, e idneos para que a su modo le sirvieran. Destierra, Seor, cuanto de inmundo se haya podido infiltrar en las costumbres de tus siervos. Danos el premio de la alegra, el regalo de la gracia, y, al romper el lazo de las discordias, estrecha los vnculos de la paz. Gloria a Cristo, Rey clementsimo, y gloria tambin al Padre, con el Espritu Parclito, por los siglos sin trmino. Amn. SUMM DEUS Oh Dios de infinita clemencia, Autor de la mquina del mundo, Trino en tu majestuosidad divina, y Uno en el afianzar lo creado. Junto a nuestras lgrimas escucha benigno nuestro canto devoto y despejado as el corazn de sus manchas, alcancemos en plenitud el poseerte. Quema, Seor, nuestro interior con el fuego de tu Amor, para que tus visitaciones nos encuentren siempre ceidos y prontos. De modo que los que ahora rompemos cantando estas horas de la noche, seamos esplndidamente enriquecidos con los dones de la Patria dichosa. Concdenoslo, Padre misericordioso, que con tu Hijo Unignito y el Espritu Parclito, reinas por los siglos de los siglos. Amn. AUCTOR PERENNIS Autor de la gloria eterna, que al asistir con indulgencias a tus fieles, les concedes el Espritu de tu don septiforme,

Expulsa del cuerpo las enfermedades, aleja de nuestras almas el escndalo, corta las alas al pecado y pon en fuga la congoja que atenaza los corazones. Haz a nuestras almas serenas, bendice nuestro trabajo honesto, atiende nuestras plegarias y danos, como premio, la Vida eterna. Con el transcurso de estas siete jornadas, se completa el ciclo de la semana, pero llegar un ltimo octavo da, en el que todos seremos juzgados. Entonces, oh Jess, Redentor nuestro, no nos acuses, enojado, sino que, contados entre las ovejas, merezcamos ser situados a tu derecha. Y as, acogiendo nuestras splicas compasivo de tu grey, hars que glorifiquemos por toda la eternidad, a la Trinidad beatsima. Amn. AURORA IAM Ya comienzan los primeros tanteos de la aurora en el cielo y, con el insinuarse del da sobre los campos, afloran los primeros rayos de luz: que todo lo innoble y ruin desaparezca. Caigan ya las sombras de la noche, y al derruirse las culpas del alma, se esfuma tambin todo aquello de ingrato, que trajo la noche con sus tinieblas. Y mientras entonamos para Ti, Seor, las notas de este canto, Te pedimos que se derrame para nosotros, en luz, aquel ltimo amanecer en el que esperamos con humilde confianza. Gloria a Dios Padre y a su Hijo Unignito, con el Espritu Parclito, por los siglos de los siglos. Amn.

Semanas II y IV

RERUM DEUS Oh Dios, Fuente de todos los seres que, una vez creadas todas las cosas, llenaste el mbito de la tierra con el repertorio inmenso de tus dones. Y concluida tan gran obra, se dice que tomaste descanso para que, por l, tambin a nosotros se nos hiciesen ms soportables los trabajos:

