La Maestra o El Maestro Que Marco Mi Vida Universitaria
La Maestra o El Maestro Que Marco Mi Vida Universitaria
La Maestra o El Maestro Que Marco Mi Vida Universitaria
universitaria.
En este viaje retrospectivo existen varios puntos en los cuales coincido y no con la
lectura que hemos leído, el capítulo ocho del libro profesorado, cultura y
postmodernidad de Hargreaves.
Este texto habla de los problemas del docente para compartir su proceso y
estrategias de enseñanza dentro del aula escolar y de procesos psicológicos que
ocurren al interior, además ocurren también al interior del docente, cuando este en
soledad se pregunta si lo ocurrido en el día frente al aula es lo mejor o pudo haber
ocurrido o algo más pudo haber sucedido.
Si bien es verdad que el texto hace referencia constante a grupos de educación
básica en donde por cuestiones de administración es mucho más fácil acudir a
juntas en donde podamos tener esta retroalimentación con otros docentes, en la
educación superior es mas difícil acceder a estos grupos de encuentro por lo cual
la retroalimentación se hace cada vez más complicada y el trabajo individual es
recorrido constantemente.
En muchas de las ocasiones esos fenómenos como el individualismo, el
aislamiento y el secretismo se hacen cada vez más recios en la educación
superior no me queda muy claro si es para que otros no aprendan la magia que se
está cocinando con el grupo o es otro fenómeno más doloroso y desconsolador, es
decir, que los docentes no sepan a ciencia cierta que hacen ahí y que no sepan
que estrategia de enseñanza ocupar, cuándo y cómo concluirla.
Debemos dejar en claro en este punto que el proceso ocurrido en la educación
superior es completamente distinto a lo ocurrido en la educación básica.
Como bien sabemos para impartir clases en la educación básica existe un proceso
de capacitación y adiestramiento que debemos concluir con la obtención de un
título que nos certifica ante el resto que estamos preparados para este trabajo.
En la educación superior este proceso no se lleva a cabo si se obtiene un
certificado para ser abogados, arquitectos, médicos, enfermeras, entre muchos
otros, pero no obtenemos un título que nos certifique como educadores en
educación superior por lo cual llegamos a un salón y enfrentamos un grupo sin
saber a ciencia cierta qué hacer en ese momento.
Debemos tener en claro que no todo lo que realiza un maestro al interior es
identificado como una actividad de enseñanza. El criterio básico para la
diferenciación de una actividad docente de una actividad propiamente de
enseñanza es el carácter de la intencionalidad de la misma.
Existen una serie de actividades que no están diseñadas para preparar al alumno
o para retomar la concentración del alumno o para finalizar una clase, sino más
bien refuerzan de forma negativa o positiva la relación que se establece entre el
alumno y el docente.
Esta distinción permite clarificar que actividades como el pase de lista, organizar el
trabajo, controlar la disciplina, etc. son exclusivamente actividades docentes,
mientras que explicar, demostrar, probar, etc. son en un sentido estricto,
actividades de enseñanza.
Dentro de la perspectiva psicológica áulica, el descubrimiento de la obra teórica de
L.S. Vygotski por la denominada cultura académica occidental, ha permitido
despertar el interés por un análisis más interaccional del proceso enseñanza-
aprendizaje, abriéndose por consiguiente toda una línea de investigación al
respecto que tiene al espacio áulico como su principal ámbito de análisis.
Ubicarse en esta perspectiva teórica obliga a pensar que los docentes pueden
lograr una intervención pedagógica en el aprendizaje de sus alumnos a través de
la interacción y el diálogo con ellos. Pero más allá de esta perspectiva teórica que
permite comprender el carácter lingüístico de las estrategias de enseñanza que
utiliza el docente para presentar definiciones, se hace necesario discutir el
concepto de cambio conceptual que conduce ineludiblemente a analizar el
carácter de las construcciones que realiza el sujeto de los conceptos.
En términos generales se puede afirmar que la motivación es la palanca que
mueve toda conducta, lo que nos permite provocar cambios tanto a nivel escolar
como de la vida en general. Pero el marco teórico explicativo de cómo se produce
la motivación, cuáles son las variables determinantes, cómo se puede mejorar
desde la práctica docente, etc., son cuestiones no resueltas, y en parte las
respuestas dependerán del enfoque psicológico que adoptemos.
Por otra parte la motivación académica ha sido tratada desde la perspectiva de la
persona; es decir como una variable personal y haciendo referencia a los
componentes que la integran (auto concepto, atribuciones causales y metas de
aprendizaje, emociones, etc.), sin prestar demasiada atención a los factores
contextuales y en el modo en que éstos pueden influir en la motivación. Sin
embargo, es importante señalar que estas variables personales que hemos tratado
están estrechamente condicionadas por el ambiente en el cual el alumno
desarrolla su actividad. Es un hecho constatado la importancia que tienen las
interacciones sociales que el estudiante mantiene con los otros significativos
(padres, profesores y compañeros) en el desarrollo del auto concepto, ya que, la
información que el estudiante recibe de ellos le condiciona para desarrollar,
mantener y/o modificar su auto concepto, lo que repercutirá posteriormente en su
motivación y rendimiento académico.