Que nos duelan, Seor, nuestros pecados, crezcamos en las virtudes y te dignes recompensar a tus siervos con una suerte dichosa, Y as cuando llegue la hora suprema de aquel tremendo juicio, podamos gozar todos juntos, sintindonos colmados de tu paz. Concdenoslo, Padre misericordioso, que con tu Hijo Unignito y el Espritu Parclito, reinas por los siglos de los siglos. Amn. MEDI NOCTIS Cuando llega la medianoche, la voz del Profeta nos recuerda que ensalcemos al Padre, al Hijo y al Espritu Santo. Pues sentimos el deber de alabar siempre a Dios, que es perfecta Trinidad y nico en la substancia. Esta hora evoca el terror con el que el Angel exterminador, aniquilando a los primognitos, trajo la muerte a Egipto. En cambio, fue de salvacin para todos los justos que, all mismo, respetando la seal de sangre, no se atrevi a castigar. Egipto entero llor por el severo castigo de tantos; slo Israel gozaba, amparado por la Sangre del cordero. Nosotros somos el verdadero Israel y T, Seor, nuestra alegra: por eso podemos desdear al enemigo, defendidos al amparo de la sangre de Cristo. Haznos dignos, Seor, Rey todopoderoso, del gozo de tu futuro Reino, de modo que merezcamos celebrarte sin cesar cantando el himno de tu alabanza. Amn. SALVE DIES Salve, gloria de los das, da de la feliz victoria de Cristo, da digno de una inefable alegra, da primero. Hoy brilla para los cielos aquella luz divina, la misma con la que Cristo despoj los infiernos y, vencida la muerte, reconcili la tierra con el Cielo. Por la Sentencia del Rey eterno, la creacin qued confinada bajo el pecado; pero cuando ya pareca que el mundo entero estaba a punto de precipitarse al abismo, La omnipotente Sabidura divina, queriendo, con el auxilio de la gracia, amparar a los dems dbiles, contuvo su ira mediante la clemencia. Despus de triunfar sobre el infierno, el Restaurador del gnero humano regresa al Cielo, Resucitado, portando a la oveja sobre sus hombros. Se establece la paz entre los ngeles y los hombres, emerge la plenitud de los rdenes, y se eleva una perenne alabanza hasta el Seor que triunfa.

Que la voz de la madre Iglesia suene concorde con la armona de la liturgia celeste e incesante resuene hoy el Aleluya en la boca y el corazn de los fieles. Una vez derrotado el imperio de la muerte, exultemos con la alegra del triunfo: paz en la tierra y jbilo en el Cielo. Amn. ECCE IAM Apenas comienza a mitigarse la oscuridad de la noche, cuando ya se enciende la luz de la aurora, como teida de oro: dirijamos nuestra plegaria a Dios todopoderoso, con todas las veras de nuestra alma. Que el Seor, compadecido de nosotros, desbarate la congoja, nos bendiga con la salud y, acogidos a su amor de Padre, alcancemos el Reino de los Cielos. Concdenoslo, oh Dios misericordioso, Padre, Hijo y Espritu Santo, cuya gloria resuena en todos los mbitos del orbe. Amn. O LUX Oh Luz, Trinidad santa y Unidad de origen, ahora que el sol se retira, enciende T nuestros corazones. Que tanto al alba como al ocaso, Te imploremos entre himnos y aclamaciones, procurando que esta splica sea una incesante alabanza de tu gloria. Se lo pedimos al Padre, al Hijo, y al Espritu que de ambos procede, que la Trinidad omnipotente custodie a cuantos la invocan. Amn. IPSUM NUNC A la misma hora de la parbola, resuena ya en nosotros la voz evanglica que pregona la llegada del augusto Esposo divino, Creador del Reino celestial. Salen a su encuentro las vrgenes piadosas que, en medio de un alegre alborozo, llevan sus lmparas encendidas. Las necias, en cambio, con las suyas apagadas, pulsan en vano la puerta de aquella mansin regia, que ya no se abre para ellas. Es hora de vigilar mediante la templanza, guardando el alma bien reluciente, y estar prestos para acoger como merece al Seor que llega. Haznos dignos, Seor, Rey todopoderoso, del gozo del futuro Reino, de modo que merezcamos celebrarte sin cesar cantando el himno de tu alabanza. Amn. VITA SANCTORUM Oh Cristo, Fuente de paz y Autor de todo bien, Vida de los Santos, Camino, Aliento y Salvacin, con el corazn y los labios cantamos para Ti este himno de alabanza.

Encendidos en el fuego del amor, lo que tus santos tienen o logran, lo que con su trabajo y oracin ansan o pretenden, encuentra ciertamente en Ti, Seor, su ltimo fundamento. Consolidada nuestra fe, danos unos tiempos tranquilos, concede salud a los dbiles, fuerza a los cados, e igualmente para todos, el Premio de la Vida eterna. Celebremos al Padre omnipotente, y, con el mismo honor incesante, a Ti, Salvador nuestro, Rey clementsimo: que el mundo entero resuene con la gloria del Espritu Santo. Amn. LUCIS LARGTOR Oh Dios, Autor esplndido de la luz, a cuyo fulgor, apenas transcurrida la noche, se abre y explaya, otra vez, el nuevo da. Muy por encima de ese pequeo astro, que, pregonero de la maana siguiente, reluce con tan plida luz, Te alzas T, Seor, Como Lucero soberano del mundo. Y as, ms brillante que el sol, siendo todo Luz de medioda, dgnate iluminar lo ms ntimo de nuestras conciencias. Que supere la pureza del alma cuanto el cuerpo, arrogante, reclama y el Parclito custodie santo el templo de nuestro cuerpo. Gloria a Cristo, Rey clementsimo, a Ti y tambin al Padre, con el Espritu Parclito, por los siglos sin trmino. Amn. LUMINIS FONS Oh Dios, divino Manantial y Principio inefable de toda luz, acoge con piedad nuestra plegaria, de modo que, desterradas las tinieblas del pecado, nos revistamos con el resplandor de tu gracia. Apenas concluido el trabajo de la jornada, sintindonos seguros en tu beneplcito, suspiramos por hacer siempre ms vivo para Ti, nuestro canto de accin de gracias. Ya que la cada del sol atrajo de nuevo las tinieblas, que nos alumbre aquel otro Sol brillantsimo, cuya esplndida Luz tambin refulge sobre el santo ejrcito de los Angeles. Y T, Seor, que nada tienes de severo, purifcanos de los pecados contrados durante el da, y as nuestro pecho permanezca encendido de caridad durante el tiempo de esta noche. Gloria al Padre omnipotente y honor a su Unignito, el mismo poder al Espritu de ambos, que con cetro soberano reina sobre el mundo, por los siglos de los siglos. Amn.

NOCTE SURGENTES Nos hemos levantado con el corazn vigilante a mitad de la noche, para meditar sin cansancio en los salmos: que resuene ahora para el Seor, melodioso y fuerte, este cntico de alabanza. Y quienes conjuntamos nuestras voces en tu honor, oh Rey clementsimo, llevemos una vida tan santa que merezcamos entrar con los Bienaventurados en la morada del Cielo. Concdenoslo, oh Dios misericordioso, Padre, Hijo y Espritu Santo, cuya gloria resuena en todos los mbitos del orbe. Amn. AD PRECES NOSTRAS Escucha, Seor, nuestras preces, con esa piedad que T slo posees, y, siendo tus fieles quienes imploran, no dejes de acoger sus deseos. Dirgenos tu mirada, serena y bondadosa desde tu Trono divino y s T mismo Quien, al encender las lmparas con el aceite, despejes cualquier tiniebla de nuestro corazn. Usa de tu infinita misericordia para con nuestros pecados, limpia las manchas, rompe las cadenas, perdona las culpas, y, al tender tu diestra al cado, dgnate, de nuevo, levantarle. Gloria a Dios Padre ingnito y a Ti, su Hijo eternamente engendrado; la misma gloria al Espritu divino, que reina contigo por los siglos de los siglos. Amn. TERNE LUCIS Oh Dios, Autor eterno de la luz, la Luz misma, Da plensimo, que, ajeno a toda noche, brillas como llama perpetua. Al sentir ya prxima la llegada del alba, comienza a palidecer la noche y, en cuanto se mitiga la luminosidad de las estrellas, surge el ntido lucero. Apenas nos alzamos del lecho, celebramos, llenos de gozo, tus dones pues el sol que se remonta sobre la maana ha triunfado sobre la noche sombra. Y para que nuestra alma sepa bregar contra tantos halagos de este mundo, Te pedimos, Seor, que no consientas vernos arrastrados por los alicientes y el mpetu de la sensualidad. Que la ira no promueva contiendas, ni nos incite la gula; que nos acompaen siempre en el Camino el desprendimiento y una sobria sencillez. Con el alma serena y firme, guardemos el cuerpo casto, y el da entero transcurra en fidelidad de espritu a Cristo.