El papel del profesor es fundamental en la formación y cambio del auto concepto
académico y social de los estudiantes. El profesor es la persona más influyente
dentro del aula por tanto el alumno valora mucho sus opiniones y el trato que
recibe de él.
Es por esto que lo realizado por el docente Jorge N.N. cobra importancia en esta
parte del análisis, en cuanto más espere el docente del alumno más motivado se
encuentra para dar resultados positivos y esto sirve para hacer crecer su
autoestima.
El papel que juegan tus compañeros de clases también es importante, porque
ofrecen un contexto rico en interacciones en donde el alumno recibe gran cantidad
de información procedente de sus compañeros que le servirá de referencia para
desarrollar, mantener o modificar su auto concepto tanto en su dimensión
académica como social. Por ejemplo, la valoración que el sujeto hace de su propia
competencia académica (auto eficacia), está en función de los resultados
escolares que obtiene y del resultado del proceso de compararse con sus
compañeros, lo que determinará sus expectativas de logro y su motivación.
En definitiva, podemos afirmar que tanto la actuación del profesor como las
interacciones académicas y sociales de los alumnos juegan un papel importante
en el desarrollo del auto concepto. Como la organización y la estructuración de la
enseñanza es de responsabilidad exclusiva del profesor, se deduce que es éste el
que con su actuación instruccional determinará el que los estudiantes adopten un
tipo de metas u otras.
Aquí se vuelve importante también la tarea, qué se busca con ella, qué
conocimiento estamos recalcando, y además que le quede claro al alumno su
importancia, de esta manera aseguramos que el componente afectivo que recoge
la tarea sea altamente positivo. El tipo de emoción que experimenta el alumno en
la realización de la tarea viene determinada fundamentalmente por las
características propias de la tarea y, en particular, por el contenido de la misma y
la estrategia metodológica diseñada por el profesor para su realización.
En ese sentido, para que el alumno/a se sienta motivado para aprender unos
contenidos de forma significativa es necesario que pueda atribuir sentido (utilidad
del tema) a aquello que se le propone. Eso depende de muchos factores
personales (auto concepto, creencias, actitudes, expectativas, etc.), pero
fundamentalmente depende de cómo se le presente la situación de aprendizaje, lo
atractiva e interesante que le resulte al estudiante para implicarse activamente en
un proceso de construcción de significados. Que el alumno este motivado para
aprender significativamente también requiere la existencia de una distancia óptima
entre lo que el alumno ya sabe y el nuevo contenido de aprendizaje. Si la distancia
es excesiva el alumno se desmotiva porque cree que no tiene posibilidades de
asimilarlo o de atribuir significado al nuevo aprendizaje, y si la exigencia del
profesor persiste puede generar ansiedad en el estudiante. Si la distancia es
mínima también se produce un efecto de desmotivación porque el alumno ya
conoce, en su mayor parte, el nuevo material a aprender y se aburre.
Desde la concepción constructivista del aprendizaje se asume que el aprendizaje
significativo es en sí mismo motivador porque el alumno disfruta realizando la
tarea o trabajando esos nuevos contenidos (en contraposición al aprendizaje
mecánico o memorístico), pues entiende lo que se le enseña y le encuentra
sentido. Cuando el estudiante disfruta realizando la tarea se genera una
motivación intrínseca donde pueden aflorar una variedad de emociones positivas
placenteras.
Creo que se vuelve importante entonces las estrategias didácticas que ocupaban
mis docentes, la importancia de motivar en el momento oportuno, dejar las tareas
correctas que cumplieran el objetivo adecuado, como podremos darnos cuenta un
sinfín de acciones nos llevan a una mejor desarrollo dentro del aula escolar.
Solo dejo a la consideración de ustedes compañeros que las estrategias
didácticas son importantes pero es mejor darnos la oportunidad de vivir y conocer
el grupo para encontrar ese momento mágico que se da cuando logramos que
nuestros grupos aprendan.
Como finalmente decía Erich Fromm, nadie nos enseña el arte de vivir, el arte de
amar, el arte de enseñar.
Dejemos el aula abierta, dejemos que otros nos retroalimente, dejemos que el arte
de enseñar se convierta un arte compartido.
Bibliografia
BELTRÁN Llera J., BUENO Alvarez J.A., Psicología de la Educación, Edit. Alfaomega.
FROMM Erich, El arte de amar, Edit. Fondo de Cultura Económico.
FROMM Erich, El miedo a la libertad, Edit. Fondo de Cultura Económico.
FROMM Erich, Ética y psicoanálisis, Edit. Fondo de Cultura Económico.
HARGREAVES, Profesorado, cultura y postmodernidad, Edit. Morata.