Concdenoslo, Padre misericordioso, que, con tu Hijo Unignito y el Espritu Parclito, reinas por los siglos de los siglos. Amn. SATOR PIRINCPSQUE Oh Dios, Principio y Seor de los tiempos, que, con un orden establecido, dispones el da claro para trabajar y, tras el crepsculo, el descanso. Custodia limpio nuestro interior, de modo que el silencio de la noche impida a los dardos del Maligno herir cruelmente nuestra alma. Que el corazn, libre de malas pasiones, apague esas teas que entibian los impulsos de nuestra alma, cuando vivimos pendientes de los sentidos. Concdenoslo, Padre misericordioso, que, con tu Hijo Unignito y el Espritu Parclito, reinas por los siglos de los siglos. Amn. O SATOR Oh Cristo, Principio de todo lo creado, Redentor del mundo, Rey de reyes, Juez temible, escucha benignamente nuestras splicas, y tambin este homenaje de alabanza. En el curso de esta noche, Te celebramos con himnos que pregonan tu gloria: S T mismo, Seor, Autor de la luz, Quien los haga gratos y, a nosotros, repranos con la meloda prodigiosa del Cielo. Danos una vida inmortal y, mientras nos sentimos dichosos viviendo honestamente cada jornada, haz que cada uno de nuestros actos constituya un perenne canto en tu honor. Oh Jess piadoso, enciende nuestro pecho, quema con tu fuego divino nuestro interior, y haznos vigilantes para que portemos siempre en nuestras manos las lmparas encendidas. Celebremos al Padre omnipotente, y, con el mismo honor incesante, a Ti, Salvador nuestro, Rey clementsimo; que la gloria del Espritu Santo resuene en el mundo entero. Amn. CHRISTE LUX VERA Oh Cristo, Luz verdadera, Bondad y Vida, Alegra del mundo, Clemencia, sin lmites, que nos has salvado de la muerte con la virtud de tu Sangre. Infunde tu Amor en nuestras almas, derrama de nuevo la luz inextinguible de la fe y enciende la llama de la caridad. Huya lejos de nosotros Satans y, una vez herido por tu poder, nos conforte el Espritu Santo, que T nos envas desde el Cielo.

Gloria a Dios Padre ingnito y a Ti, su Hijo eternamente engendrado: la misma gloria al Espritu divino, que reina contigo por los siglos de los siglos. Amn. FULGENTIS AUCTOR Oh Dios, Autor del resplandor del cielo, que has dispuesto, con un orden preciso, la luz del sol para los das y la de la luna para las noches. Ya se desvanece la sombra oscuridad y ,cuando vuelve a nacer la claridad para el mundo, rebrotan del alma tambin, con bro, sus mejores y ms gratos afectos. Mientras el da recin llegado nos invita a cantar tu alabanza, que la bonanza del tiempo sosiegue nuestro interior. Que evitemos cuanto nos haga caer y nuestro corazn esquive toda la maldad, que los hechos no enturbien la vida limpia y la lengua se vea libre de pecado. Y mientras el sol se remonta sobre el da, que la fe ahonde en sus races, la esperanza invite a confiar en el Premio y nos una a Cristo la caridad. Concdenoslo, Padre misericordioso, que, con tu Hijo Unignito, y el Espritu Parclito, reinas por los siglos de los siglos. Amn. SOL ECCE LENTUS Fijaos cmo el sol, con su lento discurrir al ocaso, va dejando de luto el monte, el campo y el valle: pero, del mismo modo que el presagio de la luz venidera, hace que todo resulte nuevo. As tambin, T, Creador prudentsimo, dejas exaltados a los mortales al fijar para la luz y las sombras los ritmos de su alternancia. Cuando el aire se empapa del silencio, que trae consigo la noche, cuando cesa el bullicio de los trabajos, cuando se busca la ansiada quietud. Entonces, llenos de fe y confianza, presentimos la dicha de ser iluminados por Aqul que es el Resplandor de la gloria del Padre. l es el Sol que ni nace ni se pone; del que la tierra anhela revestirse, con el que los cielos desbordan para siempre de jbilo. En el da en que esa misma luz serena constituya nuestro gozo, concdenos hacer para Ti, para tu Hijo y el Espritu Santo, la renovacin perenne de nuestro canto. Amn. ALES DIEI El canto del gallo, mensajero de la luz, anuncia ya prxima la aurora; y, despertando nuestras almas, Cristo nos llama a la vida.

Dejad -dice- los lechos enfermizos, gravados por el sueo, perezosos; velad, castos, prudentes, sobrios: mirad que ya estoy prximo. Para que cuando la aurora haya esparcido por el cielo sus rayos resplandecientes, confirme en la esperanza de la luz a los afanados en el trabajo. Invoquemos sobrios a Jess con voces, con lgrimas, con ayunos; pues jams un corazn puro se duerme cuando la oracin es intensa. Ahuyenta T, Seor, el sueo, rompe las cadenas de la noche, borra el antiguo pecado e infunde una luz nueva. Gloria a Cristo, Rey clementsimo, a Ti y tambin al Padre, con el Espritu Parclito, por los siglos sin trmino. Amn. AMORIS SENSUS Oh Dios, rico en perdn, eleva nuestro amor hacia Ti y muestra as tu clemencia con los corazones, una vez purificados de sus miserias. Venimos como de un pas extrao, llorando como desterrados; T que eres nuestro Puerto y nuestra Patria, condcenos a la casa del Cielo. Oh Dios, que eres todo Verdad, qu amor tan feliz el de aquel, que Te ansa como fuente de Vida!, cun afortunados los ojos del pueblo que te contempla! Grande es tu gloria, el recuerdo de tu alabanza, que celebran eternamente los que levantan el corazn desde lo profundo. Concdenoslo, Padre misericordioso, que, con tu Hijo Unignito y el Espritu Parclito, reinas por los siglos de los siglos. Amn. IAM LUCIS En el albor de la maana, elevemos nuestras splicas a Dios, para que, ocupados en las tareas del da, nos guarde libres de toda adversidad. Que contenga y suavice nuestra lengua, para no encrespar las rias: que con su auxilio guardemos la vista y as no abreve en la fuente de la vanidad. Sea puro el fondo de nuestra alma, que no pacte con la mala intencin: extingamos la arrogancia de la carne, moderando el alimento y la bebida. Para que cuando vuelva la noche, al morir este da, desasidos ya del mundo, prorrumpamos en cantos, celebrando su gloria. Gloria a Dios Padre, y a su Hijo Unignito, con el Espritu Parclito, por los siglos sin trmino. Amn. DEUS QUI CLARO LUMINE

Oh Dios, que hiciste este da difano y lleno de luz; ahora, que est a punto de anochecer, venimos a confesar tu gloria. Urgido ya por el caer de la tarde, declina el sol hacia el ocaso y, al cumplir esta ley preestablecida, reviste al mundo de tinieblas. Pero T, Seor, Dios omnipotente, no consientas que tus siervos suplicantes, rendidos por los afanes de la jornada, se dejen abatir por las sombras. Antes bien, al desvanecerse nuestro da temporal, revestidos de tu gracia, con el alma clara, contemplemos aquella luz tan venturosa. Concdenoslo, Padre misericordioso que, con tu Hijo Unignito y el Espritu Parclito, reinas por los siglos de los siglos. Amn. GALLI CANTU Con el canto del gallo, mientras se disipan la tiniebla nocturna y ese temor sombro que nos impuso la noche con su espesura, acudimos a Ti, Seor, Dios santo, para implorarte entre splicas y ruegos. Mientras el mundo entero presentaba un lgubre aspecto mortal, en medio de aquel silencio que lo embargaba todo, viniste T, Cristo, Centinela, Luz poderosa Guardin de los hombres, Para despertarnos del sueo de la maldad y, liberndonos de esta crcel nocturna, sin ningn mrito nuestro, devolvernos la luz que fuese la compaera de por vida en nuestro camino. Gloria a Ti, al Padre y tambin al Espritu Santo, al Dios Uno y Trino: Y al nombre ms dulce de todos para la suprema Divinidad, la luz, la vida y la Paz. Amn. ADESTO RERUM Escchanos, oh Dios, Creador del mundo, Esplendor de la gloria del Padre, ante Quien siente miedo nuestra alma cuando ha perdido la gracia. Pero se sabe tambin inexpugnable ante los engaos nefastos del Traidor cuando, rebosante de tu Espritu, lleva consigo a Dios; Que al vernos requeridos por las tareas que realizamos en medio del mundo, vivamos conforme a tus leyes, alejados de todo pecado. Gloria a Cristo, Rey clementsimo, a Ti y tambin al Padre, con el Espritu Parclito, por los siglos sin trmino. Amn. DEUS QUI CAELI LUMEN Oh Dios, Luz del cielo y Padre de toda luz, que, con podero admirable, has desplegado la bveda celeste y la sostienes con tu paternal providencia,

Despunta, con la aurora, un mar de luz rojiza que va apagando las estrellas, y, a causa de la brisa hmeda, el suelo aparece baado de roco. Cuando se desvanece la sombra de la noche, cuando el cielo se despeja de la niebla, ese lucero, que es figura de Cristo, despierta al da dormido. Oh Dios, Da de los das, que, siendo Luz que alumbras toda luz, eres todopoderoso en tu nica Esencia y omnipotente en tu trina Unidad. Postrados ahora en tu presencia, Te invocamos, Seor, Salvador nuestro, y con todo el vigor de nuestras voces, alabamos al Padre y al Espritu Santo. Amn. HORIS PERACTIS Al sonar la hora Undcima, cayendo la tarde hacia su ocaso, cumplamos con el gustoso deber de entonar un canto en nuestra alma. Transcurrida esta jornada de trabajo, en la que T, Cristo, fuiste nuestro Gua, danos el don prometido de la gloria a quienes fuimos obreros de tu via. Convocados a esta hora para percibir el salario, en la esperanza de tu recompensa futura, asstenos en los trabajos y confrtanos, tras acabarlos. Gloria a Cristo, Rey clementsimo, a Ti y tambin al Padre, con el Espritu Parclito, por los siglos sin trmino. Amn. LUX TERNA Oh Dios, Luz poderosa y eterna, Da que ignoras el ocaso, Vencedor de la noche cerrada, Restituidor de la luz, Destructor de las tinieblas, Iluminador de las almas: Con tu llegada nos despertamos, con tu llamada, nos levantamos: dichosos, con tu gracia, miserables, si nos abandonas: Contigo libres de la ruina, Contigo, gloriosos; Contigo, vencedores de la muerte, de la noche y del mundo: as pues, oh Rey eterno, danos esa Luz, que, por ser reflejo de la Luz, no hay noche capaz de empaar. Gloria a Ti, y al Padre, y tambin al Espritu Santo, al Dios Uno y Trino; y al Nombre ms dulce de todos para la suprema Divinidad, la luz, la vida y la paz. Amn. DEUS DE NULLO VNIENS Oh Dios, Padre ingnito, oh Dios, Hijo Unignito, oh Dios, Espritu de Ambos, dgnate venir en nuestra ayuda. T eres nuestro anhelo, nuestro amor, nuestra alegra; en Ti convergen nuestros deseos, en Ti, nuestro jbilo, nuestro alborozo.

Gua, T, Seor, Padre de todo lo creado, nuestro corazn y nuestra vida entera, junto con Jess, Fruto del vientre de la Virgen y el Espritu Parclito. Recuerda, oh Trinidad beatsima, que fue tu bondad quien cre primero al hombre, recrendole despus con la Sangre. Llamados a la vida por la omnipotencia de Dios, fuimos redimidos por la caridad de Cristo: haz que seamos salvados por el Amor de Aqul que nos quiso hasta la muerte. A la santsima Trinidad el gozo, la honra, la paz, la fuerza, imperio, alabanza, reverencia, poder y gloria. Amn. DII LUCE RDDITA Al abrirse a un nuevo da la maana, elevemos nuestras voces, alegres y agradecidas, para cantar la gloria de Dios, y confesar la gracia de Cristo. Por medio del cual el Creador del mundo quiso establecer el da y la noche con una ley eterna que dispusiera su perpetuo sucederse. T eres, Seor, Luz certsima de tus fieles, ajeno por completo a toda ley caduca, y que, por no saber nada de ocasos, brillas con un resplandor eterno. Concdenos, oh Dios, Padre ingnito, que sepamos permanecer obedientes a Cristo a lo largo de todo este da, llenos del Espritu Santo. Amn